Ragnheidr Grosdttir
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fuerza
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Agudeza
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Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Otro día más en Marineford, pero no era un día cualquiera en la que tendría que hacer prácticas en esa misma isla, o simplemente alguna que otra guardia por el lugar no, esta vez, había sido encomendado junto a un escuadrón completo a ir en uno de los buques de la marina para ir al famoso astillero de todo Grand Line, donde los mejores carpinteros se encontraban, y como los militares usaban la llamada "Corriente Tarai" será fácil llegar, pues tan solamente debían de acercarse a la isla judicial de Ennies Lobby, y de ahí tomar la ruta hasta llegar Water Seven.
Xandros estaba animado, pues nunca había ido a ese lugar, y deseaba conocerlo, pues maravillas la habían contado de allí. Que existían medio de transporte vivos para viajar mediante sus calles inundadas, canales como se les decía, y que también hacían fiestas con disfraces y máscaras, pero lo más importante, los impresionantes astilleros que poseía. Eso seguro que lo vería seguramente.
Tras arreglarse como buenamente pudo, salio a paso rápido de su habitación, abandonado la zona de viviendas y cruzando la plaza central, hasta llegar al puerto, donde habían varios marines y algunos trabajadores cargando víveres para ultimar el viaje. Sin más preámbulos, el marine también arrimó el hombro después de saludar a quienes serían sus compañeros temporales de viaje. Entonces cargó varias cajas llegando al interior del almacén del mismo barco, y cuando terminó, el encargado del viaje, un teniente que quizás fuese solamente unos años mayor que el, bien, con el uniforme de la marina reglamentaria pero a diferencia que tenía dos chapas doradas, una en cada hombro, que lo distinguía como un teniente, sin contar con el gorro blanco y el el nombre de "MARINE" puesto en él.
El motivo del viaje, era llevar ciertas piezas a unos talleres específicos donde los carpinteros de Marineford arreglarían los objetos que llevaban así como también aprovisionarse de herramientas nuevas para el mantenimiento de todos los edificios y barcos del cuartel general.
Así que ya por fin terminándolo todo, los trabajadores del puerto desamarraron los gruesos cabos, para que poco a poco el buque de la marina comenzara a moverse primero lentamente y luego poco a poco ir ganando velocidad, hasta que tomaron un ritmo punto en dirección a Water Seven.
El viaje no fue para nada ajetreado, ni siquiera nada fuera de lo normal, pues lo normal era que en la Corriente Tarai, una ruta usada exclusivamente por barcos de la Marina y del Gobierno Mundial, fuese bastante tranquilo, así que pasó el tiempo, cuando el Sol ya había dejado su momento más alto en el cielo, dando lugar a las primeras horas de la tarde.
Mucho antes de llegar a Ennies Lobby, el buque giró hacia un lado, sintiendo Xandros aquel balanceo que para los estómagos débiles no sería recomendable, tomando dirección ahora sí, a la isla de los astilleros. El estaba en un borde de los costados a babor, en la cubierta del buque, con el cuerpo inclinado hacia adelante, y el codo derecho apoyado en el mismo y la mano boca arriba donde ahí apoyaba la barbilla, mirando el azul agua oceánica que se mantenía en calma, con las pequeñas subidas y bajadas de la superficie por el oleaje. Alzó su ceja derecha escuchó a lo lejos un silbido constante, y después de forzar la vista, empezó a ver una larga silueta que cruzaba en medio del mar, y pronto lo supo. Era el famoso tren que viajaba por unas vías a a través del mar, el Umi Resha, que conectaba Ennies Lobby con Water Seven y viceversa, así que no estarían ya muy lejos del destino indicado, por lo que se marchó de allí y se dirigió a la proa, donde comenzaba el barco y partía las aguas en dos cuando avanzaba sin cesar, y entonces lo vio a lo lejos, la isla de los grandes astilleros.
Según se iban acercando la imagen que se presentaba era majestuosa, por lo que el chico de agradable físico abrió los ojos sorpreso ante tal esplendor. De lejos parecía una enorme monumento en forma de fuente de diseño, donde en la parte más superior despedía un grueso chorro de agua, y que se dejaba caer por ambos lados de cada plataforma, cada una más grande que la anterior según descendía, hasta que bajaba por medio de canales en mitad de las casa, que desde lejos parecían toboganes, transportando el agua hasta llegar por fin al mar, por grandes desemboques enumerados, sí, eran tan grande los números que desde la posición de el se podían distinguir. Ahora entendía por qué la llamaban la "Capital del Agua". Y finalmente llegaron hasta la altura de uno de los puertos que poseía la gran ciudad, atracando entre el número uno, ya que allí decían que en aquel dique se encontraba los mejores trabajadores, y por ende también mejores herramientas.
Cuando tiraron el ancla y colocaron los cabos en el puerto, bajaron la pasarela de madera, crujiendo al chocar con el suelo, y empezaron a movilizarse rápidamente todos los marines y trabajadores del buque, donde sacaron cajas grandes que seguramente tendrían las piezas que querían reparar en cuestión, mientras el Teniente hablaba con el que parecía el capataz, ultimando detalles de la llegada de los militares.
Entonces el barco quedó de manera casi inmediata vacío, y a Xandros le dejaron al cuidado de él. Este aceptó las órdenes como buen soldado, pero casi no podía reprimir un poco la decepción que sentía por no poder visitar la enorme ciudad, al menos aunque fuese un poco, así que permaneció en él. Mientras tanto decidió organizar un poco el almacén, aprovechando la tranquilidad del momento, cuando escuchó unos pasos en cubierta que la alertaron rápidamente, así que soltó unos sacos que estaba acomodando en un rincón y salió al exterior, secándose el sudor de la frente con el brazo izquierdo.
El finalizar de ese trabajo le llevó a aventurarse y marchar de su posición, escabulliéndose cual rata entre las cajas logro salir de allí, inundandose entre la gente, pasando de esta forma desapercibido.
Xandros estaba animado, pues nunca había ido a ese lugar, y deseaba conocerlo, pues maravillas la habían contado de allí. Que existían medio de transporte vivos para viajar mediante sus calles inundadas, canales como se les decía, y que también hacían fiestas con disfraces y máscaras, pero lo más importante, los impresionantes astilleros que poseía. Eso seguro que lo vería seguramente.
Tras arreglarse como buenamente pudo, salio a paso rápido de su habitación, abandonado la zona de viviendas y cruzando la plaza central, hasta llegar al puerto, donde habían varios marines y algunos trabajadores cargando víveres para ultimar el viaje. Sin más preámbulos, el marine también arrimó el hombro después de saludar a quienes serían sus compañeros temporales de viaje. Entonces cargó varias cajas llegando al interior del almacén del mismo barco, y cuando terminó, el encargado del viaje, un teniente que quizás fuese solamente unos años mayor que el, bien, con el uniforme de la marina reglamentaria pero a diferencia que tenía dos chapas doradas, una en cada hombro, que lo distinguía como un teniente, sin contar con el gorro blanco y el el nombre de "MARINE" puesto en él.
El motivo del viaje, era llevar ciertas piezas a unos talleres específicos donde los carpinteros de Marineford arreglarían los objetos que llevaban así como también aprovisionarse de herramientas nuevas para el mantenimiento de todos los edificios y barcos del cuartel general.
Así que ya por fin terminándolo todo, los trabajadores del puerto desamarraron los gruesos cabos, para que poco a poco el buque de la marina comenzara a moverse primero lentamente y luego poco a poco ir ganando velocidad, hasta que tomaron un ritmo punto en dirección a Water Seven.
El viaje no fue para nada ajetreado, ni siquiera nada fuera de lo normal, pues lo normal era que en la Corriente Tarai, una ruta usada exclusivamente por barcos de la Marina y del Gobierno Mundial, fuese bastante tranquilo, así que pasó el tiempo, cuando el Sol ya había dejado su momento más alto en el cielo, dando lugar a las primeras horas de la tarde.
Mucho antes de llegar a Ennies Lobby, el buque giró hacia un lado, sintiendo Xandros aquel balanceo que para los estómagos débiles no sería recomendable, tomando dirección ahora sí, a la isla de los astilleros. El estaba en un borde de los costados a babor, en la cubierta del buque, con el cuerpo inclinado hacia adelante, y el codo derecho apoyado en el mismo y la mano boca arriba donde ahí apoyaba la barbilla, mirando el azul agua oceánica que se mantenía en calma, con las pequeñas subidas y bajadas de la superficie por el oleaje. Alzó su ceja derecha escuchó a lo lejos un silbido constante, y después de forzar la vista, empezó a ver una larga silueta que cruzaba en medio del mar, y pronto lo supo. Era el famoso tren que viajaba por unas vías a a través del mar, el Umi Resha, que conectaba Ennies Lobby con Water Seven y viceversa, así que no estarían ya muy lejos del destino indicado, por lo que se marchó de allí y se dirigió a la proa, donde comenzaba el barco y partía las aguas en dos cuando avanzaba sin cesar, y entonces lo vio a lo lejos, la isla de los grandes astilleros.
Según se iban acercando la imagen que se presentaba era majestuosa, por lo que el chico de agradable físico abrió los ojos sorpreso ante tal esplendor. De lejos parecía una enorme monumento en forma de fuente de diseño, donde en la parte más superior despedía un grueso chorro de agua, y que se dejaba caer por ambos lados de cada plataforma, cada una más grande que la anterior según descendía, hasta que bajaba por medio de canales en mitad de las casa, que desde lejos parecían toboganes, transportando el agua hasta llegar por fin al mar, por grandes desemboques enumerados, sí, eran tan grande los números que desde la posición de el se podían distinguir. Ahora entendía por qué la llamaban la "Capital del Agua". Y finalmente llegaron hasta la altura de uno de los puertos que poseía la gran ciudad, atracando entre el número uno, ya que allí decían que en aquel dique se encontraba los mejores trabajadores, y por ende también mejores herramientas.
Cuando tiraron el ancla y colocaron los cabos en el puerto, bajaron la pasarela de madera, crujiendo al chocar con el suelo, y empezaron a movilizarse rápidamente todos los marines y trabajadores del buque, donde sacaron cajas grandes que seguramente tendrían las piezas que querían reparar en cuestión, mientras el Teniente hablaba con el que parecía el capataz, ultimando detalles de la llegada de los militares.
Entonces el barco quedó de manera casi inmediata vacío, y a Xandros le dejaron al cuidado de él. Este aceptó las órdenes como buen soldado, pero casi no podía reprimir un poco la decepción que sentía por no poder visitar la enorme ciudad, al menos aunque fuese un poco, así que permaneció en él. Mientras tanto decidió organizar un poco el almacén, aprovechando la tranquilidad del momento, cuando escuchó unos pasos en cubierta que la alertaron rápidamente, así que soltó unos sacos que estaba acomodando en un rincón y salió al exterior, secándose el sudor de la frente con el brazo izquierdo.
El finalizar de ese trabajo le llevó a aventurarse y marchar de su posición, escabulliéndose cual rata entre las cajas logro salir de allí, inundandose entre la gente, pasando de esta forma desapercibido.
Sidfried di Fenrir
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Suspiraba mientras estaba recostado sobre la cubierta del barco, encallado en las costas de una de las islas del Paraiso, despues de casi morir todos en el viaje en el Grand Line pero eso no freno a mi tripulacion y mucho menos cuando se trataba de los Sons ademas de que todos estaba un poco locos en el barco despues de haber navegado o mejor dicho de que yo hiciera casi todo el trabajo de navegar las turbulentas aguas. Pero ni me moleste en reclamarles nada dado que aquela experiencia me causo una gran adrenalina y pasion por los barcos, pasion que antes no habia tenido tiempo atras donde solo deseaba pelear para vivir y tratar de recuperar mi memoria pero despues de esa exitante experiencia solo desea mas.
Por ello, tome una de las pequeñas barcas que posea nuestro barco y comence a navergar en ella hasta que por una de esas casualidades de la vida, encalle en la isla de "water seven" curiosa isla que habia llamada mi atencion y suspir dado que al ver mis espadas solo habian dos y solo por que una la habia perdido de esllas y la mas importan, que era la mayor y ahora solo disponia de la mediana y la corta para defenderme ademas de tener que aprender a dominar un nuevo estilo de combate con las mismas por lo menos en el tiempo que me tardaria en recobrar mi espada o adquirir una en reemplazo de la anterior.
Suspire que paseando por la isla, solo podia ver la injusticia de los marines para con los civiles y eso me causaba rabia ya que, no podia hacer nada o de lo contrario revelaria mi identidad como pirata en la isla pero la gota que derramo el vaso fue ver como varios reclutas de la marina pateaban e insultaban a un mercader, destrozando su puesto y volcando todas las frutas en el suelo. No lo soprte mucho mas y haciendo gala de la fuerza de mi akuma, reforce un poco mi puÑo con pelaje y le di un fuerte puñetazo al marine que estaba por arremeter contra el vendedor mientras que le di una patada reversa al tercero y una golpe con la funda de mi al otro marine para luego ponerme frente al vendedor - si van a pelear contra alguien, que sea con alguien que pueda defenderse marines bakas - dije sonriendoles con algo de soberbia a los marines aunque sabia que con aquella palza a los marines generaria un gran problema y disturbio pero me importaba poco eso en estos momentos, alguien debia defenderlos de la injustia de la marina y a veces pensaba por que no me hioce revolucionario cuando tuve el tiempo ara hacerlo.
Por ello, tome una de las pequeñas barcas que posea nuestro barco y comence a navergar en ella hasta que por una de esas casualidades de la vida, encalle en la isla de "water seven" curiosa isla que habia llamada mi atencion y suspir dado que al ver mis espadas solo habian dos y solo por que una la habia perdido de esllas y la mas importan, que era la mayor y ahora solo disponia de la mediana y la corta para defenderme ademas de tener que aprender a dominar un nuevo estilo de combate con las mismas por lo menos en el tiempo que me tardaria en recobrar mi espada o adquirir una en reemplazo de la anterior.
Suspire que paseando por la isla, solo podia ver la injusticia de los marines para con los civiles y eso me causaba rabia ya que, no podia hacer nada o de lo contrario revelaria mi identidad como pirata en la isla pero la gota que derramo el vaso fue ver como varios reclutas de la marina pateaban e insultaban a un mercader, destrozando su puesto y volcando todas las frutas en el suelo. No lo soprte mucho mas y haciendo gala de la fuerza de mi akuma, reforce un poco mi puÑo con pelaje y le di un fuerte puñetazo al marine que estaba por arremeter contra el vendedor mientras que le di una patada reversa al tercero y una golpe con la funda de mi al otro marine para luego ponerme frente al vendedor - si van a pelear contra alguien, que sea con alguien que pueda defenderse marines bakas - dije sonriendoles con algo de soberbia a los marines aunque sabia que con aquella palza a los marines generaria un gran problema y disturbio pero me importaba poco eso en estos momentos, alguien debia defenderlos de la injustia de la marina y a veces pensaba por que no me hioce revolucionario cuando tuve el tiempo ara hacerlo.
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