[Privado] (Teravan Finger-Bullet y Yo) Respeto por los ancestros.

-Entonces el rey gritó, gritó... su cabeza rodó, rodó... una pica la alcanzó, alcanzó... y las almenas adornó, adornó... Entonces la reina gritó, gritó... su cabeza rodó, rodó...

La grotesca, desafinada y totalmente carente de ritmo melodía que entonaba aquel ser no era lo más extraño de el. Era gordo y no demasiado alto, su piel era amarillenta y estaba llena de pequeños bultos. Era, obviamente, un Gyojin.

Kiroi estaba en aquella isla porque había escuchado que se podían ver fantasmas en aquel lugar. Kiroi estaba convencido de que sería alguien haciéndose pasar por ellos, o algo así, por lo que decidió matar a esa persona para pasar el rato. Pero no conocía aquella isla, así que se dedicaba a avanzar por las calles de los pueblos y ciudades cantando su macabra melodía.

-... una pica la alcanzó, alcanzó... y las almenas adornó, adornó... Entonces la princesa gritó, gritó...

Teravan caminaba por la calle con una amplia sonrisa. Giró una esquina y vio a un extraño personaje entonar una canción bastante entretenida. La melodía era pegadiza, así que se quedó a escucharla Y en un par de minutos estaba cantándola con el músico.

Vio como un par de hombres le abucheaban, se comió unos cuantos dardos tranquilizantes y se acercó a ellos por detrás, mientras seguía cantando. Y en cuanto volvieron a abrir la boca les disparó un dardo a cada uno a la altura del cuello, sin que nadie más lo viese. Para ocultar las pruebas les arrancó los proyectiles y se los guardó en el bolsillo. Mientras los dos hambres caían dormidos.

Se volvió a sentar donde estaba mientras cantaba la canción con el hombre. La voz de Teravan no era muy musical, pero a él le gustaba cómo sonaba, y se alguien pretendía quejarse, tenía un buen arsenal de dardos.

Una vez terminada la canción se acercó a quien la había cantado para felicitarle.

- Gran pieza, hacía tiempo que no escuchaba a alguien cantar tan bien. - dijo con una sonora carcajada. - Mi nombre es Teravan, Teravan Zallen. ¿Cómo te llamas, músico?

-Mi nombre es Kiroi, Kiroi Kotei y es la primera vez que alguien me felicita por esta canción, Teravan. Hay gente que, simplemente, no tiene oído musical para apreciar el auténtico arte... Jajajaja.

Mientras Kiroi hablaba, observó con detenimiento a Teravan. Sin duda alguna parecía fuerte, lo bastante como para resultar entretenido y desafiante, puede que hasta peligroso. Kiroi se levantó con fingida torpeza y le dedicó a Teravan una gran sonrisa.

-Me caes bien, amigo. Te invito a algo, si encontramos un maldito bar en esta isla de espiritistas locos, claro.

- Por supuesto, será un placer. - dijo el tirador con una gran sonrisa, estaba realmente animado después de esa canción.

Condujo a su compañero a una de las pocas tabernas. Bueno, hoy en día a todo se le llama taberna, ¿no es cierto? Eso era más bien un tugurio infecto, propio de un criadero de ratas más que de un bar. Mas no había mucho donde elegir, por lo que entraron, se fueron a la barra, se sentaron y pidieron un par de cervezas.

Teravan miraba a aquel tipo mientras hablaban y bebía su veneno. Una voz en su interior decía que no era de fiar, que estuviese alerta. No sabía el por qué de esa sensación, pero no bajó la guardia por si las moscas. Se dio la vuelta un momento, haciendo como que tosía, mientras ingería disimuladamente unas cuantas balas y dardos.

Kiroi era un juerguista y estaba medio loco, pero seguía siendo un miembro de la Cipher Pol. Desde el momento en el que su nuevo "amigo" se le había acercado, sospechó de el. Nadie en su sano juicio se acercaría a un enorme Gyojin borracho y, evidentemente, perturbado. Pero no sería el quien iniciaría el combate, al menos, no por ahora. Tenía otras formas de entretenerse.

-Oye, beber está bien, pero así es un poco soso. ¿Que te parece si jugamos al yo nunca? Supongo que conocerás el juego... Por favor, claro que si, todo el mundo conoce ese maldito juego. Bueno, empiezas tu, amigo.

Teravan miró de reojo a su compañero, conocía el juego, pero no le gustaba que la gente supiese cosas sobre su pasado, sobre todo si se trataba de desconocidos. No se fiaba de las intenciones de aquel tipo. Pero decidió que no había de tomarse tantas precauciones, por lo tanto decidió empezar el juego.

- Yo nunca he tomado cerveza aguada. - Bebió un trago - Hasta ahora.

Kiroi rió con ganas mientras bebía un trago. No se fiaba de aquel sujeto, pero no podía negar que era divertido.

-Yo nunca he arruinado la boda de alguien...- Bebió otro trago- De mi propia familia.

Teravan bebió un trago, aún recordaba aquel catastrófico acontecimiento. Estaban celebrando la boda de su hermano, al estilo de Trevis. Con una salva de disparos iniciando una cacería donde la feliz pareja iba delante. Normalmente todo terminaba en una masacre de piratas, ya que se encontraban alguno en el bosque. Pero ese no fue el caso. Lo que pasó fue que Teravan, en el banquete posterior, dio sin querer a un nido de abejas. Con el consiguiente jocoso resultado.

- Ah, buenos tiempos, buenos tiempos - dijo animado. - Yo nunca he traicionado a ningún amigo. - dijo, esta vez, sin beber ningún trago.

Kiroi escrutó el rostro de su compañero bebedor sin alzar la jarra tras su último comentario. Parecía que decía la verdad. Kiroi nunca había sido una persona especialmente leal, pero nunca había llegado a considerar a nadie un compañero, por eso no bebió.

-Bueno, esto se va animando... Yo nunca he jugado al yo nunca con alguien de quien desconfío.- Kiroi no cogió la jarra inmediatamente, sino que esperó un segundo para ver si su "amigo" lo hacía. Sucediera lo que sucediera, tras un par de segundos, el bebería un largo trago.

Teravan pensó en qué hacer, los amigos con los que había jugado a ese juego eran de confianza, pero con el que estaba en ese momento no lo era en absoluto. No le gustaba por donde estaba derivando el juego. Bebió un trago para no estar demasiado tiempo pensando. Casi inmediatamente, su compañero tomó otro largo trago.

Escrutaba la mirada del músico, intentando averiguar si se refería a él su última acción o si hubo más ocasiones. Decidió no darle muchas vueltas y seguir con el juego. Se dio la vuelta haciendo que tosía e ingiriendo un poco más de munición, por si acaso.

- Yo nunca he peleado contra un hombre pez - dijo con una sonrisa irónica en la cara.

Kiroi se dio cuenta de la fingida tos de Teravan, pero no vio que hacía al girarse. Aquello era la prueba definitiva de que se fiaba tan poco del Gyojin como este de él. Entonces Teravan hizo la referencia a los Gyojin y Kiroi se terminó la jarra de aguada cerveza. Si no hubiera estado tan aguada, habría supuesto un problema a la hora de luchar, pero aquel brebaje apenas si tenía alcohol.

-Jajaja, he machacado a tantos engendros marinos que no puedo ni contarlos. Es curioso que yo haya luchado contra tantos y tu contra ninguno ¿no crees? Tal vez quieras remediarlo, Teravan Zallen. Después de todo... ¿Para que están los amigos si no para ayudarse mutuamente? Jajajaja.

Sin esperar la respuesta de Teravan, Kiroi salió de la taberna con paso decidido, dando la espalda a Teravan sin miedo. Si el hombre trataba de atacarlo por la espalda, Kiroi no tendría piedad de el pero, por alguna razón, creía que aquel hombre no haría algo así. Aunque Kiroi nunca se había fiado demasiado de su instinto, por lo que avanzaba alerta.

Teravan escuchó con interés lo que decía el gyojin, se le veía confiado. A lo mejor lo tomaba como el resto de los marines. Gran error por su parte. Vio cómo le daba la espalda y salía por la puerta. Realmente estaba muy confiado.

Se terminó su cerveza con calma y se levantó de la silla. Cogió cuatro limones y se bebió su jugo. Ácido, muy ácido, le gustaba... Se pasó una mano por su cabellera roja y, sin prisa, se puso su chaqueta de marine. Acto seguido se acercó con paso lento a la puerta.

Al salir vio a su contrincante esperándole. Se le veía ansioso por combatir. Él no fue menos y se preparó. Esas balas de su estómago ya estaría empapadas en el ácido cítrico de los limones. Si ese personaje tenía las mismas características que un pez, lo pasaría realmente mal.

Cogió su fusil, lo cargó y se preparó para ejecutar el Bang n' Run. Disparando mientras ejecutaba movimientos evasivos para alejarse.

Su ahora rival salió con calma del tugurio y agarró su fusil. Aquello no era algo bueno. Kiroi tenía que evitar matar marines en la medida de lo posible y, por si eso fuera poco, los tiradores no eran precisamente su punto fuerte. Bueno, si la cosa se ponía difícil, el agua estaba relativamente cerca de su posición.

-Mis jefes me han dicho que tengo que evitar matar marines a no ser que sea imprescindible, así que hagamos de esto... una pelea de entrenamiento, Teravan. Yo no te mataré si tu no me matas.- Sin esperar a que su rival contestara, Kiroi echó a correr hacia el con todos los sentidos alerta. Pese a ser gordo, era rápido y ágil, y no era la primera vez que esquivaba un disparo si lo veía venir. Si llegaba a acercarse lo suficiente, el Gyojin comenzaría con un simple puñetazo asestado acompañando el movimiento con todo el cuerpo, lo cual le daba mucha más fuerza que a un puñetazo normal.

-¡Imperial Fist! (AM)

Teravan vio, asombrado, como las balas no habían hecho mucho efecto. En su lugar, el gyojin fue corriendo hacia él, pero se frenó para dar un puñetazo moviendo todo el cuerpo, lo cual hizo su ataque demasiado previsible. Vio por dónde iba a venir el puñetazo y lo esquivó con facilidad. Dio un salto lateral, colocándose en su flanco, y disparó una salva de tres balas al costado de su enemigo.

- Demasiado lento, pescadito, prueba otra vez. - dijo con sorna el tirador.

Kiroi sabía lo que iba a pasar en el momento exacto en que su enemigo lo esquivó. Todos los tiradores eran igual de previsibles. Esquivaban y disparaban desde los costados o la espalda, se alejaban y seguían disparando desde lejos. Pues aquello no iba a ser suficiente. En cuanto su rival comenzó a esquivar el golpe, Kiroi utilizó sus sandalias para dar un rápido pero corto salto hacia arriba, lo justo para esquivar las balas, y cayó sobre su enemigo golpeando con el talón en una patada apoyada por todo su peso.

-Tendrás que hacerlo mejor, marine... ¡Imperial Kick! (AIF)

Ese hombre conocía su juego. Tendría que intentar sorprenderle para vencerle. Saltó, esquivando sus balas, y le dio una patada con el taló que le alcanzó el brazo, haciéndole soltar un grito de dolor. Teravan se echó hacia atrás un par de saltos, y soltó el fusil.

- No solo soy tirador, además de eso soy un gran luchador - mintió, poniendo los puños en posición de combate y mirando desafiante a su enemigos. En cuanto se acercase confiado a meterle una paliza, le dispararía tres dardos tranquilizantes.

-He luchado contra muchos marines, y contra muchos tiradores, pero nunca me había enfrentado a uno con tanta arrogancia y temeridad. Me recuerdas a mi... jajajaja.

Sin vacilar el Gyojin se abalanzó hacia Teravan con la intención de inmovilizarlo y darle un poderoso cabezazo. (AF)

El gyojin había caído en la trampa, vio cómo le subestimaba. Empezó a correr, pero Teravan ya estaba listo. Cuando Kiroi estuvo lo suficientemente cerca, sacó sus pulgares y le disparó tres dardos tranquilizantes (AIF). Aprovechando el desconcierto de su oponente para esquivarlo.

- Buen intento, pescadito, picaste como está en tu naturaleza. - dijo con una sonora carcajada el marine.

Kiroi no se esperaba aquello. Los pulgares de Teravan acababan de... ¿dispararle dardos? Aquello hubiera funcionado con una persona normal, pero Kiroi pesaba varias veces lo que un hombre fornido, por lo que aquellos tres dardos apenas si lograron atontarlo. Debido al escaso efecto de los dardos, Kiroi pudo reaccionar al esquive de Teravan y desplazarse directo hacia el para inflarse de golpe y desplegar sus espinas. Un pinchazo sería bastante más peligroso que uno de aquellos dardos, pues el veneno del pez globo es muy potente y, en grandes dosis, puede matar.

-¡Imperial Baloon!

Teravan recibió uno de los pinchazos mientras escapaba. El efecto de adormidera fue instantáneo, se sentía un poco aturdido, pero podía controlarlo. Recibir más de esos pinchazos no era una posibilidad que se pudiese permitir, tendría que tener mucho cuidado si no quería acabar en el suelo.

Inmediatamente se puso serio, se dio la vuelta y disparó con las dos escopetas de sus meñiques al enorme gyojin. Acto seguido, dio una voltereta hacia atrás para quedar fuera del alcance del pez.

Kiroi todavía no se había desinflado cuando el marine utilizó... ¿Sus meñiques? como escopetas. Gracias a la gran capa de grasa que cubría su cuerpo ninguno de los órganos de Kiroi fue dañado, pero lo perdigones atravesaron su piel y le causaron varias heridas pequeñas. El tirador era rápido y, obviamente, usuario. Por desgracia Kiroi todavía no poseía las habilidades adecuadas para enfrentarse a los tiradores, por lo que aquello se le iba a poner muy cuesta arriba. El dolor de los perdigones alojados entre las grasas de su cuerpo se intensificaba cada vez que el Gyojin se movía, por lo que decidió que continuar aquello era una barbaridad.

-Parece que no has comprendido la parte de no intentar matarnos... Jajajaja.- El Gyojin se sentó en el suelo y se fue quitando los perdigones que estaban menos profundos con sus propias manos.- No puedo competir a puñetazos con un hombre-arma, Teravan. Te felicito, humano, este combate es tuyo. Pero me lo he pasado muy bien luchando y bebiendo contigo, marine. No son muchos los humanos que logran agradarme. Espero que podamos repetir lo de hoy en el futuro.

Kiroi se levantó con esfuerzo, avanzó un par de pasos hacia Teravan con actitud tranquila, y le tendió la mano.

Teravan se puso firme, el efecto del veneno empezaba a pasarse. Miró con desconfianza a su contrincante, no se fiaba del todo de lo que estaba diciendo. Apenas le había hecho un par de heridas. No sabía si era del todo seguro no tomar precauciones.

Se puso la mano derecha a la espalda, con todos los dedos convertidos en armas,l mientras se acercaba a tender la mano al gyojin. Como intentase algo le dispararía todas las balas que le quedasen en su estómago. Así como el zumo de limón para rociar las heridas.

- Ha sido un gran combate, dejémoslo así y volvamos a tomar esa mierda de cerveza. - dijo con una carcajada.

Kiroi se percató de que el marine ocultaba con recelo su otra mano. Evidentemente, no se fiaba de el. Eso demostraba que era inteligente.

-Aplaudo que seas desconfiado hasta el final, Teravan. Esa es una gran cualidad. Me parece una idea genial volver al bar a relajarnos y deleitar al mundo con nuestra melodiosa voz- dijo con sarcasmo- pero, en vez de cerveza, bebamos algo de verdad. Pide el licor que quieras, que el que pierde, paga, jajaja.