Entrenando duro (Rol Moderado) (Krauser)

Krauser cogió su espada al vuelo y rápidamente la dejó clavada en el suelo observando ahora aquel hombre. Parecía ser alguien bastante poderoso pero el marine no le temía para nada y algo le decía que dentro de un tiempo el que tendría que enseñar sería él mismo. Ahora el hombre había hecho algo raro con su puño y lo había puesto en un tono negro metalizado. De todas formas no le había impresionado mucho. Tras unos instantes las palabras de aquel hombre llegaron a sus oídos, de repente tras aquello el castaño se había sentado sin hacer nada más. Estaba claro que deseaba que el marine hiciese algo. Con aquello al parecer podía tocar a los usuarios logias y fortalecerse, debía aprender aquella habilidad cuanto antes. Su mirada estaba fija en el castaño.

- Ya veo…

Dijo en un susurro de forma seria. Aquello era una dura prueba pero entonces la hábil mente del asesino de la niebla se iluminó. Si aquello era como una armadura espiritual solo debía hacerla salir. Una armadura servía para proteger el cuerpo ante los golpes de otros, en ese caso tal vez debería usar su cuerpo como si fuese una armadura. Solo había un modo y dado que aquel hombre le había puesto gente atacándole debía ser aquello. No perdía nada por intentarlo. Dejó allí la espada clavada y se acercó a un muero de forma calmada, de repente cerró los ojos concentrándose. Pensaba en lo que iba a hacer y sabía que le iba a doler lo suyo pero debía probar a descifrar aquel maldito rompecabezas que le había puesto su superior en aquel cuartel.

Sus ojos se abrieron creyendo tener la solución y sin pensárselo como si estuviera loco comenzó a golpear la pared con sus puños. Se estaba haciendo bastante daño pero seguía sin importarle nada de nada. También chocaba los antebrazos con fuerza pues era uno de los puntos más fuertes del cuerpo humano, lo siguiente fueron las rodillas y los codos. Estaba concentrado golpeando y recibiendo aquel duro dolor en su cuerpo y no sabía si aquello estaba funcionando, solo pensaba en una armadura invisible y trataba de no sentir el dolor. Era realmente duro y la sangre ya emanaba de los nudillos del marine al igual que de algunas zonas de su cuerpo. Se estaba dañando pero era el precio que debía pagar o eso al menos pensaba.

Si quería ser almirante y librar a la marina de la corrupción y de la oscuridad debía entrenar muchísimo sin pensarse nada de nada. Había demasiadas subidas de poder y muchas tonterías pero eso debía acabarse y él mismo se ocuparía de ello. La pared tomaba un poco mas de color carmesí por cada golpe que efectuaba el marine el cual se mantenía serio y frio. Sus castaños ojos mostraban ira y furia al pensar que debía despertar aquel poder. No sabía cuánto tiempo le iba a llevar aprenderlo pero algo era seguro. Aquel marine nunca se iba a rendir.

El castaño vio con una cara de impresión tu forma de hacer las cosas, una pequeña sonrisa se le formo en la cara ya que nunca había visto una acción así ya que la mayoría se sentaba como idiotas buscando algo que hacer con aquellas palabras, pero tú fuiste una excepción que a él le gusto y de hecho, se paro casi de inmediato al ver tus heridas. Sin pensarlo dos veces este fue a verte más de cerca y examinar tu cuerpo, al parecer con la mirada era capaz de ver todas tus heridas, con el tono de siempre fue que te dijo:

- Eres el primer idiota que veo que destruye su cuerpo para despertar el Haki. Pero eso no es suficiente. Me pregunto si tienes ambición, o alguien a quien proteger, algo que deseas con ansías y que lo darías todo, a veces las cosas tan simples como esas sirven para despertar un gran poder. Pero vamos, saca todo tú espíritu para conseguirlo, como te dije es algo parecido a esa extraña energía que usaste en la pelea.

Fueron sus únicas palabras para luego tocarte el hombro e irse nuevamente, sus consejos si bien eran raros puede que para ti sean útiles, pero al igual que el otro seguía siendo un gran acertijo que tienes que resolver. El tipo se fue a sentar donde antes, para luego quedarse viendo que hacías, ahora era tú turno de demostrar todo lo que sabías y quizás taparle la boca con tus actos a ese que se creía superior y que tantas veces te intento matar. Era tu hora.

El marine continuaba golpeando con el ceño fruncido aquel muro y sangrando por su cuerpo con un ojo ya cerrado debido al agotador esfuerzo que estaba haciendo. De repente pudo escuchar las palabras del superior que ahora estaban rayando la mente del gran espada. Se preguntaba varias cosas y el marine fue analizándolas una por una. La ambición no era algo que el marine deseara, no quería dinero, pero puede que en parte si deseara poder. Aquel deseo de ser poderoso era algo parecido a la ambición por lo que puede que algo de ella tuviera. No era algo malo desde su punto de vista pues quería el poder para algo bueno y no para darle mal uso. El dinero no lo necesitaba ni lo quería, tan solo lo justo para poder vivir pero nada más. Así que la opción de tener ambición era acertada en una parte y era errónea en la otra.

La segunda opción la estuvo pensando unos segundos algo más largos que los que se tiró con la primera. Sus padres estaban muertos y no tenía nada que perder en ese tema. Toda la gente que alguna vez le importó había fallecido por lo que no quería proteger a nadie. O eso pensaba hasta hacía unos segundos, en realidad si tenía alguien a quien proteger. Había una chica, pequeña y de pelo moreno, y casualmente usaba una fruta del diablo. Sabía que ella le decía que no necesitaba protección y de hecho se lo demostró, pero aún así quería protegerla y que no le pasara nada. Era una chica la cual consideraba como su hermana pequeña, cosa que nunca tuvo y por ello era muy protector pese a ser un superior. Además también apreciaba al que consideraba como su mentor, Lion D. Karl. Y por último a su amigo Garland y al rebelde de Hideki que siempre estaba metiéndose en líos por lo que si tenía a alguien a quien proteger. Aquellos marines eran como una familia y debía asegurarse de que no les pasara nada.

Y la última opción, algo que deseaba y eso era acabar con la corrupción de la marina y llegar a almirante para tener poder y proteger a los suyos. Estaba decidido, tenía las tres cosas y eso a lo mejor le ayudaba a despertar el Haki de armadura. Sin pensárselo un segundo más sonrió de lado notando la mano en su hombro de nuevo. Sus ojos observaron el muro para después lanzar puñetazos y patadas a él. La sangre salía de sus nudillos y sus piernas pero seguía pensando en todo lo que debía proteger. Su ansia era grande y debía conseguirlo. Tenía ya muchos ases en la manga y ese tipo de habilidad le vendría genial para su objetivo. Pensaba en el poder de una armadura corroyendo su cuerpo y fluyendo dentro de él mientras el cansancio empezaba a notarse en su rostro pero este no paraba y no lo haría hasta que el superior lo dijera. Había encontrado su motivación.

El marine logro notar el cambio en ti, desde su lado ya estaba listo y el resto dependería de ti, pero claro eso aún era pronto para decirlo pero aun así quizás era necesario darle otro empujón más o no, el castaño no lograba decidirse hasta que logro ver que ya estabas demasiado agotado y herido como para seguir, así que se levanto de su “asiento” y empezó a caminar de manera lenta hasta ti, y con el mismo tono de antes pero con algo más de suavidad en sus palabras ya que ahora el entrenamiento estaba finalizado, te dijo:

- Vale, veo que si te sirvieron mis consejos. El resto depende de ti, pero por hoy el entrenamiento a acabado. Felicidades, logro sentir que estas a un  paso de conseguir más poder, espero que tengas más metas la próxima vez.

Al finalizar sus palabras, te volvió a tocar el hombro y con una mirada mando a buscar a las enfermeras del lugar para que curaran tus heridas, era hora de acabar esto. No se demoraron nada en llegar y traían de todo, desde algo que no iban a utilizar, como un bisturí hasta lo esencial en esa clase de heridas que eran el alcohol, yodo y gasa para cubrir las heridas, así que sin decir nada empezaron a curar tus heridas de forma lenta y cautelosa para tratar de no hacer tanto daño. Luego de un par de minutos todas tus heridas estaban curadas y vendadas tal doctor de primera lo hubiera dejado. Las enfermeras y el castaño se fueron, dejándote atrás pero que en palabras del castaño ya no te faltaba nada. Y el resto ahora dependía de que también hicieras las cosas a futuro y entonces el destino de si aprendes o no el Haki estaba en tus manos, ya que ahora tenías la base. Ambición, el proteger a alguien y el desear algo con todo tu corazón, era lo que en verdad hacía posible lo imposible.

Krauser tiene un 8, por lo que gana 1600 puntos de experiencia.
Sawaki, como moderador, obtiene un 30% de la experiencia que es 480.
Hojas de personaje actualizadas.