Lord Khâmul
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Akuma no mi
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Habían pasado semanas en aquella ala científica de Ennies Lobby. El doctor Velik, mi maestro, me enseñó a manejar mis poderes en el patio trasero de las instalaciones. Esto se debía a que todavía no podía mostrarme en público debido a mi condición, y por este motivo pulubaba por las instalaciones viendo a algunos marines y de aquí para allá. Cuando no entrenaba estaba metido en el laboratorio mejorando mi traje o recibiendo mi "baño" para curar mi piel agrietada por la metralla. No me sentía muy cómodo cuando salía de mi área de confort ya que ¿A quién no le parecería raro un tío de metro noventa embutido en una gran armadura negra? Sobre todo con una respiración un tanto irritante.
Por fortuna el día estaba soleado y los científicos del lugar trabajando en sus respectivos laboratorios. Algunos cadetes estaban practicando en el patio mientras que otros hacían guardia. Yo por mi parte tuve que ir al patio de entrenamiento número 2 donde me pondría a practicar con mi espada algunos golpes contra muñecos de madera de práctica. Estaba solo, en un patio cuadrado al aire libre, cubierto de césped y alrededor tenía bastantes árboles que impedían la visión tanto desde dentro como fuera del lugar. Tras practicar un par de horas tomé asiento en un tocón que había en una escuna junto a los árboles, a la sombra, como un viejo. Me quedé pensativo allí mientras apoyaba mis manos sobre mis rodillas, como esperando algo o a alguien. Debía seguir entrenando para poder salir cuanto antes del Ala científica, para poder continuar con mi servicio de Marine adecuadamente.
Por fortuna el día estaba soleado y los científicos del lugar trabajando en sus respectivos laboratorios. Algunos cadetes estaban practicando en el patio mientras que otros hacían guardia. Yo por mi parte tuve que ir al patio de entrenamiento número 2 donde me pondría a practicar con mi espada algunos golpes contra muñecos de madera de práctica. Estaba solo, en un patio cuadrado al aire libre, cubierto de césped y alrededor tenía bastantes árboles que impedían la visión tanto desde dentro como fuera del lugar. Tras practicar un par de horas tomé asiento en un tocón que había en una escuna junto a los árboles, a la sombra, como un viejo. Me quedé pensativo allí mientras apoyaba mis manos sobre mis rodillas, como esperando algo o a alguien. Debía seguir entrenando para poder salir cuanto antes del Ala científica, para poder continuar con mi servicio de Marine adecuadamente.
Astartea Shikei
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La habían llamado cuatro veces antes de insistirle en que tenía que ir. Astartea había pestañeado algo molesta, pero entendió que como parte de la marina no podía negarse a aquella clase de peticiones y ruegos. Era molesto, pero no vamos a negar que últimamente demasiadas cosas le resultaban molestas.
La idea de que ellos mismos consideraran que alguien pudiera resultarle tan interesante como para usar su akuma con él, le molestaba especialmente. Era cierto que ella podía curar casi cualquier cosa con sus poderes, pero era ella la que decidía cuando y como hacerlo y de momento lo único que quería hacer era investigar y explorar al hombre.
Preguntó por donde se encontraba y enseguida le dijeron que le habían visto caminar hacia la zona dos de entrenamiento, al parecer un hombre como él no pasaba desapercibido.
Se perdió entre los caminos, los árboles y con cuidado de que el sol no la quemara demasiado, nuestra dama de cabellos de plata y orbes de sangre llegó a su destino.- Vaya, ahora entiendo la parte de que te reconocería enseguida.- Una sonrisa suave y nuestra dama sale de entre las sombras de los árboles. Vestida con el uniforme de la marina aunque ligeramente modificado, con unos pantalones cortos azules y unas botas altas, una camisa blanca y aquella chaqueta de tonos similares.
La dama de orbes rojos y cabello de plata se cruzó de brazos.- ¿Entrenando, tal vez? -Miró con calma el lugar, sabiendo que era lo que se solía hacer en aquel sitio. Aunque no vamos a negar que odio darle la razón a sus compañeros. Era un hombre de lo más curioso y ella siempre acababa interesándose por la gente curiosa, incluso cuando su orgullo le hacía refunfuñar por ello.
Pero en fin, era el momento de ver que tan curioso era.
La idea de que ellos mismos consideraran que alguien pudiera resultarle tan interesante como para usar su akuma con él, le molestaba especialmente. Era cierto que ella podía curar casi cualquier cosa con sus poderes, pero era ella la que decidía cuando y como hacerlo y de momento lo único que quería hacer era investigar y explorar al hombre.
Preguntó por donde se encontraba y enseguida le dijeron que le habían visto caminar hacia la zona dos de entrenamiento, al parecer un hombre como él no pasaba desapercibido.
Se perdió entre los caminos, los árboles y con cuidado de que el sol no la quemara demasiado, nuestra dama de cabellos de plata y orbes de sangre llegó a su destino.- Vaya, ahora entiendo la parte de que te reconocería enseguida.- Una sonrisa suave y nuestra dama sale de entre las sombras de los árboles. Vestida con el uniforme de la marina aunque ligeramente modificado, con unos pantalones cortos azules y unas botas altas, una camisa blanca y aquella chaqueta de tonos similares.
La dama de orbes rojos y cabello de plata se cruzó de brazos.- ¿Entrenando, tal vez? -Miró con calma el lugar, sabiendo que era lo que se solía hacer en aquel sitio. Aunque no vamos a negar que odio darle la razón a sus compañeros. Era un hombre de lo más curioso y ella siempre acababa interesándose por la gente curiosa, incluso cuando su orgullo le hacía refunfuñar por ello.
Pero en fin, era el momento de ver que tan curioso era.
Lord Khâmul
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Akuma no mi
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Parecía que mi día de tranquilidad y sosiego se había paralizado totalmente con al llegada de una extraña mujer. Para mi gusto era pintoresca aunque no era el más indicado para hablar de rarezas por estos lares. Parecía que me estaba buscando ¿ para qué? No me interesaba hablar con nadie la verdad, solo estar tranquilo bajo las copas de los árboles mientras meditaba un poco. Por cortesía tendría que responderle aunque no me hacía nada de gracias.
Me mantuve sentado en el tocón de madera junto a los árboles dejando solo escuchar mi respiración mecánica. Parecía que aquella muchacha era una marine, obviamente, pues vestía con el uniforme reglamentario ( un tanto modificado), además de que si no fuera marine ni podría estar allí. Así que no respondí a su pregunta y me fui por la tangente.
-¿La envía el Doctor Velik?- dije haciendo referencia al científico que se encargaba de mi cuidado en aquellas instalaciones. Quizás aquella muchacha era una enviada de él.- De no ser una enviada creo que no debería estar aquí señorita.- concluí levantándome del tocón dejando ver mi metro noventa de altura mientras la respiración mecánica "daba" más conversación que yo.
-Identifíquese por favor señorita - pedí amablemente-Nombre, cargo, ocupación y el motivo de su visita .
No podía fiarme de buenas a primeras de una recién llegada a aquellas instalaciones. Velik no dejaba entrar a nadie cuando estaba meditando o entrenando, por seguridad. Quizás aquella muchacha tenía los contactos necesarios para ver al bicho raro de la Marina.
Me mantuve sentado en el tocón de madera junto a los árboles dejando solo escuchar mi respiración mecánica. Parecía que aquella muchacha era una marine, obviamente, pues vestía con el uniforme reglamentario ( un tanto modificado), además de que si no fuera marine ni podría estar allí. Así que no respondí a su pregunta y me fui por la tangente.
-¿La envía el Doctor Velik?- dije haciendo referencia al científico que se encargaba de mi cuidado en aquellas instalaciones. Quizás aquella muchacha era una enviada de él.- De no ser una enviada creo que no debería estar aquí señorita.- concluí levantándome del tocón dejando ver mi metro noventa de altura mientras la respiración mecánica "daba" más conversación que yo.
-Identifíquese por favor señorita - pedí amablemente-Nombre, cargo, ocupación y el motivo de su visita .
No podía fiarme de buenas a primeras de una recién llegada a aquellas instalaciones. Velik no dejaba entrar a nadie cuando estaba meditando o entrenando, por seguridad. Quizás aquella muchacha tenía los contactos necesarios para ver al bicho raro de la Marina.
Astartea Shikei
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-Hum, me gustaría decir que no me manda nadie más que mi curiosidad, pero algo me dice que eso le deja más dudas que respuestas.-Se encoge suavemente de hombros, mientras camina de manera lenta y calmada, mirando a su divertido juguete de experimentos de reojo, señoras y señores, empezaba la exploración a su temible y retorcida curiosidad.- ¿Qué pasa si intento quitarte alguna parte de esa cosa y llegar hasta tu carne? –La pregunta fue genuina, curiosa y sus ojos de demonio color sangre parecieron brillar como los de una niña pequeña a medida que acortaba la distancia entre ambos.
Entonces el hombre comenzó a ponerse serio, se levanta y aunque es aproximadamente veinte centímetros más alto que ella, no es como si esa clase de cosas le importara. El tema de la presentación le fastidia ligeramente, pero decide evitar que el hombre se vuelva loco e intente ahorcarla, es molesto.- Astartea Shikei, marine, médico… No es como si tuviera que decirte mucho más, tú tampoco te has presentado, y es de muy mala educación preguntar antes de decirlo.-La calma casi ridícula a medida que acorta las distancias con él daba la impresión de que tal vez era una suicida, o quizás estaba muy segura de sus capacidades como para preocuparse.
Me gusta más la parte en la que os recuerdo que es una loca que aprecia relativamente poco su vida.
-Me pidieron que viniera a verte, en general por mi trabajo, pero supongo que tú no tienes tantas ganas de verme a mi.-Ladea el rostro, de forma curiosa, mientras uno de sus dedos toca suavemente su hombro, mirando la armadura. Podía restarla, no habría demasiado problema, sin embargo tendría que seguir investigando al sujeto para ver qué pasaba. Punto para su curiosidad, punto para el estúpido médico que la había llamado.
Había metido al pobre muchacho en la boca del demonio.
Entonces el hombre comenzó a ponerse serio, se levanta y aunque es aproximadamente veinte centímetros más alto que ella, no es como si esa clase de cosas le importara. El tema de la presentación le fastidia ligeramente, pero decide evitar que el hombre se vuelva loco e intente ahorcarla, es molesto.- Astartea Shikei, marine, médico… No es como si tuviera que decirte mucho más, tú tampoco te has presentado, y es de muy mala educación preguntar antes de decirlo.-La calma casi ridícula a medida que acorta las distancias con él daba la impresión de que tal vez era una suicida, o quizás estaba muy segura de sus capacidades como para preocuparse.
Me gusta más la parte en la que os recuerdo que es una loca que aprecia relativamente poco su vida.
-Me pidieron que viniera a verte, en general por mi trabajo, pero supongo que tú no tienes tantas ganas de verme a mi.-Ladea el rostro, de forma curiosa, mientras uno de sus dedos toca suavemente su hombro, mirando la armadura. Podía restarla, no habría demasiado problema, sin embargo tendría que seguir investigando al sujeto para ver qué pasaba. Punto para su curiosidad, punto para el estúpido médico que la había llamado.
Había metido al pobre muchacho en la boca del demonio.
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¿Curiosidad? Últimamente parecía que los requisitos para la marina había bajado catastróficamente....pero bueno, no me molestaba tanto eso como el que aquella muchacha estuviera allí rompiendo mi meditación. No por nada, sino porque era mi único momento del día en el que no estaba entrenando o dentro de un tanque de productos químicos. Me quedé mirando a la muchacha, o al menos eso se intuía porque las lentes de mi casco enfocaban hacia la muchacha. Casi sonreiría por la pregunta que me hizo por un momento.
-Pues primero os arrancaría la mano antes de que lo intentarais, y en caso de hacerlo me provocaríais un gran problema. Por fortuna para vos estamos en el mismo bando.- dije mientras la respiración de mi casco volvía a hacerse presente entre los dos.
Tras decir aquello me levanté, dejando ver mi considerable altura frente a la muchacha para luego decirle.
-Por estos lares me llaman "Lord Khâmul", sin embargo podéis llamarme Khâmul simplemente. Soldado de Vanguardia de la Marina, para servirla a ella.- dije antes de dar unos pasos hacia ella y responderle nuevamente- Si os han enviado aquí, a mi, es porque es algo importante.¿ Trabajáis con el cuerpo científico de Ennies Lobby quizás? O simplemente os mandan a darme un recado. Escucharé lo que tenéis que decirme.
Tras decir aquello pasé por su lado antes de volver a hablar.
-Exponed vuestro motivo y quizás me interese, de serlo quizás continuemos con esta conversación.
Siento si parecía un borde, pero era como era. La muchacha no venía con mala intención pero Velik, mi médico, no me había informado de su llegada. Esperaba a que me diera una explicación sobre su "tarea" y luego continuaríamos hablando.
-Pues primero os arrancaría la mano antes de que lo intentarais, y en caso de hacerlo me provocaríais un gran problema. Por fortuna para vos estamos en el mismo bando.- dije mientras la respiración de mi casco volvía a hacerse presente entre los dos.
Tras decir aquello me levanté, dejando ver mi considerable altura frente a la muchacha para luego decirle.
-Por estos lares me llaman "Lord Khâmul", sin embargo podéis llamarme Khâmul simplemente. Soldado de Vanguardia de la Marina, para servirla a ella.- dije antes de dar unos pasos hacia ella y responderle nuevamente- Si os han enviado aquí, a mi, es porque es algo importante.¿ Trabajáis con el cuerpo científico de Ennies Lobby quizás? O simplemente os mandan a darme un recado. Escucharé lo que tenéis que decirme.
Tras decir aquello pasé por su lado antes de volver a hablar.
-Exponed vuestro motivo y quizás me interese, de serlo quizás continuemos con esta conversación.
Siento si parecía un borde, pero era como era. La muchacha no venía con mala intención pero Velik, mi médico, no me había informado de su llegada. Esperaba a que me diera una explicación sobre su "tarea" y luego continuaríamos hablando.
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-Menos mal que puedo pegar mi brazo cuantas veces quiera, si no estoy segura de que casi me hubiera asustado…Casi.- Esa calma casi suicida sigue presente en sus orbes de sangre liquida, mientras lejos de alejarse da un paso más hasta el hombre, analizando con la vista todo lo que necesita mirar. Luego pasaría calmadamente por su lado, antes de que los pensamientos sigan dando vueltas por su mente. Está analizando los pros y los contras de todo lo que está pasando y sabe de sobra que está mal destrozar la investigación de un compañero.
Pero la posibilidad era de por si tan divertida, que tuvo que contener la sonrisa demoniaca que amenazó con asomarse a medida que él hablaba.- Soy médico, ya se lo dije, me invitaron a venir…-Le suplicaron que viniera, su akuma era de esas cosas por las que la gente acababa suplicando cosas demasiado ridículas. Sus dedos pasan con calma entre sus propios cabellos plateados, mientras enfoca tranquilamente a su sujeto de juegos.- Aunque entiendo la razón de ello, la cosa es…-Sus labios se elevan, su rostro comienza a deformarse en una mueca tan oscura como cualquiera de sus intenciones.- ¿Y si te dijera que puedo curarte?
No era un farol, el hombre podía notarlo, mientras ella simplemente dejó los bucles de plata que pasaban entre sus dedos, ladeando el rostro.- Oh cariño, eres tú el que tiene que resultarme interesante a mí, pero tranquilo, lo vas consiguiendo.- Asiente con calma, mientras le mira la espalda, a medida que comienza a caminar de nuevo.
Es casi como un animal cercándole, como un lobo tentando una pieza a la que desea cazar, tranquilamente comienza a dar vueltas a su alrededor.- Vamos, no soy tan peligrosa como para que alces tus defensas de esa forma…-Y esa mentira definitivamente era muy sencilla de averiguar, tan solo su mirada ya la desmentía.
Pero la posibilidad era de por si tan divertida, que tuvo que contener la sonrisa demoniaca que amenazó con asomarse a medida que él hablaba.- Soy médico, ya se lo dije, me invitaron a venir…-Le suplicaron que viniera, su akuma era de esas cosas por las que la gente acababa suplicando cosas demasiado ridículas. Sus dedos pasan con calma entre sus propios cabellos plateados, mientras enfoca tranquilamente a su sujeto de juegos.- Aunque entiendo la razón de ello, la cosa es…-Sus labios se elevan, su rostro comienza a deformarse en una mueca tan oscura como cualquiera de sus intenciones.- ¿Y si te dijera que puedo curarte?
No era un farol, el hombre podía notarlo, mientras ella simplemente dejó los bucles de plata que pasaban entre sus dedos, ladeando el rostro.- Oh cariño, eres tú el que tiene que resultarme interesante a mí, pero tranquilo, lo vas consiguiendo.- Asiente con calma, mientras le mira la espalda, a medida que comienza a caminar de nuevo.
Es casi como un animal cercándole, como un lobo tentando una pieza a la que desea cazar, tranquilamente comienza a dar vueltas a su alrededor.- Vamos, no soy tan peligrosa como para que alces tus defensas de esa forma…-Y esa mentira definitivamente era muy sencilla de averiguar, tan solo su mirada ya la desmentía.
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¿Una usuario? Al menos eso me imaginé cuando dijo lo de que podría pegarse su brazo...o eso o es que yo no pillaba la ironía del asunto. Comenzaría a reírme ,si no tuviera metralla en la garganta, al haber escuchado que era una médica. Nunca pensé que nadie pudiera curar mis heridas...vamos por todos los dioses. No lo habían logrado los mejores científicos del Gobierno Mundial ¿Qué le hacía pensar a aquella muchacha que ni tan siquiera pudiera ayudarme?
-No quiero que me "curen" señorita, pues ya estoy "curado" por así decirlo- dije sin mirarla antes de que dijera que debía "serle de interés yo a ella". Tenía carácter debía admitirlo...y sinceramente eso me incomoda ya que no tenía gana alguna de empezar una lucha de egos. Así que simplemente traté de charlar con ella.
-Si Velik os ha dejado acceder a este pabellón del ala científica por algo será. Os ofrecería asiento, sin embargo, lo más cómodo que encontrará en este jardín son el tocón donde estaba sentado y el que puede ver un poco más adelante.-dije mientras tomaba asiento nuevamente en el tocón que estaba bajo los árboles. Finalmente le pregunté.
-¿Sois una usuaria verdad?. Los científicos no dejan entrar aquí a nadie que no sea usuario, por muy médico que sea. Si os han enviado aquí no me quejaré más de lo que ya lo he hecho. Por otro lado debo decir que este descanso de mi entrenamiento me viene bien...pero no requiero de vuestros servicios médicos en caso de que tuvierais que dármelos. En esta zona sólo se entrena.
-No quiero que me "curen" señorita, pues ya estoy "curado" por así decirlo- dije sin mirarla antes de que dijera que debía "serle de interés yo a ella". Tenía carácter debía admitirlo...y sinceramente eso me incomoda ya que no tenía gana alguna de empezar una lucha de egos. Así que simplemente traté de charlar con ella.
-Si Velik os ha dejado acceder a este pabellón del ala científica por algo será. Os ofrecería asiento, sin embargo, lo más cómodo que encontrará en este jardín son el tocón donde estaba sentado y el que puede ver un poco más adelante.-dije mientras tomaba asiento nuevamente en el tocón que estaba bajo los árboles. Finalmente le pregunté.
-¿Sois una usuaria verdad?. Los científicos no dejan entrar aquí a nadie que no sea usuario, por muy médico que sea. Si os han enviado aquí no me quejaré más de lo que ya lo he hecho. Por otro lado debo decir que este descanso de mi entrenamiento me viene bien...pero no requiero de vuestros servicios médicos en caso de que tuvierais que dármelos. En esta zona sólo se entrena.
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-Me pidieron que viniera, así que obviamente tengo permiso para estar en este lugar.- Pestañea de forma calmada, mientras mira al hombre desconfiar de ella, quejarse quizás, pero no le importa demasiado. Ella quería ver que había debajo de todo aquello, lastimosamente para el chico quizás de forma un poco literal, pero sabía que el hombre podía enfadarse si toqueteaban a su experimento, y no está hablando del hombre que tiene delante ahora mismo.-Digamos que yo también tengo mis experimentos, aunque tu jefe me considera a mi como a uno.- Rueda suavemente los ojos, sabe de sobra que su akuma y ella son una de esas cosas que la gente se muere por utilizar y analizar.
Ella simplemente asiente, respondiendo de esa forma a su pregunta.- Si, soy una usuaria, es por mi akuma que me han pedido que te vea, aunque supongo que eres algo reticente a lo que pueda hacer con ella.- Le sonríe ligeramente divertida, ocultando aquellos aires de demonio travieso que parecen esconder uno y mil peligros.-Oh podemos entrenar entonces, me vendría bien algo de movimiento.- Mueve sus hombros, luego sus brazos, como si hiciera alguna clase de entrenamiento ligero.- Estoy algo oxidada, pero bueno, he usado últimamente más mi cerebro que mi cuerpo, estoy segura de que saldrá algo interesante.- Con un gesto calmado se recoge el cabello, dejándolo sujeto en una coleta alta.
-Seguro sale algo divertido, mirando el lado bueno, soy muy complicada de herir.-Se quitó la chaqueta, dejándola en una zona lateral junto con su pequeña mochila. A la cintura llevaba un puñal bastante ornamentado y elegante con un escudo de dos cuervos cruzados. La famosa cresta de su casa como Duquesa era lo único que le gustaba conservar de todos y cada uno de los trozos de su pasado que quedaban con vida.- Vamos, será divertido.
Al menos para ella lo sería.
Ella simplemente asiente, respondiendo de esa forma a su pregunta.- Si, soy una usuaria, es por mi akuma que me han pedido que te vea, aunque supongo que eres algo reticente a lo que pueda hacer con ella.- Le sonríe ligeramente divertida, ocultando aquellos aires de demonio travieso que parecen esconder uno y mil peligros.-Oh podemos entrenar entonces, me vendría bien algo de movimiento.- Mueve sus hombros, luego sus brazos, como si hiciera alguna clase de entrenamiento ligero.- Estoy algo oxidada, pero bueno, he usado últimamente más mi cerebro que mi cuerpo, estoy segura de que saldrá algo interesante.- Con un gesto calmado se recoge el cabello, dejándolo sujeto en una coleta alta.
-Seguro sale algo divertido, mirando el lado bueno, soy muy complicada de herir.-Se quitó la chaqueta, dejándola en una zona lateral junto con su pequeña mochila. A la cintura llevaba un puñal bastante ornamentado y elegante con un escudo de dos cuervos cruzados. La famosa cresta de su casa como Duquesa era lo único que le gustaba conservar de todos y cada uno de los trozos de su pasado que quedaban con vida.- Vamos, será divertido.
Al menos para ella lo sería.
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-Y debería estar agradecida porque le consideren eso señorita- dije a la espera de que acabara su frase a pesar de que estaba totalmente en desacuerdo con ella. Ser considerado un bicho raro en la Marina era algo beneficioso, que duda cabía.
Cumpliendo sus deseos acepté la petición de "practicar" o "entrenar" en aquel pequeño patio. Seguramente aquella muchacha tenía potencial y estaba seguro que me podría dar más de un dolor de cabeza. Yo no era ducho en combate, pues ante todo el poder es apariencia y no fuerza bruta. Hoy tocaba hacer una excepción, así que saqué mi espada roja incandescente y me coloqué en posición frente a ella a la espera de que decidiera dar ella el primer paso.
- ¿Consideráis un entrenamiento divertido señorita?- dije con cierto tono sorprendido- Que afortunada es, pues yo lo considero una obligación diaria.
Tras decir aquello me quedé en posición defensiva, agarrando el mango de la espada frente a mi con el arma levemente inclinada hacia adelante. Era una usuaria y yo tonto no era, si ella tiraba de su habilidad, yo haría lo propio.
-Adelante, asestadme vuestra mejor acometida.
No sabía muy bien si iba a ir contra mi o por el contrario usaría laguna táctica sibilina que no pudiera descifrar. Nos separaban cinco metros a cada uno, hacía sol y apenas había viento en el ambiente.
Cumpliendo sus deseos acepté la petición de "practicar" o "entrenar" en aquel pequeño patio. Seguramente aquella muchacha tenía potencial y estaba seguro que me podría dar más de un dolor de cabeza. Yo no era ducho en combate, pues ante todo el poder es apariencia y no fuerza bruta. Hoy tocaba hacer una excepción, así que saqué mi espada roja incandescente y me coloqué en posición frente a ella a la espera de que decidiera dar ella el primer paso.
- ¿Consideráis un entrenamiento divertido señorita?- dije con cierto tono sorprendido- Que afortunada es, pues yo lo considero una obligación diaria.
Tras decir aquello me quedé en posición defensiva, agarrando el mango de la espada frente a mi con el arma levemente inclinada hacia adelante. Era una usuaria y yo tonto no era, si ella tiraba de su habilidad, yo haría lo propio.
-Adelante, asestadme vuestra mejor acometida.
No sabía muy bien si iba a ir contra mi o por el contrario usaría laguna táctica sibilina que no pudiera descifrar. Nos separaban cinco metros a cada uno, hacía sol y apenas había viento en el ambiente.
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-Todo lo que incluya el sufrimiento del contrario, puede llegar a ser divertido, todo depende del punto de vista de cada uno.-Se encoge suavemente de hombros, con la naturalidad de sus palabras siendo algo que la gente normal tacharía de locura. Pero ella hace tiempo que ha dejado de preocuparse por esas cosas, quiere ver que puede hacer en aquella situación.
Para ella es casi como un juego, quiere investigar esa extraña sensación que hace tiempo que la está persiguiendo. Siempre que anda en batalla parece perseguirla, le guste o no es una de esas cosas que tiene curiosidad por saber. Quizás eso que llama Haki, ese poder extraño que hizo que alguien como Dexter Black supiera sus intenciones antes de que ella las pusiera en marcha.
Fuera como fuera, tenía ganas de ver si podía despertar algo así, y aunque no sabía si era el mejor momento para algo como aquello, no había mentido en lo que era difícil de herir y magullar. Simplemente tenía que aprovechar aquello y extrapolarlo a su forma de pelear.
Sacó el puñal de su funda y lo colocó a su espalda, con calma lo hizo girar entre sus manos y finalmente el puñal se multiplicaría y veinte cuchillos saldrían disparados hacía el hombre, mientras ella sonría.- Empezaré de forma suave…O algo así.- Tras lanzar los cuchillos usaría su sigilo para comenzar a moverse, buscando acortar distancias con el hombre que tendría que verse abrumado por la cantidad de cuchillos.
Luego de aquello buscaría deslizarse por el suelo hasta colocarse detrás de él, donde lanzaría un total de diez cuchillos más.
A la siguiente haría contacto con su cuerpo y entonces sería el momento de comenzar a hacer esa clase de cosas que tanto le gusta hacer con su Akuma. Era el momento de saber que había debajo de aquella divertida armadura.
Para ella es casi como un juego, quiere investigar esa extraña sensación que hace tiempo que la está persiguiendo. Siempre que anda en batalla parece perseguirla, le guste o no es una de esas cosas que tiene curiosidad por saber. Quizás eso que llama Haki, ese poder extraño que hizo que alguien como Dexter Black supiera sus intenciones antes de que ella las pusiera en marcha.
Fuera como fuera, tenía ganas de ver si podía despertar algo así, y aunque no sabía si era el mejor momento para algo como aquello, no había mentido en lo que era difícil de herir y magullar. Simplemente tenía que aprovechar aquello y extrapolarlo a su forma de pelear.
Sacó el puñal de su funda y lo colocó a su espalda, con calma lo hizo girar entre sus manos y finalmente el puñal se multiplicaría y veinte cuchillos saldrían disparados hacía el hombre, mientras ella sonría.- Empezaré de forma suave…O algo así.- Tras lanzar los cuchillos usaría su sigilo para comenzar a moverse, buscando acortar distancias con el hombre que tendría que verse abrumado por la cantidad de cuchillos.
Luego de aquello buscaría deslizarse por el suelo hasta colocarse detrás de él, donde lanzaría un total de diez cuchillos más.
A la siguiente haría contacto con su cuerpo y entonces sería el momento de comenzar a hacer esa clase de cosas que tanto le gusta hacer con su Akuma. Era el momento de saber que había debajo de aquella divertida armadura.
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Parecía que aquella muchacha no se andaba con milongas. Su actitud ofensiva era de esperar y estaba preparado para ello. Todo iba normal hasta que vi como aquel puñal que había sacado se multiplicaba por veinte.
-"¿Un akuma de creación? Esto se pone interesante" Pensaría para mí sin salir de mi asombro, pero, al igual que ella, yo tenía mis propios trucos. Nada más ver como aquellos puñales venían hacia mi traté de hacer una finta hacia la izquierda para evitar la trayectoria de los mismos, y en caso de no poder evadirlos todos usaría mi espada para golpear con el ladeado los puñales que podrían tocarme.
Tras aquel primer movimiento de la muchacha la perdí de vista por unos segundos, grave error por mi parte. No sabía como lo había hecho pero había logrado ponerse a buena distancia a mi espalda, para de este modo, volver a lanzarme otros diez cuchillos esta vez.
Me giré tan rápido como pude para bloquear con la espada nuevamente los que pudiera, lamentablemente tres de esos cuchillos se clavaron en mi armadura, de no llevarla hubiera estado en aprietos.
"Arg" diría ante la impotencia de no haber evitado todos esos puñales.
Al ver que la muchacha venía directamente hacia mi no pude evitar decir:
-Mi turno...
Enfoqué mis brazos hacia adelante con mi espada como si estuviera apuntando a Astartea, pero mis dedos estaba agarrando agarrando el mango mientras que mis pulgares apuntaban directamente a la muchacha. En ese momento dos disparos de hilo salieron directos de los pulgares ( como el pistol Kiss de Boa pero con hilo) con el objetivo de darle en cada hombro a Astartea para que se echara hacia atrás por el impacto, con la intención de evitar que se acercara a mi.
-"¿Un akuma de creación? Esto se pone interesante" Pensaría para mí sin salir de mi asombro, pero, al igual que ella, yo tenía mis propios trucos. Nada más ver como aquellos puñales venían hacia mi traté de hacer una finta hacia la izquierda para evitar la trayectoria de los mismos, y en caso de no poder evadirlos todos usaría mi espada para golpear con el ladeado los puñales que podrían tocarme.
Tras aquel primer movimiento de la muchacha la perdí de vista por unos segundos, grave error por mi parte. No sabía como lo había hecho pero había logrado ponerse a buena distancia a mi espalda, para de este modo, volver a lanzarme otros diez cuchillos esta vez.
Me giré tan rápido como pude para bloquear con la espada nuevamente los que pudiera, lamentablemente tres de esos cuchillos se clavaron en mi armadura, de no llevarla hubiera estado en aprietos.
"Arg" diría ante la impotencia de no haber evitado todos esos puñales.
Al ver que la muchacha venía directamente hacia mi no pude evitar decir:
-Mi turno...
Enfoqué mis brazos hacia adelante con mi espada como si estuviera apuntando a Astartea, pero mis dedos estaba agarrando agarrando el mango mientras que mis pulgares apuntaban directamente a la muchacha. En ese momento dos disparos de hilo salieron directos de los pulgares ( como el pistol Kiss de Boa pero con hilo) con el objetivo de darle en cada hombro a Astartea para que se echara hacia atrás por el impacto, con la intención de evitar que se acercara a mi.
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De todas las cosas que podías esperarte, nuestra pequeña y traviesa diabla siempre optaba por las más extrañas e insólitas. Su estilo de pelea era raro, poco ortodoxo y no queréis saber las tretas que estaría usando de no haber decidido que aquello era un entrenamiento amistoso, de otra forma el chico tendría algo más que un par de cortes. Aunque hubiera sido algo ególatra por su parte el menospreciar a un rival, podemos decir que la intención de herir la menor cantidad posible a un compañero de entrenamiento, le venía de profesión.
Recordemos amablemente que luego tendría ser ella la que uniera todos y cada uno de aquellos cortes y eso si que era molesto.
Volviendo al tema de la batalla, en cuanto el hombre disparó nuestra dama aplicó su manera divertida de defenderse. Una sonrisa y su tamaño se reduce de forma drástica durante un instante, aunque puede notar como rasgan suavemente la tela de sus hombros y un roce surca su piel de porcelana. Astartea ha pasado de medir un metro setenta a ser de unos cincuenta centímetros, antes de volver a su tamaño natural y buscar acortar distancias con su enemigo.
Le hubiera gustado decir que ha sido ese extraño poder, pero no, de haber sido capaz de despertarlo no hubiera tenido que llorar por su chaqueta favorita, en fin. El siguiente paso para ella fue una distracción algo más grande... Le tiró una daga y en mitad del vuelo pasaría a medir unos dos metros, buscando bloquear la vista del hombre el tiempo suficiente como para poder deslizarse hasta su costado.
-Jo~ No estas nada mal.- Entonces de haber conseguido acortar la distancias, buscaría usar su akuma para empujar la armadura de su brazo contra su costado y dejarlo pegado, dificultando el movimiento. La armadura en un objeto, algo mucho más fácil de manipular que la carne y la piel.
Recordemos amablemente que luego tendría ser ella la que uniera todos y cada uno de aquellos cortes y eso si que era molesto.
Volviendo al tema de la batalla, en cuanto el hombre disparó nuestra dama aplicó su manera divertida de defenderse. Una sonrisa y su tamaño se reduce de forma drástica durante un instante, aunque puede notar como rasgan suavemente la tela de sus hombros y un roce surca su piel de porcelana. Astartea ha pasado de medir un metro setenta a ser de unos cincuenta centímetros, antes de volver a su tamaño natural y buscar acortar distancias con su enemigo.
Le hubiera gustado decir que ha sido ese extraño poder, pero no, de haber sido capaz de despertarlo no hubiera tenido que llorar por su chaqueta favorita, en fin. El siguiente paso para ella fue una distracción algo más grande... Le tiró una daga y en mitad del vuelo pasaría a medir unos dos metros, buscando bloquear la vista del hombre el tiempo suficiente como para poder deslizarse hasta su costado.
-Jo~ No estas nada mal.- Entonces de haber conseguido acortar la distancias, buscaría usar su akuma para empujar la armadura de su brazo contra su costado y dejarlo pegado, dificultando el movimiento. La armadura en un objeto, algo mucho más fácil de manipular que la carne y la piel.
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Akuma no mi
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Vaya, parecía que aquella muchacha escondía muchos trucos bajo la manga. Eso me gustaba mucho, de verdad...si no fuera yo el objetivo. Pude ver como ante mis disparos la muchacha se convirtió en enana y las "balas" de hilo solo le surcaron los hombros. No tenía intención de herir a la muchacha, al fin y al cabo era de las mías e igual quedaba algo feo hacerle daño a la muchacha, y más siendo tan atenta a pesar de yo ser un tanto "asocial".
Esta vez me lanzó otro cuchillo y creció en tamaño hasta llegar a los dos metros y deslizarse hasta mi lado. No estaba mal la verdad, pero lo bueno de un objetivo grandes es que lo ves venir de lejos. Así que me aparté hacia el lado contrario tanto del cuchillo como de ella, concretamente hacia la izquierda. Sin embargo no lo logré escapar de la cuchilla ya que había logrado bloquear mi visión, pero si que pude ( al menos eso creo yo) agarrar su mano, o al menos apartarla con mi propia fuerza/mano y echarme hacia atrás. No sin antes jadear un poco por el esfuerzo y ver la daga clavada en la armadura.
- Veo que sois sagaz y que vuestro poder es un tanto extraño para mi, pues no logro comprenderlo...pero habéis sido digna de mi y por ello empecemos un entrenamiento más exhaustivo- dije envainando la espada y tirándola hacia un lado del campo de entrenamiento. Tras eso coloqué mi mano hacia el cielo y con un rápido descenso hacia el suelo lancé varios hilos cortantes ( 4 totales ya que no había logrado hacer los cinco que me había propuesto) hacia su frente . Obviamente no tenía intención de cortarla, solo de que lo esquivara, acto seguido haría nuevamente el mismo movimiento con la otra mano, pero de mi mano solo saldrían dos hilos esta vez hacia ella...debía practicar más.
Esta vez me lanzó otro cuchillo y creció en tamaño hasta llegar a los dos metros y deslizarse hasta mi lado. No estaba mal la verdad, pero lo bueno de un objetivo grandes es que lo ves venir de lejos. Así que me aparté hacia el lado contrario tanto del cuchillo como de ella, concretamente hacia la izquierda. Sin embargo no lo logré escapar de la cuchilla ya que había logrado bloquear mi visión, pero si que pude ( al menos eso creo yo) agarrar su mano, o al menos apartarla con mi propia fuerza/mano y echarme hacia atrás. No sin antes jadear un poco por el esfuerzo y ver la daga clavada en la armadura.
- Veo que sois sagaz y que vuestro poder es un tanto extraño para mi, pues no logro comprenderlo...pero habéis sido digna de mi y por ello empecemos un entrenamiento más exhaustivo- dije envainando la espada y tirándola hacia un lado del campo de entrenamiento. Tras eso coloqué mi mano hacia el cielo y con un rápido descenso hacia el suelo lancé varios hilos cortantes ( 4 totales ya que no había logrado hacer los cinco que me había propuesto) hacia su frente . Obviamente no tenía intención de cortarla, solo de que lo esquivara, acto seguido haría nuevamente el mismo movimiento con la otra mano, pero de mi mano solo saldrían dos hilos esta vez hacia ella...debía practicar más.
Astartea Shikei
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Akuma no mi
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Astartea tiene una imaginación tan retorcida como desbordante, y aunque sin duda me encantaría deciros que eso es bueno, hay veces que es malo incluso para ella y tiene una maltrecha curiosidad por saber una cosa…¿Si agarra sus hilos, creará más? Por eso lejos de lo que pudiera esperar esta vez su compañero, se quedaría total y plenamente quieta y dejaría que los hilos se incrustaran en su carne.- Veamos que tan aproximada es mi teoría, tienes una Akuma muy interesante.- Sus dedos se enredaron en los hilos y estos se quedarían pegados entre ellos, mientras cerraba los cortes pegando las heridas entre ellas.- ¿Son infinitos? ¿Tienes un límite de cuantos crear? Tengo...Curiosidad.- Y mientras sus dedos se aferran a aquellos hilos la sonrisa retorcida pinta sus labios, antes de que se acerque hasta él poco a poco, dejando los hilo pegados al suelo.
Ha tenido una pequeña sensación, un parpadeo y aunque podría haber esquivado aquellos hilos ha preferido no hacerlo, no esta vez. Pero al menos comienza a notar el despertar de aquellas energía, le gusta la sensación que causa y las posibilidades que despierta, pero ahora mismo no es momento de ponerse a pensar.
Es el momento de atacar de nuevo y ver que sucede ahora.
Los cuchillos vuelan, pero lejos de apuntar o de buscar darle a él, salen hacia el cielo comenzando a caer en picado antes de multiplicarse rápidamente. Eran menos de una decena, no iban apuntado, pero la idea era obligar al chico a preocuparse por aquello y ver si podía sacar más hilos, cubrirse o que sacaba de allí.
Después de todo daba igual cuánto cortes le hiciera, podía curar todos y cada uno de ellos en apenas segundos.
La cosa era que su plan era acortar las distancias y tocar su armadura por la zona del muslo, buscando que sus dedos dejaran una marca de dividir y que esta se separara por la mitad y mostrara la piel del hombre.-Veamos cuanto puedo...Desnudarte.-Era una manera de decirlo, sin duda, aunque no tenía interés ninguno en verlo desnudo, sino en saber qué demonios escondía algo como aquello.
Pronto su cuerpo empezaría a notar las consecuencias de su akuma, tenía que disfrutar del juego mientras pudiera hacer una secuencia de ataques y no sacarse el corazón por la boca en el intento. Cosas de tener tan poco control sobre su cuerpo, pero en fin, esa clase de cosas le pasan a cualquiera.
Ha tenido una pequeña sensación, un parpadeo y aunque podría haber esquivado aquellos hilos ha preferido no hacerlo, no esta vez. Pero al menos comienza a notar el despertar de aquellas energía, le gusta la sensación que causa y las posibilidades que despierta, pero ahora mismo no es momento de ponerse a pensar.
Es el momento de atacar de nuevo y ver que sucede ahora.
Los cuchillos vuelan, pero lejos de apuntar o de buscar darle a él, salen hacia el cielo comenzando a caer en picado antes de multiplicarse rápidamente. Eran menos de una decena, no iban apuntado, pero la idea era obligar al chico a preocuparse por aquello y ver si podía sacar más hilos, cubrirse o que sacaba de allí.
Después de todo daba igual cuánto cortes le hiciera, podía curar todos y cada uno de ellos en apenas segundos.
La cosa era que su plan era acortar las distancias y tocar su armadura por la zona del muslo, buscando que sus dedos dejaran una marca de dividir y que esta se separara por la mitad y mostrara la piel del hombre.-Veamos cuanto puedo...Desnudarte.-Era una manera de decirlo, sin duda, aunque no tenía interés ninguno en verlo desnudo, sino en saber qué demonios escondía algo como aquello.
Pronto su cuerpo empezaría a notar las consecuencias de su akuma, tenía que disfrutar del juego mientras pudiera hacer una secuencia de ataques y no sacarse el corazón por la boca en el intento. Cosas de tener tan poco control sobre su cuerpo, pero en fin, esa clase de cosas le pasan a cualquiera.
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Akuma no mi
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-No menos que la vuestra querida- dije ante su comentario sobre nuestras respectivas akumas. ¿Podría decirse que estaba preocupado? ¡JA, jamás! ¿Podría decirse que en un hipotético caso la cosa no iba del todo como esperaba? Podría decirse. Astartea parecía disfrutar con todo aquello, y yo en parte empezaba a divertirme también. Quizás era hora de subir el nivel.
-Si queréis descubrir cuantos hilos produzco, también me gustaría saber cuantos ases bajo la manga os quedan a vos. Pero por el momento -dije antes de estirar mi mano al ver como enrollaba sus dedos en mis hilos -Itto...
En ese momento los hilos de los dedos comenzarían a apretarse contra los dedos de la muchacha, hasta el punto de empezar a hacer leves cortes superficiales a la muchacha. Obviamente podía cortarle los dedos como mantequilla, pero aquello era un entrenamiento, así que el daño debía ser el justo. Sin embargo a pesar de que yo pudiera obtener cierta ventaja con ello, no pude evitar ver como nuevamente invocaba cuchillos, pero esta vez sobre mi. Así que tuve que distraer mi atención de ella por unos segundos y lanzar varios hilos al aire para "cortar" en pedazos los hilos tratando de formar una "red". Lamentablemente no tenía práctica suficiente para hacer una gran red y algunos de los cuchillos cayeron sobre mi, rebotando uno de ellos contra la armadura y cayendo otros a mi alrededor.
Pero había cometido un gran error....perder a Astartea de vista unos segundos, pues cuando volví a mirar vi que su mano estaba tocando mi muslo, y cuando me di cuenta, esta estaba separándose del cuerpo como si se estuviera dividiendo dejándola al aire. Se pudo ver carne chamuscada y totalmente necrótica una vez retirada la pieza haciendo que perdiera un poco el equilibrio, pues la armadura no dejaba de ser un exoesqueleto para mi. Esto era algo que no podía tolerar (el perder partes) y el mero hecho de que vieran mi "cuerpo" sin la armadura era un trauma demasiado duro para mi. Así que, a pesar de estar en un entrenamiento no dudé en lanzar un ataque ofensivo contra ella antes de tratara de abrirme como una lata de sardinas.
-¡FULLBRIGTH! -grité extendiendo mi mano al aire. De las yemas de cada dedo salieron varios hilos disparados al cielo y a los pocos segundos estos cayeron hacia Astartea desde el cielo con gran velocidad, no con el objetivo de darle, sino para que se alejara un poco de mi.
-¿Que demonios intentas hacer muchacha? -dije tratando de mantenerme de pie ante la ausencia de la pieza del muslo.
-Si queréis descubrir cuantos hilos produzco, también me gustaría saber cuantos ases bajo la manga os quedan a vos. Pero por el momento -dije antes de estirar mi mano al ver como enrollaba sus dedos en mis hilos -Itto...
En ese momento los hilos de los dedos comenzarían a apretarse contra los dedos de la muchacha, hasta el punto de empezar a hacer leves cortes superficiales a la muchacha. Obviamente podía cortarle los dedos como mantequilla, pero aquello era un entrenamiento, así que el daño debía ser el justo. Sin embargo a pesar de que yo pudiera obtener cierta ventaja con ello, no pude evitar ver como nuevamente invocaba cuchillos, pero esta vez sobre mi. Así que tuve que distraer mi atención de ella por unos segundos y lanzar varios hilos al aire para "cortar" en pedazos los hilos tratando de formar una "red". Lamentablemente no tenía práctica suficiente para hacer una gran red y algunos de los cuchillos cayeron sobre mi, rebotando uno de ellos contra la armadura y cayendo otros a mi alrededor.
Pero había cometido un gran error....perder a Astartea de vista unos segundos, pues cuando volví a mirar vi que su mano estaba tocando mi muslo, y cuando me di cuenta, esta estaba separándose del cuerpo como si se estuviera dividiendo dejándola al aire. Se pudo ver carne chamuscada y totalmente necrótica una vez retirada la pieza haciendo que perdiera un poco el equilibrio, pues la armadura no dejaba de ser un exoesqueleto para mi. Esto era algo que no podía tolerar (el perder partes) y el mero hecho de que vieran mi "cuerpo" sin la armadura era un trauma demasiado duro para mi. Así que, a pesar de estar en un entrenamiento no dudé en lanzar un ataque ofensivo contra ella antes de tratara de abrirme como una lata de sardinas.
-¡FULLBRIGTH! -grité extendiendo mi mano al aire. De las yemas de cada dedo salieron varios hilos disparados al cielo y a los pocos segundos estos cayeron hacia Astartea desde el cielo con gran velocidad, no con el objetivo de darle, sino para que se alejara un poco de mi.
-¿Que demonios intentas hacer muchacha? -dije tratando de mantenerme de pie ante la ausencia de la pieza del muslo.
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-Mi akuma no es tan genial, digamos que tengo una manera original de emplearla, tengo muy buena cabeza para esas cosas.- Casi como si fuera algo obvio para ella, aunque es tan impresionante como todo lo demás. Es cierto que su cerebro funciona de una manera retorcida y diferente a la del resto de la humanidad, pero digamos que son efectos secundarios de su manera poco común de crecer. Sea como sea, está dispuesta a averiguar lo que quiere sobre el hombre y el que pregunte cuantos ases tiene en la manga no hace más que hacerla sonreír de manera tranquila.- Un par, se me da bien multiplicarlos…- Una sonrisa traviesa, un momento de preparación y los engranajes vuelven a girar a medida que nuestro titiritero quiere tirar de los hilos.
Sus ojos brillaron como pequeños rubíes traviesos, encendidos en llamas al ver la pierna del muchacho y el estado en el que se encontraba.- ¿Sabes? Si que puedo arreglarte, si, pero esa no es la cosa...Quiero verte sin esa armadura, a ver que pasa.- Y la curiosidad ardía en su interior de una manera capaz de destrozarla y como siempre su lado suicida empezó a tomar control de ella.
Los hilos salen disparados desde el cielo, buscando alejarla, pero ella tiene otra cosa en mente, si se acerca también podrá lograr lo mismo, después de todos estos salen de sus dedos y manos, no de su tronco. Por un instante, apenas un momento, sintió como si su cuerpo y su mente supieran perfectamente donde iba a caer cada hilo, y aprovechando esa sensación, redujo su tamaño para caber entre ellos. Aunque notó como pequeños y finos cortes adornaban su piel y algún que otro mechón de cabello plateado tocaba el suelo, no pudo evitar sonreír ante aquella sensación.
Lo estaba logrando finalmente, por eso cuando recuperó su tamaño normal y buscó tocar la otra pierna del muchacho para hacer lo mismo con su armadura, no pudo evitar sonreír, aunque notaba su corazón sobreacelarse.- Es tan emocionante que no me importaría morir aquí mismo…- Aunque siendo sinceros no era la idea que más le emocionara.
Comenzaba a notar el sabor a sangre en la garganta, la forma en la que sus ojos pestañean demasiado y su pulso parecía querer romper su pecho y atravesarlo como si de una puerta se tratase. Tenía que rebajar el uso de su akuma, aunque eso significaba no curar las heridas que marcaban sus brazos por el momento. Aun esperaba aferrarse más a aquella sensación que vibraba en la punta de sus dedos.
Sus ojos brillaron como pequeños rubíes traviesos, encendidos en llamas al ver la pierna del muchacho y el estado en el que se encontraba.- ¿Sabes? Si que puedo arreglarte, si, pero esa no es la cosa...Quiero verte sin esa armadura, a ver que pasa.- Y la curiosidad ardía en su interior de una manera capaz de destrozarla y como siempre su lado suicida empezó a tomar control de ella.
Los hilos salen disparados desde el cielo, buscando alejarla, pero ella tiene otra cosa en mente, si se acerca también podrá lograr lo mismo, después de todos estos salen de sus dedos y manos, no de su tronco. Por un instante, apenas un momento, sintió como si su cuerpo y su mente supieran perfectamente donde iba a caer cada hilo, y aprovechando esa sensación, redujo su tamaño para caber entre ellos. Aunque notó como pequeños y finos cortes adornaban su piel y algún que otro mechón de cabello plateado tocaba el suelo, no pudo evitar sonreír ante aquella sensación.
Lo estaba logrando finalmente, por eso cuando recuperó su tamaño normal y buscó tocar la otra pierna del muchacho para hacer lo mismo con su armadura, no pudo evitar sonreír, aunque notaba su corazón sobreacelarse.- Es tan emocionante que no me importaría morir aquí mismo…- Aunque siendo sinceros no era la idea que más le emocionara.
Comenzaba a notar el sabor a sangre en la garganta, la forma en la que sus ojos pestañean demasiado y su pulso parecía querer romper su pecho y atravesarlo como si de una puerta se tratase. Tenía que rebajar el uso de su akuma, aunque eso significaba no curar las heridas que marcaban sus brazos por el momento. Aun esperaba aferrarse más a aquella sensación que vibraba en la punta de sus dedos.
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-Me temo que no está en mi deseo que puedas verme sin armadura muchacha- dije con un tono seco y mecánico propiciado por la máscara mientras que quedaba mirándola con mis manos estiradas hacia adelante.
-Os aseguro que no os gustaría verme sin esta armadura, creedme. Yo por mi parte debo deciros que vuestra akuma me llama muchísimo la atención, pues pese a ser esto un entrenamiento tenéis dotes para la ofensiva.
Tras haber lanzado mis hilos desde el cielo como si fueran estacas, pude ver para mi asombro, que la muchacha los esquivaba. Parecía saber perfectamente donde iba a caer cada uno, hasta tal punto que se reducía de tamaño a si misma para evadirlos. Yo me quedé mirándola asombrado, pues nunca había visto a nadie que escapara de mi Fullbrigth.
Como era de esperar la muchacha volvió a cargar contra mi. ¿De verdad? ¿Otra vez?. Si ella tenía sus propios trucos yo tenía los míos. Asi que traté de concentrarme todo lo que pude antes de que ella llegar, lo cual no era mucho.
-Kumo no Sugaki.
Acto seguido de mis dedos saldrían varias decenas de hilos que se configuraron como una red. Lamentablemente no tenía la suficiente concentración para hacerla perfecta, y esta se creó con bastantes agujeros ( más grandes de lo normal), pero al menos esperaba poder ralentizarla. De no lograrlo, mi pierna quedaría expuesta, y por consiguiente, la muchacha me quitaría mi otro soporte.
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-¿Ni con fines médicos? Vamos, has visto que puedo hacer, dejame convertirte en uno de mis experimentos…-Casi como si el diablo extendiera la mano de forma tentadora, prometiendo cientos de premios vacíos y oscuros a un alma perdida y solitaria. Era verdad, seguramente ella podría curarle y dejarle nuevo, pero tambien depende de qué tan dispuesto estaba el hombre a deberle un favor a una persona así. Una moneda con dos caras que comienza a girar en cuanto la tiras al aire, mientras desesperadamente rezas por la cara correcta.
Una sonrisa pinta sus labios y se encoge un instante de hombros.- Ya dije que soy imaginativa, pero digamos que la medicina sigue siendo lo que mejor se me da.- Lo admite con calma, mientras que el hombre continúa al ataque y ella se relaja, aunque no está dispuesta a ceder ni un solo centímetro, tiene que aprender a afrontarlo. Por eso cuando la red se le cae encima, consigue activar el haki y reduce su cuerpo para que entre perfectamente en el hueco de aquellos hilos. No puede evitar sentirse satisfecha ante aquello, mientras mira al hombre sin haberse acercado después de todo.
-Sabía que ibas a ser un hombre interesante, pero no me esperaba que fuera tanto.- Se agacha ligeramente, cambiando la postura y preparándose para moverse de nuevo, atenta a su siguiente movimiento y ataque. Aunque no podía atacarle de nuevo usando su akuma, no iba a rendirse, pero después de todo tenía que buscar una manera de tentarle de otra manera que no fuera así.
Giró el cuchillo entre los dedos, tomo aire y vuelta a empezar, sin embargo el final se acercaba, sabía de sobra que tras haber dominado su haki y tras haber usado su akuma hasta ese extremo, hacía rato que su corazón se había saltado su limite. Pero era tan interesante que no podía evitar querer seguir, al menos hasta que él consiguiera lo que quisiera.
Una sonrisa pinta sus labios y se encoge un instante de hombros.- Ya dije que soy imaginativa, pero digamos que la medicina sigue siendo lo que mejor se me da.- Lo admite con calma, mientras que el hombre continúa al ataque y ella se relaja, aunque no está dispuesta a ceder ni un solo centímetro, tiene que aprender a afrontarlo. Por eso cuando la red se le cae encima, consigue activar el haki y reduce su cuerpo para que entre perfectamente en el hueco de aquellos hilos. No puede evitar sentirse satisfecha ante aquello, mientras mira al hombre sin haberse acercado después de todo.
-Sabía que ibas a ser un hombre interesante, pero no me esperaba que fuera tanto.- Se agacha ligeramente, cambiando la postura y preparándose para moverse de nuevo, atenta a su siguiente movimiento y ataque. Aunque no podía atacarle de nuevo usando su akuma, no iba a rendirse, pero después de todo tenía que buscar una manera de tentarle de otra manera que no fuera así.
Giró el cuchillo entre los dedos, tomo aire y vuelta a empezar, sin embargo el final se acercaba, sabía de sobra que tras haber dominado su haki y tras haber usado su akuma hasta ese extremo, hacía rato que su corazón se había saltado su limite. Pero era tan interesante que no podía evitar querer seguir, al menos hasta que él consiguiera lo que quisiera.
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Sin duda alguna era una propuesta prometedora la de curarme de mis males. Sin embargo ¿Qué opinaría de esto el Doctor Velik? Sin duda alguna no querría que su futura máquina de matar marine fuera "curada", convirtiéndose así en un mero soldado más. También consta decir de que me hubiera pensado su propuesta de no ver que obviamente lo estaba diciendo en un tono jocoso, como si fuera uno de sus "juguetes".
-No, gracias, no estoy por esa labor al menos de momento. No lo entenderíais Astartea -dije mientras la red era lanzada.
Nuevamente aquella muchacha había logrado reducirse de tamaño para mi sorpresa y evadido mi "red".¿ Estaba usando alguna táctica que desconociera? Comprendía a medias su akuma, y la verdad, ya no sabía si eso eran sus "habilidades" o un poder mayor. Por fortuna Astartea parecía "fatigada", era mi momento, pues yo por mi parte tampoco aguantaría mucho más si continuaba quitándome piezas como un juguete.
Me concentré todo lo que pude mientras mis hilos comenzaban a salir de mis dedos poco a poco y en grandes cantidades. Estos comenzaron a juntarse creando de nuevo una red. Esta vez la red parecía estar entera y consistente. Varias gotas de sudor caían por dentro de mi máscara debido al esfuerzo. Cuando vi que había logrado crear la red que deseaba, con un último aliento se la lancé a Astartea.
-¡Kumo no Sugaki!
La red salió disparada contra la muchacha haciendo que yo por mi parte cayera sobre mi rodilla desnuda debido al cansancio que me había provocoado.
-No, gracias, no estoy por esa labor al menos de momento. No lo entenderíais Astartea -dije mientras la red era lanzada.
Nuevamente aquella muchacha había logrado reducirse de tamaño para mi sorpresa y evadido mi "red".¿ Estaba usando alguna táctica que desconociera? Comprendía a medias su akuma, y la verdad, ya no sabía si eso eran sus "habilidades" o un poder mayor. Por fortuna Astartea parecía "fatigada", era mi momento, pues yo por mi parte tampoco aguantaría mucho más si continuaba quitándome piezas como un juguete.
Me concentré todo lo que pude mientras mis hilos comenzaban a salir de mis dedos poco a poco y en grandes cantidades. Estos comenzaron a juntarse creando de nuevo una red. Esta vez la red parecía estar entera y consistente. Varias gotas de sudor caían por dentro de mi máscara debido al esfuerzo. Cuando vi que había logrado crear la red que deseaba, con un último aliento se la lancé a Astartea.
-¡Kumo no Sugaki!
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No vamos a negar lo evidente, el cansancio había hecho mella en ella y su salud estaba deteriorándose a un ritmo peligroso para su corazón. Sin embargo eso no significaba que fuera a rendirse, estaba dispuesta a seguir con todo aquello… Hasta que la red le cae encima, tirándola al suelo y la mirada en el cielo le hace darse cuenta de que no, no puede seguir con nada de aquello. Su akuma ha explotado y drenado todas sus energías y de su boca sale lo único que se le ocurre en una situación como esas.- Vale, me rindo, me has pescado…-Una risa divertida, casi burlona escapa de sus labios, antes de incorporarse y sacare toda esa cosa de encima. Con cuidado de no cortarse obviamente, nuestra dama no puede evitar notar el gusto de la sangre en la garganta, pero bueno, se lo merece.
-Ha sido un entrenamiento fascinante, tanto como tú o tu akuma, estoy deseando ver cómo avanzas y evolucionas, sin duda…-Le cortan a la mitad, su den den mushi empieza a sonar de forma estridente y lo cuelga.- Lo que estaba diciendo, en el caso de que quieras que te cure…- De nuevo, de forma insistente, finalmente descuelga con un ligero gruñido y escucha el otro lado con el ceño ligeramente fruncido. Esa expresión en un rostro de ángel tan suave como el suyo es ciertamente contradictoria.- Me acaban de reñir por lo de tu armadura, pero no te preocupes, en cuanto acerques las partes se pegan solas.- Indicando con calma los símbolos que rodeaban las placas de las piernas, mientras suspiraba.
Sabía que había sido demasiado bonito para ser cierto, ahora era el momento de salir por patas antes de que empezaran con las preguntas, los informes, los temas y las tesis, le iba a explotar la cabeza tanto como amenazaba pasarle a su corazón.- Tengo que irme, emergencia médica, algo muy aparatoso...Si te preguntan, yo no he estado aquí, ha sido todo una ilusión muy conveniente.- De fondo, se escuchó el grito de un montón de hombres preguntando por ella, diciendo su nombre, ella hizo un símbolo de silencio pegando el dedo a sus labios y empezó a irse de manera disimulada.
Estaban locos si pensaban que iban a atraparla para hacerle un interrogatorio sobre cómo había avanzado su enfrentamiento con el experimento, por Satán, no pensaba quitarles trabajo de encima. Que se espabilaran y esforzaran en sus cosas, ella no trabaja gratis.
-Ha sido un entrenamiento fascinante, tanto como tú o tu akuma, estoy deseando ver cómo avanzas y evolucionas, sin duda…-Le cortan a la mitad, su den den mushi empieza a sonar de forma estridente y lo cuelga.- Lo que estaba diciendo, en el caso de que quieras que te cure…- De nuevo, de forma insistente, finalmente descuelga con un ligero gruñido y escucha el otro lado con el ceño ligeramente fruncido. Esa expresión en un rostro de ángel tan suave como el suyo es ciertamente contradictoria.- Me acaban de reñir por lo de tu armadura, pero no te preocupes, en cuanto acerques las partes se pegan solas.- Indicando con calma los símbolos que rodeaban las placas de las piernas, mientras suspiraba.
Sabía que había sido demasiado bonito para ser cierto, ahora era el momento de salir por patas antes de que empezaran con las preguntas, los informes, los temas y las tesis, le iba a explotar la cabeza tanto como amenazaba pasarle a su corazón.- Tengo que irme, emergencia médica, algo muy aparatoso...Si te preguntan, yo no he estado aquí, ha sido todo una ilusión muy conveniente.- De fondo, se escuchó el grito de un montón de hombres preguntando por ella, diciendo su nombre, ella hizo un símbolo de silencio pegando el dedo a sus labios y empezó a irse de manera disimulada.
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