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La noche se alzaba en aquella villa. Le gente estaba en sus casas tranquilamente y unos pocos hombres estaban en las tabernas, la luna se veía en el cielo alumbrando todo el lugar que podía y dejando ver su hermosa figura. Una pequeña brisa se desplazaba acariciando las hojas de los arboles con calma. Un sonido de un gato se escuchaba, un simple maullido. Una sombra se veía pasar por un pequeño claro por donde la luz de la luna iluminaba. Esta figura era la de un chico de pelo corto y moreno. Sus ojos eran rojos los dos y era de facciones finas y piel blanca. Era bastante joven y vestía con una sudadera negra y unos pantalones largos negros. No se trataba de alguien normal, se trataba de Jin Surfer. Un revolucionario que estaba haciendo robos y asesinatos por la zona pero lo mejor es que aún nadie le conocía. Llevaba la máscara guardada en el interior de su ropa y eso le hacía parecer otra persona, además de su actitud de saber hacer mucho teatro. Su sonrisa fingida se veía en su rostro mientras caminaba y sus rojizos ojos observaban todo lo de alrededor con cierto misterio.
Había visto una casa con la ventana abierta y lo que hizo fue entrar en esta asegurándose antes de que nadie le observara. Una vez dentro abrió un cajón y encontró un poco de dinero, tras cogerlo observó que nadie de la casa estuviera despierto y salió de forma sigilosa de aquella vivienda. Miró a todos lados y no vio a nadie por lo que pensó que le había salido genial el plan y ahora podía dirigirse a alguna taberna a tomarse algo para gastar aquel dinero que había sido capaz de obtener en poco tiempo y de forma muy fácil y simple. Podría haber buscado algo más útil pero no tenía muchas ganas. Una vez llegó a la taberna entró despacio sin hacer mucho ruido y se acercó a la barra donde se sentó colocándose la capucha de su sudadera de color negro y observando al hombre que era el camarero. Era un señor mayor de unos sesenta años y de pelo blanco con bigote y barba desaliñada. Sus ojos eran de un color grisáceo oscuro y vestía con un jersey rojo y un pantalón negro largo. Este le pregunto qué era lo que quería tomar a lo que el chico le respondió en un tono amable y tranquilo.
- Póngame unas patatas fritas y un refresco de piña buen hombre y quédese con el cambio.
Dijo mientras le daba el dinero que había robado que sería el triple de lo que valía aquello. Aquel señor de lo agradeció y siguió a lo suyo para después servirle. Las miradas de muchos tipos iban al joven y de mala manera aunque si apreciaban sus vidas más les valía estarse quietecitos. Este empezó a llevarse algunas patatas a la boca y a dar algunos tragos a su bebida mientras esperaba a que pasara algo interesante pues se estaba aburriendo mucho.
Había visto una casa con la ventana abierta y lo que hizo fue entrar en esta asegurándose antes de que nadie le observara. Una vez dentro abrió un cajón y encontró un poco de dinero, tras cogerlo observó que nadie de la casa estuviera despierto y salió de forma sigilosa de aquella vivienda. Miró a todos lados y no vio a nadie por lo que pensó que le había salido genial el plan y ahora podía dirigirse a alguna taberna a tomarse algo para gastar aquel dinero que había sido capaz de obtener en poco tiempo y de forma muy fácil y simple. Podría haber buscado algo más útil pero no tenía muchas ganas. Una vez llegó a la taberna entró despacio sin hacer mucho ruido y se acercó a la barra donde se sentó colocándose la capucha de su sudadera de color negro y observando al hombre que era el camarero. Era un señor mayor de unos sesenta años y de pelo blanco con bigote y barba desaliñada. Sus ojos eran de un color grisáceo oscuro y vestía con un jersey rojo y un pantalón negro largo. Este le pregunto qué era lo que quería tomar a lo que el chico le respondió en un tono amable y tranquilo.
- Póngame unas patatas fritas y un refresco de piña buen hombre y quédese con el cambio.
Dijo mientras le daba el dinero que había robado que sería el triple de lo que valía aquello. Aquel señor de lo agradeció y siguió a lo suyo para después servirle. Las miradas de muchos tipos iban al joven y de mala manera aunque si apreciaban sus vidas más les valía estarse quietecitos. Este empezó a llevarse algunas patatas a la boca y a dar algunos tragos a su bebida mientras esperaba a que pasara algo interesante pues se estaba aburriendo mucho.
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Ai estaba vagando tranquilamente por una pequeña isla del East Blue, con sus dos espadas en la espalda, el lugar donde estaba era la Villa Orange. Era una noche de luna llena, donde a pesar de ser de noche se podía ver con claridad todo lo que pasaba. Sin dudarlo era una noche tranquila, la gente apenas estaba en las calles y había un silencio que le agradaba a la joven marine. Mientras caminaba logro ver como es que un sujeto salía de forma extraña de una casa, no le dio mucha importancia ya que no quería perseguirlo y meterse en problemas. Pero cambio de parecer de forma rápida ya que seguramente al lugar donde este se dirigía podría entretenerla en parte. Así que con algo de sigilo lo siguió hasta llegar a una taberna.
Al entrar logro ver que la mayoría de las personas eran adultos y hombres, algo casi obvio y que se esperaba de un lugar como ese. Ai se fue a sentar a la barra junto a un hombre con capucha, todo indicaba que era él pero quería estar segura de ello. Vio al sujeto de la barra, tenía unos setenta y de pelo blanco con bigote y barba desaliñada. Sus ojos eran de un color grisáceo oscuro y vestía con un jersey rojo y un pantalón negro largo. Al parecer sería el dueño del lugar, no tenía mucha hambre ni tampoco mucho dinero así que se digno a pedir un pequeño vaso con jugo. Estaba tomando tranquilamente cuando siente que alguien le toca el brazo, un escalofrío hizo que su cuerpo se moviera de forma disimulada. Vio de reojo a ese hombre, era de unos treinta, con una cara llena de arrugas y se notaba que estaba ebrio.
- ¿Qué hace una linda chiquilla como tú en este lugar de mala muerte? ¿Por qué mejor no vienes conmigo y tienes una noche inolvidable?
El olor de su boca era alcohol puro, su tono era ebrio y rápido. Ai se levanto de forma rápida y saco una de sus espadas. Saco la espada negra, si era algo que odiaba era a esa clase de hombres. Su mirada era fría como el hielo y estaba seria, con su espada apunto directo al corazón de ese sujeto que estaba ebrio, este saco un pequeño cuchillo que tenía en sus ropas, era pequeño y no tendría problemas con eso. Ese sujeto empezó a correr y trato de enterrar ese cuchillo en el corazón de ella, pero fue inútil el cuchillo simplemente choco contra el cuerpo de la chica y un pequeño brillo plateado se dejo ver. Ai no perdió el tiempo y con su espada lo golpeo en forma diagonal en el torso, el golpe lo mando a volar contra una mesa. Lo había golpeado con la parte sin filo de la espada, el hombre no se volvió a levantar así que guardo su espada nuevamente en su funda y se volvió a sentar a seguir bebiendo su pequeño trago.
Al entrar logro ver que la mayoría de las personas eran adultos y hombres, algo casi obvio y que se esperaba de un lugar como ese. Ai se fue a sentar a la barra junto a un hombre con capucha, todo indicaba que era él pero quería estar segura de ello. Vio al sujeto de la barra, tenía unos setenta y de pelo blanco con bigote y barba desaliñada. Sus ojos eran de un color grisáceo oscuro y vestía con un jersey rojo y un pantalón negro largo. Al parecer sería el dueño del lugar, no tenía mucha hambre ni tampoco mucho dinero así que se digno a pedir un pequeño vaso con jugo. Estaba tomando tranquilamente cuando siente que alguien le toca el brazo, un escalofrío hizo que su cuerpo se moviera de forma disimulada. Vio de reojo a ese hombre, era de unos treinta, con una cara llena de arrugas y se notaba que estaba ebrio.
- ¿Qué hace una linda chiquilla como tú en este lugar de mala muerte? ¿Por qué mejor no vienes conmigo y tienes una noche inolvidable?
El olor de su boca era alcohol puro, su tono era ebrio y rápido. Ai se levanto de forma rápida y saco una de sus espadas. Saco la espada negra, si era algo que odiaba era a esa clase de hombres. Su mirada era fría como el hielo y estaba seria, con su espada apunto directo al corazón de ese sujeto que estaba ebrio, este saco un pequeño cuchillo que tenía en sus ropas, era pequeño y no tendría problemas con eso. Ese sujeto empezó a correr y trato de enterrar ese cuchillo en el corazón de ella, pero fue inútil el cuchillo simplemente choco contra el cuerpo de la chica y un pequeño brillo plateado se dejo ver. Ai no perdió el tiempo y con su espada lo golpeo en forma diagonal en el torso, el golpe lo mando a volar contra una mesa. Lo había golpeado con la parte sin filo de la espada, el hombre no se volvió a levantar así que guardo su espada nuevamente en su funda y se volvió a sentar a seguir bebiendo su pequeño trago.
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Aquel chico seguía comiendo de sus patatas tranquilamente cuando de repente observó a la joven que entró por la puerta. Era una chica de su edad o algo menor, tras observarla unos segundos volvió a lo suyo pero entonces un tipo borracho empezó a acosarla. Ella sacó una espada y se defendió con éxito venciendo aquel tipo. Tras aquello ella siguió bebiendo de la bebida que había pedido. Los ojos rojizos del moreno estaban clavados en su bebida propia dándole un trago para después esbozar una media sonrisa de lado. En aquella apariencia se basaba en el teatro y el engaño bajo una falsa personalidad. Si aquel chico se colocaba la máscara se convertiría en el peligroso asesino que muchos temían. No pasaron ni unos cuantos segundos cuando un hombre entró furioso al bar. Su pelo era moreno y cogido con una cola, tendría unos treinta años y era alto. Su complexión era delgada y vestía con un pijama negro. Allí parecían tener confianza por lo que no le importó andar así.
Jin lo observaba como si de un simple idiota se tratara. Aquel tipo se sentó al lado izquierdo del moreno. A la derecha tenía a la chica. El de la coleta empezó a hablar con el camarero amistosamente por lo que se conocían. Aquel tipo afirmaba que habían entrado en su casa y le habían robado unos ahorros que tenía escondidos en el cajón de su salón. Afirmaba haber visto huellas de alguien que se hubo colado por su ventana. Tras aquello empezaron ambos a hablar sobre el tema y diciendo que el mundo estaba lleno de criminales peligrosos. El moreno sonreía por lo bajo con esos comentarios que escuchaba. Iban directos a él y le daba lo mismo, es más, estaba a punto de cargarse a los dos. Pero recordó que no llevaba la máscara puesta y no permitiría que nadie supiese de su identidad. Si alguien se enteraba tendría que matarle sin remedio y sin piedad.
Aquel hombre que había sido tumbado por la chica empezaba a cobrar el sentido pero seguro que ahora se lo pensaba dos veces antes de hacer tonterías con la chica o con alguien de aquel bar. Ahora el joven llevaba otra patata a su boca y la masticaba despacio para después tragarla simplemente. Bostezó unos instantes para después rascarse un poco la cabeza dándole un último trago a su bebida y acabándola. Por último se puso a comerse las patatas más deprisa para después de haberlas terminado retirar el plato de su lado. En aquel lugar se habían reunido un idiota al que le acababa de robar y ahora estaba en sus narices. Un camarero amable, un idiota borracho tambaleándose, varias personas y aquella chica que había demostrado no ser un chica cualquiera. La macabra mente del moreno se puso a pensar rápidamente sobre quién podía ser la chica. Lo que sabía de sobra era que aquella chica era un usuario de la fruta del diablo debido a que la puñalada del borracho la atravesó como si nada. Era algo curioso pues el moreno era otro logia. Desconocía el tipo de logia que sería la chica pues solo vio una especie de hilo plateado y había muchas sustancias que podían serlo. Aunque la propia plata podía ser una de ellas. Era algo que el moreno aún no había podido averiguar sobre ella pero este seguía a lo suyo observando la barra con la mirada perdida y con algún que otro bostezo o estiramiento.
Jin lo observaba como si de un simple idiota se tratara. Aquel tipo se sentó al lado izquierdo del moreno. A la derecha tenía a la chica. El de la coleta empezó a hablar con el camarero amistosamente por lo que se conocían. Aquel tipo afirmaba que habían entrado en su casa y le habían robado unos ahorros que tenía escondidos en el cajón de su salón. Afirmaba haber visto huellas de alguien que se hubo colado por su ventana. Tras aquello empezaron ambos a hablar sobre el tema y diciendo que el mundo estaba lleno de criminales peligrosos. El moreno sonreía por lo bajo con esos comentarios que escuchaba. Iban directos a él y le daba lo mismo, es más, estaba a punto de cargarse a los dos. Pero recordó que no llevaba la máscara puesta y no permitiría que nadie supiese de su identidad. Si alguien se enteraba tendría que matarle sin remedio y sin piedad.
Aquel hombre que había sido tumbado por la chica empezaba a cobrar el sentido pero seguro que ahora se lo pensaba dos veces antes de hacer tonterías con la chica o con alguien de aquel bar. Ahora el joven llevaba otra patata a su boca y la masticaba despacio para después tragarla simplemente. Bostezó unos instantes para después rascarse un poco la cabeza dándole un último trago a su bebida y acabándola. Por último se puso a comerse las patatas más deprisa para después de haberlas terminado retirar el plato de su lado. En aquel lugar se habían reunido un idiota al que le acababa de robar y ahora estaba en sus narices. Un camarero amable, un idiota borracho tambaleándose, varias personas y aquella chica que había demostrado no ser un chica cualquiera. La macabra mente del moreno se puso a pensar rápidamente sobre quién podía ser la chica. Lo que sabía de sobra era que aquella chica era un usuario de la fruta del diablo debido a que la puñalada del borracho la atravesó como si nada. Era algo curioso pues el moreno era otro logia. Desconocía el tipo de logia que sería la chica pues solo vio una especie de hilo plateado y había muchas sustancias que podían serlo. Aunque la propia plata podía ser una de ellas. Era algo que el moreno aún no había podido averiguar sobre ella pero este seguía a lo suyo observando la barra con la mirada perdida y con algún que otro bostezo o estiramiento.
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La chica siguió tomando su bebida de forma tranquila, a decir verdad el asunto con el borracho ese la había dejado muy asustada, pero por suerte sabía ocultar bien sus emociones. Así que siguió bebiendo tranquilamente y a ratos sonreía de satisfacción cuando el jugo pasaba por la garganta y refrescaba su cuerpo. Tranquilamente escucho lo que estaban hablando el camarero y un tipo que entro en pijamas. Al parecer alguien le había robado y ya tenía una idea de quién podría ser. En su mente se figuraba la imagen de ese sujeto que estaba a su lado comiendo con algo de prisas sus patatas. Aunque no le dio importancia puesto que se notaba que no era alguien normal como el tipo que mando a volar con un simple golpe de su espada.
Ai suspiro de forma pesada, para luego darse cuenta que ya se había acabado su jugo, empezó a jugar con el vaso para matar el tiempo. Estaba aburrida, pero nada en la taberna indicaba que algo fuera a suceder como para que ella se entretuviera lo suficiente. Pero logro escuchar como es que algunos sujetos empezaban a pararse y a hablar en un tono más alto de lo normal. Al parecer eran amigos de ese idiota borracho que trato de seducirla. Ai se dio media vuelta para ver directo a los sujetos que empuñaban distintas armas. Armas blancas, como algunas espadas y cuchillos cortos y armas de fuego como pistolas o revolver. La chica miro al camarero de reojo y todo indicaba que no le estaba prestando atención.
Ai: Señor camarero, le pido disculpas, pero su taberna va a salir algo lastimada. Te recomiendo que salgas de aquí, podrías salir lastimado.
Menciono al camarero y al tipo que estaba tranquilamente a su lado, mientras se levantaba de su silla, y miraba a los hombres que estaban de pie. Al parecer se había metido con el sujeto equivocado y no había que ser un adivino como para darse cuenta de que no había forma alguna de poder frenar este enfrentamiento. Esta vez, la joven recluta de la Marina empuño sus dos armas y las dio vuelta para golpear con la parte sin filo de las espadas a sus futuros rivales. Eran cerca de seis, nada de otro mundo y no serían la gran cosa. Escucho el ruido de un disparo pero ella se quedo quieta mientras que la bala simplemente le atravesaba la cabeza y se quedaba pegada en la pared de la taberna. Su ojo izquierdo lentamente se empezó a formar de nuevo y el brillo plateado se volvió a ver. Su Akuma no mi era bastante útil para asustar a los idiotas que no tenían experiencia en los mares y desconocían su existencia, pero al parecer ellos al estar tan borrachos, su sentido del miedo no funcionaba bien. Sin más Ai se preparo para la pelea.
Ai suspiro de forma pesada, para luego darse cuenta que ya se había acabado su jugo, empezó a jugar con el vaso para matar el tiempo. Estaba aburrida, pero nada en la taberna indicaba que algo fuera a suceder como para que ella se entretuviera lo suficiente. Pero logro escuchar como es que algunos sujetos empezaban a pararse y a hablar en un tono más alto de lo normal. Al parecer eran amigos de ese idiota borracho que trato de seducirla. Ai se dio media vuelta para ver directo a los sujetos que empuñaban distintas armas. Armas blancas, como algunas espadas y cuchillos cortos y armas de fuego como pistolas o revolver. La chica miro al camarero de reojo y todo indicaba que no le estaba prestando atención.
Ai: Señor camarero, le pido disculpas, pero su taberna va a salir algo lastimada. Te recomiendo que salgas de aquí, podrías salir lastimado.
Menciono al camarero y al tipo que estaba tranquilamente a su lado, mientras se levantaba de su silla, y miraba a los hombres que estaban de pie. Al parecer se había metido con el sujeto equivocado y no había que ser un adivino como para darse cuenta de que no había forma alguna de poder frenar este enfrentamiento. Esta vez, la joven recluta de la Marina empuño sus dos armas y las dio vuelta para golpear con la parte sin filo de las espadas a sus futuros rivales. Eran cerca de seis, nada de otro mundo y no serían la gran cosa. Escucho el ruido de un disparo pero ella se quedo quieta mientras que la bala simplemente le atravesaba la cabeza y se quedaba pegada en la pared de la taberna. Su ojo izquierdo lentamente se empezó a formar de nuevo y el brillo plateado se volvió a ver. Su Akuma no mi era bastante útil para asustar a los idiotas que no tenían experiencia en los mares y desconocían su existencia, pero al parecer ellos al estar tan borrachos, su sentido del miedo no funcionaba bien. Sin más Ai se preparo para la pelea.
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El chico continuaba tranquilo cuando de repente observó como unos tipos se levantaban sacando sus armas y miraban a la chica. Ella le dijo al camarero que le disculpara por lo que se iba a liar. El chico ignoró esto de forma tranquila pues no le importaba, tras unos segundos pidió otro refresco y cuando se lo estaban dando una bala destrozó la botella y se clavó en la pared de la taberna. Un grave error pues el chico se había quedado sin la bebida. Pegó un suspiro y se levantó de su sitio observando a aquellos seis. Frunció el ceño y cogió una silla lanzándola contra la cabeza de uno tirándolo al suelo partiéndole la nariz y dejándolo inconsciente en el acto del golpe. Después observó a los otros mientras crujía los huesos de sus nudillos y sacaba de sus mangas dos kunais. Sacó también una cadena y ató los mangos de estos con sus armas y los miró.
- No sé quien ha sido el idiota que se ha cargado mi bebida, pero está claro que ni pienso volver a robar en más casas para pillar pasta. Os habéis metido con el tipo equivocado. Aparta niña.
Dijo colocándose delante de aquella chica para que no estorbara. Sus ojos rojizos miraban a los hombres, ya solo quedaban cinco, uno de ellos salió corriendo a por él lanzando un cuchillazo rumbo al rostro del chico. Este echó el rostro a un lado y solo se llevó un pequeño corte en la mejilla. Solo mostraría sus habilidades con la máscara puesta para que nadie supiera quién era por lo que le tocaba tragarse algunos ataques. Tras esquivarle le acertó un tajo en el cuello asesinándolo fácilmente. Quedaban cuatro y pensaba dejarle tres a la chica pues no se iba a esforzar tanto por una bebida. Otro de ellos sacó un arma de fuego y comenzó a dispararle, este saltaba de un lado a otro y por suerte los esquivó. Clavó su mirada en la de aquel idita y saltó enganchándole con la cadena del cuello y tiro para partirle con ella la nuez y ahogarlo con su propia sangre. Los tres que quedaban lo miraban impresionados pero no mucho por la borrachera que tenían encima. El hombre del pijama había oído lo que había dicho del robo y corrió mosqueado a por el chico. Este de un giro atravesó la garganta de aquel hombre y sonrió sádico pisándole la cabeza. Los tres borrachos que quedaban ya no eran cosa suya y se los dejaría a la chica. Ahora se había cargado a un civil y como si nada se sentó en la barra sonriéndole al camarero y le sonrió amablemente pidiéndole otro refresco. El hombre asustado se lo dio de inmediato y este comenzó a bebérselo de forma tranquila. Después se limpió el corte que tenía en la mejilla de donde brotaba un poco de sangre. La noche había sido algo movida y no le dio importancia a nada más y continuó a lo suyo.
- No sé quien ha sido el idiota que se ha cargado mi bebida, pero está claro que ni pienso volver a robar en más casas para pillar pasta. Os habéis metido con el tipo equivocado. Aparta niña.
Dijo colocándose delante de aquella chica para que no estorbara. Sus ojos rojizos miraban a los hombres, ya solo quedaban cinco, uno de ellos salió corriendo a por él lanzando un cuchillazo rumbo al rostro del chico. Este echó el rostro a un lado y solo se llevó un pequeño corte en la mejilla. Solo mostraría sus habilidades con la máscara puesta para que nadie supiera quién era por lo que le tocaba tragarse algunos ataques. Tras esquivarle le acertó un tajo en el cuello asesinándolo fácilmente. Quedaban cuatro y pensaba dejarle tres a la chica pues no se iba a esforzar tanto por una bebida. Otro de ellos sacó un arma de fuego y comenzó a dispararle, este saltaba de un lado a otro y por suerte los esquivó. Clavó su mirada en la de aquel idita y saltó enganchándole con la cadena del cuello y tiro para partirle con ella la nuez y ahogarlo con su propia sangre. Los tres que quedaban lo miraban impresionados pero no mucho por la borrachera que tenían encima. El hombre del pijama había oído lo que había dicho del robo y corrió mosqueado a por el chico. Este de un giro atravesó la garganta de aquel hombre y sonrió sádico pisándole la cabeza. Los tres borrachos que quedaban ya no eran cosa suya y se los dejaría a la chica. Ahora se había cargado a un civil y como si nada se sentó en la barra sonriéndole al camarero y le sonrió amablemente pidiéndole otro refresco. El hombre asustado se lo dio de inmediato y este comenzó a bebérselo de forma tranquila. Después se limpió el corte que tenía en la mejilla de donde brotaba un poco de sangre. La noche había sido algo movida y no le dio importancia a nada más y continuó a lo suyo.
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La chica empezó a observar curiosa las habilidades del tipo que estaba a su lado. Había derrotado fácilmente a muchos de los futuros oponentes casi sin esforzarse. Pero también había dejado todo el lugar lleno de sangre. Su forma de pelear le recordaba de cierta manera a su superior, pero eso no venía al caso ya que ahora tenía a tres sujetos que por los borrachos que estaban no sentían miedo. De hecho Ai podría jurar que esos idiotas ni siquiera sabían porque estaban peleando. La chica de la marina, suspiro de forma pesada, para luego volver a envainar sus espadas. Paso caminando tranquilamente por el lado de ellos sin si quiera preocuparse, cuando termino se dejo escuchar el sonido de las espadas guardándose, para cualquiera que pudiera seguir los movimientos que hizo hábilmente con la espada sabría que fue un ataque con el arte del Iai, un tipo de ataque de envaine y desenvaine veloz. Los sujetos, sin darse cuenta que los había atacado salieron volando contra mesas y paredes del lugar.
Ai: Ni para calentar sirven estos borrachos. Pero…
Se giro lentamente mientras agarraba una silla y se sentaba en ella. Su tono era frío, y serio. Por alguna extraña razón, el sujeto que había matado a la gran mayoría de las personas en la taberna le había despertado cierto interés. Solo eran suposiciones, pero estaba claro que ese sujeto estaba ocultando algo. Quizás se estaba equivocando, pero por intentar algo no se haría la gran cosa. Había estado en peleas difíciles y si se montaba una buena, siempre lograba salir airosa de cualquier problema. Se levanto de la silla mientras sacaba su espada negra, y con esta a escasos metros, la puso justo en la parte trasera de su cabeza. Esta vez la parte con filo estaba hacía adelante, así que podría atravesar sin problemas a ese sujeto de la capucha.
Ai: Como marine…no puedo dejarte libre…así que te sugiero que te entregues por las buenas…no quiero malgastar mis energías y destruir este lugar en una pelea aburrida.
Menciono con un tono autoritario, y en parte algo amenazador. Seguía siendo frío como el de antes, su espada seguía recta y solo por si acaso, tenía su otra espada agarrada por el mango. Si ella vacilaba aunque sea un segundo podría ser fatal, así que se mantuvo firme esperando alguna respuesta de ese tipo. Con una sola mirada le hizo entender al camarero que se fuera, este sin dudarlo dos veces se fue raudo por la puerta trasera. Ya no quedaba nadie a excepción de ellos.
Ai: Ni para calentar sirven estos borrachos. Pero…
Se giro lentamente mientras agarraba una silla y se sentaba en ella. Su tono era frío, y serio. Por alguna extraña razón, el sujeto que había matado a la gran mayoría de las personas en la taberna le había despertado cierto interés. Solo eran suposiciones, pero estaba claro que ese sujeto estaba ocultando algo. Quizás se estaba equivocando, pero por intentar algo no se haría la gran cosa. Había estado en peleas difíciles y si se montaba una buena, siempre lograba salir airosa de cualquier problema. Se levanto de la silla mientras sacaba su espada negra, y con esta a escasos metros, la puso justo en la parte trasera de su cabeza. Esta vez la parte con filo estaba hacía adelante, así que podría atravesar sin problemas a ese sujeto de la capucha.
Ai: Como marine…no puedo dejarte libre…así que te sugiero que te entregues por las buenas…no quiero malgastar mis energías y destruir este lugar en una pelea aburrida.
Menciono con un tono autoritario, y en parte algo amenazador. Seguía siendo frío como el de antes, su espada seguía recta y solo por si acaso, tenía su otra espada agarrada por el mango. Si ella vacilaba aunque sea un segundo podría ser fatal, así que se mantuvo firme esperando alguna respuesta de ese tipo. Con una sola mirada le hizo entender al camarero que se fuera, este sin dudarlo dos veces se fue raudo por la puerta trasera. Ya no quedaba nadie a excepción de ellos.
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La chica se había ocupado de aquellos idiotas y había dicho ser marine. Un gran error por su parte ya que el chico odiaba a los marines. Si hubiese estado con la máscara puesta habría tratado de matarla sin duda. Notaba como le hablaba y sabía que tenía algo apuntándole. Sus rojizos ojos observaban la barra con una sonrisa algo macabra y tétrica. Podría echarse para atrás atravesando la espada con su cuerpo de fuego pero para nada desvelaría su poder por si lo comparaban con el asesino de la máscara. Por unos instantes observó una ventana cercana pensando en correr y saltar por ella para huir, era una buena opción pero en ese caso no sería divertido. Sus pensamientos estaban centrados ahora en divertirse un poco. Ignorando a la chica trató de coger su botella despacio y siguió bebiendo del refresco con calma y tranquilidad. Su mano se deslizó despacio por la barra hasta agarrar un cuchillo de forma rápida, sin embargo en unos segundos lo soltó soltando una pequeña risa sádica. No se había girado y no pensaba hacerlo en ningún momento. No sabía si la chica estaría sola o algún marine la acompañaba, no sabía ni siquiera su rango.
Ahora simplemente bostezó un poco observando como el camarero se largaba por la puerta de atrás sin decir nada y asustado. Era un autentico gallina, mira que salir corriendo. El motivo podría haberlo dado la chica que estaba a su espalda pues este no había hecho nada. Despacio se quitó la capucha dejando ver su pelo corto y moreno con algunos mechones cayendo sobre su frente. Volvió a sonreír de lado para sí. No se decidía entre varias opciones como tratar de seducir a la chica, aunque ya había visto como el borracho había acabado. De todas formas lo haría para su beneficio pues era narcisista hasta la medula y solo pensaba en él mismo. Todos eran peones en un tablero de ajedrez donde debían ser usados y sacrificados para su propio beneficio. Nadie le había dado motivos para considerarlo una pieza más alta y por ahora todos eran simples peones. Tras unos segundos levantó las manos lentamente y las puso sobre la cabeza para después pegar el rostro contra la barra dando la señal a la chica de que se rendía. No tenía ganas de pelear allí y menos con una chica que poseía una habilidad logia y para colmo él no podía usar la suya. Debía haber buscado un lugar donde cambiarse y entonces sí que comenzaría la fiesta.
- Me rindo, no me resistiré. No me mate señorita.
Dijo con un tono algo amable totalmente fingido mientras sonreía de lado cerrando los ojos con la cara pegada en la barra y las manos sobre la cabeza. Parecía increíble que hubiera hecho aquello pero el estratega tenía ya muchas cosas en mente planeadas y si salían bien se aseguraría de seguir maquinando futuras estrategias para situaciones como la que estaba pasando en ese preciso y mal momento.
Ahora simplemente bostezó un poco observando como el camarero se largaba por la puerta de atrás sin decir nada y asustado. Era un autentico gallina, mira que salir corriendo. El motivo podría haberlo dado la chica que estaba a su espalda pues este no había hecho nada. Despacio se quitó la capucha dejando ver su pelo corto y moreno con algunos mechones cayendo sobre su frente. Volvió a sonreír de lado para sí. No se decidía entre varias opciones como tratar de seducir a la chica, aunque ya había visto como el borracho había acabado. De todas formas lo haría para su beneficio pues era narcisista hasta la medula y solo pensaba en él mismo. Todos eran peones en un tablero de ajedrez donde debían ser usados y sacrificados para su propio beneficio. Nadie le había dado motivos para considerarlo una pieza más alta y por ahora todos eran simples peones. Tras unos segundos levantó las manos lentamente y las puso sobre la cabeza para después pegar el rostro contra la barra dando la señal a la chica de que se rendía. No tenía ganas de pelear allí y menos con una chica que poseía una habilidad logia y para colmo él no podía usar la suya. Debía haber buscado un lugar donde cambiarse y entonces sí que comenzaría la fiesta.
- Me rindo, no me resistiré. No me mate señorita.
Dijo con un tono algo amable totalmente fingido mientras sonreía de lado cerrando los ojos con la cara pegada en la barra y las manos sobre la cabeza. Parecía increíble que hubiera hecho aquello pero el estratega tenía ya muchas cosas en mente planeadas y si salían bien se aseguraría de seguir maquinando futuras estrategias para situaciones como la que estaba pasando en ese preciso y mal momento.
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Ai se sorprendió mucho al escuchar esa respuesta por parte de ese sujeto. A decir verdad nunca había sido tan fácil atrapar a alguien y eso le hacía tener dudas, es como si esas palabras estuvieran siendo algo para confundirla, así que sonrió de manera amable aunque estaba claro que en la posición en la que estaba ese maldito, boca abajo y con las manos detrás de su cabeza. Guardo su espada, para luego dejar un par de berries sobre la barra y también una especie de tarjeta. Era la de superior, que en caso de no ser suficiente lo que tenía para pagar los daños de la taberna, que lo llamara a él y le cobrara el resto. Después de todo al ser un capitán de la Marina, debería tener suficiente como para reparar todos los daños causados, así que con eso en mente volvió su mirada al sujeto, seguía en la misma posición que antes. Por suerte, Ai no confiaba rápidamente en las persona, aun cuando estas hablaran de forma amable.
Sin más se volvió a colocar en la espalda de ese sujeto, para luego sacar su espada y apuntarla a su cabeza, tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer ya que su instinto le decía que el asesino tramaba algo, es como si una gran corazonada le dijera que ese sujeto era peligroso y que daría problemas. Aun así, ella desistió en la idea de llevárselo, tenía asuntos más grandes que atender aparte en su barco no caían dos personas, no tenía como llevárselo de alguna manera.
Ai: Bien, te dejaré libre. Más que nada porque no tengo como llevarte. Pero te dejaré advertido, te llegas a poner de nuevo en mi camino y te llevaré ante la justicia.
Su tono fue amenazador y frío, guardo su espada y dio la media para salir por la puerta. No tenía mucho que hacer en la isla, pero ese sujeto le daba mala espina y su corazón le decía que estaba perdiendo una gran oportunidad por eso. Pero ya lo vería a futuro, seguramente era del tipo de personas que no se olvidaba tan fácil. Así que tendría que estar atenta a cualquier movimiento de él. Así que sin más empezó a caminar por las desoladas calles de la tranquila Villa Orange.
Sin más se volvió a colocar en la espalda de ese sujeto, para luego sacar su espada y apuntarla a su cabeza, tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer ya que su instinto le decía que el asesino tramaba algo, es como si una gran corazonada le dijera que ese sujeto era peligroso y que daría problemas. Aun así, ella desistió en la idea de llevárselo, tenía asuntos más grandes que atender aparte en su barco no caían dos personas, no tenía como llevárselo de alguna manera.
Ai: Bien, te dejaré libre. Más que nada porque no tengo como llevarte. Pero te dejaré advertido, te llegas a poner de nuevo en mi camino y te llevaré ante la justicia.
Su tono fue amenazador y frío, guardo su espada y dio la media para salir por la puerta. No tenía mucho que hacer en la isla, pero ese sujeto le daba mala espina y su corazón le decía que estaba perdiendo una gran oportunidad por eso. Pero ya lo vería a futuro, seguramente era del tipo de personas que no se olvidaba tan fácil. Así que tendría que estar atenta a cualquier movimiento de él. Así que sin más empezó a caminar por las desoladas calles de la tranquila Villa Orange.
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La chica ya se había ido diciéndole que le dejaría porque no tenía forma de llevárselo. Era algo que podría jugar en contra de ella pues había dejado libre a un peligroso asesino. Además de eso un marine hubiera pedido refuerzos y no hubiera hecho lo que ella hizo. Además de forma insensata echó al camarero del lugar y después se fue. Le estaba pidiendo a gritos que se quedara con el dinero de la caja fuerte. Ahora aquel chico se levantó y cogió el dinero de la caja. Después de eso se acercó a un armario y observó ropa de colores blancos. Se colocó la ropa blanca por encima de la de negro y ocultó su rostro con la máscara naranja. Ahora solo su ojo rojo era visible y a distancias cortas. Se acercó a la nevera y sacó aceite y otros productos que provocasen un fuego mayor. Apiló los cadáveres y echó todos los materiales sobre ellos, después de su dedo surgió una pequeña llama con la que tocó aquel líquido de mezclas y de repente todo empezó a arder.
Salió corriendo a la salida y observó que la chica se iba. Ahora sí que le iba a dar problemas de verdad. Fingiría haber muerto dentro del bar y ahora el enmascarado parecía un tipo que había llegado después. Soltó una carcajada seria para que ella se diera cuenta y apartó rápidamente la mirada. El tono que usó era muy distinto al de antes por lo que no le reconocería por la voz.
- Si no apagas el fuego, ardera la villa.
Dijo de forma sádica para después sonreír de lado y salir corriendo hacia un tejado dando dos saltos colocando los pies en la pared y colgándose para después de un impulso llegar a dicho techo. Siguió corriendo a toda velocidad saltando por los tejados hasta que observó una iglesia. Empezó a coger impulso y velocidad dando ligeros saltos pequeños por los tejados. Debía dar un gran salto para lo que tenía ahora en mente. Tras unos segundos se acercaba cada vez más, ya en el último tejado pegó un enorme salto y se enganchó a un pequeño tejado donde desde ese mismo saltó a un tubo de acero que subía hasta la campana. Tardó poco en trepar y llegar hasta donde estaba aquella campana, no la tocó ni nada parecido para no hacer ningún ruido. Desde allí observó unas pequeñas escaleras por las que comenzó a subir rápidamente hasta llegar a una trampilla en el techo la cual abrió muy fácilmente pues era un cierre sencillo y con un golpe de su kunai lo abrió. Salió a fuera y tal y como lo planeaba había llegado al alto tejado de aquella iglesia. Ahora soltaba una pequeña carcajada seria mientras observaba el humo negro del incendio que había provocado en aquel lugar. Pensaba que la chica estaría ocupada allí pero por si acaso le seguía había cerrado la trampilla y había colocado bastantes tejas por si trataba de abrir. Sabía que con esfuerzo ella lo lograría pero al menos así se daría cuanta si trataba de subir.
Salió corriendo a la salida y observó que la chica se iba. Ahora sí que le iba a dar problemas de verdad. Fingiría haber muerto dentro del bar y ahora el enmascarado parecía un tipo que había llegado después. Soltó una carcajada seria para que ella se diera cuenta y apartó rápidamente la mirada. El tono que usó era muy distinto al de antes por lo que no le reconocería por la voz.
- Si no apagas el fuego, ardera la villa.
Dijo de forma sádica para después sonreír de lado y salir corriendo hacia un tejado dando dos saltos colocando los pies en la pared y colgándose para después de un impulso llegar a dicho techo. Siguió corriendo a toda velocidad saltando por los tejados hasta que observó una iglesia. Empezó a coger impulso y velocidad dando ligeros saltos pequeños por los tejados. Debía dar un gran salto para lo que tenía ahora en mente. Tras unos segundos se acercaba cada vez más, ya en el último tejado pegó un enorme salto y se enganchó a un pequeño tejado donde desde ese mismo saltó a un tubo de acero que subía hasta la campana. Tardó poco en trepar y llegar hasta donde estaba aquella campana, no la tocó ni nada parecido para no hacer ningún ruido. Desde allí observó unas pequeñas escaleras por las que comenzó a subir rápidamente hasta llegar a una trampilla en el techo la cual abrió muy fácilmente pues era un cierre sencillo y con un golpe de su kunai lo abrió. Salió a fuera y tal y como lo planeaba había llegado al alto tejado de aquella iglesia. Ahora soltaba una pequeña carcajada seria mientras observaba el humo negro del incendio que había provocado en aquel lugar. Pensaba que la chica estaría ocupada allí pero por si acaso le seguía había cerrado la trampilla y había colocado bastantes tejas por si trataba de abrir. Sabía que con esfuerzo ella lo lograría pero al menos así se daría cuanta si trataba de subir.
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La joven Ai caminaba tranquilamente, cuando de la nada escucho una risa que venía a sus espaldas. Era un enmascarado, el cual al parecer había empezado un incendio cosa que no le agrado mucho a la chica, ahora tenía que elegir si ir por ese maldito y darle una buena paliza o bien ir y extinguir el fuego, con sus habilidades no sería mucho tiempo el que le llevara, aparte la gente empezaba a salir de las casas impresionadas por el hecho de aquel enorme incendio que curiosamente se estaba provocando en la taberna en la cual había dejado a ese sujeto de aspecto tan extraño y que le daba mala espina, sin dudarlo mucho dio marcha atrás para volver al lugar del incendio, tenía una idea y esperaba que funcionara con algo de facilidad. Aunque eso indicaba que la iba a dejar muy cansada cuando terminara.
No se demoro mucho en llegar a la taberna, para sentir el calor de las llamas, por suerte aun no se había propagado a las otras casas aledañas, pero aun así estaba contra el tiempo. Sin dudarlo mucho, la joven marine al ver como es que la gente se apuntalaba con baldes de agua y una que otra manguera para extinguir el fuego. Se dio media vuelta para ver a los aldeanos, en sus caras iluminadas por las llamas se veía mucha preocupación por el hecho, para luego gritarles desde su posición:
Ai: ¡¡Yo me encargaré de esto, ustedes manténganse alertas si ven a un enmascarado. Es un sujeto peligroso y al parecer es quien provoco este incendio!!
Grito lo suficientemente fuerte como para ser escuchada por todos, sin más se dio media vuelta para enfrentar el fuego. Sin más, de sus manos empezó a salir una especie de líquido plateado, la joven marine sabía que necesitaría mucho para tapar toda la taberna de esa forma. Así que sin más, con ágiles movimientos es capaz de envolver toda la taberna con su akuma no mi, haciendo que el fuego lentamente se ahogara y se terminara apagando. Ai tuvo que apoyar una rodilla en el suelo para no caer completamente al suelo. La gente quedo impresionada ante tal habilidad y estaba bastante más tranquila que antes, la intervención de Nanasaki fue suficiente como para que el fuego no siguiera creando un mar de llamas.
Pero no había tiempo que perder, ahora debía encontrar a ese maldito enmascarado. Poner en peligro las vidas de las personas era mucho y ese maldito iba a pagar las consecuencias. Ignorando el cansancio que le provoco crear esa enorme cantidad de plata, se levanto y empezó a correr en la misma dirección que había visto desaparecer al enmascarado. Tenía que detenerlo, se notaba que era un peligro mundial y no iba a perder esta oportunidad, miraba en todos los tejados por si veía a alguien corriendo por estos. Era hora de capturar a ese enmascarado.
No se demoro mucho en llegar a la taberna, para sentir el calor de las llamas, por suerte aun no se había propagado a las otras casas aledañas, pero aun así estaba contra el tiempo. Sin dudarlo mucho, la joven marine al ver como es que la gente se apuntalaba con baldes de agua y una que otra manguera para extinguir el fuego. Se dio media vuelta para ver a los aldeanos, en sus caras iluminadas por las llamas se veía mucha preocupación por el hecho, para luego gritarles desde su posición:
Ai: ¡¡Yo me encargaré de esto, ustedes manténganse alertas si ven a un enmascarado. Es un sujeto peligroso y al parecer es quien provoco este incendio!!
Grito lo suficientemente fuerte como para ser escuchada por todos, sin más se dio media vuelta para enfrentar el fuego. Sin más, de sus manos empezó a salir una especie de líquido plateado, la joven marine sabía que necesitaría mucho para tapar toda la taberna de esa forma. Así que sin más, con ágiles movimientos es capaz de envolver toda la taberna con su akuma no mi, haciendo que el fuego lentamente se ahogara y se terminara apagando. Ai tuvo que apoyar una rodilla en el suelo para no caer completamente al suelo. La gente quedo impresionada ante tal habilidad y estaba bastante más tranquila que antes, la intervención de Nanasaki fue suficiente como para que el fuego no siguiera creando un mar de llamas.
Pero no había tiempo que perder, ahora debía encontrar a ese maldito enmascarado. Poner en peligro las vidas de las personas era mucho y ese maldito iba a pagar las consecuencias. Ignorando el cansancio que le provoco crear esa enorme cantidad de plata, se levanto y empezó a correr en la misma dirección que había visto desaparecer al enmascarado. Tenía que detenerlo, se notaba que era un peligro mundial y no iba a perder esta oportunidad, miraba en todos los tejados por si veía a alguien corriendo por estos. Era hora de capturar a ese enmascarado.
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Sobre el tajado de aquella enorme iglesia el enmascarado había notado como el fuego se apagaba, ahora sabía que le llevaba ventaja a la chica. Era fácil de saber pues seguramente ella habría apagado el fuego. Además sabía de las habilidades logia de esa cría y ella de él no sabía nada. Para no ser visto se tumbó ocultándose con las tejas de su alrededor. Se tumbó en la trampilla también para hacer presión por si alguien trataba de entrar. Estaba en su forma tangible pero al estar allí tumbado podría notar si alguien entraba fácilmente en aquel lugar. La luna estaba ocultándose por unas nubes que avanzaban por el cielo nocturno, realmente el chico estaba bien camuflado. Su plan era esperar a que la chica se fuera y de ese modo largarse de aquella isla. Ella había cometido el mayor error de su vida al dejarle ir en la posada. Había conseguido quemar las pruebas de los asesinatos del edificio y era lo que contaba. Su ojo rojizo observaba la noche con tranquilidad mientras pensaba en sus cosas. La formación de su organización entre ellas. Debía comenzar su segundo plan para convertirse en el líder de la rebelión y de esa forma usarlos a todos para sus propios fines y capturar islas para su reinado de terror, oscuridad y fuego.
Por ahora tenía planeado conquistar la isla de sakura y el mar del norte completamente. Sus peligrosos objetivos eran astutos y temerarios pero para alguien como él no era gran cosa. Se mantenía tumbado con las manos metidas en las mangas sosteniendo sus dos kunais. En la espalda llevaba su cadena para atarla a sus armas cuando hiciera falta. Por ahora todo estaba tranquilo en aquel tejado que estaba altísimo y fuera de las vistas de los de abajo. Si alguien quisiera verle debería subir arriba del todo. Esperaba que la chica no pudiera encontrarle y le dejara tranquilo de una vez o debería enfrentarse a ella y tal vez eliminarla. Estaba bastante cómodo allí arriba y casi parecía que se iba a dormir. Sin embargo no podía darse ese lujo pues estaba vigilando que nadie entrara aquel tejado, completamente estirado pensaba que aquella chica no sería una simple recluta y tal vez tenía más rango. Su habilidad logia al igual que él, la hacía alguien a tomar en cuenta para un futuro. Podría ascender y subir el poder de su fruta y hacerle frente. Claro que para eso el chico contaba con el poder de su Tyrant.
- Pronto deberé largarme
Dijo con aquella seria voz en un tono frio y cruel pensando en que ya había pasado un rato desde lo del incendio. No se fiaba de que la chica estuviera aún por los alrededores, no quería pelear ahora, se acercaba una tormenta al parecer y el fuego y el agua no se llevaban muy bien por lo que decidió no armarla más e irse de una vez. Pensaba que lo mejor de ese día había sido el refresco de limón que se había bebido antes de carbonizar el interior de aquella taberna llena de cadáveres.
Por ahora tenía planeado conquistar la isla de sakura y el mar del norte completamente. Sus peligrosos objetivos eran astutos y temerarios pero para alguien como él no era gran cosa. Se mantenía tumbado con las manos metidas en las mangas sosteniendo sus dos kunais. En la espalda llevaba su cadena para atarla a sus armas cuando hiciera falta. Por ahora todo estaba tranquilo en aquel tejado que estaba altísimo y fuera de las vistas de los de abajo. Si alguien quisiera verle debería subir arriba del todo. Esperaba que la chica no pudiera encontrarle y le dejara tranquilo de una vez o debería enfrentarse a ella y tal vez eliminarla. Estaba bastante cómodo allí arriba y casi parecía que se iba a dormir. Sin embargo no podía darse ese lujo pues estaba vigilando que nadie entrara aquel tejado, completamente estirado pensaba que aquella chica no sería una simple recluta y tal vez tenía más rango. Su habilidad logia al igual que él, la hacía alguien a tomar en cuenta para un futuro. Podría ascender y subir el poder de su fruta y hacerle frente. Claro que para eso el chico contaba con el poder de su Tyrant.
- Pronto deberé largarme
Dijo con aquella seria voz en un tono frio y cruel pensando en que ya había pasado un rato desde lo del incendio. No se fiaba de que la chica estuviera aún por los alrededores, no quería pelear ahora, se acercaba una tormenta al parecer y el fuego y el agua no se llevaban muy bien por lo que decidió no armarla más e irse de una vez. Pensaba que lo mejor de ese día había sido el refresco de limón que se había bebido antes de carbonizar el interior de aquella taberna llena de cadáveres.
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La joven marine corría por las calles mirando por todos lados para ver si encontraba de alguna forma al enmascarado, detestaba tener que seguirlo y más si ya tenía una gran ventaja encima, apagar el fuego fue algo difícil y que le tomo mucho tiempo, cosa que ese maldito bastardo no desaprovecho en lo más mínimo, estaba segura que él era el culpable de incendiar la taberna. Pero aun así no tenía muchas pistas en donde encontrarlo, y estaba corriendo prácticamente a ciegas buscando a alguien que seguramente ya no estaba en la isla y si lo estaba, estaba muy bien escondido pero pocos lugares le darían a ella el control de la situación.
Freno en seco al llegar a una especie de iglesia, respiro profundo y luego dejo salir el aire por la boca, estaba muy cansada. Así que entro mientras sacaba sus espadas solo por si acaso, al estar con Krauser ya era una costumbre entrar en lugares sin hacer mucho ruido de hecho prácticamente al ser un piso de madre como ese poco y nada de ruido se escucharía proveniente de sus pasos, la joven también tenía una extraña habilidad de desenfundar sus espadas sin hacer ruido. Así que la infiltración era perfecta, si había alguien ahí no lograría saber que ella ya había entrado.
La joven miro por todos lados antes de mirar al techo, no daba señales de que alguien hubiera entrado, así que suspiro y luego enfundo sus espadas ignorando el hecho de hacer o no ruido, de hecho se permite decir unas cuantas palabras en voz alta:
Ai: Ese maldito se me escapo…maldición como tan tonta…¿me pregunto si el tipo que asesino a los de la taberna esta muerto también?
Su tono era de enfado y también con ganas de matar al enmascarado, por precaución salió de la iglesia y camino un par de metros para esconderse en la oscuridad de un callejón y ver la iglesia, si había alguien en ese lugar tendría que salir tarde o temprano, su vista recorría la parte de abajo como la parte de arriba, si alguien salía de ese lugar no tendría como escapar aparte estaba segura que alguien estaba en ese lugar, su instinto le decía eso y pocas veces fallaba. Así que se quedo viendo, estaba a un par de metros así que nada podría sorprenderla o por lo menos nadie podría verla desde la iglesia al callejón. La noche se estaba poniendo más oscura y todo indicaba que iba a llover, Ai tenía en su cabeza alguna certeza de lo que podría haber iniciado el fuego y el enmascarado estaba metido en ese incidente. Así que guardo paciencia para esperar a ver que pasaba.
Freno en seco al llegar a una especie de iglesia, respiro profundo y luego dejo salir el aire por la boca, estaba muy cansada. Así que entro mientras sacaba sus espadas solo por si acaso, al estar con Krauser ya era una costumbre entrar en lugares sin hacer mucho ruido de hecho prácticamente al ser un piso de madre como ese poco y nada de ruido se escucharía proveniente de sus pasos, la joven también tenía una extraña habilidad de desenfundar sus espadas sin hacer ruido. Así que la infiltración era perfecta, si había alguien ahí no lograría saber que ella ya había entrado.
La joven miro por todos lados antes de mirar al techo, no daba señales de que alguien hubiera entrado, así que suspiro y luego enfundo sus espadas ignorando el hecho de hacer o no ruido, de hecho se permite decir unas cuantas palabras en voz alta:
Ai: Ese maldito se me escapo…maldición como tan tonta…¿me pregunto si el tipo que asesino a los de la taberna esta muerto también?
Su tono era de enfado y también con ganas de matar al enmascarado, por precaución salió de la iglesia y camino un par de metros para esconderse en la oscuridad de un callejón y ver la iglesia, si había alguien en ese lugar tendría que salir tarde o temprano, su vista recorría la parte de abajo como la parte de arriba, si alguien salía de ese lugar no tendría como escapar aparte estaba segura que alguien estaba en ese lugar, su instinto le decía eso y pocas veces fallaba. Así que se quedo viendo, estaba a un par de metros así que nada podría sorprenderla o por lo menos nadie podría verla desde la iglesia al callejón. La noche se estaba poniendo más oscura y todo indicaba que iba a llover, Ai tenía en su cabeza alguna certeza de lo que podría haber iniciado el fuego y el enmascarado estaba metido en ese incidente. Así que guardo paciencia para esperar a ver que pasaba.
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El enmascarado permanecía allí tumbado callado. Había escuchado las palabras en voz alta de la chica, pero no la había escuchado entrar. Al parecer era muy buena en la infiltración. Se quedó callado hasta que dejó de oírla totalmente. Aquella chica era muy tozuda y seguramente estaría alerta. Al ver como se estaba poniendo el cielo debía largarse de allí pero ya. Sin pensárselo se levantó sin importarle nada que le vieran. Desde el tejado saltó cayendo en el tejado de otra casa bastante alta y cercana y rodando por este ágilmente. No sabía si alguien le había visto pero de todas formas debía huir de allí y largarse a un lugar seguro como era el mar. Ahora corría en dirección al puerto saltando por los tejados a gran velocidad.
Una vez estaba llegando al puerto los edificios eran más pequeños y le era más fácil correr. La lluvia le supondría un gran problema debido a que su principal habilidad era el fuego y eso podría serle letal. Ya veía el puerto, pero lo siguiente que vio le alegró el día totalmente. Un barco de pasajeros pasaba por al lado del puerto. Parecía que no le daría tiempo a poder saltar pero debía intentarlo y arriesgarse o le atraparían. Pelear con una logia y sin tener sus poderes era un suicidio pues no poseía haki de armadura ni nada parecido para poder tocarla. A lo mejor había tenido suerte y la chica no le seguía pero no quería arriesgarse y era por eso que seguía corriendo como alma que lleva el diablo a toda prisa hacia el puerto de aquella isla. De repente saltó al suelo a toda velocidad y tras una sonrisa de lado pronuncio de forma lenta y a bajo volumen.
- Tyrant…
Su ojo se puso de color rojo intenso brillando un poco y su visión ahora veía un 10% las cosas más lentas de lo que eran. Con esa habilidad vería mejor los obstáculos y reaccionaria a tiempo mucho mejor. Las primeras gotas de agua caían del cielo sobre el cuerpo del enmascarado que frunció el ceño ya llegando al puerto. Corrió por el muelle mirando al barco que parecía casi fuera de alcance. De repente se lo jugó todo, si caía al agua moriría y si no conseguiría engancharse al barco. Pegó el mayor de sus saltos y con la mano derecha consiguió agarrar la borda de la parte trasera pos milímetros. Tras subir rápidamente corrió en silencio al interior del enorme barco que se dirigía al mar. Le había costado mucho subir y medio segundo mas y hubiera caído. La chica lo tenía muy crudo si le había seguido para subir ya que el barco avanzaba deprisa y estaba ya algo lejos. Si por el contrario la tenía pegada tal vez lo hubiese logrado, pero en aquel barco de ciudadanos tan grande sería un reto encontrarle y mas estando a cubierto de la lluvia. Ahora el enmascarado se encontraba en el barco rumbo a alta mar y escondido en una sala oscura de las mercancías.
Una vez estaba llegando al puerto los edificios eran más pequeños y le era más fácil correr. La lluvia le supondría un gran problema debido a que su principal habilidad era el fuego y eso podría serle letal. Ya veía el puerto, pero lo siguiente que vio le alegró el día totalmente. Un barco de pasajeros pasaba por al lado del puerto. Parecía que no le daría tiempo a poder saltar pero debía intentarlo y arriesgarse o le atraparían. Pelear con una logia y sin tener sus poderes era un suicidio pues no poseía haki de armadura ni nada parecido para poder tocarla. A lo mejor había tenido suerte y la chica no le seguía pero no quería arriesgarse y era por eso que seguía corriendo como alma que lleva el diablo a toda prisa hacia el puerto de aquella isla. De repente saltó al suelo a toda velocidad y tras una sonrisa de lado pronuncio de forma lenta y a bajo volumen.
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La joven marine seguía escondida vigilando la iglesia que estaba antes, algo le decía que ese maldito estaba ahí, y fue entonces que vio a una sombra salir de lo alto de la iglesia. Así que sin pensarlo dos veces fue que empezó a correr tratando de no perderlo de vista, ya que no podría alcanzarlo de otra manera más que corriendo como alma que era llevada por el mismo diablo, lo veía corriendo de tejado en tejado con gran facilidad cosa que corroboraba la teoría de que era alguien fuerte, y que seguramente era el que estaba metido detrás de lo que había pasado en la taberna.
Su cuerpo empezaba a sentir el efecto de usar en exceso su habilidad de la fruta del diablo ya que ahora corría mucho más lento y el tipo enmascarado llevaba mucha más ventaja que antes, cosa que le molestaba así que se forzaba a si misma a romper cada uno de los limites que tenía para tratar de seguirle la pista, así que con eso en mente trataba de no perderlo de vista pero aun así lo hizo. Lo único que logro hacer fue llegar al muelle, un lugar donde a lo lejos veía como se alejaba un barco de pasajeros y el único lugar que daba si seguía la pista el enmascarado y así era la chance de huir de ella. Estaba demasiado cansada y se le notaba por su respiración más agitada que antes, su cuerpo se dejo caer al frío suelo del muelle mientras la lluvia empezaba a caer lentamente sobre la joven, dejando ver que había perdido y ahora tenía que encontrarlo, ese sujeto era un peligro para todos y ella lo había dejado escapar.
Un grupo de personas apareció para ofrecerle una manta a la joven que estaba sentada viendo cómo es que ese barco se iba del lugar, en donde un maldito enmascarado con una personalidad bastante caótica. Suspiro de tristeza, para luego levantarse y taparse con aquella manta que la gente le ofrecía con mucha amabilidad, así que empezó a caminar rumbo a los interiores del pueblo con una derrota en su cuerpo, la primera desde que viajaba sola, estaba segura que era el maldito castaño que se encontró en la taberna y que la “ayudo” con esos borrachos de cuarta.
Ai: Maldita sea, perdí…la próxima vez que lo vea lo mataré seguro, pero tendré que hacerme más fuerte. Si es un Logia, el Haki es lo que necesito.
Dijo mientras golpeaba con fuerza la pared de una casa, con eso en mente simplemente empezó a caminar por el pueblo para buscar ayuda y un lugar donde quedarse, era necesario quedarse en algún sitio para recuperar sus energías y de ese modo partir de nuevo, era hora de hacerse más fuerte ya que ahora ya había encontrado una montaña que no podría pasar sola sin la ayuda de alguien…tendría que ser más fuerte para ayudar a todos a cumplir sus objetivos. Era imperativo para ella aprender el Haki y ser más fuerte, para detener a tipos como ese. Tipos que solo quieren ver al mundo arder.
Su cuerpo empezaba a sentir el efecto de usar en exceso su habilidad de la fruta del diablo ya que ahora corría mucho más lento y el tipo enmascarado llevaba mucha más ventaja que antes, cosa que le molestaba así que se forzaba a si misma a romper cada uno de los limites que tenía para tratar de seguirle la pista, así que con eso en mente trataba de no perderlo de vista pero aun así lo hizo. Lo único que logro hacer fue llegar al muelle, un lugar donde a lo lejos veía como se alejaba un barco de pasajeros y el único lugar que daba si seguía la pista el enmascarado y así era la chance de huir de ella. Estaba demasiado cansada y se le notaba por su respiración más agitada que antes, su cuerpo se dejo caer al frío suelo del muelle mientras la lluvia empezaba a caer lentamente sobre la joven, dejando ver que había perdido y ahora tenía que encontrarlo, ese sujeto era un peligro para todos y ella lo había dejado escapar.
Un grupo de personas apareció para ofrecerle una manta a la joven que estaba sentada viendo cómo es que ese barco se iba del lugar, en donde un maldito enmascarado con una personalidad bastante caótica. Suspiro de tristeza, para luego levantarse y taparse con aquella manta que la gente le ofrecía con mucha amabilidad, así que empezó a caminar rumbo a los interiores del pueblo con una derrota en su cuerpo, la primera desde que viajaba sola, estaba segura que era el maldito castaño que se encontró en la taberna y que la “ayudo” con esos borrachos de cuarta.
Ai: Maldita sea, perdí…la próxima vez que lo vea lo mataré seguro, pero tendré que hacerme más fuerte. Si es un Logia, el Haki es lo que necesito.
Dijo mientras golpeaba con fuerza la pared de una casa, con eso en mente simplemente empezó a caminar por el pueblo para buscar ayuda y un lugar donde quedarse, era necesario quedarse en algún sitio para recuperar sus energías y de ese modo partir de nuevo, era hora de hacerse más fuerte ya que ahora ya había encontrado una montaña que no podría pasar sola sin la ayuda de alguien…tendría que ser más fuerte para ayudar a todos a cumplir sus objetivos. Era imperativo para ella aprender el Haki y ser más fuerte, para detener a tipos como ese. Tipos que solo quieren ver al mundo arder.
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