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Azuka
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~Y ahí estaba una vez más, desde mi isla natal iba de visita a la isla Syrup, donde vivían algunos conocidos míos. No me quedaba a más de tres horas navegando en mi pequeño velero que usaba para desplazarme a las cercanías de mi isla. Llevaba ya casi el tiempo completo de viaje, mi pequeño barquito, con capacidad para apenas unas tres personas, se balanceaba con suavidad con el movimiento de las olas, las cuales no eran muy grandes pero si lo suficiente como para provocar aquellos suaves movimientos. Yo me encontraba sentada, mirando hacía el frente con una expresión notoria de aburrimiento, sosteniendo con ambas manos un paraguas hecho completamente de papel, no le había dado color, por lo que era totalmente blanco.
Para aquel viaje me preparé de todas las maneras, aun cuando era corto. Llevaba un top color negro, que me cubría el busto y un poco el abdomen pero dejaba ver mi ombligo, en el cual me había puesto un piercing hace poco, vestía unos jeans acampanados de color azul marino y calzaba unas sandalias muy sencillas. Mi cabello, como siempre lo llevaba con un flequillo que cubría un poco mi ojo izquierdo, adornado con una flor blanca de papel. A mi lado llevaba una mochila con una cantimplora, bocadillos para mi viaje, en su mayoría golosinas que no me "empalagaran" tanto, como piruletas y dulces macizos, pues con chocolates acabaría muriendo de sed al instante. Además de eso llevaba un cambio de ropa y unas cobijas, pues pretendía quedarme a dormir un día en la isla al menos.
-Puff... Que enfado es este viaje, al menos ya casi llego, y aun tengo dulces.-Dije para mí misma, dejando escapar un suspiro lleno de la pereza que me tenía a su merced en este momento. Llevé mi mano izquierda a mi mochila, cogí un caramelo y lo mastiqué inmediatamente, sin saborearlo mucho.-Bueno, pero hace mucho que no veo a Tsuki.-Me animé a mí misma esta vez, logrando con el recuerdo de mi amiga sonreír un poco, pero era más una expresión de nostalgia que nada.
Tras un rato más, a lo lejos pude ver la isla. Me puse de pie y sujeté el paraguas solo con mi mano izquierda, mientras con la derecha me sujetaba firmemente al pequeño mástil, una vez más sonreí como hace rato, estaba de verdad feliz de volver. Gracias a la marea y al viento llegué a la costa sur de la isla, uno de los únicos puntos de acceso al pueblo, debido a que todo el "contorno" de la isla estaba conformado de acantilados sin ningún punto de acceso. Mi bote encallo en la playa, con mi mochila al hombro y sin soltar mi parasol dí un saltito y caí de pie en la suave arena, que pude sentir invadir mis pies descubiertos, una sensación muy agradable. Caminé unos pasos, alejándome del barquito, hasta que me dí vuelta noventa grados y lo ví.
-Kami no Butterfly.-Dije con un tono de voz serio y que incluso pareció "cruel". Mi transporte comenzó a desbaratarse rápidamente, convirtiéndose en montones de mariposas de muchos colores, que revolotearon a mí alrededor para finalmente adentrarse en la isla en pequeños y diferentes grupos, siempre me gustaba ver aquellas mariposas, aun cuando eran creadas por mí. Si, mi medio de transporte lo había realizado yo misma con ayuda de mi Kami Kami No Mi, fruta que me daba la habilidad de crear y manipular el papel, usando un papel duro y resistente para el barco y uno más "elástico" y sedoso para la vela, pero al final no era el mismo resultado, ese barquito no duraría más de tres horas en el agua si no le colocaba más capas de papel, y la vela era muy fácil que se rompiera con fuertes vientos, afortunadamente, el East Blue siempre ha sido de mucha calma.
Yo no me había dado cuenta, pero alguien me había visto llegar y yo apenas subía por una de las dos únicas cuestas para acceder a la isla...
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~Y ahí estaba una vez más, desde mi isla natal iba de visita a la isla Syrup, donde vivían algunos conocidos míos. No me quedaba a más de tres horas navegando en mi pequeño velero que usaba para desplazarme a las cercanías de mi isla. Llevaba ya casi el tiempo completo de viaje, mi pequeño barquito, con capacidad para apenas unas tres personas, se balanceaba con suavidad con el movimiento de las olas, las cuales no eran muy grandes pero si lo suficiente como para provocar aquellos suaves movimientos. Yo me encontraba sentada, mirando hacía el frente con una expresión notoria de aburrimiento, sosteniendo con ambas manos un paraguas hecho completamente de papel, no le había dado color, por lo que era totalmente blanco.
Para aquel viaje me preparé de todas las maneras, aun cuando era corto. Llevaba un top color negro, que me cubría el busto y un poco el abdomen pero dejaba ver mi ombligo, en el cual me había puesto un piercing hace poco, vestía unos jeans acampanados de color azul marino y calzaba unas sandalias muy sencillas. Mi cabello, como siempre lo llevaba con un flequillo que cubría un poco mi ojo izquierdo, adornado con una flor blanca de papel. A mi lado llevaba una mochila con una cantimplora, bocadillos para mi viaje, en su mayoría golosinas que no me "empalagaran" tanto, como piruletas y dulces macizos, pues con chocolates acabaría muriendo de sed al instante. Además de eso llevaba un cambio de ropa y unas cobijas, pues pretendía quedarme a dormir un día en la isla al menos.
-Puff... Que enfado es este viaje, al menos ya casi llego, y aun tengo dulces.-Dije para mí misma, dejando escapar un suspiro lleno de la pereza que me tenía a su merced en este momento. Llevé mi mano izquierda a mi mochila, cogí un caramelo y lo mastiqué inmediatamente, sin saborearlo mucho.-Bueno, pero hace mucho que no veo a Tsuki.-Me animé a mí misma esta vez, logrando con el recuerdo de mi amiga sonreír un poco, pero era más una expresión de nostalgia que nada.
Tras un rato más, a lo lejos pude ver la isla. Me puse de pie y sujeté el paraguas solo con mi mano izquierda, mientras con la derecha me sujetaba firmemente al pequeño mástil, una vez más sonreí como hace rato, estaba de verdad feliz de volver. Gracias a la marea y al viento llegué a la costa sur de la isla, uno de los únicos puntos de acceso al pueblo, debido a que todo el "contorno" de la isla estaba conformado de acantilados sin ningún punto de acceso. Mi bote encallo en la playa, con mi mochila al hombro y sin soltar mi parasol dí un saltito y caí de pie en la suave arena, que pude sentir invadir mis pies descubiertos, una sensación muy agradable. Caminé unos pasos, alejándome del barquito, hasta que me dí vuelta noventa grados y lo ví.
-Kami no Butterfly.-Dije con un tono de voz serio y que incluso pareció "cruel". Mi transporte comenzó a desbaratarse rápidamente, convirtiéndose en montones de mariposas de muchos colores, que revolotearon a mí alrededor para finalmente adentrarse en la isla en pequeños y diferentes grupos, siempre me gustaba ver aquellas mariposas, aun cuando eran creadas por mí. Si, mi medio de transporte lo había realizado yo misma con ayuda de mi Kami Kami No Mi, fruta que me daba la habilidad de crear y manipular el papel, usando un papel duro y resistente para el barco y uno más "elástico" y sedoso para la vela, pero al final no era el mismo resultado, ese barquito no duraría más de tres horas en el agua si no le colocaba más capas de papel, y la vela era muy fácil que se rompiera con fuertes vientos, afortunadamente, el East Blue siempre ha sido de mucha calma.
Yo no me había dado cuenta, pero alguien me había visto llegar y yo apenas subía por una de las dos únicas cuestas para acceder a la isla...
Killer Shadow
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Akuma no mi
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me encontraba en mi camarote, dentro de mi gran barco perteneciente a la tripulación de los yiyu no whashi, me había despertado de mi largo sueño, gracias a la briza del mar que entraba por la gran ventana que se encontraba en mi cuarto y que daba una excelente vista al mar, me levante de mi cama y me senté sobre la orilla de ella y me tome el rostro con ambas manos, intentando quitarme la flojera a causa de todo el tiempo que estuve dormido, después de unos minutos me puse de pie y camine hasta la ventana que se encontraba justamente delante de mi, asome mi rostro sobre la ventana para recibir la brisa fresca del mar golpeando contra el casco del barco y terminando por mojar mi desnudo pecho, esto era vida, por lo que me había adentrado a los mares.
después de unos segundos de estar observando el mar, me retire de la ventana y me dirigí a mi escritorio, estaba muy desordenado con papeles y mapas por todo el escritorio, recogí un poco el lugar, aun que no era típico de mi, en este momento, escuche, tierra, tierra. Tome una camisa y me la puse, después tome mi capa negra, cubriéndome desde la cabeza hasta los tobillos y así ocultar mi identidad, me dirigí a la puerta y la abrí para luego salir y recorre un largo pasillo con unas escaleras al final de el y así subir a la cubierta del barco, al subir a la cubierta, el sol golpeo en mi capa, di una rápida mirada a mi alrededor y ahí, se encontraba mi tripulación diciendo tierra, tierra, camine a la orilla del barco, ¿que isla es esta?.Es la isla Syrup, señor y nos dirigimos a la playa, es el único punto para entrar en esta isla.
solo nos bastaron unos minutos para poder llegar a la playa, todos, muy bien, iremos al pueblo de esta isla y nos reabasteseremos de comida y bebida, después nos iremos de aquí., salí del barco rumbo al pueblo y me di cuanta que no heramos los únicos que acabamos de llegar a esta isla, pues sobre la arena se encontraban huellas al parecer ser recientes, a lo lejos observe a una chica tal ves dirigiéndose al pueblo también,mientras me alejaba de mis hombres, pues solo quería tener unos minutos a solas, al no conocer el lugar, decidí seguir a la chica con una distancia considerable para que no notara mi presencia.
después de unos segundos de estar observando el mar, me retire de la ventana y me dirigí a mi escritorio, estaba muy desordenado con papeles y mapas por todo el escritorio, recogí un poco el lugar, aun que no era típico de mi, en este momento, escuche, tierra, tierra. Tome una camisa y me la puse, después tome mi capa negra, cubriéndome desde la cabeza hasta los tobillos y así ocultar mi identidad, me dirigí a la puerta y la abrí para luego salir y recorre un largo pasillo con unas escaleras al final de el y así subir a la cubierta del barco, al subir a la cubierta, el sol golpeo en mi capa, di una rápida mirada a mi alrededor y ahí, se encontraba mi tripulación diciendo tierra, tierra, camine a la orilla del barco, ¿que isla es esta?.Es la isla Syrup, señor y nos dirigimos a la playa, es el único punto para entrar en esta isla.
solo nos bastaron unos minutos para poder llegar a la playa, todos, muy bien, iremos al pueblo de esta isla y nos reabasteseremos de comida y bebida, después nos iremos de aquí., salí del barco rumbo al pueblo y me di cuanta que no heramos los únicos que acabamos de llegar a esta isla, pues sobre la arena se encontraban huellas al parecer ser recientes, a lo lejos observe a una chica tal ves dirigiéndose al pueblo también,mientras me alejaba de mis hombres, pues solo quería tener unos minutos a solas, al no conocer el lugar, decidí seguir a la chica con una distancia considerable para que no notara mi presencia.
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Akuma no mi
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~El sonido del mar a mis espaldas, la suave sensación de sentir el viento acariciando mis mejillas y alborotar ligeramente los mechones de mi cabello, mi parasol que me proporcionaba una fresca sombra ante el ardiente sol del medio día, junto con mis pasos serenos y cortos, creaban la combinación perfecta como para ponerme de muy buen humor, aun cuando mi expresión era seria casi rayando con lo "frío".
Una mariposa multicolor de papel volvió a mí, aleteando juguetona a mí alrededor, yo misma la estaba controlando y la verdad era que me sentía algo sola, pues el viaje había sido largo y aburrido, por lo que necesitaba distraerme con algo más que el paisaje, que a pesar de ser hermoso, me era muy aburrido. Todo en el east blue era calma y serenidad, y me gustaba mucho este estilo de vida, pero platicando con algunos de los prisioneros que hice, me contaban sobre grandes viajes, paisajes y criaturas que solo podían encontrarse en el Grand Line, de alguna forma eso me emocionaba, pero prefería llevar una vida tranquila, así que nunca me atreví siquiera a acercarme a Loguetown, pues era un lugar peligroso también, porque ahí llegaban los mejores piratas del East.
Finalmente subí toda la cuesta, y me dí media vuelta para contemplar el oceano, pero grande fue mi sorpresa al ver como un encapuchado me estaba siguiendo a la distancia, y en la playa había un barco muy grande atracado con gente bajando y alistándose. Abrí los ojos sorprendida, ¿acaso eran invasores a la isla?. La mariposa multicolor se posó en la muñeca de mi mano con la cual sostenía el parasol. Traté de disimular mi asombro y entrecerré los ojos.
-¿Quien eres y cuál es tu objetivo en esta isla?-Le cuestioné, casi ordenandole que me respondiera a mis preguntas. Mi voz no era muy potente, pero por la forma de la pendiente y los acantilados a los costados del camino mi voz de "amplificaba" pues las ondas sonoras rebotaban y no viajaban en todas direcciones.
Estaba muy nerviosa, pues al parecer me estaba metiendo con alguien con quien no debía. Las mariposas que se dispersaron al desbaratarse mi barco, no estaban lejos, esperaban cerca de los acantilados del camino pero sin dejarse ver, por si llegaba a surgir la necesidad de algún combate, aunque en realidad las usaría de distracción para poder huir.
Una mariposa multicolor de papel volvió a mí, aleteando juguetona a mí alrededor, yo misma la estaba controlando y la verdad era que me sentía algo sola, pues el viaje había sido largo y aburrido, por lo que necesitaba distraerme con algo más que el paisaje, que a pesar de ser hermoso, me era muy aburrido. Todo en el east blue era calma y serenidad, y me gustaba mucho este estilo de vida, pero platicando con algunos de los prisioneros que hice, me contaban sobre grandes viajes, paisajes y criaturas que solo podían encontrarse en el Grand Line, de alguna forma eso me emocionaba, pero prefería llevar una vida tranquila, así que nunca me atreví siquiera a acercarme a Loguetown, pues era un lugar peligroso también, porque ahí llegaban los mejores piratas del East.
Finalmente subí toda la cuesta, y me dí media vuelta para contemplar el oceano, pero grande fue mi sorpresa al ver como un encapuchado me estaba siguiendo a la distancia, y en la playa había un barco muy grande atracado con gente bajando y alistándose. Abrí los ojos sorprendida, ¿acaso eran invasores a la isla?. La mariposa multicolor se posó en la muñeca de mi mano con la cual sostenía el parasol. Traté de disimular mi asombro y entrecerré los ojos.
-¿Quien eres y cuál es tu objetivo en esta isla?-Le cuestioné, casi ordenandole que me respondiera a mis preguntas. Mi voz no era muy potente, pero por la forma de la pendiente y los acantilados a los costados del camino mi voz de "amplificaba" pues las ondas sonoras rebotaban y no viajaban en todas direcciones.
Estaba muy nerviosa, pues al parecer me estaba metiendo con alguien con quien no debía. Las mariposas que se dispersaron al desbaratarse mi barco, no estaban lejos, esperaban cerca de los acantilados del camino pero sin dejarse ver, por si llegaba a surgir la necesidad de algún combate, aunque en realidad las usaría de distracción para poder huir.
Killer Shadow
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la isla era muy tranquila, hasta el momento no había tenido ningún avistamiento hostil por parte de los ciudadanos de la isla, la brisa del mar golpeaba mi capa y la agitaba fuerte mente, el lugar era muy común, nada que no hubiera visto en otra isla, mas que por gusto por necesidad tuvimos que parar en esta isla, por un poco de comida, jamas había estado aquí y no planeaba volver en un buen tiempo, quizás nunca. Mientras continuaba caminando detrás de esa chica, algo me llego a la mente ¿como es que esta chica llego a la isla, si en la playa no hay barcos?, solo tengo una idea de como llego, debe de ser poseedora de una akuma, ¿pero de que tipo?, ahora que esta idea rondaba por mi cabeza, no podría confiarme de ella, tal ves seria peligrosa, voltee mi cabeza y con un movimiento de manos, detuve el paso de mis hombres que se alistaba para seguirme justo detrás de mi.
mi tripulación me vio y sin pero alguno, obedecieron, alejándose del lugar, lo mas rápido posible, camine un poco mas detrás de esa chica, esta ves mas atento a cualquier posible ataque de su parte, pues no debería de bajar la guardia en estos instantes, la chica subió la cuesta que se encontraba frente a mi y se dio la vuelta, quedando de frente a nosotros, ahora, debía de defender a mi tripulación, si ella intentaba atacar, pero lo único que hizo fue cuestionarme, el motivo por el cual yo estaba en esta isla y quien era. Son muchas preguntas para una dama solitaria como usted, la chica era hermosa, un color de pelo azulado, que jamas había visto en mi vida y unos ojos que denotaban un poco de soledad y su apariencia parecía muy fría, ella no dudaría en atacar si se siente en problemas.
me llamo killer shadow y solo estamos de pasada por aquí, necesitamos comida para continuar con nuestro viaje, después de haber mencionado estas palabras con una voz fría, mientras continuaba ocultando mi rostro en la obscuridad de mi capa. Durante unos segundos observe todo a mi alrededor, y note algo muy caracteristico de ella en ese momento, una mariposa multicolores, salio de la nada y se poso sobre su mano, normalmente estos animales se alejan de las personas, pero esta mariposa fue a ella y se poso sobre su mano, manteniéndose ahí. Tu ¿quien eres y que haces aquí?
en este instante una ráfaga de viento paso por el lugar, alborotando toda la vegetación en el lugar y al mismo tiempo mi capa, la cual parecía bailar al ritmo de la vegetación, a causa del viento, mientras esperaba su respuesta, mi tripulación solo observaba, la situación a lo lejos, retirados de todo peligro, al mismo tiempo retome mi camino directo a ella.
mi tripulación me vio y sin pero alguno, obedecieron, alejándose del lugar, lo mas rápido posible, camine un poco mas detrás de esa chica, esta ves mas atento a cualquier posible ataque de su parte, pues no debería de bajar la guardia en estos instantes, la chica subió la cuesta que se encontraba frente a mi y se dio la vuelta, quedando de frente a nosotros, ahora, debía de defender a mi tripulación, si ella intentaba atacar, pero lo único que hizo fue cuestionarme, el motivo por el cual yo estaba en esta isla y quien era. Son muchas preguntas para una dama solitaria como usted, la chica era hermosa, un color de pelo azulado, que jamas había visto en mi vida y unos ojos que denotaban un poco de soledad y su apariencia parecía muy fría, ella no dudaría en atacar si se siente en problemas.
me llamo killer shadow y solo estamos de pasada por aquí, necesitamos comida para continuar con nuestro viaje, después de haber mencionado estas palabras con una voz fría, mientras continuaba ocultando mi rostro en la obscuridad de mi capa. Durante unos segundos observe todo a mi alrededor, y note algo muy caracteristico de ella en ese momento, una mariposa multicolores, salio de la nada y se poso sobre su mano, normalmente estos animales se alejan de las personas, pero esta mariposa fue a ella y se poso sobre su mano, manteniéndose ahí. Tu ¿quien eres y que haces aquí?
en este instante una ráfaga de viento paso por el lugar, alborotando toda la vegetación en el lugar y al mismo tiempo mi capa, la cual parecía bailar al ritmo de la vegetación, a causa del viento, mientras esperaba su respuesta, mi tripulación solo observaba, la situación a lo lejos, retirados de todo peligro, al mismo tiempo retome mi camino directo a ella.
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~Traté de observar a mi oponente, pero la verdad era que con ese aspecto tan misterioso no podía saber nada de el, era alto, más alto que yo sin lugar a dudas. Pero esa capa le cubría el cuerpo entero, no sabía si escondía armas, químicos o algún peligro para mí. La duda me dejaba con una inquietud que me comía por dentro. Pronto dio la primera repuesta, diciendo que eran muchas preguntas para una dama solitaria. Arqueé una ceja y torcí la boca, ¿qué tenía que ver el hecho de viajar sola con mis preguntas?, seguro era algún pirata borracho que no sabía ni lo que estaba diciendo.
Después de su primera respuesta, al fin dio con la respuesta a la pregunta que yo le había hecho, el tipo se hacía llamar "Kiiller Shadow", o traducido al español, "Sombra Asesina". Con eso corroboré que estaba en problemas, aun cuando dijo que solo venían por alimentos y demás suministros, seguramente querían saquear la isla y yo no podía permitirlo. Tras unos segundos de un silencio muy incomodo, me cuestionó quien era yo y que hacía en la isla. Decidí no contestarle y un viento algo fuerte, proveniente del mar, agitó todo en el lugar, aunque a mí solo me desacomodó algunos mechones de mi azul cabello. Quizás me había metido en un problema, no lo sabía, pero el hombre retomó su camino hacía mi y la isla.
-¡No avances ni un paso más!-Le grité asustada, pero también con aires de molestia, sentía mi espacio personal y la isla invadidos, por ello reaccioné ya de forma agresiva.
Desde los acantilados, montones de mariposas de todos los colores aparecieron como una horda de pequeños guerreros, volando acaloradamente hacía los piratas. ¿Mariposas, que peligro tienen?. Pero cuando finalmente se toparon con los piratas, muchas se deshicieron, extendiéndose en grandes pliegos que capturaron sus cabezas enteras, creando "mascaras" pero sin orificios para respirar. Los hombres trataban de quitárselas, pero las mariposas hacían lo mismo con sus manos, volviéndolas "puños" de papel, incapaces de arrancar nada. El encapuchado estaba más cerca de mí que de su banda, así que poco podía hacer para rescatar a sus colegas si no poseía supervelocidad. De mi espalda comenzaron a surgir montones de papelitos blancos, acomodándose de manera rápida y efectiva, hasta formar unas enormes alas blancas, que con un par de aleteos me separaron del suelo, elevándome varios metro en el aire para mantenerme a raya de su alcance y poder esquivarle. Mi parasol inmediatamente se desbarató pues yo no podía mantener tantas técnicas al mismo tiempo aun, y mucho me estaba costando con las alas y las "mascaras" de los piratas. Ya no podía hacer ni una técnica más de momento, pero eso no tenía que saberlo mi rival
-Yo soy Azuka, y esta isla es hogar de una amiga mía y no permitiré que roben o destruyan nada de aquí.-Le respondí desde el cielo, al tiempo que mis alas se movían majestuosamente para mantenerme en el aire.-Tus nakamas morirán asfixiados si no les quito de encima esas mascaras de papel, así que rindete de toda intención hostil que tengan y dejen esta isla tranquila... Si quieren suministros, ve y trae el dinero suficiente para comprarlos, quiero verlo yo misma.-Amenacé, pero mostraba algo de nervios en mi voz. No sabía como actuaría este tipo, pero esperaba por mi bien, que si se rindiera pues si no lo hacía significaba que era alguien terriblemente fuerte.
Después de su primera respuesta, al fin dio con la respuesta a la pregunta que yo le había hecho, el tipo se hacía llamar "Kiiller Shadow", o traducido al español, "Sombra Asesina". Con eso corroboré que estaba en problemas, aun cuando dijo que solo venían por alimentos y demás suministros, seguramente querían saquear la isla y yo no podía permitirlo. Tras unos segundos de un silencio muy incomodo, me cuestionó quien era yo y que hacía en la isla. Decidí no contestarle y un viento algo fuerte, proveniente del mar, agitó todo en el lugar, aunque a mí solo me desacomodó algunos mechones de mi azul cabello. Quizás me había metido en un problema, no lo sabía, pero el hombre retomó su camino hacía mi y la isla.
-¡No avances ni un paso más!-Le grité asustada, pero también con aires de molestia, sentía mi espacio personal y la isla invadidos, por ello reaccioné ya de forma agresiva.
Desde los acantilados, montones de mariposas de todos los colores aparecieron como una horda de pequeños guerreros, volando acaloradamente hacía los piratas. ¿Mariposas, que peligro tienen?. Pero cuando finalmente se toparon con los piratas, muchas se deshicieron, extendiéndose en grandes pliegos que capturaron sus cabezas enteras, creando "mascaras" pero sin orificios para respirar. Los hombres trataban de quitárselas, pero las mariposas hacían lo mismo con sus manos, volviéndolas "puños" de papel, incapaces de arrancar nada. El encapuchado estaba más cerca de mí que de su banda, así que poco podía hacer para rescatar a sus colegas si no poseía supervelocidad. De mi espalda comenzaron a surgir montones de papelitos blancos, acomodándose de manera rápida y efectiva, hasta formar unas enormes alas blancas, que con un par de aleteos me separaron del suelo, elevándome varios metro en el aire para mantenerme a raya de su alcance y poder esquivarle. Mi parasol inmediatamente se desbarató pues yo no podía mantener tantas técnicas al mismo tiempo aun, y mucho me estaba costando con las alas y las "mascaras" de los piratas. Ya no podía hacer ni una técnica más de momento, pero eso no tenía que saberlo mi rival
-Yo soy Azuka, y esta isla es hogar de una amiga mía y no permitiré que roben o destruyan nada de aquí.-Le respondí desde el cielo, al tiempo que mis alas se movían majestuosamente para mantenerme en el aire.-Tus nakamas morirán asfixiados si no les quito de encima esas mascaras de papel, así que rindete de toda intención hostil que tengan y dejen esta isla tranquila... Si quieren suministros, ve y trae el dinero suficiente para comprarlos, quiero verlo yo misma.-Amenacé, pero mostraba algo de nervios en mi voz. No sabía como actuaría este tipo, pero esperaba por mi bien, que si se rindiera pues si no lo hacía significaba que era alguien terriblemente fuerte.
kisho
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estaba en mi pequeño cuarto, apenas alumbrado por una pequeña vela pero sin ningún acceso para luz como alguna venta, me encontraba sentado sobre una pequeña silla afilando mi querida espada, esta arma me había acompañado desde que tenia 10 años de edad y con ella había matado a innumerables piratas, mi abdomen perfectamente marcado se reflejaba al no tener una camisa sobre mi, al mimo tiempo que los ejercitaba un poco al afilar mi arma, haciendo movimientos repetitivos, siempre me a gustado la obscuridad y estar solo pero desde que encontré esta tripulación me sentí identificado, con el capitán killer y sus propósitos, tierra, tierra. Escuche a los marines alborotándose, lo pude identificar por los pasos que se escuchaban en la cubierta, no tenia intensiones de salir del barco y como era de costumbre yo me quedaría dentro.
Escuche el rechinar de las escaleras, como si alguien subiera a cubierta, seguramente seria el capitán, tome mi capa roja, envolviéndome en ella, me coloque mis lentes negros, típicos de mi a continuación cargue mi enorme y pesada espada, con mi mano derecha y de un solo movimiento la coloque sobre mi espalda, para después salir justamente detrás del capitán dirigiéndome a cubierta, a paso lento, me distraje por un momento y me dirigí a la cocina del barco, mi santuario al ser yo el cocinero de la tripulación, sobre la mesa solamente un poco de fruta nada mas, así que este es el motivo por el cual nos detenemos, abastecernos de comida y bebida., me senté sobre la mesa mientras reflexionaba, en la inmensa soledad de ese lugar, perdí la noción del tiempo, mientras permanecía en la cocina, algo me saco de trance.
los gritos, de los marines se escuchaban afuera, justamente en la playa, pero estos no eran los típicos gritos de fiesta y alegría a los que estaba acostumbrado escuchar, eran gritos de desesperación, me levante de la mesa de un solo movimiento y corrí hasta subir las escaleras, logrando subir a la cubierta del barco, las velas del barco estaban recogidas, a mi alrededor no había nadie mas que yo, me dirigí a la orilla del barco y observe que toda la tripulación era atacada por una especie de papel o algo por el estilo, asfixiando a la tripulación, metros mas adelante se encentraba el capitán killer y de frente a el pero en el cielo, una chica, ¿un ángel, que esta pasando aquí?, di un salto saliendo del barco para dirigirme a killer, pero los demás me necesitaban, tuve que tomar una decisión y me quede junto a mis compañeros, comience a transparentar mi cuerpo hasta convertirme en vapor, por completo, de esta forma me podía mover mucho mas rápido, que siendo físico, avance por todo el lugar creando un campo de vapor, humedeciendo el papel y después romperlos con mi espada, con una increíble exactitud.
nadie se mete con la tripulación de YIYU NO WHASHI y vive para contarlo.
coloque mi espada sobre mi espalda y me quite mi capa roja dejando a la vista mi bien formado cuerpo y un enorme tatuaje que ocupaba todo mi frente, pecho abdomen, una águila de dos cabezas, símbolo de la tripulación. Me dispuse a volar, gracias a mi akuma, impulsándome por los cielo, estaba dispuesta a matarla, esto no se lo perdonaría, fuera un ángel o no, hoy moriría aun que no podía creer por que killer no había terminado con ella aun, jamas había dejado vivir a alguien por tanto tiempo, tal ves uso algún truco con el.
Escuche el rechinar de las escaleras, como si alguien subiera a cubierta, seguramente seria el capitán, tome mi capa roja, envolviéndome en ella, me coloque mis lentes negros, típicos de mi a continuación cargue mi enorme y pesada espada, con mi mano derecha y de un solo movimiento la coloque sobre mi espalda, para después salir justamente detrás del capitán dirigiéndome a cubierta, a paso lento, me distraje por un momento y me dirigí a la cocina del barco, mi santuario al ser yo el cocinero de la tripulación, sobre la mesa solamente un poco de fruta nada mas, así que este es el motivo por el cual nos detenemos, abastecernos de comida y bebida., me senté sobre la mesa mientras reflexionaba, en la inmensa soledad de ese lugar, perdí la noción del tiempo, mientras permanecía en la cocina, algo me saco de trance.
los gritos, de los marines se escuchaban afuera, justamente en la playa, pero estos no eran los típicos gritos de fiesta y alegría a los que estaba acostumbrado escuchar, eran gritos de desesperación, me levante de la mesa de un solo movimiento y corrí hasta subir las escaleras, logrando subir a la cubierta del barco, las velas del barco estaban recogidas, a mi alrededor no había nadie mas que yo, me dirigí a la orilla del barco y observe que toda la tripulación era atacada por una especie de papel o algo por el estilo, asfixiando a la tripulación, metros mas adelante se encentraba el capitán killer y de frente a el pero en el cielo, una chica, ¿un ángel, que esta pasando aquí?, di un salto saliendo del barco para dirigirme a killer, pero los demás me necesitaban, tuve que tomar una decisión y me quede junto a mis compañeros, comience a transparentar mi cuerpo hasta convertirme en vapor, por completo, de esta forma me podía mover mucho mas rápido, que siendo físico, avance por todo el lugar creando un campo de vapor, humedeciendo el papel y después romperlos con mi espada, con una increíble exactitud.
nadie se mete con la tripulación de YIYU NO WHASHI y vive para contarlo.
coloque mi espada sobre mi espalda y me quite mi capa roja dejando a la vista mi bien formado cuerpo y un enorme tatuaje que ocupaba todo mi frente, pecho abdomen, una águila de dos cabezas, símbolo de la tripulación. Me dispuse a volar, gracias a mi akuma, impulsándome por los cielo, estaba dispuesta a matarla, esto no se lo perdonaría, fuera un ángel o no, hoy moriría aun que no podía creer por que killer no había terminado con ella aun, jamas había dejado vivir a alguien por tanto tiempo, tal ves uso algún truco con el.
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~El misterioso hombre de la capucha no respondió a mis palabras y se quedó ahí de pie, eso me daba mala espina y me hizo sentir en problemas. Dirigí mi vista al barco, donde una cortina de "humo" se estaba formando de la nada, entrecerré los ojos y me dí cuenta de que esa cosa era Vapor, material que debilitaba mi papel normal, pues se humedecía y perdía fuerza, por lo que yo no pude controlar más las "mascaras" y estas se desintegraron.
-¿Así que por eso no hiciste nada?, debí suponerlo... De igual manera no dejare que le hagan nada a esta isla.-Dije amenazante para el hombre de la capucha, su forma de ser tan misteriosa hacía que me diera miedo, si sus tripulantes habían conseguido librarme tan fácil, el podía hacerlo también. Miré hacía atrás, el pueblo estaba tan tranquilo y radiante como siempre, sin inmutarse que había invasores. Me mordí el labio inferior, no podía dejar pasar a estos bandidos.
Pronto comenzó a volar alguien, propulsándose con vapor por el cielo. Era un hombre de apariencia robusta, un fisico muy marcado y en su espalda llevaba cargando una espada de grandes dimensiones. Apreté mis dientes, y en un resignado suspiro dejé escapar una palabra.-Logia...-Murmuré. Mis alas en ningún momento dejaron de moverse, teniéndome en el mismo punto en el cielo. Despues ebocé una pequeña sonrisa confiada, esperaba que mi plan diera resultar.
-Kami Sulfuru. (Papel Sulfurizado)-Dije, colocando mis dos manos al frente con los brazos bien extendidos. En el mundo existen muchos tipos de papeles, algunos son fácil enrollarlos y son absorbentes, como el papel higiénico o los pañuelos, mientras que otros papeles son más "rígidos" y no tienen propiedades tan absorbentes, como lo son las hojas de los cuadernos, cada "tipo" de papel tenía sus propiedades y sus nombres, y yo estaba por emplear uno bastante útil para aguas y vapores. El "papel sulfurizado" era un papel con una gran impermeabilidad ante cuerpos grasos y líquidos en general, de hecho mis botes de papel, en su base, los hacía con este tipo de papel al ser "inmunes" al agua, permitiéndome navegar con seguridad, pero solo lo usaba en viajes superiores a las cinco horas, pues aun me era difícil crearlo. Sin embargo, otra ventaja del "papel sulfurizado" era su alta resistencia al agua aun en ebullición, es decir, que el vapor no era problema para este tipo de papel.Todo esto lo sabía gracias a que mi oficio siempre ha sido el origami y los adornos florales, conocía bien todos los tipos de papel para las situaciones que se me presentaran.
A sabiendas de que mis oponentes no tendrían ni la menor idea de este tipo de datos al igual que el resto de las personas, pues el papel siempre es muy subestimado e infravalorado en todos los aspectos, me dispuse a realizar mi ataque más poderoso de momento, pues nunca había entrenado mis habilidades para pelea, solo las usaba para mi trabajo y una que otra emboscada muy bien elaborada, y este momento no era ninguno de los dos casos.
-Kami Sulfuru no Shuriken.-Exclamé. Puse mis brazos delante de mi torso, formando una "x" con ellos. Mis alas comenzaron a aletear de manera más continua e incluso de manera agresiva. Con cada aleteo surgían varias shurikens blancas de papel sulfurizado, disparadas en todos los sentidos, buscando atacar al hombre que estaba en la cuesta, al que venía volando hacía mí y a la tripulación detrás de el, con aquella "lluvia" esperaba poder hacer algo, pues yo no podía hacer más. Esperaba el logia de vapor se confiara y sobrevalorara su "intangibilidad", pues todo elemento tiene su debilidad y aun sin ser usuario del Haki o el Kairoseki, un usuario de Paramecia o incluso sin tener fruta, podía llegar a herir a un tipo Logia, como fue el caso de Luffy contra Enel, al ser un chico de goma podía golpear al logia de "rayo", porque la goma no se ve afectada con la electricidad, mi ataque tenía el mismo principio básico, el papel sulfurizado no se ve afectado por el agua o vapor y por lo tanto había la posibilidad de herirle.
-¿Así que por eso no hiciste nada?, debí suponerlo... De igual manera no dejare que le hagan nada a esta isla.-Dije amenazante para el hombre de la capucha, su forma de ser tan misteriosa hacía que me diera miedo, si sus tripulantes habían conseguido librarme tan fácil, el podía hacerlo también. Miré hacía atrás, el pueblo estaba tan tranquilo y radiante como siempre, sin inmutarse que había invasores. Me mordí el labio inferior, no podía dejar pasar a estos bandidos.
Pronto comenzó a volar alguien, propulsándose con vapor por el cielo. Era un hombre de apariencia robusta, un fisico muy marcado y en su espalda llevaba cargando una espada de grandes dimensiones. Apreté mis dientes, y en un resignado suspiro dejé escapar una palabra.-Logia...-Murmuré. Mis alas en ningún momento dejaron de moverse, teniéndome en el mismo punto en el cielo. Despues ebocé una pequeña sonrisa confiada, esperaba que mi plan diera resultar.
-Kami Sulfuru. (Papel Sulfurizado)-Dije, colocando mis dos manos al frente con los brazos bien extendidos. En el mundo existen muchos tipos de papeles, algunos son fácil enrollarlos y son absorbentes, como el papel higiénico o los pañuelos, mientras que otros papeles son más "rígidos" y no tienen propiedades tan absorbentes, como lo son las hojas de los cuadernos, cada "tipo" de papel tenía sus propiedades y sus nombres, y yo estaba por emplear uno bastante útil para aguas y vapores. El "papel sulfurizado" era un papel con una gran impermeabilidad ante cuerpos grasos y líquidos en general, de hecho mis botes de papel, en su base, los hacía con este tipo de papel al ser "inmunes" al agua, permitiéndome navegar con seguridad, pero solo lo usaba en viajes superiores a las cinco horas, pues aun me era difícil crearlo. Sin embargo, otra ventaja del "papel sulfurizado" era su alta resistencia al agua aun en ebullición, es decir, que el vapor no era problema para este tipo de papel.Todo esto lo sabía gracias a que mi oficio siempre ha sido el origami y los adornos florales, conocía bien todos los tipos de papel para las situaciones que se me presentaran.
A sabiendas de que mis oponentes no tendrían ni la menor idea de este tipo de datos al igual que el resto de las personas, pues el papel siempre es muy subestimado e infravalorado en todos los aspectos, me dispuse a realizar mi ataque más poderoso de momento, pues nunca había entrenado mis habilidades para pelea, solo las usaba para mi trabajo y una que otra emboscada muy bien elaborada, y este momento no era ninguno de los dos casos.
-Kami Sulfuru no Shuriken.-Exclamé. Puse mis brazos delante de mi torso, formando una "x" con ellos. Mis alas comenzaron a aletear de manera más continua e incluso de manera agresiva. Con cada aleteo surgían varias shurikens blancas de papel sulfurizado, disparadas en todos los sentidos, buscando atacar al hombre que estaba en la cuesta, al que venía volando hacía mí y a la tripulación detrás de el, con aquella "lluvia" esperaba poder hacer algo, pues yo no podía hacer más. Esperaba el logia de vapor se confiara y sobrevalorara su "intangibilidad", pues todo elemento tiene su debilidad y aun sin ser usuario del Haki o el Kairoseki, un usuario de Paramecia o incluso sin tener fruta, podía llegar a herir a un tipo Logia, como fue el caso de Luffy contra Enel, al ser un chico de goma podía golpear al logia de "rayo", porque la goma no se ve afectada con la electricidad, mi ataque tenía el mismo principio básico, el papel sulfurizado no se ve afectado por el agua o vapor y por lo tanto había la posibilidad de herirle.
Crimson
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Akuma no mi
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Un niño estaba en mitad del camino golpeando con un palo a un hombre tendido en el suelo, sin pantalones y vestido con un tutú rosa en lugar de llevar éstos junto a sobrero vaquero a juego. Una y otra vez le golpeaba con el trozo de madera en la espalda. El hombre del suelo se levantaba poco a poco debido a los repetidos y continuos toques que recibía en la zona baja de la espalda por parte del crío. Se despertó con la cabeza adolorida, le daba vueltas y estaba un poco mareado.
Se sentó en el camino de tierra. El niño dejó de molestarle. Abrió los ojos y pudo ver a ese infante delante suyo, le había despertado y no sabía por qué yacía en el suelo, ni por qué no se acordaba de nada.
-Una noche dura ¿eh?-dijo el niño.-
-Supongo que sí porque no me acuerdo de nada-respondió con la mano en la cabeza.-No sabrás porqué estoy aquí ¿verdad?.-
-Cuando yo llegué estabas ya en el suelo oliendo a alcohol con este olor a alcohol-dijo.-
-Mierda, esperaba que tú me lo dijeras-contestó.-
Se levantó aún con la cabeza adolorida y con la mano sobre la frente. Al incorporarse pudo observar que tenía puesto el tutú rosa, y el sombrero, además se dio cuenta de que olía a alcohol. Seguramente abría sido otra de sus locas noches de juerga y diversión. Por lo que podía observar había sido de las intensas. No sabía ni la hora. Levantó la vista, ignorando al chaval, y por el sol debía de ser mediodía o pasado ligeramente. Bajó la mirada moviendo la cabeza hacia los lados, buscando su ropa habitual y no la que llevaba en ese momento.
Cerca, encima de un árbol colgaban sus pantalones y en la base del tronco estaba su abrigo. El niño continuaba observándole. Él en cambio lo ignoraba totalmente. Caminó un poco hasta el árbol para coger su ropa, recogiendo la del suelo y saltando un poco para coger la de la rama. Se quitó el tutú y aunque se quedó con el sombrero rosa, y se cambió sin ningún pudor de ser observado.
-¿Qué haces?, no te desnudes delante mío-gritó el niño.-
-¡Oh, Cállate!-respondió.- Vete a jugar por ahí, no me eres de utilidad.-
El niño se fue corriendo, Stinger no vio hacia dónde, no le importaban los críos. Al contemplar el árbol con más tranquilidad pudo ver que era un naranjo y las frutas parecían estar en su punto. Al coger su abrigo recuperó sus armas, así que lanzó unos cuantos cuchillos para bajar las naranjas. Cayeron cinco, las recogió, las peló sin mucho cuidado y se las comió. El ácido cítrico de éstas camuflaba el olor a alcohol.
Al acabarlas, tenía ganas de saber dónde estaba, cosa bastante lógica, su memoria después de sus intensas borracheras era débil. al menos esperaba no haber hecho nada raro con otros hombres. Empezó a caminar hascia la costa, así también podría coger algún barco dónde colarse o encontrar el suyo, Red Love Machine, así se reencotraría con su tripulación, o no.
No tardó mucho en llegar desde lejos se podía escuchar algo. Sonaba como un combate. Al acercarse más pudo observar como estaban dos hombres y una mujer con el pelo azul. Al parecer era un dos contra uno y la que iba en desventaja era la mujer. La situación despertó en Stinger su lado caballeroso, si es que tenía un lado así, debía ayudar a la damisela en apuros.
-Vaya, vaya, vaya... pero si es mi amiguito el encapuchado que me lo encuentro en todos lados-dijo muy alto. ¿Pero qué haces aqui?.-
Stinger siguió caminado hasta él, quitándose su sombrero vaquero rosa y colocándoselo encima de su capucha. Después prosiguió con su camino ignorando la posible respuesta de este, aunque estaba atento por si se le ocurría atacarle por la espalda. Se detuvo delante de los que estaban combatiendo. Ella usaba papel y el otro una especie de gas, vapor a algo por el estilo. No le tomaba demasiada importancia.
-¿No os parece poco elegante ser dos contra una damisela?-dijo interrumpiendo su "fiesta".-
Un niño estaba en mitad del camino golpeando con un palo a un hombre tendido en el suelo, sin pantalones y vestido con un tutú rosa en lugar de llevar éstos junto a sobrero vaquero a juego. Una y otra vez le golpeaba con el trozo de madera en la espalda. El hombre del suelo se levantaba poco a poco debido a los repetidos y continuos toques que recibía en la zona baja de la espalda por parte del crío. Se despertó con la cabeza adolorida, le daba vueltas y estaba un poco mareado.
Se sentó en el camino de tierra. El niño dejó de molestarle. Abrió los ojos y pudo ver a ese infante delante suyo, le había despertado y no sabía por qué yacía en el suelo, ni por qué no se acordaba de nada.
-Una noche dura ¿eh?-dijo el niño.-
-Supongo que sí porque no me acuerdo de nada-respondió con la mano en la cabeza.-No sabrás porqué estoy aquí ¿verdad?.-
-Cuando yo llegué estabas ya en el suelo oliendo a alcohol con este olor a alcohol-dijo.-
-Mierda, esperaba que tú me lo dijeras-contestó.-
Se levantó aún con la cabeza adolorida y con la mano sobre la frente. Al incorporarse pudo observar que tenía puesto el tutú rosa, y el sombrero, además se dio cuenta de que olía a alcohol. Seguramente abría sido otra de sus locas noches de juerga y diversión. Por lo que podía observar había sido de las intensas. No sabía ni la hora. Levantó la vista, ignorando al chaval, y por el sol debía de ser mediodía o pasado ligeramente. Bajó la mirada moviendo la cabeza hacia los lados, buscando su ropa habitual y no la que llevaba en ese momento.
Cerca, encima de un árbol colgaban sus pantalones y en la base del tronco estaba su abrigo. El niño continuaba observándole. Él en cambio lo ignoraba totalmente. Caminó un poco hasta el árbol para coger su ropa, recogiendo la del suelo y saltando un poco para coger la de la rama. Se quitó el tutú y aunque se quedó con el sombrero rosa, y se cambió sin ningún pudor de ser observado.
-¿Qué haces?, no te desnudes delante mío-gritó el niño.-
-¡Oh, Cállate!-respondió.- Vete a jugar por ahí, no me eres de utilidad.-
El niño se fue corriendo, Stinger no vio hacia dónde, no le importaban los críos. Al contemplar el árbol con más tranquilidad pudo ver que era un naranjo y las frutas parecían estar en su punto. Al coger su abrigo recuperó sus armas, así que lanzó unos cuantos cuchillos para bajar las naranjas. Cayeron cinco, las recogió, las peló sin mucho cuidado y se las comió. El ácido cítrico de éstas camuflaba el olor a alcohol.
Al acabarlas, tenía ganas de saber dónde estaba, cosa bastante lógica, su memoria después de sus intensas borracheras era débil. al menos esperaba no haber hecho nada raro con otros hombres. Empezó a caminar hascia la costa, así también podría coger algún barco dónde colarse o encontrar el suyo, Red Love Machine, así se reencotraría con su tripulación, o no.
No tardó mucho en llegar desde lejos se podía escuchar algo. Sonaba como un combate. Al acercarse más pudo observar como estaban dos hombres y una mujer con el pelo azul. Al parecer era un dos contra uno y la que iba en desventaja era la mujer. La situación despertó en Stinger su lado caballeroso, si es que tenía un lado así, debía ayudar a la damisela en apuros.
-Vaya, vaya, vaya... pero si es mi amiguito el encapuchado que me lo encuentro en todos lados-dijo muy alto. ¿Pero qué haces aqui?.-
Stinger siguió caminado hasta él, quitándose su sombrero vaquero rosa y colocándoselo encima de su capucha. Después prosiguió con su camino ignorando la posible respuesta de este, aunque estaba atento por si se le ocurría atacarle por la espalda. Se detuvo delante de los que estaban combatiendo. Ella usaba papel y el otro una especie de gas, vapor a algo por el estilo. No le tomaba demasiada importancia.
-¿No os parece poco elegante ser dos contra una damisela?-dijo interrumpiendo su "fiesta".-
- sombrero:
Killer Shadow
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Akuma no mi
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esa chica, había demostrado su habilidad, era algo parecido al papel, una akuma muy extraña, pero no imposible de detener, detrás de mi toda mi tripulación se encontraba en problemas, pero no planeaba dar un paso atrás, por ningún motivo, sabia que mi tripulación se las arreglaran de alguna forma, así que no me preocupe ni un momento por ellos, mientras esa chica, creo unas enormes y blancas alas con las cuales comenzó a volar enfrente de mi, pocos segundos después, kisho uno de mis nakamas mas sobresalientes, hizo acto de aparición y sin ningún problema, saco del ataque a los demás, sonreí discretamente. Yo no planeo hacer otra cosa que comprar algo de suministros y no tengo por que demostrarte nada, no quiero problemas, no tengo tiempo para ti, aléjate.
no tenia intenciones de pelear contra una mujer, ese no es mi estilo, es por eso que hasta el momento me mantenía muy tranquilo, en este momento escuche, un sonido, familiar, dirigí mi vista al origen del ruido y para variar, era kisho, quien se dejo llevar nuevamente por sus instintos asesinos, incluso el, es capaz de ser mas sádico que yo y constante mente debo mantenerlo a raya, nuevamente dirigí mi mirada a la chica y vi que sus alas se mantenían sin movimiento por unos segundos, nunca la perdí de vista hizo un movimiento raro con sus manos y movió sus labios diciendo algo, sin saber que es lo que era, esto no me precia una buena señal y un día de estos kisho podría morir por su desesperación, comencé a segregar arcilla de todo mi cuerpo a una velocidad increíble.
esta chica, comenzó a lanzar una especie de shuriken, esto podría ser peligroso, pues en pocos segundos se convirtió en una lluvia de estas cosas, eres muy habilidosa, pero no planeo pelear hoy. gracias a mi arcilla, levante una gran barrera de arcilla, impidiendo el paso de estas shurike, incrustándose en la barrera, al igual, que kisho, se vio obligado a detener su camino, por esta enorme y solida barrera de arcilla, que dividió nuestros caminos, perdí de vista por unos segundo a la chica, suficiente tiempo para que kisho, bajara a tierra y para que otro sujeto que por cierto ya conocía, apareciera en el lugar, otro posible problema, mas.
este sujeto camino hasta mi y de forma muy ágil coloco su ridículo sombrero sobre mi y siguió caminando unos metros mas, sin responderle, tome su sombrero y en menos de un segundo ya estaba en llamas, lo lance al suelo, por quien me tomas, no soy un payaso y tampoco pelearía con ventaja numérica, ya lo deberías de saber tu, ya que nos hemos enfrentado en algún par de veces. Solo quiero un poco de comida pero esta chica, comenzó una pelea innecesaria, que yo no continuare, mientras decía esto, la inmensa barrera de arcilla, se desvanecía enfrente de todos nosotros y volvía a convertirse en simple arcilla liquida que se mantenía a mis pies, por si la llegara a necesitar una ves mas.
no tenia intenciones de pelear contra una mujer, ese no es mi estilo, es por eso que hasta el momento me mantenía muy tranquilo, en este momento escuche, un sonido, familiar, dirigí mi vista al origen del ruido y para variar, era kisho, quien se dejo llevar nuevamente por sus instintos asesinos, incluso el, es capaz de ser mas sádico que yo y constante mente debo mantenerlo a raya, nuevamente dirigí mi mirada a la chica y vi que sus alas se mantenían sin movimiento por unos segundos, nunca la perdí de vista hizo un movimiento raro con sus manos y movió sus labios diciendo algo, sin saber que es lo que era, esto no me precia una buena señal y un día de estos kisho podría morir por su desesperación, comencé a segregar arcilla de todo mi cuerpo a una velocidad increíble.
esta chica, comenzó a lanzar una especie de shuriken, esto podría ser peligroso, pues en pocos segundos se convirtió en una lluvia de estas cosas, eres muy habilidosa, pero no planeo pelear hoy. gracias a mi arcilla, levante una gran barrera de arcilla, impidiendo el paso de estas shurike, incrustándose en la barrera, al igual, que kisho, se vio obligado a detener su camino, por esta enorme y solida barrera de arcilla, que dividió nuestros caminos, perdí de vista por unos segundo a la chica, suficiente tiempo para que kisho, bajara a tierra y para que otro sujeto que por cierto ya conocía, apareciera en el lugar, otro posible problema, mas.
este sujeto camino hasta mi y de forma muy ágil coloco su ridículo sombrero sobre mi y siguió caminando unos metros mas, sin responderle, tome su sombrero y en menos de un segundo ya estaba en llamas, lo lance al suelo, por quien me tomas, no soy un payaso y tampoco pelearía con ventaja numérica, ya lo deberías de saber tu, ya que nos hemos enfrentado en algún par de veces. Solo quiero un poco de comida pero esta chica, comenzó una pelea innecesaria, que yo no continuare, mientras decía esto, la inmensa barrera de arcilla, se desvanecía enfrente de todos nosotros y volvía a convertirse en simple arcilla liquida que se mantenía a mis pies, por si la llegara a necesitar una ves mas.
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Akuma no mi
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Mientras volaba por el aire de impulsándome con la presión del vapor, causada por mi propia akuma, esta chica o ángel o lo que fuera, hoy cortaría sus alas de un solo tajo, la rabia me consumía, la sangre me hervía y yo había perdido el control sobre mi mismo, al ver que este chica había atacado sin haber dado razones de nuestra parte, seguro es de esas mujeres que les gusta morir jóvenes. Mientras sobre volaba los aires de esa isla, pude observar un gran paraíso en esta isla, mucha vegetación y mas adelante justo detrás de esa chica podía ver el pueblo de esta isla, al cual nos dirigíamos.
Así que ahí esta el pueblo, pero como es que se llego a esta pelea, no me importa acabare con esa chica y continuaremos con nuestro camino. No había posibilidad alguna de que esa mujer, pudiera derrotarme pues si su única habilidad era usar papel, no tendría problema alguno, seguí con mi trayecto y a unos metros de ella, tome mi espada y la coloque de frente a mi. El sol se reflejaba sobre la filosa hoja de la espada, estaba ansioso por cortar esas alas, de un movimiento abalance mi espada sobre mi hombro un poco para después lanzar un poderoso corte, al momento que una gran cantidad de shuriken de papel, se dirigían a mi, un ataque muy raro, pues ella ya era consiente de que su papel no me podría hacer nada, o eso parecía. pero en este momento, una enorme barrera de arcilla solida se interpuso en mi camino.
Pero en este momento, una enorme barrera de arcilla solida se interpuso en mi camino.
Demonios, esta barrera es de killer, ahora que le pasa acaba de atacarnos. al haber sido interrumpido por el capitán, decidí bajar al suelo, pues mi ataque ya se había perdido, que te pasa, estas loco, ella nos ataco primero, no comprendía la actitud de killer, pero el era el capitán y tenia que respetarlo, en este momento otro sujeto apareció de la nada, caminando hasta donde se encontraba killer, poniéndole un ridículo sombrero, que segundos después quemo. este sujeto, quien se creía para hablarle así a killer, diciendo que estábamos en ventaja numérica, si quería pelear este sujeto, lo conseguiría, minutos después, killer le digo algunas palabras, que me dieron a entender que ya se conocían e incluso habían peleado anterior mente. Recargue mi espada sobre mi hombro mientras el sol, calentaba mi abdomen desnudo, sin perderle de vista a ninguno de los dos.
Así que ahí esta el pueblo, pero como es que se llego a esta pelea, no me importa acabare con esa chica y continuaremos con nuestro camino. No había posibilidad alguna de que esa mujer, pudiera derrotarme pues si su única habilidad era usar papel, no tendría problema alguno, seguí con mi trayecto y a unos metros de ella, tome mi espada y la coloque de frente a mi. El sol se reflejaba sobre la filosa hoja de la espada, estaba ansioso por cortar esas alas, de un movimiento abalance mi espada sobre mi hombro un poco para después lanzar un poderoso corte, al momento que una gran cantidad de shuriken de papel, se dirigían a mi, un ataque muy raro, pues ella ya era consiente de que su papel no me podría hacer nada, o eso parecía. pero en este momento, una enorme barrera de arcilla solida se interpuso en mi camino.
Pero en este momento, una enorme barrera de arcilla solida se interpuso en mi camino.
Demonios, esta barrera es de killer, ahora que le pasa acaba de atacarnos. al haber sido interrumpido por el capitán, decidí bajar al suelo, pues mi ataque ya se había perdido, que te pasa, estas loco, ella nos ataco primero, no comprendía la actitud de killer, pero el era el capitán y tenia que respetarlo, en este momento otro sujeto apareció de la nada, caminando hasta donde se encontraba killer, poniéndole un ridículo sombrero, que segundos después quemo. este sujeto, quien se creía para hablarle así a killer, diciendo que estábamos en ventaja numérica, si quería pelear este sujeto, lo conseguiría, minutos después, killer le digo algunas palabras, que me dieron a entender que ya se conocían e incluso habían peleado anterior mente. Recargue mi espada sobre mi hombro mientras el sol, calentaba mi abdomen desnudo, sin perderle de vista a ninguno de los dos.
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~Mi ataque de lluvia de Shurikens era lo ultimo que me quedaba de momento y esperaba que surtiera efecto, al menos contra el logia que venía volando furioso hacía mí. Si no le atinaba algún daño estaría peor que muerta, y ellos tendrían la libertad absoluta de tomar la indefensa isla de Syrup, las cosas no debían de ser así por ningún motivo. Cuando iba a ocurrir el momento de la verdad, una gigantesca muralla se levantó de la nada, haciendo que absolutamente todas mis shurikens impactaran en esta sin llegar a sus respectivos objetivos, pero afortunadamente también frenó al tipo de vapor, suspiré aliviada y sonreí levemente. ¿Quién había hecho esa técnica?.
Aprovechando el breve cese al fuego, descendí con suavidad hasta quedar delicadamente de pie en el suelo, mis alas se doblaron como las de un ángel para que yo pudiera caminar con mayor facilidad. Me crucé de brazos y me quedé viendo la muralla, mis shurikens seguían ahí clavadas. Extendí mi mano derecha y la izquierda la dejé a mi costado.-Kami Sulfuru No Butterfly-Dije con voz decidida. Las shurikens se "desdoblaron" y pasaron a convertirse en mariposas, las cuales comenzaron a volar en mi dirección, hasta quedarse algunas posadas en mi cabeza y hombros, mientras la demás aleteaban a mí alrededor, no podía dejar que mis preciadas "Kami Sulfuru" se perdieran tan fácil. Ahora debía esperar al siguiente movimiento de mi rival para saber que hacer.
-Mierda... Necesito pensar en como sorprenderles... Ese fortachón me va a matar de un solo golpe.-Dije en voz muy baja, llevando mi mano izquierda a mi barbilla de manera pensativa, mientras con la mano derecha sujetaba mi codo en una pose que a un caballero se le vería bastante mal, pues ladeé un poco mi cadera. Prsté atención en el momento que la barrera comenzó a volverse liquida y se desbarataba, hasta quedar en forma de un "charco de fango" o algo parecido, pero lo que ví me dejó helada.
Ya no solo tenía a dos posibles piratas frente a mí, si no tambien a un tercero que me estaba dando la espalda, y que no ví llegar en ningún momento, ¿el de donde había salido?. La sangre se me fue hasta los pies, la valentía me abandonó, mi corazón se aceleró y se detuvo al mismo tiempo y el miedo se apoderó de mi cuerpo y mente, no pude atacar a ninguno de los dos, uno de ellos utilizó una barrera gigante con increíble facilidad y ahora ya eran tres, definitivamente no iba a poder con eso.
Me dejé caer de rodillas, y apoye mis dos manos en mis rodillas, agaché la mirada primero y después toda mi cabeza, impidiéndoles ver mi expresión pues los mechones de mi cabello alcanzaban a cubrirme un poco al menos. Casi clavé mis uñas en la piel de mis piernas, y me dolía, las mariposas a mi alrededor comenzaron a aletear con más "violencia" pareciendo más un enjambre furioso de abejas por los movimientos desatinados que hacían. Mis alas se movían muy poco pero con suavidad.
-Perdón...-Murmuré en voz baja, con mi voz pendiendo de un hilo, soportando el hecho de querer llorar.-Ya que no pude defender la isla... Morire con ella entonces.-Volví a susurrar, esas palabras eran para mí nada más, ellos no podrían escucharlas por la distancia. Me sentía inútil de no poder proteger la villa de personas como ellos, de viles asesinos que creen que pueden hacer con los demás lo que les de la gana. En ese momento, hubiera deseado tener el poder para pertenecer al Ouka Shichibukai, así esta derrota no hubiese sucedido, pero eso solo era una fantasía que jamás se haría realidad, estaba esperando ya mi condena de muerte. Cerré los ojos y encajé mis uña de nuevo, dejando escapar una triste lagrima, que comenzaba a trazar su camino a través de mi mejilla con el objetivo de llegar al suelo.
Aprovechando el breve cese al fuego, descendí con suavidad hasta quedar delicadamente de pie en el suelo, mis alas se doblaron como las de un ángel para que yo pudiera caminar con mayor facilidad. Me crucé de brazos y me quedé viendo la muralla, mis shurikens seguían ahí clavadas. Extendí mi mano derecha y la izquierda la dejé a mi costado.-Kami Sulfuru No Butterfly-Dije con voz decidida. Las shurikens se "desdoblaron" y pasaron a convertirse en mariposas, las cuales comenzaron a volar en mi dirección, hasta quedarse algunas posadas en mi cabeza y hombros, mientras la demás aleteaban a mí alrededor, no podía dejar que mis preciadas "Kami Sulfuru" se perdieran tan fácil. Ahora debía esperar al siguiente movimiento de mi rival para saber que hacer.
-Mierda... Necesito pensar en como sorprenderles... Ese fortachón me va a matar de un solo golpe.-Dije en voz muy baja, llevando mi mano izquierda a mi barbilla de manera pensativa, mientras con la mano derecha sujetaba mi codo en una pose que a un caballero se le vería bastante mal, pues ladeé un poco mi cadera. Prsté atención en el momento que la barrera comenzó a volverse liquida y se desbarataba, hasta quedar en forma de un "charco de fango" o algo parecido, pero lo que ví me dejó helada.
Ya no solo tenía a dos posibles piratas frente a mí, si no tambien a un tercero que me estaba dando la espalda, y que no ví llegar en ningún momento, ¿el de donde había salido?. La sangre se me fue hasta los pies, la valentía me abandonó, mi corazón se aceleró y se detuvo al mismo tiempo y el miedo se apoderó de mi cuerpo y mente, no pude atacar a ninguno de los dos, uno de ellos utilizó una barrera gigante con increíble facilidad y ahora ya eran tres, definitivamente no iba a poder con eso.
Me dejé caer de rodillas, y apoye mis dos manos en mis rodillas, agaché la mirada primero y después toda mi cabeza, impidiéndoles ver mi expresión pues los mechones de mi cabello alcanzaban a cubrirme un poco al menos. Casi clavé mis uñas en la piel de mis piernas, y me dolía, las mariposas a mi alrededor comenzaron a aletear con más "violencia" pareciendo más un enjambre furioso de abejas por los movimientos desatinados que hacían. Mis alas se movían muy poco pero con suavidad.
-Perdón...-Murmuré en voz baja, con mi voz pendiendo de un hilo, soportando el hecho de querer llorar.-Ya que no pude defender la isla... Morire con ella entonces.-Volví a susurrar, esas palabras eran para mí nada más, ellos no podrían escucharlas por la distancia. Me sentía inútil de no poder proteger la villa de personas como ellos, de viles asesinos que creen que pueden hacer con los demás lo que les de la gana. En ese momento, hubiera deseado tener el poder para pertenecer al Ouka Shichibukai, así esta derrota no hubiese sucedido, pero eso solo era una fantasía que jamás se haría realidad, estaba esperando ya mi condena de muerte. Cerré los ojos y encajé mis uña de nuevo, dejando escapar una triste lagrima, que comenzaba a trazar su camino a través de mi mejilla con el objetivo de llegar al suelo.
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Karl se despertó. El sol estaba ya bastante alto en el cielo, con lo cual debía llevar bastante durmiendo. Le dolía la cabeza bastante.
- Agh... ¿Qué pasó anoche? No recuerdo nada.
El joven marine se sentó sobre el colchón de la cama y hizo memoria. Le vinieron a la cabeza recuerdos borrosos de fiesta y alcohol. La noche anterior había estado en la taberna bebiendo hasta tarde y tocando su guitarra con los lugareños. La fiesta se había animado bastante y se le había ido de las manos. Karl se levantó de su cama mientras notaba fuertes palpitaciones en su cabeza. Estaba mareado y todo le daba vueltas. Fue a mojarse la cara en agua fría y después desayunó en la posada donde estaba alojado un plato de gachas para desayunar. Cogió algunas viandas para la comida y se fue pasear varias horas por los acantilados hasta que se le despejase la cabeza. Al cabo de un tiempo indeterminado, no habría sabido decir cuánto había pasado, vio mariposas de papel por la zona por la que estaba paseando. Ya estaba bastante despajado y no le dolí casi la cabeza.
- ¿Qué es eso?
Siguió a las mariposas corriendo y vio a una mujer atacando con papel a un grupo de hombres que acababan de desembarcar en la isla. "Extraña habilidad, desde luego" pensó. Se acercó. Iba vestido sólo con sus botas negras, unos pantalones oscuros holgados y una capa marrón de viaje. No llevaba ninguna prenda de vestir en el torso, con lo cual su imponente musculatura quedaba al descubierto, junto con un tatuaje de una quimera que empezaba en su pecho y acababa con la cola alrededor de su brazo. Frente a la chica había un hombre que repentinamente creó un muro de arcilla y bloqueó una serie de shurikens de papel creados por la chica. Los shurikens se convirtieron en mariposas y revolotearon hasta su creadora.
- ¿Qué ocurre aquí?
Preguntó, aproximándose a ellos. No llevaba su bastón de combate encima, pero no creía que fuese necesario. No iba con intenciones hostiles, pero tampoco era imbécil, sabía que podía ser atacado. De todos modos, se sobraba con su mero cuerpo para defenderse en caso de ser atacado. Después de todo, los usuarios del Sokudan consideraban que el cuerpo era la herramienta principal de un guerrero.
- Agh... ¿Qué pasó anoche? No recuerdo nada.
El joven marine se sentó sobre el colchón de la cama y hizo memoria. Le vinieron a la cabeza recuerdos borrosos de fiesta y alcohol. La noche anterior había estado en la taberna bebiendo hasta tarde y tocando su guitarra con los lugareños. La fiesta se había animado bastante y se le había ido de las manos. Karl se levantó de su cama mientras notaba fuertes palpitaciones en su cabeza. Estaba mareado y todo le daba vueltas. Fue a mojarse la cara en agua fría y después desayunó en la posada donde estaba alojado un plato de gachas para desayunar. Cogió algunas viandas para la comida y se fue pasear varias horas por los acantilados hasta que se le despejase la cabeza. Al cabo de un tiempo indeterminado, no habría sabido decir cuánto había pasado, vio mariposas de papel por la zona por la que estaba paseando. Ya estaba bastante despajado y no le dolí casi la cabeza.
- ¿Qué es eso?
Siguió a las mariposas corriendo y vio a una mujer atacando con papel a un grupo de hombres que acababan de desembarcar en la isla. "Extraña habilidad, desde luego" pensó. Se acercó. Iba vestido sólo con sus botas negras, unos pantalones oscuros holgados y una capa marrón de viaje. No llevaba ninguna prenda de vestir en el torso, con lo cual su imponente musculatura quedaba al descubierto, junto con un tatuaje de una quimera que empezaba en su pecho y acababa con la cola alrededor de su brazo. Frente a la chica había un hombre que repentinamente creó un muro de arcilla y bloqueó una serie de shurikens de papel creados por la chica. Los shurikens se convirtieron en mariposas y revolotearon hasta su creadora.
- ¿Qué ocurre aquí?
Preguntó, aproximándose a ellos. No llevaba su bastón de combate encima, pero no creía que fuese necesario. No iba con intenciones hostiles, pero tampoco era imbécil, sabía que podía ser atacado. De todos modos, se sobraba con su mero cuerpo para defenderse en caso de ser atacado. Después de todo, los usuarios del Sokudan consideraban que el cuerpo era la herramienta principal de un guerrero.
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Al llegar a la costa el capitán de la recientemente formada banda de Sons of Anarchy, Red Stinger, había logrado detener momentáneamente el combate, haciendo que fijen la atención en él. Todo estaba saliendo como esperaba, ahora sólo quedaba matizar algunas cosas. Y el sombrero rosa ahora estaba en su sitio, era obvio que a Stinger le quedaba mejor pero se lo había regalado como hizo en su momento Shanks con Luffy, a partir de ahora se convertiría en su discípulo si conservaba el sombrero.
La chica de las alas de había descendido al suelo, pudo notar su belleza, lo único que le fallaba era el pelo azul, no le gustaba el azul, aunque todo se podía solucionar con un buen tinte. El otro seguía volando con su logia, que cada vez que la observaba se asemejaba más al vapor, cada vez observaba más logias allá por dónde vaya, eran realmente molestas, aunque su experiencia le decía que era fácil derrotarlas debido a su confianza en sus frutas. Sin embargo lo que realmente le molestaba era que siguiese volando. Él ya estaba acostumbrado a ser el único en poder volar.
Le ofendía que estuviesen por encima de él, ya sea en sentido figurado o literal. Si no paraba de hacerlo pronto lo haría bajar él mismo. De alguna forma se las ingeniaría para poder golpear al logia. Aquella chica parecía ser capaz de hacerlo, pero fue interrumpido por la el muro de arcilla del encapuchado que ahora tenía su sombrero rosa.
Al ver con detenimiento a la chica de antes, se giró Red Stinger, vio como ésta se dejaba caer al suelo de rodillas como si se estuviera rindiendo. En el suelo y con sus manos sobre las rodillas, con la mirada hacia el suelo y después agachó la cabeza con el pelo cayendo sobre su rostro impidiendo poder contemplar su cara y el estado que pudiese transmitir. Las mariposas de papel que la rodeaba aleteaban sus alas con fiereza, como advirtiendo que no era prudente acercar a ella.
-Por quien me tomas, no soy un payaso y tampoco pelearía con ventaja numérica, ya lo deberías de saber tu, ya que nos hemos enfrentado en algún par de veces. Solo quiero un poco de comida pero esta chica, comenzó una pelea innecesaria, que yo no continuare-dijo el encapuchado desde la espalda de Stinger.-
-Cállate y no me cuentes tu vida...-respondió de mala gana.-
Stinger ignoró todo al ver eso y se dirigió directamente hacia ella que estaba a unos cuantos metros de distancia. Mientras se acercaba poco a poco podía oír como murmullos de la peliazul, sin duda debía haberse rendido. Ésto le molestó, si había algo que no le gustaba era la rendición, aunque la derrota sea inevitable, siempre hay que darlo todo hasta las últimas consecuencias, así quizás y sólo quizás puedas demostrar quién eres. Llegó hasta ella, se detuvo delante mirándola fijamente, ésta seguía de rodillas. Había una pequeña gota en el suelo.
-¡Si te encuentras rodeado de enemigos, existen dos opciones... Aceptar las condiciones de derrota o no rendirse dando la pelea hasta último momento!-gritó seriamente. Utiliza tu imaginación, no para asustarte, sino para inspirarte a lograr lo inimaginable-dijo ya un poco más calmado.- Así que levanta tu culo de ahí y deja de lamentarte.-
Notó la presencia de otro individuo más que venía preguntando qués es lo que había ocurrido en ese lugar. Como de costumbre Stinger lo ignoró totalmente. Si se convertía en una molestia solo habría que acabar con él. Así que los que debían de estar atentos eran los demás porque entre todos consiguieron enfadarle y mucho.
Aguantando, todo lo que podía, su enojo le tendió la mano para ayudarle a levantarse, a pesar que ella también le molestaba en ese momento, eran los otros dos los que realmente le incordiaban, entre dos habñian atacado a una mujer, haciéndola llorar. Giró levemente su cabeza y vio como el sombrero que le había “regalado” al encapuchado estaba tendido en el suelo quemado.
-Así que te gusta quemar cosas...-susurró Stinger-
Dirigió su mano derecha hacia su espalda cogiendo por la empuñadura su espada de fuego, con firmeza, de su espalda. Rápidamente hizo un rápido movimiento descendente y oblicuo con aquella espada, encendiendo al hoja por el proceso. De la espada salió una onda cortanteque se dirigió hacia el barco, el corte energético se recubrió de fuego debido a la habilidad de ésta, formando así un inmenso corte energético de más de 5 metros de tamaño con fuego. Quería incendiar su barco en respuesta por haber quemado el sombrero.
La chica de las alas de había descendido al suelo, pudo notar su belleza, lo único que le fallaba era el pelo azul, no le gustaba el azul, aunque todo se podía solucionar con un buen tinte. El otro seguía volando con su logia, que cada vez que la observaba se asemejaba más al vapor, cada vez observaba más logias allá por dónde vaya, eran realmente molestas, aunque su experiencia le decía que era fácil derrotarlas debido a su confianza en sus frutas. Sin embargo lo que realmente le molestaba era que siguiese volando. Él ya estaba acostumbrado a ser el único en poder volar.
Le ofendía que estuviesen por encima de él, ya sea en sentido figurado o literal. Si no paraba de hacerlo pronto lo haría bajar él mismo. De alguna forma se las ingeniaría para poder golpear al logia. Aquella chica parecía ser capaz de hacerlo, pero fue interrumpido por la el muro de arcilla del encapuchado que ahora tenía su sombrero rosa.
Al ver con detenimiento a la chica de antes, se giró Red Stinger, vio como ésta se dejaba caer al suelo de rodillas como si se estuviera rindiendo. En el suelo y con sus manos sobre las rodillas, con la mirada hacia el suelo y después agachó la cabeza con el pelo cayendo sobre su rostro impidiendo poder contemplar su cara y el estado que pudiese transmitir. Las mariposas de papel que la rodeaba aleteaban sus alas con fiereza, como advirtiendo que no era prudente acercar a ella.
-Por quien me tomas, no soy un payaso y tampoco pelearía con ventaja numérica, ya lo deberías de saber tu, ya que nos hemos enfrentado en algún par de veces. Solo quiero un poco de comida pero esta chica, comenzó una pelea innecesaria, que yo no continuare-dijo el encapuchado desde la espalda de Stinger.-
-Cállate y no me cuentes tu vida...-respondió de mala gana.-
Stinger ignoró todo al ver eso y se dirigió directamente hacia ella que estaba a unos cuantos metros de distancia. Mientras se acercaba poco a poco podía oír como murmullos de la peliazul, sin duda debía haberse rendido. Ésto le molestó, si había algo que no le gustaba era la rendición, aunque la derrota sea inevitable, siempre hay que darlo todo hasta las últimas consecuencias, así quizás y sólo quizás puedas demostrar quién eres. Llegó hasta ella, se detuvo delante mirándola fijamente, ésta seguía de rodillas. Había una pequeña gota en el suelo.
-¡Si te encuentras rodeado de enemigos, existen dos opciones... Aceptar las condiciones de derrota o no rendirse dando la pelea hasta último momento!-gritó seriamente. Utiliza tu imaginación, no para asustarte, sino para inspirarte a lograr lo inimaginable-dijo ya un poco más calmado.- Así que levanta tu culo de ahí y deja de lamentarte.-
Notó la presencia de otro individuo más que venía preguntando qués es lo que había ocurrido en ese lugar. Como de costumbre Stinger lo ignoró totalmente. Si se convertía en una molestia solo habría que acabar con él. Así que los que debían de estar atentos eran los demás porque entre todos consiguieron enfadarle y mucho.
Aguantando, todo lo que podía, su enojo le tendió la mano para ayudarle a levantarse, a pesar que ella también le molestaba en ese momento, eran los otros dos los que realmente le incordiaban, entre dos habñian atacado a una mujer, haciéndola llorar. Giró levemente su cabeza y vio como el sombrero que le había “regalado” al encapuchado estaba tendido en el suelo quemado.
-Así que te gusta quemar cosas...-susurró Stinger-
Dirigió su mano derecha hacia su espalda cogiendo por la empuñadura su espada de fuego, con firmeza, de su espalda. Rápidamente hizo un rápido movimiento descendente y oblicuo con aquella espada, encendiendo al hoja por el proceso. De la espada salió una onda cortanteque se dirigió hacia el barco, el corte energético se recubrió de fuego debido a la habilidad de ésta, formando así un inmenso corte energético de más de 5 metros de tamaño con fuego. Quería incendiar su barco en respuesta por haber quemado el sombrero.
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~Había perdido por completo la fé en proteger la isla, aquella forma de atacar de los piratas, de acumularse para atacar a un solo objetivo me estresaba, me parecía "injusto", pero lo cierto era que esto no era un juego con reglas establecidas, la vida siempre ponía en nuestro camino obstáculos, unos más fáciles que otros, y yo con este topé mi limité, no había manera humanamente posible de ganar. Suspiré y no levanté la mirada por ninguna razón, mantuve los ojos cerrados para no ver quien ni como me iba a sentenciar a muerte.
Sin percatarme en que momento alcanzó el punto donde estaba, una voz de varón comenzó a dirigirme la palabra, abrí los ojos pero solo ví sus pies, era el calzado del tipo que recientemente había aparecido dando lo que yo pensaba era una ventaja de tres contra una. Sus palabras de alguna manera eran "motivadoras" aunque estaba tentada a reventarle la boca de una bofetada, ¿qué le pasaba por la mente para decirle eso a una mujer tan frágil como yo?. Que se lo dijera a un hombre estaba más que normal, ¿pero a mí?, ya no sabía si se estaba burlando de mí o cuales eran las verdaderas intenciones de esas palabras.
A lo lejos escuché como otro llegaba, ¿qué carajo estaba pasando hoy en Syrup?, ¿por qué había tanta gente hoy aquí?. Ya estaba tan enfadada como asustada, la mezcla de sentimientos no me sentaba bien y no me permitía razonar con la claridad que me caracterizaba. Entre ese mar de emociones, el tipo me tendió su mano para ayudarme a levantar, pero yo dudé por algunos segundos, torcí la boca en una mueca... Por esta vez me decidí a confiar, tomé su mano y me puse de pie con su ayuda. En cuanto me levantó lanzó un ataque con su espada de una magnitud sorprendente, había disparado hacía el barco invasor, o estaban actuando muy bien o este tipo era enemigo del encapuchado.
-Gracias... Supongo.-Murmuré a quien disparó la onda de fuego, que en ese momento me estaba dando la espalda. Mis alas se extendieron, para luego doblarse frente a mí, golpeandose una ala frente a otro y teniendo a este hombre a la mitad, las puntas de las alas se fusionaron, formando una especie de "capullo" que envolvió al extraño, pero que estaba conectado a mi espalda. Lo unico que dejé libre fue su cuello y sus pies.-Ahora, si puedes ser tan amable una vez más, responde... ¿Tu quien eres, que tienes que ver con el encapuchado y que objetivos tienes contra la isla?-Pregunté lo más amenazante que pude, aunque mi voz vibraba ligeramente, dando a entender que tenía miedo. Para reforzar mi sujeción hacía el, el capullo se deformó un poco, alzándose algunas tiras de papel a la altura de su cuello, creándole un afiladisimo "collar", si intentaba mover aunque fuera un poco su cuerpo, cerraría el collar y le arrancaría la cabeza, o al menos eso quería que pensaba.
Sin percatarme en que momento alcanzó el punto donde estaba, una voz de varón comenzó a dirigirme la palabra, abrí los ojos pero solo ví sus pies, era el calzado del tipo que recientemente había aparecido dando lo que yo pensaba era una ventaja de tres contra una. Sus palabras de alguna manera eran "motivadoras" aunque estaba tentada a reventarle la boca de una bofetada, ¿qué le pasaba por la mente para decirle eso a una mujer tan frágil como yo?. Que se lo dijera a un hombre estaba más que normal, ¿pero a mí?, ya no sabía si se estaba burlando de mí o cuales eran las verdaderas intenciones de esas palabras.
A lo lejos escuché como otro llegaba, ¿qué carajo estaba pasando hoy en Syrup?, ¿por qué había tanta gente hoy aquí?. Ya estaba tan enfadada como asustada, la mezcla de sentimientos no me sentaba bien y no me permitía razonar con la claridad que me caracterizaba. Entre ese mar de emociones, el tipo me tendió su mano para ayudarme a levantar, pero yo dudé por algunos segundos, torcí la boca en una mueca... Por esta vez me decidí a confiar, tomé su mano y me puse de pie con su ayuda. En cuanto me levantó lanzó un ataque con su espada de una magnitud sorprendente, había disparado hacía el barco invasor, o estaban actuando muy bien o este tipo era enemigo del encapuchado.
-Gracias... Supongo.-Murmuré a quien disparó la onda de fuego, que en ese momento me estaba dando la espalda. Mis alas se extendieron, para luego doblarse frente a mí, golpeandose una ala frente a otro y teniendo a este hombre a la mitad, las puntas de las alas se fusionaron, formando una especie de "capullo" que envolvió al extraño, pero que estaba conectado a mi espalda. Lo unico que dejé libre fue su cuello y sus pies.-Ahora, si puedes ser tan amable una vez más, responde... ¿Tu quien eres, que tienes que ver con el encapuchado y que objetivos tienes contra la isla?-Pregunté lo más amenazante que pude, aunque mi voz vibraba ligeramente, dando a entender que tenía miedo. Para reforzar mi sujeción hacía el, el capullo se deformó un poco, alzándose algunas tiras de papel a la altura de su cuello, creándole un afiladisimo "collar", si intentaba mover aunque fuera un poco su cuerpo, cerraría el collar y le arrancaría la cabeza, o al menos eso quería que pensaba.
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Ella aceptó la ayuda de Stinger, antes de que el lance ese potente corte de fuego hacia el barco, y parecía estar agradecida. Una vez hizo su ataque contra la nave de aquellos dos hombres que habían logrado hacer que se enfureciera lo suficiente como para intentar terminar con sus insignificantes vidas. Por ello debía destruir primero la embarcación para evitar la posible huida de aquellos dos cobardes. Pensaba con rapidez, ideando planes y viendo todas las posibles variables de ese encuentro tan extraño que habían tenido en esa isla, de la cual todavía desconocía el nombre.
Mientras el hombre arcilla seguía de pie frente a ellos y el otro levitaba con su fruta, al parecer todos eran usuarios de akuma no mis, algo no muy frecuente. No le preocupaban ninguno de los dos, confiaba lo suficiente en su velocidad y en su experiencia, no le gustaba utilizar su fruta hasta que no fuera necesario, al menos no quería usarla de momento. Aunque también era cierto que el encapuchado ya conocía su poder.
--Gracias... Supongo-escuchó desde detrás de él.-
Le hablaba la chica con una voz algo baja, pero pudo oírla con claridad. Aunque él seguía más concentrado en ver los movimientos esos dos. Tenía en la mano derecha su espada de fuego, preparado para cualquier posible ataque, la hoja de esta la había apagado pues conocía la arcilla explosiva del otro.
En ese momento, y a traición, fue rodeado por las alas de aquella mujer. Sus alas se fusionaron delante de él. Ella logró envolverlo en una especie de capullo de papel rodeándole totalmente. Además se formó una especie de collar de púas alrededor de su cuello.
-Ahora, si puedes ser tan amable una vez más, responde... ¿Tu quien eres, que tienes que ver con el encapuchado y que objetivos tienes contra la isla?-amenazó con la voz ligeramente temblorosa.-
-Son muchas preguntas para haberte ayudado... ¿no crees?-contestó confiado.-Hoy estoy más amable de lo normal así que responderé, pero estate atenta que nunca repito las cosas.-
A pesar de estar rodeado con ese papel, que seguramente no sería uno normal y si no tenía cuidado acabaría con el cuello cortado, estaba muy seguro de sí mismo, su arrrogancia la había ganado con el tiempo al haber conseguido una a una las técnicas del arte marcial secreto del gobierno, el rokushiki, siendo un maestro en éste, sólo faltándole por dominar el rankyaku.
-Soy el capitán de la banda Sons of Anarchy, de momento no somos conocidos, pero pronto escucharás hablar de mí y de mi tripulación. Respecto a lo que hago en esta isla, la verdad es que no lo sé, sólo me desperté hoy aquí sin recordar nada, y no sé dónde está mi tripulación-contestó.-
Contestó de espaldas a ella muy seguro de sus palabras, no le importaba en exceso si la convencía o no, simplemente decía lo que quería. Todavía atento a los otros dos.
-Hay un par de fallos en tu plan. El primero atrapar con papel a alguien con una espada de fuego. Segundo, he llamado bastante su atención provocándole lo suficiente como para que me maten, y mi cuerpo no te servirá de escudo para un posible conjunto. Así que, por qué no me liberas y acabamos con ellos dos y también con el tercero que acaba de aparecer-le advirtió.-
Estaba totalmente preparado en caso de que ella no decida liberarlo, a pesar de no gustarle pelear contra mujeres, si no le soltaba tendría que defenderse y acabar. Aún estando en ese pequeño aparato de tortura de papel sabía que tenñia bastante formas de poder escapar sin tener que usar si quiera su fruta.
Mientras el hombre arcilla seguía de pie frente a ellos y el otro levitaba con su fruta, al parecer todos eran usuarios de akuma no mis, algo no muy frecuente. No le preocupaban ninguno de los dos, confiaba lo suficiente en su velocidad y en su experiencia, no le gustaba utilizar su fruta hasta que no fuera necesario, al menos no quería usarla de momento. Aunque también era cierto que el encapuchado ya conocía su poder.
--Gracias... Supongo-escuchó desde detrás de él.-
Le hablaba la chica con una voz algo baja, pero pudo oírla con claridad. Aunque él seguía más concentrado en ver los movimientos esos dos. Tenía en la mano derecha su espada de fuego, preparado para cualquier posible ataque, la hoja de esta la había apagado pues conocía la arcilla explosiva del otro.
En ese momento, y a traición, fue rodeado por las alas de aquella mujer. Sus alas se fusionaron delante de él. Ella logró envolverlo en una especie de capullo de papel rodeándole totalmente. Además se formó una especie de collar de púas alrededor de su cuello.
-Ahora, si puedes ser tan amable una vez más, responde... ¿Tu quien eres, que tienes que ver con el encapuchado y que objetivos tienes contra la isla?-amenazó con la voz ligeramente temblorosa.-
-Son muchas preguntas para haberte ayudado... ¿no crees?-contestó confiado.-Hoy estoy más amable de lo normal así que responderé, pero estate atenta que nunca repito las cosas.-
A pesar de estar rodeado con ese papel, que seguramente no sería uno normal y si no tenía cuidado acabaría con el cuello cortado, estaba muy seguro de sí mismo, su arrrogancia la había ganado con el tiempo al haber conseguido una a una las técnicas del arte marcial secreto del gobierno, el rokushiki, siendo un maestro en éste, sólo faltándole por dominar el rankyaku.
-Soy el capitán de la banda Sons of Anarchy, de momento no somos conocidos, pero pronto escucharás hablar de mí y de mi tripulación. Respecto a lo que hago en esta isla, la verdad es que no lo sé, sólo me desperté hoy aquí sin recordar nada, y no sé dónde está mi tripulación-contestó.-
Contestó de espaldas a ella muy seguro de sus palabras, no le importaba en exceso si la convencía o no, simplemente decía lo que quería. Todavía atento a los otros dos.
-Hay un par de fallos en tu plan. El primero atrapar con papel a alguien con una espada de fuego. Segundo, he llamado bastante su atención provocándole lo suficiente como para que me maten, y mi cuerpo no te servirá de escudo para un posible conjunto. Así que, por qué no me liberas y acabamos con ellos dos y también con el tercero que acaba de aparecer-le advirtió.-
Estaba totalmente preparado en caso de que ella no decida liberarlo, a pesar de no gustarle pelear contra mujeres, si no le soltaba tendría que defenderse y acabar. Aún estando en ese pequeño aparato de tortura de papel sabía que tenñia bastante formas de poder escapar sin tener que usar si quiera su fruta.
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habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo, lo único que quería era un poco de comida, mi carácter es en exceso agresivo, en muchas ocasiones pero este día intentaba estar lo mas tranquilo posible. Enserio lo intentaba pero ese sujeto, cada ves mas me colmaba la paciencia y estaba a punto de matarlo por su altanería, todo estaba saliendose de control, kisho, en sus limites y sin entender, por que yo no quería pelear.Pero había algo en esa chica que me impedía siquiera tocarla, pero esto no le ayudaría a ese sujeto, que al parecer quería lucirse con la chica intentando ser el héroe, lastima por ti, solo te ridiculizaras a ti mismo. los shuriken que quedaron incrustados en la barrera de arcilla se convirtieron en mariposas y se dirigieron a la chica rodeándola como un enjambre, la chica cayo de rodillas sobre la arena posiblemente derrotada.
yo en todo momento continué segregando arcilla, a gran velocidad por cualquier cosa,mientras ese sujeto se acercaba a la chica y le decía algunas cosas que no pude escuchar, te quieres pasar de listo, pero ya me cansaste y ese fue tu peor error. En este momento y para mi mala suerte otro sujeto mas se incorporo al lugar, este sujeto tenia una complexión muy similar a la de kisho, pues los dos estaban muy formados en cuanto a físico.
ya era suficiente camine un poco mas en dirección al pueblo, en este momento el primer sujeto que ya me había sacado de mis casillas, mostró una espada que al agitarla se incendio su hoja de manera sorprendente, para después mandar un tipo de corte, en dirección a mi barco, esto me termino de molestar, apreté mi quijada, cerré mi mano formando un puño, ya es suficiente, kisho, lárgate de aquí , puedo aguantar lo que sea, menos el ataque a mi tripulación en dos ocasiones en un mismo día. di un movimiento brusco de manos elevándolas, OLA EXPLOSIVA [AMF]se levanto una gran ola de arcilla, que impidió que el corte energético de esa espada siguiera en la dirección del barco y continuo arrasando con todo a su paso, una enorme ola de arcilla y de unos 30 metros de largo, era una monstruosidad, pero ya era suficiente, no permitiría mas ofensas.
yo en todo momento continué segregando arcilla, a gran velocidad por cualquier cosa,mientras ese sujeto se acercaba a la chica y le decía algunas cosas que no pude escuchar, te quieres pasar de listo, pero ya me cansaste y ese fue tu peor error. En este momento y para mi mala suerte otro sujeto mas se incorporo al lugar, este sujeto tenia una complexión muy similar a la de kisho, pues los dos estaban muy formados en cuanto a físico.
ya era suficiente camine un poco mas en dirección al pueblo, en este momento el primer sujeto que ya me había sacado de mis casillas, mostró una espada que al agitarla se incendio su hoja de manera sorprendente, para después mandar un tipo de corte, en dirección a mi barco, esto me termino de molestar, apreté mi quijada, cerré mi mano formando un puño, ya es suficiente, kisho, lárgate de aquí , puedo aguantar lo que sea, menos el ataque a mi tripulación en dos ocasiones en un mismo día. di un movimiento brusco de manos elevándolas, OLA EXPLOSIVA [AMF]se levanto una gran ola de arcilla, que impidió que el corte energético de esa espada siguiera en la dirección del barco y continuo arrasando con todo a su paso, una enorme ola de arcilla y de unos 30 metros de largo, era una monstruosidad, pero ya era suficiente, no permitiría mas ofensas.
- OLA EXPLOSIVA:
- este ataque le permite al usuario, atrapar e inclusive asfixiar a todos lo que estén a su alcance, ademas de destrozar todo a su paso, como segundo efecto y después de haber, atrapado y destrozando todo a su paso, la arcilla podrá ser detonada, creando una gran explosión y terminar de destrozar el lugar, este ultimo solo se hará si el usuario lo desea.
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Karl estaba viendo la escena, sin entender demasiado lo que ocurría. El que se había auto-declarado líder de Sons of Anarchy ayudó a la chica del papel a levantarse tras lanzar una onda de fuego contra el barco de los extraños. De repente la chica atacó al otro a traición y lo inmovilizó para interrogarlo. El pirata le regañó por hacerlo y le recomendó que no usase papel contra alguien que manejaba el fuego, o eso entendió Karl. Tras eso, le dijo que debería ayudarle a encargarse de los otros dos y del "tercero" que había aparecido. El joven se dio cuenta de que se referían a él y se puso en guardia.
- No vengo buscando pelea, pero si me atacáis no dudaré en tomar las medidas necesarias para defenderme.
Tiró su capa de viaje a un lado, mostrando su impresionante musculatura (Iba desnudo de cintura para arriba. Se estaba preparando para lanzar un ataque preventivo con el Sokudan antes de que le atacasen ellos cuando el extraño que parecía ser el capitán de los del barco que estaba en la costa dijo unas breves palabras, enfadado, y creo una ola gigantesca de lo que parecía tierra o barro, no tenía claro qué era.
- Maldita sea...
Karl comenzó a correr esprintando a gran velocidad a un punto elevado de los acantilados para ponerse lejos del alcance de la técnica del otro. Gracias a años de entrenamiento tenía una buena resistencia y mucha velocidad, por lo que podía mantener una velocidad considerable un buen rato.
- No vengo buscando pelea, pero si me atacáis no dudaré en tomar las medidas necesarias para defenderme.
Tiró su capa de viaje a un lado, mostrando su impresionante musculatura (Iba desnudo de cintura para arriba. Se estaba preparando para lanzar un ataque preventivo con el Sokudan antes de que le atacasen ellos cuando el extraño que parecía ser el capitán de los del barco que estaba en la costa dijo unas breves palabras, enfadado, y creo una ola gigantesca de lo que parecía tierra o barro, no tenía claro qué era.
- Maldita sea...
Karl comenzó a correr esprintando a gran velocidad a un punto elevado de los acantilados para ponerse lejos del alcance de la técnica del otro. Gracias a años de entrenamiento tenía una buena resistencia y mucha velocidad, por lo que podía mantener una velocidad considerable un buen rato.
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~Que situación aquella, tenía de rehén a un pirata, frente a mí tenía a los enemigos piratas del pirata y alguien más se había sumado a la fiesta desde la distancia, ¿qué se iba a celebrar en esta isla o de que me había perdido?. Suspiré, no sabía con certeza cuál debía ser mi siguiente movimiento por la mezcla de sentimientos que llevaba encima, como frustración, miedo, angustia, sorpresa y demás, esta experiencia era nueva para mí y la verdad era que no estaba lista para ella.
El pirata comenzó a hablar, alegando que le estaba haciendo muchas preguntas con la excusa de que el me había salvado la vida, además agregó que estaba de "buen humor" y que me respondería a todas mis preguntas. Torcí la boca haciendo una mueca de notoria molestia, como detestaba a la gente con la confianza tan elevada, estaba por partirle el cuello y separar su cabeza de su cuerpo, pero lo mejor sería escucharlo para ver que iba a responderme.
Su nombre no lo dió, pero hizo referencia a su cargo como Capitán de una banda pirata, arqué una ceja y no cambié la expresión de mi mueca, dijo no saber que hacía en la isla y que se despertó sin saber nada de nada, me pegué con la palma abierta de mi mano en la frente, este tipo si que era tonto, al ser pirata lo más seguro fue que se embriagó y terminó acá, pero esa opción estaba en duda pues no desprendía el aroma tan característico de un borracho, aunque tampoco olía a rosas.
Acto seguido y haciendo gala de su odiosa forma de ser, me dijo de los "fallos" en mi plan, pero la verdad era que yo ya me había dado cuenta de al menos el primer punto, que era relacionado a su espada de fuego, el perfectamente podía incinerar mi papel si quería, pero hay un "tiempo" de combustión de pocos segundos que me permitiría clavarle las agujas en el cuello si llegaba a intentar algo con esa arma. Sin embargo, lo segundo si me pilló desprevenida, el había hecho enfurecer al encapuchado y al tener yo a su objetivo, seguro que también se iba a avalanzar sobre mí, el pirata finalmente me propuso hacer una alianza. Mordí mi labio inferior y desvié la mirada hacía la izquierda y abajo, o podía matar a este tipo y enfrentar a los otros dos o dejarlo libre para apoyarme en el y tener más posibilidades de salir con vida, pero estaba el factor de que el podía traicionarme y matarme. Pensé en silencio y angustiada, hasta que volví la vista a su nuca.
-Pues valla "Capitán" estas hecho al perder a tu tripulación.-Comenté y puse mis manos en mi cintura, como si le estuviera regañando.-Mira, si tienes cuentas pendientes con ese hombre, arréglate tú pues yo no se pelear, pero no ataques al pueblo... ¿Si?-Pedí, aunque no sabía si estaba tomando la decisión correcta. Antes de hacer nada, escuché como el encapuchado gritó "ola explosiva" o algo así, me había olvidado de ponerle atención y ahora el nos atacaba con una monstruosa cosa del mismo barro que usó para frenar mi ataque. Abrí los ojos tan asombrada como asustada, pero afortunadamente no me quedé petrificada.
-¡Kami No Wings!-Exclamé. La "unión" que tenía con el capullo del pirata, se separó, varios cuadritos de papel se crearon desde mi espalda, formando un par de enormes alas nuevamente en mí. El capullo del pirata se desbarató, y todos los papeles se movieron a su espalda, creando un segundos par de alas que podía controlar. Ambas aletearon al mismo tiempo y nos despegaron del suelo, trataba de superar la altura de la ola, pero ya era tarde no lo iba a lograr de ninguna manera pues nunca había controlado alas en otra persona y me era difícil concentrarme. Apreté los dientes y miré al pirata, esperaba pudiera hacer algo o esa ola nos iba a arrazar.
El pirata comenzó a hablar, alegando que le estaba haciendo muchas preguntas con la excusa de que el me había salvado la vida, además agregó que estaba de "buen humor" y que me respondería a todas mis preguntas. Torcí la boca haciendo una mueca de notoria molestia, como detestaba a la gente con la confianza tan elevada, estaba por partirle el cuello y separar su cabeza de su cuerpo, pero lo mejor sería escucharlo para ver que iba a responderme.
Su nombre no lo dió, pero hizo referencia a su cargo como Capitán de una banda pirata, arqué una ceja y no cambié la expresión de mi mueca, dijo no saber que hacía en la isla y que se despertó sin saber nada de nada, me pegué con la palma abierta de mi mano en la frente, este tipo si que era tonto, al ser pirata lo más seguro fue que se embriagó y terminó acá, pero esa opción estaba en duda pues no desprendía el aroma tan característico de un borracho, aunque tampoco olía a rosas.
Acto seguido y haciendo gala de su odiosa forma de ser, me dijo de los "fallos" en mi plan, pero la verdad era que yo ya me había dado cuenta de al menos el primer punto, que era relacionado a su espada de fuego, el perfectamente podía incinerar mi papel si quería, pero hay un "tiempo" de combustión de pocos segundos que me permitiría clavarle las agujas en el cuello si llegaba a intentar algo con esa arma. Sin embargo, lo segundo si me pilló desprevenida, el había hecho enfurecer al encapuchado y al tener yo a su objetivo, seguro que también se iba a avalanzar sobre mí, el pirata finalmente me propuso hacer una alianza. Mordí mi labio inferior y desvié la mirada hacía la izquierda y abajo, o podía matar a este tipo y enfrentar a los otros dos o dejarlo libre para apoyarme en el y tener más posibilidades de salir con vida, pero estaba el factor de que el podía traicionarme y matarme. Pensé en silencio y angustiada, hasta que volví la vista a su nuca.
-Pues valla "Capitán" estas hecho al perder a tu tripulación.-Comenté y puse mis manos en mi cintura, como si le estuviera regañando.-Mira, si tienes cuentas pendientes con ese hombre, arréglate tú pues yo no se pelear, pero no ataques al pueblo... ¿Si?-Pedí, aunque no sabía si estaba tomando la decisión correcta. Antes de hacer nada, escuché como el encapuchado gritó "ola explosiva" o algo así, me había olvidado de ponerle atención y ahora el nos atacaba con una monstruosa cosa del mismo barro que usó para frenar mi ataque. Abrí los ojos tan asombrada como asustada, pero afortunadamente no me quedé petrificada.
-¡Kami No Wings!-Exclamé. La "unión" que tenía con el capullo del pirata, se separó, varios cuadritos de papel se crearon desde mi espalda, formando un par de enormes alas nuevamente en mí. El capullo del pirata se desbarató, y todos los papeles se movieron a su espalda, creando un segundos par de alas que podía controlar. Ambas aletearon al mismo tiempo y nos despegaron del suelo, trataba de superar la altura de la ola, pero ya era tarde no lo iba a lograr de ninguna manera pues nunca había controlado alas en otra persona y me era difícil concentrarme. Apreté los dientes y miré al pirata, esperaba pudiera hacer algo o esa ola nos iba a arrazar.
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Encerrado en todo el papel en lo envolvía como si fuera una crisálida con la diferencia de que éstas sirven para proteger a la oruga del interior y la que le rodeaba a él era simplemente para apresarlo y seguramente matarlo. La vida puede ser tan irónica si se lo propone. Había ido a ayudarla y ahora era ella la que le atrapaba en un cruel acto de traición. Tenía que liberarse, no tenía mucho tiempo para poder escapar, el encapuchado estaba formando una ola gigantesca con su arcilla, que si mal no recordaba también podía detonar como si de pólvora se tratase, el poder de una paramecia sin duda.
-Pues valla "Capitán" estas hecho al perder a tu tripulación.-Mira, si tienes cuentas pendientes con ese hombre, arréglate tú pues yo no se pelear, pero no ataques al pueblo... ¿Si?-dijo ella con los brazos arqueados con la manos en la cintura.-
Stinger giró el cuello lo suficiente como para verla bien, sin perder de vista a los otros dos que aún tenía delante de él. Ni de la ola que estaba bastante formada y empezaba a dirigirse a ellos.
-¿Ahora es mi madre?-se preguntó a si mismo al verla en esa posición.-Realmente sino fuera por el pelo se le parecería un poco.-
-Veo que vas reflexionando....-susurró.-
-Kamie no Wings-exclamó.-
Entonces le liberó de la jaula de de papel, dividiéndose en dos, formando así dos pares de alas, un par en la espalda de él y otro en la de ella. Empezaron a agitarse, lo cual hizo que ellos dos sean levantados del suelo, pero no eran tan rápidos como cuando Stinger la vio volar hace unos instantes, probablemente porque ahora intentaba mover dos cuerpos, siendo el suyo bastante más pesado que el de ella. La sensación de volar sin sus propias alas era extraña, era más como ser levantado por un arnés desde la espalda. Ahora parecía estar ayudándole, pero la ola les alcanzaría y las recientemente fabricadas, alas no eran suficientes. No quería demostrar sus habilidades tan pronto, pero debía hacerlo sino quería ser sepultado por arcilla explosiva.
-¡Kamisori!-dijo desapareciendo en el aire.-
Estaba usando la unión de dos técnicas del afamado rokushiki, utilizando en conjunto el geppou, que le permitía dar saltos en el aire lo que parecía hacerle volar, y el soru, técnica que permite moverte a una velocidad tal que el ojo humano piensa que ha desaparecido, para poder de de esta forma moverse con una rapidez increíble y muy difícil de seguir con ojos humanos no entrenados.
Volvió a "aparecer" delante de ella, rodeándola con el brazo la cintura de ella, con el hombro en su abdomen. Sentía su piercing en el hombro. En la mano derecha aún portaba su espada, no era de mucha utilidad, pero no le había dado tiempo de guardarla. No estaba siendo precisamente "delicado" ni en sus movimientos ni con ella, pero si no lo hacía esa velocidad serían enterrados bajo la inmensa masa de arcilla que les venía encima.
-Intenta hacer un escudo... esa arcilla va estallar-le advirtió.-¡Kamisori!.-
Usando esa técnica intentaba salir de allí, llevándose a ella consigo, sujentándola con fuerza por la cintura, sin llegar a hacer daño, o eso intentaba. Salió disparado a toda velocidad hacia arriba, queriendo alejarse lo máximo de una posible explosión de toda esa arcilla.
-Pues valla "Capitán" estas hecho al perder a tu tripulación.-Mira, si tienes cuentas pendientes con ese hombre, arréglate tú pues yo no se pelear, pero no ataques al pueblo... ¿Si?-dijo ella con los brazos arqueados con la manos en la cintura.-
Stinger giró el cuello lo suficiente como para verla bien, sin perder de vista a los otros dos que aún tenía delante de él. Ni de la ola que estaba bastante formada y empezaba a dirigirse a ellos.
-¿Ahora es mi madre?-se preguntó a si mismo al verla en esa posición.-Realmente sino fuera por el pelo se le parecería un poco.-
-Veo que vas reflexionando....-susurró.-
-Kamie no Wings-exclamó.-
Entonces le liberó de la jaula de de papel, dividiéndose en dos, formando así dos pares de alas, un par en la espalda de él y otro en la de ella. Empezaron a agitarse, lo cual hizo que ellos dos sean levantados del suelo, pero no eran tan rápidos como cuando Stinger la vio volar hace unos instantes, probablemente porque ahora intentaba mover dos cuerpos, siendo el suyo bastante más pesado que el de ella. La sensación de volar sin sus propias alas era extraña, era más como ser levantado por un arnés desde la espalda. Ahora parecía estar ayudándole, pero la ola les alcanzaría y las recientemente fabricadas, alas no eran suficientes. No quería demostrar sus habilidades tan pronto, pero debía hacerlo sino quería ser sepultado por arcilla explosiva.
-¡Kamisori!-dijo desapareciendo en el aire.-
Estaba usando la unión de dos técnicas del afamado rokushiki, utilizando en conjunto el geppou, que le permitía dar saltos en el aire lo que parecía hacerle volar, y el soru, técnica que permite moverte a una velocidad tal que el ojo humano piensa que ha desaparecido, para poder de de esta forma moverse con una rapidez increíble y muy difícil de seguir con ojos humanos no entrenados.
Volvió a "aparecer" delante de ella, rodeándola con el brazo la cintura de ella, con el hombro en su abdomen. Sentía su piercing en el hombro. En la mano derecha aún portaba su espada, no era de mucha utilidad, pero no le había dado tiempo de guardarla. No estaba siendo precisamente "delicado" ni en sus movimientos ni con ella, pero si no lo hacía esa velocidad serían enterrados bajo la inmensa masa de arcilla que les venía encima.
-Intenta hacer un escudo... esa arcilla va estallar-le advirtió.-¡Kamisori!.-
Usando esa técnica intentaba salir de allí, llevándose a ella consigo, sujentándola con fuerza por la cintura, sin llegar a hacer daño, o eso intentaba. Salió disparado a toda velocidad hacia arriba, queriendo alejarse lo máximo de una posible explosión de toda esa arcilla.
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Es inútil tratar de escapar de este ataque, mi arcilla parece como si tuviera vida propia. comencé a reír de una forma fría y burlona, había intentado mantenerme tranquilo por mucho tiempo, pero este sujeto se había ganado el premio por haberme echo enfurecer en un tiempo recor. La ola continuaba creciendo mas y mas, creció tanto que incluso tapo el sol impidiendo la entrada de luz en el lugar y dejando en completa obscuridad el lugar, en donde se encontraba esta chica y el sujeto que me había molestado, hoy les mostrare a no meterse con alguien superior a ustedes.
La chica intento escapara, creando nuevamente esas enormes alas blancas sobre su espalda e intentaba salvar al sujeto, que minutos antes había atrapado, no sabia que pasaba por la cabeza de estos dos, primero atacándose y amenazándose y después salvándose la vida, deben de estar mas desesperados de lo que creí. La chica intentaba salir del lugar volando justo con el chico, pero su reacción fue muy lenta, ademas mi gigantesca hola ya estaba en curso y se movía a una velocidad bastante considerable, era imposible que pudiera salir, por si misma de ahí. Como era de esperarse el sujeto, utilizo sus movimientos de Rokushiki y comenzó a correr por el aire casi como si volara, a una velocidad mayor.
Enserio crees que podrás salir del alcance de mi ataque con esa técnica. Comencé a reír como un psicópata, se a repentiran de haber ofendido a mi y a mi tripulación de esta forma. levante mi mano derecha en dirección a la chica y aquel sujeto y de la inmensa ola de arcilla, se formo una mano tan grande que parecía la de un gigante, dirigiéndose a ellos a una velocidad increíble y a la distancia que estaban era casi imposible escapara de ella, de eso estaba seguro. No escaparan, ya se los dije. estaba llegando hasta este punto en el cual no había marcha atrás pero debía acabar con esto rápido, antes de que la marina estuviera en esta isla, pues este tipo de ataques ya no podía ser ignorado por el pueblo y por consecuencia la marina no tardaría en estar aquí.
La chica intento escapara, creando nuevamente esas enormes alas blancas sobre su espalda e intentaba salvar al sujeto, que minutos antes había atrapado, no sabia que pasaba por la cabeza de estos dos, primero atacándose y amenazándose y después salvándose la vida, deben de estar mas desesperados de lo que creí. La chica intentaba salir del lugar volando justo con el chico, pero su reacción fue muy lenta, ademas mi gigantesca hola ya estaba en curso y se movía a una velocidad bastante considerable, era imposible que pudiera salir, por si misma de ahí. Como era de esperarse el sujeto, utilizo sus movimientos de Rokushiki y comenzó a correr por el aire casi como si volara, a una velocidad mayor.
Enserio crees que podrás salir del alcance de mi ataque con esa técnica. Comencé a reír como un psicópata, se a repentiran de haber ofendido a mi y a mi tripulación de esta forma. levante mi mano derecha en dirección a la chica y aquel sujeto y de la inmensa ola de arcilla, se formo una mano tan grande que parecía la de un gigante, dirigiéndose a ellos a una velocidad increíble y a la distancia que estaban era casi imposible escapara de ella, de eso estaba seguro. No escaparan, ya se los dije. estaba llegando hasta este punto en el cual no había marcha atrás pero debía acabar con esto rápido, antes de que la marina estuviera en esta isla, pues este tipo de ataques ya no podía ser ignorado por el pueblo y por consecuencia la marina no tardaría en estar aquí.
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Akuma no mi
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Off: buah, perdonad. He estado de viaje de estudios en Portugal y no he tenido tiempo de postear... y aún volví ahora. Posteo mañana que ahora estoy cansado de pasarme toda la mañana y parte de la tarde caminando y el resto del tiempo en el bus.
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~Sentí como mi vida pasaba frente a mis ojos en un segundo, mi infancia, mi familia, mis amigos, mi tienda de origami, mis viajes por el East Blue, todo pasaba en cortas imágenes con intervalos de tiempo muy reducidos, ese ataque nos haría papilla. De pronto el pirata dijo una palabra que no entendí de nada y desapareció, me quedé boquiabierta y con los ojos bien abiertos, ¿cómo hizo eso y a donde se había esfumado?. Pensando que me había dejado sola quize abatir mis alas con más fuerza para escapar por mí misma.
Pero de la nada una leve presión fue ejercida en mi estomago y algo me rodeaba, moviéndome a una velocidad tan alta que no sabía precisamente que estaba pasando, traté de observar algo pero solo ví la capa roja del pirata que había tratado de salvar, ahora el me estaba salvando a mí, pero la cosa no terminaba ahí pues me pidió crear un escudo porque la arcilla iba a explotar, mi cara de sorpresa a estas alturas era epica, por su velocidad, por el poder de mi rival, por el tipo logia que me iba a matar, todo un día de locos.
-Me... sofocas...-Le dije, pues no me estaba rescatando como una "damisela en apuros", me sentía más bien como un costal de papas cargado por un granjero, y el agricultor seguro que era más cuidadoso, pero este no era momento para estar cómodos.-Y te tengo... una mala noticia... Todavía no se usar el trovicel... Que es de los pocos "papeles"... Inmunes al fuego... El resto de mis papeles... Se quemaran muy fácil...-Avisé entrecortadamente porque tomaba aire con dificultad, pero estaba bien.
El hombre de arcilla al parecer perdió los estribos, pues se estaba riendo como un maniático y amenazando que no lograríamos salir con vida, aun cuando por altura estábamos fuera del alcance de la ola. No fue hasta que de esa ola surgió un puño gigante que entendí el significado de sus palabras, ese puño se aproximaba velozmente a donde estábamos, y por sus dimensiones no lograríamos esquivar ni en plano horizontal ni vertical, estábamos atrapados.
=Más vale que funcione... Con la velocidad a la que viene este tipo, veo más lento el puño y puedo hacer algo para escapar... Después de todo mi papel se incrusta en su arcilla y no se hunde tan rápido... Solo necesito hacer "solida" esa arcilla un segundo...=Pensé en silencio. Por como me había sujetado el pirata podía ver de frente el puño de arcilla. Entrecerré los ojos y uní mis dos manos, como si fuera a rezar.
-Great Kami Sulfuru.-Dije en voz alta. Las alas que había en la espalda del pirata se despegaron, se unieron en el aire formando una gran hoja de papel que se quedó en el trayecto, era papel sulfurizado, por lo tanto la "humedad" de la arcilla no lo iba a desbaratar tan fácil. Como esperé, al dejar mi hoja esta se pegó al puño, lo único que hice fue "ponerle un guante de papel", pues su potencia no bajó.
-Kami Sulfuru no Ball.-Exclamé. Una de mis alas se desbarató, formándose rápidamente una "pelota" de buen tamaño, unos cuarenta centímetros de diámetro. Arrojé la pelota hacía el puño gigante, al cual le faltaba poco para alcanzarnos.-Perdóname, pero solo así se me ocurre escapar... Kami no Arrowhead.-Avisé. Mi segunda ala se desbarató y trasladó a la cabeza y hombros del pirata, tomando una forma de punta. Le dejé orificios para la nariz y los ojos. Gracias a que le hice una "punta" de flecha en la cabeza, cortábamos el viento más fácil y nos movíamos con menos resistencia del viento, ganando un poco de velocidad.
Mi pelota fue golpeada por el puño pero no se quedó ahí pegada como con mis shuriken, gracias a que impactó un objeto solido (papel), ahora la esfera venía de regreso a nosotros con el doble de energía cinética, se aproximaba con más velocidad que el puño mismo, ahora venía la parte más fea del plan.
-Si sobrevivimos... Por favor perdóname y no me mates.-Murmuré y mis mejillas se ruborizaron muchísimo, aunque el no podía ver. Me aferré a su espalda con las uñas, aunque de ultimo momento hice un "anillo" para rodear una pequeña parte de su torso, para que mis manos quedaran fijas a el, pues ya mucho iba a hacer como para aferrarme con las uñas.-¡¡AHORA DOBLATE!!-Grité muerta de pena y dí una pataleta... Golpeando en la parte más vulnerable de todo hombre. Como toda reacción normal, se debería detener de golpe y se debía doblar haciéndose "bolita" en el aire, la idea era que la esfera de papel golpeara y estallara en su trasero, para lanzarnos por los aires hasta el otro lado de la isla a una velocidad superior a la del puño gracias a la "punta de flecha" que le había creado y funcionaba como cortavientos... Esperaba que resultara, sobreviviéramos y me perdonara.
Pero de la nada una leve presión fue ejercida en mi estomago y algo me rodeaba, moviéndome a una velocidad tan alta que no sabía precisamente que estaba pasando, traté de observar algo pero solo ví la capa roja del pirata que había tratado de salvar, ahora el me estaba salvando a mí, pero la cosa no terminaba ahí pues me pidió crear un escudo porque la arcilla iba a explotar, mi cara de sorpresa a estas alturas era epica, por su velocidad, por el poder de mi rival, por el tipo logia que me iba a matar, todo un día de locos.
-Me... sofocas...-Le dije, pues no me estaba rescatando como una "damisela en apuros", me sentía más bien como un costal de papas cargado por un granjero, y el agricultor seguro que era más cuidadoso, pero este no era momento para estar cómodos.-Y te tengo... una mala noticia... Todavía no se usar el trovicel... Que es de los pocos "papeles"... Inmunes al fuego... El resto de mis papeles... Se quemaran muy fácil...-Avisé entrecortadamente porque tomaba aire con dificultad, pero estaba bien.
El hombre de arcilla al parecer perdió los estribos, pues se estaba riendo como un maniático y amenazando que no lograríamos salir con vida, aun cuando por altura estábamos fuera del alcance de la ola. No fue hasta que de esa ola surgió un puño gigante que entendí el significado de sus palabras, ese puño se aproximaba velozmente a donde estábamos, y por sus dimensiones no lograríamos esquivar ni en plano horizontal ni vertical, estábamos atrapados.
=Más vale que funcione... Con la velocidad a la que viene este tipo, veo más lento el puño y puedo hacer algo para escapar... Después de todo mi papel se incrusta en su arcilla y no se hunde tan rápido... Solo necesito hacer "solida" esa arcilla un segundo...=Pensé en silencio. Por como me había sujetado el pirata podía ver de frente el puño de arcilla. Entrecerré los ojos y uní mis dos manos, como si fuera a rezar.
-Great Kami Sulfuru.-Dije en voz alta. Las alas que había en la espalda del pirata se despegaron, se unieron en el aire formando una gran hoja de papel que se quedó en el trayecto, era papel sulfurizado, por lo tanto la "humedad" de la arcilla no lo iba a desbaratar tan fácil. Como esperé, al dejar mi hoja esta se pegó al puño, lo único que hice fue "ponerle un guante de papel", pues su potencia no bajó.
-Kami Sulfuru no Ball.-Exclamé. Una de mis alas se desbarató, formándose rápidamente una "pelota" de buen tamaño, unos cuarenta centímetros de diámetro. Arrojé la pelota hacía el puño gigante, al cual le faltaba poco para alcanzarnos.-Perdóname, pero solo así se me ocurre escapar... Kami no Arrowhead.-Avisé. Mi segunda ala se desbarató y trasladó a la cabeza y hombros del pirata, tomando una forma de punta. Le dejé orificios para la nariz y los ojos. Gracias a que le hice una "punta" de flecha en la cabeza, cortábamos el viento más fácil y nos movíamos con menos resistencia del viento, ganando un poco de velocidad.
Mi pelota fue golpeada por el puño pero no se quedó ahí pegada como con mis shuriken, gracias a que impactó un objeto solido (papel), ahora la esfera venía de regreso a nosotros con el doble de energía cinética, se aproximaba con más velocidad que el puño mismo, ahora venía la parte más fea del plan.
-Si sobrevivimos... Por favor perdóname y no me mates.-Murmuré y mis mejillas se ruborizaron muchísimo, aunque el no podía ver. Me aferré a su espalda con las uñas, aunque de ultimo momento hice un "anillo" para rodear una pequeña parte de su torso, para que mis manos quedaran fijas a el, pues ya mucho iba a hacer como para aferrarme con las uñas.-¡¡AHORA DOBLATE!!-Grité muerta de pena y dí una pataleta... Golpeando en la parte más vulnerable de todo hombre. Como toda reacción normal, se debería detener de golpe y se debía doblar haciéndose "bolita" en el aire, la idea era que la esfera de papel golpeara y estallara en su trasero, para lanzarnos por los aires hasta el otro lado de la isla a una velocidad superior a la del puño gracias a la "punta de flecha" que le había creado y funcionaba como cortavientos... Esperaba que resultara, sobreviviéramos y me perdonara.
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Karl corría velozmente, pero la ola no hacía más que crecer y aumentar su velocidad. Notó el pinchazo del miedo y gracias al subidón de adrenalina comenzó a esprintar a gran velocidad, aunque seguía sin parecer suficiente. Había entrado en pánico y solo pensaba en huir de aquella monstruosidad. De repente se formó una mano de arcilla gigantesca en medio de aquella ola que se empezó a dirigir a un punto alejado de él, lo cual le alivió y le impulsó a alejarse a más velocidad antes de que decidieran eliminarlo a él. Corrió por el bosque directamente hacia el pueblo. Se dio cuenta de que iba demasiado lento, por lo que se detuvo un momento y se concentró. Sus músculos comenzaron a tensarse y expandirse, y fue visible cómo su cuerpo crecía ligeramente.
- Ocho Caminos del Sokudan... Primer Camino, Decisión.
Comenzó a correr a una velocidad bastante mayor. Sabía que eso tendría un gran precio y que cuando llegase al pueblo necesitaría pararse unos minutos a descansar, pero lo consideró totalmente necesario. Entró corriendo por el camino principal, sudando a chorros. La aldea estaba sumida en el caos con gente corriendo hacia todos lados (Habían visto la ola de arcilla). Karl llegó corriendo al ayuntamiento y apartando de su camino a los guardias, llegó al despacho del alcalde. Un grupo de guardias llegó tras él apuntándole. El marine, ignorándolos, habló al alcalde.
- La isla está bajo ataque. Debéis ponerme de inmediato con el cuartel de la Marina en Shellstown para que pueda advertir a mis superiores y que manden de inmediato a los refuerzos más cercanos. - dijo, jadeando.
Sacó su identificación de marine, con lo cual el alcalde ordenó a los guardias retirarse. El agotado marine se desplomó en una silla mientras le traían un den den mushi. En cuanto se lo trajeron, se puso en contacto con la base de Shellstown.
- Señor, perdonadme que sea tan brusco pero estamos ante una gran urgencia. Soy el recluta Lion D. Karl y me hallo actualmente en Villa Syrup. Una banda de desconocidos están atacando la isla, pero eso no es todo: ¡El capitán de ellos parece ser un usuario especialmente poderoso, ha hecho una ola gigantesca de un material similar al barro que ha arrasado parte de la zona costera de la isla! Necesitaremos todos los navíos de guerra que haya en islas cercanas para frenarles, o en el peor de los casos evacuar la isla - Karl solía ser más respetuoso ante sus superiores jerárquicos y en otra situación ni se le hubiese pasado por la cabeza darle consejos de esa manera, pero era una emergencia.
- Entiendo, enviaremos a los destacamentos más próximos a su posición. Recluta, haced todo lo que podáis por defender la aldea y organizad la evacuación. Llevad encima ese den den mushi y dirigid a los lugareños a la cala contraria a la que está bajo ataque. Los barcos que enviemos se pondrán en contacto con vos para tomar nota de vuestra posición y evitar bombardearla, y recoger a los pueblerinos en caso de que la situación se vuelva insostenible. Buena suerte marine, y enséñele a esos cerdos de qué están hechos los soldados del gobierno mundial.
El otro cortó la comunicación. Karl miró entonces al alcalde.
- Ya habéis oído, tenemos que evacuar la aldea de inmediato. Como único militar presente y siguiendo las órdenes de la base de Shellstown, tomo el control temporalmente del lugar al ser una emergencia. Organizad a vuestros guardias y que reúnan a los aldeanos en las afueras para dirigirlos a la cala.
Karl habló con aires de mando y en un tono de voz que no dejaba lugar a réplica. Por un momento el alcalde puso mala cara y pareció que fuese a protestar por recibir órdenes, pero la mirada que le dirigió el marine bastó para que se lo pensase mejor y saliese corriendo de la estancia, llamando a los guardias a gritos para darles las instrucciones. Karl se quedó sobre la silla, descansando. Usar el Primer Camino siempre lo dejaba agotado. Se dirigió, tambaleante, al escritorio del alcalde y rebuscó en los cajones. Como esperaba encontró una botella en uno de ellos. Era de whisky, y bien cara. "Parece que al señor alcalde le gustan los lujos... bueno, supongo que no echará en falta un poco de esta botella" pensó con malignidad. Se volvió a acomodar en la silla y echó un trago del whisky. El alcohol le vendría bien para calmar un poco el dolor de sus piernas y de su cuerpo en general mientras se reponía. Se quedaría allí un rato y luego iría a supervisar la evacuación.
- Ocho Caminos del Sokudan... Primer Camino, Decisión.
Comenzó a correr a una velocidad bastante mayor. Sabía que eso tendría un gran precio y que cuando llegase al pueblo necesitaría pararse unos minutos a descansar, pero lo consideró totalmente necesario. Entró corriendo por el camino principal, sudando a chorros. La aldea estaba sumida en el caos con gente corriendo hacia todos lados (Habían visto la ola de arcilla). Karl llegó corriendo al ayuntamiento y apartando de su camino a los guardias, llegó al despacho del alcalde. Un grupo de guardias llegó tras él apuntándole. El marine, ignorándolos, habló al alcalde.
- La isla está bajo ataque. Debéis ponerme de inmediato con el cuartel de la Marina en Shellstown para que pueda advertir a mis superiores y que manden de inmediato a los refuerzos más cercanos. - dijo, jadeando.
Sacó su identificación de marine, con lo cual el alcalde ordenó a los guardias retirarse. El agotado marine se desplomó en una silla mientras le traían un den den mushi. En cuanto se lo trajeron, se puso en contacto con la base de Shellstown.
- Señor, perdonadme que sea tan brusco pero estamos ante una gran urgencia. Soy el recluta Lion D. Karl y me hallo actualmente en Villa Syrup. Una banda de desconocidos están atacando la isla, pero eso no es todo: ¡El capitán de ellos parece ser un usuario especialmente poderoso, ha hecho una ola gigantesca de un material similar al barro que ha arrasado parte de la zona costera de la isla! Necesitaremos todos los navíos de guerra que haya en islas cercanas para frenarles, o en el peor de los casos evacuar la isla - Karl solía ser más respetuoso ante sus superiores jerárquicos y en otra situación ni se le hubiese pasado por la cabeza darle consejos de esa manera, pero era una emergencia.
- Entiendo, enviaremos a los destacamentos más próximos a su posición. Recluta, haced todo lo que podáis por defender la aldea y organizad la evacuación. Llevad encima ese den den mushi y dirigid a los lugareños a la cala contraria a la que está bajo ataque. Los barcos que enviemos se pondrán en contacto con vos para tomar nota de vuestra posición y evitar bombardearla, y recoger a los pueblerinos en caso de que la situación se vuelva insostenible. Buena suerte marine, y enséñele a esos cerdos de qué están hechos los soldados del gobierno mundial.
El otro cortó la comunicación. Karl miró entonces al alcalde.
- Ya habéis oído, tenemos que evacuar la aldea de inmediato. Como único militar presente y siguiendo las órdenes de la base de Shellstown, tomo el control temporalmente del lugar al ser una emergencia. Organizad a vuestros guardias y que reúnan a los aldeanos en las afueras para dirigirlos a la cala.
Karl habló con aires de mando y en un tono de voz que no dejaba lugar a réplica. Por un momento el alcalde puso mala cara y pareció que fuese a protestar por recibir órdenes, pero la mirada que le dirigió el marine bastó para que se lo pensase mejor y saliese corriendo de la estancia, llamando a los guardias a gritos para darles las instrucciones. Karl se quedó sobre la silla, descansando. Usar el Primer Camino siempre lo dejaba agotado. Se dirigió, tambaleante, al escritorio del alcalde y rebuscó en los cajones. Como esperaba encontró una botella en uno de ellos. Era de whisky, y bien cara. "Parece que al señor alcalde le gustan los lujos... bueno, supongo que no echará en falta un poco de esta botella" pensó con malignidad. Se volvió a acomodar en la silla y echó un trago del whisky. El alcohol le vendría bien para calmar un poco el dolor de sus piernas y de su cuerpo en general mientras se reponía. Se quedaría allí un rato y luego iría a supervisar la evacuación.
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Precisión
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Varios
La tenía en su hombro izquierdo, tratando de llevársela lo más rápido posible lejos de la inmensa ola de arcilla explosiva que había esparcido ese encapuchado, que tras tres encuentros con él todavía desconocía su nombre. Quizás sea hora de descubrir su nombre para poder entregarle una bonita felicitación a sus casa cuando termine con él. Aunque no estaba en las condiciones más óptimas para combatir, aún seguía con resaca, que sin llegar a ser muy intensa, era molesta por mucho que estuviese acostumbrado a tener que sobrellevarla casi todas las mañanas.
Sentñia directamente su cuerpo sobre él, estaba bastante en forma, con una figura esbelta y bien proporcionada. Echó la vista ligeramente hacia su izquierda, se detuvieron en un claro "objetivo". Tenía con una buena curvatura y era respingón, era uno bastante bueno aunque no el mejor, tendría un 8.4 sobre diez, le perdonaría el hecho de tener el pelo azul. Entonces ella respondió a su anterior petición, devolviéndole a la realidad.
-Me... sofocas...Y te tengo... una mala noticia... Todavía no se usar el trovicel... Que es de los pocos "papeles"... Inmunes al fuego... El resto de mis papeles... Se quemaran muy fácil...-dijo ella entonces.-
-Perfecto... -pensó algo mareado.-Tendré que aumentar la velocidad.-
El Kamisori debía de ser suficiente para poder esquivar el ataque con efectividad, incluso en su totalidad la explosión, al menos es lo que pensaba. De la masa de arcilla que se había creado en el suelo para sepultar a ambos, Empezaba a salir un gigantesco puñu en su dirección, que era inexplicablemente más rápido que él usando el Kamisori, a pesar de llevar peso extra, debería ser capaz de ser más rápido que un ataque con esa sustancia.
De cualquier forma el puñetazo, de dimensiones similares a la mano que tendría un gigante, se dirigía a ellos a una velocidad increíble, seguramente no podría esquivarlo. Debía de transformarse en su forma híbrida para poder aumentar todas sus capacidades físicas, cuando repentinamente su peso en la espalda por las alas de papel desaparecieron dejaron de ser un lastre que le frenaban en el aire por su forma. Éstas se deshicieron y rodearon al puño de arcilla que se aproximaba . Sin embargo empezó a amontonarse papel en su cara y hombros.
-¿Qué coño es ésto?-pensó.-Mierda.-
Poco a poco su velocidad fue aumentando, a pesar de él no verlo, en su cabeza se había formado una especie de cuña que iba cortando el viento, oponiendo menos resistencia al aire y aumentando su velocidad aunque no parecía ser la suficiente como para esquivarlo, ésto lo había conseguido ella, creándolo a partir de una de sus alas. La otra ala de papel también se descolgó formando una bola y chocando contra el puño, que estaba más solido por el papel que lo envolvía. Por tanto al impactar la pelota rebotaría con más fuerza.
-Si sobrevivimos... Por favor perdóname y no me mates-dijo de pronto.-¡¡AHORA DÓBLATE!!-gritó.-
-Pero qué...-fue interrumpido por un golpe rastrero.-
Al acabar ella de hablar le soltó una patada en las joyas de la corona, no era muy fuerte pero era suficiente como para que se doblegue ante el dolor, aplastó los dientes, soltando un ruido sordo. La bola de papel de antes venía ahora hacia ellos chocando con él e impulsando a ambos con más fuerza y rapidez que con la que lo haría el puño. Fueron enviados a gran distancia, esquivando así con totalidad el puño girando en el aire.
En la posición en la que se encontraba ahora Stinger, por los giros, la patada y la consiguiente perdida de fuerza, se le "resbaló" ella del hombro, hacia el pecho de él, quedando frente a frente. Volvió a sujetarla, cómo pudo, esta vez por la espalda, pareciendo más un abrazo. Caían hacia el agua irremediablemente hasta que de la espalda de brotaron dos alas de una envergadura de más de 4 metros de un color castaño/dorado, rompiendo al salir. Con el tiempo había conseguido convertir cualquier parte de su cuerpo en las de un águila, generalmente las alas y los ojos.
La desplegó lo suficiente como para levantar ligeramente el vuelo y no estrellarse directamente contra el suelo. Igualmente se estrellaron porque no controlaba bien sus alas por el dolor que aún sentía y porque habían sido arrojados con bastante fuerza. Cayeron unos 50 metros lejos de la costa en unos pequeños matorrales. Ella acabó encima de él tras el aterrizaje. Él reía, so sólo para ocultar el dolor, que ahora también sentía en la espalda y las alas, sino también por lo ridícula de la situación.
-No está nada mal para una primer cita...-declaró con un suspiro.-Aunque no me esperaba que me metieras mano tan pronto-siguió riendo.-
Hizo desaparecer sus alas, le incomodaban en esa posición, descendiendo unos centímetros. Dejó la espada en el suelo y se llevó la mano a la cabeza quitándose la "máscara" que tenía y todo lo de sus hombros.
-Te llamabas...-dijo.-
Sentñia directamente su cuerpo sobre él, estaba bastante en forma, con una figura esbelta y bien proporcionada. Echó la vista ligeramente hacia su izquierda, se detuvieron en un claro "objetivo". Tenía con una buena curvatura y era respingón, era uno bastante bueno aunque no el mejor, tendría un 8.4 sobre diez, le perdonaría el hecho de tener el pelo azul. Entonces ella respondió a su anterior petición, devolviéndole a la realidad.
-Me... sofocas...Y te tengo... una mala noticia... Todavía no se usar el trovicel... Que es de los pocos "papeles"... Inmunes al fuego... El resto de mis papeles... Se quemaran muy fácil...-dijo ella entonces.-
-Perfecto... -pensó algo mareado.-Tendré que aumentar la velocidad.-
El Kamisori debía de ser suficiente para poder esquivar el ataque con efectividad, incluso en su totalidad la explosión, al menos es lo que pensaba. De la masa de arcilla que se había creado en el suelo para sepultar a ambos, Empezaba a salir un gigantesco puñu en su dirección, que era inexplicablemente más rápido que él usando el Kamisori, a pesar de llevar peso extra, debería ser capaz de ser más rápido que un ataque con esa sustancia.
De cualquier forma el puñetazo, de dimensiones similares a la mano que tendría un gigante, se dirigía a ellos a una velocidad increíble, seguramente no podría esquivarlo. Debía de transformarse en su forma híbrida para poder aumentar todas sus capacidades físicas, cuando repentinamente su peso en la espalda por las alas de papel desaparecieron dejaron de ser un lastre que le frenaban en el aire por su forma. Éstas se deshicieron y rodearon al puño de arcilla que se aproximaba . Sin embargo empezó a amontonarse papel en su cara y hombros.
-¿Qué coño es ésto?-pensó.-Mierda.-
Poco a poco su velocidad fue aumentando, a pesar de él no verlo, en su cabeza se había formado una especie de cuña que iba cortando el viento, oponiendo menos resistencia al aire y aumentando su velocidad aunque no parecía ser la suficiente como para esquivarlo, ésto lo había conseguido ella, creándolo a partir de una de sus alas. La otra ala de papel también se descolgó formando una bola y chocando contra el puño, que estaba más solido por el papel que lo envolvía. Por tanto al impactar la pelota rebotaría con más fuerza.
-Si sobrevivimos... Por favor perdóname y no me mates-dijo de pronto.-¡¡AHORA DÓBLATE!!-gritó.-
-Pero qué...-fue interrumpido por un golpe rastrero.-
Al acabar ella de hablar le soltó una patada en las joyas de la corona, no era muy fuerte pero era suficiente como para que se doblegue ante el dolor, aplastó los dientes, soltando un ruido sordo. La bola de papel de antes venía ahora hacia ellos chocando con él e impulsando a ambos con más fuerza y rapidez que con la que lo haría el puño. Fueron enviados a gran distancia, esquivando así con totalidad el puño girando en el aire.
En la posición en la que se encontraba ahora Stinger, por los giros, la patada y la consiguiente perdida de fuerza, se le "resbaló" ella del hombro, hacia el pecho de él, quedando frente a frente. Volvió a sujetarla, cómo pudo, esta vez por la espalda, pareciendo más un abrazo. Caían hacia el agua irremediablemente hasta que de la espalda de brotaron dos alas de una envergadura de más de 4 metros de un color castaño/dorado, rompiendo al salir. Con el tiempo había conseguido convertir cualquier parte de su cuerpo en las de un águila, generalmente las alas y los ojos.
La desplegó lo suficiente como para levantar ligeramente el vuelo y no estrellarse directamente contra el suelo. Igualmente se estrellaron porque no controlaba bien sus alas por el dolor que aún sentía y porque habían sido arrojados con bastante fuerza. Cayeron unos 50 metros lejos de la costa en unos pequeños matorrales. Ella acabó encima de él tras el aterrizaje. Él reía, so sólo para ocultar el dolor, que ahora también sentía en la espalda y las alas, sino también por lo ridícula de la situación.
-No está nada mal para una primer cita...-declaró con un suspiro.-Aunque no me esperaba que me metieras mano tan pronto-siguió riendo.-
Hizo desaparecer sus alas, le incomodaban en esa posición, descendiendo unos centímetros. Dejó la espada en el suelo y se llevó la mano a la cabeza quitándose la "máscara" que tenía y todo lo de sus hombros.
-Te llamabas...-dijo.-
Killer Shadow
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
De una manera milagrosa la chica logro hacer un par de movimientos, con los que logro salir del trayecto de mi ataque, jamas en mi vida alguien había logrado escapar, debía darles crédito por hacerlo, aun que fue de una forma muy ridícula para poder escapar de esta pelea, pues le golpeo en el trasero al sujeto para poderse impulsar y salir disparados del lugar a gran velocidad y haciendo imposible que mi ataque le llegara. Suspire resignado al ver como volaban por los aires alejándose de mi, jajajajajja bueno, vamonos, al pueblo, a beber.
Mi rostro cambio dramáticamente de estar furioso a estar en completa alegría, pues esos sujetas y la chica ya se habían alejado, mire al cielo, era hermoso justamente igual a como cuando llegue, seguí caminando hasta el pueblo mientras le decía a kisho que preparara el barco para salir en cuanto yo regresara, mientras caminaba observaba el paisaje tranquilamente, olvidando por completo la situación de hace unos minutos. Tengo mucha sed y mucha hambre. mientras un grupo reducido de mis hombres me seguía de cerca para poder ir por algo de comida al pueblo, que por siento a simple vista se veía parifico y tranquilo.
al llegar al pueblo, pude notar algo muy extraño, estaba solo, como si estuviera abandonado, un completo silencio adornaba el pueblo, comencé a caminar por sus calles, buscando a alguna persona o un establecimiento de comida, nadie me atendía, pero si nadie vivía aquí por que la insistencia de esa chica por defender este pueblo. Esto no me parecía lógico, después de tanto estar caminando entre a un bar, el lugar era obscuro y sucio como estoy acostumbrado a estos lugares, me acerque a la barra y no había nadie, después de haber llamado por unos minutos al cantinero, nadie me contesto y yo no tenia tiempo para esperar mas.
tome dos barriles de licor y salí de la taberna como si nada pasara, en las calles ya me esperaban mis hombres con mucha comida que de igual forma nadie había salido a vender. así que nos dispusimos a regresar al barco, con la misma duda, que había pasado en esta isla y con sus habitantes.
Mi rostro cambio dramáticamente de estar furioso a estar en completa alegría, pues esos sujetas y la chica ya se habían alejado, mire al cielo, era hermoso justamente igual a como cuando llegue, seguí caminando hasta el pueblo mientras le decía a kisho que preparara el barco para salir en cuanto yo regresara, mientras caminaba observaba el paisaje tranquilamente, olvidando por completo la situación de hace unos minutos. Tengo mucha sed y mucha hambre. mientras un grupo reducido de mis hombres me seguía de cerca para poder ir por algo de comida al pueblo, que por siento a simple vista se veía parifico y tranquilo.
al llegar al pueblo, pude notar algo muy extraño, estaba solo, como si estuviera abandonado, un completo silencio adornaba el pueblo, comencé a caminar por sus calles, buscando a alguna persona o un establecimiento de comida, nadie me atendía, pero si nadie vivía aquí por que la insistencia de esa chica por defender este pueblo. Esto no me parecía lógico, después de tanto estar caminando entre a un bar, el lugar era obscuro y sucio como estoy acostumbrado a estos lugares, me acerque a la barra y no había nadie, después de haber llamado por unos minutos al cantinero, nadie me contesto y yo no tenia tiempo para esperar mas.
tome dos barriles de licor y salí de la taberna como si nada pasara, en las calles ya me esperaban mis hombres con mucha comida que de igual forma nadie había salido a vender. así que nos dispusimos a regresar al barco, con la misma duda, que había pasado en esta isla y con sus habitantes.
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Akuma no mi
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