Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
[Moderado nivel 4] Lo que pasa en Casino Island, se queda en Casino Island. {Jue 7 Mayo 2020 - 0:34}
Un día como cualquier otro en Casino Island. La isla ovalada parece gozar de un excelente día; hace muy buen clima y parece que todo está mucho más tranquilo de lo normal. La gente pasea tranquila entre los edificios, no parecen haber peleas en general... Demasiado tranquilo. Como ya llevas más de una temporada por aquí, estás seguro de que hay gato encerrado. Tú mejor que nadie tienes que saber de que esta isla siempre genera conflictos. Si no son de estafadores o de listillos que son expulsados de los casinos, son de mafiosos y peores personas que habitan en la oscuridad de cada calle. Pero bueno, hoy estás aquí, dios sabe por qué bien, y te has dado cuenta de que algo pasa. Te tomas la libertad para seguir tu rutina diaria o intentar meterte en una bonita historia que te puede llevar a algún buen lugar. Por eso mismo te paras a pensar y decides tomar una de estas cuatro acciones. Elige bien, todo tiene consecuencias, ¿pero eso es algo que sabemos ya todos, no? Tienes una de estas cuatro corazonadas y decides seguirla. (Deberás aclarar cuál tomas.)
- Opción 1 - Normalidad:
- Tu corazonada es eso, una corazonada. Puede ser que sea simplemente un día memorable para la isla, en términos de falta de violencia. Por ello continuarás de la forma que tenías pensada desde que pisaste la isla, continuando ignorando el hecho de que todo esté tan tranquilo.
- Opción 2 - Investigar:
- ¿Que la gente no se está pegando? ¿Que no se escuchan tiros en las partes traseras de los casinos? Eso te ofende. Estás acostumbrado a que todo esté revuelto, y quizás por eso, te tiras tantas horas y días en esta isla. Algo particular está pasando y, si tienes alguien de quien tirar los hilos, puede decirte algo sobre el por qué.
- Opción 3 - Ludopatía:
- Oh, piltrafilla. Te ha dado un hormigueo en el corazón tan cálido... ¿Cómo no te va a distraer el sonido de las máquinas tragaperras y de borrachos tarareando felices saliendo con bolsas de dinero? Sabes que hoy es tu día de suerte. Sabes que hoy, por fin, te va a tocar ese precioso jackpot. Y por eso te encaminas al casino más grande y famoso del área. Porque sabes que la diosa de la fortuna te sonríe hoy. ¿Por algo estará todo tan tranquilo, no? Quizás es un día especial para celebrarlo.
- Opción 4 - Tomar tú las riendas:
- Como eres una persona fuerte, libre e independiente, decides que tú mayor corazonada es actuar de la forma que tú quieras. Harás lo que te apetezca durante este turno, tomando las trama principal a tu antojo. Eso sí, en la próxima moderación tus acciones tendrán consecuencias. Por lo que se adaptará lo que hagas y se establecerá la trama principal ahí.
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Estiramientos de madrugada, así como lo lees. Salí a correr hoy antes de que saliera el sol y ejercité un poco los músculos. Pasa que he andado un poco flojo estos últimos días y ya toca ponerse en forma. Me desenvuelvo en un medio exigente y peligroso, mi supervivencia depende de mis capacidades físicas y no me apetece morirme pronto. Tomé un batido de plátano con no sé qué otras mierdas más, Katrina siempre me lo comenta. «Deberías alimentarte mejor, no sólo comiendo papas fritas y hamburguesas», me lo dice cada vez que me ve comiendo algo insano para el cuerpo. Le he repetido unas setenta mil veces que me alimento bien, sólo que ella es demasiado maníaca con las dietas. En fin, hoy me siento de maravilla y es momento de comenzar un nuevo día.
Estoy en la suite del casino con un cigarrillo encendido y luego de darle una calada le echo un último vistazo a mis ropas. Estoy segurísimo de que me veo espectacular, como uno de esos famosos ricos de Mirrorball. Una camisa burdeos hecha a la medida con un corbatín negro y, llevada en el antebrazo, una chaqueta del mismo color. Pantalones medio ajustados y un montón de armas ocultas en mi cuerpo; siempre hay que andar preparado. Llevo a mi favorita, Mimosa, cargada y asegurada preparada para abrir fuego. En el bolsillo llevo las Cartas del Joker y por supuesto: no me he olvidado de mi bonito Aguijón de Miel con Polvo de Luna en su pequeño compartimiento secreto.
—Me gusta salir de noche, yo no le temo a la oscuridad —canto mientras meneo la cola de allá pa’ acá, aunque ni siquiera ha oscurecido.
Debería tomarle más atención a un factor importante: hoy las cosas andan muy tranquilas. Puede que las familias finalmente comprendieron que se odian y no pueden seguir soportando más hipocresía, así que han decidido hacer llover plomo. Me parece una idea divertida, siempre y cuando no esté involucrado. El problema es que la señorita sí lo estaría, lo que terminaría metiéndome a mí y todo se desmadraría. Venga, esto es una oportunidad de oro para aprovecharme de la gente del casino. Ya cuando me aburra saldré a investigar un poco, puede que hasta sea sólo mi imaginación. A veces soy muy creativo, ¿sabes?
Llevo entre uno y un millón de berries en mi bolsillo. Una cifra sensata, en mi opinión, así no termino apostando toda mi pequeña fortuna. Puede sonar increíble porque soy muy irresponsable en todo, pero hasta yo sé controlarme en estas cosas de las apuestas. Lo encuentro divertido, claro, pero más que nada lo hago para contar dinero. Mi cerebro siempre ha funcionado distinto en comparación al del resto, sin nunca haber aprendido estadística puedo contar cartas casi tan fácil como respirar. Sin embargo, creo que voy a empezar suave y me entretendré un poco con las tragaperras. Me gustaría largarme con cien millones y una empresa a mi nombre, pero supongo que es gratis soñar.
Tiro la moneda y dejo que la suerte haga lo suyo.
Estoy en la suite del casino con un cigarrillo encendido y luego de darle una calada le echo un último vistazo a mis ropas. Estoy segurísimo de que me veo espectacular, como uno de esos famosos ricos de Mirrorball. Una camisa burdeos hecha a la medida con un corbatín negro y, llevada en el antebrazo, una chaqueta del mismo color. Pantalones medio ajustados y un montón de armas ocultas en mi cuerpo; siempre hay que andar preparado. Llevo a mi favorita, Mimosa, cargada y asegurada preparada para abrir fuego. En el bolsillo llevo las Cartas del Joker y por supuesto: no me he olvidado de mi bonito Aguijón de Miel con Polvo de Luna en su pequeño compartimiento secreto.
—Me gusta salir de noche, yo no le temo a la oscuridad —canto mientras meneo la cola de allá pa’ acá, aunque ni siquiera ha oscurecido.
Debería tomarle más atención a un factor importante: hoy las cosas andan muy tranquilas. Puede que las familias finalmente comprendieron que se odian y no pueden seguir soportando más hipocresía, así que han decidido hacer llover plomo. Me parece una idea divertida, siempre y cuando no esté involucrado. El problema es que la señorita sí lo estaría, lo que terminaría metiéndome a mí y todo se desmadraría. Venga, esto es una oportunidad de oro para aprovecharme de la gente del casino. Ya cuando me aburra saldré a investigar un poco, puede que hasta sea sólo mi imaginación. A veces soy muy creativo, ¿sabes?
Llevo entre uno y un millón de berries en mi bolsillo. Una cifra sensata, en mi opinión, así no termino apostando toda mi pequeña fortuna. Puede sonar increíble porque soy muy irresponsable en todo, pero hasta yo sé controlarme en estas cosas de las apuestas. Lo encuentro divertido, claro, pero más que nada lo hago para contar dinero. Mi cerebro siempre ha funcionado distinto en comparación al del resto, sin nunca haber aprendido estadística puedo contar cartas casi tan fácil como respirar. Sin embargo, creo que voy a empezar suave y me entretendré un poco con las tragaperras. Me gustaría largarme con cien millones y una empresa a mi nombre, pero supongo que es gratis soñar.
Tiro la moneda y dejo que la suerte haga lo suyo.
- Decisión:
- Elijo la opción 3.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Oh sí, has decidido ir al famoso casino. Sabías que esa tirada de suerte te iba a llevar a algún lado y has acertado. Tras tirar la moneda, todas las máquinas empiezan a rechinar. El problema es que no lo hace sólo la tuya; toda la fila de tragaperras están soltando el jackpot. La gente empieza a enloquecer y correr hacia donde tú estás, agarrando del suelo cantidades épicas de berries y fichas. No hay demasiadas personas, quizás una decena de ellas alrededor tuyo. Y si te fijas bien, pegando una segunda ojeada, no son simplemente gente que haya ido hacia ahí por casualidad. Puedes ver que más de uno lleva armas no tan bien camufladas como las tuyas, pero van hasta los dientes de ellas. También si lo observas, empiezan a venir los guardias del casino hacia vuestra posición. Parecen algo molestos por lo que está pasando y, desde un cristal de la planta de arriba del el cual ni te podrías fijar - o sí, quién sabe, sólo lo sabes tú -, parece estar alguien mirando.
Suena un megáfono que chirría tus oídos, el sonido se siente molesto y muy agudo. Después suenan dos golpecitos, como haciendo pruebas con el micrófono. Si vuelves a mirar hacia arriba verás que la persona tiene la espalda echada hacia delante, pero te costará hacerlo si es que lo haces porque se están chocando contigo para apartarte y coger más dinero. O por lo menos lo están haciendo hasta que suena un estruendo fuerte; todas las salidas están siendo bajadas con compuertas metálicas. Por el color del material no es algo que puedas cortar o romper fácilmente si quieres escapar.
- ¡La famosa banda de los manipuladores de tragaperras! ¡Por fin os vamos a pillar! Lleváis... ¡¡¡meses!!! Arruinando cada casino de la zona de forma organizada. ¡¿Cómo os sentís atrapados ahora?! - Dice una voz, que puedes distinguir fácilmente como la de una persona bastante mayor. ¿Quizás es la figura que está ahí arriba?
Y ahora es donde tú, Volken, decides. ¿Te unes a los seguratas o a los ladrones? Aquí es donde tu sentido de la improvisacion debería relucir, y cabe recalcar que te costará simplemente hacerte pasar por un civil. Vas tan armado como las otras personas que se estaban chocando contigo hace unos instantes. También puedes coger la tercera vía, que es la de ir tú solo. Pero son demasiadas personas, una decena de ladrones y siete seguratas, que parecen todos mozos de feria. ¡Buena suerte!
Suena un megáfono que chirría tus oídos, el sonido se siente molesto y muy agudo. Después suenan dos golpecitos, como haciendo pruebas con el micrófono. Si vuelves a mirar hacia arriba verás que la persona tiene la espalda echada hacia delante, pero te costará hacerlo si es que lo haces porque se están chocando contigo para apartarte y coger más dinero. O por lo menos lo están haciendo hasta que suena un estruendo fuerte; todas las salidas están siendo bajadas con compuertas metálicas. Por el color del material no es algo que puedas cortar o romper fácilmente si quieres escapar.
- ¡La famosa banda de los manipuladores de tragaperras! ¡Por fin os vamos a pillar! Lleváis... ¡¡¡meses!!! Arruinando cada casino de la zona de forma organizada. ¡¿Cómo os sentís atrapados ahora?! - Dice una voz, que puedes distinguir fácilmente como la de una persona bastante mayor. ¿Quizás es la figura que está ahí arriba?
Y ahora es donde tú, Volken, decides. ¿Te unes a los seguratas o a los ladrones? Aquí es donde tu sentido de la improvisacion debería relucir, y cabe recalcar que te costará simplemente hacerte pasar por un civil. Vas tan armado como las otras personas que se estaban chocando contigo hace unos instantes. También puedes coger la tercera vía, que es la de ir tú solo. Pero son demasiadas personas, una decena de ladrones y siete seguratas, que parecen todos mozos de feria. ¡Buena suerte!
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hoy me levanté con el pie correcto, me desperté y me miré al espejo: «Hoy eres el puto amo, Volken, hoy el mundo te sirve a ti y sólo a ti», me dije. No me equivoqué al pensar así, y es que he ganado el premio mayor en esta maquinita. ¡No solo eso, he ganado el premio mayor en todas las maquinitas! Espera, ¿esto debería pasar…? Estoy casi seguro de que todo esto en realidad va muy mal. La gente que corre hacia mí está vuelta loca y les da lo mismo chocar entre sí con tal de coger unas cuantas monedas. Puto ganado de mierda, si es que están en la puta mierda porque no piensan por sí mismos. Menos mal me he subido a esta cosa porque, de lo contrario, la estampida me habría aplastado. Y no gracias, quiero seguir viviendo unos ochenta años más.
Ah, vale, que ahora las cosas comienzan a enturbiarse. Elevo la mirada y acto seguido me cubro los oídos. ¿Al idiota de allá arriba no se le habrá ocurrido afinar un poco el puto cacharro de mierda que usa? Debería demandarlo y sacarle dinero, unos buenos millones para seguir pagando la suite y contratar un par de putas. Es aquí cuando tengo que analizar todo rápidamente, pues es hora de tomar una decisión importante. Puedo dármelas de héroe y ayudar a los guardias, atrapamos a los putos ladrones y listo. ¿El problema? Los manipuladores de tragaperras les superan en número y no me apetece demasiado pelearme con ellos. Por otro lado, creo que sería divertido ir en contra del sistema de casinos mientras no vaya contra los intereses de la señorita Yúdkovich.
—Me uniré a ustedes en su lucha, compañeros —les comentaría a los ladrones en caso de tenerlos al alcance de mi voz.
Pensé en sacarme un discurso de película, pero mejor mantengo un perfil bajo e intento ganarme el favor de esta gente. Hasta puedo conseguir algo de dinero extra, quién sabe. Intentaré moverme entre la gente, creo que es algo que se me da bastante bien, y empezaré a deshacerme poco a poco de los guardias del casino. ¿Cómo? Pues muy fácil. Me acercaré sigilosamente a aquellos que se encuentren aislados y los apuñalaré por la espalda con Aguijón de Miel, inyectándoles una pequeña dosis de Polvo de Luna, aunque lo suficiente para paralizarles y luego rematarlos. Ahora, si las cosas se ponen feas… Bueno, en ese caso puedo usar a Mimosa y volarles los putos sesos con algo de plomo.
Ah, vale, que ahora las cosas comienzan a enturbiarse. Elevo la mirada y acto seguido me cubro los oídos. ¿Al idiota de allá arriba no se le habrá ocurrido afinar un poco el puto cacharro de mierda que usa? Debería demandarlo y sacarle dinero, unos buenos millones para seguir pagando la suite y contratar un par de putas. Es aquí cuando tengo que analizar todo rápidamente, pues es hora de tomar una decisión importante. Puedo dármelas de héroe y ayudar a los guardias, atrapamos a los putos ladrones y listo. ¿El problema? Los manipuladores de tragaperras les superan en número y no me apetece demasiado pelearme con ellos. Por otro lado, creo que sería divertido ir en contra del sistema de casinos mientras no vaya contra los intereses de la señorita Yúdkovich.
—Me uniré a ustedes en su lucha, compañeros —les comentaría a los ladrones en caso de tenerlos al alcance de mi voz.
Pensé en sacarme un discurso de película, pero mejor mantengo un perfil bajo e intento ganarme el favor de esta gente. Hasta puedo conseguir algo de dinero extra, quién sabe. Intentaré moverme entre la gente, creo que es algo que se me da bastante bien, y empezaré a deshacerme poco a poco de los guardias del casino. ¿Cómo? Pues muy fácil. Me acercaré sigilosamente a aquellos que se encuentren aislados y los apuñalaré por la espalda con Aguijón de Miel, inyectándoles una pequeña dosis de Polvo de Luna, aunque lo suficiente para paralizarles y luego rematarlos. Ahora, si las cosas se ponen feas… Bueno, en ese caso puedo usar a Mimosa y volarles los putos sesos con algo de plomo.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—Nos irá bien tu ayuda, por supuesto. ¡Pero no esperes que compartamos el botín contigo! —Te grita el que parece ser el líder de los ladrones.
Sin duda, tu estrategia ha resultado efectiva. Has eliminado a los que has atacado, y no se han dado cuenta todavía de tu presencia. Dejas dos cuerpos inertes en el suelo que ni siquiera convulsionan; gracias a esto, te has colocado detrás de las barreras de las tragaperras. Puedes ver delante de ti un pasillo y como los guardias empiezan a cerrar a los ladrones, que no parecen ser muy capaces luchando. Varios de ellos caen también: uno con una bala atravesada en la sien y otro con un boquete en el pecho del que parece ser el guardia de seguridad. Ahora que estás detrás de ellos, puedes pararte varios segundos para observar tu alrededor. A tu derecha tienes una zona de ruletas que tienen varios croupiers asustados. A tu izquierda, lo que parece ser las compuertas y una pequeña puerta blindada de lo que sería el almacén del casino. Quizás por ahí hay bienes que puedes recoger, así que queda a tu elección seguir luchando o irte para la izquierda o derecha. Eso sí, nada te asegura que un bando u otro pueda ganar, así que quizás tú eres el rey que tiene que asegurarse de que los peones sobrevivan para que no vayan a por él.
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Así que este tonto no quiere compartir el botín conmigo? No pasa nada, soy una persona muy altruista que ayuda a los ladrones para impartir un poco de justicia social. En serio, no pasa nada, luego me lo cargo y me quedo yo con la pandilla. Mis artimañas sucias, rastreras, poco honorables, algo que cualquier caballero justo y honrado repudiaría, funcionan. Hay una gran diferencia entre la gente que lucha bonito y yo, una diferencia que se resume en una sola palabra: efectividad. Me he escabullido entre los guardias y me he cargado a un par, aunque mis “compañeros” de turno son unos idiotas y se han dejado arrinconar. Un líder decente, inteligente y con una mínima capacidad táctica habría predicho la tentativa de los guardias. Sin embargo, estos últimos tampoco eran unos completos genios, es decir, la estrategia de la encerrona es más efectiva cuando superas en número a tu adversario.
A menos que hayan recibido refuerzos —aparentemente no—, deben quedar aproximadamente unos cinco guardias. A mi juicio, este enfrentamiento pinta muy bien para los ladrones, aunque no son precisamente unos putos amos y seguramente hubiesen perdido de no ser por mí. En fin, los guardias no se han percatado de mi presencia y me han regalado su retaguardia. Luego veré qué esconde esa extraña puerta que veo pasado la barra de las tragaperras, las puertas mágicas siempre esconden cosas interesantes. Vamos a ello, entonces. Guardo apropiadamente mi Aguijón de Miel en su funda bajo la chaqueta y empuño con firmeza a Mimosa, teniendo un bonito silenciador y comprobando cuántas balas quedan en el cargador. Sería un error de novato no hacer este cálculo tan sencillo, joder.
La gracia de ser un asesino es que puedes atacar mientras permaneces escondido, es como si fueras un cobarde inteligente, lo mejor de lo mejor. Me tomo mi tiempo en apunta a la cabeza de uno de los guardias y tiro del gatillo, siempre agachado y con la mitad del cuerpo protegido por las tragaperras; en caso de que se volteen hacia mí, tendré el tiempo suficiente para volver a esconderme. No es como si hubiera una enorme distancia entre él y yo, así que en principio debería darle. De lograrlo, pasaría al siguiente y repetiría el proceso. Apuntar a la cabeza, disparar. En caso de que se den cuenta de mi presencia, buscaré aún más cobertura detrás de las tragaperras cercanas a mi posición. Y en caso contrario, realizaré un último disparo para cargarme toda la retaguardia. Espero que al menos los ladrones causen la distracción que necesito para escabullirme e ir a por el almacén.
A menos que hayan recibido refuerzos —aparentemente no—, deben quedar aproximadamente unos cinco guardias. A mi juicio, este enfrentamiento pinta muy bien para los ladrones, aunque no son precisamente unos putos amos y seguramente hubiesen perdido de no ser por mí. En fin, los guardias no se han percatado de mi presencia y me han regalado su retaguardia. Luego veré qué esconde esa extraña puerta que veo pasado la barra de las tragaperras, las puertas mágicas siempre esconden cosas interesantes. Vamos a ello, entonces. Guardo apropiadamente mi Aguijón de Miel en su funda bajo la chaqueta y empuño con firmeza a Mimosa, teniendo un bonito silenciador y comprobando cuántas balas quedan en el cargador. Sería un error de novato no hacer este cálculo tan sencillo, joder.
La gracia de ser un asesino es que puedes atacar mientras permaneces escondido, es como si fueras un cobarde inteligente, lo mejor de lo mejor. Me tomo mi tiempo en apunta a la cabeza de uno de los guardias y tiro del gatillo, siempre agachado y con la mitad del cuerpo protegido por las tragaperras; en caso de que se volteen hacia mí, tendré el tiempo suficiente para volver a esconderme. No es como si hubiera una enorme distancia entre él y yo, así que en principio debería darle. De lograrlo, pasaría al siguiente y repetiría el proceso. Apuntar a la cabeza, disparar. En caso de que se den cuenta de mi presencia, buscaré aún más cobertura detrás de las tragaperras cercanas a mi posición. Y en caso contrario, realizaré un último disparo para cargarme toda la retaguardia. Espero que al menos los ladrones causen la distracción que necesito para escabullirme e ir a por el almacén.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Decides escabullirte entre las sombras, esconderte, ser precavido... E hiciste bien. Quizás lo que no fue del todo correcto fue gastar un tiempo precioso en comprobar las balas del cargador. Esa ojeada, esos segundos gastados provocaron que uno de los guardias que tenías delante hiciese su movimiento. Traza en diagonal un ágil corte con una katana que parte de forma limpia a uno de los ladrones. Mientras se regocija en el lugar, apuntas. Aprietas el gatillo y cae de bruces. El humo que desprende el silenciador no te distrae, es más, logras dar el segundo tiro con gran precisión. Has logrado que los ladrones —que estaban acorralados por el que parecía el jefe de seguridad— retrocedan hasta tu posición. Varios han sido asesinados por el otro lado: estos guardias ni siquiera se plantean arrestar o incapacitar. Van a matar.
Crees que estás bien escondido, que quizás puedas mantener esa posición. A pesar de que tú seas una persona más inteligente de lo normal, uno de los ladrones no lo es. Se gira hacia a ti y te felicita con un grito mientras levanta el puño. Eso alarma a los guardias del otro lado, que han logrado reducir a cinco el número de ladrones. Quedas tú, cinco de tu reciente alianza y tres guardias. Si echas otra ojeada hacia el final, verás que algo se clava en ti. Sientes una mirada que puede perforarte; por un momento no ves nada más. Sólo ves negro y a él. El jefe de los guardias. Tras salir de ese pequeño lapso, puedes llegar a la deducción de que esa persona tiene un dominio del kenboshoku muy alto. Quizás dispararle no es buena idea, no por lo menos si está atento.
La moral de los ladrones decae de forma muy rápida, y parece que saben que dependen de ti. Si no actúas rápido os reducirán a todos en un abrir y cerrar de ojos. No has podido ver cómo actúan esos tres guardias del todo, ya que estabas centrado disparando a los anteriores. Si tienes trucos bajo la manga, es hora de usarlos. O no. Eso sólo lo decides tú.
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
He despejado la retaguardia; luego toca saquear los cadáveres. Mi estrategia es sencillamente perfecta, salvo por el idiota que se ha puesto tan feliz que me felicita, alzando el puño en señal de victoria. Venga, ¿para qué enfadarse? Ha revelado la posición del asesino, del único hombre útil que está haciendo algo, pero no pasa nada. Le levanto el pulgar izquierdo para responder su gentil gesto, sonriéndole con orgullo por mi trabajo. No me voy a preocupar por algo así, aunque si acabo muerto ya me encargaré yo de follarme a su puta madre en el más allá. Y es que ahora mismo tengo mierdas más importantes por las que preocuparme como, por ejemplo, cargarme al puto jefe de seguridad.
El hombre me está mirando feo, y yo no tengo idea por qué, si no le he hecho nada. Bueno, todavía. Estoy ante un gran problema porque el puto guardia tiene un mantra épico, desarrollado hasta el punto de ver lo que comí ayer. Espera, ¿funciona así? Creería que no… Da igual, según las enseñanzas del viejo Joichiro sé más o menos cómo funciona esta suculenta habilidad que deja ver el futuro, más o menos. Primero, está directamente ligada a los sentidos ordinarios: no podrá predecir nada que sus sentidos no puedan captar. Segundo, es posible esconderse del mantra de otras personas con la suficiente habilidad, y me parece que yo la tengo. Tercero, jamás hay que confiarse puesto que, por muy habiloso que uno sea, la muerte siempre está por encima de todo y de todos.
Como he estado ocupado cargándome a los putos guardias —en paz descansen—, no tengo idea de lo que está haciendo la línea vanguardista. Me gustaría tener algo más de información sobre mis enemigos, pero qué se le va a hacer. Tengo un par de trucos bajo la manga, de hecho, muchísimos. Descarto la opción de dispararle porque ello implica romper mi cobertura, exponerme de una manera innecesaria y básicamente regalarme al oponente. ¿Por qué hacerlo cuando puedo cortarle desde la espalda? Como buen espía que soy, saco un pequeño espejo de forma ovalada de mi bolsillo y calculo la distancia que hay entre él y yo. Hago un rápido cálculo mental sobre la inclinación necesaria y todas las mierdas matemáticas que requieren un lanzamiento perfecto.
—Vamos a ver cómo sale esto… —me susurro a mí mismo luego de soltar un suspiro.
Retiro de mi bolsillo una de las Cartas del Joker, que es una fina lámina de acero lo suficientemente afilada para cortarle la cabeza a un humano, la lanzo con suma destreza, haciendo un movimiento de muñeca, y ejecuto un Efecto Parabólico. El “proyectil” avanza por el lado opuesto al campo de batalla, es decir, por la derecha de la línea de tragaperras. Una vez cruza esta distancia, y todavía girando sobre sí misma, dobla hacia la izquierda siguiendo una curvatura ligeramente inclinada y comienza a devolverse hacia mí a la altura del cuello del jefe de seguridad. ¿El resultado? Pues debería rebanarle el cuello al hombre, un perfecto ataque por la espalda. Independiente de si logra darle o no, debo moverme de aquí. Rodaré hacia la izquierda justo a tiempo para coger la carta y esconderme en la otra fila de tragaperras.
El hombre me está mirando feo, y yo no tengo idea por qué, si no le he hecho nada. Bueno, todavía. Estoy ante un gran problema porque el puto guardia tiene un mantra épico, desarrollado hasta el punto de ver lo que comí ayer. Espera, ¿funciona así? Creería que no… Da igual, según las enseñanzas del viejo Joichiro sé más o menos cómo funciona esta suculenta habilidad que deja ver el futuro, más o menos. Primero, está directamente ligada a los sentidos ordinarios: no podrá predecir nada que sus sentidos no puedan captar. Segundo, es posible esconderse del mantra de otras personas con la suficiente habilidad, y me parece que yo la tengo. Tercero, jamás hay que confiarse puesto que, por muy habiloso que uno sea, la muerte siempre está por encima de todo y de todos.
Como he estado ocupado cargándome a los putos guardias —en paz descansen—, no tengo idea de lo que está haciendo la línea vanguardista. Me gustaría tener algo más de información sobre mis enemigos, pero qué se le va a hacer. Tengo un par de trucos bajo la manga, de hecho, muchísimos. Descarto la opción de dispararle porque ello implica romper mi cobertura, exponerme de una manera innecesaria y básicamente regalarme al oponente. ¿Por qué hacerlo cuando puedo cortarle desde la espalda? Como buen espía que soy, saco un pequeño espejo de forma ovalada de mi bolsillo y calculo la distancia que hay entre él y yo. Hago un rápido cálculo mental sobre la inclinación necesaria y todas las mierdas matemáticas que requieren un lanzamiento perfecto.
—Vamos a ver cómo sale esto… —me susurro a mí mismo luego de soltar un suspiro.
Retiro de mi bolsillo una de las Cartas del Joker, que es una fina lámina de acero lo suficientemente afilada para cortarle la cabeza a un humano, la lanzo con suma destreza, haciendo un movimiento de muñeca, y ejecuto un Efecto Parabólico. El “proyectil” avanza por el lado opuesto al campo de batalla, es decir, por la derecha de la línea de tragaperras. Una vez cruza esta distancia, y todavía girando sobre sí misma, dobla hacia la izquierda siguiendo una curvatura ligeramente inclinada y comienza a devolverse hacia mí a la altura del cuello del jefe de seguridad. ¿El resultado? Pues debería rebanarle el cuello al hombre, un perfecto ataque por la espalda. Independiente de si logra darle o no, debo moverme de aquí. Rodaré hacia la izquierda justo a tiempo para coger la carta y esconderme en la otra fila de tragaperras.
- Cosas usadas:
- Nombre de la técnica: Efecto parabólico. (Ventaja Rango 2)
Categoría: Técnica Genuina y Física
Descripción: El bufón es un experto en la maniobra de las cartas, teniendo la habilidad suficiente para realizar lanzamientos parabólicos con sus cartas, ya sean verticales u horizontales. Este efecto le permite curvar su trayectoria, aplicando un efecto que, transcurrida cierta distancia (máximo de 30 metros), la carta gire y vuelva hacia el lanzador. Tarda un instante en realizar este truco y debe esperar dos turnos para volver a usarlo.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A pesar de haber calculado increíblemente bien el lanzamiento de la carta, y de haber dado justo de pleno, esta ha quedado clavada en el cuello del jefe de seguridad. Puedes ver de lejos que está incrustada a escasos centímetros de la carótida. Se la saca con un simple movimiento y la estruja, tirándola al suelo y ojeando por dónde ha podido darle. Parece ser muy resistente, ya que a una persona normal aquello le habría cortado gran parte de la piel. Sin embargo, parece no haberle hecho ni siquiera daño. Se pasa la mano por el cuello y después relame la sangre.
Aún así, el haberlo mantenido distraído unos segundos ha logrado un intercambio; uno de los ladrones se lanza ágil, y empala a uno de los guardias. Sin embargo es empalado a la vez por su contrincante, así que dejaría la balanza a cinco de vosotros y dos de ellos. Te reposicionas y puedes ver que por todo el casino empieza a sonar una alarma y las compuertas el almacén empiezan a abrirse. No parece salir nada de ahí pero tienes la oportunidad de entrar, ya que una vez llegan hasta arriba, vuelven a bajar. Puedes ver que uno de los ladrones, que quizás es muy cobarde, acaba de pulsar un gran botón rojo. Se escabulle hacia el almacén y deja los ladrones con uno menos.
¿Te escaparás o seguirás luchando? Eso es tu elección.
Aún así, el haberlo mantenido distraído unos segundos ha logrado un intercambio; uno de los ladrones se lanza ágil, y empala a uno de los guardias. Sin embargo es empalado a la vez por su contrincante, así que dejaría la balanza a cinco de vosotros y dos de ellos. Te reposicionas y puedes ver que por todo el casino empieza a sonar una alarma y las compuertas el almacén empiezan a abrirse. No parece salir nada de ahí pero tienes la oportunidad de entrar, ya que una vez llegan hasta arriba, vuelven a bajar. Puedes ver que uno de los ladrones, que quizás es muy cobarde, acaba de pulsar un gran botón rojo. Se escabulle hacia el almacén y deja los ladrones con uno menos.
¿Te escaparás o seguirás luchando? Eso es tu elección.
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Si algo me ha quedado claro en todo esto, es que ese puto monstruo de ahí puede resistir el impacto de una lámina de acero sin siquiera inmutarse. ¿Cuánto le debe pagar el casino a alguien como él? Si yo tuviera esa resistencia no me limitaría a ser jefe de seguridad, iría a por algo más grande e interesante, divertido, pero cada uno con sus preferencias. Yo no me voy a meter en eso. A pesar del imbécil que ha corrido al almacén continuamos teniendo la ventaja numérica, aunque algo me dice que no nos será de mucha utilidad en contra de una bestia como esa. Sin embargo, por muy férreo que sean sus músculos el cuerpo humano sigue teniendo partes blandas como los ojos, por ejemplo. Ay, señor de los señores, cómo me gustaría tener a Freedom en este momento, pero es que andar con un puto francotirador en la calle no es normal; llamaría demasiado la atención.
Podría escabullirme y dejarle el trabajo a mis no-compañeros, pero eso supone una pésima decisión a largo plazo. Ya me ha quedado claro que valen una puta mierda y son los peores ladrones de la historia, casi parecen más un grupo de pandilleros que van a su bola, o quizás unos putos revolucionarios que odian las tragaperras y el sistema de los casinos, vaya a saber uno. Si dejo de cubrirles la retaguardia acabarán fallando y el gigantón este acabará encontrándome. ¿Podría cargármelo yo solo? Probablemente sí, pero veo innecesario tirar a la basura la actual ventaja que tengo, no sé, igual quedarse a pelear hasta cargarnos a estos idiotas es la mejor opción. Por otra parte, un problema que veo es la falta de comunicación en el grupo y yo no me pondré a dar órdenes. Primero, no tengo la confianza con esta gente ni soy el líder; segundo, revelaré innecesariamente mi posición. Por mí que sigan haciendo de carne de cañón, luego me encargo yo de saquear el casino e irme por la puerta trasera.
Hago un rápido cambio entre Mimosa y Phoenix, quedándome con esta última y cargada con la Munición V.69. El mecanismo dentro del cañón permite que la munición conserve toda su energía, teniendo así una capacidad perforante a otro nivel: definitivamente atravesaré la cabeza de ese hombre. Bien, manos a la obra. Me desplazo por la lateral trasera de la fila de tragaperras con el cuerpo medio inclinado para no dejarme ver. Piso con la técnica suficiente para no desprender el más mínimo ruido y ni siquiera el roce entre mis prendas parece advertir ninguna cosa, aunque entre el bullicio de los gritos y el combate tampoco es como si fuera a ser demasiado importante. Me detengo en el final de la línea, siempre pendiente de no estar en el rango de visión de mis objetivos. Estoy con la espalda pegada a la máquina, haciendo los cálculos requeridos para un disparo perfecto.
Con la rodilla derecha en el suelo apunto a la cabeza del jefe de seguridad sin levantar ruido alguno, me toma un segundo terminar los cálculos y entonces tiro del gatillo. A menos que esté atento, cuestión que veo improbable al estar ocupado con los otros ladrones, es imposible que esquive una bala a mach 3. El silenciador debe suprimir el ruido y tal, así que tampoco es que llame la atención ni siquiera disparando. Sin embargo, las cosas nunca salen como uno quiere y los problemas tarde o temprano acaban apareciendo. En caso de que el hombre reaccione de alguna manera, rodaré hacia la derecha y me detendré a la mitad ubicada entre cada línea de tragaperras. Luego, descargaré una ráfaga de dos disparos a su espalda —o pecho, si es que se ha dado vuelta—. De acercarse a mí, retrocederé con otra rueda y soltaré un último disparo a su frente.
Podría escabullirme y dejarle el trabajo a mis no-compañeros, pero eso supone una pésima decisión a largo plazo. Ya me ha quedado claro que valen una puta mierda y son los peores ladrones de la historia, casi parecen más un grupo de pandilleros que van a su bola, o quizás unos putos revolucionarios que odian las tragaperras y el sistema de los casinos, vaya a saber uno. Si dejo de cubrirles la retaguardia acabarán fallando y el gigantón este acabará encontrándome. ¿Podría cargármelo yo solo? Probablemente sí, pero veo innecesario tirar a la basura la actual ventaja que tengo, no sé, igual quedarse a pelear hasta cargarnos a estos idiotas es la mejor opción. Por otra parte, un problema que veo es la falta de comunicación en el grupo y yo no me pondré a dar órdenes. Primero, no tengo la confianza con esta gente ni soy el líder; segundo, revelaré innecesariamente mi posición. Por mí que sigan haciendo de carne de cañón, luego me encargo yo de saquear el casino e irme por la puerta trasera.
Hago un rápido cambio entre Mimosa y Phoenix, quedándome con esta última y cargada con la Munición V.69. El mecanismo dentro del cañón permite que la munición conserve toda su energía, teniendo así una capacidad perforante a otro nivel: definitivamente atravesaré la cabeza de ese hombre. Bien, manos a la obra. Me desplazo por la lateral trasera de la fila de tragaperras con el cuerpo medio inclinado para no dejarme ver. Piso con la técnica suficiente para no desprender el más mínimo ruido y ni siquiera el roce entre mis prendas parece advertir ninguna cosa, aunque entre el bullicio de los gritos y el combate tampoco es como si fuera a ser demasiado importante. Me detengo en el final de la línea, siempre pendiente de no estar en el rango de visión de mis objetivos. Estoy con la espalda pegada a la máquina, haciendo los cálculos requeridos para un disparo perfecto.
Con la rodilla derecha en el suelo apunto a la cabeza del jefe de seguridad sin levantar ruido alguno, me toma un segundo terminar los cálculos y entonces tiro del gatillo. A menos que esté atento, cuestión que veo improbable al estar ocupado con los otros ladrones, es imposible que esquive una bala a mach 3. El silenciador debe suprimir el ruido y tal, así que tampoco es que llame la atención ni siquiera disparando. Sin embargo, las cosas nunca salen como uno quiere y los problemas tarde o temprano acaban apareciendo. En caso de que el hombre reaccione de alguna manera, rodaré hacia la derecha y me detendré a la mitad ubicada entre cada línea de tragaperras. Luego, descargaré una ráfaga de dos disparos a su espalda —o pecho, si es que se ha dado vuelta—. De acercarse a mí, retrocederé con otra rueda y soltaré un último disparo a su frente.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras piensas tu estrategia y haces tus movimientos uno de los ladrones cae, con la cabeza totalmente reventada. El pedazo de bestia del jefe de seguridad no parece cortarse con sus golpes, ni mucho menos dudar en asesinar. Te colocas silenciosamente, y disparas. Lamentablemente, y como te has podido dar cuenta anteriormente, ese tío tiene un nivel de mantra espectacular. Te esquiva el primer tiro, los del pecho, pero no predice el último a la frente. Cae desplomado hacia atrás y el suelo retumba con su caída, demostrando que ser sólo músculo también implica tener un peso de la hostia. De hecho, ha retumbado tanto que el suelo se ha roto a través de él. Una de las máquinas que gira constantemente parece apagarse a la vez que el pasadizo secreto ha quedado abierto.
Los otros se rinden inmediatamente cuando ven que le metes una bala entre ceja y ceja a su jefe. No creen tener ninguna posibilidad contra una ventaja numérica superior, y menos con alguien con tus habilidades. Tus compañeros ladrones celebran, pero puedes ver que tanto un bando como otro está malherido. Depende de ti perdonarles la vida o no, bajar por el pasadizo secreto, tirar para el almacén, la puerta secreta... Tienes muchas posibilidades, ¿qué eligirás?
Los otros se rinden inmediatamente cuando ven que le metes una bala entre ceja y ceja a su jefe. No creen tener ninguna posibilidad contra una ventaja numérica superior, y menos con alguien con tus habilidades. Tus compañeros ladrones celebran, pero puedes ver que tanto un bando como otro está malherido. Depende de ti perdonarles la vida o no, bajar por el pasadizo secreto, tirar para el almacén, la puerta secreta... Tienes muchas posibilidades, ¿qué eligirás?
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Si es que ya no hay palabras para describir lo bueno que soy con las putas pistolas. Vale, he fallado casi todos los tiros, pero son solo detalles. El matón este, el mismo que parece que debió haber nacido gorila en vez de hombre, cae al suelo justo después de reventarle los putos sesos. Inmediatamente después el resto de los guardias se rinde, así que ya podemos dar por ganada esta especie de batalla. Ha sido lamentable y muchos han muerto porque son unos malditos inútiles de mierda, pero ahí yo ya no me meto. En lo que respecta a los supervivientes… ¿Tengo razones para dejarles vivir? Claro que no, el problema es que tampoco tengo motivos para matarles. Así que, si mis nuevos compis de atracos están de acuerdo, por mí mantenerlos amordazados hasta que todo esto pase. ¿Habrá algún pavo que ande con cuerdas o esposas? Espero que sí y, en caso de que todo salga como lo tengo más o menos pensado, debería decirles algo como esto:
—Luego de que esta gente haga lo que tenga que hacer, yo les libero y vuelven a casa a cenar, jugar con sus hijos y todo lo que un guardia de casino haga en su día a día. No se preocupen que hoy no morirán, así que fuera las caras largas y a sonreír que mañana es un nuevo día.
Enciendo un cigarrillo para pasar los nervios y calmar la ansiedad; no tengo ninguna de esas dos cosas ahora mismo, pero siempre está bien meterse alguna excusa para engañar el cáncer. ¿Lo que es yo? Bueno, llámenme carroña, mala persona o el amor de mi vida, pero creo que lo suyo es registrar los cadáveres de los guardias caídos. Ya me encargaré de alguna u otra forma de recoger todo este dinero ensangrentado que hay en el suelo, puede que así termine de pagar mi deuda. Espera un poco, ¿estoy endeudado? Juraría que no… En fin, hora de presentarme y todo eso para mantener la fachada de hombre decente.
—¡Uf, ha sido un combate bastante complicado! Soy John Jairo Velásquez, pueden llamarme simplemente Popeye —les comento con una sonrisa amigable en el rostro, como si nada hubiera pasado. ¿Qué pasa? No tengo por qué decirles mi verdadero nombre, además he usado uno bastante bueno. Búscalo en la internet si quieres, ya verás tú de lo que hablo—. Si no les molesta iré a dar un paseo, creo que… —Tiro una moneda hacia el cielo y luego la tomo con destreza—. El destino ha hablado, así que vamos a ver qué hay detrás de esa puerta misteriosa.
Le doy una calada al cigarrillo y luego recargo el arma; es algo muy importante. He gastado bastantes balas en este altercado y al final termina siendo un duro golpe a la economía del asesino, pero vamos, tampoco pasa nada. ¿Por qué he elegido la puerta misteriosa? Ja, porque he tirado una moneda y eso. A veces es divertido ser el que no toma las decisiones, simplemente dejarse llevar por el cauce de la vida y ya está. Así que me dirijo hacia esta y veo si puede abrirse, de lo contrario, toca usar el pasadizo ese.
—Luego de que esta gente haga lo que tenga que hacer, yo les libero y vuelven a casa a cenar, jugar con sus hijos y todo lo que un guardia de casino haga en su día a día. No se preocupen que hoy no morirán, así que fuera las caras largas y a sonreír que mañana es un nuevo día.
Enciendo un cigarrillo para pasar los nervios y calmar la ansiedad; no tengo ninguna de esas dos cosas ahora mismo, pero siempre está bien meterse alguna excusa para engañar el cáncer. ¿Lo que es yo? Bueno, llámenme carroña, mala persona o el amor de mi vida, pero creo que lo suyo es registrar los cadáveres de los guardias caídos. Ya me encargaré de alguna u otra forma de recoger todo este dinero ensangrentado que hay en el suelo, puede que así termine de pagar mi deuda. Espera un poco, ¿estoy endeudado? Juraría que no… En fin, hora de presentarme y todo eso para mantener la fachada de hombre decente.
—¡Uf, ha sido un combate bastante complicado! Soy John Jairo Velásquez, pueden llamarme simplemente Popeye —les comento con una sonrisa amigable en el rostro, como si nada hubiera pasado. ¿Qué pasa? No tengo por qué decirles mi verdadero nombre, además he usado uno bastante bueno. Búscalo en la internet si quieres, ya verás tú de lo que hablo—. Si no les molesta iré a dar un paseo, creo que… —Tiro una moneda hacia el cielo y luego la tomo con destreza—. El destino ha hablado, así que vamos a ver qué hay detrás de esa puerta misteriosa.
Le doy una calada al cigarrillo y luego recargo el arma; es algo muy importante. He gastado bastantes balas en este altercado y al final termina siendo un duro golpe a la economía del asesino, pero vamos, tampoco pasa nada. ¿Por qué he elegido la puerta misteriosa? Ja, porque he tirado una moneda y eso. A veces es divertido ser el que no toma las decisiones, simplemente dejarse llevar por el cauce de la vida y ya está. Así que me dirijo hacia esta y veo si puede abrirse, de lo contrario, toca usar el pasadizo ese.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—No, si a nosotros nos da igual. Ataremos a estos y los tendremos bien vigilados —te contesta el que parece ser el líder de los ladrones, el mismo que cometió el error de anunciar tu presencia—. Pero necesitamos ayuda para abrir la puerta principal. No sabemos qué puede haber ahí fuera, ya que no se escucha nada desde aquí. Así que si nos salvamos el culo entre nosotros, te daremos parte de las tragaperras.
Tras explicarte eso, proceden a amordazar y atar a todos. Uno de los ladrones parece gustarle tu movimiento con la moneda y dejar al azar tu decisión, por lo cual se acerca y te ofrece su ayuda. No sabes qué te depara ahí atrás, pero parece bastante sincero. Has podido agradarle por tus habilidades en combate, y esta gente al ser novatos a la hora de luchar, parecen impresionarse por nada. Si decides de que te siga hasta el interior de la puerta, lo hará encantado: pero no podrás usarlo para que pase primero. Se mantendría a un metro de ti a todo momento, desde atrás. Está impresionado pero es bastante astuto. Dicho esto, te acercas con normalidad a la puerta. Las cámaras del alrededor te siguen, y el hombre que está arriba parece agitarse violentamente. No parece conforme con verte entrar ahí, pero aún así abre la puerta. Sin duda, al entrar a este casino te has dado con un gran golpe de suerte. Todo parece resolverse con bastante facilidad, por lo que no tendrás nada de lo que quejarte, campeón. Pero hay algo que puedes palpar en el ambiente. ¿Realmente es una buena idea dejar al azar que te guíe hasta ahí? Pareces estar conforme, por lo cual pasas por ella sin complicación. Si has decidido ir con el chaval, cuando pase él el último, se cerrará de golpe de forma automatizada. Es de metal robusto, con un color grisáceo; quizás de aleación de acero, por lo que olvídate de volver por ahí. Tienes un pasillo largo y unas escaleras por delante. Si vas por el pasillo llegarás hasta el almacén, si vas por las escaleras irás directo hasta el tío de ahí arriba.
Ahora es cuando tiene que decidir tu codicia o tu instinto, o dejarlo otra vez al azar. No tendrás impedimento para llegar hasta el almacén o hasta el señor de arriba, por lo cual podrás iniciar una acción en cualquiera de los dos lados. Dialogar o buscar, respectivamente. Pero ya sabemos que vas a elegir, ¿no?
Tras explicarte eso, proceden a amordazar y atar a todos. Uno de los ladrones parece gustarle tu movimiento con la moneda y dejar al azar tu decisión, por lo cual se acerca y te ofrece su ayuda. No sabes qué te depara ahí atrás, pero parece bastante sincero. Has podido agradarle por tus habilidades en combate, y esta gente al ser novatos a la hora de luchar, parecen impresionarse por nada. Si decides de que te siga hasta el interior de la puerta, lo hará encantado: pero no podrás usarlo para que pase primero. Se mantendría a un metro de ti a todo momento, desde atrás. Está impresionado pero es bastante astuto. Dicho esto, te acercas con normalidad a la puerta. Las cámaras del alrededor te siguen, y el hombre que está arriba parece agitarse violentamente. No parece conforme con verte entrar ahí, pero aún así abre la puerta. Sin duda, al entrar a este casino te has dado con un gran golpe de suerte. Todo parece resolverse con bastante facilidad, por lo que no tendrás nada de lo que quejarte, campeón. Pero hay algo que puedes palpar en el ambiente. ¿Realmente es una buena idea dejar al azar que te guíe hasta ahí? Pareces estar conforme, por lo cual pasas por ella sin complicación. Si has decidido ir con el chaval, cuando pase él el último, se cerrará de golpe de forma automatizada. Es de metal robusto, con un color grisáceo; quizás de aleación de acero, por lo que olvídate de volver por ahí. Tienes un pasillo largo y unas escaleras por delante. Si vas por el pasillo llegarás hasta el almacén, si vas por las escaleras irás directo hasta el tío de ahí arriba.
Ahora es cuando tiene que decidir tu codicia o tu instinto, o dejarlo otra vez al azar. No tendrás impedimento para llegar hasta el almacén o hasta el señor de arriba, por lo cual podrás iniciar una acción en cualquiera de los dos lados. Dialogar o buscar, respectivamente. Pero ya sabemos que vas a elegir, ¿no?
Volken von Goldschläger
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
A los genios como yo les sale todo bien, ¿lo sabes? Y si algo me ha salido mal, bueno, no me acuerdo. ¡Y si no me acuerdo no pasó! Así tal cual, como dice la canción. Por cierto, ¿ya he dicho lo contento que estoy de tener un compañero? Ahora mismo te cuento porqué. ¿La has cagado y una lluvia de balas va hacia ti? ¡No te preocupes, usa a tu compañero como escudo humano y ya está! ¿El malo de turno toma de rehén a tu compañero para manipularte? ¡Dispárale a ambos y ya está! Si es que tener un compañero lo soluciona todo, en serio. Aunque este es bastante astuto al mantenerse detrás de mí, pues significa que está dejando que yo me coma todas las trampas en caso de que las haya. Y yo no soy tonto tampoco, tengo un par de años de experiencia que me avalan.
—Luego puedo enseñarte algo de lo que he hecho, amigote. ¿Cómo te llamas, por cierto? —le pregunto con un tono amable y una sonrisa amistosa, entonces apunto a las cámaras y disparo—. Uy, cómo odio a los acosadores…
Cruzo sin problema la puerta y ¡BANG! Se ha cerrado detrás de mí lo que supone una sola mierda: he caído en una trampa. ¿Cómo lo sé? Bueno, el hombre de arriba me ha dejado entrar sin oponer ninguna resistencia y me ha encerrado en este pasillo, así que es probable que esté pensando en algo. Yo avanzo con cuidado y sin levantar el más mínimo ruido, incluso controlando mi respiración para no llamar la atención de nadie. Observo el techo y las paredes, incluso el suelo. ¿Por qué? Ah, tú quieres que te lo cuente todo… Mira, estoy buscando trampas porque no quiero morir como un puto novato, ¿vale? Menos mal que no encuentro nada y ya es hora de tomar una decisión, así que pensemos un poco.
¿Alguna vez has jugado algún juego de rol? ¿De esos donde debes superar mazmorras y mierdas frikis? Qué bueno, eres un puto nerd de mierda. Mientras tú te pasas la vida jugando esas mierdas yo conquisto chicas. Nah, que estoy de broma, amo los videojuegos y el que me diga nerd por mis gustos no pasa nada, le vuelo los putos sesos y ya está. A lo que voy es que siempre debes despejar todo el recinto antes de ponerte a recoger el botín, es decir, las cosas tienen un orden bastante lógico y natural. Por ejemplo, podría ir hasta el almacén y saquearlo completo, dándole el tiempo al malo de turno a llamar refuerzos o tenderme más trampas, ¿sabes? En cambio, si me presento ante él como un hombre educado y decente hasta puede que lleguemos a un acuerdo. A veces puedo ser muy persuasivo, como esa vez que convencí a una chica para que me dejara esnifar cocaína en sus tetas. Maravillosos recuerdos; cien por ciento recomendado, hermano mío.
Subo las escaleras intentando seguir en mi propia línea, en silencio y sin llamar la atención. Mis pistolas están perfectamente escondidas y Phoenix tiene el silenciador puesto, preparada para la acción. Si este hombrecillo de los putos altoparlantes se pone tonto, pues balazo en la cabeza y pa’ la casa. Finalmente acabo llegando a la habitación en la que está él. Como soy un hombre decente y educado le saludo con la manita desde la entrada, sonriéndole amigablemente como si aquí nadie hubiera matado a todos sus guardias. Me he detenido aquí para darme tiempo a reaccionar por si saca un arma de largo alcance. Con un solo giro puedo esconderme tras la pared y encontrar la cobertura necesaria.
—Hombre, creo que tus máquinas están algo rotas, mira todo el dinero que han soltado… —le digo nada más entrar, siempre pendiente de sus movimientos —. Es broma, es broma. Soy John Jairo, un gusto, señor de la vigilancia. Ay, la vida es bastante difícil, ¿no lo crees? He venido a proponerte un negocio, aunque antes me gustaría saber tu nombre. Ya sabes, no puedes dialogar bien con alguien que no se presenta a sí mismo. Y no te preocupes, de verdad no tengo intenciones de hacerte daño, de hecho, todo esto para mí es bastante… Buah, no sé ni cómo describirlo, ¿espontáneo? ¿Extraño? ¿Excitante? Ya me lo dirás tú.
—Luego puedo enseñarte algo de lo que he hecho, amigote. ¿Cómo te llamas, por cierto? —le pregunto con un tono amable y una sonrisa amistosa, entonces apunto a las cámaras y disparo—. Uy, cómo odio a los acosadores…
Cruzo sin problema la puerta y ¡BANG! Se ha cerrado detrás de mí lo que supone una sola mierda: he caído en una trampa. ¿Cómo lo sé? Bueno, el hombre de arriba me ha dejado entrar sin oponer ninguna resistencia y me ha encerrado en este pasillo, así que es probable que esté pensando en algo. Yo avanzo con cuidado y sin levantar el más mínimo ruido, incluso controlando mi respiración para no llamar la atención de nadie. Observo el techo y las paredes, incluso el suelo. ¿Por qué? Ah, tú quieres que te lo cuente todo… Mira, estoy buscando trampas porque no quiero morir como un puto novato, ¿vale? Menos mal que no encuentro nada y ya es hora de tomar una decisión, así que pensemos un poco.
¿Alguna vez has jugado algún juego de rol? ¿De esos donde debes superar mazmorras y mierdas frikis? Qué bueno, eres un puto nerd de mierda. Mientras tú te pasas la vida jugando esas mierdas yo conquisto chicas. Nah, que estoy de broma, amo los videojuegos y el que me diga nerd por mis gustos no pasa nada, le vuelo los putos sesos y ya está. A lo que voy es que siempre debes despejar todo el recinto antes de ponerte a recoger el botín, es decir, las cosas tienen un orden bastante lógico y natural. Por ejemplo, podría ir hasta el almacén y saquearlo completo, dándole el tiempo al malo de turno a llamar refuerzos o tenderme más trampas, ¿sabes? En cambio, si me presento ante él como un hombre educado y decente hasta puede que lleguemos a un acuerdo. A veces puedo ser muy persuasivo, como esa vez que convencí a una chica para que me dejara esnifar cocaína en sus tetas. Maravillosos recuerdos; cien por ciento recomendado, hermano mío.
Subo las escaleras intentando seguir en mi propia línea, en silencio y sin llamar la atención. Mis pistolas están perfectamente escondidas y Phoenix tiene el silenciador puesto, preparada para la acción. Si este hombrecillo de los putos altoparlantes se pone tonto, pues balazo en la cabeza y pa’ la casa. Finalmente acabo llegando a la habitación en la que está él. Como soy un hombre decente y educado le saludo con la manita desde la entrada, sonriéndole amigablemente como si aquí nadie hubiera matado a todos sus guardias. Me he detenido aquí para darme tiempo a reaccionar por si saca un arma de largo alcance. Con un solo giro puedo esconderme tras la pared y encontrar la cobertura necesaria.
—Hombre, creo que tus máquinas están algo rotas, mira todo el dinero que han soltado… —le digo nada más entrar, siempre pendiente de sus movimientos —. Es broma, es broma. Soy John Jairo, un gusto, señor de la vigilancia. Ay, la vida es bastante difícil, ¿no lo crees? He venido a proponerte un negocio, aunque antes me gustaría saber tu nombre. Ya sabes, no puedes dialogar bien con alguien que no se presenta a sí mismo. Y no te preocupes, de verdad no tengo intenciones de hacerte daño, de hecho, todo esto para mí es bastante… Buah, no sé ni cómo describirlo, ¿espontáneo? ¿Extraño? ¿Excitante? Ya me lo dirás tú.
Dark Satou
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Puedes notar como la sala a la que vas a entrar suena un ruido fuerte, como de algo volcándose. Y si te ojeas, el que debería de estar ahí, por el estilo de la sala, debería estar detrás de su mesa. No es tonto del todo, o por lo menos puedes deducir eso. Sabe a lo que vienes, y con más firmeza tras haberlo estado todo viendo desde lo que parece ser una pared llena de televisiones pequeñas que orientan hacia el interior del casino, el almacén y las afueras. La sala es de estilo victoriano, con adornos de lo más caros y sofás con un acabado increíble. El rojo predomina como color, mostrándose en el embarnizado de las maderas o el mobiliario. Escucha atentamente lo que tienes que decir, o por lo menos, crees que lo hace. No hay ningún sonido que venga de su lugar, más que el de él mismo temblando. Es algo característico, ya que tiene su espalda pegada contra la mesa y parece chocarse la madera todo el rato contra el suelo con el movimiento al estar volcada.
—John Jairo, sí. Empezamos mal mintiendo. ¿Te crees que no he escuchado de tus actividades por la zona? —Dice en voz alta, con un tono más que fingido para intentar mostrar un falso valor del que carece—. Vamos a negociar, sí. Con un botón, cierro herméticamente el casino y vienen aquí tres buques de la marine si hace falta. Tengo buenos contactos en este mundillo, chaval. —Da una larga pausa en la cual puedes seguir sin escuchar nada—. Me matarías, sí, pero dudo que salgas vivo o libre de esta.
Tras amenazarte, se pone de pie con las manos en alto. No parece llevar nada con lo cual resultar peligroso; el tío es listo, y por lo menos ha tenido que ser atracado otra vez. Ya que más alla de su camisa blanca remangada o el chaleco negro que está sufriendo de retener tanta grasa, no hay nada. Se acerca lentamente a ti con las manos en alto, por lo menos bordeando la mesa. Si te fijas tiene en una de sus manos un pequeño botón pegado al dedo. Es rojo y llamativo, y ha estado aprovechando el momento que ha hablado contigo para atarlo con una cuerda.
—Si caigo, o me matas, el botón se acciona. Si negociamos, no lo quitaré hasta que esté en una posición segura y libre de peligro. ¿Qué es lo que quieres? —Acaba diciendo, frunciendo el ceño. Parece tener un mechón caído de la cabeza, el cual estaba peinado en horizontal para cubrir una muy posible alopecia severa.
—John Jairo, sí. Empezamos mal mintiendo. ¿Te crees que no he escuchado de tus actividades por la zona? —Dice en voz alta, con un tono más que fingido para intentar mostrar un falso valor del que carece—. Vamos a negociar, sí. Con un botón, cierro herméticamente el casino y vienen aquí tres buques de la marine si hace falta. Tengo buenos contactos en este mundillo, chaval. —Da una larga pausa en la cual puedes seguir sin escuchar nada—. Me matarías, sí, pero dudo que salgas vivo o libre de esta.
Tras amenazarte, se pone de pie con las manos en alto. No parece llevar nada con lo cual resultar peligroso; el tío es listo, y por lo menos ha tenido que ser atracado otra vez. Ya que más alla de su camisa blanca remangada o el chaleco negro que está sufriendo de retener tanta grasa, no hay nada. Se acerca lentamente a ti con las manos en alto, por lo menos bordeando la mesa. Si te fijas tiene en una de sus manos un pequeño botón pegado al dedo. Es rojo y llamativo, y ha estado aprovechando el momento que ha hablado contigo para atarlo con una cuerda.
—Si caigo, o me matas, el botón se acciona. Si negociamos, no lo quitaré hasta que esté en una posición segura y libre de peligro. ¿Qué es lo que quieres? —Acaba diciendo, frunciendo el ceño. Parece tener un mechón caído de la cabeza, el cual estaba peinado en horizontal para cubrir una muy posible alopecia severa.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.