Aventura en el desierto (pasado)(privado) (sweet dead y whitedog)

No paraba de pasarme cosas emocionantes en aquella gran isla llamada Arabasta, había luchado contra un hombre muy poderoso de la armada llamado Karl y acababa de unirme a una tripulación bastante poderosa. Lo que mas me sorprendía es que me reencontré con alguien aquella chica que conocí en la isla de los cactus, Sweet, también estaba en aquella banda.

Me dirigía a Alubarna la capital de el Reino de Arabasta acompañado por Sweet, nos habían mandado a que buscáramos si había algo interesante para la banda. La verdad es que había escuchado rumores de que en Alubarna había un objeto de gran valor y tenía muchas ganas de saber que es.

- Sweet, ¿sabes si queda mucho? -dije yo bastante cansado ya que aún no me había curado las heridas de la pelea con Karl.

Mientras seguía caminando tuve que dar un ligero trago de agua, una de las gotas cayo en mi pecho en una de mis heridas, me dolió bastante aquella batalla me dejo muy mal herido espero no tener que hacer luchas muy intensas en aquella ciudad.

Había vivido muchas aventuras antes de entrar a la banda en la que estoy, y quien me iba a decir que el chico al que había ayudado en Cactus Island estaría en la misma banda, le conocía y estaba contenta de que fuera conmigo.

White y yo nos dirijíamos a Alubarna en busca de algo interesante para nuestra banda, decían que era de valor y si tenía valor merecía la pena buscarlo.

Después de un rato caminando White me preguntó si faltaba mucho y yo le respondí:

-Me parece que todavía hay que caminar un poco mas si no me equivoco-dije con una ligera sonrisa aunque hacia mucho calor. Después vi a White que daba un trago de agua, y al parecer vi que le caía un poco de agua y fue como sintiera bastante dolor.

-¿Estás bien?-pregunté un poco preocupada-pareces bastante herido, en cuanto lleguemos a la ciudad descansaremos un poco tu lo necesitas y yo tambien la verdad estoy agotada y llevamos caminando un buen rato por el desierto.

Después yo tambien decidí beber un poco hacía demasiada calor así que en cuanto viera algún sitio bueno pararíamos a descansar.

Sweet me dijo que aún quedaba caminar un poco, parecía que se había dado cuenta de mis heridas eso no me gustaba, no me gustaba parecer débil y menos ahora que había entrado en una banda bastante poderosa.

- Tranquila estoy bien. -le dije sonriendo.

De repente vi que había un camello abandonado en el desierto, tuve la idea de cogerlo para poder ir más rápido hacía aquella ciudad. Fui hacía el, entonces observe que parecía algo debilitado decidí darle un poco de comida para que repusiera fuerzas y pudiera llevarnos. No me costó mucho ganarme su confianza parecía un animal bastante amigable.

- Sweet, ven que tenemos un nuevo amigo. -dije mientras me reía.

Gracias a mis poderes de zoan podía entender mejor a los animales y parecía que este camello estaba dispuesto a devolvernos el favor. La verdad es que en el desierto no podías fiarte de las criaturas que habían pero aquel camello no tenía pinta de ser ofensivo pero en el caso de que intentara hacer algo podía usarlo de cena.

- Sweet sube en el camello así podremos ir más rápido y sin cansarnos. -le dije a Sweet mientras observaba que reacción tendría el camello.

El me respondió que estaba bien, y encontramos un camello, se acercó a el debía ser domador porque consiguió hacer que el camello nos ayudase, luego me dijo que fuera que ya teníamos un nuevo amigo, y que me montara en el porque así nos llevaría más rápido y no nos cansaríamos.

Después de eso me monté en el camello y me agarré y le dije a Whitedog:

-¿Crees que esto es seguro?-le pregunté con cierto tono de desconfianza, no confiaba mucho en el camello pero aun así si pasaba algo podríamos matarle-Otra cosa más, ¿sabes llevar un camello?

Yo me agarraba con fuerza esperando a que subiera Whitedog, tenía el presentimiento de que no íbamos a salir muy bien parados de este desierto, como si fuera una sensación que estuviera ocurriendo.

Sweet subió al camello, parecía bastante preocupada por saber la reacción del camello y además parecía que no sabía dirigir el camello. Cogí carrerilla y me subí encima de el camello dejando a Sweet en la parte delantera.

- No se si será seguro, pero por probar no perdemos nada, además parece divertido. -le dije a Sweet sonriendo.

Tras esto Sweet también me preguntó si sabía como llevar un camello cosa de la que no tenía ni idea, confiaba en que ella supiera como hacerlo, además ella era la que sabía llegar a la ciudad de Alubarna.

- No, no sé llevarlo, solo puedo comunicarme con los animales cánidos, con el resto solo se calmarlos y entenderlos muy poco. -le dije a Sweet bastante calmado, aunque la verdad es que me preocupaba un poco la idea de que ninguno de los dos supiera dirigir a un camello.

Entonces se me ocurrió una idea, la verdad es que no era ninguna idea brillante pero confiaba en que pudiera funcionar, así que abrí mi mochila y saque un tomate que tenía y una cuerda pequeña. Ate un extremo de la cuerda a una de mis espadas y el otro extremo en el tomate, y le puse el tomate colgando delante de la cara de aquel rumiante.

- Espero que esto funcione, necesito que me vayas diciendo hacía donde hay que ir. -le dije a Sweet esperando la respuesta del camello.

Después de haberme subido al camello Whitedog cogió carrerilla y me dejó en la parte delantera. Después de haberle preguntado si era seguro me respondió que no sabía, pero que por probar no perdíamos nada, además parecía divertido dijo sonriendo. La verdad si que estaba interesante además de que nunca había montado en un camello. Cuando ya estábamos subidos los dos tuve la extraña sensación de que ninguno de los dos sabría conducir el camello y desde que se lo pregunté y el me dijo que no sabía llevarlo ya que solo se comunicaba con cánidos y el resto entenderlos y calmarlos muy poco. Después de eso cogió su mochila y sacó un tomate de ella en la que lo ató a su espada con una cuerda delante del camello y me pidió que le dijera el rumbo.

No estaba muy segura de esa idea ya que era un poco rara pero sin más el animal comenzó a andar yo me tambaleé un poco era bastante difícil mantener el equilibrio y estaba segura de que en el camino a Alubarna me iba a caer más de una vez.

-Veo que tu idea funciona, debemos ir por ahora al norte y al este, cuando sea así ya te avisaré-dije sonriendo-Si ves que me caigo intenta agarrarme no quiero llenarme de moratones, no tengo bastante equilibrio-en ese momento no pude evitar reírme, estaba siendo bastante divertido viajar así.

-Aun falta bastante para Alubarna, no creo que lleguemos antes del anochecer-le dije mirándole-pero aún así creo que deberíamos continuar el camino seguidamente y no parar para nada hasta llegar allí, puede ocurrir cualquier cosa, es por nuestra seguridad-dicho le esto le acaricié la cabeza al camello el cual seguía persiguiendo el tomate.

Mi idea funcionaba había conseguido que el camello caminara y nos llevara dirección a Alubarna. Sweet parecía algo preocupada por si perdía el equilibrio y se caía al suelo, la verdad es que se tambaleaba mucho y costaba bastante mantenerse firme sobretodo si llevabas un brazo estirado para hacer que se mueva el camello.

- Sinceramente aguantar aquí arriba es difícil. -dije mientras cogía a Sweet de la cintura con la mano que tenía libre para intentar que ninguno de los dos cayera.

Sweet dijo que no llegaríamos a la ciudad antes de que anocheciera pero aún así no debíamos parar para nada ya que era lo mejor para nuestra seguridad, no veía ninguna ciudad a lo lejos y empezaba a oscurecerse. La idea de seguir sin parar también era bastante insegura ya que nos podían atacar igualmente y además en la oscuridad nos costaría mas defendernos.

- De acuerdo como quieras, pero piensa que orientarse por la noche va a ser más difícil. -le dije a Sweet aunque yo no tuviera idea alguna sobre orientación.

Cada vez todo se iba haciendo mas oscuro, como en todas las noches de Arabasta de repente aquel calor sofocante del desierto desaparecía y empezaba a hacer bastante frío. Empezaba a tener bastante hambre y me empezó a entrar el sueño, intentaba aguantarme ya que confiaba en que Sweet sabía lo que hacía, pero dos necesidades tan grandes como el hambre y el sueño no eran fácil de vencer.

- ¿Te parece bien que paremos en aquellas rocas a comer y descansar un poco? -le dije a Sweet mientras bostezaba.

Llevábamos ya un rato caminado en camello y casi había caído la noche, cuando le había dicho lo del equilibrio el me dijo que si era bastante difícil mantenerlo, mientras pasaba su brazo por mi cintura para agarrarme, cuando habíamos avanzado un poco más le había dicho que no deberíamos pararnos y el me respondió que por la noche sería más difícil orientarse. Tenía razón yo era buena orientadora pero aún así de noche es difícil y mas cuando se puede correr peligro.

Los desiertos era muy acalorados de día pero al llegar la noche hace demasiado frío, estaba cansada llevábamos casi media tarde sin descansar y Whitedog me preguntó que me parecía si parasemos en unas rocas a comer y a descansar así que le dije:

-si, es lo mejor yo tambien empiezo a tener hambre y sueño-contesté un poco cansada así que nos dirigimos hacia las rocas y allí bajamos. Cuando ya estaba en el suelo me estiré un poco, y tenía una especie de agujetas por ir ahí encima-Empieza a hacer frío cogeré una manta, nunca había estado en un desierto pero por lo que me contaron hice bien en prepararme-decía sonriendo mientras cogía una de mi bolsa, la temperatura había bajado bruscamente ya no parecía el desierto sino la isla de la nieve.

El camello se había acostado en la arena, seguramente estaría cansado, me daba pena no me gustaba ver los animales sufrir, así que me senté en una roca y me envolví en la manta y me puse a comer una manzana y miré a Whitedog.

-¿Sabes nunca me imaginé que fuéramos a acabar en la misma banda?-dije riéndome-creo que es cosa del destino.

Sweet aceptó mi propuesta de ir a descansar a las rocas, la verdad es que ella también parecía estar cansada llevábamos muchas horas de camino a Alubarna, y si no llega a ser por el camello aún estaríamos más atrás.

Hacía mucho frío, Sweet dijo que iba a por su manta, el problema principal era que al cuerpo no le sentaban nada bien esos cambios bruscos de temperatura. Me di cuenta de que el camello estaba bastante cansado y seguro que tendría frío me sabía mal ya que el había hecho más esfuerzo que nosotros. Aunque sabía que lo iba a pasar mal me quite mi túnica de el desierto y se la puse al camello.

- Te la has ganado amigo. -dije mientras me acercaba donde había dejado mi mochila para sacar algo de comida

Cuando abrí la mochila vi que me quedaban dos trozos grandes de carne y le lancé uno al camello para que comiera y tuviera fuerzas, mientras comía mi trozo de carne y intentaba soportar el frío del desierto estuve hablando con Sweet. Me dijo que no se esperaba que fuéramos a acabar en la misma banda.

- Cuando me ayudaste a vencer a aquellos piratas y estuviste en mi barco ya te considere una camarada aunque te fueras por otro camino. -le dije a Sweet sonriendo mientras mordía mi carne.

Entonces busque en mi mochila y vi que tenía una botella de vino, no recordaba haberla comprado pero de todas formas era un golpe de suerte, tal vez vendría bien para alegrar el ambiente.

- ¿Te apetece un trago? -le dije mientras habría la botella y iba hacía ella.
- Me gusta beber al aire libre y en sitios tranquilos como este. Me recuerda cuando mi abuelo me enseño una canción de piratas llamada El Sake de Binks. -dije mientras empecé a tararear la canción.

Seguía sentada en la roca observando como Whitedog atendía al camello en el fondo tenía buen corazón lo compartía todo con el, yo seguía comiendo mi manzana y veía al pobre camello cansado había echo un gran esfuerzo por nosotros y aunque no sabía mucho de animales me contaron historias de que eran muy potentes esos animales.

Después de haberle dicho que era del destino volvernos encontrar el me comentó sonriendo que desde que le ayudara aquella vez con unos piratas ya me consideraba su camarada aunque me fuera por otro , eso me pareció bien lo que me dijo el tambien me había ayudado a escapar de aquella isla; más tarde vi como comenzaba a rebuscar en su mochila y sacaba una botella de vino, me preguntó si me apetecía un trago y asentí con la cabeza, hace demasiado frío y hay que despejarse con algo y que mejor que una botella de vino, cuando venía hacia mi con ella y la abría me dijo que le gustaba beber al aire libre y le recordaba una canción que le enseño su abuelo llamada el Sake de Binks mientras la tarareaba.

Cuando me dijo la canción se me vino un recuerdo a la cabeza, mi madre me la cantaba cuando era un bebe solo conseguía dormirme con ella, me puse a sonreír cuando comenzó a tararearla mientras bebía un trago de vino.

-A mi me gustaba oír la canción cuando era un bebe-dije riéndome-me trae muchos recuerdos, sobre todo cuando iba a algunas fiestas la oía cantar y se me quedó para siempre-así que me puse a tararear con el pero en ese momento me vino un escalofrío supongo que sería del frío, no pasaría nada pero cuanto mas pasaba el tiempo mas baja se hacía la temperatura-que suerte que hayas traído una botella de vino así nos quita el frío.

Después de eso miré hacia los alrededores se oía un silencio sepulcral, era el desierto pero algún animal debía oírse aunque fueran mosquitos, así que decidí levantarme de la roca con mi manta y observar el lugar, no había ninguna nube en el cielo se veía todo el firmamento era hermosisimo verlo por la noche llegué a ver una o dos estrellas fugaces, no me arrepentí de haber venido pero me gustaría encontrar lo que buscábamos.

Me estaba divirtiendo bastante mientras bebía y hablaba con mi camarada, ella me contó que su madre le cantaba la canción del Sake de Binks cuando era muy pequeña para que se durmiera. Sin duda alguna quien no conociera aquella canción no era un verdadero pirata.

Empezaba a notarme cansado, habíamos caminado mucho de día. De repente vi que Sweet se levanto con su manta y miraba mucho a su alrededor, me puse a mirar por si había algo pero no conseguía detectar nada. Entonces vi que Sweet miraba el cielo y parecía bastante contenta aquella gran cantidad de estrellas le hizo esbozar una sonrisa.

- Que vista mas agradable. -dije mientras me tumbaba en el suelo.

La arena estaba muy blanda y era bastante cómoda, haber estado tanto tiempo perdido en el desierto ya me había acostumbrado a aquellos terribles cambios de temperatura, así que con todo el cansancio que tenía no me costó mucho empezar a dormirme poco a poco.

- Si me disculpas yo voy a dormirme ya, estoy bastante cansado si pasa cualquier cosa avísame. -le dije a Sweet sonriendo al poco de dar un gran bostezo.

Mientras seguía mirando al cielo Whitedog me dijo que vista mas agradable del cielo mientras se tumbaba, después de eso me dijo que se iba a dormir y si pasaba cualquier cosa que le avisara, yo decidí volver a la roca me quedaría un poco más de pie, estaba cansada pero no tenía mucho sueño; todo estaba en silencio solo oía dormir a Whitedog y al camello que parecía estar acostado pero no aparentaba señales de dormir.

De nuevo volví a poner mis pies en la arena esta vez descalza era fría pero a la vez muy suave y fina, así que me senté en la arena decidí agarrarme el pelo en un coleta para que al acostarme no se me llenara de arena y no se me quedara todo sucio, cuando ya estaba tumbada del todo no pude evitar el cansancio que llevaba encima y mis parpados se cerraron al instante.

No se cuanto tiempo habría pasado quizás unas horas pero el camello corría de un lado para otro como si le fuese a pasar algo, me levanté rápidamente y cogí mi espada y desperté a Whitedog:

-Eh, despierta-dije zarandeándolo-debes tranquilizar al camello se ha vuelto loco, yo voy a mirar si hay algo raro.

Me alejé de el con mi espada para subirme a las rocas en las que estábamos antes pero me paré en seco allí había una figura medio dispersa y no se podía ver bien por la oscuridad, saqué mi espada y le grité:

-Quien eres y que haces aquí-dije apuntándole con mi espada, tan solo estaba a unos metros de el-Whitedog, tenemos compañía-dije esbozando una sonrisa maliciosa.

Estaba durmiendo muy tranquilo en la arena, a pesar de el frío que hacía se estaba bastante bien. De repente note que me estaban moviendo, abrí un ojo a medias y vi que era Sweet me decía que el camello se había puesto muy nervioso y hacía falta calmarlo. Mientras me sentaba tratando de levantarme Sweet dijo que teníamos compañía tal vez eso hizo que se alterara el camello.

- No se quienes sois, pero quiero para dormir aquí tenéis que pagar. -dijo aquel tipo mientras escuchaba como cargaba su pistola.
- Lo que tu digas, vete y déjanos dormir. -le dije yo algo molesto mientras bostezaba.

De repente disparo cinco veces seguidas cerca donde estábamos nosotros, ese tipo iba en serio así que me levante cabreado ya que me molestaba que me interrumpieran mientras dormía. Fui andando hacía el mientras sacaba una de mis espadas.

- Sweet, quédate detrás de las rocas y no te muevas. -le dije seriamente ya que no quería ponerla en peligro.
- Me gustaría saber como luchas contra mi en un duelo a distancia con una espada. -dijo aquel tipo con mofa.
- No tardaras mucho en verlo. -dije sonriendo.

Disparo tres disparos, pero pude esquivarlos con facilidad, la oscuridad era una ventaja para mi ya que su precisión bajaba. Me fijé que como no conseguía darme iba retrocediendo ya que para el era una ventaja pero si no conseguía darme no le servía de mucho.

- No podrás esquivar todo el tiempo, tarde o temprano te acabare dando y tu con una espada no podrás darme a tanta distancia. -dijo el riendo mientras seguía disparando.
- ¿Eso crees? Voy a dispararte con mi espada. -le dije con seriedad.
- ¡Eso es imposible! ¿Acaso eres idiota? -dijo con burla aquel tipo.

Levante mi espada y la puse en forma vertical y empecé a concentrarme, tenía que encontrar la forma de mandar una onda que consiguiera cortar aquel tipo que nos molestaba. Empece a notar como si una extraña energía circulara por mi cuerpo, estaba listo para cortar a distancia. Estilo una espada técnica ala de halcón. Una onda cortante salio de mi espada y alcanzó aquel tipo de lleno dejando a este en el suelo.

- Por fin podemos dormir. -dije sonriendo.
- ¡Aiba! ¿Donde esta el camello? -dije algo preocupado ya que había desaparecido.

Estábamos en frente a aquel bandido que estaba dando tiros al aire y Whitedog me dijo que me pusiera detrás de las rocas y que no me moviese, yo le miré con cara de que se defenderme pero preferí hacerle caso y salí caminando lentamente para ponerme detrás de las rocas y tener buena vista de lo que hacían, observé que mi amigo tenía una nueva técnica muy desarrollada que me dejó bastante impresionada y en apenas unos instantes acabó con el, yo salí de las rocas y cuando me dirigía hacia el para ver su nueva técnica, pero el camello salió corriendo por el sur del desierto en sentido contrario al que ibamos.

Whitedog se acercó diciendo que ya podíamos dormir pero yo le dije:

-No merece la pena por aquel lado ya esta amaneciendo sera mejor que continuemos aun queda bastante hasta Alubarna-después de decir eso el preguntó por el camello-el camello se acaba de ir, no merece la pena perseguirlo porque se fue en sentido contrario.

Yo comencé a coger las cosas porque dentro de un rato volveríamos a morirnos de calor y empecé a caminar y le dije:

-He visto que desarrollaste una nueva técnica me alegro por ti-dije sonriendo-Me has dejado impresionada, la ultima vez no la tenías ¿cierto?

Sweet me dijo que no valía la pena dormir ya que estaba amaneciendo, no me gustaba la idea de no dormir pero ella era la navegante y tenía que seguir sus instrucciones. Así que me puse a recoger mis cosas, tuve suerte de que el camello se le había caído mi túnica cuando salio corriendo, la recogí y le quite la arena antes de ponérmela. Mientras recogíamos Sweet me hablo acerca de mi técnica y me pregunto si cuando la conocí en Cactus Island ya sabía esa técnica.

- No, es la primera vez que la uso. -dije riendo.
- Hace unos días atrás luche contra un hombre muy fuerte en la ciudad de Yuba y sabía usar esa técnica así que lo observe y he podido aprenderla. -le explique a mi camarada.

Tras aquel pequeño tiempo seguimos caminando rumbo a Alubarna, me preocupaba que no teníamos comida y estábamos escasos de agua, solo beberíamos en momentos fundamentales e intentar desperdiciar la menos posible.

- ¿Crees que con estas condiciones llegaremos bien a Alubarna? -le pregunte a Sweet con algo de preocupación.

Cuando ya le había preguntado por su técnica el me contestó que la era la primera vez que la usaba y que la había aprendido en una lucha anterior, yo le sonreí al contármelo todo y después de eso volvimos a seguir caminado, me di cuenta de que casi no nos quedaba agua ni comida y había que aprovecharla bien ya que el desierto era bastante largo y aun quedaba un tramo pero estaba segura de que llegaríamos antes de que anocheciera si no había ningún imprevisto, luego el me preguntó si en estas condiciones llegaríamos bien a Alubarna y a veces el calor no es demasiado bueno y afecta en casi todo lo que dices, y mas si llevamos caminando bastante.

-Quien sabe a lo mejor...a lo mejor nos traga la nada y que mas da solo es un desierto no hay que preocuparse-dije sonriendo de alegría-Sabes que no queda casi agua y comida a lo mejor morimos aqui jajaja-dije saltando contenta y luego me paré y seguí caminando a su altura y con un tono serio dije-¡tengo calor y sed y hambre y estoy cansada porque no he dormido por culpa de ese tipo!-después me dirigí a el con una sonrisa de medio lado un poco malvada-mi pelo se encrespa con el calor ¡lo has visto, has visto como tengo las puntas! odio que se me encrespe el pelo, parezco algo rara.

Después de seguir así comencé a correr y a dar vueltas como una loca hasta el punto de llegar y abalanzarme sobre Whitedog una y otra vez, pobre lo estaría pasando mal soportandome de esa forma y le dije gritando:

-Esto es una tortura, falta mucho?falta mucho?falta mucho?-repetía seguidamente, creo que mi mentalidad se había vuelto la de una niña por el calor, luego me bajé de el y volví a correr-Ala son ositos de peluche bailando el harlem shake, oh que monos-dije señalando mientras me senté en la arena y veía imaginariamente a eses animalitos.

Después de que esos ositos se fueran en desfile y se despidieran por la actuación me fijé que un poco al horizonte había como una especie de oasis y me levanté corriendo y le grité:

-Oye, allí hay un oasis con agua ¡vamos!-empecé a correr y al cabo de unos minutos llegué hacia allí y me tiré de golpe al agua, mas tarde salí del agua mas refrescada aunque empapada y no tenía mas ropa y le pregunté:

-Que me ha pasado? me siento cansadisima como si hiciera muchas cosas y no recuerdo nada.

Seguíamos caminando por aquel desierto, hacía mucho calor, demasiado para lo que había hecho días atrás. De repente Sweet dijo algo que me sorprendió, es mas no me dio ni siquiera tiempo a responder, empezó a decir muchas tonterías seguidas. Al principio pensé que era broma, pero ella no era así.

- ¿Te encuentras bien? -le dije para ver porque decía esas cosas.

Pero su única respuesta fue hablar de su pelo, llegué a la conclusión de que tanto calor podía haberle afectado al igual que a mucha gente ve espejismos en el desierto, así que seguí caminando ignorando sus tonterías, aunque era algo preocupante ya que mi amiga estaba en un estado raro y ella era la que sabía llegar a Alubarna.

Cuando parecía haberse cansado de hablar cosas sin sentido se puso a correr de un lado para otro, parecía una niña pequeña, de pronto se me subió a cuestas. Pensé que por lo menos si la llevaba se estaría quieta y no correría, no era bueno con el calor que hacía que corriera de esa forma y menos con el poco agua que quedaba, pero mientras la llevaba a cuestas seguía hablando.

Finalmente se bajo y empezó a ver espejismos, unos osos bailando y de repente salió corriendo porque decía ver un oasis, que trabajo mas duro tenía si tengo que llevar a Alubarna y llevar a mi camarada en ese estado.

- Venga Sweet, deja de hacer tonterías tenemos que seguir. -le dije seriamente.

Pero cuando me acerque a ella me resbale y me caí, entonces vi que era verdad que había un oasis y parecía bastante profundo. El problema es que caí dentro de el agua y al ser usuario de fruta del Diablo me sentía como una piedra mientras me hundía, pensaba en muchas cosas mientras intentaba aguantar el aire el máximo tiempo posible pero parecía el final hasta que finalmente perdí el conocimiento.

Parecía que no le escuchaba que no existía para mi cuando me hablaba, después de salir del lago del oasis que era bastante profundo ya que no llegué a tocar el fondo, salí del agua bastante mareada como si me hubiera emborrachado y tuviera resaca aunque me acordaba de algo. Cuando salía vi que Whitedog se estaba acercando y que al poco se resbalaba, el poseía la fruta del diablo entonces se hundiría como una piedra, así que corrí hasta el agua otra vez aunque todavía seguía un poco aturdida y volví a tirarme hacia el fondo, las rocas se hundían rápidamente entonces tendría que bucear lo mas rápido que podía, comenzaba que notaba a quedarme sin aire y al final le vi, estaba inconsciente y esperaba que no le hubiese pasado nada.

Le agarré de un brazo y comencé a tirar con mas fuerza de la que podía para que no siguiese bajando, quedaba muy poco para llegar a la superficie, lo cual conseguí llegar y tomar aire y salí del agua sin soltarle, después le arrastré hasta la arena había tragado mucha agua y no sabía que hacer.

-Despierta, vamos, despierta-dije dándole palmaditas en la cara preocupada si le pasaba algo sería por mi culpa, por volverme loca por el calor, así que empecé a reanimarlo, después de eso mi cara se volvió seria y le di una hostia por lo que me había preocupado, un poco fuerte ya que le deje marca-Tu estas loco, como se te ocurre acercarte al agua poseyendo la fruta que querías morir ahogado, sabes el susto que me has dado, no vuelvas a hacerlo, no delante de mi ¿entiendes? -me levanté del suelo toda enfadada y cogí las cantimploras para llenarlas de agua, después de eso me acerqué a el y le di la mano para que se levantase-Tenemos que irnos aunque ahora estemos empapados seguro que llegaremos secos, ya queda muy poco en apenas dos horas estaremos allí, por cierto ahora ya tenemos agua podremos seguir avanzando fácilmente-dije ya sonriendo-¿no te alegras?

Y comencé a caminar a su lado y me puse a pensar felizmente "acabo de pasar un día en el desierto y ya me he vuelto loca y he salvado la vida a mi amigo esto cada vez se pone mas interesante"

Escuchaba una voz y notaba unos golpes flojos en la cara, de repente abrí un poco los ojos y vi a Sweet preocupada, pero su cara de preocupación cambio, se puso seria y me pego un bofetón por haberla preocupada. Empezó a echarme la bronca pero no me entere de mucho ya que aún no me había recuperado, me alegraba bastante de que había vuelto a la normalidad.

Cuando termino se levanto aún enfadada y se fue al oasis con las cantimploras, mientras yo me quede sentado tocando con mi mano mi mejilla donde me había golpeado Sweet intentando recuperarme del susto del agua. Cuando mi camarada volvió con las cantimploras llenas me dijo que ya quedaba poco y que nos pongamos en marcha, también me pregunto si me alegraba.

- Si, bastante pronto llegaremos a Alubarna. -le dije sonriendo a mi amiga mientras me levantaba.
- Voy a mojarme un poco la cara para espabilarme un poco y seguimos. -le dije mientras caminaba de nuevo hacía el oasis.

Cuando llegue a la orilla metí mis dos manos en el agua y me empecé a echarme agua en la cara, pero me agache demasiado y me volví a caer dentro del agua. Mientras me hundía sentía humillación, como he podido caer dos veces en el mismo sitió.

Después de haberle preguntado si se alegraba de volver a Alubarna el me dijo que si, yo ya estaba mas calmada y si me gustaba la aventura pero no en la que por una tontería te juegas la vida, después de eso el me dijo que iba a mojarse un poco la cara mientras volvía hacia el oasis, cuando me giré para verle ya estaba mas calmada por lo de antes, pero me fijé en que se estaba volviendo a caer al agua, dejé mis cosas en el suelo y corrí hacia el agua a volverme sumergir, esta vez no llegaríamos hasta el fondo y conseguí llegar pronto y agarrarlo de la muñeca, la verdad es que tirar hacia la superficie de el era mucho ya que pesaba un poco, pero poco a poco conseguí traerlo a la superficie y acercarlo a la orilla, me mantenía agarrada a una roca y tambien a el le agarraba por su hombro izquierdo.

-Has caído otra vez en el agua, te advertí que si te caías otra vez te mataría con mis propias manos, pero como puedes caerte dos veces, ¿quieres matarte? si es eso te matare yo no te preocupes, sera mejor que...que...esta vez no se que decir pero te aviso para la próxima-esta vez estaba enfadada de verdad y mis ojos azules cambiaron a rojo fuego, solo me ocurría muy pocas veces y en casos extremos pero esta vez estaba agobiada por el desierto y jugarse la vida no era muy buen momento, le agarré del cuello de su camiseta y comencé a zarandearlo de un lado para otro y a ratos le metía la cabeza en el agua por volverse a caer-te voy a sacar del agua pero como te vea acercarte a este oasis te empujo y no te sacaré.

Después de eso lo saqué rápidamente del agua y mis ojos aun seguían rojo fuego, no sabría cuando se me pasaría pero debería calmarme un poco, cuando ya estaba en el suelo y me dispuse a darle otra hostia del otro lado de la cara le debí dar tan fuerte que hasta mi mano quedó dolorida y roja, quizás no tenía la culpa y me agaché y le dije:

-Perdona, no suelo ser así...bueno...cuando me enfado, estaba cabreada y no pude controlarme, el desierto me esta estresando y si te encima te matas pues quien me ayudará a luchar-dije acariciando la mejilla en la que le di y mis ojos volvieron a su azul natural.

Esta vez, en el agua fue mas leve, conseguí no perder el conocimiento. Cuando Sweet me subió arriba a la superficie iba a agradecerle que me volviera a salvar, pero vi que estaba muy cabreada tanto que sus ojos se pusieron de color rojo. Me hizo pasar un mal rato para echarme la bronca incluso me amenazó con matarme. Al principio me cogió del cuello de la camisa y me zarandeo, además también me metía la cabeza en el agua. Finalmente me saco del agua y me quede en el suelo cogiendo aire cuando de repente me pegó otro guantazo, esta vez en la otra mejilla y mucho mas fuerte que el anterior, tanto que ella parecía haberse hecho daño también.

Finalmente mi camarada parecía haberse calmado, me acaricio donde me había golpeado y se disculpo por haberse portado así, no tenía de que disculparse me había salvado la vida. Cogí el brazo de mi camarada y me senté, entonces le cogí suavemente la mano que se había hecho daño.

- No te preocupes, los dos hemos hecho estupideces hoy por el calor. -le dije sonriendo mientras aún la tenía de la mano.

Tras esto, la solté y me levante, me quite la arena que se me había quedado en la ropa y cogí mi mochila.

- ¿Nos vamos a Alubarna? -le pregunte sonriendo mientras señalaba en una dirección sin saber si era la correcta.

De repente vi que habían como unos siete tipos detrás de mi, parecían ser bandidos, no se que es lo que querrían pero nos miraban muy serios.

- Vosotros fuisteis los que derrotasteis a nuestro amigo ¿verdad? -dijo uno de ellos sacando su pistola.

Después de eso el agarró mi mano y me dijo que no me preocupara que ya habíamos echo los dos estupideces hoy por el calor mientras sonreía la verdad es que tenía razón, soportar tanta calo no era muy bueno, tras eso nos levantamos para volver a nuestro camino, y me preguntó si nos ibamos a Alubarna.

-Claro, pero creo que por allá, a no ser que quieras volver por donde viniste-dije riéndome, y de repente aparecieron unos tíos detrás de Whitedog preguntando si habíamos sido nosotros los que derrotáramos a su amigo mientras sacaba su pistola-hay como unos siete tíos detrás tuya.-dije entrecortada ya que nos habían tendido una trampa.

Yo saqué mi espada de golpe, no me fiaba de ese tipo de gente y les dije en tono desafiante:

-Si vuestro amigo era como vosotros entonces no durareis nada-dije esbozando una sonrisa mala-Quien va primero, que no tenemos todo el día, ¿nos vas apuntar con una pistolita? te arrepentirás.

Eché una carrera a toda velocidad para rodearles y me puse por detrás de los tipos y les señalé con mi espada.

-Hay que ser más rápidos.

Suponía que ellos eran amigos del bandido de anoche, parecían bastante cabreados pero el bandido fue quien nos atacó sin hacerle nada. No creo que fueran mucho mas fuertes que el otro tipo. Así que tampoco era necesario malgastar muchas fuerzas así que decidí darles una opción.

- Os voy a dar la oportunidad de iros si no nos hacéis nada. -les dije sonriendo.

Entonces empezaron a reírse y uno me disparo, pero pude esquivarlo, parecía que no querían irse así que tocaba luchar. Sweet se había colocado detrás de ellos con su espada en la mano así que no tardarían en caer.

- Os he dado, una oportunidad y no la habéis aprovechado. -les dije seriamente.

Saque mis dos espadas y les ataque no tarde mucho en derrotar a tres de ellos, la verdad es que aquellos bandidos eran muy débiles no sabía como podían sobrevivir en el desierto.

Cuando ya estaba detrás de ellos oí varios tiros pero sabía que mi compañero estaba bien, lo presentía en tan solo unos momentos acabó con tres y tan solo quedaban 4 estes me quedaron a mi, así que eché una sonrisa y preparé mi espada.

Corrí dando vueltas hacia ellos y con mis espadas me fui dirigiendo uno por uno a una gran velocidad y conseguí darles una estocada a todos uno por uno, la verdad era bastante ágil y me facilitaba bastante a la hora de luchar, después de eso guarde mis espadas y le dije:

-seguimos nuestro camino, a lo mejor no tardan en venir más-dije con una sonrisa-venga que ya llegamos.

Sweet no tardo mucho en cargarse a aquellos tipos, eran bastante débiles todo lo contrario que mi compañera. Tras haberlos derrotado me saco una sonrisa mientras decía que nos fuéramos antes de que vinieran mas.

Parecía que ya estábamos cerca, seguí las instrucciones de mi amiga conforme avanzábamos por el desierto, era increíble la de aventuras que habíamos tenido para llegar aquella ciudad y tenía ganas de saber que encontraríamos allí.

- ¿Aquella ciudad es Alubarna? -dije señalando a lo lejos una ciudad que había al fondo.