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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Dom 15 Dic 2013 - 16:08}

Este tema está ambientado hace 6 meses.

Silencio. Tranquilidad. Un mar de calma. Oscuridad, paciencia y pasividad. El cuerpo de Haine, acurrucado sobre sí mismo, permanecía inmóvil en la oscuridad con los ojos cerrados, dormitando pero sobretodo esperando a que volviera a aparecer la luz. Un eco resonó sobre sus oídos, distante, provocando que saliera de su ensueño y abriera sus párpados para no ver más que la oscuridad delante de él. Agudizó su sentido auditivo y trató de escuchar lo que le intentaban comunicar, pese a que sabía que no era un mensaje para él. La voz llegó hasta él de nuevo, esta vez más clara e identificable. - ¡Tierra a la vista! - escuchó el albino, haciendo que sus músculos despertaran de su prolongado aturdimiento y comenzaran a moverse tras un largo día sin movimiento. Con dolor por el entumecimiento, Haine alzó su brazo hasta que encontró el final de la oscuridad que lo rodeaba. Empujó haciendo que la luz desvelara aquella oscura noche en la que se encontraba y le cegara los ojos.

Su cuerpo desnudo salió del barril en el que se había metido para pasar como polizón, para poder salir de una isla cercana en un barco sin tener que pagar por ello. Sus rodillas crujieron al ser estiradas por completo debido al enorme tiempo que habían estado en una misma posición, y Haine tuvo que apoyarse para evitar caerse. Salió de aquel barril como pudo con su piel totalmente expuesta a la tenue luz que se colaba por las rendijas de la habitación en la que se encontraba. Se había desnudado para evitar que aquella ropa adquiriera el olor a ron que había en el barril, de forma que no llamara la atención cuando escapara de aquel barco en la siguiente isla. Encontró su ropa bajo una enorme tela que por suerte los marineros no habían tenido que utilizar, vistiéndose de inmediato para no llamar la atención al tiempo que golpeaba con los nudillos muy suavemente en una caja que tenía al lado. Al instante, un perro blanco como la nieve salió por uno de los laterales como si fuera una trampilla y se estiró lo máximo que pudo, entumecido también por el largo viaje sin poder cambiar de posición.

- Ya hemos llegado... Lo hemos conseguido. - le dijo a su acompañante, que se limitó a mirarlo y sacar la lengua poniendo una cara un poco boba. Pronto atracarían en el puerto y podrían salir de aquella prisión de madera a la que se habían tenido que someter para poder viajar de una isla a otra. Minutos más tarde los dos polizones saltaban por la borda del barco para caer en el muelle antes de que la pasarela fuera puesta, evitando ser vistos por nadie de la tripulación. La ropa que se había puesto era muy normal, robada por supuesto, pero que no llamaría la atención con ella. El cielo azul prácticamente despejado parecía asegurar que sería un buen día, solo faltaba comprobar a qué tipo de isla habían ido a parar.

Con un rápido vistazo comprobó que había un pequeño poblado pegado al puerto con multitud de carteles acerca de una maravillosa playa con forma de tiburón o algo así, por lo que parecía ser una isla turística. Era perfecto para conseguir algo de dinero y poder viajar a una isla más adecuada a su condición. Seguido de cerca por Shiro, el perro blanco, se zambulló entre una muchedumbre dispuesto a hacer desaparecer carteras ajenas como si de un prestidigitador se tratara, más algo lo interrumpió. Un hombre sudoroso se acercó corriendo a donde estaba el albino y comenzó a gritar para que todos los del pueblo se enteraran. - ¡Tragedia! ¡Catástrofe! ¡Desastre! ¡Mi pequeña Lucía ha sido secuestrada! ¡Mi pequeña Lucía! - gritaba desesperado. - ¡Y en el día de su boda! ¡Temo que ese estúpido de su novio haya tenido algo que ver, por favor ayúdenme! - decía mientras gesticulaba con gran énfasis.

Haine no entendía nada de lo que estaba pasando, pero sus oídos comenzaron a escuchar palabras como "Demonios" y "Han sido ellos, los demonios de la montaña...", cosa que le pareció muy extraña y curiosa al mismo tiempo. Parecía estar pidiéndoselo directamente a Haine, de rodillas bajo él, quizás porque era un extranjero que no conocía las costumbres del lugar. Sin quitarle ojo de encima a aquel hombre y con un rostro totalmente inexpresivo, el albino se llevó la mano al bolsillo y recogió una galleta de perro, la partió en dos y se comió la mitad mientras que la otra mitad se la daba a su perro. - Menudo hambre, ¿eh, Shiro? Vamos a buscar algo que comer. - dijo antes de ponerse a caminar ignorando a aquel hombre.


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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Lun 16 Dic 2013 - 2:29}

-Unos seis meses antes...-


-Lo siento jefe, sé que me dijiste que terminara rápido con ésto...- mi voz casi fue un susurro, mas cambió con dramatismo -¡Pero ésto es un puto paraíso!- terminé de decir con un gritito mientras me estiraba con fuerza sobre la hamaca en la que estaba tumbada.

El día era increíble sin duda; para odiar el calor como lo hacía, aquel día había una fresca brisa que hacía que no lo odiara tanto, y que me pareciera incluso agradable. Cerré los ojos, coloqué las manos en la nuca, y respiré profundamente, inundando mis pulmones de aquel olor marino que recorría la playa y seguramente más allá de ésta. Sin duda estaba siendo una "misión" muy fructífera. Pero la paz es tan efímera como los castillos de arena que construyen los niños por mera diversión.

Cuando menos podía esperarlo un gran alboroto se produjo. La gente que había estado hasta entonces disfrutando de lo que podían ser sus paradisíacas vacaciones comenzaron a alarmarse bastante, y lo que había sido hasta el momento risas y gritos de felicidad, se convirtió al instante en murmullos y preocupación. Me levanté de la hamaca y la pequeña sonrisa que había llevado puesta hasta entonces se convirtió en una muesca de cruel aceptación.

-Se acabaron las vacaciones, Shiki...

Llevaba puesto un bañador blanco, la parte de arriba un sujetador normal y la parte de abajo se podía confundir perfectamente con un pantalón corto y un pareo. Como siempre, nunca salía sin mi arco y las flechas, mas por desgracia mi conjunto habitual estaba en la habitación del hotel, y no estaba como para dar vueltas innecesarias. Cogí el arco, me amarré el carcaj a la esplada y me dirigí corriendo hacia el pueblo, el cual se encontraba a unas decenas de metros de la playa.

-Leonel estaba en lo cierto, solo tenía que esperar y algún otro problema iba a surgir de la nada. Si tengo suerte serán esas personas que está buscando...

No tardé mucho más de un minuto en atravesar la arena y encontrarme de frente con el empedrado típico del pueblo. Las casas, pequeñas pero con gran lujo de detalles me parecieron una auténtica metrópolis en comparación a la arena y el par de hamacas a los que me había estado acostumbrado desde hacía ya un par de horas. No había mucha gente, no al menos como la que había en la playa, pero parecía que todos se habían enterado de un modo u otro. Las palabras "Boda", "Novia", "Secuestro" y "Demonio" las pude escuchar con bastante frecuencia mientras andaba por las calles. Suspiré con fuerza mientras una de mis manos, casi sin yo quererlo, se posó con rapidez en mi estómago.

-¡Me cago en la puta! ¡Y yo sin desayunar!- grité al darme cuenta que mis tripas estaban empezando a sonar como godzilla al destruir una ciudad.

Con un hambre impresionante seguí caminando en busca de algo de información, que esperaba no tardar en encontrar.


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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Lun 16 Dic 2013 - 20:45}

Desperté en un bar, tirado, con resaca. No podía culpar esta vez a Red, no, esta vez fue un licor de mala calidad y unas muchachas ligeras de cascos. Cuando me empezaba a levantar, apenas hube separado la cabeza de la barra, del charco de babas que yo mismo había creado; noté como la gente de la taberna chismorreaba sin parar. No me apetecía oír de qué hablaban, así que sencillamente me dormí otra vez. Pasaron así unos dos minutos, hasta que de repente ocurrió algo fatídico. Un tipo entró corriendo en el bar y, por azar o por suerte, tropezó contra la silla anterior a la mía, lo que lo hizo caer y romper las patas de mi asiento con su dura cabeza. Al partirse estas, yo caí hacia atrás, aún dormido, y me golpeé la cabeza contra el suelo. El golpe fue tal que incluso me desperté, y despertarme a mí no era algo sencillo. Pero, una vez hube despertado, se pudo apreciar realmente la gravedad de aquel “coscorrón”. Nada más verme caer toda la gente del bar, especialmente el tipo que me había hecho caer, se acercaron a ver cómo estaba, preocupados. Para su sorpresa estaba, al menos físicamente, perfecto. Sin embargo, una vez hablé, confirmé que no estaba del todo bien… -Qué ha pasado? Dónde estoy? Quiénes sois? O mejor dicho… ¿Quién soy? –Quedaba claro así lo que acababa de pasar. El golpe me había producido un ataque de amnesia, no era capaz de recordar ni quién demonios era, no obstante, el jefe del local lo vio como una excusa para irme sin pagar, y me cogió de la oreja y me llevó a rastras a la cocina y me obligó a fregar los platos como pago. –Joder, no sé por qué dice que tengo que fregar para pagar mi comida, si no he comido nada, ese tipo está loco… - Cuando hube saldado mi deuda, de la peor manera posible ya que no llevaba dinero encima al entrar al bar, porque sí; mi intención era comer y correr, aunque no lo recordaba tampoco, me fui corriendo de aquel lugar. Mientras corría me topé con mucha gente, pero sin poder reconocer a nadie. No sabía si eran gente de mi vida cotidiana o desconocidos, ni cómo había llegado a aquella isla, de hecho; ni siquiera en que isla estaba. Todo me parecía nuevo, y por tanto, me aterraba. A cada persona que me encontraba le preguntaba “No seremos por casualidad amigos, ¿verdad?”, pero su respuesta más habitual era “Policiaaa”. Llegué a pensar incluso que yo podía ser un agente…

Tras varios minutos pululando por la isla acabé recordando algo. Era a aquel hombre que se disculpaba, se veía triste y lloraba cuando me desperté, pero no recordaba porque, hasta que en un momento de máxima memoria recordé sus palabras clave, y las empecé a repasar mentalmente. -*Boda.. Novia.. Secuestro.. Y… Demonios!?*- Todo era muy confuso, y sólo podía pensar en encontrar a aquella joven, que yo pensaba que era mi prometida, y salvarla de sus secuestradores, fueran quienes fueran… O lo que fueran…
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Mar 17 Dic 2013 - 23:37}

Mi último viaje. Nervios. Euforia. Esas eran palabras claves para mí en ese preciado día. Tras lo sucedido en Zaren hará ya un par de meses, a mi padre le pareció bien que fuera dando pequeños viajes para cumplir algunos recados y así ir informándome un poco del mundo exterior y de los peligros que corroe. Así me iría formando para que a la hora de zarpar al mundo, que sería dentro de poco, no me encontrara con sorpresas.
Me encontraba en un barco mercante con dirección a Hargeon, donde ahora lo que tendría que hacer es hacer una foto en la que se vea toda la isla, en especial la playa del sur, pues al parecer tiene forma de tiburón. Para ello tendría que subir a un monte encontrado al norte de la isla, menuda pereza.

Me dormí de camino al viaje, y según parecía no podía despertar. Durante mi sueño sentí un par de golpes y vagamente podía escuchar algo, pero estaba completamente dormido. Al despertar gracias a la brisa de la costa, y a que algo de agua salda me tocara por una subida sin mucha importancia de la marea, me encontraba comiendo arena. Se habrán cansado de intentar despertarme, y qué mejor manera que lanzarme del barco. No volveré a contratar sus servicios.
No tenía mucho más que hacer una foto, pero no me quería ir ponto, así que decidí por visitar primero el pueblo, comer algo, y más tarde visitar esa playa tan famosa.

La Pereza llamaba a mi mente, junto con su hermano el Hambre. Me rugía el estómago, ahora que lo pienso, no he desayudano. Cierto es que comí un par de frutas antes y durante el trayecto, pero mi pozo sin fondo denominado estómago me pedía más.
Caminaba lentamente hacia el pueblo, pensando en mis cosas, sobre todo en lo emocionante que será viajar solo, hasta ahora en todas las islas a las que le ha mandado su padre se lo había pasado muy bien, con buenas historias que contar en un futuro, nuevos amigos y aliados que espera volver a encontrarse en su viaje, aparte de que aprendió bastantes cosas. El viento soplaba aunque no daba frío, hacía calor. Escuché un tintineo. Es verdad. En este viaje pude traerme una de las espadas de mi padre, así podría practicar un poco lejos de esa parte trasera de su casa que tantas veces había destruido.

En fin había legado más o menos a la parte central del pueblo, y se podía escuchar un gran barullo. A unos metros de él, había una gran concentración de gente que rodeaba a alguien, me acerqué más. Había un hombre algo mayor, vestía de traje, tenía calva y  una barriga algo notable. Estaba llorando y suplicando, en medio de todas esas personas que alguien le ayude a encontrar a su hija, que según parecía había sido secuestrada. Entre la gente que me rodeaba se murmuraba que habían sido los demonios de la isla.
No lo podía soportar, aquél pobre hombre que se veía que estaba sufriendo era el espectáculo de la muchedumbre. Son pensármelo dos veces me acerqué a él y le tendí la mano, “Yo te ayudaré” le dije.

A partir de esto, nos encaminamos juntos por el pueblo, mientras me contaba más detalles. Era la boda de su hija, pero ella no aparecía. Cuando ya habían pasado veinte minutos, todos estaban impacientes. Este hombre, su padre, agarró con fuerza al novio y le preguntó por ella aunque parecía que no sabía la respuesta.
Durante el viaje le pregunté por unos demonios, de los cuales he oído hablar por el pueblo, y me explicó que son unos seres que viven en el bosque central, todos y cada uno de los isleños que habían ido allí no habían regresado y los que sí, solamente decían “demonio”. Y tras mencionárselo, empezó a pensar que podrían haber sido los horribles demonios los causantes de esta tragedia. Bah, yo me quedé pensando en otra cosa. El novio. ¿Por qué acusaría a su prometido? ¿Qué razón tendría él para hacerlo? A fin de cuentas sería su esposa.

Entramos en una taberna, puesto que aún tenía hambre. Aquel pobre hombre estaba tan distraído que se tropezó y empujo a un chaval que estaba dormido en la mesa, borracho. Se pegó tal golpe que al despertar no sabía ni quién era. Tampoco le di mucha importancia. Me senté, pedí algo para comer y conversé con aquél hombre de nuevo.
Había algo de esa historia que me seguía preocupando, no terminaba de encajar.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Miér 18 Dic 2013 - 18:10}

El rugido de sus tripas le condujo a través de las calles hata que le dio el relevo su olfato, que persiguió un delicioso aroma de un lugar que su bolsillo no podía permitir. Era algo parecido a un bar donde también servían almuerzos, y tanto el olfato del perro como de Shiro había descubierto que algo bueno se estaba cocinando en la cocina del local. Se desilusionaron ligeramente cuando recordaron que no podrían permitirse algo como eso, sus bolsillos vacíos pesaban en su estómago mas que si estuvieran llenos, pero con el hambre que tenían y tras haber olfateado aquel dulce aroma no querían tener que volver a buscar entre la basura. Entraron al momento, el peliblanco cruzó la sala con tarima de madera seguido por su acompañante de largo hocico y se sentó en una silla, mientras el animal se sentó en el suelo a su lado. - ¡Cocinero! ¡Traiga eso tan sabroso que está cocinando! - gritó el joven llamando la atención de varios de los que estaban en la habitación.

- ¡Vaya! ¡Veo que tienes buen ojo para la comida! - dijo el hombre mientras salía de la cocina y se acercaba a la barra. Era un hombre alto y gordo, con un enorme mostacho gris y el cabello castaño rizado. Portaba una bata blanca y un sombrero típico de cocinero, además de un trapo gris en el que se limpiaba meticulosamente las manos mientras salía a ver quién lo había llamado. Su cara reflejó la decepción cuando vio a Haine y a su perro, vestido con ropas baratas y algo raídas que no inspiraban confianza a aquel que quisiera recibir su pago por tan suculenta comida. - Espera muchacho, ¿tienes dinero? - preguntó el cocinero desconfiado mientras seguía frotándose las manos. Tenía pinta de estar a punto de echar a aquellos dos vagabundos de blanco pelaje de una patada, mas Haine se limitó a responder con tranquilidad. - Tranquilo, cocinero. Te pagaré el precio de la comida y daré una buena propina si sabe tan bien como huele. - mintió. No tenía ni un solo Berrie encima, por lo que tendría que marcharse sin pagar en un momento de descuido. El cocinero se alegró al escuchar sus palabras y se metió de nuevo en la trastienda, para salir segundos más tarde con un humeante plato entre las manos.

- ¡Esta es la especialidad de la casa! ¡Pollo al Curry y hierbas! - pregonó para que todo el bar lo escuchara. Ese fue el momento en el que todos los presentes estaban lo suficiente distraídos como para que Haine diera un simple toque al bolsillo del tipo más cercano, algo que nadie sentiría pues solo lo había rozado con su dedo índice. Además, disimuló el movimiento llevando la mano hacia Shiro, el perro, y le acarició la cabeza en señal de apreciación, un simple gesto que cualquiera que lo viera pensaría que era para calmar al animal. Cuando el hombre que Haine había tocado su bolsillo se marchó, de forma misteriosa e imperceptible para casi todo el mundo su cartera se deslizó desde el bolsillo y cayó al suelo, para en tan solo unos segundos salir corriendo a saltitos hacia donde estaba Shiro, que la atrapó con su pata derecha y se tumbó encima haciéndose el dormido. Esa cartera había "volado" de aquella persona hasta el perro blanco, de forma que pudieran pagar la comida que estaban a punto de disfrutar.

- ¡Póngale otro plato a mi compañero jefe! - dijo Haine animado que a pesar del hambre esperó a que Shiro estuviera servido antes de empezar a comer. Una vez el cocinero trajo el plato, Haine se lo sirvió a su compañero y recogió la cartera robada para guardársela en el bolsillo. Nadie podía acusarlo de haber robado la cartera, pues la cartera había ido voluntariamente hasta el lugar donde Haine se encontraba. Comenzó a comer. - ¡Genial! ¡Está buenísimo! - dijo, a lo que su compañero respondió con un par de ladridos. Mientras se terminaba su plato escuchó a los que antes habían estado en el pueblo, parecía que seguían buscando a la tal Lucía. No giró la cabeza mientras comía, mas sus orejas trataban de captar la conversación que tenían. - No encontrarán a la "novia a la fuga" sentados en un bar... - dijo. Ahora que tenía el estómago un poco más lleno había adquirido más interés en aquella historia, especialmente por la parte en la que varios aldeanos habían comentado algo acerca de "demonios".

Sacó la cartera robada y dejó todo el dinero en la mesa, no era mucho, pero Haine no quería quedarse con dinero robado encima o podía meterse en un lío. - Ponme algo frío... - le dijo al camarero cuando se llevó ambos platos mientras el albino se giraba sobre la silla, que era de tipo taburete, y observaba a los protagonistas del momento. El drama de la hija secuestrada. - ¿Ofrece alguna recompensa por traer de vuelta a su hija, buen hombre? - preguntó el de blancos cabellos mientras se urgaba los dientes buscando restos de comida. - Mi compañero y yo tenemos buen olfato, creo que sería una tarea fácil. - se ofreció, siempre y cuando la recompensa fuera justa. El hombre se puso de pie y alzó la voz, para que todos en la taberna pudieran escucharle. - ¡Aquel que encuentre a mi hija obtendrá todo lo que un humilde artesano como yo pueda ofrecer! ¡Y siempre será bienvenido en mi casa! - pronunció. Para muchos aquello fue decepcionante, pero para Haine tener un lugar al que volver para comer siempre que quisiera era mucho más de lo que podía pedirle. - ¡Yo encontraré a su hija! - pronunció mientras el camarero le servía una cerveza.

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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Jue 9 Ene 2014 - 20:30}

Aviso:

Volví de nuevo a la taberna, que ahora estaba más llena que cuando la dejé, y me senté en una mesa para tratar de recuperarme un poco del shock, así como para tratar de recordar quién demonios era. Mientras estaba pensando todo esto oía una conversación de un tipo con el cocinero de aquel lugar y, más tarde, con otro tipo, un artesano al parecer. Recliné la silla para poder oír mejor la conversación, con tan mala pata, nunca mejor dicho pues una de estas estaba floja, que volví a caer al suelo. Al contrario que en las películas, una segunda hostia no me devolvió la memoria, solo me dio un chichón y un dolor de cabeza. Me reincorporaba como buenamente podía cuando logré enterarme poco a poco de lo que había pasado. Un hombre, al parecer de carácter humilde, había perdido a su hija, y se ofrecía a dar una recompensa a quien quiera que fuera que la encontrara. En unas condiciones normales sólo tendría que haberme transformado en lobo y haber seguido su rastro, pero estas no eran condiciones normales, pues ni siquiera sabía que yo era un lobo, es más, no sabía quién era yo. En mitad de la taberna me levanté, me acerqué a aquel hombre y, con cara de loco y mirada perdida, le pregunté algo que me estaba reconcomiendo. – ¿¡Esa hija suya es mi prometida!? –A lo que él respondió negando la cabeza con miedo. –Uff, menos mal, si ya era un palo saber que me casaba, pensar que encima mi prometida había desparecido era demasiado… Bueno, iré  comer algo… -Y tras decir esto me encaminé a la barra, donde el camarero me vio y me dijo que no me daría nada de comer, pues ya sabía que yo no tenía dinero, así que me iba a largar de aquel local cuando algo me detuvo. Una voz que provenía de mi interior. Era Red, pero claro, yo no lo sabía. – ¿Qué te pasa, imbécil? Te veo más imbécil que de costumbre, Jiejiejiejie! –Yo no sabía qué hacer, cómo reaccionar, y entonces él se dio cuenta y tomó el control de mi cuerpo. -No sé que mierdas te ocurre, pero ten por seguro que voy a aprovecharme de ello, ¡¡Jiejiejiejie!! -Y tras decirme aquello volvió a por el padre de la joven y se ofreció a buscarla, aunque puso algo como condición. - ¡Viejo! Yo traeré a esa chiquilla, pero quiero algo a cambio... Si la logro traer aquí sana y salva... Seré yo quien pase con ella la noche de bodas!! Jiejiejiejie!! -Y tras decir esto, con una cara de loco como nunca la había tenido, aquel hombre quedó pensando, dudoso de si aceptar o no la oferta...
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Sáb 18 Ene 2014 - 19:54}

El hombre con quien hablaba cada vez se ponía más y más tenso. Sólo con contar la historia se desesperaba, se acerraba a la idea de que es casi imposible encontrarla. Era muy pesimista. La gente entraba y salía del bar, algunos haciendo caso omiso a las “suplicas” que aquél hombre decía para que su hija sea rescatada.
Me quedé pensando, en la historia de la isla. De que había un demonio. Mi viaje ha sido corto por ahora, pero según tengo entendido no debo de creer que no exista lo sobrenatural en este mundo. Sólo tengo que transformarme en ceniza para no olvidarlo. Tanto mi padre como mi abuelo me decían que este mundo aún esconde muchas sorpresas, y me gustaría descubrirlas.

Tras un rato de conversación no pude evitar pedir un poco de cola, para poder refrescarme un poco. Le ofrecí una al hombre, sin embargo no quiso aceptarla, estaba aún muy tenso. La verdad es que no entiendo por qué. Yo me ofrecí a traer de vuelta a su hija, debería de estar algo más aliviado.
Aunque claro, si me está subestimando por ser un chaval que aún no ha cumplido la mayoría de edad… Siendo realistas tiene razones para dudar de mi capacidad. No me quedó otra opción más que prometerle de nuevo que traería de nuevo a su hija, a salvo de cualquier peligro.
Sentía como que aquél hombre no se quedaba conforme. Él estaba mirando a su alrededor, había diversidad de personas. Entre ellos me llamó un poco la atención lo que parecía ser un albino, pero simplemente por ese rasgo. También había distinción con otro “personaje” que era el mismo que perdió la memoria. Al parecer volvió después de un rato. Estaba discutiendo con el tabernero, parece que seguía sin saber nada. Los demás eran personas normales, nada del otro mundo.
Ahora me fijé mejor en la taberna. En menudo lugar he acabado. Era una taberna de la vieja escuela, de madera, pero esta estaba agrietada, mugrienta, y vieja. Eso me daba a pensar que esta taberna llevara aquí bastante tiempo, se divisaban algunas telarañas en las esquinas superiores del lugar. Pasando el dedo por la mesa pude notar que al menos la suciedad sólo se encontraba sobre nosotros, y no en el lugar donde se come, algo que se agradece. Todo el material era de madera, tan sólo se salvaban las botellas de vidrio de la barra. Aunque también había un par de grifos.

Inundé mi mirada en mi vaso, oscuro con la cola, pero con brillos por los hielos. Disfrutaba del sonido de la danza que realizaban los objetos helados del interior del vaso cuando lo movía para ingerir su contenido. Ya me había terminado el vaso, la verdad es que aunque el ambiente apagado que daba el lugar dejaba que desear, pero al menos han logrado satisfacerme, y eso es lo importante.
Después de mi pequeño “viaje astral” volví a centrarme en lo que ahora se había convertido en mi tema principal. Esa persona ahora se estaba mordiendo las uñas.

-Escuche, si no se siente seguro dejando que valla yo solo, por qué no alza la voz de nuevo. A lo mejor alguien más se apunta.- Dije tratando de calmarle.

Parece que la idea le agradó y con una cara feliz y se disponía a hablar, cuando aquél albino le interrumpió. Le preguntó por alguna recompensa. Aprovechado. Y sin pensarlo dos veces, el hombre se levantó y gritó que aquél que encontrara a su hija, obtendría lo que éste le pueda dar, aparte de entrar siempre a su casa.
Esas palabras no solo le aseguraron al albino una recompensa, si no que atrajeron a otro tipo, al de la barra. Pero este buscaba otra cosa. Mas estaba un tanto ido, no hacerle caso sería la mejor opción. Al parecer ahora tendría una aventura con más gente, y pensándolo bien eso no era mala opción.
Me levanté, ya no tenía nada más que hablar con él.- Mira que podrías haberte ahorrado eso.- Le dije rascándome la nuca.- En fin, voy a por tu hija, usted espérenos aquí.- Dirigí mi mirada a los otros individuos.- En fin, ¿me acompañaréis?- Tras ello salí de la taberna, a la espera de los otros dos. Me sacudió la luz del sol, no es bueno un sol tan brillante después de estar en una taberna oscura.
Sonreí, el día acabará siendo más divertido de lo que había pensado en un principio.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Dom 19 Ene 2014 - 3:46}

Parece que no iba a ser ni uno ni dos los que iban a ir en busca de aquella joven, sino tres personas las que estaban ya listas para salir por aquella puerta y adentrarse en el interior de la isla. - Espero que la recompensa sea la misma viejo, no voy a compartirla con nadie. - dijo Haine un tanto molesto mientras salía por la puerta detrás de uno de los jóvenes que habían aceptado ayudarle. Su mente no dejaba de preguntarse si debía matarlo y dejarlo tirado detrás del primer matorral que viera, "¡Oh no! ¡Logré salvar a la muchacha pero los otros dos murieron por los demonios!" pensaba Haine en su fantasiosa cabeza, desechando la opción pues sus "travesuras" no solían ir acerca de matar. Siempre podría darles esquinazo en algún bosque, adelantarse y cobrar la recompensa él solo. Así si morían no sería su culpa, ya que se habrían perdido ellos solitos. Sonrió justo antes de cruzar la puerta hacia la aventura.

- ¡Me cago en la hostia! - gritó el albino mientras se tapaba los ojos y caía, volviendo arrastrándose hacia atrás al interior de la taberna. Diez segundos más tarde volvió a salir, con caminar lento para que sus ojos se acostumbraran a la luz que parecía tratar de matarlo con el gran Sol que brillaba en lo más alto. - Joder... Cuando llegué no hacía tanto Sol... - se quejó el joven de ojos rojos mientras tapaba todo su cuerpo con una sombrilla típica del lugar, tomada prestada de una mujer que había en el interior de la taberna. - Menos mal que una amable mujer me la ha dado, dice que estaba maldita. ¡Ja! ¿Te imaginas? ¡Poseída por un demonio! - bromeaba mientras con el brazo que tenía libre se frotaba los ojos que todavía tenían lagrimillas. Para él un Sol muy luminoso podía quemarlo en cuestión de segundos, por lo que no era buena idea ir descubierto y esa sencilla sombrilla era el escudo perfecto para su pequeña debilidad.

Shiro, su perro, se había limitado a seguirlo profiriendo un sonoro bostezo y sin prestar demasiada atención a las payasadas de su amo. Cuando comía y se llenaba el estómago de esa manera siempre le entraba sueño, no estaba acostumbrado a comer tanto. Ya preparado, Haine comenzó a caminar sin siquiera prestar atención sobre los otros aventureros, aventurándose por un sendero de tierra que iba hacia el centro de la isla. - Menudo día, hacía mucho que no hacía algo como esto... El aire es puro y no se respira sangre por todos lados... - comentaba Haine sin importar quién estuviera escuchándolo. Su paso era ligero pues tenía intenciónde encontrarla cuanto antes y así evitar que se le hiciera tarde, simplemente para poder ver las estrellas tranquilo.

Tras unos minutos caminando se detuvo, Shiro parecía intranquilo. Una mirada de Haine le hizo confirmar que se trataba de algo en la zona, algo que no estaba bien y que el perro trataba de identificar. Se acercó a unos matorrales a un lado del sendero, justo antes de llegar a un bosque de frondosos árboles y a una distancia desde la que todavía se podía ver el pueblo. Tras echar un rápido vistazo su cara mostró una mueca de sorpresa al tiempo que identificaba lo que había semioculto y en ligero estado de descomposición justo a unos palmos de él.


Detalles:

Sombrilla de Haine (?):
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Dom 19 Ene 2014 - 19:45}

OFF:

Al parecer yo no era el único interesado en la búsqueda de aquella joven, pues otros dos sujetos se habían sumado a la fiesta, aunque imagino que no con las mismas ideas que yo…

Apenas se presentaron voluntarios salieron de aquella taberna mugrienta como alma que lleva el diablo. Uno de ellos era muy raro, de tez y cuerpos pálidos y ojos rojos, realmente tétrico, mientras que el otro era, cuanto menos, sospechoso, no por infundir temor con su apariencia, sino por todo lo contrario. En la naturaleza hay veces que aquel que destaca es peligroso, cómo las ranas venenosas, que cuanto más colorida es, más letal resulta. Pero otras veces es todo lo contrario, y aquel que se camufla, que pasa desapercibido como el león en la sabana o el cocodrilo en el pantano, es el depredador. Red, por su parte, sabía que él iba a ser el cazador dentro de aquel grupo, y que iba a encontrar a aquella joven antes que nadie, así que salió corriendo de la taberna, adelantándose a sus compañeros de búsqueda, y fue hacia un bosque cercano. No tardó demasiado en llegar, pues la entrada al bosque prácticamente colindaba con la salida de la ciudad, y al llegar se encontró con un cerdo. Literalmente, era un cerdo, se debió haber escapado de alguna granja cercana o algo por el estilo, pero el caso es que, nada más verlo, Red no pudo contener a esa tercera personalidad que moraba en nosotros, esa naturaleza salvaje, ese instinto depredador que nos otorgaba aquella endemoniada fruta. De pronto nos transformamos en forma híbrida y saltamos a por aquel marrano, al cual destrozamos entero, quedando de este sólo el recuerdo de lo que una vez fue. Una vez aquel instinto devorador había sido saciado Red pudo retomar el control de mi cuerpo, cosa que yo no era ahora capaz de hacer, pues apenas sí sabía que estaba pasando. En su forma híbrida logró detectar un leve olor, un posible rastro hasta la joven, el cual venía de las profundidades del bosque. No dudó demasiado en adentrarse en él, al fin y al cabo, su vanidad le hacía pensar que hubiera lo que hubiera allí dentro, él era mucho peor…

El bosque era realmente oscuro y siniestro. Debía ser realmente frondoso para que las ramas pudieran tapar los sofocantes rayos del sol, que hicieron de mi forma híbrida un infierno. La humedad era otro factor importante a tener en cuenta. Red, sin embargo, ignoraba aquel hecho y seguía caminando sin más, pues todo aquel sofocante calor y aquella sensación angustiosa eran para mí exclusivamente. Así, en poco más de cinco minutos caminando en aquel caluroso y oscuro bosque, llegamos a un pequeño claro, en dónde se podía ver una rústica y nada ostentosa cabaña de madera, medio carcomida. Me acerqué a esta despacio, pues aunque estuviera loco Red no era estúpido, con el mayor de los cuidados y toda la precaución del mundo. Llegué así hasta una de las paredes, dónde me recliné, y más tarde, me asomé por una pequeña ventana que esta tenía, pero sólo pude ver siluetas de sombras en la oscuridad de aquella casa. Según parecía allí adentro había una mujer atada en una silla, mientras un hombre estaba azotándola con una fusta. Rápidamente Red, que incluso él aborrecía a los cobardes que abusaban sin más de las mujeres, derribó uno de aquellos muros. Para su sorpresa, cuando este cayó y dejó que la claridad del día inundara aquella cabaña, se dio cuenta de que, en realidad, era un hombre quien estaba sentado en la silla, y una mujer semidesnuda quien azotaba a este. Ambos quedamos completamente perplejos al ver esto, y la joven muchacha comenzó a gritarnos muy enfadada.

-¿¡Qué clase de subnormales sois vosotros!? ¿¡Cómo se os ocurre venir a una casa y destrozarla sin más!? –Gritaba ella. Yo pensaba que la estaba salvando, pero al parecer, no fue así. -¿¡Acaso una ama dominatrix no puede ejercer su trabajo ni en mitad de un bosque!? –Ahora todo estaba más claro, aquella chica y el tipo raro que estaba con ella, vestido con una especie de traje de cuero negro, eran ama y esclavo sexual, y yo me acababa de cargar su lugar de recreo. En otras circunstancias Red hubiera pedido cita para venir a divertirse con mi cuerpo, aunque supongo que cuando el dolor lo siente otro por ti ese juego pierde su gracia, pero en este caso verme a mí sufrir le daría la emoción que necesitaba. No obstante, la chica no creo que hubiera aceptado, y Red tan sólo se escabulló de allí corriendo, para meterse de nuevo en el bosque. -*De la que me he librado, Jiejiejiejie* -Pensaba él. Volviendo por el mismo camino por el que había llegado se encontró a uno de los tipos de la taberna mirando el cerdo que antes había descuartizado. Vio como el paliducho se acercaba al cerdo hasta tenerlo a apenas un palmo de distancia y, en ese momento, saltó de entre los matorrales con intención de darle un susto a aquel hombre, con suerte huiría de allí y cesaría en su búsqueda, aquella recompensa especial debía ser sólo para él, no quería nada de tríos ni cosas raras, y ahora que la ama de la ciudad no le atendería, encontrar a  aquella joven era su única opción de divertirse allí…
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Sáb 25 Ene 2014 - 18:26}

El sol me dejó ciego por unos cuantos minutos, teniendo que cubrirme los ojos con la palma de mi mano. Ya podrían poner alguna ventana más en la taberna, que no había ninguna comparación. Parece que yo no era el único que notó la fuerte luz del día. Uno de mis “compañeros” no pudo aguantar y nada más salir tuvo que entrar de nuevo. Tampoco fue mucha sorpresa, era el albino y con esa piel, se puede decir que era normal. Cuando volvió a la calle, portaba un paraguas. Era bonito y amplio, me recordaba a los de antaño, de forma caso plana, de un tono amarillo “viejo”. Estaba hecho de madera al parecer, nada que ver con los actuales metálicos, ciertamente me gustaba ese bonito paraguas, mas me preguntaba de dónde lo habría sacado, con las pintas que llevaba la verdad es que no le pegaba mucho ese objeto. Aunque bueno, aseguró que una mujer se lo había dado. Poseído, decía, eso me pareció curioso.
Al parecer este joven me ignoró y se dirigió él solo hacia delante, a saber dónde. Bueno, más que solo, le seguía lo que parecía ser su perro, aunque tampoco me fijé mucho en él. Yo sin embargo me quedé apoyado a la pared esperando a la salida del otro individuo, el que tenía la memoria a cero. Sin embargo mi espera empezaba a ser más pesada y larga, giré mi cabeza y ya apenas podía divisar el rastro del albino. Me rasqué la cabeza, si seguía quieto lo más probable es que no haga nada y para cuando ese memoria a cero salga el otro ya haya encontrado a la muchacha. Dudaba de que el de la memoria a cero saliese ya, o que salga por esta puerta. ¿Un equipo? Menuda gracia, todos van a su bola. Sin embargo mi mente idiota seguía con la idea de que se puede trabajar en equipo, lo quiere y lo necesita, la verdad es que le gustaría tener a algún que otro “amigo” por los mares, eso siempre viene bien.

En fin, me puse en marcha siguiendo los pasos del albino, a ver si podía encontrarme con él y a parte de encontrar a la muchacha, saciar mi curiosidad porque seguía pensando en el paraguas maldito. Sin embargo mi estómago rugió, a diferencia de mis compañeros, yo no había podido ingerir más que un vaso de cola para saciar mi sed, pero no mi apetito. En el sendero en el que estaba, por suerte encontré un pequeño puesto de frutas. Por suerte, tenía el bolsillo algo pesado, y no sólo por llevar la cámara, sino porque tenía un par de monedas por situaciones como esta. Aunque pensaba que los precios eran caros, tenía hambre y no me quedaba otra cosa más que comprarme una manzana, al menos me aseguró de que era dulce, algo que me encantaba. Comer algo me dará fuerzas, por si acaso de veras hay que enfrentarse a un demonio.
Y hablando de eso, ¿un demonio? Eso sería interesante de ver, cómo serían. Puede que sea un simple usuario de Akuma No Mi de tipo Zoan que utiliza su poder para asustar a la gente, aunque tampoco sabía mucho sobre esas cosas, sólo un poco, lo que me pudo contar mi madre y que yo pudiera entender a esa edad. Aunque parecía lo más lógico. En fin, pagué la dulzura que comería y seguí mi camino.

Finalmente legué a donde se encontraba el albino, y vaya mi sorpresa, frente a él había una bestia extraña, parecía un lobo, pero con rasgos distingos. Lo más impactante es que se encontraba a dos patas. Raramente eso me recordaba a un ser del que leí o me contaron alguna vez, mas mi memoria no hizo trabajo y lo dejó pasar. Mi compañero estaba quieto mirándolo, la verdad es que no sé desde cuando llevaría allí en frente el “monstruito” pero el albino no parecía muy alterado que digas, de igual forma yo tampoco. ¿Este sería el diablo del que nos han hablado? Pues sólo es una bestia, aunque seguramente sea peligrosa, a mi parecer no se tendría que llevar el mérito de “demonio”. Y mi teoría de que era un usuario me parecía más factible que antes.
Me acerqué un poco, y vi en el suelo un cerdo descuartizado, devorado y en descomposición. Adivinad quién es el culpable. Por suerte, no era la chica, no veía ningún vestido de novia por aquí.

-Hey, ¿quieres que le demos a este “lobito” de su medicina y lo cortemos en trocitos?- Dije con algo de sarcasmo mientras me acercaba y me ponía al lado del albino, con mi katana aún sin desenvainar, pero sobre mi hombro derecho.- Venga, ahora en serio, ¿qué hacemos con este bicho? ¿Crees que es el culpable del secuestro?

Miraba a mi compañero en busca de respuesta. La bestia seguía gruñendo, aunque no atacaba, y parece que andaba algo sorprendida, tal vez pensara que saldríamos corriendo o algo. Equivocación, no puedo salir corriendo por algo así, no me lo perdonaría.

-Bueno.- Dije crujiéndome un poco el cuello.- Seas el demonio, el culpable o el inocente del secuestro, puedes servir de entrenamiento.- Dije mientras empezaba a sonreír.

Iba lentamente desenvainando mi espada cuando algo salió de entre los matorrales. Otra bestia, pero esta era distinta, iba a cuatro patas y era negra, grande, tan grande como “el lobito”. Me miró, después al albino, y seguidamente olisqueó “al lobito”. Me quedé de piedra, esta cosa parecía más peligrosa que el otro, y con más sed de lucha. Rápidamente corrió hasta donde nos encontrábamos y saqué rápidamente el filo de mi espada, mas no fue lo suficientemente rápido, ya me había sobrepasado. ¿Qué buscaría? Miré al suelo y vi que lo poco que quedaba del cerdo no estaba, ¿carroñero? No, parecía un depredador, tal vez este sí sea alguien capaz de secuestrar a un humano. La luz del sol dejaba que brillaran sus ojos rojos mientras se alimentaba.
De pronto echó a correr al interior del bosque. Perfecto, esto me daba mala espina. Guardé mi katana y corrí tras él, Voy a seguirlo, a lo mejor me lleva a algo interesante gritaba mientras me alejaba. La situación volvió a ser la misma que la del principio, yo solo, el memoria a cero sin aparecer, y el albino de frente nuevamente con “el lobito”. Sí, una tarde interesante.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Dom 26 Ene 2014 - 21:03}

Se había sorprendido ligeramente tras ver el cuerpo despedazado de aquel cerdo, mas no era nada que le fuera a quitar el sueño. El depredador podía estar cerca, por lo que cabía la posibilidad de que hubiera sido el mismo que el que hubiera hecho desaparecer a la mujer. Este pensamiento se hizo más fuerte con el sonido de la maleza agitándose para, en apenas unos segundos, observar como algo parecido a un hombre lobo de las leyendas saltaba hacia él en un ataque por sorpresa. Haine retrocedió con un salto evitando que pudiera atraparlo, sin cambiar la posición de su cuerpo ni dejar de taparse del sofocante Sol. Shiro se colocó delante del albino y gruñó durante dos segundos, para acto seguido olfatear con curiosidad el aire y aquel ser que se encontraba delante de él. Evidentemente al perro le resultaba familiar, pues era la misma persona que se había "asociado" con ellos para encontrar a la chica. Haine no podía averiguar esto, pero sabía que algo raro estaba pasando por la reacción de su compañero.

- ¿Qué eres? - le dijo a la bestia que había tratado de alzarse contra él, aguantando todavía la posición y sin desenfundar ninguna de sus armas. Sin embargo, unos pasos llamaron su atención haciéndole que girara el cuello para ver de quién se trataba. Era el joven que se había ofrecido a hacer aquel trabajo caritativamente, hecho que lo llenaba de honor por su parte y de motivo de burla por parte de Haine. - No se por qué, pero Shiro no parece querer hacerle daño. - dijo Haine sin levantar la mirada del ser que le había "amenazado" saliendo de los matorrales. Sin embargo y mientras que Simo parecía completamente dispuesto a atacarle, sobre Haine permanecía la duda de lo que Shiro había visto o parecía saber acerca de aquella bestia.

Sin embargo y antes de que sus preguntas fueran respondidas, un enorme "monstruo" negro como el carbón apareció con agilidad y devoró el cadáver del cerdo pasando por encima de Simo, mientras que Haine observaba la situación sin variar su posición pero con mayor intranquilidad. Aquella bestia se marchó rumbo hacia el bosque a gran velocidad, perseguido por el chico con ganas de combatir dejando solos a Haine y aquella bestia. Suspiró mientras cerraba la sombrilla y se apoyaba con ella en el suelo, mirando de nuevo a la bestia que lo había sobresaltado al principio. - ¿Y tú qué? ¿Quieres pelea o qué estás buscando? - le dijo con arrogancia, mientras se quitaba algo de entre los dientes con su mano izquierda. No perseguiría a aquella bestia por el bosque a menos que la bestia que le había asaltado primero se marchara y cayera muerta en el suelo.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Sáb 15 Mar 2014 - 22:28}

Spoiler:

Nada más salir a asustar a aquel paliducho apareció una bestia que, sin siquiera invitarme a comer, ya se puso a olisquearme el culo. Mis instintos animales, o tal vez la mala leche de Red, hicieron que gruñera, haciendo que aquella otra bestia saliera corriendo del lugar, tal vez por miedo, o quizás esperaba que la persiguiera y nos pusiéramos a jugar, en cualquier caso, no estaba para perder el tiempo. Cuando hubo salido disparada me dispuse a volver a mi forma humana, pero para que aquel tipo de la taberna no supiera quien era yo, decidí dejar esto para más adelante.

Me limité a mirarlo a la cara, en mi forma híbrida, mientras aún gruñía ligeramente, y a asentir con la cabeza. –¿Quieres acaso tú pelear, canijo? –Y tras decir aquello comencé a reír de forma descontrolada. –Si no quieres enfrentarte a alguien con una fuerza animal como la mía te aconsejo que mesures tus palabras, chico, pues tu vida es demasiado valiosa para que la malgastes así… -Dije fanfarroneando mientras tomaba mi cadena por uno de los extremos y golpeaba el suelo con ella. Mientras hacía esto oí algo a mi espalda, y al voltearme, era la mujer de la casa de sexo, que venía corriendo detrás de mí con un látigo de cuero, con el cual iba dando chasquidos al aire. Puse una cara de miedo, di un gritito de nena, y después salí corriendo. Red se había ido de mi cuerpo y me había dejado al mando a mí para hacer frente a la tía loca, o más bien para que esta me diera de lo lindo. Antes que atacar a una mujer preferí correr, así que di un salto por encima de aquel tipo chulo que buscaba pelea y me dirigí de nuevo al pueblo a toda prisa. Mientras iba bajando una ladera resbalé al pisarme la cola, no estaba acostumbrado a correr en esa forma, o no recordaba estarlo, y caí colina abajo. Aquel golpe dolió, mucho, pero me había hecho recuperar la lucidez, por desgracia explicarle mi problema a la loca del látigo no ayudaría, así que me limité a seguir huyendo, previa vuelta a mi forma humana. Cuando la hube despistado comencé a pensar en todo lo que acababa de pasar, y decidí buscar a esos otros dos que estaban buscando a la joven para que, entre todos, pudiéramos dar con ella mucho antes. Supongo que la recompensa que Red quería no sería la que ahora obtendría, pero daba igual. Me conformaría con algunos berries o con nada, un simple gesto altruista.

Volví entonces al bosque, con cuidado de que aquella mujer no me volviera a ver. Para evitarlo cogí una capa de lana y la usé para cubrir mi rostro a modo de capucha, que caía hasta por encima de los hombros. Me apresuré tanto como pude a llegar allí, aunque me perdí por el camino, culpa de la capucha que limitaba mi visión, y acabé en medio del bosque. Al final salí a un claro, rodeado completamente de un bosque frondoso y espeso, oscuro. -¿Dónde cojo...?-Antes de poder terminar mi frase oí unos gritos que venían desde dentro del bosque. Eran gritos de una chica joven, así que lo primero que pude pensar es que era posible que fuera la muchacha que buscábamos, por lo que me apresuré, más si cabe a lo que lo haría al oír gritos ya de por sí, a entrar al bosque y ver con mis propios ojos lo que ocurría. Para mi sorpresa lo que vi cuando llegué fue algo realmente inaudito... Había una joven desnuda completamente, tirada en el suelo, tratando de tapar sus vergüenzas, que estaba gritando asustada. En frente suya estaba, Dios sabe por qué, uno de los tipos de la taberna (Simo), con cara de empanado. Entendí rápidamente lo que acababa de pasar, o eso pensé al menos.

-¡Maldito! ¿Quién te ha dado permiso para acostarte con la chica? Era mía... ¡Mía te digo! -Dije gritando a pleno pulmón, cualquiera por los alrededores me habría oído, muy enfadado por haberme quedado al final sin poder hacer nada con la chica. La verdad era que yo no sabía lo que había pasado, y que el chico estaba vestido, pero no me daba cuenta de nada, estaba tan cabreado que no pude evitar volcar mi ira en aquel chico que sí había cumplido mi deseo. -Tú.... Tú, maldito... ¡Te voy a matar! -Grité sacando mi cadena y saltando contra él, pero en el aire pude ver como se podían discernir las curvas del cuerpo de la muchacha en el suelo, descentrándome durante el salto, para terminar por culpa de esto cayendo de boca contra el suelo. Tras levantarme, con la nariz sangrando y la sangre creando un hilito hasta mis labios, me acerqué a la muchacha, que hizo que todavía sangrara más, así que me aparté un poco y traté de detener la hemorragia, mientras, con la nariz tapada y la voz distorsionada por esto, trataba de averiguar qué había pasado. -¡Tú, capullo! ¿Qué ha pasado? ¿Qué habéis hecho? -Pregunté gritando con una voz cómica y quedé esperando, mientras miraba con un ojo a aquel chico y con el otro a la muchacha, la respuesta. Si no me contentaba acabaría con él... Y ninguna respuesta podría contentarme, o eso pensaba yo firmemente.

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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Mar 15 Abr 2014 - 15:23}

Salí disparado del escenario en busca de mi “presa”, dejando en escena sólo a lo que parecía un lobo y al muchacho peliblanco. Yo me encontraba en una persecución al “ladrón del cerdo”, pues cuando alcé por primera vez la mirada para verle, ya me había dado un cosquilleo que me decía que tenía algo extraño, al igual que el otro “lobo”. Iba corriendo mientras escuchaba el sonido de un hocico, de lametones… Menudo asco, yo no sería capaz de comer eso, y decir que no podría comer algo es difícil.
Nos metimos ambos de lleno entre árbol y árbol corriendo detrás de él. Parecía ser carroñero, a lo mejor podría haberle hecho algo a la muchacha mientras paseaba… No, los carroñeros sólo atacaban a los cuerpos muertos… Aunque puede que lo estuviera…
¡Pero en qué estaba pensando! Lo importante es pensar que puede estar bien y perfectamente, no había que darle más vueltas al asunto. De igual manera, mi instinto me dice que ese lobo de negros pelajes tenía algo especial, y ahora que el mosquito de la curiosidad me ha picado, iba a averiguarlo.

Mientras me concentraba en mis pensamientos, no le di mucha atención a lo que hacía la “oscura” criatura, y por ello, no me di cuenta de que me había lanzado el maldito cerdo. Despedazado y sin entrañas, lo que quedaba del animal me dio en toda la cara. Eso hizo que me detuviera para experimentar el asco, cosa que no hacía desde hace ya bastante tiempo. Lancé aquél rosado y algo putrefacto animal lo más lejos que pude de mi y me limpiaba lo que podía de las “babosas y gelatinosas” cosas que se encontraban en mi cara, por no hablar de los jugos y la sangre. Asqueado a más no poder me “limpié” con hojas de los árboles. “En cuanto pueda, me daré una ducha” pensé para mi mismo.
Pasado este percance me di cuenta de que no le había seguido la pista al lobo, y ahora nadaba “perdido” en medio del bosque. Intentando orientarme, escuché algo entre arbusto y arbusto verdoso que me llamó la atención. Parecía el sonido de un golpe, como si algo o alguien se hubiera chocado contra otra cosa, como puede ser un árbol… Aún hacía algo de sol y podía ver lo suficiente como para buscar un poco. Así que tirando lo no tan verde a lo verde, decidí hacer caso a mi sentido del oído.
No me hizo falta tardar mucho caminando hasta encontrar algo realmente raro… ¡Una muchacha desnuda! Me quedé mirándola embobado durante un par de segundos, no más que dos hasta que nuestras miradas se cruzaron. Mi “instinto de caballero” hizo que me tapara los ojos con las manos, aunque su imagen se representaba en mi memoria, la desnuda mujer que se rascaba la cabeza. Leñe, menudo pelazo que tenía la muchacha, con preciosos tonos castaños que realzaban sus ojos de color miel. Parecía que sería un poco más bajita que yo, y… Parece que no tenía nada que envidiarle a ninguna otra mujer. Ella en cambio con su “instinto de protección” se puso a gritar.- Tranquila mujer, que no voy a hacer nada. Ves.- Dije señalando mi cara.- Me he tapado los ojos, ni siquiera te miro.- Aseguraba para tranquilizarla. Ciertamente, eso era lo último que me esperaba encontrar en este momento… Aunque a lo mejor se podría tratar de…- Oye, no serás por casualidad…
Intenté decir hasta que alguien me cortó la frase. Alguien apareció dando gritos y refunfuñando. Con el rabillo del ojo intenté percatar a mí vista de quién se trataba, y no era otro que el “tercer mosquetero”, uno de los chicos del bar que “ayudaban” a encontrar a la mujer, bueno en éste caso, a casar a la mujer. Al parecer, él estaba creyendo lo mismo que yo, que esta desnuda muchacha era en realidad la persona a la cual buscábamos. Sin hacer caso a mi “instinto caballeresco” le eché de nuevo una mirada a la chica separando un poco los dedos de la mano. Y en efecto, tras haber escuchado algo proveniente de la boca de aquel borracho como “Era mía” la asustó, normal.- ¡Espera un momento! Esto no es lo que crees, me la acabo de encontrar ¡y ya estaba así! Yo no he hecho nada, y si no, la puedes preguntar.- Breve pausa, en la cual le lanzo a la muchacha mi cazadora blanca para que se la ponga, y pueda cubrirse lo que pueda.- Además, no sabemos quién es, no puedes hacer tal acusación.- Suspiré.- En fin, no sé cómo te llamas, pero yo soy Drake, encantado.

Tras ello le di la espalda a la chica, sin mirar para que no se sintiera observada.- Oye tu, pervertido, deja de mirarla.- Dije seguro de que aquél borracho busca esposas lo estaría haciendo, se trataba de un hombre y además se le veía pinta de salido. “Tsk, menudo día más raro que llevo ya. Además de que necesite una ducha y encontrar a una joven “secuestrada por un demonio”, ahora tengo que lidiar con un pervertido y una chica de la cual no sé ni el nombre... Además, ¿dónde está el albino? ¿Qué habrá hecho con aquél lobo?.. Y hablando de lobos, ¿dónde estaba el lobo al cual seguía?..” Pensaba mientras muchas dudas penetraban en mi cabeza. Finalmente, tras una espera de un par de minutos, procedía a hablar.- Bueeeeeeno, ¿quién eres y qué haces aquí?- Le pregunté a la muchacha ahora abrigada con la cazadora. No obtuve respuesta en un principio, al parecer, andaba dubitativa según su expresión. Me rasqué la nuca y me giré hacia el pelopincho.- Bueno, y tu qué, ¿dónde has estado todo el tiempo?
Esta travesía parece ser que será extraña.

Off |Aclaraciones:
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Sáb 5 Jul 2014 - 0:04}

Me quedé un par de minutos observando a aquél chico que seguía de pie, de espaldas. Sin embargo no me contestaba. Me fui acercando a él, aunque dejé de hacerlo cuando escuché lo que parecía ser un ronquido. ¿Se había dormido? ¿En serio? Con qué clase de tipos me había topado. Decidí dejarle y me fui junto a la muchacha. Seguía miedosa y no se fiaba de mi.- Tranquila, no voy a hacerte daño. Ven, te llevaré a un lugar donde puedas vestirte. Y comer algo.- Le dije amablemente mientras le tendía la mano. Ella, con vergüenza aceptó mi invitación y se incorporó para caminar. Sin embargo no la dejé. Iba descalza y podría pisar cualquier cosa que luego suponga un problema, así que la llevé en brazos. Decidí llevarla a la misma taberna de la cual salí yo en busca de una muchacha, pues perfectamente podría ser ella. Encontrarse a alguien desnudo y con, al parecer, algo de amnesia en el bosque siempre hace que uno sospeche.
Mientras caminaba por la ciudad, la muchacha se cubría el rostro en mi pecho. Aunque no recordase a nadie, no quería que la reconocieran y la recordasen como la que iba desnuda cogida en brazos por un hombre. Se veía que era bastante vergonzosa. Llegué a la taberna, y al entrar, todos aquellos gorrino que habían ido a beber y a emborracharse empezaron a sonreír y a poner caras extrañas. Era unos salidos. Le ordené al tabernero que les echara a todos, y a cambio, pagaría todo lo que en ese momento estaban bebiendo y comiendo aquellas personas. Y sin esperar ni un minuto, el tabernero me hizo caso y a punta de escoba fue sacando poco a poco a aquellos idiotas que parecía que sólo tenían la cabeza en una cosa. La única persona que no podía salir, era el hombre que me estuvo esperando, lloroso, y deprimido en la taberna. EL hombre por el que prometí ir a por la chica.- Tabernero, ¿me haría el favor de traer algo de ropa para la joven?- Le dije con una mirada de imperativo.

Ahora tan sólo estábamos en la sala aquél hombre, la muchacha y yo. Y cuando dije “Para la joven” aquél hombre se giró para mirarme rápidamente y correr hacia mi.- ¿Esta es su hija?- Le pregunté sonriente aun sabiéndome ya la respuesta. Estaba claro que sí era ella, pues ambos se miraron embobados durante un par de minutos, e indudablemente aquél hombre decía que sí con los ojos. Yo sonreí, al parecer no me costó tanto como me esperaba.- No sé cómo podría agradecértelo amigo.- Me dijo mientras no dejaba de abrazar a su hija. La muchacha, aún estaba algo confundida por lo ocurrido, sin embargo se dejaba querer.
Tras un par de minutos el hombre que ahora se encontraba feliz, se dio cuenta de que algo faltaba.- ¿Y los otros chicos?- Me preguntaba. Le dije que uno se había dormido y que el otro había desaparecido, literalmente. Parecía ser que no les importaba tampoco mucho el caso de la muchacha. Llegó el tabernero y le dio algo de ropa y amablemente también le dio algo para comer. Ya volvía a poder entrar la gente, y pasamos una tare de lo más tranquila. Tomando un par de copas, celebrando, incluso me invitó a comer. En ese momento vino el tabernero y me dijo que no me olvidara de pagar toda la ronda anterior. Yo le asentí sin preocupaciones, aunque en realidad estaba completamente pelado y no tenía ni un duro para pagar eso. Por suerte recordé que el hombre que pedía ayuda, parecía tener dinero y dijo que el que encontrase a su hoja podría pedir lo que quisiera, así que aproveché para pedirle si podría pagar aquello, y sin esperar respuesta le di las gracias.

La chica se quedaba en una habitación que había en la taberna para descansar. Fui a verla para ver si se encontraba mejor.- ¿Qué tal estás, recuerdas algo?- Le pregunté mientras me sentaba junto a ella en la cama y mirando al suelo.- Bueno, no seré médico, pero creo que se sufre amnesia cuando recibes un golpe o…- Iba diciendo hasta que giré la cabeza para verla. Y me pegué un enorme susto con lo que me encontré. Era qué el maldito lobo negro que me encontré en el bosque.- ¡No me jodas!- Grité rápidamente sin pensar. Levantándome con autoreflejo y llevándome la mano al mango de la katana para poder defenderme.- Qué eres.- Le dije firmemente a aquella criatura, extrañamente pensaba que podría escucharme. También tenía una gran duda sobre el paradero de aquella muchacha. Al entrar a la habitación estaba ella se encontraba allí, sin embargo ya no…
Aquella criatura salió corriendo destrozando la pared. Escuché gritos provenientes de lo que era la taberna, y al salir hasta allí me dijeron que una gran bestia había salido y se fue hacia fuera. El hombre que me pidió ayuda, preocupado preguntó por su hija. Lamentablemente no pude darle buenas noticias y le dije lo que pasó. Y sin esperar mucho más, salí en busca de aquella criatura, porque creo que ya tenía una ligera idea de lo que estaba sucediendo.  Mientras salía pude ver como un muchacho vestido de traje iba a entrar a la taberna. Era joven, rubio, de media melena, alto y vestía galán. Supongo que sería el novio del que tanto se habló, sin embargo no tenía tiempo para detenerme.
Era hora de encontrar a ese “chucho”.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Mar 8 Jul 2014 - 21:08}

Salí corriendo mientras seguía a aquél infame lobo que cada vez que lo veía me producía una sensación extraña. Se me empezó a pasar por la cabeza que a lo mejor, esa muchacha… Podría tener unas habilidades parecidas a las mías. ¿Pero convertirse en lobo? Y ni siquiera era un lobo normal, era más grande, ancho y alto. Tenía fuertes músculos, en un mano a mano acabaría destrozado. Sin embargo esa idea no podría ser tan loca. Ya había escuchado rumores, sobre los “usuarios”. Gente que comió unas frutas denominadas como Akuma No Mi, y que tras comerlas aquellas personas recibían extraños poderes, y entre ellos estaba el de convertirse en animales. Tal vez, como se pegó aquél golpe en la cabeza y padecía de amnesia, no pudiese controlarse. Lo mejor sería encontrar a esa bestia y pararla. Eso se ponía feo, cada paso que daba corriendo para seguirla no me encontraba más que a gente atemorizada y destrucción. Y el tiempo tampoco jugaba a mi favor, el sol se iría en unas pocas horas, y aún tenía que hacer la foto que me había pedido mi “padre”. Me había demorado ya suficiente.

Me dijeron que había entrado al busque. Genial, de nuevo a ese lugar. Me preguntaba si aquellos dos seguirían perdidos, si les encuentra y están desprevenidos a lo mejor ocurre un problema. Anteriormente encontré a este bicho por el bosque, tal vez se dirigiese a algún lugar, y que su subconsciente recuerde a dónde iba antes del golpe. Era sólo una suposición, pero cosas así podrían ayudar en la amnesia. Así pues me decidí a primero encontrar, y después seguir a aquella cosa. Llegué al punto de inflexión en que me encontré la primera vez que vi a la muchacha. El compañero anterior no se encontraba allí, a lo mejor habría despertado. Vi como había matorrales destrozados siguiendo un camino hacia la parte noroeste del bosque, por la que se subía a una enorme colina. Seguí hasta llegar a la cima, donde finalmente pude ver a aquella criatura. Estaba tranquila, mirando hacia el horizonte desde lo que parecía ser un precipicio. La colina se pudo complicada y nos ha llevado a la parte más alta del bosque, desde la que se puede apreciar toda la isla. Lo vi, vi la foto que estaba esperando en esa posición. Me dispuse a sacar mi cámara para poder inmortalizar el momento, cuando de pronto la criatura empezó a hacer ruidos y gestos extraños. Empezó a olfatear, y se giró para verme antes de salir corriendo a por mi. Guardé la cámara e intenté esquivar como pude a la criatura. Dio un enorme salto que me sobrepasó y atacó a algo que yo tenía a mi espalda.
Me giré, y menuda fue mi sorpresa, dado que me había encontrado con que detrás de mi tenía a un oso enorme. Tendría unos ocho metros de altura, y, y… Era indescriptible. Tenía apariencia de oso, pero porque no sabía describirlo. Se difuminaba… No parecía real. ¿Sería este el demonio del que tanto había oído hablar? Me quedé inmóvil, tirado en el suelo. Pero por suerte pude reaccionar. El lobo me había salvado y ahora se las estaba viendo con aquella monstruosidad. O al menos, eso hizo durante dos minutos, en los cuales el “oso” le lanzó a tomar viento hasta que se chocó de lleno contra tres árboles. La criatura me miró fijamente y me dijo: “Aquellos que profanen el lugar alado merecen la muerte”. Yo estaba completamente perdido, pero parecía que me iba a tocar pelear.
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Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] Empty Re: Visita guiada hacia la desgracia. [Pasado] {Mar 15 Jul 2014 - 20:26}

La fuerza de ese oso era sobre, sobre, sobre, muy sobrehumana. No llevaría más de diez segundos contra él y de un zarpazo me hizo perder la katana de entre mis manos. El lobo que se levantaba e intentaba acabar con aquél oso, por llamarlo de alguna forma. Yo ahora estaba sin acero que blandir, me la había lanzado a unos cuantos metros.- Muy bien amigo, te venceré con mis puños.- Dije ingenuo y cogiendo postura de combate. Me armé de valor y decidí lanzarle un puñetazo. Sin embargo, hizo conmigo lo mismo que con el lobo, me lanzó por los aires con sus zarpas hasta que me choqué contra un árbol. No podía defenderme, no podía atacar y no se me ocurría nada para poder vencer a esa bestia. O bueno, no hasta que pensé, que esa bestia parda no podría derrotar a algo que no pudiese tocar. Si me volvía de ceniza, la bestia atacaría a mi cuerpo, pero este no se movería, sólo se descompondría en ceniza. Eso me podría dar la ventaja para arrearle golpes sin temor a que me mandase a tomar viento. O al menos, esa era la idea que tenía. Me levanté algo aturdido por el golpe.- Bien bicho, vamos a bailar.- Le dije a aquél “oso”, el cual seguía con su actitud imponente. Su figura seguía difuminada y recortándose en los bordes, dejando fluir algo así como fuego oscuro. Parecía un dibujo animado, y eso me hacía pensar cada vez más que iba a perder esta batalla.
Me levanté tambaleante y me dirigí a él, ahora, como un hombre de ceniza, o al menos, gran parte. El procedimiento fue parecido al anterior, sólo que ahora cuando me fue a pegar su zarpazo, me deshizo toda la parte de arriba en ceniza. Yo avanzaba a paso firme, mientras que la criatura sin creérselo seguía lanzándome zarpazos, hasta que finalmente, le pegué con mi puño de ceniza. Vaya, por fin conseguí haberle arreado un golpe, aunque lamentablemente ese golpe le había hecho nada y menos, y descuidándome un segundo volví a mi forma normal, justo a tiempo para que me pudiera volver a lanzar por los aires. Sin embargo… Ya había hablado antes, pero ahora, aquella criatura, dejando de nuevo tres o cuatro árboles destrozados por jugar con nosotros a “tiro al árbol”, volvió a dirigirnos la palabra. O más bien, a dirigirme.

-Tú… Has probado las nueces… Ya no eres un ser humano…- Decía aquella bestia, ahora con una voz más distorsionada, parecían más bien dos voces hablando a la vez, una femenina y otra masculina.- Los mortales no deben reclamarnos… No pueden acceder al lugar alado… Te aviso a ti, joven de las nueces…
Eso fue lo que dijo aquella bestia. Mentiría si dijese que lo había entendido todo, porque realmente no había entendido nada de nada. ¿Realmente eso era un demonio? No lo sabía bien, pero mientras se desvanecía entre las sombras, dejó algo a su paso. Parecía ser un cofre. Fui a verlo, pero estaba cerrado con llave. Intenté abrirlo base a mi katana, sin embargo no dio resultado. Lo levanté, y pude notar que pesaban un poco. Me preguntaba qué sería lo que habría en su interior, ¿tesoros tal vez? No lo tenía claro. Giré mi cabeza, volviendo a ver el acantilado, y la visión general de la isla. Ya casi se había ido el sol, pero la luz de este atardecer me dio una genialísima idea para la foto. La haría desde aquí, y quedaría preciosa. Así pues, ya tenía lo que había venido a hacer aquí, y un cofre de regalo, ahora tenía que… Un momento. El lobo. Ya no estaba.
Busque por los árboles derrotados de mi alrededor, hasta que entre ellos de nuevo pude ver a la muchacha de la taberna, de nuevo, desnuda. Con el mismo procedimiento anterior le di mi cazadora, y se la puso. Pero ahora había cambiado algo con respecto a la última vez, se acordaba de todo, su amnesia ya había desaparecido. Y efectivamente lo que yo pensaba era cierto, era una usuaria de tipo Zoan. Me contaba que se escapó de su propia boda, porque no estaba segura de querer casarse en ese momento. Y por ello quiso huir hasta este acantilado, porque era un lugar con una vista preciosa, y aquí ella venía a pensar. Sin embargo no recordaba a la bestia la cual yo denominé “oso”. Era extraño. Igualmente cuando la dejé de nuevo con su padre, le pedí que divulgara que en esa cima había un demonio, y que nadie tendría que acercarse. Todos creían que ella había sido raptada por el mismo, así que sería más creíble para los demás. Por mi parte, me marché con aquél extraño cofre, el cual no pude abrir de ninguna manera, aunque tal vez en un futuro pudiese abrirlo. Tenía la sensación de que estos misterios y preguntas que me quedaban sin resolver, en un futuro obtendría respuestas de ellos. Volví a casa, tenía que prepararme, me quedaba poco para salir al mar.

Aclaración:
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