(Privado)(pasado)Karl y Arlong Un pistolero entre espadachines.

Turnos: Arlong Karl(Edito los turnos por la inmensa creatividad de Karl xD)

Isla: Shimotsuki

Mar: East blue

Arlong: Me dirigía a la isla Shimotsuki, una isla sin nada en particular, excepto un dojo en medio de la nada, donde muchos espadachines ponen su alma en entrenar a diario lo que para mí es imposible, debido a que creo que siempre hay corrupción en algún lugar, gracias a eso uno de mis contactos en la marina supe que en ese dojo habían negocios sucios que debían ser solucionados con su respectiva recompensa claro, mi contacto me dijo que un marine llamado Karl podría ayudarme en mi misión aunque no era segura su aparición, ni mucho menos sus ganas de cooperar tampoco su aspecto físico me era conocido, aún así acepté la misión después de todo necesitaba pasta y este trabajo podría dármela.

Me pude infiltrar gracias a mis dotes de espía o eso creía, no estaba muy seguro pero por supuesto nadie se había percatado de mi presencia, sería peligroso que vieran a algún forastero merodeando cerca, aunque por si las moscas, para reconocer a mi contacto en la isla llevaba un permiso dado por mi ''amigo'' así podría reconocerle sin dudar si llegaba a toparme con él, aunque tampoco me esperaba hacerlo claro. Cuán reptil me arrastraba por el terreno forestal sin menear mucho la vegetación, sintiendo los insectos arrastrarse por mi cuerpo algo que solo me daba un camuflaje mayor.

Tras varias horas arrastrándome llegué a lo que parecía ser ese dojo así que establecí mi puesto de control, observando de lejos los movimientos que allí habían, al tiempo por fuera todo parecía normal, lo que me frustro, estuve algo frustrado hasta que llegó la noche y observé que habían discontinuidades en las salidas de los guardias del dojo, entonces me supuse que algo iba mal, hasta no encontrarme con mi contacto no podía saber los detalles exactos, si no le veía solo me quedaría explorar por mi cuenta, hecho este racionamiento fui a comer algo a la espera de nuevos sucesos.

A Karl le habían encargado eliminar una red de corrupción en Shimotuski. Era irónico que a un oficial corrupto como él le encargasen una misión semejante. Obviamente había sido así porque desconocían los negocios sucios de Karl (Aunque cierto era que llevaba un tiempo sin realizar ninguno). Tal vez este era un buen momento para volver al mercado: acabaría con la red de corrupción, y en las sombras, crearía la suya propia extorsionando y sobornando a los funcionarios corruptos. Karl sonrió.

Observó el puerto de Shimotsuki desde el barco. Era un puerto pesquero pequeño, nada en especial. Todas las embarcaciones eran de un tamaño mucho menor que el imponente navío de guerra de la Marina. El imponente marine iba de pie sobre el mascarón de proa. Era un hombre alto, de casi dos metros de altura, fornido y de piel bronceada. Su pelo, castaño, iba peinado hacia atrás, y las patillas le llegaban a la mandíbula juntándosele con la barba. Iba vestido con una chaqueta blanca de oficial, pantalones y zapatos del mismo color y una camiseta negra de asas. Sin embargo, el rasgo que más destacaba era el parche negro que le cubría el ojo izquierdo. En los bordes del parche se veía sobresalir piel quemada, lo que daba a entender qué había pasado con su ojo.

Cuando se acercaron al puerto, Karl dio un potente salto y llegó hasta el pantalán, haciendo que este se agitase al caer en él. Salió de este y caminó hacia el centro del pueblo. No sabía dónde encontrar al tal Arlong, así que probó en la primera taberna que encontró. Efectivamente, era su día de suerte. Un hombre corpulento de pelo corto estaba sentado en una mesa. Concordaba con la descripción que le habían dado de él, y por su ropa, no era un lugareño. El enorme oficial caminó hasta su mesa y se sentó sin esperar a que le invitasen a ello.

- El señor Schwarzeneger, ¿me equivoco? - dijo, en tono serio.

Entrecruzó sus dedos y miró a su alrededor, comprobando que nadie les escuchaba. Entonces volvió a mirar al hombre y le dijo:

- Yo soy Quimera Karl. Probablemente ya has oído hablar de mi. Me envía el alto mando del East Blue.

Pronunció el "probablemente ya has oído hablar de mi" con altanería. Estaba profundamente orgulloso de su fama. Gracias a sus hazañas navegando como capitán de la Brigada Disciplinaria, y posteriormente en solitario, había ganado una gran fama de oficial combativo y poderoso. Los relatos de sus acciones ya se escuchaban incluso en el Paraíso.

Y allí estaba tomando uno de mis helados favoritos, de fresas con nata mientras un hombre con una voz seria e imponente me dirigió la palabra, tenía aires de grandeza en sí mismo por su tono, pero me había pasado mucho tiempo combatiendo como para conocer bastante del mundo últimamente, pero se notaba en el aire que no era un marine que servía completamente a la justicia, era un presentimiento mas que nada, pero se lo olía a kilómetros de distancia un olor muy familiar, a sangre y pólvora, un olor que nos hace casi inhumanos, bestias que tiramos nuestra humanidad ya sea por beneficio propio o para sobrevivir, me gustó bastante ese aspecto suyo por que en cierto modo nos parecíamos aunque no me importó en absoluto lo que hiciera o quien fuera, teníamos trabajo que hacer aunque pensé que podría ser el inicio de una buena amistad.

Mirando a sus ojos me levanté, mi altura no era muy distante entre los dos, solo media un poco más, le tendí la mano y dije - Un placer conocerle señor Karl, mis amigos me llaman Arlong

Me giré y pedí otro helado de fresas con nata para mi acompañante, esperaba impaciente la información que tenía para mí sobre la red de contrabando y el plan que teníamos que tratar mucho mejor si tiene planos del lugar, por que así podríamos evitar combate e entrar y salir rápida y limpiamente.

El hombre llamado Arlong le invitó a un helado. Karl lo miró con cierta cautela y lo probó. No era fan de aquella clase de alimentos. Solía ser mucho más tradicional con la comida. De todos modos estaba bueno, sabía dulce, aunque estaba muy frío. Tomó un poco por cortesía y fue directo al grano. Se sacó una subcarpeta del interior de la chaqueta con los símbolos del Gobierno Mundial y el Cipher Pol, y empezó a sacar documentos de esta.

- El CP2 ha estado investigando previamente la zona. Tenemos planos de varios edificios, nombres de implicados y sospechosos. Todo apunta hacia un nombre: Akito Shimoto, funcionario local, encargado de registrar la mercancía de los barcos mercantes. Al parecer dirige una operación de tráfico de drogas y armas, las cuales sospechamos que transporta el empresario local Shuko Zaricovich, originario del North Blue, de Baltigo. Zaricovich negocia con aceite de girasol supuestamente. Es todo una tapadera para su auténtico negocio. Nos llegará con el testimonio de un par de implicados y alguna prueba para enchironarlos a ambos. Y al parecer, hay gente del dojo implicada, pero no tengo claro cómo ¿alguna idea de por dónde empezar?

Mientras hablaba, Karl había ido sacando documentos, fotos de sujetos, y fichas de lo investigado por los agentes del CP2 acerca de los implicados. El CP era muy meticuloso en sus investigaciones. Ahí había suficiente material para encerrar a bastantes implicados, pero hacerlo significaría alarmar a Zaricovich y Shimoto, los cuales escaparían de Shimotsuke en cuestión de horas. Y sin una buena excusa, no podrían arrestarlos. Tras terminar su explicación, Karl fingió mirarle, pero estaba vigilando por el rabillo del ojo a un hombre que no les sacaba ojo de encima. El marine sospechaba que era un agente de Zaricovich o de Shimoto, y no pensaba dejarle escapar.

Allí sentado estaba escuchando la información del marine Karl mientras yo mismo estaba tranzando un plan, es algo que me enseñaron en el ejército: pensar rápido, adaptarse, sobrevivir unas bases fundamentales con las que me ha ido bastante bien pero aún así dejando de pensar en lo mío por un momento me fijé en los músculos de Karl, estaban muy tensos como si sintiera algún peligro alrededor sus músculos faciales estaban algo fruncidos también y su mirada estaba ligeramente ida hacia mi izquierda, todo esto lo pude ver gracias a esta nueva CPU aún en ese entonces no sabía utilizarla muy bien por que era bastante reciente, pero la coordinación que daba entre mis músculos y cerebro era increíble.

Karl me seguía dando los planos e imágenes obtenidas por el CP2 mientras yo me acababa mi helado de fresa a un ritmo bastante ligero. Intentaba deducir donde estaría el supuesto hombre sin llamar mucho la atención claro está en ningún momento me giré por que sería sospechoso.

Así que interrumpí a Karl con un guiño, me puse mis gafas de sol y escribí en el reverso de una de las imagenes : Tengo un plan para entrar, quien es el sospechoso abriendo ligeramente mi chaqueta y teniendo la mano cerca de mi winchester e inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás esperé la respuesta del marine.

Karl captó la señal de Arlong, y vio lo que había escrito disimuladamente. Fingió que se abría la chaqueta para sacar más documentos, pero activó su Kuro no Arm, que le permitía moldear su brazo a voluntad. Estaba colocado de tal manera que su mano no estaba a la vista del espía, así que empleó su técnica. Su mano se puso negra repentinamente, y sobre su piel aparecieron unas letras en relieve sobre esta: sombrero marrón de ala ancha, en la mesa de mi derecha. Tras eso desactivó su Kuro no Arm y sacó otro documento.

- Aquí tenemos unos planos del pueblo, podrían sernos útiles.

Miró de nuevo disimuladamente al hombre. Parecía haberse olido algo, porque había llamado al camarero para pagar su cuenta. Karl esperó a la señal de Arlong, pero por si acaso mientras comenzó a concentrar energía en su mano izquierda, la cual reposaba sobre sus piernas, bajo la mesa. Si intentaba irse no se quedaría quieto.

Karl sonrió para sus adentros ante la ocurrencia de Arlong, y se levantó, aproximándose al hombre que gimoteaba en el suelo mientras sangraba profusamente por la rodilla. Ahora sólo quedaba llevárselo al cuartel para interrogarlo. Recogió los documentos de la mesa, los guardó en la carpeta y esta en su chaqueta. Tras esto sacó su identificación de la Marina.

- Lion D. Karl, teniente segundo de la Marina y primer oficial de la Unidad Océanica. En nombre de la autoridad que me ha sido conferida por el Gobierno Mundial, quedas arrestado.

Se sacó unas esposas de la chaqueta y se las puso al hombre, con las manos a la espalda. Tras eso lo agarró por el cuello, lo puso en pie y lo llevó fuera del edificio. Fueron hasta el cuartel local de la Marina, un edifico pequeño de dos plantas con un sótano. Karl entró con paso firme. Los marines se cuadraron ante él.

- Abridme el sótano, reclutas.

Uno de estos fue a abrir la trampilla, tras lo cual el marine tiró escaleras abajo al hombre. Le hizo una señal a Arlong y comenzó a bajar por las escaleras.