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Otro como Alpha.
- Hombres -bufaste-. Todo lo que os importa es un poco de emoción y tener chicas detrás, ¿no?
Todavía recordabas cómo Freites te había tirado de su pollo tras decirte que algún día quería que lo cazases. Si no fuese por su rápida huida habrías creído que era una forma extraña de intentar ligar contigo. Extraña, inefectiva, molesta y rozando lo fetichista. Tú buscabas emoción en casi todo lo que hacías y muchas veces el límite de lo seguro y lo peligroso se desdibujaba fácilmente, pero no buscabas con ahínco cruzar esa frontera porque sí. Incluso Hayato, que era el hombre de virilidad más ambigua que conocías parecía despreciar totalmente los límites de su mortalidad e incluso de su humanidad. La única excepción que habías visto a aquello era Surya, y si bien el ángel parecía levemente más cauto que los demás hombres, no estabas segura de que se hubiese planteado nunca cuál era su género. Simplemente lo asimilaba.
Te cruzaste de brazos, ofendida. Tu ceño fruncido y tus mofletes algo inflados completaban un aspecto infantil y difícil de tomar en serio, pero te salía hasta cierto punto natural cuando te molestabas. De todos modos, mientras desviabas la mirada para hacer ver tu descontento Krein se fijó en una escotilla. No sentías ninguna presencia más allá de la de la babosa que se estaba armando ahí, y antes de que pudieses siquiera plantearte protestar el novato ya se había lanzado a ella sin remedio.
Bufaste una vez más mientras lo seguías, protestando silentemente ante su falta de cabeza pero entrando tras él sin dudar. Como hubiese algo oculto ahí dentro iba a necesitar a alguien con medio cerebro que se hiciese cargo. Bajaste a la oscuridad junto a él. Por lo menos tuvo la cortesía de incendiarse para darte luz, y pudiste ver unas instalaciones relativamente pulcras, organizadas y llenas de un uniforme tono blanco. Nada que ver con lo que había en la parte superior.
- ¿De verdad esta isla es un laboratorio flotante? ¿Qué sentido tiene eso?
El eco devolvió tus preguntas, dejándolas sin respuesta. Olía a cerrado pero no particularmente mal. Veías poco, pero entendías que intentaba ser cauto y no llenar de humo los pasillos bajo tierra. De ese modo, tratando de ponerte lo más alerta que eras capaz, seguiste a Krein por donde él marcase. Al menos, por el momento.
- Hombres -bufaste-. Todo lo que os importa es un poco de emoción y tener chicas detrás, ¿no?
Todavía recordabas cómo Freites te había tirado de su pollo tras decirte que algún día quería que lo cazases. Si no fuese por su rápida huida habrías creído que era una forma extraña de intentar ligar contigo. Extraña, inefectiva, molesta y rozando lo fetichista. Tú buscabas emoción en casi todo lo que hacías y muchas veces el límite de lo seguro y lo peligroso se desdibujaba fácilmente, pero no buscabas con ahínco cruzar esa frontera porque sí. Incluso Hayato, que era el hombre de virilidad más ambigua que conocías parecía despreciar totalmente los límites de su mortalidad e incluso de su humanidad. La única excepción que habías visto a aquello era Surya, y si bien el ángel parecía levemente más cauto que los demás hombres, no estabas segura de que se hubiese planteado nunca cuál era su género. Simplemente lo asimilaba.
Te cruzaste de brazos, ofendida. Tu ceño fruncido y tus mofletes algo inflados completaban un aspecto infantil y difícil de tomar en serio, pero te salía hasta cierto punto natural cuando te molestabas. De todos modos, mientras desviabas la mirada para hacer ver tu descontento Krein se fijó en una escotilla. No sentías ninguna presencia más allá de la de la babosa que se estaba armando ahí, y antes de que pudieses siquiera plantearte protestar el novato ya se había lanzado a ella sin remedio.
Bufaste una vez más mientras lo seguías, protestando silentemente ante su falta de cabeza pero entrando tras él sin dudar. Como hubiese algo oculto ahí dentro iba a necesitar a alguien con medio cerebro que se hiciese cargo. Bajaste a la oscuridad junto a él. Por lo menos tuvo la cortesía de incendiarse para darte luz, y pudiste ver unas instalaciones relativamente pulcras, organizadas y llenas de un uniforme tono blanco. Nada que ver con lo que había en la parte superior.
- ¿De verdad esta isla es un laboratorio flotante? ¿Qué sentido tiene eso?
El eco devolvió tus preguntas, dejándolas sin respuesta. Olía a cerrado pero no particularmente mal. Veías poco, pero entendías que intentaba ser cauto y no llenar de humo los pasillos bajo tierra. De ese modo, tratando de ponerte lo más alerta que eras capaz, seguiste a Krein por donde él marcase. Al menos, por el momento.
Dorito
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Akuma no mi
Varios
-Claro, necesito a gente en mi tripulación, chicas y chicos. De todos modos, no creo que tenga mucho que ver con ser hombre, cualquier persona quiere vivir una vida en la que sea feliz, ¿no? Pues mi forma de vivir una vida feliz es cumplir este sueño.
Me sorprendí bastante cuando la vi enfadarse, repasando todas mis palabras mentalmente para ver qué podía haber dicho que la ofendiese. No entendía qué le pasaba, solo le había explicado mi sueño y mi admiración por sus habilidades de combate como para que me intentase cazar, no veía nada ofensivo en esas líneas. Ya pensaría en esto luego cuando volviéramos al barco.
Intenté hablar, pero en cuanto abrí un poco la boca, el humo amenazó con salir en estampida y ahogarse en este sitio no entraba en mis planes. Me acerqué a una de las mesas y con suerte encontré un papel en blanco, cogí un lápiz cercano y le escribí que “quizá el laboratorio estaba aquí porque necesitaba moverse para coger cosas de diferentes sitios”. Esa es la razón por la que cualquiera viaja, porque necesita algo de otro sitio. Antes de pasarle la nota, eché un vistazo a mi letra, orgulloso. Curiosamente mis padres habían insistido mucho en educarme en este tipo de cosas, caligrafía, modales, etiqueta… Otra cosa es que usase en la práctica esos conocimientos, aunque agradecía mi letra, era bonita sin duda alguna.
Continué explorando el lugar, el sitio parecía haber sido muy bien recogido, como si lo que fuera que quisieran hacer aquí hubiese salido o bien o mal y se hubieran marchado. Eso me hizo enfadar un poco, no me parecía justo que el culpable de todo esto se marchase de rositas, mucho menos con la posibilidad de querer repetir el experimento en otro lugar. Paré de pensar en aquello cuando por fin encontré algo prometedor, era un generador por combustible, había visto alguno en Karakuri por lo que sabía cómo funcionaba. Miré un poco por encima hasta que encontré el botón de encendido con tan buena fortuna que se encendió, haciendo que todas las luces de la estancia también lo hicieran.
-Vale, con esto va a ser mucho más sencillo lo de explo…- Me callé de golpe cuando escuché un aparato encenderse.
Me giré, percatándome ahora de un Den Den Mushi proyector que había sido igualmente activado en el momento que la luz volvió. Fijé mis ojos con mucha atención en lo que proyectaba, esto sería de gran utilidad para entender lo que estaba pasando aquí de una vez por todas.
Me sorprendí bastante cuando la vi enfadarse, repasando todas mis palabras mentalmente para ver qué podía haber dicho que la ofendiese. No entendía qué le pasaba, solo le había explicado mi sueño y mi admiración por sus habilidades de combate como para que me intentase cazar, no veía nada ofensivo en esas líneas. Ya pensaría en esto luego cuando volviéramos al barco.
Intenté hablar, pero en cuanto abrí un poco la boca, el humo amenazó con salir en estampida y ahogarse en este sitio no entraba en mis planes. Me acerqué a una de las mesas y con suerte encontré un papel en blanco, cogí un lápiz cercano y le escribí que “quizá el laboratorio estaba aquí porque necesitaba moverse para coger cosas de diferentes sitios”. Esa es la razón por la que cualquiera viaja, porque necesita algo de otro sitio. Antes de pasarle la nota, eché un vistazo a mi letra, orgulloso. Curiosamente mis padres habían insistido mucho en educarme en este tipo de cosas, caligrafía, modales, etiqueta… Otra cosa es que usase en la práctica esos conocimientos, aunque agradecía mi letra, era bonita sin duda alguna.
Continué explorando el lugar, el sitio parecía haber sido muy bien recogido, como si lo que fuera que quisieran hacer aquí hubiese salido o bien o mal y se hubieran marchado. Eso me hizo enfadar un poco, no me parecía justo que el culpable de todo esto se marchase de rositas, mucho menos con la posibilidad de querer repetir el experimento en otro lugar. Paré de pensar en aquello cuando por fin encontré algo prometedor, era un generador por combustible, había visto alguno en Karakuri por lo que sabía cómo funcionaba. Miré un poco por encima hasta que encontré el botón de encendido con tan buena fortuna que se encendió, haciendo que todas las luces de la estancia también lo hicieran.
-Vale, con esto va a ser mucho más sencillo lo de explo…- Me callé de golpe cuando escuché un aparato encenderse.
Me giré, percatándome ahora de un Den Den Mushi proyector que había sido igualmente activado en el momento que la luz volvió. Fijé mis ojos con mucha atención en lo que proyectaba, esto sería de gran utilidad para entender lo que estaba pasando aquí de una vez por todas.
Una leve bocanada de humo asomó por la boca de Krein cuando trató de hablar. Por suerte se contuvo a tiempo, buscando una hoja de papel en la que escribir para poder comunicarse silentemente. La respuesta que había encontrado para contestar a todas las preguntas era, si cabe, más ingeniosa de lo que podrías haber esperado en un primer lugar. Quizá no se trataba de una invasión, tal vez incluso aquella babosa no era un monstruo. ¿Y si se trataba del científico, envuelto en aquella masa exclusivamente para protegerse y desplazarse mejor? Debería ser muy pequeño, pero el mundo estaba lleno de cosas imposibles.
- Si tuvieses razón tendríamos que saber qué busca. Por qué está aquí, de dónde viene todo lo que hay en este laboratorio...
Justo en ese momento, y mientras el muchacho se planteaba una exploración a fondo ahora que las luces se habían encendido, un proyector se encendió de golpe. Como si de una bobina se tratase agarró el film y comenzó a girar, emitiendo los clásicos segundos de preparación que todo el mundo que hubiese visto un par de películas aborrecía. Tras eso, una serie de planos generales de diferentes islas y una musiquilla que te dejaba indiferente.
- Ah, el oro, la fama, el poder... Todo eso y mucho más tuvo el hombre que en su día se proclamó rey de los científicos. -Por algún motivo habían empezado a cambiar las imágenes por vídeos de un hombre no particularmente agraciado rodeado de mujeres exuberantes con poca ropa, montañas de dinero y objetos carísimos-. Él supo cómo evadir a los sindicatos y convertir el avance médico en un beneficio económico, más sus últimas palabras no fueron muy afortunadas.
- ¡Putos sindicalistas!
El hombre fue linchado por toda una comunidad en batas de laboratorio, con lo que asumiste que estabais ante una reconstrucción documental del suceso con, probablemente, un alto nivel de parcialidad.
- Desde la muerte de Marvin D. Winslow, miles de científicos de todo el mundo han tratado de convertirse en el próximo rey de la ciencia y salir del pozo de miseria que es su vida. Con esto en mente, industrias Cognito Inc. se ha propuesto una meta única: Construir el mayor vivero de mentes prodigiosas que el mundo pueda tolerar. -De pronto un montón de paredes se hundieron, mostrando en cristaleras sistemas nerviosos completos extraídos de sus cuerpos originales-. Hemos sintetizado un método que libera al ser humano de su forma corpórea y lo convierte en un núcleo de procesamiento de esta híper computadora. Si están viendo esto es porque son voluntarios del programa, así que no se resistan. Será rápido e indol...
Por casi reflejo sacaste la espada, cortando el brazo de metal que se dirigía hacia Krein de golpe. Miraste a un lado y a otro, luego a Krein una vez más, y le dijiste algo que, en realidad, seguramente ya había visto:
- O nos vamos o morimos.
No le estabas dando a elegir. Sin piedad ni consideración dejaste que ese en tus propias palabras "trasto infecto y ruidoso" se manifestase de entre la oscuridad que tú misma generaste. Encendiste la culebrina que apuntaba en diagonal hacia el techo y volviste a guardarla.
- ¡Vámonos! -ordenaste.
- Si tuvieses razón tendríamos que saber qué busca. Por qué está aquí, de dónde viene todo lo que hay en este laboratorio...
Justo en ese momento, y mientras el muchacho se planteaba una exploración a fondo ahora que las luces se habían encendido, un proyector se encendió de golpe. Como si de una bobina se tratase agarró el film y comenzó a girar, emitiendo los clásicos segundos de preparación que todo el mundo que hubiese visto un par de películas aborrecía. Tras eso, una serie de planos generales de diferentes islas y una musiquilla que te dejaba indiferente.
- Ah, el oro, la fama, el poder... Todo eso y mucho más tuvo el hombre que en su día se proclamó rey de los científicos. -Por algún motivo habían empezado a cambiar las imágenes por vídeos de un hombre no particularmente agraciado rodeado de mujeres exuberantes con poca ropa, montañas de dinero y objetos carísimos-. Él supo cómo evadir a los sindicatos y convertir el avance médico en un beneficio económico, más sus últimas palabras no fueron muy afortunadas.
- ¡Putos sindicalistas!
El hombre fue linchado por toda una comunidad en batas de laboratorio, con lo que asumiste que estabais ante una reconstrucción documental del suceso con, probablemente, un alto nivel de parcialidad.
- Desde la muerte de Marvin D. Winslow, miles de científicos de todo el mundo han tratado de convertirse en el próximo rey de la ciencia y salir del pozo de miseria que es su vida. Con esto en mente, industrias Cognito Inc. se ha propuesto una meta única: Construir el mayor vivero de mentes prodigiosas que el mundo pueda tolerar. -De pronto un montón de paredes se hundieron, mostrando en cristaleras sistemas nerviosos completos extraídos de sus cuerpos originales-. Hemos sintetizado un método que libera al ser humano de su forma corpórea y lo convierte en un núcleo de procesamiento de esta híper computadora. Si están viendo esto es porque son voluntarios del programa, así que no se resistan. Será rápido e indol...
Por casi reflejo sacaste la espada, cortando el brazo de metal que se dirigía hacia Krein de golpe. Miraste a un lado y a otro, luego a Krein una vez más, y le dijiste algo que, en realidad, seguramente ya había visto:
- O nos vamos o morimos.
No le estabas dando a elegir. Sin piedad ni consideración dejaste que ese en tus propias palabras "trasto infecto y ruidoso" se manifestase de entre la oscuridad que tú misma generaste. Encendiste la culebrina que apuntaba en diagonal hacia el techo y volviste a guardarla.
- ¡Vámonos! -ordenaste.
Dorito
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
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¿Rey de los científicos? No sabía que existiese tal cosa, aunque me imagino que si logras ser el mejor en algo, puedes obtener el título de Rey. El vídeo realmente era un tanto aburrido, parecía ser una especie de programa poco interesante… Apreté la mandíbula con fuerza al entender de qué iba todo esto. Otra vez esta violencia innecesaria, pobres ilusos a los que les destrozan la vida unos pocos caprichosos poderosos. Me recordaban tanto a mí que me ponía enfermo. Cuando salí de mi estupor, me dí cuenta de lo que había hecho Alice, enterándome de todo lo que estaba pasando en menos de un segundo. Dejé el luto para más tarde y obedecí a Alice, pudiendo escapar de aquel lugar con rapidez.
Cerré la puerta metálica tras nosotros, escuchando los golpes que aquellos brazos metálicos estaban dando con fuerza. Por suerte, la otra víctima que estaba aquí fuera había desaparecido, seguramente en busca de algo de interés fuera de aquí. Era muy fácil saber cuando estaba molesto, aparte de mi clara cara de mal humor, por si no fuese suficiente me salía humo de la boca por el fuego crepitando en mi interior, tanto literal como figuradamente. Cerré los ojos unos segundos, intentando calmarme.
-Creo que ya hemos tenido suficiente de esta isla, Alice… Me gustaría volver a tu barco.
Mi tono alegre de siempre había disminuido, tenía que pensar seriamente en esto. De algún modo esa empresa había conseguido transformar a humanos en unos seres horripilantes, engañándolos. No sabía cómo, pero tenía que arreglar eso, no podía vivir en un mundo donde gente así campase a sus anchas. Industrias Cognito. No olvidaría ese nombre. Se lo comentaré también a Jin, tenemos otro objetivo entre manos aparte de conseguir una buena tripulación.
Cuando por fin volvimos al barco, no pude evitar quedarme observando la isla. Conforme se alejaba, pensé que quizá nadie volvería a cruzarse con ella, que nadie sabría qué fue lo que ocurrió allí. Bueno, quizá fuese lo mejor. Con que Alice y yo lo supiéramos, ya habría alguien capaz de pararlo. Era mejor que no fuesen testigos de actos tan atroces. Suspiré, alejándome del borde del barco, sería mejor distraerme ayudando al resto de la tripulación a que el barco fuese suave como la seda por el mar. No podía atascarme en esto, después de todo, debía encontrarme con Jin en Dark Dome.
Todavía queda camino por delante.
Cerré la puerta metálica tras nosotros, escuchando los golpes que aquellos brazos metálicos estaban dando con fuerza. Por suerte, la otra víctima que estaba aquí fuera había desaparecido, seguramente en busca de algo de interés fuera de aquí. Era muy fácil saber cuando estaba molesto, aparte de mi clara cara de mal humor, por si no fuese suficiente me salía humo de la boca por el fuego crepitando en mi interior, tanto literal como figuradamente. Cerré los ojos unos segundos, intentando calmarme.
-Creo que ya hemos tenido suficiente de esta isla, Alice… Me gustaría volver a tu barco.
Mi tono alegre de siempre había disminuido, tenía que pensar seriamente en esto. De algún modo esa empresa había conseguido transformar a humanos en unos seres horripilantes, engañándolos. No sabía cómo, pero tenía que arreglar eso, no podía vivir en un mundo donde gente así campase a sus anchas. Industrias Cognito. No olvidaría ese nombre. Se lo comentaré también a Jin, tenemos otro objetivo entre manos aparte de conseguir una buena tripulación.
Cuando por fin volvimos al barco, no pude evitar quedarme observando la isla. Conforme se alejaba, pensé que quizá nadie volvería a cruzarse con ella, que nadie sabría qué fue lo que ocurrió allí. Bueno, quizá fuese lo mejor. Con que Alice y yo lo supiéramos, ya habría alguien capaz de pararlo. Era mejor que no fuesen testigos de actos tan atroces. Suspiré, alejándome del borde del barco, sería mejor distraerme ayudando al resto de la tripulación a que el barco fuese suave como la seda por el mar. No podía atascarme en esto, después de todo, debía encontrarme con Jin en Dark Dome.
Todavía queda camino por delante.
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