Del mar a tierra y de tierra al mar(privado-pasado)(Sweet-Arlong)

Llevaba varios días navegando por el inmenso mar sin encontrar una isla, era navegante tenía buen sentido de la orientación pero me gustaba perderme, hasta que al fin logré divisar una isla a lo lejos, me fui adentro y comencé a mirar los mapas para saber las coordenadas, esa isla era Jaya y era perfecta porque solían ir los piratas y seguramente no habría ningún marine con el que meterme en problemas, como en la anterior isla Baterilla, creo que no volveré a pisarla por algún tiempo.

Me dirigí hacia allí a toda velocidad, tenía el viento a favor y más o menos en una hora llegué a la isla, desembarqué y observé el muelle era todo bastante tranquilo para ser una isla de piratas, me decidí adentrar un poco más adentro a la ciudad.

Y allí yo estaba, en una  taberna, igual que hacer unos años donde conocí al aquel marine corrupto, tengo buenos recuerdos de aquellos días, siento nostalgia la verdad, esos días en albergues para mayor.... en fin... muchos recuerdos, ahora que recuerdo, los albergues necesito encontrar una buena señorita, ese feeling, ese love que se siente, ah! que buenos recuerdos.

Mientras seguía tomando mi Vodka de caramelo con redbull, notaba cierta hostilidad en el ambiente olvidaba que en jaya todos eran piratas, seguro que mi indumentaria les debió de alertar por algún motivo, o quizás fuera mi musculatura, a saber, el caso es que tres de ellos tomaron iniciativa.

Sin terminar mi bebida intentaron atacarme, eso era algo imperdonable para quien quiera que fuera, desperdiciar el alcohol, al primero que se acercó pude alcanzarle el brazo y hacerle una luxación de brazo y desarmarlo, no quería sangre por lo tanto me defendí con mi estilo de luchan. Mientras uno estaba con el brazo luxado los otros vinieron a golpearme del mismo modo torpe, así que con una sucesión de dos golpes al primero y un barrido, el cual los derribó a los dos cayeron inconscientes, me preocupaba por que todo esto estaba causando mucho alboroto, me preocupaba que alguien viniera quería un día tranquilo no el día que me estaba buscando a golpes.

Los piratas  de poca monta seguían viniendo y causando mucho alboroto, me preocupaba tener que usar mi arma, con el tiempo me fui cansando por que no paraban de venir, así que desenfunde mi arma y di un disparo al aire que resonó a varias manzanas de donde estaba.

Me había adentrado en la isla dispuesta a ver que había, observaba a todos los piratas me pareció ver algunas mujeres piratas peleándose pero pasé de largo, cuando ya iba por el centro de la ciudad había un montón de tabernas, demasiadas diría yo ninguna me llamaba la atención simplemente me fijé en el cartel de una y me quedé mirando si entraría en esa, se oían bastantes golpes supongo que habría y cuando oí la puerta oí varios tiros, se estaba armando una buena aí dentro y quería ver que pasaba.

Cuando entré vi a un montón de piratas y a un joven con una pistola, yo pasé e largo y me fui a sentar a una mesa alejada de todo el ruido, veía como casi todos los piratas iban seguido hacia ese hombre así que decidí acercarme hasta allí.

-Veo que debes ser un cazador-le pregunté con una sonrisa desafiante-deberías buscar otro lugar o lo pasarás mal, te lo digo como buena persona.

Cuando tenía mi mirada concentrada en quien intentaría atacarme con mi mano alzada hacia el hueco de mi único disparo  no soy de los que desperdician munición, pero el caso es que oí una voz amenazarme, lo raro es que era una voz femenina, cuando giré la mirada hacia ella mi fijé en que era una mujer pelirroja con ''grandes atributos'' me gustaba bastante ese carácter suyo era la primera mujer con la que estaba que me hubiera amenazado ni muchos menos que me hubiera dado ordenes lo cierto es que me ponía.

Enfunde mi arma y sonreí y solté una leve carcajada lo cierto es que todos los piratas de alrededor parecían asustados, no por mí ni por ella, solo por no comprender la situación, me la soplan las amenazas de las personas sea de el hombre más viril del mundo o de la mas bella señorita, esas emociones de terror ya no forman parte de mí, pero la de esta aparte de gustarme me entretuvo, despertó mi dormida curiosidad y dije con caballerosidad:

-Preferiría no herir a una señorita tan bella, mas mía no es la culpa de este.. ''malentendido'' aunque si quiere podemos discutir el asunto en un lugar mas tranquilo.

Con mis gafas de sol en la mano y poco después en mi cara miraba fijamente a la ''humilde señorita'' que tenía frente a mí esperando cuál fuere su respuesta, esto prometía ser interesante.

Yo seguía mirando sonrientemente a aquel joven el me dijo que no era el causante, yo le creía pero un cazador en isla de piratas era bastante tentador no meterse en problemas y dije sonriendo:

-Claro podemos ir a otro sitio, por que no creo que salga muy bien de aquí-le dije mirando a los piratas- se de un sitio en donde no tendrá problemas-sonreí.

En ese momento cogí mi espada de mi silla y me dirigí hasta la puerta y le dije mirándole a los ojos:

-¿Vienes o no?

Mientras estaba en la puerta esperando a que me contestara, pensé una pirata de paseo junto a un cazador esto se estaba poniendo divertido.