[Libre]El comienzo de mi aventura (Pasado)

Era un día normal, cálido, aire húmedo, se podía oler el pescado que se estaba vendiendo en el puerto desde mi bote, a unos 200 metros de mi destino. Me dirigía a "aquella" isla por el motivo de que necesitaba entrar en una banda de piratas para hacerme más y más fuerte, vivir grandes aventuras, cumplir sueños, venganzas, acumular riqueza, ser perseguido por el gobierno, y una gran etcétera. ¿Qué cuál era mi destino? Loguetown. La "ciudad del alfa y el omega", donde nació y murió el primer "Rey de los piratas", Gol D. Roger. En definitiva, iba allí con motivo de convertirme en pirata, así como para enterarme un poco más de la historia de la isla, informarme de cómo estaba el mundo hoy día en cuanto a recompensas, los más temidos y esas cosas.

Apenas quedaban 50 metros para llegar hasta el puerto y amarrar mi bote para desembarcar. Dos minutos después llego a puerto. Pude ver grandes barcos amarrados allí, alguno de ellos pirata, lo cual me emocionó bastante. Bajé de mi bote y me dispuse a dar una vuelta por aquella ciudad.

- ¡Vaya! ¡Qué ciudad tan bonita! El puerto está lleno de gente y tiendas de mercancías. Tiene que haber cosas interesantes y de valor por aquí... Luego volveré.- me dije a mi mismo, buscando una forma de "entretenerme".

Dejé a un lado el puerto y me metí en unas callejuelas que me llevaron hasta algo que parecía el casco antiguo de la ciudad. Había unas cuantas tabernas por allí situadas pero, una en sí llamó mi atención. Parecía muy vieja y tenía viejos carteles de "se busca" por las paredes colgados, a modo de decoración, así que decidí entrar...

El primer rayo de sol asomo por la ventana de mi camarote, provocandome una ceguera pasajera que trascendio en un golpe tremendo contra la cama de arriba de mi litera al intentar revolverme para quedarme ciego y salir de alli cuanto antes. Me encontraba en un buque de guerra de la Marina que se dirijia desde hacia dos dias a Loguetown desde el North Blue para una evaluacion de la aptitudes de los grumetes recien ingresados al cuerpo militar. Era una de las pocas oportunidades que tendria para demostrar mis habilidades de combate e impresionar a los altos cargos asi que debia descansar todo lo que pudiera en el trayecto, mas las constantes tormentas y las inacabables tareas de a bordo me impedian dormir mas de seis o siete horas diarias. Era verdad que no deberia haber problemas en ese sentido, pero yo siempre habia sido un hombre de descanso profundo y mal despertar, por lo que mi humor por las mañana era peor cuanto menos hubiese descansado.

Pero el momento llego y al fin la ciudad del Alfa y el Omega se alzaba imperiora ante nosotros, repleta de gente de todos los lugares imaginables y por imaginar, era la poli de la palabra cosmopolita. Por desgracia de primeras fuimos enviados directamente a la base de la ciudad para recibir instrucciones directas de los capitanes con respecto a las pruebas que se nos encomendarian. Cual fue mi sorpresa al llegar alli y ser sorprendido con la siguiente frase:

- La prueba consistira en atrapar piratas y rebeldes, toda persona que altere el orden publico debera ser investigada y encarcelada si asi se ha de proceder. -dictamino el portavoz de la reunion.- No hay cabida para dudas asi que dispersense y a trabajar, señores. -sentenciaba de esta manera la mas corta de las explicaciones que jamas hube recibido en mi corta vida.

"Basicamente lo que quiere decir es que quien cace al pez mas gordo gana, ¡Vaya clase de prueba de aptitudes!" pensaba mientras paseaba entre las callejuelas de la urbe, mirando de un lado para otro con cara de pocos amigos debido a la pobre situacion que vivia."Si querian que nos movilizaramos por un puñado de rateros y piratuchos de tres al cuarto que lo hubiesen dicho antes, y no esta basura de mision." Mi humor empeoraba por segundos y no era para menos, esta desperdiciando mi tiempo y dejandoselo todo a la suerte.

Pero, oh diosa Fortuna, ese dia me sonrio mas de lo que cabia esperar cuando en una de las calles de la parte antigua de la ciudad encontre una taberna con mas años de los que sus tablones estaban dispuestos a admitir, empapelada en su fachada con carteles antiguos de recompensas. Si habia algun lado en el que conseguir informacion decente sobre los piratas mas conocidos residiendo actualmente en Loguetown, este debia ser de los mejores. Pero desde luego no me podia permitir ir de la guisa que demostraba en ese momento, por lo que me quite la gorra, el pañuelo y la chaqueta reglamentarias y me quede con la camisa blanca de manga corta y el pantalon largo. Seguia delatandome, pero ahora habia pasado de parecer una opera de la marina a ser una improvisacion escenica cantada en solitario. Sin pensarmelo dos veces, entre con decision al local.

Según entré en aquella taberna, vi a un hombrre bastante entrado en edad. Aquel hombre debía tener entre setenta u ochenta años de edad. Me arrimé a la barra con la idea de preguntarle a aquel tabernero sobre todo lo que supiera acerca del panorama pasado y actual de la piratería y/o armada. Aquel hombre, si algo se veía que podía saber, era sobre aquello.

- ¡Buenas! ¿Es usted el dueño de esta taberna? Esto debe de tener muchísimo tiempo... ¡Increíble!- dije con una sonrisa en mi rostro.

- ¡Buenas, joven! Sí, así es... Yo soy el dueño de esta taberna. Este sitio tiene mas de 90 años de antigüedad, hijo... Era de mi padre. ¿Qué trae a alguien tan joven como tú a un lugar como este? No suelo ver caras tan jóvenes.

Aquel hombre parecía hospitalario. La verdad no debía saber que yo iba a convertirme en pirata, aunque aun estaba buscándome una banda. Así que muy decidido me dirigí a él y comencé a preguntarle.

- ¡Vaaaaaya... Noventa años! Eso es mucho tiempo. Pasaba por aquí con la intención de unirme a una banda pirata y quería pedirle información sobre recompensas y capitanes, ya que veo que esto está lleno de carteles de "se busca" a modo de decoración.- esbocé otra enorme sonrisa.

Estuvimos entablando conversación durante bastante rato. Me contó sobre algunos antiguos problemas que hubo con algunos piratas en Logue Town hacía dos décadas, sobre las grandes leyendas de los antiguos "reyes piratas", lo que estaba ocurriendo en los mares de casi todo el mundo... La verdad es que aquel hombre sabía muchísimas cosas y parecía dispuesto a querer ayudarme, sentía simpatía por mí, o eso me parecía a mí.

Al cabo de un rato, en la puerta se vio una figura. Era una hombre, alto, pelo rojizo. Vestía con una camiseta blanca y un pantalón largo. La verdad, aquello me resultó raro, aquel hombre iba demasiado... "recatado" para ir a una taberna, era como si no cuadrara allí. Pensé que era un civil normal y corriente, aunque me mantuve alerta. Dejé de hablar tan abiertamente con el tabernero sobre aquellos temas y le pedí que me pusiera por favor un vaso de agua. Acto seguido, me giré hacia la puerta para ver mejor a aquel hombre.

Segun abri la puerta del lugar los pocos ojos que estaban dentro se posaron un instante en mi, provacandome un sentimiento de incomodidad aunque no hasta el punto del nerviosismo. La verdad era que estaba al borde del abismo y necesitaba calmar mis nervios y disipar las dudas de los presentes, por lo que segun me sente pedi una jarra de cerveza al tabernero, espere unos segundos en la barra sentado y, al instante en que la poso sobre la superficie de madera, trague cual habitante del desierto hasta vaciar la mitad del recipiente. Una vez refrescada mi mente, me di la vuelta en el taburete y observe.

El local constaba de alrededor de media docena de mesas redondas de al menos metro y medio de diametro cada una, rodeadas de sillas en numero dispar segun de cual estuvieras hablando. Era como si aquel sitio hubiera vivido dias mejores y se mantuviera apenas de las rentas del pasado, pero eso solo podia significar que antaño tenian influencia e informacion ¿Que podian ofrecerme hoy dia? Apenas estaba concurrido por un par de borrachos solitarios sentados en una mesa cercana a la barra, una mujer de aspecto dudoso con ropajes raidos de alta costura, como si finjiera ser alguien de un estatus mayor, y finalmente en la mesa mas apartada de todas se distinguia una figura en la sombra, mas lo unico totalmente visible era su silueta y las botas de cuero con tacon que dejaba ver encima de la mesa.

"Creo que esto no ha sido tan buena idea como esperaba." pense nada mas ver el panorama. Pero alguien mas se me habia escapado en la barra, a unos tres metros de mi, mirando aun en mi direccion. Su vestimenta denotaba su despreocupacion, mas lo mas caracteristico sin duda del individuo eran sus morados e inquietantes ojos. Un impulso me hizo acelerar el ritmo cardiaco y mi boca comenzo a moverse por si sola y de manera incosciente.

- ¡Es la primera vez que veo a alguien asi! Esos ojos son bastante peculiares, ¿De donde eres? -pregunte emocionado cual niño con un caramelo.

Aquel hombre que acababa de entrar en la taberna pidió al tabernero una cerveza, la cual se bebió bastante rápido, como si de agua se tratase. Pude fijarme en que aquel individuo estaba observando con detalle aquel "antro", como sí tratase de vislumbrar algo en la lúgubre taberna en la que nos encontrábamos. Finalmente, sus ojos se quedaron parados, mirando fijamente algo. Ese algo era yo, mi persona, lo cual no me incomodó, simplemente me intrigó. Algo en mí le inquietó y se le notó en la cara. Poco a poco pude escuchar salir unas palabras de su boca.

- ¡Es la primera vez que veo a alguien así! Esos ojos son bastante peculiares, ¿De dónde eres?- me preguntó bastante emocionado.

Me quedé mirándolo fijamente, de arriba a abajo, estudiando a aquel individuo. De momento, no me parecía una amenaza, así que me dispuse a hablar con él.

- Bueno... la verdad es que me lo han dicho más de una vez... Nací en el East Blue, en la isla Dawn. Perdona, ¿cuál es tú nombre?

Dado que no lo conocía de nada y enseguida entabló conversación conmigo, quise saber su nombre y preguntarle más cosas en cuanto tuviera ocasión... La verdad sobre mis ojos ni yo mismo la sabía, era algo que no me supieron explicar mis padres, o mejor dicho, mi madre cuando era pequeño y, a su vez, los médicos a ella tampoco supieron. Pegué un par de tragos al vaso de agua que me sirvió amablemente el tabernero para refrescar un poco mi garganta, ya que la tenía medio seca por el gran rato que llevaba hablando con el tabernero y, por lo que estaba viendo, lo que me quedaba por hablar allí con este nuevo individuo. Esperaba atento a la respuesta de este, quería saber también sobre aquel que me estaba preguntando.

Vi que el chico de los ojos morados bebia agua para calmar su sed, lo que me resulto un tanto extraño por su parte aun a pesar de que parecia poco mas avanzado en edad que yo ya que ¿Quien en su sano juicio iba a una taberna de mala muerte como aquella a beber agua, que a saber dios de donde salia y por que tipo de cañerias circulaba? Al menos la cerveza era alcohol y este mataba los posibles "sabores indeseados". Me resulto bastante sospechoso por lo que intente estar mas atento a sus reacciones pero sin llegar a obsesionarme.

- Shioon. -respondi con sinceridad, pues no me suponia una gran diferencia el que el lo supiera, y si mentia y me pillaba en el engaño o se me notaba que no era cierto solo causaria su desconfianza. Me baje del taburete entonces y me acerque a el para estrecharle la mano, cuando de pronto una risa proveniente del fondo del tugurio inundo el local.

- JAJAJAJAJAJAJA -rio salvajemente el hombre sentado entre las sombras, reincorporandose entonces en la silla y dejando ver por fin su rostro.- Asi que ahora los reclutas se atreven a venir aqui y a hacerse amigos entre los grumetes ¡Que patetico, si hasta lleva parte de su uniforme!


Toda la tapadera yendose al carajo en menos de un segundo, cuando por fin habia conseguido entablar una conversacion decente con alguien del entorno. Me faltaba tan poco para conseguirlo... Pero ahora mas que preocupado del hombre que me habia jodido el "disfraz" me importaba el siguiente movimiento de los presentes ¿Habria alguien que se pusiese de mi lado? Tal vez el propio tabernero me echara un cable permitiendome largarme sin mas...