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Serleena
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Nunca había visitado little garden y la verdad no me extrañaba. ¿Con que demonios iba a sobrevivir allí? ¿ A base de papayas?¿ De hojas de palmera?¿ De comer lianas? Puaj que asco de isla. No había oro, ni joyas, ni nada divertido que robar. Si llego a saberlo le hubiera dicho al tío del ferry que me devolviera el dinero. Me habían dicho que aquí había casinos, hombres ligeros de ropa y muchas muchas cosas de valor....¡MENTIRA! ¡Hállome contrariada! Le metería un tiro entre ceja y ceja si no fuera porque estaba completamente perdida en aquella puñetera selva. Pero bueno, ante todo mucha calma...era hora de buscar la forma de salir de aquella roca verde a la que llamaban isla.
Comencé a caminar por un sendero, que poco más parecía un camino de cabras. A lo lejos pude ver un pequeño valle donde brotaba una fuente, ergo, había un riachuelo. Bueno, al menos no me moríría de sed. Así que me acerqué al lugar y un peculiar olir me vino a la nariz.
"Puag que olor a mierda" Pensaba para mi mientras me llevaba la mano a la nariz.
Continué caminando y pude ver junto a la ribera del río varias montañitas de lo que parecía ¿Caca?. Dios mío ¿Qué cosa podía hacer semejante cantidad de caca?. Me acerqué a uno de los montones mientras agarraba con mi mano un pequeño palo. Empecé a darle toquecitos a la caca. Si, definitivamente alguien se había cagado allí. Que asco.
Mientras "pinchaba" aquello una sombra se posó sobre mi, y cuando me di la vuelta abrí los ojos como platos.
Acto seguido salí de entre la maleza corriendo como una loca con las manos en lo alto.
-¡DIENTES!!¡TIENE MUCHOS DIENTES!!!!.
En ese momento un T-Rex apareció detrás mía corriendo.
Comencé a caminar por un sendero, que poco más parecía un camino de cabras. A lo lejos pude ver un pequeño valle donde brotaba una fuente, ergo, había un riachuelo. Bueno, al menos no me moríría de sed. Así que me acerqué al lugar y un peculiar olir me vino a la nariz.
"Puag que olor a mierda" Pensaba para mi mientras me llevaba la mano a la nariz.
Continué caminando y pude ver junto a la ribera del río varias montañitas de lo que parecía ¿Caca?. Dios mío ¿Qué cosa podía hacer semejante cantidad de caca?. Me acerqué a uno de los montones mientras agarraba con mi mano un pequeño palo. Empecé a darle toquecitos a la caca. Si, definitivamente alguien se había cagado allí. Que asco.
Mientras "pinchaba" aquello una sombra se posó sobre mi, y cuando me di la vuelta abrí los ojos como platos.
Acto seguido salí de entre la maleza corriendo como una loca con las manos en lo alto.
-¡DIENTES!!¡TIENE MUCHOS DIENTES!!!!.
En ese momento un T-Rex apareció detrás mía corriendo.
Elina Landvik
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Le habían dicho que en Little Garden había animales interesantes, fuertes y violentos, salvajes, tal vez le vendría bien este lugar para entrenar un poco y medir su fuerza. Es cierto que llevaba años luchando en el coliseo, pero también es cierto que llevaba dos años sin entrar en un combate totalmente real con peligro de muerte contra nadie. Usar a esos animales como prueba sería interesante para ella y de alguna forma la ayudarían a asegurarse de que no había perdido facultades. Aunque entrenaba a diario con sus espadas, no es lo mismo hacerlo en solitario que luchar contra algo que realmente puede llegar a matarte.
La adrenalina es algo que por extraño que parezca ayuda mucho a la hora de combatir, sobretodo cuanto uno esta acostumbrado a lidiar con ella a todas horas. Había desembarcado en la isla aquella misma mañana y desde entonces se había internado en la selva en busca de seres con los cuales combatir. Primero se había encontrado con una especie de pantera o algo parecido, la verdad es que los bichos en esa isla eran gigantescos. Había logrado hacer que el animal huyera, aunque ella había salido con un par de zarpazos también.
Nada con lo que no pudiera lidiar teniendo en cuenta que no le había llegado a arrancar carne y que eran más heridas superficiales. Estaba buscando a su nuevo contrincante cuando escucho un fuerte grito de alguien que parecía estar huyendo de un bicho grande y con muchos dientes. Bueno, podría acercarse a echar una mano. Cuando se acercó pudo ver como por encima de la copa de algunas hojas se asomaba lo que parecía ser una criatura extremadamente extraña y curiosa ¿eso era un dinosario? por delante del bicho gigante corría una joven pelirroja que se notaba bastante asustada.
Elina salió corriendo hacía la misma dirección buscando adelantarla, una vez lo hiciera saltaría hacía ella para que ambas rodaran cuesta abajo por el flanco derecho del dinosaurio. Tardaría un rato en dar la vuelta y mientras ellas rodaban colina abajo les daría un pequeño margen de movimiento. Tras rodar un poco se levanto y la ayudo a levantarse tomando a la chica del brazo y saliendo las dos corriendo — no mires atrás, corre, tenemos que perderle o seremos comida de bicho jurásico — esperaba encontrar un escondite o algo con lo cual perder de vista a aquella cosa enorme.
La adrenalina es algo que por extraño que parezca ayuda mucho a la hora de combatir, sobretodo cuanto uno esta acostumbrado a lidiar con ella a todas horas. Había desembarcado en la isla aquella misma mañana y desde entonces se había internado en la selva en busca de seres con los cuales combatir. Primero se había encontrado con una especie de pantera o algo parecido, la verdad es que los bichos en esa isla eran gigantescos. Había logrado hacer que el animal huyera, aunque ella había salido con un par de zarpazos también.
Nada con lo que no pudiera lidiar teniendo en cuenta que no le había llegado a arrancar carne y que eran más heridas superficiales. Estaba buscando a su nuevo contrincante cuando escucho un fuerte grito de alguien que parecía estar huyendo de un bicho grande y con muchos dientes. Bueno, podría acercarse a echar una mano. Cuando se acercó pudo ver como por encima de la copa de algunas hojas se asomaba lo que parecía ser una criatura extremadamente extraña y curiosa ¿eso era un dinosario? por delante del bicho gigante corría una joven pelirroja que se notaba bastante asustada.
Elina salió corriendo hacía la misma dirección buscando adelantarla, una vez lo hiciera saltaría hacía ella para que ambas rodaran cuesta abajo por el flanco derecho del dinosaurio. Tardaría un rato en dar la vuelta y mientras ellas rodaban colina abajo les daría un pequeño margen de movimiento. Tras rodar un poco se levanto y la ayudo a levantarse tomando a la chica del brazo y saliendo las dos corriendo — no mires atrás, corre, tenemos que perderle o seremos comida de bicho jurásico — esperaba encontrar un escondite o algo con lo cual perder de vista a aquella cosa enorme.
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Una extraña figura se empotró contra mi haciéndome rodar colina abajo hasta el valle. Tras detenernos yo simplemente pude decir.
-¡ Ha sido la bomba! ¡Otra vez!
No tuve mucho tiempo a decir nada más ya que aquella silueta, una mujer, me había agarrado por la mano y tirado de mi para alejarnos de aquel T-Rex que venía a por nosotros. Yo quería jugar con el "Dientes" pero parecía que aquella muchacha quería salvarme de ser su cena. No la culpaba, ya que en la balanza de mis prioridades entre jugar y sobrevivir estaba ganando esta última.
A lo lejos había una cueva y le dije a la chica que se dirigiera hacia allí. Una vez dentro el T-Rex no podía meter la cabeza por la entrada y se puso a golpearla con la cola en varios intentos fallidos, a veces incluso golpeaba con la cabeza. Yo me acercaría un poco a la entrada y me dirigiría al Rex.
-¡ JAAA QUIÉN ES AHORA EL TONTO!- dije mofándome de él.
El bicho acabó por cansarse de darse golpes contra la entrada de la cueva, así que con un rebufo decidió resignarse y se dio media vuelta desapareciendo entre los árboles de la selva. Yo correría hacia la linde de la entrada y le diría.
-¡¡¡EH EH QUE ERA BROMA!!!
Con una cara de pena ahora la resignada era yo. Cuando me diera la vuelta volvería a ver a la mujer que me había salvado previamente. No sabía muy bien que decirle, así que empezaría por lo básico.
-¿Eres mi hada madrina?
-¡ Ha sido la bomba! ¡Otra vez!
No tuve mucho tiempo a decir nada más ya que aquella silueta, una mujer, me había agarrado por la mano y tirado de mi para alejarnos de aquel T-Rex que venía a por nosotros. Yo quería jugar con el "Dientes" pero parecía que aquella muchacha quería salvarme de ser su cena. No la culpaba, ya que en la balanza de mis prioridades entre jugar y sobrevivir estaba ganando esta última.
A lo lejos había una cueva y le dije a la chica que se dirigiera hacia allí. Una vez dentro el T-Rex no podía meter la cabeza por la entrada y se puso a golpearla con la cola en varios intentos fallidos, a veces incluso golpeaba con la cabeza. Yo me acercaría un poco a la entrada y me dirigiría al Rex.
-¡ JAAA QUIÉN ES AHORA EL TONTO!- dije mofándome de él.
El bicho acabó por cansarse de darse golpes contra la entrada de la cueva, así que con un rebufo decidió resignarse y se dio media vuelta desapareciendo entre los árboles de la selva. Yo correría hacia la linde de la entrada y le diría.
-¡¡¡EH EH QUE ERA BROMA!!!
Con una cara de pena ahora la resignada era yo. Cuando me diera la vuelta volvería a ver a la mujer que me había salvado previamente. No sabía muy bien que decirle, así que empezaría por lo básico.
-¿Eres mi hada madrina?
Elina Landvik
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Lograron llegar a una cueva y Elina se apoyo en la pared con la respiración agitada intentando recuperar un poco el aliento perdido. Realmente ese bicho corría rápido, aunque teniendo en cuenta las patas que tenía normal. Al parecer su compañera pelirroja tenía unas cuantas cosas que contarle al dinosaurio o que gritarle. La chica tenía una energía envidiable y bueno, al menos por su parte estaba contenta de haber sobrevivido y de no ser la cena de aquella cosa. El dinosaurio termino por cansarse de intentar sacarlas de la cueva y termino por irse, por suerte.
Elina miro a la chica y ya más descansada no pudo hacer otra cosa más que reír al escuchar aquella pregunta ¿hada madrina? — no, solo andaba por aquí y escuche tu grito, vine a ver si podía echarte una mano y parece que así a sido, me llamo Elina ¿y tu eres? — le tendió la mano a modo de saludo. Esperaba que la chica le diera su nombre y demás para continuar con la conversación. — ¿algún motivo por el cual estés en esta isla de locos? la verdad es que no me la esperaba tan movida — aunque si que es cierto que había ido allí con intención de entrenar así que bueno, técnicamente que fuera así le venía bien.
Se estiro un poco y luego se aseguro de que llevaba consigo sus espadas y sus cuchillos y que al rodar no hubieran desaparecido por el camino, si era así tendría que ir a buscarlos y no estaba segura de poder encontrarlos en la espesura. — por mi parte e venido aquí a comprobar si eran tan fieros como dicen, si quieres pudo acompañarte hasta el puerto, imagino que habrá algún barco que zarpe en breves — si no encontraban nada, siempre podía acercarla a alguna isla en su barco. No es que fuera una maravilla pero suficiente para dos personas. Si quería reunir a la familia iba siendo hora de ir consiguiendo un barco más grande.
Se acerco a la salida de la cueva para asegurarse de que no había peligros a la vista, aunque en aquel sitio podía aparecer cualquier en cualquier parte. — Vamos, antes de que esa cosa se arrepienta y decida volver a por nosotras — le hizo un gesto para que la siguiera. Espero a que la chica estuviera a su lado para emprender el camino hacía el interior de la selva, por que si, para poder salir de allí primero tenían que entrar por que si no recordaba mal, el puerto estaba al otro lado de la zona noroeste de la isla, al menos ella había visto varios barcos atracados en aquella zona.
Elina miro a la chica y ya más descansada no pudo hacer otra cosa más que reír al escuchar aquella pregunta ¿hada madrina? — no, solo andaba por aquí y escuche tu grito, vine a ver si podía echarte una mano y parece que así a sido, me llamo Elina ¿y tu eres? — le tendió la mano a modo de saludo. Esperaba que la chica le diera su nombre y demás para continuar con la conversación. — ¿algún motivo por el cual estés en esta isla de locos? la verdad es que no me la esperaba tan movida — aunque si que es cierto que había ido allí con intención de entrenar así que bueno, técnicamente que fuera así le venía bien.
Se estiro un poco y luego se aseguro de que llevaba consigo sus espadas y sus cuchillos y que al rodar no hubieran desaparecido por el camino, si era así tendría que ir a buscarlos y no estaba segura de poder encontrarlos en la espesura. — por mi parte e venido aquí a comprobar si eran tan fieros como dicen, si quieres pudo acompañarte hasta el puerto, imagino que habrá algún barco que zarpe en breves — si no encontraban nada, siempre podía acercarla a alguna isla en su barco. No es que fuera una maravilla pero suficiente para dos personas. Si quería reunir a la familia iba siendo hora de ir consiguiendo un barco más grande.
Se acerco a la salida de la cueva para asegurarse de que no había peligros a la vista, aunque en aquel sitio podía aparecer cualquier en cualquier parte. — Vamos, antes de que esa cosa se arrepienta y decida volver a por nosotras — le hizo un gesto para que la siguiera. Espero a que la chica estuviera a su lado para emprender el camino hacía el interior de la selva, por que si, para poder salir de allí primero tenían que entrar por que si no recordaba mal, el puerto estaba al otro lado de la zona noroeste de la isla, al menos ella había visto varios barcos atracados en aquella zona.
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Vaya, parecía ser que ella no iba a ser mi hada madrina. La verdad es que aquella chica me llamaba mucho la atención y además ¡ERA PELIRROJA COMO YO! Esto era el destino fijo. Ya que me había salvado tenía que ser cortés con ella.
-Seerlena- dije con tono calmado antes de enfadarme- Pues si, me han traído engañada aquí, y no contentos con ello el capitán que me trajo se quedó con los quinientos berries del pasaje...si lo pillo....Me dijeron que aquí había oro y cosas para robar, y sin embargo, sólo me he encontrado con lagartos gigantes y cacas, frustrante
Aproveché al ver a la otra pelirroja revisar su equipo y yo hice lo propio con el mío. Todo parecía estar en orden.
-¿Vas a enfrentarte a esos bichos tu sola? ¿Estás loca?- dije incrédula- ¡Pero si tienen más dientes que ceros el expediente de un marine!
Finalmente la muchacha me propuso volver a la costa, y la verdad, no me atrevía a volver sola. Además estaba perdida y quizás ella podía ayudarme. ¿Era de fiar? Sinceramente me daba igual. Así que decidí seguirla, y mientras caminábamos aproveché para decirle.
-Bueno "Elina" ¿Y que haces TU por aqui?. Has venido a por bichos, vale hasta ahi puede entenderlo. ¿Eres una cazadora?
-Seerlena- dije con tono calmado antes de enfadarme- Pues si, me han traído engañada aquí, y no contentos con ello el capitán que me trajo se quedó con los quinientos berries del pasaje...si lo pillo....Me dijeron que aquí había oro y cosas para robar, y sin embargo, sólo me he encontrado con lagartos gigantes y cacas, frustrante
Aproveché al ver a la otra pelirroja revisar su equipo y yo hice lo propio con el mío. Todo parecía estar en orden.
-¿Vas a enfrentarte a esos bichos tu sola? ¿Estás loca?- dije incrédula- ¡Pero si tienen más dientes que ceros el expediente de un marine!
Finalmente la muchacha me propuso volver a la costa, y la verdad, no me atrevía a volver sola. Además estaba perdida y quizás ella podía ayudarme. ¿Era de fiar? Sinceramente me daba igual. Así que decidí seguirla, y mientras caminábamos aproveché para decirle.
-Bueno "Elina" ¿Y que haces TU por aqui?. Has venido a por bichos, vale hasta ahi puede entenderlo. ¿Eres una cazadora?
Elina Landvik
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Cazadora, nunca se lo había planteado, la verdad es que era simplemente por asegurarse de que no había perdido cualidades luchando. Por que si quería reunir a su familia tenía que asegurarse de que nadie volviera a hacerles daño y por que bueno, si quería recuperar su isla y devolverle su gloria tampoco podía permitir que una panda de marines pudieran hacerles frente. Tenía que mantenerse fuerte y además del mantenimiento también debía volverse cada vez más y más fuerte. Su objetivo estaba claro pero sabía que tal y como estaba ahora no sería capaz de llevarlo acabo.
— No, no soy cazadora, simplemente quería asegurarme de que no había perdido facultades luchando, eso es todo — se encogió de hombros mientras pensaba en si había alguna otra razón más que aquella y no, no encontró ninguna. Se dispuso a caminar guiada por la posición del sol para encontrar el lugar donde estaban aquellos barcos que ella recordaba. Esperaba que las dos llegaran sanas y salvas, aunque de repente un ruido entre las hojas la hizo ponerse en alerta. ¿Podría ser aquel dinosaurio que volvía a por ellas? Esperaba que no, no le apetecía tener que salir corriendo otra vez como una loca.
Por si acaso le indico a su compañera que se escondieran un poco entre unas hojas, pero entonces lo que salió de entre los matorrales que se habían movido antes no fue otra cosa más que lo que parecía ser un jabalí gigante o algo parecido. Suspiro un poco más aliviada, es cierto que tenía unos colmillos gigantes y que podían ser animales muy agresivos, pero al menos no era el dichoso dinosaurio de antes. — Vale, será mejor guardar silencio e intentar que no nos vea — aquello fue un susurro dirigido a su compañera mientras se movía despacito buscando un lugar por el cual alejarse del animal.
Por el momento parecía tranquilo, rumiaba plantas de aquí para allá y se afilaba un poco los colmillos contra los troncos de algunos árboles. Mientras no lo molestaran no tendrían por que luchar con él, técnicamente los jabalís eran muy territoriales y se imaginaba que aquellos bichos gigantes serían aun peores. Por eso esperaba que su compañera fuera discreta y simplemente la siguiera, aunque bueno, no todo sale como uno espera y cabía la posibilidad de que aquella bestia las viera, las escuchara o cualquier otra cosa. Podría ponerse alerta y atacar en cualquier momento, tan solo esperaba que las cosas no se les complicara demasiado.
— No, no soy cazadora, simplemente quería asegurarme de que no había perdido facultades luchando, eso es todo — se encogió de hombros mientras pensaba en si había alguna otra razón más que aquella y no, no encontró ninguna. Se dispuso a caminar guiada por la posición del sol para encontrar el lugar donde estaban aquellos barcos que ella recordaba. Esperaba que las dos llegaran sanas y salvas, aunque de repente un ruido entre las hojas la hizo ponerse en alerta. ¿Podría ser aquel dinosaurio que volvía a por ellas? Esperaba que no, no le apetecía tener que salir corriendo otra vez como una loca.
Por si acaso le indico a su compañera que se escondieran un poco entre unas hojas, pero entonces lo que salió de entre los matorrales que se habían movido antes no fue otra cosa más que lo que parecía ser un jabalí gigante o algo parecido. Suspiro un poco más aliviada, es cierto que tenía unos colmillos gigantes y que podían ser animales muy agresivos, pero al menos no era el dichoso dinosaurio de antes. — Vale, será mejor guardar silencio e intentar que no nos vea — aquello fue un susurro dirigido a su compañera mientras se movía despacito buscando un lugar por el cual alejarse del animal.
Por el momento parecía tranquilo, rumiaba plantas de aquí para allá y se afilaba un poco los colmillos contra los troncos de algunos árboles. Mientras no lo molestaran no tendrían por que luchar con él, técnicamente los jabalís eran muy territoriales y se imaginaba que aquellos bichos gigantes serían aun peores. Por eso esperaba que su compañera fuera discreta y simplemente la siguiera, aunque bueno, no todo sale como uno espera y cabía la posibilidad de que aquella bestia las viera, las escuchara o cualquier otra cosa. Podría ponerse alerta y atacar en cualquier momento, tan solo esperaba que las cosas no se les complicara demasiado.
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Vaya así que no era cazadora, interesante. La verdad es que se agradecía tener un poquito de compañía por aquellos lares. De todas maneras si alguien no quería perder facultades luchando ¿Porqué no pelear en una ciudad en vez de en un páramo de color verde y mosquitos? Vamos, podrías reventar algunos cráneos y luego tomarte un Gin Tonic, pero bueno, si la chica era rara no era mi problema.
La seguí mientras escuchaba lo que me decía, y no pasaron ni cinco minutos antes de que pasara algo. Elina me dijo que fuera con ella hacia unas hojas a modo de cobertura. No entendía el porqué, pero en el momento en que vi a aquel puerco salvaje se em quitaron todas las dudas.
"Pedazo de jamón" Pensé para mi mientras miraba atónita.
Miré a Elina y le dije con un susurro.
- No, si te parece le envío un Christmas....-dije dándome la vuelta cuidadosamente para alejarme- ¿Tu te crees que voy a ir de frente contra semejante bicho?
Comencé a caminar cuidadosamente hasta que ,sin querer, partí una rama al pisarla con el pie. En ese momento me quedé blanca y una gota de sudor cayó por mi sien.
-Mierda.
La seguí mientras escuchaba lo que me decía, y no pasaron ni cinco minutos antes de que pasara algo. Elina me dijo que fuera con ella hacia unas hojas a modo de cobertura. No entendía el porqué, pero en el momento en que vi a aquel puerco salvaje se em quitaron todas las dudas.
"Pedazo de jamón" Pensé para mi mientras miraba atónita.
Miré a Elina y le dije con un susurro.
- No, si te parece le envío un Christmas....-dije dándome la vuelta cuidadosamente para alejarme- ¿Tu te crees que voy a ir de frente contra semejante bicho?
Comencé a caminar cuidadosamente hasta que ,sin querer, partí una rama al pisarla con el pie. En ese momento me quedé blanca y una gota de sudor cayó por mi sien.
-Mierda.
Elina Landvik
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Parecía que iban a conseguir escapar las dos sin mayor dificultad, sin embargo, la pelirroja detrás de ella piso lo que seguramente fuera una ramita y aquel ruido hizo que Elina se girase de forma brusca para ver si el jabalí las había escuchado. Antes de que pudieran hacer mucho más el animal se lanzó a la carrera hacía ellas. La pelirroja quito a Serleena del camino empujándola un poco y recibió de lleno el golpe del jabalí, por suerte no fue con los colmillos si no con el morro. Aún así el animal tenía una fuerza descomunal y en el caso de aquel bicho, su olfato era tan poderoso que seguramente no podrían escapar igual de bien que lo habían hecho con el dinosario.
Seguramente tendría que derrotarlo o tal vez hacerse amiga del puerco, pero siendo sinceros en aquel momento no estaba segura de que era mejor hacer. No quería hacerle daño, pero si no le quedaba mas remedio tendría que darle una lección. El jabalí quiso arrollarla con las patas corriendo por encima de ella aprovechando que la había tirado al suelo, pero Elina rodó hacía un lado y se levantó esperando un nuevo golpe por parte del animal. Antes de que la tocara se agarro a sus colmillos y saltó aprovechando la fuerza que llevaba el jabalí para acabar sentada en su lomo.
No sabia si aquello había sido o no una buena idea, pero en aquel momento no podía pensar en otra cosa mejor. Se agarro con fuerza con las piernas a su cuerpo y con las manos a su pelaje y mientras el animal intentaba quitársela de encima Elina luchaba por permanecer sobre su lomo. Si conseguía estar sobre él hasta que se cansase, tal vez después podría mostrarle que no querían hacerle daño. Durante unos minutos sintió como prácticamente casi conseguía tirarla unas tres o cuatro veces. Estaba empezando a sentir un gran dolor en el trasero y no solamente eso, con tanto salto le estaba revolviendo el estómago.
Al final su perseverancia hizo que el jabalí se cansase un poco y por un momento dejase de brincar. La mujer aprovecho para acariciar el cuello del animal, la cabeza y después bajo suavemente de su lomo para seguir con las caricias por su costado y su lomo. — Ya esta, no te enfades, no vamos a hacerte daño — seguía acariciando su cuerpo hasta llegar nuevamente a su cara donde deposito varias caricias más en su morro y sobre el mismo en el puente de su nariz. Parecía qu el jabalí estaba un poco más calmado pero aún se notaba que no se fiaba demasiado de ellas. La pelirroja entonces pensó en que podría hacer para ganarse su confianza. ¿Tal vez darle algo de comer? No estaba segura, pero el animal le había gustado y nunca esta de más tener un acompañante de sus características.
Seguramente tendría que derrotarlo o tal vez hacerse amiga del puerco, pero siendo sinceros en aquel momento no estaba segura de que era mejor hacer. No quería hacerle daño, pero si no le quedaba mas remedio tendría que darle una lección. El jabalí quiso arrollarla con las patas corriendo por encima de ella aprovechando que la había tirado al suelo, pero Elina rodó hacía un lado y se levantó esperando un nuevo golpe por parte del animal. Antes de que la tocara se agarro a sus colmillos y saltó aprovechando la fuerza que llevaba el jabalí para acabar sentada en su lomo.
No sabia si aquello había sido o no una buena idea, pero en aquel momento no podía pensar en otra cosa mejor. Se agarro con fuerza con las piernas a su cuerpo y con las manos a su pelaje y mientras el animal intentaba quitársela de encima Elina luchaba por permanecer sobre su lomo. Si conseguía estar sobre él hasta que se cansase, tal vez después podría mostrarle que no querían hacerle daño. Durante unos minutos sintió como prácticamente casi conseguía tirarla unas tres o cuatro veces. Estaba empezando a sentir un gran dolor en el trasero y no solamente eso, con tanto salto le estaba revolviendo el estómago.
Al final su perseverancia hizo que el jabalí se cansase un poco y por un momento dejase de brincar. La mujer aprovecho para acariciar el cuello del animal, la cabeza y después bajo suavemente de su lomo para seguir con las caricias por su costado y su lomo. — Ya esta, no te enfades, no vamos a hacerte daño — seguía acariciando su cuerpo hasta llegar nuevamente a su cara donde deposito varias caricias más en su morro y sobre el mismo en el puente de su nariz. Parecía qu el jabalí estaba un poco más calmado pero aún se notaba que no se fiaba demasiado de ellas. La pelirroja entonces pensó en que podría hacer para ganarse su confianza. ¿Tal vez darle algo de comer? No estaba segura, pero el animal le había gustado y nunca esta de más tener un acompañante de sus características.
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El puerco se había enterado...que empiece la fiesta. Saqué mis dos pistolas del cinturón.
Cuando iba a dispararle Elina me empujó hacia una lado para evitar que el puerco me ¿corneara?. De todas maneras eso no me gustó nada ya que me hizo perder el tiro. Lancé un leve bufido mientras veía como Elina se enfrentaba a aquel morlaco. Eh, espera ¿Estaba domando a aquel bicho? ¿En que momento esto se convirtió en un rodeo? .Estuve a punto de sacar las palomitas y gritar ¡YEHHAAA!, pero la cosa estaba siendo difícil. Como no sabía que hacer, y como no sabía si Elina estaba controlando a la bestia o no, le grité.
-¡¿Quieres que le meta un tiro entre colmillo y colmillo?!- dije apuntándole con mis dos pistolas.
Sin embargo en el momento en que vi que el puerco se había calmado y que Elina parecía tener la situación bajo control decidí bajar las armas.
-Me tienes que estar vacilando....-dije incrédula- ¿Sabes que no es un perro no?
Enfundé las armas y me acerqué un poco a Elina, vigilando a que el puerco no me golpeara a traición. Me pegué a Elina y le susurré al oído.
-Umm vale...¿Y ahora lo matamos no?
En caso de que la respuesta fuera negativa le diría: "Eres una aguafiestas". De todos modos me había divertido viendo a Elina domar aquel bicharraco. El problema ahora era si pretendía llevárselo de allí.
-Esa cosa no cabe en un barco , lo sabes ¿no?
Cuando iba a dispararle Elina me empujó hacia una lado para evitar que el puerco me ¿corneara?. De todas maneras eso no me gustó nada ya que me hizo perder el tiro. Lancé un leve bufido mientras veía como Elina se enfrentaba a aquel morlaco. Eh, espera ¿Estaba domando a aquel bicho? ¿En que momento esto se convirtió en un rodeo? .Estuve a punto de sacar las palomitas y gritar ¡YEHHAAA!, pero la cosa estaba siendo difícil. Como no sabía que hacer, y como no sabía si Elina estaba controlando a la bestia o no, le grité.
-¡¿Quieres que le meta un tiro entre colmillo y colmillo?!- dije apuntándole con mis dos pistolas.
Sin embargo en el momento en que vi que el puerco se había calmado y que Elina parecía tener la situación bajo control decidí bajar las armas.
-Me tienes que estar vacilando....-dije incrédula- ¿Sabes que no es un perro no?
Enfundé las armas y me acerqué un poco a Elina, vigilando a que el puerco no me golpeara a traición. Me pegué a Elina y le susurré al oído.
-Umm vale...¿Y ahora lo matamos no?
En caso de que la respuesta fuera negativa le diría: "Eres una aguafiestas". De todos modos me había divertido viendo a Elina domar aquel bicharraco. El problema ahora era si pretendía llevárselo de allí.
-Esa cosa no cabe en un barco , lo sabes ¿no?
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El jabalí había logrado calmarse y la verdad es que la pelirroja lo agradecía bastante, no le apetecía tener que hacerle daño a aquel animal. Sabía que simplemente estaba defendiendo su territorio y bueno aunque entrenaba peleando con ellos evitaba hacerles un daño irreparable. Se alegraba de que Seerlena no le hubiese pegado un tiro, no quería que el pobre muriese en aquellas circunstancias. Cuando su compañera le dijo que si era el momento de matarlo Elina se rió un poco y negó con la cabeza. ¿Por que iban a matarlo ahora que estaba tranquilo y no representaba una amenaza?
Se rió de nuevo cuando indignada la joven la llamo aguafiestas — anda será mejor dejarlo tranquilo, estoy segura de que prefiere seguir con sus cosas — tras despedirse del cerdito siguieron rumbo al puerto o lo que fuera aquel lugar donde atracaban los barcos en aquella isla de locos. Por el momento el resto del camino estaba siendo relajado, no habían tenido que sufrir ningún nuevo encontronazo con ninguna bestia y las dos podían ir tranquilas y en calma, cosa que era de agradecer teniendo en cuenta la carrera que se habían pegado momentos antes.
Sin embargo en un momento dado todo cambio. No quedaba mucho para llegar al puerto, apenas un kilómetro o incluso un poco menos. Pero parecía que alguien quería aguarles la fiesta a las chicas. No estaba segura de como habían terminado metidas en aquel berenjenal, pero definitivamente estaban teniendo una suerte pésima. Sin darse cuenta se habían adentrado en lo que parecía ser el hogar de una manada de panteras negras. Un lugar que usaban aquellos majestuosos animales para descansar, su refugio, algo así como su nido o su guarida.
Los gruñidos de las fieras no se hicieron esperar, sus ojos brillantes y peligrosos indicaban un claro peligro que era mejor tener en cuenta o terminarían realmente mal. ¿Cómo demonios acababa siempre metida en esos líos? Aquella era una buena pregunta, aunque teniendo en cuenta que había ido allí a entregar no podía quejarse. — Me parece, que nos va a tocar salir corriendo otra vez Seerlena— suspiro mientras no le quitaba ojo a aquellos bichos enormes que se acercaban a ellas y comenzaban a rodearlas. Elina llevo las manos a los mangos de sus espadas, estaba lista para pelear en cualquier momento.
Se rió de nuevo cuando indignada la joven la llamo aguafiestas — anda será mejor dejarlo tranquilo, estoy segura de que prefiere seguir con sus cosas — tras despedirse del cerdito siguieron rumbo al puerto o lo que fuera aquel lugar donde atracaban los barcos en aquella isla de locos. Por el momento el resto del camino estaba siendo relajado, no habían tenido que sufrir ningún nuevo encontronazo con ninguna bestia y las dos podían ir tranquilas y en calma, cosa que era de agradecer teniendo en cuenta la carrera que se habían pegado momentos antes.
Sin embargo en un momento dado todo cambio. No quedaba mucho para llegar al puerto, apenas un kilómetro o incluso un poco menos. Pero parecía que alguien quería aguarles la fiesta a las chicas. No estaba segura de como habían terminado metidas en aquel berenjenal, pero definitivamente estaban teniendo una suerte pésima. Sin darse cuenta se habían adentrado en lo que parecía ser el hogar de una manada de panteras negras. Un lugar que usaban aquellos majestuosos animales para descansar, su refugio, algo así como su nido o su guarida.
Los gruñidos de las fieras no se hicieron esperar, sus ojos brillantes y peligrosos indicaban un claro peligro que era mejor tener en cuenta o terminarían realmente mal. ¿Cómo demonios acababa siempre metida en esos líos? Aquella era una buena pregunta, aunque teniendo en cuenta que había ido allí a entregar no podía quejarse. — Me parece, que nos va a tocar salir corriendo otra vez Seerlena— suspiro mientras no le quitaba ojo a aquellos bichos enormes que se acercaban a ellas y comenzaban a rodearlas. Elina llevo las manos a los mangos de sus espadas, estaba lista para pelear en cualquier momento.
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Bueno parecía que Elina ya había hecho amistad con el puerco, y parecía estar muy compenetrada con él. Ella domaba a os cerdos mientras que yo huía de cerdos toda mi vida...que cosas. Afortunadamente pudimos caminar tranquilas y sin mayor contra- tiempo por la frondosa selva. La verdad es que ya estaba un poco cansada de tanto mosquito y bichos varios dándome vueltas por la cabeza, y encima hacía una calor mortal.
Nos desviamos un poco del camino hasta meternos en una guarida de panteras. Venga, que será lo próximo ¿Qué nos topemos de nuevo con el Rex?. Yo me quedé espalda con espalda con Elina, y con un breve susurro le dije sin quitar ojo de las panteras.
-Adoro estos gatetes grandes. ¿Me puedo quedar con uno?
No hubo mucho tiempo para respuestas ya que los gatetes parecían tener malas pulgas. Elina dijo que era hora de correr, así que yo asentí con la cabeza y le dije- Vale, tu entretenlos y yo corro.
Dicho esto yo me quedaría mirándola fijamente hasta empezar a reírme.
-¡Tenías que haberte visto la cara de asustá! Casi te habías creído que yo....KYYAAAAAAAA- grité al ver a uno de los gatetes saltar sobre mi.
Rápidamente rodé por el suelo agarrando a Elina del brazo para que no le diera la panter. Acto seguido sacaría mis dos pistolas y apuntaría al bicho que se había intentado merendarnos.
-A la mierda el ambientalismo, yo me lo cargo- dije preparando el gatillo.
Nos desviamos un poco del camino hasta meternos en una guarida de panteras. Venga, que será lo próximo ¿Qué nos topemos de nuevo con el Rex?. Yo me quedé espalda con espalda con Elina, y con un breve susurro le dije sin quitar ojo de las panteras.
-Adoro estos gatetes grandes. ¿Me puedo quedar con uno?
No hubo mucho tiempo para respuestas ya que los gatetes parecían tener malas pulgas. Elina dijo que era hora de correr, así que yo asentí con la cabeza y le dije- Vale, tu entretenlos y yo corro.
Dicho esto yo me quedaría mirándola fijamente hasta empezar a reírme.
-¡Tenías que haberte visto la cara de asustá! Casi te habías creído que yo....KYYAAAAAAAA- grité al ver a uno de los gatetes saltar sobre mi.
Rápidamente rodé por el suelo agarrando a Elina del brazo para que no le diera la panter. Acto seguido sacaría mis dos pistolas y apuntaría al bicho que se había intentado merendarnos.
-A la mierda el ambientalismo, yo me lo cargo- dije preparando el gatillo.
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Ahora era su turno de ser empujada por parte de su compañera para no acabar las dos convertidas en un rollito de sushi gracias a las afiladas garras de aquellos animales. Un suspiro largo y cansado salió de los labios de la pelirroja mientras rodaba para levantarse. Realmente aquella isla era un completo problema. Demasiados bichos, demasiado grandes, se levanto como pudo para ayudar a Serleena pero antes de que pudiera hacer nada recibió un duro golpe por parte de una de las panteras. Su cuerpo chocó contra un árbol y sin poderlo evitar dejo salir un grito.
— La madre que las pario, que fuerza tienen joder — Elina se levanto nuevamente aunque realmente dolorida. Le iba a salir un buen moratón después de aquello. La pantera iba a volver a las andadas para golpearla una vez más, esta vez pensaba hacerlo con sus garras y Elina saco las dos espadas para parar las uñas del felino para evitar que llegaran a su cuerpo. Miró a ver como estaba Serleena, no le gustaba hacer daño a los animales pero en aquel momento necesitaban al menos distraerlos con algo, si conseguían derivar la atención de las panteras podrían salir corriendo.
La pelirroja suspiro mientras aguantaba la fuerza y el peso que la pantera estaba ejerciendo sobre las dos espadas, escuchaba el metal rozar entre si y contra las garras del animal. Fue entonces cuando pudo ver que el jabalí al que había calmado antes aparecía en escena única y exclusivamente para golpear con fuerza el cuerpo de la pantera con su morro y alejarla de ella. Por un momento lo miro sorprendida pero no iba a quejarse, su intervención había sido de lo más oportuna. Junto al animal peludito que la había salvado se acercó corriendo hasta donde estaba Serleena para golpear a la pantera que la estaba molestando y entonces nuevamente la cogió del brazo.
En esta ocasión el jabalí decidió quedarse a golpear a alquellos gatos gigantes, era el momento de huir. — Vamos, es nuestra distracción — de nuevo se encontraban corriendo sin mirar atrás. El sol se había ocultado casi y Elina ni si quiera sabía por donde había salido corriendo. Ahora tenían un pequeño problema de orientación así que bueno, tal vez era mejor buscar un lugar donde pasar la noche. — Creo que deberíamos pensar en buscar un sitio donde pasar la noche, me parece que hoy no llegaremos al puerto — le preocupaba un poco que habría pasado con el jabalí, esperaba que estuviera bien.
— La madre que las pario, que fuerza tienen joder — Elina se levanto nuevamente aunque realmente dolorida. Le iba a salir un buen moratón después de aquello. La pantera iba a volver a las andadas para golpearla una vez más, esta vez pensaba hacerlo con sus garras y Elina saco las dos espadas para parar las uñas del felino para evitar que llegaran a su cuerpo. Miró a ver como estaba Serleena, no le gustaba hacer daño a los animales pero en aquel momento necesitaban al menos distraerlos con algo, si conseguían derivar la atención de las panteras podrían salir corriendo.
La pelirroja suspiro mientras aguantaba la fuerza y el peso que la pantera estaba ejerciendo sobre las dos espadas, escuchaba el metal rozar entre si y contra las garras del animal. Fue entonces cuando pudo ver que el jabalí al que había calmado antes aparecía en escena única y exclusivamente para golpear con fuerza el cuerpo de la pantera con su morro y alejarla de ella. Por un momento lo miro sorprendida pero no iba a quejarse, su intervención había sido de lo más oportuna. Junto al animal peludito que la había salvado se acercó corriendo hasta donde estaba Serleena para golpear a la pantera que la estaba molestando y entonces nuevamente la cogió del brazo.
En esta ocasión el jabalí decidió quedarse a golpear a alquellos gatos gigantes, era el momento de huir. — Vamos, es nuestra distracción — de nuevo se encontraban corriendo sin mirar atrás. El sol se había ocultado casi y Elina ni si quiera sabía por donde había salido corriendo. Ahora tenían un pequeño problema de orientación así que bueno, tal vez era mejor buscar un lugar donde pasar la noche. — Creo que deberíamos pensar en buscar un sitio donde pasar la noche, me parece que hoy no llegaremos al puerto — le preocupaba un poco que habría pasado con el jabalí, esperaba que estuviera bien.
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Yo no me corté ni un pelo así que directamente abrí fuego contra una de las panteras, matándola en el acto. Cuando me disponía a hacer lo mismo con la siguiente pude ver que Elina estaba en problemas. Uno de los gatetes la había arrinconado con sus garras, por fortuna Elina sacó sus espadas a tiempo para detener al bicho. Así que por algún motivo que no sabía, quizás porque no me había medicado todavía, apunté a la pantera que le estaba haciendo la vida imposible a Elina.
Cuando me dispuse a disparar un temblor se hizo eco en la selva y el jabalí de antes apareció en modo "caballería" socorriendo a Elina. No tardó en "cornear" a la pantera y yo me quedé con la boca abierta y super indignada.
-¡¡¡EH MORLACO QUE LA IBA A SALVAR YO!!!-dije agitando el puño en señal de venganza-¡ DESHONRA PARA TI!
No me paré más ya que Elina dijo que aprovecháramos aquella "distracción" para salir corriendo. Se me iban a quedar unas nalgas de portada a este paso. Así que nada, corrimos y corrimos sin saber a donde demonios íbamos. Finalmente se optó por algo sensato...buscar un refugio.
-¿Un refugio? ¿Aquí en mitad de la selva? Si, vale....ahora reservo en un árbol de 3 cocos. ¿Pido cama doble o cada una duerme en una rama?- dije irónica por estar perdida en aquel santo lugar... al menos no estaba sola.
Así que nada, caminé un poco por delante de ella hasta encontrar un pequeño árbol hueco. No era muy espacioso pero si nos daría para dormir al menos esta noche. Estaríamos a cubierto y si llovía no nos mojaríamos.
-¿Aquí mismo? No tiene servicio de habitaciones pero beh....-dije irónica.
Cuando me dispuse a disparar un temblor se hizo eco en la selva y el jabalí de antes apareció en modo "caballería" socorriendo a Elina. No tardó en "cornear" a la pantera y yo me quedé con la boca abierta y super indignada.
-¡¡¡EH MORLACO QUE LA IBA A SALVAR YO!!!-dije agitando el puño en señal de venganza-¡ DESHONRA PARA TI!
No me paré más ya que Elina dijo que aprovecháramos aquella "distracción" para salir corriendo. Se me iban a quedar unas nalgas de portada a este paso. Así que nada, corrimos y corrimos sin saber a donde demonios íbamos. Finalmente se optó por algo sensato...buscar un refugio.
-¿Un refugio? ¿Aquí en mitad de la selva? Si, vale....ahora reservo en un árbol de 3 cocos. ¿Pido cama doble o cada una duerme en una rama?- dije irónica por estar perdida en aquel santo lugar... al menos no estaba sola.
Así que nada, caminé un poco por delante de ella hasta encontrar un pequeño árbol hueco. No era muy espacioso pero si nos daría para dormir al menos esta noche. Estaríamos a cubierto y si llovía no nos mojaríamos.
-¿Aquí mismo? No tiene servicio de habitaciones pero beh....-dije irónica.
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La verdad es que el cerdo le daba un poco de pena, no quería dejarlo atrás pero no quedaba más remedio que hacerlo. Ahora mismo él era su distracción y ellas no podían darse el lujo de perder aquella oportunidad. Consiguieron escabullirse después de correr durante un buen rato, se notaba que Serleena no estaba de humor, entendía que haberse quedado allí tirada no era para nada algo divertido, no eran unas vacaciones pero bueno, al menos aún no se la había comido un bicho gigantesco y mientras las dos siguieran con vida pues podrían seguir buscando la salida así que bueno, no habría tampoco que preocuparse demasiado.
— Me parece bien que nos quedemos en el tronco, será un refugio más o menos decente para hoy — esperaba que al menos por la noche no hiciera demasiado frío, pero por si acaso buscaría un poco de madera por si tenían que encender una hoguera. También era una buena idea tener un fuego, era algo que normalmente alejaba a los animales salvajes así que sería una forma de protegerse de los depredadores que quisieran hacerlas daño. Mientras dejaba que Serleena revisara el interior del tronco y lo limpiase un poco ella fue a por trozos de madera que hubieran caído de los árboles.
Una vez tuvo suficiente madera para pasar la noche fue hasta el tronco nuevamente y preparo una montañita en el centro para encender el fuego. Se mantendrían calientes toda la noche y mantendrían lejos a los animales salvajes, de todos modos Elina intentaría permanecer despierta la mayoría del tiempo por si algún bicho tenía la brillante idea de lanzarse contra ellas. — Creo que así podremos dormir algo más seguras, a ver si mañana llegamos a puerto — suspiro de forma larga y entonces se acomodó en una de las paredes del tronco estirándose un poco. Necesitaba relajar un poco los músculos que llevaba en tensión desde aquella misma mañana.
Pasaron un par de horas cuando de nuevo ese dichoso ruido de hojas moviéndose la puso en alerta, no sabía si Serleena seguía o no despierta y no quería asustarla así que simplemente se puso en la puerta del tronco esperando ver que era lo que acechaba en las sombras. De entre los arbustos apareció el jabalí con algunos arañazos en el cuerpo, se notaba cansado y se acercó a Elina en busca de un poco de ayuda. La mujer acarició el morro del animal y le dijo que se quedase a proteger de Serleena mientras ella iba en busca de un poco de agua y unas hojas largas para limpiar sus heridas y taparlas.
— Me parece bien que nos quedemos en el tronco, será un refugio más o menos decente para hoy — esperaba que al menos por la noche no hiciera demasiado frío, pero por si acaso buscaría un poco de madera por si tenían que encender una hoguera. También era una buena idea tener un fuego, era algo que normalmente alejaba a los animales salvajes así que sería una forma de protegerse de los depredadores que quisieran hacerlas daño. Mientras dejaba que Serleena revisara el interior del tronco y lo limpiase un poco ella fue a por trozos de madera que hubieran caído de los árboles.
Una vez tuvo suficiente madera para pasar la noche fue hasta el tronco nuevamente y preparo una montañita en el centro para encender el fuego. Se mantendrían calientes toda la noche y mantendrían lejos a los animales salvajes, de todos modos Elina intentaría permanecer despierta la mayoría del tiempo por si algún bicho tenía la brillante idea de lanzarse contra ellas. — Creo que así podremos dormir algo más seguras, a ver si mañana llegamos a puerto — suspiro de forma larga y entonces se acomodó en una de las paredes del tronco estirándose un poco. Necesitaba relajar un poco los músculos que llevaba en tensión desde aquella misma mañana.
Pasaron un par de horas cuando de nuevo ese dichoso ruido de hojas moviéndose la puso en alerta, no sabía si Serleena seguía o no despierta y no quería asustarla así que simplemente se puso en la puerta del tronco esperando ver que era lo que acechaba en las sombras. De entre los arbustos apareció el jabalí con algunos arañazos en el cuerpo, se notaba cansado y se acercó a Elina en busca de un poco de ayuda. La mujer acarició el morro del animal y le dijo que se quedase a proteger de Serleena mientras ella iba en busca de un poco de agua y unas hojas largas para limpiar sus heridas y taparlas.
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El tronco en un primer momento parecía estar medianamente "limpio". Parecía que solamente ardillas vivieron en aquel lugar y por poco tiempo. ¿Cómo lo sabía? Fácil...había muchos congitos aka cagarrutas de ardilla por todos lados. Así que cogí una hoja grande y empecé a barrer la "shit" hacia fuera del tronco.
-Umm lástima que no tenga un ambientador, beh es igual. ¡Elina ya puedes volver!- dije antes de meterme en el tronco.
Me senté cerca de la hoguera que hizo Elina para calentarme un poco, aunque a decir verdad estaba ya caliente por mi misma del cabreo que tenía. No había oro, ni plata, ni joyas, ni grafitis hechos por mi diciendo que era la mejor ladrona del mundo mundial. En le momento en que Elina dijo que era seguro dormir yo ya estaba roncando tirada contra el suelo totalmente espaturrada.
Pasaron un par de horas y yo seguía durmiendo en la misma posición que antes. Mientras dormía notaba el rebufo del jabalí que estaba fuera del tronco, interrumpiendo mi sueño.
-Montañas de oro....chicos macizos de oro...cajas fuertes abiertas...ñeh- dije mientras se me caía la baba durmiendo hasta que abrí un ojo y pude ver aquel morlaco en la entrada haciendo que chimpara como una loca.
-¡KYAAAAAAAAAAAAAAA ELINAAAAA!- grité sacando mi pistola y apuntando al bicho- ¡COMO TRAIGAS ALGÚN GATETE DETRÁS TE REVIENTO!
-Umm lástima que no tenga un ambientador, beh es igual. ¡Elina ya puedes volver!- dije antes de meterme en el tronco.
Me senté cerca de la hoguera que hizo Elina para calentarme un poco, aunque a decir verdad estaba ya caliente por mi misma del cabreo que tenía. No había oro, ni plata, ni joyas, ni grafitis hechos por mi diciendo que era la mejor ladrona del mundo mundial. En le momento en que Elina dijo que era seguro dormir yo ya estaba roncando tirada contra el suelo totalmente espaturrada.
Pasaron un par de horas y yo seguía durmiendo en la misma posición que antes. Mientras dormía notaba el rebufo del jabalí que estaba fuera del tronco, interrumpiendo mi sueño.
-Montañas de oro....chicos macizos de oro...cajas fuertes abiertas...ñeh- dije mientras se me caía la baba durmiendo hasta que abrí un ojo y pude ver aquel morlaco en la entrada haciendo que chimpara como una loca.
-¡KYAAAAAAAAAAAAAAA ELINAAAAA!- grité sacando mi pistola y apuntando al bicho- ¡COMO TRAIGAS ALGÚN GATETE DETRÁS TE REVIENTO!
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Elina no tardo demasiado en volver y al escuchar el grito de Serleena menos aún, corrió hasta llegar al tronco y cuando vio que apuntaba al cerdo con la pistola suspiro un poco. — Serleena tranquila, si no se lo han comido es por que seguramente les ha dado una lección, no te estreses, además el fuego aleja a los gatos grandes — acaricio un poco el cuerpo del puerco y entonces se dedico a echarle agua fresca en los arañazos para limpiar las heridas y después ponerle unas hojas de lo que parecían ser palmeras, grandes, lo suficientemente grandes como para tapar la herida y que no se le infectase.
— Parece que le hemos caído bien y la verdad no me molesta tener un nuevo compañero — le hizo una caricia en la nariz y el jabalí gruñeteo contento por aquellos mimos. Después entro en el árbol hueco junto a Serleena y bajo la pistola con una de sus manos. Quería que estuviera tranquila, estaba segura de que no pasaría nada así que no tenía por que ponerse tan nerviosa. El cerdo había demostrado más de una vez ser lo bastante fuerte como para defenderse y además de eso defenderlas a ellas. Así que no había necesidad alguna de hacerle daño, al revés, deberían estar las dos agradecidas de que apareciera en el momento en que las panteras casi se las comen con patatas.
Se acomodo nuevamente en el tronco y cerró los ojos un rato, ahora que tenía al jabalí con ellas podía descansar un rato. Consiguió dormir después de dar un par de vueltas, la despertaron los rayos del sol asomando entre las copas de los árboles. El fuego aún crepitaba aunque apenas quedaban restos de la llamarada que fue y el jabalí al que por cierto estaba pensando seriamente en poner nombre estaba echado en la puerta del tronco resguardando la entrada. Se levantó y se estiró un poco, la verdad es que el dormir un rato le había venido bastante bien, había renovado sus fuerzas y ahora sería mas sencillo encontrar el puerto.
— Vamos Serleena, arriba, es hora de seguir buscando el puerto — sonriendo levanto a la otra pelirroja y se acerco al jabalí para ver como estaban sus heridas y cambiarle las hojas para que no estuvieran sucias. Limpio nuevamente sus heridas y le puso hojas nuevas. — Bueno, ¿que te parece si te vienes con nosotras Randy? — el cerdito movió la cabeza como animado con la idea y se pego a Elina. Eso era un claro si, así que sin esperar mucho más miro hacía Serleena para ver si estaba lista e irían en busca de algo que comer para desayunar, luego seguirían en busca del puerto, ahora que sabían de donde salía el sol podrían seguir buscando.
— Parece que le hemos caído bien y la verdad no me molesta tener un nuevo compañero — le hizo una caricia en la nariz y el jabalí gruñeteo contento por aquellos mimos. Después entro en el árbol hueco junto a Serleena y bajo la pistola con una de sus manos. Quería que estuviera tranquila, estaba segura de que no pasaría nada así que no tenía por que ponerse tan nerviosa. El cerdo había demostrado más de una vez ser lo bastante fuerte como para defenderse y además de eso defenderlas a ellas. Así que no había necesidad alguna de hacerle daño, al revés, deberían estar las dos agradecidas de que apareciera en el momento en que las panteras casi se las comen con patatas.
Se acomodo nuevamente en el tronco y cerró los ojos un rato, ahora que tenía al jabalí con ellas podía descansar un rato. Consiguió dormir después de dar un par de vueltas, la despertaron los rayos del sol asomando entre las copas de los árboles. El fuego aún crepitaba aunque apenas quedaban restos de la llamarada que fue y el jabalí al que por cierto estaba pensando seriamente en poner nombre estaba echado en la puerta del tronco resguardando la entrada. Se levantó y se estiró un poco, la verdad es que el dormir un rato le había venido bastante bien, había renovado sus fuerzas y ahora sería mas sencillo encontrar el puerto.
— Vamos Serleena, arriba, es hora de seguir buscando el puerto — sonriendo levanto a la otra pelirroja y se acerco al jabalí para ver como estaban sus heridas y cambiarle las hojas para que no estuvieran sucias. Limpio nuevamente sus heridas y le puso hojas nuevas. — Bueno, ¿que te parece si te vienes con nosotras Randy? — el cerdito movió la cabeza como animado con la idea y se pego a Elina. Eso era un claro si, así que sin esperar mucho más miro hacía Serleena para ver si estaba lista e irían en busca de algo que comer para desayunar, luego seguirían en busca del puerto, ahora que sabían de donde salía el sol podrían seguir buscando.
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Umm no me fiaba mucho de las palabras de Elina, y menos me fiaba de un puerco. ¿Qué puedes esperar a caso de alguien que no tiene dedos? Por favor...Bueno, la cosa era que podíamos dormir tranquilas un rato así que volví a tumbarme con la pistola en la mano. Estaba intranquila así que le dije a Elina mientras curaba al puerco.
-Bueno...me fiaré de ti Elina, pero de todas maneras estaré con un ojo abierto por si...zzzzzzzzz.- dije antes de caer rendida por el sueño y con la babilla colgando.
Al día siguiente Elina trató de despertarme para continuar nuestro viaje. Como no estaba acostumbrada a que alguien me despertara, en el momento en que Elina me dijo aquello yo me levantaría corriendo y levantando las manos, despertando del sueño.
-¡JURO QUE ESA CARTERA ERA DEL MONO!...¿eh?¿Elina?¿ Ya es de día?...mierda- dije levantándome del suelo y preparándome para salir del tronco.
Nada más al estar en contacto con el sol mañanero me desperecé y olíe le frescor mañanero...o al menos eso intentaría porque olía a cuadra por el puñetero puerco. Pero ya lo que me mató fue escuchar "Randy".
-¿En serio? ¿Le has puesto nombre? ¿Y encima Randy?- dije comenzando a caminar. No se a donde carajo iba, pero era mejor que estar con los dos tortolitos. Luego me di cuenta de que no sabía donde estaba y me dirigí a Elina.
-Emmm...tu diriges la marcha.
-Bueno...me fiaré de ti Elina, pero de todas maneras estaré con un ojo abierto por si...zzzzzzzzz.- dije antes de caer rendida por el sueño y con la babilla colgando.
Al día siguiente Elina trató de despertarme para continuar nuestro viaje. Como no estaba acostumbrada a que alguien me despertara, en el momento en que Elina me dijo aquello yo me levantaría corriendo y levantando las manos, despertando del sueño.
-¡JURO QUE ESA CARTERA ERA DEL MONO!...¿eh?¿Elina?¿ Ya es de día?...mierda- dije levantándome del suelo y preparándome para salir del tronco.
Nada más al estar en contacto con el sol mañanero me desperecé y olíe le frescor mañanero...o al menos eso intentaría porque olía a cuadra por el puñetero puerco. Pero ya lo que me mató fue escuchar "Randy".
-¿En serio? ¿Le has puesto nombre? ¿Y encima Randy?- dije comenzando a caminar. No se a donde carajo iba, pero era mejor que estar con los dos tortolitos. Luego me di cuenta de que no sabía donde estaba y me dirigí a Elina.
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Un ojo abierto, si claro, Serleena terminó cayendo dormida tan rápido como la otra vez, desde luego esa chica tenía una facilidad para dormir pasmosa. Tras pasar la noche tranquilamente se pusieron rumbo a buscar un camino para llegar al puerto. Necesitaban orientarse un poco y normalmente con la salida del sol era la mejor forma. Pues sabrían donde estaba el este y entonces simplemente tendrían que buscar el lado en el que había visto el puerto al llegar a la isla. Pero por el momento había encontrado un nuevo compañero con el que viajar, un compañero que ya las había salvado un par de veces así que bueno, tenía claro que las protegería.
— Oye ¿y que problema tienes con Randy? a mi me gusta el nombre — le parecía un nombre bonito y parecía que al jabalí le había gustado así que bueno, no le veía lo malo al nombre. Un suspiro leve salió de sus labios mientras se internaban poco a poco en la selva. Mientras lo hacían Elina en algunas ocasiones tuvo que sacar las espadas para poder cortar las hojas demasiado grandes o las lianas que no las dejaban avanzar. Poco a poco iban iban avanzando y la verdad es que estaban algo cansadas, caminar por la selva no era algo sencillo, además de que bueno tenían que conseguir comida y agua cada tanto tiempo y no era tarea sencilla.
Aunque Elina se había asegurado de seguir un río, después de todo estos conducían al mar y era mejor tener el agua cerca. La comida la iban consiguiendo con frutas de algunos árboles, escalando a ellos o atrapando algún animalillo que no fuera demasiado peligroso o demasiado gigantesco para comer. La pelirroja se pudo fijar en una cueva no muy lejos de allí, habían cazado un conejo del tamaño de un cerdito y bueno, con eso comerían las dos así que podrían descansar un poco mientras comían.
— ¿Qué te parece si hacemos una paradita en la cueva? podemos comer allí y luego seguir el viaje — aquella expedición se estaba alargando más de la cuenta y siendo sinceros ella también tenía ganas de salir un poco de la isla. Era una locura con tanto bicho gigantesco rondando que solamente quería hacerlas puré. Aunque se alegraba de haber conocido a Randy así que bueno, al menos eso y conocer a Serleena sería lo bueno que se llevaría de aquella expedición. Si además le sumamos el tiempo que llevaba ella en la isla entrenando pues prácticamente llevaba dos días y medio ejercitando su cuerpo, cosa que le venía de perlas.
— Oye ¿y que problema tienes con Randy? a mi me gusta el nombre — le parecía un nombre bonito y parecía que al jabalí le había gustado así que bueno, no le veía lo malo al nombre. Un suspiro leve salió de sus labios mientras se internaban poco a poco en la selva. Mientras lo hacían Elina en algunas ocasiones tuvo que sacar las espadas para poder cortar las hojas demasiado grandes o las lianas que no las dejaban avanzar. Poco a poco iban iban avanzando y la verdad es que estaban algo cansadas, caminar por la selva no era algo sencillo, además de que bueno tenían que conseguir comida y agua cada tanto tiempo y no era tarea sencilla.
Aunque Elina se había asegurado de seguir un río, después de todo estos conducían al mar y era mejor tener el agua cerca. La comida la iban consiguiendo con frutas de algunos árboles, escalando a ellos o atrapando algún animalillo que no fuera demasiado peligroso o demasiado gigantesco para comer. La pelirroja se pudo fijar en una cueva no muy lejos de allí, habían cazado un conejo del tamaño de un cerdito y bueno, con eso comerían las dos así que podrían descansar un poco mientras comían.
— ¿Qué te parece si hacemos una paradita en la cueva? podemos comer allí y luego seguir el viaje — aquella expedición se estaba alargando más de la cuenta y siendo sinceros ella también tenía ganas de salir un poco de la isla. Era una locura con tanto bicho gigantesco rondando que solamente quería hacerlas puré. Aunque se alegraba de haber conocido a Randy así que bueno, al menos eso y conocer a Serleena sería lo bueno que se llevaría de aquella expedición. Si además le sumamos el tiempo que llevaba ella en la isla entrenando pues prácticamente llevaba dos días y medio ejercitando su cuerpo, cosa que le venía de perlas.
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-¿Que que tengo en contra?¿QUE QUE TENGO EN CONTRA? ¡Pues que es un morlaco, no un perrito!- dije super indignada ante las palabras de Elina.- No sé, llámale Pumba, Spidercerdo o algo rimbombante, no sé.
Dicho esto continué caminando con Elina y el morla...Randy por la selva. La verdad es que fue acostumbrándome a la vida en la selva. Comiendo de todo, caminando por todos lados y con un puerco de tres metros...SANTO DIOS QUE ALGUIEN ME DIGA QUE ESTO ES UNA CÁMARA OCULTA. Estuvimos por días dando vueltas, luchando contra bichos, practicando con nuestras armas y corriendo como locas cuando el bicho era mejor que nosotras. Finalmente un día ya desesperada por encontrar el mar, y algo cansada por tanta caminata le dije a Elina:
-Oye, lo de la parada en una cueva lo veo bien. ¿Falta mucho para el mar? A este paso me voy a empadronar en este infierno verde, y me he quedado sin municiones entrenando/ cazando bichos por acá.
Cogí una rama del suelo para que me hiciera de bastón, ya que las pistola descargadas eran simplemente cachiporras inútiles. Al menos con el palo podría defenderme.
- Oye, la próxima vez....me compraré un mapa.
Dicho esto continué caminando con Elina y el morla...Randy por la selva. La verdad es que fue acostumbrándome a la vida en la selva. Comiendo de todo, caminando por todos lados y con un puerco de tres metros...SANTO DIOS QUE ALGUIEN ME DIGA QUE ESTO ES UNA CÁMARA OCULTA. Estuvimos por días dando vueltas, luchando contra bichos, practicando con nuestras armas y corriendo como locas cuando el bicho era mejor que nosotras. Finalmente un día ya desesperada por encontrar el mar, y algo cansada por tanta caminata le dije a Elina:
-Oye, lo de la parada en una cueva lo veo bien. ¿Falta mucho para el mar? A este paso me voy a empadronar en este infierno verde, y me he quedado sin municiones entrenando/ cazando bichos por acá.
Cogí una rama del suelo para que me hiciera de bastón, ya que las pistola descargadas eran simplemente cachiporras inútiles. Al menos con el palo podría defenderme.
- Oye, la próxima vez....me compraré un mapa.
Elina Landvik
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No tenía que quedar demasiado para llegar al mar, se notaba por como el caudal del río se iba ensanchando. La verdad es que la naturaleza siempre era algo que le había gustado mucho a Elina y no podía evitar sentirse atraída hacía ella. Una vez obtuvo una respuesta afirmativa por parte de Serleena la mujer la guió hasta la cueva que habían visto un poco más lejos. Una vez llegaron reviso que no hubiera ningún animal viviendo dentro y una vez estuvieron seguras de que podrían quedarse allí para comer Elina dejo al conejo que habían pillado en el suelo. Tendría que ir a buscar madera para hacer una hoguera para hacer la carne y después preparar un poco el animal.
— Voy a por madera para que podamos hacer la carne — no tardo mucho en encontrar unas cuantas ramas caídas que servirían para hacer una fogata y volvió a la cueva para preparar el fuego y luego ir despellejando al animalito. Limpiaría la sangre y usando sus espadas y sin mucha precisión que digamos partiría al animal para luego colgarlo de unos palos al lado del fuego para que se fueran haciendo. Era una forma rudimentaria y sinceramente no es que la carne fuera a tener un sabor maravilloso teniendo en cuenta que era conejo y no tenían ningún tipo de aliño, pero les serviría para no morir de hambre.
— Es una cueva más profunda de lo que parece, podría haber algo interesante — no podía evitar el querer un poco de aventura, estaba acostumbrada a la adrenalina del coliseo y teniendo en cuenta que durante siete años su vida había sido sobrevivir a la lucha, ahora necesitaba un poco de adrenalina de vez en cuando para no morir de aburrimiento. La monotonía se le hacía demasiado extraña. No podía evitarlo después de todo, era algo a lo que no estaba acostumbrada y tampoco es que quisiera acostumbrarse a una rutina diaria que fuera siempre igual, eso terminaría volviéndola loca seguramente.
Tras un rato la carne estuvo lista, un poco dura, pero al menos comestible. Le dio uno de los palos a Serleena y ella cogió otro comenzando a pegarle algún que otro bocado a la carne entre soplo y soplo. Después de todo esa cosa debía estar ardiendo, mientras ellas comían Randy, el jabalí, rondaba los alrededores de la cueva buscando su propia comida. Se notaba que les había cogido cierto cariño, sobretodo a Elina por que no parecía querer alejarse en absoluto del lado de la chica. Además había acudido incluso en su auxilio cuando tenía problemas con las panteras, así que era algo a tener en cuenta ¿podría llevarse al bicho consigo? era bastante grande pero bueno, habría que verlo.
— Voy a por madera para que podamos hacer la carne — no tardo mucho en encontrar unas cuantas ramas caídas que servirían para hacer una fogata y volvió a la cueva para preparar el fuego y luego ir despellejando al animalito. Limpiaría la sangre y usando sus espadas y sin mucha precisión que digamos partiría al animal para luego colgarlo de unos palos al lado del fuego para que se fueran haciendo. Era una forma rudimentaria y sinceramente no es que la carne fuera a tener un sabor maravilloso teniendo en cuenta que era conejo y no tenían ningún tipo de aliño, pero les serviría para no morir de hambre.
— Es una cueva más profunda de lo que parece, podría haber algo interesante — no podía evitar el querer un poco de aventura, estaba acostumbrada a la adrenalina del coliseo y teniendo en cuenta que durante siete años su vida había sido sobrevivir a la lucha, ahora necesitaba un poco de adrenalina de vez en cuando para no morir de aburrimiento. La monotonía se le hacía demasiado extraña. No podía evitarlo después de todo, era algo a lo que no estaba acostumbrada y tampoco es que quisiera acostumbrarse a una rutina diaria que fuera siempre igual, eso terminaría volviéndola loca seguramente.
Tras un rato la carne estuvo lista, un poco dura, pero al menos comestible. Le dio uno de los palos a Serleena y ella cogió otro comenzando a pegarle algún que otro bocado a la carne entre soplo y soplo. Después de todo esa cosa debía estar ardiendo, mientras ellas comían Randy, el jabalí, rondaba los alrededores de la cueva buscando su propia comida. Se notaba que les había cogido cierto cariño, sobretodo a Elina por que no parecía querer alejarse en absoluto del lado de la chica. Además había acudido incluso en su auxilio cuando tenía problemas con las panteras, así que era algo a tener en cuenta ¿podría llevarse al bicho consigo? era bastante grande pero bueno, habría que verlo.
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-Trae unas cervezas también- le dije en alusión a lo de la madera- OH ESPERA, se me olvidaba...¡ESTAMOS EN UN PUÑETERO PÁRAMO VERDE!
Dicho esto me senté junto al fuego que se acabó encendiendo dentro de la cueva. Elina seguía hablandome pero yo estaba contando ovejitas en mi cabeza para evitar matarla, estaba cansada de dar vueltas.
-¿Quieres explorarla? Adelante. Yo si te soy sincera, si no salimos de esta isla mañana me pego un tiro- dije antes de tumbarme.
Cuando la carne estaba lista le di un par de mordiscos tras el ofrecimiento de Elina. La carne estaba buena la verdad, el problema era el olor.
-¡Chucho!-le dije al cerdo- ¡Tira para allá que apestas hijo mío y me estás cortando todo el flow de la comida!
Me dirigí a Elina tras mirar con cara asesina al puerco.
-¿En serio no te compensa más comer jamón que tenerlo de perrito?...Si nos vamos de esta isla yo no lo cargo en el barco, no no.
Tras cenar me despedí de Elina para dormir y así, pasar la noche cuanto antes. Estaba cansada, la selva era un asco, y no había nada de valor. Repito, no había nada de valor. Y tampoco podía divertirme con los nativos locales de esta isla porque tenían más dientes que una sierra.
-Eli, en cuanto salga el sol partimos ¿vale?
Dicho esto me senté junto al fuego que se acabó encendiendo dentro de la cueva. Elina seguía hablandome pero yo estaba contando ovejitas en mi cabeza para evitar matarla, estaba cansada de dar vueltas.
-¿Quieres explorarla? Adelante. Yo si te soy sincera, si no salimos de esta isla mañana me pego un tiro- dije antes de tumbarme.
Cuando la carne estaba lista le di un par de mordiscos tras el ofrecimiento de Elina. La carne estaba buena la verdad, el problema era el olor.
-¡Chucho!-le dije al cerdo- ¡Tira para allá que apestas hijo mío y me estás cortando todo el flow de la comida!
Me dirigí a Elina tras mirar con cara asesina al puerco.
-¿En serio no te compensa más comer jamón que tenerlo de perrito?...Si nos vamos de esta isla yo no lo cargo en el barco, no no.
Tras cenar me despedí de Elina para dormir y así, pasar la noche cuanto antes. Estaba cansada, la selva era un asco, y no había nada de valor. Repito, no había nada de valor. Y tampoco podía divertirme con los nativos locales de esta isla porque tenían más dientes que una sierra.
-Eli, en cuanto salga el sol partimos ¿vale?
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Definitivamente aquella chica tenía el sentido de la aventura completamente perdido. Suspiró levemente y luego sonrió recordando que ella precia querer moverse siempre en busca de algún tesoro o algo de valor que llevarse. Sonriendo se terminó su trozo de carne mientras ella parecía acomodarse en la cueva para dormir — vale, iré a investigar yo sola entonces, pero en estas cuevas es donde los viejos piratas solían encontrar sus tesoros — sonrió levemente mientras se levantaba y sacudía un poco su ropa dejando que Randy el cerdito se quedase tranquilo allí tumbado cuidando de su cueva.
Después simplemente cogió un palo de madera y lo recubrió con un poco del pellejo del animal que habían despellejado para cenar y lo prendió en la hoguera. Al menos de esa manera aguantaría un poco más la luz. Tras tener lista su luz se adentro en la cueva, no le importaba ir sola o ir acompañada de Serleena por su parte continuaría con su investigación a ver si encontraba algo interesante allí dentro. Caminó tranquilamente por el camino que se adentraba en la cueva mientras no dejaba de mirar a los lados viendo si el camino se dividía o tal vez simplemente era una línea recta hasta llegar al final y tener que darse la vuelta.
El eco de sus pasos resonaba por todo el lugar mientras que se dedicaba a indagar — es bastante profunda... — se preguntaba si en el interior de la cueva abría algún animal salvaje viviendo, en aquella isla era normal aunque el camino hacía el interior era bastante estrecho así que tal vez esos pedazos de animales no entraban por allí. Se adentró un poco más hasta que el camino se dividía en dos. Levanto un poco la antorcha y entonces pudo ver como de uno de los lados entraba un poco de aire. Ese camino seguramente llevaría hasta el exterior y ella lo que quería era ver que había dentro así que opto por el otro camino.
Un rato más caminando y llego a lo que parecía ser una apertura, una zona de la cueva un poco mas ancha. — vaya, parece que hemos llegado al final — miro hacía los lados buscando algo interesante, había esqueletos, cosa que llamo bastante su atención pero no conseguía terminar de ver algo más. Bueno, no siempre las investigaciones eran fructíferas aunque se acerco a curiosear a los esqueletos por si había algún arma interesante o tal vez alguna cosa que pudiera llamar su atención lo suficiente como para querer llevárselo. Sus ojillos se movían de un lado a otro mientras iba pasando de un esqueleto a otro rebuscando entre sus huesos.
Después simplemente cogió un palo de madera y lo recubrió con un poco del pellejo del animal que habían despellejado para cenar y lo prendió en la hoguera. Al menos de esa manera aguantaría un poco más la luz. Tras tener lista su luz se adentro en la cueva, no le importaba ir sola o ir acompañada de Serleena por su parte continuaría con su investigación a ver si encontraba algo interesante allí dentro. Caminó tranquilamente por el camino que se adentraba en la cueva mientras no dejaba de mirar a los lados viendo si el camino se dividía o tal vez simplemente era una línea recta hasta llegar al final y tener que darse la vuelta.
El eco de sus pasos resonaba por todo el lugar mientras que se dedicaba a indagar — es bastante profunda... — se preguntaba si en el interior de la cueva abría algún animal salvaje viviendo, en aquella isla era normal aunque el camino hacía el interior era bastante estrecho así que tal vez esos pedazos de animales no entraban por allí. Se adentró un poco más hasta que el camino se dividía en dos. Levanto un poco la antorcha y entonces pudo ver como de uno de los lados entraba un poco de aire. Ese camino seguramente llevaría hasta el exterior y ella lo que quería era ver que había dentro así que opto por el otro camino.
Un rato más caminando y llego a lo que parecía ser una apertura, una zona de la cueva un poco mas ancha. — vaya, parece que hemos llegado al final — miro hacía los lados buscando algo interesante, había esqueletos, cosa que llamo bastante su atención pero no conseguía terminar de ver algo más. Bueno, no siempre las investigaciones eran fructíferas aunque se acerco a curiosear a los esqueletos por si había algún arma interesante o tal vez alguna cosa que pudiera llamar su atención lo suficiente como para querer llevárselo. Sus ojillos se movían de un lado a otro mientras iba pasando de un esqueleto a otro rebuscando entre sus huesos.
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La oreja se me movió instintivamente al escuchar la palabra "tesoro". Así que empecé a asociar cosas: tesoro= monedas, monedas= oro, oro= falda nueva.
-¡ESPERA ESPERA QUE ME VOY CONTIGO!- dije levantándome cual rayo y corriendo detrás de ella.
Vi como Elina se había fabricado una antorcha, y yo hice lo mismo pero prendiendo el trozo de tela que le había puesto con la mecha de la pistola. Ya estaba lista ¿Dónde estaría el oro? Como era hora de averiguarlo dejé que la moza fuera delante mía.
Caminé con ella, más bien me dejé guiar por ella caminando hasta una una apertura, en cuyo interior había esqueletos.
-Seguro que estos también se perdieron -dije irónica acercando la antorcha a uno de ellos. Como no quería tocarlos, ya que no solía llevarme bien con la gente muerta, cogí un palo que había tirado por el suelo y fui moviéndoles las ropas carcomidas a ver si sonaba algo, podría decirse que el palo era mi "detector de metales".
-Estos solo tienen los huesos Elina ¿Has encontrado algo?. Me llevaría la ropa pero está rasgada y pasada de moda.
-¡ESPERA ESPERA QUE ME VOY CONTIGO!- dije levantándome cual rayo y corriendo detrás de ella.
Vi como Elina se había fabricado una antorcha, y yo hice lo mismo pero prendiendo el trozo de tela que le había puesto con la mecha de la pistola. Ya estaba lista ¿Dónde estaría el oro? Como era hora de averiguarlo dejé que la moza fuera delante mía.
Caminé con ella, más bien me dejé guiar por ella caminando hasta una una apertura, en cuyo interior había esqueletos.
-Seguro que estos también se perdieron -dije irónica acercando la antorcha a uno de ellos. Como no quería tocarlos, ya que no solía llevarme bien con la gente muerta, cogí un palo que había tirado por el suelo y fui moviéndoles las ropas carcomidas a ver si sonaba algo, podría decirse que el palo era mi "detector de metales".
-Estos solo tienen los huesos Elina ¿Has encontrado algo?. Me llevaría la ropa pero está rasgada y pasada de moda.
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La verdad es que la apertura no era demasiado grande, algo así como una habitación mediana pero estaba llena de esqueletos y bueno, teniendo en cuenta como solían funcionar los piratas a lo mejor encontraban algo interesante entre ellos. — No, por ahora no hay nada interesante, al verdad es que esperaba que hubiera algo más interesante — seguía caminando entre los esqueletos hasta que pasando entre dos rocas la luz de la antorcha hizo brillar algo. Paro en seco y dio un par de pasos atrás para luego darlos hacía delante un par de veces, pudo ver ese brillo nuevamente.
— Puede que acabe de encontrar algo — llamo la atención de Serleena esperando que se acercarse a ella. Le tendió su antorcha para que la sujetara mientras ella se remetía entre los esqueletos y vio una caja medio enterrada. ¿Era una caja o era un cofre? no estaba del todo segura pero oye, parecía de lo más interesante, al fin habían encontrado algo que parecía merecer la pena en aquella isla. Usando sus manos quito un poco de la tierra que había encima, estaba bastante compacta así que termino por sacar una de sus espadas de su sitio para usarla de pala.
Eran lo suficientemente robustas como para poder conseguirlo así que una vez consiguió quitar un poco de aquella tierra termino de sacar un cofrecito pequeño. — Parece que al final si que hemos encontrado algo interesante — sonrió satisfecha mientras cogía el cofre. Se notaba que su compañera estaba mucho mas animada ahora que tenía la posibilidad de llevarse algo valioso de aquella isla. Se puso guardo la espada, cogió su antorcha y se puso el cofrecito al hombro. Era mejor que lo abrieran donde estuvieran un poco mas seguras, a saber si algún animal podía entrar por el otro camino libre.
— Volvamos a la zona anterior, podemos abrir el cofre allí para estar más seguras — tiro para aquella zona cargando con el cofre mientras se dedicaba a pensar que podría haber dentro. ¿Tal vez un mapa o una brújula? no era demasiado grande así que bueno, seguramente en su interior pudiera haber monedas u objetos pequeños así que por su mente deambulaban algunas ideas interesantes que le gustaría encontrar cuando lo abrieran, aunque no tenían idea realmente de lo que podrían o no encontrar una vez lo abrieran. Tras caminar un rato volvieron al lugar donde Randy las esperaba.
— Puede que acabe de encontrar algo — llamo la atención de Serleena esperando que se acercarse a ella. Le tendió su antorcha para que la sujetara mientras ella se remetía entre los esqueletos y vio una caja medio enterrada. ¿Era una caja o era un cofre? no estaba del todo segura pero oye, parecía de lo más interesante, al fin habían encontrado algo que parecía merecer la pena en aquella isla. Usando sus manos quito un poco de la tierra que había encima, estaba bastante compacta así que termino por sacar una de sus espadas de su sitio para usarla de pala.
Eran lo suficientemente robustas como para poder conseguirlo así que una vez consiguió quitar un poco de aquella tierra termino de sacar un cofrecito pequeño. — Parece que al final si que hemos encontrado algo interesante — sonrió satisfecha mientras cogía el cofre. Se notaba que su compañera estaba mucho mas animada ahora que tenía la posibilidad de llevarse algo valioso de aquella isla. Se puso guardo la espada, cogió su antorcha y se puso el cofrecito al hombro. Era mejor que lo abrieran donde estuvieran un poco mas seguras, a saber si algún animal podía entrar por el otro camino libre.
— Volvamos a la zona anterior, podemos abrir el cofre allí para estar más seguras — tiro para aquella zona cargando con el cofre mientras se dedicaba a pensar que podría haber dentro. ¿Tal vez un mapa o una brújula? no era demasiado grande así que bueno, seguramente en su interior pudiera haber monedas u objetos pequeños así que por su mente deambulaban algunas ideas interesantes que le gustaría encontrar cuando lo abrieran, aunque no tenían idea realmente de lo que podrían o no encontrar una vez lo abrieran. Tras caminar un rato volvieron al lugar donde Randy las esperaba.
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-¿Encontraste algo?- dije al ver que me había entregado su antorcha. Parecía ser que había encontrado una pequeña cajita, eso era bueno, muy bueno. Si algo sabía era que las cajas tenían cosas dentro, y normalmente cosas de valor. Aunque por su tamaño apenas podría contener suficiente dinero, si es que lo tenía, como para jubilarme...así que era una "victoria" amarga haber encontrado aquel cofre.
Elina dijo de abrir el cofre en la zona donde estábamos asentadas, pero sinceramente no estaba por la labor de llevar ese cofre hasta allí ya que me podía la curiosidad.
-Espera Elina, deja el cofre en el suelo- diría mientras Elina hiciera lo propio, sacaría mi pistola y le dispararía al cerrojo, abriédose la caja. En su interior había una fruta ¿Una fruta? ¿De verdad?. Tenía forma de melocotón de color rosado con unas figuras romboides dibujadas. Que fruta más rara...sería tropical seguro . Como no tenía ni idea de lo que era no le di mucha importancia.
-Sin duda alguna estos tíos eran imbéciles...tenían comida aquí dentro y no han sabido aprovecharla pffff- dije cogiendo la fruta- Pues yo tengo hambre asi que- le pegué un bocado- Elina¿ Quieres?
Me arrepentí mucho de preguntárselo al empezar a poner cara de asco y a rascarme la lengua- ¡AGGG ESTÁ AMARGA QUE AGCO!
Elina dijo de abrir el cofre en la zona donde estábamos asentadas, pero sinceramente no estaba por la labor de llevar ese cofre hasta allí ya que me podía la curiosidad.
-Espera Elina, deja el cofre en el suelo- diría mientras Elina hiciera lo propio, sacaría mi pistola y le dispararía al cerrojo, abriédose la caja. En su interior había una fruta ¿Una fruta? ¿De verdad?. Tenía forma de melocotón de color rosado con unas figuras romboides dibujadas. Que fruta más rara...sería tropical seguro . Como no tenía ni idea de lo que era no le di mucha importancia.
-Sin duda alguna estos tíos eran imbéciles...tenían comida aquí dentro y no han sabido aprovecharla pffff- dije cogiendo la fruta- Pues yo tengo hambre asi que- le pegué un bocado- Elina¿ Quieres?
Me arrepentí mucho de preguntárselo al empezar a poner cara de asco y a rascarme la lengua- ¡AGGG ESTÁ AMARGA QUE AGCO!
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