[Privado] Encuentro con un curioso espadachín [Dayane - Melhen]

El barco de Brisa Carmesí había desembarcado en una nueva isla. ¡Y me toca explorar! Salí del barco, bastante feliz, como de costumbre, Sam fue a por comida y me dejó a mi aire por aquél lugar. Villa... no se qué. Nunca me acuerdo de los nombres, pero ¡siempre es divertido explorar! Conocer lugares nuevos, conocer nuevas culturas, formas de luchar... ¡es todo tan interesante!

Day -Aquí hay muchos dojos... creo que son de espadachines... ¡me encantaría ver cómo luchan!- pensé.

Seguí vagando por las calles, no iba a entrar en un dojo a pedir que me dejaran mirar, ¡qué vergüenza! ¡Me niego a iniciar conversaciones con los extraños!

Veamos... ¿qué calle es esta? Jo, no tengo mapa, y creo que me he vuelto a perder, como siempre.

Desperté en el viejo dojo y mi viaje estaba a punto de comenzar. Tome mi Katana, el collar de mi madre y una mochila llena de bentos.

-Antes de marcharme debo saludar al viejo maestro- pensé.

Tomé mis pertenencias restantes y baje por esas escaleras de madera que tenía el dojo y busque al maestro por todas las habitaciones del lugar, pero este no aparecía por ningún lado, fui hasta el patio, donde nos dedicábamos a meditar junto a una hermosa fuente de agua con grandes y hermosos adornos rodeados de vegetación, pero tampoco estaba en ese lugar.

-Que rayos, el maestro no se encuentra en el dojo, tendré que buscarlo por toda la ciudad- lo pensé en voz alta.

Abrí la puerta con mucha delicadeza y allí estaban las calles de siempre con los mismos espadachines y los mismos ciudadanos, pero solo faltaba una persona, el Maestro, era algo que me preocupaba demasiado el nunca se marchaba sin avisarme y mucho menos a estas horas del día, no me quedó mas alternativa que salir en su búsqueda por las calles de la villa.

Continué vagando por la vills, sin rumbo y perdida.

Hum... Creo que estoy dando vueltas porque esta calle me suena haberla pasado antes...

Suspiré. Si es que no tengo remedio, me pierdo incluso en una villa tan pequeña...
Seguí andando observando todo a mis lados, excepto al frente, como de costumbre, y entonces choqué con alguien.

Day -P-perdón...-me disculpé, apartándome un poco y observando al chico con el que me había chocado.

Salí del dojo, comencé a caminar y una mujer chocó conmigo, oí unas palabras, creo que fueron sus disculpas, estaba tan apurado que no preste mucha atención. Al observarla un poco mejor note que la mujer no era del pueblo y como el maestro había desaparecido decidí averiguar quién era esta mujer y que hacía en el pueblo, pero por su manera de vestir supuse que era pirata, entonces comencé a llamar su atención.

-No hay problema, cómo te llamas?, Quieres ir por algo de sake? , hay un bar aquí cerca- Le dije en un tono muy animado.

-Si acepta podré sabe que trama esta mujer y si está relacionada con la desaparición del maestro, aunque pensándolo bien muchos piratas entran a esta villa- Pensé muy delicadamente.

Al chocar con él me preguntó mi nombre y si quería algo de sake... En un principio parecía tener prisa, pero se había parado a invitarme y todo... Me parecía simpático.

Day -Me llamo Dayane... Y bueno... Supongo que no estaría mal.-sonreí amablemente, agradecida por su invitación.
Quizás podría indicarme sobre cómo volver al puerto... por lo menos quería volver al barco.

Perfecto, ella aceptó mi invitación, ahora debo llevarla al bar del viejo Tom, allí podremos hablar tranquilamente.

Melhen-Mucho gusto yo soy Monkey D Melhen, pero puedes decirme Mel- Le dije con un tono muy animado.

Caminamos algunos metros, cruzamos algunas calles y note que ella miraba por todos lados y los diferentes dojos de la ciudad, por lo que descarté un secuestro noté que andaba algo perdida y no conocía las calles de la ciudad, aun así podría tener algo de información sobre el viejo maestro y su ubicación.

Melhen -Pasa, es aquí- dije

Melhen -oye viejo Tom, como está la familia?, podrías darnos 2 copas de sake?,  esta vez vengo acompañado

Tom-Claro que sí Mel, oí que estas por marcharte de la ciudad para emprender un viaje- dijo Tom

Mel –Así es, pero aún no comienza mi aventura, estoy aquí con esta señorita- le dije con una expresión contenta.

Me llevó al bar, al parecer el chico, llamado Melhen, conocía al dueño. Nos sentamos en la barra, y el hombre algo viejo, mencionó que Mel se iba de viaje ese día, después nos sirvió un par de copas de sake.

Di un sorbo a la mia, con delicadeza.

Day -¿Hoy te ibas de viaje?-pregunté, curiosa.

En el bar ella tomó un poco de Sake con mucho cuidado y me preguntó si me iba de viaje, y al mismo tiempo tuve una idea arriesgada para que ella me ayude con el tema de mi maestro, pero esto podría funcionar.

Melhen- Así es hoy planeo irme de viaje, pero antes de eso quisiera preguntarte algo- expresé de manera clara.

Melhen- Hoy desapareció mi gran maestro y no logro encontrarlo no puedo marcharme sin encontrarlo, tal vez puedes decirme algo sobre su desaparición, si es así necesito tu ayuda y si sigues interesada en porque me iré de viaje te lo contaré todo- Dije en voz baja.

Conteniendo mi desesperación tome un poco de Sake tranquilamente.

Observé al chico y escuché la desaparición de su maestro.

Day -Vaya... Yo sólo he encontrado este sitio por casualidad, y estaba perdida cuando me choqué contigo.-sonreí, avergonzada.-Aunque si tu maestro ha desaparecido, me gustaría ayudarte a encontrarle.

Sonreí. Al chico no se le daba bien ocultar sus emociones. Se notaba que estaba nervioso por encontrar a su maestro.

Escuchó todo lo que dije y me ofreció su ayuda.

Melhen- Muchas gracias por ofrecerme tu ayuda, tal vez juntos podemos encontrar al responsable de todo esto- dije de manera muy animada.

Estaba tomando la última gota de sake y desde el interior del bar se escuchó una fuerte explosión que provenía de afuera.

Terminé de beber mi copa de sake, Melhen me agradeció mi ayuda, cosa que no tenía por qué agradecer. Iba a preguntarle sobre su maestro, pero una fuerte explosión se escuchó fuera del bar.

Me levanté y me dirigí fuera, para ver qué había ocurrido.

Después de escuchar el ruido, Dayane se dirigió fuera del bar y yo la seguí, al parecer unos reclutas de la marina estaban investigando, por lo que decidí espiarlos de cerca, camine muy cerca de ellos y al parecer estaban discutiendo sobre el maestro.

Recluta 1- Todavía no encuentran al pirata retirado?, el espadachín?- Dijo

Recluta 2- Sí lo encontraron, pero no puedo rebelar su ubicación, es un secreto-

Al escuchar esas palabras decidí seguir de cerca al recluta 2 para poder obtener más información

Melhen- Day, vendrás?, decide lo que más quieras, no te obligaré a nada, debo seguirlo y averiguar en qué lugar se encuentra el maestro.

Comencé a seguir al segundo recluta con mucho cuidado.

Escuché la conversación de unos marines que hablaban de un pirata espadachín, y Mel quería seguir a uno de ellos para saber dónde estaba ese pirata, quizás ese pirata del que hablaban fuera su maestro... Si lo había atrapado la Marina, algo estaba mal, si era maestro... No debería ser tan fácil de atrapar ¿no?

Pero bueno, eso no importaba ahora mismo. Mel me dijo que si quería ir, y que no me obligaría a nada. Era un buen chico, me caía bien, así que asentí con la cabeza, y juntos seguimos al marine, con cuidado de que no nos vieran.

Comenzamos a seguir al marine, pero este solo caminaba solo y estaba algo asustado, el viento que corría me daba mala espina y esa explosión fue demasiado rara, solo alguien con grandes habilidades pudo haberla provocado.
Nos escondimos detrás de un árbol que se encontraba a un lado del camino; el marine miro para ambos lados e ingresó a un casa algo vieja. Con mucho cuidado seguí a la escoria por el sendero e ingresé al mismo lugar, me escondí tras una especie de columna que había y allí se encontraba, el maestro, que estaba encarcelado y dormido.

En voz baja dije- Típico, se durmió y lo arrestaron mientras dormía-

Solo habían dos pequeños reclutas, pensando 2 veces le pregunté a Day –¿Estas dispuesta a luchar con esas escorias?-

Seguimos al marine y entramos en una casa vieja, en la cual estaba el tal maestro, Melhen me preguntó si estaba dispuesta a luchar contra los dos marines que vigilaban al hombre, que estaba durmiendo tan tranquilo.

Day -Por supuesto, esos marines tan débiles no son rivales para una kuja.-sonreí, y Riu sacó su cabeza de mi mochila, dispuesta a luchar.

Dijo que no sería ningún problema, entonces decidí comenzar el ataque, camine unos pasos y me presenté con fuerzas y mucho animo!.

-Soy Monkey D Melhen, el pirata que se convertirá en la persona mas libre de todos los mares!-

Los marines se dispusieron a atacarme, pero con mucha astucia ataque a uno de ellos con mi espada, este se cubrió de mi ataque con gran facilidad.

Recluta 1: Ningún pirata es rival para mí.

Recluta 2: Te encarcelaremos aquí!.

Melhen - Ji ji ji, si es que pueden vencerme -

La lucha estaba por comenzar.

Sonreí y me preparé para luchar. Este chico sí que era extraño, y su forma de actuar era muy ruidosa, pero era divertido y sus ganas de vivir eran descomunales. Extraño e interesante... veamos si sabía defenderse.

Los dos marines se abalanzaron contra Melhen, y disparé una flecha a uno de los marines, la cual le pilló de sorpresa al marine, ya que yo continuaba escondida en la oscuridad, y no podía verme. La flecha le dio en la pierna izquierda, y el marine cayó al suelo, mientras miraba hacia todos lados, intentando encontrarme.

Los dos marines comenzaron a atacarme, pero de la oscuridad una flecha voló hacia la pierna de uno de estos, un marine cayó al suelo, el otro se encontraba atacándome, por lo que decidí tomar mi katana y atacarlo con discreción. El marine era habilidoso, bloqueaba los golpes de mi espada con cierta facilidad, por lo que decidí aumentar el ritmo y golpearlo un poco más rápido. El marine era lento, pero su fuerza era mayor, si me daba un golpe me haría mucho daño por lo tanto me concentraba más en esquivar y golpear que en el simple hecho de atacar a mi enemigo, todo porque mis ataques podían dejar alguna apertura, entonces pensé en un plan, algo sencillo pero que podría funcionar. Me fui acercando a una mesa que había en la zona con mucho cuidado y sin que el marine se percatara de lo que estaba planeando, tome unas llaves y se las lance con cuidado a Day, pasaron unos segundos y empuje la mesa hacia el marine herido, de esta manera no podría moverse por un buen rato, el hombre estaba en el suelo y ahora bajo una mesa; al mismo tiempo el otro marine me atacaba, pero con mi agilidad podía bloquear sus ataques, mientras mas esquivaba el marine procuraba seguirme, parecía un combate limpio, pero la suerte no estaba de mi lado, el marine herido comenzó a perseguirme, por lo que pensé en tomar ventaja de esta situación y corrí hacia afuera dejando que ambos marines fueran por mi, mi plan comenzaba a funcionar, Day tenía las llaves y podría liberar al maestro.

En un momento de la batalla, Mel me pasó unas llaves que alguien había dejado descuidadas en una mesa, eran las llaves de su maestro.
Mel empujó la mesa contra el marine que yo misma había herido anteriormente, pero éste se deshizo de la mesa y junto con su compañero, comenzaron a perseguir a Mel, cosa que me preocupó, pero era fuerte, así que no pasaría nada si dejaba que se divirtiera un rato con esos marines.

Me acerqué al hombre que continuaba durmiendo, y le zarandeé para que despertara, pero no hubo reacción por su parte, así que me encogí de hombros y me dispuse a liberarle, en cuanto le liberé, el hombre se despertó y desenvainó su katana, yo, en un acto reflejo, salté hacia atrás evitando el filo de la espada.

"El maestro de Mel es un tipo raro"- pensé.

Los marines no dejaban de perseguirme, iba para la izquierda y ellos tomaban el mismo rumbo, me era difícil engañarlos y con mis habilidades actuales no podría ganarle a los dos juntos, tome mi katana y comencé a luchar, primero ataque al marine herido, le di una patada en su herida y callo al suelo, pero por desgracia para mi su compañero me ataco por detrás, por suerte pude esquivar el golpe con mucha astucia, la pelea se estaba emparejando, ya no me encontraba en desventaja.

Agarre mi katana y ataqué nuevamente al marine herido, pero esta vez era una trampa cuando su compañero me estaba por atacar, di una vuelta y cree una apertura en ese momento le dí con el contrafilo de mi Katana en la cabeza, una acción que lo dejo medio mareado, me dije a mi mismo -Yo puedo ganar esta batalla-

Una vez que le expliqué la situación al maestro de Mel, éste sólo dijo :
-Si de verdad es mi aprendiz, sabrá arreglárselas solo.- después de estas palabras, se recostó en la pared y se dispuso a continuar durmiendo.

Me quedé observándole, sentada en el suelo. "Pues sí que tiene confianza en Mel... Debe de ser un espadachín fuerte... Aún así, tengo curiosidad por cómo le está yendo."

Después de esto, me levanté del suelo y me dispuse a salir de la casa, en busca de Melhen.

La lucha comenzaba a tomar curso, pero este marine sabía como luchar, era un buen espadachín, sus movimientos no eran al azar, nuestras espadas buscaban la victoria, el atacante cambiaba cada momento, la defensa era fuerte, pero el ataque también lo era. En ese momento comencé a pensar en el maestro, -¿estará bien?, ¿se habrá despertado?- y por esos pensamientos tropecé con una roca que había en el campo de batalla, cuando comencé a caer el marine logro cortarme un poco nada serio pero esa acción demostró que no podía jugar siempre, había llegado la hora de luchar seriamente, tome mi katana y comencé a moverme más rápido pero en ese momento un joven marine apareció en el campo de batalla, volvería a estar en desventaja, pero ese no era el problema, el nuevo sujeto era un tirador.

El maestro de Mel se había quedado dormido, como cuando le encontré, y yo había ido a buscarle. Le encontré en una mala situación ; estaba en desventaja... Luchaba contra un espadachín, el cual sería un buen rival para él, pero había otro marine más, un tercero, además del oponente de Mel y el herido, que había quedado fuera de combate. El tercero era un tirador, como yo. Ése era mío.

Le vi preparándose para disparar a Mel, y en un acto rápido, lancé una flecha, haciendo que su rifle cayera al suelo, lejos del marine.
Éste se sorprendió ante el ataque sorpresa, pero retrocedió a la vez que yo cortaba la distancia, saltando de árbol en árbol, hasta llegar al campo de batalla. Vi a Mel y le indiqué con un gesto de cabeza que no se despistara de su oponente, que de el nuevo me encargaría yo.

Cuando el tirador estaba apunto de asesinarme, Day salvó mi vida y me asistió con la cabeza, muy agradecido le le devolví la mirada, ahora yo debía encargarme de este espadachín, tome mi katana respire profundamente y corrí disimuladamente hacia atrás mientras nuestras espadas tiraban chispas por su choque. Después de unos segundos logré llevar a mi enemigo al campo que era favorable para mi, me agaché y tome un poco de arena y la arroje sobre la cara del marine. -Ahora no puedes verme bien- y utilice esa oportunidad para blandir mi katana sobre su mano derecha; una acción llevo a la otra, mi enemigo estaba herido y su espada estaba en el piso, le di una patada y le dije "-ahora debes rendirte escoria del gobierno-", con mi espada sobre su cuello.

El tirador había retrocedido hasta volver a tener su rifle en las manos, y me disparó dos veces, cosa que esquivé, me quedé en la rama de un árbol y le observé, analizándole, y a la vez, esperando su movimiento.
Era fácil de prever, puesto que no era más que un principiante, aún no manejaba bien el rifle y las manos le temblaban, estaba demasiado nervioso y asustado como para tener suficiente puntería para acertarme, aunque yo estuviera quieta, no habría problema con él. Dejé que Riu se encargara de ese marine.
La serpiente se deslizó hasta él y le clavó los colmillos en el cuello, con suavidad, dejando que su veneno recorriera al marine.
Suspiré. Me había aburrido de ese enemigo, por lo que giré la cabeza para observar cómo Mel había derrotado a su oponente y sonreí. Aún era joven e inexperto, pero tenía recursos suficientes para luchar contra simples marines. Cuando se hiciera más fuerte, éstos marines sólo serían insectos molestos para él. Tenía un largo camino por delante, si de verdad quería hacerse a la mar. Supuse que, como su maestro era pirata, Mel también querría serlo, y, en silencio, le deseé suerte en su viaje. Algún día quizás, tendría la posibilidad de luchar contra él y probar su fuerza.