[Privado] [Kaín y yo] [Hace un año] Decisión rápida, el camino del Sokudan.

La isla de Ireos es una zona montañosa con pequeños bosques y zonas de vegetación. Hacia el interior de la isla, un hombre joven que portaba una gran roca a sus espaldas corría por el accidentado terreno. El suelo estaba compuesto por rocas fragmentadas y traicioneras piedras lisas bastante resbaladizas. A pesar de todo, el extraño corría sin miedo y sin tropezar con nada. Llevaba un traje de artes marciales blanco como única vestimenta, y no llevaba calzado. Sus pies se lastimaban y cortaban con las rocas, pero el joven lo ignoraba y seguía corriendo. Era alto y musculoso, y su piel estaba bronceada, fruto de años de trabajo al aire libre. Llevaba el pelo algo largo y iba sin afeitar. Jadeaba mientras corría y soplaba suavemente, tratando de mantener el ritmo. Estaba ya cansado, pero aún le faltaban unos 500 metros hasta terminar el recorrido que le había impuesto su maestro, y aún le faltaba la parte más difícil. Ese entrenamiento era para perfeccionar uno de sus movimientos, el "sweeper". Llegó hasta el final del recorrido, tiró la piedra al aire y saltó tras ella.

- Sokudan Move...

Estando a la altura de la piedra, hizo un rápido barrido con la pierna, golpeando la pesada piedra y cambiando su trayectoria.

- ¡Sweeper!

La piedra salió disparada hacia un lado y voló varios metros antes de caer estrepitosamente haciendo mucho ruido. El luchador cayó de pie. Inmediatamente notó un fuerte dolor en la pierna y se la agarró. Cualquier otra persona se habría destrozado la pierna, pero él no... después de todo era un guerrero del Sokudan. Se dejó caer sobre el suelo, respirando pesadamente. Estaba reventado. Descansaría un rato mientras llegaba su maestro.

Kaín llevaba dos días viviendo en aquellos bosques, pero aun no se había topado con nadie. Caminaba tranquilo pero alerta, pues la experiencia le decía que los bosques eran un lugar potencialmente peligroso. De pronto percibió un movimiento por el rabillo del ojo y se giró con presteza. Vio pasar a un joven ataviado con una túnica blanca cargando una gran roca a cuestas. Corría sin miedo entre los árboles. Kaín advirtió que estaba descalzo, pero aquel joven parecía no notarlo. De pronto el joven dio un salto y pateó la roca con fuerza. Kaín pudo ver que se había hecho daño, pero aquello no era normal. Aquel chico debía de ser un artista marcial de gran habilidad para hacer eso sin romperse todos los huesos de la pierna. Un cosquilleo recorrió la espalda de Kaín y su sangre empezó a bullir. Después de tanto tiempo sin hacer nada por fin tendría algo en lo que entretenerse.

Se acercó a donde el joven de la túnica blanca descansaba. Kaín iba vestido como siempre, pantalones, botas y chaleco negro. Las botas llevaban los cordones rojos, a juego con una corbata que lucía sobre su pecho, pues el chaleco iba abierto. Una enorme cicatriz cortaba su brazo diestro desde el hombro hasta el codo. Kaín anduvo con decisión hasta situarse frente a aquel joven y, una vez lo tuvo frente a el, hizo una inclinación de cabeza.

-Saludos, joven, mi nombre es Kaín. ¿Me concederías el honor de escuchar tu nombre?

Karl descansaba en el suelo cuando se le acercó un hombre de pelo blanco y ataviado con atuendos extraño para él. Se presentó como Kaín y le preguntó su nombre con educación. El luchador se levantó y le tendió la mano para estrechársela.

- Mi nombre es Lion D. Karl. ¿Qué hacéis en esta isla si puedo preguntarlo, Kaín? Creía que estaba despoblada.

Se podía apreciar que los brazos del joven estaban llenos de cicatrices, y en su antebrazo derecho tenía un tatuaje de lo que parecía una serpiente, pero el resto del tatuaje subía por el brazo y quedaba tapado. En su pecho semidescubierto se podía ver un poco de otro tatuaje del mismo color de un ser cuadrúpedo extraño. La voz de Karl era tranquila y amable, y sus ojos le observaban con curiosidad. La verdad era que su interlocutor era un ser extraño. En la boca Karl llevaba un palito de madera que movía de un lado a otro de esta y mordisqueaba. Era una manía que tenía desde hacía tiempo y que no lograba quitarse, aunque la verdad es que tampoco lo intentaba.

Kaín estrechó con vigor la mano del joven y esbozó una pequeña sonrisa.

-Tengo la sensación, Karl, de que estoy en esta isla por el mismo motivo que tu. Llevo mucho tiempo viajando para perfeccionar mi arte. Mi balsa estaba realmente mal y apenas pude llegar hasta esta isla antes de que se deshiciera. He vagado por el bosque en busca de algún pueblo, pero no he encontrado nada.

De pronto una idea se cruzó por la mente de Kaín. Decidió guardársela hasta conocer algo mejor a Karl, pero cualquier persona podría deducir por la expresión de su rostro que estaba pensando en algo que le resultaba satisfactorio.

A Karl no se le escapó la expresión de Kaín pero no dijo nada. Evaluó con la mirada al otro mientras hablaba. Entonces metió la mano en el interior de la camisa de su kimono de artes marciales a un bolsillo interior. Sacó dos manzanas y una pequeña botella de cerámica. Parecía rato que no se hubiese roto, pero así era. En realidad era parte de su entrenamiento. Si se hubiese caído, se le habría roto la botella y se habría quedado sin agua (Y no era la primera vez que le pasaba). Realizar los ejercicios mientras vigilaba que no se le caía o rompía la comida era una tarea difícil, pero un entrenamiento interesante para aprender a estar pendiente de varias cosas a la vez... algo necesario para llevar la iniciativa en un combate, lo cual era la base del Sokudan. Se sentó en una piedra y posó al lado suya la botella. Ofreció una de las manzanas a Kaín mientras comenzaba a comer la otra.

- Yo estoy entrenándome. Estoy aprendiendo artes marciales. Hace años me hice a la mar, pero no estaba preparado y tuve varios percances - se señaló las cicatrices - así que comencé a estudiar una disciplina de combate antes de volver a salir a buscar fortuna.

Kaín asintió con un gesto y luego se giró para que Karl pudiera ver bien su cicatriz.

-Entiendo a que te refieres, amigo, yo mismo tengo un recuerdo de mi primera peregrinación.

Se comió la manzana de cuatro mordiscos, pepitas incluidas. Aquel chico parecía de confianza, así que Kaín decidió intentarlo.

-Oye, Karl... ¿Querrías contratarme?- Dijo con calma.- Se luchar y me desenvuelvo bien en cualquier actividad. ¿Que me dices?

Karl comió con avidez la manzana. Destapó la botella de agua y bebió un trago largo. La dejó sobre la roca y le hizo un gesto a Kaín para indicarle que podía beber si quería. Entonces Kaín le enseñó su propia cicatriz, bastante grande. El joven soltó un silbido de sorpresa.

- Fea herida. Supongo que el que te la hizo debía ser bastante duro de pelar.

Karl vio cómo Kaín se tomaba su manza en cuatro mordiscos y se quedó con la boca abierta. Rápidamente cambió su expresión y fingió admirar el paisaje. Entonces el otro le hizo una proposición extraña e interesante.

- ¿Contratarte? - preguntó con extrañeza - Ahora mismo carezco de ingresos. Voy a terminar mi entrenamiento en unos meses y tras eso posiblemente ingrese en la Marina. ¿Qué es lo que te interesa realmente? - preguntó, con los ojos entrecerrados.

Kaín no pudo hacer otra cosa que sonreír. Era obvio que no ocultaba sus intenciones tan bien como pretendía.

-Bueno... tengo varios objetivos en mente.- Dijo el joven peliblanco, evasivo.- Necesito un barco y pensé que si trabajaba para alguien ganaría lo suficiente como para comprarme uno. Aunque no creo que pueda comprar nada en un islote como este.

Kaín notó que una gota de sudor caía por su rostro. No se le daba bien mentir. Esperó que Karl se creyera lo que acababa de decirle que, en cierto modo, también era cierto.

Karl no habló por un momento, mientras seguía mordisqueando una manzana. Reflexionó por un momento. ¿Quién era ese hombre que llegaba de la nada en un lugar deshabitado a pedirle que lo contratase? No creía que ese fuese su motivo realmente.

- Si realmente quieres salir de esta isla, tendrás que fabricarte tú un bote. Yo he venido en balsa con mi maestro. ¿Qué buscas realmente? Sales de la nada en mitad de la una isla dejada de la mano de Dios con historias de que buscas que te contraten. Es cuanto menos sospechoso.

Karl pateó el suelo con un gesto de decepción pues, evidentemente, no había logrado engañar a aquel tipo.

-Bueno, si no cuela, no cuela. En realidad estoy en esta isla buscándoos a ti y a tu maestro. Me enteré de que dos luchadores estaban aquí por un pescador de la zona y vine a probar mi estilo de lucha contra vosotros. Contaba con poder observar tus movimientos antes de luchar, pero no va a poder ser.- Entonces Kaín se quitó el chaleco y adoptó una postura de combate, con los dos brazos cruzados a la altura de su cintura y un pie por delante del otro.- ¿Te enfrentarías a mi? Como entrenamiento, por supuesto.

Karl no acababa de tragarse que tanto engaño y tanto rodeo viniese sólo para enfrentarse a él, pero no podía decirle que no a un combate. Además, quería probar todas las técnicas que llevaba años entrenando, y ver el fruto de su esfuerzo. Terminó la manzana y tiró los restos a un lado, tras eso cogió su botella de agua y bebió un poco antes de cerrarla y dejarla en la piedra de nuevo. Entonces se puso en posición de combate, con ambos puños cerrados, los brazos flexionados hacia arriba y uno ligeramente más adelantado.

- Nunca le digo que no a un combate... adelante - dijo con una sonrisa en el rostro.

Sin decir nada más y de manera inesperada, Karl se abalanzó sobre el otro y le lanzó un golpe hacia el pecho con la palma de la mano. Se trataba de su "Direct Palm", un golpe que tenía por objetivo tirar hacia atrás al enemigo por la fuerza del impacto y dejarlo sin respiración por un momento.

- Sokudan Move ¡Direct Palm!

El movimiento fue rápido, y el golpe fiero. El joven no dejaba cuartel a sus rivales durante un combate. Además, el entrenamiento del Sokudan lo había preparado para llevar siempre la iniciativa en sus combates.

Kaín vio venir al joven directo hacia el. Decidió probar sus nuevas técnicas en aquel combate, a ver si podían ser útiles en una batalla real.

-Kaze no sodeguchi: ¡Windmill!- Kaín giró los brazos como aspas de un molino. El giro golpeó la muñeca de Karl, desviando el ataque hacia la izquierda. Entonces, aprovechando la inercia de sus brazos, los dejó balancear hacia un lado y giró sobre sus talones, tratando de golpear el rostro de su enemigo con el reverso de la mano.- ¡Gust! (AF)

OFF:( No se supone que hay que poner la intensidad del ataque?)

Off: Ahora veo que se me olvidó a mi también.

On: Karl recibió un golpe fuertísimo en mitad de la cara que lo mandó volando. Rodó por el suelo, golpeándose contra varias piedras. Se incorporó, sangrando a chorros por la nariz y con esta torcida. Este se la tocó y lo notó, por lo cual puso ambas manos sobre esta y presionó. Se escuchó un "crack", Karl soltó un leve gemido de dolor y cuando se aparto las manos su nariz ya estaba recta, pero seguía sangrando un montón.

- Vaya, ese golpe no ha estado mal. Casi se aproxima a la categoría de una caricia - dijo, con una sonrisilla odiosa.

Karl volvió a correr hacia él. De repente se movió a una velocidad tal que pareció desaparecer, reapareciendo a la izquierda de Kaín.

- Sokudan Move, Shadow.

El Shadow era un poder que permitía esprintar durante un corto trayecto a velocidades increíblemente altas, sin embargo no se acercaba ni por asomo al poderoso soru del rokushiki. Al llegar junto a Kaín, se puso en posición y comenzó a lanzarle una lluvia de puñetazos. Eran tantos y tan rápidos que parecía tener varios brazos.

- Sokudan Move, ¡Storm! [AI]

Kaín perdió de vista a Karl por un instante. Cuando quiso darse cuenta el joven estaba a su lado y lo estaba atacando. Incapaz de esquivar los ataques, decidió recibirlo con todo su cariño. El primer puñetazo impactó contra su rostro y, antes de que el segundo golpe impactara contra el, Kaín se echó hacia su enemigo con los brazos abiertos, con la intención de abrazarlo. Recibió otros tres golpes en el pecho antes de que sus brazos estuvieron lo bastante cerca como para sujetar a su rival. Independientemente de si el agarre tenía éxito, Kaín lanzó una rápida sucesión de tres cabezazos a su rival (AI). Si lograba agarrarlo, estaría inmovilizado y recibiría los golpes. En el caso de que fallara su agarre, el cabezazo iría dirigido al puño que trataba de golpear su cara.

Karl consiguió impactar a Kaín con varios golpes, pero para cuando quiso darse cuenta este le estaba abrazando y lo tenía inmovilizado. Kaín comenzó a darle cabezazos, aturdiéndolo. El joven se enfadó bastante y lo abrazó también, haciendo fuerza. Entonces, en medio del cabreo, soltó un grito indescifrable y le intentó morder la nariz a su rival. [AID]

El grito demencial de su rival alertó a Kaín. La piel del peliblanco se oscureció hasta alcanzar un tono rojo muy oscuro, casi negro. Dos pequeñas antenas surgieron de su frente. Los dientes de Karl se estrellaron contra el exoesqueleto que ahora recubría el cuerpo de Kaín. Entonces, con renovadas fuerzas, soltó sus brazos, que estaban por encima de los de Karl, y descargó una rápida sucesión de golpes contra los hombros y la cara de Karl, con intención de obligarlo a soltarse.(AM)

Karl recibió los golpes de lleno y se apartó de su rival, magullado. La nariz le sangraba menos. Se volvió a poner en posición y agitó su cabeza para apartarse los pelos de la cara. Su rival ahora se había convertido en un monstruo extraño con exoesqueleto y antenas, dándole aspecto de insecto monstruoso gigante.

- Otro zoan, ¿eh? Interesante.

Karl corrió hacia él de nuevo y simuló que le iba a dar un puñetazo. En el último momento saltó y estando con los pies a la altura de la cabeza de Kaín comenzó a dar patadas contra sus hombros y cabeza, de tal manera que parecía que caminase.

- Sokudan Move, ¡Air Walk! [AF]

Kaín sonrió cuando Karl pronunció la palabra "otra". Si su rival también se había comido una akuma no mi del tipo zoan, aquel combate podría ponerse muy interesante.
Cuando Karl amagó el puñetazo Kaín alzó un brazo para bloquearlo, pero su enemigo saltó y comenzó a descargar patadas contra su rostro y hombros. Kaín solo pudo alzar uno de sus brazos para proteger su rostro, recibiendo todos los golpes en el antebrazo y los hombros. Con el último golpe de Karl, las piernas de Kaín cedieron y cayó hacia atrás. Rodó un par de metros antes de levantarse. Si no tuviera su exoesqueleto, probablemente aquella serie de ataques le habría dislocado el hombro, como poco. Pese a todo, sentía un dolor en el hombro más magullado, pero pudo soportarlo.

-Eso no ha estado mal. ¿Que te parece si nos ponemos un poco más serios?- Kaín adelantó su pierna izquierda y dejó caer los brazos como pesos muertos. Entonces dirigió una mirada a Karl mientras sus ojos reflejaban la luz del sol y parecían estallar en llamas.- Ven, Karl.

Con su última patada, Karl se impulsó hacia atrás y cayó de pie. Se puso en posición de combate de nuevo y esbozó una sonrisa.

- Ponerse serios, ¿eh? Bueno, si quieres acabar tan pronto el combate...

De repente el cuerpo del joven comenzó a cambiar. La piel de sus brazos se convirtió en escamas y le salieron garras de las manos. Su torso se expandió y se llenó de pelaje dorado. Sus piernas comenzaron a cambiar también, haciéndose más gruesas y cubriéndose de pelo blanco. También le cambiaron los pies, que se transformaron en pezuñas de cabra. Sin embargo, los cambios más notorios fueron los de su cabeza, o mejor dicho cabezas. Le brotó una segunda cabeza que parecía una mezcla entre una de humano y una de cabra, y su cabeza original se llenó del mismo pelaje que su torso, además de brotarle una melena dorada y adoptar rasgos felinos. Por último, una cola de reptil le brotó, larga y serpenteante. La cola terminaba en una cabeza de serpiente. La serpiente siseó mirando a Kaín.

- Bien, ahora te enseñaré mi auténtica fuerza - dijo, con sus tres cabezas a la vez - Sokudan Move, Shadow.

La bestia se movió tan rápido que se convirtió en un borrón, zigzagueando hacia el otro. Apareció al lado suya, hacia su derecha, y le lanzó una veloz patada a la caja torácica.

- Modified Sokudan: ¡Goat Kick! [AMF]

Kaín observó como su rival comenzaba a cambiar.

-Si te pones así...- Dijo con una sonrisa. Su exoesqueleto se oscureció aún más, le crecieron dos brazos más por debajo de los originales y sus antenas se alargaron hasta alcanzar varios centímetros. Le crecieron en la mandíbula dos poderosas pinzas serradas de aspecto horrible. Por último, de su espalda brotaron dos alas transparentes y muy largas. En cuanto Karl desapareció, Kaín dio un poderoso salto y se elevó varios metros en el aire. El ataque de Karl, no obstante, alcanzó su tobillo izquierdo, que se estremeció con un crujido. El dolor que Kaín sintió se volvió realmente intenso, pero estaba acostumbrado a sufrir, por lo que no se quejó. Desde encima de su enemigo Kaín se lanzó en picado contra el, dejando los cuatro brazos muertos hacia atrás. Apenas tardó un instante en encontrarse a la distancia apropiada para atacar. Lanzó sus cuatro puños hacia su enemigo, girándolos en el camino, lo cual aumentó la fuerza del golpe.

-Kaze no Sodeguchi: ¡Ari Wind Tunnel! (AMF)

Karl vio a su enemigo transformarse y sus ojos brillaron por un momento. "En efecto, un zoan." Le salieron dos brazos más y alas, y el exoesqueleto pareció hacerse más grueso. El ser echó a volar pero eso no impidió a Karl alcanzarle de lleno con su ataque y destrozarle el tobillo a pesar del exoesqueleto. A pesar del golpe, su rival alzó el vuelo para después caer en picado en su dirección. El joven marine, viéndose en peligro, hizo instintivamente lo primero que se le vino a la cabeza: escupir una gran tromba de llamas por sus tres cabezas.

Off: Sí, he puesto poco. Estoy sin ideas y no he dormido.

Las llamas cogieron por sorpresa a Kaín, que no pudo hacer nada por esquivarlas. En su lugar, segregó una buena cantidad de ácido fórmico y la escupió hacia abajo (AF). El ácido prendió en contacto con las llamas y cayó sobre Karl como una lluvia de fuego.

Las llamas golpearon de lleno a Kaín, calentando su exoesqueleto tanto que creyó que se iba a cocer dentro pero, dado que si se detenía o retrocedía las llamas le darían igual, continuó con su ataque, atravesando la llamarada tras el chorro de ácido ardiendo.

OFF: No has tabulado la llamarada, así que la interpretaré como AF.

La llamarada impactó de lleno de lleno a su rival. Karl esbozó una leve sonrisa con sus cabezas de león y cabra. Tenía el combate ganado. Se dispuso a apartarse de un salto de la trayectoria de su rival cuando algo en llamas cayó sobre él. De manera instintiva se cubrió con los brazos, y notó en estos un intenso dolor. Las escamas se le deshacían y un líquido ardiendo le cubría los brazos, goteando llamas. Distraído por el ácido, no reaccionó a tiempo a Kaín, que cayó de repente sobre él golpeándolo de lleno. Karl rodó por el suelo para alejarse y se incorporó ignorando el intenso dolor del golpe. Trastabilló y cayó de rodillas. Había sido más de lo que podía aguantar. Entonces se arrancó la parte superior del kimono y se empezó a limpiar el ácido de las escamas y a apagarse las llamas que quedaban. Por suerte se había consumido rápidamente antes de que el propio Karl prendiese en llamas, y también se había apagado en parte cuando rodó por el suelo.

- Bueno, supongo que este combate se nos ha ido de las manos - dijo a Kaín - Eres duro de pelar, ha sido un placer combatir contigo.

Volvió a su forma humana. Tenía algunas quemaduras en los brazos, pero poco importantes gracias a las escamas. Además de eso estaba cubierto de cardenales, moratones y algunos rascazos de todos los golpes recibidos y de rodar por el suelo. Ahora que tenía el torso al descubierto, podía verse que el tatuaje constituía un único animal, y que iba de su brazo a su pecho. Obviamente hacía referencia a la zoan del joven, Quimera.

Cuando los brazos de Kaín se estremecieron por el impacto contra su enemigo, Kaín esbozó una sonrisa. Pero entonces sus pies tocaron el suelo y el dolor de la pierna le devolvió a la realidad. Su exoesqueleto lo estaba cociendo, por lo que, al igual que su rival, volvió a su forma humana y rodó por el suelo. Se levantó con cuidado de no apoyar mucho el pie izquierdo. Su tobillo estaba realmente hinchado y de había cobrado un color morado intenso. Su cuerpo estaba lleno de pequeñas magulladuras y cortes.

-Ufff... Que intenso.- Kaín se acercó poco a poco a Karl, en parte por el dolor y en parte para que el otro joven no esperase otro ataque. Cuando estuvo lo bastante cerca, le tendió la mano.- Gran combate, Karl. Nunca había visto una bestia como esa, es realmente impresionante.

Karl estrechó con fuerza la mano de su rival mientras observaba su tobillo. Él no estaba mucho mejor. Le dolía bastante el pecho y respiraba con dificultad, además de todos los cardenales menores que tenía a lo largo del cuerpo. Hizo una mueca de dolor mientras se incorporaba y caminó como pudo a la piedra donde había dejado la botella de agua. Bebió un trago y después se la pasó a Kaín. Se acomodó en el suelo y se tumbó.

- Tú no te quedas atrás. Eres realmente duro. Puede que en un futuro podamos combatir juntos... - le miró con interés - Estoy planeando unirme a la Marina y digamos que extraoficialmente tener un pequeño grupo de personas con intereses comunes de hacer beneficios, por así decirlo. De momento es sólo un proyecto, pero tal vez te interese - Normalmente no era tan explícito ni impulsivo, pero tenía una corazonada.

Karl planeaba crear una organización secreta en la que operaría, además de junto con marines que reuniese, para conseguir a corto plazo beneficios en operaciones de diversos tipos: contratos de mercenario, trabajos de asesinato y robo, contrabando... todo aquello que podían ofrecer personas fuertes, o alguien influyente y que tuviese a esas personas fuertes a su servicio. A largo plazo esa organización, que mantendría en secreto su cúpula dirigente y la identidad de todos sus miembros, tendría como objetivo controlar primero la Marina y después el propio Gobierno Mundial.