Rol privado ( Krauser y Arabel) ¿Animales hibridos?

Las olas del mar se chocaban contra la arena de aquella isla. La espuma blanca se podía apreciar desde la playa donde parecía hacer un tiempo esplendido. El sol estaba firme en el cielo y las pocas nubes que había eran blancas y se desplazaban hacia el lado contrario donde se hallaba el sol. Varias pisadas se apreciaban en la arena hasta que llegaban al interior del bosque tan grande y extenso de aquel lugar. Estas conducían a un arbusto en el que estaba sentado una persona con los ojos cerrados. Se trataba de Krauser un recluta de la marina. No estaba para nada dormido, solo pensaba con los ojos cerrados pero alerta a todo su alrededor. Sabia o al menos pensaba que esa isla estaría desierta. Esas eran sus creencias, se había adentrado allí para descansar después de haber estado entrenando horas en la playa. Varias gotas de sudor caían por su cuerpo. La camiseta negra de tirantes estaba ahora a su lado. Se la había quitado debido al calor del lugar y su torso fornido y zona pectoral estaban ahora al aire. Finalmente abrió los ojos despacio los cuales permanecían de forma fría y sin fijándose en el paisaje que estos le ofrecían. Su enorme espada estaba atada tras de él chocando y rascando la madera del robusto árbol cada vez que se movía.

- A continuar..
Dijo de forma suave y con voz ronca levantándose de aquel sitio y caminando de nuevo a la playa hasta que se frenó de golpe. Su mirada se clavo ahora en una extraña huella. Parecía ser que no era suya. Extrañado se agacho para mirarla y sonreír un poco de lado. Cosa que no se notó con las vendas que le cubrían su medio rostro y miró a la dirección donde estas se dirigían. Tenía dos opciones ahora mismo. O bien seguirlas y ver que animal, persona o cosa se traba aquella huella o entrenar en la playa. Por un momento pensó en la segunda opción y dirigirse a la playa tranquila. Pero la curiosidad le podía por lo que se decanto por la primera opción y empezó a seguir las huellas. No era para nada un buen rastreador por lo que en pocos segundos se lió y perdió la pista de lo que podía ser aquello. Se crujió los nudillos algo molesto consigo mismo por no haber podido estar a la altura y tras eso se giró. Se fijaba bien en todos los arboles viendo en algunos arañazos. Al parecer no estaba solo en aquella isla y había algo más. Pero por su mala forma de rastreo no pudo seguir con lo que pretendía.

- Grr…
Gruñó por lo bajo al sentirse impotente y se llegó de nuevo a la playa donde pisó por segunda vez ya. Su mirada ahora se fijaba en el mar y en sus olas. Tras unos segundos murmuro de forma despacio mientras se puso a hacer varios abdominales en la arena llenándose la espalda de esta.

- Cuando acabe de esta tanda descansare un poco y volveré a investigar
Sus ojos se abrieron como platos de repente y miro hacia la zona del bosque mientras se levantaba a toda prisa. Había tenido un descuido enorme y estaba algo nervioso. Se había dejado su camiseta junto al árbol. si la perdía no tenía otra prenda que llevar y podrían rastrearle a él. Salió corriendo de nuevo al bosque a toda velocidad pero cuando llego al árbol para sorpresa suya su camiseta ya no estaba por lo que dio una voz que se oyó en toda la isla. Su tono fue bastante alto y de furia

- Maldición!!

Krauser estaba nervioso al no ver su camiseta por ningún lado. Empezó como loco a buscarla por todo el bosque corriendo por este y observando cada rincón. Lo único que encontró fueron más huellas de la misma cosa que antes. Su mirada se puso más fría de lo habitual y con bastante seriedad empezó a seguirlas cada vez más furioso. Finalmente su mirada se dispuso a observar una pequeña cueva. Agarro el mango de su espada con ganas y empezó a entrar despacio en el lugar. Su respiración era agitada tras haber estado un poco corriendo. La cueva parecía ser oscura y profunda pero podía ver gracias a los agujeros del techo por los que la luz solar entraba. Un ruido le llamo la atención. Fue girando su cuello suavemente y despacio con el mango de su espada aún agarrado. Su vista encontró lo que parecía ser una espacie de bestia. Esta parecía una mezcla de dos animales. Su cuerpo era el de un oso y su cabeza la de un rinoceronte. Quedó impresionado al ver tan semejante ser en la isla. Las huellas estaban ya claro de quien eran. Lo que más le intereso de aquella cosa no fue su aspecto en concreto. Sino lo que tenía en la mano. Su camiseta negra, este saco por completo su espada la cual era enorme. Era casi del tamaño de una persona adulta y bastante gruesa. Sus ojos eran la misma frialdad, sin pensarlo corrió a por el maldito ser. Este al sentirse amenazado se lanzo con un placaje sobre él. Krauser evito de milagro el cuerno de la nariz del animal pero le dio con el cuerpo enviándolo al suelo. Se levanto con algunos arañazos por su cuerpo con algo de sangre en el costado. Frunció el ceño levantándose y observando a la criatura seriamente. El animal se abalanzo sobre él de nuevo. El resultado no fue el mismo, Krauser rodo hacia un lado evitando al ser que se estrello con la pared. Krauser se levanto rápidamente lanzando un poderoso tajo que cortó el brazo del animal que empezó a gruñir de dolor. El chico cogió la camiseta, pues el brazo que corto era la que sostenía esta. Se la puso allí mismo y decidió dejar al animal con vida. Lo hizo por pura pereza ya que no le hubiera costado nada a nivel emocional acabar con la vida de aquella criatura. Se ato de nuevo la espada a la espalda limpiando antes la sangre con unas hojas.

- Maldito monstruo!..

Este se dirigía de nuevo a la playa por el bosque muy tranquilo cuando escuchó un gran ruido. Se pregunto que podía ser , tal vez otro animal de esos raros. Pero este sonido fue enorme, fuera lo que fuera se acercaba a él. Sus ojos se abrieron de repente cuando vio a aquella figura rodando por el final del bosque. Rápidamente dio un enorme salto hacia un lado, la gigante paso rozándole y casi llevándoselo por delante. Se levanto del suelo rápidamente observando lo que sus ojos le estaban ofreciendo. Observo a una especie de pez el cual no se entretuvo mucho mirando ya que lo que más le impresiono fue la gigante. Negó varias veces con la cabeza sin creérselo para después esperar unos segundos y acercarse a la cabeza de aquella enorme chica. La observo sin expresión y tranquilamente dijo en un tono alzado y algo enojado pero a la vez confiable. No parecía querer nada malo, solo regañarle.

- Oye, ten un poco de más cuidado, casi me matas, si no llego a saltar no lo hubiera contado.