Sidfried di Fenrir
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Akuma no mi
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Esta vez mi destino con los piratas que me habian dado una nueva vida y una meta la cual cumplir y ese dia, mi destino era aprender el antiguo arte de la esgrima u otro arte con las espadas lo cual era conveniente para el actual comportamiento que poseia en esos momentos, ya que, desconfiaba incluso de aquellos que me habian rescatado de aquella isla tomada por los revolucionarios, los cuales habian ganado por encima de la marina y los piratas pero eso no importaba mucho. Me puse como meta encontrar a mi familia a la vez de que tambien recuperar mis recuerdos pedidos y por cuestiones personales, pase mi pequeña mano por sobre la cicatriz de mi nuca para luego hacer una mueca triste mientra bajaba del barco, acompañado de mis compañeros de tripulacion, quienes me intentaba animar pero yo solo les dedicaba una sonrisa falsa para tranquilizarlos pero solo recibi un golpecito en mi cabeza por mi capitan, dado que el era el unico que podia saber cuando fingía o no mis emociones. Aquel odioso castaño con esas lentes con forma de luna me hacia sentir raro, no negaria que sentia algo mas que solo un afecto pupilo-maestro y por eso le vi sonrojado, haciendole un leve puchero y seguir mi camino hacia los dojos para entrenar con mis espadas.
En el camino, podia notar como las miradas de muchos se posaban en mi y como no, tenia tres espadas en mi cintura siendo solo un enano de 12 años pero a mi me daba lo mismo y por ello, dedicaba miradas frias e indiferentes a los que me veian, asombrando a muchos pero a otros los dejaba mudos no muchos esperaban ver a un menor con tanta frialdad en sus ojos y mucho menos, esa actidud de indiferencia hacia todo lo que me rodeaba pero mi expresion cambio cuando senti que alguien me cargo y gruñi con molestia porque sabian quien era el culpable " calma sid, es el tonto de Shiro que quiere molestarte .... solo calmate" era lo que pensaba mientras escuchaba la risotada del pelianaranjado y solo lo fulmine con la mirada, amenazandolo con golpearlo con el mango de la funda de mi espada y por ello me solto mientras yo solo mascullaba unas maldiciones. Cuando baje de sus brazos, corri hacia otro lado dado que ese baka no me dejaria en paz pero no esquivar a tiempo y termine atropellando a alguien con mi pequeño cuerpo, pero cuando vi quien era me sonroje con fuerza ya que, habia chocado con una dama de cabellos azulados- S-suminaser señora, es que .... gomen no vi hacia donde corria - dije nervioso mientras salia de encima suyo, dado que habia quedado sentado en el regazo de esta y la ayude a levantarse para luego erizarme al escuchar la voz de Shiro buscandome y me oculte tras de la dama para que no me encontrara ese despistado y acosador, no le tenia miedo pero las miradas que tenia posadas en mi cuerpo me daban muchos escalofrios y siempre que quedabamos solos, lo esquivaba de miles de maneras posible logrando escapar la mayoria de las veces pero ese dia estaba mas raro de lo normal y temia por la integridad de mi cuerpo - no deje que me encuentre señorita, quiere hacerme cosas pervertidas - dijo temblando ligeramente mientras los bellos de mi nuca se iban erizando al sentir como los pasos y la voz de shiro es acercaba donde estaba y no pude evitar ocultar mi rostro contra el vestido de la dama azulada esperando a que ese dobe me dejara en paz.
En el camino, podia notar como las miradas de muchos se posaban en mi y como no, tenia tres espadas en mi cintura siendo solo un enano de 12 años pero a mi me daba lo mismo y por ello, dedicaba miradas frias e indiferentes a los que me veian, asombrando a muchos pero a otros los dejaba mudos no muchos esperaban ver a un menor con tanta frialdad en sus ojos y mucho menos, esa actidud de indiferencia hacia todo lo que me rodeaba pero mi expresion cambio cuando senti que alguien me cargo y gruñi con molestia porque sabian quien era el culpable " calma sid, es el tonto de Shiro que quiere molestarte .... solo calmate" era lo que pensaba mientras escuchaba la risotada del pelianaranjado y solo lo fulmine con la mirada, amenazandolo con golpearlo con el mango de la funda de mi espada y por ello me solto mientras yo solo mascullaba unas maldiciones. Cuando baje de sus brazos, corri hacia otro lado dado que ese baka no me dejaria en paz pero no esquivar a tiempo y termine atropellando a alguien con mi pequeño cuerpo, pero cuando vi quien era me sonroje con fuerza ya que, habia chocado con una dama de cabellos azulados- S-suminaser señora, es que .... gomen no vi hacia donde corria - dije nervioso mientras salia de encima suyo, dado que habia quedado sentado en el regazo de esta y la ayude a levantarse para luego erizarme al escuchar la voz de Shiro buscandome y me oculte tras de la dama para que no me encontrara ese despistado y acosador, no le tenia miedo pero las miradas que tenia posadas en mi cuerpo me daban muchos escalofrios y siempre que quedabamos solos, lo esquivaba de miles de maneras posible logrando escapar la mayoria de las veces pero ese dia estaba mas raro de lo normal y temia por la integridad de mi cuerpo - no deje que me encuentre señorita, quiere hacerme cosas pervertidas - dijo temblando ligeramente mientras los bellos de mi nuca se iban erizando al sentir como los pasos y la voz de shiro es acercaba donde estaba y no pude evitar ocultar mi rostro contra el vestido de la dama azulada esperando a que ese dobe me dejara en paz.
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Akuma no mi
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~Shimotsuki, la primera isla que había encontrado después de mi desaparición de dos años, tiempo en el cual estuve perdida en aquella isla desierta. Habían pasado tantas cosas tan difíciles en ese tiempo, había estado tan sola en ese lugar que el ver gente aquí me llenaba de alegría, quizás no hablaba con nadie ni me mostraba eufórica pero con el hecho de sentir vida que no fuera salvaje a mi alrededor estaba bien servida. Sin embargo, hubo algunos cambios en mí desde lo pasado, antes por ejemplo llevaba una larga cabellera que me llegaba a la espalda baja, pero ahora mi cabello apenas y tapaba mi cuello y poco más. Sumado a eso había adoptado la costumbre de siempre llevar una flor de papel en el cabello, aquello tenía un significado importante para mí y todos los días la llevaría sin importar la prenda que usara. El estar en tanto movimiento fue bastante "ejercicio" que estilizó aun más mi cuerpo, dándome una figura curveada y bien formada, que algunos hombres ya deseaban desde mi llegada.
Tan solo llegar a la isla lo primero que hice fue compararme un vestido blanco y zapatillas del mismo color, pues la ropa que tenía ya no servía para mucho, aun tenía algunos berries de mi captura y con eso me apoyaría para sobrevivir hasta llegar a casa. El vestido era ligeramente holgado en todo el cuerpo con una falda que llegaba hasta las rodillas, no tenía escote alguno, prefería estar completamente tapada, yo no era mucho de iir "enseñando" a todo mundo lo que tenía.
Todo era tranquilidad, el día estaba apenas a la mitad de su duración, el sol era cubierto por algunas nubes esponjosas de color blanco, señal que no llovería, solo haría un poco de fresco pero nada más. La gente del poblado se veía tranquila, pasé cerca del dojo y en el estaban entrenando varios jovenes, estando al frente del grupo un adulto, el maestro de la clase, no pude evitar sonreír, se veía conmovedora la escena. Continué mi camino, todo era muy artesanal y los arboles frondosos, todo estaba perfectamente en su sitio, creando una mezcla perfecta entre naturaleza y creación del humano.
De pronto, por estar distraida viendo a mi alrededor no ví que alguien chocó frente a mí, pero me dió cerca de la cintura, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera sentada. Quien chocó conmigo también cayó pero sobre mis piernas, dirigí mi mirada a el, dandome cuenta que se trataba solo de un niño, de cabellos negros y rostro angelical, me dió tanta ternura que no me pude molestar, hasta que se disculpó y me dijo "señora". Desde ese momento la palabra retumbó una, dos, tres y montones de veces en mi cabeza. "Señora". Yo era joven, o eso creía, pero este crío me había creado un complejo de vieja en dos segundos. Distraída dejé que me ayudara a ponerme de pie, era más bajito que yo, pero no le miraba, estaba perdida en mis pensamiento aun con esa palabra tan fea para mí.
Aun así volví a la realidad al sentir que estaba detras de mí escondido, añadiendo con su voz inocente que alguien le perseguía y que no lo entregara pues quien le acechaba deseaba hacer con el cosas "pervertidas". Supe de inmediato de que hablaba, torcí la boca en un gesto de molestia, sería para el tipo, pero de momento estaba muy cansada y no podría defender a este niño ni de otro igual a el.
-Sigueme hermanito, no dejare que te haga nada.-Le dije. Lo de hermanito fue como un "cariño". Me dí vuelta y tome su mano, comencé a correr, jalandolo tras de mí y obligandole a seguir mi paso, aunque el fácilmente cooperó en la huida. Avanzamos un par de calles y giramos, ahí había un jardín, estaba solo y había muchos arbustos, ese sería un escondite perfecto. Llegamos al lugar y le indiqué que se agachará, me senté junto a el y respiré profundamente, para después respirar agitada por la pequeña carrera. Volví a hecharle una mirada, algo ya no encajó en la primera impresión que tuve de el.
-¿De donde has sacado esas espadas?, son cosas muy peligrosas para alguien de tu edad.-Regañé, tratando de recuperar el aliento.
Tan solo llegar a la isla lo primero que hice fue compararme un vestido blanco y zapatillas del mismo color, pues la ropa que tenía ya no servía para mucho, aun tenía algunos berries de mi captura y con eso me apoyaría para sobrevivir hasta llegar a casa. El vestido era ligeramente holgado en todo el cuerpo con una falda que llegaba hasta las rodillas, no tenía escote alguno, prefería estar completamente tapada, yo no era mucho de iir "enseñando" a todo mundo lo que tenía.
Todo era tranquilidad, el día estaba apenas a la mitad de su duración, el sol era cubierto por algunas nubes esponjosas de color blanco, señal que no llovería, solo haría un poco de fresco pero nada más. La gente del poblado se veía tranquila, pasé cerca del dojo y en el estaban entrenando varios jovenes, estando al frente del grupo un adulto, el maestro de la clase, no pude evitar sonreír, se veía conmovedora la escena. Continué mi camino, todo era muy artesanal y los arboles frondosos, todo estaba perfectamente en su sitio, creando una mezcla perfecta entre naturaleza y creación del humano.
De pronto, por estar distraida viendo a mi alrededor no ví que alguien chocó frente a mí, pero me dió cerca de la cintura, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera sentada. Quien chocó conmigo también cayó pero sobre mis piernas, dirigí mi mirada a el, dandome cuenta que se trataba solo de un niño, de cabellos negros y rostro angelical, me dió tanta ternura que no me pude molestar, hasta que se disculpó y me dijo "señora". Desde ese momento la palabra retumbó una, dos, tres y montones de veces en mi cabeza. "Señora". Yo era joven, o eso creía, pero este crío me había creado un complejo de vieja en dos segundos. Distraída dejé que me ayudara a ponerme de pie, era más bajito que yo, pero no le miraba, estaba perdida en mis pensamiento aun con esa palabra tan fea para mí.
Aun así volví a la realidad al sentir que estaba detras de mí escondido, añadiendo con su voz inocente que alguien le perseguía y que no lo entregara pues quien le acechaba deseaba hacer con el cosas "pervertidas". Supe de inmediato de que hablaba, torcí la boca en un gesto de molestia, sería para el tipo, pero de momento estaba muy cansada y no podría defender a este niño ni de otro igual a el.
-Sigueme hermanito, no dejare que te haga nada.-Le dije. Lo de hermanito fue como un "cariño". Me dí vuelta y tome su mano, comencé a correr, jalandolo tras de mí y obligandole a seguir mi paso, aunque el fácilmente cooperó en la huida. Avanzamos un par de calles y giramos, ahí había un jardín, estaba solo y había muchos arbustos, ese sería un escondite perfecto. Llegamos al lugar y le indiqué que se agachará, me senté junto a el y respiré profundamente, para después respirar agitada por la pequeña carrera. Volví a hecharle una mirada, algo ya no encajó en la primera impresión que tuve de el.
-¿De donde has sacado esas espadas?, son cosas muy peligrosas para alguien de tu edad.-Regañé, tratando de recuperar el aliento.
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Me le quede viendo a la mayor sonrojado levemente por el apelativo que me habia hecho para luego darle la mano y dejarme guiar por la mayor, apesar de que mis cortas piernas no le podian seguir el paso sumado al peso de mis espadas a mi cintura no me hacia las cosas faciles pero con un poco de esfuerzo y fuerza, le segui el paso y perder de la vista a Shiro, lo cual era un alivio para mi. Me quede viendo las intrincadas calles hasta que llegamos a ese jardin, donde no habia ninguna persona en ella y cuando me solto, me tire boca abajo sobre el cesped tras refugiarme contra un arbusto. Podia escuchar claramente los gritos de Shiro, llamandome por mi nombre y eso me hacia temblar suavemente, el tono de voz que tenia el mayor era algo desesperante por lo que me preocupe un poco por el pero era mejor que sufriera un poco por intentarme hacerme cosas pervertidas ademas de que era un escarmiento por sus feas miradas a mi cuerpo.
Eleve la mirada y sali de mi escondite, sentandome en el cesped y sacarme un poco de las hojas que habian en el suelo de mi cabello azabache de manera tierna e inocencia, algo raro en mi dada a mi aspera personalidad - etto arigato lady, gracias por rescatarme de ese dobe pervertido-- le digo sonriendo con ternura y agradecimiento a la mayor. Pero aquella sonrisa agradable que portaba en mis labios para darle una mirada seria y fria a esta para luego pararme y verle a los ojos - las tengo desde que tengo memoria y son mias, no robadas ademas es algo que a usted poco le interesa mi seguridad pero gracias por salvarme - dije de manera algo tosca y severa a la dama pero notando de que algo le faltaba, cosa que sacudi mi cabeza al ver que le faltaba la flor de papel de su cabello y seguramente se habia caido. Suspire tenuemente y busque entre mis ropas un poco de papel y suspire aliviado al encontrar algo de papel azulado para luego hacer la misma flor que portaba la dama para luego ponerme de puntas de pie y ponerle la rosa de origami en su cabello- asi le queda mejor neesan.... - dije en un tono dulce pero casi cono si fuese susurro despues de depositar un suave beso en su mejilla y salir de aquel jardin.
Al salir del lugar casi corriendo, pude notar que aquel dia bello y alegre se habia puesto algo deprimente al ver eso nubarrones negros para luego sentir que unas gotas caian desde el cielo hasta mi sereno rostro, sin notarse aquellas lagrimas rebeldes que se escurrian de mis grisaseos ojos, dado que, aquella opresion en el pecho no me dejaba en paz, sabia que habia sido duro y hasta cortante con la mayor pero era mi manera de reaccionar ante todos y modo de defenderme del resto. La presion se hizo algo insoportable en mi corazon, como si lo estuviesen estrujandolo pero todo esto ocurria ante ojos ajenos a todo lo que me ocurria, necesitaba el afecto que podria darme una madre o padre pero no los tenia, era huerfano y por lo tanto, jamas los tendria mucho menos hermanos o hermanas, no solo porque no tenia memoria de ellos sino que tambien era de suponerse que en todo ese tiempo que estuve en altamar deberian haber hecho por lo menos una busqueda de rescate pero ni eso habia ocurrido. Termine de rodillas llorando en silencio sintiendome miserable y sin deseos de regresar al barco en esos momentos pero el abrazo sorpresivo que senti tras mi espalda me hizo erizar pero me daba igual, solo atine a girarme y en esconderme en ese calido pecho, llorando con amargura sobre este- neesan... nno me deejes solos .... - fue lo que logre decir entre balbuceos a la persona que me estaba abrazando pero sabiendo que los brazos que me envolvia en ese abrazo protector, eran de unos de una delicada mujer pero sin saber si era realmente la chica de la rosa azul pero absolutamente nadie se habia notado que de mi cuerpo sobresalian un par de orejas y cola de lobo, dandome el aspecto de un cachorro abandonado bajo la lluvia, solo y desamparado, en busqueda de un amo o alguien que me cuidara.
Eleve la mirada y sali de mi escondite, sentandome en el cesped y sacarme un poco de las hojas que habian en el suelo de mi cabello azabache de manera tierna e inocencia, algo raro en mi dada a mi aspera personalidad - etto arigato lady, gracias por rescatarme de ese dobe pervertido-- le digo sonriendo con ternura y agradecimiento a la mayor. Pero aquella sonrisa agradable que portaba en mis labios para darle una mirada seria y fria a esta para luego pararme y verle a los ojos - las tengo desde que tengo memoria y son mias, no robadas ademas es algo que a usted poco le interesa mi seguridad pero gracias por salvarme - dije de manera algo tosca y severa a la dama pero notando de que algo le faltaba, cosa que sacudi mi cabeza al ver que le faltaba la flor de papel de su cabello y seguramente se habia caido. Suspire tenuemente y busque entre mis ropas un poco de papel y suspire aliviado al encontrar algo de papel azulado para luego hacer la misma flor que portaba la dama para luego ponerme de puntas de pie y ponerle la rosa de origami en su cabello- asi le queda mejor neesan.... - dije en un tono dulce pero casi cono si fuese susurro despues de depositar un suave beso en su mejilla y salir de aquel jardin.
Al salir del lugar casi corriendo, pude notar que aquel dia bello y alegre se habia puesto algo deprimente al ver eso nubarrones negros para luego sentir que unas gotas caian desde el cielo hasta mi sereno rostro, sin notarse aquellas lagrimas rebeldes que se escurrian de mis grisaseos ojos, dado que, aquella opresion en el pecho no me dejaba en paz, sabia que habia sido duro y hasta cortante con la mayor pero era mi manera de reaccionar ante todos y modo de defenderme del resto. La presion se hizo algo insoportable en mi corazon, como si lo estuviesen estrujandolo pero todo esto ocurria ante ojos ajenos a todo lo que me ocurria, necesitaba el afecto que podria darme una madre o padre pero no los tenia, era huerfano y por lo tanto, jamas los tendria mucho menos hermanos o hermanas, no solo porque no tenia memoria de ellos sino que tambien era de suponerse que en todo ese tiempo que estuve en altamar deberian haber hecho por lo menos una busqueda de rescate pero ni eso habia ocurrido. Termine de rodillas llorando en silencio sintiendome miserable y sin deseos de regresar al barco en esos momentos pero el abrazo sorpresivo que senti tras mi espalda me hizo erizar pero me daba igual, solo atine a girarme y en esconderme en ese calido pecho, llorando con amargura sobre este- neesan... nno me deejes solos .... - fue lo que logre decir entre balbuceos a la persona que me estaba abrazando pero sabiendo que los brazos que me envolvia en ese abrazo protector, eran de unos de una delicada mujer pero sin saber si era realmente la chica de la rosa azul pero absolutamente nadie se habia notado que de mi cuerpo sobresalian un par de orejas y cola de lobo, dandome el aspecto de un cachorro abandonado bajo la lluvia, solo y desamparado, en busqueda de un amo o alguien que me cuidara.
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~El niño me dió las gracias con un gesto muy bello que me hizo sonreír levemente mientras recuperaba el aliento, pero en cuanto cuestioné sus espadas su gesto y tono de voz pasaron a ser muy fríos e incluso, a mí parecer, grosero, yo en ningún momento le dije nada sobre un robo de armas, pero posiblemente el ya debía estar harto de que las personas le preguntaran eso, pues de seguro yo no era la única sorprendida de ver a un niño tan dulce portando unas armas tan peligrosas. A pesar de esa respuesta pude sentir el dolor en sus palabras, la tristeza de su corazón y el pesar en su ser, para ser así de seguro tuvo una vida muy difícil, comparada con la mía a su edad, en la cual yo solo me preocupaba por la merienda y que iba a jugar con mis amigas.
El crío suspiró y busco algo en su ropa, sacando de ella un pequeño trozo de papel azulado y haciendo uso de una ddestreza que asumía apenas comparable con la mía, dobló, desdobló e hizo lo necesario para darle forma de flor como la que yo tenía, se acercó a mí y dulcemente la amarró a mi cabello sin lastimarme, me quedé perpleja con ese gesto y cambio de personalidad tan repentino, para rematar con un beso en mi mejilla y su escape. Al verlo correr sentí un vacío horrible en el pecho, el sentimiento de pena y tristeza que sentía al ver a un niño como el así.
Un viento frío recorrió la escena, agitando mi cabello y mi vestido, pero lo más importante fue que mi piel resintió eso y me abracé a mi misma, era una brisa helada que anunciaba el inicio de lo que parecía ser una tormenta. No podía dejar a ese niño en la calle, con una tormenta y con un tipo acosándolo, me puse de pie y comencé a correr en la dirección donde se fue, mientras gotas de agua comenzaban a caer poco a poco iniciando con una llovizna leve. Pronto mi cabello estaba con el peinado estropeado, la rosa me la tuve que quitar para que no se maltratara, guardándola delicadamente entre mis manos para que no le pasará nada. Las zapatillas se me habían llenado de agua y el vestido se pegaba a mi cuerpo por la humedad.
Finalmente a lo lejos lo ví tirado de rodillas, llorando en silencio. Me acerqué a toda prisa, varios papeles surgieron de mi espalda formando dos grandes y blancas alas, lamentablemente no durarían mucho pues no era ningún papel especial. Cuando lo alcancé me puse de rodillas y lo abracé por la espalda, extendiendo mis alas de tal manera que le rodeaba y cubría desde arriba para que la lluvia dejara de empaparlo. El niño dijo unas palabras más que me llegaron a lo más profundo, cerré los ojos con fuerza y lo apreté contra mi pecho, sollocé un poco y dejé escapar algunas lagrimas.
-No te preocupes, no me apartare... Yo te cuidare.-Prometí. Mis alas poco a poco comenzaron a desbaratarse y a caer en pesados pedazos al suelo, me concentré e hice uso de mi habilidad de nuevo, creando más hojas de papel para suplantar el lugar de las que ya estaban en el suelo in ser útiles para nada.-Ven, será mejor buscar una posada, hermanito.-Dije. Me dí media vuelta, mis alas se movieron al mismo tiempo y doblaron de tal manera que protegían de la lluvia mi espalda, le dije que subiera y lo hizo.
Me levanté completamente, el niño no era tan pesado aunque no podría llevarlo por mucho tiempo. El era tan delgado que cabía bien en el espacio que había de separación en las bases de mis alas que estaban conectadas a mi espalda. Con mis alas solo podía proteger a uno de nosotros y decidí resguardarlo a el. Comencé a caminar por las vacías calles mirando a todos lados.-¿Cómo te llamas, hermanito?-Cuestioné con voz dulce, tratando de verlo de reojo.
El crío suspiró y busco algo en su ropa, sacando de ella un pequeño trozo de papel azulado y haciendo uso de una ddestreza que asumía apenas comparable con la mía, dobló, desdobló e hizo lo necesario para darle forma de flor como la que yo tenía, se acercó a mí y dulcemente la amarró a mi cabello sin lastimarme, me quedé perpleja con ese gesto y cambio de personalidad tan repentino, para rematar con un beso en mi mejilla y su escape. Al verlo correr sentí un vacío horrible en el pecho, el sentimiento de pena y tristeza que sentía al ver a un niño como el así.
Un viento frío recorrió la escena, agitando mi cabello y mi vestido, pero lo más importante fue que mi piel resintió eso y me abracé a mi misma, era una brisa helada que anunciaba el inicio de lo que parecía ser una tormenta. No podía dejar a ese niño en la calle, con una tormenta y con un tipo acosándolo, me puse de pie y comencé a correr en la dirección donde se fue, mientras gotas de agua comenzaban a caer poco a poco iniciando con una llovizna leve. Pronto mi cabello estaba con el peinado estropeado, la rosa me la tuve que quitar para que no se maltratara, guardándola delicadamente entre mis manos para que no le pasará nada. Las zapatillas se me habían llenado de agua y el vestido se pegaba a mi cuerpo por la humedad.
Finalmente a lo lejos lo ví tirado de rodillas, llorando en silencio. Me acerqué a toda prisa, varios papeles surgieron de mi espalda formando dos grandes y blancas alas, lamentablemente no durarían mucho pues no era ningún papel especial. Cuando lo alcancé me puse de rodillas y lo abracé por la espalda, extendiendo mis alas de tal manera que le rodeaba y cubría desde arriba para que la lluvia dejara de empaparlo. El niño dijo unas palabras más que me llegaron a lo más profundo, cerré los ojos con fuerza y lo apreté contra mi pecho, sollocé un poco y dejé escapar algunas lagrimas.
-No te preocupes, no me apartare... Yo te cuidare.-Prometí. Mis alas poco a poco comenzaron a desbaratarse y a caer en pesados pedazos al suelo, me concentré e hice uso de mi habilidad de nuevo, creando más hojas de papel para suplantar el lugar de las que ya estaban en el suelo in ser útiles para nada.-Ven, será mejor buscar una posada, hermanito.-Dije. Me dí media vuelta, mis alas se movieron al mismo tiempo y doblaron de tal manera que protegían de la lluvia mi espalda, le dije que subiera y lo hizo.
Me levanté completamente, el niño no era tan pesado aunque no podría llevarlo por mucho tiempo. El era tan delgado que cabía bien en el espacio que había de separación en las bases de mis alas que estaban conectadas a mi espalda. Con mis alas solo podía proteger a uno de nosotros y decidí resguardarlo a el. Comencé a caminar por las vacías calles mirando a todos lados.-¿Cómo te llamas, hermanito?-Cuestioné con voz dulce, tratando de verlo de reojo.
Sidfried di Fenrir
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fuerza
Fortaleza
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Agilidad
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Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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Me quede un poco sorprendido al escuchar la voz de aquella dama de la rosa, abrazarme y protegiendome del agua con sus alas de papel, no le preguntaria del porque estaba haciendo eso y como lo hacia, dado que no era de mi importancia. Pero eso no significaba que no me escondiera en su pecho y me refugiara en este, soltando mi amargo llanto en su pecho mientras apretaba sus prendas humedecidas por la tormenta que nos azotaba.
Eleve mi mirada y lami las lagrimas que surcaban las mejillas de la peli azul y masajeaba sus mejillas y sonreirle con ternura - neesan no debe llorar por un lobo huerfano como yo... sonria - decia mientras masajeaba las mejilas de este tras luego acomodarme en su pecho y solo asistiendo ante lo que ecia de irnos a una posada, no deseaba estar solo y sentia que podia confiar en ella a pesar de que era un pirata. Oculte mis orejas de lobo dentro de mi cabello y mi cola la habia encerrado en la cintura de esta, subiendome en su espalda justo en el hueco entre sus alas y la abrace tratando de sujetarme con fuerza de ella. Eleve mis orejas de lobo al escuchar su pregunta y mientras posaba mi cola por encima de su cabeza para no se mojara tanto le respondi - Me llamo sidfried pero ... diga Sid Lady Rose - dije en un tono cortez pero a la vez sereno, acomodandome mejor en su espalda y suspirando por lo bajo por la calidez del cuerpo de la mayor pero sin dejar de usar mi cola como paraguas para la mayor.
Le señale con mi dedo una posada a lo lejos mientras veia que sus alas de papel se habian deshacido y senti el frio volver a colarse por mi delgado cuerpo pero esta vez no me queje hasta llegar a la posada y los dependientes de la misma, veian mis partes lupinas y me gritaban monstuo, engendre y entre otros insultos hirientes para mi joven mente y por ello, baje de la espalda de la mayor y conteniendo mi dolor mientras lo disfrazaba por una sonrisa falsa - Neesan.... quedese aqui yo me ire a buscar refugio en otro lado y descuide nos veremos cuandola tormenta cese - dije cerrando los ojos al decirte, no soo para que no vieras el dolor sino que tambien temblaria como un papel ante la mirada de la mayor y desataria mi ira y mi dolor contra aquellos que me habian insultado, maldecia el tener esas cosas y las que salian cuando ellas deseaba sin saber que inconscientemente era portador del espiritu de una fruta del diablo y por lo tanto, eramos discriminados por ello pero para un joven perdido en este mundo como yo sumado al detalle de que tenia amnesia, era mucho peor para mi psiquisis aquellas cosdas.
Eleve mi mirada y lami las lagrimas que surcaban las mejillas de la peli azul y masajeaba sus mejillas y sonreirle con ternura - neesan no debe llorar por un lobo huerfano como yo... sonria - decia mientras masajeaba las mejilas de este tras luego acomodarme en su pecho y solo asistiendo ante lo que ecia de irnos a una posada, no deseaba estar solo y sentia que podia confiar en ella a pesar de que era un pirata. Oculte mis orejas de lobo dentro de mi cabello y mi cola la habia encerrado en la cintura de esta, subiendome en su espalda justo en el hueco entre sus alas y la abrace tratando de sujetarme con fuerza de ella. Eleve mis orejas de lobo al escuchar su pregunta y mientras posaba mi cola por encima de su cabeza para no se mojara tanto le respondi - Me llamo sidfried pero ... diga Sid Lady Rose - dije en un tono cortez pero a la vez sereno, acomodandome mejor en su espalda y suspirando por lo bajo por la calidez del cuerpo de la mayor pero sin dejar de usar mi cola como paraguas para la mayor.
Le señale con mi dedo una posada a lo lejos mientras veia que sus alas de papel se habian deshacido y senti el frio volver a colarse por mi delgado cuerpo pero esta vez no me queje hasta llegar a la posada y los dependientes de la misma, veian mis partes lupinas y me gritaban monstuo, engendre y entre otros insultos hirientes para mi joven mente y por ello, baje de la espalda de la mayor y conteniendo mi dolor mientras lo disfrazaba por una sonrisa falsa - Neesan.... quedese aqui yo me ire a buscar refugio en otro lado y descuide nos veremos cuandola tormenta cese - dije cerrando los ojos al decirte, no soo para que no vieras el dolor sino que tambien temblaria como un papel ante la mirada de la mayor y desataria mi ira y mi dolor contra aquellos que me habian insultado, maldecia el tener esas cosas y las que salian cuando ellas deseaba sin saber que inconscientemente era portador del espiritu de una fruta del diablo y por lo tanto, eramos discriminados por ello pero para un joven perdido en este mundo como yo sumado al detalle de que tenia amnesia, era mucho peor para mi psiquisis aquellas cosdas.
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~El niño dijo llamarse Sidfried, pero afirmó que podía decirle Sid, menos mal, pues el nombre me parecía un poco largo e incluso un pelín confuso, pudiendo llegar a cambiar de lugar ciertas letras de su nombre. Repentinamente sentí como algo impedía que yo me empapara la cara, alcé la mirada y víi algo como una cola de perro, arqué una ceja y miré de reojo hacía atrás, la cola era nada más y nada menos que del pequeño niño, quien parecía disfrutar de la calidez de mi cuerpo que poco a poco se perdía por la helada agua y el viento. Caminaba y caminaba, y todo estaba cerrado, hasta que con emoción el chico me dijo que había una posada cerca, y justo a tiempo pues ya estaba algo agotada como para cargar su peso, de hecho mi agotamiento se hizo evidente cuando mis alas se estaban desbaratando, cayéndose a pedazos y terminando como grumos en el suelo.
Por fin llegamos al lugar, era una casa con fachada y estilo artesanal como todas las demás, en cuanto ya la lluvia no caía sobre nosotros me puse de cuclillas y dejé que el niño usara sus piernas para moverse ahora, en la recepción estaban los dependientes y un par de personas que parecían asombradas y asustadas, torcí la boca al no entender nada, hasta que escuché la palabra "monstruo, fenómeno, engendro" y demás horribles calificativos, con esto ya me hacía a la idea de porque el tenía esa actitud tan severa para ser tan pequeño. El dependiente se acercó con una escoba a nosotros, gritando que el niño debía irse. Enfadada miré al hombre a los ojos y cuando estuvo cerca de nosotros mi mano se envolvió en papel, cambiando de forma para ser ahora una "cuchilla", con la cual partí la escoba en dos con poca dificultad.
-Mire viejo de pacotilla.-Amenacé, poniendo mi mano-cuchilla en su cuello, apoyandole la punta.-El es mi hermanito, y si te atreves a vociferar una sola mierda de esas otra vez, a quien vas a llamar monstruo va a ser a alguien más, ¿entendido?-Advertí, el nervioso hombre levantó ambos brazos en señal de que "se rendía".-Ese tipo de cosas no se le dice a un niño tan pequeño... Puedes lastimarle...-Dije seriamente pero ya no tan furiosa y bajé la mano, el hombre me miró a los ojos, entendió perfectamente el mensaje que trataba de darle, pues aunque el crío sonreía como si nada era fácil adivinar lo herido que estaba.
-Quiero una habitación.-Pedí. El silencio se hizo presente en el lugar y mientras el iba por llaves yo volvía por Sid, me puse de cuclillas y le dí un beso en la mejilla al tiempo que lo abrazaba.-Eres un completo tonto si crees que te voy a dejar a tu suerte así de fácil, Sid.-Aseguré, para finalmente darle un toquecito con mi indice en la punta de la nariz. Después llego el dependiente y nos dió una llave, la habitación estaba en la segunda planta a mitad del pasillo según sus instrucciones. Le agradecí con una sonrisa algo forzada pues no me cayó del todo bien y me llevé de la mano al niño. Subimos la habitación, caminamos el pasillo y el cuarto 8 era el nuestro, usé la llave para abrirlo, dentro había un tocador con espejo grande, un closet, una cama grande y otra puerta que seguramente era el baño, invité a pasar al niño y cerré la puerta con llave tras nosotros.
-Hermanito, será mejor que te des un baño inmediatamente, estar con la ropa mojada va a hacer que te enfermes, así que ve, yo espero para bañarme después.-Dije sonriendole, haciendole un cariñito en la mejilla.
Por fin llegamos al lugar, era una casa con fachada y estilo artesanal como todas las demás, en cuanto ya la lluvia no caía sobre nosotros me puse de cuclillas y dejé que el niño usara sus piernas para moverse ahora, en la recepción estaban los dependientes y un par de personas que parecían asombradas y asustadas, torcí la boca al no entender nada, hasta que escuché la palabra "monstruo, fenómeno, engendro" y demás horribles calificativos, con esto ya me hacía a la idea de porque el tenía esa actitud tan severa para ser tan pequeño. El dependiente se acercó con una escoba a nosotros, gritando que el niño debía irse. Enfadada miré al hombre a los ojos y cuando estuvo cerca de nosotros mi mano se envolvió en papel, cambiando de forma para ser ahora una "cuchilla", con la cual partí la escoba en dos con poca dificultad.
-Mire viejo de pacotilla.-Amenacé, poniendo mi mano-cuchilla en su cuello, apoyandole la punta.-El es mi hermanito, y si te atreves a vociferar una sola mierda de esas otra vez, a quien vas a llamar monstruo va a ser a alguien más, ¿entendido?-Advertí, el nervioso hombre levantó ambos brazos en señal de que "se rendía".-Ese tipo de cosas no se le dice a un niño tan pequeño... Puedes lastimarle...-Dije seriamente pero ya no tan furiosa y bajé la mano, el hombre me miró a los ojos, entendió perfectamente el mensaje que trataba de darle, pues aunque el crío sonreía como si nada era fácil adivinar lo herido que estaba.
-Quiero una habitación.-Pedí. El silencio se hizo presente en el lugar y mientras el iba por llaves yo volvía por Sid, me puse de cuclillas y le dí un beso en la mejilla al tiempo que lo abrazaba.-Eres un completo tonto si crees que te voy a dejar a tu suerte así de fácil, Sid.-Aseguré, para finalmente darle un toquecito con mi indice en la punta de la nariz. Después llego el dependiente y nos dió una llave, la habitación estaba en la segunda planta a mitad del pasillo según sus instrucciones. Le agradecí con una sonrisa algo forzada pues no me cayó del todo bien y me llevé de la mano al niño. Subimos la habitación, caminamos el pasillo y el cuarto 8 era el nuestro, usé la llave para abrirlo, dentro había un tocador con espejo grande, un closet, una cama grande y otra puerta que seguramente era el baño, invité a pasar al niño y cerré la puerta con llave tras nosotros.
-Hermanito, será mejor que te des un baño inmediatamente, estar con la ropa mojada va a hacer que te enfermes, así que ve, yo espero para bañarme después.-Dije sonriendole, haciendole un cariñito en la mejilla.
Sidfried di Fenrir
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Me cubri el rostro al escuchar al viejo dependiente sacar una escoba y amenazarme con esta pero al no sentir ningun golpe, corri mis manos de mi cara para ver que ya no portaba su escoba y mi "hermana" me habia defendido de aquel hombre, cortando la escoba con su papel cosa que me dejo sorprendido y agradeciendola de manera interna. Senti que algo me quemaba por dentro cuando se referia a mi como su hermanito aunque el parecido que teníamos era casi similar y con solo una distinción del color de cabello pero eso no importaba por que la sonrisa que estaba por ponerse en mis labios lo suficiene para calmar el dolor que sentia por aquellos insultos tan hirientes hacia mi.
Eleve mis orejas de lobo y correspondi el abrazo que ella me daba, sonrojadome un poco y hacerte un puchero por tu regaño para luego riendome de manera tierna mientras tomaba tu mano para luego seguirte a la habitacion que mi neesan habia pedido para los dos. Al entrar al cuarto, me le quede mirando y era casi similar al camarote que tenia en el barco pero ahora tenia a una acompañante mujer y eso me daba mucha pena, pero solo acate las ordenes de mi neesan y corri al baño dejando mis espadas junto a la puerta mientras me desvestia luego en el baño y meterme bajo la ducha caliente para poder relajarme y recobrar el calor perdido a causa de la humedad de mis ropas. Suspire relajado pero hice una mueca triste al sentir la marca o mejor dicho la cicatriz de mi nuca, pero no le di importancia y comence a asearme, quitandome el lodo y la suciedad de mi cuerpo como tambien asi, lava mi cabello en ese orde.
Sali del baño con una toalla atada a mi cintura pero teniendo el boxer puesto de bajo de la tolla, siendo la unica prenda que no se habia mojado en todo el trayecto desde los jardines hasta la posada y le dije a la dama de la rosa que su baño estaba libre y que podia usarlo ahora, mientras que yo colgue mi ropa en un perchero, para que se secaran al igual que la toalla usada para luego recostarme de lado en la cama. Volvi a suspirar minutos despues de que escuche que habia cerrado la canilla de agua y salia del baño mi neesan - oeeee nesan, te he de confesar de que yo no esperaba tu ayuda por el dobe que me perseguia y te contare el porque... yo hace mas o menos dos años perdi la memoria y lo ultimo que puedo recordar, es que estuve flotando con tan solo un barril de ron entre mis brazos y..... ademas por como paso el tiempo de que yo realmente no tengo familia alguna y por ello, llegue a la conclusion de que soy huerfano... y agradesco muchisimo que me tomes como tu hermano menor - dije en un tono triste y melancolino tras acomodarme mi cabello y atarlon con una liga dado que mi cabello estaba un poco mas largo de lo habitual ademas de que pensaba que debia cortarmelo de manera inmediata, asi no me molestaria por un buen tiempo. Me quede varios minutos en silencio para luego voltearme en la cama pero con los ojos cerrados esperando a la dama terminara de vestirse o cambiarse - ... etto nnesab... me abrazas para dormir??... sufro algo de insomnio y siempre duermo abrazados a mis compañeros y solo eso calma mi insomnio - le dije apenado y algo avergonzado por confesarle ese tonto miedo a la soledad pero para un joven de mi edad, con casi nada por ganar y mucho por perder, hacia que lo que le pedia a la mayor era algo muy importante como tambien el hecho que me habia "adoptado" de manera tan sutl y rara, que me hacia sentir raro teniendola a ella frente a mi pero comence a cabecear por el sueño pero no me quede dormido, hasta que senti el calor de la mayor envolviendome y yo por reflejo, me oculte en su pecho, tras olerla y quedarme totalmente dormido con el suave aroma a Jazmin en mi nariz y el sonido casi ritmico pero sereno del corazon de la mayor.
Eleve mis orejas de lobo y correspondi el abrazo que ella me daba, sonrojadome un poco y hacerte un puchero por tu regaño para luego riendome de manera tierna mientras tomaba tu mano para luego seguirte a la habitacion que mi neesan habia pedido para los dos. Al entrar al cuarto, me le quede mirando y era casi similar al camarote que tenia en el barco pero ahora tenia a una acompañante mujer y eso me daba mucha pena, pero solo acate las ordenes de mi neesan y corri al baño dejando mis espadas junto a la puerta mientras me desvestia luego en el baño y meterme bajo la ducha caliente para poder relajarme y recobrar el calor perdido a causa de la humedad de mis ropas. Suspire relajado pero hice una mueca triste al sentir la marca o mejor dicho la cicatriz de mi nuca, pero no le di importancia y comence a asearme, quitandome el lodo y la suciedad de mi cuerpo como tambien asi, lava mi cabello en ese orde.
Sali del baño con una toalla atada a mi cintura pero teniendo el boxer puesto de bajo de la tolla, siendo la unica prenda que no se habia mojado en todo el trayecto desde los jardines hasta la posada y le dije a la dama de la rosa que su baño estaba libre y que podia usarlo ahora, mientras que yo colgue mi ropa en un perchero, para que se secaran al igual que la toalla usada para luego recostarme de lado en la cama. Volvi a suspirar minutos despues de que escuche que habia cerrado la canilla de agua y salia del baño mi neesan - oeeee nesan, te he de confesar de que yo no esperaba tu ayuda por el dobe que me perseguia y te contare el porque... yo hace mas o menos dos años perdi la memoria y lo ultimo que puedo recordar, es que estuve flotando con tan solo un barril de ron entre mis brazos y..... ademas por como paso el tiempo de que yo realmente no tengo familia alguna y por ello, llegue a la conclusion de que soy huerfano... y agradesco muchisimo que me tomes como tu hermano menor - dije en un tono triste y melancolino tras acomodarme mi cabello y atarlon con una liga dado que mi cabello estaba un poco mas largo de lo habitual ademas de que pensaba que debia cortarmelo de manera inmediata, asi no me molestaria por un buen tiempo. Me quede varios minutos en silencio para luego voltearme en la cama pero con los ojos cerrados esperando a la dama terminara de vestirse o cambiarse - ... etto nnesab... me abrazas para dormir??... sufro algo de insomnio y siempre duermo abrazados a mis compañeros y solo eso calma mi insomnio - le dije apenado y algo avergonzado por confesarle ese tonto miedo a la soledad pero para un joven de mi edad, con casi nada por ganar y mucho por perder, hacia que lo que le pedia a la mayor era algo muy importante como tambien el hecho que me habia "adoptado" de manera tan sutl y rara, que me hacia sentir raro teniendola a ella frente a mi pero comence a cabecear por el sueño pero no me quede dormido, hasta que senti el calor de la mayor envolviendome y yo por reflejo, me oculte en su pecho, tras olerla y quedarme totalmente dormido con el suave aroma a Jazmin en mi nariz y el sonido casi ritmico pero sereno del corazon de la mayor.
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~En cuanto dí la indicación el niño entró corriendo al baño y cerró la puerta para asearse, sonreí conmovida y caminé por la habitación muy despacio, viendo todo lo que tenía el lugar. La habitación era bastante reconfortante y el ambiente muy agradable y cálido, nada parecido al frío y lluvioso tiempo que teníamos afuera, además de que ya había oscurecido y la imegan del pueblo era algo aterradora, por ello corrí las persianas para que el crío no tuviera que ver hacía afuera por ningún motivo. Suspiré algo frustrada, mi vestido nuevo estaba hecho un desastre pero solo era cosa de dejarlo secar. Me lo quité y lo colgué en un gancho, donde seguían escurriendo gotas de agua, torcí la boca pero no hice nada más, ya lo limpiaría el dependiente. Quedé solo en ropa intima, pero no pretendía estar así cuando el crío saliera, así que del closet tomé una toalla blanca y envolví mi cuerpo en ella.
El niño salió y me dió oportunidad de usar el baño a mí. Nada más entrar cerré la puerta, dejé la toalla colgada y me quité lo que me quedaba de ropa. Me miré al espejo, estaba hecha un desastre. Abrí la llave de agua caliente, ni tocaría la fría con mi condición actual, tenía los labios ya un poco morados del frío que tenía. El agua comenzó a golpear suavemente en mi nuca, espalda y hombros, relajándome y regalándome temperatura para evitar alguna enfermedad. Disfruté del momento y me tomé unos veinte minutos para asearme y disfrutar del agua, me hacía buena falta después del día tan agitado.
Corté el paso de agua, me sequé rápidamente y envolví mi cuerpo en la misma toalla, dejando tendida mi ropa interior que se había mojado también al usar un vestido tan delgado. Nada más salir el chico comenzó a hablarme, contándome sobre los hechos que estaba enfrentando el solo, como vagar sin memoria desde hace dos años o que era perseguido por ese tipo o peor, el estar sin familia y deducirlo por su propia cuenta. Le miré con tristeza pero conmovida al notar el agradecimiento por su parte por haberlo "adoptado" como un hermano menor. Hubo un breve silencio que yo usé para cepillarme el cabello con una sola mano, para evitar mechones enredados, el solo se recogió el cabello en una coleta.
Finalmente habló para pedirme que le abrazara para dormir, no pude evitar reír entre dientes por aquella tierna suplica, asentí con la cabeza pero entré nuevamente al baño para terminar de acomodarme el cabello frente al espejo. Mientras hacía eso me cuestionaba una cosa, ¿ponerme mi ropa mojada o dormir desnuda?, la primera opción no me parecía, pues pasaría frío otra vez y estaría incomoda, aunque la segunda me parecía extraña, el era apenas un niño, aunque el no tener memoria y viajar con piratas seguro le había acostumbrado a estar con hombres nada más, era imposible que tuviera aquella clase de "deseos". Opté por la segunda opción. Salí del baño, el ya estaba casi dormido, sonreí enternecida y dejé la toalla en el tocador, levanté las sabanas y me acosté en la cama abrazandole, el se aferró a mí y se ocultó en mi pecho, quedé un poco sonrojada por la confianza que había tomado, pero después sonreí y le dí un beso en la frente.-Buenas noches, Otouto.-Murmuré y cerré los ojos para quedarme profundamente dormida.
El niño salió y me dió oportunidad de usar el baño a mí. Nada más entrar cerré la puerta, dejé la toalla colgada y me quité lo que me quedaba de ropa. Me miré al espejo, estaba hecha un desastre. Abrí la llave de agua caliente, ni tocaría la fría con mi condición actual, tenía los labios ya un poco morados del frío que tenía. El agua comenzó a golpear suavemente en mi nuca, espalda y hombros, relajándome y regalándome temperatura para evitar alguna enfermedad. Disfruté del momento y me tomé unos veinte minutos para asearme y disfrutar del agua, me hacía buena falta después del día tan agitado.
Corté el paso de agua, me sequé rápidamente y envolví mi cuerpo en la misma toalla, dejando tendida mi ropa interior que se había mojado también al usar un vestido tan delgado. Nada más salir el chico comenzó a hablarme, contándome sobre los hechos que estaba enfrentando el solo, como vagar sin memoria desde hace dos años o que era perseguido por ese tipo o peor, el estar sin familia y deducirlo por su propia cuenta. Le miré con tristeza pero conmovida al notar el agradecimiento por su parte por haberlo "adoptado" como un hermano menor. Hubo un breve silencio que yo usé para cepillarme el cabello con una sola mano, para evitar mechones enredados, el solo se recogió el cabello en una coleta.
Finalmente habló para pedirme que le abrazara para dormir, no pude evitar reír entre dientes por aquella tierna suplica, asentí con la cabeza pero entré nuevamente al baño para terminar de acomodarme el cabello frente al espejo. Mientras hacía eso me cuestionaba una cosa, ¿ponerme mi ropa mojada o dormir desnuda?, la primera opción no me parecía, pues pasaría frío otra vez y estaría incomoda, aunque la segunda me parecía extraña, el era apenas un niño, aunque el no tener memoria y viajar con piratas seguro le había acostumbrado a estar con hombres nada más, era imposible que tuviera aquella clase de "deseos". Opté por la segunda opción. Salí del baño, el ya estaba casi dormido, sonreí enternecida y dejé la toalla en el tocador, levanté las sabanas y me acosté en la cama abrazandole, el se aferró a mí y se ocultó en mi pecho, quedé un poco sonrojada por la confianza que había tomado, pero después sonreí y le dí un beso en la frente.-Buenas noches, Otouto.-Murmuré y cerré los ojos para quedarme profundamente dormida.
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