Privado Johny y Crimson [pasado]

Estaba el nuevo capitán de la banda Sons of Anarchy, Red Stinger, en la isla del kárate, quería probar sus habilidades contra esos maestros karatekas. En los últimas semanas había aumentada considerablemente su poder y simplemente quería encontrar a alguien con quién poder desquitar tanta carga de encima, llevaba tiempo sin poder tener un buen combate.

Esperaba que hoy fuese ese día. Bajó de su barco el Red Love Machine, dejó a su tripulación en el barco. Probablemente estos también empezarían a vagar por la isla. Pero de momento quería ir solo y encontrarse con algún verdadero maestro al que poder retar, derrotar y humillar delante de sus alumnos. Es lo único que buscaba. Tenía deseos simples y una vida simple.

Llegó al pueblo y entró en un dojo. No encontró al maestro de la academia de kárate, solo encontro a los alumnos.

-Supongo que éstos me debería de bastar-dijo al entrar.- Os reto a todos a un combate, venga todos contra mí, no parece tan desequilibrado.-

Todos los alumnos le miraban desconcertados. Stinger rápidamente se acercó hacia ellos y empezó a atacarles para ver si se motivaban de esta forma. Éstos contestaron pero no pudieron ahcerle frente. Red Stinger fue acabando con ellos unos a uno utlizando sus cuchillos y sus botas de asesino. Acabó bastante rápido, no tardó más de 15 minutos en acabar con todos los alumnos de esa academia de fracasados.

Me encontraba en los alrededores de una de las peores escuelas de karate de aquella.. Asquerosa isla. Ahora mismo, solo quería irme de aquí, y si para ello, tenía que robar un barco, o matar a alguien, estaba dispuesto, de hecho, hasta me alegraría el día, pues, de momento, estaba siendo sumamente aburrido. No tarde en escuchar unos gritos ahogados proveniente de dicha escuela, para, cuando me asomé, ver como un tío apalizaba a los 15 alumnos a la vez... Sumamente patético, la verdad, pero yo hay, no quería inmiscuirme.

-¡Gritaré revolución, hasta chupándote el clítoris!¡Con el vestido de tu cuerpo desnudo, me he hecho unas cortinas para no ver este horrendo mundo!- Canté a pleno pulmón desde la entrada de aquella academia, para luego, percatarme de algo... Aquel sujeto, me sonaba. Había visto su cara en algún lado, puede que en algún cartel de se busca, o puede que en un bar tomando un copa, pero su cara, me sonaba.

''Mejor confirmarlo, a quedarme con la duda'' Pensé, justamente antes de, con mis poderes de akuma no mi, cerrarle la puerta de la academia, así como todas las ventanas que había visto en el tiempo que había estado allí. Espere, sentado con paciencia, en la puerta de la academia, pues sabía que, probablemente, aquel chico lleno de ira vendría hacia mi.

Acabó con todos sin apenas ensuciarse de la sangre de los alumnos. Eran tan inútiles que apenas tuvo que cortar, con un par de golpes y/o cortes estaban ya en el suelo lloriqueando. No esperaba que fuese tan fácil pero al menos ya te habías desfogado.

-¡Gritaré revolución, hasta chupándote el clítoris!¡Con el vestido de tu cuerpo desnudo, me he hecho unas cortinas para no ver este horrendo mundo!-gritaba y "cantaba" alguien.

Escuchó que ese alarido (no podía describirlo de otra forma) desde la puerta de la academia. Se giró para verlo pero en ese momento se cerraron las puertas y las ventanas de golpe. Era extraño que se cerraran así. Era muy dudoso el que el viento pueda hacer eso. Ahora estaba dentro de la academia, supuestamente encerrado. Acercó la mano derecha a su cintura, apartando el abrigo y cogió su Ryo Wazamono por la funda, la desenvainó y lanzó un gran corte eléctrico contra la puerta de ese dojo, abriéndola debido al tajo y dejando una gran abertur por dónde podía salir Red.

Salió del dojo tranquilamente, por el enorme agujero que había hecho en la puerta, hacia fuera en dónde pudo ver al hombre que "cantaba" desde fuera. Estaba sentado y parecía bastante tranquilo. Sin embargo Red Stinger no estaba seguro de lo que pudiese hacer ese hombre. Justo después de haberlo escuchado quedó encerrado dentro. Eso lo convertía en sospechoso y por tanto debía de estar atento a cualquier reacción de este.

-¿Tú quién eres?-preguntó fríamente.-

Aún tenía su katana en la mano derecha, esperaba la respuesta de ese individuo. Si fallaba con la respuesta lo mataría, si acertaba quizás lo deje con vida.

-Yo soy... ¿Quien soy yo?.. Puede que sea tu asesino... O puede que solo sea alguien que se aburra muchísimo y quiera tomar un par de copas contigo..- Dije riendo con suavidad, para, inmediatamente después levantarme del suelo, para, acto seguido, tenderle la mano a aquel sujeto. Sabía bastante bien que, a la gente no le solía gustar ese tipo de actuaciones, pero.. A fin de cuentas, ¿que más daba?, yo solo quería divertirme un poco antes de salir de aquella... Putrefacta isla. Y sea cual sea la opción que el sujeto escoja, me divertiré.

Me percaté de que aquel chico tenía una katana bastante buena en calidad, y si mal no recordaba, era una Wazamono, pero no estaba seguro, así que de momento, no diría absolutamente nada. Dirigí nuevamente mi mirada a los ojos de aquel chico, esta vez, queriendo trasmitir ''amabilidad'' pues sabía que, aquel chico se parecía a mi. Nadie se metía en una pelea contra 15 personas, sin parecerse a mi, y eso, me gustaba. Probablemente, ahora es cuando, o aceptaba mi oferta a beber como cerdos, o intentaría rebanar mi cuello con su katana.

-Ahora algo más enserio.. Soy Johny, y, me quedé aquí sentado al ver como la puerta se cerro de golpe, pues pensé que había sido alguna racha de viento, o simplemente había algún mecanismo para bloquear las puertas cuando alguien pasara cerca.. Y solo estaba esperando, a ver el resultado de tu combate.- Tras pronunciar estas palabras, una sonrisa se volvió a dibujar en mi rostro, divertido.

-Yo soy... ¿Quien soy yo?.. Puede que sea tu asesino... O puede que solo sea alguien que se aburra muchísimo y quiera tomar un par de copas contigo..-dijo aquél hombre levantándose.-

Al terminar la frase le tendió la mano, Stinger pensó en hacer su típica "broma" de dar la mano con el dial de rayos a toda potencia, pero en esta ocasión no lo hizo, le había dejado intrigado la respuesta del que tenía delante del él. Cambió la latana de mano, pasándola a la mano izquierda. Le dio la mano con firmeza (sin usar el dial de rayos).

-Soy Stinger, Capitán de Sons of Anarchy-respondió.- Matarnos o irnos de copas... ambas igual de divertidas... difícil decisión... Teniendo en cuenta que estoy más relajado..- Lo de las copas no me vendría mal... aunque a hacer otra masacre en otro dojo tampoco es mala idea...-

Red Stinger no estaba seguro del bando de ese hombre, sólo tanteaba el terreno, aunque ya había dado mucho más detalles de los que debía no le importaba en exceso. Estaba lo suficientemente confiado en su fuerza como para decir sin tapujos nada.

-Ahora algo más enserio... Soy Johny y me quedé aquí sentado al ver como la puerta se cerro de golpe, pues pensé que había sido alguna racha de viento, o simplemente había algún mecanismo para bloquear las puertas cuando alguien pasara cerca.. Y solo estaba esperando, a ver el resultado de tu combate.-

-El resultado era obvio, esos alumnos no tenían el nivel, pero eso ellos ya lo saben, o al menos ahora lo saben-dijo soltando una carcajada.- Te propongo algo, primero destruimos un par más de academias y luego vamos a por unas copas.-

Escuché las palabras de aquel chico, el cual decía que era capitán de ''Sons Of Anarchy'', no sabía por que, pero la banda me sonaba. Demasiado.

-Yo soy Johny. Johny Lorenz.- Dije mientras le tendía la mano de forma cordial, pero, por desgracia o por suerte, al estirar el cuerpo para darle la mano, se pudo ver mi machete, así como el revolver que colgaba de mi cintura.

-Soy pirata, pero no un pirata cualquiera. Soy, y seré, el pirata que beberá mas ron de la historia..- Reí con suavidad, pues por norma general todo el mundo solía decir ''sueños'' más complejos y de un valor sentimental bastante más grande, y esa era mi particular manera de burlarme de todos ellos... Miré al sujeto fijamente a los ojos, bastante pensativo.. ¿Que me apetecía más.. Aniquilar humanos, o aniquilar las existencia de los bares?... No tarde más de un minuto en decidir lo que hacer..

-A mi, ahora mismo, y sin que sirva de precedente, no me apetece humillar a los novatos, pero, si quieres venirte a beber un par de tragos, yo invito a la primera ronda.- Reí con suavidad, para luego comenzar a andar en dirección a bar que había visto minutos atras, no muy lejos de nuestra posición actual, no era un bar demasiado grande, pero almenos cuando pase enfrente, no había mucha gente, y eso, era un punto a su favor.

Johny le tendió la mano dejando entrever un machete y una pistola, eso significaba que también era alguien listo para pelear y con armas variadas. Aunque si viese la cantidad de armas que tenía él debajo del abrigo rojo se asombraría bastante de todo su arsenal.

-Yo soy Johny. Johny Lorenz. Soy pirata, pero no un pirata cualquiera. Soy, y seré, el pirata que beberá mas ron de la historia...-

-Me he encontrado con un agente secreto enviado por la reina... Pensaba que era el único que repetía su nombre de esa forma. El mundo se me hace pequeño-pensó.-

-¿Eso es un reto?. No creo que bebas más que yo-le desafió.-

-A mi, ahora mismo, y sin que sirva de precedente, no me apetece humillar a los novatos, pero, si quieres venirte a beber un par de tragos, yo invito a la primera ronda.-

-Invitar... trato hecho y quiero una competición de quién cae inconsciente antes.-

Johny empezó a caminar hasta un bar cercano. Stinger lo siguió guardando ya su katana en la funda, hasta el bar. Entró y se acercó rápidamente a la barra hablando directamente con la camarera del generoso escote.

-Eh guapa, rápido, dime tus medidas-dijo chasqueando los dedos.-

-¿Eh? pero.. ¿qué dices?-responde.-

-Rápido, que te quedas sin tiempo-le advierte. Tic tac tic tac-

-Yo... eh... bueno... 93-61-89 si es a lo que refieres.-

-Lástima, yo con menos de 95 de pecho no hago nada. Venga, ponme dos copas del mejor ron que tengas, aquí mi colega invita.-

El capitán pirata se sentó en delante de la barra esperando que le sirviese lo que había pedido. Le gustaba poner nerviosa a la gente y además era de interés general conocer las medidas de la muchacha para cualquier hombre.