[Privado] [Johny y yo] [Pasado, 7 meses] Guitarras en el puerto

Una melodía de guitarra recorría el puerto. Sonaba melancólica y a la vez potente e intensa. Un joven semidesnudo, vestido únicamente con unos pantalones azules, unas botas negras y una gorra de marine tocaba una guitarra sentado en una caja de madera. Era bastante musculoso. En sus pectorales destacaba un tatuaje de una bestia bicéfala con una de sus cabezas de león y la otra de cabra. La bestia paracía estar hecha con partes de distintos animales. La cola del ser seguía por el hombro y el brazo derecho del marine hasta su mano, donde acababa en forma de cabeza de serpiente. El pelo del joven, corto y desordenado hasta donde se podía apreciar por la gorra, era negro. Sus patillas le llegaba hasta la mandíbula, y llevaba una perilla perfectamente recortada. Junto a él había apoyada contra la caja una funda de guitarra a la que había atado un bo, un bastón de combate. Karl dejó de tocar la melodía y comenzó a tocar una nueva, más animada. Le encantaba tocar la guitarra, podía pasarse horas así. Miró hacia el mar y admiró la vista. El mar siempre le había parecido hermoso, y aquel día lo era especialmente. Un suave oleaje sacaba destellos dorados a los rayos del sol, embelleciendo la vista.

Me encontraba caminando por el puerto de shellstown, y, a decir verdad, pese a lo tranquila que era la cuidad, no caía en el tedioso aburrimiento de los pueblos. Y eso era algo que me gustaba de aquella cuidad.. No habían demasiados conflictos, pero, tampoco era el mismo cuartel de la marina. Mis pasos eran lentos y relajados, pues estaba caminando por el simple placer de hacerlo. El suave olor del mar, inundaba mis pulmones, cuando, de repente, mis oídos fueron invadidos por una melodía bastante atrayente, así como el rumbo de mis pasos había cambiado, ahora me dirigía a la fuente de aquel sonido tan... ¿Agradable?

Cuando llegué a escasos centímetros de la guitarra que estaba liberando aquellas notas de música, me percaté de que provenía de un marine... Pero no parecía un marine cualquiera, pues llevaba un tatuaje en el pecho, así como su torso estaba totalmente al aire. Pronto, comprobaremos si era un ''marine de escuela'' o alguien que simplemente, tenía sus ideales propios. Su musculacion era semejante a la mia, aunque era algo más pequeño, y por ende, tendría menos peso, pero aún así, no quería ningún problema con el.. (de momento) por lo que, dejé de analizar su cuerpo, y me puse a lo mio.

Me quité la camisa y lancé la misma al mar, pues no me preocupaba lo más mínimo mi vestimenta, y encima, adoraba estar sin camisa. Tras esto, me quite los zapatos de vestir que llevaba, y los dejé a un lado del marine, para, a continuación, comenzar a bailar ''Break-Dance'', con unos pasos bastante limpios y depurados por los años de experiencia que tenía en el baile, así como esperaba, la reacción del marine.. Esperaba, en el fondo de mi alma, que acompañara mis pasos con su melodia.

Karl vio a un hombre que comenzó a bailar una extraña danza al ritmo de la guitarra. Esbozó una sonrisa y comenzó a acompañarlo con una composición animada, fuerte y pesada. Se levantó con la guitarra colgada de su hombro por una cuerda y siguió tocando, moviéndose al ritmo de la música. Sus dedos recorrían el mástil con presteza y gran habilidad, fruto de años de práctica. Tras terminar la canción, comenzó una nueva. Esta era bastante extraña, pues no era frecuente música de ese estilo.

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- Bonita forma de bailar. Sigues bastante bien el ritmo de la música - dijo mientras tocaba - No eres de por aquí, ¿Cierto?

Aprovecho para observar al extraño. Era también bastante musculoso y grande, posiblemente más que él. Karl le miró con aprobación. Tantos años aprendiendo Sokudan no habían sido en vano y se le había pegado la forma de pensar de su maestro; el cuerpo es la herramienta por excelencia del ser humano, las armas están sobrevaloradas y un luchador debe ser capaz de defenderse con sus manos desnudas.

Cuando noté el cambio de la melodía, no pude evitar reír a carcajadas... Al fin un marine con estilo y pensamientos propios, y no uno de esos soldados rasos con el cerebro lavado a más no poder.. Seguí bailando, para cuando de repente, comencé a escuchar una melodía que me traía recuerdos de un antiguo miembro de mi banda, el cual se había dejado el sueldo en Diales de sonido, con bastantes canciones de ese estilo, y por que no decirlo, esa entraba entre las grabaciones, o eso creía recordar.

-Ni mucho menos.- Dije mientras seguía bailando, ahora con movimientos más controlados, así como un ritmo de baile algo diferente, pues aunque fuera el mismo estilo de baile, eran diferentes categorias. Mis movimientos, eran bastante similes a los de un ''robot'', aunque lo único que no podía simular, era la sonrisa que se había instalado en mi rostro, pues la situación era bastante divertida. Adoraba el baile, y bailar en medio de un puerto, ante la atonita mirada de la gente, junto a un marine como instrumentalista.. Era algo que, simplemente no lo hacía todos los días, por desgracia.

-Soy de todas partes, el mar es mi hogar.- Dije como respuesta a su pregunta, para despues, cuando acabo la canción, girarme a mirar a aquel marine, con el torso levemente sudado, y, la sonrisa que antes se había instalado en mi rostro, esta vez, era algo más amplía, así como mi respiración estaba algo más agitada.

Karl esbozó una sonrisa también. Le caía bien aquel hombre, y su forma de pensar le gustaba. Ciertamente, no había ninguna isla que él pudiese considerar como su "hogar" desde hacía tiempo. Lo más parecido que había tenido a un hogar en ocho años había sido el templo donde había aprendido el Sokudan, y ni siquiera allí había vivido de manera estable. Su maestro se lo había llevado a menudo de viaje con él mientras lo adiestraba. Al pensar en su maestro lo invadió la nostalgia. Apartó esos pensamientos de su cabeza y se descolgó la guitarra del hombro. La apoyó junto a la caja y le tendió la mano al hombre.

- Lion D. Karl.

Le dirigió una sonrisa amigable mientras le tendía la mano para estrechársela. Karl era una persona tranquila y agradable por naturaleza, sobre todo cuando alguien le caía bien, como había ocurrido con aquel extraño bailador.

Estreché la mano de aquel marine con relativa fuerza, como estaba acostumbrado. Aunque no quisiera, siempre tenía una actitud ciertamente ''chulesca'', aunque no era intencionada, venía con mi forma de ser. Miré a los ojos a aquel chico, con aún, una amplía sonrisa dibujada en el rostro.

-Yo soy Johny. Johny Lorenz. También conocido como ''Doble J''.- Dije mientras pensaba en que podía ofrecerle a aquel marine, divertido. Mientras pensaba, y ya habiendo dejado de estrechar su mano, hice que mi camiseta, la cual no fue frenada por el mar, sino por un clavo de la madera de aquel paseo marítimo, subiera hasta nosotros, poniendome la misma sin tocarla, alardeando de mis poderes.

La camisa blanca de botones, se abrocho sola, mientras yo sonreía.- ¡Ya sé! ¿Te hace un trago en el bar de aquí alado? Yo invito a la primera ronda, eso si, si me dices donde aprender a tocar así la guitarra..- Dije riendo, aunque esto último era más una broma que otra cosa, pues, era bastante torpe para la guitarra, así como para el cuerpo a cuerpo. Mi cuerpo, no era más que un arma de intimidación.

La actitud chulesca de Johny no le había gustado de todo, pero su primera impresión ya había sido buena. Su nombre le sonaba un montón, aunque no acababa de darse cuenta del motivo. Cuando le vio mover la camisa sin tocarla, le miró con curiosidad. Ya había oído hablar de algo así antes. Karl se rió levemente cuando le dijo lo de la guitarra.

- Nunca le digo que no a un trago, vamos pues.

Mientras se dirigía hacia un bar cercano, decidió resolver sus dudas sobre quién era realmente.

- Tu nombre y habilidad me suenan bastante. ¿No serás por casualidad un pirata famoso? Tranquilo, a mi me da bastante igual. Me hice marine por mero interés, ganar un sueldo y subir rangos con facilidad aprovechando la falta de efectivos de la Marina. Gracias a mis habilidades, no me es difícil.

Reí ante su comentario, divertido. No mentía, era algo conocido en 3 de los 4 mares, aunque, mi nombre resonaba con levedad, pues, aunque se sabía que era alguien ''poderoso'', aún no se tenía gran registro de mis acciones... Y que aquel marine me reconociera tan rápido, a decir verdad, me subió bastante la autoestima. Comencé a andar en dirección al bar, junto a mi proximo ''compañero'' de bebida.

-Se podría decir que si, soy algo conocido... Aunque a decir verdad, no es que sea famoso, mas solo me interesa el dinero y torturar a quien se lo merece.- Reí con suavidad, mientras asentía con la cabeza a mis propios pensamientos.- Esa es una buena filosofía... Pero, más que los miseros berries que puedan darte, ¿no ganarías bastante más con el pillaje de barcos mercantes?.. Si tienes ''buenas habilidades' puedes sacarte hasta 4000 berries en un solo día.. Y si no estoy mal informado, es bastante más que el sueldo actual de la marina..- Sonreí con suavidad, para luego, darme cuenta de que habíamos llegado a la puerta del bar. Abrí la misma con la mano izquierda, y entré, para luego sentarme directamente en la barra. El camarero ya me conocía, pues me solía pasar las noches en este bar... Me gustaba la gente, y el ambiente. El viejo camarero, se acerco con dos copas, y ambas las relleno con un whisky bastante bueno, así como el vaso estaba helado, y en el interior del mismo, se podían ver dos hielos flotando en el Whisky, tintineando ante el pulso del camarero.

Karl miró con interés a su compañero y esbozó una media sonrisa para sí. Parecía que la forma de pensar de su compañero era similar a la suya, después de todo su único objetivo al entrar en la Marina había sido el tener un sueldo fijo mientras hacía algunas las cosas que más le motivaban, viajar y practicar el Sokudan. Entró junto a él en el bar.

- Una buena filosofía de vida, y tal vez ganéis bastante pero es una vida arriesgada. Yo también me vi atraído por ese tipo de vida hace años, pero no estaba preparado para ella y lo pagué caro - se señaló algunas cicatrices de cortes por sus brazos y su torso. La mayoría eran finas y no se notaban demasiado. A Karl le solían cicatrizar bastante bien las heridas y no le dejaban demasiada marca. - De todos modos, no es algo que haya descartado para un futuro. De momento me conformo con la comodidad de un sueldo fijo, comidas y residencia pagadas por cortesía de la Marina. Además, vivimos en tiempo duros para la Marina, y están cortos de efectivos, especialmente de oficiales habilidosos. Muchos son los que mueren ante piratas y revolucionarios, y por ello la gente tiene miedo de alistarse. Con mis habilidades pocos son los piratas en este mar, más allá de gente poderosa como tú, que puedan resultarme un verdadero problema. Con lo cual espero muchas oportunidades de ascenso que resulten en un mayor salario y las ventajas que confiere el poder.

Karl alzó su copa a modo de brindis y bebió un trago degustando el whisky con evidente placer. Le gustaba bastante la cerveza, pero no le decía que no a otras bebidas y menos a una tan buena como la que estaba probando. Se relamió del gusto y posó el vaso en la mesa. Una copa después de un día de guardia en la fortaleza y de pasar buena parte de su tiempo de permiso tocando en el puerto al sol de la tarde sabía a gloria.

- Esto está buenísimo. Muchas gracias, Johny.

Reí muy levemente ante la historia de aquel chico.. No es que me estuviera burlando de el chico, es que,era de los pocos marines que me caían bien, y eso me hacia gracia.. Aunque su historia, fue similar a la que tuve yo en el primer intento para ser pirata..

-Si de verdad eres marine solo por el dinero, supongo que no habrá ningún problema en que te ofrezca un trato, ¿No?- Tras decir esto, llevé la copa a mis labios y apoyé la misma en el labio inferior, tragando casi la mitad de la copa de un sorbo, para, cuando la deje en la mesa, soplar, divertido. La verdad es que, por mucho que bebiera whisky, nunca me acostumbraba a su buen sabor.. Siempre parecía la primera vez, aunque en mi caso, ya no era virgen de practicamente nada. Mientras pensaba en como pedirle aquello, y que oferta monetaria hacerlo, escuche como me daba las gracias, por lo que sonreí, ampliamente.

-No las des. Siempre es un honor beber al lado de alguien que toca tan bien la guitarra... En todo caso, gracias a ti por el piropo.- Reí con suavidad, pues para mi, el mero hecho de que me reconocieran por la calle, fuera un marine, o un niño aspirante a pirata, era algo que me hacia pensar que, cada vez estaba más cerca de cumplir mi sueño, y infundir miedo con solo pasar por las calles... Una vez sali de mi mundo de fantasía, seguí pensando en el trato, hasta que di con una cifra que me parecía más que razonable. 11.000 berries por unos documentos que, llevaba algo de tiempo buscando, en los cuales, estaba plasmado el metodo de entrenar algunas tecnicas propia de los marines.

Cuando Johny le habló de hacer un trato, miró a su alrededor. No le convenía que ningún compañero de la base se enterara de que estaba pactando con un pirata buscado. Se apoyó sobre la mesa con ambos brazos y se inclinó hacia Johny.

- Dime pues en qué consiste ese trato. Si está en mi mano hacerlo y la recompensa es buena, estoy dispuesto. - dijo, susurrando y los ojos brillándole.

La verdad era que detrás de su amabilidad y actitud agradable y amistosa, se escondía una persona interesada y un poco egoísta de una manera inteligente. Solía mostrarse solidario o ayudar a la gente, pero siempre le movía el interés personal. Sabía que esa persona a la que ayudaba acababa en deuda con él y eso le convenía. Se aseguraba siempre de cobrar dichas deudas, de una manera u otra. De la misma manera, no tenía reparos en pactar con quien fuese si obtenía un beneficio que compensase los riesgos. Era obvio que si un pirata le ofrecía un trato a un marine de su clase, era algo que ponía en riesgo su puesto y que solo podía ofrecerle un marine... pues bien, Karl no era contrario a la corrupción. La encontraba beneficiosa y no era más que uno de los motivos por los que entró en la Marina.

Sonreí bastante complacido al escuchar la respuesta del marine, aunque la verdad, parecía ser bastante precabido, pues había rastreado la zona en busca de alguien, así como de repente, el tono de su voz bajo se volvió bastante más dificil de percibir.

-Como toda la marina sabe, hay unos documentos que enseñan a los marines, como entrenar el rokushiki, así como, para marines de alto rango, unos manuales que enseñan a canalizar la energia de los marines... Bien, busco 2 ejemplares de cada libro, hasta el ejemplar que enseñe como usar el Geppou. Si me los consigues, estaré dispuesto a darte... 12.000 berries.- Dije en el mismo tono de voz que el, pues si el no quería que descubriesen sus intenciones, yo no era quien para ir gritandolas a los cuatro vientos. Una sádica sonrisa se dibujo en mi rostro, pues si Lion era capaz de conseguirme todos los manuales que le estaba pidiendo, mi poder aumentaría de forma colosal.. Y, si lo conseguía, luego le pediría el resto de ejemplares, que faltarian en la colección, los cuales, de momento, desconcia cuales eran, y que hacian, por lo que, no se los pedí. Simplemente, esperaría. No estaba seguro de si los efectos que hacia dichos manuales eran ciertos, pero de ser así, sería algo muuy bueno para mi y mi novia... Seríamos, imparables. Me quede inmerso de nuevo en mi propio mundo de fantasía, bebiendo lo que quedaba en la copa, meneando la misma por instinto, pues siempre que lo hacia, aquel viejo me la rellenaba.

Karl entrecerró los ojos con interés. Podía entender perfectamente qué buscaba el pirata en que aquellos manuales. El Rokushiki era un arte marcial secreto de la Marina en el que él también estaba interesado... con lo cual, estaba más que dispuesto a conseguirle los manuales. Si combinaba el Rokushiki con el Sokudan su poder crecería exponencialmente. Además la recompensa era cuantiosa, un aliciente importante

- Así que buscas el Rokushiki, ¿Eh? Lógico... debería haberlo adivinado - bajó un poco más el tono de voz. Aunque no parecía haber marines cerca, bien podía haber otros marines de permiso que no llevasen el uniforme. Decidió ponerse negociador y ocultar que la recompensa realmente le tentaba bastante, y obtener el máximo beneficio consiguiendo que el pirata compartiese con él los manuales - Estoy dispuesto a conseguirte los manuales del Rokushiki, pero quiero una buena compensación por exponerme al riesgo de que descubran que estoy pasando secretos de la Marina a un pirata además del dinero... así que compartamos esos manuales. Quiero aprender el Rokushiki, fue otros de los motivos por los que hacerme marine me era beneficioso. Soy un luchador de artes marciales y si combino mi estilo, el Sokudan, con algo tan poderoso como el Rokushiki mi poder aumentará bastante.

La idea de aprender el Rokushiki era atractiva, muy atractiva. No lo había dicho todo... no sólo combinándolo con el Sokudan su poder sería mayor. Si combinaba el Rokushiki con sus propios poderes de usuario, sería prácticamente imparable para la mayor parte de la gente. Ascendería puestos a gran velocidad en la Marina y podría llegar a un cargo realmente elevado. Tal vez llegase incluso a ser Vicealmirante.

Sonreí ante la propuesta de aquel chico, aunque si algo tenía claro es que no iba a ceder ante su tentativa de subir el precio... Ya le estaba pagando bastante solo por el hecho de que me caía bien, pues sabía que, algunos marines, podían vendermelo incluso más baratos.. Miré al marine, divertido.

-Te ofrezco... 12.000 berries, y dejaré que me los entregues un poco ''sobados''... Tu ya me entiendes.- Dije riendo con suavidad, pues intenté hacer alusión a que podía leer los libros sin problema, pues a mi, que estuvieran nuevos o no, me traía totalmente sin cuidado. Tan solo quería saber como podía moverme tan rápido como los vice-almirantes que había visto en su día... O como podría endurecer hasta tal punto mi piel... Y es que, si algo me caracterizaba, era que adoraba el poder, fuera cual fuera el precio que debiera pagar para obtener el mismo, así que... Dejarme un par de berries no me haría daño, total, era el dinero que ganaba en medio mes, acámbio de obtener un poder que, me volvería la énvidia de los piratas.. Y por que no decirlo, el terror de los marines. Si algo tenía claro, era que quería convertirme en sichibukai, y no pararía hasta conseguirlo... Cuando el viejales me relleno la copa, saque dos berries y le pagué, paa luego, beberme la copa de un sorbo, comenzando así, a notar el efecto del alcohol, aunque muy levemente.

Karl esbozó una sonrisa de éxito y bebió el contenido de su copa. Obtendría los manuales del Rokushiki y los estudiaría, y después se los vendería a aquel pirata. Se viese como se viese, era un buen negocio. El camarero le llenó de nuevo el vaso y Karl se acomodó en su silla mientras bebía un buen trago de whisky de nuevo.

- Me parece que tenemos un trato, señor Lorenz.

Karl esbozó una sonrisa y extendió la mano para estrechársela. Aquel encuentro había sido muy fructífero. Era increíble cómo el azar podía llegar a ser de influyente en la vida de los hombres. Si Johny no se hubiera encontrado por ahí mientras él tocaba su guitarra, tal vez nunca se hubiese conocido. Si él no hubiese estado tocando la guitarra o Johny no hubiese ido allí a escucharle tocar y a bailar, ese encuentro nunca hubiese tenido lugar. Sin embargo, allí estaban. Y todo estaba saliendo a pedir de boca.

Volví a estrechar su mano con algo de fuerza, como era de costumbre en mi, para luego, asentir con suavidad, pues efectivamente, teníamos un trato...- Por mi, todo esta perfecto como se a hablado... ¿Quieres quedar dentro de un mes en este mismo bar, o prefieres quedar algo más tarde?.. O en algún otro lugar... Me es indiferente, pues dispongo de barco propio con el que moverme...- Reí tras este comentario, estaba bastante feliz de que aquel marine, no fuera como los demás. Moví la copa de un lado a otro, haciendo que el hielo tintineara con suavidad, para luego, beber un trago de la copa. Desde que aquel marine me diera un día y un lugar, me iría, pues tenía que comenzar a recabar información sobre el resto de manuales, y mientras antes comenzara a hacerlo, antes podría pedirle más a este joven, y corrupto marine.

Eché un vistazo hacia atrás, observando a la gente del bar. Este, estaba prácticamente vacio, salvo por dos piratas en una esquina del local, haciendo el típico concurso de ''haber quien aguanta más copas sin caer insconciente''... Así como, un marine semi-insconciente en la otra esquina, delirando debido al alcohol... A nuestro lado, había una pareja de adolescentes borrachos haciendo manitas, y, el resto del bar, estaba completamente vacio, algo que, sinceramente, me gustaba.

Karl se quedó un momento pensando. A menos que quisiese meterse en un fregado por robar un manual de rokushiki, la forma más segura era obtenerlos por la vía legal comprándolos. Para ello, primero debía obtener el dinero necesario... y labrarse un nombre como marine para que le dejasen acceder a dichos documentos.

- Supongo que como recluta lo tengo de momento un tanto crudo para acceder a los manuales, pero espero ascender rápido. Déjame unos cuantos meses más, y tendrás tus manuales. Nos reuniremos aquí dentro de tres meses. Si para entonces no tengo los manuales, concretaremos una nueva fecha. Pero no temas, tendré los manuales tarde o temprano, y procuraré que la espera no se alargue.

Por suerte había poca gente en el bar y todos estaban pendientes de sus propios asuntos. Eso era bueno... si alguien le descubría, no sólo se le iría al garete el negocio, también perdería su puesto en la Marina y no le convenía, al menos de momento.

-De acuerdo.. Nos veremos en esta misma barra, en 3 meses. Si entonces no tienes los manuales, ya veremos que hacemos.. Pero confío en ti, y sé que los tendrás para ese entonces..- Reí con levedad, para después pagarle la cuenta de ambos a aquel viejo, tras esto, bebí el contenido que quedaba en mi vaso de un gran trago, y luego miré al marine, para tenderle la mano una vez más.

-Creeme, este será el inició de una gran época para ambos... Dispongo de todo el dinero que necesites, así como no me importa gastarmelo en cosas como esas... Y tú, supongo que te moverán los intereses propios... Pero ya verás como acabas en mi banda..- Reí con suavidad, aunque esto último no iba en broma. Practicamente todo aquel que tenía un trato constante conmigo, acababa en mi banda.. fuera por el dinero del que disponía, o fuera por la protección de estar bajo un ''pirata conocido'', fuera como fuere, a mi eso, me gustaba.

Karl rió levemente con él. La idea de hacerse pirata, no le atraía de momento. Quería probar la vida de marine, puesto que ya había sido pirata en un pasado. Además, la vida de un pirata era difícil. No sólo era muy probable que muriese en un combate, si no que estaban expuesto a todo tipo de calamidades como el hambre o las enfermedades. En alta mar un pequeño brote de cualquier enfermedad en un barco podía ser letal, pero los navíos de la Marina iban siempre bien equipados con médicos y lo último en avances sanitarios. De todos modos, tal vez en un futuro se haría pirata... si le beneficiaba.

- En tu banda, ¿eh? Ya lo veremos, aunque si eres así de generoso con tu tripulación en el reparto de botines, desde luego sería algo que me plantearía seriamente... para un futuro - Karl esbozó una sonrisa fiera y dijo - Bien, nos vemos en tres meses, Johny. Vete preparando mi recompensa.

Karl le estrechó la mano de nuevo, con fuerza. Si aquel negocio le salía bien, no sólo obtendría suculentos beneficios si no que además obtendría un compañero para futuros negocios con un buen nivel económico al parecer, lo cual siempre era una ventaja. Lo viese como lo viese, valía la pena el riesgo.