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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Lun 20 Jul 2020 - 11:28}

Los más viejos hablan de una oscuridad que se está apoderando de cada rincón de la ciudad, de una maldad que absorbe todo ápice de luz, que corroe hasta el corazón más puro. Dicen que han comenzado a soplar los vientos del cambio, dicen que el caos está sacudiendo los cimientos del país. Cuentan entre susurros la llegada del Jinete de la Guerra a Casino Island, incluso algunos sueñan con los ríos de sangre que corren en las calles destruidas de la ciudad y, a pesar de los años que cargan a sus espaldas, temen sufrir la más violenta de las muertes. Aun en las bocas de los jóvenes se oyen noticias desalentadoras: la prosperidad ha llegado a su fin.

Ya era hora, por fin despiertas. Te duele tanto la cabeza como si hubieses estado bebiendo el más asqueroso de los destilados durante una semana entera sin parar. El repetitivo pitido de la máquina que lee los latidos de tu corazón puede resultar incluso molesto, aunque el incansable golpeteo de las gotas de lluvia ya es otra historia. Yo diría que es mucho más… agradable. A pesar de que todo está oscuro no tardas demasiado en darte cuenta de un detalle importante e incómodo en partes iguales: tienes un tubo conectado vía intravenosa. Tampoco hace falta ser un genio para darse cuenta de lo obvio, y es que estás en la habitación de un hospital. Sin embargo, puede que el «¡¿Dónde estoy?!» no sea la pregunta que te estás haciendo, sino más bien «¿Por qué mierda estoy aquí?».

Si buscas en tus recuerdos, te llevarás una desagradable sorpresa: no consigues recordar nada de los últimos tres días. «¿Dónde habré estado?». «¿Qué habré hecho?». «¿Por qué no tengo recuerdos?». Todas son muy buenas preguntas, preguntas que, lamentablemente, no tienen una respuesta ahora mismo. Ni siquiera sabes por qué tienes una cicatriz en el antebrazo derecho. Aún está rosada y es como que tuviera líneas de sutura; bastante extraña, la verdad. No obstante, es tan pequeña e indolora que no debería importarte si es que analizas el panorama, ¿verdad?

De pronto, la puerta se abre y un hombre enciende las luces de la habitación. El sujeto de metro ochenta y complexión medio obesa lleva una bata de médico y es acompañado por una jovencita de veinte años, cabellos ondulados y marrones, además de un busto atractivo.

—Me alegra que hayas despertado, sabía que lo conseguirías —te dice animadamente. Parece ser un hombre bastante amable—. Estoy seguro de que tienes muchas preguntas, pero poco a poco las irás respondiendo. La mujer que te ha traído me ha dicho que fuiste arrollado por un… vehículo, sí —agrega de inmediato tras revisar la libreta que carga—. Tu cuerpo no ha sufrido ninguna lesión importante, aunque los mareos y el debilitamiento físico son síntomas normales. Lo verdaderamente “grave” está en tu cabeza, muchacho: padeces de amnesia temporal. Como aún no te hemos hecho un encefalograma no podemos determinar a ciencia exacta lo que te sucede, pero confía en tu cuerpo: poco a poco irás recordando cosas.

El doctor Fernández —puedes ver su nombre en la identificación que lleva— aguarda en el cuarto por si tienes preguntas y, en caso de que no, se despide con una sonrisa en el rostro. De verdad parece un buen hombre. Nada más salir de la habitación su cabeza es golpeada y atravesada por un proyectil, cayendo sin vida en el suelo y generando poco a poco un charco de sangre. La enfermera estalla en gritos y, entonces, una figura completamente vestida de negro (no puedes verle siquiera el rostro) aparece bajo el dintel de la puerta. Sin ningún miramiento apunta a la cabeza de la veinteañera y le calla para siempre, reventando sus sesos en el proceso.

El asesino levanta la pistola y te apunta con el dedo a nada de presionar el gatillo. En condiciones normales no tendrías problemas con alguien como él, sin embargo, el debilitamiento físico y el cansancio mental juegan en tu contra. Pero no todo son malas noticias. Cuando está a punto de disparar es golpeado con un objeto contundente por la espalda, cayendo redondo al suelo sin consciencia.

—¡Vámonos, Yuu! ¡No hay tiempo que perder! —te dice una chica de cabellos negros, expresión preocupada y grandes ojos grises.

No tienes idea de lo que está pasando. No recuerdas nada de lo sucedido en los últimos tres días, pero hay un hombre que te quiere matar. Y encima pareces conocer a una chica de la que no te acuerdas. Te ha ayudado, parece preocupada por ti y dispuesta a ayudarte. Sin embargo, eres tú el que toma las decisiones. ¿Te dejarás ayudar? ¿O intentarás saltar por la ventana? Ups, se me olvidaba: estás en el décimo piso. Igual la única opción viable es salir por esa puerta, aunque no tienes idea de lo que te espera del otro lado… Buena suerte intentando salir con vida del hospital. De verdad, buena suerte.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Lun 20 Jul 2020 - 13:28}

Yuu abrió los ojos lentamente. Un pitido taladraba su cabeza, y a eso se le sumaba el sonido de la incesante lluvia de afuera. No tenía ni idea de dónde se hallaba, ni de por qué le dolía tantísimo la cabeza. Cuando abrió completamente los ojos, no pudo ver realmente nada. La oscuridad reinaba en el lugar donde se hallaba. A su lado estaba la única fuente de luz; el origen de los pitidos parecía ser una máquina que parecía monitorizar los latidos de su corazón. No comprendía la situación. No sabía tampoco por qué estaba hospitalizado, ni por qué tenía una especie de tubo metido en el brazo. Intentó incorporarse y sentarse en la camilla, con un poco de esfuerzo.

—No entiendo nada… ¿Cómo coño he llegado hasta…? ¿Quién…? Joder, ¿por qué cojones no me acuerdo de nada? Ah… Mierda —se llevó la mano en la que no tenía el tubo a su frente.

No sabía si tenía una resaca enorme o le habían dado un paliza… Pero el dolor era demasiado molesto. Instantes después, la puerta se abrió y las luces se prendieron, iluminando la habitación. Yuu levantó la mirada, observando como un hombre y una joven cruzaron el umbral de la puerta. Parecían ser sanitarios, debido a sus ropajes y a que llevaban identificación. Yuu se sentía demasiado exhausto como para siquiera ligar con la enfermera, así que simplemente atendió con los ojos entrecerrados y confuso lo que tenía que decir el doctor. Este anunció al ladrón el aparente porqué de su estado. Le habían arrollado y padecía amnesia temporal. El dolor de cabeza, los recuerdos desvanecidos de los últimos días, el resentimiento físico… Todo cobraba sentido ya en la cabeza de Yuu.

—¿Atropellado, tío…? —dijo en voz baja, con un rostro confuso y agachando la cabeza, mientras el doctor parecía estar esperando a que este preguntara algo. Sin embargo, tenía tantas cosas en la cabeza que no pensaba que preguntarle más a aquel tipo que seguramente no sabría nada más fuera rentable. Por lo tanto, este salió de la habitación. Nada más poner pie fuera de esta, se escuchó un disparo en la puerta. El mercenario alzó la mirada, atisbando como el cuerpo sin vida del doctor caía al suelo. La máquina incrementó el ritmo del pitido muy levemente, y Yuu entró en estado de alerta—. ¿Quién cojones ere…? —la enfermera empezó a gritar, ensordeciendo al pelinegro y agravando su dolor de cabeza. Instantes más tarde, cuando el ladrón llegó a recuperarse del dolor punzante de su cabeza, pudo ver como el sujeto misterioso le volaba también la cabeza a la mujer—. Mierda, joder… —intentó crear rápidamente una pistola en su mano libre, a la par que el hombre empezaba a apuntarle.

Estaba demasiado débil como para depender de sus poderes. No, no podía crear aquello que quería. Miró hacia los lados rápidamente, olvidándose por un segundo del dolor de cabeza que le provocaría ladear la cabeza tan bruscamente. No encontraba sus espadas. Y lo peor de todo, no le daría tiempo siquiera a poder quitarse el tubo y salir de la camilla. Justo en el segundo en el que iba a resignarse a morir a manos de alguien que no conocía en un lugar que no sabía cuál era, ocurrió un milagro. El amenazante asesino cayó al suelo, golpeado por una mujer que rápidamente le llamó la atención para salir de allí. No sabía quién era… O al menos no lo recordaba. Su cara no le decía nada, salvo que seguramente ligaría con ella si no estuviera en la situación en la que se encontraba. De todas formas, le daba igual. Necesitaba aliados estando en ese estado, y si aquella mujer le había salvado la vida estaba en deuda con ella. Sin pensárselo dos veces, se extrajo el tubo con cuidado de no rajarse la vena. Con esfuerzo, llevó sus piernas al suelo arrastrando la tela que tenía encima y tirándola fuera de la camilla. Estaba en un estado deplorable, en el que moverse era absolutamente terrible tanto para su cabeza como para su cuerpo. Si lograba ponerse en pie, estaría dispuesto a llegar hasta la mujer y seguirla. Quizás ella podría responder a las preguntas que tenía acerca de todo lo que había pasado. No obstante, al parecer necesitaría algo de ayuda para moverse durante un rato. Al menos hasta que pudiera moverse como antes. Cayó de rodillas al suelo, apoyándose con las manos en este.

—Mierda… Las putas piernas no funcionan. Joder, necesito salir de aquí… —giró su cabeza hacia la puerta, mirando a la mujer—. No sé quién eres… Pero voy a necesitar que me eches un cable, mujer —su orgullo quedó por los suelos. Si quería salir con vida de allí, tendría que hacer cualquier cosa que estuviera en su mano para sobrevivir. Si tenía que comerse su maldito orgullo para pedir ayuda, lo haría. Había visto el peligro ante sus ojos. No tenía miedo, pero tampoco quería morir todavía. Si alguien le quería muerto, seguramente no habría enviado solo a uno a por él.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Mar 21 Jul 2020 - 2:01}

Ahora que no tienes un asesino en frente tuyo puedes observar mejor los rasgos de la mujer que te ha ayudado. El cabello negro le cae en forma de cascada hasta pasado los hombros. Sus facciones son finas y bien esculpidas: labios partidos y resecos, nariz respingada y delgada. Te mira extrañada con esos dos grandes ojos grises cuando le dices que no sabes quién es. No parece tener más de veintidós años y lleva una chaqueta negra, además de unos pantalones ajustados terminados en unas botas. En general, la chica que tienes en frente tuyo es bastante petite: metro sesenta y cuatro y una complexión súper delgada.

—Suena despectivo cuando lo dices así, Yuu. ¿En serio no te acuerdas de mí…? —te pregunta mientras echa un vistazo por el pasillo, comprobando que no hay nadie—. Soy Evangelina, aunque siempre me has dicho Eva. Y si estoy aquí es precisamente para ayudarte. Por ningún motivo dejaré que mueras.

Sus palabras indican que cuentas con una mano amistosa, aunque ya te tocará a ti decidir qué hacer. Actualmente te encuentras en el décimo piso de un hospital sin saber a ciencia exacta cuántos asesinos rondan los pasillos del edificio. O incluso puede que se trate solo del hombre que está tendido en el suelo, vaya. Una vez salgas de la habitación te encontrarás en un largo pasillo con luces titilantes que se extiende unos veinte metros tanto a la derecha como a la izquierda. Con un poco de esfuerzo podrás ver que las escaleras de emergencia se encuentran hacia la izquierda, mientras que los ascensores se ubican en la mitad del corredor. Elegir una ruta de escape —escaleras, ascensores, ventanas…— es la primera decisión que deberías tomar, aunque no la única.

¿No te sientes un poco desnudo? Es decir, llevas una de esas batas típicas que les pasan a los pacientes, así que igual te interesa recoger tus cosas. Y, en caso de que fueras a preguntarle a Evangelina, ella responderá que los objetos personales los guardan en una habitación ubicada en el nivel menos uno. Ella parece saber bastantes cosas, ¿verdad? Sin embargo, puedes pasar de ello y recuperar tus pertenencias en otro momento para salir cuanto antes del hospital.

—Estoy segura de que este es un sicario de Mosciatti… Debemos largarnos cuanto antes. ¿Tomamos las escaleras o usamos el ascensor? —te pregunta finalmente—. Sé de un lugar donde podremos escondernos un tiempo, al menos hasta que hayamos decidido qué hacer.

La decisión está en tus manos, aunque déjame comentarte una última cosa: da igual hacia dónde te dirijas, tienes la impresión de que las cámaras de vigilancia puestas en el corredor parecen seguirte.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Mar 21 Jul 2020 - 12:28}

Yuu intentó levantarse por sí mismo antes de que la mujer llegase a ayudarle. Frustrado de no poder casi ni moverse, dejó de intentarlo y permitió que la joven le agarrase del brazo para levantarle. Alzar al pelinegro no pareció resultarle fácil, y menos para alguien de su estatura. Al mismo tiempo que esta pone el brazo de Yuu alrededor de su cuello, le dice su nombre y sus intenciones. Sus palabras no hicieron más que agravar la confusión que se presentaba en esos instantes en la mente del mercenario. Se supone que se conocían entre ellos, pero él no se acordaba ni de quién era ella. Y él se acordaría de alguien así, estaba seguro de ello. De hecho, por su mente pasaron diversas explicaciones. “¿Por qué demonios me ayuda…? ¿Me la habré follado y no me acuerdo? ¿O es posible que…? Mierda, joder. No entiendo nada. ¿De qué conozco yo a este pibón?”, debatía consigo mismo en su mente.

—No sé qué coño me ha pasado, pero no me acuerdo de nada de lo que me ha pasado los últimos días. Nada, pero nada —dijo, mientras se esforzaba en caminar con la ayuda de Eva. Mientras ambos se encontraban ya en el umbral de la puerta, esta sacó la cabeza para echar un vistazo al pasillo. Yuu imaginó que quería asegurarse de que no había ningún asesino más por el área—. ¿De qué nos conocemos, Eva? ¿Y cómo demonios he llegado hasta aquí? ¿Y…? Ah… —cerró los ojos y dejó escapar un leve quejido. Había notado un pinchazo en la cabeza, que seguía aún atormentándolo—. Un momento… —se llevó la mano que no estaba rodeando el cuello de Eva al ojo donde se suponía que llevaba el parche—. No… ¿Por qué…? No… —empezó a quejarse de que su ojo estuviera ahora visible. Por suerte, su flequillo cubría gran parte de su ojo—. ¿Eva, no? No tengo ni mi parche, ni mis espadas, ni nada. Sin ellas y conforme estoy ahora soy una presa fácil para quien coño esté intentando matarme. ¿Sabes dónde cojones están? —dijo, sin muchas esperanzas de que ella lo supiera. Tenía que intentarlo, al menos. Por suerte, esta parecía saberlo y le contó que estaban ubicadas en uno de los sótanos del hospital—. Necesito recuperarlos. Si… Si consigo estar bien, creo que podríamos hacer cogerlas y largarnos sin muchos problemas. Pero necesito… Necesito energía para poder usar mis poderes. El dolor de cabeza y mi puto cuerpo no ayudan, mierda…

Tras esta contestarle a lo que el mercenario le preguntó, soltó un nombre que le era desconocido. Parecía estar completamente segura de que el asesino que había intentado matarle era un subordinado de un tal Mosciatti, nombre que no le sonaba para nada al pelinegro. La mujer no tardó en preguntarle a Yuu qué camino querría tomar para bajar y, además, comentó que sabía de un lugar donde podrían esconderse. En el transcurso de la conversación, el ladrón sintió que su cuerpo empezaba a acostumbrarse a estar de pie. Notó como sus fuerzas volvían poco a poco; sin embargo, aún no eran las suficientes ni para moverse con soltura ni para utilizar sus poderes.

—¿Un sicario de Mosciatti…? ¿Qué coño le he hecho yo a ese? —preguntó, confuso. Acto seguido, miró la puerta que llevaba a las escaleras—. Vamos a tardar más por las escaleras, pero… Ir por el ascensor es algo demasiado obvio siempre. De todas formas… Si hay más y de verdad me quieren ver muerto, estarán en los dos sitios. Así que… Escaleras —ambos empezaron a caminar hasta la puerta, y Eva se encargó de abrirla para que ambos pudieran pasar. Una vez estuvieron dentro y la puerta cerrada, Yuu se apoyó en la pared antes de bajar—. Creo que si me apoyo en la pared podré bajar solo. Aunque si las putas piernas me respondieran mejor… —intentó hacer un esfuerzo para mantenerse en pie sin apoyarse, frustrado de no poder estar en su mejor condición. Esperaba poder bajar las escaleras de forma normal sin tener que apoyarse.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Jue 23 Jul 2020 - 8:06}

Lo más normal del mundo es tener un millón de preguntas cuando despiertas sin recordar lo que has estado haciendo los últimos tres días, pero quizás no sea el momento indicado para tener una conversación importante. Aunque tu misteriosa compañera que ha llegado cual ángel a salvarte parece estar dispuesta a aliviar algunas de tus inquietudes.

—Hemos estado trabajando juntos estos últimos días y no ha sido nada fácil sobrevivir… Puedes considerar nuestro último trabajo como un verdadero desastre —te contesta, mirando el suelo con expresión de preocupación—. Hablaremos con más calma una vez lleguemos a mi apartamento. No sé con exactitud cuántos asesinos habrá en este hospital, pero conociendo los recursos del Grupo Mosciatti… Estamos en peligro, definitivamente lo estamos.

Espero que las palabras de Evangelina te sirvan de algo, al menos ya sabes que es una compañera que se ha estado jugando el pellejo por ti, o algo así. Abandonas la habitación y caminas hacia las escaleras, descartando por completo la opción del ascensor por ser demasiado… evidente, ¿no? La paranoia muchas veces nos permite continuar con vida, pero yo aconsejaría ser más… precavido. Quizás tomar el ascensor habría sido mejor idea que dejar a un asesino armado en tu habitación, un asesino que puede despertar en cualquier momento. ¿Lo dabas por muerto? Eva parece ser de esas personas que están exactamente cuando las necesitas, pero mira lo menudita que es. Estoy casi seguro de que no le golpeó con la suficiente fuerza como para matarlo.

Pero no todas son malas noticias: al menos en las escaleras de emergencia no hay cámaras. Y hablando de la ruta que has escogido… Bajas hasta el cuarto piso sin ningún problema, aunque avanzar tan lento igual es frustrante. A todo esto, comienzas a sentirte bastante mejor y, si intentas hacer algo de “magia”, estoy seguro de que lo conseguirías. Estás por alcanzar la tercera planta cuando la puerta se abre y un hombre de ojos rasgados, lentes rectangulares y bata de doctor aparece. Es solo un poco más alto que tu compañera y tiene cara de nerd, además de unos feos bigotes y un grano en la cara.

—Hmmm… No puedes andar así, muchacho, cogerás un resfriado. Deberías estar en la cama descansando… ¿Por qué los pacientes son tan difíciles de tratar? —pregunta, ladeando la cabeza. El hombre (está a unos tres metros de ti y un poco más lejos de Eva) está alzando la mano como para tocarse el cabello cuando percibes un reflejo metálico suspendido en la nada, un destello que dura solo un instante. Inmediatamente después, un escalofrío recorre tu espalda.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Jue 23 Jul 2020 - 13:14}

Yuu se apoyó en la barandilla durante unos segundos, y empezó a bajar poco a poco. Intentó que su respiración fluyese a un ritmo normal, con el fin de poder recuperar la energía al completo. Notaba como realmente estaba mejor que cuando se había despertado, así que ya era un avance. En cualquier caso, pudo bajar las escaleras a un ritmo bastante lento sin ningún tipo de problema. Tras haber bajado un par, el mercenario pudo notar una mejoría notable en sus capacidades. Sus músculos parecían moverse con más soltura y se notaba menos cansado. Según él, podría estar ya listo para utilizar sus poderes en cuanto se encontraran con algún peligro. Estaba por ver, pero al menos ya se sentía capaz y eso le daba seguridad. De todas formas, esperaba que su compañera pudiera seguirle el ritmo una vez se hubiera recuperado. Yuu le dio un par de vueltas acerca de lo que le había comentado en la habitación la muchacha. Acerca de… Su relación con él. ¿Qué les habría llevado a trabajar juntos? Tampoco siquiera recordaba en qué isla estaban, ni qué hacía allí antes del supuesto atropello. ¿La habría conocido allí? Si fuera así… ¿Dónde y por qué? Todo eran incógnitas no resueltas en la mente de Yuu, y esperaba responderlas con el tiempo.

De momento su prioridad era otra, al menos ahora que estaba mejor y no estaba tan confuso. Las ideas iban formándose en su cabeza de una manera más lúcida. Las preguntas las dejaría para después y ahora se centraría en salir de allí con vida con aquella mujer. Siguieron bajando, esta vez a un mayor ritmo gracias a la progresiva recuperación de Yuu. Dejó de apoyarse en la barandilla y empezó a bajar de una forma más rápida, siendo seguido por Eva. Tardaron un tiempo, pero consiguieron alcanzar la tercera planta sin ningún problema. No obstante, cuando iban a descender a la segunda, algo lo impidió.

La puerta que daba al pasillo de esa planta se abrió de par en par, apareciendo lo que parecía ser un doctor del hospital con unas pintas un tanto extrañas. El mercenario le sacaba perfectamente dos cabezas, lo que le obligó a mirar hacia abajo para ver qué decía. Al parecer no estaba al tanto de la situación, por lo que Yuu supuso dos cosas. O estaba atontado y no sabía ni qué pasaba a su alrededor, o los asesinos no habían ido a las plantas bajas. En cualquier caso… Justo en los instantes que hubo entre que alzó la mano para rascarse la cabeza, al pelinegro le pareció ver algo. No supo realmente el qué, pero casi consigue sobresaltarle. Había visto una especie de reflejo tras el hombre, pero no sabía qué había sido. No obstante, no era nada bueno. Sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo. Yuu se había puesto en alerta, por si acaso. Le hizo un gesto a Eva para seguir bajando, mientras hacía como que siquiera prestaba atención al hombre.

—¿Descansando? No… Ya estoy bien, doctor. Voy a… Que me den el alta —soltó lo primero que se le pasaba por la cabeza. Si había alguien al otro lado de la puerta, o si solo había sido imaginación de Yuu, lo único importante es que tendría que sobrepasar a aquel hombre. Como realmente el doctor le daba completamente igual e iba a ignorarle de todas formas, su plan de bajar iba a ser el mismo fuera el peligro algo real o no. Por lo tanto, seguiría mirando al señor hasta que se encontrara con las escaleras que bajaban al segundo piso. Su mente ya estaba lo suficientemente avispada como para improvisar cualquier cosa si algo pasaba, así que solo faltaba ver si aquello había sido fruto de su imaginación y podían bajar tranquilamente como habían hecho hasta ahora.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Sáb 25 Jul 2020 - 3:01}

La observación es una capacidad que todo el que espera sobrevivir en este mundo debe desarrollar. El doctor te mira con expresión severa, al parecer no le ha gustado tu respuesta. Ya sabes, a los médicos les gusta que les hagan caso. Cuando retomas la caminata, por otra parte, la distancia decrece entre el hombre y tú. El doctor ha dejado de rascarse la cabeza y ha bajado la mano a la altura de su bolsillo. Y es en ese momento, cuando está moviendo sospechosamente sus dedos como si manipulase algo, que ves nuevamente el mismo reflejo metálico, el mismo brillo suspendido en el aire que parece indicar que nada anda bien. Te encuentras a un metro de él cuando sientes un corte en tu mejilla, un corte muy fino hecho por un objeto aparentemente invisible. Ya me contarás tú qué puede ser, ¿verdad?

—¡Yuu, cuidado! —te grita tu compañera.

El hombre parece jalar de algo que no puedes ver y enseguida una “fuerza invisible” apresa a Eva, quien suelta un rugido de dolor. Si te volteas a verla, te darás cuenta de que le han aparecido unos cortes superficiales en su piel. Aunque no es momento de preocuparse por otros; tu propio cuerpo parece reaccionar, pues vuelves a sentir el mismo escalofrío que recorre tu espalda. El doctor, ágil y veloz, empuña un pequeño bisturí con el que traza un corte horizontal directo hacia tu garganta.

—¡Los jovencitos como tú deberían hacer más caso! —gruñe al mismo tiempo que busca tu cuello. En caso de que bloquees o esquives, intentará patearte el pecho para que caigas por las escaleras.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Lun 27 Jul 2020 - 9:44}

Yuu miraba fijamente a aquel hombre. A medida que pasaban los segundos, empezaba a sospechar que no había nadie detrás de él. Que todo fue su imaginación. Al menos eso pensaba, hasta que vio al doctor reaccionar ante su intento de ignorarle. Su rostro severo y sus movimientos consiguieron que las sospechas del mercenario tomaran otro camino distinto al anterior. De nuevo, vio el mismo reflejo metálico desde un ángulo distinto, al mismo tiempo que la mano del doctor se movía de una forma extraña, dando a entender que manipulaba algún tipo de objeto. ¿Tomaba a Yuu por tonto? Seguramente. El mercenario notó un pequeño escozor en su mejilla, como si alguien le hubiese cortado. Tras esto, el grito de Eva sonó detrás de él, avisándole del peligro.

—Así que eras tú… —sonrió, notando como su energía empezaba a fluir por su cuerpo. Seguro de sí mismo, ni siquiera movió un músculo. Su ojo era lo único que necesitaba para acabar con aquel obstáculo tan molesto que les había impedido bajar más.

Al mismo tiempo que volvía a sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, empezó a concentrarse. De pronto, vio como el aura de aquel doctor de pega salía, imitando los movimientos que haría en los próximos instantes. La dirección en la que iba a atacar, el tiempo que iba a tardar y la velocidad con la que lo haría. Todo aquello no le serviría de nada con lo que Yuu pensaba hacer. Justo en medio de aquel hombre y el pelinegro apareció una pared metálica, cubierta de pinchos por el lado del sicario. Esta no se quedó parada nada más ser creada, sino que se movió hacia él a más velocidad de lo que el enemigo podría esperar. Yuu esperaba acabar con él con eso, sin siquiera despeinarse. No obstante, y con el tiempo que le daría aquello, se aseguraría de darle muerte si la pared no funcionaba. Crearía en su mano un pequeño tanto, el cual sería suficiente para acabar con aquel hombre sin demasiado problema si ninguna de sus artimañas funcionaban.

—Bueno… Parece que esto vuelve a funcionar —hizo crujir su cuello al intentar estirarlo hacia un lado. Dio unos pasos más adelante para asegurarse de no caerse por las escaleras. Se quedó atento, mirando hacia los lados de su creación y al centro de esta. No sería capaz de romperla fácilmente, y menos esquivarla tras ir tan rápido. Y si lo hacía, quizás Yuu tendría que esforzarse un poco más.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Miér 29 Jul 2020 - 2:18}

Tu reacción es impecable y tu mantra ha sido de muchísima utilidad para salir de esta peligrosa situación. Creas la pared con pinchos justo en el momento en el que el asesino pisa con su pie derecho. El hombre ve la muerte frente a él y, haciendo gala de su increíble agilidad, da un salto hacia atrás y cruza inmediatamente la puerta. Una lástima que le hayas perdido de vista, sin embargo, la sangre que escurre por debajo de la muralla de metal te da a entender que tu ataque ha funcionado. Incluso Eva ha recuperado la movilidad, lo cual indica que el asesino ha dejado de hacer lo que sea que está haciendo.

—¡Debemos irnos ahora mismo, Yuu! —te sugiere luego de recuperar el aliento, aunque sigue agitada—. Quién sabe cuántos asesinos haya y en estas circunstancias cualquiera puede ser el enemigo. ¡Aprovechemos esta oportunidad! ¡Estamos cerca del subterráneo!

Puedes hacer desaparecer la muralla y comprobar lo que ha pasado con el asesino, aunque nada ni nadie te asegura que no vuelvas a ser atacado. Por otra parte, las escaleras parecen seguras y, tal como dice Eva, estás muy cerca de tu destino. ¿Estás dispuesto a perder el tiempo con un asesino que no sabes si está vivo o muerto? ¿O te darás prisa en salir del hospital? Sin importar la decisión que vayas a tomar déjame recordarte algo: el asesino que has dejado en el décimo piso puede despertar en cualquier momento.

En caso de que decidas bajar no te encontrarás con ningún problema más que un pesado recepcionista que no te quiere entregar tus cosas porque estás incumpliendo el procedimiento adecuado. El salón está bien iluminado y conecta con el ascensor, hay una puerta automática a tu derecha y más allá se encuentra el estacionamiento con un montón de vehículos motorizados. Debes dar gracias a Eva, quien es la que termina convenciendo al empleado de que traiga tus cosas. Un ladrón como tú sabe que el robo siempre es una buena opción, pero ahora mismo lo que menos tienes es tiempo para hacer esas cosas. Tic tac, suena el reloj.

—Volvamos a mi apartamento, ahí estaremos seguros y tendremos tiempo para pensar las cosas.

Las puertas del ascensor comienzan a abrirse y una sensación de extremo peligro recorre tu cuerpo. Ya no es solo un escalofrío en tu espalda, sino que todos tus vellos se han erizado. Aún no sabes quién o qué está del otro lado de las puertas, pero sería buena idea que tomaras una decisión (otra más, vaya): regresar a las escaleras o ir al estacionamiento. También puedes quedarte allí, esperando lo que sea que haya en el ascensor.  

PD: En caso de que hayas decidido hacer desaparecer la pared y comprobar lo que ha pasado con el asesino, ignora esta última parte de la moderación.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Miér 29 Jul 2020 - 15:16}

El ataque pareció llegar por sorpresa a su enemigo. Yuu no pudo ver nada a través del muro, y no le daba tiempo a detectar el aura de aquel tipo para confirmar su muerte. Salía sangre de la pared, así que el mercenario solo pudo suponer que aquello había funcionado. No sé pensó ni dos veces el girarse para salir de allí lo antes posible. Cuando se dio la vuelta, dirigió su mirada hacia Evangelina. La mujer parecía haber sido atrapada por algo, y tenía algunos cortes leves en la piel. Yuu supuso que habría sido tras la aparición del hombre, puesto que ahora parecía estar en buenas condiciones, pese a su agitación. En cualquier caso, el mercenario tomó la iniciativa y empezó a bajar las escaleras.

—Venga, joder —empezó a notar como sus fuerzas estaban recuperándose por completo. Aún quedaban tres pisos y cada vez empezaba a ir más rápido. Por suerte, su compañera parecía seguirle bien el ritmo, y en poco tiempo llegaron al subterráneo. La antesala al aparcamiento era un salón bastante bien iluminado en el que había una especie de recepción. Se acercó a la mesa de este y puso las dos manos sobre ella—. Necesito mis cosas, ya.

—¿A nombre de quién? —miró a Yuu sin expresión alguna.

—¿A nombre de quién? Pues, joder. A nombre de Yuu. Busca mi nombre, tiene que estar ahí.

—Muy bien… ¿Tiene los papeles de…? —fue cortado.

—No, no tengo papeles. Quiero irme de aquí con mis cosas. Y rápido, ¿sabes?

—Por favor, le ruego que tenga paciencia. Si no cumple el procedimiento le voy a tener que pedir que se vaya y vuelva con los papeles adecuados. Muchas gracias.

—¡Pero serás…! —justo cuando iba a abalanzarse contra el recepcionista hecho una fiera, Eva le detuvo. Precisamente aquello no le calmó, pero si que le mantuvo con la boca cerrada el tiempo suficiente como para convencer a aquel hombre de que le devolviera sus cosas. Cuando el sujeto se levantó de su silla y entró al almacén para traerle sus pertenencias, Yuu miró a su compañera con una ceja levantada—. ¿Cómo has…? Estaba a punto de… —dijo, mientras daba un pequeño golpe a la mesa. Sí, había recobrado sus fuerzas, pero eso no significaba que estuviera calmado tras lo del doctor falso. Aquel tipo le había molestado—. Da igual. Vamos a tu apartamento. Creo que no he conducido nunca uno de esos trastos, pero… —señaló al aparcamiento—. Prefiero ir por ahí aunque sea a pie y no salir por la puerta principal. ¿Tú sabes condu…? —de pronto, dos sucesos ocurrieron al mismo tiempo. En el mismo instante que el recepcionista volvió y dejó las cosas de Yuu en la mesa, listas para que las recogiera, las puertas del ascensor se abrieron. El mercenario se puso en alerta al instante, mientras instintivamente cogía su traje con una mano y el cinto con las dos espadas que supuestamente había traído cuando llegó a la isla, con la otra—. Venga, venga. Salgamos de aquí —le hizo un gesto con la cabeza a su compañera y corrió hacia la puerta automática que daba al aparcamiento. Una vez la cruzara, se apartaría de la puerta hacia un lado—. Mierda, no me da tiempo a cambiarme. Eva, por aquí, rápido —tras avisar a la mujer, Yuu iría por su lado y buscaría un coche que le sirviera. Algo rápido. No sería tan diferente a navegar, ¿no? Aunque siempre podría preguntarle a Evangelina si ella sabía conducir.

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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Vie 31 Jul 2020 - 9:45}

Las puertas se abren de par en par y entras al estacionamiento, aunque sientes que hay alguien detrás de ti. Si no fuera por las luces que hay en el techo (menos mal que funcionan, esto no es una mala película de terror), seguramente no verías demasiado. A simple vista te das cuenta de que el lugar es espacioso, aunque no consigues orientarte y saber dónde se encuentra la salida. Ya tendrás tiempo de preocuparte por eso, pues ahora mismo tienes otro problema que se llama El-Asesino-Que-Has-Dejado-Allá-Arriba. Buah, qué mal nombre, ¿verdad? A partir de este momento le llamaremos John Reeves; si hasta a mí me da miedo.

En caso de que te voltees, ya sea por instinto o porque tu mantra te está advirtiendo del peligro, verás a John cortarle la garganta al recepcionista. Él no quiere testigos, pues ya no anda con capucha ni nada que le oculte el rostro. La buena noticia es que el pesado este que no ha querido pasarte tus cosas ya no estará más para joder a la gente. Y, por otra parte, de un solo vistazo podrás observar más o menos las facciones del asesino. Metro ochenta y cinco, complexión atlética y cabello negro que le cae por cada lado de la cabeza. A juzgar por sus arrugas debe andar por los cuarenta años, tiene una barba bien afeitada y el traje elegante le queda de puta madre.

La aparición del asesino no te da tiempo de buscar un coche, al menos no todavía. Estés mirando o no, sabrás que ha cruzado las puertas (estas hacen un sonidito cuando se abren). En cuestión de dos segundos, John se detiene, saca una pistola con un silenciador y apunta para entonces jalar del gatillo. Si esa bala hubiera sido dirigida a ti, Yuu, te habría perforado el pecho. Sin embargo, tienes suerte de que esta fuese dirigida hacia tu compañera. Eva suelta un alarido cuando el proyectil impacta en su hombro derecho, dirigiéndole una mirada furiosa al hombre del traje.

—¿No se suponía que teníamos un trato, Sophie? —le preguntó el hombre con el ceño fruncido, todavía apuntándole con el dedo puesto en el gatillo. Este es tu momento, Yuu. Puedes elegir salvar a tu compañera haciendo un poco de magia, o huir y coger el primer coche que veas.

—¿Sophie...? Te estás equivocando de persona... No tengo idea de qué me estás hablando… ¡Maldita sea, me has disparado! —contestó entre gruñidos la chica mientras su mano busca disimuladamente el arma que esconde entre sus prendas.

La decisión está en tus manos. Solo recuerda que esta chica te ha salvado ya una vez la vida, así que quizás quieras devolverle el favor. En cualquier caso, tu mantra te indica que John Reeves no es un hombre al que puedas vencer tan fácilmente. Por si te sirve de algo, hay una distancia de diez metros entre tú y él, y una altura de tres metros entre el techo y el suelo. Además, si te fijas te darás cuenta de que hay un extintor de incendios a tu mano derecha.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Vie 31 Jul 2020 - 12:31}

La mujer no respondió al mercenario, pero si que le hizo caso y le siguió. Este emprendió su camino en su búsqueda de un vehículo a motor que les llevara al apartamento de Eva. Por el camino, y después de haberse levantado de aquella cama haría ya un rato, se dio cuenta de algo. Notó como una pequeña brisa recorría sus nalgas, haciendo que un escalofrío recorriera todo su cuerpo. Y no, pese a que tenía el presentimiento de que era su perseguidor, no era él. Cogió tanto el traje como su cinto con una mano, y con la otra se tocó el trasero, dándose cuenta de que por la parte de detrás estaba completamente al descubierto.

—¿Por qué cojones…? —frunció el ceño. No se podía creer que había estado enseñando el culo durante tanto rato sin darse siquiera cuenta. Y además… ¡Claro, por eso también estaba notando el aire en el escroto! Yuu dio gracias que había conseguido su traje y, con ello, los calzones que supuestamente llevaba antes de perder la memoria. No aguantaba más. Con el poco tiempo que tenían, necesitaba cambiarse en tiempo récord—. ¿Eva? Aguanta esto un segundo. Es importante —se puso a la altura de la mujer y le tendió sus cosas, agarrando su ropa interior antes de brindárselas.

Ambos seguían caminando a paso ligero, buscando un vehículo. Eso no era impedimento para Yuu puesto que, aún casi corriendo, pudo ponerse sus calzones en tiempo récord. Unos bóxer negros bien ceñidos, que resaltaban su miembro y sus nalgas. Durante un instante, Yuu deseó que Eva se girara para contemplar su majestuosidad. Aunque solo durante un instante. Luego escuchó la puerta automática del aparcamiento abrirse, y lo único que pasó por su mente fue el correr más rápido.

—Oh, mierda. Rápido, encontremos un trasto adecuado. ¿Por qué demonios son todos tan viejos? Puta mierda… —de pronto, mientras corrían, Yuu escuchó un pequeño sonido en la lejanía. Inmediatamente, y debido al peligro que llevaba sintiendo desde hacia escasos instantes, se paró en seco. Volteó todo su cuerpo con rapidez, y vio como Eva había sido herida por un hombre ubicado a una distancia considerable, con una pistola silenciada en mano. La cabeza del mercenario procesó a gran velocidad la situación, y se arrancó la bata. Ahora en paños menores, miró al sicario—. ¿No me perseguíais a mí, hijos de la gran puta? —Yuu se sentía ya en su plena capacidad para combatir. Sin pensárselo dos veces, sacó su mejor espada de la vaina que ahora yacía en el suelo. Eva parecía haberlo tirado al suelo todo tras el disparo. Creó un muro de metal delante de ella, equilibrado con unos soportes del mismo material—. Voy a devolverte el favor. No vamos a poder irnos si ese tío sigue en pie, así que yo me encargo, preciosa —la chulería característica de Yuu había vuelto. Volvía a sentirse vivo y completamente preparado. No tenía miedo a aquel asesino, pues tenía confianza plena en poder cortarle la cabeza. Una sonrisa altanera se dibujó en su rostro, al mismo tiempo que adelantaba su pierna buena. Miró hacia la mujer y creó un rollo de vendas en el suelo. Acto seguido, volvió a mirar hacia el hombre—. No te desangres, anda. ¡Hey, tú! ¡Barbitas! Vaya puta mierda de asesino eres si no disparas a tu objetivo cuando tienes la oportunidad. A ver si de frente eres tan absurdamente inepto, payaso —agarró con fuerza su espada con las dos manos, y se preparó para salir volando hacia su enemigo.

Sabía que le dispararía a medida que se acercara, así que pensó que lo más eficaz sería moverse mientras corría. Avanzó un par de metros corriendo y, justo al pisar con su pie derecho el suelo, todo su cuerpo se elevó en el aire y realizó una voltereta lateral para aterrizar a su derecha. Flexionó un poco las rodillas al aterrizar y su ojo se centró en el arma del contrario durante un instante. Una bola de metal apareció de la nada a un metro frente a la pistola, yendo a una velocidad moderada hacia la misma. Si el hombre ignoraba esta bola, el pequeño mecanismo de auto–destrucción que Yuu había aprendido hacía unas semanas a incrustar dentro de todos sus objetos haría lo suyo y haría que su mano o su arma explotaran en pedazos. Si no la ignoraba y decidía deshacerse de ella, bueno… También explotaría y daría pie a Yuu a pillarle desprevenido con su siguiente ataque. Hiciera lo que hiciera, el mercenario ya se encontraba realizándolo. Dio un salto en horizontal y empezó a crear pequeñas plataformas en el aire que le servían para impulsarse hacia el otro lado con los pies, haciendo una especie de zig–zag que serviría para confundir y probar la precisión de su oponente. ¿Ganar a Yuu con una pistola? Parecía una broma. El pelinegro no iba a permitirse morir en aquel sitio contra aquel tipo. Si lograba posicionarse a menos de un metro de él, entonces dejaría de crear plataformas y se dirigiría a aterrizar en el suelo. Antes de siquiera tocarlo, dirigiría con inercia su espada hacia el brazo que tuviera más cercano de su oponente, creando una especie de media luna vertical. No obstante, ese no era el estilo de Yuu, no. Instantes antes, si llegaba a estar a punto de tocar sus carnes, cambiaría con rapidez la trayectoria del corte a uno horizontal, directo hacia su cuello. A ver cómo se las arreglaba aquel hombre trajeado con aquel mercenario semi–desnudo.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Mar 4 Ago 2020 - 1:16}

Tu compañera sostiene tus cosas y, cuando te empiezas a quitar la bata de paciente, ella se voltea rápidamente para no ver tus partes… gloriosas. Y mira que las has estado mostrando todo este tiempo. Igual deberías convencerle de que te haga entrar en calor el escroto. Ya sabes, por las noches hace mucho frío. ¿Un consejo de hombre a hombre? Aprovecha tu tiempo en el apartamento con ella.

—Así que también te ha engañado… No te mataré sin ningún motivo, así que puedes largarte —te dice el asesino, mirándote directamente a los ojos. No parece que esté mintiendo, aunque tampoco es una propuesta que te ayude demasiado. Quieres ayudar a Eva, ¿verdad?

La chica te agradece con un gesto de cabeza y la notas medio ruborizada ahí escondida tras el muro de metal. ¿Le habrá gustado tu comentario? ¿Tu actitud de héroe? Igual está noche terminas follando, ¿eh? Yo te sugiero que la dejes ahí, limpiándose la herida, pues tienes tus propios problemas de los que ocuparte, problemas que se llaman John Reeves. El único inconveniente de haber creado esa muralla de metal es que le has dado una buena pista de tu poder al enemigo, y ya puedes ir pensando que el hombre no es nada tonto.

Has predicho correctamente el actuar de Reeves puesto que, nada más empiezas a correr, él abre fuego. Luego podrás burlarte de su puntería, pues les ha dado a los faroles que iluminan tenuemente el estacionamiento. Ahora la luz proviene de la sala de recepción. En cualquier caso, nada ni nadie te impide ejecutar tu carrera a la perfección y en apenas un segundo cubres una gran distancia. John frunce el ceño cuando ve la bola de metal y actúa con unos reflejos sobrehumanos. Espero que esto te haga una idea de su nivel de mantra. Haciendo gala de una agilidad más que envidiable, el hombre da un mortal hacia atrás al mismo tiempo que su pie lanza la bola hacia el aire. Sin embargo, la explosión le ha tomado por sorpresa y una esquirla le ha arañado la cara, otra le ha perforado el hombro y otra se ha hundido en su estómago. Si bien no son heridas demasiado graves, a la larga molestarán un montón.

Quizás debiste haber atacado inmediatamente después del estallido y no ponerte a crear plataformas que, en principio, son una buena idea para testear la precisión de tu oponente. El problema es que le has dado tiempo a recuperarse. Al mismo tiempo que tú te mueves de un lugar para otro, tu enemigo parece estar preparándose para… algo.

Cuando estás a un metro de distancia y te preparas para cortar su brazo —o hacer tu finta, mejor dicho—, verás cómo tu arma corta la misma oscuridad. Donde antes había un cuerpo humano, ahora solo hay sombras. Y tampoco tardarás en darte cuenta de que todo está mucho más oscuro que hace un segundo. La poca luz que ilumina el estacionamiento, como ya te he comentado, proviene del salón tras las puertas automáticas. Y créeme que hará falta muchísima más para encontrar a un asesino oculto como John Reeves.

—¡Yuu, debemos irnos! ¡No ganaremos nada peleando con este asesino! —te grita Eva desde su escondite. La notas asustada y agitada…

Por mucho que le busques con tu mantra te será imposible hallar su presencia, es como si se hubiera desvanecido, como si se hubiese mezclado con la oscuridad. Si hubiera un poco de luz tal vez podrías seguir el rastro de sangre que ha dejado. No sabes a dónde ha ido ni por dónde atacará, y de momento parece no tener intenciones de aparecer. ¿Habrá huido? ¿Irá tras Evangelina? ¿Te sorprenderá por la espalda? La batalla psicológica ha comenzado y la incertidumbre es su principal arma. ¿Qué harás, Yuu? Tienes un abanico de opciones en frente tuyo, pero ten cuidado: una de ellas podría significar el fin.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Vie 7 Ago 2020 - 14:09}

Yuu no entendía nada. Antes siquiera de lanzarse a atacarle, el sicario pareció demostrar un desinterés en él enorme. ¿Por qué buscaban a su compañera y no a él? ¿No habían intentado matarle todo el rato? ¿Y por qué decía que le había engañado? Quería encontrar las respuestas pronto, pero para ello tendría que sonsacarle toda la información a su hermosa acompañante. Pero bueno, lo que importaba en aquellos instantes era la ofensiva que estaba realizando el mercenario contra aquel hombre. De hecho, no salió para nada mal. El truco de la bola explosiva funcionó, aunque no como el pelinegro esperaba. Aquel hombre actuó con gran rapidez y consiguió minimizar los daños, dando a entender que la pelea contra aquel hombre no iba a ser para nada fácil. Y menos cuando su finta pareció fallar de una forma completamente humillante para él. Cuando creía que iba a cortarle, ya no estaba ahí. Lo único que cortó fue el aire. Cuando aterrizó en el suelo con las rodillas flexionadas, se levantó con rapidez y miró a todos lados. Su visión se vio obstaculizada por la súbita oscuridad que reinaba en el aparcamiento, a excepción de la luz que venía de la sala del ascensor.

—El hijo de puta ha desaparecido… —musitó, mientras miraba por todo el lugar y creaba lámparas encendidas por todo el aparcamiento. No quiso dejar ni un hueco sin iluminar. Si aquel tipo quería jugar en su terreno, Yuu lo impediría en la medida de lo posible. Y de hecho, la luz que emitían estas lámparas era bastante intensa—. ¿A dónde co…? —le interrumpió Eva, gritando desde detrás de la pared de metal. ¿Por qué quería irse si había intentado matarla hacía unos segundos? Escapar solo les llevaría a su propia muerte si se descuidaban— ¡Ganaremos quitarnos a uno del medio! Imagínate que nos persigue hasta el puto fin de los tiempos. No me apetece. Si quiere salir, que salga. Le estaré esperando para partirle la cara —gritó, seguro de sí mismo. A gran velocidad, llegó hasta donde estaba Eva e hizo desaparecer la pared— De todas formas… —echó otro vistazo a todo su alrededor. Estaba completamente concentrado, en caso de que apareciera de repente por cualquier lugar. Si pretendía pillarlo desprevenido, entonces no sabía quién era Yuu—. No hay favor que devolver si te mata. Pero… Mierda. Piensa rápido, Yuu — apretó los dientes. La inmensa cantidad de posibilidades no le dejaban pensar con claridad. Quería abatir a aquel tipo, pero también quería irse de allí lo antes posible. Pero si iban en un trasto con ruedas podrían acabar muertos si les pillaba desprevenidos. Si dejaba a Eva sin protección, acabaría muerta. Si la protegía, él perdía tiempo. Se le ocurrieron un par de ideas, pero sería perder tiempo que el asesino podría aprovechar—. A la mierda. Eva, te quiero… —vio un vehículo con una carrocería que parecía rápida, y ayudó a su compañera a volver a moverse. El hecho de que fuera mujer y que estuviera buena ayudaba al mercenario, como era de esperar, a confiar en ella y a tratarla bien para más tarde cortejarla. Le salía solo, para bien o para mal—. Te quiero al cien por cien, ¿entendido? Vamos a tener que hacer esto a toda hostia—. ¡Corre! —agarró su arma solo con una mano y con su siniestra cogió la mano de su compañera que no sostenía sus ropajes. Estaba helada y era muy suave, y Yuu sintió que hacía mucho tiempo que no tenía aquel tipo de contacto tan cercano.

La llevó a la puerta del copiloto del vehículo que había visto, y rompió la ventana con su codo, una vez la hubo soltado a ella. Abrió desde dentro la puerta y miró hacia todos lados, intentando cubrir a su compañera. Le abrió la puerta y le pidió que se metiera dentro.

—¡Escóndete aquí! Si sabes hacer que arranque esta mierda, hazlo. Sino ahora me encargo yo —cerró la puerta y se deslizó por el capó hacia el otro lado.

Seguía cauto y prestando más atención a las zonas que no había podido iluminar tanto. Tenía que estar en todo a la vez y su cabeza estaba procesando al máximo. Volvió a romper la ventana, esta vez la del piloto, y entró dentro. Creó un cubo de metal hueco que cubrió toda la envergadura del coche, bastante grueso por fuera para que las balas no pudieran entrar o costase más. Eso le daría tiempo a arrancar aquel trasto, sacrificando visión pero asegurándose protección. Si cuando el vehículo funcionase iba lo suficientemente rápido como para salir de allí lo antes posible, estrellándose o no, todo iría sobre ruedas. Era lo que había decidido y no había vuelta atrás. No quería tener que ser perseguido por aquel sujeto, pero necesitaba asegurar a la mujer que podría responder a sus preguntas. Ella era más prioritaria que asesinar a aquel tipo, y no iba a dejar que la matase.

—¿Te has vendado eso? —le preguntó, mientras sacaba los cables que se supone que debía puentear. No debería ser mucho más difícil que algunas cosas que había hecho en el pasado. Esperaba poder hacer que funcionase, sino estarían muy pero que muy expuestos.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Mar 11 Ago 2020 - 0:09}

Quizás tu compañera tiene una buena razón para proponer una huida, bueno, otra más. Igual esta chica se la pasa huyendo, ¿no? Entre lo que ha dicho el asesino y lo que ha demostrado saber Eva, puede que conozca la fuerza de John mejor de lo que crees. O igual no, quién sabe. Lo que sí te puedo asegurar es que le duele el balazo recibido, al menos eso es lo que dicen sus expresiones faciales. Suerte que te tiene a ti. Felicidades, acabas de convertirte en un superhéroe.

¿Te das cuenta de lo cerca que estás de ella cuando le hablas? Me arriesgaría a decir que casi puedes sentir la calidez de sus labios, el susurro de su respiración… Tus palabras le ruborizan, pero no deja de mirarte. Por un momento, tienes la impresión de que el tiempo se ha paralizado por completo. Basta con inclinarte un poco hacia delante para que sus bocas se encuentren, pero Eva decide alejarse un poco y escapar de tus encantos por un momento. Apostaría a que ese único ojo que tienes ahí la tiene loquísima.

—G-Gracias…, de verdad. Me alegra contar contigo, no es la primera vez que me ayudas… —se limita a decir, mirándote con dulzura y confianza. Mientras ella habla podrías jurar que has escuchado algo proveniente del techo—. Hagamos lo que dices… Ay, necesito verme esta jodida herida…

Puedes celebrar el truco de los faroles, pues es lo único que ha impedido que el asesino ataque. De momento, al menos. Puedes correr sin ningún problema hasta el vehículo, una carroza con asientos de cuero y un motor un tanto ruidoso. Tu compañera se está subiendo al automóvil mientras revientas la ventanilla del piloto. Es en ese momento que sientes una brisa muy suave a tu espalda, aunque no verás nada si es que llegas a voltearte. En las películas de terror el asesino siempre se cuela de alguna u otra manera al automóvil… El que no puedas sentirlo ni verlo, el que siga escondido en alguna parte, debe ser mucha presión para ti, ¿no?

—Este es un modelo antiguo… Solo arrancará si conectas los cables adecuados que se encuentran bajo el manubrio —te dice una vez los dos están dentro del carro. ¿El problema? De pronto todo se ha vuelto muy oscuro, no se puede ver una sola cosa—. ¡¿Pero qué está pasando?! —pregunta Eva, buscando tu mano o tu brazo (o lo que sea que encuentre, ya tú decides) para sentir que sigues ahí—. ¡Sin luz no podemos ver los cables, Yuu!

Es evidente: ella no tiene ni puta idea de lo que ha pasado. Ya tú te puedes reír por ser un cabroncillo y darle un buen susto. Bueno, si logras iluminar el vehículo habrás ayudado a que Eva se encargue de los cables. Tardará un par de minutos en hackear el pobre sistema eléctrico del carro, pero con algo de paciencia este encenderá y podrás marcharte del estacionamiento. Tu compañera te dará todas las indicaciones para dirigirte a su apartamento, mientras tanto tú puedes hablarle de lo que quieras. El tiempo te da para hacerle una pregunta importante, vaya.

Felicidades, has conseguido salir con vida del hospital y la primera parte del moderado ha terminado. Buena suerte con lo que se viene, niño tuerto.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Mar 11 Ago 2020 - 1:21}

La mirada de Eva penetraba en el ojo de Yuu de una forma que no había percibido nunca. El momento antes de ir hacia el vehículo aquel fue, sin duda, algo que confundió al mercenario en gran medida.  No sabía por qué, pero aquella mujer empezó a causarle una sensación extraña en el pecho con sus palabras de agradecimiento. Estar tan cerca de una mujer, y que le mirara de aquella manera… Era algo que hacía tiempo que no experimentaba. Había perdido la costumbre, pero no recordaba sentirse así en las ocasiones que había tenido contacto visual con una fémina.

—Ojalá acordarme, Eva. Ojalá —le había salvado la vida, y encima estaba despertando el interés del mercenario. Necesitaba encontrar respuestas, y necesitaba recordarla. No podía creer que alguna vez en su vida olvidaría a alguien así.

Instantes después, y una vez ya dentro del vehículo, Eva empezó a hablar sobre el mismo. Parecía conocer aquella tecnología, e incluso cómo hacerle un puente. De repente, al proteger Yuu el trasto de metal con aquel cubo, toda luz desapareció. Evangelina pareció asustarse por ello. Tanto que su mano acabó por tocar la del ladrón, el cual la agarró con fuerza instintivamente. No supo por qué, pero sentía el deseo de protegerla. Creó un farol entre sus piernas, el cual iluminó todo el interior del vehículo. Con la mano que no estaba cogiendo a la joven Eva, lo colocó en los asientos traseros.

—He colocado un cubo para que ese imbécil no pueda pillarnos desprevenidos. ¿Puedes encargarte tú, Eva? —se recostó en el asiento del conductor.

Le soltó la mano con una delicadeza impropia de él, y cogió la ropa que ahora reposaba sobre el regazo de la joven. Sí, seguía semi–desnudo. Pero como era un sinvergüenza, le daba realmente un poco igual. Mientras su compañera se encargaba de arrancar aquel vehículo, Yuu se colocó los pantalones de traje y la camisa blanca. Como parecía estar concentrada, no le dijo absolutamente nada hasta que acabó y el motor del trasto empezó a sonar.

—Vale, a ver… ¿Esto cómo va…? —agarró con las dos manos el volante e inspeccionó todo con detenimiento. Volteó la cabeza para cruzar miradas con ella, y se fijó que se estaba poniendo una especie de arnés que iba desde la parte superior del asiento hasta abajo, ciñéndose al cuerpo de la joven—. Supongo que eso es para… ¿No salir volando? —murmulló, mientras imitaba a su compañera y se colocaba el suyo. Luego pareció explicarle con rapidez cómo funcionaba aquello, y se mostró dispuesta a ayudarle a conducir. Con todo listo, Yuu deshizo el cubo y aceleró hacia adelante, girando lentamente el volante como si fuera un barco. Eva empezó a darle indicaciones de hacia dónde debía ir, así que simplemente se encargó de seguirlas al pie de la letra y seguir conduciendo—. Vale, creo que más o menos me aclaro. No es tan diferente a un barco, no —se relajó un poco en su asiento, mientras extendía sus brazos y se centraba ahora en la carretera tras salir del hospital. No sabía cuánto tardarían en llegar, pero aquel momento le parecía idóneo para aclarar un poco todo—. Bueno, Eva. ¿Cómo va esa herida? —volteó un segundo su cabeza para mirarle a los ojos. Desde aquel momento antes de entrar al coche, hacer contacto visual con aquella mujer era un vicio que le ponía a cien. Por lo tanto, quería hacerlo el mayor número de veces posible—. Oye… Esto parece Casino Island —miró a su alrededor. Sus edificios le resultaban claramente familiares, y no recordaba haber visto nada igual en otras islas. Tenía que ser esa isla sí o sí—. Creo que me hago una idea de qué puedo estar haciendo aquí pero… Tengo una pregunta más importante que hacerte. Me estoy muriendo por saberlo, joder. ¿Me puedes decir cómo nos conocimos? Es decir, mírate. ¿Cómo coño he podido olvidarte? —lo había dicho en voz alta. Eso último… Lo había dicho en voz alta, sí. Parecía una frase de ligoteo estándar, y lo peor de todo es que no lo había hecho a posta. Quería saberlo de verdad, porque empezaba a confiar en ella y, quizás, solo quizás, estaba empezando a interesarse por ella.
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El vals de las sombras [Moderado nivel 4] Empty Re: El vals de las sombras [Moderado nivel 4] {Vie 14 Ago 2020 - 23:10}

Todo buen hombre merece tener a su lado una mujer que esté ahí ayudándole con la palanca de cambios. Y tú, mi amigo tuerto, puedes pensar libremente que la tienes. Evangelina te mira casi con ternura, incluso puedes notar que se ruboriza un poco cuando te le quedas mirando por un buen rato. Por otra parte, puedes intuir que tiene conocimientos, como mínimo básicos, de ingeniería mecánica. A pesar del dolor que le provoca la herida, mantiene el pulso firme cuando conecta los cables y run run, arranca el vehículo.

Cuando sales del estacionamiento subterráneo te das cuenta de algunas cosas, unas más importantes que otras. Primero, continúa lloviendo y todo está bastante oscuro. El alumbrado público está fallando en esta zona, aunque en el horizonte puedes ver todo mucho más claro. Segundo, nada más salir te encuentras con una camioneta negra que, de no ser porque tiene las luces encendidas, jamás te habrías percatado de que está ahí. Sientes un chispazo en la cabeza, un agudo dolor que te trae un nombre a la cabeza: Thomas Mosciatti. Es como si una parte de tus recuerdos perdidos hubiera regresado a ti.

—Si bien no es la primera vez que recibo un disparo, creo que jamás me acostumbraré a la sensación —te responde, esbozando una sonrisa un poco apagada. Solo un poco—. Cuando lleguemos a mi apartamento trataré la herida, lo último que necesitamos es que se me infecte, ¿verdad?

La chica pega la mirada en la ventana del vehículo, observando cómo las gotas de lluvia se unen las unas con las otras para formar gotas más grandes en el cristal. Las luces pasan como destellos luminosos, el constante golpeteo de la lluvia en el techo del automóvil es relajante y el clima, en general, invita a fumarse un cigarrillo. El viento helado se infiltra por los cristales rotos, provocando que tu compañera se abrace a sí misma.

—Uhm, así que de verdad no recuerdas nada… Te contaré todo lo que sé, Yuu, quizás así comiences a recordar cosas. —Eva hace una pequeña pausa y entonces comienza a hablar otra vez—. Nos conocimos hace unos pocos días en el despacho de Thomas Mosciatti, líder del Grupo Mosciatti. Yo me presenté por dinero, la verdad, y tú… No estoy del todo segura, pero creo que querías hacer negocios con él. Nos encomendó una tarea difícil, pero la paga era tan generosa que fue imposible rechazar algo así… Raytheon es una industria armamentística que fabrica tecnología de punta aquí en Casino Island. De alguna manera, se filtró información importante que llegó a manos de Mosciatti: estaban fabricando una seria de modelos de última generación capaces de romper con el equilibrio del Bajo Mundo. Y Thomas quería esos planos para él. Así que tú, otros hombres y yo, lo planeamos todo y luego dimos el golpe: conseguimos robar el chip que contiene toda la información para fabricar dichas armas, pero no fue fácil. Todos nuestros compañeros, excepto tú y yo, fueron asesinados. Murieron, Yuu, frente a nuestros ojos… Cuando pensábamos que habíamos terminado el trabajo, fuimos emboscados y apenas pude llevarte al hospital. Como el chip no ha llegado a manos de Thomas Mosciatti, estoy segura de que piensa que le has robado, insultado y humillado. Es por ello por lo que ha enviado a asesinos a por ti, Yuu, a por nosotros.

Es bastante información, supongo. Ya la podrás asimilar en el apartamento de tu compañera, pues acaban de llegar. Subes unas escaleras de fierro y, ya en el quinto piso de un edificio con pinta de bloque de cemento, entras a su “hogar”. El espacio es pequeño, está limpio y oscuro. Eva enciende las luces y te dice que esperes ahí en el sofá puesto que necesita limpiarse la herida. Si te da por inspeccionar cosas, te darás cuenta de que hay unas cuantas fotografías de tu socia. En la primera de ellas te la encuentras sosteniendo algo entre las manos, una especie de papel rectangular bastante grande. Si supieras leer, sabrías un poco más de ella… En la fotografía viste esas típicas prendas de universitarios egresados. También hay otra fotografía en la que ella parece estar participando en… ¿una obra de teatro, tal vez? Hay papeles desparramados sobre un velador de madera. En caso de que los cojas, lo único que sabrás es que hay un símbolo que solo te dice una cosa: es algo malo.

Evangelina vuelve a los pocos minutos con un intento de vendaje, prendas nuevas y limpias, y entonces te ofrece algo de beber: té, cerveza, café… Lo que tú quieras menos vodka. Ya si quieres eso tendrás que ir a comprarlo tú, borracho. Puedes hacerle todas las preguntas que tú quieras, pero ten un poco de paciencia. Hay mucho que contar y un problema gigante que resolver.
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