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Akuma no mi
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Me hallaba en un barco a la deriva, llevaba semanas en el nuevo mundo mis ojos se fijaron en una pequeña isla extraña, aunque estaba a una pequeña gran distancia decidí hacer acoplo de las ultimas fuerzas que me quedaran y transformarme en mi forma hibrida para a la playa mas cercana en busca de algún alimento.
Veamos que hay por aquí.
Dada mi experiencia y conocimientos en vegetación y cultivo de vegetales, seguro que podría encontrar algo de comer allí. Sentía la presencia de algo observándome aunque no sabia que era actúe normalmente, hasta el momento en el que oí ruidos extraños como si de lamentos de almas en pena se tratara. Seguí mi camino hasta que llegue a un claro en el que había unos matojos, pero unos matojos que me habían salvado la vida, unas bayas rojizas, agridulces pero con mucho alimento, de tamaño como medio tomate mas o menos, aunque no era el mejor manjar del mundo me mantendría con vida unos días mas.
Ahora solo me hace falta encontrar un poco de agua, si tengo suerte encontrare un manantial por aquí cerca.
Según me levante para continuar mi camino, los ruidos parecían sonar mas y mas cerca, aunque había recobrado bastantes fuerzas no eran lo suficiente como para una gran pelea. Me gire pero no había nada ni nadie, decidí seguir un camino por el cual cada vez que avanzaba mas y mas se oía una cascada, apretaba el paso con la esperanza de llegar lo antes posible.
Veamos que hay por aquí.
Dada mi experiencia y conocimientos en vegetación y cultivo de vegetales, seguro que podría encontrar algo de comer allí. Sentía la presencia de algo observándome aunque no sabia que era actúe normalmente, hasta el momento en el que oí ruidos extraños como si de lamentos de almas en pena se tratara. Seguí mi camino hasta que llegue a un claro en el que había unos matojos, pero unos matojos que me habían salvado la vida, unas bayas rojizas, agridulces pero con mucho alimento, de tamaño como medio tomate mas o menos, aunque no era el mejor manjar del mundo me mantendría con vida unos días mas.
Ahora solo me hace falta encontrar un poco de agua, si tengo suerte encontrare un manantial por aquí cerca.
Según me levante para continuar mi camino, los ruidos parecían sonar mas y mas cerca, aunque había recobrado bastantes fuerzas no eran lo suficiente como para una gran pelea. Me gire pero no había nada ni nadie, decidí seguir un camino por el cual cada vez que avanzaba mas y mas se oía una cascada, apretaba el paso con la esperanza de llegar lo antes posible.
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Me encuentro en el Gohst Traveller, sentado en el leviatán de proa, mi posición favorita en el barco, es un lugar desde el cual puedo ver por dónde va el barco y si hay algún tipo de problema o peligro para el barco, el paso del tiempo es impune a todo, incluso al señor mar, el majestuoso y libre mar, mi rostro cubierto por una de tantas máscaras que poseo, mi torso al desnudo y vistiendo únicamente el hakama negro y la capa florida, la cual cubre mis katanas, Tenza Zangetsu, Tenken y Sogyo no kotowari, mis manos con los guantes y los anillos Bannin. El día es frío y oscuro, la luz del sol apenas supera las nubes que cubren el cielo.
Pasa un rato largo de viaje movido por el mar embravecido por el clima que se acerca, al parecer se acerca una tormenta, aunque eso realmente no lo sé a ciencia cierta, pese a que haya leído miles de libros relacionados con la climatología de estos mares no soy capaz de desentrañar los secretos que logran los navegantes, pero sí que puedo identificar el clima una vez se hace evidente, algo práctico pero lejos de ser útil en la previsión climática.
Al fin el barco llega cerca de una isla, más concretamente a la parte norte de la isla, anclo el barco a unos pocos metros de la playa, una playa de arena fina y blanca, al bajar del barco noto como mis pies se hunden levemente en la arena conforme camino por ella.
Pasa un rato largo de viaje movido por el mar embravecido por el clima que se acerca, al parecer se acerca una tormenta, aunque eso realmente no lo sé a ciencia cierta, pese a que haya leído miles de libros relacionados con la climatología de estos mares no soy capaz de desentrañar los secretos que logran los navegantes, pero sí que puedo identificar el clima una vez se hace evidente, algo práctico pero lejos de ser útil en la previsión climática.
Al fin el barco llega cerca de una isla, más concretamente a la parte norte de la isla, anclo el barco a unos pocos metros de la playa, una playa de arena fina y blanca, al bajar del barco noto como mis pies se hunden levemente en la arena conforme camino por ella.
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Tras un par de horas llegue a un claro en el que había una pequeña cascada y un manantial de agua pura, unos metros mas adelante descubrí una cueva, parecía deshabitada asíque decidí establecer allí una especie de campamento para pasar el tiempo que estuviera allí, usando varias habilidades derivadas del poder de mi Akuma No Mi. Hice varias lanzas, con punta de piedra local, una mezcla entre mármol y roca pizarra, no tenia necesidad de ello dando mi poder, pero tampoco quería mostrarlo así porque si. Hice una mesa y una silla para estar mas cómodo, recogí mucho agua y la deje cerca del refugio y lo cubrí para que ninguna bestia del lugar pudiera entrar y destrozarlo. Comenzaba a caer la noche y necesitaba comer algo, coji un par de lanzas y fui en busca de algún tipo de animal de aquel extraño lugar, llevaba todo el día trabajando pero también tenia la sensación de que no estaba solo en aquella isla, sabia que algo me vigilaba, pero ignoraba que o quien. Hice varias trampas pero ninguna salto, según volvía hacia el refugio un rugido sonó detrás mío, gire mi cuerpo lentamente, era mas consciente de todo, la humedad del aire, el sonido de un leve viento azotando la vegetación, el canto de las aves nocturnas, en la oscuridad de aquella noche se distinguían dos ojos, amarillentos, como si de dos pepitas de oro se trataran, colmillos afilados y con un brillo plateado, aquella bestia debía de media por lo menos dos metros de alto y estaba bien fornido, me dirigí lentamente hacia una de las trampas mas peligrosas pero la mejor si conseguía que aquel animal, cayera en ella, podría tener alimento para unos días. Se acercaba y rugía cada vez mas, el momento en el que se abalanzase sobre mi era inminente.
Vamos lindo gatito, ven a por este pequeño dragón.
En un instante todo se decidiría, se abalanzó sobre mi, mis alas de forma hibrida se desplegaron y me impulse hacia atrás, mientras le lance una llamarada por si no caía en la trampa, caí al suelo y solo pude oír un llanto felino. Me incorpore y mire en la trampa, un enorme agujero trampa lleno de lanzas con piedras afiladas como mis garras de dragón, el animal de piel negra, ojos dorados y colmillos de brillo plateado, gemía de puro dolor, note el olor de la sangre y lo deguste unos instantes antes de asestarle la ultima lanzada al corazón. Coji aquella bestia que resulto ser un puma negro grande, llegue al refugio, ya bien entrada la noche, encendí un pequeño fuego y con mis garras despelleje a aquella bestia, extendí su piel para que se secara, y rasgue la carne, cocine un poco y el resto lo guarde en largas y grandes hojas de los árboles cercanos.
Bien, con esto aguantare un par de días, será suficiente para salir de aquí en dragón completo.
El olor de la carne comenzó a salir de la hoguera y se me hacia la boca agua, comencé a comer como un energúmeno, como si hiciera un año que no comiera nada.
Una pena que no estén aquí mis hermanos, fijo que por lo menos animarían las cosas.
Estaba un poco solo, aunque contento por el festín que me estaba dando, aun así echaba de menos la jarra de cerveza para acompañar y una buena mujer a la que darle calor, tras saciar mi apetito, pero la realidad es que estaba varado en aquella isla, que no desconocía por completo, debía de buscar un modo de salir de allí cuanto antes o seria presa de lo desconocido. Apague el fuego con tierra, para no indicar ningún tipo de señal con el humo, acordone el perímetro con unas cuantas trampas y me metí en la cueva para intentar descansar un poco.
Menudo día, intentare descansar algo.
A pesar de que me iba a descansar no paraba de escuchar gemidos y lamentos, parecía como si aquella isla estuviera plagada de espíritus errantes, algo que todo hombre de mar sabe que no es buen augurio, centre mi atención en intentar descansar. Horas después los primeros rayos de sol entraban en la cueva y me despertaban, había dormido poco pero bien.
Hora de moverse.
Recogí un poco todo e intente orientarme, según la posición del sol, sabia donde estaba el este, dado el rumbo de los vientos de aquellos mares, enseguida supe donde estaba el norte y puse rumbo, en busca de alguna playa o de alguna otra persona que habitara o estuviese en la isla con mi misma situación.
Vamos lindo gatito, ven a por este pequeño dragón.
En un instante todo se decidiría, se abalanzó sobre mi, mis alas de forma hibrida se desplegaron y me impulse hacia atrás, mientras le lance una llamarada por si no caía en la trampa, caí al suelo y solo pude oír un llanto felino. Me incorpore y mire en la trampa, un enorme agujero trampa lleno de lanzas con piedras afiladas como mis garras de dragón, el animal de piel negra, ojos dorados y colmillos de brillo plateado, gemía de puro dolor, note el olor de la sangre y lo deguste unos instantes antes de asestarle la ultima lanzada al corazón. Coji aquella bestia que resulto ser un puma negro grande, llegue al refugio, ya bien entrada la noche, encendí un pequeño fuego y con mis garras despelleje a aquella bestia, extendí su piel para que se secara, y rasgue la carne, cocine un poco y el resto lo guarde en largas y grandes hojas de los árboles cercanos.
Bien, con esto aguantare un par de días, será suficiente para salir de aquí en dragón completo.
El olor de la carne comenzó a salir de la hoguera y se me hacia la boca agua, comencé a comer como un energúmeno, como si hiciera un año que no comiera nada.
Una pena que no estén aquí mis hermanos, fijo que por lo menos animarían las cosas.
Estaba un poco solo, aunque contento por el festín que me estaba dando, aun así echaba de menos la jarra de cerveza para acompañar y una buena mujer a la que darle calor, tras saciar mi apetito, pero la realidad es que estaba varado en aquella isla, que no desconocía por completo, debía de buscar un modo de salir de allí cuanto antes o seria presa de lo desconocido. Apague el fuego con tierra, para no indicar ningún tipo de señal con el humo, acordone el perímetro con unas cuantas trampas y me metí en la cueva para intentar descansar un poco.
Menudo día, intentare descansar algo.
A pesar de que me iba a descansar no paraba de escuchar gemidos y lamentos, parecía como si aquella isla estuviera plagada de espíritus errantes, algo que todo hombre de mar sabe que no es buen augurio, centre mi atención en intentar descansar. Horas después los primeros rayos de sol entraban en la cueva y me despertaban, había dormido poco pero bien.
Hora de moverse.
Recogí un poco todo e intente orientarme, según la posición del sol, sabia donde estaba el este, dado el rumbo de los vientos de aquellos mares, enseguida supe donde estaba el norte y puse rumbo, en busca de alguna playa o de alguna otra persona que habitara o estuviese en la isla con mi misma situación.
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Me encuentro perdido en mitad de un bosque en una isla desconocida, no hay signos de que haya siquiera una aldea, parece una isla salvaje sin habitantes humanos, en los numerosos árboles busco indicios de musgo, dejando atrás las rojas arenas de la playa y adentrándome cada vez más en la osuridad del bosque, el ruido de la naturaleza domina el lugar, unos pocos pájaros cantan, el viento silba en las copas de los árboles, y algún que otro animal ruge, croa o produce el sonido que suele producir.
Mis pasos lo más sigilosos posibles se deslizan entre ramas caídas y raíces sobresalientes, no hay ninguna información en libros sobre esta isla, eso es lo que me ha llevado a ella, solo relatos de leyendas de estos mares que mencionan una isla de forma similar de donde nadie regresó.
-"Según el libro debería de haber una legión de espíritus, pero no los veo por ningún lado."
Susurro mientras camino cada vez más adentro del bosque sorteando ramas bajas a la altura del cuello perfectas para ahorcar a cualquiera que caminara por aquél bosque. Entre esas ramas, las raíces y los animales que son potencialmente peligrosos en caso de cruzarte con uno hambriento, la habitabilidad de la isla desciende potencialmente.
-"Ahora entiendo la falta de habitantes en esta isla, no hay forma de vivir aquí."
Susurro mientras camino apartando ramas y esquivando raíces y cualquier planta, si bien no soy un experto, de todos es conocido que existen plantas muy venenosas. Mientras camino mantengo una de mis manos cerca de mis katanas, no querría que nada me molestara o atacara y no estar preparado para defenderme.
Mis pasos lo más sigilosos posibles se deslizan entre ramas caídas y raíces sobresalientes, no hay ninguna información en libros sobre esta isla, eso es lo que me ha llevado a ella, solo relatos de leyendas de estos mares que mencionan una isla de forma similar de donde nadie regresó.
-"Según el libro debería de haber una legión de espíritus, pero no los veo por ningún lado."
Susurro mientras camino cada vez más adentro del bosque sorteando ramas bajas a la altura del cuello perfectas para ahorcar a cualquiera que caminara por aquél bosque. Entre esas ramas, las raíces y los animales que son potencialmente peligrosos en caso de cruzarte con uno hambriento, la habitabilidad de la isla desciende potencialmente.
-"Ahora entiendo la falta de habitantes en esta isla, no hay forma de vivir aquí."
Susurro mientras camino apartando ramas y esquivando raíces y cualquier planta, si bien no soy un experto, de todos es conocido que existen plantas muy venenosas. Mientras camino mantengo una de mis manos cerca de mis katanas, no querría que nada me molestara o atacara y no estar preparado para defenderme.
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