Un viaje tranquilo (Evento)

El mar no era un lugar del que se pudiera escapar fácilmente, principalmente porque no había literalmente a donde huir si ibas en un pequeño barco. En este caso y ante la falta de dinero, por no variar, me encontraba de polizón en el velero de tres mástiles llamado "Emperor" que trasladaba a una ingente masa de gente hacia la siguiente isla. Empezaba a cansarme un poco de mendigar de aquí para allá y últimamente me estaba planteando seriamente que hacer con mi vida. Todo era demasiado lento y con ausencia de diversión. Quería hacer algo, o descubrir algo. Todo el mundo sabía de las noticias de la "carrera", sin embargo, yo no le había dado la importancia que se merecía, pues no era una persona que le gustara destacar en ese tipo de asuntos. Además, me gusta ir erráticamente de un lado para otro, y todo esta marabunta de barcos yendo en la misma dirección que nosotros me garantizaba al menos algo de entretenimiento.

A pesar de ir como polizón a bordo, me las apañé para pasar por uno de los distinguidos pasajeros de clase alta que había en el lugar, gracias a mi vestimenta, pasaba por uno de los bufones pertenecientes a la tripulación, de esos que amenizaban las cenas con espectáculos mientras la orquesta tocaba.


-Si mataste al bufón que tenían contratado y le quitaste el billete, farsante.

-¿Y que querías que hiciera? ¿Que fuéramos en un barril?

-No, que siempre acabamos en el de la melaza.

Hoy las voces estaban tontas, y eso que me había inflado a pastillas antes de subir al barco para evitar el mono. Aún así tenían mucha razón, pero bueno, a lo hecho tiro en el pecho. Tenía el billete, tenía el barco, quedaba pocos días para llegar a la siguiente isla, y eso era lo único que me preocupaba. Saqué un pitillo y me fui a la batayola de proa, donde no había nadie en ese momento, me senté junto al mecanismo de anclaje y comencé a fumar mientras miraba el mar.

-¿En que piensas?

-Estaba pensando en que se parece un cuervo a un escritorio.

-Mi preferido es el lirón, que siempre esta durmiendo, aunque el sombrerero siempre son unas risas- dijo Thymo, que había entendido la referencia soltada al aire, y se encontraba a escasos metros del bufón. Al otro lado del mecanismo de anclaje -Holi- saludó mientras terminaba de ajustar las gomas de su tirachinas con mas maña que fuerza, utilizando uno de sus pequeños pies para sujetar el cuerpo del arma junto al suelo, para después asegurar las bandas elásticas en su lugar -Pues esto ya está... ¿Sabes pescar?-

El enano había subido al barco que lo llevaría a la siguiente isla como polizón de manera sencilla. Su reducido tamaño y sus capacidades le permitían entrar y salir de sitios sin que los humanos se percatasen de su presencia. Además, en el peor de los casos, podría pasar como un bicho gordo.
-El barco en el que viajamos mi hermanita y yo es más lujoso, ¿sabes? Además, los actores somos nosotros y nos tratan muy bien, pero nos viene bien estar separados una temporada y crecer por separado. Seremos mucho más fuertes juntos cuando nos encontremos de nuevo- explicó sin venir a cuento al hombre maquillado que llamó su atención en un restaurante antes de perder el conocimiento comiendo... otra vez. Por suerte el estomago del tontatta era capaz de procesar grandes ingestas sin más problemas que tener que cavar un hoyo más profundo de lo normal.

Con un rápido movimiento, simulando ser un vaquero como los de las películas de Mirrorball, el enano desenfundó su cerbatana y sopló.
Repitió el movimiento varias veces más hasta estar convencido de que las correas estaban, ni muy justas, ni muy flojas. Se agacho un par de veces y describió círculos completos en posturas extrañas. -!Todo listo¡- exclamó alegre -Me gusta estar preparado- terminó, guiñando uno de sus enormes ojos.

Fue entonces cuando giré la cabeza y miré que estaba allí aquel pequeño ser que me había encontrado en la taberna la última vez. ¿Qué hacía aquí? Seguro que estaba también de aventuras como yo, y no pude evitar sonreír al verlo. A pesar de que no conocía a aquel bichillo demasiado, pues ni recordaba como se llamaba,  me caía muy bien por su vivacidad y inocencia. Así que me apreté el nudo del cuello y le respondí.

-Que alegría verte de nuevo bichillo- dije colocándome a su lado- La última vez apenas pudimos hablar como era debido así que permíteme.....preguntarte cosas. Por ejemplo ¿Tu sabes en que se diferencia un cuervo de un escritorio? Lo estamos llevando a debate aquí dentro- concluí señalando mi cabeza- Pero no hay quorum.

El barco seguía navegando y la mañana empezaba a tornarse noche. Cada vez había menos gente en la cubierta, quedando solo nosotros dos. Yo seguía charlando con él amablemente, pues de momento no era necesario disecar al bicho.

-¿Así que tu y tu hermana sois artistas? Yo también soy artista ¿Sabes?- reí por lo bajo mientras pensaba en la obra de arte que había hecho con el bufón del barco previamente. -¿Y os separasteis por algo en concreto? Porque dudo que crezcáis mucho con ese tamaño -dije colocando la palma de mi mano sobre su cabeza.

El bicho parecía estar arreglando un pequeño tirachinas...pfff siempre tuve curiosidad sobre el origen del nombre de aquella arma.


-¿Con eso haces pupa a alguien o solo le da la risa? Si es lo segundo yo quiero uno también- musité.


Me quedé mirando a la cubierta, parecía que ya al fin podría tener alg de tranquilidad, a pesar de que el bichillo estaba a mi lado. Pero como dije no me importaba, pues me agradaba su compañía.

-¿Entonces empezamos a robar ya?

-Nah...aún no- dije en voz alta.

-¡Nunca lo dicen!- respondió ante la pregunta de Naipe -En la película nunca lo dicen, y la hemos visto muchas veces mi melliza y yo cuando vivíamos en Mirrorball. ¿Sabes cuantas películas se ruedan en esa isla? El barco en el que viajamos esta lleno de actores que partimos de viaje en nombre de los estudios para promocionar nuestras propias pelis. Por que soy actor, ¿Sabes?- El enano movía los bracitos mientras hablaba para dar énfasis a sus palabras cuando, lo que parecía una mochila, aparecía a su lado desde la oscuridad de la zona baja del mecanismo del ancla -Ah, ahí estas- dijo Thymo -¿Por que no simplemente me la devuelves y te dejo en algún lugar bonito?- Alrededor del petate, un amasijo de placas quitinosas de color rojizo y patas, muchas muchas patas, se aferraban con tozudez -Es una escolopendra- explicó entonces el tontatta -Se aferró a la mochila en Bloothe mientras observaba a las cabras y no se ha soltado, ni se ha movido mucho. Tan solo cuando la luz o el frio lo molesta, que escapa con mi mochila a algún lugar oscuro llevandose mi mochila... pero por alguna razón siempre vuelve- En el tono de voz del pequeño podía notarse la intriga que aquello le producía.

-Mi hermana y yo siempre hemos estado juntos, ¿Sabes? Menos cuando ella iba al taller de costura y yo salia con el grupo de cazadores a buscar comida, claro. Por que soy cazador, ¿Sabes? El caso es que ambos tenemos lo que al otro le falta. Por ejemplo ella es muy buena tratando con la gente, pero yo con los animales. Ella es suuuuuper valida en una ciudad, pero a mi se me da mejor el bosque y los lugares menos civilizados. Tal vez así podamos hacernos más fuertes, en las películas siempre funciona- contó Thymo ante aquella pregunta. Durante el contacto, Naipe podría notar la esponjosidad del pelaje del tontatta, pero también la resistencia que el cuello del pequeño hacía frente a la presión.

-No, no. Que va, nada de cosquillas- aseguró entonces el pequeño -¡Esto mata!- exclamó -Es un arma silenciosa y mortal, perfecta para cazar sin revelar tu posición- dijo entonces bajando un poco el tono de voz y mirando hacia los lados. Para él era una cosa muy seria, pues se había dedicado en cuerpo y alma a la caza y a la naturaleza durante toda su vida. Y conocía muy bien el daño que un proyectil podía hacer si golpeaba en el sitio adecuado.

-¿Y tu que eres?- Preguntó al fin -¿Eres... eres un paYASO?- el enano fue abriendo los ojos y elevando el tono de voz a medida que la idea se aferraba a su cabeza -¿ERES DE ESOS QUE HACEN MALABARISMOS Y COSAS SUPER CHULAS?- gritó emocionado, dando saltitos en la cubierta del barco como un niño pequeño -¿ME ENSEÑAS ALGUN TRUCO PARA SORPRENDER A MI HERMANITA? PORFA PORFA PORFA PORFA PORFA- comenzó a repetir incansablemente mientras corría en círculos alrededor de Naipe a toda velocidad, presa de sus emociones .

Que bichillo tan gracioso, la verdad es que me estaba haciendo el día. Casi me había olvidado de la que iba a montar en aquel barco. Pero bueno¿ No había prisa verdad? Estábamos pasando un buen rato, y las palabras de aquel pequeño Tontatta, o así se hacían llamar según tenía entendido eran divertidas, alegre y sonoras. Se me habían pasado las ganas por completo de aplastarle con la palma de la mano. Encima tenía un bicho a su lado que parecía ¿Su mascota? Una escolopendra nada menos que le hacía de mula de carga.

-Disécalo y nos lo llevamos.

-¿Has probado a ser solo un poco amable?

-¿Per os dais cuenta de que le estamos hablando a un bicho?

M di un leve palmazo en la cabeza antes de responder nuevamente a aquel bicho.

-Así que tu y tu hermana sois una y carne eh?. Yo nunca tuve hermanos, y de tenerlo seguro lo habría ahogado en la bañera, pero es otra historia. Me alegro por ti muchacho- le dije antes que mi comentario sobre su arma le indignara. -Vale, vale perdona, solo quiero decir que las armas silenciosas no son lo mío ¿Sabes? Prefiero las cosas que hacen mucho ruido.

Me ajusté la chorrera y traté de echarme el cabello hacia atrás antes de escuchar como el bicho me preguntaba que era yo. ¿No era obvio?. Pero él no pareció ver lo que era realmente, y si a ver lo que todos veían.

-¿Un payaso?- dije indignado levantando la mano como si fuera a darle un golpe al bicho, pero en el último momento me contuve- Ah, ¿lo dices por esto?-me señalé la cara- ¿Que? Es solo el apelativo de la función Que, y ¿Qué soy? Un tipo con pintura facial.-le dije con tono animoso- Verás yo soy como tú, un artista....pero tengo un estilo propio. Ya sabes, cada maestrillo tiene su librillo.

Suspiré.

-Verás estoy cansado de que la gente diga lo que es el arte y lo que no...ya sabes..."Esto es arte esto no"...por suerte yo he superado esa concepción y ahora me dedico a llevarla a su máximo exponente a través de un concepto nuevo, básicamente hago arte cuando la gente muere.

Una risa socarrona salió de mis labios.

-Soy el mejor artista homicida de todos los tiempos, no un malabarista, lo siento bichillo. Pero me has caído bien así que ....¿Te enseño un truco de magia?

El primer instinto del pequeño, lo primero que aprendió como cazador fue a esperar el momento adecuado, acechar a la presa y disparar en el momento en el que las posibilidades son más optimas de acertar. Bajo ese precepto si el arma es ruidosa o no poco importaba, pero una silenciosa tenía muchas más ventajas a la hora de cazar un gran numero en poco tiempo, en poco espacio. Lo cual llevó al enano a ser uno de los mejores cazadores del gremio -Muchos cazaban con armas de fuego, pero los arcos, hondas y tirachinas daban los mejores resultados a la hora de llegar a casa temprano con la cuota diaria- dijo entre risas el pequeño, que siempre era de los primeros en regresar.

Aquel concepto de realizar obras de arte con muertos no era ajeno al tontatta, que si bien desconocía por completo el proceso, había visto las piezas disecadas que mostraba orgulloso uno de los ancianos del gremio de cazadores -Pero tu no hueles a esos horribles productos químicos- razonó el pequeño -Y la verdad, nunca me gustaron los animales disecados, ¿Que os hace pensar que eso es bonito? Si el truco tiene algo que ver con eso no quiero verlo. Además de cazador soy amante de la naturaleza. Mis principios me impiden hacer sufrir a mis presas y mucho menos poseer sus cuerpos como trofeos- sentenció con un rictus serio en el rostro. Thymo se tomaba muy en serio su vinculo con la naturaleza, lo único que encontraba completamente puro, además de su melliza, en el mundo.

El fino oído del enano detectó los pasos de alguien caminando hacia el lugar donde se encontraba con Naipe, por lo que sin apenas pensarlo, saltó con su mochila hacia la zona oscura donde la escolopendra estaba escondida antes.
Un camarero con una bandeja llena de copas, ofrecía algo de beber a quien lo desease -¿Le apetece algo, señor?- preguntó al arlequín con una selección de vinos y bebidas espumosas en la mano.

Creo que aquel bichillo no había entendido que mi trabajo no era de taxidermista exactamente. Si, vale, era manipular cadáveres pero no como el pequeño bicho tenía en mente. Igualmente  me interesaba sacarle de su duda, pero tampoco quería asustarlo, y menos en un sitio donde no se podía escapar con facilidad. Así que decidí seguirle el juego, ya que el énfasis en todo lo estaba poniendo él y no yo, y debido a que el aburrimiento se apoderaba de mi...me daba hasta igual. Solo deseaba tomar tierra y empezar a hacer algo, lo que fuera...aunque aquella conversación con el Tontatta tampoco es que me disgustara,  ya que era lo único que me estaba entreteniendo.

- Y soy más de armas que quieres que te diga- le repliqué- Pero admito que cada uno ve la belleza de una forma diferente. Yo cuando "cazo" me gusta que las presas luzcan bonitas, recordando lo que fueron y lo que son ahora....un montón de cuero relleno.- tomé aire y tas volverme a ajustar la chorrera volví a responderle-  Me gusta ducharme ¿Sabes? No iba a subir a este barco sin haberme duchado al menos, no sería muy ético ni higiénico no crees?

Fue entonces cuando uno de los camareros llegó para servirnos un trago. Primero se dirigió a mi, y la verdad es que tenía algo de sed.

-Oh si claro, gracias- dije cogiendo  una copa con la mano izquierda mientras que con la derecha cogí la bandeja con todas las copas. Tras eso  le entregué la copa al camarero y me quedé con la bandeja llena - Gracias, puede irse.

El camarero arqueó la ceja y se quedó boqui abierto, sin embargo yo también me quedé mirándolo y el tipo no dijo palabra alguna, sino que dijo un respetuoso " Señores" y dio media vuelta por donde vino con la copa entre los dedos.

Yo me dirigí al bicho con cogiendo una copa - ¿Cuál quieres?. Por mi parte no dudé en posar la bandeja contra la toldilla mientras me ponía a beber la primera copa que veía, la cual resultó ser vino. Estaba rico, pero prefería una cerveza.

-UOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO- emitía el tontatta con tono impresionado y los ojos abiertos hasta su máxima expresión, que no era poco decir cuando el camarero se fue -ESE TRUCO SI QUE MOLA JAJAJAJAJ... pero si se la juego así a mi hermana me machaca entre las orejas con el rodillo de amasar- dijo el pequeño mientras se pasaba una manita por el alto de la cabeza, como recordando una vivencia desagradable.

-Yo... yo quiero... eso naranja- dijo antes de saltar hacia adelante en un impulso, a por la copa con el néctar color ocre. El resto de bebidas se encontraban en el camino del pequeño. Thymo estaba en el aire y había pocas posibilidades de cambiar de dirección antes de chocar con todas las copas de la bandeja, al menos para alguien que no pudiera volar. Desplegando sus alas en el ultimo momento, el enano se elevó lo justo como para casi rozar el borde de todas ellas y situarse justo encima de la que había elegido.
Desde arriba, el burbujeante liquido llamaba la atención del tontatta por su color resplandeciente, sino también por su olor dulzón. Sin duda era vino, Thymo podía sentir una mezcla de aromas propio de la fermentación de fruta en barrica, pero aquel color nunca lo había visto.

Sin ninguna dificultad, el enano agarro la copa por el borde y la elevó con cuidado por encima del resto mientras sus alas reflejaban todos los colores de la creación bajo la luz, como una vidriera iridiscente, reflejando la emoción que el pequeño sentía en aquel momento -Huele muy bien... Salud- dijo antes de volar hasta la altura de la cabeza de Naipe y beber un largo trago del recipiente. Las burbujas comenzaron a hacer cosquillas al pequeño, que tuvo que dejar de beber, no sin antes haber vaciado la mitad de la copa -¡Y está muy bueno!- exclamó tras soltar un generoso eructo. Alguien del tamaño del tontatta debería emborracharse rápidamente, pero Thymo poseía un estomago a prueba de balas igual que su melliza, y los venenos ingeridos, del tipo que sean, eran contrarrestados por su organismo. Por lo que podía beber al ritmo de su equipo de cazadores sin terminar tan perjudicado como ellos. Un par de copas no le harían daño.

¿El bichillo tenía alas? Empezaba a valorar muy seriamente en disecarlo. Vale que nunca tuviera la oportunidad de conocer a un tontatta, y si lo he hecho, lo más probable es que le hubiera dado con un periódico enrollado pensando que era un bicho. La verdad es que muy desencaminado no iba. Fuera como fuera mi nuevo y diminuto compañero ya tenía su copa elegida. Tenía fuerza, y eso era admirable, aunque yo estaba ignorándole un poco. ¿Por qué? Bueno, digamos que otro detalle cautivó mi atención, algo más vistoso que un tipo con raquitismo exacerbado como era el de mi compañero. Se trataba de una bella dama, de cabellos negros, morena y con una vestimenta que me hacía recordar mucho a las de Dresrosa. ¿Qué era lo interesante de ella? Bueno, digamos que las joyas que llevaba encima.

-Ni lo intentes.

-Más tarde si eso.

-Si, seguro que os va a hacer caso.

Fue entonces cuando volví a escuchar las palabras del bicho. Giré la cabeza hacia él nuevamente, pero en mi cara se notaba que no le había prestado demasiada atención, y estaba seguro de que se había dado cuenta. Bueno, a lo hecho, tiro en el pecho. Creo que había llegado la hora de ponerse a trabajar.

-Oye compañero- le dije mientras bebía mi copa y volvía a mirar a la mujer. Sin duda podía usar la inocencia de mi nuevo compañero para mi provecho - tengo una una duda que quizás me puedas resolver. ¿Eres capaz de moverte muy rápido verdad? Tu y los tuyos sois casi imperceptibles al ojo humano ¿no?.

Me quedé pensativo, obviamente fingiendo confusión ante mi propia pregunta. Me llevé la mano al mentón y me quedé mirando a la mujer mientras susurraba hacia el tontatta- No sé, no sé, quizás solo sean más que rumores al fin y al cabo. ¿Quizás?...no, no es de locos....

-Ja...esa ha sido buena compañero.

Si bien el pequeño no era lo más consciente del mundo a la hora de discernir entre una mentira y la realidad, sabía muy bien cuando alguien lo ignoraba. Sus sentidos eran agudos y estaban bien afilados. Pero por otro lado, estaba muy acostumbrado a que quienes lo rodeaban terminasen ignorándolo. Lo mismo con su melliza. Una vez alguien les dijo que hablaban demasiado y eran demasiado movidos. Demasiado activos en general. Y nunca entendieron por que los alababan, pero los ignoraban. Pero los enanos estaban acostumbrados a ser ignorados.

Lo que no se escapó de los ojos del enano fue la dirección en la que los de Naipe se quedaron clavados. Una preciosa chica humana con sus brillantes abalorios decidió acercarse al lugar dando un paseo. El pequeño entendió enseguida el motivo del descuido del arlequín. Y cuando este le preguntó si era rápido mientras observaba de reojo a la chica, Thymo supo enseguida lo que vendría a continuación. Lo había visto en muchas películas de esas que Thyma le obligaba a ver. -¿Que le deje una nota en la taquilla?- Preguntó mientras hacía una elevación rápida de cabeza en dirección a la humana -Paso. Es mucho más rápido de otro modo- contestó a su propia pregunta, y sin tiempo para echarse atrás, el tontatta corrió por las tablas de cubierta de manera que cualquier humano normal sería incapaz de detectarlo.

La asustada mujer pegó un grito al notar que era elevada del suelo por una fuerza invisible que la mantenía levitando, y gritando como histérica, a diez centímetros del suelo. Aquella mística manera de moverse, y tal vez los gritos, llamaron la atención de un montón de pasajeros que, curiosos, se acercaron corriendo, movidos por el morbo de ver de primer mano que sucedía para que una mujer gritase tan asustada.
Mientras tanto, el enano, agarrado al tacón del zapato de la chica, la mantenía en vilo mientras la acercaba a los brazos de Naipe con cuidado.
Con la misma facilidad en que fue elevada, la chica fue puesta en el suelo frente al hombre maquillado. Con cara de susto y el maquillaje corrido por las lagrimas.
-Díselo claro, es lo que evita más líos y lo más rápido- susurró el pequeño tras Naipe, desde un punto donde nadie lo vería, mientras tomaba asiento junto a la mochila y acariciaba la coraza de la escolopendra mientras la decía, melancólico -A Thyma la encantaría ver esto en vivo... aunque odiaría que haya adelantado tanto las cosas, sin los típicos líos y rollos de las películas "pastel"-

Bueno parecía que aquel bichillo me iba a hacer caso, tal fue la cosa que salió raudo corriendo hacia aquella chica. Sin embargo me había dado cuenta de una cosa....que no le había dicho lo que quería que hiciera. Entonces ¿Qué había entendido? Oh no...este no se ha enterado de nada. La sorpresa fue mayúscula cuando me traía a aquella mujer en bambalinas. Mi primera reacción con la copa en mano fue escupir su contenido con gran sorpresa hacia adelante. ¿Qué demonios estaba haciendo aquel bicharraco?

-Jajajja te la ha jugado un piojo jajajaja.

-No seas tan cruel, el bichillo lo está haciendo con toda la buena intención....es un romántico.

-Ve sacando la fregona....esto va a manchar.

Me quedé absorto, con la mujer allí delante mía y mi copa totalmente vacía debido al escupitajo de antes. El bicho no se había enterado de nada y ¿Qué debía hacer ahora?. Por inercia me fui llevando la mano lentamente al bolsillo del pantalón, donde tenía siempre una pistola guardada. Prefería cortar la cosa por lo sano...aquello ya no tenía gracia. Era hora de saquear ese maldito barco a punta de pistola.

-¡Quieto! ¿No ves que sería de locos hacerlo?

-Katherine...dime que no lo preguntas en serio.

Fuera como fuere me quedé pensando, lanzando una vista inquisitorial al bicho que estaba supuestamente a los pies de la mujer, mientras esta tenía todo el maquillaje corrido. Así que tuve que hablar con ella ya que se había formado un gran jolgorio.

-¿Está bien ?-pregunté confuso sin quitar la vista de suelo- ¿Qué le ocurre señorita? ¿Está bien? ¿Quiere una copa?- dije enseñándole la bandeja, que todavía tenía dos copas más. Di un zapatazo frente a sus pies, como dándole aviso al bichillo de que la había cagado, vamos, esto no era lo que tenía en mente precisamente....así que mantuve mi mano izquierda en el bolsillo.

-Hazlo de una vez...

-Oh... Claro...- Thymo había obviado los nervios del protagonista la primeras veces que habla con la chica que le gusta en las películas. El ridículo y la vergüenza ajena. Pasándose una mano por la cara, desde la frente a la barbilla, el enano se arrepintió enseguida de estar vivo en aquel lugar y en aquel momento. Eran los momentos que más odiaba de las pasteladas que le gustaban a su melliza. El prefería las explosiones y las carreras a toda velocidad. Pero tenían que elegir una vez cada uno como buenos hermanos y una de cada dos, Thymo se quería morir. Hoy tocaba de nuevo querer morir.
-Esta bien- dijo aceptándolo, total, ya estaba acostumbrado a esa horrible sensación de sentir vergüenza por alguien más que tu mismo. Esas ganas de que te trague la tierra simplemente por lo que estas viendo. Y, dispuesto a cambian la historia y que aquello no se alargase a una infumable película de dos horas, se lanzó a la acción.

El pequeño era muy consciente de todos y cada uno de los gestos de ambos. Por suerte o por desgracia para él, era muy perceptivo y no pudo dejar pasar el gesto de Naipe al meter su mano al bolso -¿Acaso lo tenía preparado de antes?- Thymo dudaba, pero no conocía al hombre ni a la mujer. Tal vez ya se habían visto antes, tal vez se conocían. Pero pronto dejó de importar cuando su amigo golpeó el suelo con los pies y miró al enano. Sus intenciones eran claras, pero también su indecisión -Claro, te ayudaré, salao- pensó, dispuesto a que todo terminase cuanto antes.

Al fin y al cabo, en los peores momentos, lo único que necesitamos es una mano amiga que nos de un pequeño empujón para poder levantarnos, y hacer lo que tenemos que hacer.
Con un simple batir de alas y un pequeño salto, Thymo se elevó en el aire en medio de la pareja -Venga dala el anillo de una vez- espoleó a Naipe mientras se giraba para encarar a la mujer que ahora miraba con los ojos y la boca totalmente abiertos al “hada” que acababa de aparecer frente a ella -Señorita, mi amigo quiere ser su pareja, al parecer le gustas y quiere hacer bebes contigo- dijo de corrido a una estupefacta chica que no dejaba de mirar con cara de tonta.
El tontatta dudaba que aquella humana hubiera entendido una sola de las palabras que había dicho, pero miro a Naipe y le guiñó un ojo con complicidad -Ya me darás las gracias- dijo antes de desaparecer de nuevo en un abrir y cerrar de ojos, volando hacia su escondite.

Le faltó el canto de un duro a aquel bicho para que le metiera el cañón de la pistola que guardaba en el bolsillo. Menuda forma de complicarme la vida, aunque a pesar de todo el numerito, lo que provocó que no haya disparado todavía es que el tontatta me había caído en gracia. Ya no sólo eso, sino que había logrado divertirme con aquel numerito de la mujer. Estaba seguro de que hoy no robaría, por lo menos hoy, a nadie. Aún así me quedé mirando para el bicho, el cual se daba ínfulas por haberme hecho "el favor". ¿Qué pensaría si le dijera que ese no era el favor que buscaba? De la mujer no me interesaba nada salvo sus joyas, pero bueno....ya habrá otra oportunidad.

Bien podría liarme a tiros allí mismo, pero no sería muy sensato por mi parte.

-¿Es un chiste verdad?.

-Cállate- dije en alto mientras me daba un golpecito con la mano en la cabeza antes de dirigirme a la mujer - Perdone señorita, mi pequeño amigo es un romántico empedernido, y ha creído que yo buscaba pareja. Le pido mil disculpas- le dije mientras cogía su mano y le colocaba una copa de las que quedaban en la bandeja- Ale, ya puede usted irse, y disculpe, anque bueno...si quiere le doy mi número de den den mushi

-Si tu no tienes número.

-Ni den den mushi. -dije antes de ver como la mujer se largaba totalmente confusa con la copa en la mano, como si todo hubiera sido un lapsus temporal. Fue entonces cuando miré al tontatta.

-Admito que casi me metes en una situación peliaguda, mi peludo amigo. Pero bueno, lo voy a dejar estar- me acabé la copa- Bien podría pisarte hasta que fueras una masa de color rojo, pero no sería ser agradecido. Así que bueno, te voy a darlas gracias- dije sonriente- Gracias. Aunque la próxima vez por favor si vas a presentarme a alguien, déjame que me emborrache primero...las cosas se hacen bien o no se hacen ¿no?

Le di dos toquecitos en su cabeza con mi dedo a modo de caricia. El tontatta me caía muy bien, y esperaba que de alguna manera pudiera servirme su amistad en un futuro, a no ser claro, que un día me diera por disecarlo.

-Jolin- exclamó el enano ante las palabras de Naipe -Tanto esfuerzo para nada- esfuerzo mental de aguantar aquellas situaciones. Físicamente, mover aquella humana, le había costado nada. Pero al menos se alegraba de que todo aquello hubiera terminado tan rápido, no creía tener el talante como para aguantar en la vida real ese tipo de escenas de las películas que le gustaban a Thyma.

La mujer regresó al interior del barco con el rimel hecho un asco y la garganta escocida del grito que pegó. Si alguien la preguntase no iba a saber que decir y de todos modos nadie la creería. Con suerte la tomarían por borracha y la dejarían dormir tranquila, pero el arlequín tenía una historia diferente que contar. Para el pequeño, aquel tipo gracioso no había tenido el valor para declararse a la chica, lo cual entendía perfectamente. Nunca se había visto en aquella situación, pues nunca había encontrado a nadie que le gustase de ese modo, pero por más que intentase encontrar la formula, no surgían en su mente las palabras con las que poder expresar todo eso. Simplemente Thymo no era así, y si algo le gustaba o apetecía. Lo pedía o decía sin más preámbulos.

El viaje llegaba a su final, las campanas del barco que repicaban al aproximarse a un nuevo puerto comenzaban a tañer en lo alto del navío, avisando a los viajeros que tenían un par de horas antes de llegar a destino y desembarcar. -Me lo he pasado muy bien durante el viaje- admitió el enano, que por alguna razón, la compañía de Naipe había acortado el tiempo de viaje, tiempo que se le estaba haciendo eterno -Me gustaría quedarme y desembarcar con todos, pero me he colado y no quiero que me inspeccionen al final del todo, cuando ya hemos llegado a nuestro destino- comenzó a despedirse el tontatta -Nos veremos por ahí- aseguró el pequeño, que desconocía lo grande que era el mundo -Me llamo Thymo, por cierto y mi hermana Thyma. Algún día te la presentaré- prometió antes de agarrar su mochila con patas y salir volando hacia Dark Dome, esperando reencontrarse con su melliza más pronto que tarde.