[Libre] [Pasado] La ciudad de la frontera.

La ciudad de Logue Town era un punto estratégico crucial para el control del East Blue. Desde aquella isla se controlaba el acceso al Grand Line desde aquel mar, por lo cual había una fuerte presencia de marines. En aquella ciudad, en los barracones de la Marina, un joven marine se ejercitaba. Había pasado unos días en observación en el hospital militar recuperándose de las heridas de su último combate en Orange Town, y también le habían avisado que las técnicas de lucha que empleaba era muy autodestructivas, y que debía dejar de abusar de ellas. Ahora llevaba unas horas en el patio entrenando un rato para no oxidarse tras varios días de inactividad. Era un joven fornido, muy musculoso y con la piel bronceada. A pesar de su juventud, su cuerpo estaba ya lleno de cicatrices, pero lo más llamativo (A parte de su desnudez, pues casi siempre va vestido únicamente con un pantalón y botas negras) es el tatuaje que le recorre el pecho y el brazo derecho. Este tatuaje es una quimera de color negro, con la cola de esta tatuada alrededor de su brazo. Su pelo oscuro va siempre despeinado, y las patillas le llegan a la mandíbula. Además lleva una pequeña perilla. Tras entrenar, Karl se limpió un poco el sudor con una toalla y salió de los barracones hacia la zona del puerto. La ciudad solía ser frecuentada por piratas que se veían obligados a pasar por ella para llegar al Grand Line, y ¿qué mejor forma de ejercitarse y de paso escalar rangos en la Marina que capturar algún que otro pirata? Hacía poco que había sido ascendido a jefe de flota menor y quería seguir ascendiendo puestos. Además, le apetecía una cerveza. Se pasaría por alguna taberna del puerto y después capturaría a alguno de esos piratas.

Karl iba camino de la taberna cuando se le acercó un hombre cubierto de vendas con el rostro tapado por una máscara verde y un pañuelo negro. El joven marine se puso en guardia, dispuesto a defenderse, pues con ese aspecto parecía un bandido o algo peor. Sin embargo el hombre le preguntó amablemente donde estaba la taberna más cercana. Karl se dispuso a contestarle cuando de repente se vieron rodeados por piratas. Estos comenzaron a amenazarles, y el enmascarado les plantó cara. Uno de los piratas intentó atacarle y haciendo gala de una agilidad increíble, esquivó su espadazo y lo noqueó de dos puñetazos. Entonces la masa de piratas se abalanzaron sobre ellos, enfadados. Karl esbozó una sonrisa sádica.

- Bien, bien... es hora de probar mis nuevas técnicas.

Dio un salto alto ante la asombrada mirada de los pirata y comenzó a pegar puñetazos al aire en su dirección. El aire se ondulo hacia ellos en forma de ondas de choque y los piratas comenzaron a caer fulminados. Cuando caían, se podía ver en sus cuerpo por un momento una marca como de un puño hundiéndose en sus cuerpos. El marine cayó con estilo al suelo, con las piernas arqueadas. Sus manos humeaban ligeramente y le dolían los brazos. "Aún no me he recuperado del todo, pero está claro que la nueva técnica es un éxito. Tendré que trabajar sobre ella y desarrollarla". Se acercó a uno de los piratas y le escupió.

- Escoria, no volváis a entrometeros en el camino de "Quimera Karl".

Entonces se volvió hacia el enmascarado con una expresión más amable. Había demostrado fuerza, y el hecho de que hubiese combatido desarmado eran más puntos a ojos del artista marcial, que valoraba el combate sin armas por encima de cualquier disciplina armada.

- Creo recordar que me preguntabais por una taberna por aquí. Seguidme, yo invito a la primera ronda. Con este calentamiento me ha entrado sed - dijo, con una sonrisa amigable.

Karl se acercó a la barra y pidió dos cervezas. Al lado había dos marines, pero no le reconocieron, lo cual tenía lógica si se tenía en cuenta que hacía poco que le habían ascendido y que no llevaba sus ropas de oficial puestas. Cualquier otro les hubiese obligado a cuadrarse y a hacer el saludo militar, pero Karl no era uno de esos pomposos megalómanos. Se acercó a la mesa y le puso delante a su "discreto" compañero su cerveza, mientras se sentaba en la silla de enfrente y bebía un trago. El alcohol le ayudaba a calmar el dolor de sus brazos. No estaba aún rehabilitado del todo por las heridas de su batalla en Orange Town, y derrotar a los piratas había hecho que le volviesen a doler los músculos, dañados por el sobreesfuerzo que habían soportado.

Mi nombre es Karl, Lion D. Karl.

Karl escuchó con interés. ¿Por qué no querría que supiesen su nombre? Karl bebió un largo trago de su cerveza cuando el otro repentinamente se la bebió de golpe y salió de la taberna. Karl lo miró soprendido y terminó la suya de golpe. El alcohol no le hacái mucho efecto, así que no le pasó nada.

- ¡Oye, espera Mystogan!

Karl corrió tras él cuando vio al tal Mystogan, bastante afectado por el alcohol retando a una persona albina... Karl se sorprendió mucho y se asustó. ¿Tan pronto?Su "Advanced Sokudan" no estaba terminado. No estaba listo para enfrentarse de nuevo a aquel peligroso joven, menos estando aún herido. Es más, si ese Mystogan se enfrentaba al adolescente estando borracho, moriría por fuerte que fuese. Escuchó que venía del North Blue y que era un aristócrata. Eso le interesaba... si le salvaba la vida le debería un favor. Karl entrechocó ambos puños.

- Ocho caminos del Sokudan: Primer Camino, decisión.

Sus músculos se tensaron y expandieron y creció un poco de tamaño por el aumento de su masa muscular. Inmediatamente notó un dolor intenso por haber utilizado el Primer Camino sin estar curado totalmente. Ignorando el dolor, corrió hacia Mystogan y lo cargó por sorpresa a su hombro aprovechando su borrachera.

- Sokudan Move, ¡Shadow!

Tras dirigir una última mirada al joven, Karl empezó a correr a toda velocidad entre la multitud. Saltó al tejado de una casa baja y comenzó a alejarse de la zona a gran velocidad. "Debo alejarlo de él... o ambos estaremos en un lío". De repente el dolor se hizo insufrible, resbaló en un tejado y cayó en una callejuela secundaria entre edificios por donde no había nadie. Logró hacer una pirueta en el aire y caer de espaldas sujetando al otro para que no se golpease. Notó cómo el dolor se acrecentaba y cayó inconsciente.

Karl seguía inconsciente en el suelo. Haber usado el Primer Camino cuando aún no estaba recuperado había sido una temeridad. Sus músculos ahora estaban bastante tocados y el dolor de estos y la caída le habían hecho caer inconsciente. La mente de Karl vagaba por sus recuerdos, y flashbacks le venían incesantemente. Vio el pueblo en el que creció, su amigo el pirata que le había impulsado a ir a navegar, el día que se comió su fruta, cuando se escapó de casa... todas las veces que fue derrotado cuando era pirata y su llegada al dojo del Sokudan. Años de recuerdos. Se dio cuenta de cuánto había cambiado. Había pasado a ser de un niño inocente e iluso a un chaval que aspiraba a ser pirata y que tenía sueños e ideales... y de ello había pasado a ser un hombre que codiciaba la superación personal ante todo lo demás y la búsqueda de fortunas. ¿Qué dictaminaba realmente el bien o el mal? ¿Realmente existían? Para alguien como él que había cambiado tal radicalmente de manera de pensar, parecía que no. Cada uno vivía la vida según lo que creía... no había ningún principio absoluto, excepto la supervivencia en un mundo duro.

...

Envuelto en sus reflexiones, repentinamente recuperó a consciencia, tosiendo. Se incorporó, temblando y apoyándose contra la pared. El dolor muscular iba remitiendo. Por suerte la intensa tensión muscular del Primer Camino había actuado de armadura natural protegiendo su columna vertebral y su cadera en la caída. Caminó tambaleándose, recuperando las fuerzas poco a poco. No veía al tal Mystogan, así que supuso que habría vuelto al combate. Trató de buscar el camino de vuelta a la zona mientras caminaba lentamente para no forzarse más aún.

Karl avanzaba lentamente por las calles, apoyándose contra las paredes. De repente vio a Mystogan llegar. Este, sin decir nada, le ayudó a caminar y al ver en qué estado estaba se lo cargó al hombro y se lo llevó con él. Karl se dejó llevar sin decir nada. De repente se vio frente a la hamburguesería de antes. Karl le hizo una seña a Mystogan para que lo bajase y se sentó como pudo en una silla. Pidió una hamburguesa y una copa del licor más fuerte que tuviesen. Necesitaría algo potente para aguantar el dolor. No se fijó en que Allen seguía por allí. Al cabo de un rato, durante el cual estuvo atontado mirando al aire, le trajeron la hamburguesa y una copa de vodka. Karl dejó el dinero en la mesa y comenzó a devorar la hamburguesa mientras bebía de vez en cuando un trago de vodka.

- ¿Qué ha pasado? - le preguntó a Mystogan.

Karl escuchó lo que decía Mystogan. ¿Emborracharse por una única cerveza? Eso le sonaba raro al marine, que llevaba prácticamente toda su vida bebiendo alcohol. El otro se levantó tambaleándose y fue a la salida. Karl apuró el último trago de vodka y fue tras él, algo achispado.

- ¡Espera! ¿A dónde vas en este estado?

El oficial salió tras él y lo vio mirar a Allen, el cual estaba en el centro de la plaza. Mystogan dijo algo, y inesperadamente para Karl, se transformó en una bestia gigantesca, un perro de tres cabezas con cola de dragón. Comenzó a rugir y vomitar fuego por todas partes. ¡Había perdido el control!

- ¡Mierda! ¡Va a destrozar la ciudad! ¡Tú, ayúdame a detenerlo! - dijo señalando a Allen. Se dio cuenta entonces de que aún no sabía su nombre.

El marine se concentró un momento y inició su propia transformación. Su cuerpo se hizo exageradamente grande hasta alcanzar una talla similar a la de Mystogan. Su cuerpo se volvió el de un león gigantesco de pelaje dorado; sus patas delanteras se hicieron las de un reptil gigante, con enormes garras; sus patas traseras se cubrieron de pelaje blanco y se convirtieron en las de una cabra; dos enormes cuernos le brotaron de los hombros, enormes, de color negro y en paralelo con su espalda. Su cabeza se convirtió en la de un fiero león, y al lado de esta le salió una segunda de cabra. Pero lo más destacable fue la larga cola de reptil terminada en una cabeza de serpiente. Quimera rugió y embistió a Cerbero con ferocidad. [AI]

Parece que tras mi amenaza aquellos dos gigantes empezaron a frenar sus golpes y uno de estos volvió a su forma hibrida, siendo esta un hombre con dos cabezas, algo extraño en mi opinión, pero ahora no soy quien se va a poner a quejarse de su forma de transformarse, siendo yo un hombre oscuro que se mete en las sombras. Mis ojos se alegraron un poco y una sonrisa salió de mi rostro hasta que el tío que se había destransformado empezó a hablar, diciendo que por mi culpa yo le había herido un hocico y casi se mete con Oriana, mi ex novia.

Mis ojos se abrieron de par en par y por fin los recuerdos empezaron a llegar a mi mente. Este chaval había osado destruir el bar donde conocí a Oriana y Stinger sin motivo alguno y tras eso tuvimos una pelea cuando empezaba aun a dominar mi Akuma tras la reencarnación. Nunca pensé que le volvería a ver, ya que creía que habría muerto por su forma de actuar, o sencillamente ya se encontraría en otro lugar alejado del mundo, pero jamás donde yo estuviese, lo cual me alegro sin dudarlo apenas.

-Tú fuiste el chaval que destrozo el bar donde conocí a Stinger. Lo siento jejeje pero ya sabes que mi memoria no es que digamos muy buena, pero al menos ya me acorde. ¿Y cómo te va la vida? ¿Has hecho muchas cosas desde que nos conocimos……hace 1 año o por ahí?

Mientras conversaba con él gire mi cabeza durante unos momentos hacia el chico león haciéndole un guiño para darle a entender que ya todo estaba solucionado, ya que su propuesta que lo detuviese llego momentos después a mi cerebro y no pude responderle, pero al menos cumplí con lo que me pidió, lo que muchos piratas se hubieran pasado por el forro sin dudarlo apenas. Ahora solo me quedaba esperar la respuesta de este hombre encapuchado que parece que estaba muy cansado ¿Me pase con mi último ataque? Puede que lo hubiera hecho sin darme cuenta y ahora su cuerpo empezara a pasar facturar, aunque en cierta medida se lo merecía, ya que jamás alguien debe osar a robarle la comida a una persona como yo, y aun menos teniendo el hambre que tenia.

Off: Perdonad, he estado sin ordenador hasta ahora. Igual escribo un poco raro, pero es porque salí ayer por la noche y hoy estoy un poco cansado.

On: Karl, al ver que todo se estaba solucionando, volvió a su forma intermedia. Vio como los dos se ponían a conversar y solucionaban sus diferencias. Al ver que todo parecía estar más o menos arreglado, y dado que no quería meterse en problemas en el estado en el que estaba, se despidió de ellos con un gesto de la mano y se alejó hacia los cuarteles de la Marina. Estaba deseando tirarse un rato a descansar. Mientras se iba vio cómo el enmascarado que se hacía llamar Mystogan se alejaba a un callejón.

Tras un rato caminando, Karl llegó al cuartel. Un par de marines se cuadraron ante él haciendo el saludo militar. El Jefe de Flota Menor les saludó llevándose una mano a la cabeza y siguió su camino hacia las estancias que le habían asignado. Posiblemente le interrogasen acerca de lo ocurrido en la zona del puerto, pero ya aclararía lo ocurrido más tarde. Dudaba que le detuviesen por detener su ataque e irse en un momento en que no estaba en condiciones de combatir, y siempre podía poner como excusa de por qué no había detenido al pirata que habría puesto en peligro a los lugareños. Pensando en esto, Karl entró en su habitación. Echó sus botas a una esquina, cansado, y se quitó los pantalones. Se metió en la cama y se quedó dormido casi en el momento.

Tras mirar al hombre leoncito volví a dirigirme hacia el conocido que conocí hace mucho tiempo, exactamente cuando vi a Oriana en aquella isla donde tenía que buscar a una cierta persona que se pudiera transformar en un perro gigante, el cual al final no resulto ser él, aunque me alegro que todo acabase mas como fue, ya que así puedo decir que tengo ahora a un compañero en este duro mundo. Parece que en este tiempo había hecho publicación de un libro, el cual no ha llegado a mis manos, aunque tampoco es de gran importancia ya que no soy de las personas que suelen leer y aun menos entretenerme con una novela, pero solo por Mystogan seguramente algún día me lo compre y me disponga a leérmelo.

Parece que su cuerpo en cualquier momento se fuera a caer. Como supuse aquella técnica ha debido ser una técnica con efectos retardados, pero lo que no me esperaba es que su cuerpo consiguiera aguantar dicho golpe y poder seguir andando como si nada y tras eso empezar a sufrir los golpes, ya que supuestamente concentre la energía para causarle un golpe directo. No sabía que hubiera gente con tanto aguante como este compañero, así que debo prepararme para lo que me espera, ya que seguramente no sea el único.

Tras unos momentos de disculpas y relajación puedo ver como el marine también cansado se nos despide dirigiéndose a lo que parece ser algún lugar donde descansar y momentos después el chico enmascarado hace lo mismo, a lo cual me despido con una sonrisa y recordé las palabras de mi aventurero, por lo que dedujo que seguramente ambos vayan a descansar durante un tiempo y luego tal vez nos reunamos, por lo que yo preferí pasar mi tiempo yendo a una tienda de instrumento por la zona y a la par comer algo ya que las hamburguesas se me habían ya bajado y me volvía el hambre, así que me aleje de la zona hacia la zona urbana, donde seguramente pueda encontrar alguna tienda.

Tras un ratejo caminando una tienda se muestra ante mí. Esta tiene una gran guitarra en su letrero con un nombre muy pegadizo “Nyan Music”, la cual me pareció un nombre muy divertido y sin dudarlo apenas empecé a entrar en sus dominios, para poder así preguntarle al encargado que si tenía algún instrumento de cuerda, que son los que más me gustan. Nada más entrar un joven con los pelos al estilo Punk se muestra ante mí y mira por donde estaba detrás del mostrador, por lo que me acerque con una cara la mar de simpática y empecé a charlar con esta.

-Disculpen. ¿Por un casual tendrían algún violín? Es que ando buscando uno y no lo he encontrado.

El hombre tras oír mis palabras soltó la revista que andaba ojeando y dirigió su mirada hacia mí, lo cual se volvió una situación muy peliaguda. Este empezó a gritar como un poseso y salió por patas de la tienda, a lo cual me quede de piedra, ya que no entendía su comportamiento. Me acerque hacia donde se encontraba el señor y ojee la revista que andaba mirando. Justamente la pagina que tenía en sus manos anteriormente había un cartel de Wanted de mi rostro, lo cual hizo que un suspiro saliera de mi rostro, ya que entendí que se asusto por pensar que le iba a hacer algo.

-Ni que le fuese a comer….ahora por listo me llevare lo que andaba buscando.

Me acerque hacia la tapiza donde había varios instrumentos colgados con su cristal de vidrio y cogí un violín de tonos marrones con un toque dorado, la cual es la que más me atrajo por sus decoraciones y me la coloque en las manos mientras salía por la tienda todo feliz con mi nuevo instrumento.

Por el camino empecé a tocar el instrumento, aunque la mayoría de tonos que salía de sus fauces fueran bastante chirriante intente en lo más destacable que me salieran tonos agradable, pero ya tras unos veinte minutos caminando hacia donde nos habíamos visto, junto a la hamburguesería, empecé a dejar de tocar para guardar el instrumento en su respectiva caja. Ahora solo faltaba esperar a ambos si mis corazonadas son ciertas y sus cuerpos vuelven a aparecer delante mía, ya que tarde unos treinta minutos en encontrar la tienda, mas lo que pase allí dentro, mas la vuelta ya ha tenido que pasar un ratejo, por lo que me senté en un banco y espere la llegada de ellos, ya que me interesaba saber una cosas del marine y de mi camarada, ya que a este hacía tiempo que no le veía.

Off: Natsu aun no te he visto ya que espero a que Karl postee, pero en tu post di nuevamente como me hablas y tal xD (Espera que Karl postee).

Después de un tiempo indeterminado, no era capaz de decir cuánto, Karl se despertó. Aún le dolían un poco los músculos al moverse, pero el malestar general había desaparecido y más que dolor era una pequeña molestia. Karl se levantó de la cama y caminó hacia la ventana. No debía haber dormido mucho porque el sol se había movido poco. Suspiró y comenzó a vestirse de nuevo. Tenía cierta curiosidad por el pirata y por lo que le había ocurrido a Mystogan, así que decidió que saldría a buscarlos. No le convenía que le viesen reunido con alguien como Allen así que, a diferencia de como solía hacer, se puso una camisa blanca en vez de ir con el torso al descubierto y cogió una capa marrón de viaje. Salió de los barracones y se dirigió fuera del distrito militar por calles secundarias, asegurándose de que nadie le seguía. Una vez en un callejón oscuro, se puso la capa y se tapó bien con ella, cubriéndose el rostro con la capucha. Salió hacia una calle más transitada.

Por la calle algunos le dirigían miradas de curiosidad, o incluso de aprensión. No era del todo normal ver a gente encapuchada en mitad de la calle, pero tampoco era atípico. Le preocupaba encontrarse con alguna patrulla de marines que decidiesen pararlo, pero peor sería que fuese sin ir de incógnito a entrevistarse con un pirata buscado a plena luz del día. De repente, sus peores temores se hicieron realidad. Una patrulla de marines se dirigió hacia él, al paso, y el cabo que iba al frente le hizo una señal para que se detuviese. Karl comenzó a correr hacia un callejón secundario. "¡Tras él" gritó el cabo. Una vez en el callejón comenzó a adentrarse en una red de callejuelas, mientras escuchaba a la patrulla justo tras él. No podía usar el Shadow para huir, al menos mientras estuviese cerca de ellos, porque tenía miedo a que lo reconociesen por sus técnicas. Finalmente llegó a un callejón sin salida, pero era justo lo que buscaba. De un salto se agarró al tejado de un edificio bajo y se subió a este. Fácil para un artista marcial de su categoría. Corrió por los tejados y bajó a otra callejuela. Les había dado esquinazo. Salió como si nada a otra calle y siguió caminando.

Darle esquinazo a los marines por suerte le había llevado a estar un poco más cerca de su objetivo. Recorrió unas calles que le eran familiares y llegó frente a la hamburguesería. "Espero que estén por aquí aún." Se había arriesgado mucho por una pequeña posibilidad, pero la suerte le sonrió. Allen estaba sentado tranquilamente en un banco. "Un criminal buscado, sentado en mitad de una plaza de Loguetown. Tiene gracia." Se acercó a él con cautela, y levantó levemente la capucha al estar cerca suya para que le viese el rostro.

- Así que sigues por aquí... me intrigas, pirata. Serás mucho más joven que yo, pero tu fuerza es increíble.

Ni se dieron cuenta de que estaba allí, cosa que me enfureció, pero no debía perder los estribos, así que volví a hablarles, esperando que esta vez me hicieran caso... pero se me ocurrió algo mucho mejor. Igualmente, me daban igual, ya me gustaba la soledad, así que me hicieron un favor. Empezaba a nublarse y podía llover en cualquier momento. -Allen, tocas bastante bien los instrumentos...- Le dije desde atrás de su espalda, con intenciones de asustarle. Pudo escuchar en su conversación, que Allen era un pirata, eso si que fue una sorpresa, pero me iba de perlas.

-Allen, ¿desde cuando eres pirata?- Le dije mientras empezaba a andar hacía la taberna. -Vayamos a la taberna, no quiero seguir siendo el centro de las miradas de todos...- Añadí señalando a toda la gente, que no paraba de mirarme y hablar mal de mí como siempre. Pero lo peor fue, unas cuantas chicas que nos rodearon y empezaron a pedirme que me casará con ellas y entonces, empezaron a pelearse entre ellas.

De seguro lo que querían era la fortuna de mi familia, cosa que me molestaba más. -Déjenme en paz...- Dije mientras empezaba a huir de las chicas, no quería que me obligarán a casar con alguna de ellas, y menos, por motivos egoístas. Al final, logré despistarlas, después de haber estado dado vueltas por la ciudad y llegar a la taberna. -Ahora a esperar a que vengan...- Dije mientras entraba y me sentaba en una mesa.