Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Maxim descendió la última, en total soledad, por la pasarela de desembarco hasta el mulle. Había esperado a una distancia prudencial para evitar mezclarse con el resto de los pasajeros, solo dios sabe que gérmenes podrían llevar aquellos indeseables a los que había evitado durante todo el viaje encerrada en su camarote. Vestía su habitual vestido, un sombrero de paja estilo victoriano, gafas de sol, su querida Petit a su espalda y sosteniendo un maletín de cuero con las pocas pertenencias que había logrado sacar de Towerbridge en su escapada.
La joven miró a su alrededor una vez puso los pies sobre el muelle principal. Frente a ella se disponía un puerto de tamaño decente aunque nada comparado con el de su ciudad natal y un poco más haya podía vislumbrar lo que debía de ser la ciudad, la cual se adentraba en el interior del bosque del enorme manglar. Era sin duda una vista un tanto diferente a la que acostumbraba pero no bastó para impresionarla.
"Dios... que olor" Se detuvo un instante para sacar un pañuelo de su maletín, el cual impregnó de perfume antes de llevárselo a la nariz para aliviar aquel punzante aroma del lugar.
Una vez lista, volvió a cerrar su maletín y comenzó a caminar a paso rápido mientras mantenía la distancia con todo aquel que se cruzaba.
"Esto es peor de lo que me imaginaba" se lamentaba la joven mientras dirigía miradas de asco a todas partes tras los cristales oscuros de sus gafas "El perfume apenas logra mitigar este hedor... Estoy segura de que debe de ser malo para la salud, de hecho creo que me empiezo a sentir mal... ¿Dónde las he puesto?" colocó el maletín entre su torso y su brazo para sostenerlo sin apartar el pañuelo de su nariz y boca, así podía mantenerse a salvo mientras rebuscaba entre sus ropas por una pequeña bolsa de cuero que no tardó en encontrar "Aquí..." la abrió hábilmente solo con su mano derecha y sacó un par de pastillas que rápidamente procedió a tomar "No sé si será suficiente pero no puedo arriesgarme a pasar más tiempo aquí, tendré que esperar hasta llegar al hotel"
Maxim volvió a guardar la bolsita y retomó el maletín con su mano derecha mientras con la izquierda apretaba el pañuelo con fuerza. Apretó el paso y abandonó el puerto todo lo rápido que pudo.
Su idea era ir directamente hasta el hotel que había reservado pero algo llamó su atención, concretamente un enorme panel lleno de carteles de se busca. Frente a ellos apenas había nadie, aquella era tierra de criminales y esos carteles debían de ser más por vanidad que para información.
La joven se aproximó al muro y comenzó a observarlos relativamente cerca, al menos todo lo que podía acercarse sin correr el riesgo a interactuar con esa mugrienta pared y sus proximidades.
"Interesante" era la primera vez que veía un cartel de se busca en su vida pero lo que le llamó la atención no eran los carteles en sí, si no los montos que se ofrecían. Maxim necesitaba dinero, mucho dinero para establecer su propio laboratorio y, por el momento, no tenía patrocinador... así que aquella era una posibilidad que no podía descartar para obtener fondos.
La joven miró a su alrededor una vez puso los pies sobre el muelle principal. Frente a ella se disponía un puerto de tamaño decente aunque nada comparado con el de su ciudad natal y un poco más haya podía vislumbrar lo que debía de ser la ciudad, la cual se adentraba en el interior del bosque del enorme manglar. Era sin duda una vista un tanto diferente a la que acostumbraba pero no bastó para impresionarla.
"Dios... que olor" Se detuvo un instante para sacar un pañuelo de su maletín, el cual impregnó de perfume antes de llevárselo a la nariz para aliviar aquel punzante aroma del lugar.
Una vez lista, volvió a cerrar su maletín y comenzó a caminar a paso rápido mientras mantenía la distancia con todo aquel que se cruzaba.
"Esto es peor de lo que me imaginaba" se lamentaba la joven mientras dirigía miradas de asco a todas partes tras los cristales oscuros de sus gafas "El perfume apenas logra mitigar este hedor... Estoy segura de que debe de ser malo para la salud, de hecho creo que me empiezo a sentir mal... ¿Dónde las he puesto?" colocó el maletín entre su torso y su brazo para sostenerlo sin apartar el pañuelo de su nariz y boca, así podía mantenerse a salvo mientras rebuscaba entre sus ropas por una pequeña bolsa de cuero que no tardó en encontrar "Aquí..." la abrió hábilmente solo con su mano derecha y sacó un par de pastillas que rápidamente procedió a tomar "No sé si será suficiente pero no puedo arriesgarme a pasar más tiempo aquí, tendré que esperar hasta llegar al hotel"
Maxim volvió a guardar la bolsita y retomó el maletín con su mano derecha mientras con la izquierda apretaba el pañuelo con fuerza. Apretó el paso y abandonó el puerto todo lo rápido que pudo.
Su idea era ir directamente hasta el hotel que había reservado pero algo llamó su atención, concretamente un enorme panel lleno de carteles de se busca. Frente a ellos apenas había nadie, aquella era tierra de criminales y esos carteles debían de ser más por vanidad que para información.
La joven se aproximó al muro y comenzó a observarlos relativamente cerca, al menos todo lo que podía acercarse sin correr el riesgo a interactuar con esa mugrienta pared y sus proximidades.
"Interesante" era la primera vez que veía un cartel de se busca en su vida pero lo que le llamó la atención no eran los carteles en sí, si no los montos que se ofrecían. Maxim necesitaba dinero, mucho dinero para establecer su propio laboratorio y, por el momento, no tenía patrocinador... así que aquella era una posibilidad que no podía descartar para obtener fondos.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Seducir a alguien que le pagase el viaje a Sabaody no fué muy complicado, pensaba intentar vender algo en ese lugar pese a que el ojo refinado de los que navegaban ese lugar le complicaría las cosas a la hora de aumentar el valor de los instrumentos a tal punto como le era habitual. Suspiró caminando por la calle de burbujas flotantes, deteniendo su andar ante el tablón de recompensas. Su kimono y su adorno en el cabello resaltaban a leguas que no pertenecía a los blues ni a un lugar tan mundano como Sabaody. Le sorprendió observar recompensas bajas, un millón, medio millón, o eran criminales buscados en otros lugares o recientemente el crimen había ascendido y los criminales eran tan tontos como para dejarse colgar un cartel.
Contempló una foto, valía medio millón y la fotografía del sujeto era reciente pero no solo eso, se alcanzaba a ver una burbuja flotando en el cielo, era un criminal de la zona. Clavó su espada en forma de aguja en el cartel, sin percatarse que una joven con una peculiar herramienta había estado a solo centimetros de ser empalada.
—Disculpe, estaba tan inmersa en las recompensas que no le vi..—
Se disculpó mientras tomaba el cartel con su mano izquierda y lo guardaba entre sus ropas. Tomando un tiempo para analizar el arma que portaba esa muchacha, inusualmente era una compleja obra de la artesanía. ¿Acaso era otra herrera? ¿Una competencia? El trabajo en el arma era superior incluso a su propia creación y le despertaba cierta rabia en su interior. Pensar que existiesen herreros de tal calibre en otras partes del mundo y ella estuviese todavía a un paso de igualarles. Su mirada reflejaba un cierto interés en conocer más detalles y su rostro no se había perturbado pese a su instante de envidia, más por no ser la creadora de tal pieza que por el objeto que la portaba.
—Ese instrumento, es de una calidad que pocas veces aprecian mis ojos, me intriga preguntar si usted la ha creado o en su defecto si conoce al artesano que fabricó dicha pieza. Yo no iría portando un arma de ese calibre a plena vista...—
Advirtió la herrera quien rápidamente había ocultado su arma dentro de la manga de su kimono y aparentaba ser una simple mujer desarmada. Pero claramente ocultar semejante arma como la de su posible compañía era algo que era prácticamente imposible. Sabiendo la cantidad de personas que matarían por un arma de una calidad diez veces peor, imaginaba que no pocos irían tras la cabeza de alguien que se veía tan frágil y trastornada.
—Disculpe mi interferencia, si lo desea podemos buscar a este criminal juntas. No es una idea que me agrade, todo lo contrario, pero sepa entender que para una herrera es un momento de gran trascendencia el poder ver un arma especial en acción...—
Y no había mejor acción que ver ese instrumento impregnarse con la sangre y el miedo de otros, se preguntaba si la muchacha ya había impregnado el metal con una vida ajena, de no ser así estaría bastante complacida de darle una iniciación digna a tal obra de artesanía.
Contempló una foto, valía medio millón y la fotografía del sujeto era reciente pero no solo eso, se alcanzaba a ver una burbuja flotando en el cielo, era un criminal de la zona. Clavó su espada en forma de aguja en el cartel, sin percatarse que una joven con una peculiar herramienta había estado a solo centimetros de ser empalada.
—Disculpe, estaba tan inmersa en las recompensas que no le vi..—
Se disculpó mientras tomaba el cartel con su mano izquierda y lo guardaba entre sus ropas. Tomando un tiempo para analizar el arma que portaba esa muchacha, inusualmente era una compleja obra de la artesanía. ¿Acaso era otra herrera? ¿Una competencia? El trabajo en el arma era superior incluso a su propia creación y le despertaba cierta rabia en su interior. Pensar que existiesen herreros de tal calibre en otras partes del mundo y ella estuviese todavía a un paso de igualarles. Su mirada reflejaba un cierto interés en conocer más detalles y su rostro no se había perturbado pese a su instante de envidia, más por no ser la creadora de tal pieza que por el objeto que la portaba.
—Ese instrumento, es de una calidad que pocas veces aprecian mis ojos, me intriga preguntar si usted la ha creado o en su defecto si conoce al artesano que fabricó dicha pieza. Yo no iría portando un arma de ese calibre a plena vista...—
Advirtió la herrera quien rápidamente había ocultado su arma dentro de la manga de su kimono y aparentaba ser una simple mujer desarmada. Pero claramente ocultar semejante arma como la de su posible compañía era algo que era prácticamente imposible. Sabiendo la cantidad de personas que matarían por un arma de una calidad diez veces peor, imaginaba que no pocos irían tras la cabeza de alguien que se veía tan frágil y trastornada.
—Disculpe mi interferencia, si lo desea podemos buscar a este criminal juntas. No es una idea que me agrade, todo lo contrario, pero sepa entender que para una herrera es un momento de gran trascendencia el poder ver un arma especial en acción...—
Y no había mejor acción que ver ese instrumento impregnarse con la sangre y el miedo de otros, se preguntaba si la muchacha ya había impregnado el metal con una vida ajena, de no ser así estaría bastante complacida de darle una iniciación digna a tal obra de artesanía.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"No es una mala opción..." Maxim colocó de nuevo el maletín bajo su brazo izquierdo, sin apartar el pañuelo que sostenía con la mano de su nariz, para liberar su mano derecha. La cual procedió a alargar para hacerse con uno de los carteles con la intención de hacerse con él. Sin embargo, su mano enguantada fue adelantada por el filo de un arma que pasó peligrosamente cerca. La mano pasó de la delicada hoja del arma, parecida a una aguja, hasta la mujer que acababa de emplearla para hacerse con el cartel.
La joven apenas mostró un leve gesto de desprecio ante aquel agravió tras sus gafas de sol y el pañuelo, arrugando ligeramente la nariz ante las disculpas de la exótica extraña.
Dio un paso hacia atrás, poniendo un poco más de distancia entre ella y la mujer. Fue un simple acto reflejo, tener a alguien demasiado cerca le resultaba desagradable y más aún cuando no sabía en que lugar podía haber estado tirada.
"Parece más limpia que la mayoría de los que me he cruzado al menos" tuvo que aceptar después de darle una descarada mirada de pies a cabeza, al tiempo que volvía a sostener el maletín con su mano derecha.
Su interlocutora, por su parte, parecía interesada en su apreciada Petit —Curioso, tienes muy buen ojo a pesar de su falta de modales y gusto por la moda, querida— su tono de voz era cordial a pesar de que sus palabras parecían indicar lo contrario —Así que en consideración a su correcta apreciación de mi preciada "Petit" le responderé aunque temo que la respuesta será algo decepcionante para usted, pues desconozco quién la fabricó. La adquirí en un subasta hace un par de años en Towerbridge, fue amor a primera vista como comprenderá.
Generalmente Maxim no destacaba por su elocuencia a la hora de tratar con desconocidos pero cuando hablaba de su arma las cosas eran distintas.
La joven escuchó con atención a su interlocutora cuando esta le ofreció la posibilidad de colaborar para atrapar al tipo del cartel.
"No me gusta tener que trabajar con otros... pero debo de aceptar que no tengo ni idea de por donde empezara buscar a ese tipo" valoró en silencio durante unos instantes "Supongo que soportar su compañía sería un pequeño precio a pagar para aprender lo básico del oficio..."
—Su propuesta me parece aceptable, querida— respondió mientras esbozaba una suave e impostada sonrisa tras el pañuelo que aún mantenía contra su nariz y boca —Es comprensible y justificable su necesidad por apreciar la belleza de la funcionalidad de mi pequeña Petit— comentó despreocupada y, casi, jovialmente —Bueno, no perdamos más tiempo, ¿tiene alguna idea de por donde empezar a buscar?— pasó directamente a los negocios —Me gustaría no estar más de lo imprescindible vagando por estas calles, este hedor me debe de estar atrofiando los receptores olfativos como mínimo.
La joven apenas mostró un leve gesto de desprecio ante aquel agravió tras sus gafas de sol y el pañuelo, arrugando ligeramente la nariz ante las disculpas de la exótica extraña.
Dio un paso hacia atrás, poniendo un poco más de distancia entre ella y la mujer. Fue un simple acto reflejo, tener a alguien demasiado cerca le resultaba desagradable y más aún cuando no sabía en que lugar podía haber estado tirada.
"Parece más limpia que la mayoría de los que me he cruzado al menos" tuvo que aceptar después de darle una descarada mirada de pies a cabeza, al tiempo que volvía a sostener el maletín con su mano derecha.
Su interlocutora, por su parte, parecía interesada en su apreciada Petit —Curioso, tienes muy buen ojo a pesar de su falta de modales y gusto por la moda, querida— su tono de voz era cordial a pesar de que sus palabras parecían indicar lo contrario —Así que en consideración a su correcta apreciación de mi preciada "Petit" le responderé aunque temo que la respuesta será algo decepcionante para usted, pues desconozco quién la fabricó. La adquirí en un subasta hace un par de años en Towerbridge, fue amor a primera vista como comprenderá.
Generalmente Maxim no destacaba por su elocuencia a la hora de tratar con desconocidos pero cuando hablaba de su arma las cosas eran distintas.
La joven escuchó con atención a su interlocutora cuando esta le ofreció la posibilidad de colaborar para atrapar al tipo del cartel.
"No me gusta tener que trabajar con otros... pero debo de aceptar que no tengo ni idea de por donde empezara buscar a ese tipo" valoró en silencio durante unos instantes "Supongo que soportar su compañía sería un pequeño precio a pagar para aprender lo básico del oficio..."
—Su propuesta me parece aceptable, querida— respondió mientras esbozaba una suave e impostada sonrisa tras el pañuelo que aún mantenía contra su nariz y boca —Es comprensible y justificable su necesidad por apreciar la belleza de la funcionalidad de mi pequeña Petit— comentó despreocupada y, casi, jovialmente —Bueno, no perdamos más tiempo, ¿tiene alguna idea de por donde empezar a buscar?— pasó directamente a los negocios —Me gustaría no estar más de lo imprescindible vagando por estas calles, este hedor me debe de estar atrofiando los receptores olfativos como mínimo.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ser cuestionada por sus modales o su forma de vestir era cuanto menos curioso, pero eso no era importante cuando estaba inmersa en una conversación tan fascinante sobre "Petit", un arma de tal calidad en una subasta parecía una locura cuando objetos de menor trascendencia eran vendidos a muy buen precio. Incluso desconocer al herrero responsable parecía un acto irrespetuoso o al menos imprudente.
—Se tiene la creencia que el portador es quien le da valor a un arma. Pero, cuando veo un trabajo de semejante envergadura suelo diferir y pensar en su fabricante... sus pensamientos, sus propósitos, la misión de Petit en este mundo... ojalá el acero pudiera hablarnos y sacarnos esas dudas, sin embargo suelo notar cuando un arma es inusual... tu arma, es una obra de arte que no debe tomarse a la ligera.—
Expresó la mujer antes de contemplar a la joven con su mirada, fue la primera vez que cruzaron miradas ya que hasta ese instante Sowon parecía hablar más con "Petit" que con su portadora, cosa que para nada era accidental. Por sus palabras intuía que estudiaba o estaba metida en la medicina, solo en esos manuales se referían con tanta complejidad a algo tan simple como la nariz.
—Por lo visto la foto fué tomada en esta isla, por lo cual debe ser un criminal local. Sé muy bien que en las tabernas la información es bien recibida, más en un lugar como este dónde miles de personas acuden a diario. Si le preguntamos al tabernero podrá aflojar la lengua y podré refrescar mi paladar antes de la expedición que nos aguarda.—
Comenzó a caminar en dirección a la taberna aguardando que le siguiese, después de todo sospechaba que prefería eso a vagar sin rumbo por el lugar en busca de un criminal que podía esconderse o atacar en cualquier parte.
—Mi nombre es Sowon por cierto, vuelvo a disculparme por lo de hace un rato, mi espada es impaciente muchas veces.—
Tal y como su creadora, Aguja pocas veces se guardaba las ganas de probar la sangre de alguien. La herrera apreciaba como en ocasiones la espada parecía guiar o deslizar su mano por propia voluntad. Aunque claramente nunca le desobedecía, era una relación beneficiosa y que acostumbraba a mantener para sí misma.
—Se tiene la creencia que el portador es quien le da valor a un arma. Pero, cuando veo un trabajo de semejante envergadura suelo diferir y pensar en su fabricante... sus pensamientos, sus propósitos, la misión de Petit en este mundo... ojalá el acero pudiera hablarnos y sacarnos esas dudas, sin embargo suelo notar cuando un arma es inusual... tu arma, es una obra de arte que no debe tomarse a la ligera.—
Expresó la mujer antes de contemplar a la joven con su mirada, fue la primera vez que cruzaron miradas ya que hasta ese instante Sowon parecía hablar más con "Petit" que con su portadora, cosa que para nada era accidental. Por sus palabras intuía que estudiaba o estaba metida en la medicina, solo en esos manuales se referían con tanta complejidad a algo tan simple como la nariz.
—Por lo visto la foto fué tomada en esta isla, por lo cual debe ser un criminal local. Sé muy bien que en las tabernas la información es bien recibida, más en un lugar como este dónde miles de personas acuden a diario. Si le preguntamos al tabernero podrá aflojar la lengua y podré refrescar mi paladar antes de la expedición que nos aguarda.—
Comenzó a caminar en dirección a la taberna aguardando que le siguiese, después de todo sospechaba que prefería eso a vagar sin rumbo por el lugar en busca de un criminal que podía esconderse o atacar en cualquier parte.
—Mi nombre es Sowon por cierto, vuelvo a disculparme por lo de hace un rato, mi espada es impaciente muchas veces.—
Tal y como su creadora, Aguja pocas veces se guardaba las ganas de probar la sangre de alguien. La herrera apreciaba como en ocasiones la espada parecía guiar o deslizar su mano por propia voluntad. Aunque claramente nunca le desobedecía, era una relación beneficiosa y que acostumbraba a mantener para sí misma.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Maxim podía entender la fascinación de aquella mujer con sus preciadas tijeras de combate pero la divagación sobre ellas empezaba a cansarla, estaba bien y era normal que fueran alabadas pero no eran ni el lugar, ni el momento para extenderse sobre aquel tema. Por suerte, su interlocutora decidió pasar a un tema más productivo, desviando su mirada del arma hacia la joven que la portaba.
Al parecer la admiradora de Petit había reconocido el lugar donde había sido tomada la fotografía, lo que indicaba que estaba acostumbrada a moverse por Shabaody. Aquello podía ser un punto positivo de cara a su competencia como rastreadora de criminales... pero eso significaba que la posibilidad de que hubiera estado en ambientes insalubres y estuviera infectada de algún virus o bacteria mortal era muy alta.
Instintivamente dio un paso más hacia atrás y luego otro cuando escuchó la palabra taberna "Dios, hasta la propia palabra suena sucia..."
-Con tabernas se refiere a esas pocilgas donde los pobres se hacinan para embriagarse ¿verdad?- la sola imagen en su mente ya estaba haciéndola enfermar, de hecho, una vez más volvió a colocarse el maletín bajo el brazo izquierdo para echar mano de su bolsa de pastillas -No sé si dispongo del equipo necesario para sobrevivir a esa clase de experiencia...- la sola idea de estar en un ambiente cerrado con personas cuyo referente higiénico más próximo debía de ser un cerdo, no resultaba para nada agradable a Maxim.
Abrió el saquito de pastillas y lo volcó sobre su boca como si de un paquete de gominolas se tratase.
-Disculpas aceptadas, querida- respondió jovialmente -No lo tome a mal pero su hoja afilada me preocupa menos que la seguro severa deficiencia de limpieza del lugar en el que usted pretende buscar información- comentó mientras volvía a recoger el maletín con su mano derecha -¿Sabe cuántos gérmenes puede haber en un lugar así? ¡Y no solo gérmenes! Estoy segura de que debe de haber hongos por todas partes, esparciendo sus esporas por doquier, insectos y roedores revolcándose entre utensilios y comida... hasta nadando en la bebida- un escalofrío recorrió su espalda al imaginar la última escena -Solo de pensarlo me siento enferma... o tal vez ya haya cogido algo... podría ser, este ambiente húmedo favorece el crecimiento de bacterias...- a partir de aquel momento hablaba para sí misma de forma paranoica mientras trataba de analizar lo que sentía para autodiagnosticarse.
Al parecer la admiradora de Petit había reconocido el lugar donde había sido tomada la fotografía, lo que indicaba que estaba acostumbrada a moverse por Shabaody. Aquello podía ser un punto positivo de cara a su competencia como rastreadora de criminales... pero eso significaba que la posibilidad de que hubiera estado en ambientes insalubres y estuviera infectada de algún virus o bacteria mortal era muy alta.
Instintivamente dio un paso más hacia atrás y luego otro cuando escuchó la palabra taberna "Dios, hasta la propia palabra suena sucia..."
-Con tabernas se refiere a esas pocilgas donde los pobres se hacinan para embriagarse ¿verdad?- la sola imagen en su mente ya estaba haciéndola enfermar, de hecho, una vez más volvió a colocarse el maletín bajo el brazo izquierdo para echar mano de su bolsa de pastillas -No sé si dispongo del equipo necesario para sobrevivir a esa clase de experiencia...- la sola idea de estar en un ambiente cerrado con personas cuyo referente higiénico más próximo debía de ser un cerdo, no resultaba para nada agradable a Maxim.
Abrió el saquito de pastillas y lo volcó sobre su boca como si de un paquete de gominolas se tratase.
-Disculpas aceptadas, querida- respondió jovialmente -No lo tome a mal pero su hoja afilada me preocupa menos que la seguro severa deficiencia de limpieza del lugar en el que usted pretende buscar información- comentó mientras volvía a recoger el maletín con su mano derecha -¿Sabe cuántos gérmenes puede haber en un lugar así? ¡Y no solo gérmenes! Estoy segura de que debe de haber hongos por todas partes, esparciendo sus esporas por doquier, insectos y roedores revolcándose entre utensilios y comida... hasta nadando en la bebida- un escalofrío recorrió su espalda al imaginar la última escena -Solo de pensarlo me siento enferma... o tal vez ya haya cogido algo... podría ser, este ambiente húmedo favorece el crecimiento de bacterias...- a partir de aquel momento hablaba para sí misma de forma paranoica mientras trataba de analizar lo que sentía para autodiagnosticarse.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La herrera se extrañó ante las palabras que escuchaba, si bien la chica le pareció algo extraña su conducta con todo lo de los gérmenes y bacterias rozaba peligrosamente la locura. Algo que pese a lo que cualquiera hubiese esperado no le disgustó y más bien llegó a intrigarle como posible objeto de estudio. Muchas preguntas se vinieron a su mente, referidas a su herramienta, un arma que seguía a alguien que claramente no buscaba mancharla con sangre o meterla en otro cuerpo, un arma que debía tener alguna forma de evitar ser ensuciada e incluso cerrar las heridas ya fuese con calor o con frío como su propia espada.
—Oh, descuide no debe ingresar solo espere en este lugar y volveré con la información. Entre tanto vaya pensando que la guarida de ese criminal es peor que el infierno que usted ve en una simple taberna... incluso me pregunto como puede aceptar un hotel sabiendo todas las personas que vienen aqui y lo que harán en esas habitaciones...—
La mujer brindó una reverencia y entró a la taberna con elegancia, tras beber algo de agua en la barra y llenar su calabaza para el trayecto indagó sobre el hombre de la foto con los clientes y el sueño del lugar. Solo fueron unos minutos y ya estaba de vuelta tomando la prudencia de mantenerse alejada de esa joven obsesionada con los microorganismos, incluso se preguntaba si no quería una burbuja para no respirar el mismo aire.
—Tenemos suerte, su nombre es Netz o así lo llaman, no tiene una banda muy numerosa son solo tres hombres que roban a comerciantes de la zona y a sus caravanas. Tampoco son muy astutos o fuertes, parece que el tipo tiene el sueño de ser el rey de los bandidos y apenas se lanzó al mundo. El muy tonto informa donde atracará para montar un show y supuestamente asaltarán el banco a media manzana de aquí en unas horas. Sugiero preparar una emboscada hasta que lleguen...—
La herrera comenzó a caminar hasta el banco para observar la estructura de cerca y poder planear una estrategia, los empleados del lugar habían dejado un botín como carnada y la mayoría del dinero estaba resguardado en otro punto de la isla. Sowon esperaría alguna sugerencia antes de plantear su propia estrategia, el trabajo se veía sencillo pero no venía mal estar preparadas por si las moscas.
—Oh, descuide no debe ingresar solo espere en este lugar y volveré con la información. Entre tanto vaya pensando que la guarida de ese criminal es peor que el infierno que usted ve en una simple taberna... incluso me pregunto como puede aceptar un hotel sabiendo todas las personas que vienen aqui y lo que harán en esas habitaciones...—
La mujer brindó una reverencia y entró a la taberna con elegancia, tras beber algo de agua en la barra y llenar su calabaza para el trayecto indagó sobre el hombre de la foto con los clientes y el sueño del lugar. Solo fueron unos minutos y ya estaba de vuelta tomando la prudencia de mantenerse alejada de esa joven obsesionada con los microorganismos, incluso se preguntaba si no quería una burbuja para no respirar el mismo aire.
—Tenemos suerte, su nombre es Netz o así lo llaman, no tiene una banda muy numerosa son solo tres hombres que roban a comerciantes de la zona y a sus caravanas. Tampoco son muy astutos o fuertes, parece que el tipo tiene el sueño de ser el rey de los bandidos y apenas se lanzó al mundo. El muy tonto informa donde atracará para montar un show y supuestamente asaltarán el banco a media manzana de aquí en unas horas. Sugiero preparar una emboscada hasta que lleguen...—
La herrera comenzó a caminar hasta el banco para observar la estructura de cerca y poder planear una estrategia, los empleados del lugar habían dejado un botín como carnada y la mayoría del dinero estaba resguardado en otro punto de la isla. Sowon esperaría alguna sugerencia antes de plantear su propia estrategia, el trabajo se veía sencillo pero no venía mal estar preparadas por si las moscas.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando Sowon le dijo que no tenía porque entrar en la taberna, casi se sintió aliviada y fue casi porque fuera de aquel antro todo no estaba mucho mejor. Tampoco ayudó demasiado que mencionara que la guarida de aquel rufián era probablemente aún peor que la taberna, ciertamente algo que no le extraña y tampoco la pillaba de improvisto pero que no resultaba agradable que le recordaran.
-Agradezco la consideración por su parte, querida- respondió la joven -No sabes lo que me costó localizar un hotel decente y hacer que trasladasen todas mis cosas, junto con mi equipo de limpieza...- cuando estaba apunto de coger carrerilla y comenzar a divagar sobre su odisea personal, Sowon se despidió abruptamente con una reverencia -Vaya, que falta de modales- protestó para sí misma en voz alta mientras veía como la mujer se internaba en la taberna.
"Supongo que es algo esperable de quién frecuenta ese tipo de establecimientos tan vulgares... supongo que aprovecharé para prepararme"
La joven se apartó de la puerta del establecimiento para aproximarse a un par de viejos barriles que descansaban en un lateral. Observó la tapa para comprobar con disgusto que su limpieza era más que deficiente "Esto va a ser duro..." con cuidado de no tocar el barril, Maxim, colocó el maletín sobre la tapa como si fuera una mesa y lo abrió cuidadosamente con su mano derecha. Manteniendo siempre su mano izquierda presionando contra su nariz el pañuelo.
El maletín desveló varios compartimentos de plástico cerrados y estancos, lo que impedía que las cosas que había en su interior interaccionasen unas con otras.
-Bien... empecemos por aquí- se retiró los guantes cuidadosamente para dejarlos sobre un lado del maletín, luego abrió uno de los compartimentos y sacó una botellita de desinfectante. Dejó el pañuelo junto a los guantes y lavó ambas manos usando el liquido claro y con fuerte olor a alcohol. Una vez las manos estuvieron limpias, procedió a sacar una mascarilla de otro de los compartimentos. La empapó en desinfectante, luego rastreo en busca de la botella de perfume y volvió a empaparla una vez más antes de colocársela. Una vez lista, sacó un delantal de laboratorio del mismo compartimento. Se lo colocó con rapidez y habilidad, se notaba que estaba acostumbrada a hacerlo. Recuperó entonces los guantes de cuero negro que usaba normalmente y se los puso nuevamente, luego sacó un par de guantes de plástico que llegaban más allá de los codos y los puso encima. Por último, sacó una serie de toallitas antes de comenzar a cerrar con delicadeza todo el maletín y el resto de materiales junto con el pañuelo usado. Finalizado el proceso, cerró el maletín y uso las toallitas para limpiarlo a conciencia, cosa que hacia cuando su compañera regresó del interior del local.
-Coincido en que no parece un tipo brillante- concedió la joven tras la explicación del tipo al que estaban buscando -pero... ¿entonces no vamos a ir a su guarida?- preguntó ladeando ligeramente la cabeza, mascarilla, delantal y guantes de laboratorio hasta el codo puestos -Casi que mejor siendo sincera, no creo que este equipo fuera suficiente para un lugar aún más sucio que estas calles- comentó aliviada -Me parece bien una emboscada, viendo la inteligencia del sujeto no creo que nos resulte complicado hacerla. De hecho apostaría que un inconsciente como él, que se atreve a anunciar donde va a cometer sus delitos, casi lo vería como un acto de consideración hacia él- divagó un poco mientras caminaba ligeramente separada de Sowon en dirección al banco -Cuanto más lo pienso más sencillo me parece todo. Supongo que bastará con esperar a que lleguen y eliminarlos ¿no?
-Agradezco la consideración por su parte, querida- respondió la joven -No sabes lo que me costó localizar un hotel decente y hacer que trasladasen todas mis cosas, junto con mi equipo de limpieza...- cuando estaba apunto de coger carrerilla y comenzar a divagar sobre su odisea personal, Sowon se despidió abruptamente con una reverencia -Vaya, que falta de modales- protestó para sí misma en voz alta mientras veía como la mujer se internaba en la taberna.
"Supongo que es algo esperable de quién frecuenta ese tipo de establecimientos tan vulgares... supongo que aprovecharé para prepararme"
La joven se apartó de la puerta del establecimiento para aproximarse a un par de viejos barriles que descansaban en un lateral. Observó la tapa para comprobar con disgusto que su limpieza era más que deficiente "Esto va a ser duro..." con cuidado de no tocar el barril, Maxim, colocó el maletín sobre la tapa como si fuera una mesa y lo abrió cuidadosamente con su mano derecha. Manteniendo siempre su mano izquierda presionando contra su nariz el pañuelo.
El maletín desveló varios compartimentos de plástico cerrados y estancos, lo que impedía que las cosas que había en su interior interaccionasen unas con otras.
-Bien... empecemos por aquí- se retiró los guantes cuidadosamente para dejarlos sobre un lado del maletín, luego abrió uno de los compartimentos y sacó una botellita de desinfectante. Dejó el pañuelo junto a los guantes y lavó ambas manos usando el liquido claro y con fuerte olor a alcohol. Una vez las manos estuvieron limpias, procedió a sacar una mascarilla de otro de los compartimentos. La empapó en desinfectante, luego rastreo en busca de la botella de perfume y volvió a empaparla una vez más antes de colocársela. Una vez lista, sacó un delantal de laboratorio del mismo compartimento. Se lo colocó con rapidez y habilidad, se notaba que estaba acostumbrada a hacerlo. Recuperó entonces los guantes de cuero negro que usaba normalmente y se los puso nuevamente, luego sacó un par de guantes de plástico que llegaban más allá de los codos y los puso encima. Por último, sacó una serie de toallitas antes de comenzar a cerrar con delicadeza todo el maletín y el resto de materiales junto con el pañuelo usado. Finalizado el proceso, cerró el maletín y uso las toallitas para limpiarlo a conciencia, cosa que hacia cuando su compañera regresó del interior del local.
-Coincido en que no parece un tipo brillante- concedió la joven tras la explicación del tipo al que estaban buscando -pero... ¿entonces no vamos a ir a su guarida?- preguntó ladeando ligeramente la cabeza, mascarilla, delantal y guantes de laboratorio hasta el codo puestos -Casi que mejor siendo sincera, no creo que este equipo fuera suficiente para un lugar aún más sucio que estas calles- comentó aliviada -Me parece bien una emboscada, viendo la inteligencia del sujeto no creo que nos resulte complicado hacerla. De hecho apostaría que un inconsciente como él, que se atreve a anunciar donde va a cometer sus delitos, casi lo vería como un acto de consideración hacia él- divagó un poco mientras caminaba ligeramente separada de Sowon en dirección al banco -Cuanto más lo pienso más sencillo me parece todo. Supongo que bastará con esperar a que lleguen y eliminarlos ¿no?
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Vaya que le sorprendió el aspecto de la muchacha que apenas pudo reconocer, su cabeza se debatía el cómo haría para pelear con un bandido sin tratar de meterlo a una ducha primero, sí que era una persona muy peculiar de esas que exageraban mucho las cosas y que podría acusar de una enfermedad a todo el que se le cruzara por delante. Al parecer el hecho de evitar la guarida bastó para que aceptase el plan de tender una emboscada, tal y como era esperable la portadora de Petit estaba más pendiente a la suciedad que al posible combate.
—Es posible que subestimarlos conlleve a un error, en lo que a mí respecta los trataré como un billete más. Yo ingresaré al Banco, conociendo que eso sería mucho para usted, cuando lleguen retenga al líder aqui fuera y yo me ocuparé de sus remanentes. Solo le pido que nada de ataques al rostro, lo necesitamos reconocible para cobrar la recompensa, si alguno de sus compañeros llegase a no ingresar, puede hacer lo que guste con tal de eliminarlo.—
La mujer ofreció una reverencia antes de ingresar al establecimiento, tras conversar con algunos empleados estos comenzaron a salir del edificio confiando en la cazadora sobre la idea de ponerse en un peligro innecesario. Con paciencia comenzó a tender sus telas en el interior del lugar, comenzando el armado del Sewing World, para su fortuna tenía tiempo de usar sus poderes con cierta paciencia logrando en unos minutos hacer que el interior pareciese lleno de gente y con dinero en movimiento.
Un interior falso que los ladrones contemplarían como real y quizás alguno chocase contra una pared al ingresar. Se escondió detrás de las telas preparando su propia emboscada, el plan era sencillo crear algunos soldados y rodear a los ingenuos maleantes para que se rindiesen. El resto ya se ocuparía luego de observar el arma en acción, no le había contado a su compañera que el líder era algo duro y por algo tenía medio millón por su cabeza, pero eso le quitaría la emoción de ver a Petit en todo su explendor.
—Es posible que subestimarlos conlleve a un error, en lo que a mí respecta los trataré como un billete más. Yo ingresaré al Banco, conociendo que eso sería mucho para usted, cuando lleguen retenga al líder aqui fuera y yo me ocuparé de sus remanentes. Solo le pido que nada de ataques al rostro, lo necesitamos reconocible para cobrar la recompensa, si alguno de sus compañeros llegase a no ingresar, puede hacer lo que guste con tal de eliminarlo.—
La mujer ofreció una reverencia antes de ingresar al establecimiento, tras conversar con algunos empleados estos comenzaron a salir del edificio confiando en la cazadora sobre la idea de ponerse en un peligro innecesario. Con paciencia comenzó a tender sus telas en el interior del lugar, comenzando el armado del Sewing World, para su fortuna tenía tiempo de usar sus poderes con cierta paciencia logrando en unos minutos hacer que el interior pareciese lleno de gente y con dinero en movimiento.
Un interior falso que los ladrones contemplarían como real y quizás alguno chocase contra una pared al ingresar. Se escondió detrás de las telas preparando su propia emboscada, el plan era sencillo crear algunos soldados y rodear a los ingenuos maleantes para que se rindiesen. El resto ya se ocuparía luego de observar el arma en acción, no le había contado a su compañera que el líder era algo duro y por algo tenía medio millón por su cabeza, pero eso le quitaría la emoción de ver a Petit en todo su explendor.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Maxim ladeó ligeramente la cabeza ante las palabras de su compañera respecto a el peligro de subestimar a los delincuentes. Se sintió un poco desorientada a ese respecto, pues desde su perspectiva en ningún momento había estado subestimando a su futura víctima, simplemente la había juzgado objetivamente en base a lo que conocía de su modus operandi. Al fin y al cabo ella era de las que creían eso de "por sus actos los conoceréis", si actuabas como un estúpido era altamente probable que fueras uno. De hecho, estaba apunto de protestar a ese respecto cuando algo se encargó de desviar su atención y no era otra cosa que la parte de no dañarle la cara al sujeto.
-Entiendo, tendré cuidado de procurarle cualquier tipo de herida que dificulte su identificación- aceptó de buen agrado la joven -Agradezco nuevamente su consideración por su parte querida, un banco de tan bajo perfil sin duda es un peligro para la salud. Tenga cuidado ahí dentro y evite tocar cualquier superficie a ser posible, pero si no le queda más remedio asegúrese de limpiarlo bien- despidió a Sowon con la mano mientras lanzaba una recomendación tras otra hasta que la vio perderse tras la puerta del banco.
"Espero que ese delincuente no tarde demasiado en hacer su aparición..." la joven se aproximó hasta lo que parecía una pequeña terraza de una cafetería, se detuvo frente a una de las mesas y comenzó a observarla de cerca. Pasó el dedo índice de su mano izquierda por la superficie y luego observó el mismo "No esta mal... pero que no haya polvo no significa que no haya otras cosas" apoyó el maletín sobre su brazo izquierdo para poder abrirlo "Necesito... esto y... esto... veamos primero va eso" vertió un líquido blanquecino y con un fuerte olor a alcohol sobre la mesa, tras guardar el recipiente, sacó un par de paños de papel desechable y comenzó a frotar a conciencia.
En eso estaba cuando la camarera que atendía el lugar se acercó a ella con precaución.
-Esto... disculpe.... señorita... eh... puedo... ¿podría preguntarle que esta haciendo?
-No es obvio, desinfectar la mesa- replicó la joven dejaba un momento de pulir la mesa y volvía sacar el bote de desinfectante para lanzarse lo a la camarera -Toma, ve dándole a la silla.
-Eh- la chica se sorprendió cuando el bote llegó volando en su dirección y apenas consiguió recogerlo cuando fue golpeada en la cara por un paquete de paños de papel
-Úsalos para limpiar la silla ,luego limpia el bote y quédate con los que te sobren- dijo con autoridad mientas volvía a limpiar la mesa.
-Eh....
-Vamos, rápido-apremió Maxim.
-A la orden- la camarera comenzó a limpiar la silla.
-Asegúrate de darle por todos los recovecos.
-Si, señora
Maxim asintió satisfecha antes de dejar el maletín sobre la mesa. Justo en ese momento, el sonido de una voces masculinas llamó su atención. Tres tipos acaban de aparecer en la avenida que llevaba hasta el banco, hablaban bastante alto entre ellos, así que escuchar su conversación no resultó complicado. Básicamente hablaban de que quién sería el primero entrar. La joven pudo reconocer al tipo del centro como el del cartel que Sowon había cogido, al igual que los otros tres iba armado con lo que parecía un bate de béisbol de gran tamaño.
-Cuando termines con la silla, tráeme una botella de agua con gas, sin abrir- ordenó nuevamente la joven -Volveré en un momento, tengo algo de lo que ocuparme, si me disculpa- fue a girarse pero se detuvo para dedicar unas últimas palabras a la camarera -No toque mi maletín, ¿entendido?
La camarera asintió intensamente y varias veces, hasta que Maxim se volteó y puso rumbo al encuentro con los asalta bancos.
-¡Caballero! ¡Caballero!- la joven se acercó a pasó rápido mientras saludaba.
Los tres tipos se voltearon y vieron a una chica considerablemente más pequeña que ellos, acercándose despreocupadamente.
-Vaya que lindura, parece que la dama tiene asuntos conmigo. Id vosotros delante, ahora voy yo- el tipo se sonrió al tiempo que comenzó a atusarse el tupe que usaba.
Espero hasta que Maxim se detuvo frente a él a una distancia prudencial para saludarla con un silbido -Madre mía que bombón, ¿no me digas que eres una fan?
Maxim soltó una suave carcajada al tiempo que juntaba ambas manos frente a su rostro en una suave palmada -¡Algo así!- sonrió tras la mascarilla mientras ladeaba la cabeza
-Entiendo, tendré cuidado de procurarle cualquier tipo de herida que dificulte su identificación- aceptó de buen agrado la joven -Agradezco nuevamente su consideración por su parte querida, un banco de tan bajo perfil sin duda es un peligro para la salud. Tenga cuidado ahí dentro y evite tocar cualquier superficie a ser posible, pero si no le queda más remedio asegúrese de limpiarlo bien- despidió a Sowon con la mano mientras lanzaba una recomendación tras otra hasta que la vio perderse tras la puerta del banco.
"Espero que ese delincuente no tarde demasiado en hacer su aparición..." la joven se aproximó hasta lo que parecía una pequeña terraza de una cafetería, se detuvo frente a una de las mesas y comenzó a observarla de cerca. Pasó el dedo índice de su mano izquierda por la superficie y luego observó el mismo "No esta mal... pero que no haya polvo no significa que no haya otras cosas" apoyó el maletín sobre su brazo izquierdo para poder abrirlo "Necesito... esto y... esto... veamos primero va eso" vertió un líquido blanquecino y con un fuerte olor a alcohol sobre la mesa, tras guardar el recipiente, sacó un par de paños de papel desechable y comenzó a frotar a conciencia.
En eso estaba cuando la camarera que atendía el lugar se acercó a ella con precaución.
-Esto... disculpe.... señorita... eh... puedo... ¿podría preguntarle que esta haciendo?
-No es obvio, desinfectar la mesa- replicó la joven dejaba un momento de pulir la mesa y volvía sacar el bote de desinfectante para lanzarse lo a la camarera -Toma, ve dándole a la silla.
-Eh- la chica se sorprendió cuando el bote llegó volando en su dirección y apenas consiguió recogerlo cuando fue golpeada en la cara por un paquete de paños de papel
-Úsalos para limpiar la silla ,luego limpia el bote y quédate con los que te sobren- dijo con autoridad mientas volvía a limpiar la mesa.
-Eh....
-Vamos, rápido-apremió Maxim.
-A la orden- la camarera comenzó a limpiar la silla.
-Asegúrate de darle por todos los recovecos.
-Si, señora
Maxim asintió satisfecha antes de dejar el maletín sobre la mesa. Justo en ese momento, el sonido de una voces masculinas llamó su atención. Tres tipos acaban de aparecer en la avenida que llevaba hasta el banco, hablaban bastante alto entre ellos, así que escuchar su conversación no resultó complicado. Básicamente hablaban de que quién sería el primero entrar. La joven pudo reconocer al tipo del centro como el del cartel que Sowon había cogido, al igual que los otros tres iba armado con lo que parecía un bate de béisbol de gran tamaño.
-Cuando termines con la silla, tráeme una botella de agua con gas, sin abrir- ordenó nuevamente la joven -Volveré en un momento, tengo algo de lo que ocuparme, si me disculpa- fue a girarse pero se detuvo para dedicar unas últimas palabras a la camarera -No toque mi maletín, ¿entendido?
La camarera asintió intensamente y varias veces, hasta que Maxim se volteó y puso rumbo al encuentro con los asalta bancos.
-¡Caballero! ¡Caballero!- la joven se acercó a pasó rápido mientras saludaba.
Los tres tipos se voltearon y vieron a una chica considerablemente más pequeña que ellos, acercándose despreocupadamente.
-Vaya que lindura, parece que la dama tiene asuntos conmigo. Id vosotros delante, ahora voy yo- el tipo se sonrió al tiempo que comenzó a atusarse el tupe que usaba.
Espero hasta que Maxim se detuvo frente a él a una distancia prudencial para saludarla con un silbido -Madre mía que bombón, ¿no me digas que eres una fan?
Maxim soltó una suave carcajada al tiempo que juntaba ambas manos frente a su rostro en una suave palmada -¡Algo así!- sonrió tras la mascarilla mientras ladeaba la cabeza
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras la espera, la herrera estaba terminando a su último soldado cuando los bandoleros ingresaron al lugar. Claro ante ellos se encontraba un banco abarrotado de gente que miraba con desconcierto su ingreso y simulaba estar en medio de operaciones con mucho dinero de por medio, los hombres apuntaron con sus espadas a uno de los supuestos clientes y comenzaron a exigir por los billetes. No hubo respuesta, más enfadados intentaron golpear a un anciano solo para que su golpe aplanara la figura chocando contra una pared y haciendo que el primer bandido se tomase la mano por el impacto seco contra el muro que le había hecho crujir los huesos. Un golpe bastante desafortunado cuando se golpea una pared sin la preparación adecuada, un chasquido de dedos hizo caer las telas, revelando el muro que el bandido había golpeado junto con un banco desolado y algunos hombres encapuchados que rodeaban a los dos hombres desde todos los ángulos, Sowon alzó la voz sentada en la recepción, mientras sus muñecos reducían a los dos forajidos podrían no ser muy fuertes pero en cantidad bastaban para reducir a dos personas normales sin problemas.
—Bienvenidos señores, para su fortuna hoy seremos testigos de un bonito combate ahí fuera, no me gustaría dejar cabos sueltos por lo cual pronto les ataré si es que no prefieren que les corte sus extremidades y los entregue embolsados. Ahora, por el momento quédense en el suelo y contemplemos a su líder lidiar contra un arma de cualidades tan interesantes como esa belleza de la artesanía... ¿Es fuerte verdad? Sería un desperdicio no poder ver el verdadero potencial de esa arma...—
Los bandidos asintieron aterrados ante la idea de ser cortados en pedazos, siendo atados por las mismas telas que habían generado la ilusión de estar vivos y privados de sus armas por la herrera. Los dos sables eran de una calidad nefasta, casi como si los hubieran sacado de la basura o de un deposito oxidado, tampoco tenían rastros de un tratamiento adecuado o de haber sido mantenidos recientemente. Cerró sus ojos antes de volver a observar al tal Netz, era un joven bastante corpulento y su arma parecía tener un mejor cuidado al menos desde la distancia. Que fuese un bat o una especie de kanabo le recordaba a ciertos guerreros de su tierra natal e incluso le carcomía la curiosidad sobre la procedencia de ese arma. Sin dudas sería un buen botín además de la recompensa que podría compartir con la muchacha, dudaba de quien ejecutaría el primer golpe hasta que contempló como el bandido preparaba un ataque sorpresa tras hablar con la enana.
No tardó en llevar su mano al bat y tratar de hacer todo un espectáculo apuntando al cráneo de la joven desde la derecha, un golpe que claramente conllevaba bastante fuerza y velocidad al ser blandido con dos manos. La mujer simplemente aguardó pacientemente, podía esperar a que todo tomase más seriedad e intervenir al ver un punto flaco en su defensa o incluso chantajearle con sus colegas de ser necesario ella tenía el control. Además, recordaba las últimas palabras de Max antes de ingresar al establecimiento, que evitaría cualquier herida que impidiera reconocerle lo que según Sowon significaba cierta experiencia a la hora de matar a otra persona. La cuestión era ver si se refería a un combate prolongado o había tratado de engañar al hombre para asesinarlo con la guardia baja, Petit no tenía el aspecto de arma sigilosa y tal vez estaba a punto de verla en acción desde una posición privilegiada.
—Bienvenidos señores, para su fortuna hoy seremos testigos de un bonito combate ahí fuera, no me gustaría dejar cabos sueltos por lo cual pronto les ataré si es que no prefieren que les corte sus extremidades y los entregue embolsados. Ahora, por el momento quédense en el suelo y contemplemos a su líder lidiar contra un arma de cualidades tan interesantes como esa belleza de la artesanía... ¿Es fuerte verdad? Sería un desperdicio no poder ver el verdadero potencial de esa arma...—
Los bandidos asintieron aterrados ante la idea de ser cortados en pedazos, siendo atados por las mismas telas que habían generado la ilusión de estar vivos y privados de sus armas por la herrera. Los dos sables eran de una calidad nefasta, casi como si los hubieran sacado de la basura o de un deposito oxidado, tampoco tenían rastros de un tratamiento adecuado o de haber sido mantenidos recientemente. Cerró sus ojos antes de volver a observar al tal Netz, era un joven bastante corpulento y su arma parecía tener un mejor cuidado al menos desde la distancia. Que fuese un bat o una especie de kanabo le recordaba a ciertos guerreros de su tierra natal e incluso le carcomía la curiosidad sobre la procedencia de ese arma. Sin dudas sería un buen botín además de la recompensa que podría compartir con la muchacha, dudaba de quien ejecutaría el primer golpe hasta que contempló como el bandido preparaba un ataque sorpresa tras hablar con la enana.
No tardó en llevar su mano al bat y tratar de hacer todo un espectáculo apuntando al cráneo de la joven desde la derecha, un golpe que claramente conllevaba bastante fuerza y velocidad al ser blandido con dos manos. La mujer simplemente aguardó pacientemente, podía esperar a que todo tomase más seriedad e intervenir al ver un punto flaco en su defensa o incluso chantajearle con sus colegas de ser necesario ella tenía el control. Además, recordaba las últimas palabras de Max antes de ingresar al establecimiento, que evitaría cualquier herida que impidiera reconocerle lo que según Sowon significaba cierta experiencia a la hora de matar a otra persona. La cuestión era ver si se refería a un combate prolongado o había tratado de engañar al hombre para asesinarlo con la guardia baja, Petit no tenía el aspecto de arma sigilosa y tal vez estaba a punto de verla en acción desde una posición privilegiada.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—¡¡¿Así que eres una zorra cazarrecompensas?!!— el tipo se puso a la defensiva al instante, elevando su arma sobre su cabeza para atacar a la joven a la que acababa de confundir con una fan hace un momento.
—Oh no, no soy una cazarrecompensas— negó sin preocuparse demasiado por la actitud de su interlocutor —Hago esto simplemente porque necesito fondos para construir mi laboratorio y te aseguro que no lo hago por puro egoísmo, si no por el bien de la humanidad— añadió con calma.
—¡Pues yo hago esto por mi bien!— descargó el golpe de arriba hacia abajo con todas sus fuerzas sobre la chica —¡Vete al infierno!
Maxim dio un pequeño brinco hacia atrás para salir del rango del arma aunque esta paso lo suficientemente cerca como para que el aire desplazado hiciera que su cabello se moviese —Ups— llevó su mano derecha hasta su arma nada más poner el pie izquierdo sobre el suelo mientras su oponente recuperaba el arma de su impacto contra el suelo —Hubiera preferido evitar el uso de la violencia pero veo que es usted es alguien poco razonable...
—¡Cállate de una vez y pelea!— volvió a cargar contra la joven, esta vez tratando de alcanzarla con un golpe horizontal
—Y un total maleducado por lo que veo— la joven se aprovechó de la diferencia de tamaño entre ambos y se agachó para que el arma pasase por encima de su cabeza, el tipo no se lo tomó muy bien y, a pesar de que no era la forma más cómoda de blandir el arma, trató de regresar por el mismo trazado pero a la inversa cuando Maxim trataba de recuperar la verticalidad.
—¡Estate quieta de una vez y muere!
—Me temo que no puedo permitirme morir, soy demasiado importante querido— Maxim adelantó su pierna derecha para dar una zancada larga, volviendo a bajar su altura lo suficiente para que el golpe fuera esquivado de nuevo. Sin embargo, en esta ocasión, había recortado suficiente terreno con su oponente como para tenerlo al alcance de Petit. Así que usó su mano derecha para lanzar un tajo desde su espalda hasta la rodilla del gigantón que, viéndose sorprendido, no le quedó más remedio que tratar de minimizar daños retirando como pudo la pierna. Lamentablemente para él, Maxim se había impulsado hacia adelante con la enorme zancada y le resultó imposible de evitar el impacto. Además, estaba tan cerca que tratar de golpearla con el bate era prácticamente imposible.
—Aggg— el tipo gimió pero mantuvo el temple al recibir el impacto.
Así que el tipo liberó su mano izquierda y trató de agarrar a la joven. La cuál, tras impactar en la rodilla de su rival, siguió el curso natural de su acción saltando hacia delante para apoyar la mano en el suelo y pasar entre las piernas con una ágil voltereta sin tocar el suelo.
Maxim recuperó la verticalidad al otro lado con gracia, colocando su mano izquierda en su cintura mientras hacia girar a Petit en su brazo derecho el ojo del anular.
—Ríndase querido, será más rápido y menos doloroso para usted.
—Oh no, no soy una cazarrecompensas— negó sin preocuparse demasiado por la actitud de su interlocutor —Hago esto simplemente porque necesito fondos para construir mi laboratorio y te aseguro que no lo hago por puro egoísmo, si no por el bien de la humanidad— añadió con calma.
—¡Pues yo hago esto por mi bien!— descargó el golpe de arriba hacia abajo con todas sus fuerzas sobre la chica —¡Vete al infierno!
Maxim dio un pequeño brinco hacia atrás para salir del rango del arma aunque esta paso lo suficientemente cerca como para que el aire desplazado hiciera que su cabello se moviese —Ups— llevó su mano derecha hasta su arma nada más poner el pie izquierdo sobre el suelo mientras su oponente recuperaba el arma de su impacto contra el suelo —Hubiera preferido evitar el uso de la violencia pero veo que es usted es alguien poco razonable...
—¡Cállate de una vez y pelea!— volvió a cargar contra la joven, esta vez tratando de alcanzarla con un golpe horizontal
—Y un total maleducado por lo que veo— la joven se aprovechó de la diferencia de tamaño entre ambos y se agachó para que el arma pasase por encima de su cabeza, el tipo no se lo tomó muy bien y, a pesar de que no era la forma más cómoda de blandir el arma, trató de regresar por el mismo trazado pero a la inversa cuando Maxim trataba de recuperar la verticalidad.
—¡Estate quieta de una vez y muere!
—Me temo que no puedo permitirme morir, soy demasiado importante querido— Maxim adelantó su pierna derecha para dar una zancada larga, volviendo a bajar su altura lo suficiente para que el golpe fuera esquivado de nuevo. Sin embargo, en esta ocasión, había recortado suficiente terreno con su oponente como para tenerlo al alcance de Petit. Así que usó su mano derecha para lanzar un tajo desde su espalda hasta la rodilla del gigantón que, viéndose sorprendido, no le quedó más remedio que tratar de minimizar daños retirando como pudo la pierna. Lamentablemente para él, Maxim se había impulsado hacia adelante con la enorme zancada y le resultó imposible de evitar el impacto. Además, estaba tan cerca que tratar de golpearla con el bate era prácticamente imposible.
—Aggg— el tipo gimió pero mantuvo el temple al recibir el impacto.
Así que el tipo liberó su mano izquierda y trató de agarrar a la joven. La cuál, tras impactar en la rodilla de su rival, siguió el curso natural de su acción saltando hacia delante para apoyar la mano en el suelo y pasar entre las piernas con una ágil voltereta sin tocar el suelo.
Maxim recuperó la verticalidad al otro lado con gracia, colocando su mano izquierda en su cintura mientras hacia girar a Petit en su brazo derecho el ojo del anular.
—Ríndase querido, será más rápido y menos doloroso para usted.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La herrera observó todo aquel despliegue de habilidad mientras sus soldados colgaban a los bandidos del techo y apuntaban sus espadas en forma de aguja al cuello de ambos. Tenían un lugar privilegiado observando desde la altura sujetos desde sus manos y con un arma apuntandoles casi a la garganta, la mujer por su parte se encontraba sentada en la recepción escuchando todo desde su Den Den Mushi. No le interesaba interferir en la pelea de momento, apenas había observado un corte y algo del estilo en el cual la joven blandía el arma, no era mucho ni parecía ser la cúspide del arma.
—No le congeló, ni le atravezó, tampoco fue un corte que me demostrase su alma. Cuando Aguja perfora... muestra su impaciemcia y a la vez su placer, cierra la herida y congela la sangre hasta que sea el momento indicado... es impaciente e incluso confunde a la madera con carne... Petit, muestra que ocultas, ¿Acaso tu alma aún duerme?—
Analizó posando sus ojos grises sobre el arma, los bandidos amordazados apenas emitieron sonidos ante el panorama que la mujer describía y hasta parecían curiosos de ver si aquel arma tenía una especie de demonio dentro. La herrera no era alguien paciente, trataba de distraer sus ganas de blandir el arma por su cuenta y hablar con ella golpeando la madera del lugar con sus uñas.
Netz se mostraba molesto aunque emocionado por la pelea, levantó su cabeza con una gran sonrisa mientras apuntaba a Max con su bate. Sus ojos mostraban una pasión en su mirada, mientras que giraba su brazo emocionado.
—¡El futuro rey de los ladrones nunca se rinde! Soy Netz, el fabuloso rey bateador...—
El joven rebuscó en su bolsillo una esfera de metal y la lanzó hacia el aire, no terminó de caer que la tomó en pleno vuelo con su bate y la impulsó con una violencia desmedida hacia la dirección de la chica. Sin esperar una respuesta continuó bateando bolas de dos en dos hasta que se agotaron pero algunas de estas esferas eran de un material parecido al caucho y comenzaron a rebotar contra los muros de cada edificio incluído el Banco agrietando los cristales y alcanzando velocidades cada vez mayores.
No solo eran peligrosas balas de gomas si no que parecía estelas negras rodeando a ambos peleadores, Sowon pudo analizar que la estrategia del bandido no solo era reducir tanta libertad a Maxim si no poder moverse y recoger las pelotas de metal esparcidas por el lugar para que la joven no supiera cual esfera conllevaba mayor peligro.
Para su fortuna el corte en su pierna parecía limitarle un movimiento más fluído pero eso no restaba el peligro y que un golpe en la cabeza de una de esas esferas podía ser peligroso. Sowon no estaba intimidada, podía usar a sus soldados de escudo e incluso contaba con más trucos bajo la manga. Le interesaba ver si Petit o Maxim también se habían estado conteniendo.
—No le congeló, ni le atravezó, tampoco fue un corte que me demostrase su alma. Cuando Aguja perfora... muestra su impaciemcia y a la vez su placer, cierra la herida y congela la sangre hasta que sea el momento indicado... es impaciente e incluso confunde a la madera con carne... Petit, muestra que ocultas, ¿Acaso tu alma aún duerme?—
Analizó posando sus ojos grises sobre el arma, los bandidos amordazados apenas emitieron sonidos ante el panorama que la mujer describía y hasta parecían curiosos de ver si aquel arma tenía una especie de demonio dentro. La herrera no era alguien paciente, trataba de distraer sus ganas de blandir el arma por su cuenta y hablar con ella golpeando la madera del lugar con sus uñas.
Netz se mostraba molesto aunque emocionado por la pelea, levantó su cabeza con una gran sonrisa mientras apuntaba a Max con su bate. Sus ojos mostraban una pasión en su mirada, mientras que giraba su brazo emocionado.
—¡El futuro rey de los ladrones nunca se rinde! Soy Netz, el fabuloso rey bateador...—
El joven rebuscó en su bolsillo una esfera de metal y la lanzó hacia el aire, no terminó de caer que la tomó en pleno vuelo con su bate y la impulsó con una violencia desmedida hacia la dirección de la chica. Sin esperar una respuesta continuó bateando bolas de dos en dos hasta que se agotaron pero algunas de estas esferas eran de un material parecido al caucho y comenzaron a rebotar contra los muros de cada edificio incluído el Banco agrietando los cristales y alcanzando velocidades cada vez mayores.
No solo eran peligrosas balas de gomas si no que parecía estelas negras rodeando a ambos peleadores, Sowon pudo analizar que la estrategia del bandido no solo era reducir tanta libertad a Maxim si no poder moverse y recoger las pelotas de metal esparcidas por el lugar para que la joven no supiera cual esfera conllevaba mayor peligro.
Para su fortuna el corte en su pierna parecía limitarle un movimiento más fluído pero eso no restaba el peligro y que un golpe en la cabeza de una de esas esferas podía ser peligroso. Sowon no estaba intimidada, podía usar a sus soldados de escudo e incluso contaba con más trucos bajo la manga. Le interesaba ver si Petit o Maxim también se habían estado conteniendo.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El tipo, lejos de querer rendirse, parecía haberse espoleado tras el primer intercambio de golpes con Maxim. Mostrando así lo que parecía ser su verdadero potencial de combate y, ciertamente, resultaba un tanto problemático desde la perspectiva de la chica combatir contra todas aquellas pelotas rebotando por todas partes. Sin embargo, no era porque le resultase desconcertante o una situación compleja de resolver. No no era por eso, si no porque simplemente esas pelotas estaban rebotando de aquí para allá trasportando gérmenes, bacterias y dios sabe que más de un lugar a otro de manera indiscriminada.
—¡¿Tienes idea de lo que está haciendo?!— gritó la chica visiblemente molesta con su rival —¡Es una monstruosidad!
—JAJAJA Veo que entiendes en qué problema te has metido, imbécil ¡Toma esta!— El tipo golpeó un par de bolas para lanzarlas a toda velocidad en dirección a Maxim que permanecía quieta frente a él sosteniendo sus tijeras con ambas manos —¡Sufre por intentar capturar al rey de los ladro...!— la frase del tipo se cortó a mitad de camino, al igual que ambas pelotas lo acababan de hacer cuando la chica separó sus tijeras y las convirtió en dos "espadas"
—Creo que no entiendes la gravedad de lo que acabas de hacer...— el tono de la joven descendió increíblemente, volviéndose frío y claramente amenazante.
—¡La única que no entiende lo que esta pasando eres tú! ¡Esquiva esto si puedes!— el tipo comenzó a golpear cada pelota que se ponía a su alcance a toda velocidad, directa o indirectamente hacia su rival.
Maxim se limitó a avanzar hacia el ladrón, esquivando o cortando toda y cada una de las bolas que le lanzaban con la misma habilidad y vistosidad con la que anteriormente había enfrentado a su rival. Éste, cada vez más nervioso al ver que era incapaz de detenerla o siquiera mantener una distancia segura, trataba desesperadamente que alguna pelota impactase contra ella. Sin embargo, cada vez quedaban menos esferas rebotando y el terreno se había recortado tanto que en breves la tendría encima.
—¡Te arrepentirás de esto!— agarró el bate con ambas manos y se preparó para encarar a la joven.
Una vez más trató de golpearla con un ataque vertical y, como la vez anterior, ella lo esquivó con un grácil movimiento hacia atrás aunque en esta ocasión dio un paso al frente para colocar su pie derecho sobre el bate. Aquello forzó al hombre a hacer aún más fuerza para tratar e recuperarlo y ella lo aprovechó para impulsarse sobre él. Con una ágil pirueta de circo, giró en el aire sobre su oponente. Aprovechó la inercia para lanzar una de sus espadas hacia el hombro derecho del ladrón, el cuál no pudo hacer nada ante lo inesperado del ataque, simplemente se limitó a recibirlo y a lanzar un alarido de dolor que resonó en todo el lugar.
Maxim por su parte cayó en el suelo correctamente, amortiguando correctamente con sus piernas y preparada para volver a la carga mientras su oponente trataba de girarse al tiempo que quería quitarse la espada que acababa de hundirse en mitad de su clavícula. Lamentablemente para él, su brazo derecho no respondía bien y el dolor encima apenas le dejaba doblarlo lo suficiente para tratar de agarrar la hoja del arma que le había herido, así que se vio obligado a soltar el bate para liberar la mano izquierda. Sin embargo, no hubo tiempo para eso pues recibía una profunda puñalada en el costado mientras trataba de girarse.
La joven sacó el arma tras atravesar el torso de su adversario a la altura del hígado, girando alrededor de él para lanzar su siguiente ataque justo tras la rodilla derecha. Ambas heridas bastaron para que el ladrón cayese sobre sus rodillas pero ella no se detendría allí, con la punta de su arma recuperaría la otra parte de Petit. Arrancándola del hombro de su rival como si tirase de una caña cuyo anzuelo acabas de ser mordido.
El tipo volvió a gritar de dolor —¡Me rindo! ¡Me rindo!— gimoteó per no había nada que hacer, Maxim ya había decidido que aquel tipo era una molestia que no pensaba soportar y tras ensamblar de nuevo su arma procedió a separar la cabeza de su rival de un tijeretazo.
—¡Dios! ¡Dios! ¡Necesito desinfectante! ¡Mis pastillas!— comenzó a correr histérica en dirección a su maletín, mientras se quitaba sus guantes y los lanzaba por el aire.
—¡¿Tienes idea de lo que está haciendo?!— gritó la chica visiblemente molesta con su rival —¡Es una monstruosidad!
—JAJAJA Veo que entiendes en qué problema te has metido, imbécil ¡Toma esta!— El tipo golpeó un par de bolas para lanzarlas a toda velocidad en dirección a Maxim que permanecía quieta frente a él sosteniendo sus tijeras con ambas manos —¡Sufre por intentar capturar al rey de los ladro...!— la frase del tipo se cortó a mitad de camino, al igual que ambas pelotas lo acababan de hacer cuando la chica separó sus tijeras y las convirtió en dos "espadas"
—Creo que no entiendes la gravedad de lo que acabas de hacer...— el tono de la joven descendió increíblemente, volviéndose frío y claramente amenazante.
—¡La única que no entiende lo que esta pasando eres tú! ¡Esquiva esto si puedes!— el tipo comenzó a golpear cada pelota que se ponía a su alcance a toda velocidad, directa o indirectamente hacia su rival.
Maxim se limitó a avanzar hacia el ladrón, esquivando o cortando toda y cada una de las bolas que le lanzaban con la misma habilidad y vistosidad con la que anteriormente había enfrentado a su rival. Éste, cada vez más nervioso al ver que era incapaz de detenerla o siquiera mantener una distancia segura, trataba desesperadamente que alguna pelota impactase contra ella. Sin embargo, cada vez quedaban menos esferas rebotando y el terreno se había recortado tanto que en breves la tendría encima.
—¡Te arrepentirás de esto!— agarró el bate con ambas manos y se preparó para encarar a la joven.
Una vez más trató de golpearla con un ataque vertical y, como la vez anterior, ella lo esquivó con un grácil movimiento hacia atrás aunque en esta ocasión dio un paso al frente para colocar su pie derecho sobre el bate. Aquello forzó al hombre a hacer aún más fuerza para tratar e recuperarlo y ella lo aprovechó para impulsarse sobre él. Con una ágil pirueta de circo, giró en el aire sobre su oponente. Aprovechó la inercia para lanzar una de sus espadas hacia el hombro derecho del ladrón, el cuál no pudo hacer nada ante lo inesperado del ataque, simplemente se limitó a recibirlo y a lanzar un alarido de dolor que resonó en todo el lugar.
Maxim por su parte cayó en el suelo correctamente, amortiguando correctamente con sus piernas y preparada para volver a la carga mientras su oponente trataba de girarse al tiempo que quería quitarse la espada que acababa de hundirse en mitad de su clavícula. Lamentablemente para él, su brazo derecho no respondía bien y el dolor encima apenas le dejaba doblarlo lo suficiente para tratar de agarrar la hoja del arma que le había herido, así que se vio obligado a soltar el bate para liberar la mano izquierda. Sin embargo, no hubo tiempo para eso pues recibía una profunda puñalada en el costado mientras trataba de girarse.
La joven sacó el arma tras atravesar el torso de su adversario a la altura del hígado, girando alrededor de él para lanzar su siguiente ataque justo tras la rodilla derecha. Ambas heridas bastaron para que el ladrón cayese sobre sus rodillas pero ella no se detendría allí, con la punta de su arma recuperaría la otra parte de Petit. Arrancándola del hombro de su rival como si tirase de una caña cuyo anzuelo acabas de ser mordido.
El tipo volvió a gritar de dolor —¡Me rindo! ¡Me rindo!— gimoteó per no había nada que hacer, Maxim ya había decidido que aquel tipo era una molestia que no pensaba soportar y tras ensamblar de nuevo su arma procedió a separar la cabeza de su rival de un tijeretazo.
—¡Dios! ¡Dios! ¡Necesito desinfectante! ¡Mis pastillas!— comenzó a correr histérica en dirección a su maletín, mientras se quitaba sus guantes y los lanzaba por el aire.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La batalla de Maxim había sido, en términos de descubrimientos, un fracaso. Si bien el arma se mostraba afilada, letal y precisa, no se distinguía de otras armas que ya hubiera visto o forjado cosa que le frustraba y a la vez entraba en un negativismo ante la idea. No podía concebir que un arma de tal calibre fuese solo una tijera que se dividiese en dos, algo debía ocultar, mientras se retiraba del banco y aprovechando que Maxim había salido corriendo, recogió la cabeza envolviendo la misma en tela, haciendo que al levantarla y colgarla de su cintura pareciese una fruta de gran tamaño en lugar de una cabeza, todo gracias a la tela que empleaba con su peculiar habilidad. Los otros dos seguían atados, llevarlos arrastrando vivos sería mejor que matarlos, cuando eran criminales de poca monta solían dar mas dinero vivos que muertos, generó un guante de tela con su habilidad, antes de detenerse a unos pasos de su peculiar compañera quién había tirado sus guantes tras decapitar al objetivo.
—Buen trabajo, yo también tengo a estos dos, antes de proseguir a entregarlos me gustaría hacerle una petición. Su tijera, me la presta un segundo, hablo de Petit. Siento que aún no comprende el tipo de arma que porta, no pude ver relucir su alma durante el encuentro y me gustaría analizarla de cerca... ver que es lo que tanto oculta a los ojos y con qué finalidad lo hace. Descuide, no soy una ladrona, simplemente siento que tras observar el combate no he sido testigo de nada que otra arma común pudiese hacer y eso es algo que realmente no me deja tranquila...—
Extendió su mano con el guante, al ser recién formado no habría gérmenes ni nada, era una tela que había nacido hacía simples segundos. Sowon dudaba que ella pudiera ver algo más si Max seguía blandiendo el arma sin mucha consideración, como una simple herramienta, pero si lograba demostrarle que en verdad tenía un potencial lo bastante peculiar para diferenciarla de otras armas podría llegar el día en que Petit desplegase todo su potencial en una pelea y al menos su portadora no moriría creyendo que su arma simplemente era una pieza de arte resistente. La herrera sonrió mientras analizaba en su mente toda la batalla, recorriendo el cuerpo muerto mentalmente, no había detectado nada extraño pero a lo mejor si lograba portar a Petit por al menos unos segundos le sería de utilidad en futuros proyectos.
No todos los días un objeto de tal calibre estaba tan cerca de ella, uno de los métodos más efectivos para lograr un objetivo era la propia experiencia y experimentación, ahora estaba a solo unos pasos de lograr este descubrimiento. No sentiría voces en su cabeza, ni visiones, pero apreciar el trabajo de otro artesano tan de cerca le podría brindar sus secretos y a la vez complementar sus creaciones tomando nuevas técnicas o detalles que para una persona común le serían irrelevantes.
—Buen trabajo, yo también tengo a estos dos, antes de proseguir a entregarlos me gustaría hacerle una petición. Su tijera, me la presta un segundo, hablo de Petit. Siento que aún no comprende el tipo de arma que porta, no pude ver relucir su alma durante el encuentro y me gustaría analizarla de cerca... ver que es lo que tanto oculta a los ojos y con qué finalidad lo hace. Descuide, no soy una ladrona, simplemente siento que tras observar el combate no he sido testigo de nada que otra arma común pudiese hacer y eso es algo que realmente no me deja tranquila...—
Extendió su mano con el guante, al ser recién formado no habría gérmenes ni nada, era una tela que había nacido hacía simples segundos. Sowon dudaba que ella pudiera ver algo más si Max seguía blandiendo el arma sin mucha consideración, como una simple herramienta, pero si lograba demostrarle que en verdad tenía un potencial lo bastante peculiar para diferenciarla de otras armas podría llegar el día en que Petit desplegase todo su potencial en una pelea y al menos su portadora no moriría creyendo que su arma simplemente era una pieza de arte resistente. La herrera sonrió mientras analizaba en su mente toda la batalla, recorriendo el cuerpo muerto mentalmente, no había detectado nada extraño pero a lo mejor si lograba portar a Petit por al menos unos segundos le sería de utilidad en futuros proyectos.
No todos los días un objeto de tal calibre estaba tan cerca de ella, uno de los métodos más efectivos para lograr un objetivo era la propia experiencia y experimentación, ahora estaba a solo unos pasos de lograr este descubrimiento. No sentiría voces en su cabeza, ni visiones, pero apreciar el trabajo de otro artesano tan de cerca le podría brindar sus secretos y a la vez complementar sus creaciones tomando nuevas técnicas o detalles que para una persona común le serían irrelevantes.
Max
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Maxim se había quitado el delantal y ahora se frotaba como una loca con un montón de toallitas empapadas en desinfectante ante la mirada asustada de la pobre camarera que acababa de traer el agua con gas que había pedido. Estaba tan absorta en su limpieza que ni siquiera se percató de que su compañera se había aproximado hasta ella, de hecho a pesar de que había comenzado a dirigirse a Maxim, la joven simplemente la estaba ignorando en su frenesí por apartar los gérmenes de su piel.
Sin embargo, cuando la mujer llegó a la parte de su petición de préstamo del arma, Maxim se detuvo un instante mientras acababa de limpiar la botella de agua con gas. Se giró al tiempo que volcaba un puñado de pastillas en su boca para después empujarlas con un trago de agua. Se quedó un segundo, clavando sus ojos en los de la mujer que tendía su mano hacia ella. Bajo la mirada hacia la mano y luego volvió a enfrentarla con la de Sowon.
—No— respondió rotundamente, ni si quiera dio un porque o trato de justificar.
Se volvió de nuevo hacia su maleta para comenzar a recoger todo —Bueno, lista— su tono volvió a ser jovial nuevamente —¿Dónde hay que ir a recoger los beneficios de nuestro duro trabajo?— añadió una vez había recogido su maletín y pagado su agua con gas, lista para ir a cobrar la recompensa.
Sin embargo, cuando la mujer llegó a la parte de su petición de préstamo del arma, Maxim se detuvo un instante mientras acababa de limpiar la botella de agua con gas. Se giró al tiempo que volcaba un puñado de pastillas en su boca para después empujarlas con un trago de agua. Se quedó un segundo, clavando sus ojos en los de la mujer que tendía su mano hacia ella. Bajo la mirada hacia la mano y luego volvió a enfrentarla con la de Sowon.
—No— respondió rotundamente, ni si quiera dio un porque o trato de justificar.
Se volvió de nuevo hacia su maleta para comenzar a recoger todo —Bueno, lista— su tono volvió a ser jovial nuevamente —¿Dónde hay que ir a recoger los beneficios de nuestro duro trabajo?— añadió una vez había recogido su maletín y pagado su agua con gas, lista para ir a cobrar la recompensa.
Sowon
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La joven parecía absorta en su mundo de gérmenes y enfermedades imaginarias, no pudo evitar suspirar con desgano ante tal negativa. Era una interferencia en su deseo de progreso, pero lo aceptaría de todos modos, Maxim había hecho gran parte del trabajo y no se había quejado en absoluto de su tardanza o cuestionado la misma cuando se podía ver a simple vista que los bandidos no le habían ni rasgado la ropa. Escondió su mano en el kimono, dedicando una sonrisa amable, buscando olvidar sus aproximaciones acerca de la naturaleza de Petit al menos de momento.
—No me será molestia mostrarle el camino, también le daré mi número para que pueda contactarme si es que necesita una herrera o mantenimiento para su espada. También hago prendas libres de gérmenes... en cuanto a Petit, le sugiero aunque pueda no estar de acuerdo, que dedique tiempos de meditación con ella.—
Sowon inclinó la cabeza para mirar a los ojos de la muchacha, un gesto que muy pocos se ganaban. La mujer le reconocía al menos de momento como un arma capaz y le brindaría un poco del trato privilegiado en especial porque Petit merecía una dueña a la altura.
—Cierre sus ojos, aprecie su filo, sienta el metal... busque en su interior, trate de sentir el alma que se esconde bajo el arte. Si lo hace, Petit de seguro va a responderle, es la mejor manera en que puedo pagarle. Un verdadero maestro del acero, desentraña los secretos de su arma más allá de su belleza estética.—
Aconsejó Sowon antes de darse la media vuelta y guiar a Maxim hasta el punto de entrega que conocía. Allí se repartirían la recompensa en partes iguales, para luego separarse por un tiempo, escaso o largo hasta que una llamada o el propio destino uniera sus caminos nuevamente.
—No me será molestia mostrarle el camino, también le daré mi número para que pueda contactarme si es que necesita una herrera o mantenimiento para su espada. También hago prendas libres de gérmenes... en cuanto a Petit, le sugiero aunque pueda no estar de acuerdo, que dedique tiempos de meditación con ella.—
Sowon inclinó la cabeza para mirar a los ojos de la muchacha, un gesto que muy pocos se ganaban. La mujer le reconocía al menos de momento como un arma capaz y le brindaría un poco del trato privilegiado en especial porque Petit merecía una dueña a la altura.
—Cierre sus ojos, aprecie su filo, sienta el metal... busque en su interior, trate de sentir el alma que se esconde bajo el arte. Si lo hace, Petit de seguro va a responderle, es la mejor manera en que puedo pagarle. Un verdadero maestro del acero, desentraña los secretos de su arma más allá de su belleza estética.—
Aconsejó Sowon antes de darse la media vuelta y guiar a Maxim hasta el punto de entrega que conocía. Allí se repartirían la recompensa en partes iguales, para luego separarse por un tiempo, escaso o largo hasta que una llamada o el propio destino uniera sus caminos nuevamente.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.