Jacques Skylee
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Exp: 0
Nivel: 1
Nombre: Jacques François Skylee.
Apodo: Ninguno aún.
Edad: 24 años.
Sexo: Hombre.
Raza: Humano.
Rango social: Medio.
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Ningún nombre.
-Ejecución: Jacques pelea con una pistola en su mano derecha y una espada en su mano izquierda, para tener la posibilidad de hacer diferentes combos. También usa un arsenal de variadas armas dependiendo de la situación.
Descripción psicológica: Jacques Skylee considera que un revolucionario nace revolucionario. Su pasión por el mar es indescriptible, y sabe que nació en la época correcta. Desea tener una vida intensa y corta y respeta mucho a la gente así. Es por esto que desea más que nada luchar contra el gobierno y frenar su sistema, y no le importará dar su vida por ello. La aventura le llama en todos lados, y morirá mil veces si es necesario para vivirlas. La emoción de la batalla hace que su sangre hierva, matando a quien se meta en su camino, y respetando a todo contrincante. Sin embargo, no es un tipo sanguinario, simplemente le apasionan la peleas.
Gustos: Las naranjas. Le fascina la música, el mar, la comida, las peleas. Es un hombre con honor, y respeta a la gente como él, respeta la pasión por la pelea, por la piratería, a todos aquellos dispuestos a dar su vida por sus pasiones. Ama el dinero, por supuesto, ¿pero quién no? Disfruta mucho de la lluvia y las tormentas, incluso en alta mar. Antes de unirse a la revolución, supo ser un buen pirata durante diez años.
Desagrados: Odia a los cobardes. Esto no sólo incluye a aquellos que huyen de sus miedos, sino también a aquellos que no los enfrentan con valentía. Los espías y cobardes que atacan por la espalda no son dignos de tener la oportunidad de un combate. Detesta que lo despierten, lo detesta, no lo soporta.
Habilidades: Es un apasionado violinista. También hace pequeñas esculturas de madera como hobby, y con el tiempo se ha vuelto bastante bueno en este campo, pudiendo hacer figurillas de personas bastante exactas (obviamente con poco detalle). Es ambidiestro de nacimiento, por lo que es capaz de usar sin problema alguno una pistola y una espada al mismo tiempo.
Torpeza: Jacques es incapaz de hacer una comida decente, por lo que a esta altura ni siquiera se la espera. Con comerse las cosas crudas le basta, y también tiene algunos problemas para socializar con aquellos que no entiendan la brusquedad de un hombre del mar.
Profesiones: Asesino, músico y navegante.
Banda: Ninguna.
Armas: Kukri, pistola común, pistola de bengalas, bombas de humo, dagas lanzables y puños americanos con cuchillo. (imagen).
Técnicas:
(AF) Parrrley: Jacques está unos segundos apuntando, buscando una abertura en su rival pero quedando a la vez expuesto. Dispara entonces con su pistola a dicha abertura, en un tiro certero pero fácil de detener si se le prepara.
Historia: La raza humana es una raza caótica. En toda su historia, los paradigmas que lideraron a las masas variaron en una constante búsqueda de plenitud. Las personas se creen cómodas hasta que notan cambios radicales en sus vidas, y es entonces cuando los problemas se notan, cuando las autoridades ya no pueden ocultarlo todo, cuando la gente se da cuenta de lo que en verdad sucede. Toda época termina luego de una cúspide de deterioro. Primero llegan los problemas, que abarcan absolutamente todos los sectores de la sociedad, matando a miles, dejando en miseria a muchos mientras que unos pocos se quedan con todo. Luego llegan las autoridades, dividiendo a las masas en partidos políticos para que se culpen los unos a los otros y así cegarlos ante una realidad que de otra manera sería muy obvia. Sin embargo, de a poco las cosas se empiezan a salir de control y se requieren cambios, se requiere a alguien suficientemente capaz, valiente y astuto como para enfrentarse a las verdaderas autoridades y crear un verdadero cambio. Ahí es cuando entran aquellos que definirán una nueva época. Ahí es cuando entramos los revolucionarios.
De pequeño siempre me vi atraído por el mar. Su inmensidad, su poder y su belleza me dejaban embobado, incluso teniendo sólo diez años. Desde esa edad podía notar una clara diferencia con el resto de los niños, los cuales me parecían una burla abstracta e incoherente de cómo no debería comportarse alguien. Mi padre fue un marine que murió a manos de piratas, y podía entender que el mundo se estaba cayendo a pedazos. A medida que crecía, la gente del pueblo me veía como un bicho raro. Mis ideas de cambios eran pensamientos que los habitantes de aquel pequeño pueblo costero no podrían concebir jamás, y nunca tuve un amigo de verdad. No me importaba. Tan pronto como pude, a los catorce años, me robé un pequeño bote y zarpé al mar, buscando respuestas. Sentía que ese pueblo era una jaula, y que en este mundo había algo que requería de mi participación, que mi destino se encontraba en otra parte. Cuando fui rescatado y reclutado por un barco pirata, creí haberlo encontrado. Nunca estuve tan equivocado en mi vida.
No me malentiendan, la vida de pirata era un sueño hecho realidad. Durante diez años serví con orgullo en esa tripulación, y una suerte casi sobrenatural parecía acompañarme siempre. Las batallas hacían hervir mi sangre, lo cual me fascinaba. Sin embargo, todo cambió de repente cuando los marines nos rodearon. Era una flota entera que nos tenía encerrados en una tormenta de cañonazos. Mi capitán reía, resignado a una muerte digna de un pirata como él, y allí falleció al recibir una bala de cañón en el estómago que lo lanzó al mar. Al ver que habíamos perdido a nuestro líder, los marines decidieron abordar nuestro barco y encarcelar a la tripulación para ejecutarnos públicamente. Fue una batalla sangrienta e intensa, y muchos de mis camaradas cayeron, pero al final decidimos rendirnos. Ese fue el fin de mi vida como pirata, con veintidos años de edad.
Nunca voy a olvidar aquel día. Una lluvia ligera caía sobre el fuerte marino donde nos encontrábamos. Al día siguiente nos llevarían a la capital del gobierno en el South Blue para ser ejecutados, y ya ninguno de los prisioneros se hablaba. El silencio reinaba en aquellas celdas olvidadas por dios, únicamente interrumpido por algún breve intercambio de palabras entre los guardias. Fue en aquella cúspide de desesperanza, cuando todos estábamos ya resignados a una ejecución segura, que se escucharon los cañones. Gritos de decenas de personas se oyeron afuera, y el entrechocar de las espadas invadía ahora lo que hacía un momento era un silencio sepulcral. Todos nos amontonamos en las rejas de la celda cuando vimos a un grupo de personas entrando a la recámara. Estos mataron a los guardias que allí se encontraban y les quitaron las llaves. Entonces se dirigieron a nosotros.
- Escuchen - dijo un hombre veterano, con amplia quijada y varias cicatrices - Hoy es su día de suerte. Representamos a los revolucionarios en el South Blue. Su capitán fue una vez una parte importante de nuestro equipo, y por eso creemos que lo mínimo que podemos hacer para devolverle todo lo que ha hecho por nosotros es salvándoles a ustedes. Ahora, no crean que podrán volver a la piratería. Estamos aquí para ofrecerles un despertar a la realidad, para ver más allá del fraude gubernamental que son las autoridades que manejan el gobierno mundial. A partir de hoy serán parte de nuestras fuerzas, o pueden quedarse acá hasta que algún buque marine se pase, o mueran de hambre, lo que suceda antes. ¿Qué me dicen?
Todos estábamos perplejos. De un momento a otro parecía que la esperanza volvía. Ninguno sabía qué decir, y yo fui el primero en hablar.
- Qué remedio - exclamé - Cualquier cosa es mejor que seguir en este agujero. Está bien, señores, me uniré a su revolución. ¡Si el destino los trajo aquí, por algo será!
Mis compañeros asintieron, y ninguno fue dejado atrás ese día. Dos años pasaron desde que me uní a la Revolución, y aprendí muchas cosas desde entonces. Por fin me siento a gusto, siento que este es mi lugar. Tengo fe en nosotros, en nuestros líderes, en que algún día podremos hacer la diferencia y la gente abrirá los ojos ante el fraude que es el gobierno mundial. Esta era está llegando a su fin, y yo ayudaré a que eso suceda, y si he de morir antes, entonces lo haré con una espada en mi mano y la seguridad de que luché con todas mis fuerzas para alcanzar la paz, la gloria y la sabiduría para todos. ¡El gran cambio se acerca! ¡Viva la revolución!
Mar de origen:South Blue.
Pertenencias: Libro de conocimientos general sobre los mares, con algunos mapas muy básicos incluidos. Catalejo. Brújula. Violín. Botella de ron (siempre tiene alguna consigo). Cantimplora con agua de mar.
Botín de partidas: Ninguna.
Sueños: Jacques cumple su sueño cada día. Él desea vivir y morir en el mar, viviendo siempre como un revolucionario, peleando por su causa y sentir en su alma que lo está haciendo bien. Así es como ve su propia vida.
Referido por: Nadie.
Nivel: 1
Nombre: Jacques François Skylee.
Apodo: Ninguno aún.
Edad: 24 años.
Sexo: Hombre.
Raza: Humano.
Rango social: Medio.
Descripción estilo de lucha:
-Nombre: Ningún nombre.
-Ejecución: Jacques pelea con una pistola en su mano derecha y una espada en su mano izquierda, para tener la posibilidad de hacer diferentes combos. También usa un arsenal de variadas armas dependiendo de la situación.
Descripción psicológica: Jacques Skylee considera que un revolucionario nace revolucionario. Su pasión por el mar es indescriptible, y sabe que nació en la época correcta. Desea tener una vida intensa y corta y respeta mucho a la gente así. Es por esto que desea más que nada luchar contra el gobierno y frenar su sistema, y no le importará dar su vida por ello. La aventura le llama en todos lados, y morirá mil veces si es necesario para vivirlas. La emoción de la batalla hace que su sangre hierva, matando a quien se meta en su camino, y respetando a todo contrincante. Sin embargo, no es un tipo sanguinario, simplemente le apasionan la peleas.
Gustos: Las naranjas. Le fascina la música, el mar, la comida, las peleas. Es un hombre con honor, y respeta a la gente como él, respeta la pasión por la pelea, por la piratería, a todos aquellos dispuestos a dar su vida por sus pasiones. Ama el dinero, por supuesto, ¿pero quién no? Disfruta mucho de la lluvia y las tormentas, incluso en alta mar. Antes de unirse a la revolución, supo ser un buen pirata durante diez años.
Desagrados: Odia a los cobardes. Esto no sólo incluye a aquellos que huyen de sus miedos, sino también a aquellos que no los enfrentan con valentía. Los espías y cobardes que atacan por la espalda no son dignos de tener la oportunidad de un combate. Detesta que lo despierten, lo detesta, no lo soporta.
Habilidades: Es un apasionado violinista. También hace pequeñas esculturas de madera como hobby, y con el tiempo se ha vuelto bastante bueno en este campo, pudiendo hacer figurillas de personas bastante exactas (obviamente con poco detalle). Es ambidiestro de nacimiento, por lo que es capaz de usar sin problema alguno una pistola y una espada al mismo tiempo.
Torpeza: Jacques es incapaz de hacer una comida decente, por lo que a esta altura ni siquiera se la espera. Con comerse las cosas crudas le basta, y también tiene algunos problemas para socializar con aquellos que no entiendan la brusquedad de un hombre del mar.
Profesiones: Asesino, músico y navegante.
Banda: Ninguna.
Armas: Kukri, pistola común, pistola de bengalas, bombas de humo, dagas lanzables y puños americanos con cuchillo. (imagen).
Técnicas:
(AF) Parrrley: Jacques está unos segundos apuntando, buscando una abertura en su rival pero quedando a la vez expuesto. Dispara entonces con su pistola a dicha abertura, en un tiro certero pero fácil de detener si se le prepara.
Historia: La raza humana es una raza caótica. En toda su historia, los paradigmas que lideraron a las masas variaron en una constante búsqueda de plenitud. Las personas se creen cómodas hasta que notan cambios radicales en sus vidas, y es entonces cuando los problemas se notan, cuando las autoridades ya no pueden ocultarlo todo, cuando la gente se da cuenta de lo que en verdad sucede. Toda época termina luego de una cúspide de deterioro. Primero llegan los problemas, que abarcan absolutamente todos los sectores de la sociedad, matando a miles, dejando en miseria a muchos mientras que unos pocos se quedan con todo. Luego llegan las autoridades, dividiendo a las masas en partidos políticos para que se culpen los unos a los otros y así cegarlos ante una realidad que de otra manera sería muy obvia. Sin embargo, de a poco las cosas se empiezan a salir de control y se requieren cambios, se requiere a alguien suficientemente capaz, valiente y astuto como para enfrentarse a las verdaderas autoridades y crear un verdadero cambio. Ahí es cuando entran aquellos que definirán una nueva época. Ahí es cuando entramos los revolucionarios.
De pequeño siempre me vi atraído por el mar. Su inmensidad, su poder y su belleza me dejaban embobado, incluso teniendo sólo diez años. Desde esa edad podía notar una clara diferencia con el resto de los niños, los cuales me parecían una burla abstracta e incoherente de cómo no debería comportarse alguien. Mi padre fue un marine que murió a manos de piratas, y podía entender que el mundo se estaba cayendo a pedazos. A medida que crecía, la gente del pueblo me veía como un bicho raro. Mis ideas de cambios eran pensamientos que los habitantes de aquel pequeño pueblo costero no podrían concebir jamás, y nunca tuve un amigo de verdad. No me importaba. Tan pronto como pude, a los catorce años, me robé un pequeño bote y zarpé al mar, buscando respuestas. Sentía que ese pueblo era una jaula, y que en este mundo había algo que requería de mi participación, que mi destino se encontraba en otra parte. Cuando fui rescatado y reclutado por un barco pirata, creí haberlo encontrado. Nunca estuve tan equivocado en mi vida.
No me malentiendan, la vida de pirata era un sueño hecho realidad. Durante diez años serví con orgullo en esa tripulación, y una suerte casi sobrenatural parecía acompañarme siempre. Las batallas hacían hervir mi sangre, lo cual me fascinaba. Sin embargo, todo cambió de repente cuando los marines nos rodearon. Era una flota entera que nos tenía encerrados en una tormenta de cañonazos. Mi capitán reía, resignado a una muerte digna de un pirata como él, y allí falleció al recibir una bala de cañón en el estómago que lo lanzó al mar. Al ver que habíamos perdido a nuestro líder, los marines decidieron abordar nuestro barco y encarcelar a la tripulación para ejecutarnos públicamente. Fue una batalla sangrienta e intensa, y muchos de mis camaradas cayeron, pero al final decidimos rendirnos. Ese fue el fin de mi vida como pirata, con veintidos años de edad.
Nunca voy a olvidar aquel día. Una lluvia ligera caía sobre el fuerte marino donde nos encontrábamos. Al día siguiente nos llevarían a la capital del gobierno en el South Blue para ser ejecutados, y ya ninguno de los prisioneros se hablaba. El silencio reinaba en aquellas celdas olvidadas por dios, únicamente interrumpido por algún breve intercambio de palabras entre los guardias. Fue en aquella cúspide de desesperanza, cuando todos estábamos ya resignados a una ejecución segura, que se escucharon los cañones. Gritos de decenas de personas se oyeron afuera, y el entrechocar de las espadas invadía ahora lo que hacía un momento era un silencio sepulcral. Todos nos amontonamos en las rejas de la celda cuando vimos a un grupo de personas entrando a la recámara. Estos mataron a los guardias que allí se encontraban y les quitaron las llaves. Entonces se dirigieron a nosotros.
- Escuchen - dijo un hombre veterano, con amplia quijada y varias cicatrices - Hoy es su día de suerte. Representamos a los revolucionarios en el South Blue. Su capitán fue una vez una parte importante de nuestro equipo, y por eso creemos que lo mínimo que podemos hacer para devolverle todo lo que ha hecho por nosotros es salvándoles a ustedes. Ahora, no crean que podrán volver a la piratería. Estamos aquí para ofrecerles un despertar a la realidad, para ver más allá del fraude gubernamental que son las autoridades que manejan el gobierno mundial. A partir de hoy serán parte de nuestras fuerzas, o pueden quedarse acá hasta que algún buque marine se pase, o mueran de hambre, lo que suceda antes. ¿Qué me dicen?
Todos estábamos perplejos. De un momento a otro parecía que la esperanza volvía. Ninguno sabía qué decir, y yo fui el primero en hablar.
- Qué remedio - exclamé - Cualquier cosa es mejor que seguir en este agujero. Está bien, señores, me uniré a su revolución. ¡Si el destino los trajo aquí, por algo será!
Mis compañeros asintieron, y ninguno fue dejado atrás ese día. Dos años pasaron desde que me uní a la Revolución, y aprendí muchas cosas desde entonces. Por fin me siento a gusto, siento que este es mi lugar. Tengo fe en nosotros, en nuestros líderes, en que algún día podremos hacer la diferencia y la gente abrirá los ojos ante el fraude que es el gobierno mundial. Esta era está llegando a su fin, y yo ayudaré a que eso suceda, y si he de morir antes, entonces lo haré con una espada en mi mano y la seguridad de que luché con todas mis fuerzas para alcanzar la paz, la gloria y la sabiduría para todos. ¡El gran cambio se acerca! ¡Viva la revolución!
Mar de origen:South Blue.
Pertenencias: Libro de conocimientos general sobre los mares, con algunos mapas muy básicos incluidos. Catalejo. Brújula. Violín. Botella de ron (siempre tiene alguna consigo). Cantimplora con agua de mar.
Botín de partidas: Ninguna.
Sueños: Jacques cumple su sueño cada día. Él desea vivir y morir en el mar, viviendo siempre como un revolucionario, peleando por su causa y sentir en su alma que lo está haciendo bien. Así es como ve su propia vida.
Referido por: Nadie.
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Sólo puedes llevar 5 armas encima por ésta norma: https://www.onepiece-definitiverol.com/t3752-norma-alforja-y-cofre
En caso de querer tener todas las armas deberás especificar en cuántas y qúe armas llevas en cada rol que hagas.
Por lo demás...
Pásate por los siguientes registros para que te den color:
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3024-registro-de-avatares
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3022-registro-akuma-no-mi
En caso de querer tener todas las armas deberás especificar en cuántas y qúe armas llevas en cada rol que hagas.
Por lo demás...
Pásate por los siguientes registros para que te den color:
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3024-registro-de-avatares
https://www.onepiece-definitiverol.com/t3022-registro-akuma-no-mi
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Armas editadas. Avatar registrado. No tengo akuma no mi, así que no hay nada qué registrar allí n_n muchas gracias!
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Agregué una Akuma no Mi a mi ficha, por lo que reinicio (si es puedo llamarlo reiniciar o.o')
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~Tu fruta del diablo será debatida por el STAFF. Mientras tanto puedes rolear con la "ultima aceptación de tu ficha", que es un personaje sin fruta del diablo.
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