Los viajes a veces se complican (Morgoth -Tilikum) [EVENTO]

El pequeño trabajo que había hecho en la isla de Karakuri no solo me había venido bien, sino que había durado muy poco tiempo y me habían pagado lo suficiente como para moverme con bastante libertad durante un tiempo. Además de eso, ahora tenía algún recurso más para poder usar en aquellos hoteles en los que me había dejado Dorrea.

Había conseguido un barco que me llevase hacia la isla a la que se había dirigido Hakkin Wishper “el trasgo”. Por la información que había podido recoger solo había una posibilidad para dirigirse si no se poseía un eternal Log Pose. No sabía si tenía alguno, pero dado que había ido a pedir dinero suponía que lo de conseguir un objeto tremendamente escaso y extraño sería algo costoso y que hacía casi imposible que este tipo lo consiguiese.

Tras algunas negociaciones pude conseguir un transporte que me acercase a la siguiente isla, no era un barco muy rápido y tardaría algo más de lo que normalmente se tardaría, sin embargo, me redijo el precio del billete siempre que ayudase en todo lo que pudiese al barco, igualmente si tenía que defenderlo también debía de hacerlo.

Cuando acepté aquellos términos, el capitán del barco me miró extrañado y con una cara de duda que no se molestó en disimilar. No le dije nada, pero tampoco me extraño aquello. Mis pintas no eran precisamente las de alguien que fuese combatiente y mi físico tampoco hacía mucho a mi favor de que pudiese aguantar mucho más de un golpe.

La travesía no era complicada por lo que veía y el hecho de que el clima, a pesar de ser aún algo frío debido a la isla que habíamos dejado, no daba problemas a la tripulación, que parecía bastante relajada y no solía pedirme ayuda para nada de lo que hacía. Esto me venía bastante bien para pensar en nuevas cosas que podría inventar o nuevas formas de usar mis habilidades.

Un día, mientras me encontraba en el catre del pequeño camarote, la conversación que había tenido con el viejo me había venido a la cabeza, incluso, otra con Sung el día que nos conocimos, habían hablado de unas habilidades que no requerían de elemento o de fruta del diablo. Habían dicho algo relacionado con la voluntad de la persona. Según Sung, había una forma de poder golpear a los usuarios de una fruta que les hacía intangibles. Pero, ¿cómo era posible que la voluntad estuviese relacionada con atacar a alguien intangible? Debía de darle vueltas e investigar.

Me estaba hartando, sí, de verdad... Me empezaba a sacar de quicio, ¿como puede ser que haya perdido a un maldito gigante de seis metros, alado y con una hoguera de espalda? Busqué a Katyon por toda la isla anterior pero solo encontré información, parecía haberse largado de la isla con un barco y una tripulación, cosa que me molestó, el maldito pájaro iba tan tranquilo en un barco y yo nadando por las aguas... Si no fuera por mi raza concreta, los reyes marinos del Gran Line me habrían devorado, menos mal que la rapidez en el agua era algo que destacaba. Pero empezaba a cansarme, llevaba ya demasiado recorrido, descansar bajo una piedra ya no era una opción, el fondo marino estaba a demasiada profundidad, gastaba mucha más energía en bajar y subir que en seguir nadando...

Estaba cansado por lo que me quedé flotando por ahí para recuperar energías cuando de pronto... Vi un barco muy grande... A no, espera... Es un Iceberg, joder, necesito comprarme gafas... Ya me parecía extraño la bajada tan fuerte de temperaturas. Subí al gran trozo de hielo para descansar mejor donde me encontré a una foca... Sí, una foca, o un león marino, no lo tenía muy claro pero era un bicho de agua bastante gracioso... Me miraba desconfiado, se mostraba agresivo, pero tenía una herida bastante fea en su lomo y una cadena en el cuello... -¿A ti tampoco te gusta ese accesorio verdad?- No me hacía gracia ver a nadie más con cadenas, a nadie que no fuera humano claro está, por lo que intenté acercarme a la foca, la desgraciada tenía una mala leche de cuidado pero tras unos cuantos intentos pude quitarle ese collar tan horrendo del cuello y lanzarlo al mar. El hierro tan ajustado en su cuello le dejó marca, tenía el costado con un buen bocado y el cuello casi cortado, tenía pinta que logró escapar de algún barco y por la cadena algún depredador le atrapó... Una lastima por que por su tamaño parecía que él solo podía defenderse de muchos de los atacantes de este mar... Exceptuando a los más grandes...

Tras soltar su cadena se dejó acariciar unas pocas veces y saltó al agua, no tenía mucha pinta de sobrevivir, la sangre que emanaba de su costado era un faro en la oscuridad para los tiburones y en este mar habían cosas más peligrosas pero es ley de vida, ¿Qué más se puede hacer? ¡Ostias mira, otro Iceberg! entre cerré los ojos para ver mejor, ese trozo de hielo parecía moverse ¡Conios un barco! Necesito esas gafas con urgencia... Era mejor subir a ese barco que seguir pasando frio e ir con mis propios métodos, además era consciente de la suerte que había tenido de no ser devorado por cualquier monstruo marino. Me esperaré en el hielo a tenerlo más cerca...

Mientras divagaba en esto, comencé a pensar en como era posible que se pudiese hacer aquello me di cuenta que desde que aún no había visto nada igual a lo que me habían relatado los dos maestros. Aunque era posible que no fuese algo que se viese dado que Dorrea mencionó que lo había usado de forma inconsciente cuando me intentó dejar inconsciente para que me tranquilizase.

Un sonido que reconocí comenzó a sonar, era uno de esos caracoles con los que hacer llamadas, sin embargo, lo que me extrañaba era que salía de mis ropas. Comencé a revisar todos los bolsillos hasta que en uno interno del abrigo encontré el animal haciendo su característico ruido. Tenía barba cana bien arreglada, lo descolgué y una voz que reconocí fue pronunciada por el caracol.

-¿Cómo va la cacería chico? ¿la información era fiable o no llevó a nada? – dijo la voz de Dorrea.

-¿Dorrea?

-Sí, te guardé esto por si acaso necesitaba ponerme en contacto contigo.

-La información, fue fiable sí, pero “el trasgo” es como si tuviese algún sensor que le avisase del peligro, ya le he perseguido por dos islas, y me dirijo a una tercera, espero encontrarlo ahí.

-Mmm, más probable es que tenga informadores por todos lados y esferas, ten cuidado con lo que hablas por ahí.

-Por cierto, una cosa, cuando me dejaste la nota dijiste algo de la voluntad, y SUng me mencionó algo, un poder creo, que funcionaba a base de eso, ¿Qué significa?

-No tengo tiempo para explicaciones, pero básicamente es el haki, hay varios tipos, para atacar, para predecir ataques y para dominar. Tú has demostrado tener el más extraño, el de dominación, los otros, los puedes entrenar con el tiempo, y suelen aparecer en momentos límite. Ahora tengo que marcharme. Te volveré a contactar.

Aquello había sido demasiado rápido, no me había dado tiempo a hacerle ninguna cuestión más y había colgado. Además aquello no me ayudaba en nada, como él ya sabía había sido torturado y sido golpeado hasta un punto en el que casi moría, y aun así no había notado nada en aquellos momentos. De pronto desde cubierta escuché como avisaban de un iceberg, no había visto muchos, así que subí a cubierta para verlo mientras seguía pensando en lo que me había dicho Dorrea.

En bloque de hielo era más grande de lo que me había imaginado. El barco comenzó a virar para evitar una colisión con este. En ese momento, mientras observaba el magnífico bloque vi un punto negro en la blanca superficie. Había alguien ahí, ¿sería un náufrago?

Poco a poco se iba acercando, ¿Como sería los tripulantes del barco? ¿Quizás turistas? ¿Piratas? ¿Pescadores? No, el barco era demasiado grande para ser de pescadores, daba igual, ya esta en mi punto de mira. Paso relativamente cerca, me tendría que mojar pero no era problema, cuanto más mojada estuviera la ropa menos hidratación necesitaría y si había que hacer una entrada con gancho me haría falta. Anduve por el hielo hasta caer al agua, me acerqué al navío mostrando mi aleta negra azabache hasta que la oculté entre el agua, cogí profundidad y con gran velocidad subí a la superficie calculando la trayectoria correcta. Podía haber ido de polizonte pero esconderse ya no estaba entre mis prioridades. Cual misil salí del agua con potencia suficiente como para llegar a la borda de la cubierta con la mano derecha, luego ayudándome de la izquierda subí a bordo. Al posarme de pie de forma épica de presentación de algún personaje en serie o película, escuché algunos gritos breves del susto, al observar mi alrededor había bastante gente mirándome...

Miré hasta encontrar a los marineros, o esa pinta tenían -Buenas ¿Donde está su capitán? Deseo hablar con él- Era la forma pacífica que tenía de presentarme, me parecía más correcto para tener una travesía tranquila, siempre estaba el plan B. Uno de los marineros fue a por el capitán del barco mientras otro con cara de mala leche se dirigió hacia mi.. ¿Quien le había dado permiso para hablarme? -¡¿Que diablos quieres?!- Un par de ostias a tiempo le hubieran dado más educación -No me grites, no estoy sordo y no me interesa ningún diablo, simplemente su capitán- Una falta de respeto más y no sobrevives maldito humano...
No entendía esa inquina, sí, había abordado su barco, pero saludé, fui educado y me tratan como un criminal... Que serlo podría decirse que lo soy pero no hacía falta juzgar por la primera impresión hombre, si yo hiciera lo mismo, ya estarían muertos...

Los tripulantes "civiles" se amontonaban observando la situación, por un lado los marineros rodeando a un tritón, por otro, el tritón de brazos cruzados, ojos cerrados y apoyado en la baranda de la borda de forma tranquila y calmada, ¿Sería por mucho tiempo? -¡Lárgate del barco!- Comentó otro de ellos, quizás sería el quien abandonase el barco antes -¿Sin saber lo que busco? ¿No tienes curiosidad? Escúchame antes de que se me acabe la paciencia... Quédate quieto y callado o te lanzo por la borda- Si es que no se puede estar tranquilo, siempre me tiran de la lengua...

Parecía que no me equivocaba, pero claramente no era un humano, el náufrago caminó hasta el agua y luego se zambulló en está acercándose nadando, en un momento mostró una aleta en su espalda hasta que se sumergió. Fruncí el ceño al ver aquello, parecía con prisa y no quiso que le tirásemos ningún tipo de flotados para subirle después. En pocos segundos salió disparado como un proyectil del agua y subió a la barandilla de la borda.

Sin nada de delicadeza y de forma un tanto arrogante ordenó a un marinero que llevase al capitán al lugar. Parecía creerse que era el que cortaba el bacalao en aquel lugar, a lo mejor aquellas aguas en su territorio. Me mantuve en otra zona de la cubierta y fingí ignorar la situación, sin embargo, de forma sigilosa Katua salió de mi sombra y se dirigió hasta donde se habían reunido varios marineros más y algún que otro pasajero del barco. Me centré en los sentidos del gato y pude escuchar como el autoinvitado soltaba algunas amenazas a los allí presentes.

No tardó en llegar el capitán del navío, quien dio una orden e hizo que todas las personas que se habían reunido allí se marchasen, a excepción de quien le había ido a avisar y otro marinero. Miró a lo lados para asegurarse de que no había nadie cerca y habló con el ser.

-Abordar un barco sin autorización, en ciertos lugares se podría considerar un acto de agresión. – Informó de forma sería el capitán – Sin embargo, no me gusta precipitarme en las decisiones. Me han informado que querías verme, ¿qué es lo que querías? – El tono había cambiado y ahora era más amigable, estaba claro que no quería problemas con nadie – si es porque has naufragado, podemos llevarte sin problemas a la próxima isla y si estás hambriento de comer también.

Me pareció una buena jugada por parte del capitán, sin embargo, no había visto ni escuchado lo que yo había visto y escuchado. A pesar de esa amigabilidad que le ofrecía, el invitado tenía una actitud bastante agresiva, Katua sin hacer ruido se acercó un poco más y se quedó en una sombra sin mostrar sus zonas azules eléctricas para pasar desapercibido. Estaba lo suficientemente cerca como para en un instante pudiese intervenir, aunque esperaba que aquel individuo estuviese tranquilo y aceptase la oferta.

La cosa se estaba calentando, esos marineros querían expulsarme del barco como fuera y no lo iba a permitir -¡No permitiremos que alguien como tú entre en nuestro barco!- Comentó el gritón de antes -Molestas...- Comenté, justo cuando iba a separarme de la madera del barco apareció un hombre, el supuesto capitán a calmar los ánimos, me detuve, ya tenía lo que quería, no necesitaba darme de tortas con nadie, dicho capitán parecía tener más cabeza que los demás... -Abordar un barco sin autorización, en ciertos lugares se podría considerar un acto de agresión.- Comentó, no le faltaba razón -Cierto, pero estando en ese Iceberg no creo que me pudierais oír...- Como si fuese a pedir socorro, pero eso ellos no lo saben... Dejaré que lo crean -Sin embargo, no me gusta precipitarme en las decisiones. Me han informado que querías verme, ¿qué es lo que querías?– Preguntó, extraño que alguien decida romper una lanza a favor de mi raza -Digamos que no soy buen timonel, estrellé mi barco contra el hielo y el agua está muy fría, pierdo mucha energía por no decir que hay muchos kilómetros hasta la siguiente isla más cercana, si me podéis llevar sería de mucha ayuda- "ayuda" o iba en el barco o todos seguiríamos el trayecto nadando –Si es porque has naufragado, podemos llevarte sin problemas a la próxima isla y si estás hambriento de comer también- No parecía mal plan, ellos me llevaban y yo no mataba a nadie, pero como me hicieran fregar la cubierta usaría sangre en vez de agua

Me separé y ofrecí mi mano como saludo y "trato cerrado" pero cuando estrechamos la mano aguanté un poco el "saludo" - Hay gente entre los tuyos que no aprecian mucho mi estancia en el barco, espero y deseo que no haya problemas en que esté entre sus tablones de madera, no me gustaría tener problemas con nadie...- Eso era sincero, gustar, gustar, prefería no tener que doblegar a todos estos inútiles para llegar a la siguiente isla, es más optimo que lo hagan por voluntad propia si no quieres dormir con un ojo abierto por si alguien intenta apuñalarte por la noche... Solté su mano para no generar más tensión y miré al capitán esperando su respuesta -Yo no daré ningún problema si es lo que les preocupa a los demás, estaré tranquilo en cubierta, no me hace falta camarote, lo que sí, cuando no haya gente en cocina iré y yo mismo me haré mis platos, se que no es de buen gusto cocinar para alguien como yo, pero no es ningún problema- Comenté, sabía que algún que otro podía escupir en mi comida y zamparme yo sus fluidos sin saberlo, pero dudaba que esos ingratos supieran cocinar tan bien como yo, por lo que no me la iba a jugar... ¿Por qué ir cuando no hay gente? Fácil, menos problemas y no me tenía que juntar con la escoria del barco...

La situación pareció calmarse mientras el capitán hablaba con el náufrago. Por lo que explicó el ser aquel, se había estrellado con su barco contra un iceberg y había estado nadando por el mar en dirección a la siguiente isla. El capitán se ofreció a llevarle y a darle de comer mientras estuviese allí. El medio-pez extendió la mano a modo de cerrar un trato, aunque me resultó curioso el hecho de que durase demasiado tiempo. En aquel saludo, el náufrago pareció decirle algo al capitán al oído luego le soltó y volvió a hablar claramente.

-Daré advertencia a los míos. – le respondió al capitán, aunque yo no comprendí el por qué, luego añadió –. Respecto a la comida, lo informaré, pero tendrás que respetar las cantidades que te den de esta, las raciones en alta mar son limitadas y nadie puede excederse, espero que lo comprenda. Espere un momento, le proporcionaré un guía durante su estancia, no creo que tenga problemas con él. – Se giró hacia uno de sus hombres –. Busca al señor Bauglir. Él se asegurará de que le traten correctamente.

El hombre se giró y tomo dirección hacia el interior del barco, sin embargo, mientras avanzaba iba mirando por la cubierta y en cuanto me vio cambió de dirección y se dirigió hacia mí, al verle me levanté y me dirigí hacia él.

-¿Qué necesita el capitán? – le pregunté antes de que me dijese nada.

-No lo sé exactamente, algo relacionado con el que ha abordado el barco, vaya con ellos. – informó el marinero.

Puse rumbo hasta donde se encontraban acompañado del marinero, pasando por donde se encontraba Katua, que se introdujo de nuevo en mi sombra. Mi expresión era alegre aunque era algo fingida, no por la situación, sino porque quería seguir dándole vueltas a lo del haki en vez de hacer de guía.

-Buenos días, caballero. Buenos días, capitán, ¿qué sucede? – saludé cordialmente cuando llegué.

-Necesito que te asegures de que le tratan correctamente, daré órdenes para ello, pero quiero asegurarme de que se cumplen, si hay alguien que no las sigue infórmame. Este es el señor… - se detuvo dado que no sabía el nombre del hombre pez, espero a que lo dijese luego continuó –. Bien hechas las presentaciones, yo me tengo que ir, el barco no se va a dirigir solo.

El capitán se marchó y dio algunas órdenes en el proceso. Me giré hacia el nuevo integrante de aquel viaje y le sonreí levantando la cabeza para mirarle a la cara mientras extendía una mano a modo de saludo.

-Soy Morgoth. Encantado.

El capitán pareció ser alguien comprensible, comida, viaje y hasta guía, llamaron al susodicho que me iba a enseñar el barco pero no hacía falta, no iba a adentrarme mucho en el, con la cocina sería bastante, ¿Las raciones? Ya cogería yo por mi parte las porciones de más que necesitara. Se acercó el hombre quien saludó, el capitán nos presentó -Tilikum- Mencione mi nombre para la presentación, luego el capitán se fue a seguir controlando la dirección del barco y me dejó con el hombre de pelo revuelto. -Tranquilo Morgoth, no seré un problema- Siempre y cuando no me tocasen las escamas, seguramente no tendría mucha paciencia con algún insecto humano. Me puse a seguirle si me hacía de guía, la verdad que no tenía pensado en entrar en el barco pero las temperaturas bajan y los trozos de hielo indicaban que no iban a aumentar eso más las nubes blancas espesas y el viento que venía, no hacía falta ser muy listo para saber lo que se avecinaba -Parece ser que será una noche fría- Comenté por hablar de algo y que mejor que el tiempo...

Por otro lado estaba ya un poco harto, colarme en barcos, nadar trozos bastante grandes por no poder llegar con un navío, la primera isla de calor y piratas, la segunda de frío, ¿Que será la tercera? ¿Calor extremo? Todo por seguir al maldito hombre pájaro con un mechero en su espalda, Katyon me estaba siento un problema, espero por lo menos que cumpla su palabra y llegue a Shabondy como prometió o será agregado a la lista negra -Y dime Morgoth, ¿Hacia donde se dirige el barco? ¿Que tipo de isla es?- Tenia curiosidad por saber que tipo de cacho de tierra me esperaba, si era un hombre hablador le preguntaría también por la facción dominante o curiosidades de la isla y después de las preguntas pertinentes sobre la isla, tocaba la pregunta polémica -Y dime una vez más si no te importa, ¿que piensas de mi raza? Por saber si intentar mantener una conversación amena o descartar directamente la opción y no gastar energía en vano- A ver, amigos no íbamos a ser pero parece que será el único que estaría a mi lado bastante rato, pues no sobra intentar matar el tiempo con una conversación inútil e insustancial...

Todo el camino acompañé al hombre, pero sin perder la ruta de escape, no sería la primera vez que me atrapan por confiado, observando todos los ojos de buey por los que poder salir, observando que no me cerrasen la salida y demás, no era desconfiado, era costumbre que intentaran encerrarme con cadenas en la bodega cosa que ya no iba a permitir bajo ningún concepto...

El tipo aquel se presentó como Tilikum, tras la marcha del capitán el nuevo tripulante me aseguró que no sería un problema. Aquello rara vez se acababa cumpliendo cuando alguien lo decía. Ahora entendía el por qué el capitán me había pedido aquello, no solo para que le tratasen correctamente, sino para que en caso de que pasase algo lo solventase. El hombre pez ignoró la mano que le tendí, no insistí y comencé a caminar por la cubierta para que pudiese conocerla y pudiese encontrar algún sitio que le gustase algún sitio para dormir, como le había dicho al capitán.

-¿Qué te hace pensar eso? – le pregunté ante la afirmación de que haría frío por la noche – La verdad es que nunca he entendido el clima.

Tilikum continuó la conversación preguntando el rumbo que tenía el barco para saber a donde se dirigía, no me hacía falta hacer memoria, es donde estaría mi objetivo.

-Dark Dome, no sé apenas nada de ella, he oído rumores de que es más ciudad que isla, pero lo averiguaré cuando lleguemos. Si te digo la verdad, este es primer viaje que estoy haciendo por este mar, así que todo me resulta bastante curioso t extraño. Mis conocimientos no me sirven para navegar independientemente, así que tengo que recurrir a este tipo de barcos y a buscar información mediante investigación y rumores. Por eso, lo primero que hago en una nueva isla en merodear por la ciudad a la que llego, hablo con la gente que me cruzo, principalmente con mercaderes y otros tenderos, suelen saber bastante,

En ese momento comenzamos a adentrarnos por la primera de las bodegas, donde estaba el comedor y las cocinas y algunos camarotes. El hombre pez, me pareció que me escuchó a medida que iba hablando. Cierto era que no le había dicho nada de lo que había en aquel primer piso del barco, sin embargo, algo me dijo que no me hizo mucho caso cuando volvió a hablar. ¿Raza?

-¿Un tema delicado para ti? – pregunté girándome y mirando a Tilikum a los ojos – No me ha pasado desapercibido como ha actuado la gente cuando has llegado. Como te he dicho no conozco nada de este mar, tras encontrarme con un tipo con gigantismo, encontrarme un medio pez no me ha extrañado tanto. No me muevo por el mundo haciéndome impresiones de razas. Cada individuo es diferente, y el como tratas a los demás es lo que te representa como individuo. – Expliqué volviendo a caminar y dándole la espalda –. Con eso quiero decir que si esperas un trato especial por mi parte te equivocas, para mí eres por el momento como cualquiera de los tripulantes de este barco, bueno, más alto.

Primero respondí a la pregunta de por qué pensaba que haría frío -Pocos gyojin son los que no tienen conocimientos base del tiempo y las mareas, muchos son verdaderos profesionales y pueden saber hasta el nivel de la tormenta, por mi parte, los conocimientos que tengo son pequeños, pero la bajada de las temperaturas, tanto ambiental como en el agua, esas nubes en el horizonte tan blancas y espesas me hacen pensar que puede nevar si bajan lo suficiente... Por no decir que hay cachos de hielo en el mar que han tenido que salir de algo más grande...- El hielo en el agua salada era un indicio claro, pero igual que yo no tenía ni idea de como flotaba un barco, es normal que la gente no preste atención a dichos fenómenos... La verdad que para ser un humano era bastante entretenido hablar con él...

Tras hablar del tiempo escuché muy atentamente lo poco que sabía de la isla pero más atento aún tenía las orejas a su explicación, no hablaba como un turista, eso estaba claro... ¿Que qué me hace pensar eso? Está claro, que sea la primera vez que viaja por aquí y que todo le parezca extraño podía ser de un turista pero lo de buscar información por investigación y rumores, más si le agregamos que merodea y pregunta sobre todo a mercaderes y tenderos me hace pensar más en un comerciante, en un buscador o en un cazador... Este mar y esta vida me han enseñado a no fiarme de nadie y por mucho que sean humanos algunos son más turbios de lo que mi racismo me deja ver... Luego llegamos al tema candente..

El tipo hablo de mi raza como si no la conociera, que podía ser, no eran muchos lo que habían visto un tritón en su vida, pero también habló como si para el no existieran razas o "clases" simplemente era una "cosa" junto a otras "cosas" diferente de las "cosas" comunes... No me dio la sensación de mentiroso pero no era algo que se me diese bien juzgar... -Eres bastante curioso, ¿Te lo han dicho alguna vez? Normalmente todos tenemos algún prejuicio por mucho que no queramos "juzgar por la cubierta del libro"- Pasaron dos personas las cuales mostraron lo que pensaban con la mueca de desagrado de su cara, cuando estaban lejos para no generar problemas por lo menos hasta que comiese comenté -Por ejemplo, no me conocen, pero juzgan, por una parte tendrían razón, abordé el barco, por otra fue por necesidad, aún que no juzgan eso, si no, mis agallas y aletas- Últimamente estaba demasiado filosófico para el poco cerebro que tenía... -Y dime, ¿A qué te dedicas?- Pregunté, si el me devolvía la pregunta le diría que a buscar tesoros... que en cierto modo y de manera retorcida era verdad pero con muchos matices de por medio...

Cuando Tilikum me respondió a la pregunta por el tiempo me resolvió la duda del nombre de la raza a la que pertenecía. Como me había enseñado Sung, lo mejor para sacar información solían ser las charlas intranscendentes, en estas siempre solían escaparse pequeños datos y se desprendían hilos de los que ir tirando para encontrar algo. Sin embargo, aquello podía ser un arma de doble filo y a veces había que ceder algo de información antes de poder conseguir más.

Parecía ser que su raza eran lo gyojins, no había oído hablar de ellos, pero gracias a él tenía algo de lo que tirar cuando necesitase saber algo de estos. Parecía alguien paciente dado que no me interrumpió ni una sola vez mientras hablaba, parecía alguien más o menos educado en ese aspecto. Tras escucharme me comenzó su respuesta. Me llamó alguien curioso, no parecía excesivamente escéptico por lo que había dicho, como todos él imaginaba que tendría prejuicios por alguna cosa. Era posible, pero en aquel momento no me venía ninguno a la cabeza.

Nos cruzamos con un par de tripulantes se cruzaron con nosotros, la cara que le pusieron a mi acompañante la vi a la perfección, ciertamente no era de sentirse cómodos con la presencia de él en el barco, pero tampoco me pareció que fuese de asco, sino más bien que le tenían miedo, algo comprensible vistas las dimensiones que se gastaba el gyojin. Finalmente me acabó preguntado por mi oficio.

-Bueno, eso es algo complicado de explicar. Vivo más o menos al día. Podrías decir que soy un ayudante, como he demostrado cuando el Capitán me ha pedido esto. Yo no formo parte de la tripulación que dirige el barco, y podría decirse que tampoco soy un simple civil. Necesitaba viajar y siempre que ayude el viaje me resultará más barato. De la misma forma, hago algo similar en tierra firme, busco a quien necesita ayuda y siempre que pague le ayudo, aunque sea a cruzar una calle. – Le respondí con tranquilidad, era una respuesta quizás algo larga, pero consideraba que llamarme mercenario tampoco era algo cierto –. Evito la violencia en la medida que puedo, aunque me he dado cuenta es algo que no voy a poder evitar en la mayor parte de las ocasiones. Bueno, ya sabes, si alguien pide un guardaespaldas, o alguien que le proteja o que le saque información a alguien es complicado que no toque hacer esas cosas cuando vas sobre aviso. – Terminé de explicar - ¿Y tú qué me dices? ¿Explorador o similar?

Mercenario, por su descripción era mercenario y por mi experiencia eran humanos que sabían lo que se hacían, jugaban sus cartas muy bien, podría decirse que jugaban sucio pero simplemente usaban lo que tenían de una forma estratégica, pero por su descripción, descarté lo de cazador para etiquetarlo como mercenario... Llegamos a donde me interesaba, la cocina, observé de arriba a bajo lo que había, que instrumentos tenían, era una cocina un tanto tradicional pero las maravillas las hacía el cocinero, no la cocina -¿Yo? ¿Explorador? Más bien buscador, busco cosas- Ingredientes, comidas, teyrubitos o como se escriba... -Siempre voy en busca de platos extraordinarios, siempre en busca del bocado más excelente- Claro, decir que tengo una venganza que cumplir no ayuda si quiero que me lleven a buen puerto... -¡Largo de mi cocina!- Se escuchó de golpe -En mis dominios no hay comida para alguien como tú- De entre todos salió un cocinero, viejo, con la barba larga encerrada en una redecilla y calvo, le faltaba un ojo y tenía una pata de palo... -¡Tú raza es agresiva, despiadada! Mi ojo y mi pierna son testigos de ello, en dos tripulaciones diferente he estado y las dos fueron atacadas por estos monstruos submarinos, ¡¡no tuvieron piedad ni con los niños!!- ¿Por qué siempre había algo así? -Pues sí que tienes mala suerte- Comenté, podría haber dicho que yo también tenía malas experiencias con los humanos y no iba matando a diestro y siniestro... Pero lo segundo sería mentira... Quizás podría haber usado otras palabras... ¿Se habrá ofendido?

La gente se empezó a acumular en la cocina la cual daba al comedor, de ahí que pudiera haber bastante gente, todos increpando, la vena de mi cabeza empezaba a hincharse, pero serían muchos días a nado, hay que pensar eso... -Mirar, no busco problemas, solo llegar a la siguiente...- No terminé de acabar mi frase cuando un postre, diría por el olor que era un cacho de pudding impacto contra mi cara... Ahí empezaron a lanzarme comida, agua, una escoba y aceitunas, muchas aceitunas... El cocinero hizo un gesto seco y rápido para que todos se detuvieran y así lo hicieron... -Ves Morgoth, todos tienen... Sus prejuicios... Y odios...- Comentaba pausadamente, necesitaba respirar para no explotar -Pero un monstruo siempre es un monstruo...- Le comenté luego me dirigí hacia el cocinero -Cocinero, he venido en son de paz, he dicho de dormir en la intemperie, y cocinar cuando no haya nadie...- A lo que el hombre interrumpió -¡Por encima de mi cadáver tocarás mis fogones!- No me lo pongas tan fácil... -He venido tranquilo, he seguido a este hombre y estaba entablando una amena conversación... Pero veo que una plaga... Es una plaga...- comenté, lo siguiente que pasó seguramente tendría consecuencias funestas en mi travesía en el barco...

Con bastante energía cerré el puño el cual impacté con la cabeza del viejo calvo, tuerto y cojo, quien salió disparado contra un armario de especies y conservas, tirando por el suelo bastante comida, pasé mi brazo derecho sobre mi frente para limpiarme la comida y relamí hasta donde me llegaba la lengua ingiriendo toda la comida que han tirado sobre mi... -¡En medio del mar es una mala decisión, pero en general, la comida no se desperdicia!- Grité con bastante ira, a todo esto dos intentaron hacerse los valientes, pero agarré a uno por la cabeza y lo estampé contra la encimera, al siguiente de una patada en el pecho lo lancé contra la gente -¡Se ha vuelto loco!- Gritaban echando la culpa a otros, como hacen siempre -¡El gyojin orca está fuera de sus cabales!- ¿Como? -¡¡COMO QUE ORCA, VEN AQUÍ Y DIMELO A LA CARA MALDITA CUCARACHA!!- ¡Que me ha llamado orca el desgraciado! ¡¡Soy un tiburón!!

El joven gyojin me explicó que se dedicaba a la búsqueda, principalmente de platos de comida, ¿podía ser un ser gourmet? Sí, pero alguien de así no iba por el mar solo y asaltando barcos. El hecho de que buscase cosas, me decía que podía ser más algún tipo de arqueólogo, un científico de campo. Además por lo que había entendido de su raza, el poder mantenerse bajo el agua durante periodos indeterminados de tiempo le permitía estudiar ruinas submarinas. Sin embargo, de aquella teoría, no me encajaba la personalidad de aquel tipo, me había parecido alguien algo arrogante y lleno de orgullo. No era algo malo, pero había que saber cuándo mantener aquello al margen y cuando no, y él no sabía hacerlo del todo.

Cuando llegamos a la cocina, comenzó a desatarse el problema que era una bomba de tiempo y el cocinero fue el primero en estallar, rápidamente intenté colocarme entre ambos mientras escuchaba los gritos de furia del cocinero que se negaba a dejarle cualquier cosa al náufrago. El gyojin contestó al cocinero, con lo que me pareció, algo de gracia. Ya no había vuelta atrás.

-Tranquilo, estás demostrándole que tu raza también es igual. – le dije al cocinero.

La gente comenzó a acercarse hasta la cocina, venían desde el comedor, el semi-humano intentó calmar los ánimos diciendo que solo quería llegar a la siguiente isla, pero algo que no supe que era, me puso en alerta de una agresión, no era el ki, era algo deferente. Hice caso a mi instinto y levanté un escudo de trion, aunque no a tiempo. Algo chocó contra la cara del gyojin, pero un montón de comida más chocó contra el escudo hasta que el cocinero pidió que no tirasen más cosas. El gyojin continuó con nuestra conversación señalando que aquello era lo normal con su raza.

Tras un par de confrontación de palabras entre el gyojin y el cocinero, algo nuevamente me avisó del peligro y aunque las palabras del náufrago me podían haber advertido, estuve lento y el gyojin le soltó un poderoso puñetazo al cocinero. Aquello ya no tenía solución, soltó un par de golpes más antes de que me diese tiempo a intervenir. Sin pensarlo saqué mi pistola de las sombras de dentro del abrigo y disparé primero al pie y luego a una mano del gyojin.

-No quiero hacer esto Tilikum, cálmate y ve fuera. – El tono era serio y que dejaba claro que era una orden –. En cuanto a vosotros. Seréis reportados al capitán por insubordinación y amotinamiento por ir contra las órdenes del capitán.

Al decir aquello guardé el arma pero me mantuve alerta por algún ataque que pudiese venir en el calor del momento por cualquiera de las partes.

¿Que había sido eso? ¿Me había disparado? Me dolía la mano pero no veía herida alguna, me agarré la muñeca con la mano contraria y observé, también notaba un dolor agudo e intenso en el pie, pero al observar detenidamente no había nada, solo dolor... -¡Ahhh!- Proferí un gruñido fuerte, tosco, grabe, entre dolor y rabia mirando a Morgoth -Lástima, entiendo que hagas tú trabajo, pero en verdad es una lástima no poder hablar tranquilamente con alguien que parecía ser mínimamente interesante en este ¡Cementerio sobre aguas!- Declaré, me lancé directamente a por Morgoth, en guardia alta tipo boxeo, el Gyojin Karate lo tenía algo oxidado y no podía ponerme a improvisar en medio de un combate real. Me acerqué a él para evitar la distancia donde podía usar su arma extraña y empecé a soltar una combinación de dos golpes directos, uno con cada mano (Jab, directo), luego un gancho de derechas a la mandíbula (Crochet) y por cuarto paso un golpe ascendente al mentón (Uppercut). Si atinaba el último golpe y lo levantaba como era lo habitual, me agacharía para lanzar otro directo al estomago e intentar lanzarlo hacia atrás...

Sabía por experiencia que si me acercaba lo suficiente las armas de fuego no valdrían para nada, pero no tenía claro si era de fuego, no tenía heridas abiertas, pero si el suficiente dolor como para hacerme más lento. En verdad lo que dije era cierto, me sabía mal acabar así con este simple humano, podríamos haber matado el tiempo a palabras y no matarles antes de tiempo a patadas, pero las acciones de estos humanos se merecen una lección y que mejor que demostrando quien es superior y matándolos a todos...

No llegaría sin ayuda de ellos a la siguiente isla, quizás dejaría a algunos vivos para ayudarme en la travesía, menos mal que tenía algún conocimiento tanto de climatología como de timonel por lo que podría apañarme con diez o quince humanos después de darles una paliza para demostrarles a quien tienen que obedecer. Pero eso sería después de acabar con el mayor problema, Morgoth, tenía en mente que era un mercenario, iba armado y sabría de combate, por lo que era el más peligroso por el momento que tenga conocimiento en el barco y el capitán le había contratado así que era simple, le hacía falta más gente de este tipo, dudaba que hubieran más de diez que supieran pelear...

Como me esperaba el que le hubiese disparado no le había gustado ni un poco, pero había sido la única manera de llamar su atención y que dejase de golpear a todo lo que se encontrase delante suyo. Luego del grito, me dirigió unas palabras bastante amables que concluyeron con la intención que tenía después de que hubiese pasado aquello. Se lanzó a por mí y aunque me lo esperaba su ataque, algo antes de que comenzase a moverse para su ataque me advirtió de la sucesión de golpes que haría el gyojin.

Aunque era un tipo de gran tamaño, sus golpes fueron muy rápidos y bien coordinados, esquivé los primeros golpes con la misma velocidad, aunque pudieron rozarme por poco. Con el tercero no tuve el tiempo para evitarlo, pero sí para darle un golpe con la mano para desviarlo. Completamente vulnerable, tuve que crear un escudo de trion que me defendió del golpe el mentón evitando que me levantase del suelo.

Era mi momento, con rabia por tener que calmarlo a golpes, tras el último golpe que me dio me agaché y le hice un barrido con la pierna para que perdiese el equilibrio y saltase o consiguiese mi objetivo le daría un golpe con toda mi fuerza en la mandíbula, justo debajo de donde una persona tendría la oreja. El golpe, aunque con bastante fuerza, no imaginé que le dejase en el suelo y parecía inconsciente. Saqué de nuevo el arma y los marineros gritaron de júbilo.

-Bien remátalo y lo tiramos por la borda.

-No, lo que va a hacer es preparar un saco con comida en buen estado si no quieres un balazo en el pecho. – Le dije al cocinero apuntándole, luego me dirigí a dos marineros – Y vosotros dos vais a preparar un bote con remos u os pasará lo mismo.

Los tripulantes asustados por la amenaza y al ver la ira en mi mirada hicieron los que les había ordenado sin mediar ni una palabra más. Cogí el cuerpo del gyojin y lo cargué hasta la cubierta. Al salir a esta el bote estaba preparado al igual que el saco de comida. Dejé el cuerpo en el bote con el saco en lo que se acercaba el capitán. Antes de que este dijese nada comencé a explicar lo que había sucedido. El capitán pareció entenderlo y lo único que me dijo fue que había actuado correctamente, aún así que no volvería a llevarme a ningún lado pues podía ser peligroso para ambos.