Alpha y Omega ¿Que cosas, no? [Evento]

Hoy era uno de esos dias donde simplemente me provocaba simplemente tomarme una tasa de café y sentarme observando a las personas. Miraba desde el tejado de un alto edificio de cuatro pisos a las personas que transitaban. He de admitir que es un ambiente muy pintoresco y bastante animado, incluso si en el pasado este lugar había sido fundado por un  grupo de piratas.

-¿Que piensas Suzaku? - Pregunté a mi querida compañera, quien se encontraba justo a mi lado mirando a las personas que vivían su rutina como de costumbre.

-¿Con respecto a que?- Pregunto ella mostrándose más seria de lo que acostumbraba.

- A la ciudad, por supuesto. Te noto un poco más amargada de lo acostumbrado.

- Es normal, después de todo yo soy tu orgullo. - Decía ella mientras me miraba a los ojos. - ¿No se te ocurrió otro sentimiento al momento de darme parte de tu alma?

- Pudiste haber sido envidia, lujuria, codicia o peresa. Pero realmente tenias cara de orgullo que otra cosa.

- ¡Ja ja! ¡Muy gracioso! - Dijo ella mientras me propinaba unos cuantos picotazos en la cabeza. - Ya dejando las bromas de un lado ¿Tienes algún plan?

- ¿Honestamente? Ninguno. Vine a esta isla por que literalmente estoy aburrido, como de costumbre.

- ¡Entonces busquemos alguien fuerte contra quien pelear, Alpha! - Decía Logi, quien se encontraba jugando con Thor sobre mi. se perseguían el uno al otro dando vueltas en círculos.

- Podría ser, si estuviera de ánimos. Para ser francos solo quiero tomar café y disfrutar del día.

-¿Estas bien, Alpha? - pregunto la nube.

- Si... Solo es uno de esos días.

Era el momento. Debía remediar su error. Un único tiro y acabaría con él. Sería fácil, muy fácil. Ya lo había pillado por sorpresa una vez, lo que le daba entender que Alpha no era un maestro del haki de observación. Tal vez ni siquiera lo había despertado. Eso lo hacía vulnerable a una bala de francotirador disparada por un tirador hábil como él. "Estás dudando, y sabes por qué es. Te venció y quieres desquitarte. La única manera de superar esa herida en tu orgullo es vencerle, no asesinarlo desde lejos." La voz era convincente. Estaba expresando sentimientos profundos que había intentado enterrar pero que, en el fondo, estaban ahí. "Esta es una isla segura para atacarle. Al Gobierno no le importará que causes disturbios en una isla pirata. Su captura tampoco es una operación que requiera distracción o sutileza. Simplemente se necesita que sea llevada a cabo." Algo no le cuadraba. Normalmente aquella era la voz pragmática, la que le decía que actuase de acuerdo a lo que era más práctico y mejor para él. Sin embargo, en todo lo que concernía a Alpha, su discurso se volvía pasional.

"Alpha no te mató. Podría haberlo hecho, pero te dejó vivir. Esta vez habló la voz moral. "¿Realmente merece que le quites la vida, sea a traición o de manera directa? Se merece algo más que eso." Había mucho de erróneo en lo que decía esa voz. Alpha era un pirata. Una buena acción no limpiaba una vida de crímenes y asesinatos. Y sin embargo, su mano temblaba. No lograba mantener la mira alineada con la cabeza del pirata. Diferentes recuerdos fluyeron por su muerte, voces de gente que ya no se encontraba entre los vivos. Voces suplicando piedad, voces mudas pidiendo ayuda, voces lamentando la súbita interrupción de su vida. Voces que Atsu había arrancado.

- No puedo - murmuró.

Bajo el fusil y se lo colgó del hombro. Notó la decepción de la voz pragmática y el orgullo de la voz moral. "Has hecho lo correcto." Tal vez. Lo éticamente correcto, al menos. Pero, ¿a qué precio? Alpha aún podía hacer mucho daño. Necesitaba saber cuáles eran sus planes. Necesitaba saber qué planeaba hacer en el futuro. Necesitaba saber por qué le había dejado vivir. El agente negó con la cabeza, aún sorprendido con el curso de acción que había decidido tomar. Tenía otros planes en Bloothe, pero podía empezar por el pequeño pirata. Decidir si merecía la pena arrestarlo o si había amenazas mayores que priorizar. En cuestión de segundos recorrió los tejados que le separaban de Alpha y se detuvo a su lado. El agente no iba vestido con su uniforme, sino con una chaqueta y vaqueros blancos que le daban un aire mucho más informal. Parecía más un pandillero que un asesino del Gobierno.

- ¿Planeando nuevas fechorías, Señor de la Guerra?

Seguía ladeando la cabeza de un lado a otro, solo admirando a la gente que pasaba por los alrededores. Estaba teniendo un momento tranquilo el cual estaba apreciando mucho. También tenía pensamientos un poco melancólicos sobre mi pasado, antes de ser pirata. Algunos momentos felices. Otros eran tristes. Pero finalmente eran eso, momentos que se quedaran por siempre en mi memoria.

- ¿Mmm? – Mire a la persona que había llegado a mi costado de golpe. Era el agente Omega. Podría decir que me sorprendí un poco a verle, pero realmente esperaba que algún día volviese a por mí. Aunque… hoy no llevaba el uniforme ¿Quizás venia en otro plan?

- Tenemos compañía… - El pico De Suzaku comenzaría a girar como un taladro rápidamente. Por su parte Logi aumentaba considerablemente su tamaño de la misma manera que Thor, solo que este último se puso de color negro y comenzaría a desprender electricidad de su cuerpo.

– Te vamos a freir, humano. – Dijo Logi quien se mostraba totalmente enojado.

- ¡Nadie viene a molestar la tranquilidad de Alpha! - Añadio Thor.

- Alto. – Dije antes de que cualquiera hiciera algún movimiento. – Si él fuese querido atacarme, ya estuviera lleno de plomo desde hace un buen rato.

- Pero Alpha… - Trato de replicar la plumífera.

- Esta bien. No pasa nada. – Dije mientras volví a mirar nuevamente a Omega. – Ha pasado un buen tiempo, Omega. ¿Otra vez el gobierno mundial viene a por mí? – Dije sonrientemente. – Respondiendo a tu pregunta. No, no estoy planeando nada. Simplemente estoy tratando de disfrutar de un día tranquilo. ¿Vienes a por la revancha?

Yo me mostraba tranquilo y despreocupado en todo momento. Le hice una señal a Suzaku y ella simplemente se dispuso a sacar de las alforjas una botella de licor de café. Destapé la botella y me dispuse a dar un profundo trago, tratando de saciar mis ansias. El licor de esta cosecha estaba bueno, tenía que admitirlo. - ¡Ahh! Qué bueno que esta. – Dije, a su vez la nube y el fuego regresaban a su forma diminuta. Pero la plumífera aun no bajaba para nada la guardia. Observaba fijamente a el agente sin perderlo de vista. Yo por su parte, le extendí la botella al moreno. Ofreciéndole un poco de lo que estaba bebiendo

- ¿Gustas?

Los "acompañantes" de Alpha reaccionaron bastante mal a su presencia. La pequeña llama se hinchó hasta parecer un sol en miniatura, la nube se convirtió en una de tormenta y el pájaro que siempre acompañaba al pirata comenzó a hacer girar su pico como si fuera un taladro. Atsu no mostró reacción alguna, mirando con fingido desinterés a los tres monstruitos de feria. En realidad estaba alerta y se los tomaba como la amenaza que eran, y ya estaba concentrándose en su haki de observación para mantenerlos vigilados. Sin embargo, el pequeño pirata demostró más juicio que sus seguidores.

- Eso es cierto - respondió a la afirmación del pirata - No pudiste prever mi primer disparo en Sardia. Aquí no hubiese sido distinto.

Observó con cautela al pirata. ¿Qué buscaba realmente allí? ¿Una excusa para no matarlo? ¿Ofrecerle que se entregase pacíficamente? Había cometido actos terribles para el Gobierno. Sabía por qué mataba y engañaba, pero que estuviese justificado no le hacía una buena persona. Simplemente era el tipo malo que hacía falta para que otros tipos malos no molestasen a los buenos. Fingir ahora que era un buen tipo perdonando a un pirata... era un poco hipócrita. "No te dejes llevar por su influencia. Nunca es tarde para hacer lo correcto." Su influencia, ¿la de quién? No siempre entendía lo que las voces querían decirle.

- No, esta vez no estoy aquí por ti - se encogió de hombros - Siempre y cuando no te metas en mi camino o hagas algo contra los intereses de mis jefes, no tengo motivos para atacarte. Podría, sin duda, intentar arrestarte, pero ambos sabemos que el resultado en una pelea entre nosotros dos no es fácilmente predecible.

Aceptó la botella. Alpha no era la clase de persona que envenenaría a otra, y había bebido primero. Pero su decisión no se basaba realmente en un razonamiento, sino en un sentimiento. La clase de confianza y respeto mutuo que solo dos guerreros que se habían batido honorablemente podían comprender. ¿Había sido ese respeto el que le había impedido apretar el gatillo? Tal vez. Como mínimo había influido. Las voces también habían tenido que ver en su decisión. Dio un trago y saboreó el licor.

- ¿De café? No había probado algo similar. Es curioso - dio un sorbo más y le devolvió la botella - La verdad es que hay otro motivo por el que estoy en la isla, y tal vez puedas ayudarme con eso, de guerrero a guerrero. Dime, ¿qué has oído de Chris Foam?

Saber que Omega no venía a por mí me daba un poco de tranquila y triste al mismo tiempo. Un sentimiento combinado bastante curioso del cual no estaba del todo acostumbrado. Por una parte, me tranquilizaba el hecho de no tener que destrozar todo lo que me rodeaba, pero por otro lado me entristecía no poder entablar combate con el tan poderoso agente.

- Si, no creo que las casas y edificios que nos rodean puedan aguantar una lucha entre nosotros. - Respondí con tranquilidad. – Te diré que no he tenido una mejor batalla que esa hasta ahora. Es algo con lo cual estaré agradecido contigo, y con lo que sea aquella cosa con la cual me enfrente y tomo el control de tu cuerpo. – Recordé aquel momento... aquel momento en el que omega había caído y nuevamente se levantó. Portando alas y mirando su cuerpo como si fuera alguien más. Parecía… que no se reconocía a sí mismo. Ese algo… me había negado su nombre.

Ese algo… quizás siga aun dentro de él.

- El licor de café es uno de los que más disfruto. – Dije tomando la botella. – Lo tome por primera vez en el North Blue hace un par de años atrás. Desde ese entonces, se ha vuelto uno de mis favoritos. – Di otro trago a la bebida. Luego, aquella pregunta me hizo atragantar un poco, incluso haciéndome toser. Conocía ese nombre, se supone que es el lugar teniente de Keppler. De hecho… ¿Quién no conocía los nombres de los miembros de esa tripulación del diablo? Aun me sorprende lo rápido que ella llego a tomar el control. – Si, algo se. – Dije mirándole a los ojos. – Se supone que es uno de los miembros de la tripulación de Terra Keppler. Es curioso que tu estés buscando a un miembro de la tripulación de Keppler al igual que yo. Yo estoy buscando a una de sus miembros más fuertes… Cecilia D. Payne. En el pasado llegamos a un acuerdo y ha faltado a su palabra.

Payne tenía mucho por lo cual responder. Se suponía que, al terminar la guerra, ella tendría que haberme pasado información sobre el meteorito que había caído desde los cielos aquel día. Ella simplemente desapareció al igual que el resto de su gran armada. Aun puedo recordar lo grande de su barco fortaleza. Además, sin lugar a dudas ella era bastante fuerte. Lo suficiente para llamar mi atención.

- Pero no sé nada más allá de eso. – Dije dando otro trago. – Quizás… ¿Me he perdido alguna noticia importante?

Algo de lo que dijo Alpha le inquietó profundamente. Lo que había dicho daba a entender que en algún momento de la batalla había dejado de ser sí mismo. Eso no tenía sentido. Había dejado que la voz pragmática guiase sus actos, que le liberase de sus reparos morales, pero eso no lo convertía en otra persona, ¿verdad? Las voces en su cabeza eran parte de él. Trató de recordar qué había ocurrido. Había acabado casi en las últimas. Los dos tan heridos que apenas se tenían en pie. Y entonces la voz le prometió guiar sus actos para alcanzar la victoria. Aceptó. Sus siguientes recuerdos eran difusos. Recordaba lanzar golpes contra Alpha con mayor violencia que antes, y luego... oscuridad. Alpha le había logrado noquear con una onda.

- Ya. Fue una dura batalla.

No comentó más. Si realmente había ocurrido algo en esa batalla, Alpha no era la persona con quien compartir sus dudas. Podía sentir cierto respeto hacia él, pero seguían siendo enemigos y probablemente algún día volverían a luchar. Se le ocurrió que hubiese podido decirlo para confundirle, pero no parecía en absoluto esa clase de persona. Entonces Alpha continuó hablando y desveló cosas que captaron la atención de Atsu. Así que tenía cuentas pendientes con Payne. A sus jefes les interesaría conocer ese dato. Y pese a todo, parecía no haberse enterado de las novedades sobre Foam.

- Hay rumores sobre Chris Foam. Dicen que estuvo en esta isla y fue asesinado.

No es que Atsu se lo creyese. Chris Foam, el hombre más hermoso del mundo, uno de los Ju Senshi y lugarteniente de Kepler, asesinado ¿en Bloothe? Era como si le contasen que un elefante había tropezado con una ardilla y se había partido el cuello. Se le hacía raro, muy raro. Sin embargo, no dejaba de ser una posibilidad. Su tarea era investigar el rumor y ver qué descubría al respecto. Y tenía una idea de cómo podía conseguir... "refuerzos".

- Tú buscas a una pirata de Kepler. Yo busco a Chris Foam, o al menos saber qué ha sido de él. Hagamos una tregua y ayudémonos. Es evidente que los piratas de Kepler están relacionados de alguna manera con lo que está pasando en Bloothe últimamente. Juntos podríamos descubrir más.

No creía realmente en lo que había dicho. Era probable que los piratas de Kepler no estuviesen en Bloothe, o que como mucho hubiese algún informante, aliado o banda subordinada. Sin embargo, igual sonaba la flauta y Alpha encontraba algo. Y Atsu estaría ahí para enterarse también y descubrir más sobre la relación del pequeño pirata con Cecilia D. Payne.

Al escuchar que Chris fue asesinado en este lugar, no pude evitar levantar la ceja de manera muy pronunciada. – Incluso ni yo me lo creo. – No tenía sentido alguno que alguien del nuevo mundo fuera asesinado en paraíso. Al menos que le fueran envenenado de alguna manera. Pero dudaba rotundamente que fuera muerto tan fácil en combate. – Todos los piratas de Kepler son lo suficientemente fuerte que incluso me harían dudar un poco si retarlos o no. – Dije mientras miraba la botella. – Tu oferta de una alianza suena curiosa… Omega. – Dije mirándole de vuelta. – ¿No te causaría problemas que sepan que has estado trabajando conmigo?

- No deberíamos confiar en él, Alpha. – Replico la plumífera. – No olvides lo que gobierno mundial hizo a tu gente.

- Lo que hizo mi gente fue gracias a las decisiones absurdas de mi tío, Suzaku. – Respondí mirándole algo enojado. – De hecho, probablemente las ordenes de Omega para ir a por mí vengan directamente de él. Todos los herreros Freites que quedan están ahora en la Red Line. Trabajando directamente para el gobierno mundial. – Mire nuevamente al agente. – Y tú no tienes la culpa de cumplir tu trabajo. Como yo tampoco tengo la culpa de las decisiones tomadas por mis antepasados. – Di un trago profundo, terminándome la botella. – Ahora, lo único que me interesa es hacer que mi familia sea fuerte y unida. No lo olvides, Suzaku.

La plumífera no objeto al respecto. Yo por mi parte, volví a dirigir la mirada a Omega. Tenía cierto respeto hacia el por haber logrado ser un oponente formidable. – Es una lástima que sirvas al gobierno. Definitivamente seria grandioso tener un hermano tan fuerte como tú. – Coloque la botella en el suelo. – Te ayudare. Tengo mucho interés de descubrir el parado de Payne. Cualquier pista me servirá para lograr llegar a su barco fortaleza.

-Te contare porque quiero encontrar a Payne. – Dije mientras me preparaba para partir. – No creo que sea algo que afecte directamente a nadie. Puedes hacer con esta información lo que quieras, la verdad. – Me subí la plumífera. – Tu guía el camino, Omega. – Luego de que el indicara la dirección. Nos podríamos en marcha. Suzaku era muy rápida, no tendría problema alguno en seguir los pasos del moreno. Llegado a cierto momento, comencé a platicar. – Yo participe en la guerra de Sakura. Fui reclutado por Payne, ella se supone que debía cumplir su palabra y brindarme cierta cantidad de un material muy valioso. Se supone que el meteorito que cayó del cielo es ese material. En los años que tengo de herrero y si creo recordar todos los manuscritos de mi familia, no tenemos ni idea de cómo manipular ese material. Recuerdo claramente como ella me dijo que solo Kepler y los suyos sabían cómo usarlo. Prometieron una parte del botín a mi persona. Y faltaron a su promesa.

>> Al tercer día de haber partido de Sakura. Los barcos de Payne comenzaron a disparar al mío. No teníamos la mejor de las condiciones. Mis hombres aún se estaban recuperando de la guerra y yo no me podía permitir luchar solo y abandonarlos a su suerte. Es por eso que ordene la retirada. Ahora busco encontrarla y hacerle pagar por lo que nos hizo.

>>Lo más lógico es que todas las facciones fueran querido un trozo de ese meteorito. Pero finalmente solo escuche rumores que no había quedado ni rastro de el en el lugar donde cayó. Luego de eso, Kepler se corona como Yonkou de una manera tan fácil que ni yo me lo creo. Y ahora me dices que Chris fue asesinado… esto ya no tiene que ver sobre facciones. Incluso yo sé que la balanza de poder no tiene que romperse. Algo dentro de mi dice que Terra Kepler quiere desequilibrarlo todo.

- Soy un agente del Cipher Pol, no un legionario - dijo, encogiéndose de hombros - A mis jefes les importan los resultados, no los métodos.

La verdad era que probablemente habría preguntas. Posiblemente dudas y recelos. Pero no estaba haciendo nada con segundas intenciones, así que después de la investigación rutinaria verían que estaba limpio. De todos modos, era cierto que a sus jefes les daba igual los métodos mientras no diesen resultados de doble filo, hasta cierto punto. Si no fuese específicamente Alpha, el único objetivo que se le había escapado hasta la fecha, probablemente no habría preguntas ni dudas al respecto. En cualquier caso, le daba igual. Podría apaciguarles contándoles que el Señor de la Guerra tenía tratos con Cecilia D. Payne. Ignoró el comentario del molesto pájaro y asintió a Alpha.

- Eso es cierto. Yo solo hago mi trabajo.

Se guardó lo que realmente pensaba. Que Alpha era idiota por pensar que él "no tenía la culpa, que solo hacía las cosas por trabajo." Idiota, necio y ciego. La pasión que había puesto en el combate contra él debería haberle dicho lo contrario. No había intentado derrotar a Alpha porque era su trabajo. Lo había hecho solo porque podía. Porque había querido. De haber decidido cumplir escrupulosamente su trabajo, no habría fallado a propósito el tiro. Habría apuntado a la cabeza de Alpha en lugar de a su ave, y Alpha no habría vivido para estar allí aquel día, bebiendo licor café y hablando con él.

- Coges confianza demasiado rápido, Alpha. ¿Quieres un consejo que te hará llegar a viejo? No te fíes ni de tu sombra.

No tenía claro por qué había decidido darle ese consejo. Sentía... ¿que era lo correcto? ¿Entonces por qué no le gustaba haberlo hecho? Sentía un conflicto interno. No quería darle consejos a alguien de quien podía aprovecharse. Y, sin embargo, sentía un extraño sentido del deber al que no estaba acostumbrado. Una forma de vivir el deber que le era ajena, muy diferente a cómo lo comprendía él. Bajó del tejado de un salto y guio al pirata mientras vagabundeaban por las callejas de Bloothe. Distraído, le costó prestar atención a las palabras de Alpha, pero hizo un esfuerzo por escuchar y memorizar su historia.

- El meteorito y Kepler convirtiéndose en Yonkou... eso es historia antigua. Pasó antes de que tú y yo naciéramos, más de cincuenta años atrás. ¿No estás liándote? Supongo que te refieres a que te han dicho que ellos tenían el meteorito o parte de él?

Finalmente llegaron al sitio que buscaba. El cementerio de Bloothe. Era un lugar descuidado, apenas una extensión de tierra húmeda con malas hierbas y una verja maltrecha. Algunas tumbas eran bonitas y estaban cuidadas, pero a la mayoría le vendría bien que alguien se molestase en limpiar la vegetación y el musgo de vez en cuando. Y había un gran número de fosas comunes, como cabría esperar en un puerto pirata. No necesitas ocultar los cadáveres de la ley donde no hay ley. Una gyojin de hombros anchos y piel verde marino se les acercó una vez hubieron cruzado la verja y se acercaron a la pequeña casa que se alzaba a un lado del camposanto.

- ¿Puedo ayudaros?

- La enterradora, supongo. Venimos a ver los cadáveres. Los de los asesinatos.

La mujer pez los miró de arriba a abajo, parándose en el pequeño pirata y sus extraños acompañantes y luego echando una mirada inquisitiva a Atsu. El agente soportó el escrutinio sin variar su expresión.

- Seis ya están enterrados. Si queréis desenterrar los cadáveres, tendréis que pagar una cuota y no me hago responsable de las familias o antiguos compañeros que puedan aparecer, ofendidos. Les daré vuestra descripción y diré que no pude pararos - Atsu asintió - Los otros tres están por aquí.

- ¿No entierras los cadáveres en cuanto los recibes? - preguntó.

- Por un precio especial los pongo bonitos - se encogió de hombros - Ya sabes, la última despedida.

Cayó en la cuenta de algo. Nueve cadáveres... y sin embargo, se habían producido diez asesinatos. Faltaba uno. La enterradora les hizo entrar en un edificio de piedra pequeño. El interior era un depósito lleno de cajones en la pared. El tamaño y las manchas de sangre en dos de ellos dejaban claro qué contenían. Mientras la gyojin habría los tres que querían ver, Atsu se cruzó de hombros.

- Nueves cuerpo... ¿qué ha pasado con el décimo?

- Nunca llegó un décimo. Si hubo tal asesinato, su banda recogió el cuerpo - la enterradora les miró perspicazmente - Aquí no está.

-Me gustaría estar liándome, pero créeme que no lo estoy. – Y no tenía por qué responder más acerca del asunto. Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Recuerdo como Payne nos traiciona y dispara contra nosotros. Aún tengo imágenes en mi cabeza de ello. Recuerdo como Thor y Logi protegían el barco como podían. Eran tantas balas de cañón que apenas alcanzaron a proteger el navío y dándonos tiempo para escapar. Pasaron los días y, cuando me quise dar cuenta, estábamos dentro de algo desconocido para mí. Era una niebla llena de infinitos colores, tan infinita como el universo mismo. Duramos navegando dentro durante la colorida neblina durante un par de días. Los pocos miembros vivos de la tripulación que estaban allí perdieron poco a poco la cordura. Muchos se lanzaron al mar. Otros simplemente acabaron con sus vidas.

Yo… apenas pude sobrevivir.

Cuando finalmente salimos de ella. Por mera suerte mi navío fue encontrado por otro barco que confundió mi barco con uno fantasma. Allí estaba yo. Hambriento y sediento. No dudaron en ayudarme y eso me llego a confundir en cierto punto. ¿Acaso no sabía quién era? Me ayudaron tanto a mi como a mis homies a recomponer energías y alimentarnos. Dure una semana en cama. Al salir y observar por primera vez en los diarios la fecha, no podía creerme lo que estaba ocurriendo.

Yo estaba cincuenta años en el futuro.

- Me fio de quien me tenga que fiar, Omega. – Dije. – Además, soy más confiable que mucha gente que afirma serlo.

Al llegar al lugar, nos encontramos con que una mujer pez era la que estaba llevando a cabo todos los servicios funerarios. “Enterradora” la llamaban, menudo apodo que tenía. Luego con perspicacia, el agente comenzó a hacer su pequeño interrogatorio. Al ella decir el número de cuerpos y el moreno afirmar el supuesto número de cadáveres, era más que obvio que algo no cuadraba.

- No creo que sea necesario desenterrarlos, Omega. – Dije mirándole – Igual si necesitas hacerlo, solo necesitamos palas, ellas harán el trabajo por nosotros. – Luego sonreí. – Además, no creo que nadie se ofenda si estamos buscando a los causantes de las muertes ¿Verdad?

>Por otro lado. – Mire a la mujer pez. – Señorita enterradora, siento que usted podría darnos información de donde esta ese decimo cuerpo. – Le sonreí con amabilidad. – Déjeme adivinar: esa información tiene un precio extra. Aunque si no tiene dicha información, no ocurre nada. – Luego mire a Omega. – Pronto averiguaremos que ocurrió

La enterradora abrió los cajones donde estaban los cadáveres. Omega le ayudó a pasarlos a camillas y abrió su mochila. No era un profesional de medicina, pero tenía conocimientos básicos. La información que él podía extraer de una autopsia era limitada, sobre todo comparado con un médico de verdad. Sin embargo, era un asesino profesional. Podía sacar información referente a la habilidad del atacante que a un médico corriente se le escaparía. Mientras él sacaba su instrumental, Alpha hablaba con la enterradora y le ofrecía dinero a cambio de información sobre el décimo cadáver (el de Foam). No tenía claro hasta qué punto ella podría saber algo, pero no se perdía nada por probar.

- No sé dónde está el cadáver de Chris Foam, no os voy a mentir - contestó ella - Pero por un precio justo, os puedo decir lo que se habla en la calle sobre el tema.

Atsu miró a Alpha y asintió. Pagaría la mitad del precio y escucharían lo que la enterradora tenía que decirles. La información fue interesante, cuanto menos. Memorizó las palabras de la mujer y empezó a trabajar: examinó las heridas de los cadáveres y procedió a abrirlos para examinar su interior. No fue un proceso agradable, pues a pesar de haber estado en frigoríficos, algunos cadáveres olían bastante mal. Tuvo que taparse la nariz y hacer acopio de valor y voluntad para seguir trabajando. Pese a las ganas de vomitar y de salir corriendo de aquella estancia, se forzó a completar la tarea y examinar todos los cadáveres. Una vez acabó y los hubo vuelto a coser, se acercó a un cubo de basura caminando tranquilamente, se agachó y comenzó a devolver el desayuno.

- Odio los olores fuertes - dijo al terminar.

No tenía intención de decirle a Alpha todo lo que había averiguado, pero al menos le daría los datos e ideas generales y se reservaría su opinión y deducciones. Por un lado para no influir en sus deducciones y ver si le daba otro punto de vista, pero por el otro, porque el moreno no dejaba de ser un pirata y su enemigo, por mucho que tuviesen una tregua temporal. Estaban colaborando, pero eso no significaba que fuese a hacerle sus deberes.

- Sabemos cómo han muerto y tenemos pistas sobre el destino de Foam. Diría que más o menos tengo lo que buscaba. Podemos investigar los rumores que nos ha contado, a lo mejor encuentras a algún subordinado de los piratas de Kepler al que interrogar sobre el paradero de Payne. Sin embargo, tras eso nos separaremos.

Y eso hicieron. Una vez dieron unas vueltas a la isla e intimidaron a un par de piratas menores para sacarles información, comprobaron la veracidad del rumor que les había contado la enterradora y cada uno se fue por su cuenta. Otro día se encargaría de matar o poner tras unas rejas a Alpha, pero por hoy lo dejaría ir. Tenía tareas más importantes que hacer que pelearse contra él y tal vez quedar medio muerto de nuevo.