[Pasado][Privado] Pajarito loco vs Colmillo Blanco (Guerra de dioses)

Isla de Satán, se encontraba en pleno Red Line, la cordillera que separaba el "Paraíso" del Nuevo Mundo. El nombre de la isla era perfecto para alguien como él. Su sólo nombre ya le había motivado a entrar, aún sabiendo que Mariejoa estaba cerca se decidió a entrar. Dejó a sus tripulantes en el barco, quería ir él solo inspeccionar.

Saltó del barco volando, convertido en su forma completa de águila, ahora tenía la apariencia de un águila real común y corriente, sería muy difícil que alguien pudiera reconocerlo. Sobrevoló la zona partiendo ya del navío, cruzando el mar hasta llegar a la isla. Veía un frondoso bosque en ella, siguió su recorrido, observando y memorizando todo lo que su gran visión le permitían ver, en mitad de éste podía ver un inmenso templo. Quería entrar a inspeccionarlo, pero algo le alertó desde dentro del bosque. Había un hombre paseando con un mono.

No sabía quién era, pero lo descubriría, no sería muy difícil, sólo era cuestión de seguirlo. Empezó a hacerlo, volando alrededor de él, no de cerca, sino a una altura considerable (más de 500 metros) para que no pudiera ser visto. Al cabo de un rato, recordó ese "peindado" de antes. Se habían encontrado ya antes en Shaboady y no fue precisamente amistoso con el chaval. Sin embargo no se habían confrontado directamente, por culpa de todo lo ocurrido dentro de la subasta.

Con el tiempo descubrió que ese muchacho pertenecía a la banda de Shinri no Tsukai, igual que Legan Legim, al que tendría que volver a desafiar. Por tanto era un revolucionario. A pesar de no tener recompensa había oído rumores de que era bastante fuerte y que al igual que él, poseía una Akuma no mi. Le gustaba recaudar información de sus posibles rivales en el mar, ésto se le había hecho costumbre al haber sido antes cazador de recompensas, conocía algunas cosas y tenía algunos contactos, incluso con el gobierno, información que le ofrecía su amigo, y miembro honorífico de la banda, Deadpool. Descendería para darle una "bienvenida" al chaval que paseaba feliz con su mono.

Se lanzó en picada hacia él por desde su espalda, tratando de no ser visto. Caía a gran velocidad, incluso en esa forma "pequeña" como en la que estaba sería suficiente para matar a cualquier humano. Pero su objetivo era distinto, eral el pequeño primate que tenía por que había secuestrado o tenía de amante, no lo sabía, no le importaba. Al estar muy cerca del suelo abrió sutilmente las alas para hacer que el vuelo sea más horizontal, apenas desaceleró, con lo cual su velocidad era casi la misma. Cogió al mono con las garras, sin hacerle daño al animal. frenó un poco y volvió a su forma humana, teniendo al animal en sus brazos.

-Bonito macaco-dijo desganadamente.-Deberías cuidar mejor de él, nunca se sabe que podría ocurrirle... Zarlet.-

Dejó el nombre del rubio para el final, remarcándolo al pronunciarlo, lo conocía al haber estudiado a los integrantes de Shinri no Tsukai, para demostrar que sabía con quién trataba, casi imponiendo su superioridad. Aún sin conocer que fruta usaba estaba bastante seguro de que podría frenar cualquier acto causado por su provocación.

Sujetaba con fuerza al simio con la mano izquierda para que no se le escapara, con al derecha lo acariciaba, intentando no ser mordido. En ese momento se escucharon más pasos cerca de la posición de aquellos dos. Los pasos parecían ser de más de ocho personas. Ésto le distrajo y el mono saltó de su mano, escabulléndose y volviendo con su amo.

Una vez el mono se zafó del pirata y volvió con su dueño por la distracción de los pasos, el animal adoptó una posición de guardia con un cuchillo que había sacado de los ropajes de su amo.

-Me apostaría lo que quisieras que este “macaco” como tú dices te podría una paliza él solo. Pero volviendo al tema ¿Qué hacen aquí los cazadores de Ghost Leviathans?-preguntó el rubio.- Es raro que salgáis de vuestro escondite ya que sois todos unas cucarachas asquerosas que sólo saben atacar en grupo... Stinger-afirmó.-

-Vaya... Intentas tener una lengua muy sagaz y ácida mas sólo se queda en eso en un intento-sentenció.-Incluso conoces mi nombre y parte de mi historia-recalcó la palabra “parte”- aunque, rubito, te equivocas en “parte”-dijo después.-

Al terminar de contestarle vio como Zarlet ordenaba a su mascota que se dirigiese hacia los caminantes que les interrumpían este “conmovedor” encuentro.

-Creía que ese macaco vendría a por mí. Mejor, no me gusta combatir contra animales-dijo.-

El ruido de los pasos no cesó, es más, aumentó y ya estaban demasiado cerca de su posición, apareciendo entre el pequeño espacio que les separaba a ambos. Tenían un aspecto bastante extraño.

Todos eso pasos parecían ser de una especie de organización, secreta o no de esa isla, iban todos con máscaras rojas, emulando demonios del floclore japonés, y túnicas largas que cubrían todo su cuerpo. Stinger instintivamente fijó la vista en ellos, quería una de esas máscaras. La razón era obvia, su color, a pocas cosas podía resistirse que fuesen rojas, incluso su apodo “Red” y muchos de sus ataques “akai”, “crimson”, “blood rain” hacían referencia a esa tonalidad.

El mono empezó a atacarles como bien había ordenado su dueño. Sin embargo no sería rival para esos hombros que, de debajo de las túnicas, sacaron diferentes armas tales como: tonfas, sais incluso un bo.

-Ésta no es una isla para turistas ni para piratas entrometidos, sólo pueden entrar los seguidores de nuestro señor Satán y todos los que proporciones provisiones para éste o para sus seguidores-amenazó el que parecía el líder de aquellos.- Ahora que habéis entrado, ya no podréis salir... nunca-concluyó.-

-Cuando te dije que te equivocabas “en parte” me refería a que, sí, ERA cazador y conllevaba una ligera desventaja y es que para poder cobrar una recompensas debías de entregar al menos un 75% del cuerpo-sonrió al decirlo.- Por lo que siempre había que contenerse, y luchar a medio gas, para no destruir sus delicados huesos. Ahora no tengo esa limitación-exclamó.-

Entonces miró a Zarlet fijamente a los ojos, esperaba que él también le observase. Con la mirada indicó a los enmascarados. Le guiñó un ojo sonriente. Suponía que entendería el mensaje “primero contra ellos y después nosotros”. Aún así se adelantó y giró brusa y repentinamente hacia ellos, lanzando cuchillos, que se hallaban ocultos dentro de su abrigo rojo. Éstos, los cuchillos los recubrió de energía condensada cortante propia de los asesinos para que tuviesen un poder de penetración mayor.

Los enmascarados detuvieron la mayoría de los cuchillos pero uno quedó con un brazo totalmente destrozado, pues había sido atravesado por el hombro. Eran más fuertes de lo que aparentaban ser a simple vista. Eran aproximadamente un grupo de doce.

-Siempre espero retos de este estilo... en desventaja numérica-susurró para si.-