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"Il Bianco" Meneror era otro jefe de la mafia más a ojos de Jack. Pomposo, con una concepción de la vida atrasada, elitista y egoísta, no dudaba en matar a los que le fallaban por lo que había oído. Sin embargo, como revolucionario se veía obligado a pactar con los poderes opuestos al Gobierno Mundial. Intransigente en la teoría, flexible en la práctica, así era la forma de actuar de Jack. Se oponía a la mafia y el crimen organizado, pero era necesario no enemistarse con todo el mundo a la vez. Era conveniente aliarse con ellos para combatir al Estado. Una vez el Gobierno Mundial estuviese en las últimas, la Revolución ya se vería en condiciones de hacerle frente a los enemigos del pueblo con los que se veía obligada a pactar. Mafiosos, bandidos, piratas crueles con el pueblo y otra escoria sería eliminada. Sin embargo, no era el momento.
El revolucionario iba vestido con su habitual capa negra con la que se tapaba totalmente, sus botas de cuero ligero, su máscara y su sombrero negro de ala ancha. A los lados del sombrero le caía una imponente melena de color castaño. Avanzaba sin temor por las calles, pero atento. A esas horas había poca gente paseando, y podía ir vestido así aun incluso con el peligro de que le reconociesen. El Renegado era como le conocían, y había carteles de Wanted suyos por buena parte del South Blue. Se ofrecían 250.000 berries por su cabeza, una cantidad pequeña de momento pero respetable dentro de lo que era el estándar de poder de los Blues. Alguien de la categoría de Meneror "Il Bianco" reconocería sus habilidades y era posible que incluso sintiese respeto por él después del gran espectáculo en el Cuartel General marine del South Blue, donde había reventado varias estancias con bombas, prendido fuego a una habitación de un edificio y atentado contra la vida de un científico del Gobierno Mundial, aunque sin éxito. Había huido tras matar a varios marines a sangre fría, y se le buscaba desde entonces.
Se acercó al bar. Esperaba que Meneror ya hubiese recibido su carta en la que solicitaba una reunión con "Il Bianco". La estancia estaba bien iluminada y cuidada, a diferencia de las tascas que solían regentar los criminales. Había algunas personas vestidas de manera especialmente elegante. Jack supuso que eran los hombre del capo. Se acercó a la barra y se sentó, con un ruido metálico a causa de las herramientas que llevaba encima. Miró al camarero que había tras la barra a través de la máscara, un hombre regordete, calvo y con un imponente mostacho negro.
- Salud, buen hombre. Que las estrellas guíen vuestro camino. Desearía tomar un vaso de zumo de naranja, si os place.
Esta era la forma de hablar de Jack. Culto, refinado, educado y cortés. Así le habían educado sus padres, y a pesar de los círculos sociales en que se movía y de su procedencia pobre, así se comportaba. Sin embargo lo que le había dicho al tabernero era una tapadera. Mientras decía esto le pasó una nota discretamente que decía: "Soy el Renegado. Solicité una cita con su Señoría Il Bianco. ¿Habéis recibido mi mensaje?"
El revolucionario iba vestido con su habitual capa negra con la que se tapaba totalmente, sus botas de cuero ligero, su máscara y su sombrero negro de ala ancha. A los lados del sombrero le caía una imponente melena de color castaño. Avanzaba sin temor por las calles, pero atento. A esas horas había poca gente paseando, y podía ir vestido así aun incluso con el peligro de que le reconociesen. El Renegado era como le conocían, y había carteles de Wanted suyos por buena parte del South Blue. Se ofrecían 250.000 berries por su cabeza, una cantidad pequeña de momento pero respetable dentro de lo que era el estándar de poder de los Blues. Alguien de la categoría de Meneror "Il Bianco" reconocería sus habilidades y era posible que incluso sintiese respeto por él después del gran espectáculo en el Cuartel General marine del South Blue, donde había reventado varias estancias con bombas, prendido fuego a una habitación de un edificio y atentado contra la vida de un científico del Gobierno Mundial, aunque sin éxito. Había huido tras matar a varios marines a sangre fría, y se le buscaba desde entonces.
Se acercó al bar. Esperaba que Meneror ya hubiese recibido su carta en la que solicitaba una reunión con "Il Bianco". La estancia estaba bien iluminada y cuidada, a diferencia de las tascas que solían regentar los criminales. Había algunas personas vestidas de manera especialmente elegante. Jack supuso que eran los hombre del capo. Se acercó a la barra y se sentó, con un ruido metálico a causa de las herramientas que llevaba encima. Miró al camarero que había tras la barra a través de la máscara, un hombre regordete, calvo y con un imponente mostacho negro.
- Salud, buen hombre. Que las estrellas guíen vuestro camino. Desearía tomar un vaso de zumo de naranja, si os place.
Esta era la forma de hablar de Jack. Culto, refinado, educado y cortés. Así le habían educado sus padres, y a pesar de los círculos sociales en que se movía y de su procedencia pobre, así se comportaba. Sin embargo lo que le había dicho al tabernero era una tapadera. Mientras decía esto le pasó una nota discretamente que decía: "Soy el Renegado. Solicité una cita con su Señoría Il Bianco. ¿Habéis recibido mi mensaje?"
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El tabernero limpiaba una jarra mientras escuchaba a aquel muchacho joven de apariencia dudosa para luego dejar la jarra sobre la mesa y mirar al muchacho de arriba abajo
-¿Usted seguro que pidió cita con Il Bianco? Le mira -No parece alguien en el que il Bianco se fije a simple vista pero yo soy un mandado así que le avisaré .
El tabernero fue hacia una puerta del fondo donde dos guardaespaldas vigilaban dicha puerta para entrar y desaparecer.
Los guardaespaldas miraban al frente rígidos, como si de estatuas se trataran mientras la taberna observaba al nuevo individuo, tras unos minutos el tabernero sale de la sala y habla con los guardaespaldas. Uno de ellos se dirige a Silvers para decirle que tiene 5 minutos para hablar con Il Bianco, que pasara. Este obviamente entraría, y, una vez dentro de aquella sla infestada por un humo infernal , se divisó la silueta de un hombre sentado en un sillón, con las piernas cruzadas y una copa de lo que parecía vino tinto en su mano, mientras que su otra mano se podía ver un garfio de color dorado apoyado sobre su pierna. Tras exhalar una calada de humo dice al recién llegado.
-Cita..habeis pedido...exponed rápido que puedo hacer por vos.
-¿Usted seguro que pidió cita con Il Bianco? Le mira -No parece alguien en el que il Bianco se fije a simple vista pero yo soy un mandado así que le avisaré .
El tabernero fue hacia una puerta del fondo donde dos guardaespaldas vigilaban dicha puerta para entrar y desaparecer.
Los guardaespaldas miraban al frente rígidos, como si de estatuas se trataran mientras la taberna observaba al nuevo individuo, tras unos minutos el tabernero sale de la sala y habla con los guardaespaldas. Uno de ellos se dirige a Silvers para decirle que tiene 5 minutos para hablar con Il Bianco, que pasara. Este obviamente entraría, y, una vez dentro de aquella sla infestada por un humo infernal , se divisó la silueta de un hombre sentado en un sillón, con las piernas cruzadas y una copa de lo que parecía vino tinto en su mano, mientras que su otra mano se podía ver un garfio de color dorado apoyado sobre su pierna. Tras exhalar una calada de humo dice al recién llegado.
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Jack entró con paso firme y elegante, con la capa agitándose a cada paso que daba. Il Bianco era una persona imponente, fuerte de cuerpo y de expresión adusta. Estaba sentado en un sillón con apariencia de ser bastante caro y opulento, y tenía un puro en la boca y una copa de vino en su mano izquierda. Carecía de mano derecha. En su lugar tenía un garfio dorado. Iba finamente vestido con ropas escandalosamente caras. El revolucionario se acercó y le hizo una educada reverencia con un elegante movimiento de mano.
- Saludos, Il Bianco. Vuestra fama no os hace justicia, pues sois mucho más impresionante en persona de lo que dicen - Jack solía ser una persona muy refinada, culta y pomposa hablando - Las historias de vuestra osadía y poder ya se han extendido a todo el South Blue, y tras escucharlas vengo a vos, surcando la tempestad y la marejada, a haceros una propuesta con el elevadísimo propósito de reportarnos grandes beneficios a ambos.
La voz de Jack mientras hablaba era lenta, pausada, rica de tonos y grandilocuente. Se le daba muy bien encandilar a la gente con sus palabras. Sus halagos eran especialmente efectivos con gente egocéntrica, como suponía que era Il Bianco. Sin embargo con los mafiosos había que cuidar las palabras especialmente. Una frase mal empleada, una expresión inadecuada, un comentario fuera de lugar o desafortunado... y todo al traste. Era por lo general gente muy suspicaz, dada a la violencia gratuíta y fácilmente irritable. El mero hecho de molestar levemente a uno podía conllevar a la muerte. Así era el mundo de la mafia, cruel y brutal. Jack procedió a presentarse, carraspeando.
- Mi nombre es El Renegado, ingeniero y espía profesional al servicio de la Revolución, y al igual que vos, enemigo de la Marina. Soy buscado a lo largo y ancho de este mar por haberme infiltrado en solitario en el cuartel general de la Marina, haber acabado con un nutrido grupo de guardias y haber saboteado investigaciones secretas del Gobierno quemando documentos, destruyendo laboratorios y atentando contra la vida de investigadores del Gobierno. Mi historial es más largo que este, pues he sido el responsable de la muerte de decenas de funcionarios del Gobierno a lo largo y ancho del mundo. Por ello considero que una alianza entre dos personas de nuestra titánica talla haría temblar el mundo.
La segunda parte del plan de Jack para ganarse a Il Bianco era mostrarse a él mismo como una persona fuerte y digna de aliarse con alguien de su poderío. En el mundo de la mafia no sólo había que congraciarse con los más fuertes, había que marcar terreno y mostrarse a uno mismo como alguien poderoso, pero a la vez buscar que el interlocutor te vea como un aliado y no una amenaza. Había que escoger bien las palabras, o podías mostrarte demasiado sumiso, con lo que el otro te vería como un inferior y un siervo, y no un aliado. Sin embargo había que tener cuidado para no pasarse y acabarse mostrando como una amenaza potencial. Había que buscar un equilibrio.
- Mi propuesta es pasar a formar parte de las filas de vuestros aliados. Colaboraré con vos y os ayudaré cuando sea preciso, y a cambio vos proveeréis de armas y suministros a mi gente. Como prueba de buena fe, os traigo un presente.
Jack se metió la mano lentamente y con parsimonia en la túnica, buscando no hacer movimientos bruscos para que Il Bianco no pensase que intentaba atacarle. Sacó un pergamino lacrado que le ofreció cortésmente.
- En ese pergamino tenéis información secreta que robamos a los marines hace una semana. Detalla la ruta que trazará un mercante de la Marina que transporta en secreto oro y pólvora.
- Saludos, Il Bianco. Vuestra fama no os hace justicia, pues sois mucho más impresionante en persona de lo que dicen - Jack solía ser una persona muy refinada, culta y pomposa hablando - Las historias de vuestra osadía y poder ya se han extendido a todo el South Blue, y tras escucharlas vengo a vos, surcando la tempestad y la marejada, a haceros una propuesta con el elevadísimo propósito de reportarnos grandes beneficios a ambos.
La voz de Jack mientras hablaba era lenta, pausada, rica de tonos y grandilocuente. Se le daba muy bien encandilar a la gente con sus palabras. Sus halagos eran especialmente efectivos con gente egocéntrica, como suponía que era Il Bianco. Sin embargo con los mafiosos había que cuidar las palabras especialmente. Una frase mal empleada, una expresión inadecuada, un comentario fuera de lugar o desafortunado... y todo al traste. Era por lo general gente muy suspicaz, dada a la violencia gratuíta y fácilmente irritable. El mero hecho de molestar levemente a uno podía conllevar a la muerte. Así era el mundo de la mafia, cruel y brutal. Jack procedió a presentarse, carraspeando.
- Mi nombre es El Renegado, ingeniero y espía profesional al servicio de la Revolución, y al igual que vos, enemigo de la Marina. Soy buscado a lo largo y ancho de este mar por haberme infiltrado en solitario en el cuartel general de la Marina, haber acabado con un nutrido grupo de guardias y haber saboteado investigaciones secretas del Gobierno quemando documentos, destruyendo laboratorios y atentando contra la vida de investigadores del Gobierno. Mi historial es más largo que este, pues he sido el responsable de la muerte de decenas de funcionarios del Gobierno a lo largo y ancho del mundo. Por ello considero que una alianza entre dos personas de nuestra titánica talla haría temblar el mundo.
La segunda parte del plan de Jack para ganarse a Il Bianco era mostrarse a él mismo como una persona fuerte y digna de aliarse con alguien de su poderío. En el mundo de la mafia no sólo había que congraciarse con los más fuertes, había que marcar terreno y mostrarse a uno mismo como alguien poderoso, pero a la vez buscar que el interlocutor te vea como un aliado y no una amenaza. Había que escoger bien las palabras, o podías mostrarte demasiado sumiso, con lo que el otro te vería como un inferior y un siervo, y no un aliado. Sin embargo había que tener cuidado para no pasarse y acabarse mostrando como una amenaza potencial. Había que buscar un equilibrio.
- Mi propuesta es pasar a formar parte de las filas de vuestros aliados. Colaboraré con vos y os ayudaré cuando sea preciso, y a cambio vos proveeréis de armas y suministros a mi gente. Como prueba de buena fe, os traigo un presente.
Jack se metió la mano lentamente y con parsimonia en la túnica, buscando no hacer movimientos bruscos para que Il Bianco no pensase que intentaba atacarle. Sacó un pergamino lacrado que le ofreció cortésmente.
- En ese pergamino tenéis información secreta que robamos a los marines hace una semana. Detalla la ruta que trazará un mercante de la Marina que transporta en secreto oro y pólvora.
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*Meneror tas escuchar toda aquella palabrería simplemente se dedicó a coger su puro con sus dos dedos dejándolo a pocos centímetros de la boca para exhalar una gran bocanada de humo, el cual, invade la sala. Tras eso suspira*
-Mera palabrería y un negocio un tanto provechoso a la par de descarado, vuestra persona viene aqui el día en el que estoy tomando mi ...vino...
*Enseña su copa con vino tiento acompañada por el puro que sostenía en su mano mientras mira a Silvers*
-Vuestros halagos hacia mi persona no son un aliciente para que seais tratado con decoro *acerca el puro a la boca para repetir la secuencia de exhalar otra bocanada* - Soy un hombre harto ocupado y vuestra propuesta ha logrado...despertar mi interés por el cual podeis sentaros frente a mi.
*Bebe un poco de su copa para dejarla en la mesa*
-Quiero dar un gran golpe a la Marina señor Silvers pero vos venís aqui como si fuera a aceptaros, a pesar de vuestra jugosa ...información, por tanto, hareis una prueba para mi de fe. No tiene otro remedio.
*Il Bianco se levantó de su asiento , dejando ver su abrigo de piel gris colgando de sus hombros dejando ver su imponente altura y su refinada vestimenta para sacar unos documentos de una estantería en aquella sala y colocarlos delante de Silvers*
-Sweet Dead, la necesito viva para una trampa, si lográis traérmela en dos días...tendréis mi voto de fe hacia vos cerrando así el trato de armas por vuestros servicios ¿Alguna duda?
-Mera palabrería y un negocio un tanto provechoso a la par de descarado, vuestra persona viene aqui el día en el que estoy tomando mi ...vino...
*Enseña su copa con vino tiento acompañada por el puro que sostenía en su mano mientras mira a Silvers*
-Vuestros halagos hacia mi persona no son un aliciente para que seais tratado con decoro *acerca el puro a la boca para repetir la secuencia de exhalar otra bocanada* - Soy un hombre harto ocupado y vuestra propuesta ha logrado...despertar mi interés por el cual podeis sentaros frente a mi.
*Bebe un poco de su copa para dejarla en la mesa*
-Quiero dar un gran golpe a la Marina señor Silvers pero vos venís aqui como si fuera a aceptaros, a pesar de vuestra jugosa ...información, por tanto, hareis una prueba para mi de fe. No tiene otro remedio.
*Il Bianco se levantó de su asiento , dejando ver su abrigo de piel gris colgando de sus hombros dejando ver su imponente altura y su refinada vestimenta para sacar unos documentos de una estantería en aquella sala y colocarlos delante de Silvers*
-Sweet Dead, la necesito viva para una trampa, si lográis traérmela en dos días...tendréis mi voto de fe hacia vos cerrando así el trato de armas por vuestros servicios ¿Alguna duda?
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Las palabras de Il Bianco hubiesen molestado a otra persona con menos experiencia, pero viniendo de alguien como él, Jack sabía que había tenido suerte y era un halago. Lo más normal al ir a tratar con gente así era acabar apaleado en una esquina o muerto en una cuneta con un tiro en la frente. En cambio, sabía que había logrado despertar el interés de su interlocutor. Sonrió, quedando su sonrisa oculta bajo la máscara.
- No os decepcionaré, gran Il Bianco. Os aseguro que no os decepcionaré. Soy un asesino profesional, y como tal, un secuestro no me será ningún problema.
La cortesía era fundamental. A pesar de que el mafioso hubiese despreciado con palabras sus halagos, sabía que en el fondo los disfrutaba. Aceptarlos sin embargo, sería muestra de debilidad. Y la debilidad era algo que un mafioso nunca, bajo ningún concepto, debía mostrar. Por ello, ignoró las duras palabras de Il Bianco. Eso sí, debía marcar terreno. Si no se mostraba como alguien duro y fuerte, lo acabaría viendo como a un subordinado más.
- Eso sí, mi señor Il Bianco. Quiero dejar claro desde un principio que esto es una alianza, no una petición de trabajo. Os ayudaré con mi dotes de asesino en vuestros propósitos, pero no seré vuestro subordinado. Haré las cosas a mi manera y a cambio quiero sumas generosas para mi gente. Yo he dado una muestra de buena fe trayendo los planos de la ruta, así que espero que cuando vuestros hombres roben la mercancía, enviéis una pequeña parte como tributo a Saint Reia. Así, con sangre y fuego, sellaremos nuestra alianza. Y el Gobierno temblará. Aunque claro, tened en cuenta que comerciar con Saint Reia os valdrá convertiros en un hombre buscado por el Gobierno por tráfico y comercio ilegal, pero supongo que a alguien como vos eso no le molestará.
Jack se cruzó de brazos y se acomodó en la silla, esperando la respuesta del mafioso. Comenzaba a notar calor, y le molestaba el humo, pero no dejó traslucir esto. Acababa de forzar mucho su suerte al emplear esas palabras, pero confiaba que Il Bianco estuviese lo suficientemente interesado como para aceptar el trato.
- No os decepcionaré, gran Il Bianco. Os aseguro que no os decepcionaré. Soy un asesino profesional, y como tal, un secuestro no me será ningún problema.
La cortesía era fundamental. A pesar de que el mafioso hubiese despreciado con palabras sus halagos, sabía que en el fondo los disfrutaba. Aceptarlos sin embargo, sería muestra de debilidad. Y la debilidad era algo que un mafioso nunca, bajo ningún concepto, debía mostrar. Por ello, ignoró las duras palabras de Il Bianco. Eso sí, debía marcar terreno. Si no se mostraba como alguien duro y fuerte, lo acabaría viendo como a un subordinado más.
- Eso sí, mi señor Il Bianco. Quiero dejar claro desde un principio que esto es una alianza, no una petición de trabajo. Os ayudaré con mi dotes de asesino en vuestros propósitos, pero no seré vuestro subordinado. Haré las cosas a mi manera y a cambio quiero sumas generosas para mi gente. Yo he dado una muestra de buena fe trayendo los planos de la ruta, así que espero que cuando vuestros hombres roben la mercancía, enviéis una pequeña parte como tributo a Saint Reia. Así, con sangre y fuego, sellaremos nuestra alianza. Y el Gobierno temblará. Aunque claro, tened en cuenta que comerciar con Saint Reia os valdrá convertiros en un hombre buscado por el Gobierno por tráfico y comercio ilegal, pero supongo que a alguien como vos eso no le molestará.
Jack se cruzó de brazos y se acomodó en la silla, esperando la respuesta del mafioso. Comenzaba a notar calor, y le molestaba el humo, pero no dejó traslucir esto. Acababa de forzar mucho su suerte al emplear esas palabras, pero confiaba que Il Bianco estuviese lo suficientemente interesado como para aceptar el trato.
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-Hay trato
*Meneror sonrió ampliamente con sus puro en la boca, pues la idea le venía al pelo para sus futuras conjuras, exhala humo para luego chasquear los dedos y que un guardaespaldas entrara en la habitación*
-¿Signore?
*Meneror le responde*
-El Caballero "Renegado"es ahora mi invitado personal...quiere saber como trabajamos...*Sonrie ampliamente de lado*- Je...le enseñaremos como trabajamos...preparad mi navio el Big Crocodile, si alguien pregunta...negocios.
-Si signore *El Guardaespaldas de va del lugar dejándonos solos*
*Observa a "Silvers" Tras levantarse de su sillón*
-Dígame señor Renegado ¿Le gusta navegar?....¿quiere ver y ser partícipe de un ataque a una escuadra de la marina?,le aseguro que quedará muy a gusto..y con el botín que saquemos...usted se quedará con el 20 por ciento de las armas para el contrabando como estipulara nuestra alianza
*exhala humo*
¿Venís?
*Meneror sonrió ampliamente con sus puro en la boca, pues la idea le venía al pelo para sus futuras conjuras, exhala humo para luego chasquear los dedos y que un guardaespaldas entrara en la habitación*
-¿Signore?
*Meneror le responde*
-El Caballero "Renegado"es ahora mi invitado personal...quiere saber como trabajamos...*Sonrie ampliamente de lado*- Je...le enseñaremos como trabajamos...preparad mi navio el Big Crocodile, si alguien pregunta...negocios.
-Si signore *El Guardaespaldas de va del lugar dejándonos solos*
*Observa a "Silvers" Tras levantarse de su sillón*
-Dígame señor Renegado ¿Le gusta navegar?....¿quiere ver y ser partícipe de un ataque a una escuadra de la marina?,le aseguro que quedará muy a gusto..y con el botín que saquemos...usted se quedará con el 20 por ciento de las armas para el contrabando como estipulara nuestra alianza
*exhala humo*
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Jack estuvo a punto de suspirar aliviado cuando Meneror dijo "Hay trato. Sin embargo se contuvo, manteniendo la compostura. Observó cómo llamaba a uno de sus hombres y hablaba con él, escuchando con curiosidad la conversación. Le proponían ir a presenciar el ataque a la escuadra que él mismo había propuesto. Era una invitación de un "signore" de la mafia. Rechazarla sería una ofensa, y dudaba que a aquellas alturas fuese una trampa. Además, rechazarla también habría supuesto que Meneror creyese que era una trampa. Así pues, no le quedaba otra que aceptar, aunque no le incomodaba. Aprovecharía para comprobar cómo trabajaba el mafioso.
- Acepto gustoso, Il Bianco. Vayamos juntos pues a ver arder a esos malditos secuaces del Gobierno.
Un tiempo más tarde
El rugir de los cañones hacía temblar la cubierta del barco. Estaban sobre el Big Crocodile, el barco de su anfitrión, persiguiendo a un mercante. Ese mercante era en realidad un barco del Gobierno que llevaba mercancías a la base principal de la Marina del South Blue. Llevaba grandes cantidades de munición y pólvora, así como víveres, herramientas y dinero para pagar los sueldos de los marines de la base. Sería un duro golpe para la Marina. Jack estaba de pie, cerca del mascarón de proa, observando la persecución impasible. Su máscara impedía que su expresión facial quedase delatada y le daba un aire siniestro.
- Y así sellamos nuestra alianza, mi señor Il Bianco... ¿o debería decir Capitán Meneror?
Se giró hacia el líder mafioso y capitán pirata, esperando su respuesta.
- Acepto gustoso, Il Bianco. Vayamos juntos pues a ver arder a esos malditos secuaces del Gobierno.
Un tiempo más tarde
El rugir de los cañones hacía temblar la cubierta del barco. Estaban sobre el Big Crocodile, el barco de su anfitrión, persiguiendo a un mercante. Ese mercante era en realidad un barco del Gobierno que llevaba mercancías a la base principal de la Marina del South Blue. Llevaba grandes cantidades de munición y pólvora, así como víveres, herramientas y dinero para pagar los sueldos de los marines de la base. Sería un duro golpe para la Marina. Jack estaba de pie, cerca del mascarón de proa, observando la persecución impasible. Su máscara impedía que su expresión facial quedase delatada y le daba un aire siniestro.
- Y así sellamos nuestra alianza, mi señor Il Bianco... ¿o debería decir Capitán Meneror?
Se giró hacia el líder mafioso y capitán pirata, esperando su respuesta.
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*Meneror observó al Renegado con especial humor , pues ya tenían objetivos comunces , le ofreció su mano*
-Dígame señor Renegado ¿le gustan los fuegos artificiales?...a mme apasionan ¿quiere verlos?
*Tras decir esto el oficial que estaba detrás de mi comienza a gritar*
-!Todos a sus puestos, cerrad todas las escotillas, listos para el ataque , artilleros de la cuaderna maestra apuntad al los mástiles !
*En ese momento las portillas comenzaron a abrirse dejando ver los cañoles listos, mientras un gran revuelo se batía en cubierta entre órdenes y barriles de pólvora rodando, mientras todo esto acontecía varios marineros ofrecen una Silla a "Il Bianco " en cubierta, donde me siento y cruzo las piernas con vistas al navío mercante, me ofrecen un puro, me lo encienden y me sirven una copa de vino paral uego decir*
-Procurad no tener bajas de más de 8 hombres oficial...que sea rápido, no quiero supervivientes, traed todo a bordo.
*Tras decir aquello el oficial acepta las ordenes y los cañones comenzaron a silbar contra el navío*
-Dígame señor Renegado ¿le gustan los fuegos artificiales?...a mme apasionan ¿quiere verlos?
*Tras decir esto el oficial que estaba detrás de mi comienza a gritar*
-!Todos a sus puestos, cerrad todas las escotillas, listos para el ataque , artilleros de la cuaderna maestra apuntad al los mástiles !
*En ese momento las portillas comenzaron a abrirse dejando ver los cañoles listos, mientras un gran revuelo se batía en cubierta entre órdenes y barriles de pólvora rodando, mientras todo esto acontecía varios marineros ofrecen una Silla a "Il Bianco " en cubierta, donde me siento y cruzo las piernas con vistas al navío mercante, me ofrecen un puro, me lo encienden y me sirven una copa de vino paral uego decir*
-Procurad no tener bajas de más de 8 hombres oficial...que sea rápido, no quiero supervivientes, traed todo a bordo.
*Tras decir aquello el oficial acepta las ordenes y los cañones comenzaron a silbar contra el navío*
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Jack estrechó la mano del mafioso y observó cómo sus hombre lo ponían cómodo. Le llevaron una silla, le encendieron un puro y le dieron una copa de vino. Desde luego aquel hombre sabía lo que quería. Jack se apoyó con los brazos sobre la varanda de la borda y observó el espectáculo. El barco del Gobierno era un mercante de tamaño medio de dieciséis cañones. Estaba claro que no era un navío preparado para grandes batallas, y menos para competir contra un galeón pirata de cuarenta cañones. Sacó su visor térmico y se lo colocó sobre la máscara, usando el zoom para observar el barco enemigo. Los marineros corrían enloquecidamente por la cubierta, preparándose para el combate, pero observó algo interesante.
- Don Il Bianco... los enemigos tienen un grupo de hombres en las bodegas. Posiblemente agentes del Gobierno destacados para proteger la carga. Vuestros hombres deberán tenerlo presente cuando abordéis el mercante.
Tras eso, apagó el visor y se lo guardó en el interior de su capa. Apoyado sobre la varanda, se giró y observó la actividad en su propio barco. Los piratas de Il Bianco se afanaban en preparar los cañones y subirlos ligeramente sobre sus soportes, para apuntar hacia arriba y hacer tiros altos. Dedujo que lo harían para derribar los palos, como el contramaestre había ordenado. Entonces cayó en la cuenta de algo.
- Decidme, don. ¿Qué debo saber sobre esa mujer a la que debo capturar? Edad, apariencia física, nombre real, profesión, islas que suele frecuentar... esos detalles. Conociendo solo ese apodo, "sweet dead", no sería fácil localizarla.
- Don Il Bianco... los enemigos tienen un grupo de hombres en las bodegas. Posiblemente agentes del Gobierno destacados para proteger la carga. Vuestros hombres deberán tenerlo presente cuando abordéis el mercante.
Tras eso, apagó el visor y se lo guardó en el interior de su capa. Apoyado sobre la varanda, se giró y observó la actividad en su propio barco. Los piratas de Il Bianco se afanaban en preparar los cañones y subirlos ligeramente sobre sus soportes, para apuntar hacia arriba y hacer tiros altos. Dedujo que lo harían para derribar los palos, como el contramaestre había ordenado. Entonces cayó en la cuenta de algo.
- Decidme, don. ¿Qué debo saber sobre esa mujer a la que debo capturar? Edad, apariencia física, nombre real, profesión, islas que suele frecuentar... esos detalles. Conociendo solo ese apodo, "sweet dead", no sería fácil localizarla.
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*Meneror bebía de su copa de vino mientras quitaba la ceniza de su puro, a su vez los primeros cañonazos hicieron sentir la presencia pirata del mercante, el cual intentando huir se vio acorralado por varios disparos consecutivos de balas encadenadas*
-La Señorita Sweed es una marinera del a banda Pirata Sons of Anarchy, la necesito con vida para que mi nombre llegue a buen puerto ante esa banda, no pido que lo entendáis, sólo que lo hagais. Y tened a bien que este no es mi primer abordaje señor "Renegado".
*Los cañones aciertan a el palo mayor y el de mesana haciendo caer estos al mar mientras el humo de la pólvora dejaba ambos navíos cubierto por un denso humo, se podían oír gritos, disparos al azar hasta que chasqueo mis dedos y los marineros lanzan garfios y planchas de abordaje, entablando combate con los marines de cubierta, mientras "Il Bianco" terminaba su copa y seguía sentado mirando el combate*
-Es tan gratificante.... ¿no cree?
*Los marineros pelean a espada salvajemente mientras los piratas ganaban terreno hasta que la bala de uno de lso marines acierta en mi hombro sin yo inmutarme*
-La Señorita Sweed es una marinera del a banda Pirata Sons of Anarchy, la necesito con vida para que mi nombre llegue a buen puerto ante esa banda, no pido que lo entendáis, sólo que lo hagais. Y tened a bien que este no es mi primer abordaje señor "Renegado".
*Los cañones aciertan a el palo mayor y el de mesana haciendo caer estos al mar mientras el humo de la pólvora dejaba ambos navíos cubierto por un denso humo, se podían oír gritos, disparos al azar hasta que chasqueo mis dedos y los marineros lanzan garfios y planchas de abordaje, entablando combate con los marines de cubierta, mientras "Il Bianco" terminaba su copa y seguía sentado mirando el combate*
-Es tan gratificante.... ¿no cree?
*Los marineros pelean a espada salvajemente mientras los piratas ganaban terreno hasta que la bala de uno de lso marines acierta en mi hombro sin yo inmutarme*
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Jack decidió no seguir forzando. Con esa frase ya le había dado un toque de atención, y estaba seguro de que si se le agotaba la paciencia, el toque no sería de atención precisamente. Decidió centrarse en la batalla. Los cañones del galeón de Il Bianco disparaban proyectiles encadenados que destrozaban las velas y palos del mercante. Una vez hubieron acabado con su movilidad, pasaron a abordarlo con garfios y tablas. Los tripulantes no parecían rivales para los piratas, a pesar de que se defendían fieramente. Sin embargo, de la bodega un grupo de marines compuesto por reclutas y oficiales de bajo rango sale a combatir a los corsarios. La lucha en ese momento quedó más igualada. Jack observaba esto cuando de repente un marine armado con un rifle de precisión apuntó hacia ellos y disparó a Il Bianco. La bala le impactó en el hombro. El revolucionario se giró hacia él, pero la herida de repente se deformó y desapareció. Ni siquiera tenía una marca en la ropa.
- ¡¿Qué...!?
¿Sería eso el poder de una de las famosas frutas del diablo? Jack no lo sabía y realmente no le importaba. Lo vital ahora era ganar la batalla. De repente vio a uno de los oficiales avanzando este los hombres de Il Bianco con facilidad, armado con un sable. De repente se subió a una de las tablas que habían empleado los piratas para el abordaje y fue corriendo hacia ellos dos. A su vez, Jack corrió hacia él. Observó que tenía galones de teniente.
- ¡Sokudan Move, Evassive Shadow!
Comenzó a moverse a gran velocidad, zigzagueando en dirección al cabo. Llegó frente a él y este trató de decapitarle de un sablazo, pero Jack lo evitó echándose hacia atrás. Entonces, saltando, le dio una patada en el pecho. Sin embargo no era una patada normal, pues de la bota del Renegado asomó una cuchilla de quince centímetros que le atravesó el corazón, matándolo. De repente notó un aguijonazo y una bala le atravesó el brazo izquierdo. Era el francotirador de antes.
- Maldito... - murmuró.
Comenzó a esprintar sobre una de las cuerdas dispuestas por los piratas usando su "Evassive Shadow", con una agilidad sobrenatural. La cuerda estaba clavada a lo que quedaba del mástil enemigo por un arpón. El francotirador volvió a disparar, pero Jack saltó de la cuerda a la cubierta del barco evitando el tiro. Se camufló en medio de la melé, pasando a toda velocidad entre los combatientes, evadiendo espadazos y tiros. Recibió un par de golpes y cortes ocasionales por el camino, pero salió más o menos indemne. Se cubrió contra la pared del castillo de proa y comenzó a trepar por esta ayudándose de las cuchilas de sus botas y otras que llevaba al cinto. Al terminar de subir se encontró al francotirador apuntando a algún nuevo objetivo.
- Así que vos sois aquel que me ha intentado matar - dijo simplemente.
El marine, otro cabo, se giró hacia él sorprendido. Iba con una gorra de la Marina, una capa blanca y unos cascos en los oídos. Antes de que pudiera apuntarle, Jack soltó los cuchillos y le pegó un puñetazo en la mandíbula. Su rival retrocedió y dejó caer su arma. El asesino avanzó hacia él y le dio un rápido puñetazo en el estómago, seguido de uno en mitad de la cara en el momento en que se encogía de dolor. Mientras el cabo gemía y se tambaleaba le apoyó la palma de la mano en la frente y le agarró la cabeza. De un brazal oculto en su muñeca salió su cuchilla oculta, atravesándole la cabeza y llegando al cerebro.
- ¡Es el Renegado! - dijo aterrorizado un recluta señalándole - ¡Estamos perdidos!
- ¡¿Qué...!?
¿Sería eso el poder de una de las famosas frutas del diablo? Jack no lo sabía y realmente no le importaba. Lo vital ahora era ganar la batalla. De repente vio a uno de los oficiales avanzando este los hombres de Il Bianco con facilidad, armado con un sable. De repente se subió a una de las tablas que habían empleado los piratas para el abordaje y fue corriendo hacia ellos dos. A su vez, Jack corrió hacia él. Observó que tenía galones de teniente.
- ¡Sokudan Move, Evassive Shadow!
Comenzó a moverse a gran velocidad, zigzagueando en dirección al cabo. Llegó frente a él y este trató de decapitarle de un sablazo, pero Jack lo evitó echándose hacia atrás. Entonces, saltando, le dio una patada en el pecho. Sin embargo no era una patada normal, pues de la bota del Renegado asomó una cuchilla de quince centímetros que le atravesó el corazón, matándolo. De repente notó un aguijonazo y una bala le atravesó el brazo izquierdo. Era el francotirador de antes.
- Maldito... - murmuró.
Comenzó a esprintar sobre una de las cuerdas dispuestas por los piratas usando su "Evassive Shadow", con una agilidad sobrenatural. La cuerda estaba clavada a lo que quedaba del mástil enemigo por un arpón. El francotirador volvió a disparar, pero Jack saltó de la cuerda a la cubierta del barco evitando el tiro. Se camufló en medio de la melé, pasando a toda velocidad entre los combatientes, evadiendo espadazos y tiros. Recibió un par de golpes y cortes ocasionales por el camino, pero salió más o menos indemne. Se cubrió contra la pared del castillo de proa y comenzó a trepar por esta ayudándose de las cuchilas de sus botas y otras que llevaba al cinto. Al terminar de subir se encontró al francotirador apuntando a algún nuevo objetivo.
- Así que vos sois aquel que me ha intentado matar - dijo simplemente.
El marine, otro cabo, se giró hacia él sorprendido. Iba con una gorra de la Marina, una capa blanca y unos cascos en los oídos. Antes de que pudiera apuntarle, Jack soltó los cuchillos y le pegó un puñetazo en la mandíbula. Su rival retrocedió y dejó caer su arma. El asesino avanzó hacia él y le dio un rápido puñetazo en el estómago, seguido de uno en mitad de la cara en el momento en que se encogía de dolor. Mientras el cabo gemía y se tambaleaba le apoyó la palma de la mano en la frente y le agarró la cabeza. De un brazal oculto en su muñeca salió su cuchilla oculta, atravesándole la cabeza y llegando al cerebro.
- ¡Es el Renegado! - dijo aterrorizado un recluta señalándole - ¡Estamos perdidos!
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*Mientras Meneror observaba con especial detenimiento al Señor Rengado, pues, deseaba conocer bien a la gente con la que se aliaba, sucedía el abordaje con gran éxito por arte de la causa pirata mientras que el propio Capitán Meneror no se había inmutado por aquella bala, simplemente una vez rendido el barco y hecho prisioneros a los marines restantes se colocó una pasarela para él , y este, subió al navio enemigo .
-"Escoria Marine" *pensó mientras colocaban a los supervivientes en final de rodillas y Meneror comenzó a pasar por su lado sin decir nada mirándoles. Algunos estaban asustados, otros lloraban y otros rezaban a su dios, pero había uno que se mantenía desafiante. Meneror hizo un aceno con su puro hacia aquel hombre para que un marinero que estuviera detrás le diera una patada hacia adelante para sacarlo de la fila y hablar con él*
-Vaya caballeros veo que tenemos un zorro entre gallinas.
*Los marineros comienzan a reírse, pero su risa se vio cortada por las palabras del marine derrotado*
-La Marina dará contigo estupida escoria del mar.
*Todos callaron ante aquel insulto al capitán, Meneror quedó callado para luego sonreir y decir irónico*
-Nunca me habían llamado estúpido.... *Se giró dando la espalda a aquel marine, dando 4 pasos hacia adelante, cuando de imprevisto saca su pistola y se gira pegándole un tiro al marine en la cabeza cayendo en el acto*
-.....y nadie suele sobrevivir al decirlo... *Mira al resto de marines apresados*
-Este navío ahora es de la Compañía, por lo tanto el que no quiera unirse a mi tiene dos opciones...enviar este mensaje de que la marina no puede tomar lo que no es suyo y vivir o quedarse en el navio y morir....¿Quién será mi mensajero?
*Los prisioneros se abalanzaron suplicando ser los mensajeros y asi poder escapar en un bote*
-Esta bien marines, subireis en dos botes, uno subiran 2 y otro subiran los 5 restantes ..adelante.
*Se comenzaron a disponer botes para los "mensajeros" , pero nada mas comenzaron a remar para abandonar aquella pesadilla Meneror dijo a su oficial*
-Decidme..¿cuantos mensajeros hacen falta para dar un mensaje?
-Uno.....
*Un cañonazo voló por los aires la chalupa de 5 hombres y la de 2 solo uno de los 2 ocupantes recibió un tiro de pistola, mientras le único superviviente se alejaba remando asustado Meneror se acercó a Renegado para hablarle mientras miraba el Bote ardiendo*
-¿Sabeis cuando me creo mas cerca del creador?..Cuando se ve el tormento , la locura y la desesperación, ahí se ve la voluntad cristiana..¿no cree? ....
*Bajo de proa para dirigirse a su camarote*
-"Escoria Marine" *pensó mientras colocaban a los supervivientes en final de rodillas y Meneror comenzó a pasar por su lado sin decir nada mirándoles. Algunos estaban asustados, otros lloraban y otros rezaban a su dios, pero había uno que se mantenía desafiante. Meneror hizo un aceno con su puro hacia aquel hombre para que un marinero que estuviera detrás le diera una patada hacia adelante para sacarlo de la fila y hablar con él*
-Vaya caballeros veo que tenemos un zorro entre gallinas.
*Los marineros comienzan a reírse, pero su risa se vio cortada por las palabras del marine derrotado*
-La Marina dará contigo estupida escoria del mar.
*Todos callaron ante aquel insulto al capitán, Meneror quedó callado para luego sonreir y decir irónico*
-Nunca me habían llamado estúpido.... *Se giró dando la espalda a aquel marine, dando 4 pasos hacia adelante, cuando de imprevisto saca su pistola y se gira pegándole un tiro al marine en la cabeza cayendo en el acto*
-.....y nadie suele sobrevivir al decirlo... *Mira al resto de marines apresados*
-Este navío ahora es de la Compañía, por lo tanto el que no quiera unirse a mi tiene dos opciones...enviar este mensaje de que la marina no puede tomar lo que no es suyo y vivir o quedarse en el navio y morir....¿Quién será mi mensajero?
*Los prisioneros se abalanzaron suplicando ser los mensajeros y asi poder escapar en un bote*
-Esta bien marines, subireis en dos botes, uno subiran 2 y otro subiran los 5 restantes ..adelante.
*Se comenzaron a disponer botes para los "mensajeros" , pero nada mas comenzaron a remar para abandonar aquella pesadilla Meneror dijo a su oficial*
-Decidme..¿cuantos mensajeros hacen falta para dar un mensaje?
-Uno.....
*Un cañonazo voló por los aires la chalupa de 5 hombres y la de 2 solo uno de los 2 ocupantes recibió un tiro de pistola, mientras le único superviviente se alejaba remando asustado Meneror se acercó a Renegado para hablarle mientras miraba el Bote ardiendo*
-¿Sabeis cuando me creo mas cerca del creador?..Cuando se ve el tormento , la locura y la desesperación, ahí se ve la voluntad cristiana..¿no cree? ....
*Bajo de proa para dirigirse a su camarote*
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Jack observó el crudo espectáculo con entereza, y sin dar muestras del odio que sentía por dentro. Despreciaba tener que pactar con esa clase de gente, pero no le quedaba más remedio. Comparados con el Gobierno, eran un mal menor al que podían aplastar si crecía demasiado. Los marines había batallado bravamente, y no se merecían el trato que habían recibido. Tan sólo eran hijos del pueblo con ideas distorsionadas pero que como todos, querían proteger a sus seres queridos. Sacudió la cabeza y se acercó a Il Bianco cuando este se retiraba.
- Don, partiré de inmediato en busca de la pirata. Tendréis noticias mías en breves. ¿Puedo pediros que me proporcionéis una barca y provisiones para un par de días?
Creía que la petición era razonable, al fin y al cabo estaba ayudando al mafioso en un asunto que no le incumbía. Para sus hombre ya había ganado una recompensa al mostrarle la ruta hacia el mercante, y nada le ataba ya Il Bianco. Sin embargo iba a trabajar para él de todos modos. No tenía sentido que se la denegase o la viese inapropiada, por mucho que dentro del mundo de la mafia uno debiese ser precavido a la hora de dirigirse a un don.
- Don, partiré de inmediato en busca de la pirata. Tendréis noticias mías en breves. ¿Puedo pediros que me proporcionéis una barca y provisiones para un par de días?
Creía que la petición era razonable, al fin y al cabo estaba ayudando al mafioso en un asunto que no le incumbía. Para sus hombre ya había ganado una recompensa al mostrarle la ruta hacia el mercante, y nada le ataba ya Il Bianco. Sin embargo iba a trabajar para él de todos modos. No tenía sentido que se la denegase o la viese inapropiada, por mucho que dentro del mundo de la mafia uno debiese ser precavido a la hora de dirigirse a un don.
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