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Se estaba volviendo demente. Nada que hacer, nada que observar que no haya observado ya durante horas. Nadie con quien hablar. Ni siquier nada que cazar.Aun recordaba el sabor de aquella fruta del diablo que se había comido hacía semanas, y que le había dado aquel aspecto fantasmagórico que todavía no había aprendido a invertir, pero poco le importaba, porque lo cierto es que anímicamente parecía serlo. Había cantado la misma canción ¿decenas? ¿centenas de veces? Ya no estaba seguro. El repertorio se le había acabado muchos días atrás, y no había más remedio que repetir lo mismo. Lo que todavía no entendía era por qué no se había muerto ya de sed, de hambre o cansancio. O simplemente de aburrimiento.
- WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR, WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR, WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR EARLY IN THE MORNING! Cantaba a pleno pulmón, total... ¿quién se iba a quejar? La lluvia caía intensa, sería la recompensa por cantar de forma horrible durante todos, pero no le importaba lo más mínimo. Ni siquiera la sentía en la piel. Estaba sentado sobre su proyecto de balsa que no acabó muy bien. Además, lo había desechado incluso antes de terminar al darse cuenta que no nadar. Y de repente, algo llamó su atención en el horizonte. Lo más probable es que no fuera nada, un reflejo de la luna en una ola lejana o un espejismo cabrón, así que se negó a hacerse ilusiones y miró a otro lado.
Sin embargo la tentación era demasiado grande, su subconsciente le obligó a mirar en la misma dirección de nuevo. Y ahí estaba, una tenue luz perdida en alta mar. Se pegó dos sopapos en la cara, uno en cada mejilla para "despejarse", pero al luz no desaparecía. Se movía con el vaivén de las olas. ¡Y por las barbas de Davy Jones, al cabo de un rato se dio que se estaba acercando! La canción cesó al instante para dar paso a una carcajada, a una risa alocada. Se tendría que oír a una gran distancia pues la euforia de aquel solitario hombre sobrepasaba todos los límites posibles. Incluso se marcó un baile digno de un cowboy sureño y más tarde se revolcó por la arena mojada cual croqueta (quizás ese fuera el origen del Croqueta-no-jutsu). Aunque no se viera ni un pimiento a más de 10 pasos en adelante, Willem se incorporó y comenzó a menear los brazos y a gritar - ¡Aquí, aquí!
Cada vez la barcaza se acercaba más, tan solo unos minutos más...
- WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR, WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR, WHAT WILL WE DO TO THE DRUNKEN SAILOR EARLY IN THE MORNING! Cantaba a pleno pulmón, total... ¿quién se iba a quejar? La lluvia caía intensa, sería la recompensa por cantar de forma horrible durante todos, pero no le importaba lo más mínimo. Ni siquiera la sentía en la piel. Estaba sentado sobre su proyecto de balsa que no acabó muy bien. Además, lo había desechado incluso antes de terminar al darse cuenta que no nadar. Y de repente, algo llamó su atención en el horizonte. Lo más probable es que no fuera nada, un reflejo de la luna en una ola lejana o un espejismo cabrón, así que se negó a hacerse ilusiones y miró a otro lado.
Sin embargo la tentación era demasiado grande, su subconsciente le obligó a mirar en la misma dirección de nuevo. Y ahí estaba, una tenue luz perdida en alta mar. Se pegó dos sopapos en la cara, uno en cada mejilla para "despejarse", pero al luz no desaparecía. Se movía con el vaivén de las olas. ¡Y por las barbas de Davy Jones, al cabo de un rato se dio que se estaba acercando! La canción cesó al instante para dar paso a una carcajada, a una risa alocada. Se tendría que oír a una gran distancia pues la euforia de aquel solitario hombre sobrepasaba todos los límites posibles. Incluso se marcó un baile digno de un cowboy sureño y más tarde se revolcó por la arena mojada cual croqueta (quizás ese fuera el origen del Croqueta-no-jutsu). Aunque no se viera ni un pimiento a más de 10 pasos en adelante, Willem se incorporó y comenzó a menear los brazos y a gritar - ¡Aquí, aquí!
Cada vez la barcaza se acercaba más, tan solo unos minutos más...
Raion Blaze
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Sol, lluvia, tormenta… llevaba ya 5 noches y 4 días a la deriva sin tener ni la más remota idea de a donde se dirigía. Alternaba entre el enfado y el aburrimiento al ver que por muchas horas que pasaran, o quizá minutos ya que había perdido por completo la noción del tiempo, no hallaba tierra firme. Los alimentos y bebidas comenzaban a escasear pero sobre todo y más importante, el tabaco. Blaze comenzaba a tener un mono de la hostia.
Según pasaban las horas Blaze se arrepentía más de no haber contratado a un marinero que le pudiera guiar por aquellas bravas aguas que a punto estuvieron de hacerle naufragar la noche pasada debido a una gran tormenta que hizo zarandear hasta la última madera del barco en el que navegaba… pues a pesar de ser un barco bastante digno, no estaba hecho para surcar los mares durante días y su estructura comenzaba a debilitarse pues visibles eran los pequeños trozos de madera de que el barco iba dejando atrás flotando en el agua como creando una burda similitud con el cuento de Hansel y Gretel. Quizá su angustia terminara cuando un barco acudiera en su rescate guiado por las “migas de pan”.
Unido a su desorientación y falta de experiencia marinera, el tiempo se sumaba a los contratiempos y es que aquella mañana caía una solana de tres pares de narices que obligó a Blaze a medio desnudarse si no quería morir de un golpe de calor e incluso alguna alucinación acechó su desquiciada mente que le llevó a arriesgar su vida.
Blaze tras varias horas al fin despertó bajo la tenue luz de la luna del largo sueño del que había disfrutado, disfrutado porque durmiendo no sentía el hambre ni las ganas de fumar y en su situación era de agradecer. No se despertó de forma casual, sino porque la barca chocó contra la orilla de una pequeña isla cuyo impacto despertó a Blaze sobresaltado que arremetió contra lo primero que pilló… y lo que pilló fue un fantasma que le gritaba y a pesar de que las intenciones de ese fantasma llamado Willem no eran malas, si recién levantado por un susto te encuentras un fantasma, no reacciones de forma muy sensata, en el caso de Blaze la reacción fue de placarlo para coserlo a puñetazos.
Según pasaban las horas Blaze se arrepentía más de no haber contratado a un marinero que le pudiera guiar por aquellas bravas aguas que a punto estuvieron de hacerle naufragar la noche pasada debido a una gran tormenta que hizo zarandear hasta la última madera del barco en el que navegaba… pues a pesar de ser un barco bastante digno, no estaba hecho para surcar los mares durante días y su estructura comenzaba a debilitarse pues visibles eran los pequeños trozos de madera de que el barco iba dejando atrás flotando en el agua como creando una burda similitud con el cuento de Hansel y Gretel. Quizá su angustia terminara cuando un barco acudiera en su rescate guiado por las “migas de pan”.
Unido a su desorientación y falta de experiencia marinera, el tiempo se sumaba a los contratiempos y es que aquella mañana caía una solana de tres pares de narices que obligó a Blaze a medio desnudarse si no quería morir de un golpe de calor e incluso alguna alucinación acechó su desquiciada mente que le llevó a arriesgar su vida.
Blaze tras varias horas al fin despertó bajo la tenue luz de la luna del largo sueño del que había disfrutado, disfrutado porque durmiendo no sentía el hambre ni las ganas de fumar y en su situación era de agradecer. No se despertó de forma casual, sino porque la barca chocó contra la orilla de una pequeña isla cuyo impacto despertó a Blaze sobresaltado que arremetió contra lo primero que pilló… y lo que pilló fue un fantasma que le gritaba y a pesar de que las intenciones de ese fantasma llamado Willem no eran malas, si recién levantado por un susto te encuentras un fantasma, no reacciones de forma muy sensata, en el caso de Blaze la reacción fue de placarlo para coserlo a puñetazos.
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Ya sea por el destino o por pura suerte, la barcaza se dirigía directamente al islote donde Willem todavía se seguía riendo. Fuera quien fuese el navegante perdido estaba dispuesto a recibirle con un abrazo, incluso besarle los pies si era necesario. Pero por lo visto Blaze se adelantó en cuanto a "abrazar", y lo hizo con tanto vigor que ambos acabaron en el suelo. Todavía no entendía el por qué, pero aquel hombre estaba dispuesto a agredirle seriamente y no parecía tener ningún reparo en dañar la preciosa cara de Willem.
El placaje no lo vio venir. Hubo más narices que caer al suelo con el tío encima suya como si estuviera poseído. Igual era el demonio que tenía a por su alma. Y si ese era el caso no pensaba rendirse sin pelear, al menos le daría la oportunidad al Diablo de probar el sabor de sus botas. El siguiente movimiento fue bastante más predecible dada la situación. Sin embargo tampoco pudo hacer demasiado para evitarlo, tan solo le dio tiempo a taparse la cara con los brazos recibiendo el golpe en el antebrazo donde seguro que se crearía un feo moratón más tarde. Sus puños eran duros como el hierro así que no quería probar otro como ese. "Ni uno más" se dijo a si mismo mentalmente. Era hora de contraatacar como podía, pues su situación era bastante desventajoas. Además, no tenía ron a mano para luchar al 100% de sus capacidades.
Sin más dilación ejecutó un movimiento pélvico digno de una penetración anal legendario (pero por suerte sin usar su miembro viril) reforzado por sus pierna para desestabilizar a aquel hombre quitárselo de encima con intención de que cayera de boca contra la arena. Un sabroso bocado de bienvenida. Él, mientras tanto, dio media vuelta por el suelo y se incorporó lo más deprisa que pudo y se alejó algunos pasos a una distancia prudencial.
- PvP real life, noob faggot! ¿¡Pero a tí qué coño te pasa, loco mierda!? No contento con su provocación, le arrojó arena con el pie. Lo había conseguido. Había tirado a la basura toda su euforia para convertirlo en desesperación y rabia. Si no conseguía calmarlo no tendría más remedio que matarlo y llevarse su barco. O lo que era incluso peor, dejarlo inconsciente y solo en esa isla. Así sabría lo que es bueno una vez se despertara.
Confiaba en que tarde o temprano conseguiría dominar la situación, así que de momento optó por no sacar sus armas del cinto (aunque podría terminar todo aquello con un simple disparo en el pecho, si es que la pólvora todavía era servible)
El placaje no lo vio venir. Hubo más narices que caer al suelo con el tío encima suya como si estuviera poseído. Igual era el demonio que tenía a por su alma. Y si ese era el caso no pensaba rendirse sin pelear, al menos le daría la oportunidad al Diablo de probar el sabor de sus botas. El siguiente movimiento fue bastante más predecible dada la situación. Sin embargo tampoco pudo hacer demasiado para evitarlo, tan solo le dio tiempo a taparse la cara con los brazos recibiendo el golpe en el antebrazo donde seguro que se crearía un feo moratón más tarde. Sus puños eran duros como el hierro así que no quería probar otro como ese. "Ni uno más" se dijo a si mismo mentalmente. Era hora de contraatacar como podía, pues su situación era bastante desventajoas. Además, no tenía ron a mano para luchar al 100% de sus capacidades.
Sin más dilación ejecutó un movimiento pélvico digno de una penetración anal legendario (pero por suerte sin usar su miembro viril) reforzado por sus pierna para desestabilizar a aquel hombre quitárselo de encima con intención de que cayera de boca contra la arena. Un sabroso bocado de bienvenida. Él, mientras tanto, dio media vuelta por el suelo y se incorporó lo más deprisa que pudo y se alejó algunos pasos a una distancia prudencial.
Confiaba en que tarde o temprano conseguiría dominar la situación, así que de momento optó por no sacar sus armas del cinto (aunque podría terminar todo aquello con un simple disparo en el pecho, si es que la pólvora todavía era servible)
Raion Blaze
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El fantasma era rápido anticipando los movimientos del rival y paró el primero del que sería una tanda de puñetazos, aunque parar un golpe de Blaze ya resultaba bastante doloroso… ni hablar si le llega a dar en la cara de lleno.
Por un momento Blaze creyó estar en una película porno cuando su rival le dio con su pelvis en el culo para quitárselo de encima. Sodomizado por un fantasma… que imagen más sórdida. Cayendo de bruces en la fría arena de la playa, Blaze por fin comía algo en un par de días… prefería pasar hambre si ese era el menú del día.
El enemigo se incorporó al grito de “¿¡Pero a tí qué coño te pasa, loco mierda!?” Una conducta algo extraña por parte de un fastasma que sorprendió hasta límites insospechados a Blaze. Tras el entrante, vino el primer plato… mas arena servida en bandeja de plata por aquel translucido camarero lo cual mosqueó al cliente que a punto estuvo de pedir la hoja de reclamaciones.
Dentro de todo su enfado y demencia debido a la situación, trató de pensar como buenamente pudo como abordar aquella pelea para salir victorioso. Un movimiento de distracción solía ser una buena estrategia y debido a su rapidez, era una gran arma ofensiva pues daba menos tiempo al rival a reaccionar. Blaze soltó un gancho con su brazo izquierdo a la cabeza de su rival, lo más alto posible para que alzara la vista y no pudiera ver el auténtico ataque. Justo cuando estaba a punto de impactar, paró el ataque para no desestabilizarse ni perder potencia con su siguiente movimiento. Un barrido con su pierna derecha pues esta estaba en el lado opuesto del foco de atención por lo que era más difícil de ver.
Si todo salía bien, su rival caería al suelo y Blaze aprovecharía para dar un gran pisotón con la otra pierna en el pecho intentando dejar fuera de combate a su oponente.
Por un momento Blaze creyó estar en una película porno cuando su rival le dio con su pelvis en el culo para quitárselo de encima. Sodomizado por un fantasma… que imagen más sórdida. Cayendo de bruces en la fría arena de la playa, Blaze por fin comía algo en un par de días… prefería pasar hambre si ese era el menú del día.
El enemigo se incorporó al grito de “¿¡Pero a tí qué coño te pasa, loco mierda!?” Una conducta algo extraña por parte de un fastasma que sorprendió hasta límites insospechados a Blaze. Tras el entrante, vino el primer plato… mas arena servida en bandeja de plata por aquel translucido camarero lo cual mosqueó al cliente que a punto estuvo de pedir la hoja de reclamaciones.
Dentro de todo su enfado y demencia debido a la situación, trató de pensar como buenamente pudo como abordar aquella pelea para salir victorioso. Un movimiento de distracción solía ser una buena estrategia y debido a su rapidez, era una gran arma ofensiva pues daba menos tiempo al rival a reaccionar. Blaze soltó un gancho con su brazo izquierdo a la cabeza de su rival, lo más alto posible para que alzara la vista y no pudiera ver el auténtico ataque. Justo cuando estaba a punto de impactar, paró el ataque para no desestabilizarse ni perder potencia con su siguiente movimiento. Un barrido con su pierna derecha pues esta estaba en el lado opuesto del foco de atención por lo que era más difícil de ver.
Si todo salía bien, su rival caería al suelo y Blaze aprovecharía para dar un gran pisotón con la otra pierna en el pecho intentando dejar fuera de combate a su oponente.
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Según parecía, Raion no era muy fan de la arena. O quizás sí, pero no le gustaba demasiado la arena mojada que ya parece incluso barro.
Era obvio que no habían empezado con buen pie. Si aquel hombre había venido a una isla desierta a buscar pelea, pelea era justo lo que se iba a encontrar. Preferíría que lo rescataran, pero una pelea es más entretenido (y doloroso, sí pero entretenido) que morirse de aburrimiento él solo observando las olas día sí día también. De nuevo aquel hombre comenzó su ofensiva, acercándose a él para darle lo que parecía un gancho. Instintivamente Willem se volvió a cubrir la cara pensando en una rápida forma de contraatacar, pero no le hizo ninguna falta. Él solo había hecho todo el trabajo.
Lo que iba a ser un puñetazo se convirtió en un barrido dirigido a las piernas. Aquello obviamente lo desestabilizó haciéndolo caer al suelo de lado. Pobre ingenuo, pensando que alguien puede ganarle a Willem en el Croqueta-no-jutsu. Y encima le estaba facilitando el trabajo al levantar la pierna para darle un pisotón. Ya estaba todo hecho. Willem rodó hacia su oponente como solo él sabe para derribarlo como la bola que derriba un bolo. Si quería arena, tendría ración doble. Y no contento con eso, se levantó a toda prisa para apuntar bien con su bota y dirigir un poderoso golpe en el ortocentro. Le encantaba dar patadas, era todo un experto. Sobretodo en el culo.
También era famoso por sus tácticas rastreras, y aquel combate no iba a ser una excepción. Se alejó un paso para ejecutar su siguiente golpe. Para su contrincante, quien parecía destacar en el combate desarmado, atacar desde el suelo no era una opción pues estaba demasiado lejos. Así que tarde o temprano se tendría que incorporar. Esperó ese mismo instante, cuando todavía su centro de gravedad no estaba bien establecido para atacar ferozmente con otra patada las costillas (o el culo, dependiendo de lo que tuviera delante) y enviarlo de nuevo al suelo.
Era obvio que no habían empezado con buen pie. Si aquel hombre había venido a una isla desierta a buscar pelea, pelea era justo lo que se iba a encontrar. Preferíría que lo rescataran, pero una pelea es más entretenido (y doloroso, sí pero entretenido) que morirse de aburrimiento él solo observando las olas día sí día también. De nuevo aquel hombre comenzó su ofensiva, acercándose a él para darle lo que parecía un gancho. Instintivamente Willem se volvió a cubrir la cara pensando en una rápida forma de contraatacar, pero no le hizo ninguna falta. Él solo había hecho todo el trabajo.
Lo que iba a ser un puñetazo se convirtió en un barrido dirigido a las piernas. Aquello obviamente lo desestabilizó haciéndolo caer al suelo de lado. Pobre ingenuo, pensando que alguien puede ganarle a Willem en el Croqueta-no-jutsu. Y encima le estaba facilitando el trabajo al levantar la pierna para darle un pisotón. Ya estaba todo hecho. Willem rodó hacia su oponente como solo él sabe para derribarlo como la bola que derriba un bolo. Si quería arena, tendría ración doble. Y no contento con eso, se levantó a toda prisa para apuntar bien con su bota y dirigir un poderoso golpe en el ortocentro. Le encantaba dar patadas, era todo un experto. Sobretodo en el culo.
También era famoso por sus tácticas rastreras, y aquel combate no iba a ser una excepción. Se alejó un paso para ejecutar su siguiente golpe. Para su contrincante, quien parecía destacar en el combate desarmado, atacar desde el suelo no era una opción pues estaba demasiado lejos. Así que tarde o temprano se tendría que incorporar. Esperó ese mismo instante, cuando todavía su centro de gravedad no estaba bien establecido para atacar ferozmente con otra patada las costillas (o el culo, dependiendo de lo que tuviera delante) y enviarlo de nuevo al suelo.
Raion Blaze
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El barrido fue un éxito, pero lo siguió un fracaso, hasta tal punto que su propio ataque se volvió en su contra. Cuando Blaze estaba a punto de cavar un agujero en el suelo que llegase hasta China con Willem de por medio, este rodó por el suelo rebozandose de arena chocando contra la pierna que servía a Blaze como puntó de apoyo haciendo que este se desestabilizara y pudiera de disfrutar del segundo plato de la velada... mas arena.
Su rival era hábil e impredecible, su estilo de lucha era muy... tan... incatalogable. La falta de energía calórica de Blaze hizo que la rápida caída de Blaze al suelo le provocara un ligero mareo del que intento librarse mientras se incorporaba lentamente para no caer de nuevo a la arena mientras agitaba la cabeza de un lado a otro pero... sucedió un acontecimiento que marcaría un antes y después en la vida de Blaze. Mientras estaba a cuatro patas en proceso de erguirse... Willem... le dio... ¡UNA PATADA EN EL CULO! No fue tanto el dolor físico sino la perdida de dignidad. Un fantasma le acababa de patear el culo, eso era una completa locura. ¿¡Que clase de fantasma hace eso?!
A Blaze no le gustó nada eso, pero nada de nada y la ira empezó a apoderarse de él y eso era muy pero que muy malo. Sin poder evitarlo, se comenzó a transformar poco a poco en la bestia que era en realidad. Al cabo de unos segundos, Blaze había dejado de ser una persona para convertirse en un gigantesco hombre lobo que embistió a Willem rápida y ferozmente para destrozarlo con sus garras.
Su rival era hábil e impredecible, su estilo de lucha era muy... tan... incatalogable. La falta de energía calórica de Blaze hizo que la rápida caída de Blaze al suelo le provocara un ligero mareo del que intento librarse mientras se incorporaba lentamente para no caer de nuevo a la arena mientras agitaba la cabeza de un lado a otro pero... sucedió un acontecimiento que marcaría un antes y después en la vida de Blaze. Mientras estaba a cuatro patas en proceso de erguirse... Willem... le dio... ¡UNA PATADA EN EL CULO! No fue tanto el dolor físico sino la perdida de dignidad. Un fantasma le acababa de patear el culo, eso era una completa locura. ¿¡Que clase de fantasma hace eso?!
A Blaze no le gustó nada eso, pero nada de nada y la ira empezó a apoderarse de él y eso era muy pero que muy malo. Sin poder evitarlo, se comenzó a transformar poco a poco en la bestia que era en realidad. Al cabo de unos segundos, Blaze había dejado de ser una persona para convertirse en un gigantesco hombre lobo que embistió a Willem rápida y ferozmente para destrozarlo con sus garras.
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La patada fue un grrran éxito. Pero ahora era hora de ponerse de nuevo a la defensiva, esperando el ataque por parte del desconocido.
Después del banquete de arena, se estaba poniendo muy violento ese tío, hasta el punto de sacar a la bestia que llevaba dentro. Le estaba mostrando la pasta de la que estaba hecho. Cabían dos posibilidades: o era cierto eso de que el demonio venía a por él, o se había comido un Akuma no mi. Y por poco creíble que le pareciera, la primera opción tenía muchos puntos de ser cierta, sobretodo en el estado anímico en el que se encontraba Willem tras tantos días estando solo en aquel agujero en medio de la nada.
De hecho se estaba transformando en una especie de perro, o lobo, o algo grande que muerde y tiene uñas grandes, y además se había roto la ropa que llevaba encima. A lo mejor en otras circunstancias, de día y sin que llueva podría parecerle hasta abrazable, pero no. ¿O sí? Pues su siguiente movimiento, una vez ya transformado, fue tirarse a por Willem. ¿Quería un abrazo? Poco probable. - Ay mi madre... Suspiró. Vaya nochecita le esperaba. Aun así no pensaba rendirse, no señor. Hombre contra bestia en estado puro.
Raion se abalanzó sobre él, y gracias a las técnicas defensivas de Willem de echarse algunos pasos hacia atrás después de atacar pudo colocarse más o menos en una postura aceptable, listo para recibir la brutal embestida.
El peligro más directo y concreto eran sus garras, luego vendrían los dientes. Estaba claro: tendría que evitar un ataque directo pues tenía absolutamente todas las de perder. Rastrero-no-jutsu, ¡allá vamos!
El hombre lobo corrió de frente hacia su presa, saboreando el inminente bocado. Era una auténtica lástima no tener un estrecho acantilado donde poder esconderse, ni una lanza de madera con la cual poder atravesarle el cráneo. Tendría que improvisar. Contó mentalmente del 3 al 1 para calcular bien su siguiente movimiento, pues se estaba jugando el cuello, literalmente. Aunque lo viera venir, aquel ser era bastante más rápido de lo que estaba acostumbrado, pero aun así la jugada no le salió del todo mal. Calló al suelo de espaldas, lejos de cualquier forma en la que lo haría un verdadero caballero enfrentándose al peligro. Pero aquello le salvó la vida. Una vez estuvo en el suelo, el perro caía sobre él desde el aire. Colocó las piernas en vertical, interponiéndolas entre su cuerpo y el de Raion y empujó con todas sus fuerzas hacia arriba, para mandarlo por encima de su cabeza contra... ¡sorpresa! más arena.
Casi ni pudo incorporarse de la prisa que tenía, pues estuvo apunto de caer él mismo al suelo, pero consiguió controlar su equilibrio lo suficiente como para llegar hasta Raion y echársele encima por detrás. No penseis mal, me refiero a su espalda. Intentó agarrar con todas sus fuerzas el cuelo del bicho rodeándolo con los brazos. Había una clara ventaja táctica atacar desde atrás, los lobos, al igual que los perros o los gatos, tienen los hombros muy juntos, lo que les impide llegarse a su propia espalda con las extremidades. Con algo de suerte y perspicacia, conseguiría calmar a aquel animal y quizás razonar con él... o abandonarlo allí mismo.
Después del banquete de arena, se estaba poniendo muy violento ese tío, hasta el punto de sacar a la bestia que llevaba dentro. Le estaba mostrando la pasta de la que estaba hecho. Cabían dos posibilidades: o era cierto eso de que el demonio venía a por él, o se había comido un Akuma no mi. Y por poco creíble que le pareciera, la primera opción tenía muchos puntos de ser cierta, sobretodo en el estado anímico en el que se encontraba Willem tras tantos días estando solo en aquel agujero en medio de la nada.
De hecho se estaba transformando en una especie de perro, o lobo, o algo grande que muerde y tiene uñas grandes, y además se había roto la ropa que llevaba encima. A lo mejor en otras circunstancias, de día y sin que llueva podría parecerle hasta abrazable, pero no. ¿O sí? Pues su siguiente movimiento, una vez ya transformado, fue tirarse a por Willem. ¿Quería un abrazo? Poco probable. - Ay mi madre... Suspiró. Vaya nochecita le esperaba. Aun así no pensaba rendirse, no señor. Hombre contra bestia en estado puro.
Raion se abalanzó sobre él, y gracias a las técnicas defensivas de Willem de echarse algunos pasos hacia atrás después de atacar pudo colocarse más o menos en una postura aceptable, listo para recibir la brutal embestida.
El peligro más directo y concreto eran sus garras, luego vendrían los dientes. Estaba claro: tendría que evitar un ataque directo pues tenía absolutamente todas las de perder. Rastrero-no-jutsu, ¡allá vamos!
El hombre lobo corrió de frente hacia su presa, saboreando el inminente bocado. Era una auténtica lástima no tener un estrecho acantilado donde poder esconderse, ni una lanza de madera con la cual poder atravesarle el cráneo. Tendría que improvisar. Contó mentalmente del 3 al 1 para calcular bien su siguiente movimiento, pues se estaba jugando el cuello, literalmente. Aunque lo viera venir, aquel ser era bastante más rápido de lo que estaba acostumbrado, pero aun así la jugada no le salió del todo mal. Calló al suelo de espaldas, lejos de cualquier forma en la que lo haría un verdadero caballero enfrentándose al peligro. Pero aquello le salvó la vida. Una vez estuvo en el suelo, el perro caía sobre él desde el aire. Colocó las piernas en vertical, interponiéndolas entre su cuerpo y el de Raion y empujó con todas sus fuerzas hacia arriba, para mandarlo por encima de su cabeza contra... ¡sorpresa! más arena.
Casi ni pudo incorporarse de la prisa que tenía, pues estuvo apunto de caer él mismo al suelo, pero consiguió controlar su equilibrio lo suficiente como para llegar hasta Raion y echársele encima por detrás. No penseis mal, me refiero a su espalda. Intentó agarrar con todas sus fuerzas el cuelo del bicho rodeándolo con los brazos. Había una clara ventaja táctica atacar desde atrás, los lobos, al igual que los perros o los gatos, tienen los hombros muy juntos, lo que les impide llegarse a su propia espalda con las extremidades. Con algo de suerte y perspicacia, conseguiría calmar a aquel animal y quizás razonar con él... o abandonarlo allí mismo.
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Ese fantasma se la había vuelto a liar. Una vez más le hizo la play y se las ingenió para esquivar una embestida que podía haber supuesto el final del combate. Hábilmente, Willem se dejo caer al suelo anticipándose a la más que probable caída al suelo que se avecinaba. Una vez en el suelo y en el preciso momento en el que Blaze se abalanzó, extendió las piernas para golpear y lanzar por los aires al lobo.
A pesar del vuelo sin motor al que fue sometido Blaze, consiguió caer a cuatro patas con la agilidad felina de un gato pero Willen también reaccionó rápidamente y en lo que Blaze realizaba el aterrizaje, este se abalanzó sobre su espalda rodeando con sus brazos el cuello de la bestia. Las mujeres solían rodearlo con sus brazos también, cosa que le agradaba, pero este caso era algo distinto y no pensaba compartir la noche con Willem del mismo modo que con una de esas mozas.
Blaze dio varias vueltas sobre sí mismo, corrió velozmente haciendo eses e incluso saltó cual toro intentando hacer que Willem cayera a la arena, pero era un buen jinete. Finalmente con cada mano y sus respectivas garras agarró fuertemente a Willem por las muñecas y tras separar un poco sus brazos hacia fuera (a fuerza no le iba a ganar), lo lanzó por encima de su cabeza estampándolo contra la arena sin soltar sus muñecas clavando sus uñas para tener mas agarre para que no tuviera la opción de hacer una acrobacia o una cosa rara en el aire asegurándose de que se llevaba un buen golpe.
Rápidamente lanzó un zarpazo a su rival tendido todavía en el suelo con el fin de rematar la faena, no para matarlo, pero al menos para dejarlo fuera de combate. Blaze esperaba que la rapidez de su ataque más la posible conmoción que sufría su rival tras el impacto contra el suelo, no tuviera tiempo para reaccionar lo suficientemente rápido y usar de nuevo alguna técnica estilo croqueta no jutsu, marca registrada de Willem.. y sí, esta vez se aseguró de que no lo desestabilizaran como la última vez haciendo fuerza con las piernas para "clavarse" al suelo lo máximo posible y convertirse en un bastión.
A pesar del vuelo sin motor al que fue sometido Blaze, consiguió caer a cuatro patas con la agilidad felina de un gato pero Willen también reaccionó rápidamente y en lo que Blaze realizaba el aterrizaje, este se abalanzó sobre su espalda rodeando con sus brazos el cuello de la bestia. Las mujeres solían rodearlo con sus brazos también, cosa que le agradaba, pero este caso era algo distinto y no pensaba compartir la noche con Willem del mismo modo que con una de esas mozas.
Blaze dio varias vueltas sobre sí mismo, corrió velozmente haciendo eses e incluso saltó cual toro intentando hacer que Willem cayera a la arena, pero era un buen jinete. Finalmente con cada mano y sus respectivas garras agarró fuertemente a Willem por las muñecas y tras separar un poco sus brazos hacia fuera (a fuerza no le iba a ganar), lo lanzó por encima de su cabeza estampándolo contra la arena sin soltar sus muñecas clavando sus uñas para tener mas agarre para que no tuviera la opción de hacer una acrobacia o una cosa rara en el aire asegurándose de que se llevaba un buen golpe.
Rápidamente lanzó un zarpazo a su rival tendido todavía en el suelo con el fin de rematar la faena, no para matarlo, pero al menos para dejarlo fuera de combate. Blaze esperaba que la rapidez de su ataque más la posible conmoción que sufría su rival tras el impacto contra el suelo, no tuviera tiempo para reaccionar lo suficientemente rápido y usar de nuevo alguna técnica estilo croqueta no jutsu, marca registrada de Willem.. y sí, esta vez se aseguró de que no lo desestabilizaran como la última vez haciendo fuerza con las piernas para "clavarse" al suelo lo máximo posible y convertirse en un bastión.
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Su última maniobra digna de un rodeo no acabó tan bien como esperaba. Al final, tras dar brincos como un toro encabritado el lobo consiguió quitarse al borracho de encima como si fuera un trapo. De forma brusca y tras un mortal hacia delante, su culo acabó en el mojado suelo. Pero ser un fantasma tenía ciertas ventajas, como por ejemplo la de no sentir dolor. Todavía no sabía si eso tenía consecuencias o no, y por ahora no tenía ganas de averigüarlo.
Por suerte, la bestia soltó uno de sus brazos para sacar las tripas de Willem a relucir bajo la lluvia. Y digo por suerte porque eso le permitió ejecutar una maniobra evasiva que tanto le gustaban, lo malo de aquel plan es que el otro brazo seguía atrapado, y al apartarse de la trayectoria de la zarpa se clavó una uña en el antebrazo. La sensación era bastante desagradable, sentir como se adentraba en su piel, pero al menos no dolía.
Tenía más que claro que eso era jugar con fuego. Al fin y al cabo uno no muere por el dolor, sino por la herida. Tratando de mover ese brazo lo menos posible se dobló por la cintura y con todas sus fuerzas, pataleó la cara de aquel bicho inmundo. Esperaba que aquello lo ahuyentaría y al menos le permitiría alejarse de nuevo algunos pasos para pensar en una nueva ofensiva, o incluso esta ve sacar la espada y acabar con él de una vez. Pero el problema era que no cedía. Había dos posibilidades: o era inmune al dolor igual que él, o simplemente era lo suficientemente fuerte como para resistir aquellos golpes, y solo para tranquilizarse se decantaba por la segunda opción. Enfrentarse a alguien como él pero notablemente más fuerte, más rápido y más feroz que él no tenía ninguna gracia ni le daba demasiadas opciones para sobrevivir. A no ser...
... A no ser que consiguiera herirle el orgullo tanto que baje la guardia por hacer alguna estupidez confiada. De nuevo volvió a patalear la cara para ganar algo de tiempo. Sabía que aquello no haría más que enfurecerle, y en cierta medida eso mismo era lo que quería. Pero la cosa no acabó ahí.
- ¿Qué pasa, sucio pulgoso? ¿Demasia'o refinado pa' mancharte la cara de sangre, eh? Con la mano libre cogió un buen puñado de arena, y una vez más se la arrojó a la cara - Prefieres esto, ¿verda'? ¿Te gusta? ¿Eh? Repitió el proceso dos veces más a toda prisa. Eso tenía que ser suficiente. Tenía que serlo. Se la estaba jugando demasiado, pero en esos casos era un todo o nada.
Esperaba que se acercase más, esperaba que se confiara y bajara la guarda, era la única oportunidad que le quedaba... Hasta que "click".
Por suerte, la bestia soltó uno de sus brazos para sacar las tripas de Willem a relucir bajo la lluvia. Y digo por suerte porque eso le permitió ejecutar una maniobra evasiva que tanto le gustaban, lo malo de aquel plan es que el otro brazo seguía atrapado, y al apartarse de la trayectoria de la zarpa se clavó una uña en el antebrazo. La sensación era bastante desagradable, sentir como se adentraba en su piel, pero al menos no dolía.
Tenía más que claro que eso era jugar con fuego. Al fin y al cabo uno no muere por el dolor, sino por la herida. Tratando de mover ese brazo lo menos posible se dobló por la cintura y con todas sus fuerzas, pataleó la cara de aquel bicho inmundo. Esperaba que aquello lo ahuyentaría y al menos le permitiría alejarse de nuevo algunos pasos para pensar en una nueva ofensiva, o incluso esta ve sacar la espada y acabar con él de una vez. Pero el problema era que no cedía. Había dos posibilidades: o era inmune al dolor igual que él, o simplemente era lo suficientemente fuerte como para resistir aquellos golpes, y solo para tranquilizarse se decantaba por la segunda opción. Enfrentarse a alguien como él pero notablemente más fuerte, más rápido y más feroz que él no tenía ninguna gracia ni le daba demasiadas opciones para sobrevivir. A no ser...
... A no ser que consiguiera herirle el orgullo tanto que baje la guardia por hacer alguna estupidez confiada. De nuevo volvió a patalear la cara para ganar algo de tiempo. Sabía que aquello no haría más que enfurecerle, y en cierta medida eso mismo era lo que quería. Pero la cosa no acabó ahí.
- ¿Qué pasa, sucio pulgoso? ¿Demasia'o refinado pa' mancharte la cara de sangre, eh? Con la mano libre cogió un buen puñado de arena, y una vez más se la arrojó a la cara - Prefieres esto, ¿verda'? ¿Te gusta? ¿Eh? Repitió el proceso dos veces más a toda prisa. Eso tenía que ser suficiente. Tenía que serlo. Se la estaba jugando demasiado, pero en esos casos era un todo o nada.
Esperaba que se acercase más, esperaba que se confiara y bajara la guarda, era la única oportunidad que le quedaba... Hasta que "click".
Raion Blaze
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Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
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Akuma no mi
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El maldito fantasma se le había vuelto a escapar con otro movimiento digno de de considerarse un movimiento estrella como la croqueta no jutsu aunque al menos esta vez se había llevado una herida de guerra, las zarpas de la bestia hincadas en su muñeca aunque no parecía afectarle demasiado.
Blaze empezaba a desquiciarse. El fantasma parecía que no podía contra el puesto que prácticamente solo se defendía de sus ataques o los esquivaba, pero es que lo esquivaba todo y empezaba a estar agotado. Poco tardo el fantasma en romperle los esquemas a Blaze, pues no se esperaba que contraatacara pateándole la cara un par de veces aunque esto no hizo retroceder a la bestia la cual fue capaz de soportar los golpes sin apenas tambalearse pero esos ataques lo hicieron enfurecer un poco.
Al cabreo que tenía entre que no conseguía acertar un golpe al maldito fantasma y el pataleo al que había sometido aunque no hubiera recibido daño, se le sumó que Willem comenzó a pincharlo, en el sentido metafórico de la frase. Comenzó a tirarle arena y mas arena lo que enfureció bastante a Blaze. Era hora de acabar con esa pelea. La bestia alzó su brazo libre (con el que no estaba agarrando a Willem) para asestar un arañazo mortal a la garganta de su presa.
Durante el movimiento pudo escuchar un "click" ¿una pistola? En efecto, Willem puso el cañon de su pistola en la barbilla de Blaze, a su vez este paro su ataque cuando oyó dicho sonido. La gargante estaba cerca, muy cerca de las garras de Blaze, tanto que podía notar el roce de la uña con el cuello de Willem. Dada la situación, sería muy sencillo acabar con la vida del fantasma, tan sencillo como hacer un leve movimiento con el dedo que originara un pequeño pero mortal corte en su garganta lo que acabaría por desangrarlo y matarlo, pero era exactamente el mismo movimiento que debía hacer Willem para apretar el gatillo y atravesar la cabeza de Blaze con una bala. La pregunta del millón era, ¿sería Blaze capaz de regenerar una herida de esa magnitud? Las posibilidades eran pequeñas, ínfimas incluso, pero las había.
Tras unos breves segundos en los que ninguno de los oponentes movió ficha, Blaze decidió retirar su garra del cuello de Willem y se alejó un par de pasos volviendo a su forma humana dando a ver que el combate había finalizado. Es cierto que podría haber sobrevivido pero no estaba dispuesto a averiguarlo, tenía un objetivo mayor en la vida que acabar con un fantasma demente solitario en una isla dejada de la mano de Dios. Debía conseguir el One Piece, y no iba a arriesgarse a fracasar en su misión por aquello.
Se acercó a la barca en la que llegó que por suerte aún seguía ahí, la marea se había apiadado de su alma y no se la había llevado mar adentro. Cogió un pequeño trozo de pan y una cantimplora en la que apenas quedaba un dedo de agua. Necesitaba ingerir comida y bebida, llevaba tres días sin alimentarse y aquella pelea lo había dejado exhausto, no sabía como había conseguido aguantar tanto tiempo combatiendo, encima transformado. Tras cubrir sus necesidades básicas, se sentó en la arena recostando su espalda en la fría madera de la barca sin quitarle el ojo de encima a Willem, no se fiaba ni un pelo de él.
Blaze empezaba a desquiciarse. El fantasma parecía que no podía contra el puesto que prácticamente solo se defendía de sus ataques o los esquivaba, pero es que lo esquivaba todo y empezaba a estar agotado. Poco tardo el fantasma en romperle los esquemas a Blaze, pues no se esperaba que contraatacara pateándole la cara un par de veces aunque esto no hizo retroceder a la bestia la cual fue capaz de soportar los golpes sin apenas tambalearse pero esos ataques lo hicieron enfurecer un poco.
Al cabreo que tenía entre que no conseguía acertar un golpe al maldito fantasma y el pataleo al que había sometido aunque no hubiera recibido daño, se le sumó que Willem comenzó a pincharlo, en el sentido metafórico de la frase. Comenzó a tirarle arena y mas arena lo que enfureció bastante a Blaze. Era hora de acabar con esa pelea. La bestia alzó su brazo libre (con el que no estaba agarrando a Willem) para asestar un arañazo mortal a la garganta de su presa.
Durante el movimiento pudo escuchar un "click" ¿una pistola? En efecto, Willem puso el cañon de su pistola en la barbilla de Blaze, a su vez este paro su ataque cuando oyó dicho sonido. La gargante estaba cerca, muy cerca de las garras de Blaze, tanto que podía notar el roce de la uña con el cuello de Willem. Dada la situación, sería muy sencillo acabar con la vida del fantasma, tan sencillo como hacer un leve movimiento con el dedo que originara un pequeño pero mortal corte en su garganta lo que acabaría por desangrarlo y matarlo, pero era exactamente el mismo movimiento que debía hacer Willem para apretar el gatillo y atravesar la cabeza de Blaze con una bala. La pregunta del millón era, ¿sería Blaze capaz de regenerar una herida de esa magnitud? Las posibilidades eran pequeñas, ínfimas incluso, pero las había.
Tras unos breves segundos en los que ninguno de los oponentes movió ficha, Blaze decidió retirar su garra del cuello de Willem y se alejó un par de pasos volviendo a su forma humana dando a ver que el combate había finalizado. Es cierto que podría haber sobrevivido pero no estaba dispuesto a averiguarlo, tenía un objetivo mayor en la vida que acabar con un fantasma demente solitario en una isla dejada de la mano de Dios. Debía conseguir el One Piece, y no iba a arriesgarse a fracasar en su misión por aquello.
Se acercó a la barca en la que llegó que por suerte aún seguía ahí, la marea se había apiadado de su alma y no se la había llevado mar adentro. Cogió un pequeño trozo de pan y una cantimplora en la que apenas quedaba un dedo de agua. Necesitaba ingerir comida y bebida, llevaba tres días sin alimentarse y aquella pelea lo había dejado exhausto, no sabía como había conseguido aguantar tanto tiempo combatiendo, encima transformado. Tras cubrir sus necesidades básicas, se sentó en la arena recostando su espalda en la fría madera de la barca sin quitarle el ojo de encima a Willem, no se fiaba ni un pelo de él.
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- [privado] Descubriendo aliados. Vagando por el cuartel. (Privado Nocturne y León Zaid)
- [Privado][Pasado] Un alto en el camino. [Privado: Azuka & Nocturne93]
- [Pasado][Privado] Relajándose en el cuartel (Privado Nocturne93 & Gusi)
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