Kóen Stark
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- Puta mierda de mapa. Ya decía yo que Nanohana no estaba tan al norte. -El silencio inundó por un par de segundos el bote en el que encontraba.- Voy a tener que guiarme por mi sexto sentido. Suerte que tengo comida para un par de días. -Dijo justo antes de coger un trozo de pan y llevárselo a la boca.
Llevaba nada más y nada menos que seis horas navegando con un rumbo erróneo debido a un mapa que le habían vendido en el puerto antes de zarpar. Lo más gracioso es que como iba "encubierto", no le dieron más que un pequeño bote con algunas provisiones para un par de días. La suerte del joven parecía un espejismo que se desvanecía ante sus propios ojos. Mas no todos los espejismos son vanas ilusiones.
Tras casi media hora tumbado esperando a que algo sucediera se encontró de lleno con lo que parecía ser un barco pirata: madera en mal estado, velas rajadas, y una bandera negra con un Jolly Rogger, el cual era bastante cutre sea dicho de paso.
-Bueno, es hora de hacer un intercambio equitativo.
Dio un salto -impulsándose gracias al poder de su akuma no mi- con el cual llegó sin mayor problema a la cubierta del mismo. Ésta, nada más pudo verla con claridad, estaba bastante descuidada, ya no solo por lo podrida que parecía la madera, sino por la increíble cantidad de mierda que había por todos lados. Mientras iba cayendo y antes de posar sus pies en la madera contó las personas que había a bordo, al menos a la vista; por suerte para él todos estaban reunidos en un mismo punto del barco, la popa, discutiendo con el que parecía su capitán sobre el rumbo a llevar. Una suerte que para sus contrarios iba a ser una desgracia.
- Mantened todos la calma, estoy tomando posesión de este navio. Se colocó a un par de metros de la tripulación antes de pronunciar sus palabras.
Todos se tornaron la vista al joven de pelo anaranjado, y un par de segundos después comenzaron a reír a carcajadas.
- ¿Y qué te hace pensar que vas a poder tomarlo? Más importante aún, ¿cómo piensas llevarlo? Es imposible que un solo hombre pueda hacerlo. -Una estúpida sonrisita se le dibujó en la cara mientras todos los demás seguían riendo.
- Hijo, soy el Príncipe Kóen Stark. Me las arreglaré tanto con el barco... -Dirigió ambas manos a su espalda para lanzarlas al frente con una increíble velocidad. Como siguiendo a ambas manos un fuerte ráfaga de viento lanzó a todos los hombres fuera del barco. Gracias a la velocidad de sus actos ninguno tuvo tiempo a reaccionar de manera alguna. - Como con vosotros. -
Tras aquel ataque se dio media vuelta y se dirigió al timón. Ya allí lanzó de nuevo una ráfaga, mas esta vez dirigida a la vela mayor y con una potencia bastante menor.
- Bueno, ésto ya está mejor, mucho mejor... -Un atisbo de duda cruzó su rostro.- ¿Por alguna casualidad habrá chocolate?
Llevaba nada más y nada menos que seis horas navegando con un rumbo erróneo debido a un mapa que le habían vendido en el puerto antes de zarpar. Lo más gracioso es que como iba "encubierto", no le dieron más que un pequeño bote con algunas provisiones para un par de días. La suerte del joven parecía un espejismo que se desvanecía ante sus propios ojos. Mas no todos los espejismos son vanas ilusiones.
Tras casi media hora tumbado esperando a que algo sucediera se encontró de lleno con lo que parecía ser un barco pirata: madera en mal estado, velas rajadas, y una bandera negra con un Jolly Rogger, el cual era bastante cutre sea dicho de paso.
-Bueno, es hora de hacer un intercambio equitativo.
Dio un salto -impulsándose gracias al poder de su akuma no mi- con el cual llegó sin mayor problema a la cubierta del mismo. Ésta, nada más pudo verla con claridad, estaba bastante descuidada, ya no solo por lo podrida que parecía la madera, sino por la increíble cantidad de mierda que había por todos lados. Mientras iba cayendo y antes de posar sus pies en la madera contó las personas que había a bordo, al menos a la vista; por suerte para él todos estaban reunidos en un mismo punto del barco, la popa, discutiendo con el que parecía su capitán sobre el rumbo a llevar. Una suerte que para sus contrarios iba a ser una desgracia.
- Mantened todos la calma, estoy tomando posesión de este navio. Se colocó a un par de metros de la tripulación antes de pronunciar sus palabras.
Todos se tornaron la vista al joven de pelo anaranjado, y un par de segundos después comenzaron a reír a carcajadas.
- ¿Y qué te hace pensar que vas a poder tomarlo? Más importante aún, ¿cómo piensas llevarlo? Es imposible que un solo hombre pueda hacerlo. -Una estúpida sonrisita se le dibujó en la cara mientras todos los demás seguían riendo.
- Hijo, soy el Príncipe Kóen Stark. Me las arreglaré tanto con el barco... -Dirigió ambas manos a su espalda para lanzarlas al frente con una increíble velocidad. Como siguiendo a ambas manos un fuerte ráfaga de viento lanzó a todos los hombres fuera del barco. Gracias a la velocidad de sus actos ninguno tuvo tiempo a reaccionar de manera alguna. - Como con vosotros. -
Tras aquel ataque se dio media vuelta y se dirigió al timón. Ya allí lanzó de nuevo una ráfaga, mas esta vez dirigida a la vela mayor y con una potencia bastante menor.
- Bueno, ésto ya está mejor, mucho mejor... -Un atisbo de duda cruzó su rostro.- ¿Por alguna casualidad habrá chocolate?
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- Foto del barco en el que voy:
Ya llevaba 2 días de un pequeño barco de madera que también servia de casa en el mar. Tenia una forma de medio barril con ventanas, y también tenia 2 habitaciones, un comedor y la zona donde el chófer operaba el pequeño barco para 3 personas. Me encontraba sentado en el comedor, comiendo la única comida que traía el barco, harina y arroces, o mas específicamente, arroz, frijoles y un pedazo de pan, lo que había todos los días.
Me preguntaba como el chófer seguía de pie y sospechaba que dormía en la otra habitación y se despertaba unas horas antes que yo, aunque realmente no debía importarme para nada. En especial el día de hoy, en el que de verdad estoy seguro que la isla de la que zarpamos ya era imposible de ver. Terminé de comer el ultimo pedazo de pan y dejé la cuchara que debía usar todos los días encima de una servilleta.
Observé al chófer sentarse junto al timón y tomar agua en un pequeño asiento en la zona delantera del barco y entonces me puse de pie acercando mi mano a mi preciado S&W Magnum .50 que hasta el momento no me había fallado y la desenfundé para rápidamente disparar desde aquella distancia y atravezarle la cabeza al pobre hombre que me llevaba a la próxima isla. Rápidamente giré la pistola en alrededor de mi dedo indice mientras tenia una sonrisa de satisfacción y enfundé el arma mientras veía como el vaso de agua se había partido en mil pedazos de vidrio en el suelo.
Me acerqué al chófer y agarré su cuerpo con ambos brazos, intentando no mancharme de sangre y lo tiré al mar, en el que a un kilómetro había un barco, que por su bandera parecía pirata y abandonado.
-Bingo- Dije en mi mente y empecé a dirigir el barco hacia un barco al menos 8 veces el tamaño del mio, pero que lucia desgastado y no parecía presentar mucha actividad.
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Un pequeño bote con un sólo camarote bastante chico surcaba las olas. Este llevaba una bandera de colores rojo y negro.
- Por fin algo interesante...
Hacía dos semanas que había partido de Sakura, y se aburría desde entonces. Ya era hora de divertirse un poco. Puso rumbo hacia la zona, y tras unos minutos en esa dirección, llegó a donde los hombres caídos en el agua. La primera reacción de estos fue intentar subir al bote, pero al ver sus pintas, Jack los bajó a patadas.
- No quiero piratas en mi bote. ¿Quién os ha echado de vuestro barco?
- Tenga piedad, señor. Fue un hombre que llegó de repente, hizo algo extraño y una ráfaga de aire nos tiro por la borda. ¡Ayúdenos!
Jack sabía que le robarían el bote si subía al barco y lo dejaba ahí, así que cerró con llave la puerta del camarote, donde metió previamente una pieza del timón (Haciendo el barco innavegable). Entonces sacó su gancho con cuerda y lo lanzó hacia la borda del barco. Lo enganchó y con la habilidad propia de un asesino como él, trepó hasta la cubierta. Vio a un jovenzuelo ensimismado en sus propios pensamientos en esta.
- ¿Quién sois que atacáis a los piratas pero no sois marine? No sois un cazador... los hubierais capturado.
- Spoiler:
- Por fin algo interesante...
Hacía dos semanas que había partido de Sakura, y se aburría desde entonces. Ya era hora de divertirse un poco. Puso rumbo hacia la zona, y tras unos minutos en esa dirección, llegó a donde los hombres caídos en el agua. La primera reacción de estos fue intentar subir al bote, pero al ver sus pintas, Jack los bajó a patadas.
- No quiero piratas en mi bote. ¿Quién os ha echado de vuestro barco?
- Tenga piedad, señor. Fue un hombre que llegó de repente, hizo algo extraño y una ráfaga de aire nos tiro por la borda. ¡Ayúdenos!
Jack sabía que le robarían el bote si subía al barco y lo dejaba ahí, así que cerró con llave la puerta del camarote, donde metió previamente una pieza del timón (Haciendo el barco innavegable). Entonces sacó su gancho con cuerda y lo lanzó hacia la borda del barco. Lo enganchó y con la habilidad propia de un asesino como él, trepó hasta la cubierta. Vio a un jovenzuelo ensimismado en sus propios pensamientos en esta.
- ¿Quién sois que atacáis a los piratas pero no sois marine? No sois un cazador... los hubierais capturado.
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- Aaaaah~ -Un profundo bostezo resonó por el barco pocos minutos después de que los marineros que había "saltaran accidentalmente" por la borda. El pelinaranja ya tenía sueño, y lo que es peor, su pequeña adicción al chocolate estaba empezando a aflorar.- Voy a ver si hay chocolate o algo en la cubierta. -Tras esas palabras y otro largo bostezo bajó en busca del tan ansiado cacao.
Unos cinco minutos después de haber bajado subió por las escaleras con una sonrisa media oculta tras una tableta de chocolate sujeta por una esquina por las paletas del joven. Volvió al puesto del navegante en la popa y volvió a impulsar las velas con el viento que iba creando. A parte del sueño que tenía, todo iba bien; ninguno de los piratas que había tirado volvieron, y a esas alturas no creía que fueran a volver.
No pasó casi ni un minuto después de haberse puesto de nuevo al timón ocurrió algo cuanto menos, curioso: una persona ataviada de negro y oculta tras una máscara algo tétrica -o graciosa, dependiendo de cómo se mirara- apareció por babor. Nada más tomar algo de equilibrio y de localizar a Kóen le dirigió una pregunta a éste. El joven, divertido por el intruso que se había colado en el barco que acababa de "coger prestado", cogió la tableta con la mano derecha y tiró con fuerza de ella, haciendo que un trozo de chocolate se partiera haciendo un fuerte 'clock'. Se comió el trozo con bastante pasividad, por lo que parecía estaba pensando una buena respuesta para el emisor de la pregunta.
- Pareces ser bastante observador. Pero no has tomado en cuenta la posibilidad de que sí que sea marine y que mi misión no fueran los pirachuelos esos, sino la mercancía del barco. O que fuera un simple ciudadano de a pie que busca venganza y con tal de matarlos a todos le da igual dejarlos que mueran lentamente en alta mar o ensartarles una katana en el pecho. -Esbozó una amplia sonrisa, agarró con la mano contraria a la que había cogido el chocolate a Umbra, y la desenvainó apuntando con la punta al enmascarado, borrando de golpe la sonrisa que pocos segundos antes había mostrado.- Ahora en serio. Soy pirata, y necesitaba algo más útil que un bote de dos o tres metros cuadrados. Aunque claro, ya puedes ver que ésto se cae a cachos. Ahora, me vas a dejar terminar mi merienda y te vas a ir por donde has venido como un buen niño, ¿de acuerdo? -Dijo para bajar la katana y apuntarle con la tabla de chocolate recién mordida. Sus palabras no tenían mala intención, simplemente quería hacerlo rabiar un poco; estaba realmente aburrido, y en situaciones e aburrimiento Kóen es un saco de sorpresas: es puro azar.
Unos cinco minutos después de haber bajado subió por las escaleras con una sonrisa media oculta tras una tableta de chocolate sujeta por una esquina por las paletas del joven. Volvió al puesto del navegante en la popa y volvió a impulsar las velas con el viento que iba creando. A parte del sueño que tenía, todo iba bien; ninguno de los piratas que había tirado volvieron, y a esas alturas no creía que fueran a volver.
No pasó casi ni un minuto después de haberse puesto de nuevo al timón ocurrió algo cuanto menos, curioso: una persona ataviada de negro y oculta tras una máscara algo tétrica -o graciosa, dependiendo de cómo se mirara- apareció por babor. Nada más tomar algo de equilibrio y de localizar a Kóen le dirigió una pregunta a éste. El joven, divertido por el intruso que se había colado en el barco que acababa de "coger prestado", cogió la tableta con la mano derecha y tiró con fuerza de ella, haciendo que un trozo de chocolate se partiera haciendo un fuerte 'clock'. Se comió el trozo con bastante pasividad, por lo que parecía estaba pensando una buena respuesta para el emisor de la pregunta.
- Pareces ser bastante observador. Pero no has tomado en cuenta la posibilidad de que sí que sea marine y que mi misión no fueran los pirachuelos esos, sino la mercancía del barco. O que fuera un simple ciudadano de a pie que busca venganza y con tal de matarlos a todos le da igual dejarlos que mueran lentamente en alta mar o ensartarles una katana en el pecho. -Esbozó una amplia sonrisa, agarró con la mano contraria a la que había cogido el chocolate a Umbra, y la desenvainó apuntando con la punta al enmascarado, borrando de golpe la sonrisa que pocos segundos antes había mostrado.- Ahora en serio. Soy pirata, y necesitaba algo más útil que un bote de dos o tres metros cuadrados. Aunque claro, ya puedes ver que ésto se cae a cachos. Ahora, me vas a dejar terminar mi merienda y te vas a ir por donde has venido como un buen niño, ¿de acuerdo? -Dijo para bajar la katana y apuntarle con la tabla de chocolate recién mordida. Sus palabras no tenían mala intención, simplemente quería hacerlo rabiar un poco; estaba realmente aburrido, y en situaciones e aburrimiento Kóen es un saco de sorpresas: es puro azar.
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Off: Lo siento por hacerlo tan breve y escueto. No andaba muy inspirado
Me acercaba cada vez mas a aquel barco, y mientras más lo hacia, más se notaba la altura a la que estaba la borda, entonces empecé a revisar en todas las cajas y contenedores del barco, incluyendo mi maletín hasta ver una llena de clavos por todos lados junto a un martillo, una llave inglesa y algo curioso, pues no habían tornillos, un destornillador. Para cuando tuve esa bolsa, quizá dejada por un ingeniero o por el mismo chófer para reparar un barco, ya estaba a pocos metros al lado del barco, casi tocándolo pero alejándome unos segundos por culpa de las olas.
Noté lo podrida que estaba la madera, ademas de que habían tablas torcidas hacia afuera o hacia dentro, con ayuda de la cuña del martillo empecé a sacar pedazos tablas empezando por una torcida, hasta hacer un agujero lo suficientemente grande para entrar y ver varias cajas. Me puse a revisar muchas de las cajas, al parecer la gente que anteriormente estaba aquí no tenia oro o ya lo habían quitado todo, pero tenían bastantes recursos como chocolate y especias. Subí las escaleras para ver más de cerca el barco y vi a dos figuras conversando a una distancia considerable una de otra.
Noté lo podrida que estaba la madera, ademas de que habían tablas torcidas hacia afuera o hacia dentro, con ayuda de la cuña del martillo empecé a sacar pedazos tablas empezando por una torcida, hasta hacer un agujero lo suficientemente grande para entrar y ver varias cajas. Me puse a revisar muchas de las cajas, al parecer la gente que anteriormente estaba aquí no tenia oro o ya lo habían quitado todo, pero tenían bastantes recursos como chocolate y especias. Subí las escaleras para ver más de cerca el barco y vi a dos figuras conversando a una distancia considerable una de otra.
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