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¡Whisky Peak! ¡La tierra de los cazadores, la tierra de los maleantes, la tierra de las cruces! Sin duda alguna el mejor lugar del mundo para ganar unos berries rápidos para mis caprichos de septiembre. Mis muchachos y yo habíamos amarrado la fragata en el puerto y nos habíamos dirigido a la taberna más grande del lugar, la "Garrapata Sifilosa". Era el establecimiento de ida obligatoria si querías coger la cogorza del siglo. Además de ser la tasca más grande de toda la villa, era la única que contaba con un escenario, el cual era perfecto para mi. Así que no tardé mucho en presentarme ante el tabernero, y con mucho don de gentes llegar a un acuerdo para que me permitiera actuar en la actuación de la próxima semana.
Al principio el hombre no parecía muy convencido, y de hecho tuve que soltar algunas joyas, ron, y otras cosas que habíamos saqueado de un mercante hace apenas tres días antes de llegar a esta isla. Pero esto tampoco le pareció suficiente. ¿Que tío más avaro verdad? Me consideraba buena gente, y la verdad estaba siendo generosa en demasía, y aún así se me estaba poniendo pegas. Suspiré al ver que esto no iba a ser tan fácil, así que tuve que tirar del comodín de la llamada y decirle al tabernero que era la hija de Sir Meneror. Si, has escuchado bien, mi papá era un puto sichibukai. No era algo que me alegrara decir, y si podía evitarlo mejor que mejor. Ya que yo había empezado mi carrera pirata por mi cuenta hace apenas unos meses, y ya tenía diez millones por mi cabeza. ¿Nada mal eh?. Pero estaba empezando, y si para lograr lo que quiero tengo que tirar de papi, pues lo haría.
Así que logré que me dieran el puesto para la actuación para el veinte de septiembre. Naminé ¿ pero no querías la actuación de la semana que viene? Emmm si, pero bueno, Naminé no es Meneror así que ..bueno, me dieron para dentro de tres semanas la actuación...¡pero me la dieron!. Fuera como fuera mis muchacho estarían por la isla durante este período de tiempo; bien bebiendo, tirándose a mujeres, hombres o animales y maldiciendo a los marines a grito de guitarra a las cinco de la madrugada. Yo me encontraba en mi camarote, y dije que no se me molestara por esas tres semanas. Quería dar un gran espectáculo, ganar renombre en este atolladero de villa. Así que pensé en como podía usar mi poder para darle un "toque más personal" a mi actuación. Así que pensé y pensé, hasta lograr vislumbrar algo.
"Y si...diera algo de color".
¡Oh si! ¡Dar color, vida, música envolvente! ¡Prismas, formas , ángulos, notas , tonos y arte!. Vale, tengo algo en mente, pero debía probarlo. Veamos si mi pequeño "don" me permite hacer cosas bonitas.
¿Qué iba a hacer? Era una sorpresa, pero durante esas tres semanas estuve practicando aquel concepto que tenía en mente. El mundo era un escenario, el público un crítico, y yo una artista. ¡La mejor puta artista homicida pirata de la historia! ¡Naminé!, que todo sea luz, brillo y color!. Así que día tras día mis hombres veían, desde el puerto, como las ventanas de popa, del camarote del capitán se iluminaban continuamente, como si hubiera una fiesta montada. Otras veces se escuchaban gritos y golpes, como si hubiera una pelea, y otras veces había un silencio absoluto. Mis muchachos tenían orden expresa de no molestarme, pero ya cuando el día de la actuación se acercaba, y no daba señales de vida, mi artillero Shaggy decidió subir al barco y petar en la puerta de mi camarote.
-¿Capitana? ¿ Está ahi?.- dijo dando un pequeño golpe de nudillo contra la puerta.- Los muchachos y yo estamos preocupados, lleva muchos días ahí metida
-´¡QUE HE DICHO QUE NO ME MOLESTEEEEN!.
Una silla de escritorio salió despedida por una de las ventanas frontales del camarote, haciendo que Saggy de cubriera contra la pared antes de que la mesa del escritorio saliera disparada por la puerta del camarote.
Shaggy se acercó lentamente, todavía flipando por la situación. Y con sumo cuidado me pudo ver a mi tirada en una esquina, apoyada contra mi catre jugando con mis manos creando una pequeña corchea de luz. Estaba muy frustrada y gruñía a los ratos al ver que no lograba lo que buscaba.
-¡Tiene que ser mejor, más grande!
-Capitana...¿Se encuentra bien? ¿Quiere que le traiga algo de beber?.
-¡Claro que no estoy bien!- dije antes de cerrar mi puño y hacer que la corchea desapareciera.- ¡Tengo hambre, tengo sed, tengo unos nervios que como se me pasen de golpe juro que me cago aquí mismo. Llevo tres putas semanas aquí metidas y solo he logrado crear putos objetos de mierda del tamaño de un zurullor de perro! ¡Y encima me he roto una uña! ¡Y si esto fuera poco actúo mañana por la noche!¡ ¿Cómo cojones quieres que esté!?
Al principio el hombre no parecía muy convencido, y de hecho tuve que soltar algunas joyas, ron, y otras cosas que habíamos saqueado de un mercante hace apenas tres días antes de llegar a esta isla. Pero esto tampoco le pareció suficiente. ¿Que tío más avaro verdad? Me consideraba buena gente, y la verdad estaba siendo generosa en demasía, y aún así se me estaba poniendo pegas. Suspiré al ver que esto no iba a ser tan fácil, así que tuve que tirar del comodín de la llamada y decirle al tabernero que era la hija de Sir Meneror. Si, has escuchado bien, mi papá era un puto sichibukai. No era algo que me alegrara decir, y si podía evitarlo mejor que mejor. Ya que yo había empezado mi carrera pirata por mi cuenta hace apenas unos meses, y ya tenía diez millones por mi cabeza. ¿Nada mal eh?. Pero estaba empezando, y si para lograr lo que quiero tengo que tirar de papi, pues lo haría.
Así que logré que me dieran el puesto para la actuación para el veinte de septiembre. Naminé ¿ pero no querías la actuación de la semana que viene? Emmm si, pero bueno, Naminé no es Meneror así que ..bueno, me dieron para dentro de tres semanas la actuación...¡pero me la dieron!. Fuera como fuera mis muchacho estarían por la isla durante este período de tiempo; bien bebiendo, tirándose a mujeres, hombres o animales y maldiciendo a los marines a grito de guitarra a las cinco de la madrugada. Yo me encontraba en mi camarote, y dije que no se me molestara por esas tres semanas. Quería dar un gran espectáculo, ganar renombre en este atolladero de villa. Así que pensé en como podía usar mi poder para darle un "toque más personal" a mi actuación. Así que pensé y pensé, hasta lograr vislumbrar algo.
"Y si...diera algo de color".
¡Oh si! ¡Dar color, vida, música envolvente! ¡Prismas, formas , ángulos, notas , tonos y arte!. Vale, tengo algo en mente, pero debía probarlo. Veamos si mi pequeño "don" me permite hacer cosas bonitas.
¿Qué iba a hacer? Era una sorpresa, pero durante esas tres semanas estuve practicando aquel concepto que tenía en mente. El mundo era un escenario, el público un crítico, y yo una artista. ¡La mejor puta artista homicida pirata de la historia! ¡Naminé!, que todo sea luz, brillo y color!. Así que día tras día mis hombres veían, desde el puerto, como las ventanas de popa, del camarote del capitán se iluminaban continuamente, como si hubiera una fiesta montada. Otras veces se escuchaban gritos y golpes, como si hubiera una pelea, y otras veces había un silencio absoluto. Mis muchachos tenían orden expresa de no molestarme, pero ya cuando el día de la actuación se acercaba, y no daba señales de vida, mi artillero Shaggy decidió subir al barco y petar en la puerta de mi camarote.
-¿Capitana? ¿ Está ahi?.- dijo dando un pequeño golpe de nudillo contra la puerta.- Los muchachos y yo estamos preocupados, lleva muchos días ahí metida
-´¡QUE HE DICHO QUE NO ME MOLESTEEEEN!.
Una silla de escritorio salió despedida por una de las ventanas frontales del camarote, haciendo que Saggy de cubriera contra la pared antes de que la mesa del escritorio saliera disparada por la puerta del camarote.
Shaggy se acercó lentamente, todavía flipando por la situación. Y con sumo cuidado me pudo ver a mi tirada en una esquina, apoyada contra mi catre jugando con mis manos creando una pequeña corchea de luz. Estaba muy frustrada y gruñía a los ratos al ver que no lograba lo que buscaba.
-¡Tiene que ser mejor, más grande!
-Capitana...¿Se encuentra bien? ¿Quiere que le traiga algo de beber?.
-¡Claro que no estoy bien!- dije antes de cerrar mi puño y hacer que la corchea desapareciera.- ¡Tengo hambre, tengo sed, tengo unos nervios que como se me pasen de golpe juro que me cago aquí mismo. Llevo tres putas semanas aquí metidas y solo he logrado crear putos objetos de mierda del tamaño de un zurullor de perro! ¡Y encima me he roto una uña! ¡Y si esto fuera poco actúo mañana por la noche!¡ ¿Cómo cojones quieres que esté!?
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— Sorachi, ¿Sabes que isla es esta?, No se ve demasiado bonita — Mientras navegaban hasta llegar a Whisky Peak la pequeña Ocho se sentía inquieta, su mente le hacía entender que está isla no era como muchas otras.
— Es..to es Cac...tus Is..land— Aclaró Sora al llegar. Antes de pisar tierra firme este debía aclarar varios puntos importantes con la pequeña. Pues está isla es bastante peligrosa. Por lo que tomó su cuaderno y comenzó a escribir ** Ocho, esta isla está repleta de cazarrecompensas, debes estar en todo momento con tu espada, no importa que aún no te sientas lista para usarla, mantenla contigo y también lleva el clarinete que te he regalado, con el puedes usar tu fruta, ya sabes, tu conoces mejor que yo tus propias habilidades**
—De acuerdo, ¿Bajaremos hoy, o esperaremos hasta el amanecer? — Preguntó la pequeña un poco intrigada, si tenía que ir armada es porque realmente había peligro en esa isla, ya que Sora es protector y casi nunca la deja ir con su espada.
— Hoy — Sora se limitó a responder, nada más, nada menos. Sora tomó su martillo y lo amarró a su espalda y acomodó su estoque en el lado derecho de su cintura. La pequeñas ocho hizo lo mismo, tomó la caja de su clarinete y la amarró a su espalda y tomó su pequeña Katana y la colocó en su cintura. Quizá no iba a ser la mejor presentación de toda la vida, pero ir armados en una isla como Cactus Island era una regla de Oro.
Sora esperaba que su cartel estuviera por alguna parte de la isla, por lo que se preparaba para lo peor, pero daba igual. Bajaron del barco para dirigirse al bar más cercano, era una taberna bastante grande, había una cantidad considerable de personas hablando y murmurando de alguna presentación que sucedería mañana en la noche. Al traspasar la puerta la gente miró de reojo a Sora y su pequeña acompañante, pero nadie prestó demasiada atención por lo que ambos se sentaron para ordenar una bebida.
— Dos jugos de naranja, sin nada de alcohol, Por favor — ordenó la pequeña mientras se sentaba y jugueteaba con sus pies pues era tan alto el asiento que sus piesitos no llegaban al suelo. Sora mantenía sus alas endebles, le daba igual que pensaran de el, no le importaba gran cosa si eran racistas y tal, al final los skypieans no han sido de gran impetu en la historia de los mares, más que solo unos pocos que han destacado por sus habilidades. Era evidente que habían cazadores, la música estaba alta pero Sora quitaba la mirada de alguno de ellos, no solo eran cazadores, también habían unos cuantos piratas al parecer provenientes de la misma banda. Lo que hizo que Sora se sintiera un poco más tranquilo.
Pidieron algo de comer y tras pocas horas volvieron al barco, de noche no podían conseguir nada en esa isla, además de que corrían el riesgo de que pasara una desgracia camino al barco por lo que decidieron irse a descansar y salir nuevamente al otro día. Aunque Ocho pudo percatarse de que había otro barco pirata también anclado.
— Sorachi, eso también es un barco pirata, más grande que el nuestro, pero estoy segurisima que son piratas — Sora no hizo más que acariciar levemente a Ocho para pedirle que se fuera a dormir a su camarote, no había necesidad de preocuparse por nada.
— Es..to es Cac...tus Is..land— Aclaró Sora al llegar. Antes de pisar tierra firme este debía aclarar varios puntos importantes con la pequeña. Pues está isla es bastante peligrosa. Por lo que tomó su cuaderno y comenzó a escribir ** Ocho, esta isla está repleta de cazarrecompensas, debes estar en todo momento con tu espada, no importa que aún no te sientas lista para usarla, mantenla contigo y también lleva el clarinete que te he regalado, con el puedes usar tu fruta, ya sabes, tu conoces mejor que yo tus propias habilidades**
—De acuerdo, ¿Bajaremos hoy, o esperaremos hasta el amanecer? — Preguntó la pequeña un poco intrigada, si tenía que ir armada es porque realmente había peligro en esa isla, ya que Sora es protector y casi nunca la deja ir con su espada.
— Hoy — Sora se limitó a responder, nada más, nada menos. Sora tomó su martillo y lo amarró a su espalda y acomodó su estoque en el lado derecho de su cintura. La pequeñas ocho hizo lo mismo, tomó la caja de su clarinete y la amarró a su espalda y tomó su pequeña Katana y la colocó en su cintura. Quizá no iba a ser la mejor presentación de toda la vida, pero ir armados en una isla como Cactus Island era una regla de Oro.
Sora esperaba que su cartel estuviera por alguna parte de la isla, por lo que se preparaba para lo peor, pero daba igual. Bajaron del barco para dirigirse al bar más cercano, era una taberna bastante grande, había una cantidad considerable de personas hablando y murmurando de alguna presentación que sucedería mañana en la noche. Al traspasar la puerta la gente miró de reojo a Sora y su pequeña acompañante, pero nadie prestó demasiada atención por lo que ambos se sentaron para ordenar una bebida.
— Dos jugos de naranja, sin nada de alcohol, Por favor — ordenó la pequeña mientras se sentaba y jugueteaba con sus pies pues era tan alto el asiento que sus piesitos no llegaban al suelo. Sora mantenía sus alas endebles, le daba igual que pensaran de el, no le importaba gran cosa si eran racistas y tal, al final los skypieans no han sido de gran impetu en la historia de los mares, más que solo unos pocos que han destacado por sus habilidades. Era evidente que habían cazadores, la música estaba alta pero Sora quitaba la mirada de alguno de ellos, no solo eran cazadores, también habían unos cuantos piratas al parecer provenientes de la misma banda. Lo que hizo que Sora se sintiera un poco más tranquilo.
Pidieron algo de comer y tras pocas horas volvieron al barco, de noche no podían conseguir nada en esa isla, además de que corrían el riesgo de que pasara una desgracia camino al barco por lo que decidieron irse a descansar y salir nuevamente al otro día. Aunque Ocho pudo percatarse de que había otro barco pirata también anclado.
— Sorachi, eso también es un barco pirata, más grande que el nuestro, pero estoy segurisima que son piratas — Sora no hizo más que acariciar levemente a Ocho para pedirle que se fuera a dormir a su camarote, no había necesidad de preocuparse por nada.
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Las luces siguieron saliendo del camarote hasta bien entrada la noche. Ya estaba cansada y era suficiente práctica por hoy. Salí del camarote y pude ver a la tribulación durmiendo ya en cubierta. ¿ Cuántas horas habían pasado? Las suficientes para que este grupo de alcohólicos acabaran medio muertos en cubierta roncando a pierna suelta. Yo la verdad es que no tenía sueño, a pesar de la modorra que tenía encima, y llevaba una botella de ginebra abierta en la mano. Así que opté por dar una vuelta por la villa. Así que bajé de mi barco por la pasarela hasta llegar al muelle. Me llamó mucho la atención el ver otro barco, más pequeño cerca del mío. Juraría que este muelle estaba vacío hace unas horas. No sé, habrán llegado nuevos visitantes a la isla.
Antes de ir al pueblo me senté sobre un barril que había en el muelle entre los dos barcos. Alcé la botella y le di un trago largo antes de quedar mirando el barco que tenía enfrente. No le di mucha importancia, y seguí bebiendo hasta que me acabé la botella, maldiciendo mi suerte y tirándola contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos. Me quedé pensativa por unos segundos, y seguía dándole vueltas a lo de la actuación y al desarrollo de lo que quería hacer en ella. Me puse a jugar con las manos, ya que no podía evitar el dejar de practicar, y de pensar en el idiota de mi padre, Meneror. ¿Qué estaría haciendo ahora? Seguro que trabajando en alguna labor para el Gobierno como sichibukai...pff vaya vendido. Bueno, me daba igual. Comencé a frotarme las manso mientras entonaba una melodía muy baja, que casi ni escuchaba yo, y de entre mis palmas brotó una corchea de luz. Comencé a jugar con ella, manteniendo el tono mientras la dejaba en la palma de la mano izquierda, mientras que en la derecha alcé un poquito la voz y apareció una bailarina danzando sobre la palma de la mano. Esto em provocó una leve sonrisa, al menos tanto tiempo practicando había dado algún efecto, menor pero ahí estaba.
-Como demonios os expando...-dije pensando en voz baja antes de echar un vistazo a lo lejos a la ciudad- Quizás necesite más alcohol...o quizás...algo más de alegría.
Bueno, estaba allí sola, tranquila en el muelle, quizás era el mejor momento de cantar algo para mi por una vez, y eso hice, alcé la voz para empezar a entonar una melodía, no sin antes mover mis manos haciendo el gesto de que estaba tocando un laúd. Empecé a cantar y la música empezó a sonar a mi alrededor. La luna ya estaba en alto, era el momento perfecto. La canción era una que había aprendido en Mock Town, hace unos meses. Era de las más populares entre la ciudad y mi tripulación, ya que les relajaba y muchos acababan durmiéndose placenteramente. ¿ Por qué la cantaba entonces? Sencillo, me relajaba y me hacía pensar en mi hogar, Toussaint. Que si bien era un lugar donde mi padre gobernaba como un déspota, a mi solo me traía buenos recuerdos, sobre todo por aquellos prados verdes de la colina del Rey, donde pasaba horas tumbada al sol en el césped.
Una vez acabé de entonar la melodía, y de ver como algunas gaviotas se posaban en los poyetes del puerto como si me estuvieran escuchando, alzaron el vuelo. Quedándome sola otra vez. Por muchas cosas buenas que tuviera mi poder, siempre me sentía sola a pesar de que mi voz atraía a todo el mundo. Era gracioso, ahora entendía porque me llamaban la Sirena, atraigo a todos con la voz, pero cuando ven mi naturaleza real salen corriendo. Iba a ser muy difícil quitarme el estigma de "hija de", pero por algú nsitio debía empezar. Así que me levanté del barril, suspiré y me puse en dirección hacia la villa.
Antes de ir al pueblo me senté sobre un barril que había en el muelle entre los dos barcos. Alcé la botella y le di un trago largo antes de quedar mirando el barco que tenía enfrente. No le di mucha importancia, y seguí bebiendo hasta que me acabé la botella, maldiciendo mi suerte y tirándola contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos. Me quedé pensativa por unos segundos, y seguía dándole vueltas a lo de la actuación y al desarrollo de lo que quería hacer en ella. Me puse a jugar con las manos, ya que no podía evitar el dejar de practicar, y de pensar en el idiota de mi padre, Meneror. ¿Qué estaría haciendo ahora? Seguro que trabajando en alguna labor para el Gobierno como sichibukai...pff vaya vendido. Bueno, me daba igual. Comencé a frotarme las manso mientras entonaba una melodía muy baja, que casi ni escuchaba yo, y de entre mis palmas brotó una corchea de luz. Comencé a jugar con ella, manteniendo el tono mientras la dejaba en la palma de la mano izquierda, mientras que en la derecha alcé un poquito la voz y apareció una bailarina danzando sobre la palma de la mano. Esto em provocó una leve sonrisa, al menos tanto tiempo practicando había dado algún efecto, menor pero ahí estaba.
-Como demonios os expando...-dije pensando en voz baja antes de echar un vistazo a lo lejos a la ciudad- Quizás necesite más alcohol...o quizás...algo más de alegría.
Bueno, estaba allí sola, tranquila en el muelle, quizás era el mejor momento de cantar algo para mi por una vez, y eso hice, alcé la voz para empezar a entonar una melodía, no sin antes mover mis manos haciendo el gesto de que estaba tocando un laúd. Empecé a cantar y la música empezó a sonar a mi alrededor. La luna ya estaba en alto, era el momento perfecto. La canción era una que había aprendido en Mock Town, hace unos meses. Era de las más populares entre la ciudad y mi tripulación, ya que les relajaba y muchos acababan durmiéndose placenteramente. ¿ Por qué la cantaba entonces? Sencillo, me relajaba y me hacía pensar en mi hogar, Toussaint. Que si bien era un lugar donde mi padre gobernaba como un déspota, a mi solo me traía buenos recuerdos, sobre todo por aquellos prados verdes de la colina del Rey, donde pasaba horas tumbada al sol en el césped.
Una vez acabé de entonar la melodía, y de ver como algunas gaviotas se posaban en los poyetes del puerto como si me estuvieran escuchando, alzaron el vuelo. Quedándome sola otra vez. Por muchas cosas buenas que tuviera mi poder, siempre me sentía sola a pesar de que mi voz atraía a todo el mundo. Era gracioso, ahora entendía porque me llamaban la Sirena, atraigo a todos con la voz, pero cuando ven mi naturaleza real salen corriendo. Iba a ser muy difícil quitarme el estigma de "hija de", pero por algú nsitio debía empezar. Así que me levanté del barril, suspiré y me puse en dirección hacia la villa.
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Sora no podía dormir esa noche, a pesar de que todo estaba relativamente tranquilo y no parecía que los cazadores estaban tras ellos, no podía dejar de estar alerta. Y haber dirán un pirata con una recompensa tan baja ¿Quien lo miraría? He ahí el dilema, a la marina puede que le dé igual de momento pero la Legión odia todo ser que no sea un humano y era más que claro que nuestro pirata no lo era.
Desde su camarote escuchaba una voz, los primeros minutos la ignoró por completo, alguien se deprimió y comenzó a cantar era lo único que pensaba. Pero después de un rato tuvo que levantarse, con sus lentos movimientos tomó su martillo y se esforzó por llegar a cubierta pero cuando al fin había llegado ya la persona estaba caminando en dirección a la villa.
— Oeeeee — Gritó Sora fuertemente dirigiéndose hacia la chica que caminaba hacia aquel lugar. Comenzaron los mal entendidos. Sora había creído que esta persona había robado algo de su barco porque se encontraba muy cerca del mismo.
Sora concentró toda su energía en sus pies, mientras veía como la chica se alejaba, no sabía a ciencia cierta si se había robado algo, pero era sospechosa, no se detuvo a verificar si faltaba algo, solo tenía en mente que podría haber sido una ladrona. Con toda la concentración en sus piernas dió un salto y tomó su martillo. La madera del barco crujió pero por suerte no se había roto.
Aterrizó unos 5 metros detrás de la chica colocando su martillo hacia abajo para evitar algún daño en la caída, pero ocasionando que mucho polvo se levantara, esta cortina de humo nublaba la vista de ambos. — ¿Qui...en E..res? ¿Qué ha...ci...as en mi bar...co? — Sora se mantuvo en una postura defensiva, pues la cortina de humo no le permitiría ver si su contraria se movía hacia algún lado.
La luz de la luna, y la oscuridad dominante manejaban un contraste único con la cortina que se levantó tras el impacto del martillo. Era una escena típica de una película de vaqueros. Esperando a ver quién daría el primer disparo, en este caso, el primer golpe. Aunque probablemente no era necesario llegar a estos extremos.
— Si to..mas..te al..go de mi bar..co, de..vu..el..ve..lo — Objetó Sora mientras el polvo se movía de manera constante en el aire. El frío de la noche no era para nada agradable al menos no para el. Sus alas se mantenían aleteando, intentando que aquella cortina que había provocado el mismo se esfumase para poder observar el rostro de aquella mujer.
Desde su camarote escuchaba una voz, los primeros minutos la ignoró por completo, alguien se deprimió y comenzó a cantar era lo único que pensaba. Pero después de un rato tuvo que levantarse, con sus lentos movimientos tomó su martillo y se esforzó por llegar a cubierta pero cuando al fin había llegado ya la persona estaba caminando en dirección a la villa.
— Oeeeee — Gritó Sora fuertemente dirigiéndose hacia la chica que caminaba hacia aquel lugar. Comenzaron los mal entendidos. Sora había creído que esta persona había robado algo de su barco porque se encontraba muy cerca del mismo.
Sora concentró toda su energía en sus pies, mientras veía como la chica se alejaba, no sabía a ciencia cierta si se había robado algo, pero era sospechosa, no se detuvo a verificar si faltaba algo, solo tenía en mente que podría haber sido una ladrona. Con toda la concentración en sus piernas dió un salto y tomó su martillo. La madera del barco crujió pero por suerte no se había roto.
Aterrizó unos 5 metros detrás de la chica colocando su martillo hacia abajo para evitar algún daño en la caída, pero ocasionando que mucho polvo se levantara, esta cortina de humo nublaba la vista de ambos. — ¿Qui...en E..res? ¿Qué ha...ci...as en mi bar...co? — Sora se mantuvo en una postura defensiva, pues la cortina de humo no le permitiría ver si su contraria se movía hacia algún lado.
La luz de la luna, y la oscuridad dominante manejaban un contraste único con la cortina que se levantó tras el impacto del martillo. Era una escena típica de una película de vaqueros. Esperando a ver quién daría el primer disparo, en este caso, el primer golpe. Aunque probablemente no era necesario llegar a estos extremos.
— Si to..mas..te al..go de mi bar..co, de..vu..el..ve..lo — Objetó Sora mientras el polvo se movía de manera constante en el aire. El frío de la noche no era para nada agradable al menos no para el. Sus alas se mantenían aleteando, intentando que aquella cortina que había provocado el mismo se esfumase para poder observar el rostro de aquella mujer.
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La cosa no estaba siendo fácil pero tampoco es que fuera un completo fracaso .Algo era algo y dentro de lo malo no podía quejarme. Que necesitaba pulir cosas, correcto, que necesitaba ser mas fuerte, correcto. Pero lo bueno de estas cosas es que el tiempo me sobraba. Fuera como fuera en el momento en que me levanté para ir dirección a la villa una voz se escuchó a mi espalda en lo alto. Era un muchacho que parecía haber salido del barco que estaba anclado junto al mío y este había levantado bastante polvo dificultando la visión. ¿Era otro pirata? ¿ Alguien al que le debía pasta? No creo, porque normalmente me la deben a mi...,ay dioses, espero que no sea el amigo del tipo al que le estampé el bolígrafo en el cráneo el otro día.
Pero si era jovencísimo....me quedé mirándolo de arriba abajo, analizándolo sin responderle al momento sobre lo que me había dicho. Este chico debía de haber estado durmiendo o algo, porque pensaba que le había cogido algo del barco, cuando ni me había asomado a él. Ya que me encontraba en el muelle y no en la cubierta de su barco, así que creo que este chico estaba siendo víctima de un malentendido.
-Discúlpame muchacho pero creo que has errado el tiro. Yo vengo de ahí atrás- le señalé mi barco- No tengo interés alguno en tu barco o lo que puedas llevar, a no ser que tengas tu peso en alcohol ahi dentro, lo cual me interesaría para ahorrarme la caminata hasta la villa. - le dije con tono calmado mientras me llevaba las manos a la cadera.
-No, no he tomado nada de tu barco, y aunque lo hubiese hecho ¿ De verdad te funciona eso de decirle al que te roba que lo devuelva? ¿Eres un marine o que?. Ains, puedes estar tranquilo, no te he cogido nada, ni lo pretendo, solo quiero emborracharme y hacer como que este día no ha pasado- le dije con tono cansado. Realmente lo estaba, pues practicar lleva sus consecuencias - Si no me crees podemos seguir discutiendo, pero en la taberna, necesito comer algo y beber con urgencia ¿ Te parece? ¿ Si? ¿ No?. Yo desde luego voy.
En ese momento Yaso, el contramestre, que debió levantarse por el revuelo se asomó por la barandilla de mi navío, apuntando al muchacho joven con un mosquete.
-¿Todo bien capitana?.
Suspiré- Si , si todo bien , vuélvete al catres, estoy aquí haciendo amigos. Me voy a coger una cogorza y vuelvo luego
El marinero asintió, y así como había aparecido desapareció de la escena.
-Bueno, lo dicho., si quieres seguir acusándome de ladrona, estaré en aquella tasca que se ve a lo lejos. Tenga muy buena noche, y mucho gusto señor...¿Como le llamo?.
Giré sobre mis tacones y esta vez si que me puse a caminar hacia la villa.
Pero si era jovencísimo....me quedé mirándolo de arriba abajo, analizándolo sin responderle al momento sobre lo que me había dicho. Este chico debía de haber estado durmiendo o algo, porque pensaba que le había cogido algo del barco, cuando ni me había asomado a él. Ya que me encontraba en el muelle y no en la cubierta de su barco, así que creo que este chico estaba siendo víctima de un malentendido.
-Discúlpame muchacho pero creo que has errado el tiro. Yo vengo de ahí atrás- le señalé mi barco- No tengo interés alguno en tu barco o lo que puedas llevar, a no ser que tengas tu peso en alcohol ahi dentro, lo cual me interesaría para ahorrarme la caminata hasta la villa. - le dije con tono calmado mientras me llevaba las manos a la cadera.
-No, no he tomado nada de tu barco, y aunque lo hubiese hecho ¿ De verdad te funciona eso de decirle al que te roba que lo devuelva? ¿Eres un marine o que?. Ains, puedes estar tranquilo, no te he cogido nada, ni lo pretendo, solo quiero emborracharme y hacer como que este día no ha pasado- le dije con tono cansado. Realmente lo estaba, pues practicar lleva sus consecuencias - Si no me crees podemos seguir discutiendo, pero en la taberna, necesito comer algo y beber con urgencia ¿ Te parece? ¿ Si? ¿ No?. Yo desde luego voy.
En ese momento Yaso, el contramestre, que debió levantarse por el revuelo se asomó por la barandilla de mi navío, apuntando al muchacho joven con un mosquete.
-¿Todo bien capitana?.
Suspiré- Si , si todo bien , vuélvete al catres, estoy aquí haciendo amigos. Me voy a coger una cogorza y vuelvo luego
El marinero asintió, y así como había aparecido desapareció de la escena.
-Bueno, lo dicho., si quieres seguir acusándome de ladrona, estaré en aquella tasca que se ve a lo lejos. Tenga muy buena noche, y mucho gusto señor...¿Como le llamo?.
Giré sobre mis tacones y esta vez si que me puse a caminar hacia la villa.
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Lo que aquella chica decía tenia sentido. Probablemente Sora solo esta mas alerta de lo que debería por el motivo de estar en una isla de cazadores de recompensa. Conoce que tienen la fama de ser falsos, y embusteros. Por lo que este ha actuado de manera errática. Sora no podía aceptar la invitación de la chica, pues este no toma ni una gota de alcohol. Y dejar a la Ocho no era una opción.
Sora se percató del hombre que se encontraba en el barco, lo había apuntado, por lo que este simplemente bajó su martillo, no había razón para pelear. Ciertamente no había revisado si en verdad había robado algo, simplemente lo intuyó por simple sospechas. Por lo que realmente no tenia ningún motivo para pelear.
— Soy So..ra, re…cha..za..ré su so..li..ci..tud — Sora simplemente se volvió hasta su barco ya que no existía una razón valida para una lucha. Con sus pasos lentos nuestro pirata daba la vuelta para llegar a su barco, no podía permitirse descuidarse, pero la noche estaba realmente hermosa, la incertidumbre de quién era aquella mujer tan hermosa no dejaba que Sora estuviera relajado. Tras unos poco minutos Sora se aseguró de que Ocho estuviera profundamente dormida y tomó la moto plegable para entonces dirigirse hacia la taberna.
La brisa de la fría noche golpeaba constantemente el cuerpo de Sora mientras este continuaba en su moto de camino a la taberna. Este se acercaba cada vez mas hacia la taberna y se encontró con la chica. — ¿Te lle..vo? — Sora preguntó a la chica, su rostro era verdaderamente hermoso, no sabia quien era, no conocía a alguien con semejante belleza, y aunque no sabe demasiado sobre lo que ocurre en el mundo, siempre está dispuesto a conocer personas nuevas. — ¿E..ras tu qui..en can..ta..ba? — Sora se encontraba junto a la chica esperando su respuesta, no era demasiado el camino, pero de todas maneras quería darle otra impresión a la chica ya que la primera no fue sencillamente la correcta.
Sora se percató del hombre que se encontraba en el barco, lo había apuntado, por lo que este simplemente bajó su martillo, no había razón para pelear. Ciertamente no había revisado si en verdad había robado algo, simplemente lo intuyó por simple sospechas. Por lo que realmente no tenia ningún motivo para pelear.
— Soy So..ra, re…cha..za..ré su so..li..ci..tud — Sora simplemente se volvió hasta su barco ya que no existía una razón valida para una lucha. Con sus pasos lentos nuestro pirata daba la vuelta para llegar a su barco, no podía permitirse descuidarse, pero la noche estaba realmente hermosa, la incertidumbre de quién era aquella mujer tan hermosa no dejaba que Sora estuviera relajado. Tras unos poco minutos Sora se aseguró de que Ocho estuviera profundamente dormida y tomó la moto plegable para entonces dirigirse hacia la taberna.
La brisa de la fría noche golpeaba constantemente el cuerpo de Sora mientras este continuaba en su moto de camino a la taberna. Este se acercaba cada vez mas hacia la taberna y se encontró con la chica. — ¿Te lle..vo? — Sora preguntó a la chica, su rostro era verdaderamente hermoso, no sabia quien era, no conocía a alguien con semejante belleza, y aunque no sabe demasiado sobre lo que ocurre en el mundo, siempre está dispuesto a conocer personas nuevas. — ¿E..ras tu qui..en can..ta..ba? — Sora se encontraba junto a la chica esperando su respuesta, no era demasiado el camino, pero de todas maneras quería darle otra impresión a la chica ya que la primera no fue sencillamente la correcta.
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Umm, este chico era muy muy raro. ¿Era tartamudo o simplemente estaba acojonado? A primera vista no parecía un pirata importante, si lo era, o al menos me sonaba un poco. Ah es verdad, este chico tenía ¿tres?¿ Ocho millones? Es normal que acabara en Whysky Peak, ya que era uno de los muchos puntos de reunión de maleantes antes de salir al mar para ir a la siguiente isla. Igualmente no veía que tuviera tripulación, pero si aquel pequeño barco junto al mío. Seguramente este chico había empezado su carrera hace no mucho. Bueno, no podía culparlo la verdad. Todas las casas se empiezan construyendo colocando un ladrillo.
-Emmm...vale- le dije con cierto tono dubitativo antes de ver como volvía a su barco. Yo lo que quería era chuzarme un poco pasar la noche golpeándome con alguien o gritando por las calles como una loca. Bueno ,no, tenía una imagen que cuidar al fin y al cabo. Mientras yo divagaba , no le di mayor importancia a aquel muchacho, es mas solo pude decir " Que chico tan peculiar". Bueno, me giré sobre mis tacones y me fui para la taberna. No tardé ni tres minutos cuando escuché un ruido detrás de mi, y pude ver a Sora montado en una moto. La escena no podía ser mas arquetípica. Pero el problema es que el pueblo estaba ya casi al lado.
-Emm te lo agradezco, pero la villa ya está allí- le señalé con el dedo la entrada.- Igualmente gracias Sora
Parecía que es muchacho me había escuchado cantar anteriormente cuando pensaba que estaba sola. La verdad es que me alegró su comentario.
-Emm si, lo era, soy cantante y tengo actuado en algunas islas. Ahora próximamente cantaré en unas semanas aquí, y he venido con mucha antelación para prepararme. Si te gusta la música puedes venirte, a no ser que pasado ese tiempo te hayas marchado -nunca estaba de más atraer gente para que me conociera, además ya tenía entendido que algunos piratas de Mock Town habían venido a Whysky Peak a raíz de los conciertos que había dado en Jaya. La verdad es que esperaba que viniera Sowon también, ya que la última vez se forró gracias al merchandising.
Me quedé mirando a Sora unos segundos mientras caminaba paralelamente a su moto.
-Oye, tengo que preguntártelo. ¿Eres pirata verdad? O sea, perdona que te lo diga, pero no me suenas. A ver yo también llevo poco en el negocio, pero no recuerdo haberte visto ni en mis conciertos ni en mis peleas de taberna.
Dicho esto llegamos a la entrada de la taberna, y no dudé en entrar. Algunos de los clientes me saludaron, tanto fuera como dentro del local De momento solo uno me pidió un autógrafo, y era porque llevaba una camiseta con mi cara. Seguro que se la vendió Sowon. Vamos, que gente de Mock Town había venido con mucha antelación a la villa.
-Vente Sora, te invito a un trago y así me pones un poquito más al corriente sobre ti ¿ Cómo lo ves?- le dije mientras me acercaba a la barra.
El tabernero, el cual me había ofrecido por negociación su escenario para la actuación sonrió de lado a lado al verme.
-¡Vaya si está aqui la gran cantante que me va a hacer el Agosto!, bienvenida Naminé ¿Que te pongo a ti? ¿ Y a tu amigo?
-Hola Fergus, solo estaba de paso, necesitaba descansar la garganta. A mi ponme una pinta, y a él lo que quiera, pago yo. ¿Cómo van los preparativos? Sabes que te pagaré bien por esto.
-Bastante bien, si bien mi local no es la plaza de Mock Town, es bastante grande como para alojar a gran parte de los comensales borrachos de esta isla. Aún así espero que generes la misma euforia y pasta, todo sea dicho, para que tu y yo nos jubilemos.-dijo jocoso mientras nos servía las bebidas.
-Esta vez ganarás más pasta tanto tu como yo, porque esta vez no quiero altavoces ni nada por el estilo, vamos a ir a pelo. Yo me encargo de "decorar" ¿Te parece? Es dinero que os ahorramos .
-Vaya, ¿has dado un golpe y tienes ya el equipo? Bueno, a mi lo que sea ahorrar pasta me vale.
-Tranquilo, yo me hago cargo.- concluí dando un trago.
¿Me estaba jugando todo a una carta? Si, ¿valdría la pena? Eso esperaba. Tenía todavía tres semanas más para perfeccionar mi poder para crear todo lo que no tenía para un escenario, y si no, palmo en el intento...pero pienso lograrlo como hay dioses bajo el cielo.
-Emmm...vale- le dije con cierto tono dubitativo antes de ver como volvía a su barco. Yo lo que quería era chuzarme un poco pasar la noche golpeándome con alguien o gritando por las calles como una loca. Bueno ,no, tenía una imagen que cuidar al fin y al cabo. Mientras yo divagaba , no le di mayor importancia a aquel muchacho, es mas solo pude decir " Que chico tan peculiar". Bueno, me giré sobre mis tacones y me fui para la taberna. No tardé ni tres minutos cuando escuché un ruido detrás de mi, y pude ver a Sora montado en una moto. La escena no podía ser mas arquetípica. Pero el problema es que el pueblo estaba ya casi al lado.
-Emm te lo agradezco, pero la villa ya está allí- le señalé con el dedo la entrada.- Igualmente gracias Sora
Parecía que es muchacho me había escuchado cantar anteriormente cuando pensaba que estaba sola. La verdad es que me alegró su comentario.
-Emm si, lo era, soy cantante y tengo actuado en algunas islas. Ahora próximamente cantaré en unas semanas aquí, y he venido con mucha antelación para prepararme. Si te gusta la música puedes venirte, a no ser que pasado ese tiempo te hayas marchado -nunca estaba de más atraer gente para que me conociera, además ya tenía entendido que algunos piratas de Mock Town habían venido a Whysky Peak a raíz de los conciertos que había dado en Jaya. La verdad es que esperaba que viniera Sowon también, ya que la última vez se forró gracias al merchandising.
Me quedé mirando a Sora unos segundos mientras caminaba paralelamente a su moto.
-Oye, tengo que preguntártelo. ¿Eres pirata verdad? O sea, perdona que te lo diga, pero no me suenas. A ver yo también llevo poco en el negocio, pero no recuerdo haberte visto ni en mis conciertos ni en mis peleas de taberna.
Dicho esto llegamos a la entrada de la taberna, y no dudé en entrar. Algunos de los clientes me saludaron, tanto fuera como dentro del local De momento solo uno me pidió un autógrafo, y era porque llevaba una camiseta con mi cara. Seguro que se la vendió Sowon. Vamos, que gente de Mock Town había venido con mucha antelación a la villa.
-Vente Sora, te invito a un trago y así me pones un poquito más al corriente sobre ti ¿ Cómo lo ves?- le dije mientras me acercaba a la barra.
El tabernero, el cual me había ofrecido por negociación su escenario para la actuación sonrió de lado a lado al verme.
-¡Vaya si está aqui la gran cantante que me va a hacer el Agosto!, bienvenida Naminé ¿Que te pongo a ti? ¿ Y a tu amigo?
-Hola Fergus, solo estaba de paso, necesitaba descansar la garganta. A mi ponme una pinta, y a él lo que quiera, pago yo. ¿Cómo van los preparativos? Sabes que te pagaré bien por esto.
-Bastante bien, si bien mi local no es la plaza de Mock Town, es bastante grande como para alojar a gran parte de los comensales borrachos de esta isla. Aún así espero que generes la misma euforia y pasta, todo sea dicho, para que tu y yo nos jubilemos.-dijo jocoso mientras nos servía las bebidas.
-Esta vez ganarás más pasta tanto tu como yo, porque esta vez no quiero altavoces ni nada por el estilo, vamos a ir a pelo. Yo me encargo de "decorar" ¿Te parece? Es dinero que os ahorramos .
-Vaya, ¿has dado un golpe y tienes ya el equipo? Bueno, a mi lo que sea ahorrar pasta me vale.
-Tranquilo, yo me hago cargo.- concluí dando un trago.
¿Me estaba jugando todo a una carta? Si, ¿valdría la pena? Eso esperaba. Tenía todavía tres semanas más para perfeccionar mi poder para crear todo lo que no tenía para un escenario, y si no, palmo en el intento...pero pienso lograrlo como hay dioses bajo el cielo.
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Sora quedó un poco sorprendido de que esta chica haya preguntado si es pirata, apenas tiene una recompensa relativamente baja, ni siquiera alcanza los 5 Millones, por lo que no era alguien demasiado buscado que digamos. — Ehh, si, peeerooo estoooy aaapeeenas en mis inicioooos, soy naaativoooo de las islaaas del cieeelooo— Contestó Sora lentamente justo antes de haber llegado a la taberna. La chica entró de inmediato, no dudó ni un segundo, al parecer si estaba necesitada de un trago. Pero nuestro pirata no conoce esa sensación pues nunca ha tomado una gota del alcohol en su vida.
— Teee aceeeptaaaaré el traaagooo, soooloo queee el miooo seeerá un zumooo sin aalcohoool — Sora nunca se habia animado a tomar alcohol, tenia sus traumas con eso debido a su padre, por lo que no distraba como el, este era diferente, en celebraciones o momentos como este, simplemente se limitaba a tomar un zumo de naranja, o varios, si la noche era demasiado larga. Un pirata que no toma alcohol ¿Parece una broma de mal gusto cierto? pero era la pura verdad. El tenia sus razones, en algunos bares y tabernas se han reido de el, como aquella vez en Baristan, donde la pelea ocasinó la muerte de un pirata.
No solo su voz al cantar, sino al hablar, aunque era un poco brusca con sus palabras, al fin de cuentas su voz era tan dulce que era extraño, Sora no era el tipo de persona que se enculaba con las chicas a primera vista, a diferencia de su amigo Prometio, ¨¿Que será de el en estos momentos?¨. Sora se habia perdido en sus rostro mientras esta entablaba una conversación muy segura de si misma con el Cantinero, que al parecer tambien era el dueño de aquel establecimiento. La chica hablaba con total seguridad acerca de hacerse cargo de la decoración y varias cosas mas, su barco era realmente grande delante del suyo, asi que probablemente tenga muchas cosas ahí y por lo que Sora habia escuchado era la capitana asi que tendria una tripulación bajo su mando.
— ¿Pooor cieeerto cuaaal es tuuu nooombre? — Preguntó Sora tras haber dado un trago de su jugo. Se habia sentado acompañar una chica, que a su vez parecia ser famosa, era capitana de su propia tripulación y aun no sabia su nombre, un poco distraido nuestro pirata. ¿no?
— Teee aceeeptaaaaré el traaagooo, soooloo queee el miooo seeerá un zumooo sin aalcohoool — Sora nunca se habia animado a tomar alcohol, tenia sus traumas con eso debido a su padre, por lo que no distraba como el, este era diferente, en celebraciones o momentos como este, simplemente se limitaba a tomar un zumo de naranja, o varios, si la noche era demasiado larga. Un pirata que no toma alcohol ¿Parece una broma de mal gusto cierto? pero era la pura verdad. El tenia sus razones, en algunos bares y tabernas se han reido de el, como aquella vez en Baristan, donde la pelea ocasinó la muerte de un pirata.
No solo su voz al cantar, sino al hablar, aunque era un poco brusca con sus palabras, al fin de cuentas su voz era tan dulce que era extraño, Sora no era el tipo de persona que se enculaba con las chicas a primera vista, a diferencia de su amigo Prometio, ¨¿Que será de el en estos momentos?¨. Sora se habia perdido en sus rostro mientras esta entablaba una conversación muy segura de si misma con el Cantinero, que al parecer tambien era el dueño de aquel establecimiento. La chica hablaba con total seguridad acerca de hacerse cargo de la decoración y varias cosas mas, su barco era realmente grande delante del suyo, asi que probablemente tenga muchas cosas ahí y por lo que Sora habia escuchado era la capitana asi que tendria una tripulación bajo su mando.
— ¿Pooor cieeerto cuaaal es tuuu nooombre? — Preguntó Sora tras haber dado un trago de su jugo. Se habia sentado acompañar una chica, que a su vez parecia ser famosa, era capitana de su propia tripulación y aun no sabia su nombre, un poco distraido nuestro pirata. ¿no?
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No sabía muy bien porque hablaba así, y sin embargo, me hacía cierta gracia. Había conocido en mi infancia a un muchacho que tartamudeaba, y yo tonta de mi me metía mucho con él. Escuchar a Sora hablar era como recordarme aquellos tiempos, e incluso se me escapaba una sonrisa tonta. Mira que no me había dado cuenta antes. Pero no, había que ser educada. Así que me senté en una de las sillas de la barra.
-Me alegra que aceptes la bebida- aunque bueno realmente me da un poco igual porque la que quería chuzarse era yo- ¿ Sin alcohol?¿ Y te haces llamar pirata? Albricias- joder...ya me parezco a mi padre.
-¿Y tu lo de siempre no?- pregunto el tabernero mientras le servía su bebida a Sora- Disfrútala muchacho.
-Si, pero esta vez dámelo largo de Whisky, por favor.
Dicho y hecho, me sirvió aquella ginkyua, que venía siendo ginebra, largo de whisky y agua. Me lo tiró por la barra hacia mi y la cogí al momento. No tardé ni dos segundos en bebérmela al completo.
-Dios que rica, hacía tiempo que no tomaba una así de buena, ponme otra- le dije antes de girar en mi silla y mirar a Sora- ¿Mi nombre? Pues según a quien le preguntes soy Sirena, zorra, la hija del diablo, La Pequeña Don, la reina del pop...pero sinceramente a mi me gusta que me llamen por mi nombre pirata, Naminé, si gustas.
Segunda jarra que llegaba a mis manos y volví a bebérmela de un tirón nuevamente.
-Espero Sora, que vengas al concierto. Te diría que es uno más de los tantos que hice, pero esta vez voy a hacer algo nuevo y novedoso, y cuanta más gente mejor- dije haciendo una señal al tabernero para que me pusiera otra.- Pero bueno, cuéntame de ti, la verdad es que no suelo preguntarle la vida a otros, principalmente porque no me interesa pero ya voy algo chispa.
Por mucho que quisiera apartarme de ser una capulla como mi padre Meneror, no podía. Esto del carácter iba en la sangre, y aún así me consideraba mejor persona que él. Fuera como fuera crucé las piernas en el asiento, mantuve la jarra agarrada y esperé a que Sora me contara un poquito más de él, bajo la atenta mirada del tabernero, el cual nos miraba a ambos mientras limpiaba la barra con un paño blanco.
-Me alegra que aceptes la bebida- aunque bueno realmente me da un poco igual porque la que quería chuzarse era yo- ¿ Sin alcohol?¿ Y te haces llamar pirata? Albricias- joder...ya me parezco a mi padre.
-¿Y tu lo de siempre no?- pregunto el tabernero mientras le servía su bebida a Sora- Disfrútala muchacho.
-Si, pero esta vez dámelo largo de Whisky, por favor.
Dicho y hecho, me sirvió aquella ginkyua, que venía siendo ginebra, largo de whisky y agua. Me lo tiró por la barra hacia mi y la cogí al momento. No tardé ni dos segundos en bebérmela al completo.
-Dios que rica, hacía tiempo que no tomaba una así de buena, ponme otra- le dije antes de girar en mi silla y mirar a Sora- ¿Mi nombre? Pues según a quien le preguntes soy Sirena, zorra, la hija del diablo, La Pequeña Don, la reina del pop...pero sinceramente a mi me gusta que me llamen por mi nombre pirata, Naminé, si gustas.
Segunda jarra que llegaba a mis manos y volví a bebérmela de un tirón nuevamente.
-Espero Sora, que vengas al concierto. Te diría que es uno más de los tantos que hice, pero esta vez voy a hacer algo nuevo y novedoso, y cuanta más gente mejor- dije haciendo una señal al tabernero para que me pusiera otra.- Pero bueno, cuéntame de ti, la verdad es que no suelo preguntarle la vida a otros, principalmente porque no me interesa pero ya voy algo chispa.
Por mucho que quisiera apartarme de ser una capulla como mi padre Meneror, no podía. Esto del carácter iba en la sangre, y aún así me consideraba mejor persona que él. Fuera como fuera crucé las piernas en el asiento, mantuve la jarra agarrada y esperé a que Sora me contara un poquito más de él, bajo la atenta mirada del tabernero, el cual nos miraba a ambos mientras limpiaba la barra con un paño blanco.
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Sora se quedaba observando a la chica mientras esta tomaba la segunda bebida que el habian pasado sin embargo se notaba que ya estaba ansiosa por clavarle los colmillos a la tercera jarra. Sora no entendia esos apodos, ¨La hija del diablo¨ ¿Quien tiene un apodo como ese? Si ella es la hija, entonces ¿Quien es el diablo? ¨ Los pensamientos recorrian su cabeza mientras este veia detenidamente a la chica.
— Tendre que quedarme, tengo alguien en mi barco que se fascinará al escucharte cantar — Mencionó Sora refiriendose a Ocho, era fanatica de la musica ademas de ser muy buena cantando, sin embargo ni sabia si la chica lo habia escuchado, se escuchaban risas, murmullos, choques de botella, al final se encontraban en un bar, era lo normal en estos lares.
— De mi no hay demasiadas cosas que contar, realmente, sali de la isla del cielo hace poco mas de 6 meses, mi sueño es simple y espero no te rias de el, quiero dibujar un mapa de todo el mundo, lograr crear el mapa mas grande y preciso de todos — Sora hablaba de su sueño con mucha impetú a pesar de que lo hacia con una persona desconocida, sentia que podia contarle todo y no habria problema ¿Acaso era su voz? ¿Era su rostro? no habia una razón pero hablarle directamente a esta chica parecia ser algo tranquilizador, apesar de que hacerlo en un bar, a las altas horas de la madrugada no era lo mas normal del mundo.
Pero ¿Para que hablar del mundo? Al final no eran mas que dos jovenes piratas comenzando a vivir su aventura, era probable que esta sea la unica vez en que ambos se vean, o quien sabe, puede que consigan ser rivales eternos como aquellos de las leyendas de piratas mas famosas, como Shirohige y Roger, Monkey D Luffy, Trafalwar D Water Law, Eustass Captain Kid, esos eran los rivales de los que se hablaba en las antiguas eras de la pirateria, aunque han habido otros a lo largo de la historia.
—Estoy de paso en esta isla, simplemente cuestiones de mapeo, esta es una isla que es visitada por muchos, por lo que trazar una ruta de llegada y crear un mapa de la isla con sus lugares mas famosos es algo que quiero hacer — Sora a pesar de hablar lento, se comunicaba con entusiasmo al hablar con ella, pues es una de las jovenes piratas que existen, ha conocido a otros que no son tan jovenes, o que se creen superiores. — Cuentame, ya que estas a tope con el alcohol, ¿Cuales son tus sueños como pirata? —
— Tendre que quedarme, tengo alguien en mi barco que se fascinará al escucharte cantar — Mencionó Sora refiriendose a Ocho, era fanatica de la musica ademas de ser muy buena cantando, sin embargo ni sabia si la chica lo habia escuchado, se escuchaban risas, murmullos, choques de botella, al final se encontraban en un bar, era lo normal en estos lares.
— De mi no hay demasiadas cosas que contar, realmente, sali de la isla del cielo hace poco mas de 6 meses, mi sueño es simple y espero no te rias de el, quiero dibujar un mapa de todo el mundo, lograr crear el mapa mas grande y preciso de todos — Sora hablaba de su sueño con mucha impetú a pesar de que lo hacia con una persona desconocida, sentia que podia contarle todo y no habria problema ¿Acaso era su voz? ¿Era su rostro? no habia una razón pero hablarle directamente a esta chica parecia ser algo tranquilizador, apesar de que hacerlo en un bar, a las altas horas de la madrugada no era lo mas normal del mundo.
Pero ¿Para que hablar del mundo? Al final no eran mas que dos jovenes piratas comenzando a vivir su aventura, era probable que esta sea la unica vez en que ambos se vean, o quien sabe, puede que consigan ser rivales eternos como aquellos de las leyendas de piratas mas famosas, como Shirohige y Roger, Monkey D Luffy, Trafalwar D Water Law, Eustass Captain Kid, esos eran los rivales de los que se hablaba en las antiguas eras de la pirateria, aunque han habido otros a lo largo de la historia.
—Estoy de paso en esta isla, simplemente cuestiones de mapeo, esta es una isla que es visitada por muchos, por lo que trazar una ruta de llegada y crear un mapa de la isla con sus lugares mas famosos es algo que quiero hacer — Sora a pesar de hablar lento, se comunicaba con entusiasmo al hablar con ella, pues es una de las jovenes piratas que existen, ha conocido a otros que no son tan jovenes, o que se creen superiores. — Cuentame, ya que estas a tope con el alcohol, ¿Cuales son tus sueños como pirata? —
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Arqueé la ceja por unos segundos mientras me metía por la garganta aquella jarra de cerveza.
-¿Ah si? ¿Un amigo quizás?- le pregunté- No parece que en tu barco pueda caber mucha gente, Aún así si había alguien más contigo ¿ Por qué no le dijiste de venir? Da mal fario emborracharse solo dicen ¿sabes? -señalé nuevamente la jarra vacía al tabernero- Ponme otra anda.
Mientras me servía la cerveza continué escuchando a Sora. Si bien intentaba poner cara de que me interesaba aquello, bien era todo lo contrario. Vamos, que si me interesaba saber las cosas, pero normalmente una vez se sacia mi curiosidad, el resto me da igual. Aún así el sueño de este chico era de lo más...¿particular? ¿ Un cartógrafo?¿ Aquí?, bueno, cada uno tiene sus sueños peculiares, y quizás quisiera este muchacho ser navegante o algo por el estilo.
-¿Un mapa dice?- dije sin demasiado convencimiento. -Vaya, admito que me has pillado. O sea, he escuchado muchos sueños propios de bobos o necios, pero este, la verdad, es el primero que escucho que no me parece una soberana estupidez. Quizás tengas suerte por tu viaje cartografiando el mundo...aún así yo no viajaría sola muchacho...y más cuando llegues al Nuevo Mundo...solo no durarás un cagarro.
El tabernero rió por lo bajo ante aquellas palabras antes de seguir limpiando las jarras.
-Muchacho, tu sueño es factible, pero es lo que dijo la pelirrosa, si vas solo por el mundo, te comerán- suspiró antes de echarse el trapo al hombro y despedirse de nosotros, pues se iba al almacén de la trastienda.- Bueno, espero que el concierto de mañana sea un bombazo. Vamos hablando, invita la casa.
Asentí a aquellas palabras mientras me bebía la jarra de cerveza. A pesar de mis inquietudes, Sora tenía también las suyas, como fue el preguntarme por mis " sueños". ¿Yo tenía de eso? La verdad es que si...¿Qué iba a contárselos al primero que pasaba? Claramente no, pero bueno, tampoco había que ser maleducada con este muchacho.
-Soy...bueno, mujer de gustos sencillos. Me gusta cantar y divertir a la gente, la verdad es que ahora mismo es lo que me interesa; el aquí y el ahora. Para una pirata hacer planes a la larga sería de género bobo. Nunca sabes que te vas a encontrar mañana, y menos sabrás lo que te vas a encontrar en equis años.-concluí acabándome la jarra- Dios, que rica está, esto era lo que necesitaba esta noche.
Eché un vistazo alrededor del local desde mi sitio. Había bastante ambiente y eso me gustaba. Algunos nos miraban, y podía verse que algunos me reconocían de conciertos anteriores, y aún así tuvieron el respeto de no molestar. Quién diría que los piratas y criminales tendrían modales. Fuera como fuera, estaba cómoda y revitalizada. Quien diga que la cerveza n oes medicina popular....miente como un bellaco. Así que me estiré por encima de la barra hasta agarrar el grifo de la cerveza. Llené mi jarra y la alcé ante Sora, antes de comenzar a beber de nuevo.
-¿Ah si? ¿Un amigo quizás?- le pregunté- No parece que en tu barco pueda caber mucha gente, Aún así si había alguien más contigo ¿ Por qué no le dijiste de venir? Da mal fario emborracharse solo dicen ¿sabes? -señalé nuevamente la jarra vacía al tabernero- Ponme otra anda.
Mientras me servía la cerveza continué escuchando a Sora. Si bien intentaba poner cara de que me interesaba aquello, bien era todo lo contrario. Vamos, que si me interesaba saber las cosas, pero normalmente una vez se sacia mi curiosidad, el resto me da igual. Aún así el sueño de este chico era de lo más...¿particular? ¿ Un cartógrafo?¿ Aquí?, bueno, cada uno tiene sus sueños peculiares, y quizás quisiera este muchacho ser navegante o algo por el estilo.
-¿Un mapa dice?- dije sin demasiado convencimiento. -Vaya, admito que me has pillado. O sea, he escuchado muchos sueños propios de bobos o necios, pero este, la verdad, es el primero que escucho que no me parece una soberana estupidez. Quizás tengas suerte por tu viaje cartografiando el mundo...aún así yo no viajaría sola muchacho...y más cuando llegues al Nuevo Mundo...solo no durarás un cagarro.
El tabernero rió por lo bajo ante aquellas palabras antes de seguir limpiando las jarras.
-Muchacho, tu sueño es factible, pero es lo que dijo la pelirrosa, si vas solo por el mundo, te comerán- suspiró antes de echarse el trapo al hombro y despedirse de nosotros, pues se iba al almacén de la trastienda.- Bueno, espero que el concierto de mañana sea un bombazo. Vamos hablando, invita la casa.
Asentí a aquellas palabras mientras me bebía la jarra de cerveza. A pesar de mis inquietudes, Sora tenía también las suyas, como fue el preguntarme por mis " sueños". ¿Yo tenía de eso? La verdad es que si...¿Qué iba a contárselos al primero que pasaba? Claramente no, pero bueno, tampoco había que ser maleducada con este muchacho.
-Soy...bueno, mujer de gustos sencillos. Me gusta cantar y divertir a la gente, la verdad es que ahora mismo es lo que me interesa; el aquí y el ahora. Para una pirata hacer planes a la larga sería de género bobo. Nunca sabes que te vas a encontrar mañana, y menos sabrás lo que te vas a encontrar en equis años.-concluí acabándome la jarra- Dios, que rica está, esto era lo que necesitaba esta noche.
Eché un vistazo alrededor del local desde mi sitio. Había bastante ambiente y eso me gustaba. Algunos nos miraban, y podía verse que algunos me reconocían de conciertos anteriores, y aún así tuvieron el respeto de no molestar. Quién diría que los piratas y criminales tendrían modales. Fuera como fuera, estaba cómoda y revitalizada. Quien diga que la cerveza n oes medicina popular....miente como un bellaco. Así que me estiré por encima de la barra hasta agarrar el grifo de la cerveza. Llené mi jarra y la alcé ante Sora, antes de comenzar a beber de nuevo.
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— No es específicamente un amigo, más bien es como una hermanita pequeña, no la traería hasta un bar en horas de la madrugada — Sora continuó hablando de sus sueños mientras Naminé aparentaba prestar atención a sus palabras, hasta que esta interrumpió para hablarle sobre lo peligroso que era el Nuevo Mundo. — Sabes, no eres la primera persona que menciona eso, pero no soy tan débil como aparento, además de eso, pienso conseguir una tripulación, de momento no estoy listo, pero llegará el momento en que me una a alguien para poder viajar más lejos en el mundo y poder crear el mapa más grande de todos — Las palabras de Sora aunque lentas, salían de sus labios con un ímpetu impresionante, sus sueños era una de las cosas que lo mantenían en alta mar a pesar de su deficiencia.
— ¿Conque es así no? Ocho es igual que tú, le encanta ir cantando y bailando por todo el barco, toca el violín maravillosamente y aprende rápido a tocar otros instrumentos, es una pequeña estrella. — Sora hablaba con orgullo de la pequeña que lo acompañaba en sus aventuras.
El bar estaba lleno de piratas, muchos posaban sus miradas en Naminé, al parecer la conocían, o como mucho, la habían visto en algún concierto, era verdaderamente famosa, aunque para Sora era algo nuevo, no la había visto, estaba demasiado ocupado cartografiando islas para detenerse en alguna a ver un concierto. — No soy fan de los concierto, pero estoy seguro de que Ocho disfrutará mucho el verte cantar, y probablemente aprenda de tus técnicas— Sora era un poco tonto, pero era muy amable, a pesar de los crueles que son los humanos, una y otra vez este sigue conociéndolos y acercándose cada vez más a ellos. — Naminé, ¿Puedes tomar tanto alcohol un día antes de un concierto tan esperado? — Al no ser un amante del alcohol no sabe cómo sería estar totalmente ebria y dar un concierto. Intentó imaginarlo pero no pasó ni una sola imagen por su mente.
— Oe, Naminé, no se mucho de ti, no sabes demasiado de mí, pero me siento feliz al menos de haber hablado contigo por un buen rato, debo marcharme al barco, he dejado a Ocho sola por demasiado rato. — Sora se levantó lentamente de su asiento, para posteriormente darle la mano y despedirse. Al darse la vuelta Sora vió la cantidad de personas que se encontraban en el bar, la cantidad de personas que hay en la madrugada era mucho mas que en el dia, era maraviloso como tanta gente de mala muerte puede reunirse en un mismo lugar y comportarse correctamente, claro, dentro de lo que cabe.
— ¿Conque es así no? Ocho es igual que tú, le encanta ir cantando y bailando por todo el barco, toca el violín maravillosamente y aprende rápido a tocar otros instrumentos, es una pequeña estrella. — Sora hablaba con orgullo de la pequeña que lo acompañaba en sus aventuras.
El bar estaba lleno de piratas, muchos posaban sus miradas en Naminé, al parecer la conocían, o como mucho, la habían visto en algún concierto, era verdaderamente famosa, aunque para Sora era algo nuevo, no la había visto, estaba demasiado ocupado cartografiando islas para detenerse en alguna a ver un concierto. — No soy fan de los concierto, pero estoy seguro de que Ocho disfrutará mucho el verte cantar, y probablemente aprenda de tus técnicas— Sora era un poco tonto, pero era muy amable, a pesar de los crueles que son los humanos, una y otra vez este sigue conociéndolos y acercándose cada vez más a ellos. — Naminé, ¿Puedes tomar tanto alcohol un día antes de un concierto tan esperado? — Al no ser un amante del alcohol no sabe cómo sería estar totalmente ebria y dar un concierto. Intentó imaginarlo pero no pasó ni una sola imagen por su mente.
— Oe, Naminé, no se mucho de ti, no sabes demasiado de mí, pero me siento feliz al menos de haber hablado contigo por un buen rato, debo marcharme al barco, he dejado a Ocho sola por demasiado rato. — Sora se levantó lentamente de su asiento, para posteriormente darle la mano y despedirse. Al darse la vuelta Sora vió la cantidad de personas que se encontraban en el bar, la cantidad de personas que hay en la madrugada era mucho mas que en el dia, era maraviloso como tanta gente de mala muerte puede reunirse en un mismo lugar y comportarse correctamente, claro, dentro de lo que cabe.
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Bueno, ya de entrada había una buena noticia en las palabras de Sora: Que era prudente. Había visto a mucha gente estrellarse en sus aventuras en el Nuevo Mundo por ir, precisamente, de creídos. Me alegraba que al menos este pirata tuviera dos dedos de frente. Su sueño era factible, y bastante humilde en comparación a lo que suelen pedir otros pirata de este mundo. No le dije demasiado y solo pude levantar mi copa.
-Pues brindo por ello, Sora- dije antes de bebérmela nuevamente.-¿Ah si? Quizás entonces secuestre ocho y se venga a mi tripulación. Nunca se sabe cuando hacen falta más músicos.-bromeé.-Igualmente estás invitado a venir mañana si quieres, tengo algo en mente y espero que me salga bien
No dudé en llenarme yo misma la copa nuevamente bajo la mirada lejana del tabernero.
-¿Yo?- le dije a Sora confusa-Bueno, digamos que me viene de familia lo de beber alcohol fuerte y que no me afecte demasiado. A mi los nervios previos a una actuación me matan el efecto del alcohol en sangre- volví a bromear, señal de que si, estaba algo chispa.
Ya era bastante tarde, y Sora parecía querer irse ya a descansar, o quizás a cuidar de su amiga como bien había dicho. Como era obvio no me iba a interponer, ya que cada uno debe defender a los suyos. En parte eso me agradaba, ver a alguien comprometido ya antes de ser un pirata reconocido. Esperaba que esa humildad la mantuviera en el futuro, o si no serían otros piratas el que se la recordarían.
-Bueno, yo me quedaré un rato más, espero verte mañana a la noche. Descansa o bebe a solas en tu barco con Ocho, lo que veas. Me ha gustado hablar contigo la verdad capitán- dije alzando la copa una última vez.
-Pues brindo por ello, Sora- dije antes de bebérmela nuevamente.-¿Ah si? Quizás entonces secuestre ocho y se venga a mi tripulación. Nunca se sabe cuando hacen falta más músicos.-bromeé.-Igualmente estás invitado a venir mañana si quieres, tengo algo en mente y espero que me salga bien
No dudé en llenarme yo misma la copa nuevamente bajo la mirada lejana del tabernero.
-¿Yo?- le dije a Sora confusa-Bueno, digamos que me viene de familia lo de beber alcohol fuerte y que no me afecte demasiado. A mi los nervios previos a una actuación me matan el efecto del alcohol en sangre- volví a bromear, señal de que si, estaba algo chispa.
Ya era bastante tarde, y Sora parecía querer irse ya a descansar, o quizás a cuidar de su amiga como bien había dicho. Como era obvio no me iba a interponer, ya que cada uno debe defender a los suyos. En parte eso me agradaba, ver a alguien comprometido ya antes de ser un pirata reconocido. Esperaba que esa humildad la mantuviera en el futuro, o si no serían otros piratas el que se la recordarían.
-Bueno, yo me quedaré un rato más, espero verte mañana a la noche. Descansa o bebe a solas en tu barco con Ocho, lo que veas. Me ha gustado hablar contigo la verdad capitán- dije alzando la copa una última vez.
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Sora se despidió de Naminé y salió del bar a paso lento. Detrás suyo se escuchaba el murmullo, la jerga, la diversión sin fin que tenían todo tipo de maleantes que se reunieron en aquel lugar para disfrutar de bebida y muisca. La joven pirata decidió quedarse un rato mas, pero el amanecer no se encontraba muy alejado, era verdaderamente fascinante el poder charlar con alguien como ella, sin embargo, no podía descuidar a Ocho y menos en esta isla, sabiendo que puede haber una recompensa por ella.
Sora subió a su moto y volvió al barco, por suerte todo estaba en su lugar, Ocho se encontraba en su cama dormida mientras una de sus manos se encontraba sumergida en una cubeta de agua, verdaderamente es necesario comprarle un estanque. ¨Tengo que mantener a Ocho en mejores condiciones, no es posible que tenga que dormir así ¨ Pensó al verla dormida de esa manera. ¨Debería hacer el viaje ya mismo hasta la isla Gyojin, pero el miedo se apodera de mi, no se que pueda encontrarme en el archipiélago Shabondy, ni como reaccionarían otros gyojin al verme ¨ Los pensamientos que pasaban por su cabeza herían bastante a Sora, por ser un cobarde aun no ha llevado a la pequeña Ocho con sus familiares.
— Sorachi, se que estas ahí, es imposible no despertarme cuando alguien se mueve cerca de mi — La pequeña se despertó, era cierto, Sora no recordaba lo fácil que Ocho se despertaba en cualquier situación, probablemente resultado de todo el daño que recibió de la Legión.
— No qui..se des..per..tar..te pe..que..ña — Respondió Sora mientras se acercó a la pequeña. Tras esto ambos se fueron a dormir nuevamente, Ocho quedó en su cuarto en las mismas que estaba, dormida y con uno de sus brazos en un balde, mientras que Sora se fue a hasta su habitación para descansar lo mejor que puede. Mañana seria un día grandioso, a Ocho le encantará poder ver a alguien cantar.
Las pocas horas que faltaban para que el día llegase pasaron rápidamente, la pequeña Ocho como de costumbre se encontraba despierta y haciendo el desayuno, es bastante madrugadora. — Ocho, es..ta no..che te lle..va..ré a un con..ci..er..to al que fui..mos in..vi..ta..dos — Mencionó Sora tras haber bostezado, lo que ocasionó que Ocho también lo hiciera. A lo que ambos se rieron antes de sentarse a la mesa.
— ¿Enserio? ¿Quien canta? ¿es bonito o bonita? ¿Que instrumentos toca? — Ocho dio saltitos en su lugar emocionada mientras movía su tenedor con ligereza. No paso demasiado tiempo para que terminaran el desayuno y Sora le pidiera a Ocho que se colocara sus cremas, tomara su mochila con las distintas botellas de agua y salieran a explorar el lugar, de todos modos, había un mapa que dibujar y no se hará quedándose solo en el barco.
Sora subió a su moto y volvió al barco, por suerte todo estaba en su lugar, Ocho se encontraba en su cama dormida mientras una de sus manos se encontraba sumergida en una cubeta de agua, verdaderamente es necesario comprarle un estanque. ¨Tengo que mantener a Ocho en mejores condiciones, no es posible que tenga que dormir así ¨ Pensó al verla dormida de esa manera. ¨Debería hacer el viaje ya mismo hasta la isla Gyojin, pero el miedo se apodera de mi, no se que pueda encontrarme en el archipiélago Shabondy, ni como reaccionarían otros gyojin al verme ¨ Los pensamientos que pasaban por su cabeza herían bastante a Sora, por ser un cobarde aun no ha llevado a la pequeña Ocho con sus familiares.
— Sorachi, se que estas ahí, es imposible no despertarme cuando alguien se mueve cerca de mi — La pequeña se despertó, era cierto, Sora no recordaba lo fácil que Ocho se despertaba en cualquier situación, probablemente resultado de todo el daño que recibió de la Legión.
— No qui..se des..per..tar..te pe..que..ña — Respondió Sora mientras se acercó a la pequeña. Tras esto ambos se fueron a dormir nuevamente, Ocho quedó en su cuarto en las mismas que estaba, dormida y con uno de sus brazos en un balde, mientras que Sora se fue a hasta su habitación para descansar lo mejor que puede. Mañana seria un día grandioso, a Ocho le encantará poder ver a alguien cantar.
Las pocas horas que faltaban para que el día llegase pasaron rápidamente, la pequeña Ocho como de costumbre se encontraba despierta y haciendo el desayuno, es bastante madrugadora. — Ocho, es..ta no..che te lle..va..ré a un con..ci..er..to al que fui..mos in..vi..ta..dos — Mencionó Sora tras haber bostezado, lo que ocasionó que Ocho también lo hiciera. A lo que ambos se rieron antes de sentarse a la mesa.
— ¿Enserio? ¿Quien canta? ¿es bonito o bonita? ¿Que instrumentos toca? — Ocho dio saltitos en su lugar emocionada mientras movía su tenedor con ligereza. No paso demasiado tiempo para que terminaran el desayuno y Sora le pidiera a Ocho que se colocara sus cremas, tomara su mochila con las distintas botellas de agua y salieran a explorar el lugar, de todos modos, había un mapa que dibujar y no se hará quedándose solo en el barco.
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La verdad es que Sora me había caído en gracia. A pesar de estar empezando en este mundillo, parecía muy decidido en sus convicciones de ser algo más que un mero piratilla. Y la verdad es que estas nuevas generaciones de piratas, entre las que me incluyo, eran de lo más pintorescas. Fuera como fuera estuve practicando todo el día hasta pocos minutos antes de la actuación. Se me había informado de que el concierto sería al final en la plaza de la ciudad y no en la taberna. Parecía que finalmente el aforo había sido el doble de lo esperado, y mi buen amigo el tabernero tuvo que improvisar. Parece ser que el escenario había sido acondicionado, algo que le había dicho al tabernero que no hiciera a pesar de todo. Seguramente lo hizo por el margen de beneficios en la venta de entradas
Plaza Central de la villa.
11:30 de la noche.
Todo estaba dispuesto y esperaba ver a Sora entre el público. El escenario ocupaba gran parte de la plaza central. Un gran escenario de color morado a tres alturas, donde dos grandes juegos de doce altavoces decoraban sus esquinas. Tres grandes pantallas adornaban de izquierda a derecha toda la parte de atrás de dicho escenario. Los focos, al igual que una serpentina, decoraban la parte alta y laterales, y una fila de ellos la zona baja de la platea. Todo estaba listo, sonando música de ambiente hasta que dieran las 00:00 para comenzar el espectáculo. Si bien era una pirata conocida, a pesar de una baja recompensa, había logrado usar mi voz en varias ocasiones tras varias visitas continuas a la isla. Y admito que hice muchos "amigos", y de hecho conocía muy bien a todos los taberneros de la villa, así como a otros grupos piratas con los que me llevaba bien. Allí éramos todos Hermanos de la Costa. Y por que no decirlo...el ron y la fiesta estaban servidos.
Los tenderetes adornaban todos los laterales de la plaza y el aforo era increíble. Todo tipo de tripulaciones pirata, mercaderes, civiles e incluso algún que otro pirata con dos cifras y varios ceros en su Wanted se acercaron a ver es espectáculo sin esperar demasiado. Al fin y al cabo no era más que una cría jugando a ser pirata. Tanto mis hombres como yo estábamos detrás del telón ,esperando a que se apagaran los focos para hacer yo mi entrada. La plaza estaba totalmente iluminada, al menos de momento, y esperaba que si todo salía bien, se forrara. No por nada, pero si ella se forra significará que esto ha salido de puta madre. Aún así estaba muy nerviosa, porque a pesar de toda la práctica que llevaba encima, todavía tenía mis dudas, pero hoy era el momento de salir de dudas.
-Suerte capi, estaremos en primera fila- dijo mi cocinero antes de retirarse del escenario por la parte de atrás.
Había bastante bullicio en la plaza, todos querían que aquello empezara ya. Aunque muchos ya estaban bebiendo eufóricos, casi parecía que estaban ahi por estar. Bueno, a mi me venía bien aquella situación. Así que todo permaneció iluminado, hasta que dieron las 00:00. En ese momento todo se apagó de golpe, dejando a oscuras al centro de la plaza, aproveché para salir de detrás del telón, aprovechando la oscuridad para ponerme en el medio del escenario con una pose un tanto rara :Mano en la cadera y la otra alzada al aire. Mi look había cambiado para este evento: Llevaba una chaqueta de colores con capucha de orejas de oso, el pelo suelto y teñido a dos colores, rojo y blanco emulando anillas, una pequeña falda de color blanco y tacones del mismo color. Bajo la chaqueta podía verse un top blanco ceñido, y finalmente un micro de oreja. Fue entonces cuando abrí la boca y una onda expansiva sin sonido invadió toda la zona. Era hora de actuar. No había músicos, pero de repente la música comenzó a sonar en el ambiente, los focos se encendieron y ¡ el espectáculo empezó! Y ante las primeras entonaciones el público comenzó a levantarse a animar mientras la canción empezaba:
Acorde la música sonaba y mi baile progresaba lo hice, comencé a crear elementos musicales y escenas a modo de visiones que comenzaban a inundar el lugar: Corcheas de colores bailando, pentagramas deslizándose como serpientes entre el público, instrumentos musicales levitando y tocando mientras cambiaban de color, confeti que aparecía de repente encima del público mientras la música inundaba el lugar. Las pantallas de alrededor se triplicaron en varias pequeñas más , dejando así ver mi baile por todos lados mientras que, yo al bailar, iba conjurando ráfagas de colores que salían de mis manos. Era perfecto.
Lo había logrado.Una vez aquello concluyó todos gritaron al unísono mi nombre, eufóricos, algunos en exceso. Saltando sobre sus camaradas, aupando las jarras de ron hacia mi, otros pidiendo un bis y otros simplemente gritaban como fandoms descarriadas. Yo estaba perpleja, e incluso se me escapó una lágrima, porque había logrado crear mi técnica más compleja hasta la fecha, y lo notaba. Había logrado infundir la euforia a los que oyeron mi voz durante el espectáculo, y a pesar de que estaba muy cansada por haberlo hecho, debido al esfuerzo al que me había sometido, no dudé en darle las gracias a todos.
-¡Muchas gracias ! ¡ Soy Naminé! ¡¡¡¡Recordadme!!!
Dicho esto tuve que meterme tras el telón, momento en el que me desmayé sobre uno de mis hombres, debido al esfuerzo caí dormida profundamente. Mis hombres se echaron a reír y procuraron retirarme de escena antes de que el público se diera cuenta de que me había dormido.
Plaza Central de la villa.
11:30 de la noche.
Todo estaba dispuesto y esperaba ver a Sora entre el público. El escenario ocupaba gran parte de la plaza central. Un gran escenario de color morado a tres alturas, donde dos grandes juegos de doce altavoces decoraban sus esquinas. Tres grandes pantallas adornaban de izquierda a derecha toda la parte de atrás de dicho escenario. Los focos, al igual que una serpentina, decoraban la parte alta y laterales, y una fila de ellos la zona baja de la platea. Todo estaba listo, sonando música de ambiente hasta que dieran las 00:00 para comenzar el espectáculo. Si bien era una pirata conocida, a pesar de una baja recompensa, había logrado usar mi voz en varias ocasiones tras varias visitas continuas a la isla. Y admito que hice muchos "amigos", y de hecho conocía muy bien a todos los taberneros de la villa, así como a otros grupos piratas con los que me llevaba bien. Allí éramos todos Hermanos de la Costa. Y por que no decirlo...el ron y la fiesta estaban servidos.
Los tenderetes adornaban todos los laterales de la plaza y el aforo era increíble. Todo tipo de tripulaciones pirata, mercaderes, civiles e incluso algún que otro pirata con dos cifras y varios ceros en su Wanted se acercaron a ver es espectáculo sin esperar demasiado. Al fin y al cabo no era más que una cría jugando a ser pirata. Tanto mis hombres como yo estábamos detrás del telón ,esperando a que se apagaran los focos para hacer yo mi entrada. La plaza estaba totalmente iluminada, al menos de momento, y esperaba que si todo salía bien, se forrara. No por nada, pero si ella se forra significará que esto ha salido de puta madre. Aún así estaba muy nerviosa, porque a pesar de toda la práctica que llevaba encima, todavía tenía mis dudas, pero hoy era el momento de salir de dudas.
-Suerte capi, estaremos en primera fila- dijo mi cocinero antes de retirarse del escenario por la parte de atrás.
Había bastante bullicio en la plaza, todos querían que aquello empezara ya. Aunque muchos ya estaban bebiendo eufóricos, casi parecía que estaban ahi por estar. Bueno, a mi me venía bien aquella situación. Así que todo permaneció iluminado, hasta que dieron las 00:00. En ese momento todo se apagó de golpe, dejando a oscuras al centro de la plaza, aproveché para salir de detrás del telón, aprovechando la oscuridad para ponerme en el medio del escenario con una pose un tanto rara :Mano en la cadera y la otra alzada al aire. Mi look había cambiado para este evento: Llevaba una chaqueta de colores con capucha de orejas de oso, el pelo suelto y teñido a dos colores, rojo y blanco emulando anillas, una pequeña falda de color blanco y tacones del mismo color. Bajo la chaqueta podía verse un top blanco ceñido, y finalmente un micro de oreja. Fue entonces cuando abrí la boca y una onda expansiva sin sonido invadió toda la zona. Era hora de actuar. No había músicos, pero de repente la música comenzó a sonar en el ambiente, los focos se encendieron y ¡ el espectáculo empezó! Y ante las primeras entonaciones el público comenzó a levantarse a animar mientras la canción empezaba:
Acorde la música sonaba y mi baile progresaba lo hice, comencé a crear elementos musicales y escenas a modo de visiones que comenzaban a inundar el lugar: Corcheas de colores bailando, pentagramas deslizándose como serpientes entre el público, instrumentos musicales levitando y tocando mientras cambiaban de color, confeti que aparecía de repente encima del público mientras la música inundaba el lugar. Las pantallas de alrededor se triplicaron en varias pequeñas más , dejando así ver mi baile por todos lados mientras que, yo al bailar, iba conjurando ráfagas de colores que salían de mis manos. Era perfecto.
Lo había logrado.Una vez aquello concluyó todos gritaron al unísono mi nombre, eufóricos, algunos en exceso. Saltando sobre sus camaradas, aupando las jarras de ron hacia mi, otros pidiendo un bis y otros simplemente gritaban como fandoms descarriadas. Yo estaba perpleja, e incluso se me escapó una lágrima, porque había logrado crear mi técnica más compleja hasta la fecha, y lo notaba. Había logrado infundir la euforia a los que oyeron mi voz durante el espectáculo, y a pesar de que estaba muy cansada por haberlo hecho, debido al esfuerzo al que me había sometido, no dudé en darle las gracias a todos.
-¡Muchas gracias ! ¡ Soy Naminé! ¡¡¡¡Recordadme!!!
Dicho esto tuve que meterme tras el telón, momento en el que me desmayé sobre uno de mis hombres, debido al esfuerzo caí dormida profundamente. Mis hombres se echaron a reír y procuraron retirarme de escena antes de que el público se diera cuenta de que me había dormido.
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Going Slowly
11:30 de la noche
Sora y Ocho se dirigían directo hacia la plaza pues se enteraron que el concierto de Naminé seria allí, iban en su moto a una velocidad considerable, pues las cosas estaban tan tranquila en el resto de la isla que se podía deducir que todos los habitantes de la misma, sino su mayoría se encontraban ahí para ver el concierto. Cuando llegaban faltaban unos pocos minutos para que fueran las 12:00, por lo que se aproximaron a ponerse un en un lugar en donde podrían observar perfectamente todo el concierto de Naminé.
— Sorachi, quien cantará ¿Es amiga tuya? — Preguntó la pequeña un poco emocionada, era evidente que le encantaba lo que estaba pasando, era el primer concierto al que asistía. Justamente en ese momento todas las luces se apagaron de golpe, no quedó absolutamente ninguna encendida, por lo que la pequeña Ocho se esforzó en ver hacia el escenario para poder ver si estaba ahí. Las luces se encendieron y Naminé quedo descubierta en el escenario, vestía prendas hermosas, dignas de lo que se aproximaba.
Ocho se emocionó tanto al verla, que dio un grito ensordecedor a lo que Sora respondió cargándola en sus hombros para que viera mucho mejor. Una onda expansiva sin sonido alguno recorrió todo el escenario. Sora miró al rededor pero no habían músico alguno, sin embargo la musica comenzó a sonar de repente emocionando mucho mas a Ocho. — ERES GENIIIAAAAAAAAL PINKKKKK-CHANN— Ocho gritaba de la emoción, nunca antes habia presenciado algo tan maravilloso. Comenzaron a aparecer corcheas coloridas que bailaban por doquier, pentagramas como serpientes y muchas cosas que parecían de ensueño.
—¿Sorachi, puedo hacerlo? — La pequeña Ocho no podía quedarse atrás viendo un concierto tan fascinante. Por lo que coloco su mano sobre sus labios en forma de circulo y gritó fuertemente; —Laughing Bubble — de inmediato comenzaron a salir burbujas amarillas de sus labios que al impactar con cualquier persona le daba un efecto de felicidad y emoción en todos. Ocho quería que todos se sintieran justamente como ella lo estaba haciendo en este momento.
— Hermanitoooo gracias por traerme a este concierto, te quiero muchisimoooo — Ocho gritaba porque casi no se escuchaba nada, la gente disfrutaba el concierto, ademas tenían el toque extra de la habilidad de Ocho. Sora no podía hacer mas que disfrutar de como su pequeña acompañante se sienta feliz y emocionada tras ver el concierto de la gran pirata Naminé. Cuando Ocho empezó a ver el baile de la cantante se emocionó mucho mas, dando saltos en los hombros de Sora. Pronto la pequeña comenzó a exclamar el nombre de la pirata y otros se sumaron, hasta que todos al unisono exclamaban su nombre; — NAMINÉ, NAMINÉ, NAMINÉ — Cada canción, cada baile, cada palabra expresada por esta mujer era lo que Ocho había anhelado por tanto tiempo.
Ocho continuaba usando sus burbujas en todos los que la alcanzaban, usando demasiado su fruta exhaustivamente, pero no se detenía, seguía disfrutando, cantando, saltando y gritando el nombre Naminé como una fan descarriada. Las risas, las lagrimas, el disfrute alcanzaba los cielos. Sin duda esta mujer iba a llegar lejos, no mucha gente logra crear en los maleantes lo que Naminé logró esta noche, debería saber que cambiaría el mundo si se lo propone, su voz es el don mas grande que el mar le ha regalado. Namine agradeció a todos y se despidió pidiendo a todos que la recuerden.
— CLARO QUE TE RECORDAREEEEE, PIIIINKKK-CHAAAAAN, TE AMOOOOOO— Ocho no paraba de gritar su nombre hasta que al fin, el uso excesivo de su fruta la hizo caer desmayada, Sora no se preocupó demasiado, solo la cargó y miro como Naminé se metió tras el telón, no le daría tiempo a despedirse de ella, pero ella debía saber que el se encontraba ahí, disfrutando de tan espectacular concierto.
Sora con la pequeña en sus brazos se fue caminando hasta su moto, tan lento como su enfermedad se lo permitía y luego de colocar de manera segura y que no se cayese en el viaje a Ocho en su moto, la encendió y se fueron directo al barco. Fue una noche increíble, algo que Ocho jamas olvidaría sin duda.
11:30 de la noche
Sora y Ocho se dirigían directo hacia la plaza pues se enteraron que el concierto de Naminé seria allí, iban en su moto a una velocidad considerable, pues las cosas estaban tan tranquila en el resto de la isla que se podía deducir que todos los habitantes de la misma, sino su mayoría se encontraban ahí para ver el concierto. Cuando llegaban faltaban unos pocos minutos para que fueran las 12:00, por lo que se aproximaron a ponerse un en un lugar en donde podrían observar perfectamente todo el concierto de Naminé.
— Sorachi, quien cantará ¿Es amiga tuya? — Preguntó la pequeña un poco emocionada, era evidente que le encantaba lo que estaba pasando, era el primer concierto al que asistía. Justamente en ese momento todas las luces se apagaron de golpe, no quedó absolutamente ninguna encendida, por lo que la pequeña Ocho se esforzó en ver hacia el escenario para poder ver si estaba ahí. Las luces se encendieron y Naminé quedo descubierta en el escenario, vestía prendas hermosas, dignas de lo que se aproximaba.
Ocho se emocionó tanto al verla, que dio un grito ensordecedor a lo que Sora respondió cargándola en sus hombros para que viera mucho mejor. Una onda expansiva sin sonido alguno recorrió todo el escenario. Sora miró al rededor pero no habían músico alguno, sin embargo la musica comenzó a sonar de repente emocionando mucho mas a Ocho. — ERES GENIIIAAAAAAAAL PINKKKKK-CHANN— Ocho gritaba de la emoción, nunca antes habia presenciado algo tan maravilloso. Comenzaron a aparecer corcheas coloridas que bailaban por doquier, pentagramas como serpientes y muchas cosas que parecían de ensueño.
—¿Sorachi, puedo hacerlo? — La pequeña Ocho no podía quedarse atrás viendo un concierto tan fascinante. Por lo que coloco su mano sobre sus labios en forma de circulo y gritó fuertemente; —Laughing Bubble — de inmediato comenzaron a salir burbujas amarillas de sus labios que al impactar con cualquier persona le daba un efecto de felicidad y emoción en todos. Ocho quería que todos se sintieran justamente como ella lo estaba haciendo en este momento.
— Hermanitoooo gracias por traerme a este concierto, te quiero muchisimoooo — Ocho gritaba porque casi no se escuchaba nada, la gente disfrutaba el concierto, ademas tenían el toque extra de la habilidad de Ocho. Sora no podía hacer mas que disfrutar de como su pequeña acompañante se sienta feliz y emocionada tras ver el concierto de la gran pirata Naminé. Cuando Ocho empezó a ver el baile de la cantante se emocionó mucho mas, dando saltos en los hombros de Sora. Pronto la pequeña comenzó a exclamar el nombre de la pirata y otros se sumaron, hasta que todos al unisono exclamaban su nombre; — NAMINÉ, NAMINÉ, NAMINÉ — Cada canción, cada baile, cada palabra expresada por esta mujer era lo que Ocho había anhelado por tanto tiempo.
Ocho continuaba usando sus burbujas en todos los que la alcanzaban, usando demasiado su fruta exhaustivamente, pero no se detenía, seguía disfrutando, cantando, saltando y gritando el nombre Naminé como una fan descarriada. Las risas, las lagrimas, el disfrute alcanzaba los cielos. Sin duda esta mujer iba a llegar lejos, no mucha gente logra crear en los maleantes lo que Naminé logró esta noche, debería saber que cambiaría el mundo si se lo propone, su voz es el don mas grande que el mar le ha regalado. Namine agradeció a todos y se despidió pidiendo a todos que la recuerden.
— CLARO QUE TE RECORDAREEEEE, PIIIINKKK-CHAAAAAN, TE AMOOOOOO— Ocho no paraba de gritar su nombre hasta que al fin, el uso excesivo de su fruta la hizo caer desmayada, Sora no se preocupó demasiado, solo la cargó y miro como Naminé se metió tras el telón, no le daría tiempo a despedirse de ella, pero ella debía saber que el se encontraba ahí, disfrutando de tan espectacular concierto.
Sora con la pequeña en sus brazos se fue caminando hasta su moto, tan lento como su enfermedad se lo permitía y luego de colocar de manera segura y que no se cayese en el viaje a Ocho en su moto, la encendió y se fueron directo al barco. Fue una noche increíble, algo que Ocho jamas olvidaría sin duda.
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