[Privado]Un encuentro inesperado en el Bar D. Roger. Mr.Gato - Johny Lorenz

Me encontraba sentado dentro de aquel bar de mala muerte.. ¿Enserio querían que yo pensará que aquí había estado Gold D. Royer?... Y una mierda.

El ambiente estaba demasiado relajado para mi gusto. No había nadie en aquel tugurio más que yo, y el camarero, el cual se encontraba constantemente a mi lado, rellenando mi copa cada vez que esta tocaba la barra, tal y como yo le había pedido instantes atrás. La cuenta que debía pagar, ya superaba tranquilamente los 1400 berries, por lo que, me encontraba en un estado ya bastante ebrio, así como exaltado, pues el alcohol hacia que, estuviera bastante más irritable que nunca.

-Vaya aburrimento de bar..- Dije como podía, pues la ingente cantidad de alcohol que había ingerido, me hacia apenas poder articular nada.

Observé al marine que acababa de entrar con despreocupación, como si aquel marine solo fuera un insignificante insecto bajo la suela de mis zapatos, y es que, a mi parecer, todos los marines lo eran.

-¿Puedes cerrar el pico, marine de mierda?- Dije de manera bastante despectiva, pues, a decir verdad aquel sujeto solo por el hecho de existir ya me daba bastante asco... No solo se dedicaba a acabar con la vida de piratas que, anhelaban la libertad, sino que, además, eran todos una manada de corruptos sin sentimientos. A rasgos generales, me daría igual que alguien fuera así, pero no soportaba que, los que intentaban darme caza, fueran tan.. hipocritas. Y además... ¿Que le importaba a este tío Gold D. Roger? ¿No era justamente lo que el odiaba?.. Solo necesitaba esos motivos, y la cantidad de alcohol que tenía en el cuerpo, para insultar.

-Tsé.. Primero, a mi me trata de usted... Y segundo, yo no saqueo a nadie, y mucho menos, saqueo a pueblos.. Simplemente me dedico a matar marines, a sentir como su sangre se...- Debido a la gran cantidad de alcohol que había ingerido en tan solo una hora, tuve que dejar de hablar para girar la cabeza hacia un lado y, comenzar a vomitar.. El vomito no paro de salir de mi boca hasta pasados unos segundos, lo que dejo un bastante mal sabor en la misma. Una vez había terminado de vomitar, limpié mi boca con el reverso de mi manga, y volví a mirar al marine, con una sonrisa en la cara.

-¿Por donde iba..? ¡Ah! ¡Si!.. Que solo mato marines, por diversión.. No hago daño a nadie que no lo merezca..- Dije como pude, pues mi vocalización no era especialmente buena, mientras, a la vez, reía con suavidad, mientras me llevaba la mano al estomago, pues este me dolía bastante, mientras, con la otra mano, seguía ingiriendo grandes cantidades de alcohol, pues no tenía la más mínima intención de parar de beber, tenía 10.000 berries y pensaba gastarmelos todos en aquel bar.. Dudo que el camarero tuviera algún problema.

Preferí ignorar al sujeto que se encontraba a mi lado, pues sabía que, si seguía hablando con el duramente mucho tiempo, acabaría rompiendole la botella en la cabeza, y no quería tener que pagar por algo que no había bebido, así que, de momento, me limitaría a observar a mi alrededor.

Tras que el camarero atendiera al susodicho marine, el mismo se acerco a donde estaba yo con una fregona y limpió el estropicio que yo había causado segundos antes, por lo que, le hice un gesto con la cabeza, como dandole las gracias, y le di una moneda como ''propina'' por los desperfectos.

-A ver idiota... Me da igual que seas marine, que seas pirata, o que seas mi padre, lo más importante a la hora de hablar conmigo, es tratarme con respeto, pues si no, podrías acabar bastante... Malherido.- Dije riendo bastante sonoramente, de forma algo sádica, mientras que sin mirar al marine, seguía bebiendo de mi vaso.

Lo que decía me daba completamente igual, yo solo quería que se callase.. Solo quería sacar el cuchillo que colgaba en mi cintura y hundirlo en su cuello... Solo quería destrozarle las tripas a machetazos mientra saboreaba la sangre que salía de su yugular.. ¿Tanto pedía?.. ¿De verdad pedía tanto?... Solo deseaba eso en ese momento, y no era precisamente por culpa del alcohol por lo que tenía esos impulsos, es que, simplemente, llevaba días sin torturar a nadie, y aquel sujeto, se estaba ganando un puesto en mi lista de cadáveres.

-Tienes razón.- Dije con un tono bastante siniestro, mientras le miraba fijamente a los ojos, para luego pasar mi lengua por mis labios, humedeciendo los mismos, dandome así un aspecto bastante sádico ante los ojos de mucha gente, y aunque no lo admitiera, adoraba dar dicha imagen. Podría apreciar el rostro de la gente lleno de terror antes de hablarles con total normalidad... Mucha gente se confundía pues, lo único que tenían contra mi era un ''instinto'' que les decía que se alejara.. Pero, ellos me veían como buena gente, y eso, era justamente lo que deseaba causar a este hombre.

-Me llamo Ed, Ed Shadow. ¿Su nombre cual es, amigo?- Dije como buenamente podía pronunciar, pues, justamente en ese momento, había decidido no beber más, para centrarme en mi nuevo objetivo: Hundir mi cuchillo en su carne, poder sentir brotar su sangre de su pecho, con lentitud... Poder lamer el cuchillo lleno de sangre... Dios, me dan escalofríos solo de pensarlo.

Pues entonces, es todo un placer conocerle, señor Gato.- Dije riendo con suavidad, como si de repente, me hubiera vuelvo el hombre más amable y generoso del planeta, aunque la verdad, era bien distinta. Me estaba comportando como el león antes de matar a su presa.. Primero observa, y luego, ataca.

-Disculpe mis modales de antes, pero muchos marines suelen querer pelea, y ya estoy un poco de hartos de ellos... De hecho, si me permite, para hacer las pases, le invitaré a un trago, ¿Que me dices?- En mi rostro no parecía a ver más que amabilidad y simpatía, pero en mi mente... Ya había pensado mil maneras de acabar con la vida de aquel insignificante ser... Y sin duda, la que mas me gustaba, era la numero 2983 en mi lista de torturas pendientes por efectuar.. ''Coger a un marine chulito, ponerle a cuatro patas, y meterle un soldador ardiendo por el culo, tras esto, engancharle un gancho a los huevos, para, con una cadena atada a un patrol, ir tirando poco a poco, hasta oír como se despegaba su bolsa escrotal del resto del cuerpo''. Si, sin duda, estaba deseando practicar dicha hazaña con aquel marine... Dios, como me iba a divertir.

-¿Y que me dice? ¿Aceptas ese trago?- Repetí tras unos segundos de silencio, esperando una respuesta de aquel, mi nueva presa.

-Como gustes, mi querido amigo.- Dije con una pequeña sonrisa en el rostro, agarrando la botella con seguridad en mi mismo, mientras, con un leve gesto de cabeza, ordenaba al camarero que trajera otra botella. Llevé el morro de la botella directamente a mis labios, y bebí un trago de la misma, como si de cerveza se tratase.

-Y bueno, después de haberme portado como un capullo contigo, que me dices, ¿Hacemos las paces?.. No me interesa verme involucrado en una pelea de bar con un marine, la vida ya es suficientemente dura como para complicarla aún más siendo buscado por la marina...- Dije riendo con levedad, y esta vez, parecía que era verdad todo lo que decía, pues mi voz cada vez, era más sincera y amable.

Suspire levemente, mientras miraba a el marine, ignorando por completo a toda la gente que acababa de entrar, pues, no tenía ganas de estar peleando con ningún chulito de bar.

Reí ante la pregunta de Mr.Gato, pues a decir verdad, yo tampoco sabía muy bien por que me había hecho pirata.. Supongo que era por eso de la sangre, y por poder matar y asaltar gente de manera regular, pero aparte de eso, no se me ocurría ningún otro motivo.

-No lo sé.. A decir verdad, supongo que será por el dinero, y las guerras..- Respondí de forma sincera, probablemente sería una de las pocas veces que lo había hecho esa noche, y de las últimas veces que lo haría. Sonreí mientras negaba con la cabeza ante la oferta de cigarros. No fumaba, eso me quitaba fondo físico a la hora de pelear, o de torturar.. No, no me atraía para nada el cigarro, y de hecho, tampoco me atraía la idea de que aquel marine fumara cerca mia, pero bueno.. Que se le iba a hacer.

-¿Y tu? ¿Por que eres marine?- Pregunté, curioso.

Miles de recuerdos llegan a mi mente gracias a la pregunta del pirata.

~ Cuando era pequeño, mi pueblo era dominado por unos bandidos de montañas, ellos asesinaron a mi familia y a muchos habitantes del pueblo si no le daban lo que ellos pedían, mi odio y las ganas de matarlos crecían cada día más. Ellos me secuestraron por segunda vez y me llevaron a su campamento mi ira era tan grande que no pude controlarme y me transforme, destruí y queme todo su campamento, matando a todos los que vivian en el.

En ese momento al contarle parte de mi historia, mi aura de asesino se eleva al máximo al revivir esa noche, no sentía arrepentimiento alguno solo sentía placer de asesinar a los asesinos de mi familia y de muchos habitantes de mi pueblo.

~ Me que sentado mientras el pueblo seguía ardiendo, en ese momento un almirante de la marine llega y me dice que él podía guardar silencio de lo que él vio, si me unía a la marina ya que veía talento en mi, yo acepte solo con la condición de no revelar mi nombre. No me siento aferrado a la marina, solo no quiero que la gente pase por lo mismo que yo viví, sean piratas o marine no dejare que abusen de la gente.

“Quien iba a pensarlo comencé a contarle mi historia a alguien que el día de mañana por culpa de ser de bandos diferentes seremos enemigos a muerte”

~ Sigamos bebiendo y aprovechemos que en estos momentos no somos enemigos ya que cuando vuelvas a tu barco y yo me reporte en el cuartel volveremos a ser enemigos.

En ese momento levanto mi botella brindar y continuar bebiendo.

-Me encataria seguir bebiendo, mr.gato.. Pero tengo que irme.- Le dije tras haber mirado la hora, y es que mi novia me estaba esperando en el barco desde hacía unos 15 minutos.. Aunque la verdad es que por mi, hubiera brindado una última vez con ese chico. Tras decirle estas palabras, me levante, para luego comenzar a caminar hacia la puerta del bar, no sin antes haber pagado mi cuenta... Si hubiera sido por mi, en tan solo unos minutos, aquel marine hubiera muerto degollado, pero hubiera llegado aún más tarde, y eso me hubiera hecho recibir una bronca del quince... Y era algo que no me gustaba.

-Un placer.. Ya nos veremos en la mar.- Dije riendo levemente, pues aunque hubiera pasado algo de tiempo, yo aún seguía algo borracho, pues había bebido algo más de la cuenta... No tarde en salir del bar, y comencé a caminar hacia el puerto, con intenciones de volver a ver a Yunita, pues habiamos quedado al amanecer para partir, y... Ya me estaba retrasando, como era normal cada vez que bebía. No tardé en llegar al barco y subir al mismo.