Michaela Albás
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Suspiró en cuanto sus pies tocaron tierra, tranquila por fin. Llevaba bastante tiempo viajando y últimamente parecía que no podía librarse del mar. De arriba abajo, estaban en constante movimiento y su ruta era cuanto menos errática. Los matones de su marido parecían haber superado el periodo de duelo y había ciertas voces que habían corrido el rumor de que estaban empezando a buscarla. Por supuesto, que la estuvieran buscando no quería decir que la fueran a encontrar, ni mucho menos. Pero los rodeos que tenía que dar para evitar ese sino empezaban a hacer que le doliera la cabeza.
-Recordadme, ¿dónde estamos?
-En las Islas Gecko, señora.
Asintió mientras estiraba los brazos para quitarse de encima el anquilosamiento del viaje. Habían sido más días de los que había calculado, pero estaba convencida de que había valido la pena. La temperatura era agradable y la vista que tenía ante ella completamente apacible. Una ciudad costera, algo pequeña, sin muchas novedades. Los edificios no eran muy grandes pero sí hogareños y por un momento sintió que se le deshacía el nudo que no sabía que tenía en la garganta.
Al día siguiente tenía una reunión importante. Si los lacayos de su querido estaban moviéndose, ella tenía que ser más rápida. Las separaciones nunca eran sencillas, pero tenía claro que la repartición de bienes sí iba a serlo. Solo tenía que adelantarse. Adelantarse y hacerse cargo de los negocios que hasta ahora manejaba él. Nada que una preciosa sonrisa y un par de palabras acertadas no pudieran solucionar.
De momento, sin embargo, todo lo que requería era paciencia y algo de tiempo para sí misma. En el barco no había a dónde huir, pero ahora que estaban en tierra firme podía al fin separarse de los dos brutos que habían decidido seguirla. Se alegraba, pero mentiría si dijera que le gustaba estar con ellos.
-Crawford, Myers... retiraos. Nos alojaremos en esa posada, podéis pedir las habitaciones. Nos veremos mañana.
En cualquier caso, estaba segura de que ellos necesitaban el tiempo libre tanto como ella. Caminó con calma, alejándose del puerto y adentrándose en las calles principales de Villa Gecko. No tenía muy claro todavía en qué quería gastar su tiempo, pero simplemente pasear y disfrutar de poder estirar las piernas estaba siendo suficiente... de momento.
-Recordadme, ¿dónde estamos?
-En las Islas Gecko, señora.
Asintió mientras estiraba los brazos para quitarse de encima el anquilosamiento del viaje. Habían sido más días de los que había calculado, pero estaba convencida de que había valido la pena. La temperatura era agradable y la vista que tenía ante ella completamente apacible. Una ciudad costera, algo pequeña, sin muchas novedades. Los edificios no eran muy grandes pero sí hogareños y por un momento sintió que se le deshacía el nudo que no sabía que tenía en la garganta.
Al día siguiente tenía una reunión importante. Si los lacayos de su querido estaban moviéndose, ella tenía que ser más rápida. Las separaciones nunca eran sencillas, pero tenía claro que la repartición de bienes sí iba a serlo. Solo tenía que adelantarse. Adelantarse y hacerse cargo de los negocios que hasta ahora manejaba él. Nada que una preciosa sonrisa y un par de palabras acertadas no pudieran solucionar.
De momento, sin embargo, todo lo que requería era paciencia y algo de tiempo para sí misma. En el barco no había a dónde huir, pero ahora que estaban en tierra firme podía al fin separarse de los dos brutos que habían decidido seguirla. Se alegraba, pero mentiría si dijera que le gustaba estar con ellos.
-Crawford, Myers... retiraos. Nos alojaremos en esa posada, podéis pedir las habitaciones. Nos veremos mañana.
En cualquier caso, estaba segura de que ellos necesitaban el tiempo libre tanto como ella. Caminó con calma, alejándose del puerto y adentrándose en las calles principales de Villa Gecko. No tenía muy claro todavía en qué quería gastar su tiempo, pero simplemente pasear y disfrutar de poder estirar las piernas estaba siendo suficiente... de momento.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.