Maki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El cazador oteaba el verdoso horizonte con la concentración del más temible de los depredadores. Sus músculos cincelados en mármol refulgían a la luz del sol veraniego mientras sostenía en alto los prismáticos. Con el brazo en alto a la altura de los ojos y un pie sobre una roca adecuadamente elevada, sus rubios cabellos centelleando y meciéndose al compás del viento y la larga espada cruzada a su espalda, era la viva imagen de la virilidad. Maki decidió que le haría una foto más tarde.
Sentado en un tronco con su bocata de choped, Maki se preguntaba si realmente había mucha diferencia entre el humano y él. Vale, tal vez a él no le brillaban las lorzas, como al cazador los músculos, pero tampoco se había untado aceite. Y ser calvo tampoco era para tanto si uno sabía llevarlo con elegancia. Por no hablar de que a Maki le habían prohibido llevar espada cuando pasó aquello en el campamento de verano.
-¿Cuánto vamos a seguir mirando? -preguntó Maki.
El Guapo se giró y le dedicó una de esas miradas suyas tan largas con las que lo examinaba de arriba abajo. Era como si un arcoiris le hiciera una radiografía, así de guapo era El Guapo.
-Hasta que encontremos al traidor, obviamente.
-Pero, ¿y si está al otro lado de la montaña?
-¿Eh?
-Pues que igual está por allá. -Maki señaló hacia atrás, más allá de la flor gigante y de la secuoya de jamones-. ¿Me dejas otros prismáticos para que mire por ahí?
-Eso son bobadas. ¿Cómo iba a estar por allá? -dijo El Guapo como si no fuese obvio.
Maki supuso que igual sí que lo era, pero igualmente quería mirar algo. Se aburría, y el aburrimiento era el mayor enemigo de un espíritu combativo y rebelde.
Sacó de su mochila el pequeño catalejo y lo desplegó en sus dos gloriosos centímetros. Había sido su premio en la tómbola benéfica de Báltigo la semana anterior. El cristal estaba un poco sucio, olía raro y en un lateral había escrito "Propiedad del Departamento de Ferias y Ocio Pueblerino", pero aun así era suyo. Lo usó para echar un vistazo al bosque de los donuts, al lago de esa cosa que parecía mantequilla pero no lo era y al roble que parecía eso que parecía mantequilla pero no lo era pero que en realidad sí que era de mantequilla. Aquellas islas le desconcertaban.
Aprovecho también para dedicar una buena mirada al Guapo. La vieja lente apenas podía captar la esencia que desprendía su guapura, lo cual no le impidió en absoluto prestarle durante un largo minuto la atención que merecía tan vigoroso y perfumado galán.
-¿Qué haces? ¿Qué miras? En serio, ¿por qué tuvieron que asignarte a esto?
-Bueno... -Maki se encogió de hombros. Lo cierto era que habría podido capturar a aquel desertor él solo. Bien pensado, no había razones para que tuviese que acompañarlo el Guapo. No obstante, el trabajo de ese tipo era justamente cazar a los desertores, así que decidió no protestar.
-Conocías a la presa, vale. Como si eso fuese a cambiar algo. ¿Y si te vas a pasear un rato y me dejas a lo mío, eh? Ya te avisaré cuando tengamos que irnos.
El Guapo retomó su postura y Maki se terminó el bocadillo. Volvió a otear los alrededores y contempló cómo un cactus hecho de algodón de azúcar se zampaba a un cocodrilo que no había podido resistir la tentación del dulce. Maki vio la figura del Guapo recortada contra el sol vespertino y suspiró.
La verdad es que lo entendía un poquito.
Sentado en un tronco con su bocata de choped, Maki se preguntaba si realmente había mucha diferencia entre el humano y él. Vale, tal vez a él no le brillaban las lorzas, como al cazador los músculos, pero tampoco se había untado aceite. Y ser calvo tampoco era para tanto si uno sabía llevarlo con elegancia. Por no hablar de que a Maki le habían prohibido llevar espada cuando pasó aquello en el campamento de verano.
-¿Cuánto vamos a seguir mirando? -preguntó Maki.
El Guapo se giró y le dedicó una de esas miradas suyas tan largas con las que lo examinaba de arriba abajo. Era como si un arcoiris le hiciera una radiografía, así de guapo era El Guapo.
-Hasta que encontremos al traidor, obviamente.
-Pero, ¿y si está al otro lado de la montaña?
-¿Eh?
-Pues que igual está por allá. -Maki señaló hacia atrás, más allá de la flor gigante y de la secuoya de jamones-. ¿Me dejas otros prismáticos para que mire por ahí?
-Eso son bobadas. ¿Cómo iba a estar por allá? -dijo El Guapo como si no fuese obvio.
Maki supuso que igual sí que lo era, pero igualmente quería mirar algo. Se aburría, y el aburrimiento era el mayor enemigo de un espíritu combativo y rebelde.
Sacó de su mochila el pequeño catalejo y lo desplegó en sus dos gloriosos centímetros. Había sido su premio en la tómbola benéfica de Báltigo la semana anterior. El cristal estaba un poco sucio, olía raro y en un lateral había escrito "Propiedad del Departamento de Ferias y Ocio Pueblerino", pero aun así era suyo. Lo usó para echar un vistazo al bosque de los donuts, al lago de esa cosa que parecía mantequilla pero no lo era y al roble que parecía eso que parecía mantequilla pero no lo era pero que en realidad sí que era de mantequilla. Aquellas islas le desconcertaban.
Aprovecho también para dedicar una buena mirada al Guapo. La vieja lente apenas podía captar la esencia que desprendía su guapura, lo cual no le impidió en absoluto prestarle durante un largo minuto la atención que merecía tan vigoroso y perfumado galán.
-¿Qué haces? ¿Qué miras? En serio, ¿por qué tuvieron que asignarte a esto?
-Bueno... -Maki se encogió de hombros. Lo cierto era que habría podido capturar a aquel desertor él solo. Bien pensado, no había razones para que tuviese que acompañarlo el Guapo. No obstante, el trabajo de ese tipo era justamente cazar a los desertores, así que decidió no protestar.
-Conocías a la presa, vale. Como si eso fuese a cambiar algo. ¿Y si te vas a pasear un rato y me dejas a lo mío, eh? Ya te avisaré cuando tengamos que irnos.
El Guapo retomó su postura y Maki se terminó el bocadillo. Volvió a otear los alrededores y contempló cómo un cactus hecho de algodón de azúcar se zampaba a un cocodrilo que no había podido resistir la tentación del dulce. Maki vio la figura del Guapo recortada contra el sol vespertino y suspiró.
La verdad es que lo entendía un poquito.
- !Corre Maki! !Corre! !Tengo miedo! [Kiogre-Maki] [Priv.]
- Poniéndome guapo
- Nu e si pur ser guapo, pur ser rico u pur sr famoso, pero este CR por ahora no lo será :(
- De Byron el mejor pirata y el puto amo de todos los tiempos en este foro, el mas guapo y el mas cuadrado ademas de chetao para Legim, un no se que cualquiera
- John Einstein [ID]
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.