[Privado] Un buen barco. [Samanta - Ruxer]

Estábamos por fin en el North Blue y estábamos en una pequeña casa lejos del pueblo. Íbamos a ir a por un barco, pero antes yo iba a ir a por un poco de comida mientras Samanta se quedaba en la casa. Cuando estaba paseando por el pueblo para encontrar comida, de repente cuando gire una calle me encontré que estaban intentando arrestar a un hombre que había robado un pollo. El hombre por sus ropas se veía que era pobre. Y yo acordándome de mi infancia con Luci estaba dispuesto a ayudarle. Solo había dos guardias de la marina.

Ruxer: ¡Eh imbéciles no queréis arrestar a un pirata, o es que sois demasiado tontos para eso! 

Les grité para que me persiguieran a mi, y la verdad es que dio resultado. Empezaron a perseguirme, yo corría afortunadamente más que ellos y al final me perdieron de vista. Aquel hombre huyo y yo no tenía nada de comer. Así que a lo mejor Samanta se iba a enfadar un poco conmigo solo por ayudar a alguien. Pero de camino a nuestra casa alguien se puso en mi camino.

Mendigo: Perdón señor, usted es el que me a ayudado, y como recompensa quería agradecérselo, dándole el pollo, por que ya que sin su ayuda no lo hubiera conseguido y yo estaría en la cárcel. Por favor acéptelo departe de alguien pobre y que antiguamente no era nadie sino un trabajador cualquiera del puerto.

Al parecer era al hombre que había ayudado. Cuando me dijo eso pensé en que ya que el pollo era bastante grande en que viniera a la casa, ya que nos podría ser de ayudado si trabajó en el puerto.

Ruxer: Tengo una idea mejor, por que no te vienes a mi casa y compartimos el pollo.

El señor al principio no quería pero al insistir ya me dijo que si aunque seguía sin querer un poco. Así que no dirigimos a la casa, ya que pensé que a Samanta no le importaría.

Todo lo siguiente lo dije con una sonrisa en la cara.

Ruxer: Perdona Samanta, jeje, ya tengo la comida, pero no preguntes que es una larga historia.

El hombre me había dicho su nombre al parecer se llamaba Rodolfo. Me acerque a Samante y lo siguiente se lo dije en voz baja. 

Ruxer: Este nos puede ayudar a elegir el barco apropiado, y por cierto vamos a compartir "su" comida.

Le dije a Samanta mientras Rodolfo observaba la casa

Ruxer: Jajajajaja, no te preocupes, no te tienes que poner nervioso. ¿Qué os parece si si nos tomamos el pollo, que tengo hambre, y vamos a por ese barco, que también tengo ganas de aventura.

Comimos el pollo compartiéndolo y preparamos y recogimos todo para ir a donde el barco. La verdad es que ya tenía ganas de hacer algo interesante como robar un barco. De momento eramos dos en la tripulación y yo como capitán. Samanta era un poco bruta pero supongo que es su encanto natural. Y sin perder un segundo fuimos a buscar ese barco.

Dentro de donde estábamos salimos por otra puerta, otra vez, y llegamos como a una cueva subterránea. Levantamos la vista y ahí estaba, ciertamente era un buen barco. Parecía que el barco tenía unas ruedas y estaba encima de algo parecido a un raíl. Pero ese raíl se perdía por debajo de una pared de roca. Entonces todos nos pusimos a investigar como íbamos a sacar el barco de ahí aunque parecía que no tenía salida. De repente Rodolfo encontró una palanca, la activo, y al principio no parecía que ocurriese nada. Pero cuando nos juntamos otra vez todos para hablar, de repente nos caímos por un agujero un poco más para abajo. Nos encontrábamos en un agujero en el cuál solo teníamos la luz del agujero de arriba. La palanca que activo Rodolfo seguramente activaría ese mecanismo. Estábamos en un buen lío porque el agujero estaba muy alto, pero le dije a Samanta que me sujetara mi planta un momento, agarre a los dos y utilizando los poderes de mi fruta salté con ellos agarrados y llegamos aunque se acabaron mis reservas de energía pero no pasaba nada ya que tenía mi planta. No había sido para tanto ya que gracias a mi fruta conseguimos salir, pero teníamos otro problema. Me acerque donde morían los raíles y me fije que la pared no era una pared "lisa" si que era como si se hubiese derrumbado y la pared estuviera formada por varios trozos de roca, y que también había un mecanismo que iba desde atrás del barco y también se perdía detrás de aquella pared la cuál parecía derrumbada,y pensé que aquel mecanismo podría ser el que moviera el barco por los raíles hasta el océano el cuál suponía que estaba detrás de esa pared.

Ruxer: Oye Rodolfo, ¿el barco no tendrá pólvora y balas de cañón?

Ruxer: Bueno que tal si os subís al barco y yo intento mover lo por los raíles empujándolo.

Le di mi planta a Samanta, sin antes coger un poco de energía, y Samanta se subió al barco. Mientras yo iba detrás del barco para mover lo. Lo empuje con todas mis fuerzas y empezó a ir cada vez más rápido hasta que era más rápido que yo. 

Rodolfo: ¡Adiós y buena suerte!

Salte utilizando mi fruta, casi no llego pero al final aterrice encima del barco. Y por fin llegamos al océano.

Ruxer: ¡Aya vamos!  

Estaba muy entusiasmado con el barco. Me parecía muy bien el tipo de velas y de madera que tenían. Pero justo cuando estaba empezando a disfrutar del barco, vi un barco de la marina a lo lejos que se dirigía a nuestra posición.

Ruxer: Oye, Samanta, ¿tú crees que nos va tocar luchar ahora?

La verdad es que me daba igual luchar, ya tenía ganas de machacar a unos cuantos marines, el único problema que veía era el número de los mismos.

Vi que cuando se acerco el barco, aunque nos estábamos acercando solo nosotros porque el barco estaba parado. Ya que estaba destrozado, no tenía velas, y estaba parado ya que no había mucha corriente. Nos paramos al lado suyo.

Ruxer: Samanta tu quédate aquí  que yo voy a ver si tienen mercancía interesante.

Salte al barco de la marina y baje a la bodega. No tenían en mucha cantidad pero la verdad es que había comida, lo que no nos iba a venir nada mal.  

Ruxer: ¡Samanta, ven que necesito ayuda para transportar esta comida!

En un momento que estaba en la bodega y Samanta fuera de repente alguien me habló.

Marine: Malditos piratas ¿qué hacéis aquí?, y ten cuidado si te mueves te disparare.

La verdad es que estaba muy mal herido, me estaba apuntando con una pistola aunque parecía que de un momento a otro se iba a desplomar. Pensé que lo que había hecho esto podría atacarnos a nosotros. Utilice mi fruta y me moví rápidamente enfrente suya atrapando le las dos manos.

Ruxer: ¿Quién o qué a hecho esto?

La verdad es que el marine no se podía sostener de pie pero tampoco le iba a dejar ahí, así que como me dijo Samanta le subí. Volvimos a movernos, de repente el agua empezó a enturbiarse. Vi que el marine empezó a temblar de miedo. Hubo un pequeño temblor, y ocurrió lo que no queríamos que ocurriese. Un rey del mar apareció. No era tan grande como otros que había visto desde lejos así que supuse que no era un adulto. Pero era lo suficientemente grande como para dañar nuestro barco, aunque no sabía si venía hacía nosotros.

Ruxer:¡Samanta, tenemos problemas!