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Azuka
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~El primero en aprovechar la "abertura" que hice en la guardia enemiga fue un hombre rubio que recién se había integrado al "equipo", por así llamarle, era alto y se veía con algo de edad en el rostro que no conseguía adivinar en realidad. El avanzó rápidamente hacía el enemigo y con unos nunchaku impactó en la quijada a uno de los piratas desde abajo, hiriéndolo y tumbándolo al suelo por la inercia. Abrí los ojos de par en par, pues ese golpe fue de verdad muy feo y le iba a dejar marca al rival. El rubio retrocedió y desafió a los piratas a atacar con todo lo que tenían, haciendo que nuevamente le mirará con sorpresa, no era conveniente que los "Bardoks" nos atacaran con todo, esperaba que se lo tomaran con calma esos tipos, o al menos, como un reto personal.
A la "alineación" se sumó un perro muy grande, ahora mi atención estaba en el y quien parecía ser su amo, una especie de ninja enmascarado que afirmó que ahora el combate estaba a nuestro favor con un 6 vs 5, gracias a su can que se había integrado. Llevaba una mochila entre sus fauces, así que imaginé inmediatamente que iban a ser las pertenencias del ninja. Presté atención ahora a los piratas, tras el golpe del rubio ya estaban nuevamente "en guardia" y se lanzaron todos a por un oponente, menos por mí que no tenían forma humana de alcanzarme, y también a por el rubio vendado al cual se le acercaron dos piratas pero los detuvo con los disparos de sus armas. Acto seguido me dirigió unas palabras, entrecerré los ojos y le miré.
-Grrr...-Gruñí ligeramente pero el chico cayó al suelo de inmediato, el golpe en su costado le había herido de gravedad. Preocupada descendí hasta el pequeño grupo de personas, ya tres piratas estaban en el piso, uno algo aturdido y los otros revolcándose por los impacto de balas, sus compañeros solo miraban preocupados al frente donde estábamos. Me coloqué a un lado del rubio de cuclillas y mis alas se doblaron para no estorbarme.
-Ya no hagas tanto esfuerzo... Necesitas un médico.-Le murmuré, no me atrevía a tocarlo ni nada pues podría agravar su condición actual, podía tener huesos rotos o algo y yo la verdad o tenía gran conocimiento en medicina, apenas y lo básico de primeros auxilios.-No te trates de hacer el fuerte.-Dije seria para que no tuviera ni la idea de moverse de su sitio.]-Ey, ¿alguno de ustedes es médico?-Pregunté en general, recorriendo uno por uno con mi mirada.
Los últimos dos piratas se lanzaron al ataque al mismo tiempo, mientras que uno de los afectados por las balas decía unas palabras a través de un den den mushi, seguramente estaba avisando al resto de la tripulación. Por su parte el que fue golpeado con el nunchaku ya se estaba poniendo de pie una vez más, recuperado de aquel golpe, ya no volverían a tomarle desprevenido, ni a el ni a sus compañeros que al ver la situación ya se iban a poner serios.
A la "alineación" se sumó un perro muy grande, ahora mi atención estaba en el y quien parecía ser su amo, una especie de ninja enmascarado que afirmó que ahora el combate estaba a nuestro favor con un 6 vs 5, gracias a su can que se había integrado. Llevaba una mochila entre sus fauces, así que imaginé inmediatamente que iban a ser las pertenencias del ninja. Presté atención ahora a los piratas, tras el golpe del rubio ya estaban nuevamente "en guardia" y se lanzaron todos a por un oponente, menos por mí que no tenían forma humana de alcanzarme, y también a por el rubio vendado al cual se le acercaron dos piratas pero los detuvo con los disparos de sus armas. Acto seguido me dirigió unas palabras, entrecerré los ojos y le miré.
-Grrr...-Gruñí ligeramente pero el chico cayó al suelo de inmediato, el golpe en su costado le había herido de gravedad. Preocupada descendí hasta el pequeño grupo de personas, ya tres piratas estaban en el piso, uno algo aturdido y los otros revolcándose por los impacto de balas, sus compañeros solo miraban preocupados al frente donde estábamos. Me coloqué a un lado del rubio de cuclillas y mis alas se doblaron para no estorbarme.
-Ya no hagas tanto esfuerzo... Necesitas un médico.-Le murmuré, no me atrevía a tocarlo ni nada pues podría agravar su condición actual, podía tener huesos rotos o algo y yo la verdad o tenía gran conocimiento en medicina, apenas y lo básico de primeros auxilios.-No te trates de hacer el fuerte.-Dije seria para que no tuviera ni la idea de moverse de su sitio.]-Ey, ¿alguno de ustedes es médico?-Pregunté en general, recorriendo uno por uno con mi mirada.
Los últimos dos piratas se lanzaron al ataque al mismo tiempo, mientras que uno de los afectados por las balas decía unas palabras a través de un den den mushi, seguramente estaba avisando al resto de la tripulación. Por su parte el que fue golpeado con el nunchaku ya se estaba poniendo de pie una vez más, recuperado de aquel golpe, ya no volverían a tomarle desprevenido, ni a el ni a sus compañeros que al ver la situación ya se iban a poner serios.
Lucifer D. Newgate
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Akuma no mi
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Finalmente, desde la partida de mi Hermosa isla hace aproximadamente cuatro días, había llegado a Loguetown aquella isla del East Blue, la cual es conocida en el mundo como: "La Isla del Inicio y el Final" dado que en esa isla Había nacido y había sido ejecutado Gol D. Roger, (Mejor conocido en el mundo como "El Rey de los Piratas".) una vez llegue a la isla, me dirigí inmediatamente a un Bar, (el mas cercano para ser precisos.) pues no me imagine que me tardaría en recorrer aquella pequeña distancia entre Isla Down (Mi isla Natal.) y Loguetown tres días completos, por ese motivo solamente había cargado comida y agua para dos días completos y al llegar a Loguetown moría de hambre y sed, inmediatamente entre en aquel bar, desde el momento en el cual arribe a la isla no tuve cabeza para nada mas que para comer y beber, dada esta circunstancia no preste la mas mínima atención a la Isla y mucho menos al bar, una vez llegue hasta la barra, observe al camarero y amablemente dije: -Sería tan amable de servirme un vaso de agua y un plato lleno de toda la comida posible?-, el bar tender asintió con un movimiento vertical de la cabeza, unos segundos después esbozo una sonrisa y sirvió inmediatamente el vaso con agua mientras calentaba la comida, Deslizo el vaso por la barra hasta mi mano Izquierda y rápidamente lo bebí, unos pocos minutos mas tarde mi plato llego.
Observe mi plato y al verlo lleno, junte mis manos de forma que quedasen vertical a mi pecho e inclinando un poco mi cuerpo hacia enfrente agradecí al bar tender por tan exquisito platillo, era un platillo de unos diez centímetros de altura, al centro contenía arroz en salsa verde, alrededor venía decorado con pepinos y zanahoria perfectamente acompañados por salsa picante, era un platillo enorme y perfecto para saciar mi hambre, finalmente sin pensarlo dos veces comí, despacio dado que deseaba disfrutar de aquel platillo, una vez termine observe al bar tender nuevamente y pude percatarme que era un hombre de la tercera edad bastante amable, pelo largo en color blanco, tez morena clara, bigote corto, sin barba, ojos de color verde claro, fornido, (aun siendo ya de edad avanzada) alto, vestía pantalón de mezclilla color azul rey, zapatos color negro, playera color azul con franjas blancas y un mandil en color blanco con el símbolo del bar estampado a la altura de su pecho en el costado Izquierdo.
Sin darle mucha importancia a su aspecto al observarlo dije: -Disculpe mi mala educación Señor pero el hambre me estaba matando, le agradezco en verdad la comida y el agua, es usted muy amable, aquí tiene 300 Berries, conserve el cambio- comenté seguro de mi mismo mientras me levantaba del banco y salía por la puerta de aquel Bar, un instante antes de salir de aquel bar escuche al anciano bar tender gritar me -Gracias a usted Joven, no tiene por que agradecer y vuelva cuando lo desee Muchacho-.
Una vez salí de aquel bar, mis ojos tardaron unos segundos en adaptarse a la luz, una vez lo hicieron, levante mis brazos al aire y estire mi cuerpo mientras hacia unos pequeños sonidos pues ya estaba satisfecho y contento, (Como dicen, "barriga llena corazón contento") así di paso a buscar algo que comprar y pasé a investigar la isla por supuesto lo que no sabía yo era que ese día encontraría al gremio que en unos años sería el más famoso de aquel mar.
La Ciudad era bastante grande, se podía escuchar y observar un gran movimiento por toda la Isla, eso era algo agradable a mi parecer pues me gustaba convivir con la gente en lugar de estar solo, me pasee varios minutos recorriendo la isla sin resultado o pista alguna sobre alguna tienda atractiva, sin darme por vencido seguí buscando por toda la isla y cerca de dos horas mas tarde encontré al fin a la que parecía ser una tienda grande de ropa, entre la gente de la Isla me hice espacio y me adentré en la tienda, era inmensa y al observarla mi corazón comenzó a latir rápidamente, mi emoción era incontenible, los ojos me brillaban, había quedado anonadado al ver el símbolo enorme de aquella tienda, era ni mas ni menos que mi tienda favorita en todo el mundo, una vez deje de admirar aquel símbolo corrí hacia dicha tienda y me tope con un grupo de sujetos extraños que me hacían frente, eran realmente curiosos y bajos de estatura, solo eran 2 sujetos una vez llegue hasta ellos los observe y pregunte algo apenado -Disculpen pero necesito pasar, con su permiso me adentrare en la tienda, Mucho gusto por cierto.-. dije firmemente mientras esperaba una respuesta, pero al parecer mi cortes saludo les había dejado mudos pues pude percatarme que en cuanto mencione mi mis palabras, aquellos sujetos retrocedieron un poco y abrieron sus ojos unos pocos centímetros mas de lo regular, intente no reírme a causa de sus expresiones pero una pequeña risita tenue se me escapo.
Unos segundos mas tarde uno de los sujetos recapacito a su reacción y esbozo una sonrisa ya que pudo observar que era un Joven realmente pequeño, (en cuanto edad) y eso le alegraba, muy amablemente aquel sujeto me escolto hasta la tienda, parecía ser alguna especie de encargado -Disculpe la reacción por nuestra parte Joven, lo que pasa es que aquella forma tuya de ver las cosas es sospechosa y dada tu altura deberías tener mas cuidado al investigar, mi nombre es Javier y es un verdadero gusto que te interese nuestra tienda, pasa por favor-. dijo sonriente aquel señor o joven mientras me escoltaba a la tienda, sin decir nada solamente esboce una sonrisa y asentí a su petición acerca de mis investigaciones.
Pocos metros después llegamos a la tienda de ropa, mientras que Javier me informaba que le esperara unos minutos, él tocaba la puerta, después de escuchar una voz gruesa que dijo -Adelante- Javier paso a la tienda y unos minutos mas tarde volvió a salir invitándome a pasar a esta, sin mas solamente camine hasta entrar en la tienda, una vez dentro vi muchas prendas para hombre y mujer tal y como mi hermano me la había descrito en su momento, algo asombrado por ese hecho me quede paralizado unos segundos hasta que el dueño de la tienda volteo a verme y dijo algo sorprendido -Que ocurre muchacho?, venga pasa y toma asiento por favor, Javier me ha Informado sobre todo, por favor pasa y escoge lo que te agrade, es un placer tener nuevos clientes- me Informo el dueño de la tienda, estaba algo sorprendido por aquello que acababa de comentarme el dueño, pero sin decir nada pasé adentrándome en la tienda y después de una breve revisión de mis cosas me permitieron la entrada, una vez dentro de la tienda caminé por ella revisando cada diferente aspecto de la misma y los tipos de ropa que ahí se vendían, esperando encontrar algo que me gustase. En cuanto acabé de revisar la tienda compre una playera y un pantalón que me habían agradado y de inmediato los compre saliendo por la puerta apresuradamente a consecuencia de un lío que se escuchaba a las afueras, caminé hasta llegar a aquel lugar y divisé a una joven peliazul en medio de un combate, con rapidez me aproximé a ella de frente y a unos cuantos metros esperé reacción de la misma.
Observe mi plato y al verlo lleno, junte mis manos de forma que quedasen vertical a mi pecho e inclinando un poco mi cuerpo hacia enfrente agradecí al bar tender por tan exquisito platillo, era un platillo de unos diez centímetros de altura, al centro contenía arroz en salsa verde, alrededor venía decorado con pepinos y zanahoria perfectamente acompañados por salsa picante, era un platillo enorme y perfecto para saciar mi hambre, finalmente sin pensarlo dos veces comí, despacio dado que deseaba disfrutar de aquel platillo, una vez termine observe al bar tender nuevamente y pude percatarme que era un hombre de la tercera edad bastante amable, pelo largo en color blanco, tez morena clara, bigote corto, sin barba, ojos de color verde claro, fornido, (aun siendo ya de edad avanzada) alto, vestía pantalón de mezclilla color azul rey, zapatos color negro, playera color azul con franjas blancas y un mandil en color blanco con el símbolo del bar estampado a la altura de su pecho en el costado Izquierdo.
Sin darle mucha importancia a su aspecto al observarlo dije: -Disculpe mi mala educación Señor pero el hambre me estaba matando, le agradezco en verdad la comida y el agua, es usted muy amable, aquí tiene 300 Berries, conserve el cambio- comenté seguro de mi mismo mientras me levantaba del banco y salía por la puerta de aquel Bar, un instante antes de salir de aquel bar escuche al anciano bar tender gritar me -Gracias a usted Joven, no tiene por que agradecer y vuelva cuando lo desee Muchacho-.
Una vez salí de aquel bar, mis ojos tardaron unos segundos en adaptarse a la luz, una vez lo hicieron, levante mis brazos al aire y estire mi cuerpo mientras hacia unos pequeños sonidos pues ya estaba satisfecho y contento, (Como dicen, "barriga llena corazón contento") así di paso a buscar algo que comprar y pasé a investigar la isla por supuesto lo que no sabía yo era que ese día encontraría al gremio que en unos años sería el más famoso de aquel mar.
La Ciudad era bastante grande, se podía escuchar y observar un gran movimiento por toda la Isla, eso era algo agradable a mi parecer pues me gustaba convivir con la gente en lugar de estar solo, me pasee varios minutos recorriendo la isla sin resultado o pista alguna sobre alguna tienda atractiva, sin darme por vencido seguí buscando por toda la isla y cerca de dos horas mas tarde encontré al fin a la que parecía ser una tienda grande de ropa, entre la gente de la Isla me hice espacio y me adentré en la tienda, era inmensa y al observarla mi corazón comenzó a latir rápidamente, mi emoción era incontenible, los ojos me brillaban, había quedado anonadado al ver el símbolo enorme de aquella tienda, era ni mas ni menos que mi tienda favorita en todo el mundo, una vez deje de admirar aquel símbolo corrí hacia dicha tienda y me tope con un grupo de sujetos extraños que me hacían frente, eran realmente curiosos y bajos de estatura, solo eran 2 sujetos una vez llegue hasta ellos los observe y pregunte algo apenado -Disculpen pero necesito pasar, con su permiso me adentrare en la tienda, Mucho gusto por cierto.-. dije firmemente mientras esperaba una respuesta, pero al parecer mi cortes saludo les había dejado mudos pues pude percatarme que en cuanto mencione mi mis palabras, aquellos sujetos retrocedieron un poco y abrieron sus ojos unos pocos centímetros mas de lo regular, intente no reírme a causa de sus expresiones pero una pequeña risita tenue se me escapo.
Unos segundos mas tarde uno de los sujetos recapacito a su reacción y esbozo una sonrisa ya que pudo observar que era un Joven realmente pequeño, (en cuanto edad) y eso le alegraba, muy amablemente aquel sujeto me escolto hasta la tienda, parecía ser alguna especie de encargado -Disculpe la reacción por nuestra parte Joven, lo que pasa es que aquella forma tuya de ver las cosas es sospechosa y dada tu altura deberías tener mas cuidado al investigar, mi nombre es Javier y es un verdadero gusto que te interese nuestra tienda, pasa por favor-. dijo sonriente aquel señor o joven mientras me escoltaba a la tienda, sin decir nada solamente esboce una sonrisa y asentí a su petición acerca de mis investigaciones.
Pocos metros después llegamos a la tienda de ropa, mientras que Javier me informaba que le esperara unos minutos, él tocaba la puerta, después de escuchar una voz gruesa que dijo -Adelante- Javier paso a la tienda y unos minutos mas tarde volvió a salir invitándome a pasar a esta, sin mas solamente camine hasta entrar en la tienda, una vez dentro vi muchas prendas para hombre y mujer tal y como mi hermano me la había descrito en su momento, algo asombrado por ese hecho me quede paralizado unos segundos hasta que el dueño de la tienda volteo a verme y dijo algo sorprendido -Que ocurre muchacho?, venga pasa y toma asiento por favor, Javier me ha Informado sobre todo, por favor pasa y escoge lo que te agrade, es un placer tener nuevos clientes- me Informo el dueño de la tienda, estaba algo sorprendido por aquello que acababa de comentarme el dueño, pero sin decir nada pasé adentrándome en la tienda y después de una breve revisión de mis cosas me permitieron la entrada, una vez dentro de la tienda caminé por ella revisando cada diferente aspecto de la misma y los tipos de ropa que ahí se vendían, esperando encontrar algo que me gustase. En cuanto acabé de revisar la tienda compre una playera y un pantalón que me habían agradado y de inmediato los compre saliendo por la puerta apresuradamente a consecuencia de un lío que se escuchaba a las afueras, caminé hasta llegar a aquel lugar y divisé a una joven peliazul en medio de un combate, con rapidez me aproximé a ella de frente y a unos cuantos metros esperé reacción de la misma.
- OFF:
- Mucho gustos a todos, a esta aquí papi Newgate hahahaha ya saben que por fin podré rolear y bueno, estoy frente a Azuka por si no se entiende
Fudo Mitsui
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- OFF:
- el ninja era un npj o.o
Ahí estaba yo acababa de llegar a la isla de Longue Town, aquella reconocida como el lugar donde falleció aquel mítico rey pirata llamado Gold Rogers, venia viajando en un barco con mi perro Kroz, quien estaba muy cansado y hambriento por lo que le fui a buscar algo para comer, pero al regresar este de un momento a otro desapareció, le busque por el barco sin mucho éxito, no tenía idea donde se abría metido pero debía comenzar buscando por la ciudad ya que lo más seguro es que este anduviera en busca de comida, además de que dudo que se hubiera lanzado al mar.
Baje de mi barco y comencé la búsqueda de mi can, recorrí algunas calles sin mucho éxito, creo que debí haber revisado toda la ciudad pero no lograba encontrar ningún rastro de mi perro.
Donde se metió este perro gordinflón, me preguntaba constantemente molesto
Seguí recorriendo las calles de la ciudad recorrí callejones y plazas sin éxito entonces cuando estaba a punto de darme por vencido mientras estaba descansando en una banca en una plaza, escuche un fuerte ladrido que para mí era muy notorio que era de él por lo que no lo dude ni dos segundos y me levante de de un salto del asiento y comencé a correr en dirección a donde creí que provenía el ladrido.
Llegue a la entrada de un callejón donde vi a un gran número de personas, al parecer era una especie de enfrentamiento, pero la verdad ni me interesaba entonces logre ver a un perro que se encontraba delante del grupo de personas más grande, no había duda ahí estaba mi compañero, pero que rayos hacia ahí, ni idea.
Comencé a acercarme al callejón y vi como un sujeto bastante alto, observaba la situación, pero no le di importancia lo único que deseaba era a mi perro devuelta camine hasta aquel grupo de personas y me abrí paso hasta que vi como un sujeto con mascara acariciaba a mi perro.
Aquel sujeto se me hacia familiar venia en el barco junto a mí y dijo que le gustaba mi perro, eso era algo obvio mi compañero era genial pero para llegar al punto de raptarlo, quién lo diría, en ese momento la ira se apodero de mi y no pude evitar dar una especie de mazazo en la cabeza del sujeto con mis dos manos entrelazadas con todas mis fuerzas. Aquel ninja cayó al suelo inconsciente y dije
No te metas con mi perro imbécil!!!.
Dicho esto tome la cabeza del sujeto con mi mano y lo levante, el era bastante ligero por lo que no me costó mucho realizar esta hazaña, gire sobre mi pierna usándola como eje para ganar un poco de fuerza centrifuga y lo mande a volar lo más lejos que pude, ni siquiera me moleste en mirarlo solo oí como se estrello.
Y tuu. Dije enojado mientras le apuntaba con el dedo No vuelvas desaparecerte así.
Comencé a caminar hacia kroz para tratar de tomarlo en brazos y marcharme de ahí, ya había recuperado a mi perro y castigado al otro sujeto por lo que lo demás no me importaba. Entonces vi como uno de los sujetos de otro grupo corrió hacia a Kroz mientras este me miraba y le dio una patada por lo que mi amigo di un grito de dolor, mientras aquel sujeto sonreía, Si ya estaba molesto eso había sido la gota que rebalso el vaso, nadie podía tocar a mi perro solo yo. Ajuste mis guantes mientras erguía mi espalda para imponerme con mi altura y mi musculatura.
Acabas cometer un gran error, y me las pagaras. Dije con una cara de ira mientras hacia sonar los huesos de mis manos
Tenek
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La llegada a Logue Town no había sido como lo esperaba, el lugar era muy bullicioso más de lo que llegue a imaginar y sin embargo muchas personas simplemente no hacían más que enfocarse en ellos mismos, me despedí de los miembros de la tripulación del Rose Wind, el pequeño barco en el que había llegado, todos se emocionaron mucho al saber que yo me quedaría en Logue y ya no continuaría el camino con ellos pues solamente se detenían por suministros y continuar su viaje rumbo al Nuevo Mundo era la clara intención de su capitán, le sonreí y agite animosamente el brazo derecho para despedirme, las noche que disfrutábamos en la zona de carga y cubierta con música y juegos ya habían llegado a su final, pero serian grandes recuerdos y amigos.
No me gustaba nada el caminar entre grandes aglomeraciones de gente, me volvía más difícil en enfocarme, distraído por aromas, colores y formas, por movimientos, gestos, miradas, sonidos, mi mente lo captaba todo y lo amplificaba, como al ver a un par de niños corriendo, altura cerca del metro treinta, el mayor era el que corría al frente a pesar que el de atrás resultaba un par de centímetros ligeramente más alto y también más corpulento ambos alcanzaban probablemente los cuarenta o cincuenta kilogramos, ojos cafés y tonos de cabello ligeramente variados, eran hermanos, las facciones de sus rostros y la fisiología ósea de su rostro lo remarcaba, aquello era una deducción basado en la apreciación y conocimiento previo de anatomía que había adquirido al leer un libro varios años atrás, ochocientas cuarenta y tres páginas que aun ahora no se me olvidaban, no “podía” olvidarlo, una maldición en verdad.
Todo ello apenas en un par de minutos a mi llegada y sin embargo no era lo único que había logrado “Ver” en el lugar, pero tampoco podía enfrascarme en todo aquello, me pasaría la vida entra y jamás terminaría, además el hambre estaba comenzando a surgir, pero como de costumbre no tenía ni un solo Berry, busque un lugar en la plaza principal, era un mar de gente, deje caer la mochila con mis pertenencias y tome la guitarra que cargaba a mi espalda mientras me quitaba el sobrero y lo dejaba al revés sobre de mis posesiones para las propinas o limosnas según se viera, no tarde demasiado en afinar bien el instrumento puesto que nadie pagaría por escuchar mala música y yo mismo me odiaría al tocar algo que no se escuchara bien, segundos más tarde ya comenzaba la primera melodía, una alegre y animada canción dedicada al mar y a la aventura, una de tantas que había memorizado en mis viajes y de las cuales era de gusto popular, no tardaron mucho en juntarse un grupo de personas a mi alrededor, mientras el ritmo aumentaba y los rasgueos de guitarra cambiaban a notas más elaboradas y la velocidad con la que mis dedos aplastaban las cuerdas se veía incrementada también, tanto que me deje llevar y sonreí, la música era una de las cosas que en verdad amaba.
Al término de la canción comenzaron a caer algunas monedas y también uno que otro billete, pero como siempre a pesar de que ya tenía lo necesario para un plato de comida la gente no me dejaría marchar solo con una canción, por lo tanto comencé a tocar otra, una más tranquila en un principio, pero como la anterior el ritmo no hacía más que ir aumentando mientras transcurría segundo a segundo, fue a mitad de la canción que lo vi, cabello negro hasta los hombros, robusto, peso entre los noventa y cien kilogramos, ojos verdes, piel maltratada y de tono aperlado, por la constante exposición al sol, era común que viajara, tenía pocas pertenencias con el pero una maleta, por lo tanto un viajero, pude ver un par de dagas en su cinturón, debía medir cerca del metro ochenta y cinco, entrecerré los ojos cuando di un paso al frente de entre la multitud y justo cuando su mano se extendía gire la guitarra en mis manos tomándola del mástil únicamente con la mano derecha lanzándola al frente ligeramente inclinada, el movimiento tendría la fuerza necesaria para desviarlo al golpearle en el rostro, pero no la suficiente para dañar mi instrumento y cumpliría con el propósito impedirle al ladrón que tomara mi dinero.
Al impacto la guitarra se estremeció y yo tome el sombrero con mi mano libre colocándolo sobre de mi cabeza protegiendo mi dinero, fueron segundos, unos cuantos lo necesarios para que se recuperara aun que aun permanecería aturdido, sonreí cuando se puso de pie, lance mi guitarra a mi espalda, al estar sujeta a mí con la correa se quedaría tras de mí y no se dañaría, di un paso al frente cuando el intento enfocarse, extendí ambos brazos a sus costado con las palmas de la manos abiertas e impacte con ellas sombre de sus oídos, agito la cabeza violentamente en reacción, aquello me daría más tiempo y ventaja por lo que pude ver su parado, lance un patada a la coyuntura de su rodilla para provocar que se hincara frente a mí, al estar en el suelo no hice más que terminar el trabajo tomando su cabeza con las manos para impactar un rodillazo directo a su quijada que terminaría por noquearlo, al finalizar todo el mundo estaba observando con expresiones incrédulas – Kukuku no me gusta que me roben….¿y a ustedes? – les cuestione provocando estrepitosas risas y aplausos entre ellos, al parecer el combate le gustaba más que la música algo que en el fondo me decepciono, pero que las monedas y billetes que lanzaron a mi mochila ayudo para dejar a tras junto a aquel ladrón, ya tenía dinero más que suficiente para comida y un lugar en donde quedarme.
No me gustaba nada el caminar entre grandes aglomeraciones de gente, me volvía más difícil en enfocarme, distraído por aromas, colores y formas, por movimientos, gestos, miradas, sonidos, mi mente lo captaba todo y lo amplificaba, como al ver a un par de niños corriendo, altura cerca del metro treinta, el mayor era el que corría al frente a pesar que el de atrás resultaba un par de centímetros ligeramente más alto y también más corpulento ambos alcanzaban probablemente los cuarenta o cincuenta kilogramos, ojos cafés y tonos de cabello ligeramente variados, eran hermanos, las facciones de sus rostros y la fisiología ósea de su rostro lo remarcaba, aquello era una deducción basado en la apreciación y conocimiento previo de anatomía que había adquirido al leer un libro varios años atrás, ochocientas cuarenta y tres páginas que aun ahora no se me olvidaban, no “podía” olvidarlo, una maldición en verdad.
Todo ello apenas en un par de minutos a mi llegada y sin embargo no era lo único que había logrado “Ver” en el lugar, pero tampoco podía enfrascarme en todo aquello, me pasaría la vida entra y jamás terminaría, además el hambre estaba comenzando a surgir, pero como de costumbre no tenía ni un solo Berry, busque un lugar en la plaza principal, era un mar de gente, deje caer la mochila con mis pertenencias y tome la guitarra que cargaba a mi espalda mientras me quitaba el sobrero y lo dejaba al revés sobre de mis posesiones para las propinas o limosnas según se viera, no tarde demasiado en afinar bien el instrumento puesto que nadie pagaría por escuchar mala música y yo mismo me odiaría al tocar algo que no se escuchara bien, segundos más tarde ya comenzaba la primera melodía, una alegre y animada canción dedicada al mar y a la aventura, una de tantas que había memorizado en mis viajes y de las cuales era de gusto popular, no tardaron mucho en juntarse un grupo de personas a mi alrededor, mientras el ritmo aumentaba y los rasgueos de guitarra cambiaban a notas más elaboradas y la velocidad con la que mis dedos aplastaban las cuerdas se veía incrementada también, tanto que me deje llevar y sonreí, la música era una de las cosas que en verdad amaba.
Al término de la canción comenzaron a caer algunas monedas y también uno que otro billete, pero como siempre a pesar de que ya tenía lo necesario para un plato de comida la gente no me dejaría marchar solo con una canción, por lo tanto comencé a tocar otra, una más tranquila en un principio, pero como la anterior el ritmo no hacía más que ir aumentando mientras transcurría segundo a segundo, fue a mitad de la canción que lo vi, cabello negro hasta los hombros, robusto, peso entre los noventa y cien kilogramos, ojos verdes, piel maltratada y de tono aperlado, por la constante exposición al sol, era común que viajara, tenía pocas pertenencias con el pero una maleta, por lo tanto un viajero, pude ver un par de dagas en su cinturón, debía medir cerca del metro ochenta y cinco, entrecerré los ojos cuando di un paso al frente de entre la multitud y justo cuando su mano se extendía gire la guitarra en mis manos tomándola del mástil únicamente con la mano derecha lanzándola al frente ligeramente inclinada, el movimiento tendría la fuerza necesaria para desviarlo al golpearle en el rostro, pero no la suficiente para dañar mi instrumento y cumpliría con el propósito impedirle al ladrón que tomara mi dinero.
Al impacto la guitarra se estremeció y yo tome el sombrero con mi mano libre colocándolo sobre de mi cabeza protegiendo mi dinero, fueron segundos, unos cuantos lo necesarios para que se recuperara aun que aun permanecería aturdido, sonreí cuando se puso de pie, lance mi guitarra a mi espalda, al estar sujeta a mí con la correa se quedaría tras de mí y no se dañaría, di un paso al frente cuando el intento enfocarse, extendí ambos brazos a sus costado con las palmas de la manos abiertas e impacte con ellas sombre de sus oídos, agito la cabeza violentamente en reacción, aquello me daría más tiempo y ventaja por lo que pude ver su parado, lance un patada a la coyuntura de su rodilla para provocar que se hincara frente a mí, al estar en el suelo no hice más que terminar el trabajo tomando su cabeza con las manos para impactar un rodillazo directo a su quijada que terminaría por noquearlo, al finalizar todo el mundo estaba observando con expresiones incrédulas – Kukuku no me gusta que me roben….¿y a ustedes? – les cuestione provocando estrepitosas risas y aplausos entre ellos, al parecer el combate le gustaba más que la música algo que en el fondo me decepciono, pero que las monedas y billetes que lanzaron a mi mochila ayudo para dejar a tras junto a aquel ladrón, ya tenía dinero más que suficiente para comida y un lugar en donde quedarme.
Alexander Ovish
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
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Akuma no mi
Varios
Y ahí estaba yo, luchando por sobrevivir en aquel basto mar tratando de no morirme de hambre, eso de morir por inanición resultaba ser bastante molesto.. por lo menos para mi lo era. No tenia ni agua ni alimento alguno lo cual resultaba desesperante pues al tener muchísima sed y estar rodeado de agua la cual no se puede beber era algo en extremo desesperante, sin mencionar aquellas aves que sobrevolaban mi pequeño barquito dando vueltas alrededor de este esperando a que yo perdiera la vida y poder así disfrutar de mis entrañas, pero no lo tendrían tan fácil.
Me di unas fuertes palmadas en las mejillas las cuales dejaron mis dedos marcados sobre mi piel, esto para mantenerme despierto, y me senté en una silla sobre la cubierta de mi barco claro que en la parte donde había sombra pues no podía hacer nada mas que esperar, el avance del barco era en si muy lento en ese momento. El cielo estaba despejado y la brisa del mar era refrescante, tan así que hacia que deseara una cerveza muy fría mas que a mi vida en ese momento. -No.. no voy a morir aquí..- Musitaba para mi mismo, era una costumbre que tenia, agitando un poco la cabeza negando con la misma. Estaba decidido a soportar, a aguantar el reto que ahora tenia conmigo y lo superaría; con mi temblorosas y ahora débiles manos, saqué de uno de los bolsillos interiores de mi saco la tan apreciada cajetilla de cigarros que mantenía siempre conmigo de la cual tome un cigarrillo y me lo coloqué en la boca.
Con el solo hecho de sostenerlo con mis labios ya podía sentir aquel sabor a tabaco que tanto me gustaba y por lo cual me sentía aliviado por un momento, el tiempo suficiente hasta que mi estomago comenzara a rugir reclamando alimento. Guardé de nueva cuenta la cajetilla en su lugar designado pues ahora era turno de sacar mi encendedor especial, y después de un dificultoso movimiento logré sacarlo del bolsillo derecho de mi pantalón solo para elevarlo con mi mano derecha hasta la altura de mi rostro y mientras colocaba mi mano izquierda frente a la punta del cigarro y del encendedor en forma de pared, comencé a prender mi encendedor para aprovechar el fuego que emanara de este y así poder fumar el cigarro que tanto añoraba en ese momento.
La brisa del mar sacudió por un momento mi cabello al mismo tiempo que sentía aquel cosquilleo que representaba el humo de mi cigarro bajando por mi garganta hasta llegar a mis pulmones, una sensación en si placentera. -Eso es lo que necesitaba..- Murmuré manteniendo una forzada sonrisa en mi rostro aun sosteniendo el cigarro solo con mis labios pues en verdad no tenia energías ni para sonreír bien. Como si estuviera tratando de hacer equilibrio, con movimientos vacilantes de izquierda a derecha me tambaleaba sobre la silla pues estaba a punto de caerme ya fuera hacia un lado o para enfrente por lo cual mejor me recargue en el respaldo de la silla y comencé a liberar el humo de mi cigarro por la boca y ya al finalizar, por la nariz.
Terminé de fumar mi cigarrillo y ya no supe que fue lo que pasó pues me quede completamente dormido energías sentado en la silla sobre la cubierta de mi barco, bajo la sombra que me brindaba una de las paredes y sintiendo como la brisa del mar agitaba un poco mi cabello, estaba seguro que me iba a morir. Pero no fue así pues comencé a forzar mi sueño tratando de liberarme de este y al momento de conseguirlo, me vi a mi mismo acostado sobre una reconfortante cama en una habitación muy poco iluminada pues la ventana estaba cubierta por una cortina obscura. Yo me encontraba completamente en ropa interior por lo que lo primero que hice fue buscar con la mirada mis pertenencias, pero al momento de girar la cabeza para mi lado izquierdo, pude ver claramente un vaso con agua junto a una jarra con el mismo contenido.
No se de donde saqué fuerzas pero el hecho es que me incorpore de golpe sentándome al mismo tiempo en la orilla de la cama para tomarme de un trago el vaso con agua sin analizarlo primero ni nada, simplemente me lo bebí y luego me serví mas agua. Casi se me salen las lagrimas al estar bebiendo tan sublime refrescante liquido, quien fuera que haya sido el responsable de mi sobrevivencia le estaría completamente agradecido. -Humhumhumhum..- Reí silenciosamente pues me sentía feliz. -¡Estoy vivo!- Exclamé ya manteniendo la amplia sonrisa en mi rostro la cual no podía marcar antes de despertarme en este lugar, ya me sentía mucho mejor.
Me di unas fuertes palmadas en las mejillas las cuales dejaron mis dedos marcados sobre mi piel, esto para mantenerme despierto, y me senté en una silla sobre la cubierta de mi barco claro que en la parte donde había sombra pues no podía hacer nada mas que esperar, el avance del barco era en si muy lento en ese momento. El cielo estaba despejado y la brisa del mar era refrescante, tan así que hacia que deseara una cerveza muy fría mas que a mi vida en ese momento. -No.. no voy a morir aquí..- Musitaba para mi mismo, era una costumbre que tenia, agitando un poco la cabeza negando con la misma. Estaba decidido a soportar, a aguantar el reto que ahora tenia conmigo y lo superaría; con mi temblorosas y ahora débiles manos, saqué de uno de los bolsillos interiores de mi saco la tan apreciada cajetilla de cigarros que mantenía siempre conmigo de la cual tome un cigarrillo y me lo coloqué en la boca.
Con el solo hecho de sostenerlo con mis labios ya podía sentir aquel sabor a tabaco que tanto me gustaba y por lo cual me sentía aliviado por un momento, el tiempo suficiente hasta que mi estomago comenzara a rugir reclamando alimento. Guardé de nueva cuenta la cajetilla en su lugar designado pues ahora era turno de sacar mi encendedor especial, y después de un dificultoso movimiento logré sacarlo del bolsillo derecho de mi pantalón solo para elevarlo con mi mano derecha hasta la altura de mi rostro y mientras colocaba mi mano izquierda frente a la punta del cigarro y del encendedor en forma de pared, comencé a prender mi encendedor para aprovechar el fuego que emanara de este y así poder fumar el cigarro que tanto añoraba en ese momento.
La brisa del mar sacudió por un momento mi cabello al mismo tiempo que sentía aquel cosquilleo que representaba el humo de mi cigarro bajando por mi garganta hasta llegar a mis pulmones, una sensación en si placentera. -Eso es lo que necesitaba..- Murmuré manteniendo una forzada sonrisa en mi rostro aun sosteniendo el cigarro solo con mis labios pues en verdad no tenia energías ni para sonreír bien. Como si estuviera tratando de hacer equilibrio, con movimientos vacilantes de izquierda a derecha me tambaleaba sobre la silla pues estaba a punto de caerme ya fuera hacia un lado o para enfrente por lo cual mejor me recargue en el respaldo de la silla y comencé a liberar el humo de mi cigarro por la boca y ya al finalizar, por la nariz.
Terminé de fumar mi cigarrillo y ya no supe que fue lo que pasó pues me quede completamente dormido energías sentado en la silla sobre la cubierta de mi barco, bajo la sombra que me brindaba una de las paredes y sintiendo como la brisa del mar agitaba un poco mi cabello, estaba seguro que me iba a morir. Pero no fue así pues comencé a forzar mi sueño tratando de liberarme de este y al momento de conseguirlo, me vi a mi mismo acostado sobre una reconfortante cama en una habitación muy poco iluminada pues la ventana estaba cubierta por una cortina obscura. Yo me encontraba completamente en ropa interior por lo que lo primero que hice fue buscar con la mirada mis pertenencias, pero al momento de girar la cabeza para mi lado izquierdo, pude ver claramente un vaso con agua junto a una jarra con el mismo contenido.
No se de donde saqué fuerzas pero el hecho es que me incorpore de golpe sentándome al mismo tiempo en la orilla de la cama para tomarme de un trago el vaso con agua sin analizarlo primero ni nada, simplemente me lo bebí y luego me serví mas agua. Casi se me salen las lagrimas al estar bebiendo tan sublime refrescante liquido, quien fuera que haya sido el responsable de mi sobrevivencia le estaría completamente agradecido. -Humhumhumhum..- Reí silenciosamente pues me sentía feliz. -¡Estoy vivo!- Exclamé ya manteniendo la amplia sonrisa en mi rostro la cual no podía marcar antes de despertarme en este lugar, ya me sentía mucho mejor.
Onizuka Eikichi
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Al estar cerca de todos me doy cuenta de que hay un tipo herido ya que el mismo después de mi provocación a los demás piratas hirió a 2 de ellos cayéndose en ese momento, cosa que no me importo mucho ya que estaban varias personas mas ahí para auxiliarle, al ver como la chica que estaba volando baja para ayudarle me tranquilizo un poco pero al preguntar si alguien es medico solo le veo y le digo-Con suerte el tipo no muere, no soy medico pero supongo que presionando la herida el desangrado será mas leve, por cierto soy Onizuca Le sonrío para volver a la pelea pero algo me distrae es un tipo que sale de la nada y se detiene justo frente a la chica.
"Joder, ¿que sucede con este tipo? ¿no se da cuenta que esta en medio de una pelea? Que clase de gente mas rara...
Por si el tipo este no fuera suficiente aparece un tipo musculoso gritando y diciendo no se que de un perro o algo así no le preste atención si no hasta que lanzo al ninja contra una pared cercana haciéndole bastante daño, pero en su movimiento para lanzarlo tuve que esquivarlo, y los piratas que en ese momento se lanzaron al ataque se detuvieron para so salir lastimados eso por el poco espacio que hay en el callejón, a todo esto me molesto que llegara de esa forma y que interrumpiera mi pelea
"¿Que se cree este sujeto? Ahora si va a conocer a el gran Onizuca pensé, pero antes de hacer algo noto como uno de los piratas patea al perro que le encargue mi mochila, esa fue la gota que derramo el vaso, solo fui hasta mi mochila y saque un paquete de cigarrillos, tome un cigarrillo y lo encendí tranquilamente, camine junto al tipo musculoso y adopte posición de ataque.
-No se quien eres pero por el momento te dejare en paz ya que tenemos un enemigo en común, no soporto ver como se aprovechan de los animales indefensos, primero acabemos con estas basuras, luego me encargare de ti, ¿que dices?
Le veo con tranquilidad esperando su respuesta
"Joder, ¿que sucede con este tipo? ¿no se da cuenta que esta en medio de una pelea? Que clase de gente mas rara...
Por si el tipo este no fuera suficiente aparece un tipo musculoso gritando y diciendo no se que de un perro o algo así no le preste atención si no hasta que lanzo al ninja contra una pared cercana haciéndole bastante daño, pero en su movimiento para lanzarlo tuve que esquivarlo, y los piratas que en ese momento se lanzaron al ataque se detuvieron para so salir lastimados eso por el poco espacio que hay en el callejón, a todo esto me molesto que llegara de esa forma y que interrumpiera mi pelea
"¿Que se cree este sujeto? Ahora si va a conocer a el gran Onizuca pensé, pero antes de hacer algo noto como uno de los piratas patea al perro que le encargue mi mochila, esa fue la gota que derramo el vaso, solo fui hasta mi mochila y saque un paquete de cigarrillos, tome un cigarrillo y lo encendí tranquilamente, camine junto al tipo musculoso y adopte posición de ataque.
-No se quien eres pero por el momento te dejare en paz ya que tenemos un enemigo en común, no soporto ver como se aprovechan de los animales indefensos, primero acabemos con estas basuras, luego me encargare de ti, ¿que dices?
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Alexander Ovish
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Ya sintiéndome un poco mejor pero no tanto como para ponerme a dar saltos y cosas así, me puse de pie apoyándome en mis rodillas para levantarme de la cama y al hacerlo, me di cuenta de que mis pertenencias se encontraban acomodadas finamente sobre un silla lo cual me indicaba que quien me había auxiliado también sabia como tratar la ropa formal, pero aun así no tenia ni la mas minima idea de quien se trataba. Procuré no darle mucha importancia al asunto, por lo menos por ahora y me acerque hasta la silla arrastrando los pies por la fresca madera del suelo de aquella habitación en la que me encontraba, y lo primero que hice fue tomar mi pantalón para ponérmelo sin perder el tiempo, tampoco es como si tuviera ganas de que entrara un desconocido a la habitación y me encontrara solamente en calzones.
Después de colocarme el pantalón, lo que hice fue ponerme inmediatamente después la camiseta de tirantes seguida de la camisa de vestir color blanca que llevaba puesta antes de desmayarme, abotone la camisa, me acomode las mangas junto con el cuello de la misma y luego me faje y cerré el pantalón. Seguido de eso comencé a caminar para acercarme a la cortina que cubría la ventana, necesitaba iluminar un poco la habitación para ver con mas claridad, además de que también quería asomarme por esta para ver un poco la isla en la que ahora me encontraba pues a decir verdad no sabia donde estaba en estos momentos.
Moví la cortina y me quede deslumbrado por un momento pues la habitación en la que estaba en esos momentos tenia poca luz y mis ojos se habían acostumbrado a eso; me lleve rápidamente las manos a los ojos y comencé a tallar estos como si esto me ayudara a aliviar lo deslumbrado que estaba. Pasados unos segundos mis ojos por fin se acostumbraron a la nueva luz por lo que me asome por la ventana y al hacer esto pude notar unas calles que me parecieron conocidas o por lo menos eso era lo que creía.
-¿Logue Town?- Me cuestione a mi mismo pues en verdad me parecían familiares aquellas calles que podía ver desde la ventana en la que me estaba asomando.
Amarre la cortina y abrí la ventana para que entrara aire fresco a la habitación en la que ahora estaba antes de que me girara sobre mis talones y le echara un ojo al lugar en el que estaba. Parecía ser una habitación un poco vieja y esto lo digo por los muebles que se encontraban en el lugar. Una mecedora, una cama, una mesa de cabecera con una veladora encima de esta y un pequeño librero, todo hecho de madera, parecía que el dueño del lugar había fabricado el mismo los muebles. Me senté de nuevo en la cama después de que tomara el resto de mi ropa y comencé a ponerme los calcetines, después me puse los zapatos y finalice colocándome el saco formal seguido de la corbata.
-Mucho mejor humhumhumhum- Hablaba conmigo mismo incluso haciendo una pose como si estuvieran a punto de tomarme una fotografía. Terminé de arreglarme y acomodarme la ropa, tome el resto de mis cosas y comencé a caminar hacia la salido de la habitación caminando lentamente a la par que me llevaba un cigarro que saqué de mi cajetilla hasta la boca para después prenderlo con la ayuda de mi encendedor especial. Llegué hasta la puerta de la habitación y tome la perilla de la puerta de manera dudosa pues no sabia que era lo que me estaba esperando del otro lado ¿Seria algún peligro?, ¿Algún enemigo? No lo se..
Gire la perilla de la puerta y esta se abrió fácilmente pues para mi suerte no me habían dejado encerrado en la habitación, abrí la puerta y me encontré con que estaba en un pasillo que daba a mas puertas, posiblemente mas habitaciones, y a una escalera que llevaba al primer piso del lugar axial como también al tercero. Retomé mi andar y caminé a paso lento a su vez que silencioso por el pasillo al que llegué dirigiéndome directamente hasta las escaleras donde sin dudarlo comencé a bajar por los escalones, total.. si me encontraba con enemigos abajo pues pelearía contra ellos y ya, aunque aun me dolía un poco el estomago por el hambre.
Llegué hasta la parte de abajo de las escaleras y frente a mi se encontraba una puerta mas así que la agarre de la perilla y antes de abrirla comencé a escuchar bastante ruido del otro lado, murmullos, incluso música y risas por lo que extrañado fruncí el ceño y abrí la puerta de golpe solo para darme cuenta de que estaba en una especie de bar, ya sabia donde estaba. Mi rostro se ilumino al ver el lugar en el que estaba, un lugar bastante conocido para mi además de que enfrente de mi miraba a hermosas chicas como meseras llevando cerveza y comidas ¡Todo lo que deseaba cuando estuve en el barco!.
-¡Alex!- Una voz me llamo por mi nombre capturando de inmediato mi atención por lo que gire la cabeza hasta alcanzar con la vista el origen de la voz que me había llamado. -Que bueno que ya despertaste, ¡Me tenias preocupado!- Me decía la voz hablándome de una manera muy familiar y aunque la voz me parecía muy conocida no terminaba de ubicarla hasta que enfoque bien y me di cuenta de quien era, era el viejo cantinero, era por eso que estaba en este bar, era el quien me había auxiliado y me había traído hasta este lugar, no cabía duda que tenia suerte de haberlo conocido hace ya bastante tiempo pues de no ser por el posiblemente me hubiera muerto sobre la cubierta de mi pequeño barco pesquero.
Negué con la cabeza a la par que mantenía una amplia sonrisa en mi rostro mientras que me acercaba hasta el viejo para darle un fuerte abrazo como agradecimiento por su ayuda. -¡Viejo!- Exclamé y seguí hablando. -¡Me estoy muriendo de hambre!- Le grite como desesperado agitándolo un poco aferrando mis manos a sus ropas a lo que el viejo me contesto golpeando mis antebrazos con las palmas de sus manos. -¡Tranquilo!, ya te estoy preparando una hamburguesa- Me comentó sonriente, el viejo si que me conocía y sabia de mis gusto por lo que me sentí sumamente aliviado y me lleve la mano izquierda hasta el abdomen para calmar a mi estomago enojado que reclamaba comida desde hace mucho tiempo.
Ya alegre, me fui caminando hasta la barra para sentarme frente a esta en uno de los bancos que se encontraban ahí, de esta manera no quedaría muy lejos del viejo y así podría mantener platica con el mientras que comía y bebía. Le pedí un tarro con cerveza bien fría a una de las meseras y me acerqué un cenicero que se encontraba sobre la barra donde puse mi cigarro para ya no estarlo sosteniendo con las manos o con la boca. -¡Viejo!- Dije levantando la voz desde mi lugar. -¡Me salvaste la vida! humhumhumhumhum- Exclamé soltando una risotada al final de mi oración y tomé con ambas manos el tarro con cerveza pues ya había llegado la mesera con el hasta donde yo estaba.
Le di un largo trago y abrace a la mesera para luego robarle un beso en la boca, estaba de muy buen humor en este momento ¿Como no estarlo si estuve a punto de morir?. -¡Gracias viejo!- Le dije al cantinero levantando mi tarro utilizando mi mano derecha para esto una vez que la mesera se separo de mi agarre, y a pesar de que yo esperaba que esta me diera una cachetada, una manotazo o algo, no fue así lo cual me subió aun mas los ánimos pues posiblemente pasaría algo bueno esta noche con la mesera si manejaba bien las cosas.
Después de colocarme el pantalón, lo que hice fue ponerme inmediatamente después la camiseta de tirantes seguida de la camisa de vestir color blanca que llevaba puesta antes de desmayarme, abotone la camisa, me acomode las mangas junto con el cuello de la misma y luego me faje y cerré el pantalón. Seguido de eso comencé a caminar para acercarme a la cortina que cubría la ventana, necesitaba iluminar un poco la habitación para ver con mas claridad, además de que también quería asomarme por esta para ver un poco la isla en la que ahora me encontraba pues a decir verdad no sabia donde estaba en estos momentos.
Moví la cortina y me quede deslumbrado por un momento pues la habitación en la que estaba en esos momentos tenia poca luz y mis ojos se habían acostumbrado a eso; me lleve rápidamente las manos a los ojos y comencé a tallar estos como si esto me ayudara a aliviar lo deslumbrado que estaba. Pasados unos segundos mis ojos por fin se acostumbraron a la nueva luz por lo que me asome por la ventana y al hacer esto pude notar unas calles que me parecieron conocidas o por lo menos eso era lo que creía.
-¿Logue Town?- Me cuestione a mi mismo pues en verdad me parecían familiares aquellas calles que podía ver desde la ventana en la que me estaba asomando.
Amarre la cortina y abrí la ventana para que entrara aire fresco a la habitación en la que ahora estaba antes de que me girara sobre mis talones y le echara un ojo al lugar en el que estaba. Parecía ser una habitación un poco vieja y esto lo digo por los muebles que se encontraban en el lugar. Una mecedora, una cama, una mesa de cabecera con una veladora encima de esta y un pequeño librero, todo hecho de madera, parecía que el dueño del lugar había fabricado el mismo los muebles. Me senté de nuevo en la cama después de que tomara el resto de mi ropa y comencé a ponerme los calcetines, después me puse los zapatos y finalice colocándome el saco formal seguido de la corbata.
-Mucho mejor humhumhumhum- Hablaba conmigo mismo incluso haciendo una pose como si estuvieran a punto de tomarme una fotografía. Terminé de arreglarme y acomodarme la ropa, tome el resto de mis cosas y comencé a caminar hacia la salido de la habitación caminando lentamente a la par que me llevaba un cigarro que saqué de mi cajetilla hasta la boca para después prenderlo con la ayuda de mi encendedor especial. Llegué hasta la puerta de la habitación y tome la perilla de la puerta de manera dudosa pues no sabia que era lo que me estaba esperando del otro lado ¿Seria algún peligro?, ¿Algún enemigo? No lo se..
Gire la perilla de la puerta y esta se abrió fácilmente pues para mi suerte no me habían dejado encerrado en la habitación, abrí la puerta y me encontré con que estaba en un pasillo que daba a mas puertas, posiblemente mas habitaciones, y a una escalera que llevaba al primer piso del lugar axial como también al tercero. Retomé mi andar y caminé a paso lento a su vez que silencioso por el pasillo al que llegué dirigiéndome directamente hasta las escaleras donde sin dudarlo comencé a bajar por los escalones, total.. si me encontraba con enemigos abajo pues pelearía contra ellos y ya, aunque aun me dolía un poco el estomago por el hambre.
Llegué hasta la parte de abajo de las escaleras y frente a mi se encontraba una puerta mas así que la agarre de la perilla y antes de abrirla comencé a escuchar bastante ruido del otro lado, murmullos, incluso música y risas por lo que extrañado fruncí el ceño y abrí la puerta de golpe solo para darme cuenta de que estaba en una especie de bar, ya sabia donde estaba. Mi rostro se ilumino al ver el lugar en el que estaba, un lugar bastante conocido para mi además de que enfrente de mi miraba a hermosas chicas como meseras llevando cerveza y comidas ¡Todo lo que deseaba cuando estuve en el barco!.
-¡Alex!- Una voz me llamo por mi nombre capturando de inmediato mi atención por lo que gire la cabeza hasta alcanzar con la vista el origen de la voz que me había llamado. -Que bueno que ya despertaste, ¡Me tenias preocupado!- Me decía la voz hablándome de una manera muy familiar y aunque la voz me parecía muy conocida no terminaba de ubicarla hasta que enfoque bien y me di cuenta de quien era, era el viejo cantinero, era por eso que estaba en este bar, era el quien me había auxiliado y me había traído hasta este lugar, no cabía duda que tenia suerte de haberlo conocido hace ya bastante tiempo pues de no ser por el posiblemente me hubiera muerto sobre la cubierta de mi pequeño barco pesquero.
Negué con la cabeza a la par que mantenía una amplia sonrisa en mi rostro mientras que me acercaba hasta el viejo para darle un fuerte abrazo como agradecimiento por su ayuda. -¡Viejo!- Exclamé y seguí hablando. -¡Me estoy muriendo de hambre!- Le grite como desesperado agitándolo un poco aferrando mis manos a sus ropas a lo que el viejo me contesto golpeando mis antebrazos con las palmas de sus manos. -¡Tranquilo!, ya te estoy preparando una hamburguesa- Me comentó sonriente, el viejo si que me conocía y sabia de mis gusto por lo que me sentí sumamente aliviado y me lleve la mano izquierda hasta el abdomen para calmar a mi estomago enojado que reclamaba comida desde hace mucho tiempo.
Ya alegre, me fui caminando hasta la barra para sentarme frente a esta en uno de los bancos que se encontraban ahí, de esta manera no quedaría muy lejos del viejo y así podría mantener platica con el mientras que comía y bebía. Le pedí un tarro con cerveza bien fría a una de las meseras y me acerqué un cenicero que se encontraba sobre la barra donde puse mi cigarro para ya no estarlo sosteniendo con las manos o con la boca. -¡Viejo!- Dije levantando la voz desde mi lugar. -¡Me salvaste la vida! humhumhumhumhum- Exclamé soltando una risotada al final de mi oración y tomé con ambas manos el tarro con cerveza pues ya había llegado la mesera con el hasta donde yo estaba.
Le di un largo trago y abrace a la mesera para luego robarle un beso en la boca, estaba de muy buen humor en este momento ¿Como no estarlo si estuve a punto de morir?. -¡Gracias viejo!- Le dije al cantinero levantando mi tarro utilizando mi mano derecha para esto una vez que la mesera se separo de mi agarre, y a pesar de que yo esperaba que esta me diera una cachetada, una manotazo o algo, no fue así lo cual me subió aun mas los ánimos pues posiblemente pasaría algo bueno esta noche con la mesera si manejaba bien las cosas.
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Estamos en muy malas condiciones peleando en desventaja contra los piratas y mas aun por que kinji esta lastimado y eso no nos va muy bien que digamos. El tipo con la bandana tiene su pequeña pelea también pero no le va muy bien puesto que esta herido y apenas y puede esquivar los golpes del enemigo, entonces el me dice unas palabras de que no fallara en sus disparos, eso nos vendría muy bien pensé en mi mismo. Yo estoy ocupado peleando contra los piratas pero entonces kinji dijo algo de un ninja o algo a si, eso me desconcertó mucho, ya que eso no se escucha todos los días. El rubio estaba casi completamente de espaldas contra el pirata, parecía que quería hacerse el profesional o algo a si, lo ignoro un poco y sigo con mi pelea, pero entonces un pirata me ataca con su espada a la cabeza, yo pongo mi espada en el trayecto de su ataque pero apenas y puedo pararlo. Entonces el rubio cae al suelo y se queja del dolor, pero acto seguido el pirata también cae y el rubio le dice unas palabras que al parecer al pirata le enojaron mucho por que se paro enseguida.
El pirata con el que peleaba volvió a atacarme, me daría de lleno pero una especie de proyectiles o algo a si atacaron al pirata justo antes de que me dieran, grito horriblemente, después voltee hacia la dirección de donde venían los disparos y note a una mujer con alas muy blancas, todos se sorprendieron, no me di a notar sorprendido pero por dentro si que lo estaba. Se sumo un perro que tenia algo en su boca , y en instantes ya era un 6 vs 5, la mujer peliazul bajo hasta donde estaba kinji, se notaba preocupada, ya que al parecer kinji resintió mucho su herida. Después ella pregunto que si alguno de nosotros era medico y nos volteo a ver a cada uno de nosotros a la par, acto seguido todos los piratas que estaban en el suelo se levantaron, por a si decirlo ignore las palabras de la chica peliazul y decidí atacar al tipo que le habían dado con el nunchaku, pero ya no seria tan fácil herirle puesto que se le veía mas serio y enojado, aun a si no me importo y tan solo trataba de ganar un poco de tiempo para que pudieran ayudar a kinji, di un salto para atacar al pirata, le conseguí cortarle, puesto que aun seguía levantándose pero, este se levanto tan furioso que hasta la piel rojo se le notaba y me tiro un golpe que logro rozarme, pero aun a si me dolió mucho, aunque permanezco en pie, en eso pensé que en verdad ya estaban enserio.
El pirata con el que peleaba volvió a atacarme, me daría de lleno pero una especie de proyectiles o algo a si atacaron al pirata justo antes de que me dieran, grito horriblemente, después voltee hacia la dirección de donde venían los disparos y note a una mujer con alas muy blancas, todos se sorprendieron, no me di a notar sorprendido pero por dentro si que lo estaba. Se sumo un perro que tenia algo en su boca , y en instantes ya era un 6 vs 5, la mujer peliazul bajo hasta donde estaba kinji, se notaba preocupada, ya que al parecer kinji resintió mucho su herida. Después ella pregunto que si alguno de nosotros era medico y nos volteo a ver a cada uno de nosotros a la par, acto seguido todos los piratas que estaban en el suelo se levantaron, por a si decirlo ignore las palabras de la chica peliazul y decidí atacar al tipo que le habían dado con el nunchaku, pero ya no seria tan fácil herirle puesto que se le veía mas serio y enojado, aun a si no me importo y tan solo trataba de ganar un poco de tiempo para que pudieran ayudar a kinji, di un salto para atacar al pirata, le conseguí cortarle, puesto que aun seguía levantándose pero, este se levanto tan furioso que hasta la piel rojo se le notaba y me tiro un golpe que logro rozarme, pero aun a si me dolió mucho, aunque permanezco en pie, en eso pensé que en verdad ya estaban enserio.
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Estaba listo para luchar contra ese pirata, realmente me había molestado el hecho de que fuese capaz de lastimar a mi perro, nadie podía tocarlo, ya me estaba preparando para atacar cuando un sujeto que se parecía a bruce lee que dijo algo sobre que no nos conocíamos pero teníamos un amigo en común, que nos encargáramos de esos sujetos y luego se encargaría de mi, eso me hizo reír bastante le mire girando un poco mi cuello y dije
Me gustaría ver que lo intentaras, pero dejaremos eso para luego, dije enderezando nuevamente mi cuello y para mirar fijamente al pirata.
Nos quedamos mirando un par de segundos fijamente, la verdad estaba esperando que el tratara de hacer el primer movimiento, estaba tratando de intimidarle y la presión se podía cortar con un cuchillo, el pirata poco a poco no podía con la presión se veía sudoroso, entonces en un acto supongo que de desesperación se agacho para recoger un tubo de metal que estaba botado en el suelo que al parecer pertenecía a uno de sus compañeros caídos y se abalanzo contra mi alzando su arma para tratar de darme un golpe descendente con aquel objeto contundente, aquel sujeto no se veía muy fuerte por lo que simplemente bloquee su ataque colocando mi antebrazo en posición horizontal para proteger mi cabeza.
El golpe del sujeto con su tubo dio de lleno en mi antebrazo, lo cual dolió bastante pero no era algo insoportable tampoco, pero había logrado lo que quería el sujeto estaba a mi alcance, moví mi brazo rápidamente hacia afuera haciendo perder el equilibrio al sujeto, me abalance sobre él y le abrase fuertemente con ambos brazos en una especie de abrazo de oso haciendo que este se comenzara a ahogar ya que no le dejaba respirar, pasaron unos segundos y mientras le tenía abrazado me tire al suelo lanzándolo por sobre mi cabeza realizando una especie de suplex. El sujeto no pudo hacer nada para defenderse y cayó de lleno al suelo haciendo levantar un poco de polvo. Me levante y comencé a sacudir mi espalda que traes mi movimiento había quedado sucia y dije mientras me miraba mi brazo
Eso me dolió... de seguro me dejara un moretón. Dije mientras movía mi brazo para tratar de aliviar el dolor
Me gustaría ver que lo intentaras, pero dejaremos eso para luego, dije enderezando nuevamente mi cuello y para mirar fijamente al pirata.
Nos quedamos mirando un par de segundos fijamente, la verdad estaba esperando que el tratara de hacer el primer movimiento, estaba tratando de intimidarle y la presión se podía cortar con un cuchillo, el pirata poco a poco no podía con la presión se veía sudoroso, entonces en un acto supongo que de desesperación se agacho para recoger un tubo de metal que estaba botado en el suelo que al parecer pertenecía a uno de sus compañeros caídos y se abalanzo contra mi alzando su arma para tratar de darme un golpe descendente con aquel objeto contundente, aquel sujeto no se veía muy fuerte por lo que simplemente bloquee su ataque colocando mi antebrazo en posición horizontal para proteger mi cabeza.
El golpe del sujeto con su tubo dio de lleno en mi antebrazo, lo cual dolió bastante pero no era algo insoportable tampoco, pero había logrado lo que quería el sujeto estaba a mi alcance, moví mi brazo rápidamente hacia afuera haciendo perder el equilibrio al sujeto, me abalance sobre él y le abrase fuertemente con ambos brazos en una especie de abrazo de oso haciendo que este se comenzara a ahogar ya que no le dejaba respirar, pasaron unos segundos y mientras le tenía abrazado me tire al suelo lanzándolo por sobre mi cabeza realizando una especie de suplex. El sujeto no pudo hacer nada para defenderse y cayó de lleno al suelo haciendo levantar un poco de polvo. Me levante y comencé a sacudir mi espalda que traes mi movimiento había quedado sucia y dije mientras me miraba mi brazo
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-¡Deja de decir tonterías y aquí esta tu hamburguesa!- Exclamó el viejo cantinero al momento de hacerme entrega de aquella hamburguesa que me había prometido y la verdad es que no recordaba lo buen cocinero que era ese anciano pues me sorprendió con la calidad del alimento que me estaba brindando, era excelente la hamburguesa. Contemplé por unos momentos tan magnifica comida que tenia enfrente y con las manos temblorosas la tome dudoso pues me parecía algo irreal, un sueño, una ilusión; eso de pasar varios días sin comer no se lo deseo a nadie.
Tragué saliva pues se me estaba haciendo agua la boca y ya manteniendo mis manos firmes acerqué aquel suculento manjar hasta mi boca solo para darle una amplia mordida justo en el centro, estaba buenísima. -Hmmmmmm- Me relamí los labios tras dar la primer mordida a mi comida y luego le di otra aunque aun tenia alimento en la boca. Al principio estaba comiendo lentamente pero luego el hambre que tenia pudo mas que mis ganas de disfrutar el alimento y procedí a devorar completamente la hamburguesa, pero para esto, el viejo cantinero ya había puesto frente a mi, un montón de aros de cebolla empanizados, ¡Que delicia!.
Me sentía sumamente feliz por estar comiendo algo tan delicioso aparte de que la cerveza que tenia a un lado estaba bien fría y rica, llego la mesera a la cual besé hace unos momentos hasta donde yo estaba y comenzó a masajear mi espalda mientras que yo comía y bebía, ¿Que mas podía pedir?. En mi rostro se podía notar una enorme sonrisa la cual solo era opacada por alguno que otro pedazos de hamburguesa que en mis dientes se encontraba, pero no me importaba pues esto si era vida, no cabía duda que quien algún día dijo "Después de la tormenta viene la calma" tenia toda la boca llena de razón, pero no quería ser el único que festejara, no quería pasar este momento feliz en soledad por lo que me puse de pie, tome mi tarro con cerveza fría con mi mano derecha, le di un largo trago y luego golpee con el tarro vacío la barra frente a mi.
-¡Yo invito la siguiente ronda!- Anuncié levantando sumamente la voz como para que todos en el bar me pudieran escuchar y después de confirmárselo al cantinero asintiéndole con la cabeza, me acerqué a el y le hice entrega de un montón de billetes pues también estaba apunto de ponerme a cocinar cual jefe en su negocio. Así que aprovechando que tenia hambre y de que tenia que matar un poco de tiempo, decidí preparar algo de comer, algo rico y llenador, algo que pudieran llevar también los que estuvieran en el bar al momento de irse del lugar y que se pudieran comer fácilmente. -¡Hamburguesas! humhumhum- Dije pensando en voz alta antes de ponerme manos a la obra, me pondría a cocinar lo mismo que el viejo me preparó a mi.
Me lave las manos y después comencé a sacar de donde tenia todo el alimento el viejo, varias verduras, pan y carne molida, huevos, queso y tocino junto con salsa de tomate, mostaza y mayonesa. Primero lave las verduras y luego agarre la tabla de picar y las verduras y obviamente junto con unos de mis cuchillos que traía conmigo en la mochila. -Ahora tengo que ir cortando las verduras en rebanadas..- Musité para mi mismo al momento en que puse todas las verduras sobre la tabla de picar y con uno de mis cuchillos especiales me ponía a rebanar las verduras como a mi me gustaba, y después de eso, tome un recipiente grande y eche la carne molida junto con la clara y las yemas de varios huevos.
Busque la pimienta y un poco de sal de ajo y cuando las encontré comencé a echarle a la carne. Tomé otra tabla y otro cuchillo y me puse a picar finamente tocino y un poco de cebolla y queso quedando al final todo en cuadritos muy pequeños, añadí todo lo que acababa de picar al recipiente con la carne, huevos, pimienta y sal de ajo, después comencé a batirlo todo bien con un cucharón de madera hasta que quedo todo muy bien mezclado.
Me dirigí de nuevo hacia la estufa de la cocina del bar y encima de esta puse un comal para que se fueran calentando junto con un sartén con aceite. Al comal le agregue un poco de margarina y me puse a hacer bolitas de la mezcla de carne con todas las cosas que había hecho en el recipiente hondo. Comencé a darle forma a cada bolita hasta que quedaron un tanto planas pero en una forma circular y luego las fui poniendo en el sartén con aceite y mientras se cocinaban bien de un lado iba haciendo mas bolitas de carne y al momento de voltearlas con la ayuda de una espátula, les pondría una rebanada de queso encima. -Que bien huelen.. ya me esta dando hambre..- Murmuraba mientras que observaba la carne.
Luego, rápidamente, fui tomando el pan y a este le untaba margarina de un lado para después ponerlo sobre el comal para que se calentara y al mismo tiempo se tostara un poquito y le baje un poco a la potencia del fuego de donde estaba el comal para que el pan no se fuera a quemar. Ya estaba lista la carne y también el pan por lo que saque la carne del sartén con aceite y sobre una bandeja puse el pan en el cual unte mayonesa y luego le puse la carne encima e inmediatamente después le puse las verduras encima terminando así de hacerlas -¡¿Quien quiere hamburguesas?!- Pregunté levantando un poco la voz desde la cocina al momento en que terminé con las primeras tres hamburguesas y las puse cada una sobre un plato y estas las deje en una mesa que se encontraba cerca de mi notándome bastante alegre y seguí haciendo mas hamburguesas.
La gente del bar se comenzó a parar de sus lugares y se acerco hasta la barra haciendo fila para poder tomar una de las hamburguesas que yo estaba preparando y regalando pues esta era una de mis formas de celebrar, podría decirse que derrochando. -Espero que no te moleste viejo humhumhumhum- Musité soltando una risilla al final pues no sabia si al viejo cantinero le molestaría lo que estaba haciendo aunque le había dado bastante dinero para cubrir los gastos de mi pequeño festejo. -¿Estas bromeando?- Me preguntó el anciano dándome una fuerte palmada en la espalda. -¡Esto que estas haciendo es como hacerle publicidad a mi negocio!- Añadió sonriéndome. -Esto solo atraerá mas clientes a mi bar ¿Por que demonios habría de molestarme? hahaha- Tenia toda la razón el viejo cantinero, esto de tratar bien a los clientes siempre resultaba bueno para un negocio pues así se conseguían clientes regulares además de que estos mismos clientes se encargarían de hacerle publicidad al bar con sus conocidos y amigos.
Tragué saliva pues se me estaba haciendo agua la boca y ya manteniendo mis manos firmes acerqué aquel suculento manjar hasta mi boca solo para darle una amplia mordida justo en el centro, estaba buenísima. -Hmmmmmm- Me relamí los labios tras dar la primer mordida a mi comida y luego le di otra aunque aun tenia alimento en la boca. Al principio estaba comiendo lentamente pero luego el hambre que tenia pudo mas que mis ganas de disfrutar el alimento y procedí a devorar completamente la hamburguesa, pero para esto, el viejo cantinero ya había puesto frente a mi, un montón de aros de cebolla empanizados, ¡Que delicia!.
Me sentía sumamente feliz por estar comiendo algo tan delicioso aparte de que la cerveza que tenia a un lado estaba bien fría y rica, llego la mesera a la cual besé hace unos momentos hasta donde yo estaba y comenzó a masajear mi espalda mientras que yo comía y bebía, ¿Que mas podía pedir?. En mi rostro se podía notar una enorme sonrisa la cual solo era opacada por alguno que otro pedazos de hamburguesa que en mis dientes se encontraba, pero no me importaba pues esto si era vida, no cabía duda que quien algún día dijo "Después de la tormenta viene la calma" tenia toda la boca llena de razón, pero no quería ser el único que festejara, no quería pasar este momento feliz en soledad por lo que me puse de pie, tome mi tarro con cerveza fría con mi mano derecha, le di un largo trago y luego golpee con el tarro vacío la barra frente a mi.
-¡Yo invito la siguiente ronda!- Anuncié levantando sumamente la voz como para que todos en el bar me pudieran escuchar y después de confirmárselo al cantinero asintiéndole con la cabeza, me acerqué a el y le hice entrega de un montón de billetes pues también estaba apunto de ponerme a cocinar cual jefe en su negocio. Así que aprovechando que tenia hambre y de que tenia que matar un poco de tiempo, decidí preparar algo de comer, algo rico y llenador, algo que pudieran llevar también los que estuvieran en el bar al momento de irse del lugar y que se pudieran comer fácilmente. -¡Hamburguesas! humhumhum- Dije pensando en voz alta antes de ponerme manos a la obra, me pondría a cocinar lo mismo que el viejo me preparó a mi.
Me lave las manos y después comencé a sacar de donde tenia todo el alimento el viejo, varias verduras, pan y carne molida, huevos, queso y tocino junto con salsa de tomate, mostaza y mayonesa. Primero lave las verduras y luego agarre la tabla de picar y las verduras y obviamente junto con unos de mis cuchillos que traía conmigo en la mochila. -Ahora tengo que ir cortando las verduras en rebanadas..- Musité para mi mismo al momento en que puse todas las verduras sobre la tabla de picar y con uno de mis cuchillos especiales me ponía a rebanar las verduras como a mi me gustaba, y después de eso, tome un recipiente grande y eche la carne molida junto con la clara y las yemas de varios huevos.
Busque la pimienta y un poco de sal de ajo y cuando las encontré comencé a echarle a la carne. Tomé otra tabla y otro cuchillo y me puse a picar finamente tocino y un poco de cebolla y queso quedando al final todo en cuadritos muy pequeños, añadí todo lo que acababa de picar al recipiente con la carne, huevos, pimienta y sal de ajo, después comencé a batirlo todo bien con un cucharón de madera hasta que quedo todo muy bien mezclado.
Me dirigí de nuevo hacia la estufa de la cocina del bar y encima de esta puse un comal para que se fueran calentando junto con un sartén con aceite. Al comal le agregue un poco de margarina y me puse a hacer bolitas de la mezcla de carne con todas las cosas que había hecho en el recipiente hondo. Comencé a darle forma a cada bolita hasta que quedaron un tanto planas pero en una forma circular y luego las fui poniendo en el sartén con aceite y mientras se cocinaban bien de un lado iba haciendo mas bolitas de carne y al momento de voltearlas con la ayuda de una espátula, les pondría una rebanada de queso encima. -Que bien huelen.. ya me esta dando hambre..- Murmuraba mientras que observaba la carne.
Luego, rápidamente, fui tomando el pan y a este le untaba margarina de un lado para después ponerlo sobre el comal para que se calentara y al mismo tiempo se tostara un poquito y le baje un poco a la potencia del fuego de donde estaba el comal para que el pan no se fuera a quemar. Ya estaba lista la carne y también el pan por lo que saque la carne del sartén con aceite y sobre una bandeja puse el pan en el cual unte mayonesa y luego le puse la carne encima e inmediatamente después le puse las verduras encima terminando así de hacerlas -¡¿Quien quiere hamburguesas?!- Pregunté levantando un poco la voz desde la cocina al momento en que terminé con las primeras tres hamburguesas y las puse cada una sobre un plato y estas las deje en una mesa que se encontraba cerca de mi notándome bastante alegre y seguí haciendo mas hamburguesas.
La gente del bar se comenzó a parar de sus lugares y se acerco hasta la barra haciendo fila para poder tomar una de las hamburguesas que yo estaba preparando y regalando pues esta era una de mis formas de celebrar, podría decirse que derrochando. -Espero que no te moleste viejo humhumhumhum- Musité soltando una risilla al final pues no sabia si al viejo cantinero le molestaría lo que estaba haciendo aunque le había dado bastante dinero para cubrir los gastos de mi pequeño festejo. -¿Estas bromeando?- Me preguntó el anciano dándome una fuerte palmada en la espalda. -¡Esto que estas haciendo es como hacerle publicidad a mi negocio!- Añadió sonriéndome. -Esto solo atraerá mas clientes a mi bar ¿Por que demonios habría de molestarme? hahaha- Tenia toda la razón el viejo cantinero, esto de tratar bien a los clientes siempre resultaba bueno para un negocio pues así se conseguían clientes regulares además de que estos mismos clientes se encargarían de hacerle publicidad al bar con sus conocidos y amigos.
Tenek
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Akuma no mi
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Al filo del abismo, sentado sobre de el barandal en una terraza que me permitía observar Logue Town desde las alturas, aquello era bueno, era libertad, era vida, claro que el tener en la mano derecha una bolsa con papas fritas, bañadas en salsa picantes y en la mano izquierda un tarro con espumosa cerveza bien fría ayudaba mucho más al sentimiento. A bajo en suelo firme la ciudad seguía siendo un hervidero de mentes, un mar de personas, comerciantes, compradores, paseantes, ladrones, marinos, piratas, civiles, niños, adolescentes, adultos, ancianos, un mar que no dejaba de agitarse y moverse, siguiendo la corriente o en contra corriente, abriéndose paso unos entre otros o simplemente caminando.
Podría usar también las sillas y la mesa – la delicada voz de la mesera que me había recibido desde mi llegada a “Il Mare é Blu” me devolvió a la realidad, antes de que me perdiera en observar más detalladamente a las personas que caminaban por las calles, sería un problema estando a más de cuatro metros del suelo, le sonreí en respuesta y asentí, girándome con un solo movimiento para lograr tener el cuerpo dentro de la terraza – pagaste por todo el paquete – su voz era amable y sincera, no pude evitar el mirarla y en apenas unos segundos me senté a la mesa utilizando la silla de metal que estaba junto a esta, apenas lo realmente funcional para mi tamaño, era delgada, cerca de los cincuenta kilogramos para su metro ochenta y siete de altura, ojos azul celeste, quizá aguamarina dependiendo de la ropa que usara, como en mi caso aun que los míos tendían a tener cambios más radicales, desde el ámbar hasta el carmesí pasando por toda la gama de azules y verdes hasta llegar al negro, sus manos eran delicada aunque pequeñas y casi imperceptibles cicatrices provocaban rosados relieves entre sus dedos, seguramente por sus intentos de aprender a cocinar, sus labios se curvaban cada que terminaba una frase ofreciendo una delicada y amable sonrisa, llevaba su largo cabello atado en forma de colca de caballo con una cinta de cuero, debía tener cerca de los veinte años, no rebasaba esta edad y era parte de la familia dueña del local, a la entrada de este había fotografías del dueño con la familia y ella aparecía en estas desde que era un bebe, quizá adoptada o idéntica a su madre dado que no tenía ningún rasgo del dueño que resultaba ser el cocinero en su fisionomía, hombre pequeño, rasgos toscos, voz grave y profunda, estaba seguro que la voz de la joven seria propia de una cantante más que de una cocinera, admiraba mi guitarra con detenimiento, le gustaba.
Si no tuviera dinero, seguro pagaría con canciones – le dije distrayéndola – jeje dudo que a papá le hubiese agradado, incluso que hubiese aceptado – llevo unos mechones sueltos tras de su oreja con un movimiento delicado, tanto como ella y yo me limite a sonreír, logre observar otra cicatriz una diferente y con otra intensión en su muñeca, aquello me borro la sonrisa - ¿estarás mucho tiempo en Logue Town? – Me cuestiono animada sin percatarse de que había descubierto su secreto – posiblemente aunque la verdad no tengo ni idea de lo que terminare haciendo por aquí…no tengo presas por el momento – aquellas palabras parecieron desconcertarla y yo tome de entre mis cosas los carteles de “Se Busca” – soy un Caza recompensas – le indique sonriéndole, ella abrió la boca con sorpresa, un gesto demasiado escandaloso aunque también revelador, vi sus pupilas dilatarse y después una gota de sudor formarse en su frente, aquello no borro mi sonrisa no obstante claro me indico que ella tenía miedo más que sorpresa… una no muy buena señal – Tenek… - me presente ofreciéndole mi mano la cual ella acepto – Aluna – me respondió y tome con la mano libre su muñeca dejando mis dedos sobre de la cicatriz y en contacto con su piel – encantado – sonrío y aparto su mano girándose para alejarse de mí, su nombre era mentira y yo en parte no quería averiguar el verdadero, me recargue contra el respaldo llevando mis manos hasta mi rostro - ¿Por qué siempre termino en problemas? – me cuestione en voz alta antes de buscar nuevamente con la mirada a aquella hermosa musa.
Podría usar también las sillas y la mesa – la delicada voz de la mesera que me había recibido desde mi llegada a “Il Mare é Blu” me devolvió a la realidad, antes de que me perdiera en observar más detalladamente a las personas que caminaban por las calles, sería un problema estando a más de cuatro metros del suelo, le sonreí en respuesta y asentí, girándome con un solo movimiento para lograr tener el cuerpo dentro de la terraza – pagaste por todo el paquete – su voz era amable y sincera, no pude evitar el mirarla y en apenas unos segundos me senté a la mesa utilizando la silla de metal que estaba junto a esta, apenas lo realmente funcional para mi tamaño, era delgada, cerca de los cincuenta kilogramos para su metro ochenta y siete de altura, ojos azul celeste, quizá aguamarina dependiendo de la ropa que usara, como en mi caso aun que los míos tendían a tener cambios más radicales, desde el ámbar hasta el carmesí pasando por toda la gama de azules y verdes hasta llegar al negro, sus manos eran delicada aunque pequeñas y casi imperceptibles cicatrices provocaban rosados relieves entre sus dedos, seguramente por sus intentos de aprender a cocinar, sus labios se curvaban cada que terminaba una frase ofreciendo una delicada y amable sonrisa, llevaba su largo cabello atado en forma de colca de caballo con una cinta de cuero, debía tener cerca de los veinte años, no rebasaba esta edad y era parte de la familia dueña del local, a la entrada de este había fotografías del dueño con la familia y ella aparecía en estas desde que era un bebe, quizá adoptada o idéntica a su madre dado que no tenía ningún rasgo del dueño que resultaba ser el cocinero en su fisionomía, hombre pequeño, rasgos toscos, voz grave y profunda, estaba seguro que la voz de la joven seria propia de una cantante más que de una cocinera, admiraba mi guitarra con detenimiento, le gustaba.
Si no tuviera dinero, seguro pagaría con canciones – le dije distrayéndola – jeje dudo que a papá le hubiese agradado, incluso que hubiese aceptado – llevo unos mechones sueltos tras de su oreja con un movimiento delicado, tanto como ella y yo me limite a sonreír, logre observar otra cicatriz una diferente y con otra intensión en su muñeca, aquello me borro la sonrisa - ¿estarás mucho tiempo en Logue Town? – Me cuestiono animada sin percatarse de que había descubierto su secreto – posiblemente aunque la verdad no tengo ni idea de lo que terminare haciendo por aquí…no tengo presas por el momento – aquellas palabras parecieron desconcertarla y yo tome de entre mis cosas los carteles de “Se Busca” – soy un Caza recompensas – le indique sonriéndole, ella abrió la boca con sorpresa, un gesto demasiado escandaloso aunque también revelador, vi sus pupilas dilatarse y después una gota de sudor formarse en su frente, aquello no borro mi sonrisa no obstante claro me indico que ella tenía miedo más que sorpresa… una no muy buena señal – Tenek… - me presente ofreciéndole mi mano la cual ella acepto – Aluna – me respondió y tome con la mano libre su muñeca dejando mis dedos sobre de la cicatriz y en contacto con su piel – encantado – sonrío y aparto su mano girándose para alejarse de mí, su nombre era mentira y yo en parte no quería averiguar el verdadero, me recargue contra el respaldo llevando mis manos hasta mi rostro - ¿Por qué siempre termino en problemas? – me cuestione en voz alta antes de buscar nuevamente con la mirada a aquella hermosa musa.
Onizuka Eikichi
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Akuma no mi
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Sonreí al escuchar su respuesta pero como dijo el será para otra ocasión, antes de que pudiera hacer un movimiento el se me adelanta y comienza a pelear contra uno de los piratas, a lo que yo no iba a quedarme atrás y observo a uno de los piratas que se encontraban con una mirada amenazante (algo así)
-¿Eso es todo lo que ofrecen los pi...
No puede terminar la frase por que otro de los piratas aprovecha el momento en que termino mi ataque para contra-atacar dándome un golpe con un arma contundente que no tengo idea de que es, pero fue un buen golpe al que no puse ninguna resistencia, haciendo que cayera al suelo muy mareado por el impacto, mis nunchaku salieron volando hacia algún lugar con mi caída.
"¿Que demonios fue eso?..Supongo otro pirata, pero que clase de golpe me lleve, tenia un buen tiempo sin estar en esta condición, tengo que moverme antes que me pase algo mas...
Antes de que reaccionara el pirata para darme un golpe mas y dejarme en peores condiciones por lo que ruedo en dirección hacia donde están los demás chocando con uno de ellos, el tipo que de detuvo frente a la chica con alas, en ese momento me levanto y adopto posición de combate, pero mi equilibrio no es el mejor y mi visión esta en muy malas condiciones por lo que mantengo distancia del pirata que me ataco.
-No te confíes pirata, ese fue un golpe de suerte, no volverá a pasar
Espero su ataque el cual fue lo que espere, muy precipitado y muy abierto, por lo que aproveche para dar un contra-golpe a la altura del plexo solar, dejándolo sin aire, cayendo ante mis pies intentando respirar.
-La ironía es algo sorprendente ¿verdad?
Ahora que esta totalmente indefenso le golpeo con el codo para dejarlo inconsciente pero en ese momento caigo al suelo por efecto del golpe que dio antes, por lo que me quedo ahí en lo que me recupero.
Sigan yo continuo en unos momentos...necesito descansar...
- Spoiler:
-¿Eso es todo lo que ofrecen los pi...
No puede terminar la frase por que otro de los piratas aprovecha el momento en que termino mi ataque para contra-atacar dándome un golpe con un arma contundente que no tengo idea de que es, pero fue un buen golpe al que no puse ninguna resistencia, haciendo que cayera al suelo muy mareado por el impacto, mis nunchaku salieron volando hacia algún lugar con mi caída.
"¿Que demonios fue eso?..Supongo otro pirata, pero que clase de golpe me lleve, tenia un buen tiempo sin estar en esta condición, tengo que moverme antes que me pase algo mas...
Antes de que reaccionara el pirata para darme un golpe mas y dejarme en peores condiciones por lo que ruedo en dirección hacia donde están los demás chocando con uno de ellos, el tipo que de detuvo frente a la chica con alas, en ese momento me levanto y adopto posición de combate, pero mi equilibrio no es el mejor y mi visión esta en muy malas condiciones por lo que mantengo distancia del pirata que me ataco.
-No te confíes pirata, ese fue un golpe de suerte, no volverá a pasar
Espero su ataque el cual fue lo que espere, muy precipitado y muy abierto, por lo que aproveche para dar un contra-golpe a la altura del plexo solar, dejándolo sin aire, cayendo ante mis pies intentando respirar.
-La ironía es algo sorprendente ¿verdad?
Ahora que esta totalmente indefenso le golpeo con el codo para dejarlo inconsciente pero en ese momento caigo al suelo por efecto del golpe que dio antes, por lo que me quedo ahí en lo que me recupero.
Sigan yo continuo en unos momentos...necesito descansar...
Alaude
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Akuma no mi
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Varios meses habían pasado desde que me embarcara en aquel navío turístico de tamaño medio que se hayaba fondeado en el pequeño puerto de mi isla natal del norte. El navío tenía por destino navegar a los mares del este, en concreto con dirección a la isla conocida como el Alpha y el Omega, Logue Town, la ciudad donde nació y murió el rey de los piratas. El viaje fue monótono y aburrido, tan normal que aburría incluso al capitán del navío. En mi caso ademas del aburrimiento, estaba mi odio a navegar o montar en cualquier vehículo creado por el hombre. Debido a esto fueron unos meses horribles en los que me dediqué a entrenar mi condición física y poco mas.
Sin embargo, aquellos duros y odiosos meses habían llegado a su fin y no eran mas que una anécdota pues frente a nosotros se alzaba la ciudad turística de Logue Town y a la vez que podíamos verla se escuchó por megafonía la voz del capitán informando de que estábamos ya a escasos minutos de llegar al puerto. Una vez escuchada aquella información volví a mi camarote y recogí todas mis cosas, preparadas desde tiempos inmemoriales y sin mayor tardanza subí a cubierta y me situé el primero ansioso por salir de aquel endemoniado barco. Alaude:- kijijiji... por fín he llegado, Logue Town, un buen lugar para iniciar mi leyenda... dije con mi agresiva mirada y mi alocada sonrisa, bajo la atónita mirada de los turistas primerizos que comenzaban a llegar al punto de desembarque.
Y varios minutos mas tarde, mi sueño se había cumplido el barco estaba muy cerca del puerto, tanto que no esperé mas y a los turistas y marineros a cargo de la seguridad les dí unas palabras a la vez que me ponia de pie sobre uno de los extremos del barco. Alaude:- Lo siento pero no puedo esperar mas... gracias por el viaje, y nos vemos en un futuro, adios, kijijiji y tras aquellas palabras dí un fuerte salto a tierra bajo la atenta mirada y los gritos de los responsables del navío que aún estaban colocando el barco. Yo por mi parte les ignoré, y emocionado eché a correr sin rumbo fijo y sin saber hacia donde iba, solo quería ver aquella isla y mi destino, ya se encontraría frente a mí, pues si algo tenía claro, era el hecho de que yo no perseguiría al destino, yo solo viviría el día a día...
Sin embargo, aquellos duros y odiosos meses habían llegado a su fin y no eran mas que una anécdota pues frente a nosotros se alzaba la ciudad turística de Logue Town y a la vez que podíamos verla se escuchó por megafonía la voz del capitán informando de que estábamos ya a escasos minutos de llegar al puerto. Una vez escuchada aquella información volví a mi camarote y recogí todas mis cosas, preparadas desde tiempos inmemoriales y sin mayor tardanza subí a cubierta y me situé el primero ansioso por salir de aquel endemoniado barco. Alaude:- kijijiji... por fín he llegado, Logue Town, un buen lugar para iniciar mi leyenda... dije con mi agresiva mirada y mi alocada sonrisa, bajo la atónita mirada de los turistas primerizos que comenzaban a llegar al punto de desembarque.
Y varios minutos mas tarde, mi sueño se había cumplido el barco estaba muy cerca del puerto, tanto que no esperé mas y a los turistas y marineros a cargo de la seguridad les dí unas palabras a la vez que me ponia de pie sobre uno de los extremos del barco. Alaude:- Lo siento pero no puedo esperar mas... gracias por el viaje, y nos vemos en un futuro, adios, kijijiji y tras aquellas palabras dí un fuerte salto a tierra bajo la atenta mirada y los gritos de los responsables del navío que aún estaban colocando el barco. Yo por mi parte les ignoré, y emocionado eché a correr sin rumbo fijo y sin saber hacia donde iba, solo quería ver aquella isla y mi destino, ya se encontraría frente a mí, pues si algo tenía claro, era el hecho de que yo no perseguiría al destino, yo solo viviría el día a día...
Lucian
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Ya hacía un tiempo que había abandonado mi isla natal y que había decidido viajar por el mundo en busca de fama y dinero y eso solo podía conseguir de una manera, y era ser uno de esos caza recompensas que cazaban a criminales y servían solo a quien más les pagaba. Ya había pasado unos mese de un lugar hacia otro en busca de mi primer trabajo pero nadie aceptaba para trabajar a un caza recompensas novato ya que decían que lo que querían era estar seguros de que el trabajo se llevara a cabo.
Con las idas y venidas había acabado en un barco mercante que tomaba la dirección de la legendaria isla de Logue Town, el lugar donde fue ejecutado el pirata más conocido y perseguido de la historia, Gol D Roger. Había aceptado ir a ese lugar ya que según tenía entendido allí se reunían bastantes piratas antes de marchar hacia el Gran Line y sería un buen lugar para irse labrando una reputación en este mundillo a la vez que ganarse unas monedas por el trabajo. El viaje había sido bastante tranquilo y sin ningún acto relevante por lo que la llegada a esa isla también había bastante rápida y sencilla.
Bueno gracias por todo pero yo ya me marcho, que les vaya bien dije despidiéndome de los que habían aceptado traerme hasta este lugar y sin más que pensar me marché del barco con la única intención de abandonar el puerto directo hacia la plaza principal de Logue ya que allí suponía debían de reunirse bastantes piratas.
Con las idas y venidas había acabado en un barco mercante que tomaba la dirección de la legendaria isla de Logue Town, el lugar donde fue ejecutado el pirata más conocido y perseguido de la historia, Gol D Roger. Había aceptado ir a ese lugar ya que según tenía entendido allí se reunían bastantes piratas antes de marchar hacia el Gran Line y sería un buen lugar para irse labrando una reputación en este mundillo a la vez que ganarse unas monedas por el trabajo. El viaje había sido bastante tranquilo y sin ningún acto relevante por lo que la llegada a esa isla también había bastante rápida y sencilla.
Bueno gracias por todo pero yo ya me marcho, que les vaya bien dije despidiéndome de los que habían aceptado traerme hasta este lugar y sin más que pensar me marché del barco con la única intención de abandonar el puerto directo hacia la plaza principal de Logue ya que allí suponía debían de reunirse bastantes piratas.
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Estaba navegando por el mar...a decir verdad mis viajes no eran muy entretenidos que digamos y siempre me aburría...es por eso que cuando veía algo...lo que sea era necesario poder controlarme ya que mis ganas de matar eran insaciables en esos momentos, el mar me aburría durante los viajes en los barcos de una isla a otra...y entonces mis ojos vieron una gran isla a lo lejos en el horizonte, joder al fin luego de unos 2 o 3 semanas viajando tratando de buscar el camino hacía la Grand Line lugar en donde seguramente estarían esas 2 personas a las cuales matar, mis padres 2 personas a las cuales odiaba desde el interior de mi corazón...ellos me habían abandonado cuando yo era apenas un bebe, maldición estaba enojado y me pase parte del viaje pensando en ello y sin darme cuenta logre llegar a la isla en donde decía en un gran cartel "Loguetown" la isla del inicio y del final del mejor pirata de la historia...Gol D Roger, el Rey de los Piratas y el único hombre en poder conquistar el Grand Line, así que entonces con una sonrisa en mi rostro me dije:
Kiu: Bien...una buena isla para averiguar sobre el Grand Line.-me dije mientras que amarraba mi barco al muelle para que este no se fuera...así que con mis manos en los bolsillos empecé a caminar en la isla. Mi primer lugar a visitar seria la Plataforma de Ejecución del Rey de los Piratas, así que camine en la dirección hacía esa Plataforma.
Kiu: Bien...una buena isla para averiguar sobre el Grand Line.-me dije mientras que amarraba mi barco al muelle para que este no se fuera...así que con mis manos en los bolsillos empecé a caminar en la isla. Mi primer lugar a visitar seria la Plataforma de Ejecución del Rey de los Piratas, así que camine en la dirección hacía esa Plataforma.
Kurotsuki
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Hacía unos cuantos meses que había estado deambulando en una de las ciudades de las islas cercanas a Logue Town siempre haciendo lo mío, trabajando para ganarme la vida en las mañanas como un bufón callejero y por las noches como un asesino que no veía ni bien ni mal en lo que hacía, siempre siguiendo las reglas, no mujeres, no niños ni ancianos, tampoco era que aceptara cualquier tipo de trabajo y era por ello que posiblemente es que una sociedad de cazadores de cabezas se había acercado a mí para reclutarme y hacerme entrar en sus filas, no les día el si inmediato, aunque sabía que eran una gran sociedad y que mis oportunidades de sobrevivir eran o serían mayores si e unía a ellos, por lo que les pedí que me dejarán una semana para decidirme, pero un trabajo errado me hizo salir de mi actual localización con rumbo directo a la ciudad del comienzo y el fin para enlistarme inmediatamente entre las filas del Comander Azukarado.
El barco en el que había llegado a esta isla era sin duda uno de los mucho más que trasportan mercancías varias para el comercio, y el pago que yo daba a menudo era la diversión y algunas ilusiones, siempre dejando satisfecho a mi público y sin llevarme la vida de ninguno que me hubiese ofendido durante mí acto.
Baje del barco sin despedirme de nadie en particular pero haciendo una reverencia al capitán de la nave para agradecerle sus amables atenciones durante el viaje.
-Bien pues heme aquí, en una isla que no conozco pero de la cual he logrado escuchar mucho, quien será el que venga a darme la bienvenida? Será amigo o enemigo? Solo el tiempo lo dirá.
El barco en el que había llegado a esta isla era sin duda uno de los mucho más que trasportan mercancías varias para el comercio, y el pago que yo daba a menudo era la diversión y algunas ilusiones, siempre dejando satisfecho a mi público y sin llevarme la vida de ninguno que me hubiese ofendido durante mí acto.
Baje del barco sin despedirme de nadie en particular pero haciendo una reverencia al capitán de la nave para agradecerle sus amables atenciones durante el viaje.
-Bien pues heme aquí, en una isla que no conozco pero de la cual he logrado escuchar mucho, quien será el que venga a darme la bienvenida? Será amigo o enemigo? Solo el tiempo lo dirá.
Azuka
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Akuma no mi
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