[Pasado/6 meses] [Privado]De compras con Yuni : Por la tarde.

Me encontraba tumbada en la cama, junto a Johny, abrazándolo. Habían pasado 20 minutos desde que lo habíamos hecho por primera vez y ya ambos estábamos vestidos. Llevábamos todo ese tiempo hablando sobre cosas cursis... La verdad es que cuando terminaba de hacerlo yo solía quedarme dormida, después de echar a la persona con la que acababa de acostarme. Pero esta vez era diferente, esta vez me había acostado con mi pareja, con alguien a quien quería... Y estaba bastante cariñosa y cursi.

Para ser sincera, aquella primera vez con Johny había estado muy bien y me encontraba algo cansada, pero estaba bastante feliz. Me sentía como una niña que lo hace por primera vez en su vida, y es que en el fondo... Eso era lo que yo sentía.

Besé levemente los labios de Johny y sonreí. - ¿Qué...tal? .- Le pregunté curiosa, pues él no había hablado mucho al respecto y yo quería saber si, como mínimo... Le había gustado. Entonces me sonrojé y me puse algo nerviosa.

Sonreí mientras miraba a Yunita de forma cariñosa, acariciando con la mano derecha su rostro, mas sabía que eso le gustaba.

-Pues.. De puta madre.- Dije riendo con suma levedad, antes de suspirar, aún algo cansado, pues habían pasado ya casi dos horas desde que la empuje contra la cama, y la verdad es que, me sentía... Raro. No era como las demás veces, con las otras chicas.. Esta vez me había preocupado por si le hacía o no daño, y me había puesto hasta nervioso.. Como si fuera primerizo.

-Lo importante ahora es... ¿Comemos y vamos de compras?- Dije mientras le guiñaba un ojo con suavidad, pues sabía que, aunque en parte quería hablar del tema, una vez conocía mi respuesta, prefería que no le preguntara, y simplemente cambiar de tema, mas era una chica bastante tímida. Tras varios segundos de miraditas y palabras romanticas, nos decidimos finalmente a salir hacia el comedor principal, y no sabía por que, los piratas de abordo, cada vez me ''tenían'' menos miedo, pues me veían más ''sentimental'' con Yunita, y estos pensaban que, estaría más piadoso o permisivo.. Cuantos pensamientos erroneos en tan pocas cabezas..

Al llegar a el comedor, dos platos nos esperaban en medio de la mesa, eramos, como de costumbre, los últimos en llegar a comer, por lo que, nos dimos prisa en comer, para luego, casi de inmediato, irnos a echar una siesta.

-Vamos anda.- Le dije, tras casi una hora y media de siesta, cuando ambos ya estabamos despejados y vestidos de nuevo, pues, como era de esperar, con una sola vez no se había calmado nuestra.. pasión. Cuando salimos del barco, dirección a la calle principal, pudimos percatarnos de que, hacia bastante buen día, así como el sol, parecía saludarnos desde lo alto del cielo, proporcionando algo más de calor, a nuestros ya acalorados cuerpos.

Sonreí satisfecha tras escuchar aquellas palabras. -Me alegra oír eso.- Dije mientras aún sonreía, dejándome acariciar. Durante el acto lo había notado un tanto nervioso y, a pesar de que yo ya lo había hecho muchísimas veces, también me había puesto bastante nerviosa.

-Me parece una buena idea.- Asentí, alegrándome de que no hubiera seguido con el tema, ya que me habría puesto demasiado sonrojada y tímida. Salí con Johny del camarote, dirigiéndonos hacia el comedor. La verdad es que después de aquello me encontraba hambrienta, y es que ya eran las 2 de la tarde no había comido nada desde el desayuno. Me hacía gracia ver cómo la gente cada vez trataba con más confianza a Johny, como cada vez les intimidaba menos debido a lo cariñoso que parecía al estar conmigo. Pero yo sabía que estaban muy equivocados sin pensaban que Johny había cambiado, si pensaban que ahora sería mejor persona, pues sólo era así conmigo, cosa que... Me hacía sentir bastante especial.

El comedor era bastante amplio, con mesas y sillas de madera, la verdad es que era bastante acogedor, daba gusto comer en aquél lugar. Al ver mi plato de comida sobre la mesa, me senté justo en frente para comenzar a comer. No sé si aquél era el plato de comida más rico que había probado en mi vida, o sólo era que estaba hambrienta... En cualquier caso me lo comí bastante rápido, aunque me preocupé en todo momento por guardar las formas y no parecer ningún animal devorando. Acepté la propuesta de ir a echarnos una pequeña siesta en el camarote

Me desperté tras escuchar aquellas palabras. Tras haberlo hecho de nuevo, me había quedado profundamente dormida, abrazando a... mi novio... ¡Qué bien sonaba llamarlo así!.
Salimos del barco tras habernos preparado y miré al cielo. -Gran día para ir de compras.- Dije, animada mientras caminaba.

Cuando llegamos a la calle principal, lo examiné todo. Era una calle muy amplia, con muchas personas... Algunas sacaban a pasear a sus mascotas, otras muchas llevaban bolsas de compra en las manos... También se podía apreciar algún que otro borracho, ya que habían numerosos bares y tabernas. Creo que era debido a mi vestimenta que la gente se me quedaba mirando, las chicas soltaban algún que otro insulto y me miraban ciertamente mal... La verdad es que, lejos de su propósito, ésto me hacía bastante gracia. Y muchos hombres me decían piropos, alguno que otro pretendió acercarse a mí para decirme algo, pero la mirada intimidante de Johny los espantaba.

Al llegar a la calle principal, me quede algo impresionado. Pese a estar en una ''mala'' época para los piratas pues, los pillajes cada vez daban menos dinero y, eran más peligrosos, y estar a mediado de mes, por lo que la mayoría de civiles y marines apenas tendrían ya dinero para caprichos, las calles estaban abarrotadas de gente que, aparte de no parar de beber como cosacos, también estaban de compras... Genial, aparte de aguantar a borrachos, tenía que aguantar colas para pagar..

No tardamos en entrar en una primera tienda, a la cual, entró bastante antes que yo Yunita, pues si en algo no se parecía a mi, era en la pasión que tenía por la ropa, y por ir de compras en general. Justo nada más entrar, la agarré con suavidad por la muñeca para llamar su atención, y tras esto, la mire a los ojos, sonriendo dulcemente.

-Vida, tenemos que comprar también las provisiones... ¿Te parece si, nos vemos en esta misma tienda dentro de una hora y media, y yo voy a comprar las provisiones para el barco?.. Luego podemos seguir de compras si no has terminado, no me importará acompañarte.- Dije riendo con suavidad, mientras la miraba a los ojos, ignorando a la gran cantidad de gente que había a mi alrededor, así como el calor que producía la tienda.. Un sitio pequeño lleno de ropa, y de gente... No sabía como a Yunita le podía hacer tanta ilusión ir de compras, pero a fin de cuentas, si ella era feliz haciendolo, yo la acompañaría sin problemas, pues, en los últimos meses, lo que más me preocupaba era eso... Que ella estuviera feliz.

Miraba en todas direcciones buscando una tienda que llamara mi atención, hasta que encontré una bastante acogedora y con el tipo de ropa que a mí me gustaba. Entré rápidamente, observándolo todo por encima. En aquella tienda habían muchas camisas ajustadas y escotadas, algunas semitransparentes, como la que llevaba puesta. También se podían ver gran variedad de pantalones ajustados, largos, cortos... De todos los colores. Parecía que aquella tienda estaba hecha para mí.

Tras notar que Johny me agarraba de la mano para llamar mi atención, me giré para mirarlo. La verdad es que al oír aquello me desilusioné un poco, pues estaba acostumbrada a estar siempre con él y una hora y media sin verlo me parecía demasiado tiempo. Pero era por una buena razón, además... ¡No me iba a morir por una hora!. Así que asentí, sonriendo de manera dulce.

-Claro, ve. Yo iré mirando tiendas y comprando algo. En una hora y media te espero en esta misma puerta.- Sonreí y le besé levemente los labios, a modo de despedida. Sabía que el pobre chico comenzaba a sentirse agobiado en aquella tienda, así que no quise tardar mucho en despedirme. -Te quiero, bobo.- Le dije por último, acariciándole la cara leve y suavemente.

Sabes que yo a ti también, idiota.- Dije riendo con suavidad, antes de dejar que mis labios se posaran en su mano, de forma cariñosa, para luego, salir de aquella tienda, sintiéndome así bastante liberado. Nada más salir, llené mis pulmones con una gran bocana de aire, para luego dejarla salir en forma de suspiro, para luego, dejar que una sonrisa se dibujara se apoderara de mis labios. Comencé a caminar con ritmo despreocupado hacia la zona del puerto, pues era allí donde estaban, en su mayoría, las tiendas de provisiones para barcos. Mientras caminaba, en varias ocasiones crucé miradas con algunas chicas, así como, luego solía mirar intimidante a sus novios, por simple diversión, hasta que, casi 10 minutos después de haber salido de aquella tienda, y a unos 2 minutos del puerto, uno de los chicos, de no más de 16 años, decidió abofetearme.

Reí. Reí con tantas ganas, que comenzó a dolerme el estomago de todo lo que me reía, mientras aquel chiquillo, de 16 años, me miraba, desafiante.

-Lo-Lo siento.. No te puedo tomar en serio...- Dije como pude, pues la risa apenas me dejaba hablar, tras unos segundos de carcajadas, pude notar que el chico quería dirigir un golpe directo a mi mentón, a una velocidad bastante ridícula, mientras su novia ''alardeaba'' de la ''paliza'' que me estaba dando. Era hora de actuar. Usé mi akuma no mi para que aquel chico cayera al suelo, pues ejercí presión en la planta de su píe hasta que este cedió. El chico, estaba totalmente atónito, pues como era normal, no sabía que estaba pasando. Una vez tenía al sujeto en cuestión en el suelo, me senté sobre el, y comencé a golpear su rostro con violencia, hasta que, una vez le había golpeado siete u ocho veces, uno de sus amigos tiro de mi hacia atrás, y aunque podía haber seguido golpeando su rostro una y otra vez hasta que dejara de respirar, decidí parar.

-El próximo que me ponga una mano encima, acabará peor que el..- Dije mientras señalaba directamente al rostro del chico, totalmente hinchado por los golpes, así como, su labio inferior y su nariz, estaban sangrando. Tras levantarme del suelo, recoloque mi ropa y, proseguí mi camino, pues no quería que la marina llegara antes de yo haberme ido. Así pues, antes de comenzar a andar, pude ver como el grupo de apenas 4 chicos, y 3 chicas, ayudo a levantarse a su amigo, y entre todos, lo llevaron corriendo hasta otro lugar.. Parecía que tampoco querían cruzarse con la marina.

Le dediqué una última sonrisa dulce a Johny antes de que se fuera. Entonces me giré y una sonrisa se dibujó en mi rostro, esta vez de entusiasmo. - ¡ Que comience el día de compras ! .- Dije con bastante entusiasmo y, al ver que varias chicas que estaban comprando me miraron bastante mal, reí abiertamente.- A ver... ¿en qué puedo gastarme mis 9800 berries?.- Dije con una sonrisa maligna, pues en el fondo sólo lo había dicho en voz alta por presumir, por molestar a aquellas chicas que me miraban mal. La verdad es que a veces me comportaba como una niña pequeña.

Tras esto, comencé a mirar la ropa con detenimiento, la verdad es que me gustaba todo, ¡pero no me iba a llevar la tienda entera!. Así que hice una pequeña selección para llevarme al probador.- Uhm... a ver... Unos leggins ajustados, un pantalón corto bastante provocativo, una camiseta ajustada y bastante escotada, un corsé... Y nada más por el momento.- Me giré para ir al probador, pero había alguien detrás mía y, sin darme cuenta me estampé. Le miré bastante mal, pues se me cayeron las cosas al suelo y tuve que agacharme a recogerlas.

-¿Por qué no miras por dónde vas?.- Dije un tanto molesta, aunque la verdad que no esperaba escuchar ninguna respuesta, por lo que me limité a seguir mi camino hacia el probador. Para mi sorpresa el chico me agarró por el brazo, sonriente y me dijo que se había distraído mirándome a mí. Llegó incluso a intentar besarme, pero no consiguió más que un arañazo por mi parte, había sido un arañazo profundo gracias a que mi akuma no mi me permitía tener unas uñas largas y fuertes, como garras. Tras ver al chico marcharse cabizbajo y con la cara machada de sangre debido a los arañazos, fui al probador.

-La verdad es que no era feo...- Pensé mientras iba probándome la ropa seleccionada. Era un chico alto, de pelo rojizo y ojos verdes, bastante guapo, sinceramente... Pero nada comparado con mi novio.

Salí del probador bastante contenta, pues todo me había quedado bien. Hacía lucir mi cuerpo de una manera bastante sexy, así que me dirigí al mostrador. -Me lo llevo todo.- Dije sonriente, sacando de mi cartera unos 80 berries, que era lo que costaba todo. Bastante barato para ser tan bonito, la verdad. Tras pagarle a la dependienta, salí de aquella tienda. Si aquella ya me había encantado y era la primera, ¡ me imagino las demás !.
La calle seguía repleta de gente, y aún se podían ver alguna que otra botella rota tirada en el piso que los barrenderos no habían recogido. -Alguien se paso con la bebida anoche...- Dije para mí misma, riendo levemente.
Sólo había estado 20 minutos en aquella tienda, por lo que decidí entrar a otra bastante elegante que había por allí cerca.

Pasado unos instantes, me percaté de que dos aprendices se habían presentado en el lugar de la pelea, supongo que era normal que enviaran tan pocos marines.. A ojos de la gente, eramos dos adolescentes intercambiando golpes. No tardé en escabullirme de aquella zona, para volver a poner rumbo hacia el puerto, con intención de comprar las provisiones para el barco, y, tras apenas 3 minutos, llegué a la primera tienda de material para barcos. Entré bastante a mi pesar, pues sabía que si la tienda no era grande, me iba a agobiar y no precisamente poco. Pero, para mi sorpresa, la tienda era bastante amplía.

-Buenos días.. Busco redes y munición para cañón.- Dije con una pequeña sonrisa en el rostro, mientras miraba a la dependienta de aquella tienda.. La verdad es que no sabía si mirarle las tetas, o a la cara, pues cada pecho de aquella impresionante chica, era más grande que su cabeza. La única respuesta que recibí fue un gesto con la cabeza señalando a uno de los pasillos de aquella enorme tienda... Tsé.

-Gracias, supongo.- Dije riendo con suavidad, mientras mis pies comenzaron a moverse a un ritmo algo absurdo, aunque hice que la dependienta, y algunas chicas más de aquella tienda se fijaran en mi, y luego, rieran a carcajada limpia.

Spoiler:

Entré a aquella tienda tan elegante que había visto y era bastante más espaciosa que la anterior. Estaba muy bien decorada y se notaba que era algo cara, pues las dependientas vestían de manera muy elegante y fina. Dichas chicas me miraron de manera despectiva al ver mi vestimenta y rieron por lo bajo, mi única respuesta fue una sonrisa con cierto aire de superioridad. Tras esto me dirigí hacia la zona de vestidos... ¡Acababa de darme cuenta de que no tenía ningún vestido elegante!. ¿Y si de repente Johny me invitaba a cenar?, ¿Qué ropa me pondría?... Aunque también era cierto que Johny no era ese tipo de chico que invita a su novia a cenar... Mas, por si acaso, decidí comprarme un par de vestidos.
Comencé a mirar los vestidos con detenimiento, me parecían bastante bonitos y, aunque fueran caros, podía permitírmelo. Entonces encontré un vestido blanco estilo "palabra de honor", ajustado, con una raya negra y con purpurina en medio, similar a un cinturón. Tenía una tela suave y era bastante elegante, creo que llegué a enamorarme de aquél vestido tan bonito, pues lo cogí sobre la marcha.
Seguí buscando algún otro vestido que me llamara la atención, ya que con uno no me bastaba. Buscando llegué a ver un vestido azul. También era estilo "palabra de honor" y de tela suave, mas éste no era ajustado, y tenía una tela negra semitransparente y con flores que se unía al vestido por un cinturón negro. Sin dudar un segundo, añadí este vestido a mi "lista de la compra".
Me faltaba un último vestido, quería comprar tres, para tener una variedad. Revolví entre los vestidos que estaban colocados en una estantería dejando la misma bastante desordenada y vi un vestido más de mi estilo... Era elegante, pero a la vez provocativo, de un color rosa, atigrado con rayas negras. Me pareció perfecto para una cita algo más... íntima.
Después de probarme aquellos tres vestidos, me dirigí a la caja donde se encontraba la dependienta. La chica me miró, una vez más, con desprecio y se rió, diciéndome algo como : "¿Te crees que podrás pagar esto, niñata?, cuesta 1000 berries.".
Ciertamente, me estaba empezando a poner de los nervios, pero guardé la compostura y le dirigí una sonrisa con aire prepotente.

-Aquí tienes, estúpida. Tengo de sobra.- Le dije, rasgando el mostrador, pues sabía que aquello le dañaría los oídos. Tras coger mis vestidos, ya dentro de una bolsa, saqué unos billetes y se los lancé a la cara.

Me marché de aquella tienda ciertamente malhumorada, había pensado que en aquella tienda elegante el trato al cliente sería mejor, pero me equivoqué. Ya había pasado en total una hora, me había entretenido demasiado en aquella tienda y sólo me quedaban treinta minutos.

Tras comprar las redes y una caja de munición para los cañones del barco, regresé al mismo, dejando la mercancía en la misma entrada del barco, mientras que la tripulación subía la misma al barco. Entre las redes, había un Shiro Den Den Mushi, y un Den Den Mushi local, pues la dependienta de la tienda, no me dejo marcharme de la misma sin este último ''para mantenernos en contacto'' según dijo.. Aunque a decir verdad, sabía que el Den Den mushi que me había dado, dejaría de funcionar desde que esta noche, o mañana, zarparamos. Tras quedarme unos segundos pensando en como se tomaría todo esto Yunita, comencé a reír levemente, pues sabía cual sería su reacción. O al menos, estaba casi seguro de ella.

-What would do you if i told you, i hate u.. What would do you if your life is on the lane?!- Cantaba a pleno pulmón mientras me dirigía al punto de encuentro que, minutos antes, habíamos pactado Yuni y yo, aunque sabía que era algo temprano, me aburría y no tenía nada que hacer... Pero, de camino a el mismo, el chico que antes había sido apalizado por mi, se encontraba hablando con la marina, para, cuando me vio, salir corriendo en dirección contraria.. Aunque, su trote no duró mucho, pues con mi akuma no mi, le hice caer al suelo de forma bastante humillante, tal era la caida, que ni los marines pudieron evitar reírse. Tras esto, proseguí mi camino, por aquella calle bastante ajetreada.

Después de aquella tienda, entré en dos más, de un estilo similar a la primera y con unas dependientas mucho más simpáticas, saliendo de ellas con dos bolsas en las manos. En total ya llevaba 5 bolsas y me sentía bastante contenta, pues hacía tiempo que no compraba tantas cosas y en ese día me había gastado unos 2000 berries.

Ya apenas quedaban 20 minutos para la hora acordada, así que decidí volver a la tienda donde me había despedido de Johny. Me hizo gracia al ver que, por el camino, habían dos chicas peleándose. Estas tenían mi edad aproximadamente, y se comportaban como dos niñas de cinco años en una situación donde una le acababa de quitar a la otra una piruleta, pues estaban peleándose a piñas porque una, a mi parecer la más guapa, le había "robado" el novio a la otra. Y pensé yo : " ¿No lo habrá perdido ella sola? Un chico no se va con otra si quiere a su novia... " . La más guapa era una chica rubia, de pelo rizado y, por lo que se podía ver, tenía unos rasgos bonitos. Digo "por lo que se podía ver" ya que, debido a los jalones de pelo que había recibido por parte de la otra chica, el pelo le cubría la mayor parte de la cara. La otra, es decir... la "pobre chica abandonada", tenía el pelo negro, como el mío y no es que fuera fea pero, sin duda, no tenía unos rasgos tan finos y bonitos como la otra.
Allí me detuve unos instantes, observando el "espectáculo", hasta que una de ellas advirtió mi presencia y se dirigió a mí con intenciones de... ¿Pegarme?.
Me quedé con la duda, pues en el mismo instante en el que vi que la chica rubia se me acercó enrabietada, abrí mi boca para mostrar unos enormes colmillos de lince y rugí de manera agresiva. Reí al ver como la muchacha caía al suelo de culo debido al susto. Puede que pensara que era una vampiresa... En cualquier caso, yo me reí y la miré de manera despectiva y continué caminando hacia la tienda.

Cuando estaba llegando al lugar, oí a un chico cantar y no cabía duda, era la voz de Johny. Sabía que iba más adelantado que yo, pues parece que se había adelantado a la hora de encuentro, pero no podía permitirme llegar más tarde que él... Siempre era yo la puntual y esta no iba a ser la excepción. Fue entonces cuando me transformé en un lince para así, llegar más rápido que él al punto de encuentro. No podría echárselo en cara si era él quien llegaba primero...

Cuando ya estaba a escasos 400 metros de la tienda, vi a Yunita armando el espactuculo... Gracias cariño, no tengo recompensa por la cabeza, ni somos piratas, ni personas que poseen demonios dentro.. Y para colmo, a mi espalda venía la marina, guiada por aquel chico. No eran demasiados soldados, 4 o 5, pero suficientes para acertar un disparo a Yunita... Bueno, a fin de cuentas, por eso me enamore de ella.

-Esta chica..- Pensé mientras usaba los poderes de mi akuma, usando bastante fuerza de la misma, con intenciones de llegar antes de que Yunita al lugar de encuentro. Me desplazaba a unos 58km/h, pues sabía que esa era la velocidad máxima de Yunita, pues, aparte de querer llegar antes que ella, quería que esto, estuviera reñido. Aunque era obvio que iba a llegar yo antes, pues no tenía que esquivar ningún obstaculo, y ella, tenía que ir evitando personas. Cuando apenas quedaban 50 metros, y toda la plaza nos miraba a mi y a Yunita con cara de desconcierto, algunos incluso habían llegado a gritar, aumente mi velocidad de ''vuelo'', aumentando la misma a 90km/h, sonriendo bastante divertido.

Los marines me perseguian corriendo, aunque obviamente ninguno podía si quiera rozarme en velocidad, pero ahora no eran 4 o 5... Tenía a casi 30 marines detrás mía, supongo que habían dado el aviso por mi recompensa, así como que, los marines de la zona, simplemente me seguían para detenerme por escandalo publico... Pero, podían irse todos a la mierda, que no me iban a alcanzar.

Pude ver como Johny llegaba antes que yo a aquella tienda y que, traía consigo un "par" de marines, por lo que traté de aumentar el ritmo, aunque apenas logré aumentar la velocidad. Tras unos dos minutos, más o menos, me situé al lado de Johny, sonriendo de manera pícara.

-¿Esto qué es, cariño?, ¿mi regalo por haberme portado bien?.- Reí a carcajadas, pues la verdad es que... Ya podían ser 1000 marines apuntándome a la cabeza que, al no temer a la muerte, aquello me daría completamente igual. Después de reírme, miré a Johny, curiosa.- ¿Se puede saber por qué te persiguen?.

Observé con detenimiento a los marines, los cuales aún estaban a una distancia considerable. No eran unos tipos muy imponentes, es más... Creo que me daría el mismo respeto un crío de 15 años con sus mismas armas. El problema eran estas, pues por muy malos o torpes que fueran los marines en el manejo de las mismas, eran treinta y, probablemente, alguna llegaría a herirnos a mí o a Johny.

Reí ante el comentario de Yunita, la verdad es que no me importaba que me siguieran, y a ella parecía darle exactamente igual, aunque en el fondo, sabía que estaba preocupada por si llegaban a ''herirnos'', aunque más bien, solo le preocupaba mi integridad física, así como a mi, la suya.

-No, tu regalo es.. ¡Este!- Tras terminar de hablar, hice que yunita comenzara a flotar en el aire, aún convertida en lince, y no tardé en comenzar a levitar yo también, usando como único apoyo, mi akuma no mi. Tras esto, nos hice ''volar'' a ambos a una altura de casi 50 metros del suelo, alejandonos cada vez más, de la zona de aquella tienda.. Sabía que los marines nos seguirían desde la lejanía, así como no tardarían en llegarle los refuerzos desde el cuartel de la isla, así que, sin más demora, descendí bastante nuestra altura, hasta dejarnos en un callejón entre dos bares, en el que por suerte, nadie nos vio aterrizar. Mire a yunita, sonriendo.

-Vida, será mejor esperar aquí unos minutos, mientras puedes ir.. Enseñandome que te has comprado.- Dije riendo con suavidad, apoyandome en una de las paredes de aquel callejon bastante sucio. La basura era abundante, aunque por suerte, se encontraba más adelante de nosotros, pues estaba en la entrada del mismo.. Debía ser que la gente lo usaba como ''papelera'' cuando caminaban por aquí...

Tras dedicarle un rugido divertido a mi novio volví a sujetar las bolsas que, al transformarme en lince había sujetado con la boca y que había dejado en el suelo hacía unos segundos para poder hablar.

Al ver que Johny me estaba haciendo "volar", decidí volver a mi forma humana, para así sujetar mejor las bolsas y que estas no se me cayeran, pues bastante dinero había gastado como para que se me quedaran atrás. Al aterrizar, me acomodé la ropa y miré a Johny sonriente. Adoraba aquellos momentos, adoraba meterme en líos... Desde que era pequeñita, era algo que me hacía sentir... ¿Viva?

-Gracias por mi regalo.- Dije, riendo levemente. Era un buen regalo eso de salvarme la vida, sí señor. Me dispuse a tomar una bocanada de aire y no pude evitar toser y llevarme una mano a la nariz debido al mal olor de la basura, entonces miré a mi alrededor y observé las mugrientas paredes y el suelo lleno de basura. "Menudo asco de lugar" pensé, mas no me quejé, ya que aquél lugar acababa de salvarme la vida.

Sonreí ante la propuesta de Johny, que se había apoyado en el único rincón limpio, obviamente pensaba enseñarle la ropa, incluso aunque me hubiera pedido lo contrario.

-Mira, ¿te gusta?.- Dije mientras comenzaba a sacar la ropa que me había comprado, apartando la bolsa de los vestidos.- Esto no puedes verlo.- Dije sonriente, pues no pensaba enseñárselos si no se daba la ocasión, a modo de sorpresa.

Negué levemente la cabeza ante su primer comentario, divertido. Para luego, acordarme de que la suciedad nos rodeaba y me acerqué algo más a Yunita, para luego dejarme caer para atrás, siendo sujetado por mi akuma no mi, adoptando la misma posición que tenía antes en la pared, pero ahora, en el aire.

-Me gusta, me gusta..- Dije riendo al ver la ropa que iba sacando poco a poco de las bolsas, en general todo me había gustado bastante, pero en particular, el Corsé era lo que más me había llamado la atención, pues, conociendo a Yunita, algo tendría pensado para aquella... Prenda.

-Supongo que en esa bolsa, estan las cosas que no puedo ver, ¿No?- Pregunte de manera burlona, pues sabía de ante mano la respuesta, así como pensaba que, probablemente, fuera lencería de encaje, o alguna de estas cosas.

-Ah, por cierto... Una dependienta me dio esto, para que la llamará.. Decía algo de sexo, y chuparmela..- Dije riendo con suavidad, mientras le enseñaba en den den mushi, que, casualmente, comenzó a sonar.- ¿Se lo coges tu? Será divertido..- Reí, mirando aún a yunita a los ojos.

Sonreí al ver que Johny se había acercado un poco. Y reí levemente de manera malévola al ver la sonrisa pícara que se había dibujado en el rostro de mi novio tras mostrarle el corsé. Pensé que me quedaría estupendamente con aquél vestido tan provocativo que había escogido por último. Sabía que aquello le iba a encantar a Johny, por lo cual volví a sonreír, esta vez de manera pícara.

-Me alegra que te guste.- Dije, guardando la ropa en sus respectivas bolsas. - Y... has acertado, esto es una sorpresa.- Dije sonriente pues, conociendo a Johny... Pensaría que era algo más "íntimo". Y, sintiéndolo por él, no lo era...

Reí a carcajadas tras escuchar aquello sobre la dependienta, sabía perfectamente lo que Johny pretendía y... No iba a caer en su juego por lo cual cogí el aparato, haciéndole pensar que iba a cogerlo, pero... Nada más lejos de la verdad... Tras coger el aparato colgué la "llamada" y lo lancé en dirección a la basura, mientras miraba a Johny, sonriendo de manera divertida.

-Ups... Se me escapó...- Dije aún sonriendo. Estaba segura de que Johny ya se esperaba mi reacción, así que no me molesté en ocultar mis celos.- De todas formas, ese cacharro no te iba a servir para nada en cuanto zarpemos.- Continué, riendo de manera leve, pues sabía que esto a Johny no le iba a molestar sino que, por el contrario, le haría gracia.

-Sabes que me gusta todo lo que te pones tu.. Hasta si simplemente te pones.- Dije riendo con levedad, pues aunque lo había camuflado en forma de broma, no lo era. Y sabía que, en el fondo, Yunita lo sabía. Aunque la amaba como a nadie, y adoraba cada cosa de ella, amaba el sexo, y últimamente más.

-Pe..- Cuando alcancé a hablar, ya el Den den Mushi estaba en la basura, por lo que solo pude reír, sabía que era celosa, y adoraba picarla con eso. Me pasaba el día nombrando el tema de cuanto me miraban las chicas por la calle, o simplemente, le comentaba cada vez que alguna chica intentaba ligar conmigo, para intentar molestarla, aunque muchas veces, no lo conseguía.

Cuando, en un instante, ambos nos quedamos callados, pude ver como todos los marines pasaban corriendo enfrente del callejón, sin percatarse de nuestra presencia, ¿Tanto habían tardado en alcanzarnos?... Panda de lentorros... Cuando paso el que creí, era el último, miré a Yunita, sonriendo.- ¿Vamos a el barco, y allí me dices por que hicistes eso?- Dije riendo con suavidad, separandome del muro ''improvisado'' que había creado a base de presión con mi akuma, para luego agarrar las bolsas que antes llevaba Yunita, con intenciones de comenzar a caminar hacia el exterior del callejón, no sin antes, haberle dado un leve beso a Yuni, cariñoso.

Sonreí y giré la cabeza levemente para ocultar que me había sonrojado un poco. Sabía perfectamente que, aunque lo hubiera dicho como una broma, no era verdad pues, como yo misma solía decir... " Toda broma, tiene su parte de verdad ".- Lo sé.- Dije con tono "prepotente", mirando aún hacia otro lado.

Reí al ver su reacción tras haber tirado aquél aparatejo. Sabía que no le había importado en absoluto y sabía que sólo lo había aceptado para después poder picarme a mí. Solía hacerlo, así que no era algo difícil de adivinar. La verdad es que a veces me incordiaba un poco que fuera un chico tan "ligón", pero en otras ocasiones me encantaba presumir de mi "perfecto" novio ante las chicas que trataban de ligar con él. No tenía duda alguna de que él me quería, así que no me importaba realmente si alguna chica lo miraba, o si trataban de ligar con él... Yo no diría que fuera una chica celosa sino, más bien... Una chica con un gran sentido de la propiedad.

Me aguanté la risa al ver a los marines llegar después de haber pasado tanto tiempo y, fue ahora cuando pude darme cuenta de lo estrecho que era el callejón. Probablemente gracias a eso ni siquiera se percataron de su existencia.

-Ya sabes por qué lo hice, cabroncito mío.- Dije al escuchar la propuesta de Johny, cediéndole las bolsas. Le devolví aquel beso de la misma manera y me dispuse a seguirlo hasta el barco.