Una parada en el camino: ¿Ese hombre va desnudo? [Moderado nivel 3 - Blacco Giacco y Silvia Parker][+18]

Todas las facciones del basto mundo se están movilizando en estos momentos, y la Marina no iba a ser menos. Ambos habéis sido reclutados en un buque de guerra que había salido de Marineford con la intención de obtener un control efectivo sobre la gran ruta. Mas no se trata de un viaje corto y la noche no tardaría en caer ante vosotros. El superior del navío, el teniente Lawrance, contaba con veinte hombres y tres mujeres. El teniente era muy reacio a la idea de llevar soldados del sexo femenino entre sus filas, pero aquel no era el único barco que había zarpado de la base militar y la escasez de hombres se vio reflejada en aquellas tres féminas.

Al caer la noche, Lawrance pidió un voluntario para pasar la primera noche como vigía y un humilde soldado saltó para ofrecerse voluntario. Aquel polizón era Samuel Berbés (Inferno) el cual subió al carajo -parte de un barco que se encuentra en el mástil, donde se coloca el vigía- y pudo descubrir las precarias calidades del buque que le habían asignado a aquel teniente. Aquel lugar, debido a su ubicación en lo alto de aquel antiguo mástil, se tambaleaba lo suficiente como para que el chico no pudiese estar tranquilo.

Ninguna otra orden fue dirigida al resto de la tripulación así que muchos fueron directos a sus respectivos camarotes para conciliar el sueño mientras que otros, los que tenían más aguante, fueron al comedor a charlar entre ellos hasta encontrar las ganas de dormir. Una de las tres mujeres andaba por los pasillos del interior del buque sin rumbo fijo, esta era Silvia Parker.

Aquella noche era luna nueva así que lo único que iluminaba el lugar era la luz que emitían las estrellas. Aunque la luz fuese tenue, había tanta cantidad de pequeños puntitos en el cielo que Samuel podía ver perfectamente lo que sucedía en la cubierta. La brisa marina era agradable, el mar estaba en calma y no parecía que fuese a ocurrir nada por el momento. Todo parecía indicar que aquella noche iba a ser aburrida, aunque "antes de la tormenta viene la calma".

Nota:

Me tocaba vigilar esa noche, mientras que a Silvia le tocaba pasearse por los camarotes de sus amigas y tener tiempo libre... ¡No es justo! Podría estar perfectamente aprovechando este tiempo, entrenando o estando con mi amiga. Total, ¿Qué puede pasar? Todo esta super tranquilo, nada se mueve mas que los marines y las olas del mar, y yo no he visto nada raro en todo el rato. Sinceramente, no hay ni islas alrededor, no vamos a encontrar nada. Aun así, tengo que seguir vigilando por si acaso, e igual así el capitán se da cuenta de mi valor y me envía a hacer misiones guays, como derrotar piratas con recompensa, o ahuyentar bandidos que acosen poblados y ciudades.

Todo a su debido tiempo, o eso espero... Ojalá estuviera aquí Silvia ahora mismo. Hacía mucho que una persona no me hablaba, y se agradece muchísimo. Por fin no me siento solo, y por si fuera poco me voy a embarcar en mi primera aventura, así que realmente debería de estar muy feliz de poder estar en esta situación. Desde que me desperté en la enfermería, han sido todo felicitaciones y asignaciones a misiones como esta, además de que me han hecho un plan de entrenamiento distinto del resto un poco raro, que consiste en recibir puñetazos para quitarme el miedo y ganar resistencia y musculatura. Mañana seguiré con él, que pereza...

No podía dormir, aquella misión así de repente me había desvelado de mi sueño y mi cama. Me habían quitado dulce cama y metido en un buque lleno de marines a los que apenas conocía, excepto por el joven Inferno o Samuel, o como se llamase. Con el que había tenido mi pequeño encuentro hacía unos días. Aquel encuentro había sido intenso, pero por suerte, ninguno de nosotros había sufrido heridas graves. Lo cual me alegro bastante, porque por lo menos conocía a alguien en aquel enorme buque. Podría hablar con el en cuanto tuviera algo de tiempo libre. Aunque no podría hacer nada mas, ya que era un niño aún y eso era algo que mi propio ser me impedía hacer.

Deambulaba por los pasillos sin conseguir que el sueño llegara a mi o alguien que me alegrara la noche, pero sin encontrar nada que mereciera la pena. Al final decidí salir a cubierta a tomar algo de aire fresco. Fue cuando se me pasó por la cabeza, que Samuel se había ofrecido para hacer de vigía aquella noche. *¿Quien en su sano juicio hacía eso?* pensé por un momento, alcé la mirada y al final del mástil pude ver la pequeña silueta del joven. A la que alce la mano, dándole un efusivo saludo.

Silvia había salido a la cubierta y pudo ver a Samuel en lo alto del mástil, pero ya está. El resto de la tripulación se encontraba dentro del enorme buque haciendo que la cubierta estuviera totalmente desierta. Desiertos o dormidos, ninguno tenía intención de salir fuera.

Ajeno a ustedes, en el interior, el teniente había recibido una llamada por Den Den Mushi. Desde fuera no podíais oír los gritos de Lawrance, pero los insultos y las amenazas resonaban por el buque despertando a algunos soldados y poniendo nervioso a otros.

Desconozco que habéis estado haciendo en el exterior del barco, no sé si habéis hablado o si cada uno ha estado por su lado. Pero tras una larga hora allí, si Samuel no ha dejado sus quehaceres olvidados, se divisan tres enormes sombras en el horizonte, por proa. A medida que va pasando el tiempo y el buque avanza, dos de ellas se van haciendo aún más grandes, siendo la del centro la que permanece con el mismo tamaño. No os debería costar mucho llegar a la conclusión de que se trata de tres islas, mas poco importa ya que el teniente Lawrance sale del interior y os comunica que habéis llegado a Great Palm.

Aquel lugar se trataba de un archipiélago formado por 3 islas exteriores rodeando una isla interior. Lawrance avanza hasta la barandilla del buque.

-Chicos, tenemos trabajo que hacer.

Estaba muerto de aburrimiento en aquel mástil y no sabía ni que hacer. Bueno, para ser sinceros estaba fantaseando conmigo luchando contra piratas... Jo, que guay sería estar en mi primera misión, metiendo puñetazos al mal y recibiendo cumplidos de Silvia y mis superiores: "Que gran potencial", "Tu deberías estar con los grandes", seguro que dirían eso después de cargarme a los malos sin tregua. La gente hablaría de mi sin descanso y puede que incluso me ascendieran... Pero yo no quiero ser ascendido si a Silvia no la ascienden... Quizá en ese momento nos separarían y nos mandarían a misiones distintas...
Yo quiero crecer con ella, y vivir aventuras con mi amiga hasta que juntos forjemos un nombre.
¡Jo, que bien suena eso! Por cierto, ¿Que hay al horizonte? Es una isla. No, dos islas. No, son tres... Aaaaaah, así que esto es Great Palm, ¡Que emoción! Seguro que será muy emocionante esta misión, estoy impaciente por comenzar a la acción junto con Silvia...
-¡VAMOS ALLÁ! Great Palm, espera ahí que ya voy- Dije gritando...

Estaba en la cubierta del enorme buque cuando escuche murmullo del interior del barco. *¿Esa era la voz del teniente?* pensé, me había parecido escucharlo discutir y maldecir a los cuatro vientos. Al poco lo vi aparecer en la cubierta, donde me encontraba tranquilamente admirando el cielo. Se le veía alterado, lo cual me puso un poco en alerta. Nos indicó que teníamos trabajo que hacer, así que me levante me y me despejé. Fui hacia donde se encontraba el teniente, para averiguar mas de lo que teníamos que hacer allí. Solo sabia que nos habían mandado en aquel buque para una misión, algo sobre el control de la gran ruta, pero nada mas.

Poniéndome firmes me presenté ante el teniente, -A sus ordenes mi teniente, se presenta la cadete Silvia Parker, lista para el combate-solté, esbozando mi mejor sonrisa de actriz. -Si no es mucha indiscreción, puedo preguntarle que hacemos aquí y cual es nuestra misión mi teniente- dije soltando mi sonrisa picarona, -¡ah! y antes de que se me olvide, el chaval que esta en el carajo es un buen luchador, he entrenado con el y se defiende bastante bien- expliqué intentando que bajara de allí al pobre Inferno. Estaba claro que si lo dejaban allí arriba se perdería toda la acción.

Los dos primeros en contestar al teniente fuisteis vosotros. Este esperó, sin desviar la mirada de la isla que se encontraba en el centro, a que ambos terminarais de hablar para acto seguido dar media vuelta y dirigirse a ustedes.

-Relájate chaval, todo a su debido tiempo -dijo antes de dirigirse a Silvia, aunque en ningún momento miró la miró a la cara-.  Cuando lleguemos recibiréis toda la información necesaria. Sobre el chico, tendrá tiempo de demostrar su valía, hasta entonces es solo un soldado más en mi buque.

Tardasteis poco en dejar atrás las dos primeras islas y perdisteis media hora más en llegar a la isla central. Solo había una ciudad en todo Great Palm, pero era grande. El faro del puerto indicaba a Koorb, el timonel, hacia donde tenía que navegar ya que la oscuridad de aquella noche de luna nueva no le facilitaba el trabajo. Mas Koorb demostró ser un timonel experto y con amplios conocimientos de navegación ya que supo encontrar el muelle y atracar el barco sin ningún problema.

Si podíais echar una vista rápida por babor y estribor podéis ver, gracias a que el puerto estaba bien iluminado por antorchas, que no erais el único barco que decidió atracar en la isla. En el lugar podíais apreciar grandes barcos mercantes, turísticos, pesqueros y, a lo lejos bajo una calavera que ondeaba sin descanso, un barco pirata.

Koorb despertó a la tripulación y os reunisteis todos en el interior del barco. Allí, algunos consiguieron sentarse en alguna de las pocas sillas que había y otros tuvieron que quedarse de pie. El teniente no tardó en alzar la voz por encima del bullicio que había para acallar a la tripulación.

-¡Soldados! -gritó para llamar la atención de todos-. Como sabéis, íbamos de camino hacia la gran ruta pero he recibido una llamada de alerta informándome que había una banda pirata causando estragos en esta isla. Nosotros eramos el escuadrón que más próximo, así que tenemos que hacernos cargo de esto -hizo una pequeña pausa mientra miraba a toda su tripulación-. Sé que muchos de ustedes sois novatos y también que queréis demostrar vuestra valía, pero tenéis que ser prudentes. Este pirata tiene una recompensa de 100 millones y los informes aseguran que cuenta con los poderes de una fruta del diablo -hubiera seguido hablando si los cuchicheos se lo hubiesen permitido. Tras pedir silencio, continuó-. Chicos, esto es serio. Esta noche no haremos nada. Koorb y yo nos quedaremos para vigilar lo que queda de noche, el resto descansad bien. Mañana será un día duro.

La tripulación se dispersó y muchos se fueron a sus camarotes de nuevo, otros no pudieron conciliar el sueño por los nervios -lo pagarán caro mañana- y los que ya habían dormido antes se esforzaban para retomar el sueño.

Me mandaron bajarme del mástil al atracar en la isla. Nos dijeron que nos fuéramos a la cama, que mañana sería un gran día y tendríamos que estar descansados, pero... Estaba hiperactivo. No quería descansar, llevaba muuchas horas sentado mirando al mar sin respuesta. Antes de que Silvia se fuera hacia su habitación , la cogí del brazo y la tiré hacia una pared en la que los oficiales no podían vernos. No presté mucha atención a si dijo algo o no, la cosa es que le dije -Oye, tengo una idea muuy guay. ¿Te apuntas a una expedición al barco pirata enemigo? Con tus poderes de humo por la noche será difícil vernos acercarse, y simplemente vamos a mirar que hay, sin pelear ni nada. ¿Mola, eh?- No estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero estaba muuy hiperactivo y necesitaba hacer algo, aunque sean flexiones o abdominales o lo que sea... Diooos, quiero hacer algo YA, necesitaba una respuesta. Zarandeé a Silvia y le dije- Vamos, vamos, vamos, dime si quieres o no, porfa. Venga, será divertido, sin peligro ni nada. Solo por estirar un poco las piernas...- Bueno, la cosa es que no se muy bien lo que va a pasar, pero me parece que he cometido un error...

Nos mandaron a dormir antes de empezar la misión. El sueño se empezaba a apoderara de mi cuando fui asaltada por el moreno. Se le notaba intranquilo, llegando incluso al punto de hiperactividad. Me agarró y empezó a hablar bastante rápido, hasta el punto que apenas pude entenderlo. Pude entender algo de una pequeña aventura, volar hasta el barco pirata y fisgonear un poco. Bueno no estaba mal tener algo de movimiento por la noche, aunque no fuera el que me gustaba a mí, que era el de la cama. -Relax chico, te va a dar algo- le dije, -esta bien, vamos a dar una vuelta, pero algo rápido. Que como nos pillen nos la pueden liar. Este teniente no se anda con tonterías y no quiero acabar limpiando retretes-

Lo agarré de la mano y me lo llevé a la cubierta. Cuando estuve segura de que nadie nos veía le hice un gesto para que se subiera a mi espalda. Solté humo por mis piernas y salimos volando de forma cautelosa hacia el barco pirata. Abriendo bien los ojos e intentando ver algo en aquella oscura noche.

Parte de la tripulación ya estaba en sus aposentos y el resto se dirigía a ellos. Koorb estaba en proa y Lawrance mirando fijamente hacia donde estaba el barco pirata. Ninguno de los dos estaba pendiente de lo que sucedía en otras partes de la cubierta, así que el escape fue todo un éxito. Al parecer el tiempo también estaba de vuestra parte: la brisa marina no tardó mucho en disipar la estela de humo que Silvia había realizado; la oscura noche os ocultó de la atenta mirada de Lawrance el cual solo vio como una especie de neblina se formaba alrededor del barco y el sueño de Koorb que, aunque no tenía nada que ver con el tiempo, también os ayudó bastante.

En el barco pirata solo habían tres personas en la cubierta armados con pistolas y espadas, pero no estaban atentos. Los bribones estaban pasando la noche jugando a las cartas, rodeando una mesa de madera y bebiendo ron de la misma botella, la cual pasaba entre ellos de mano en mano.

Fuimos capaces de salir del barco sin problemas, demasiado fácil diría yo... Seguimos avanzando hacia el barco enemigo de forma sigilosa, me sentía como un ninja y estaba eufórico. Era mi primera misión de verdad, con piratas de verdad, y sentía muchísimo miedo. Entre mi felicidad y mi miedo mi cuerpo estaba temblando considerablemente. Según nos íbamos acercando, divisábamos unos sujetos fuera, en la cubierta. Estaban armados hasta los dientes y jugando a las cartas mientras bebían de una botella.
Le dije a Silvia -Vamos a mirar las ventanas por fuera a ver si encontramos algo interesante y así por la mañana nos premiarán y los ayudaremos, seguro que hasta nos premian.- Aunque luego lo pensé mejor y dije -Pero claro, si se lo decimos sabrán que hemos desobedecido sus órdenes...- Bueno, eso hay que pensarlo mas tarde, ahora tocaba ser un ninja, y los ninjas investigan sobre el territorio enemigo con sigilo, así que dije - Vamos a mirar por las ventanas de forma cautelosa.- Le digo a mi den den mushi que se quede calladito pase lo que pase, y le digo a Silvia que haga lo mismo.
Me dejo los guantes de lucha en posición de ponérselos rápido y le digo a Silvia que avance hacia las ventanas una a una desde la parte baja, y que no nos asomemos mas que por la parte de la cabeza (Con ir por las ventanas me refiero en la parte contraria a esos piratas, sin que nos vean, siempre detrás de algo o en otro sitio que no esté cerca de la cubierta).

Tuvimos suerte de poder salir de nuestro barco sin ser visto. Parecía cosa del destino, como si nos dijera que era lo que teníamos que hacer. La noche era oscura, el mar estaba en calma, todo estaba puesto a nuestro favor como si de una película se tratase. Nos dirigimos a aquel barco y poco antes de llegar apago el puro que llevaba en la boca. *Casi me olvido* pensé por un momento. La pequeña luz del puro puede verse desde lejos en las noches mas oscura. Y tenia que ser precavido para no ser descubiertos. Al llegar al barco vimos a unos piratas bebiendo y jugando a las cartas. Algo relativamente normal si no esperas ser atacado, ni has visto llegar a un barco de la marina. Daban la sensación de despreocupados, lo cual nos venia al pelo.

Ante las insistencia de Samuel hice lo que me dijo dando una pasada a cierta distancia de las ventanas, no podía acercarme mas y la pasada tenia que ser rápida. No podía detenerme apenas dado que eso haría que se acumulase mucho humo dando pie a ser descubiertos. Le di la señal al moreno para que estuviera atento a la pasada, tendríamos poco tiempo de ver y teníamos que estar atentos a lo que pudiéramos ver y a cualquier peligro que pudiera surgir.

Llegasteis sin problemas al barco pirata. La oscura noche fue suficiente para que Lawrance no os viera desde tanta distancia, pero no cabía duda de que, si se enteraba de lo que habíais hecho, repercutiría en un severo castigo. Los piratas seguían bebiendo y jugando sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Estaban conversando de todos los berris que había perdido Fingus, que Marco parecía que estaba haciendo trampa y que Paúl era muy lento. Poco podíais sacar de esta conversación más que eran unos gandules de cuidado.

El barco pirata era bastante largo y estaba construido a partir de madera de roble oscuro. Esta madera era resistente y su color le daba un aspecto tenebroso a la nave. De la cubierta sobresalían dos largos mástiles, el mayor y el de mesana y en la proa una especie de mano extendida decoraba el bauprés y quedaba por encima de un gran cañón que apuntaba al frente. En la cubierta también estaba la estructura por donde se podía llegar al interior del barco. Sobre el mástil mayor estaba la bandera negra con una calavera muy sonriente dibujada y, tras ella, una mano de esquelética dibujada como si estuviera cogiéndola.

Vuestra plan de ir mirando por las ventanas del barco salió bastante bien. Nadie se percató de que estuvierais allí y nada impidió que Samuel mirase el interior de la nave. El chico vio lo que parecía el comedor, tres habitaciones y el almacén, todo totalmente vacío. Tampoco se escuchaba nada en el interior y los únicos que rompían el silencio eran los tres charlatanes que se encontraban en la cubierta.

Eché un vistazo a todas las habitaciones y no encontramos a nadie.De verdad, miré a fondo y tal, pero no había nadie a la vista. Se lo dije a Silvia y esta reaccionó poniendo una cara de decepción... Pero entonces dije -Hey, tengo una idea. Vamos a dejar inconscientes a esos piratas y a requisarles todo lo robado. No creo que haya nadie mas, enserio. Si entramos y les cogemos lo que no es suyo y luego se lo entregamos a la marina... BUM, ascenso. ¡Habremos robado a una banda pirata dos reclutas con muchísimo potencial, y fijo que nos dejan apuntarnos a cosas mas guays que esta misión incluso. Usaremos tu humo para que no vean lo que tienen alrededor, y les dejaremos inconscientes lo mas rápido posible. Llena de humo la cubierta, Silvia.-.
No sabía si era buena idea, no sabía ni si iba a salir tan bien como yo pensaba, pero estaba seguro de que no era una idea mala del todo, y realmente no había nadie dentro del barco. Vi que tenían varios tesoros, probablemente robados en el almacén, y quería recuperarlos. Si que me daba un poco de miedo que el capitán estuviera dentro, pero en todo caso podríamos escapar. Estaba todo muy bien pensado y no creo que nada pueda salir mal...

Al pasar no pudimos ver a nadie en los camarotes, era algo realmente raro. Lo mas seguro es que estuvieran emborrachándose en algún antro de mala muerte, con algunas putas y estos fueran los pringados que les tocó vigilar el barco. Escuché atentamente el plan del moreno, no parecía mala idea. Quizás así pudiéramos tener algo de reconocimiento. El que dijera que podría ser un posible ascenso me llamó mucho la atención. -Está bien me has convencido- le dije.

Me acerqué a la cubierta y empecé a esparcir mi humo por la ella, en dirección a aquellos rufianes. Era un humo denso que casi no dejaba respirar, -cuando nos lancemos hacia ellos aguanta la respiración, esto les atolondrará un poco y nos dejara margen para actuar- le susurre. En cuanto pasó un tiempo y empezaron a alertarse por ese extraño humo le di la señal a Samuel y nos lanzamos al combate.

Yo me lancé sobre los dos de la izquierda, mientras que le indiqué al moreno que se encargara del de la derecha. Utilicé mi sprint y mi velocidad, a la par que mi conocimiento en duelo para dar dos patadas casi a la par. Intentando noquear a aquellos rufianes. Por el otro la vi a Inferno pararse delante del otro y lanzar su ataque "Martillo Neumático". Haciendo impactar una lluvia de puñetazos sobre aquel hombre.

Spoiler:

Vuestro plan surge efecto. Aquellos rufianes estaban tan ebrios y tan concentrados en el juego que el humo los pilló desprevenidos. -¿¡Qué está pasando!?- gritó uno de ellos. Este escuchó como dos golpes sonaban a su izquierda y acto seguido el sonido de dos cuerpos desplomándose en el suelo. Miró a sus compañeros, pero no veía nada. Solo, tras mirar al frente, vio a Samuel y no pudo hacer nada para evitar el poderoso ataque que recibió en su estómago y que lo dejó noqueado al instante.

El viento disipó el humo y ambos contemplasteis el esplendido trabajo que había realizado vuestro compañero. Mas la alegría no os duró mucho ya que, tras el ruido de una cisterna, salió un hombre del servicio. Este era mucho más corpulento que los otros tres. Su vestimenta se resumía en unos pantalones y unas botas, dejando su musculoso torso al descubierto. En su cara solo podía destacarse su calvicie y su frondoso bigote  -Que nadie entre en un par de horas -dijo riendo, aunque la risa cesó cuando vio a dos marines y a su amigos tendidos en el suelo.

-Putas ratas de la Marina... -enfurecido, se precipitó a por ustedes y cargó el brazo para golpear a Samuel, el que se encontraba más cerca del servicio.

Empecé a pegarle a aquél pirata debajo de esa humareda. Repito que me sonaba muy sospechoso que solo estuvieran estos tres vigilando el barco. Me encargué de el bastante rápido, con un poco de miedo por supuesto. Son piratas, esto ya es serio. Es mi primera misión real y estaba muy nervioso, en verdad. Miré hacia Silvia cuando el humo se había dispersado, y como siempre, ella hizo su parte sin problemas. Es tan impresionante...
De repente, oímos el ruido de una cisterna sonar de dentro del barco. Nos miramos con cara de nerviosismo y yo me pongo a temblar. De repente sale un tipo musculado y super grande, riendo mientras les dice a sus compañeros que no entren en un par de horas, sin saber que estaban K.O. Al mirar hacia aquí su cara cambia completamente, se vuelve furiosa y nos mira. Nos insulta y viene gritando mientras se prepara para darle un puñetazo a... ¡¿A MIII?! -¡AAAAAAAA!- Pegué un grito asustado y empecé a correr en dirección contraria al grandullón mientras levantaba los brazos y pedía ayuda desconsolado. - ¡Silviaaaaa, AYUDAAAAAAA! ¡ME VA A MATAAAR!- Dije gritando mientras corría del grandullón siendo perseguido sin pausa.
Lo sé, es poco heroico, pero que queréis que os diga,Perdí el control... Tengo que entrenarme mas en esta faceta, la mental digo.

Habíamos derrotado a aquellos tres piratas sin problemas, estaban borrachos y concentrados en su juego de cartas lo que hizo que nos resultara bastante fácil. El problema llego cuando un cuarto se presento en la escena. Nos pilló completamente desprevenidos, lo cual hizo asustarse al joven moreno, haciéndolo correr hacia mi. Detrás de el venia aquel fornido pirata descamisado, lo cual hizo que casi explotara mi cabeza. Puesto que dentro de mi luchaban las ganas de hacerle pasar una noche inolvidable y el odio eterno que tenía hacia los piratas. Aunque mi libido esta casi al máximo, no podía permitir que le hicieran daño al moreno. Así que casi instantáneamente se me paso una pequeña idea por la cabeza que calmaría mi libido y nos ayudaría a salir de aquella situación sin recibir daño, o eso esperaba.

-¡Koala asfixiador!- grité, a la par que utilizaba mi sprint para lanzarme con las piernas abiertas sobre la cabeza de aquel tipo, si consiguiera que mi entrepierna impactara contra su cara, me haría soltar un leve gemido de placer. Nada mas impactara cerraría mis piernas tras su cabeza, apretando con fuerza, para que la presión y mis fluidos consiguieran que cayera inconsciente. Y ya de paso con el frote del movimiento de él intentando escaparse me diera algo de placer a mí, haciendo que mi libido bajara.

Técnicas usadas:

El hombre no titubeo al seguir a Samuel para intentar alcanzarlo lo antes posible. Aquella escena le pareció patética, no se podía creer que sus compañeros hubiesen caído inconscientes a manos de ese escuálido y cobarde marine que ahora solo sabía correr y gritar. Su ira fue aumentando y solo se desconcentró de su objetivo cuando vio que alguien se abalanzaba sobre él.

Esta vez se trataba de una chica bastante atractiva la cual iba directa a su cabeza para atraparle entre sus piernas. El puño seguía cargado y el golpe fue lanzado, pero no hacia el marine cobarde, sino hacia la chica que se aproximaba. El ataque de la chica hubiera sido bastante molesto para el grandullón pero, por desgracia para ambos marines, el hombre contaba con haki de armadura. El puñetazo alcanzó a Silvia en pleno vuelo y la lanzó contra la barandilla del barco pirata.

-No estaríais pensando que soy un enclenque como mis subordinados...-dijo mientras se llevaba su brazo izquierdo al hombro del derecho para estirar la extremidad y así prepararse para el inminente combate.

El grandullón iba detrás mio mientras gritaba... ¡Casi me meo encima! Seguí corriendo mientras gritaba desconsoladamente para que Silvia me ayudara, pero esta parecía indispuesta a atacarle. Estaba parada poniendo una sonrisa rara mientras cerraba un poco las piernas... ¿Que le pasa? Seguí corriendo un poco y entonces ella se abalanzó sobre el grandullón para lo que creo que es una doble patada, pero el grande le pegó un puñetazo antes de poder darle...
¿Usa haki? Joder, y le a pegado un puñetazo a Silvia... A Silvia... -¡Joder, nadie toca a SILVIAAAA!- Me enfadé muchísimo, tanto que noté como mis pies pedían fuego... Hice un sprint tan rápido como si fuera una bala de cañón, poniéndome delante suyo en poco menos de un segundo. Moví mi puño hacia él con todas sus fuerzas y le fui a impactar en todo el estómago.

En caso de que acierte:

En caso de que falle:

Técnicas usadas:

Mi intento de acabar con aquel hombre no había funcionado para nada. El puñetazo que en principio iba dirigido a Samuel, acabó impactando en mi, haciéndome lanzar por los aires, lo cual me parecía absurdo por mi condición de akuma no mi. Hasta que caí golpeándome con la barandilla del barco. Fue entonces cuando me di cuenta, aquel hombre había usado haki de armadura para golpearme. Un hilo de sangre salia de la comisura de mis labios. Me lo limpie con la manga, *Cabrón* pensé en ese momento. Mientras me incorporaba pude ver como el pequeño chico se lanzaba sobre aquella bestia.

Mi cabreo aumentaba, mi libido tras aquello estaba por los suelos, y un enorme odio empezó a surgir de mi interior. -Me las pagaras- salió de boca. Después apreté los dientes y puse mi cuerpo en tensión. En cuanto aquel hombre se girara hacia Samuel me lanzaría lo mas rápido que pudiera sobre el intentando impactar mi "Patada que te vuelve guapo en su cabeza" con todas mis fuerzas. Si consiguiera impactar giraría sobre mi misma dando otra pata en su costado. Si no, daría un salto atrás volviendo a coger espacio.

Técnicas usadas:

El grandullón desconocía el poder de la marine, ya que nunca la había visto antes, pero su intención de usar el haki de armadura era con la intención de añadir potencia a su puñetazo. Está salió por los aires y se golpeó contra la barandilla (quizás hubiera estado bien usar su poder de intangibilidad para evitar eso), todo como esperaba el pirata el cual pudo sonreír con superioridad al ver que la chica había caído muy fácil y el chico... ¿Dónde estaba el cobarde? No pudo hacer nada para evitar que Samuel golpeara su estomago con toda su rabia.

El pirata giró su atención al muchacho, el cual se estaba preparando para hacer su segundo movimiento. No tardó en preparar once veloces puñetazos que le daría en un parpadeo, pero el grandullón también aprovechó para cargar un golpe con el antebrazo hacia la cabeza del marine que, de acertarle, saldría mal parado.

La chica se abalanzó hacia su rival por segunda vez, en esta ocasión con bastante éxito ya que todas las patadas dieron en su objetivo. Estas impactaron e hicieron daño al pirata, pero no le detuvieron. El ataque hacia Samuel seguía avanzando y justo iba a coincidir con el ataque del marine. Si él marine completaba su técnica, el pirata también lo haría.

Le pegué todos los puñetazos. Todo salió perfecto, pero ese tio era duro de verdad, no como en los entrenamientos. Si que le dolían, pero observé que resistió todos y no gritó de dolor en ninguno de esos golpes... En ese momento me di cuenta de que la marina prepara fatal a sus soldados, porque a nosotros no nos adiestran para sobrellevar estas situaciones. En ese momento de duda, Silvia le atacó a base de patadas, pero las resistió todas también... ¿Que clase de monstruo era? No tenía pinta de capitán, pero podría serlo perfectamente...
Antes de que pudiera reaccionar, me soltó un golpe con el antebrazo que me apartó de él inmediatamente, tirandome al suelo. Grité en el momento del golpe, dolía mucho... Me dejó tonto un momento, pero lo miré a los ojos y escuché la voz de mi hermano decirme: ¿Te vas a rendir ante él? ¿De verdad? Hermanito, naciste para hacer mucho más que sentir miedo, quítate eso de la cabeza de una puta vez. Si no, vivirás preso de tus miedos por siempre, ¿Y tu sueño va de eso, no? De hacer libre al mundo...
En ese momento me levanté y miré a los ojos al grandullón. Ignoré si me dijo algo y dicho mensaje, pero me miraba a los ojos también, con la misma intensidad. Le apunté con mi dedo y le dije, -Oye tú, si crees que hoy será el día de mi muerte... Estas equivocado. El día de mi muerte lo verá el mundo entero, y cambiará la era en la que vivimos.-
Siguió mirándome de forma desafiante y pasé a la acción, le grité a Silvia que le pegara al mismo tiempo que yo con todas sus fuerzas para librarnos de él de una vez. Me puse en posición de marcar un sprint hacia delante y grité, -¡VAMOS SILVIAAAAA!-.
Pegué un salto hacia él super fuerte, al unísono con ella a punto de darle un golpe que NUNCA OLVIDARÍA...

Aquel tipo seguía de pie después de aquellas patadas y los puñetazos del moreno, era algo realmente impresionante. Me encontraba con la primera persona que había sido capaz de aguantar dos de mis patadas seguidas, sin apenas inmutarse. Era en una situación que me sobrepasaba en todos los sentidos, me sentía completamente abrumada. ¿Que podía hacer?¿Que era lo que necesitaba? Me preguntaba a mi misma. No se me ocurría que hacer, me encontraba totalmente bloqueada. Las palabras de Samuel me sacaron de mis pensamientos, en los que me estaba hundiendo. Si mi pequeño compañero iba a luchar, yo no podía ser menos.

A su señal me volví a lanzar contra aquel tipo. Concentré mi haki de armadura en mi pierna derecha para dar un golpe aún más fuerte. Mi haki aún era algo muy limitado, pero la situación lo requería. En esta ocasión fue algo diferente, pues el odio que tenía y recorría mi cuerpo, en esta ocasión se concentró en mi pierna. Ese odio me dio una sensación de frío que jamás había sentido. No podría describir totalmente con palabras esa sensación. Un frío de odio recorría mi pierna, lo que hizo que mi pierna se entumeciera. Aquella patada iba con todas mi fuerza y velocidad, esperando que impactara.

El golpe con el antebrazo dio en su objetivo y este se desplomó al suelo a causa de tal impacto. Mas el grandullón no se fue sin recibir los once puñetazos en su estómago que, aunque su resistencia era alta, el cúmulo de daños empezaba a hacer mella en él. La sucesión de patadas en la cabeza de la marine y los doce puñetazos consecutivos en su estómago por parte del cobarde, la suma de todos esos ataques generó que el enorme pirata se mantuviese inmóvil por unos instantes.

Los golpes tanto de Samuel como de Silvia se dirigieron hacia él. No eran golpes simples. Solo uno de esos ataques podía noquear a un hombre normal, mas Paúl no lo era. Su resistencia era envidiable, su fuerza era también digna de admiración, pero en términos de resistencia era algo fuera de lo normal. Samuel llegó primero, impactando su puño contra su abdomen por decimotercera vez y Silvia le siguió con una patada que iba hacia la cabeza, pero el grandullón la detuvo con su brazo.

-Malditas escorias -dijo a regañadientes. El dolor empezaba a notarse en su rostro. Aquella patada, aunque no diera en el objetivo, causó que el brazo del pirata se pusiera amoratado. El pirata cerró los ojos un instante y, tras abrirlos con una mirada de ira, se lanzó a por Samuel enfurecido-. ¡Puñetazo de Fog! -gritó mientras cambiaba su postura imitando a un boxeador y sin dudarlo mucho más lanzó un puñetazo hacia el marine con todas sus fuerzas.

El ataque era lento y predecible, pero iba a una potencia incalculable. Este puñetazo sería capaz de mandar por los aires al marine y dejarlo K.O. El puño no era lo único preocupante del ataque ya que era tanta la potencia que el aire actuaría como onda de choque empujando al marine si este esquivara el golpe simplemente apartándose. Aunque los daños se verían drásticamente reducidos.

Pasara lo que pasara, tras este golpe el grandullón estaría a merced de vuestros ataques ya que si ya era lento de por si, ese ataque gastaba muchísima energía.

Técnica empleada.: