Pantera busca esposo [Priv Lysbeth, Zaina, Bri]

Le gustaba pensar que como pasaba con la joyería, en la cocina tenía el don de transformar algo que la gente no comprende en algo bello y hermoso. Ella que había salido de un palacio de oro para vivir en la calle, había aprendido el valor de cada pequeña cosa que tenía alrededor y se había asegurado de transformarla en un tesoro. Aquel hombre se había asegurado de que pasara lo que pasara pudiera sobrevivir y estaría eternamente agradecida por todo aquello.-Y por nosotras, por la capacidad que tenemos para volver lo imposible algo posible, por el poder que nos ha dado la vida de elegir nuestro destino.- Aquello que muchas mujeres desean poder tener y que ellas poseían.

Eran tres mujeres impresionantes, capaces y poderosas que se habían unido para algo tan banal y extraño como el emparejamiento de dos impresionantes criaturas, sin embargo aquello había formado algo aún mucho más peligroso. Antes de que cualquiera de ellas pudiera darse cuenta, eran conscientes de que podrían pelear por salvarse entre ellas, ayudarse, de que en caso de que alguna levantara el den den mushi tendría un oído para ser escuchada.

La sensación de saber que no estaba sola en el mundo era extraña, cálida, no se comparaba a cuando pensaba en Yarmin pero igualmente agradable y tierna. Como la primera vez que Jade se acercó a ella para darle un abrazo o cuando Rouge había decidido acompañarla en su nuevo viaje. Aquella conexión, aquella chispa era algo que no iba a poder olvidar ni deseaba perder pasara lo que pasara.-  Gracias por haberme ayudado con esta locura.- Admite con calma, acabando aquel cóctel que había acabado por improvisar. - Sabed que seré cómplice en todas y cada una de las vuestras.- Quizás no sabían la clase de aliada y amiga que habían ganado, o tal vez eran total y plenamente conscientes de ello y por eso la querían igualmente.

Independientemente de las razones por las cuales el destino había decidido unirlas, sabía de sobra que no era consciente de las fuerzas de la naturaleza que podían llegar a ser. Era el momento de demostrarle a todos y al mundo de que estaban hechas y nada ni nadie podría pararlas una vez que comenzaran.

Esa extraña sensación de soledad que a veces se movía en su pecho se sentía cálida por una vez en mucho tiempo, y comprendió que aunque adoraba a sus felinos,aún guardaba un hueco para sus amigas.

Al final todo había salido bien, después de cenar las mujeres se tumbaron a disfrutar del hermoso paisaje que tenían delante. Aquel cielo estrellado era maravilloso, las estrellas relucían y titilaba. Ver aquel espectáculo junto a Yasei y Lysbeth era maravilloso. En aquel momento se sentía arropada y aunque echaba de menos a algunas personas, le encantaba la idea de estar junto a ellas. Tras disfrutar del cielo y de una amena y agradable charla con las mujeres terminaron por quedarse las tres dormidas. No tenía miedo, estaba segura y ni una sola pesadilla acudió a su mente aquella noche.

Una vez despertaron al día siguiente recogieron el campamento improvisado que habían preparado el día anterior y se despidieron las unas de las otras para terminar aquella maravillosa reunión. Brianna se encargo entonces de llevar a Yasei de vuelta a casa en su velero, después de todo ella era quien llevaba a sus gatitos. Tenía muchas ganas de que Jade se quedase embarazada y poder tener a uno de esos gatitos dando vueltas por su barco. Aunque bueno, de gatito tenía poco, eran enormes y se preguntaba si no tenía que conseguir un barco un poco más grande o al menos mas resistente.

Además tendría que hablar con Alistar, esperaba que Kodlak no se disgustara teniendo que compartir el barco con un gato gigante. El lobo siempre había sido amigable y teniendo en cuenta que el gatito iba a ser un cachorro cuando llegase al barco no tendrían por que tener problemas en que ambos se adaptasen a la presencia del otro. Pero de todos modos lo hablaría con su compañero de aventuras. — Esto me trae recuerdos, es la segunda vez que te llevo a casa con tus gatos en las puertas — rió suavemente junto a la morena mientras el barco avanzaba por el mar hacía Arabasta.

No tardarían demasiado o eso esperaba ella, aunque en realidad no le importaba tardar más o menos, sobretodo teniendo en cuenta que no tenía otra cosa mejor que hacer ni tenía nada pendiente. Tal vez le pediría a Yasei quedarse unos días en Arabatsa con ella o que la ayudara a buscar un sitio donde quedarse, unos días de descanso le vendrían bien. Pero además aprovecharía el viaje para pedirle un favor a su amiga, quería encontrar a su padre y para eso necesitaba la ayuda de una mujer con contactos y sabía de sobra que la mujer que ahora viajaba junto a ella podría ayudarla. Pero eso es otra historia y la contaremos en otra ocasión.