[Rol Moderado - Suzaku] {Jue 7 Nov 2013 - 22:19}

01/09/2013

Archipiélago Boin, un lugar bastante peculiar, formado por un conjunto de supuestas islas en forma de flor con gran vegetación. Estas islas, que en realidad son plantas carnívoras, se dedican a atraer a sus presas mediante suculentos manjares, capaces de atraer incluso a reyes marinos. Tras un tiempo, la planta se cierra y engulle toda la fauna que caiga en su interior.

Aún con poca información y con ganas de volverte más fuerte para resurgir de las cenizas que un día atemorizaron el mundo, fuiste a una de esas islas, con el propósito de volverte más fuerte, esperando encontrar desafíos que te ayudasen a mejorar tus capacidades y de este modo volverte más poderoso. Desconocías varias cosas, pero aún así te adentraste, con ansias de aventura y con un espíritu imparable.

Te encontrabas solo, sin provisiones ni cualquier otro instrumento de supervivencia. Debías buscar la manera de sobrevivir en un lugar como aquel, que escondía increíbles peligros que tendrías que afrontar.

Off: ¿Prefieres que te deje total libertad o te de opciones a seguir? Es decir, puedo narrar y dejar que tu lleves tu rol como quieras o narrar y dar al final tres opciones a seguir, algunas buenas y otras malas, las cuales tú deberías desarrollar a tu manera.

27/12/2012

Después de que mi tripulación se deshiciera por diferentes motivos, vagué a la deriva durante bastante tiempo. Mi antigua gloria y leyenda había caído en el olvido. Nadie me recordaba como uno de los piratas más temidos de todo el Grand Line. Incluso mis carteles de Se Busca habían desaparecido de cada isla, por lo que hasta el gobierno se había olvidado de mi. No tenía qué hacer ni a dónde ir. Y así pasaron varios meses. Hasta había perdido mi barco, el Hundred Moon, por lo que había tenido que robar un pequeño bote para poder navegar. No tenía rumbo. Pero parecía que el destino tenía reservadas aún grandes cosas para mi.

En uno de los viajes de una isla a otra sin ningún sentido, atisbé a lo lejos un conjunto de varias islas con forma notablemente extraña. La forma del archipiélago se asemejaba a una flor gigante. Había oído hablar superficialmente de aquel lugar. Se llamaba el Archipiélago Boin, aunque no tenía ni idea de qué era o quién habitaba el lugar. La verdad es que no tenía ningún sitio mejor a donde ir, así que decidí poner rumbo hacia la isla. Puse dirección hacia mi objetivo y enrollé mis brazos uno con el otro. Luego, metí las manos en el mar por la popa del bote.

–– GAMU GAMU NO SCREW!!

Los brazos comenzaron a soltarse a rápidamente, actuando como una hélice, y dando al barco una gran velocidad. A penas tardé unos minutos en recorrer la distancia que me separaba del archipiélago, aunque, al llegar a la costa, me quedé sin fuerzas por el poder del mar sobre los usuarios de Akuma no mi. Al recuperarme del todo, bajé del bote y lo acerqué a la costa, amarrándolo a un árbol cercano para impedir que el mar se lo llevara. Miré a todas partes y sólo pude ver una frondosa vegetación: árboles tremendamente altos, arbustos que hacían imposible ver más allá de diez metros...

¿Qué es este sitio? –– pensé.

Quedarme allí parado no me iba a ayudar a descubrirlo, así que me adentré en la selva para encontrar algo de comida.

01/09/2013

Te adentraste en la selva en busca de alimento para saciar tu apetito, esperando encontrar alguna fruta o algún animal que te proporcionase un buen pedazo de carne, dado que estaba en una isla bastante frondosa, y eso solía ser señal de vida. Nada más entrar, pudiste ver plantas bastante extrañas, algunas más grandes de lo normal y algunas con formas bastante extrañas, pero no fue eso lo que más te sorprendió, lo más interesante fue el hecho de que algunas no tardaron en abalanzarse sobre ti. Plantas cilíndricas, con una longitud al rededor de dos metros y una boca capaz de tragarte entero. Dos de aquellos seres, se tiraron a la vez para devorarte.

Habría sido tan simple como evadirlas, pero unas cuantas enredaderas te agarraron, dejándote inmóvil e incapaz de hacer algo, o así sería para un hombre corriente. Las plantas eran fuertes y resistentes, y todas estaban en tu contra, deberías salir de allí cuanto antes si querías acceder a un lugar seguro y con algún alimento comestible.

Off: No sé de que tamaño serán mis posts, pero quizás sean cortos, lo suficientes para proporcionarte la información como moderador y hacerlo más seguido, pues así puedo ser más activo.

27/12/2012

La vegetación era tan frondosa que casi se hacía imposible avanzar. Tan sólo necesitaba algo que llevarme la boca, pues llevaba ya varios días sin comer. Las plantas que me iba encontrando por el camino eran notablemente extrañas. Jamás había visto una vegetación semejante a aquella. Parecía como si alguien hubiera experimentado con la genética en aquel archipiélago, y las aberraciones que habían surgido eran las plantas entre las que me movía. Pensaba en los días de gloria que mi tripulación me había brindado, y tan sólo rezaba porque ellos se encontraran en una situación mejor que la mía. Seguía pensando en ello y avanzando por la selva, cuando algo me sacó de mi ensimismamiento. Una especie de enredadera se enrolló alrededor de mis dos piernas. No me dio tiempo a centrarme en aquello, pues dos plantas, de forma cilíndrica y algo más altas que yo con una boca suficiente para tragarse un humano de una sola vez, se abalanzaron sobre mi con violencia. Estiré los brazos y las agarré por la parte más estrecha: el tallo. A la vez que las agarré, comencé a girar mi cuerpo, utilizando el eje vertical, alrededor de mi cintura.

Estoy tocado... pero no hundido.

–– GAMU GAMU NO BOWGUN!!

Comencé a desenroscar mi cuerpo a una gran velocidad, haciendo que los tallos de las plantas se retorcieran hasta partirse y lanzando ambas plantas a volar. Utilizando la inercia del movimiento, conseguí desengancharme de las enredaderas que me tenían preso en el suelo, quedando suspendido en el aire a unos seis metros de altura. Durante mi viaje volador por encima de la mayoría de la flora del lugar, pude atisbar un árbol que mediría unos treinta metros de alto. Su copa era frondosa y estaba lleno de frutos enormes con pinta jugosa. Estiré el brazo hacia atrás y luego lo lancé hacia delante con fuerza, para agarrarme a una de las ramas del árbol, lo suficiente consistente como para aguantar mi peso y mucho más.

–– GAMU GAMU NO PISTORU!!

Fue un viaje corto pero intenso, y acabé aterrizando sobre la gruesa rama. Una vez allí arriba, comencé a alargar los brazos en todas direcciones para coger frutas del árbol y llevármelas a la boca. Tenían un sabor exquisito, dulce, pero en su justa medida. La textura era suave. Nunca había comido una pieza de fruta tan sabrosa como aquella. Después de comer más de cien frutos, me senté en la rama a descansar bajo la sombra del árbol. Desde mi posición, a lo lejos, vi lo que me pareció una especie de claro con algún tipo de construcción. Aunque tal vez sólo fuera mi imaginación mezclada con las extrañas formas que allí tenían las plantas.

01/09/2013

Gracias a los poderes de tu fruta y las técnicas que aprendiste hace tiempo con ella, te zafaste de aquellas plantas y además, lograste que la enredadera se escondiera por miedo así como las otras dos plantas dejaran de moverse al tener el tallo cortado. Además, debido a ese movimiento, acabaste en el cielo y aprovechaste para lanzarte contra uno de los árboles más grandes, desde el cual podrías ver bastante sobre la isla, mas te dedicaste a comer sus frutos. Alimentos de gran sabor, pero con una sustancia que provocaba alucinaciones, con el fin de atraerte a la boca del lobo. Tras comerte cientos de aquellos frutos, te sentaste a la sombra de aquel árbol para descansar y pudiste ver un edificio bastante parecido a una taberna. Incluso escuchabas el bullicio típico de estas.

Aún no tenías muy claro que hacer, ni por donde empezar, en lo que en un principio, parecía una isla desierta, cargada de peligros, sin embargo, para tu suerte, o posiblemente no, mas tu eso no lo sabías, debido a lo que consumiste, tenías ante tus ojos algo construido por manos de un ser inteligente, consciente y razonante, daba igual si era un humano o no, lo importante es que parecía un lugar lleno de gente, donde podrías obtener información, divertirte y relajarte, antes de seguir tu camino.

27/12/2012

Parecía que no me equivocaba. Efectivamente, a lo lejos, había una especie de edificio parecido a algún tipo de cantina. En un principio me extrañó, pues aquel archipiélago parecía totalmente desierto, aunque no le di demasiada importancia a la preocupación. Supuse que no podía haber visto nada debido a la gran espesura de selva que se hallaba justo debajo de mi. No me lo pensé ni un instante. Era mi billete de vuelta a la civilización. Volver a hablar con personas después de tantos meses vagando a la deriva en medio del mar. Me agarré a la rama con las manos y me lancé hacia atrás. Luego, encogí con fuerza los brazos en dirección al claro con el edificio en el medio.

–– GAMU GAMU NO ROKETTO!!

Salí disparado por el aire, justo en dirección hacia donde se encontraba aquel bar. Fue un viaje de unos segundos sobrevolando toda la isla. Miré hacia abajo y di gracias de no haber tenido que pasar entre toda aquella espesura. Una planta acababa de capturar a un pequeño animalito y éste luchaba por zafarse, sin éxito. Incluso me pareció ver que la planta carnívora esbozaba una cierta sonrisa. Volví a mirar hacia delante. La taberna estaba muy cerca. Estiré el brazo y me agarré a la rama de un árbol cercano para impulsarme hacia arriba, como si fuera Spiderman. Justo arriba del todo di tres mortales hacia atrás y aterricé en el suelo, de pie.

Soy el mejor. –– pensé, mientras dibujaba en mi cara una sonrisa de enorgullecimiento.

Comencé a caminar rumbo a la cantina. En sus puertas se podían ver varios grupos de gente conversando entre ellos a la vez que bebían y fumaban. Algunas damiselas me miraron con ojos lascivos y coqueteos, buscando que me uniera a ellas en una espiral de lujuria y vicio. Decliné la oferta. Probablemente salieran demasiado caras y no podía permitirme tanto dinero. Pensé en los trescientos millones que me había gastado una vez en reformar todo mi barco. Luego pensé en que no tenía ni idea de dónde se encontraba el Hundred Moon... y lo echaba de menos. Seguí caminando y entré en el bar, buscando algo con lo que mojar el gaznate. Me acerqué a la barra, ignorando a todos los allí presentes, me senté en un taburete y llamé al camarero.

–– Un whisky on the rocks doble, por favor. –– dije.

01/09/2013

Decidiste ir a aquel edificio aunque te pareciese extraño. Fuiste de forma rápida, ayudándote de tu poder y entraste para ver que se cocía dentro y de paso disfrutar de lo que allí había. Pudiste ver mucha gente que cantaba, bebía y reía, además de algunas mujeres que hacían desnudos como espectáculo y alguna ofrecía una compañía más cercana a cambio de unos cuantos berries, sin embargo, tu no poseías ese dinero para pasar un buen rato, así que te decantaste por pedir algo de bebida en la barra.

El tabernero no tardó en llegar, ofreciéndote una buena y grande jarra de whisky, aunque este no soliese servirse en dicho recipiente. Empezaste a beber para divertirte y pasar un buen rato antes de proseguir con tu viaje. Las horas pasaron y la realidad no era aquella. Te despertaste confuso, sin entender muy bien lo que había pasado, pero sentías algo de jaqueca y tu cuerpo se tambaleaba, sin mencionar, que el suelo empezaba a moverse, o más bien, la isla tenía hambre.

La flor cuya función era atraer a sus presas y ponerlas en bandeja para lanzarlas contra sus dientes, empezó a cerrarse poco a poco, haciendo que todo posible ser vivo que allí hubiese, desde pequeñas ardillas hasta grandes reyes marinos, cayesen a un agujero sin retorno. Tu cuerpo descendía conforme la planta se cerraba, y aún sin saber que era aquella isla, pudiste ver la enorme boca de aquella cosa y lo que hacía con sus presas...

27/12/2012

¿Qué coño está pasando? –– pensé.

A penas me dio tiempo si quiera a pararme a pensar qué había pasado la noche anterior. Donde antes había un pequeño bar con un ambiente tremendamente animado y de vicio, ahora quedaba nada más un claro, sin nada. No entendía cómo podía desaparecer algo de ese calibre tan de repente. Aunque mis pensamientos fueron obligados a prestar atención a un problema harto mayor: la isla estaba comenzando a temblar. La cabeza me iba a explotar y aquel movimiento terrenal no era precisamente una ayuda para mi jaqueca. Supuse que se trataba de un terremoto, así que decidí esperar a que pasara, sentándome en el suelo. Me puse en posición de loto con las manos sobre las rodillas. Tan sólo sería cuestión de tiempo. Pero entonces no sólo estaba temblando, sino que me movía hacia un lado, como si una cuerda invisible estuviera arrastrando mi cuerpo. Miré hacia el lugar donde estaba cayendo.

–– ¡¡¡PERO QUÉ COÑO...!!! –– grité, con los ojos fuera de las órbitas.

A unos setenta metros de donde me encontraba había aparecido un agujero gigantesco, de unos veinte metros de diámetro. ¡LA ISLA ERA UNA PLANTA GIGANTESCA! ¡Y QUERÍA COMERME! Aquel hecho me recordó a las dos plantas que intentaron comerme recién llegado a la isla, y decidí que no quería ser engullido por una planta, y menos aún después de ver lo que podía hacer. Unos animales de la isla cayeron en el agujero y se derritieron casi al instante debido a los flujos ácidos intestinales de la planta que usaba para la digestión. Tragué saliva, aunque me costó pasarla. Comencé a correr en dirección opuesta a donde se encontraba el agujero, que sería la garganta de la planta gigante. Al principio todo iba bien y me alejaba cada vez más, pero la cosa cambió. De repente comencé a caer hacia atrás, resbalando por el suelo. La isla-planta había empezado a cerrarse. Estaba claro que quería tragarse todo lo que hubiera allí, yo incluido.

¿Y ahora qué hago? –– pensé. –– El borde de la planta está muy alto y no llego con mis brazos. Necesitaría algo de impulso...

En ese momento, como una aparición, una genial idea vino a mi mente. De todas las cosas que había salvado de mi barco después de la separación de mi tripulación estaba un dial de viento, suficiente para darme un gran impulso y acercarme lo suficiente al borde de la planta para salir de ella. Pero debía ser en el momento justo. No podía hacerlo antes, pues al empezar a descender de mi vuelo, volvería a caer dentro de la planta. Metí la mano en una pequeña bandolera que llevaba atada a la cintura. Rebusqué y saqué el dial de viento.

–– Suerte que no lo vendí por la comida... –– dije en bajo, rememorando un episodio justo después de mi declive.

Lo agarré con fuerza y me flexioné ligeramente las rodillas para facilitar el impulso. Miré hacia la abertura superior de la planta, que cada vez era más pequeña. Me preparé e hice una cuenta regresiva mental. Finalmente, apunté con el dial hacia el suelo y lo liberé. La fuerza inmensa del objeto me propulsó hacia arriba varias decenas de metros. En el punto álgido, giré ciento ochenta grados sobre la horizontal y lancé mis brazos hacia el extremo de las hojas de la planta gigante.

–– GAMU GAMU NO PISTORU!!

Mi brazo se alargaba a gran velocidad. A penas faltaban unos metros para llegar. Casi podía tocarlo con la punta de los dedos. Pero, al final, me quedé a escasos centímetros de agarrarme. No lo había logrado. Comencé a caer a gran velocidad al mismo tiempo que mi brazo volvía a su posición normal. Tenía que pensar rápido. Si caía dentro de la garganta de la isla-planta sin ningún tipo de protección, me derretiría en un suspiro. Necesitaba algo que me diera el tiempo suficiente para escalar por el interior de la planta.

–– ¡Lo tengo! –– grité, chocando mi puño derecho con la palma izquierda.

Activé el Busoshoku Haki. La armadura que me cubría todo el cuerpo sería suficiente para resistir los ácidos intestinales de la planta gigante lo suficiente para salir de allí. Caí dentro del agujero y noté como los jugos gástricos caían encima de mi, intentando digerirme, pero mi armadura lo evitó. De mi cuerpo salió humo, fruto del contacto del Busoshoku con el ácido. Antes de llegar al fondo, estiré mi brazo y lo clavé en las paredes intestinales de la planta ayudándome del Haki para poder perforarlas y empecé a escalar. Mi camino de salida no sería muy largo y podría salir de aquella isla del demonio.

01/09/2013

Tras intentar escapar de las fauces de aquella planta, acabaste en su interior, esquivando con suerte sus afilados dientes que se cerraban y abrían continuamente. Los jugos gástricos que desprendía aquel ser para digerir con facilidad a sus presas, te hubiera digerido su hubieses caído un poco más, pero gracias a la fragilidad de la planta pudiste atravesar su interior con los dedos y escalar por ella, cosa que ni sentía, pues tú para ella eras minúsculo. Tras una larga y ardua lucha, saliste de aquel ser, que empezaba a abrirse tras haber comido lo suficiente como para saciar su apetito. La supuesta isla volvía a ser como antes, con la diferencia de que la fauna e incluso algo de flora, se habían visto reducidas notablemente, aunque al igual que tú, probablemente había más supervivientes, pese a que los animales que allí habían no solían tener tanta inteligencia como un humano o cualquier otra raza razonante.

Te habría librado de una buena, sin embargo, aún no habías conseguido aquello que buscabas, mejorar potencialmente. Esta isla no era quizás la más adecuada, o eso es lo que parecía por el momento. Al abrirse del todo, pudiste observar como había cambiado de lugar, a uno más apetecible y extraño. Había comida por todos lados, pero era del o más extraño. Había un río de crema, muslos de carne, piñas, de todo lo que podrías desear, sin embargo, esa comida atrajo a varios animales que por lo visto se habían salvado. Uno de ellos era un rey marino con aletas lo suficientemente grandes y fuertes como para usarlas de patas. Este se había colgado de varios árboles para no caer y ahora estaba a pocos metros de ti.

Off: Perdón por la tardanza

27/12/2012

Tras una intensa lucha por salvar mi vida, conseguí salir de aquella planta gigantesca que había intentado engullirme junto con el resto de la isla. Me había costado sangre, sudor y lágrimas escalar por el interior de aquel ser, pero finalmente lo había conseguido. Al salir, la planta, probablemente saciada de comer, había comenzado a abrirse. La isla había quedado notablemente mermada de flora y fauna. Había claros enormes en lugares donde antes reinaba una flora frondosa. Pero todo aquello lo veía desde lejos, pues al salir de la planta había aparecido en un lugar diferente. Un lugar extraño. Había un río que estaba hecho de comida. Miraba a todas partes con los ojos fuera de las órbitas. Me encantaba comer, por lo que aquel lugar era el paraíso para mi. Movía la cabeza de un lado a otro sin parar.

–– ¡¡UUUOOO!! ¡¡UUUOOO!! ¡¡ UUUUUUOOOOOOO!!

No sabía por dónde empezar. Desde su desembocadura hasta donde se perdía de vista, el río estaba hecho de una fina crema, muslos de pollo, piñas, frutas, dulces... Era un lugar soñado para mi. Todos los animales que habían sobrevivido se estaban acercando al río para comer, y yo no iba a ser menos. Empecé a correr directamente hacia el afluente de buffet libre. No veía el momento de empezar a engullir toda aquella comida. Pero hubo algo que me detuvo. A unos diez metros del río, colgado de un árbol, apareció un animal gigantesco. Mediría unos cien metros de alto. Me sorprendió que la rama del árbol no se partiera con semejante gigante ahí colgado. Tenía unas enormes aletas, acordes con su tamaño, por lo que podía usarlas de patas.

Tal vez sea un Rey Marino. Alguna vez me he cruzado con alguno navegando por el Grand Line. –– pensé, mientras miraba al animal a los ojos y éste me devolvía la mirada.

Cambié de dirección con el mismo objetivo de dirigirme hacia el río, pero el rey marino se volvió a interponer delante de mi. Parecía que quería impedirme que avanzara más de la posición en la que me encontraba. Volví a intentar seguir adelante por otro sitio, pero, de nuevo, se interpuso en el medio. Me quedé parado, mirándole a los ojos, con mi cuerpo enfocado hacia él y con los brazos en jarras. En esa posición pasó casi un minuto. Ninguno de los dos movimos ni un pelo. Finalmente, inspiré bastante aire.

–– ¡¡¿¿QUÉ PROBLEMA TIENES CONMIGO??!! –– grité con todas mis fuerzas, dejando ver mi enfado.

Si aquel Rey Marino quería pelea, la iba a tener. Nada ni nadie me iba a impedir comer de aquel río.

01/09/2013

Off: ¿100 metros? Vale que hay reyes marinos grandes, pero estamos hablando de un animal que hace tres veces una ballena azul y más. Yo creo que tampoco hay que exagerar tanto, no cuando piensas enfrentarte a él xD

A pesar de tus intentos por avanzar hacia la comida tan ansiada, el rey marino no parecía estar contento. No tardó en echar a los demás animales más pequeños que él. Quería todo para él, era egoísta y territorial. No dejaría que nadie tocase lo que él había denominado como su comida. Todos los otros seres se apartaban y echaban atrás. No dudaban en coger cosas y correr hacia atrás para no ser devorados por el rey marino, sin embargo, eran pocos los que lo intentaban. Sus 30 metros intimidaban a todos aquellos que hace unos minutos disfrutaban de aquel manjar.

El gran animal escuchó tus palabras y se giró hacia a ti. No entendía tu lenguaje, pero si podía ver que estabas cabreado y pudo entenderlo como un desafió. Un gran rugido se escuchó a kilómetros, sonido que iniciaría el combate. El monstruo empezó a correr hacia a ti, no a mucha velocidad por culpa de sus aletas, pero gracias a sus dimensiones, abarcaba gran terreno. Estaba dispuesto a quitarte de en medio si era eso lo que buscabas.

27/12/2012

Parecía que al final sí que iba a querer pelea. El resto de animales que allí estaban huyeron despavoridos, asustados por los potentes rugidos del gran rey marino que, tras mis nuevos cálculos, medía aproximadamente treinta metros. Después de que toda la fauna allí presente desapareciera, el rey marino me miró fijamente. Parecía que había entendido mis gritos hacia él como un desafío, y tampoco andaba demasiado lejos de la realidad. Empezó a correr hacia mi, así que me coloqué en guardia para iniciar el combate.

–– Tú lo que has querido, enano. –– dije, apretando los puños.

Salí corriendo hacia él y, cuando estuve a su altura, di un potente salto, de unos veinte metros más o menos, ayudándome de mi Akuma no mi para potenciar el despegue. Una vez a esa altura, estiré mis brazos hacia atrás y, imbuyéndolos en mi Haki Armadura para golpear más fuerte, los lancé repetidamente hacia el rey marino para hacer el mayor daño posible.

–– GAMU GAMU NO GATORINGU!![AF]

OFF:

01/09/2013

El ataque fue poderoso y alcanzó de lleno al rey marino, que debido a su tamaño, no pudo esquivar dicha técnica. El animal se echó hacia atrás y rugió con fuerza. Aquel ataque le había dolido, pero no vencido y esta vez sería él quien atacase. Salió tan rápido como sus aletas le permitían y se lanzó de boca contra ti, para placarte con el morro, sin embargo el ataque era lento aunque devastador. Podría ser fácil esquivarlo, aunque no fue su único ataque, parecía que eso era más una distracción que su movimiento, pues no tardó en azotar con su enorme cola que tenía un potencial enorme. [AF]

[Rol Moderado - Suzaku]

[Rol Moderado - Suzaku] {Jue 7 Nov 2013 - 22:19}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Dom 10 Nov 2013 - 21:06}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Dom 10 Nov 2013 - 22:58}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Lun 11 Nov 2013 - 17:43}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Mar 12 Nov 2013 - 15:16}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Mar 12 Nov 2013 - 21:39}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Miér 13 Nov 2013 - 21:00}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Miér 13 Nov 2013 - 21:28}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Vie 15 Nov 2013 - 20:12}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Dom 17 Nov 2013 - 22:56}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Lun 18 Nov 2013 - 20:37}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Miér 27 Nov 2013 - 19:33}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {Vie 29 Nov 2013 - 14:07}

Re: [Rol Moderado - Suzaku] {}