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Había pasado tiempo desde que Glyde había empezado su camino por la Grandline, camino hacia el Erebus, lugar donde serian asignadas sus respectivas primeras misiones, situación que se había complicado bastante y que actualmente algún recluta ya veía imposible, después de que en una recóndita pelea en el barco que los llevaban, mas de un hombre con años de experiencia, muriese defendiendo a los reclutas y cadetes, de un ataque inesperado de los legionarios, que habría hecho que Glyde y otro par de reclutas se separasen de la embarcación… Ahora buscando llegar por aquella ruta inesperada a Merveille, lugar donde se encontrarían con el viejo Heins, un revolucionario que, con dos dedos de frente, logro prevenir que todos los reclutas muriesen de buenas a primeras.
Siendo tal, que sería gracias a aquella intervención de hecho, que nuestra querida oveja había logrado permanecer más o menos sana hasta haber llegado a aquella isla, que parecía tener incluso mas problemas que ella en estos momentos… Después de todo, gracias a que la cúpula del cielo había caído, y la ciudad era azotada constantemente por las lluvias acidas, mas de una empresa extranjera según los dichos, de la gente se iba aprovechando para hacerse con su pisca de Wolframio. Asumiendo totalmente la perdida humana, sería que más de una empresa se limpiaba las manos en la ropa de la población civil, y no por nada Glyde veía desde un lugar seguro el agujero en el techo, diciéndose.
-Ojalá se recuperen. – A lo cual al notar esto, mas de una persona o trabajador se le quedaría viendo a la chica de bella cabellera, asiendo que mas de una persona sonriese con su mera presencia, sería entonces que ella notaria que la dejarían atrás sus compañeros, mirando para todos lados, y viendo que se había quedado sola en pleno puerto, suspiraría para decir.
-Me las va a pagar este tonto del bastón. – Refiriéndose a uno de sus compañeros de escuadra, que por su ego y forma de ser jamás le logro caer bien a la chica. Suspirando y viendo que hacer ahora que estaba sola en mitad del puerto, que por lo menos aun estaba seguro.
Siendo tal, que sería gracias a aquella intervención de hecho, que nuestra querida oveja había logrado permanecer más o menos sana hasta haber llegado a aquella isla, que parecía tener incluso mas problemas que ella en estos momentos… Después de todo, gracias a que la cúpula del cielo había caído, y la ciudad era azotada constantemente por las lluvias acidas, mas de una empresa extranjera según los dichos, de la gente se iba aprovechando para hacerse con su pisca de Wolframio. Asumiendo totalmente la perdida humana, sería que más de una empresa se limpiaba las manos en la ropa de la población civil, y no por nada Glyde veía desde un lugar seguro el agujero en el techo, diciéndose.
-Ojalá se recuperen. – A lo cual al notar esto, mas de una persona o trabajador se le quedaría viendo a la chica de bella cabellera, asiendo que mas de una persona sonriese con su mera presencia, sería entonces que ella notaria que la dejarían atrás sus compañeros, mirando para todos lados, y viendo que se había quedado sola en pleno puerto, suspiraría para decir.
-Me las va a pagar este tonto del bastón. – Refiriéndose a uno de sus compañeros de escuadra, que por su ego y forma de ser jamás le logro caer bien a la chica. Suspirando y viendo que hacer ahora que estaba sola en mitad del puerto, que por lo menos aun estaba seguro.
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Las aventuras de Nick dentro de Yellow Spice fueron de todo menos fructíferas, teniendo que volver con el rabo entre las piernas desde el primer túnel donde se refugió hasta el puerto al ser incapaz de ubicarse dentro de la amplia red de túneles que tenía la isla. Viendo que lo más probable es que pasase días perdido en ese laberinto subterráneo, tuvo que volver a su punto de origen a ver si encontraba más locales que le pudiesen ayudar o al menos más foráneos en su misma situación.
Así que después de un agitado viaje volvió al lugar de origen, notando como su pequeña barca seguía atada en el puerto al lado del resto de grandes embarcaciones del resto de visitantes de la isla. La verdad era que ya se estaba arrepintiendo un poco de haberse aventurado él solo en este maldito infierno solo por unas malditas rocas que valdrían una mierda en el mercado negro, pero había llegado el punto en que por mero orgullo iba a quedarse en la isla hasta que encontrase lo que andaba buscando. Ni loco iba a volver a la nave con las manos vacías para ser vacilado como si de un novato se tratase.
-Veamos, alguien de fuera...-viendo que los autóctonos no es que fuesen muy amables con los extranjeros, prefirió buscar ayuda del exterior a ver si no era el único perdido en aquella extraña isla, tardando poco tiempo en localizar a una belleza rubia que sin quererlo estaba cautivando a mitad de los viajeros que se habían reunido en el puerto.
-Parece un buen comienzo, al menos no me aburriré-pensó optimista mientras se dirigía hacia la mujer, teniendo que hacerse paso entre un par de idiotas que se habían quedado embobados viéndola como si de una obra de arte se tratase.
-Perdona encanto, ¿de casualidad no sabes ninguna manera segura de llegar a la capital no? Eso de ducharme en lluvia ácida no me hace ni pizca de gracia-le habló como si nada, llegando incluso a tocarle levemente el hombro para llamar su atención, gesto que no pareció gustar mucho a su pequeño club de fans, los cuales pusieron cara de pocos amigos y se empezaban a acercar a Nick desde su retaguardia sin que él fuese consciente de ello.
Así que después de un agitado viaje volvió al lugar de origen, notando como su pequeña barca seguía atada en el puerto al lado del resto de grandes embarcaciones del resto de visitantes de la isla. La verdad era que ya se estaba arrepintiendo un poco de haberse aventurado él solo en este maldito infierno solo por unas malditas rocas que valdrían una mierda en el mercado negro, pero había llegado el punto en que por mero orgullo iba a quedarse en la isla hasta que encontrase lo que andaba buscando. Ni loco iba a volver a la nave con las manos vacías para ser vacilado como si de un novato se tratase.
-Veamos, alguien de fuera...-viendo que los autóctonos no es que fuesen muy amables con los extranjeros, prefirió buscar ayuda del exterior a ver si no era el único perdido en aquella extraña isla, tardando poco tiempo en localizar a una belleza rubia que sin quererlo estaba cautivando a mitad de los viajeros que se habían reunido en el puerto.
-Parece un buen comienzo, al menos no me aburriré-pensó optimista mientras se dirigía hacia la mujer, teniendo que hacerse paso entre un par de idiotas que se habían quedado embobados viéndola como si de una obra de arte se tratase.
-Perdona encanto, ¿de casualidad no sabes ninguna manera segura de llegar a la capital no? Eso de ducharme en lluvia ácida no me hace ni pizca de gracia-le habló como si nada, llegando incluso a tocarle levemente el hombro para llamar su atención, gesto que no pareció gustar mucho a su pequeño club de fans, los cuales pusieron cara de pocos amigos y se empezaban a acercar a Nick desde su retaguardia sin que él fuese consciente de ello.
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Glyde se había quedado sumisa intentando no llamar la atención, pero lo que logro dejando la capucha que llevaba abajo, y para colmo haberla llevado mal atada, es que quedándose sola en medio del puerto… Fue cuanto menos todo lo contrario a discreta.
Así seria que mas pronto que tarde al volver a la tierra, vería varios lobos asechando a la oveja que se había quedando espectando las nubes, o en palabras mas simples, ahora llevaba consigo un nuevo club de fans, de los cuales varios parecían ser trabajadores jóvenes, por lo cual a Glyde por lo menos parecía incomodarle poco a sus nervios, después de todo, lo que si le tenia preocupada de entre la gran multitud parecía ser un grandulón de gran tamaño, y tatuajes en los brazos, junto a una gran cicatriz en el lado del labio derecho de la cara, que permanecía con una sonrisa tenebrosa mirando a la mujer de pelos rubios.
-Rayos creo que debería irme… - Se comento a si misma viendo hacia los lados, alguna ruta de escape, de las cuales una era un camino donde había goteras de ácido bien marcadas a la par que peligrosas, otra se encontraba tapada por los chicos que ya había mencionado y por ultimo se encontraba una ruta de escape, por el agua que evidentemente se encontraba descartada por ella, al no poder nadar... Sumado a que quizás el “ph” del agua, no fuera lo más normal del mundo.
- ¿Ahora que hag…? - Diría sintiendo una mano en su hombro, lo que haría que a la chica le recorriese un escalofrío por toda la parte superior del cuerpo, mirando de reojo asustada que o quien le había tocado, vería entonces a un hombre a lo alto que parecía medir a lo sumo un metro noventa, el cual portaba unas extrañas gafas, unos horrendos tatuajes y lo que era peor, parecía ser bastante creído, cosa que le haría poner una mueca nerviosa a la rubia, respondiéndole.
-No soy d… De por aquí… - comentaría nerviosa viendo como algo peor aún en apariencia se acercaba enojado, comiéndose unas papas fritas de bolsa, gozando más grasa en el estómago, que la misma grasa que usaron para freír aquella comida… - ¡OYE! ¡Tu!... – gritaría aquel tipo que parecía mafioso retirado o algo del estilo -No se te ocurra tocar a la dama, pedazo de imbécil… Ella es mía. - Le gritaría en la rabia, siendo apoyado por el resto de los chicos que se le habían quedado viendo a Glyde, en lo cual la chica miraría para todos los lados pensando a donde escapar, después de todo, esto era justo lo que quería evitar... Un alboroto.
-Señor, señor pansa… ¡Digo! ¡Cicatriz! No hace falta que se enoje así- Comentaría la hermosa mujer, viendo de reojo al sujeto de extraños cuernos -Solo quiere una indicación… - Comentaría terriblemente nerviosa, viendo a su nuevo conocido, susurrándole -Creo que la gente anda agresiva por los incidentes ¿No? -
A lo cual, si es que entre la rabia y a la ira, llegaba a recibir algún insulto o siquiera una frase, del sujeto mal vestido, este se iría acercando de a poco, poniendo fuerza en la pisada y asiendo como si fuese a pegar un puñetazo, mientras que Glyde se pondría en medio de ambos como viendo venir la pelea, en lo cual el sujeto al querer romperle alguna costilla con su puño… Recibiría un puñetazo en toda la cara sin inmutarse en lo más mínimo, quedando todos en blanco...
Dejando la oportunidad de irse a los demás, o simplemente apalearlo, daba igual... Nadie los miraría mal.
Así seria que mas pronto que tarde al volver a la tierra, vería varios lobos asechando a la oveja que se había quedando espectando las nubes, o en palabras mas simples, ahora llevaba consigo un nuevo club de fans, de los cuales varios parecían ser trabajadores jóvenes, por lo cual a Glyde por lo menos parecía incomodarle poco a sus nervios, después de todo, lo que si le tenia preocupada de entre la gran multitud parecía ser un grandulón de gran tamaño, y tatuajes en los brazos, junto a una gran cicatriz en el lado del labio derecho de la cara, que permanecía con una sonrisa tenebrosa mirando a la mujer de pelos rubios.
-Rayos creo que debería irme… - Se comento a si misma viendo hacia los lados, alguna ruta de escape, de las cuales una era un camino donde había goteras de ácido bien marcadas a la par que peligrosas, otra se encontraba tapada por los chicos que ya había mencionado y por ultimo se encontraba una ruta de escape, por el agua que evidentemente se encontraba descartada por ella, al no poder nadar... Sumado a que quizás el “ph” del agua, no fuera lo más normal del mundo.
- ¿Ahora que hag…? - Diría sintiendo una mano en su hombro, lo que haría que a la chica le recorriese un escalofrío por toda la parte superior del cuerpo, mirando de reojo asustada que o quien le había tocado, vería entonces a un hombre a lo alto que parecía medir a lo sumo un metro noventa, el cual portaba unas extrañas gafas, unos horrendos tatuajes y lo que era peor, parecía ser bastante creído, cosa que le haría poner una mueca nerviosa a la rubia, respondiéndole.
-No soy d… De por aquí… - comentaría nerviosa viendo como algo peor aún en apariencia se acercaba enojado, comiéndose unas papas fritas de bolsa, gozando más grasa en el estómago, que la misma grasa que usaron para freír aquella comida… - ¡OYE! ¡Tu!... – gritaría aquel tipo que parecía mafioso retirado o algo del estilo -No se te ocurra tocar a la dama, pedazo de imbécil… Ella es mía. - Le gritaría en la rabia, siendo apoyado por el resto de los chicos que se le habían quedado viendo a Glyde, en lo cual la chica miraría para todos los lados pensando a donde escapar, después de todo, esto era justo lo que quería evitar... Un alboroto.
-Señor, señor pansa… ¡Digo! ¡Cicatriz! No hace falta que se enoje así- Comentaría la hermosa mujer, viendo de reojo al sujeto de extraños cuernos -Solo quiere una indicación… - Comentaría terriblemente nerviosa, viendo a su nuevo conocido, susurrándole -Creo que la gente anda agresiva por los incidentes ¿No? -
A lo cual, si es que entre la rabia y a la ira, llegaba a recibir algún insulto o siquiera una frase, del sujeto mal vestido, este se iría acercando de a poco, poniendo fuerza en la pisada y asiendo como si fuese a pegar un puñetazo, mientras que Glyde se pondría en medio de ambos como viendo venir la pelea, en lo cual el sujeto al querer romperle alguna costilla con su puño… Recibiría un puñetazo en toda la cara sin inmutarse en lo más mínimo, quedando todos en blanco...
Dejando la oportunidad de irse a los demás, o simplemente apalearlo, daba igual... Nadie los miraría mal.
Nick Valentine
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Como no, los perritos falderos de la chavala no tardaron en aparecer. O mejor dicho, su bulldog faldero, uno con bastante sobrepeso todo sea dicho. Una sola mirada al hombre indicaba que el tipo sería problemático, aún más alto que él y bastante más corpulento, aparte de que ese look de cicatriz y tatuajes apestaba a peligroso; aunque él era el menos indicado para hablar de aspectos amenazantes.
-Wow relaja amigo, que yo sepa la chavala no tiene escrito en la frente que es propiedad de nadie. Deberías mirarte eso de la masculinidad tóxica, te ayudaría a ligar más, si es que ligas algo con esa panza que te me gastas, claro está-sonrió como el bastardo que era, aumentando aún más su sonrisa cuando vio la cara compungida del hombre ante sus insultos así como las pequeñas risitas de algunos hombres procedentes del tumulto de atrás, los cuales se callaron al instante de que su cabecilla se girase con mirada de pocos amigos.
Nick no se cortó a la hora de volver a reírse en la cara del hombre ante la metedura de pata de la mujer, alegrándose de no ser el único que se había fijado que la barriga de ese tío era tan grande que podría tener su propio centro de gravedad.-Claro claro, solo soy un pobre viajero desubicado en una tierra extraña-y se acercó más a la mujer, pasando un brazo por encima de su hombro y agachándose deliberadamente hasta que su oído quedó a la altura de la mujer.
-Y más agresiva va a estar si me siguen tocando los cuernos querida-se rio cerca de su oído, viendo en con diversión como la cara del otro tipo estaba tan roja de la ira que parecía más un tomate que una cabeza.
-¿Qué pasa amigo? ¿Ves algo que te escueza?-iba a seguir burlándose pero no vio venir el puñetazo, apenas pudiendo poner una de sus manos enfrente de su cara en un vago intento de minimizar el golpe, abriendo los ojos sorprendido al ver como aquella tía que parecía no poder matar ni a una mosca acababa de tumbar al grandullón de un solo puñetazo, ganándose un silbido de admiración por parte del oni.
-Wow, la gatita tenía garras al final-Nick no había sido el único que había quedado totalmente flipado por ese alarde de fuerza, notando como la multitud se había quedado en tal shock que parecían estatuas vivientes, la oportunidad perfecta.-Es hora de irnos encanto, eres fuerte pero no creo que el tipo tarde mucho en levantarse-y sin más la agarró de la mano y tiró de ella a toda velocidad para largarse por el camino recién abierto, no sin antes pasar deliberadamente por encima del hombre y darle un fuerte pisotón en la cara.-Y que sepas que tus tatuajes son horrendos-sacó la lengua mientras huía, esperando que la mujer le siguiese el rollo si ambos querían salir airosos de la situación, no parando de correr hasta que no se podían vislumbrar la muchedumbre de la cual se habían safado.
-Parece que por fin hemos dejado suficiente tierra de por medio...aunque ahora estoy aún más perdido y es cuestión de tiempo que otra lluvia ácida nos de la bienvenida-hablaba entre jadeos después de echar uno de los sprints más largos de su vida, teniendo que agacharse levemente y llevar las manos a las rodillas para recuperarse.
-Wow relaja amigo, que yo sepa la chavala no tiene escrito en la frente que es propiedad de nadie. Deberías mirarte eso de la masculinidad tóxica, te ayudaría a ligar más, si es que ligas algo con esa panza que te me gastas, claro está-sonrió como el bastardo que era, aumentando aún más su sonrisa cuando vio la cara compungida del hombre ante sus insultos así como las pequeñas risitas de algunos hombres procedentes del tumulto de atrás, los cuales se callaron al instante de que su cabecilla se girase con mirada de pocos amigos.
Nick no se cortó a la hora de volver a reírse en la cara del hombre ante la metedura de pata de la mujer, alegrándose de no ser el único que se había fijado que la barriga de ese tío era tan grande que podría tener su propio centro de gravedad.-Claro claro, solo soy un pobre viajero desubicado en una tierra extraña-y se acercó más a la mujer, pasando un brazo por encima de su hombro y agachándose deliberadamente hasta que su oído quedó a la altura de la mujer.
-Y más agresiva va a estar si me siguen tocando los cuernos querida-se rio cerca de su oído, viendo en con diversión como la cara del otro tipo estaba tan roja de la ira que parecía más un tomate que una cabeza.
-¿Qué pasa amigo? ¿Ves algo que te escueza?-iba a seguir burlándose pero no vio venir el puñetazo, apenas pudiendo poner una de sus manos enfrente de su cara en un vago intento de minimizar el golpe, abriendo los ojos sorprendido al ver como aquella tía que parecía no poder matar ni a una mosca acababa de tumbar al grandullón de un solo puñetazo, ganándose un silbido de admiración por parte del oni.
-Wow, la gatita tenía garras al final-Nick no había sido el único que había quedado totalmente flipado por ese alarde de fuerza, notando como la multitud se había quedado en tal shock que parecían estatuas vivientes, la oportunidad perfecta.-Es hora de irnos encanto, eres fuerte pero no creo que el tipo tarde mucho en levantarse-y sin más la agarró de la mano y tiró de ella a toda velocidad para largarse por el camino recién abierto, no sin antes pasar deliberadamente por encima del hombre y darle un fuerte pisotón en la cara.-Y que sepas que tus tatuajes son horrendos-sacó la lengua mientras huía, esperando que la mujer le siguiese el rollo si ambos querían salir airosos de la situación, no parando de correr hasta que no se podían vislumbrar la muchedumbre de la cual se habían safado.
-Parece que por fin hemos dejado suficiente tierra de por medio...aunque ahora estoy aún más perdido y es cuestión de tiempo que otra lluvia ácida nos de la bienvenida-hablaba entre jadeos después de echar uno de los sprints más largos de su vida, teniendo que agacharse levemente y llevar las manos a las rodillas para recuperarse.
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Vale Glyde se encontraba en una posición difícil, tenía enfrente dos sujetos que estaban llamando la atención hacia ella, la única que debía pasar desapercibido al tener asuntos pendientes unas islas atrás con los legionarios, los cuales buscaban atrapar a todo el grupo de revolucionarios novatos como rehenes para atraer a los peces gordos… Cosa que hasta ahora gracias a la astucia de varios compañeros había resultado bien para los del grupo de Glyde, pero ahora que parecía que ella había metido la pata, ante la tensión de que el sujeto se acercarse con ganas de tocarla o simplemente para iniciar una pelea contra el otro sujeto de malas pintas…
Ella le había dado un golpe, que iría con todas sus fuerzas, que además para variar a un enclenque como el… Le resultaría totalmente efectivo, dejándolo fuera de combate y a todos sin palabras.
-Ra… Rayos no era mi… - alcanzaría a decir dándose vuelta varias veces y viéndolos a todos los trabajadores, que como era de esperarse, quedarían sin comentarios al ver como uno de los sujetos que más problemas les traía recurrentemente al ser un mensajero de segunda de una pequeña pandilla, quedaba en el suelo y con los pantalones desabrochados.
- ¡¿Dejo al mata deudores ese destartalado vieron?! – alcanzaría a oír de un sujeto a lo lejos la chica, ignorando el comentario de su nuevo conocido que intentaba ligársela, momento en el cual más de uno empezaría a aplaudir, mientras Nick la tomaba de una mano para que se largasen del lugar, siguiendo el paso al chico sin titubear al oír que podría levantarse pronto, todo mientras se oían silbidos a lo lejos, y uno de los seguidores del gordo, le tiraba agua en la cara para que despertase lo que parecía ser el jefe o algo.
Por lo que no les sorprendería si miraban para atrás, no solo verían alabanzas sino también más de alguno de los que lo socorrieron les hiciese mas de una seña obscena como compensación.
Así saldrían huyendo del lugar por el camino que parecía mas seguro, ese el cual no había tantas goteras de ácido, pero que no llevaba a nada mas que un sector adyacente al puerto, uno de esos donde encontrarían viviendas mal armadas y personas vulnerables o enfermas después de trabajar todo el tiempo en aquellas minas, a lo cual normalmente a Glyde le habría resultado devastador, si no fuese porque ya había cometido muchos errores hoy.
Cosa que una vez pararon de correr y recuperaron el aliento ella se diría -Ahora que hare…- entre jadeos, mientras se llevaba la mano a la frente preocupada, acababa de golpear a un cobrador de impuestos de algún mafioso sin querer, por lo que no tardarían en buscar ajustar cuentas… Y por si fuera poco se había dejado llevar por un extraño bastante egocéntrico como para alegarle a alguien que sus tatuajes eran feos, teniendo un estilo similar o peor.
No había nada que hacer ya… Así que la chica miraría al sujeto de nuevo para responderle -En esta zona no creo caiga tanta lluvia, pero si te diría que tengamos cuidado. – Le comentaría rascándose la mejilla incomoda -De por si el techo parece endeble… Al igual que el estado del resto de la gente. – Comentaría viendo a unos varios enfermos simplemente tirados a sus anchas esperando su muerte.
Ella le había dado un golpe, que iría con todas sus fuerzas, que además para variar a un enclenque como el… Le resultaría totalmente efectivo, dejándolo fuera de combate y a todos sin palabras.
-Ra… Rayos no era mi… - alcanzaría a decir dándose vuelta varias veces y viéndolos a todos los trabajadores, que como era de esperarse, quedarían sin comentarios al ver como uno de los sujetos que más problemas les traía recurrentemente al ser un mensajero de segunda de una pequeña pandilla, quedaba en el suelo y con los pantalones desabrochados.
- ¡¿Dejo al mata deudores ese destartalado vieron?! – alcanzaría a oír de un sujeto a lo lejos la chica, ignorando el comentario de su nuevo conocido que intentaba ligársela, momento en el cual más de uno empezaría a aplaudir, mientras Nick la tomaba de una mano para que se largasen del lugar, siguiendo el paso al chico sin titubear al oír que podría levantarse pronto, todo mientras se oían silbidos a lo lejos, y uno de los seguidores del gordo, le tiraba agua en la cara para que despertase lo que parecía ser el jefe o algo.
Por lo que no les sorprendería si miraban para atrás, no solo verían alabanzas sino también más de alguno de los que lo socorrieron les hiciese mas de una seña obscena como compensación.
Así saldrían huyendo del lugar por el camino que parecía mas seguro, ese el cual no había tantas goteras de ácido, pero que no llevaba a nada mas que un sector adyacente al puerto, uno de esos donde encontrarían viviendas mal armadas y personas vulnerables o enfermas después de trabajar todo el tiempo en aquellas minas, a lo cual normalmente a Glyde le habría resultado devastador, si no fuese porque ya había cometido muchos errores hoy.
Cosa que una vez pararon de correr y recuperaron el aliento ella se diría -Ahora que hare…- entre jadeos, mientras se llevaba la mano a la frente preocupada, acababa de golpear a un cobrador de impuestos de algún mafioso sin querer, por lo que no tardarían en buscar ajustar cuentas… Y por si fuera poco se había dejado llevar por un extraño bastante egocéntrico como para alegarle a alguien que sus tatuajes eran feos, teniendo un estilo similar o peor.
No había nada que hacer ya… Así que la chica miraría al sujeto de nuevo para responderle -En esta zona no creo caiga tanta lluvia, pero si te diría que tengamos cuidado. – Le comentaría rascándose la mejilla incomoda -De por si el techo parece endeble… Al igual que el estado del resto de la gente. – Comentaría viendo a unos varios enfermos simplemente tirados a sus anchas esperando su muerte.
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Lo que no se esperaba era que de repente la mujer se volviese la heroína local, ganándose vítores y agradecimientos por doquier de todos los pobres malnacidos que habían estado extorsionados hasta las trancas por aquel maldito tipo. Pero si Nick sabía algo del mundo criminal era que se tomaban las cosas demasiado a pecho, quizás aquel gordito estuviese fuera de combate, pero estaba seguro de que su jefe mandaría a otro igual o peor que este para acabar el trabajo. Así que no se arrepentía de haberse marchado a toda pastilla del lugar, prefiriendo pasar desapercibido lo máximo posible.
No obstante tampoco es que hubiesen acabado en un sitio mucho mejor, rodeados de enfermos y bajo un techo que parecía estar en las últimas. Pero viendo el estado actual de la isla, tampoco contaba con encontrar sitios mucho mejores.-Sin duda la buena suerte nos está siendo esquiva-como si el destino quisiese corroborar esta última afirmación, una explosión proveniente de la ciudad se escuchó a lo lejos, provocando una pequeña conmoción en la pobre banda de desgraciados que tenían cerca, los cuales tenían tan pocas energías que apenas reaccionaron o buscaron refugio.
-Bueno, en peores situaciones he estado. Al menos viendo su lamentable aspecto podemos decir con seguridad que son locales, fijo que nos ayudan a ubicarnos-y de repente se dio cuenta de que debido a tanto ajetreo aún no había hecho algo tan trivial como presentarse, haciendo una leve reverencia irónica antes de continuar.-Mi nombre es Nick por cierto, siento el agarrón repentino, espero que no te lo tomases a malas porque no me gustaría acabar como ese otro desgraciado-volvió a burlarse un poco más del recaudador de impuestos para luego volver a su postura normal y echar otro vistazo a la gente que les rodeaba.
-¿De casualidad no estarás buscando la forma de acceder a la ciudad capital no? Porque llevo desde que atraqué en la isla buscando la manera de llegar y sigo con las manos vacías. Por lo que pude averiguar existe una red de túneles subterráneos para la minería que conecta casi todos los lugares de la isla, por lo que a cojones que la ciudad debe ser uno de ellos. La cosa es que después de no se cuanto tiempo vagando solo por la oscuridad volví al mismo lugar de origen, sin guía es imposible adentrarse allí y no perderse en el camino-una pequeña sonrisa traviesa apareció en su cara mientras juntaba las manos y hacía un pequeño puchero.
-Viendo tus "encantos naturales" estoy seguro de que te será fácil convencer a alguien para que nos eche una mano. ¿Le harías ese favor a este amable y apuesto desconocido? Te juro que te recompensaré-obviamente no iba a compartir un ápice de su botín con ella, pero viendo lo buena persona que parecía estaba seguro de que sería capaz de convencerla de echarle una mano, al fin y al cabo, ¿quién le diría que no a una carita como la suya?
No obstante tampoco es que hubiesen acabado en un sitio mucho mejor, rodeados de enfermos y bajo un techo que parecía estar en las últimas. Pero viendo el estado actual de la isla, tampoco contaba con encontrar sitios mucho mejores.-Sin duda la buena suerte nos está siendo esquiva-como si el destino quisiese corroborar esta última afirmación, una explosión proveniente de la ciudad se escuchó a lo lejos, provocando una pequeña conmoción en la pobre banda de desgraciados que tenían cerca, los cuales tenían tan pocas energías que apenas reaccionaron o buscaron refugio.
-Bueno, en peores situaciones he estado. Al menos viendo su lamentable aspecto podemos decir con seguridad que son locales, fijo que nos ayudan a ubicarnos-y de repente se dio cuenta de que debido a tanto ajetreo aún no había hecho algo tan trivial como presentarse, haciendo una leve reverencia irónica antes de continuar.-Mi nombre es Nick por cierto, siento el agarrón repentino, espero que no te lo tomases a malas porque no me gustaría acabar como ese otro desgraciado-volvió a burlarse un poco más del recaudador de impuestos para luego volver a su postura normal y echar otro vistazo a la gente que les rodeaba.
-¿De casualidad no estarás buscando la forma de acceder a la ciudad capital no? Porque llevo desde que atraqué en la isla buscando la manera de llegar y sigo con las manos vacías. Por lo que pude averiguar existe una red de túneles subterráneos para la minería que conecta casi todos los lugares de la isla, por lo que a cojones que la ciudad debe ser uno de ellos. La cosa es que después de no se cuanto tiempo vagando solo por la oscuridad volví al mismo lugar de origen, sin guía es imposible adentrarse allí y no perderse en el camino-una pequeña sonrisa traviesa apareció en su cara mientras juntaba las manos y hacía un pequeño puchero.
-Viendo tus "encantos naturales" estoy seguro de que te será fácil convencer a alguien para que nos eche una mano. ¿Le harías ese favor a este amable y apuesto desconocido? Te juro que te recompensaré-obviamente no iba a compartir un ápice de su botín con ella, pero viendo lo buena persona que parecía estaba seguro de que sería capaz de convencerla de echarle una mano, al fin y al cabo, ¿quién le diría que no a una carita como la suya?
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Glyde tal vez no conocía mucho del mundo criminal, pero si algo era seguro es seguro es que alguien se había ensañado con ella y lo mas probable es que ahora tenia un nuevo enemigo, que sumando a la lista solo complicaba mas las posibilidades de encontrar a su próximo embarque para poder huir a la próxima isla del camino.
Y no era difícil notar que esto era obra de la mala suerte de la chica… Después de todo, solo ella era lo suficientemente bella como para llamar la atención de un matón local, aunque eso no le quedase del todo claro aún.
-La suerte se me ha debido olvidar en alguna isla atrás… - comentaría cabizbaja mirando de reojo a los enfermos que… Por desgracia era incapaz de ayudar sin medicamento alguno, pero que aun así llamarían su atención, todo mientras a lo lejos se oía una explosión casual, de entre varias otras en la ciudad.
-De verdad parece que la situación aquí va de mal a peor. – Diría ella, escuchando luego al chico que parecía convencido que con todos los problemas los locales nos ayudarían mínimamente por lo menos.
-Yo no estaría tan segura… - hablaría viendo que el sujeto parecía no entender de lo que iba un contacto, cosa que daría que hablar mas tarde, pero ahora solo recordaría el sujeto sutilmente que debían presentarse casualmente. -Mi nombre es Glyde y… - Terminaría siendo cortada sacándole una pequeña sonrisa a la chica por el chiste -Descuida tengo principios. – comentaría la mujer dejando de verle y mirando a sus alrededores.
-No me gusta dañar civiles. – comentaría rascándose la mejilla sonriente, intentando ubicarse de donde estaban, porque según lo que había escuchado de su grupo de amigos que iba con el imbécil del bastón, es que se iban a largar por unos túneles junto a un contacto para llegar donde el que nos sacaría de la isla, cosa que le venia de perlas, para pedirle ayuda al sujeto que tenía adelante.
-Planeaba acceder al centro de la ciudad, e irme. – Explicaría viéndolo de nuevo un poco seria al sujeto de los tatuajes de primerizo -Pero, se complicó todo, por los accidentes…- terminaría apuntando al cielo, porque se explicaban solas las complicaciones.
Sería entonces que el sujeto diría que a ella no le sería difícil conseguir ayuda, a lo cual el diría de echarse una mano mutuamente a lo cual contestaria pensándolo un poco -Te ayudare, pero ¿te estoy haciendo todo el trabajo no crees? – Le cuestionaría entonces suspirando -Bueno, igualmente con tener tu mera presencia hace que no me vean tanto a mi… - Diría tirando un comentario al aire, pensándolo unos segundos para decir -Trato hecho entonces... Solo ayúdame a encontrar una entrada a algún túnel. – Explicaría sabiendo que a ella le ayudarían con o sin él, sea por lo que comento el, o porque era parte de la revolución.
Por lo cual era de admitir que no era tonta en lo mas mínimo, sino que nadie la tomaba en serio.
Y no era difícil notar que esto era obra de la mala suerte de la chica… Después de todo, solo ella era lo suficientemente bella como para llamar la atención de un matón local, aunque eso no le quedase del todo claro aún.
-La suerte se me ha debido olvidar en alguna isla atrás… - comentaría cabizbaja mirando de reojo a los enfermos que… Por desgracia era incapaz de ayudar sin medicamento alguno, pero que aun así llamarían su atención, todo mientras a lo lejos se oía una explosión casual, de entre varias otras en la ciudad.
-De verdad parece que la situación aquí va de mal a peor. – Diría ella, escuchando luego al chico que parecía convencido que con todos los problemas los locales nos ayudarían mínimamente por lo menos.
-Yo no estaría tan segura… - hablaría viendo que el sujeto parecía no entender de lo que iba un contacto, cosa que daría que hablar mas tarde, pero ahora solo recordaría el sujeto sutilmente que debían presentarse casualmente. -Mi nombre es Glyde y… - Terminaría siendo cortada sacándole una pequeña sonrisa a la chica por el chiste -Descuida tengo principios. – comentaría la mujer dejando de verle y mirando a sus alrededores.
-No me gusta dañar civiles. – comentaría rascándose la mejilla sonriente, intentando ubicarse de donde estaban, porque según lo que había escuchado de su grupo de amigos que iba con el imbécil del bastón, es que se iban a largar por unos túneles junto a un contacto para llegar donde el que nos sacaría de la isla, cosa que le venia de perlas, para pedirle ayuda al sujeto que tenía adelante.
-Planeaba acceder al centro de la ciudad, e irme. – Explicaría viéndolo de nuevo un poco seria al sujeto de los tatuajes de primerizo -Pero, se complicó todo, por los accidentes…- terminaría apuntando al cielo, porque se explicaban solas las complicaciones.
Sería entonces que el sujeto diría que a ella no le sería difícil conseguir ayuda, a lo cual el diría de echarse una mano mutuamente a lo cual contestaria pensándolo un poco -Te ayudare, pero ¿te estoy haciendo todo el trabajo no crees? – Le cuestionaría entonces suspirando -Bueno, igualmente con tener tu mera presencia hace que no me vean tanto a mi… - Diría tirando un comentario al aire, pensándolo unos segundos para decir -Trato hecho entonces... Solo ayúdame a encontrar una entrada a algún túnel. – Explicaría sabiendo que a ella le ayudarían con o sin él, sea por lo que comento el, o porque era parte de la revolución.
Por lo cual era de admitir que no era tonta en lo mas mínimo, sino que nadie la tomaba en serio.
Nick Valentine
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Nick asintió agradecido en cuanto la mujer aceptó, no perdiendo el tiempo en localizar una de las numerosas bocas de los túneles que estaban esparcidas por toda la isla.-Ahora te toca a ti guiarnos my lady-dijo en tono irónico mientras maldecía su mala visión, siendo incapaz de ver con claridad lo que le esperaba delante de sus propias narices.
¿Pero qué otra cosa podía hacer? Se negaba a volver con las manos vacías a la embarcación, y si retrocedía se encontraría de bruces con los mafiosos que acababan de ser humillados por su peculiar compañera. Por lo que hizo de tripas corazón y emprendió la caminata esperando a que Glyde le estuviese siguiendo, a su lado, estando un par de minutos caminando en pleno silencio mientras recorrían los oscuros senderos.
-¿Y por qué se supone que quieres ir al centro? ¿Tienes a algún amigo allí refugiado? ¿O acaso simplemente te picaba la curiosidad?-se giró a la hora de preguntarle, quedando totalmente atónito al no poder discernir la figura femenina por ningún lado. ¿Cuánto tiempo llevaba solo?¿Lo hizo aposta y le había hecho meterse en el túnel para reírse de él o simplemente ella también se había perdido?
-De nada sirve lamentarme ahora, tengo que seguir avanzando y cruzar los dedos para no volver a meterme una hostia-y tal como pensó, siguió caminando a regañadientes durante no se cuantos minutos, hasta que su mala suerte le dio el golpe definitivo.
-¿Estos son temblores?-toda la caverna empezó a vibrar, y antes de que se diese cuenta, las rocosas paredes empezaron a derrumbarse obligando al oni a correr desesperado en cualquier dirección para no morir aplastado. Pero por milagro divino, Nick consiguió localizar un pequeño haz de luz que siguió como su única esperanza para salir de esa trampa mortal, gritando de euforia cuando por fin vio una salida de ese ataúd rocoso.
-Espero que esa tal Glyde haya sobrevivido...aunque tampoco tengo tiempo para preocuparme por el resto. Me tengo que largar ya de esta dichosa isla, un maldito trozo de piedra no merece que me juegue tantas veces mi pellejo-suspiró derrotado, agradeciendo al menos que la peculiar salida que había tomado le dejó de nuevo en plena entrada del puerto, escabulléndose entre la muchedumbre teniendo especial cuidado de no ser localizado por los pocos mafiosos que empezaban a hacer rondas de vigilancia por la zona en busca de la pareja que acababa de humillar a uno de sus jefes.
Pero por suerte para Nick, consiguió colarse en un pequeño navío antes de que pudiesen pillarlo, escondiéndose en una caja de suministros sin otra opción que confiar en que aquella embarcación le sacase de allí a pesar de no tener ni idea de a donde se dirigían.
-Cualquier sitio mejor que una isla postapocalíptica donde las nubes escupen ácido y una panda de yakuzas intenta cortarme la cabeza-pensó pragmáticamente mientras intentaba ponerse cómodo dentro de la pequeña caja donde le tocaría estar durante demasiado tiempo.
¿Pero qué otra cosa podía hacer? Se negaba a volver con las manos vacías a la embarcación, y si retrocedía se encontraría de bruces con los mafiosos que acababan de ser humillados por su peculiar compañera. Por lo que hizo de tripas corazón y emprendió la caminata esperando a que Glyde le estuviese siguiendo, a su lado, estando un par de minutos caminando en pleno silencio mientras recorrían los oscuros senderos.
-¿Y por qué se supone que quieres ir al centro? ¿Tienes a algún amigo allí refugiado? ¿O acaso simplemente te picaba la curiosidad?-se giró a la hora de preguntarle, quedando totalmente atónito al no poder discernir la figura femenina por ningún lado. ¿Cuánto tiempo llevaba solo?¿Lo hizo aposta y le había hecho meterse en el túnel para reírse de él o simplemente ella también se había perdido?
-De nada sirve lamentarme ahora, tengo que seguir avanzando y cruzar los dedos para no volver a meterme una hostia-y tal como pensó, siguió caminando a regañadientes durante no se cuantos minutos, hasta que su mala suerte le dio el golpe definitivo.
-¿Estos son temblores?-toda la caverna empezó a vibrar, y antes de que se diese cuenta, las rocosas paredes empezaron a derrumbarse obligando al oni a correr desesperado en cualquier dirección para no morir aplastado. Pero por milagro divino, Nick consiguió localizar un pequeño haz de luz que siguió como su única esperanza para salir de esa trampa mortal, gritando de euforia cuando por fin vio una salida de ese ataúd rocoso.
-Espero que esa tal Glyde haya sobrevivido...aunque tampoco tengo tiempo para preocuparme por el resto. Me tengo que largar ya de esta dichosa isla, un maldito trozo de piedra no merece que me juegue tantas veces mi pellejo-suspiró derrotado, agradeciendo al menos que la peculiar salida que había tomado le dejó de nuevo en plena entrada del puerto, escabulléndose entre la muchedumbre teniendo especial cuidado de no ser localizado por los pocos mafiosos que empezaban a hacer rondas de vigilancia por la zona en busca de la pareja que acababa de humillar a uno de sus jefes.
Pero por suerte para Nick, consiguió colarse en un pequeño navío antes de que pudiesen pillarlo, escondiéndose en una caja de suministros sin otra opción que confiar en que aquella embarcación le sacase de allí a pesar de no tener ni idea de a donde se dirigían.
-Cualquier sitio mejor que una isla postapocalíptica donde las nubes escupen ácido y una panda de yakuzas intenta cortarme la cabeza-pensó pragmáticamente mientras intentaba ponerse cómodo dentro de la pequeña caja donde le tocaría estar durante demasiado tiempo.
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