Dagas en la oscuridad [Yo y Emperador]

El extensísimo parque de Dark Dome City estaba a oscuras, como de costumbre. En ese momento nadie circulaba por aquella parte del parque, excepto una mujer pelirroja vestida con un traje gris oscuro. Esta llevaba una maleta negra en la mano. Caminaba rápido y mirando alrededor, nerviosa. Era una alta funcionaria de Dark Dome, del consejo de dirección de la ciudad. Tenía tratos con una mafia local, como muchos funcionarios en aquella metrópolis. Era la única manera de sobrevivir siendo del gobierno. Aquella noche tenía que encontrarse con la líder de la mafia que la protegía. Sin embargo, sospechaba que algo iba terriblemente mal. Llegó al lugar indicado, pero no parecía haber nadie. Se sentó en un bando de piedra a esperar. Como estaban tardando mucho, sacó de su maleta un informe que le faltaba por leer y unas gafas con linterna para leerlo. De repente, una gota de algo rojo cayó sobre el papel. Miró hacia arriba, y gritó. Colgando de una rama, ahorcada, estaba la jefa de la mafia. Se levantó de golpe y se fijó en que en el mismo bando donde estaba ella había alguien, una persona envuelta en una capa negra con una máscara sonriente con bigote y perilla. Llevaba un sombrero negro de ala ancha para retocar el conjunto. Estaba sentado sobre el respaldo del banco, extrañamente.

- Hola, Noa - dijo el desconocido. Su voz era fría, susurrante y evidentemente masculina.

Noa empezó a correr. De repente escuchó un ruido como de una corriente de viento y algo pasó velozmente a su lado. No le dio importante y siguió corriendo. No entendía qué había ocurrido, o cómo podía haber ocurrido aquello. Tropezó con algo y cayó. Vio que lo que había en mitad del camino era otro cadáver, un hombre alto y feo que solía acompañar a la jefa de la mafia. Era su hombre de confianza. Noa se alejó arrastrándose, con los ojos fuera de las órbitas, hasta que chocó con algo. Se giró. Era otra vez el hombre de la máscara. Gimoteó cuando este le agarró con firmeza por la chaqueta del traje y la obligó a levantarse.

- El pueblo reclama justicia, Noa. No precisa de corruptos como vos.

- Por favor - lloriqueó - soy madre de dos hijas... por favor...

- Ah... ahora debería frenar mi daga justiciera por vuestras hijas. ¿Pensasteis vos en las familias que desahuciasteis para convertir aquella manzana en un centro comercial que entregasteis a la mafia? ¿O a caso en los miles de muertos a causa de vuestra política de dejar a las mafias a su libre albedrío? ¿Las decenas de inocentes muertos? ¿Los cientos de personas que acabaron con sus vidas destrozadas a causa de la droga? El pueblo ha hablado con voz de trueno, y reclama sangre... la sangre derramada será pagada con sangre.

Aun agarrando a la funcionaria, que lloraba y gemía, la empujó, tirándola al suelo. Comenzó a pasearse a su alrededor amenazadoramente. Sacó del interior de su capa una cuchilla ensangrentada, la misma con la que había matado a la mafiosa y sus guardaespaldas.

- Vuestra muerte y la de la líder de la mafia Kristal Keith no será suficiente para pagar los litros de sangre derramada. Una vez acabe con vos las siguientes serán vuestras compañeras del Consejo, las propietarias de las principales empresas y las capos de varias mafias destacadas. Mientras hablamos, una bomba de cinco kilos de pólvora está a punto de explotar en casa de la empresaria Yuki Kirimoto.

Se agachó junto a la sollazante Noa y le limpió una lágrima que le caía por la mejilla con un dedo enguantado. Entonces le agarró el pelo y le levantó la cabeza, dejando el cuello al descubierto. La chica comenzó a chillar

- Oh no, cariño, no te servirá de nada gritar... Ya es tarde para arrepentirse.

Levantó el cuchillo y se dispuso a dar el golpe de muerte.

Kiroi avanzaba con calma por la enorme extensión que comprendía el parque de Dark Dome City, bebiendo de una garrafa de dos litros de agua, pues estaba sediento al estar lejos del agua. Tenía una misión que cumplir, pero se había retrasado un poquito debido a una pequeña intromisión. Un grupo de revolucionarios estaba lanzando piedras y encendiendo cócteles molotov para arrasar la sede de uno de los mayores bancos de la ciudad, banco que había pagado al gobierno para la protección de cierta gente, por lo que Kiroi tuvo que encargarse de ellos.

El parque estaba silencioso, en parte por las altas horas de la noche. Pero aquel lugar carecía de las típicas alimañas que rondan los grandes parques de las ciudades, pues la polución impedía a los animales vivir allí.

Kiroi avanzaba con resolución pero sin darse demasiada prisa hasta que un desgarrador grito cortó el silencio de golpe. Su misión estaba siendo comprometida. Kiroi comenzó a avanzar a grandes zancadas hacia el lugar señalado.

Cuando llegó, no encontró más que un cadáver colgado de un árbol, pero pudo escuchar una voz de hombre un poco más allá. Avanzó lo justo como para distinguir las figuras. Había un cadver de hombre, seguramente un matón muerto, la pelirroja a la que debía proteger y una figura alta y negra, con una máscara y un cuchillo. Era evidentemente, hostil.

Kiroi escuchó perfectamente como el enmascarado hablaba y pudo percibir en el la pasión y el fervor de un fanático. No había duda, aquel hombre era un revolucionario. En cuanto el hombre asió su cuchillo amenazadoramente, Kiroi vertió algo del agua de la casi acabada garrafa sobre su mano y, con un fluido movimiento, la lanzó convertida en pequeñas gotas, veloces y punzantes como puntas de flecha, contra la mano y el torso de aquel revolucionario.

-Gyojin Karate.... ¡Yabusame!

Por si fallaba el primer intento, Kiroi vertió otro poco de agua sobre su mano y la agarró con fuerza. Si el primer ataque no había logrado alejarlo o desarmarlo, lo repetiría al instante.

-Y pensar que hoy estaba convencido de que sería un día aburrido y sin complicaciones. Escúchame bien, proyecto de héroe del pueblo,- dijo Kiroi con un todo despectivo y claramente hostil.- estoy hasta la coronilla de los estúpidos enmascarados que creen que pueden arreglar las cosas con sus "buenas acciones". A ver si te enteras, payaso bigotudo, en este mundo, no existe la justicia. Cada uno coge lo que sus manos pueden abarcar y lo defiende como bien puede. Esto es la era pirata, no es tiempo de revoluciones ni de justicia. Es tiempo de sangre, dolor y muerte. Así que, si no te importa, te vas a apartar con cuidadito y calma de esa mujer, porque es mi misión protegerla y no voy a permitir que una mierdecilla como tu me arruine el trabajo. Aunque, si te niegas... siempre puedo matarte.- Añadió con voz tétrica.

El cuchillo de Jack estaba descendiendo sobre la garganta de su víctima cuando escuchó un grito y un montón de proyectiles le dieron en el brazo y a lo largo del lado derecho del costado. Uno de los proyectiles le dio en la mano enguantada y soltó el cuchillo. "Agua" pensó, tocándose la ropa mojada mientras se frotaba las costillas, dolorido. Su rival era un gyojin increíblemente gordo, que le empezó a dar un discurso estúpido y individualista. Aguantando el dolor, Jack se levantó, envuelto en su capa. Decidió distraerle mientras tapado por la capa, sacaba de su cinto su pistola y otro cuchillo. Se giró hacia él, mientras Noa se arrastraba hacia unos arbustos. Jack le pisó velozmente la rodilla, y la mujer gritó con fuerza al tiempo que se escuchó un fuerte sonido de huesos rotos.

- Habláis con la voz del desesperanzado, del iluso que prefiere malvivir como las ratas a luchar por su futuro. Habláis con el fétido veneno del Gobierno, que esparce semillas de desilusión, miedo y miseria entre sus gentes. Que los tortura a diario para luego instarlos a no rebelarse. Quien siembre miseria recoge cólera. Yo soy la cólera nacida de los desheredados, de los olvidados. Soy la cólera de los arqueólogos perseguidos y torturados - pronunció esta frase con especial rabia.

Mientras hablaba, comenzó a avanzar paso a paso lentamente hacia él, sin acercarse aun lo suficiente como para golpearse. Mientras, gimoteando, Noa gateó arrastrando su pierna izquierda, tratando de escapar.

- Soy la cólera de aquellos que trabajan en el puente de Tequila Wolf. De los millones de explotados por las empresas a las que tolera el Gobierno. Yo soy muerte para los enemigos del pueblo. Y vos, pobre gyojin, os habéis entrometido en el camino del verdugo de los opresores. Ahora seréis juzgado por ello. Vacías palabras esgrimís contra aquel que hace de la justicia su armadura y de la revolución su arma.

De repente, sin previo aviso, comenzó a moverse a una velocidad insospechada, zigzagueando hacia el gyojin. Era su técnica, "Assasin Sokudan: Evassive Shadow". Mientras se desplazaba hacia él desveló sus dos armas y se frenó a unos metros de él repentinamente, disparando una ráfaga rápida de tres balas, antes de utilizar su Evassiva Shadow nuevamente para cargar sobre él.

- Renegade Sokudan, Armed Shadow. [AIF]

Empuñando su cuchillo, se abalanzó sobre él pretendiendo lanzarle una veloz cuchillada al tiempo que pasaba a su lado.

Mientras el enmascarado hablaba, Kiroi no dejó de contener su risa, con bastante éxito. Entonces su enemigo comenzó a avanzar hacia el mientras soltaba una frase lapidaria antes de comenzar a moverse a gran velocidad zigzagueando hacia el gordo Gyojin. Cuando estaba a unos tres metros se detuvo y disparó una ráfaga de tres balas, pero Kiroi utilizó su kami-e para dejarse caer hacia un lado y las esquivó sin demasiada dificultad. La estocada de su enemigo fue aceptablemente veloz, pero torpe en comparación con lo que Kiroi había visto. Con el agua que estaba agarrando con su mano, disparo de nuevo un yabusame contra su oponente. Estaban a muy poca distancia por lo que, si el enmascarado no detenía su ataque y esquivaba las gotas, se hundirían en su carne como flechas.

Pese a todo, Kiroi sabía que aquel hombre era un auténtico fanático, por lo que, por si las moscas, en cuanto terminó de lanzar su yabusame, dio un salto y utilizó geppou para alejarse unos metros, por si aquel hombre no se detenía y trataba de clavarlo a costa de sufrir heridas.

-Si eso con lo que me atacas es la revolución de la que tanto hablas, déjame decirte que es bastante pobre, bigotudo. No me hagas perder el tiempo con babosadas y palabrería y atácame de verdad, no tengo toda la noche.

Jack al escuchar el ruido del agua y ver su enemigo alejarse, empleó el Shadow para virar bruscamente. Sin embargo varias gotas le impactaron. Una le atravesó la piel del costado y le hizo una herida. Trastabilló y se ocultó tras un árbol aprovechando la velocidad. Se guardó la pistola y sacó otro cuchillo más. El Armed Shadow empleando dos cuchillos era su especialidad. Podría intentar avanzar de árbol en árbol hacia él, ahora que se habían metido de lleno fuera del camino. Sin embargo para el Armed Shadow necesitaba más espacio para maniobrar bien. Emplearía otra estratagema.

- Si tan sólo tuviese más espacio... en fin. Es gordo y corpulento. Aprovecharé mi agilidad y mi entrenamiento para avanzar cubriéndome y trataré de ponerlo entre la espada y la pared... o más entre mis cuchillos y los árboles.

De repente salió corriendo hacia la izquierda. Saltó contra un árbol, se impulsó contra este con las piernas y dio una voltereta que acabó cubriéndose tras otro árbol. Sin pararse tras él, corrió de nuevo, esta vez directo hacia el gyojin. Se frenó a unos cinco metros de él, se tiró al suelo derrapando hacia su derecha y se ocultó tras otro árbol. Trepó velozmente a una rama baja y paso de ella a otra rama un poco más alta desde la que veía al hombre pez. Supuso que sería un agente del Gobierno, ya fuese del de aquella ciudad o del Mundial. Saltó ágilmente a la rama de un árbol sobre el de su enemigo, tras lo cual se saltó a una rama más alta y se escabulló sigilosamente entre el follaje. La oscuridad de la noche perpetua de Dark Dome era su aliada. Su enemigo seguramente le intentaría atacar entre los árboles, pero procuraría no hacer ruido y contener el dolor si le daba. Esperó unos eternos treinta segundos aproximadamente, moviéndose entre las ramas siempre procurando quedar oculto por las hojas. Sus ropas negras le ayudaban a camuflarse. Sin aviso previo, saltó sobre el agente procurando no hacer ruido, y al ir sobre él le lanzó una ráfaga de patadas a los hombros y cabeza.

- Sokudan Move, Air Walk. [AF]

El enmascarado esquivó bastante bien el ataque de Kiroi, tras lo cual comenzó a escabullirse tras los árboles con movimientos veloces e impredecibles. Esto hubiera irritado a Kiroi si el Gyojin no estuviera siempre irritado. Ni siquiera se molestó en tratar de seguir a su enemigo con la mirada una vez este desapareció. Se movió de nuevo hacia el camino y esperó.

-Dices que la justicia es tu armadura, pero yo te he hecho sangrar con unas gotitas de agua. O tu justicia está algo oxidada, o no tienes la suficiente fe en ella. Y alguien que no cree ni en sus propios ideales, no puede triunfar en ningún desafío, bigotudo.

De pronto el enmascarado apareció de entre los árboles por encima de la cabeza del Gyojin y descargó una lluvia de patadas sobre la cabeza y hombros de Kiroi, pero este se cubrió a tiempo con los brazos en cruz y afianzó bien los pies al suelo.

-¡Imperial Guard!

En medio del ataque de su oponente Kiroi utilizó el Semei Kikan para hacer crecer todas las espinas de sus brazos y cabeza hacia su enemigo. Dado que el enmascarado aun estaba atacando, Kiroi veía muy difícil que no se clavara con ninguna de ellas.

A pesar de lo veloz y sigiloso de su ataque, su oponente se cubrió con sus brazos. De repente de estos salieron un montón de espinas, y incapaz de cambiar su trayectoria dado que estaba en el aire. Las patadas impactaron en los pinchos, y a pesar de que sus botas eran de cuero, este era un cuero ligero para proporcionarle mayor sigilo a Jack. Varios pinchos las atravesaron y se le clavaron en la planta de los pies. Cayó al suelo con un grito, y comenzó a rodar para alejarse del gyojin. Para contener los ataques del gyojin sacó su pistola y disparo un par de tiros preventivos desde el suelo, pero parándose a apuntar con la mayor precisión que pudo.

Muerte Voladora [AI]

Tras esto gateó todo lo rápido que pudo, tratando de escapar del gyojin. Aquel movimiento había resultado fatal... necesitaba alejarse de él para poder arrancarse los pinchos de los pies. Mientras gateaba, notó como comenzaba a sudar y marearse. ¿Veneno? Justo lo que le faltaba... La situación empezaba a pintar muy mal para él. Había subestimado a su rival y las consecuencias eran fatales. Comenzaba a temer que tal vez ese sería su último combate.

Kiroi no pudo evitar sonreír cuando sus espinas se hundieron en las botas del enmascarado. Lo que no se esperaba era que, mientras se arrastraba y rodaba para escapar, le disparase. Aquello pilló desprevenido y, pese al kami-e, una de las balas le hizo una herida en el hombro, sin llegar a alojarse dentro de su cuerpo.

-Eso no ha estado nada mal, bigotudo, pero el juego se ha acabado.- Dijo Kiroi mientras se acercaba a la garrafa de agua y la recogía, dando un pequeño sorbo.- Tu estás herido y envenenado, así que ya no representas una amenaza para mi misión. Pese a que eres un despreciable humano y un idealista, no te mataré, pues posees aptitudes y, si te dejo vivo, tal vez podamos volver a luchar en un combate más interesante. Pero, por ahora, adiós... Gyojin Karate...¡Yabusame!- Kiroi no imprimió toda su fuerza en aquel ataque, pues su intención era distraer a su enemigo mientras el se acercaba a toda velocidad a la mujer herida, la cogía y huía del lugar utilizando el geppou, en dirección a la ciudad.

Jack rodó por el suelo para evitar los proyectiles de agua, que se estrellaron contra el suelo volviéndose líquido de nuevo. El gyojin desapareció en un veloz movimiento. Con un grito de ira, el revolucionario le dio un puñetazo a un árbol cercano. ¿Cómo se había dejado humillar así? ¿Cómo había permitido que le diese semejante paliza y luego se fuese llevándose a su objetivo? Se sentó en el sitio y se comenzó a arrancar los pinchos de los pies. Temblaba un poco y sudaba, posiblemente a causa del veneno mencionado por el agente. Se levantó, notando mareos al hacerlo. Se apoyó con el árbol al que antes había golpeado y tomó una bocanada de aire. Se tomaría una pequeña ventaja matando al gyojin.

- Ahora veremos quién es el idealista.

Corrió entre los árboles hacia el claro donde había dejado antes a la mujer y se puso a buscar pistas por el suelo para saber por dónde se la podría haber llevado. Dedujo tanto por la obviedad del asunto como por las pisadas que se la llevaba de vuelta a la ciudad. "Les adelantaré y llenaré el camino de trampas. Puedo estar herido y envenenado, pero no dejaré que esas ñoñerías me impiden llevar a cabo mi cometido. Si logré sobrevivir en el cuartel del South Blue y huir de nada menos que un Sargento marine ante sus mismísimas narices, puedo salir de esta." Velozmente se subió a un árbol y comenzó a avanzar por las ramas del bosque a una velocidad aceptable para el nivel de sigilo que mantenía. Notaba el veneno extenderse, pero su misión era más importante que su vida o su salud. El camino a la ciudad daba rodeos, en cambio él estaba yendo en línea recta a través del mismo parque. En cierto punto pasó junto al camino y vio al gyojin en él cargando con Noa. Aumentó el ritmo para llegar antes que él a un tramo del camino un poco más adelante. Una vez estuvo seguro de que se había alejado ya lo bastante del gyojin, comenzó a avanzar a paso ligero empleando su Evassive Shadow, dejando de lado todo sigilo. Necesitaba tiempo para confeccionar su trampa. Por suerte el parque era muy grande, y con lo mucho que había avanzado sabía que le daría tiempo a montar algo. Llegó a un punto donde el camino hacía una curva cerrada, pero descartó el lugar. El gyojin se esperaría una emboscada en un sitio así, era un lugar demasiado perfecto para una emboscada. Decidió dejar un par de trampas para que se confiase allí y luego preparar la auténtica emboscada en otro lugar. Cogió una rama larga y recta y sacó de sus pertenencias un cable fino, difícil de ver a la luz del crepúsculo eterno de Dark Dome (Y menos aun con la escasa luz que entraba entre las copas de los árboles). Ató el cable de un lado a otro del camino y improvisó con lianas un tirachinas aprovechando los troncos de los árboles que se activaría cuando alguien pisase o tropezase con el cable. Cogió la rama y le sacó un poco de punta con uno de sus cuchillos, tras lo cual la colocó en la trampa. Por último, para dar el toque final, llenó de piedras una bolsa y subió con ella y varias ramas a los árboles que se extendían sobre el camino. En estos colocó las ramas formando un improvisado camastro y sobre estas, las piedras. Como toque final ató una liana a una de las ramas, y se las ingenió para atar el otro extremo de esta a un segundo cable que estaba a unos diez centímetros del anterior aunque un poco más alto. Si el gyojin veía el primer cable y trataba de esquivarlo, posiblemente le daría al segundo y las piedras le caerían encima al desmontarse el camastro. Con un poco de suerte caería en ambas trampas.

- Seguramente no ande ya muy lejos de aquí... debo apresurarme.

Corrió por el camino hasta una zona un poco más lejana, en que el camino era ya recto. De ahí a la ciudad ya no había demasiado recorrido. Se puso a preparar la siguiente tanda de trampas, que tenían como auténtico objetivo distraer al gyojin para que a él le diese tiempo a matar a Noa desde una distancia segura con la pistola. Distribuyó un montón de hojas por medio del camino. Para una persona normal serían sólo hojas, pero para un agente bien podrían estar tapando una trampa. El gyojin las saltaría seguramente. Montó su siguiente trampa en función a ello. Colocó un tercer cable (Agotando sus últimas existencias en estos) a una altura apreciable (Un metro y medio) pues ya había visto qué clase de saltos era capaz de dar el gyojin. El cable iba atado una liana tensada a modo de tirachinas de nuevo que tenía cinco nuevas lanzas improvisadas con palos. Tras esto, se fue sigilosamente entre el follaje hasta la zona de trampas anterior, dispuesto a observar el resultado. Una vez viese lo que había ocurrido iría a la otra zona, donde él sería la trampa real. Trataría de matar a Noa con la pistola mientras el guardaespaldas la protegía de las trampas.

Kiroi no había sido capaz de llevar a Noa segura hasta la ciudad con su geppou, todavía no tenía el aguante para utilizarlo tanto tiempo seguido. Mientras avanzaba por el parque, caminando pegado a la mujer, se arrepintió de no haber matado al revolucionario. Aquel parque era endiabladamente grande y sus caminos eran todo serpenteantes y erráticos. Los lugares perfectos para tender emboscadas.

Tras unos cinco minutos de tranquila caminata la garrafa de Kiroi estaba casi agotada. Decidió guardar lo que le quedaba por si la necesitaba para algo.

Llegó el Gyojin a una curva pronunciada y con el camino estrecho. El lugar idóneo. El agente detuvo a la mujer con el brazo.

-Este es el lugar perfecto para una emboscada, mejor andarse con cuidado aquí. Veamos...- dijo el Gyojin, pensativo.- No ha tenido mucho tiempo, si es que lo ha tenido, para preparar nada excesivamente complicado.- Kiroi supuso que, dado que el bosque rodeaba completamente el camino, la trampa tendría que ver con los árboles. Tal vez fueran estacas, tal vez una red, tal vez una rama larga haciendo las veces de bate... había muchas opciones, pero muy pocas formas de montarlas.- Lo más probable son cables a muy baja altura o una activación manual. Veamos que tienes para mi, bigotudo.

Kiroi se arrancó sin mucho esfuerzo media docena de espinas que se regeneraron a los pocos segundos de ser arrancadas. Las sostuvo entre sus manos y comenzó a avanzar con lentitud, muy pegado a Noa. Comenzó a lanzar los cuchillos contra el bosque, apuntando a los lugares que las hojas ocultaban. Cinco de ellos salieron por el otro lado del bosque, pero el sonido característico de la madera al ser atravesada por algo llegó a la posición de Kiroi.

-Ajá, aquí estás, preciosa.- El pez globo vertió la mitad del agua que le quedaba en su mano.- Gyojin Karate.... ¡Uchimizu!

Toda el agua que había agarrado salió disparada como una bala hacia aquel punto y, tras un crujido, unas cuantas lanzas partidas salieron disparadas en una dirección aleatoria. Al parecer había partido alguna de las lanzas de madera, activando la trampa.

-Demasiado obvio, bigotudo. Continuemos, mujer.

El Gyojin no se percató del segundo cable hasta que su pie lo golpeó. Entonces las piedras comenzaron a caer desde arriba. El Gyojin, con su misión en mente, se colocó sobre la mujer, cubriéndola con su cuerpo. Unas piedras no eran suficiente, ni de lejos, para causar daños serios a su cuerpo recubierto de grasa, pero de todos modos dolían. En cuanto las piedras dejaron de caer, el Gyojin se apartó de la mujer, pues le repugnaba el contacto con aquella especie subdesarrollada y patética.

-Sigamos, mujer.

Continuaron caminando hasta que Kiroi la detuvo de nuevo, algo más adelante. El Gyojin señaló al montón de hojas con la barbilla.

-Otra más. Me estás decepcionando, bigotudo.- Kiroi dio un paso hacia la trampa pero se detuvo de pronto, deteniendo nuevamente a Noa. El suelo era de piedra, por lo que era altamente improbable un agujero bajo aquellas hojas. El Gyojin no pudo evitar soltar una carcajada. Se giró hacia la mujer y le habló con desprecio y en voz alta.- Hay que ser estúpido para fingir una trampa como esa en un suelo de piedra... los humanos sois de lo peor. Continuemos.

A la garrafa de Kiroi solo le quedaba agua suficiente para un ataque, por lo que se dispuso a no malgastarlo. Continuó su avance lentamente, atento a posibles trampas. Gracias a que avanzaba con atención pudo ver, por una vez, el cable de la trampa hostil. Aquel era el momento, se detuvo y fingió beber un trago de agua mientras observaba sus alrededores y encontraba el mejor punto desde donde su enemigo podría atacar oculto. Había un grupo de ramas especialmente frondosas a unos siete metros de su posición, un poco más adelante. Con un veloz movimiento desparramó el agua en su mano y la lanzó con violencia en forma de gotas, como había hecho con anterioridad.

-Gyojin Karate... ¡Yabusame!

Mientras las gotas alcanzaban su destino, sin perder tiempo, Kiroi lanzó una de sus agujas contra el cable, cortándolo. Unas estacas de madera salieron disparadas, pero estaban a la bastante distancia de la trampa como para que fuera seguro. Kiroi se colocó entre la mujer y el lugar donde creía que se encontraba su enemigo, por si acaso disparaba.

Jack siguió en silencio al gyojin entre los arbustos. Era endiabladamente desconfiado. Cayó en la trampa de las piedras, pero localizó la anterior lanzando espinas. Una de estas espinas le pasó rozando, y otra se clavó en el suelo, al lado de su mano. "Poco más y me llevo una nueva dosis de veneno. He de ser más precavido." Se desplazó sigilosamente tras el hombre pez globo hasta la siguiente trampa. El comentario del gyojin hizo que un escalofrío le recorriese la espalda, pues le habían pillado. Desmontó su trampa sin esfuerzo, pero Jack se fijó en el detalle de que tenía que inclinar mucho la garrafa para sacar agua. O bien no le quedaba, o le quedaba muy poca. Estaba de suerte. "Ya no podréis lanzarme vuestros proyectiles de agua, gyojin. Estáis en apuros." Pensó. tras eso el gyojin se interpuso entre unos arbustos cercanos y Noa, seguramente pensando que Jack estaba allí. Sin embargo, al haber estado Jack siguiéndoles estaba en otro arbusto tras ellos. Era su oportunidad. ¿Usaría la pistola o una daga? Con la daga podía fallar y era más probable que la hiriese sin matarla, pero era más sigilosa. Sin embargo debía matarla. Sacó su pistola, decidido, y apuntó a la cabeza de su víctima.

- La justicia del pueblo al final acaba llegando... adiós Noa - murmuró con voz casi inaudible, y apretó el gatillo.

El estallido del gatillo hizo que el Gyojin se moviera como un resorte. Sin dudarlo un instante giró mientras golpeaba a la mujer en las costillas con una poderosa patada que la lanzó varios metros hacia atrás, rodando por el suelo. La bala le alcanzó en el mismo lugar que la anterior, rozando el hombro. De nuevo, la herida era poco profunda, pero endiabladamente dolorosa.

Haciendo caso omiso del dolor, Kiroi se movió lo más rápido que pudo hasta la mujer utilizando su geppou para avanzar sin tocar el suelo y le dio la espalda, esta vez mirando al lugar del que había venido la bala. El Gyojin estaba dispuesto a rematar la pelea, pero, justo cuando iba a comenzar a moverse de nuevo, el sonido de un den den mushi lo detuvo.

-Aquí Kiroi.- Dijo con voz seca al pequeño caracol que había extraído con velocidad de la ropa. El Gyojin intercambió solo dos o tres frases que su enemigo no pudo escuchar dada la larga distancia que los separaba. Entonces el gordo agente dejó caer el caracol al suelo y lo aplastó con un violento pisotón.


-Bueno, ¿que te parece si sales y terminamos esto como hombres, bigotudo? ¿O acaso tu revolución ya no te proporciona la confianza necesaria para luchar por lo que quieres? Venga, sal a la luz, lucha con honor, y te juro por mi alma marchita que, tras el combate, no te mataré.- Kiroi habló lo bastante alto como para que cualquiera a medio kilómetro lo escuchara, modulando su voz como cuando cantaba, dando a su discurso un cierto ritmo y cadencia que agitaban la sangre, como un preludio de un evento épico.

Las palabras del gyojin resonaron en su cabeza. A pesar de que normalmente hubiese mantenido la cabeza fría, ya eran demasiado insultos por parte de aquel loco, y era hora de darle una lección. Preparó dos cuchillos y salió de entre la espesura, mostrándose. El viento pasó entre los árboles, agitando la capa del asesino. Este se quitó el sombrero y lo tiró a un lado. Lo mismo hizo con la capa. Esta cayó con un ruido metálico. Se desenganchó el cinturón, en el que llevaba la pistola, y también lo lanzó a un lado. Se quedó únicamente con las dos dagas, un chaleco de cuero negro ajustado, la camiseta negra de mangas largas (También ajustada) que llevaba por debajo, sus guantes, pantalones y botas. Además de la máscara, claro. No iba a cometer el error de revelar su identidad.

- Se acabaron las tretas y los engaños. Tal vez sea un asesino y un traidor para los monjes del Sokudan, aquellos que me adiestraron y a los cuales aprecio a pesar del odio que profesan hacia mi, pero tengo mi honor. Me habéis pedido un combate honorable y así será. No tengo esperanzas de victoria, pero en caso de ganar, yo tampoco os mataré.


Se puso en posición, con el brazo derecho extendido hacia delante y el cuchillo en este, y el brazo izquierdo flexionado por encima de la cabeza y el cuchillo de este apuntando también hacia delante. El pie derecho estaba ligeramente adelantado, y el propio Jack estaba en tensión y ligeramente agachado, con su melena cayendo a ambos lados de la cara. Ya no le importaba su misión, si no saldar su honor. En caso de derrotar al gyojin, asesinaría a la chica, pero no lo intentaría mientras. Cuando daba su palabra, solía cumplirla, y acaba de prometer un combate honorable.

- Supongo que mi palabra valdrá para vos menos que los excrementos de un cerdo, pero os la daré igualmente. Prometo no atacar a la rehén antes de que finalice el combate. Sin embargo, antes de seguir tengo una pregunta para vos. Sois un gyojin. Los miembros de vuestra especie son vendidos como esclavos, y el Gobierno os utiliza y oprime. ¿Por qué servís vos a los mismos que maltratan a vuestra gente? ¿No deberíais luchar contra esa opresión? En fin, no me voy a meter de todos modos donde no me llaman. Comencemos esta fatídica danza mortal de una vez por todas; es hora de luchar hasta que uno caiga.


Avanzó hacia Kiroi con cautela al tiempo que con presteza, y comenzó a amagar cuchilladas con el brazo derecho extendido. Giraba la muñeca para que no quedase claro a dónde apuntaba y simulaba una puñalada para retroceder, manteniéndose en todo momento lejos del alcance de su rival. Lo tanteó, moviéndose a su alrededor, hasta que lo tuvo donde lo quiso. Trató de ponerlo dándole la espada a los árboles para que si retrocediese, se chocase contra estos, y rezó para que no se diese cuenta de la treta. Entonces de fintas y amagos paso a golpes reales. Comenzó con un veloz juego de pies, avanzando y retrocediendo dando puñaladas estirándose lo máximo posible para no exponerse, y retrocediendo velozmente tras ellas.

Cortina de acero [AIF]

Kiroi escuchó las palabras del enmascarado con calma y sin moverse.

-Antes de nada, aplaudo que hayas decidido conservar tu honor, bigotes, aun sabiendo que no puedes vencerme. Y, respondiendo a tu pregunta... No, no solo no estoy furioso con el gobierno mundial, sino que le estoy agradecido. Sin el gobierno, mi gente sería un pueblo pacífico y sin miras de expansión pero, gracias a los esclavos y al odio contra nuestra raza, muchos nos hemos levantado a luchar contra el mundo para reclamar nuestro lugar en la cima. El gobierno ha sido el detonante del orgullo Gyojin, bigotudo. Y déjame decirte que tu no eres el más indicado para hablar de moral, revolucionario.- Dijo cargando esa última palabra de un infinito desprecio.- Tu luchas para defender al pueblo y darles la libertad, pero mientras lo haces matas a hombres y mujeres fuertes y buenos al servicio de la marina cuyo único objetivo en la vida es proteger a sus seres queridos y traer la paz. Tu eres quien debería plantearse lo que hace, bigotudo, y no yo.

Kiroi comenzó retrocediendo poco a poco a las fintas de su enemigo, hasta que este lo tuvo donde quiso, contra un árbol. Kiroi solo se dio cuenta de la situación en la que estaba porque, mirando al frente, observó que estaba de lado en el camino, por lo que supuso que su espalda estaba cerca de los árboles. Entonces su enemigo lanzó un ataque real, una estocada directa contra el. Kiroi, sabiendo donde se encontraba, utilizó el Kami-e para dejarse caer hacia un lado, con la esperanza de que la daga se clavase en la madera, y, tras apoyar las manos en el suelo, lanzó dos patadas contra el pecho de su rival. (AIF)

Su rival le esquivó velozmente, pero estar golpeando sin exponerse, Jack logró frenarse antes de que la daga se clavase en el árbol. De repente el gyojin volvió a hacer gala de una agilidad que parecía imposible para su enorme tamaño y le dio una doble patada en el pecho, mandándolo a volar. Cayó de espaldas y derrapó por el suelo. Entonces comenzó a toser y se hizo un ovillo en el suelo, terriblemente dolorido. Comenzó a incorporarse tosiendo, mientras hablaba con esfuerzo.

- Yo trato de evitar las muertes de inocentes... coff, coff. Nunca he matado a un marine si no estaba estrictamente obligado a... hacerlo - se incorporó totalmente, tambaleándose - A menos que me vea obligado, procuro matar solo a los poderosos. A aquellos que torturan al pueblo. Y dime, ¿no sería más ventajoso para los tuyos que sirvieses a la revolución? Nosotros nos oponemos a la esclavitud y a la discriminación racial.


Algo más recuperado, corrió hacia Kiroi. Empleó su Evassive Shadow y comenzó a zigzaguear apareciendo y desapareciendo. De repente apareció cerca suya y dio una patada en dirección a él que estaba claro que no daría en el blanco, no estaba tan cerca. Sin embargo, del pantalón salió una cuchilla directa hacia el agente.

Patada mortal [AI]

Kiroi se mantuvo en silencio mientras su enemigo se movía y, cuando este lanzó su patada, se limitó a cubrirse con el brazo izquierdo, pues era obvio que no lo alcanzaría. Si no hubiera tomado esa precaución, habría muerto, pues la cuchilla salió disparada y se hundió varios centímetros en el antebrazo del Gyojin, arrancando de su rostro una mueca de dolor. Utilizando el Geppou se alejó violéntamente hacia el cielo y, como la cuchilla estaba atada, salió de su cuerpo para caer al suelo, ensangrentada. El Gyojin se mantuvo a cuatro metros de altura, mirando al revolucionario. Al parecer aún poseía un par de trucos en la manga.

-Creo que no lo entiendes, bigotudo. La revolución, como tu has dicho, se opone a la esclavitud y a la discriminación racial... El problema es que yo no.- Dijo mientras su rostro se iluminaba con una sonrisa.- Lo único que no me gusta del sistema actual es que los roles de nuestras razas deberían estar cambiados, sucio humano.

Tras decir esto Kiroi se dejó caer sobre el enmascarado como un peso muerto, utilizando su Semei Kikan para extender sus espinas. Si su rival esquivaba la caída en picado, Kiroi apoyaría sus pies en el suelo y, utilizando sus sandalias potenciadoras, daría un poderoso salto hacia su enemigo, con las espinas aún extendidas, con la intención de ensartarlo. (AF)

Por suerte había logrado impactar con la cuchilla de su pantalón en el brazo del gyojin, pero esto no era suficiente. Este comenzó a elevarse en el aire a saltos, y le habló, dejando a Jack desarmado. Comprendió que era inútil debatir con un supremacista gyojin como él, y se concentró en el combate. Su rival extendió todos sus pinchos y se dejó caer sobre él, a lo que Jack respondió con un veloz Shadow hacia un lado. Sin embargo, el ataque de su rival no había terminado. Con su extraña agilidad, se lanzó sobre él. Intentó esquivarlo, pero entonces las heridas de sus pies y el veneno le hicieron efecto y le impidieron moverse. Comprendiendo que no le quedaba más salida, hizo un movimiento arriesgado, soltando el cuchillo de su mano derecha.

- Sokudan Move, ¡Direct Palm!


Dio un veloz golpe hacia delante con la palma de su mano extendida, bloqueando así la enorme masa del cuerpo del gyojin. Algunos pinchos le hicieron cortes o se le clavaron, liberando sobre él su veneno, pero Jack se mantuvo firme. Por un momento pareció que iba a ceder y que el peso del gyojin iba a ser demasiado para él, y que se su brazo cedería. Sin embargo lo logró.

- Ahora te tengo, gyojin. Disfruta de esto. ¡Renegade Sokudan, Storm! [AF]

Aprovechando que tenía su mano derecha clavada al cuerpo del gyojin, lanzó una lluvia de puñaladas con su mano izquierda al cuerpo de este, pretendiendo desgarrarlo y sin importarle que pudiese clavarse accidentalmente algún pincho por el camino. Notaba el veneno en su sangre, pero aun no era suficiente como para incapacitarlo, si bien le resultaba muy doloroso y le empezaba a marear.

Aquello había sorprendido a Kiroi. Un simple humano había detenido su peso con una mano. No le había pasado nunca. Pero aquello no era todo, pues el humano, lejos de verse abrumado por las heridas y el veneno, se dispuso a contraatacar con una lluvia de puñaladas contra el Gyojin, aprovechando que lo tenía bien sujeto al tener algunas de sus espinas clavadas.

-Si es así como quieres hacerlo, adelante.- Dijo Kiroi con voz seria mientras se hinchaba. Su ataque comenzó en el instante en que la primera puñalada desgarraba su piel aunque, dado que estaba hinchado, el corto acero apenas lograba traspasar la amplia capa de grasa y la cámara de aire del cuerpo del Gyojin, dejando intactos todos sus órganos vitales. Por su parte, el Gyojin comenzó a disparar a toda velocidad todas sus espinas contra el cuerpo del enmascarado, haciendo uso del Semei Kikan. Si las afiladas espinas no lo hacían desangrarse, la ingente cantidad de veneno que ya había recibido, sumada a la de este ataque, finalizarían el combate.

¡Regal Shot! (AMF)

El puñal de Jack se hundió una y otra vez en la piel del gyojin, sin ser capaz de atravesar lo que parecía una gruesa capa protectora, mientras este se hinchaba y los pinchos comenzaban a dispararse y clavarse en el cuerpo del revolucionario. Unos en el torso, otros en los brazos, otros en las piernas... lo estaba convirtiendo en un alfiletero gigante. Viéndose en peligro, saltó hacia atrás, pero ya estaba de lleno dentro del ataque de su rival. Demasiado tarde. Más pinchos comenzaron a atravesarle, y notó cómo el veneno recorría sus venas.

- Mierda... he sido descuidado - miró al gyojin, pero su vista estaba borrosa - ¿Voy a morir?

Todo comenzó a volverse abstracto a su percepción. El tiempo parecía discurrir de manera extraña. Comenzó a marearse y todo le daba vueltas. Se desplomó en el suelo y comenzó a temblar, notando un intenso frío por todo su cuerpo, intercalado por momentos por un calor infernal. Su consciencia comenzó a apagarse poco a poco, hasta que perdió el sentido.

El pez globo se acercó al enmascarado y, con rostro serio, extrajo un pequeño vial de sus ropas con un líquido morado, que vertió poco a poco en su gaznate.

-Esto es el antídoto para mi veneno, siempre llevo una ampolla por lo que pueda surgir. No has sido lo bastante poderoso como para derrotarme esta noche, bigotudo, pero le has echado pelotas y has defendido tu orgullo y tu honor, un comportamiento muy escaso entre los humanos. Pero yo no voy a ser menos que tu, por lo que no morirás. El veneno se disipará poco a poco y las heridas son superficiales, no morirás desangrado. Alguien te encontrará y todo estará bien.... Hasta otra, bigotudo.

Sin decir nada más, Kiroi se acercó a la mujer, la cogió como un saco de patatas, y se alejó de allí utilizando el Geppou.