Kaito Kazuki
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Mi camino me ha llevado a reunir un grupo de personas en un equipo, al que llaman gremio de cazadores, yo lo veo más como una familia que se apoya en los momentos duros, esta familia recibe el nombre de un gran ser mitológico, señor de los mares y guardián de sus tesoros, el gran leviatán, y de un ser que aparece de la nada y desaparece de igual forma, el fantasma, de ahí, Ghost Leviatans.
En el instante actual me encuentro en un pequeño bote, camino a una isla recientemente descubierta, aunque no en su totalidad, pues al parecer los exploradores supervivientes cayeron al llegar a la segunda planta de la isla. Dicha isla parecía una jolly roger vista desde el cielo. Esta isla es ideal para probar las cualidades de mis nuevos compañeros, y así elegir los que serían mis hombres de confianza. Por ello antes de marchar dejé en el zaguán principal de la mansión que hace de sede una nota que reza lo siguiente
En estos momentos mis compañeros seguramente estarán leyendo la nota, pero yo ya me acerco a la costa de la isla, escondiendo el Ghost Traveller en un lugar en el cual seguramente nadie lo encuentre, me adentro en la isla, empezando por una costa similar a la zona situada en uno de los extremos de una tibia, en el lugar en el que me encuentro solo hay oscuridad, pero eso no impide que vea con precisión lo que hay a mi alrededor, esto es gracias a mis ojos mejorados.
Takeshi – “Bueno, tocará explorar y seguir adelante”
Susurro mientras camino en aquél desierto de oscuridad.
En el instante actual me encuentro en un pequeño bote, camino a una isla recientemente descubierta, aunque no en su totalidad, pues al parecer los exploradores supervivientes cayeron al llegar a la segunda planta de la isla. Dicha isla parecía una jolly roger vista desde el cielo. Esta isla es ideal para probar las cualidades de mis nuevos compañeros, y así elegir los que serían mis hombres de confianza. Por ello antes de marchar dejé en el zaguán principal de la mansión que hace de sede una nota que reza lo siguiente
Os espero en la isla que acaban de descubrir, Hashi Shiai, hay unas indicaciones de cómo llegar en el periódico que encontraréis junto al timón del barco, no me veréis al llegar, habréis de buscarme, pues os llevaré ventaja. Os veré en todo momento dentro de la isla, según lo que hagáis decidiré quien tomará los rangos de segundo y tercero al mando.
En estos momentos mis compañeros seguramente estarán leyendo la nota, pero yo ya me acerco a la costa de la isla, escondiendo el Ghost Traveller en un lugar en el cual seguramente nadie lo encuentre, me adentro en la isla, empezando por una costa similar a la zona situada en uno de los extremos de una tibia, en el lugar en el que me encuentro solo hay oscuridad, pero eso no impide que vea con precisión lo que hay a mi alrededor, esto es gracias a mis ojos mejorados.
Takeshi – “Bueno, tocará explorar y seguir adelante”
Susurro mientras camino en aquél desierto de oscuridad.
- Información extra:
- Actuaré de personaje y moderador, os moderaré esto a modo de rol moderado aunque no lo sea, de ese modo las cosas serán más interesantes
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El barco se movía por aquel mar dirigiéndose a la isla indicada. En cubierta se hallaba Tahiko. Su líder había dejado una nota la cual ya había leído. Al parecer les esperaba en una isla recién descubierta para ponerles a prueba y elegir algunos rangos entre los suyos. El peli naranja pensaba que lo de los rangos no era algo de lo que preocuparse mucho pues le daba igual ser el de menos rango o el de más. Era algo que le era irrelevante pero si había que hacerlo se haría tal y como había indicado su jefe.
Mientras el barco se dirigía hacia la dicha isla, este decidió caminar al interior para ir a su camarote unos momentos a prepararse para cuando llegasen a la isla, debía ser serio ante todo como de costumbre y tener sus sentidos preparados para todo lo que se presentase en ella. Una vez llegó a su camarote abrió la puerta y cerró después de haber entrado. Se dirigió a su armario de dónde sacó su enorme espadón envuelto en aquellas vendas tan enormes. Sin pensárselo lo cogió amarrándoselo a la espalda. Cerró los ojos un instante y se puso a pensar tranquilamente estando inmóvil y de pie sobre el suelo de su camarote. Sus pensamientos se centraban en los peligros que habría pues era una isla que el peli naranja no conocía. De todas formas iban algunos mas por lo que podrían cubrirse los unos a los otros. No era su estilo pero si debía ser así eso era lo correcto y nada más.
Abrió los ojos despacio y se dirigió a la salida del camarote. Una vez salió caminó despacio por el pasillo tocando la madera de la pared de este con una de sus manos lentamente. Finalmente llegó a cubierta y caminó hasta la borda sentándose en el filo y observando el mar tranquilamente. Sus ojos observaban tranquilamente el ancho mar como si nada, una pequeña brisa llegó hasta sus anaranjados cabellos moviéndolos unos instantes.
No había pasado mucho desde que Tahiko había pasado por la experiencia de la isla del Reino de Sakura, lugar donde se había criado y había vivido aquella lamentable vida. Pero aquella época ya había pasado por fin y se había vengado como era debido. No había pasado mucho desde que se había unido al gremio en el que estaba ahora. Pero lo que era seguro del todo era que ahí se quedaría para ayudar en todo lo posible a los demás. Debía entrenar mucho para hacerse muy fuerte y tenía un largo camino por delante, lo conseguiría con su equipo o sin él. Pero la respuesta parecía indicar que lo haría con su gremio.
Mientras el barco se dirigía hacia la dicha isla, este decidió caminar al interior para ir a su camarote unos momentos a prepararse para cuando llegasen a la isla, debía ser serio ante todo como de costumbre y tener sus sentidos preparados para todo lo que se presentase en ella. Una vez llegó a su camarote abrió la puerta y cerró después de haber entrado. Se dirigió a su armario de dónde sacó su enorme espadón envuelto en aquellas vendas tan enormes. Sin pensárselo lo cogió amarrándoselo a la espalda. Cerró los ojos un instante y se puso a pensar tranquilamente estando inmóvil y de pie sobre el suelo de su camarote. Sus pensamientos se centraban en los peligros que habría pues era una isla que el peli naranja no conocía. De todas formas iban algunos mas por lo que podrían cubrirse los unos a los otros. No era su estilo pero si debía ser así eso era lo correcto y nada más.
Abrió los ojos despacio y se dirigió a la salida del camarote. Una vez salió caminó despacio por el pasillo tocando la madera de la pared de este con una de sus manos lentamente. Finalmente llegó a cubierta y caminó hasta la borda sentándose en el filo y observando el mar tranquilamente. Sus ojos observaban tranquilamente el ancho mar como si nada, una pequeña brisa llegó hasta sus anaranjados cabellos moviéndolos unos instantes.
No había pasado mucho desde que Tahiko había pasado por la experiencia de la isla del Reino de Sakura, lugar donde se había criado y había vivido aquella lamentable vida. Pero aquella época ya había pasado por fin y se había vengado como era debido. No había pasado mucho desde que se había unido al gremio en el que estaba ahora. Pero lo que era seguro del todo era que ahí se quedaría para ayudar en todo lo posible a los demás. Debía entrenar mucho para hacerse muy fuerte y tenía un largo camino por delante, lo conseguiría con su equipo o sin él. Pero la respuesta parecía indicar que lo haría con su gremio.
Kokonoe Toru
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Me encontraba sentado a mitad de pared del gremio a una hora muy temprana pensando en donde podía hallarse mi perdido gemelo Kirito en estos momentos. De pronto un sonido me saca de mis cavilaciones, el líder del gremio y uno de los shichibukais pasó por el salón y dejó una nota en la mesa para luego salir de nuestro cuartel tranquilamente. Estaba intrigado por saber qué había en aquella nota pero preferí quedarme un rato más y ver si los demás veían la nota. Pasaron las horas y el único al que vi es un chico pelinaranja que vio la nota y salió del edificio supongo que para ir tras el líder del gremio Takeshi.
Deshice la silla que creé y caí plácidamente al suelo y leí la nota que reposaba sobre la mesa. Una sonrisa invadió mi rostro al acabar de leer la carta. Takeshi nos estaba retando abiertamente para comprobar nuestras capacidades, algo que me gustaba pues últimamente me aburría en demasía y no dejaba de torturarme con pensamientos negativos sobre mi hermano gemelo. Salí por la puerta y juntando mis manos saqué de mi brazo derecho una cuchilla de acero bastante afilada con la que corté un árbol a golpes. Luego simplemente di una palmada y modifiqué la forma del tronco creando de la nada un pequeño barco que eché al agua sin más seguro de su resistencia. Subí al barco que se mencionaba en la nota y memoricé el rumbo para ir aunque de poco me serviría con mis pésimas dotes de navegación. Como mucho lograría direccionar mínimamente el barco hacia la isla.
Volví al pequeño barco y saqué un remo que usé para empezar a remar en la dirección que supuse era la correcta observando como el Sol se levantaba de entre las aguas en el rumbo que tomaba mi barco, lo que me indicó que llevaba razón en ir hacia allí pues la isla se encuentra al este de mi posición según el periódico. Remé hasta que el barco ya avanzaba solo por la acción del mar, momento en el que me senté en la silla que creé en el centro del barco y esperé a ver si llegaba. Pasado un tiempo llegué a la isla donde se suponía que tenía que encontrar por lo que desembarqué y dejé el barco tirado por la costa.
Deshice la silla que creé y caí plácidamente al suelo y leí la nota que reposaba sobre la mesa. Una sonrisa invadió mi rostro al acabar de leer la carta. Takeshi nos estaba retando abiertamente para comprobar nuestras capacidades, algo que me gustaba pues últimamente me aburría en demasía y no dejaba de torturarme con pensamientos negativos sobre mi hermano gemelo. Salí por la puerta y juntando mis manos saqué de mi brazo derecho una cuchilla de acero bastante afilada con la que corté un árbol a golpes. Luego simplemente di una palmada y modifiqué la forma del tronco creando de la nada un pequeño barco que eché al agua sin más seguro de su resistencia. Subí al barco que se mencionaba en la nota y memoricé el rumbo para ir aunque de poco me serviría con mis pésimas dotes de navegación. Como mucho lograría direccionar mínimamente el barco hacia la isla.
Volví al pequeño barco y saqué un remo que usé para empezar a remar en la dirección que supuse era la correcta observando como el Sol se levantaba de entre las aguas en el rumbo que tomaba mi barco, lo que me indicó que llevaba razón en ir hacia allí pues la isla se encuentra al este de mi posición según el periódico. Remé hasta que el barco ya avanzaba solo por la acción del mar, momento en el que me senté en la silla que creé en el centro del barco y esperé a ver si llegaba. Pasado un tiempo llegué a la isla donde se suponía que tenía que encontrar por lo que desembarqué y dejé el barco tirado por la costa.
Aria
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Akuma no mi
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Aria estaba derecha en su barco, podía avistar la isla a la que se dirigía, al parecer no conocía nada de esa isla, y anteriormente tampoco había oído hablar de su paradero. A medida que avanzaba, el cielo parecía ennegrecerse más a su paso, pero el viento no era molesto, con lo que las olas no dificultaba el avance de la chica. En su mente repasaba la nota que les había dejado su capitán. A principio, le pareció buena idea, luego estuvo pensado, y no le hizo demasiada gracia el hecho de que la fueran a poner a prueba para comparar y medir sus habilidades con sus compañeros, pero terminó por hacerse a la idea, pensando que sería entretenido, y que ella tampoco estaba allí con el fin de conseguir un puesto específico.
Había tomado el mapa, tal y cómo les había indicado su capitán, y zarpó en cuando pudo. Aria había salido de la isla donde se hallaba el gremio, y pensó que lo más probable era que no fuese la primera en leer la nota, puesto había visto algunos indicios de que alguien había estado allí antes que ella, como un árbol destrozado, el cual no se paró a pensar en la razón. La chica apenas conocía a los demás integrantes, pero eso no supondría ningún problema, seguramente pronto coincidiría con ellos. Al principio se hacía incomoda la idea de trabajar con alguien que ni siquiera conoces.
Desde lejos no pudo ver con claridad cómo era la isla, pero no era precisamente soleada y agradable, no importaba, pronto podría verla de cerca. Conocía de islas extrañas, pero no sabía exactamente que se podría esconder en la que se dirigía, tampoco esperaba nada bueno.
Tenía sus espadas apoyadas contra la pared, y su chaqueta sobre ellas. Ató su cabello negro como de costumbre, con dos coletas altas, y se sujetó las Wakizashis a la cintura, dejando su Nodachi aún apoyada contra la pared, para agarrarla luego, cuando llegara a la isla.
Llegó a la isla, dejó la barca anclada en algún lugar de la orilla y cargó sobre su hombro su espada, la Primera Disciplina. No se preocupó en esconder su embarcación, puesto pensaba que no le haría falta, ya que no pensaba en que nadie, a parte de los integrantes de Ghost Leviatans, pudieran estar allí.
Había tomado el mapa, tal y cómo les había indicado su capitán, y zarpó en cuando pudo. Aria había salido de la isla donde se hallaba el gremio, y pensó que lo más probable era que no fuese la primera en leer la nota, puesto había visto algunos indicios de que alguien había estado allí antes que ella, como un árbol destrozado, el cual no se paró a pensar en la razón. La chica apenas conocía a los demás integrantes, pero eso no supondría ningún problema, seguramente pronto coincidiría con ellos. Al principio se hacía incomoda la idea de trabajar con alguien que ni siquiera conoces.
Desde lejos no pudo ver con claridad cómo era la isla, pero no era precisamente soleada y agradable, no importaba, pronto podría verla de cerca. Conocía de islas extrañas, pero no sabía exactamente que se podría esconder en la que se dirigía, tampoco esperaba nada bueno.
Tenía sus espadas apoyadas contra la pared, y su chaqueta sobre ellas. Ató su cabello negro como de costumbre, con dos coletas altas, y se sujetó las Wakizashis a la cintura, dejando su Nodachi aún apoyada contra la pared, para agarrarla luego, cuando llegara a la isla.
Llegó a la isla, dejó la barca anclada en algún lugar de la orilla y cargó sobre su hombro su espada, la Primera Disciplina. No se preocupó en esconder su embarcación, puesto pensaba que no le haría falta, ya que no pensaba en que nadie, a parte de los integrantes de Ghost Leviatans, pudieran estar allí.
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Akuma no mi
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Moderación
Llegáis cada uno por un lado, Edward se encuentra al oeste de la isla, Tahiko al Noroeste y Aria al Suroeste. Ante vosotros un vasto desierto negro, vuestra visión se limita a un radio de unos 5 metros de vosotros, la atención y los demás sentidos serán vuestros principales aliados en este momento.------------------------------------o--------------------------------
Mi camino como líder de los Ghost Leviatans vuelve a su cauce, tras una mala racha en la que mis antiguos compañeros bien se marcharon por temas de objetivos e historia familiar o bien murieron, vuelve a tener consigo un grupo de cazadores dispuesto a luchar en armonía, prestando sus fuerzas los unos a los otros, y ahora llega la hora de comprobar cuan fuertes son sus nuevos compañeros, según su fuerza sabría quién podría asumir el mando, pero no solo analizaría su fuerza, si no su actitud y astucia.
Takeshi – “Empieza la aventura muchachos”
Digo para mi mientras avanzo en el terreno oscuro que nos rodea a todos, he de darme prisa o me alcanzarán, mi velocidad de avance aumente, pero no el sonido producido por mi movimiento, si bien es cierto que causar ruido en un terreno arenoso, carente de plantas ni ramas es sumamente complicado, pues solo suena, si es que suena algo, el roce de los pues contra la arena.
Esto puede suponer un aviso para los posibles habitantes de la isla, algo que no se nombraba en los periódicos, según los artículos, esta es una isla deshabitada, inhóspita y sin vida. Al parecer los exploradores que llegaron a salir de la isla lo hicieron por no cruzarse con ningún ser, pero algo me dice que esta isla no es inhóspita, sino que simplemente no está habitada por el ser humano, lo que explicaría la falta de información que hay actualmente sobre la misma.
El silencio es absoluto, a no ser por un leve gruñido, ese sonido es la alarma de la cercanía de un animal, peligroso, tal vez, pero lo que si es cierto es que esta isla no está completamente deshabitada, simplemente no se dejan ver.
Takeshi – “Interesante….”
Pienso mientras veo a unos pocos pasos delante de mí un agujero, al parecer, el centro de la zona en la que me encuentro en estos momentos, de modo que, con el afán de descubrir, me lanzo al agujero, dejándome caer por él.
Takeshi – “Empieza la aventura muchachos”
Digo para mi mientras avanzo en el terreno oscuro que nos rodea a todos, he de darme prisa o me alcanzarán, mi velocidad de avance aumente, pero no el sonido producido por mi movimiento, si bien es cierto que causar ruido en un terreno arenoso, carente de plantas ni ramas es sumamente complicado, pues solo suena, si es que suena algo, el roce de los pues contra la arena.
Esto puede suponer un aviso para los posibles habitantes de la isla, algo que no se nombraba en los periódicos, según los artículos, esta es una isla deshabitada, inhóspita y sin vida. Al parecer los exploradores que llegaron a salir de la isla lo hicieron por no cruzarse con ningún ser, pero algo me dice que esta isla no es inhóspita, sino que simplemente no está habitada por el ser humano, lo que explicaría la falta de información que hay actualmente sobre la misma.
El silencio es absoluto, a no ser por un leve gruñido, ese sonido es la alarma de la cercanía de un animal, peligroso, tal vez, pero lo que si es cierto es que esta isla no está completamente deshabitada, simplemente no se dejan ver.
Takeshi – “Interesante….”
Pienso mientras veo a unos pocos pasos delante de mí un agujero, al parecer, el centro de la zona en la que me encuentro en estos momentos, de modo que, con el afán de descubrir, me lanzo al agujero, dejándome caer por él.
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Akuma no mi
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Tahiko había salido del barco y ahora tenía frente a él un enorme desierto negro. Era hora de poner a prueba sus sentidos. Los ojos del peli naranja observaban con frialdad el escaso panorama que podía observar. Poco a poco sus ojos empezaron a cerrarse como si de ventanas se tratasen. Llevó la mano al mango de su enorme espadón envuelto en vendas y lo sacó dejándolo en su mano derecha para poder defenderse de cualquier cosa. No se fiaba mucho de nada y aquella isla parecía apacible pero tal vez tuviera sorpresas que nadie aún habría podido ver. Poco a poco empezó a caminar con los ojos cerrados dejándose guiar por sus sentidos. Sus pisadas en la arena dejaban huellas que serian difíciles de seguir debido a la dificultad que aquel desierto entregaba a los que se aventuraran en él. Gracias al cuello de su túnica evitaba posibles molestias atraídas por el viento y estaba bien atento a cualquier cosa. Solo bastaría un movimiento de su mano derecha para que el enorme espadón oculto en los vendajes saliera de su envoltorio atravesando y aplastando a lo que se atreviera a aparecer por delante del cazador más conocido como Pain o Tahiko.
Había dejado a un lado la idea de torturar a lo que se le pusiera delante. Lo importante ahora era cargarse a todo lo que dificultase su objetivo y cumplir este último. Poco a poco fue frunciendo el ceño y apretando la mano sobre el mango. Algo dentro de él ardía con fuerza y quería salir. Estas eran las ganas de destrozar algo cuanto antes. El instinto asesino del peli naranja no era para nada algo común, cuando se aburría solo pensaba en muerte y destrucción a su alrededor. Aquel gremio tenía entre sus filas a un psicópata por así decirlo. Un maldito asesino en seria que se iría cargando a todo aquel que se interpusiera entre él y sus metas. Por otro lado los integrantes de su gremio tenían también a alguien que daría la vida por ellos peleando al máximo pues con sus compañeros Tahiko pasaba de ser un maldito carnicero a un buen aliado.
Aún se preguntaba para que los rangos. Los veía como algo inútil ya que todos eran compañeros y ``amigos``. Y si el gremio era como una familia los rangos no deberían importar mucho. Ya que era la voluntad del líder no podía quejarse. Poco a poco su expresión fue cambiando a una peor. Las venas de su frente se hinchaban poco a poco y se notaba que apretaba los dientes. Estaba realmente ansioso de pelear con algo o alguien, pero aún así seguía atento a cualquier cosa. Abrió los ojos un momento y siguió caminando en línea recta con total tranquilidad en sus pasos.
`` Este sitio es curioso``
Pensó para si en sus pensamientos pues nunca había estado en un lugar así. Solo por zonas más habitables y algo más conocidas. No sabía que le depararía su líder pero decidió seguir sin pensar en nada más.
Había dejado a un lado la idea de torturar a lo que se le pusiera delante. Lo importante ahora era cargarse a todo lo que dificultase su objetivo y cumplir este último. Poco a poco fue frunciendo el ceño y apretando la mano sobre el mango. Algo dentro de él ardía con fuerza y quería salir. Estas eran las ganas de destrozar algo cuanto antes. El instinto asesino del peli naranja no era para nada algo común, cuando se aburría solo pensaba en muerte y destrucción a su alrededor. Aquel gremio tenía entre sus filas a un psicópata por así decirlo. Un maldito asesino en seria que se iría cargando a todo aquel que se interpusiera entre él y sus metas. Por otro lado los integrantes de su gremio tenían también a alguien que daría la vida por ellos peleando al máximo pues con sus compañeros Tahiko pasaba de ser un maldito carnicero a un buen aliado.
Aún se preguntaba para que los rangos. Los veía como algo inútil ya que todos eran compañeros y ``amigos``. Y si el gremio era como una familia los rangos no deberían importar mucho. Ya que era la voluntad del líder no podía quejarse. Poco a poco su expresión fue cambiando a una peor. Las venas de su frente se hinchaban poco a poco y se notaba que apretaba los dientes. Estaba realmente ansioso de pelear con algo o alguien, pero aún así seguía atento a cualquier cosa. Abrió los ojos un momento y siguió caminando en línea recta con total tranquilidad en sus pasos.
`` Este sitio es curioso``
Pensó para si en sus pensamientos pues nunca había estado en un lugar así. Solo por zonas más habitables y algo más conocidas. No sabía que le depararía su líder pero decidió seguir sin pensar en nada más.
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Hebía llegado a una isla muy extraña donde lo único que podía ver eran arenas negras en un espacio muy reducido. En lugares conocidos es algo que juega a mi favor ya que oculta mis armas arrojadizas, pero en una isla que desconocía donde podían haber peligros ocultos en la oscuridad me hacía sentir un poco incómodo y tener los sentidos lo más agudizados posible. Desenfundo X-migi y X-hidari para estar preparado para disparar a cualquier cosa que pueda significar un peligro. A parte de estas armas solo llevaba los dos Sais, un revólver y un rifle Barret M82 para disparos a larga distancia. Si llegara a hacer falta haría uso de mi último recurso pero eso solo si las cosas se ponen demasiado peligrosas.
Seguí caminando lo más sigilosamente posible para llamar la atención lo menos posible. No quería pelear inútilmente así que simplemente me mantenía alerta y si algo diera señales de vida simplemente buscaría una ruta alternativa en la medida de lo posible para evitar enfrentamientos innecesarios.
Seguí caminando lo más sigilosamente posible para llamar la atención lo menos posible. No quería pelear inútilmente así que simplemente me mantenía alerta y si algo diera señales de vida simplemente buscaría una ruta alternativa en la medida de lo posible para evitar enfrentamientos innecesarios.
Aria
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Efectivamente, la isla no era aparentemente normal. La arena era negra, y la visibilidad practicamente nula. Aria no tenía rumbo fijo, y a penas podía ver nada pese a tener buena vista. Agarró sus espadas y las ató del mismo modo que lo hacía siempre; se ató la chaqueta hasta arriba y se puso la capucha.
No estaba muy segura de que devía hacer, pero se puso de espaldas al mar, y empezó a caminar en línea recta, adentrandose en el oscuro desierto de esa isla sospechosa.
La chica pudo ver partes positivas de la isla, dentro de lo que cabía, al menos el desierto no tenía grandes dunas, cosa que dificultaría su plan de "todo recto" y el viento a penas soplaba.
A medida que seguía avanzando, desenvainó su nodachi, manteniendola bien agarrada, pero apoyada sobre su hombro con el contrafilo. No sabía con que podría encontrarse, pero no quería ir dando palos de ciego al aire con "intencion" de prevenir un choque o alguna "sorpresa", si se tenía que encontrarse con algo, estaría preaprada para ese entonces.
A pesar de no ver nada, ella siguió con los ojos bien abiertos, quizá llegaría el momento en que su vista se adaptara ligeramente al entorno, o no, pero si tenía la ocasión de ver algo no la desaprovecharía. También cabe decir que una tercera parte de lo que el cerebro ve se lo inventa, con lo que no podía confiar demasiado en lo que posiblemente pudiera ver.
No estaba muy segura de que devía hacer, pero se puso de espaldas al mar, y empezó a caminar en línea recta, adentrandose en el oscuro desierto de esa isla sospechosa.
La chica pudo ver partes positivas de la isla, dentro de lo que cabía, al menos el desierto no tenía grandes dunas, cosa que dificultaría su plan de "todo recto" y el viento a penas soplaba.
A medida que seguía avanzando, desenvainó su nodachi, manteniendola bien agarrada, pero apoyada sobre su hombro con el contrafilo. No sabía con que podría encontrarse, pero no quería ir dando palos de ciego al aire con "intencion" de prevenir un choque o alguna "sorpresa", si se tenía que encontrarse con algo, estaría preaprada para ese entonces.
A pesar de no ver nada, ella siguió con los ojos bien abiertos, quizá llegaría el momento en que su vista se adaptara ligeramente al entorno, o no, pero si tenía la ocasión de ver algo no la desaprovecharía. También cabe decir que una tercera parte de lo que el cerebro ve se lo inventa, con lo que no podía confiar demasiado en lo que posiblemente pudiera ver.
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Todos os dirigís a la misma zona, al agujero del centro de la isla, el camino al segundo nivel, mientras vuestros pasos os hacen avanzar unos extraños gruñidos os sorprenden y los ojos rojos que podréis ver si miráis detenidamente alrededor.
Los pasos del espadachín le llevan por un camino seguro, la oscuridad no le impide ver pues tiene activada la visión nocturna y le permite percibirlo todo a su alrededor, la negra arena llana en toda su extensión, así como al gran felino que se acerca a toda velocidad hacia él, pero no tarda en desenvainar a Tensa Zangetsu y cortarlo por la mitad en pleno salto.
Ya llega a la posición central de la isla, lugar en el que se encuentra un hoyo con diámetro suficiente como para que un gigante se colara por él, resulta extraño que pese a la constitución de la zona que es pura arena no se vacía por el agujero, agujero por el cual se cuela de un salto, llegando a una zona que extrañamente está más iluminada que la anterior y cubierta por un bosque, en el cual se encuentra en un claro sin sendero, pero en el medio del mismo halla una inscripción.
¿Qué tiene cuatro patas y un solo pico?
El Shichibukai queda parado pensando y tratando de encontrar la forma de resolver ese acertijo, hasta que se le ocurre algo.
Takeshi – “Un pato con dos parejas”
Dijo, en ese momento se abren varios senderos en el claro, ahora le tocará elegir al cazador.
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El chico continuaba su camino tranquilamente. Las ganas de pelear iban aumentando, tras unos segundos se fue calmando un poco pensando en cuanto faltaba para llegar a su destino. Se estaba impacientando ahora por llegar, se preguntaba si el líder los estaría observando o algo por el estilo pero sería difícil vigilar a varias personas al mismo tiempo por lo que esa duda la descartó enseguida. Pero si podría darse el caso de que estuviera vigilando a una de ellas. Solo había visto a su líder cuando ingresó en el gremio de cazadores. Admitía que estaba deseando verle en acción y comprobar el poder de un verdadero Shichibukai. Sus pasos eran más rápidos y sonaban algo más pues estaba deseando llegar ya a algún sitio.
Tras varios momentos más caminando el peli naranja pudo llegar por fin a una zona que no había visto antes. Un agujero allí en medio, después de caminar mucho creía que andaba en círculos pero al fin había llegado a algo nuevo. Ahora se enfrentaba a dos serias decisiones. Ambas podían ser la correcta pero no estaba seguro de cual tomar. Lo mismo que las dos podrían ser la correcta las dos podrían ser tremendamente peligrosas, pero al fin y al cabo el chico tenía que elegir una si quería seguir avanzando. Sus dos principales opciones eran las siguientes.
La primera era la de quedarse allí a esperar a alguno de sus compañeros, no quería arriesgarse a bajar por aquel agujero y que fuera una trampa. Pero quedarse allí podría ser peligroso y no sería digno de él quedarse quieto. Por otro lado tenía la opción de bajar el solo y adelantarse a sus compañeros, pero no sabía lo que podía haber allí abajo y se estaba arriesgando demasiado. Pero ahora sus ganas de lucha aumentaban de nuevo y quería comprobar a toda costa lo que había allí, la curiosidad se le había activado de nuevo y estaba a punto de empezar cuando unos gruñidos llegaron a sus oídos. Su mirada se fijó en unos ojos rojos que brillaban observándole y gruñendo. Creía que serian personas pero a juzgar por lo que parecía debía ser algún tipo de animal salvaje mutado o algo así. No le hacía gracia tener que eliminar a animales pues prefería eliminar a piratas o revolucionarios que poder entregar.
De todas formas llevó la mano hasta el mango de su espada vendada y frunció el ceño mirando aquellos ojos, pero tras unos segundos hizo una mueca de superioridad y decidió ignorarlos. Estaría atento aún así por si algo pretendía atacarle. Como por ahora no era el caso observó aquel agujero y sin pensárselo una vez más comenzó a bajar de forma muy lenta mientras estaba alerta y mantenía formes todos sus sentidos para que no pasara nada. Bastante raro se le había hecho ya llegar el primero pues siempre solía llegar tarde a los sitios. Pero a lo mejor sus compañeros ya estaban por delante de él. Todo podía haber pasado en aquella isla.
Tras varios momentos más caminando el peli naranja pudo llegar por fin a una zona que no había visto antes. Un agujero allí en medio, después de caminar mucho creía que andaba en círculos pero al fin había llegado a algo nuevo. Ahora se enfrentaba a dos serias decisiones. Ambas podían ser la correcta pero no estaba seguro de cual tomar. Lo mismo que las dos podrían ser la correcta las dos podrían ser tremendamente peligrosas, pero al fin y al cabo el chico tenía que elegir una si quería seguir avanzando. Sus dos principales opciones eran las siguientes.
La primera era la de quedarse allí a esperar a alguno de sus compañeros, no quería arriesgarse a bajar por aquel agujero y que fuera una trampa. Pero quedarse allí podría ser peligroso y no sería digno de él quedarse quieto. Por otro lado tenía la opción de bajar el solo y adelantarse a sus compañeros, pero no sabía lo que podía haber allí abajo y se estaba arriesgando demasiado. Pero ahora sus ganas de lucha aumentaban de nuevo y quería comprobar a toda costa lo que había allí, la curiosidad se le había activado de nuevo y estaba a punto de empezar cuando unos gruñidos llegaron a sus oídos. Su mirada se fijó en unos ojos rojos que brillaban observándole y gruñendo. Creía que serian personas pero a juzgar por lo que parecía debía ser algún tipo de animal salvaje mutado o algo así. No le hacía gracia tener que eliminar a animales pues prefería eliminar a piratas o revolucionarios que poder entregar.
De todas formas llevó la mano hasta el mango de su espada vendada y frunció el ceño mirando aquellos ojos, pero tras unos segundos hizo una mueca de superioridad y decidió ignorarlos. Estaría atento aún así por si algo pretendía atacarle. Como por ahora no era el caso observó aquel agujero y sin pensárselo una vez más comenzó a bajar de forma muy lenta mientras estaba alerta y mantenía formes todos sus sentidos para que no pasara nada. Bastante raro se le había hecho ya llegar el primero pues siempre solía llegar tarde a los sitios. Pero a lo mejor sus compañeros ya estaban por delante de él. Todo podía haber pasado en aquella isla.
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Seguía caminando por aquél extraño paraje desértico en donde no tenía mucho rango de visión. Mis pies se hundían en la arena, algo que me hacía más lento, mientras que notaba una ligera brisa en la cara. Estaba sumamente aburrido y adormilado debido a las características de mi entorno por lo que decidí jugar un poco con mi akuma dando diferentes formas a mi brazo metálico. Empecé por simplemente sacar una cuchilla por encima de mi mano desde la muñeca, luego cambié la forma de los dedos para que éstos fuesen tan perforantes como un taladro, después hice que el puño fuese una maza circular enorme capaz de partir una roca en varios trocitos de un solo puñetazo. Posteriormente esa masa de acero tenía pichos salientes y luego volvió a ser una simple mano.
Mientras jugaba a mi mente me vino la idea de comprobar cuan buena era la arena del lugar para moldearse por lo que cogí un pequeño puñado de esa arena negra y comencé a concentrarme para tratar de cambiarle la forma a la vez que la compacto para que tenga más consistencia. – Tal y como pensaba, esta arena no me sirve de nada. Tiene demasiado poca consistencia para que pueda darle forma mucho menos para servir de algo que no sea desgastar algo.- Mis pies seguían hundidos en la arena dejando un rastro evidente a todo aquél que quisiera seguirme en estos momentos ya que la brisa del momento no era suficiente como para borrar esas huellas. Debido a mis juegos anteriores mis pistolas volvían a estar enfundadas por lo que las volví a desenfundar ya que hacía un buen rato que empecé a escuchar como gruñidos y podía ver unos puntos rojos en el aire que deduje se tratarían de ojos de alguna bestia. Apreté con fuerza las culatas de las pistolas y preparé los dedos índices para disparar ante cualquier movimiento extraño.
Mientras jugaba a mi mente me vino la idea de comprobar cuan buena era la arena del lugar para moldearse por lo que cogí un pequeño puñado de esa arena negra y comencé a concentrarme para tratar de cambiarle la forma a la vez que la compacto para que tenga más consistencia. – Tal y como pensaba, esta arena no me sirve de nada. Tiene demasiado poca consistencia para que pueda darle forma mucho menos para servir de algo que no sea desgastar algo.- Mis pies seguían hundidos en la arena dejando un rastro evidente a todo aquél que quisiera seguirme en estos momentos ya que la brisa del momento no era suficiente como para borrar esas huellas. Debido a mis juegos anteriores mis pistolas volvían a estar enfundadas por lo que las volví a desenfundar ya que hacía un buen rato que empecé a escuchar como gruñidos y podía ver unos puntos rojos en el aire que deduje se tratarían de ojos de alguna bestia. Apreté con fuerza las culatas de las pistolas y preparé los dedos índices para disparar ante cualquier movimiento extraño.
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Tahiko cae por el agujero, con la impresión de que ha cometido un error tremendo, pues parece que vayas a caer a un pozo sin fondo, pero llegas a un claro de bosque sin caminos con un grabado en el centro.
Has de responder correctamente si deseas pasar.
Edward por otro lado se encara con un ser de diversas colas, no apreciables por su color pero si se intuye un tamaño aterrador, pues sus ojos quedan dos cabezas sobre la tuya. Dicho ser se abalanza sobre ti, dejándote ver que se trata de un gato enorme con 10 colas, y la misma altura en metros como colas posee.
“Habían en una isla lejana tres cazadores. La peculiaridad de estos tres cazadores es que uno siempre decía la verdad, otro siempre mentía y el último alternaba una verdad con una mentira (nunca decía dos verdades o dos mentidas seguidas).
Un explorador se encontró con tres cazadores y les preguntó qué habían cazado. Uno de los cazadores le contestó: “2 elefantes, 6 leones y una jirafa.” El segundo cazador le respondió: “6 elefantes, 2 leones y 1 jirafa.” Finalmente, el tercer cazador dijo: “1 elefante, 2 leones y 1 zebra.” El explorador, que era conocedor la peculiaridad de los cazadores respondió: “Pues ya sé que habeis cazado.” ¿A qué conclusión había llegado el explorador?”
Has de responder correctamente si deseas pasar.
Edward por otro lado se encara con un ser de diversas colas, no apreciables por su color pero si se intuye un tamaño aterrador, pues sus ojos quedan dos cabezas sobre la tuya. Dicho ser se abalanza sobre ti, dejándote ver que se trata de un gato enorme con 10 colas, y la misma altura en metros como colas posee.
El joven cazador cruza el camino central, no sabe a dónde le llevará dicho camino, pues la isla se conocía hasta donde se encontraba el joven antes de decidirse por el camino a seguir. Eso le da que pensar
Takeshi – “Vaya una panda de bobos esos exploradores”
Piensa mientras camina por aquel sendero y observa cómo se cierra el camino a su espalda, sigue adelante hasta encontrarse con otro diferente, un claro exacto al anterior, salvo por el bosque que ahora se extiende a su espalda y en él otro acertijo.
“ Al abuelo no le es nada fácil distinguir las dos hermanas gemelas, la Rosa y la María. Aunque físicamente son idénticas, las dos se diferencian porque la Rosa nunca dice la verdad y la María es incapaz de decir una mentira.
Un día, mientras los tres estaban en el salón de la casa, el abuelo preguntó a una de ellas si había pollo para cenar. La chica respondió susurrando unas palabras que el abuelo no llegó a entender. Entonces le preguntó a la otra hermana qué había dicho la primera, a lo que le respondió: “Ha dicho que no hay pollo.”
¿Puedes decir tú si había o no había pollo para cenar?”
Takeshi – “Fácil, hay pollo para cenar”
Responde el joven Shichibukai mientras sonríe, ante él, se vuelve a abrir varios caminos y le toca decidirse.
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El cazador caía por un agujero sin fin. No sabía que pasaba y creía que la había liado al tirarse por allí. Frunció el ceño mientras llevaba su mano al pecho y la otra a su cabeza cerrando los ojos concentrándose. Finalmente tras unos momentos aterrizó de forma suave para su sorpresa en un claro de un bosque. Lo más extraño de esto es que no hay caminos por ningún lado. Este saca su arma mirando a todas partes pero no encuentra la forma de avanzar, al ver que no hay ningún peligro que le pueda dañar físicamente guarda su arma.
El lugar había sido muy extraño desde que había llegado. Su líder había elegido un lugar perfecto para volver loco a la gente. Por suerte el peli naranja asimilaba bien todo lo que estaba pasando. Primero había cruzado un extraño desierto en el que avanzaba sin ver nada de nada. Había recorrido este de un lado a otro cuando de repente unos gruñidos y unos ojos le habían impresionado un poco desde lejos. Si hubiera sido algún tipo de animal habría acabado con él y después hubiera seguido. Sin embargo lo ignoró por no cansarse mucho y se tiro al agujero. Ese agujero encima de todo no parecía tener fondo y parecía como si fuera a matarse por la altura. Después aterrizó tranquilamente y frente a él había un bosque sin caminos. Aquello cada vez tenía menos sentido.
Sus fríos y extraños ojos ahora divisaron una especie de gravado. Se puso a leer en voz baja lo que allí ponía. “Habían en una isla lejana tres cazadores. La peculiaridad de estos tres cazadores es que uno siempre decía la verdad, otro siempre mentía y el último alternaba una verdad con una mentira (nunca decía dos verdades o dos mentidas seguidas).
Un explorador se encontró con tres cazadores y les preguntó qué habían cazado. Uno de los cazadores le contestó: “2 elefantes, 6 leones y una jirafa.” El segundo cazador le respondió: “6 elefantes, 2 leones y 1 jirafa.” Finalmente, el tercer cazador dijo: “1 elefante, 2 leones y 1 cebra.” El explorador, que era conocedor la peculiaridad de los cazadores respondió: “Pues ya sé que habéis cazado.” ¿A qué conclusión había llegado el explorador?”
Parecía un acertijo y seguramente debería averiguarlo para poder pasar. No era tonto pero tampoco era un superdotado por lo que se puso a pensar en silencio. Tras unos segundos encontró la solución y respondió en voz alta con su voz fría y seria sin escrúpulos de siempre.
- El explorador llega a la conclusión de que el primero miente. El segundo dice la verdad y el tercero es el que alterna. La respuesta correcta es que cazó seis elefantes, dos leones y una jirafa.
Tras sus respuesta y esperando haber acertado se quedó en silencio observando a ver lo que pasaba, aquel acertijo tenía algo de dificultad pero si lo pensaba un poco podría resolverlo y fue lo que hizo, solo quedaba esperar un poco.
El lugar había sido muy extraño desde que había llegado. Su líder había elegido un lugar perfecto para volver loco a la gente. Por suerte el peli naranja asimilaba bien todo lo que estaba pasando. Primero había cruzado un extraño desierto en el que avanzaba sin ver nada de nada. Había recorrido este de un lado a otro cuando de repente unos gruñidos y unos ojos le habían impresionado un poco desde lejos. Si hubiera sido algún tipo de animal habría acabado con él y después hubiera seguido. Sin embargo lo ignoró por no cansarse mucho y se tiro al agujero. Ese agujero encima de todo no parecía tener fondo y parecía como si fuera a matarse por la altura. Después aterrizó tranquilamente y frente a él había un bosque sin caminos. Aquello cada vez tenía menos sentido.
Sus fríos y extraños ojos ahora divisaron una especie de gravado. Se puso a leer en voz baja lo que allí ponía. “Habían en una isla lejana tres cazadores. La peculiaridad de estos tres cazadores es que uno siempre decía la verdad, otro siempre mentía y el último alternaba una verdad con una mentira (nunca decía dos verdades o dos mentidas seguidas).
Un explorador se encontró con tres cazadores y les preguntó qué habían cazado. Uno de los cazadores le contestó: “2 elefantes, 6 leones y una jirafa.” El segundo cazador le respondió: “6 elefantes, 2 leones y 1 jirafa.” Finalmente, el tercer cazador dijo: “1 elefante, 2 leones y 1 cebra.” El explorador, que era conocedor la peculiaridad de los cazadores respondió: “Pues ya sé que habéis cazado.” ¿A qué conclusión había llegado el explorador?”
Parecía un acertijo y seguramente debería averiguarlo para poder pasar. No era tonto pero tampoco era un superdotado por lo que se puso a pensar en silencio. Tras unos segundos encontró la solución y respondió en voz alta con su voz fría y seria sin escrúpulos de siempre.
- El explorador llega a la conclusión de que el primero miente. El segundo dice la verdad y el tercero es el que alterna. La respuesta correcta es que cazó seis elefantes, dos leones y una jirafa.
Tras sus respuesta y esperando haber acertado se quedó en silencio observando a ver lo que pasaba, aquel acertijo tenía algo de dificultad pero si lo pensaba un poco podría resolverlo y fue lo que hizo, solo quedaba esperar un poco.
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Me encuentro frente a una enorme bestia con múltiples colas que apenas deja entrever su grotesco tamaño pues no logro ver los ojos de tal bestia. Sin previo aviso ni motivo aparente la bestia se abalanza sobre mí y es entonces cuando compruebo que es un extraño felino de diez colas y una altura grotesca alcanzando los 10 metros de altura. Ahora toca decidir si enfrentarme a semejante bestia o correr y buscar una forma de evitarla ya que el ambiente no me favorece en absoluto. Mi decisión es correr en busca de un escondite para librarme de la bestia por lo que enfundo las pistolas y corro hacia mi izquierda con el fin de encontrar una cueva, un monte, algo que me sirva de cobijo y tapadera para despistar al extraño ser que me persigue. Mientras corro no me molesto en mirar ni hacia atrás ni al suelo, lo único importante es lograr huir de esa aberración y salvar el pellejo. Debido a mi falta de atención de pronto noto como mis pies dejan de tocar el suelo y al mirar abajo veo que me he metido en una especie de agujero por el que me caigo a gran velocidad. Para evitar un golpe demasiado dañino uso el paso ninja para acercarme a la pared y usarla para disminuir mi velocidad.
Una vez abajo veo algo que me deja perplejo y me sorprende como guardabosques, y es que bajo ese inmenso y oscuro desierto se halla un frondoso bosque y al menos un claro, en el cual me encuentro ahora.
Una vez abajo veo algo que me deja perplejo y me sorprende como guardabosques, y es que bajo ese inmenso y oscuro desierto se halla un frondoso bosque y al menos un claro, en el cual me encuentro ahora.
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Ante la respuesta del joven de cabellos naranjas y pofunda mirada el bosque abre una serie de tres caminos, entre los cuales deberá elegir el joven de cabellos naranjas, en ese momento el joven que se había retrasado cae en el lugar, encontrándose con los caminos abierto. ¿Que harán? ¿Se unirán, o cada uno seguirá su camino?
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Tras su respuesta el bosque se abre mostrando otros tres caminos, pero en esta ocasión el joven espadachín decide ir el camino que está a su diestra, algo le decía que era el camino que debía tomar, algo le decía que era el camino que le llevaría a un lugar idóneo. El camino angosto y oscuro por lo frondoso del bosque, su mirada fija en el camino, sus ojos ausentes se muestra fríos, no pueden mostrar otra cosa en esos momentos, pues es algo que le fascina al joven cazador, lo desconocido, por ello se encarga de estudiar la historia, porque hay mucho que se desconoce de ella, y la isla en la que se encuentra es perfecta para tal fin.
|~Bueno, será mejor que les espere en el siguiente claro...~| Dice el joven Shichibukai mientras avanza raudo para evitar que el camino se cierre con él en mitad de la travesía. De pronto un extraño sonido empieza a dominar el ambiente, como si algo agitara las ramas de los árboles, y al mirar atrás el joven espadachín ve como el camino empieza a cerrarse rápidamente. Este aumenta la velocidad de sus pasos y alcanza el claro justo en el momento en el que el camino se cierra del todo. El joven cazador se sienta y empieza a meditar mientras espera a sus camaradas.
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Tahiko continuaba observando aquel acertijo, tal vez se había equivocado o tal vez no funcionase. Sus extraños ojos lo miraban de forma seria y temible, si había resultado ser una pérdida de tiempo no sabía por dónde ir ya que no podía volar para subir por el agujero. Takeshi se había quedado a gusto, los había llevado a una isla infernal. Sin embargo no iba a dejarse vencer por la isla, debería mostrar a su jefe que era digno del gremio. Rápidamente llevó la mano a su enorme arma empuñándola con una sola mano, el enorme espadón era impotente. Estaba a punto de sacarlos de su vendaje y destruir el sitio donde estaba gravado el acertijo. No le importaba cargarse una simple estructura. De repente justo antes de que quitara la primera venda, tres caminos surgieron rápidamente. Tras ver como se iban abriendo, el cazador guardó su arma de forma calmada, no era muy paciente que digamos y se había puesto algo nervioso.
Ahora debía elegir que camino coger, el de la izquierda, el de la derecha o el del medio. Las dudas llegaban a su cabeza, para las decisiones no era muy acertado. Sacó de nuevo su mandoble vendado y lo colocó en el suelo para después darle una patada giratoria al mango con el pie derecho. El arma empezó a girar rápidamente mientras Pain observaba. No tardó más de diez segundos cuando el arma señaló el camino del medio. Se agachó recogiendo su espada, según su arma, el mejor camino era el que estaba en frente de sus narices. Frunció el ceño mientras pensaba en cuál sería la siguiente prueba que le aguardaba. Esperaba que fuera algo de acción, tenía muchas ganas de cargarse algo. Era increíble que un asesino como él pudiera ser cazador, debería haber sido pirata o revolucionario, pero sin embargo se había hecho cazador. No mataba inocentes por un motivo, no quería tener a la marina detrás ni al gobierno y encima no quería fastidiar a su líder, por lo que no mataba a ciudadanos.
De repente su arma se le escapó de la mano y cayó al suelo, este se agachó a recogerla y pudo ver cómo tras él estaba Edwar. Guardó su arma en la espalda y observó a su compañero de manera tranquila, seguramente había caído también por el agujero. Se giró de nuevo observando los caminos tranquilamente, era demasiado serio y no solía hablar mucho con las personas. Prefería mantenerse al margen y solo hablaba si no había más remedio. Se dio cuenta de que la chica del gremio no había llegado todavía, no sabía el motivo pero ahora debían continuar. Empezó a caminar hacia el camino del medio mientras decía en voz alta y con un tono tranquilo y serio, que iba dirigido a su compañero ya que era el único allí a parte de él.
- Me dirigiré por el camino del medio, si quieres puedes venir conmigo compañero, si te apetece coger cualquiera de los otros dos, estás en tu derecho.
Ahora debía elegir que camino coger, el de la izquierda, el de la derecha o el del medio. Las dudas llegaban a su cabeza, para las decisiones no era muy acertado. Sacó de nuevo su mandoble vendado y lo colocó en el suelo para después darle una patada giratoria al mango con el pie derecho. El arma empezó a girar rápidamente mientras Pain observaba. No tardó más de diez segundos cuando el arma señaló el camino del medio. Se agachó recogiendo su espada, según su arma, el mejor camino era el que estaba en frente de sus narices. Frunció el ceño mientras pensaba en cuál sería la siguiente prueba que le aguardaba. Esperaba que fuera algo de acción, tenía muchas ganas de cargarse algo. Era increíble que un asesino como él pudiera ser cazador, debería haber sido pirata o revolucionario, pero sin embargo se había hecho cazador. No mataba inocentes por un motivo, no quería tener a la marina detrás ni al gobierno y encima no quería fastidiar a su líder, por lo que no mataba a ciudadanos.
De repente su arma se le escapó de la mano y cayó al suelo, este se agachó a recogerla y pudo ver cómo tras él estaba Edwar. Guardó su arma en la espalda y observó a su compañero de manera tranquila, seguramente había caído también por el agujero. Se giró de nuevo observando los caminos tranquilamente, era demasiado serio y no solía hablar mucho con las personas. Prefería mantenerse al margen y solo hablaba si no había más remedio. Se dio cuenta de que la chica del gremio no había llegado todavía, no sabía el motivo pero ahora debían continuar. Empezó a caminar hacia el camino del medio mientras decía en voz alta y con un tono tranquilo y serio, que iba dirigido a su compañero ya que era el único allí a parte de él.
- Me dirigiré por el camino del medio, si quieres puedes venir conmigo compañero, si te apetece coger cualquiera de los otros dos, estás en tu derecho.
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Tras una caída de gran altura me encuentro en un claro de un frondoso bosque que nunca imaginaría encontrar bajo un desierto tan oscuro como el que se extiende por encima de mi cabeza pero ahora no es el momento de pensar en eso, lo importante ahora es pensar en qué hacer a continuación para poder llegar a donde se encuentra el líder del gremio, Takeshi Yamamoto. Me sacudo un poco el polvo y compruebo que todas mis armas siguen en su sitio ya que sería molesto haber perdido alguna de ellas por una caída tan tonta. Tras el momento inicial de comprobación de armas y de lesiones veo que no estoy solo, delante de mí se encuentra Tahiko, uno de mis compañeros de gremio pero no lo conozco bien por su carácter callado y serio. El pelizanahorio al parecer estaba recogiendo su arma del suelo cuando me caí porque ahora se encuentra levantándose para continuar camino. Mientras camina hacia el camino central de los tres dice en voz alta y seria que seguirá el camino del centro y que podría acompañarlo si quisiera. Como empezaba a hartarme de ir solo por esa isla tan extraña y peculiar decido acompañarlo por lo que me dirijo por el mismo camino que él pero sin pronunciar ni una sola palabra de momento ya que no sé qué decirle.
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Ambos se desplazan por el camino central, la decisión es la acertada, pues en el centro se encontrarán con el camino tomado por el líder de su gremio, pero tiene una pega, los árboles y arbustos de alrededor empiezan a moverse violentamente como si un vendaval los moviese y una repentina ráfaga de aire indica que no les queda mucho tiempo para cruzar hacia el siguiente claro, pues el camino empieza a cerrarse desde la entrada a una velocidad considerable.
---------------------------------------------------------------------0------------------------------------------------------------------
Allí permanece, quieto y en silencio, como si sintonizara con el entorno que le rodea, en esta situación, en la que carece de enemigos es el momento para poder alcanzar un nivel de meditación bastante alto, lo suficiente como para no tener problemas a la hora de conocerse mejor y estabilizar todas y cada una de sus personalidades en una reunión, de ese modo podría obtener mayores beneficios y quizás ordenar un poco su forma de ser. Así pues aparece en un campo desierto, cubierto por una capa de fina hierba que se extiende hasta donde alcanza la vista, en ese lugar se pueden verseis personas. El propio Takeshi, y cincorepresentaciones de sus personalidades, una de ellas viste completamente de blanco, esa es Jeff, la parte artística de Takeshi. Otro viste completamente de negro, se trata de Kai, el carácter de muerte. Junto a él y sonriente mostrando unos afilados colmillos se encuentra Yugo, amante de la sangre y vestido de rojo. Al lado de Takeshi se puede ver a G, un hombre tranquilo vestido de forma similar a Takeshi, pero sin el sombrero. En frente de estos está un hombre con un traje azul, Frank, el aspecto moderador de Takeshi.
|~Bueno señores, tenemos que ponernos de acuerdo, esta situación de inestabilidad nos puede perjudicar.~| Dice Takeshi mientras G y Frank concordar en silencio, pero antes de que nadie pudiera responder se perciben vibraciones en el suelo, seguidas de un berrido ensordecedor, que sorprende a todos los presentes, a lo lejos se ve la sombra de una enorme bestia, la bestia que habita en el interior de Takeshi parece haber despertado del letargo que tenía.
|~Bueno señores, tenemos que ponernos de acuerdo, esta situación de inestabilidad nos puede perjudicar.~| Dice Takeshi mientras G y Frank concordar en silencio, pero antes de que nadie pudiera responder se perciben vibraciones en el suelo, seguidas de un berrido ensordecedor, que sorprende a todos los presentes, a lo lejos se ve la sombra de una enorme bestia, la bestia que habita en el interior de Takeshi parece haber despertado del letargo que tenía.
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El castaño al parecer era también algo serio pues no dijo nada de nada, solo se limitó a seguirle de forma tranquila mientras permanecía callado. Aquel hombre no era hablador y de todas formas no lo conocía bien y no había tenido ocasión de hablar mucho con su compañero. El peli naranja continuó avanzando de forma tranquila mientras mantenía su mirada recta observando los árboles y matorrales del camino. Su líder estaba poniéndoles una verdadera prueba, no sabía donde se podía haber metido Aria, esperaba que su compañera de equipo estuviese bien pues por el momento estaban ellos dos y su líder era lo suficiente fuerte como para preocuparse por sí mismo y defenderse de los peligros. Cierto era que él no disponía de una fruta del diablo, pero aún así era lo suficientemente fuerte como para necesitarla. La chica tampoco tenía fruta o al menos el chico nunca la había visto usarla. Ahora solo faltaba llegar a algún lado donde poder localizar la siguiente prueba. Se giró levemente cuando escuchó un extraño ruido, los árboles comenzaron a cerrarse por donde habían venido y aquel fenómeno se acercaba a ellos.
- Corre.
Dijo el cazador mientras sacaba su arma y comenzaba a girarla a toda velocidad, una extraña aura de color morado comenzó a rodear el arma del chico. Sin pensárselo ni un poco, pegó un salto todo lo alto que pudo y lanzó un tajo rumbo a los árboles. Del tajo surgió un enorme león de color morado que pegó un enorme rugido y salió disparado en forma de onda de choque cortante hacia los árboles, de esa forma lograría retenerlos un poco. No sabía si conseguiría pararlos pero debía largarse de allí junto a su compañero.
Nada más aterrizar en el suelo se volvió a girar y comenzó a correr, su velocidad era buena y en poco tiempo llegó a un claro, allí vio algo que no se esperó. Estaba el líder en una postura de meditación, parecía haber algo raro, como más de un aura o impresión allí reunida. El chico pegó tres pasos adelante y se quedó mirándole fijamente de forma calmada, por fin habían encontrado al líder y ya solo faltaba ver que ocurría, había sido un camino largo pero por fin lo habían logrado. No veía por allí a la otra cazadora pero dejó de pensar en eso y se centró en lo que estaba.
- Corre.
Dijo el cazador mientras sacaba su arma y comenzaba a girarla a toda velocidad, una extraña aura de color morado comenzó a rodear el arma del chico. Sin pensárselo ni un poco, pegó un salto todo lo alto que pudo y lanzó un tajo rumbo a los árboles. Del tajo surgió un enorme león de color morado que pegó un enorme rugido y salió disparado en forma de onda de choque cortante hacia los árboles, de esa forma lograría retenerlos un poco. No sabía si conseguiría pararlos pero debía largarse de allí junto a su compañero.
Nada más aterrizar en el suelo se volvió a girar y comenzó a correr, su velocidad era buena y en poco tiempo llegó a un claro, allí vio algo que no se esperó. Estaba el líder en una postura de meditación, parecía haber algo raro, como más de un aura o impresión allí reunida. El chico pegó tres pasos adelante y se quedó mirándole fijamente de forma calmada, por fin habían encontrado al líder y ya solo faltaba ver que ocurría, había sido un camino largo pero por fin lo habían logrado. No veía por allí a la otra cazadora pero dejó de pensar en eso y se centró en lo que estaba.
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Me encuentro caminando junto al pelinaranja tranquilamente pero atento a lo que me rodea pues en esa isla si me confío acabaré muerto. El camino parece ser el correcto pues en un principio no hay nada que indique peligro. El joven que está en mi compañía no es muy hablador tampoco y tampoco sé mucho sobre él, como sus habilidades, su carácter ni tampoco sus objetivos, lo único que sé es su nombre pero en este momento esos datos carecen de importancia. También es extraño que Aria no esté presente ya que vino con nosotros a la isla y no sé nada de ella desde que llegamos pero eso es una preocupación que sopesaré más tarde, ahora lo importante es encontrar al líder del gremio. De pronto un fuerte viento empieza a mover las hojas de los árboles, algo que me molesta pues no suele ser buena señal que el viento agite con tal fuerza las hojas. De pronto mi compañero me grita que corra antes de saltar y lanzar una especie de león morado hacia mi espalda. Es en ese momento en el que miro detrás de mí y veo que los árboles se cierran avanzando hacia mi posición.
Mi cuerpo empieza a envolverse por un aura roja que va adoptando la forma de una pequeña capa que cubre todo mi cuerpo lo cual aumenta mi velocidad permitiéndome avanzar lo suficientemente veloz como para evitar que los árboles me traguen. Finalmente llego a un claro junto a mi compañero y allí me encuentro a Takeshi en posición de meditación mientras que en el ambiente hay un aura como si varias personas estuviesen allí.
Mi cuerpo empieza a envolverse por un aura roja que va adoptando la forma de una pequeña capa que cubre todo mi cuerpo lo cual aumenta mi velocidad permitiéndome avanzar lo suficientemente veloz como para evitar que los árboles me traguen. Finalmente llego a un claro junto a mi compañero y allí me encuentro a Takeshi en posición de meditación mientras que en el ambiente hay un aura como si varias personas estuviesen allí.
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Llegáis al centro del claro donde se encuentra Takeshi, el aura que percibís se debe a la meditación de Takeshi, el cual está poniédose en orden consigo mismo.
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Allí se encuentra el joven cazador meditando, en su mente una cruenta batalla de personalidades se lleva a cabo, cada una peleando por tomar las riendas del joven espadachín. sus ojos negros no presentan aspecto de ver nada, pero su oído está atento a todo lo que pueda suceder. Es por ello que escucha como sus compañeros se acercan a él con paso ligero pues al parecer el sendero se cierra tras ellos. Ninguno pronuncia palabra, un silencio abrumador envuelve el lugar, silencio que se prolonga debido a que nadie lee el cartel del acertijo, pues tampoco les interesa continuar el camino. Poco tarda en levantarse el joven cazador y líder del gremio y dirigirse a sus compañeros. |~Bueno, me alegro de que al menos dos de los que vinisteis lleguéis a este punto, empezaba a aburrirme y tuve que despertar una trifulca de personalidades para entretenerme...~| Dice tranquilo y sin mucho problema. |~Bien, os diré que la organización se basará en un líder, que soy yo, y un consejo. El consejo será formado por tres personas como máximo pero lo ideal serán dos. Lo habitual será un debate entre todos, pero decisiones mayores las tomará el consejo con el líder, el líder solo impondrá si es necesario, pero por lo general le dará voz y voto igual al consejo. Y ambos seréis los consejeros del gremio, espero que consigáis que los miembros se comuniquen con vosotros y debatamos los problemas en armonía. También asumiréis el mando en caso de que yo me ausente. ¿Entendisteis? Solo me queda felicitaros por el puesto.~| Añade para terminar.
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Todo había terminado, el líder se levantó diciendo que se alegraba de que hubieran llegado y que estaba aburrido. El infierno que habían pasado había do de un nivel intermedio pues muy difícil tampoco había sido, sin embargo tampoco fácil. La chica seguía sin aparecer, seguramente se había perdido o algo así, o quizás en el peor de los casos, la muerte habría llegado hasta ella, el peli naranja esperaba que no. De todas formas ahora quedaba escuchar las palabras del cazador de mayor poder allí presente. Sus palabras fueron normales y agradables pues además de haberles felicitado por haber llegado, les dijo que iban a formar un consejo y los consejeros serían ellos dos. Después de todo lo pasado, el cazador del arma de los vendajes pegó un suspiro mientras observaba a los demás con una mirada seria y fría como de costumbre solía tener.
- Gracias señor, todo entendido y captado.
Dijo tranquilamente el devastador mientras entrecerraba los ojos y dejaba que todo continuase. El día no había estado del todo mal, había partido en el barco, pasó por un desierto extraño que no dejaba ver más allá de sus narices. Después cayó por un agujero y tuvo que resolver un acertijo, finalmente una carrera para no ser aplastado por aquellos árboles y finalmente llegar hasta su líder con su compañero al lado. Objetivo cumplido perfectamente, el chico se apoyó colocando su espalda contra el tronco de un árbol solitario mientras observaba a los demás y cerraba los ojos despacio sacando su arma y quedándose con ella en la mano acariciando el mango de forma calmada mientras esta quedaba quieta apoyada en el suelo con sus vendajes.
- Supongo que ahora toca entrenar y mejorar.
Dijo en voz baja el devastador mientras se quedaba en aquella postura esperando ya a poder volver al gremio. Le gustaba aquel lugar y aquellas personas no le caían mal como líder o compañeros. Pensó que por fin había encontrado un lugar donde sentirse a gusto con compañeros que merecieran la pena estar. No como había ocurrido en múltiples sitio de los que se había largado como eran el Reino de Sakura o la isla de la arena llamada Arabasta. Sus ojos se abrieron dejando ver aquellas extrañas pupilas mientras observaba a los demás con una mirada tranquila y muy calmada con su gesto serio habitual tras haber realizado con éxito la misión.
- Gracias señor, todo entendido y captado.
Dijo tranquilamente el devastador mientras entrecerraba los ojos y dejaba que todo continuase. El día no había estado del todo mal, había partido en el barco, pasó por un desierto extraño que no dejaba ver más allá de sus narices. Después cayó por un agujero y tuvo que resolver un acertijo, finalmente una carrera para no ser aplastado por aquellos árboles y finalmente llegar hasta su líder con su compañero al lado. Objetivo cumplido perfectamente, el chico se apoyó colocando su espalda contra el tronco de un árbol solitario mientras observaba a los demás y cerraba los ojos despacio sacando su arma y quedándose con ella en la mano acariciando el mango de forma calmada mientras esta quedaba quieta apoyada en el suelo con sus vendajes.
- Supongo que ahora toca entrenar y mejorar.
Dijo en voz baja el devastador mientras se quedaba en aquella postura esperando ya a poder volver al gremio. Le gustaba aquel lugar y aquellas personas no le caían mal como líder o compañeros. Pensó que por fin había encontrado un lugar donde sentirse a gusto con compañeros que merecieran la pena estar. No como había ocurrido en múltiples sitio de los que se había largado como eran el Reino de Sakura o la isla de la arena llamada Arabasta. Sus ojos se abrieron dejando ver aquellas extrañas pupilas mientras observaba a los demás con una mirada tranquila y muy calmada con su gesto serio habitual tras haber realizado con éxito la misión.
Kokonoe Toru
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Tras un rato el líder del gremio se levanta y dice Bueno, me alegro de que al menos dos de los que vinisteis lleguéis a este punto, empezaba a aburrirme y tuve que despertar una trifulca de personalidades para entretenerme.. Bien, os diré que la organización se basará en un líder, que soy yo, y un consejo. El consejo será formado por tres personas como máximo pero lo ideal serán dos. Lo habitual será un debate entre todos, pero decisiones mayores las tomará el consejo con el líder, el líder solo impondrá si es necesario, pero por lo general le dará voz y voto igual al consejo. Y ambos seréis los consejeros del gremio, espero que consigáis que los miembros se comuniquen con vosotros y debatamos los problemas en armonía. También asumiréis el mando en caso de que yo me ausente. ¿Entendisteis? Solo me queda felicitaros por el puesto. Esas palabras me alegran ya que el camino ha sido fácil desde el desierto oscuro hasta el sendero sepultador, todo para llegar a encontrarme con mi jefe. El chico que me acompañó durante el último tramo dice que lo ha entendido todo. El joven se sienta apoyado en un árbol cercano y yo doy una palmada y toco el suelo para crear una especie de almohada y me tumbo en el suelo con total tranquilidad mientras digo Bueno, acabado lo que vinimos a hacer solo tenemos que volver al gremio pero antes descansaré un rato, me ha entrado sueño. Y dicho eso cierro los ojos con total tranquilidad.
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