Lexa
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nombre: Lexa
Raza: Lunaria
Género: Femenino
Edad: 18 años
Facción: Pirata [Agente del caos]
Empleo: Asaltar pueblos, quemar casas, secuestrar señoritas y dejarlas tiradas en la playa… Lo que hace un pirata
Trasfondo: Lexa creció en un sitio llamativo, alegre y afrodisiaco que algunos llaman Islas Malditas. No es un lugar para todos, pero se puede encontrar la felicidad como en cualquier otro país. Solo hay que acostumbrarse a los monstruos y a los sectarios, pero ya después de dos hermanos y un perro desaparecido cualquiera se acostumbra. Lexa perdió a sus padres en un ataque cuando tenía diez años. Como era delgadita el monstruo no se antojó y la dejó ir, eso es lo que cree ella. El problema es que quedó traumada de por vida y ahora escucha voces, tiene pesadillas y desórdenes mentales, nada que cualquier adicto a las redes sociales no tenga.
La buena fortuna le sonrió porque, a pesar de ser pasivamente “perseguida” por el Gobierno Mundial, fue rescatada por un pirata estúpido que no conocía nada del mundo. El hombre la cambió por una caja de botellas de vino a otro aún más idiota. Así comenzaron sus días de esclavitud. El que fuera morena y tuviera alas negras decía mucho sobre su origen, pero vivir tanto tiempo en la clandestinidad le salvó de estar en vista de los agentes del Gobierno Mundial. No se quejaba porque había mucho que hacer, siempre había un señor gordo y maloliente que necesitaba a una niña alegre. Servía cervezas, limpiaba mesas y baños, dejaba el suelo brillante… Le daban una comida al día, a veces dos. El trabajo habría sido mejor con un sueldo, pero los jefes decían que eso era un invento de los revolucionarios por querer todo gratis.
Nunca estuvo demasiado tiempo en el mismo sitio. A veces la cambiaban por vino, una cabra o un saco de papas. Decían que estaba maldita, que atraía la mala suerte. Lexa jamás se quejó porque tampoco conocía otro mundo, su mente había bloqueado los recuerdos felices que pasó con sus padres y no había llorado su pérdida.
Eso sí, su mundo cambió cuando llegó a Dark Dome. ¡Todo era de noche! ¡Siempre! Allí se enteró de varias cosas: el sueldo no era un invento de los revolucionarios, los trabajadores tenían descansos y eran libres de comer lo que quisieran. Además, aprendió lo más importante: ocultar su origen racial. A los humanos no les gustaban las personas con alas ni fuego en la espalda, aunque fuera conveniente para el invierno. Al principio era doloroso esconder las alas, pero con el tiempo se acostumbró.
Con un mundo lleno de posibilidades por descubrir, y adentrándose en la adolescencia, Lexa se lanzó hacia lo desconocido y comenzó a aprender de todo un poco, aunque todo tuvo un precio. En sus intentos de ser diplomática, arruinó la alianza entre dos mafias rivales y la guerra produjo más de treinta muertos; atrasó dos años un proyecto científico importantísimo sobre las plantas de Dark Dome porque se había comido la evidencia; hizo entrar en quiebra a una empresa desarrolladora de tecnología porque reemplazó el pegamento de todos los chips por goma de mascar, diciendo que así abaratarían costos.
Gracias a todas las duras batallas que Lexa ha tenido en su vida a día de hoy puede decir que es una mujer competente. O componente, como lo dice ella. Sabe hacer muchas cosas, pero aún no aprende cómo hacer amigos. Por alguna razón, todos sus amigos terminan atropellados por un camión, devorados por un dinosaurio volador, ahogados en el mar o electrocutados por una cafetera. Quizás ella estaba conduciendo el camión y mojó sin querer el enchufe de la cafetera, pero tampoco fue su culpa. Las cosas simplemente pasan. Como sea, le gustaría tener amigos para sorprender a las parejas en los moteles, huir de la Marina y probar toda clase de estupefacientes. Ay, qué bonita la amistad.
Sin embargo, lo que Lexa realmente desea es ser completamente libre. Abandonar las Islas Malditas y conocer Dark Dome le hizo preguntarse cuán grande es el mundo. ¿Y si en otras islas pagan mejores sueldos? Puede que tampoco haya mafias ni narcotraficantes. ¿Y si el mundo no es todo ruido y caos como lo imagina en su mente? Existen tantísimas preguntas que quiere responder, y cree que solo conocerá las respuestas si busca la libertad. Lexa desea seguir en todo momento su voluntad y la de nadie más, vivir la vida como lo haría un gatito persiguiendo lana.
Personalidad: Lexa es una chica enérgica, carismática e impulsiva que baila al son del caos y la incertidumbre. Con ella nunca se puede saber lo que sucederá, ya sea porque tiene algo roto dentro o porque altera la normalidad del entorno, como si el sentido común dejara de existir. También es una persona optimista que enfrenta problemas y peligros con una sonrisa en la cara. El problema es que es demasiado optimista, excesivamente optimista. Desde aprobar un examen sin estudiar hasta derrocar a un tirano, cree que todo es posible si tienes una buena actitud pues del resto se encargará el universo.
Es una chica sincera e infantil que tiene una inocencia distorsionada, pero es que está acostumbrada a cosas feas. Cree que cualquier cosa, desde robarle un dulce a un niño hasta hundir un crucero por error, puede solucionarse con unas disculpas sinceras. Ha metido la pata muchas veces en la vida y es consciente de que así es ella, pero no lo hace con malas intenciones, de hecho, no le caen bien los malos. Eso sí, no tiene ninguna brújula moral y va decidiendo sobre la marcha lo que está bien y lo que no.
Dejando de lado el excesivo caos que gira en torno a Lexa, nos encontramos con una persona soñadora e idealista que le gustaría ser libre, una chica sencilla que disfruta de ciertos detalles de la vida. El sol por la mañana, correr detrás de una mariposa, abrazar a un perro, comer pastel hasta reventar… Lexa encuentra la felicidad en los momentos más simples y los atesora en su “caja de atesorar cosas” (su corazón). También tiene un lado tímido, se pone roja cuando le da vergüenza y, como es tan expresiva y no le gusta, se le nota aún más.
Apariencia: De piel morena y ojos verdes agua que pueden oscilar entre amarillos y azules, Lexa guarda una misteriosa y profunda belleza que ha cautivado a más de una persona. Es delgada, tiene unas piernas largas y es bajita en comparación a un lunario promedio, pues apenas mide dos metros. Aún le falta mucho por crecer, pero la verdad es que le gusta estar más cerca del suelo. Otro de sus atractivos es su cabello ondulado, largo y turquesa que varía entre verde y azul según el día. Los lunarios tienen el cabello plateado, eso es cierto, pero Lexa está averiada de fábrica.
Todavía tiene el rostro de una adolescente, aunque sus facciones se están afilando y está en transición a convertirse en una mujer. Tiene cejas finas y perfiladas que expresan notoriamente lo que Lexa siente. Le gusta llevar una máscara de gases que le hace verse más “malota”, pero cuando no la lleva deja ver unos labios delicados y carnosos sin maquillar.
Si bien le gustan muchas modas diferentes, prefiere los trajes ajustados y funcionales con muchos bolsillos y correas. En su outfit no puede faltar la mochila con un montón de artefactos y artilugios útiles, guantes largos y una máscara de gases que se quita de vez en cuando. Se le ha visto usar gorra de béisbol y capucha, depende del día.
Fortalezas (440):
Suertuda (120): La única explicación de por qué Lexa ha sobrevivido hasta ahora es bastante sencilla: tiene buena suerte.
Talento innato (120): “Su hija triunfó, mamá. Soy un éxito, por eso no vine antes a verla. Quiero que vean la clase de mujer que soy”. Es lo que se dice cuando se mira al espejo de vez en cuando, aunque sabe que nunca podrá hacerlo porque sabe que no tiene mamá. Como sea, Lexa es una chica increíblemente talentosa solo que desafortunada en ciertos aspectos. Elige una característica y cada vez que esta mejore puede desarrollar una técnica genuina.
Guerrero nato (80): Las horas viendo películas de acción han servido de mucho. Es fuerte y veloz, una máquina de causar sufrimiento y desesperación. Es la destructora de mundos, es la muerte. Cada diez niveles obtiene una técnica genuina adicional.
Valiente (40): Puede que sea mala reconociendo el peligro y asustándose, pero siempre se antepone al miedo. Siente el corazón acelerarse, el pulso temblante… Pero nada de eso importa.
Hermosa (40): Sencillamente es hermosa. ¿Quién lo diría? Cuesta resistirse a su magnetismo natural y resulta casi imposible no reparar en ella. El problema es que no tarda en cagarla, siempre la caga.
Carisma (40): Si no fuera porque tiene un imán de personas con ganas de arreglar a gente rota, habría muerto hacía muuuuchos años. Le es fácil convencer a la gente de hacer locuras, aunque dependiendo de la situación esto podría no darse.
Debilidades (720):
Enemiga de todos (120): Lexa cree que cualquier problema puede solucionarse pidiendo disculpas, pero la realidad no es así. Cuando arruinas alianzas, atrasas proyectos y quiebras empresas, inevitablemente te ganas enemigos. Quizás aún no haya hecho algo, pero Lexa emite esa aura de que tarde o temprano meterá la pata de una u otra forma, por lo que la gente tiende a rechazarla en primera instancia. La relación del entorno hacia Lexa roza la belicosidad y cualquier “eureka” de Lexa puede desencadenar una ola de caos incontenible. Además, cada vez que Lexa intente hacer una acción buena o esté ayudando a alguien, se lo tomarán como algo malo.
Nula autoconservación (80): Una vez un borracho le dijo que el dolor era mental y desde entonces lo cree. Si ese hombre seguía bailando con el tobillo esguinzado, ella puede seguir un combate sin intestinos. Es imprudente y optimista, es de las que se lanza primero y piensa después. Siempre va con heridas, aunque es de las que se aguanta el dolor.
Lento aprendizaje (80): Lexa siempre fue la niña más lista del campo de esclavos, solo que le cuesta mantenerse enfocada. Aprender cosas nuevas le toma un montón de tiempo porque se distrae cada 10 minutos, teniendo un progreso lento y frustrante. A Lexa le cuesta el doble de tiempo entrenar técnicas.
Adicción (40): Es culpa del gordo del saco que Lexa sea adicta al azúcar y todo lo que eso conlleva. Todos los días debe consumir grandes dosis de azúcar en forma de caramelos, chocolate o pasteles. Por lo general, se le ve con una paleta en la boca. Si por alguna razón lleva más de un día sin consumir azúcar, se pondrá irritable y pasará de las cuestiones importantes de la vida hasta conseguir algo dulce que echarse a la boca.
Cabeza averiada (30): Tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) autodiagnosticado, así que tampoco sabemos si puede ser otra cosa bastante peor (y probablemente lo sea). Como indica su nombre, tiene dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva. Esto conlleva a ser desorganizada, escasez de tiempo y problemas para realizar múltiples tareas a la vez, pero lo peor son los cambios de humor frecuentes y bruscos además de una baja tolerancia a la frustración.
Las voces (30): Ya ha quedado claro que la cabeza de Lexa definitivamente funciona mal. Por si creer que un demonio le acosa no fuera suficiente, también escucha voces que le dicen cosas. A veces son comentarios inocentes y graciosos; otras, órdenes depravadas e inhumanas. Es molesto, pero Lexa no es de las que escucha a los demás.
Pesadillas (30): Tiene problemas para dormir y se despierta cansada, pero nada que no solucione con una buena dosis de café. Cuando no escucha chirridos por las noches ni el demonio le mueve los muebles, aparecen los tortuosos recuerdos de esa fatídica noche cuando perdió a sus padres. Como tiene bloqueado los recuerdos solo ve una figura monstruosa y siempre despierta cuando los ojos de esa cosa le miran con sed de sangre.
Todo o nada (30): ¡A por todas! Es lo que dice cuando está a punto de cagarla. Lexa es de las que piensan que, si vas a meter la pata, métela hasta el fondo y arrepiéntete después. Sea un proyecto o un combate, Lexa no puede dejarlo a medias y lo dará todo hasta que se acabe sin importar las circunstancias.
Cólera (30): Lexa es de las que caen ante cualquier provocación y tiene que haber alguien que le tranquilice, sino las cosas se ponen feas. Es buena haciendo enemigos y cagándola, así por qué no enfadarse cada vez que puede.
Fobia (30): Tiene hipopotomonstrosesquipedaliofobia, y probablemente no te paraste a leer la palabra porque es demasiado larga. Ahora imagínate si le tienes miedo a las palabras largas. En un mundo donde todos usan conceptos bonitos y rimbombantes, en un mundo donde los discursos eternos abundan antes de las peleas, claramente esto es una debilidad.
Mal juicio (30): Sí, pasar justo al lado de ese yonki que acaba de intentar asaltar a una pareja debe ser muy buena idea. El peligro sólo existe para los cobardes, dice Lexa. Tiene muy mal instinto a la hora de decidir qué personas tienen aspecto confiable, descartando a menudo a aquellos con buenas intenciones a favor de aquellos que otra gente consideraría… sospechosos.
Caótico (30): Efectivamente existe un factor externo que determina el nivel de caos en la vida de Lexa, pero también existe uno interno. Es bastante más débil que el externo, pero ahí está. Es incapaz de mantener ordenada su habitación, siquiera puede con su propia cabeza.
Libro abierto (20): Es fácil ver sus emociones y sentimientos solo con mirar a Lexa. El problema es que estas cambian como la dirección del viento durante una tormenta.
Manos angelicales (20): Una vez vio una película de un médico que recomponía la columna vertebral de su paciente, una señora de casi 80 años con obesidad. Desde ese momento comenzó su incursión por el mundo de la medicina. Asegurando ser la mejor doctora de las Islas Malditas, operó al hijo de un político menor de Dark Dome. Luego ofreció su recién improvisado servicio de funerales y ataúdes, pero no quisieron contratarla. Básicamente, Lexa es incapaz de realizar cualquier acción hospitalaria o de sanidad humana (no puede aprender Medicina ni craftear medicamentos ni pociones), aunque piensa que sí sabe hacer pociones y medicamentos.
Laguna de conocimiento (20): Todos somos ignorantes en algo. Lexa se hace la culta en todo, pero la verdad es que tiene cero conocimientos de arte o música. Puede apreciarla como quien aprecia un partido de fútbol sin ser fanático, pero no lo entendería del todo.
Alergia (20): Es alérgica al ajo. Juega con que tiene sangre vampírica.
Negada en la cocina (10): No hay mucho que decir, ¿no?
Intolerancia (10): La intolerancia a la lactosa es una de las cosas más comunes del mundo que, desafortunadamente, padece Lexa.
Tiquismiquis (10): Platos dedicados y bien hechos, por favor.
Acosada por un demonio (0): Dicen que los demonios no existen, pero que se lo digan a los habitantes de las Islas Malditas. Lexa ha visto cosas, cosas feas y de otro mundo. Una extraña figura que da miedo, mucho miedo, aparece a horas extrañas e inconvenientes. A veces habla, a veces calla. Lexa no conoce sus intenciones ni duda de su existencia. Sin embargo, está convencida de que es el culpable de que las cosas siempre salgan mal en su vida. Asusta a sus amigos, mueve los muebles y hace ruidos estridentes por la noche, pero otras veces ofrece pactos oscuros y amenaza con matar a sus seres queridos… En otras palabras, existe un factor externo que conduce a Lexa a un vórtice de caos imposible de escapar, produciendo resultados impredecibles incluso si las decisiones que toma son de sentido común. Es lo típico de ver la figura de pikachu en “¡¿Quién es ese pokémon?!”, pero resulta ser un geodude.
Armas: Es pobre, pero ya tendrá, ya tendrá...
Atributos: Intelecto 8, Precisión 7, Destreza 6, Agudeza 6, Agilidad 5, Velocidad 5 + [3], Fortaleza 5 + [3], Fuerza 5, Instinto 4
Saberes:
Pertenencias: Una mochila de supervivencia con cosas para sobrevivir (botella de agua, pilas, linternas, baterías portátiles, comida liofilizada, etc.), un saco y una tienda de acampada, un set de herramientas de ingeniero (destornillador, llaves de distintos tipos, alicates, entre otros).
Raza: Lunaria
- No necesita respirar.
- Puede envolverse en fuego y, si entrena, podría controlarlo. Envuelta en llamas gana 3 rangos de fortaleza y apagada obtiene 3 de velocidad.
- Sus alas le permiten volar.
- Cualquier personaje puede iniciar una cacería contra un Lunario. Además, no puede ser parte del Gobierno Mundial [Paria].
Género: Femenino
Edad: 18 años
Facción: Pirata [Agente del caos]
Empleo: Asaltar pueblos, quemar casas, secuestrar señoritas y dejarlas tiradas en la playa… Lo que hace un pirata
Trasfondo: Lexa creció en un sitio llamativo, alegre y afrodisiaco que algunos llaman Islas Malditas. No es un lugar para todos, pero se puede encontrar la felicidad como en cualquier otro país. Solo hay que acostumbrarse a los monstruos y a los sectarios, pero ya después de dos hermanos y un perro desaparecido cualquiera se acostumbra. Lexa perdió a sus padres en un ataque cuando tenía diez años. Como era delgadita el monstruo no se antojó y la dejó ir, eso es lo que cree ella. El problema es que quedó traumada de por vida y ahora escucha voces, tiene pesadillas y desórdenes mentales, nada que cualquier adicto a las redes sociales no tenga.
La buena fortuna le sonrió porque, a pesar de ser pasivamente “perseguida” por el Gobierno Mundial, fue rescatada por un pirata estúpido que no conocía nada del mundo. El hombre la cambió por una caja de botellas de vino a otro aún más idiota. Así comenzaron sus días de esclavitud. El que fuera morena y tuviera alas negras decía mucho sobre su origen, pero vivir tanto tiempo en la clandestinidad le salvó de estar en vista de los agentes del Gobierno Mundial. No se quejaba porque había mucho que hacer, siempre había un señor gordo y maloliente que necesitaba a una niña alegre. Servía cervezas, limpiaba mesas y baños, dejaba el suelo brillante… Le daban una comida al día, a veces dos. El trabajo habría sido mejor con un sueldo, pero los jefes decían que eso era un invento de los revolucionarios por querer todo gratis.
Nunca estuvo demasiado tiempo en el mismo sitio. A veces la cambiaban por vino, una cabra o un saco de papas. Decían que estaba maldita, que atraía la mala suerte. Lexa jamás se quejó porque tampoco conocía otro mundo, su mente había bloqueado los recuerdos felices que pasó con sus padres y no había llorado su pérdida.
Eso sí, su mundo cambió cuando llegó a Dark Dome. ¡Todo era de noche! ¡Siempre! Allí se enteró de varias cosas: el sueldo no era un invento de los revolucionarios, los trabajadores tenían descansos y eran libres de comer lo que quisieran. Además, aprendió lo más importante: ocultar su origen racial. A los humanos no les gustaban las personas con alas ni fuego en la espalda, aunque fuera conveniente para el invierno. Al principio era doloroso esconder las alas, pero con el tiempo se acostumbró.
Con un mundo lleno de posibilidades por descubrir, y adentrándose en la adolescencia, Lexa se lanzó hacia lo desconocido y comenzó a aprender de todo un poco, aunque todo tuvo un precio. En sus intentos de ser diplomática, arruinó la alianza entre dos mafias rivales y la guerra produjo más de treinta muertos; atrasó dos años un proyecto científico importantísimo sobre las plantas de Dark Dome porque se había comido la evidencia; hizo entrar en quiebra a una empresa desarrolladora de tecnología porque reemplazó el pegamento de todos los chips por goma de mascar, diciendo que así abaratarían costos.
Gracias a todas las duras batallas que Lexa ha tenido en su vida a día de hoy puede decir que es una mujer competente. O componente, como lo dice ella. Sabe hacer muchas cosas, pero aún no aprende cómo hacer amigos. Por alguna razón, todos sus amigos terminan atropellados por un camión, devorados por un dinosaurio volador, ahogados en el mar o electrocutados por una cafetera. Quizás ella estaba conduciendo el camión y mojó sin querer el enchufe de la cafetera, pero tampoco fue su culpa. Las cosas simplemente pasan. Como sea, le gustaría tener amigos para sorprender a las parejas en los moteles, huir de la Marina y probar toda clase de estupefacientes. Ay, qué bonita la amistad.
Sin embargo, lo que Lexa realmente desea es ser completamente libre. Abandonar las Islas Malditas y conocer Dark Dome le hizo preguntarse cuán grande es el mundo. ¿Y si en otras islas pagan mejores sueldos? Puede que tampoco haya mafias ni narcotraficantes. ¿Y si el mundo no es todo ruido y caos como lo imagina en su mente? Existen tantísimas preguntas que quiere responder, y cree que solo conocerá las respuestas si busca la libertad. Lexa desea seguir en todo momento su voluntad y la de nadie más, vivir la vida como lo haría un gatito persiguiendo lana.
Personalidad: Lexa es una chica enérgica, carismática e impulsiva que baila al son del caos y la incertidumbre. Con ella nunca se puede saber lo que sucederá, ya sea porque tiene algo roto dentro o porque altera la normalidad del entorno, como si el sentido común dejara de existir. También es una persona optimista que enfrenta problemas y peligros con una sonrisa en la cara. El problema es que es demasiado optimista, excesivamente optimista. Desde aprobar un examen sin estudiar hasta derrocar a un tirano, cree que todo es posible si tienes una buena actitud pues del resto se encargará el universo.
Es una chica sincera e infantil que tiene una inocencia distorsionada, pero es que está acostumbrada a cosas feas. Cree que cualquier cosa, desde robarle un dulce a un niño hasta hundir un crucero por error, puede solucionarse con unas disculpas sinceras. Ha metido la pata muchas veces en la vida y es consciente de que así es ella, pero no lo hace con malas intenciones, de hecho, no le caen bien los malos. Eso sí, no tiene ninguna brújula moral y va decidiendo sobre la marcha lo que está bien y lo que no.
Dejando de lado el excesivo caos que gira en torno a Lexa, nos encontramos con una persona soñadora e idealista que le gustaría ser libre, una chica sencilla que disfruta de ciertos detalles de la vida. El sol por la mañana, correr detrás de una mariposa, abrazar a un perro, comer pastel hasta reventar… Lexa encuentra la felicidad en los momentos más simples y los atesora en su “caja de atesorar cosas” (su corazón). También tiene un lado tímido, se pone roja cuando le da vergüenza y, como es tan expresiva y no le gusta, se le nota aún más.
Apariencia: De piel morena y ojos verdes agua que pueden oscilar entre amarillos y azules, Lexa guarda una misteriosa y profunda belleza que ha cautivado a más de una persona. Es delgada, tiene unas piernas largas y es bajita en comparación a un lunario promedio, pues apenas mide dos metros. Aún le falta mucho por crecer, pero la verdad es que le gusta estar más cerca del suelo. Otro de sus atractivos es su cabello ondulado, largo y turquesa que varía entre verde y azul según el día. Los lunarios tienen el cabello plateado, eso es cierto, pero Lexa está averiada de fábrica.
Todavía tiene el rostro de una adolescente, aunque sus facciones se están afilando y está en transición a convertirse en una mujer. Tiene cejas finas y perfiladas que expresan notoriamente lo que Lexa siente. Le gusta llevar una máscara de gases que le hace verse más “malota”, pero cuando no la lleva deja ver unos labios delicados y carnosos sin maquillar.
Si bien le gustan muchas modas diferentes, prefiere los trajes ajustados y funcionales con muchos bolsillos y correas. En su outfit no puede faltar la mochila con un montón de artefactos y artilugios útiles, guantes largos y una máscara de gases que se quita de vez en cuando. Se le ha visto usar gorra de béisbol y capucha, depende del día.
Fortalezas (440):
Suertuda (120): La única explicación de por qué Lexa ha sobrevivido hasta ahora es bastante sencilla: tiene buena suerte.
Talento innato (120): “Su hija triunfó, mamá. Soy un éxito, por eso no vine antes a verla. Quiero que vean la clase de mujer que soy”. Es lo que se dice cuando se mira al espejo de vez en cuando, aunque sabe que nunca podrá hacerlo porque sabe que no tiene mamá. Como sea, Lexa es una chica increíblemente talentosa solo que desafortunada en ciertos aspectos. Elige una característica y cada vez que esta mejore puede desarrollar una técnica genuina.
Guerrero nato (80): Las horas viendo películas de acción han servido de mucho. Es fuerte y veloz, una máquina de causar sufrimiento y desesperación. Es la destructora de mundos, es la muerte. Cada diez niveles obtiene una técnica genuina adicional.
Valiente (40): Puede que sea mala reconociendo el peligro y asustándose, pero siempre se antepone al miedo. Siente el corazón acelerarse, el pulso temblante… Pero nada de eso importa.
Hermosa (40): Sencillamente es hermosa. ¿Quién lo diría? Cuesta resistirse a su magnetismo natural y resulta casi imposible no reparar en ella. El problema es que no tarda en cagarla, siempre la caga.
Carisma (40): Si no fuera porque tiene un imán de personas con ganas de arreglar a gente rota, habría muerto hacía muuuuchos años. Le es fácil convencer a la gente de hacer locuras, aunque dependiendo de la situación esto podría no darse.
Debilidades (720):
Enemiga de todos (120): Lexa cree que cualquier problema puede solucionarse pidiendo disculpas, pero la realidad no es así. Cuando arruinas alianzas, atrasas proyectos y quiebras empresas, inevitablemente te ganas enemigos. Quizás aún no haya hecho algo, pero Lexa emite esa aura de que tarde o temprano meterá la pata de una u otra forma, por lo que la gente tiende a rechazarla en primera instancia. La relación del entorno hacia Lexa roza la belicosidad y cualquier “eureka” de Lexa puede desencadenar una ola de caos incontenible. Además, cada vez que Lexa intente hacer una acción buena o esté ayudando a alguien, se lo tomarán como algo malo.
Nula autoconservación (80): Una vez un borracho le dijo que el dolor era mental y desde entonces lo cree. Si ese hombre seguía bailando con el tobillo esguinzado, ella puede seguir un combate sin intestinos. Es imprudente y optimista, es de las que se lanza primero y piensa después. Siempre va con heridas, aunque es de las que se aguanta el dolor.
Lento aprendizaje (80): Lexa siempre fue la niña más lista del campo de esclavos, solo que le cuesta mantenerse enfocada. Aprender cosas nuevas le toma un montón de tiempo porque se distrae cada 10 minutos, teniendo un progreso lento y frustrante. A Lexa le cuesta el doble de tiempo entrenar técnicas.
Adicción (40): Es culpa del gordo del saco que Lexa sea adicta al azúcar y todo lo que eso conlleva. Todos los días debe consumir grandes dosis de azúcar en forma de caramelos, chocolate o pasteles. Por lo general, se le ve con una paleta en la boca. Si por alguna razón lleva más de un día sin consumir azúcar, se pondrá irritable y pasará de las cuestiones importantes de la vida hasta conseguir algo dulce que echarse a la boca.
Cabeza averiada (30): Tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) autodiagnosticado, así que tampoco sabemos si puede ser otra cosa bastante peor (y probablemente lo sea). Como indica su nombre, tiene dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva. Esto conlleva a ser desorganizada, escasez de tiempo y problemas para realizar múltiples tareas a la vez, pero lo peor son los cambios de humor frecuentes y bruscos además de una baja tolerancia a la frustración.
Las voces (30): Ya ha quedado claro que la cabeza de Lexa definitivamente funciona mal. Por si creer que un demonio le acosa no fuera suficiente, también escucha voces que le dicen cosas. A veces son comentarios inocentes y graciosos; otras, órdenes depravadas e inhumanas. Es molesto, pero Lexa no es de las que escucha a los demás.
Pesadillas (30): Tiene problemas para dormir y se despierta cansada, pero nada que no solucione con una buena dosis de café. Cuando no escucha chirridos por las noches ni el demonio le mueve los muebles, aparecen los tortuosos recuerdos de esa fatídica noche cuando perdió a sus padres. Como tiene bloqueado los recuerdos solo ve una figura monstruosa y siempre despierta cuando los ojos de esa cosa le miran con sed de sangre.
Todo o nada (30): ¡A por todas! Es lo que dice cuando está a punto de cagarla. Lexa es de las que piensan que, si vas a meter la pata, métela hasta el fondo y arrepiéntete después. Sea un proyecto o un combate, Lexa no puede dejarlo a medias y lo dará todo hasta que se acabe sin importar las circunstancias.
Cólera (30): Lexa es de las que caen ante cualquier provocación y tiene que haber alguien que le tranquilice, sino las cosas se ponen feas. Es buena haciendo enemigos y cagándola, así por qué no enfadarse cada vez que puede.
Fobia (30): Tiene hipopotomonstrosesquipedaliofobia, y probablemente no te paraste a leer la palabra porque es demasiado larga. Ahora imagínate si le tienes miedo a las palabras largas. En un mundo donde todos usan conceptos bonitos y rimbombantes, en un mundo donde los discursos eternos abundan antes de las peleas, claramente esto es una debilidad.
Mal juicio (30): Sí, pasar justo al lado de ese yonki que acaba de intentar asaltar a una pareja debe ser muy buena idea. El peligro sólo existe para los cobardes, dice Lexa. Tiene muy mal instinto a la hora de decidir qué personas tienen aspecto confiable, descartando a menudo a aquellos con buenas intenciones a favor de aquellos que otra gente consideraría… sospechosos.
Caótico (30): Efectivamente existe un factor externo que determina el nivel de caos en la vida de Lexa, pero también existe uno interno. Es bastante más débil que el externo, pero ahí está. Es incapaz de mantener ordenada su habitación, siquiera puede con su propia cabeza.
Libro abierto (20): Es fácil ver sus emociones y sentimientos solo con mirar a Lexa. El problema es que estas cambian como la dirección del viento durante una tormenta.
Manos angelicales (20): Una vez vio una película de un médico que recomponía la columna vertebral de su paciente, una señora de casi 80 años con obesidad. Desde ese momento comenzó su incursión por el mundo de la medicina. Asegurando ser la mejor doctora de las Islas Malditas, operó al hijo de un político menor de Dark Dome. Luego ofreció su recién improvisado servicio de funerales y ataúdes, pero no quisieron contratarla. Básicamente, Lexa es incapaz de realizar cualquier acción hospitalaria o de sanidad humana (no puede aprender Medicina ni craftear medicamentos ni pociones), aunque piensa que sí sabe hacer pociones y medicamentos.
Laguna de conocimiento (20): Todos somos ignorantes en algo. Lexa se hace la culta en todo, pero la verdad es que tiene cero conocimientos de arte o música. Puede apreciarla como quien aprecia un partido de fútbol sin ser fanático, pero no lo entendería del todo.
Alergia (20): Es alérgica al ajo. Juega con que tiene sangre vampírica.
Negada en la cocina (10): No hay mucho que decir, ¿no?
Intolerancia (10): La intolerancia a la lactosa es una de las cosas más comunes del mundo que, desafortunadamente, padece Lexa.
Tiquismiquis (10): Platos dedicados y bien hechos, por favor.
Acosada por un demonio (0): Dicen que los demonios no existen, pero que se lo digan a los habitantes de las Islas Malditas. Lexa ha visto cosas, cosas feas y de otro mundo. Una extraña figura que da miedo, mucho miedo, aparece a horas extrañas e inconvenientes. A veces habla, a veces calla. Lexa no conoce sus intenciones ni duda de su existencia. Sin embargo, está convencida de que es el culpable de que las cosas siempre salgan mal en su vida. Asusta a sus amigos, mueve los muebles y hace ruidos estridentes por la noche, pero otras veces ofrece pactos oscuros y amenaza con matar a sus seres queridos… En otras palabras, existe un factor externo que conduce a Lexa a un vórtice de caos imposible de escapar, produciendo resultados impredecibles incluso si las decisiones que toma son de sentido común. Es lo típico de ver la figura de pikachu en “¡¿Quién es ese pokémon?!”, pero resulta ser un geodude.
Armas: Es pobre, pero ya tendrá, ya tendrá...
Atributos: Intelecto 8, Precisión 7, Destreza 6, Agudeza 6, Agilidad 5, Velocidad 5 + [3], Fortaleza 5 + [3], Fuerza 5, Instinto 4
Saberes:
- Ingeniería [Gratis]
- Artillería [Gratis]
- Ciencia [-50 puntos]
Pertenencias: Una mochila de supervivencia con cosas para sobrevivir (botella de agua, pilas, linternas, baterías portátiles, comida liofilizada, etc.), un saco y una tienda de acampada, un set de herramientas de ingeniero (destornillador, llaves de distintos tipos, alicates, entre otros).
Lexa
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hola, ficha terminada. Me gustaría gastar 400 doblones para pedir una logia aleatoria (veamos qué sale de este espiral de caos).
¡Saludos! :)
¡Saludos! :)
Buenas, sy el moderador de turno que va a pasar por aquí a revisar la ficha.
Al ser lunario no tienes talento gratuito como un humano, por lo que la fortaleza que pides gratis no podria ser.
Vale, en cuento a la debilidades, quería comentarte una cosa, en Enemigo de todos te la aceptaremos, pero en vez de que tengamos que intervenir nosotros, será que cavez que realices una acción buena o ayudando a alguien, se lo tomarán como algo malo, por ejemplo, si ayudas a una viejecita a cruzar la calle esta pensará que estás intentando robarle, y similares.
La de Acosada por un demonio, tras debatirlo, vamos a tener que decirle que no y quedaría denegada dado.
Y finalmente la de Manos angelicales, será de rango D (20 puntos) y además, añade en su descripción que Lexa piensa que si sabe hacer medicamentos o pociones (dado que no tienes el oficio qu elo permitiría).
Dado que hay cosas que tienes que cambiar de debilidades y afectará a los puntos de los atributos, esperaré a los cambios antes de comprobar que están bien.
Por último, la akuma que tendrás será la logia de niebla.
Al ser lunario no tienes talento gratuito como un humano, por lo que la fortaleza que pides gratis no podria ser.
Vale, en cuento a la debilidades, quería comentarte una cosa, en Enemigo de todos te la aceptaremos, pero en vez de que tengamos que intervenir nosotros, será que cavez que realices una acción buena o ayudando a alguien, se lo tomarán como algo malo, por ejemplo, si ayudas a una viejecita a cruzar la calle esta pensará que estás intentando robarle, y similares.
La de Acosada por un demonio, tras debatirlo, vamos a tener que decirle que no y quedaría denegada dado.
Y finalmente la de Manos angelicales, será de rango D (20 puntos) y además, añade en su descripción que Lexa piensa que si sabe hacer medicamentos o pociones (dado que no tienes el oficio qu elo permitiría).
Dado que hay cosas que tienes que cambiar de debilidades y afectará a los puntos de los atributos, esperaré a los cambios antes de comprobar que están bien.
Por último, la akuma que tendrás será la logia de niebla.
Lexa
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¡Buenas!
He hecho las modificaciones (creo que los números deberían dar bien).
En cuanto a la fruta del diablo, Lexa estaba lista para darle un mordisco cuando desaparece de sus manos y luego ve que una gaviota se lleva su preciado tesoro. Derrotada, llorando y en el suelo, grita un largo ¡noooooo!
Saludos :)
He hecho las modificaciones (creo que los números deberían dar bien).
En cuanto a la fruta del diablo, Lexa estaba lista para darle un mordisco cuando desaparece de sus manos y luego ve que una gaviota se lleva su preciado tesoro. Derrotada, llorando y en el suelo, grita un largo ¡noooooo!
Saludos :)
Vale los puntos están correctos, Pero he de pedirte perdón, ayer se me pasó por alto otra cosa, la debilidad de enfermedad mental, el TDAH no podemos catalogarlo como una (menos aún si es algo autodiagnosticado) o por lo menos no al punto de que sea debilidad de rango A, así que tendrás que cambiarla por otra.
Lexa
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Hola, he convertido la enfermedad mental en una debilidad de categoría C (30 puntos), a ver si así queda mejor. Además, eliminé uno de los oficios (herrería).
Saludos.
Saludos.
Aceptado, y perdona las molestias, puedes pasar por el censo.
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