El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Vie 29 Nov 2013 - 0:53}

19/11/2013

Si quería convertirse en uno de los mejores asesinos del mundo a manos de la Marina debía comenzar por dejarse de pequeñas flotas e iniciar lo que él había autodenominado como “¡El plan H!”. Esto era porque su principal objetivo era convertirse en un héroe para la gente, y eso lo conseguiría convirtiéndose en el mejor asesino que lo conseguiría haciéndose más fuerte, que lo conseguiría uniéndose a una flota poderosa y entrenando. Parecía sencillo sobre el papel, más para conseguir todo aquello primero debía unirse a una flota con sus mismos ideales lo cual no parecía fácil en aquellos días. ¿Quién quería actuar por deber y no por dinero? Era algo difícil de encontrar por aquel entonces.

Sin embargo Minato no se rendiría, tenía un espíritu luchador y eso lo había dejado claro cuando atracó en el puerto de Loguetown, una enorme ciudad que ocupaba casi toda la isla en su extensión. Muchos piratas se escondían entre las calles de aquella ciudad preparándose para ir al Grand Line, pero los Marinos tenían un pequeño cuartel que servía para contener a los bribones y malandrines que osaban alterar la paz de la ciudad. Era un gran comienzo, si todo iba como había planeado estaría saliendo de aquella ciudad en busca de aventuras por todos los mares del mundo. Y qué mejor lugar para buscar una aventura como aquella que en el cuartel de la Marina.

Sus pasos lo guiaron rápido por las calles de Loguetown, cargando únicamente con una gran bolsa de tela de color marrón donde iban todas sus cosas de valor ya fuera sentimental o físico. Se cruzaba con gente que parecía estar dispuesta a desenfundar su espada y destrozar las tripas del pelirrojo tan solo por una moneda, mas estos simplemente se hurgaban la nariz de forma distraída cuando pasaba por su lado. Quizás Minato impusiera respeto, quizás fuera una trampa mayor la que lo aguarda más adelante, o quizás simplemente fuera la fortuna la que le guiaba aquella mañana con el Sol resplandeciente en lo más alto del cielo.

Por unas razones u otras, el joven Marino llegó hasta el cuartel de la Marina y se presentó nada más abrió la puerta. – ¡¡Mi nombre es Minato Kazuo y estoy aquí para convertirme en un héroe!! – gritó con todas sus fuerzas desde la entrada del edificio. Unas decoradas escaleras subían al segundo piso donde probablemente estuvieran los despachos de los superiores, y en la planta inferior solo había dos pasillos: Uno a la izquierda y otro a la derecha. En medio de todo aquello una recepción vacía, sin nadie que la atendiera. A juzgar por lo que el pelirrojo vio a primera vista parecía que había pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvieron un voluntario. Un hombre calvo y de apariencia vieja se encontraba fregando el suelo con parsimonía, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Escuchó lo que aquel chico había dicho y, tras recoger su cubo y su fregona, se marchó de la sala mientras murmuraba algo que Minato no pudo escuchar. - Malditos reclutas… Creen que pueden comerse el mundo y aún no saben que ya están muertos… – se dijo a sí mismo, mientras el Marine de la planta baja miraba a todas partes de la habitación esperando que alguien le dijera qué tenía que hacer.

20/10/2013

El primer rayo de sol asomo por la ventana de mi camarote, provocandome una ceguera pasajera que trascendio en un golpe tremendo contra la cama de arriba de mi litera al intentar revolverme para quedarme ciego y salir de alli cuanto antes. Me encontraba en un buque de guerra de la Marina que se dirijia desde hacia dos dias a Loguetown desde el North Blue para una evaluacion de la aptitudes de los grumetes recien ingresados al cuerpo militar. Era una de las pocas oportunidades que tendria para demostrar mis habilidades de combate e impresionar a los altos cargos asi que debia descansar todo lo que pudiera en el trayecto, mas las constantes tormentas y las inacabables tareas de a bordo me impedian dormir mas de seis o siete horas diarias. Era verdad que no deberia haber problemas en ese sentido, pero yo siempre habia sido un hombre de descanso profundo y mal despertar, por lo que mi humor por las mañana era peor cuanto menos hubiese descansado.

Pero el momento llego y al fin la ciudad del Alfa y el Omega se alzaba imperiosa ante nosotros, repleta de gente de todos los lugares imaginables y por imaginar, era la poli de la palabra cosmopolita. Por desgracia de primeras fuimos enviados directamente a la base de la ciudad para recibir instrucciones directas de los capitanes con respecto a las pruebas que se nos encomendarian. Cual fue mi sorpresa al llegar alli y ser sorprendido con la siguiente frase:

- La prueba consistira en atrapar piratas y rebeldes, toda persona que altere el orden publico debera ser investigada y encarcelada si asi se ha de proceder. -dictamino el portavoz de la reunion.- No hay cabida para dudas asi que dispersense y a trabajar, señores. -sentenciaba de esta manera la mas corta de las explicaciones que jamas hube recibido en mi corta vida.

"Basicamente lo que quiere decir es que quien cace al pez mas gordo gana, ¡Vaya clase de prueba de aptitudes!" pensaba mientras paseaba entre las callejuelas de la urbe, mirando de un lado para otro con cara de pocos amigos debido a la pobre situacion que vivia."Si querian que nos movilizaramos por un puñado de rateros y piratuchos de tres al cuarto que lo hubiesen dicho antes, y no esta basura de mision." Mi humor empeoraba por segundos y no era para menos, estaba desperdiciando mi tiempo y dejandoselo todo a la suerte.

Sali de la sala de reuniones, baje las escaleras y me dirigi a la salida para la cual tendria que pasar por la recepcion al igual que hicieron la gran mayoria de los miembros del cuerpo de la justicia en Loguetown. Cual fue mi sorpresa al ver que uno de los reclutas acababa de llegar gritando por la puerta principal, reclamando toda la atencion de los presentes. Al verle me reconoci en parte por su entusiasmo y gran predisposicion, y ya que acababa de ser ascendido dentro de la organizacion no pude dejar pasar la oportunidad de dar ejemplo a los mas inexpertos.

- Chico, llegas tarde. -le dije al recluto, aunque este era visiblemente mas mayor que yo. Este llamaba la atencion sobre todo por su larga y rojiza melena y su sombria figura.- La reunion ha acabado, pero sigueme y te lo explicare por el camino. -sali por la puerta principal y espere a unos diez metros de ella para dejar paso a los mas ansiosos. Yo sabia que no por correr mas hariamos mejor nuestro trabajo, que al fin y al cabo era de lo que trataba todo. Cuando llego a mi altura, le hable con tranquilidad.- Tenemos que despejar las calles de la ciudad, y contra mas nos llevemos con nosotros a la vuelta mejor ¡Sigueme y comparte conmigo esa heroicidad de la que dices estar hecho! -sonrei mientras alzaba un brazo en señal de victoria.

19/11/2013

Tras unos segundos que le parecieron eternos alguien descendió de la primera planta, diciendo unas palabras que más que fluir hasta sus oídos llegó hasta su corazón. Cuando aquel chico visualmente más joven que Minato salió por la puerta principal, el recluta salió por la puerta de inmediato y se colocó a su lado, haciendo el típico gesto de saludo con la mano en la frente de la Marina hasta que le volvió a hablar. La misión de aquel día parecía consistir en atrapar a algún pez gordo de las calles de Loguetown, no parecía demasiado complicado pero quién sabe la de piratas que puede haber por ahí. – ¡De acuerdo señor! – le contestó a su superior mientras comenzaba a caminar en una dirección cualquiera. Estaba decidido a demostrar de qué estaba hecho pues ese era el camino para conseguir convertirse en alguien más fuerte.

Tras un pequeño intervalo de tiempo caminando en una dirección alzó la voz, presentándose a aquel que sería su compañero de aventuras suponiendo que lo estaba siguiendo. – ¡Mi nombre es Minato Kazuo! ¡Le ayudaré a acabar con todos los piratas que haga falta, señor! ¡Esos ladrones no merecen estar libres en la calles para continuar atemorizando a los inocentes! – le dijo casi gritando mientras seguía caminando mirando a los dos lados de la calle. Sus palabras no habían pasado desapercibidas, mas quizás no era a su compañero marino al que más le habían interesado. Varias ventanas de madera se abrieron para dejar ver rostros demacrados y con muchas cicatrices, piratas que se asomaron para ver quién era el patán que había gritado aquellas intenciones en voz alta.

- Vaya… Parece que están deseando pillarnos… – dijo Kazuo mostrando una expresión similar a cuando los niños hacían una travesura. Algunos hombres dejaron las cosas que estaban haciendo y comenzaron a murmurar entre ellos mientras se acercaban, algunos armados, aparentemente deseando darle una paliza a aquel que los había subestimado en voz alta. – Bueno, puede que ya no tengamos que buscarlos más… – dijo tratando de buscar una escusa para que sus acciones no hubieran sido tan malas como él creía. Por el momento no buscaba pelear, esperaría a recibir alguna orden o a ser atacado por aquellos hombres antes de hacer ninguna otra acción.

20/10/2013

Como intuí el tipo parecia muy entusiasmado por ayudar a librar al mundo del mal con rapidez e imprudencia, tal como yo mismo hacia en bastantes ocasiones, pero nos encontrabamos en una ciudad llena de miembros del bando contrario y lo mejor era andarse con ojo si no queriamos acabar en una pica a las puertas de la base para el final del dia. El grumete se presento pleno pulmon como Minato Kazuo, un heroe entre heroes, a la que caminabamos por las calles de Loguetown. La gente, como era obvio, se asomo desde la seguridad de sus casas para ver al energumeno que proclamaba a los cuatro vientos la inseguridad ciudadana del lugar y como los criminales no merecian ningun tipo de advertencia o misericordia ante la justicia. Si hubieramos esta en la base no me hubiese importado, e incluso puede que hubiera felicitado la actitud del marine, pero en medio de la ciudad mas cercana al Grand Line, donde los piratas eran el pan de cada dia, no pude hacer mas que darle un buen capon en la coronilla al ver la que habia organizado en apenas unos minutos.

- ¡Idiota! Una cosa es no temerle a nada y otra es querer la eutanasia. -le adverti en voz baja recriminandole su comportamiento.- Pegate a mi y cuidame las espaldas... -dije resignado.

¿Por que tanta cautela de mi parte? Pues por nada mas y nada menos que cinco hombres fuertemente armados que salieron de las viviendas o locales cercanos, rodeandonos con una rapidez asombrosa y mirandonos con un asco poco equiparable. Tres de ellos luchaban con sables de hoja corta, uno lo hacia con sus puños recubiertos con guanteletes de hierro, mientras que el ultimo poseia entre sus manos una alargada alabarda de mango de madera.

- Esta bien, "piratas" -me dirigi a ellos con cierto desden.- A la mayoria os parecera absurdo, pero os aconsejo que depongais vuestras armas y os rindais. -ante mi advertencia no hicieron mas que echarse a reir junto con la gran parte de la calle, a lo que prosiguio una acometida de uno de los portadores de sable contra Minato, corriendo directo hacia el novato con el filo en alto sujetado con las dos manos y descendiendo este con brusquedad buscando partirle en dos.

19/11/2013

Detalles:

Recibió un enorme golpe en su cabeza y por un instante pensó que le habían atacado, pero la realidad era que su compañero le había recriminado aquel comportamiento tan estúpido que había tenido pues la emoción le había embargado. – Tiene razón, lo siento… Espera, aún no me has dicho tu nombre. – le dijo una vez se le pasó el dolor de la cabeza, escuchando como valientemente le decía aquellos piratas que depusieran sus armas. Minato, maravillado por cómo se había enfrentado a aquellos piratas, apenas vio como uno de los hombres que los habían rodeado se lanzaba al ataque aprovechando el despiste del pelirrojo, esgrimiendo un mandoble directamente al hombro izquierdo de aquel marine. Saltó hacia atrás para evitar ser partido en dos, perdiendo el equilibrio y cayendo de culo contra el suelo de manera muy torpe.

- ¡Eh tú cara-estiercol! ¡Atacando a las personas distraídas solo conseguirás fama de nenaza! – le gritó mientras se ponía en pie ágilmente y desenfundaba las dos Ninjato que cargaba en su espalda. Evidentemente su mofa no había provocado sino que aquel pirata se enojara hasta límites insospechados, hasta el punto que parecía que iba a explotar al no poder albergar tanta vergüenza, enojo e ira en el interior de su cuerpo. – ¡¡TE VOY A MATAR!! – gritó mientras se lanzaba cegado por la rabia hacia el pelirrojo de nuevo. Aprovechando el desequilibrio emocional que guiaba a aquel pirata, Minato se lanzó contra él y esquivó un nuevo mandoblazo horizontal agachándose, para acto seguido golpear a su rival en la boca del estómago con su codo derecho y hacer que se doblara sobre sus rodillas.

Retrocedió, todavía quedaban varios piratas en pie y el otro no tardaría en levantarse. Se colocó prudente junto a su superior al tiempo que se disculpaba por su acción. – Lo siento, creo que ese tenía algo personal contra mí. – No obstante, no estaba preocupado, ni tampoco emocionado, sino que estaba feliz por encontrarse allí. Si moría, moriría en su camino para convertirse en un héroe, daría la vida por ello. Si sobrevivía estaría cada vez más cerca de cumplir su sueño. – ¿Órdenes? – pidió antes de ver cómo el resto de piratas se lanzaban contra ellos.

El camino de un héroe [Shioon-Minato]

El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Vie 29 Nov 2013 - 0:53}

Re: El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Vie 29 Nov 2013 - 1:29}

Re: El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Vie 29 Nov 2013 - 12:01}

Re: El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Sáb 30 Nov 2013 - 0:50}

Re: El camino de un héroe [Shioon-Minato] {Dom 1 Dic 2013 - 14:25}

Re: El camino de un héroe [Shioon-Minato] {}