Helado-chan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kyle Aran Vs Zarlet
Skypiea: Isla en el cielo que fue transportada por una corriente marina vertical, una isla con muchas riquezas y muchos misterios sueltos. La parte principal y original de Skypiea es Angel Island. Contiene todo casa de los habitantes y es hogar del famoso Lovely Street. Existe un muelle así como casas, tiendas y las boinas blancas. Angel Island se hace de las nubes de la isla. La otra parte de Skypiea es Upper Yard esta fue arrojada al cielo por la Knock-Up Stream. Upper Yard es el hogar tanto de los guardianes del Dios y el dios actual de Skypiea, que sirve realmente más como gobernador. Se prohíbe caminar sobre Upper Yard, pues se considera " tierra sagrada". Los árboles y los animales en Upper Yard han crecido enormes, debido a la disminución de la atmósfera . Las ruinas de Shandora permanecen aquí, con Giant Jack atravesandolo a través del centro.
Turnos: Kyle - Zarlet - Kyle...
*No hay saltos de turno, este combate es para divertirse y que mejores tu rol.
*En mis post pondré un Off las cosas en las que veo que fallas. Si en el siguiente post tuyo veo que has cubrido o mejorado esas carencias, seguiré del mismo modo; en cambio, si veo que no haces intento de mejorarlo, iré aun con más fuerza, con la única intención en mi mente de matarte.
*Para hacer más interesante el combate ambos estaremos al nivel 40, teniendo este repercusión únicamente en las profesiones.
*La lógica lo es todo, atente a las consecuencias de tus actos.
*Por desgracia, no hay experiencia, así que a joderse tocan.
*¡Primer consejo del combate! Ante todo, no vayas a por la victoria, tan solo diviértete, ¡eso hace que el rol sea más natural y fluido!
♫~♫~♫
Las palabras de mi capitana me dejaron impresionado, y más en aquella situación, acabado de levantar y aún con la baba cayéndome por la comisura del labio: “Es tu día libre, vete a cualquier lado lejos del barco, no quiero que estorbes con tus tonterías”. Su tono indiferente siguió siendo el mismo, pero me hizo gracia la manera en la que había entrado en mi habitación, me había despertado y se había largado como si nunca hubiera pasado por ahí, tal cual habría hecho un fantasma. Yo simplemente esbocé una sonrisa que recorrió de lado a lado mi rostro, me estiré aún estando en la cama, y levanté mi cuerpo, mirando a la pared que daba justo en frente de mí.
Salí del camarote y me dirigí a la planta de abajo, lugar donde se encontraba mi querida cocina. La miré de arriba abajo antes de entrar, y cuando me acostumbré a la luz brillante que hacía dificultosa la visión si entrabas rápido, me dirigí a la despensa para prepararme uno de mis desayunos dignos de un verdadero dios; pero pronto la ilusión que tenía se desvaneció como un mal recuerdo. Estaba vacía. Shaky y sus atracones a la despensa a altas horas de la noche eran una técnica infalible contra mi rinconcito.
–Será guarra… Por eso me da el día libre…- Dije en un fino susurro a la par que mi rostro se mostraba desilusionado y expulsaba un leve suspiro.
Cogí un pequeño bloc de notas que había encima del pollo, volví a entrar en la despensa y empecé a apuntar todas las cosas que necesitaba para volver a llenarla. Por lo visto la akuma de Shaky era más potente de lo que parecía; la despensa en sí estaba vacía, pero no había rastro alguno de carne, por ningún lado. Ser un velocirraptor es lo que tiene. Al terminar de apuntar todo, me guardé la lista en el bolsillo trasero de mi pantalón y cogí algunos ingredientes para hacer pan. Haría el suficiente para que la flota desayunara y para llevarme conmigo en el viaje hacia Skypiea, el mejor lugar tanto en mar como en el cielo donde encontrar la carne más jugosa y deliciosa que había probado en mi vida.
No tardé mucho en hacer la masa y darle forma, por lo que el hacerse en el horno era lo que más tiempo le iba a llevar. Para ahorrarme algo de tiempo cogí lechuga, algo de huevo duro que me había sobrado de la cena anterior y queso, lo poco que quedaba en la nevera. Me hubiera gustado hacerme un bocadillo de pechuga de pollo, pero la bestia de capitana que tenía había extinguida las reservas que había en el barco, tanto de pollo, como de cerdo, como de cualquier animal existente.
Saqué el pan del horno, lo dejé encima de la mesa del comedor, cogí dos de los diez panes y me hice unos bocatas de lo que había cogido con anterioridad. Los envolví en papel albal y los guardé en la riñonera que tenía en la parte trasera de mi cinturón. Antes de salir de la cocina cogí una pequeña botella de batido de fresa con menta que también había preparado el día anterior, y por suerte, no habían devorado las bestias que tenía como compañeros de flota.
Salí de la cocina a toda prisa, pasé corriendo por mi camarote y tan solo cogí a Aisu Saberu, más las armas que ya de por si llevaba encima, colocando la vaina un poco más abajo de lo que estaba la riñonera; el aspecto que me daba aquella katana era parecido a la del mítico espadachín que había vivido en la época del Luffy, Dracule Mihawk, con la sutil diferencia de que yo portaba la katana de manera horizontal en vez de vertical.
La despedida que di a la gente fue, cuanto menos, inusual.
-¡Panes recién hechos en la cocina!- Dije gritando mientras corría a través de la cubierta del barco.
Corrí lo más rápido que mis piernas me permitieron y con una fuerte patada me impulsé hacia el puerto de aquella isla. Aún en el aire grité a los cuatro vientos, y con toda mi fuerza: “¡¡Shaky, belleza, nos vemos en unos días!!” Para reducir la presión por la caída di dos pequeños pasos en el aire con el geppou y seguí corriendo hacia uno de los barcos cercanos. Al mirar hacía mi espalda pude admirar como mi capitana hacía uso de su fuerza sobrehumana y me lanzaba un trozo de madera que había arrancado del barco. Por suerte para mí, con un simple salto hacia la izquierda en mezcla con el gepou me fue suficiente para ignorar aquel trozo de madera, ahora inútil, que reventó en miles de pequeñas astillas al chocar contra el puerto.
El barco hacia el que me dirigía era propiedad de un viejo conocido de mi abuelo, así que podía pedirle tranquilamente un pequeño favor. Subí –con algo de prisa- al barco, y nada más poner un pie en él miré a todos lados.
-Buenos días~ ¿Zenon? Soy el nieto de Kenneth.
-¿El nieto de Kenneth?- Dijo el viejo mientras salía del pequeño camarote donde suele estar el timón en todo barco pesquero. -¡He oído hablar mucho de ti chaval!
Esbocé una leve sonrisa algo cortado. –Me alegra saber que mi abuelo habla tanto de mí.
-Ni que lo digas chaval, ni que lo digas. Bueno, ¿querías algo?
-Sí, le querría pedir un pequeño favor…
Le dije al viejo el favor, y como había previsto, aceptó de buena manera, poniendo rumbo a Skypiea con suma rapidez. En lo que duró el viaje nos estuvimos contando pequeñas historias: él sobre las aventuras que tuvo de joven con mi abuelo en la marina y la de jaleos que montaban; al menos ya sabía a quién había salido. Y yo le conté alguna que otra historieta, la mayoría con Shaky, Kaleth o Naia de por medio. Él, con un rostro lleno de alegría, me confesó que le traía buenos recuerdos de su juventud, ya que guardaba un enorme parecido con mi abuelo, tanto física como psicológicamente.
En un momento del viaje que no hubiera podido recordar, me quedé dormido en la parte más alta del barco. No podía asegurarlo, pero cuando me desperté seguía siendo de día, incluso más temprano, es decir, lo más probable es que me hubiera pegado veinticuatro horas durmiendo, aunque claro, en un organismo tan necesitado de horas de sueño ininterrumpido, pues me pareció normal tras meditarlo un poco. Aquel viejo era más resistente de lo que parecía, no había dormido y seguía tan suelto como el día anterior. Y si, sabía que había pasado un día, porque cuando fijé la vista al frente pude ver de nuevo el mismo escenario que había visto pocos meses antes: la extraordinaria Skypiea. Ante algunos bonitos recuerdos que guardaba de aquella isla mi rostro no pudo evitar dibujar una sonrisa.
-Bueno, ya hemos llegado.- Hizo una pausa y me miró de arriba abajo. –Si eres como tu abuelo, será mejor que te mantengas alejado del bosque, no tengo ganas de volver a verlo en llamas.
-Jeje, lo intentaré tooodo lo que pueda~.- Dije con una sonrisita en el rostro a la par que balanceaba con suavidad mis pies.
-Sí, y yo tan solo soy un viejo que no conoce a tu familia…
No tardamos mucho en llegar al muelle de la isla. Tenía unas ganas tremendas de recorrer todas y cada una de aquellas tiendas. Iba a gastar dinero como nunca en la vida, ¿qué más daba? Todo iba a cuenta de Marine Ford.
Me hubiera gustado decir que tardé cinco minutos y pude usar el resto del día a dormir en alguna habitación de las tantas posadas que había en la isla; pero no fue para nada así. Cuatro, cinco, incluso seis horas me pegué comprando y caminando por aquella ciudad de las delicatesen. ¿Cien kilos? ¿Doscientos? Había perdido ya la cuenta de toda la carne que llevaba a mi espalda. Mi columna vertebral estaba a punto de partirse en dos cual suave ramita de árbol.
Fui a la posada más cercana que tenía para dejar todas mis compras, y nada más dejarlo todo volví a salir. Acababa de despertar de una pequeña siesta de unas veinticuatro horas, tenía energías suficientes para darme un paseo por el bosque sagrado de Skypiea.
Fui a paso ligero, pero tampoco estaba tan lejos lo que era la entrada al bosque. Tal y como me había pasado la última vez, el puente que antes había para pasar del lado de la ciudad al bosque estaba derruido; por suerte para mí, en ese momento era un usuario ejemplar del Rokushiki, más exactamente del Geppou. Con unos pequeños saltos llegué a la orilla de la isla contigua, y nada más tocar suelo firme, una frase pasó por mi mente: “Si eres como tu abuelo, será mejor que te mantengas alejado del bosque, no tengo ganas de volver a verlo en llamas”. No pude evitar mostrar otra sonrisa mientras susurraba por lo bajo.
-No viejo, yo en todo caso haría un bonito efecto mariposa con los árboles~.
Las siguientes horas me las pasé investigando cada rincón del bosque, en busca de nuevas especies de plantas. En los últimos meses me había interesado bastante en todo lo relacionado con la botánica, algo que seguramente había adquirido de mi querida Naia. Cada vez que pensaba en ella no podía evitar desenvainar con velocidad la katana y hacer un corte profundo en el árbol más cercano a mí. Si, aquel iba a ser un bonito día.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zarlet, despierta que ya casi hemos llegado. Me desperté sobresaltado, pegue un gran bostezo, acto seguido los ojos se me pusieron rojos debido al bostezo. Me quede observando que es lo que estaba pasando y estaba viendo a mi amigo y compañero Allen. El estaba de pie enfrente mía bastante emocionado, y con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Que pasa Allen? ¿Porque me despiertas a estas horas? Dije todavía adormecido, sin saber que es lo que estaba pasando, ni el porque el estaba en mi camarote a esas horas de la madrugada, debido a que no tenía reloj no podía saber que hora es, pero deberían de ser sobre las 5:30 de la madrugada ya que el sol todavía no había salido.
¡Ya hemos llegado a la isla del cielo! Me dijo entusiasmado, con ganas de tener una nueva aventura.
Me levante rápidamente y fuí a por algo de ropa para ponerme. Acto seguido salí a la cubierta del barco. Estábamos flotando encima de unas nubes. En serió unas nubes podía mantener el pesado barco. Me quedé impresionado ya que no había visto un fenómeno como ese en la vida. Estaba esperando con ansías de descubrir que criaturas podrían vivir en aquel extraño lugar, mejor dicho quienes podrían vivir en el cielo, ya que debería de estar escaso de alimentos.
Intenté bajar del barco pero no me fiaba, ya que andar por encima de una nube jamas hubiera podido imaginar que algo como eso se pudiera hacer. Apoye un pie sobre la nube y observe que esta no se hundía, así que definitivamente decidí bajar. La sensación que me daba era como si estuviese en cima de una almohada, ya que era blanda, y espesa. Me quedé observando las vistas que tenía, eran maravillosas.
Vamos Zarlet, vente que sino te quedarás atrás. Me dijo entrándose en un bosque que había. Lo empece a seguir pero por el bosque me perdí, y empecé a buscar una salida de aquel bosque que se hallaba en el cielo. Hasta el momento, me había encontrado criaturas un poco extrañas como arañas eléctricas, topos con casco que sinceramente era algo muy curioso de ver.
Seguí caminando para ver si podía encontrar una salida, y efectivamente pude encontrar una. Por ahí será por donde se habrá ido Allen. Pensé mientras andaba hacía aquel lugar.
Eso era una ciudad, estaba viendo una ciudad. No paraba de sorprenderme cada vez más de todo lo que me estaba encontrando en aquel lugar. Me pellizque en un brazo para asegurarme de que no estaba soñando y efectivamente todo aquello que estaba viendo era real. Creo que como no me encuentre con un dragón rosa ya no hay mas cosas que me puedan sorprender después de todo lo que estaba viendo.
Me adentré hacía la ciudad, para ver si encontraba a mi banda ya que cuando me desperté solo estaba Allen, el resto ya se habían marchado y a Allen lo perdí en el bosque. Entré en un bar, aunque allí no había nadie. El único que se encontraba en aquel bar era el camarero, físicamente tenía el aspecto de un humano pero, lo que nos diferenciaban era que el llevaba unas alas en la espalda blancas.
¿Disculpa has visto por aquí a algunos humanos sin alas? Le pregunté al camarero para saber si me podría ayudar a encontrar a mis nakamas.
La verdad es que es raro ver humanos por aquí, pero si que he visto un par de ellos hace un rato.
¿Sabes hacía donde se dirigieron?
El camarero me miro como si quisiera ocultar algo, pero al final me contestó.
Sé fueron hacía el bosque, después de haber tenido un conflicto con los habitantes de este pueblo.
Maldito Allen, seguro que es por su culpa que se han metido en problemas.. Antes de salir del bar le agradecí al camarero por aquella información y ahora ya sabía que tendría que ir hacía el bosque. Sin pensarlo mas veces volví a entrar en el bosque.
¿Que pasa Allen? ¿Porque me despiertas a estas horas? Dije todavía adormecido, sin saber que es lo que estaba pasando, ni el porque el estaba en mi camarote a esas horas de la madrugada, debido a que no tenía reloj no podía saber que hora es, pero deberían de ser sobre las 5:30 de la madrugada ya que el sol todavía no había salido.
¡Ya hemos llegado a la isla del cielo! Me dijo entusiasmado, con ganas de tener una nueva aventura.
Me levante rápidamente y fuí a por algo de ropa para ponerme. Acto seguido salí a la cubierta del barco. Estábamos flotando encima de unas nubes. En serió unas nubes podía mantener el pesado barco. Me quedé impresionado ya que no había visto un fenómeno como ese en la vida. Estaba esperando con ansías de descubrir que criaturas podrían vivir en aquel extraño lugar, mejor dicho quienes podrían vivir en el cielo, ya que debería de estar escaso de alimentos.
Intenté bajar del barco pero no me fiaba, ya que andar por encima de una nube jamas hubiera podido imaginar que algo como eso se pudiera hacer. Apoye un pie sobre la nube y observe que esta no se hundía, así que definitivamente decidí bajar. La sensación que me daba era como si estuviese en cima de una almohada, ya que era blanda, y espesa. Me quedé observando las vistas que tenía, eran maravillosas.
Vamos Zarlet, vente que sino te quedarás atrás. Me dijo entrándose en un bosque que había. Lo empece a seguir pero por el bosque me perdí, y empecé a buscar una salida de aquel bosque que se hallaba en el cielo. Hasta el momento, me había encontrado criaturas un poco extrañas como arañas eléctricas, topos con casco que sinceramente era algo muy curioso de ver.
Seguí caminando para ver si podía encontrar una salida, y efectivamente pude encontrar una. Por ahí será por donde se habrá ido Allen. Pensé mientras andaba hacía aquel lugar.
Eso era una ciudad, estaba viendo una ciudad. No paraba de sorprenderme cada vez más de todo lo que me estaba encontrando en aquel lugar. Me pellizque en un brazo para asegurarme de que no estaba soñando y efectivamente todo aquello que estaba viendo era real. Creo que como no me encuentre con un dragón rosa ya no hay mas cosas que me puedan sorprender después de todo lo que estaba viendo.
Me adentré hacía la ciudad, para ver si encontraba a mi banda ya que cuando me desperté solo estaba Allen, el resto ya se habían marchado y a Allen lo perdí en el bosque. Entré en un bar, aunque allí no había nadie. El único que se encontraba en aquel bar era el camarero, físicamente tenía el aspecto de un humano pero, lo que nos diferenciaban era que el llevaba unas alas en la espalda blancas.
¿Disculpa has visto por aquí a algunos humanos sin alas? Le pregunté al camarero para saber si me podría ayudar a encontrar a mis nakamas.
La verdad es que es raro ver humanos por aquí, pero si que he visto un par de ellos hace un rato.
¿Sabes hacía donde se dirigieron?
El camarero me miro como si quisiera ocultar algo, pero al final me contestó.
Sé fueron hacía el bosque, después de haber tenido un conflicto con los habitantes de este pueblo.
Maldito Allen, seguro que es por su culpa que se han metido en problemas.. Antes de salir del bar le agradecí al camarero por aquella información y ahora ya sabía que tendría que ir hacía el bosque. Sin pensarlo mas veces volví a entrar en el bosque.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.