Un desastre de lo mas bonito[Privado-pasado][Sweet Dead-Bael]

Había desembarcado en shellstown una bonita ciudad pero para mí no, mientras todos estaban en el barco yo conseguí salir a gran rapidez por unos instantes a escondidas, necesitaba unos planos de la marina y no quería que nadie de la banda se enterase, ya que podía ser peligroso. Corrí hacia el centro del pueblo esperando poder orientarme hacia donde debía ir, aunque no sabía que calles coger, mientras corría a toda velocidad no quería perder ni un segundo y notaba como mi corazón latía a toda velocidad; decidí pararme por unos minutos para coger aire y enfrente vi un bar y pensé “si entro quizás pueda servirme de ayuda, puede que me encuentre algún tipo con la información necesaria”.

Abrí la puerta del bar y entré, todo estaba lleno de humo y muchos borrachos miré por si veía a alguien con aspecto extraño, siempre suelen ser los que lo dan mal rollo y lo tengo visto por experiencia, me acerqué a una zona oscura y vi a un viejo de avanzada edad borracho pero que tenía un traje de marine, me acerqué por detrás y como parecía que estaba medio dormido aproveche para quitarle la llave que tenía en el cuello, miré el símbolo y marcaba el logo de la base de la marina así que volví hacia la puerta y pensé para mi misma “bien ya tengo lo que quería”.

Cuando salí de la taberna guardé la llave en mis bolsillos y comencé a correr cuesta arriba hasta llegar a la puerta principal y allí estaban dos guardias, me paré por un momento no me iban a dejar entrar así porque sí y me puse a caminar con paso decidido y me acerqué a los dos y les dije en tono seductor y con carita de niña triste:

-Me he perdido y estoy yo sola sin nadie y no es aconsejable que ande por ahí sola ya que puede ser peligroso y no quiero que me pase nada-dije remarcando con mis labios, noté que eses dos se lo estaban pensando mi trama de seducir siempre funcionaba y noté como se acercaban, en ese momento al primero que llegó conseguí darle una patada en donde mas le dolía dejandole inconsciente y al otro saqué mi espada y le apunté al pecho:

-Dime a que parte de la base pertenece esta llave, ¡rápido!-dije con tono serio y note como el marine tenía miedo, sabia que esa llave me llevaría a donde lo necesitaría pero necesitaba saber donde se encontraba-dímelo o te rajo aquí mismo-el marine examinó la llave y me dijo:

-Es-es a...la zona en la que...estan entrenando el grupo...A-después de que me dijera esto, me giré con mi espada para irme pero se la clavé en el pecho, no debía dejar pistas, cogí los cuerpos y los arrastré hasta los arbustos y entré por la puerta.

Una vez dentro debía coger hacia allá empecé a correr por los pasillos aunque a ratos debía esconderme para que no me pillasen, necesitaba coger un traje y así pasaría desapercibida pero antes tenia que avanzar mas.

Me había escondido en una habitación era un camarote de marines pero estes marine era una mujer, tenía los trajes de oficiales de mujer, abrí su armario y ahí había todo tipo de ropa cogí unas prendas y me las puse por encima, luego me puse a mirar su camarote y vi un espejo con todo tipo de maquillaje, me pare y me retoqué y a su lado un maletín lleno de joyas las cogi y las metí en los bolsillos interiores de mi ropa ya que la de la marine tarde o temprano me desharía de ella.

Salí de la habitación con paso decidido ahora nadie dudaba de mí y me puse a caminar con tranquilidad aunque no debía bajar la alerta siempre había algún graciosillo por ahí que lo sabía todo, llegué al campo de entrenamiento viendo como los reclutas entrenaban y ante ellos el capitán, cuando llegué ya se iban pero más tarde volvieron con el capitán y pensé para mí misma “panda de estúpidos, que solo saben seguir las ordenes por el asqueroso gobierno” me acerqué lentamente hacia el capitán, era un hombre de avanzada edad, yo llevaba mis manos en los bolsillos y la chaqueta como era tan grande cubría mi katana; saqué mi katana a gran velocidad y la puse en el cuello del capitán.

-¡Escuchadme, como hagáis un solo movimiento me lo cargo!-grité enfurecida hacia ese batallón-ahora mismo iréis todos delante de mí y usted señor cabo comience a caminar y digame donde se encuentra la puerta de esta llave y como digáis algo ¡os rajo a todos!

Comencé a caminar y mientras me guiaba por el cabo, este chantaje no duraría mucho tiempo no tardarían en atacarme y necesitaba otro más así que se me ocurrió:

-Así se me olvidaba en todas vuestras casas tengo unos cuantos de mis hombres amenazando a vuestras familias si hacéis algo ellos lo pagan, así que vosotros decidís.-dije marcando mi sonrisa malvada, aunque no fuera cierto se lo acabaron creyendo.

Cuando íbamos caminando en dirección a aquel lugar un chico que también era marine se quito su vestimenta de marine y me dijo a mi lado:

-Tranquila soy de los tuyos-cuando me dijo eso me quedé un poco confusa sería otro pirata, pero ¿Qué hacia colándose también aquí, acaso buscaba lo mismo que yo? Por el momento me alivié tenía un aliado, pero no sabía cuánto duraría así que me limité a sonreír y a seguir avanzando, finalmente llegamos a la cámara acorazada y allí estaba la ranura que con la llave que tenía, le pasé el cabo que todavía tenía agarrada a ese joven y miré a los reclutas con cara asesina para que no hiciesen nada, todavía seguía con el traje de la marina puesto así que cogí la llave y abrí la puerta acorazada, por un momento creía que no se abriría pero tuve que darle una fuerte patada para que se abriera ya que estaba un poco atascada.

Me adentré dejando la puerta abierta por si intentaban algo y allí estaban los documentos que buscaba, me puse a mirar rápidamente en que estante estaban y allí los vi, tenían la fecha en la que iban a recibir unas mercancías los cogí y los guardé, luego salí de la habitación y volví a coger al cabo con mi espada.

Esperé a que ese chico recogiera unos berries, aunque creo que no merecía la pena por unos míseros berries es mas era una pérdida de tiempo para mí ya que cada vez se hacía más tarde y a lo mejor en el barco se preguntaban por mí. El joven ató a los 5 reclutas y fue acabando con ellos uno por uno a mi parecer me pareció un poco bestia ni que no tuviera alma, yo era sanguinaria pero con quien debía serlo no me gustaba matar por matar a no ser que estuviese en un aprieto; de todas formas seguimos caminando ya que a cada rato había que esconderse y no me apetecía que me pillasen y las ropas de la marine pesaban un poco.

Más tarde llegamos a un camarote no se de que era pero creo que era para guardar cosas, dejé al cabo en el suelo y le dije:

-Gracias por guiarme a buscar lo que quería ¡perro del gobierno!-dije enfurecida en ese instante recordé a mi madre que el gobierno mundial había acabado con ella, pero siempre hay que empezar las cosas bien, en cuanto consiguiese salir de aquí con los documentos podría llegar al barco y largarme. En cambio el cabo comenzó a suplicar para que le dejásemos con vida, me acerqué lentamente a la ventana y vi que todo el mundo estaba revolucionado se habían dado cuenta de lo que habíamos hecho así que cogí mi espada y se la clavé en pecho con fuerza atravesándole el corazón, luego de sacarla empezó a derramarse la sangre y el cabo cayó al suelo.

Los marines se acercaban y vi como ese chico taponaba la puerta con todo tipo de objetos variados, yo me había ido hacia la ventana y el me dijo:

-Dark D. Rose hay que salir de aquí, por la ventana-me quedé dudando un momento, saltar era un poco peligroso no creo que pudiese pero bueno había echo cosas el doble de peligrosas como perderme en la nieve o en el desierto.

Luego el abrió la ventana y saltó a poco más y no llega a los árboles, después de eso extendió su mano para que no me cayese, pero le ignoré no necesitaba de nadie para saltar aunque me cayese, salté y caí perfectamente en el árbol con equilibrio, luego bajé y esperé a que ese joven bajase, el tiempo cada vez corría más pero debía esperar el me había ayudado y yo le ayudaría a salir de aquí.

Ahora que estábamos fuera tendríamos que buscar la forma de irnos aunque oí el ruido del sitio del que habíamos salido y los marines habian conseguido salir de allí y le dije:

-Ven sígueme, conozco la salida, pero habrá que correr si quieres salir con vida.

Corríamos por las calles intentando despistar a los marines, durante unos momentos creo que estuvimos dando vueltas por Shellstown hasta que conseguimos llegar al muelle, cosa que cuando llegamos al muelle lo habíamos conseguido, nadie del barco se había dado cuenta de que había estado fuera por unas horas y eso en el fondo me alegraba.

-Adiós, Rose espero volver a vernos algún día-escuché eso de el cuando no le miraba y yo le dije:

-Yo también lo espero, pero por un tiempo tu y yo no nos conoceremos de nada, un gusto-le dije mientras observaba como se iba corriendo y subía a un barco, por lo visto era un revolucionario.

Decidí subir al barco y coger el rumbo hacia otra isla, no quería pasar mas tiempo en ella, no con la marina por aquí ya que era peligroso; cuando ya estaba en mi cuarto saqué el documento y lo leí detalladamente, por fin tenía lo que quería ahora solo debía guardarlo con mi propia vida.