La capital del agua [Privado Teravan] {Vie 22 Nov 2013 - 22:15}

19/11/2013

Imágenes:

Era la primera vez que el inexperto Kazuo realizaba un viaje que lo alejaba tanto de su isla natal en el West Blue, pero desde que se había alistado en la marina había asumido que aquellas con toda seguridad iban a pasar, tarde o temprano. Mas temprano que tarde, se había enrolado en un barco que lo llevó más lejos de donde su imaginación era capaz de asimilar, viendo cosas extraordinarias en el viaje que algunos no podían ni soñar. Y ahora, tras unas pocas semanas de viaje, habían llegado al destino que se habían propuesto alcanzar en la ruta de navegación. Para muchos quizás sería un viaje ordinario, pero para el recluta Minato aquello había sido lo más asombroso que le había pasado en la vida y esperaba que no terminara en aquel puerto.

Con los ojos carmesí abiertos como platos observó la impresionante ciudad de Water Seven, una colosal construcción con planta en forma de círculo que estaba coronada por lo que Minato calificó como "una fuente gigante" a primera vista. Los edificios se repartían en diferentes sectores los cuales estaban separados por canales de agua que emanaban desde la fuente hacia el mar. Todo aquello era nuevo para el pelirrojo, por lo que no podía evitar que le temblaran las piernas de la emoción. En su traje de marine parecía más delgado de lo normal pues le quedaba bastante holgado y la mata de pelo roja le cubría parte de la cara, haciendo que diera la impresión de que se fuera a partir por las rodillas de la impaciencia. No soportaba estar haciendo nada, y menos cuando aquella estructura se presentaba ante él para ser explorada. Estaba ansioso por desembarcar.

Pero no todo era ver la ciudad como un turista y pasárselo bien. Aquellos marines habían llegado allí con una honorable misión, una misión que debían de cumplir por el bien de la marina y de la humanidad. Esa misión era... Espera... ¿Cuál era la misión? El joven de rojo cabello sintió como una gota de sudor frío le bajaba por la espalda al comprobar con pavor que se le había olvidado, por culpa de los nervios, qué era lo que habían ido a hacer allí. ¿Qué haría con un problema como aquel? Mejor se tiraba al agua y se dejaba hundir en las profundidades del océano que dejar que la vergüenza cayera sobre sus hombros.

Pero quizás no todo estaba perdido. Había un marine a su lado no excesivamente lejos, por lo que pensó que quizás podía preguntarle en confidencialidad y que, por compañerismo, le echara una mano. La tensión y el miedo podían palparse en la expresión de Minato cuando se acercó al marine y por lo bajo, susurrando, admitió su error ante aquel hombre. - Oye... Es mi primera vez, ya sabes... Los nervios y todo eso... en fin, ¿puedes decirme qué hemos venido a hacer aquí? - le preguntó preocupado. Si le ayudaba estaría salvado, sino... ya podía irse buscando otro trabajo.

Detalles:

30/08/2013

Teravan miraba fijamente a la isla que ante ellos se alzaba imponente. Water Seven, la ciudad de los canales. Por una parte sentía nostalgia por los buenos momentos que allí había pasado, pero por otra esperaba no encontrar a ciertas personas que no eran de su agrado. Había demasiadas cosas que no quería recordar, aunque también muchas otras que quería repetir.

El tirador era un hombre de estatura media y el cabello rojo como la sangre. Sus ojos color marrón oscuros brillaban, causa de los recuerdos que venían a su mente. Tenía los brazos desnudos apoyados en la cadera, mientras el viento hacía ondear su chaqueta, que descansaba sobre sus hombros.

Caminó por la cubierta, hablando con algunos reclutas y solucionando algunos asuntos mientras pensaba en sus cosas. Después se fue a la proa a sentir el viento y relajarse un poco.

- Oye... Es mi primera vez, ya sabes... Los nervios y todo eso... en fin, ¿puedes decirme qué hemos venido a hacer aquí? - le susurró un recluta al oído, le hizo gracia, al principio él era así de olvidadizo. Menos mal que había aprendido la lección.

Se trataba de un joven con aspecto nervioso, entusiasta. Tenía los ojos rojos, un rasgo bastante distintivo.

- Tranquilo, es sencillo, nuestra misión aquí es... - se quedó callado. - Mierda...

19/11/2013

Tras murmurarle a aquel tipo que estaba completamente perdido en cuanto a la misión que tenía que realizar se relajó, parecía que estaba dispuesto a ayudarle. Comenzó a hablarle, diciéndole que estuviera tranquilo y que él explicaría la misión por lo que Minato se quitó el peso de encima. Sin embargo aquel marino se había quedado callado, y el pelirrojo se quedó mirándolo en silencio esperando a que hablara. Una sola palabra por parte de aquel tipo bastó para que Kazuo cayera de rodillas contra el suelo del barco y comenzara a decir maldiciones varias hacia su mala memoria. – Estoy perdido, estoy perdido, estoy perdido… Me colgarán del palo mayor por mi mala memoria… ¿cómo he podido olvidarme de algo así? Soy estúpido, estúpido, estúpido… – decía casi lloriqueando.

Se levantó de golpe, incapaz de darlo todo por perdido. Con energías renovadas señaló la ciudad de agua y pronunció con la moral bien alta. – ¡No importa! Nadie me detendrá, ni siquiera aunque no sepa qué tengo que hacer. ¡Me convertiré en el mejor asesino de la marina! – dijo desvelando su sueño sin darse cuenta. Giró su cuello y observó al hombre que lo acompañaba, el marino al que le había preguntado por la misión y que él tampoco se había acordado. – Mi nombre es Kazuo, Minato Kazuo. – le dijo tendiéndole la mano en señal de amistad. – Ya que vamos a enfrentarnos a una misión que no conocemos, mejor que lo hagamos juntos… ¿no crees? – comentó sonriendo, olvidando por momentos que si los descubrían podían ser sancionados o, al menos, regañados. Debía contar con toda la ayuda posible si no quería ser descubierto por sus superiores, y qué mejor que uno de sus compañeros más experimentados para echarle una mano.

El barco estaba llegando a uno de los puertos de la ciudad y pronto tendrían que desembarcar y esperar órdenes, aunque sin tener la misión clara era posible que aquello se convirtiera en un caos para aquellos dos. Para Kazuo, aquella era una ciudad inexplorada que podía esconder cualquier tipo de pruebas a su mente, y quién sabe, lo mismo estaba llena de piratas que odiaban a los marines y aquella era una misión de exterminio. – Va a ser un día bastante complicado… – dijo con voz seria mientras miraba a unos hombres trabajando en el puerto para, tras unos segundos, esgrimir una sonrisa contra lo que fuera a venir.

La capital del agua [Privado Teravan]

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